Leyes ( y transgresiones) de la narración policial

15 ago. 2009 - tanta importancia. “[Las] pompas de la muerte no caben en la narración poli- cial, cuyas musas glaciales son la higie- ne, la falacia y el orden.”.
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ANIVERSARIO | NOVELA DE MISTERIO

POR GUILLE

RMO

Leyes ( y transgresiones) de la narración policial El autor de Acerca de Roderer advierte, con Borges, que la buena literatura de enigma suele depender menos de la observancia de ciertas reglas estilísticas que de su delicada y sabia infracción

E

n su artículo “Leyes de la narración policial”, (de 1933, recogido en Textos recobrados), Borges propone algunas reglas básicas o “mandamientos” para el relato policial clásico. Estas convenciones, como señala con agudeza, “no propenden a eludir dificultades, sino a imponerlas”. Borges escribe explícitamente las siguientes seis: 1. Un límite discrecional de sus personajes Los personajes deben ser pocos y bien determinados, de modo que el lector llegue a conocerlos y a distinguirlos. “La infracción temeraria de esa ley tiene la culpa de la confusión y el hastío de to-

dos los films policiales.” 2. Declaración de todos los términos del problema Se deben disponer todas las cartas sobre la mesa, sin ases intempestivos de último momento. A partir de cierto punto, el lector tendría que contar con todas las pistas necesarias para encontrar por sí mismo la solución. “La variada infracción de esta segunda ley es el defecto preferido de Conan Doyle. Se trata, a veces, de unas leves partículas de cenizas recogidas a espaldas del lector por el privilegiado Holmes… Otras, el escamoteo es más grave. Se trata del culpable, terriblemente desenmascarado a última

hora para resultar un desconocido, una insípida y torpe interpolación.” 3. Avara economía de los medios Que un personaje se desdoble en dos puede ser admisible, señala Borges. Pero que dos individuos finjan ser un tercero para proporcionarle ubicuidad “corre el seguro albur de parecer una cargazón”. La solución debe ser lo más limpia y neta posible, sin engorros tecnológicos, artificios improbables o despliegues abrumadores de movimientos y detalles. También: la solución debe poder inferirse con los recursos ya puestos en juego, como otro reordenamiento de lo conocido. 4. Primacía del cómo sobre el quién La verdadera intriga de un buen whodunit no es el nombre final de quién lo hizo, sino cómo será el nuevo orden lógico más sutil, la verdad subterránea, que ilumina todo lo leído de otra manera. 5. El pudor de la muerte

MARTÍNEZ

Además de habe r escrito diverso s ensayos, es au tor de las nove las La mujer del maest ro, La muerte len ta de Luciana B y Crímenes impe rceptibles, llevada al cine por el direc tor español Álex de la Iglesia

A diferencia de los thrillers del cine contemporáneo, en que la imaginación se dirige a concebir crímenes cada vez más morbosos y cadáveres cada vez más chocantes, en el relato policial clásico la muerte es como la jugada de apertura en el ajedrez, y no tiene en sí misma tanta importancia. “[Las] pompas de la muerte no caben en la narración policial, cuyas musas glaciales son la higiene, la falacia y el orden.” Una transgresión ejemplar a esta ley es Navidades trágicas, de Agatha Christie. La idea, según se deja ver en la dedicatoria, surgió como un desafío, después de que su cuñado le reprochó, justamente, que sus crímenes eludían la sangre. “Te quejaste de que mis asesinatos se iban volviendo demasiado refinados, decadentes incluso. Sentías profundos anhelos de ‘un buen crimen violento, con mucha sangre’. ¡Un asesinato que no ofreciera duda alguna de que era un verdadero asesinato!”. Quizá lo más notable es que en este crimen, estéticamente opuesto, Agatha

Sábado 15 de agosto de 2009 | adn | 7