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Página 20/LA NACION

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Funcionará a 300 metros de la Reserva Ecológica

Llega un helipuerto con controversia Comenzará a operar mañana en terrenos bajo jurisdicción nacional; oposición del gobierno porteño Por Evangelina Himitian De la Redacción de LA NACION

POR LA CALLE

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Una calle en muy mal estado “La calle Quito, entre Boedo y avenida La Plata, está en estado deplorable. Dicha arteria se encuentra totalmente abandonada, pues presenta numerosos baches producto del intenso tránsito del transporte de colectivo de pasajeros. Esta situación no es reciente, y el abandono por parte del Gobierno de la Ciudad resulta evidente”, se quejó el vecino Raúl Oscar Bednarz.

Acopio de cartón GENTILEZA GRUPPO MODENA Y MARIANA ARAUJO

El helipuerto, desde el aire, a poca distancia de la Reserva Ecológica de Costanera Sur; el hangar, con capacidad para 30 helicópteros

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La participación para la fiesta incluye un plano con la ruta aérea. Es para aquellos invitados que mañana planeen acudir a bordo de su propio helicóptero a la inauguración oficial del helipuerto Baires Madero, la puerta de entrada de la ciudad que elegirán en un futuro cercano empresarios y ejecutivos que quieran evitar el caos de tránsito y las populosas autopistas para llegar al Centro. El caso es que mañana comenzará a operar esta aeroestación, habilitada por la Fuerza Aérea y que inaugurará la ruta aérea comercial y privada sobre el río. Se trata de un emprendimiento del Gruppo Modena. Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat Argentina, fue el principal impulsor. Tendrá un hangar con capacidad para unas 30 unidades y demandó una inversión de más de un millón de dólares. Servicios Helicenter, de Gruppo Modena, ofrecerá un taxi aéreo. Desde la plataforma de aterrizaje, Ratazzi se entusiasma con su proyecto. “Todas las ciudades importantes tienen helipuertos, San Pablo tiene más de 200 y en Buenos Aires no había ninguno”, dijo ayer a LA NACION. Señala que al comienzo serán sólo un par de vuelos diarios. Aunque sus expectativas están puestas en el explosivo crecimiento inmobiliario que, evalúa, tendrá la zona en los próximos años, completa Alejandro Servidio, director de Modena Helicópteros, que posee la licencia exclusiva de las naves estadounidenses Bell. La obra se levanta en terrenos privados que se encuentran en una zona conocida como Santa María del Plata, a sólo 300 metros de la Reserva Ecológica, y ése es el eje de la controversia. Si bien las tierras responden a una jurisdicción nacional (la Administración General de Puertos), la ciudad denuncia que este emprendimiento tendrá un alto impacto ambiental sobre las especies de la Reserva y cuestiona que comience a funcionar sin haber tramitado las autorizaciones de obra y sin haber presentado un estudio de impacto ambiental ante las autoridades porteñas. Juan Manuel Velazco, el flamante ministro de Medio Ambiente porteño,

Miércoles 25 de abril de 2007

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cuestionó: “El helipuerto está en falta a la ley 123 de impacto ambiental porteña, que dice que cualquier obra que se haga en la ciudad, aunque sea ejecutada por un ente nacional, debe presentar un estudio de impacto ambiental ante la Legislatura porteña y ser sometido a una audiencia pública. Todos esos pasos se saltearon y nosotros vamos a tomar medidas”. Desde el Gruppo Modena advierten

que sí se tomaron recaudos. Que las autorizaciones fueron validadas ante la Fuerza Aérea, que juzga que es la autoridad competente. LA NACION comprobó que esa fuerza le había otorgado la habilitación como helipuerto el 26 de septiembre último, tras recibir un estudio de impacto ambiental que realizó la consultora Gea. El estudio, al que tuvo acceso LA NACION, asegura que no se detecta impacto negativo en “operaciones diurnas”, estimadas en “dos o tres diarias, compuestas por aterrizaje y despegue”. Y detalla que el estudio se hizo sobre la base de que no existan “operaciones simultáneas de dos helicópteros aterrizando juntos, ya que el riesgo sería elevado”. La ruta que autorizó la Fuerza Aérea indica un recorrido sobre el río, evitando sobrevolar la Reserva Ecológica. “Es una locura que se autorice este helipuerto”, cuestionó Javier Menéndez, presidente de la Asociación Civil Vecinos por la Reserva. “En la práctica, los helicópteros van a terminar pasando sobre la Reserva, y cuando las aves se hayan ido, será demasiado tarde”, agregó.

El casino, un precedente No es la primera vez que el tema de las jurisdicciones genera conflictos entre la ciudad y la Nación en las cercanías del puerto. Tal como ocurrió con el Casino Flotante, que se instaló en las aguas de la Dársena Norte en 2000 y desafió la autonomía de la ciudad, que determina que en sus tierras no pueden tener espacio los juegos de azar. Esta vez, será el Helipuerto Baires Madero. La interjurisdicción de la zona promete controversias no sencillas de dilucidar. Sobre todo, porque la ciudad reivindica tener potestad sobre las acciones que se lleven adelante en tierras que, aunque estén bajo la órbita nacional, como la Administración General de Puertos, deben respetar las normas de la ciudad. Más aún si se trata de cuestiones ambientales y de aquella frase reiterada acerca de que “la contaminación no tiene fronteras”. Según consideró el ministro de Medio Ambiente porteño, Juan Manuel

Velazco, “el hecho de que el helipuerto esté en jurisdicción nacional no es justificación para que no se presente ante las autoridades de la ciudad las certificaciones que demuestren que la obra no tendrá impacto ambiental”. Y agregó: “El helipuerto, si bien no está en tierras de la ciudad, está en los límites de injerencia y afectará a la Reserva, que fue declarada paisaje cultural”. Según el ministro, la ley de manejo de la Reserva Ecológica establece que cualquier obra que se realice en las cercanías debe tener una amortiguación de por lo menos 300 metros. “Aquí el problema es que los helicópteros pasarán a menos de 100 metros de la costa”, dijo. “Se han tomado todos los recaudos. Esto no generará más impacto que el que causan los aviones que van a Aeroparque o a Ezeiza”, apuntó Cristiano Rattazzi, impulsor del helipuerto.

En la avenida Córdoba al 1700, en cuya vereda existen hermosos canteros, desde hace bastante tiempo el lugar se transformó en asentamiento de cartoneros. Así lo contó la vecina Alicia Susana Bronstein, que aseguró: “Allí acopian y distribuyen el cartón, con el consiguiente peligro que implica la presencia nocturna de personas en ese lugar; también atenta contra la higiene y la salubridad, dado que todas las noches quedan desparramados todo tipo de desperdicios, producto de la rotura de las bolsas de residuos. Los vecinos ya hemos hecho toda clase de reclamos sin obtener una solución”, dijo.

Baches reparados Los pozos peligrosos que había en la calle Uruguay, entre Juncal y la avenida Santa Fe, en Recoleta, fueron reparados por el Ministerio de Espacio Público. La zona en cuestión ocasionaba muchas molestias para el tránsito y los vecinos habían manifestado su preocupación en esta sección.