Las frenéticas negociaciones para conseguir 250 millones de dólares ...

30 jul. 2014 - sionistas y los empresarios locales de un gobierno que caminó alegre- ... a un estrés innecesario, sólo pa- ra escribir una historia que nunca.
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POlÍTica ecONÓMica | 7

| Miércoles 30 de julio de 2014

la crisis de la deuda | tratativas de última hora

Las frenéticas negociaciones para conseguir 250 millones de dólares de bancos locales

el análisis

La necesidad de preservar la magia del relato Joaquín Morales Solá

colecta. El jefe del BCRA fue el encargado de reunir a las cámaras para plantearles

la estrategia; banqueros viajaron anoche a Nueva York para negociar con Elliot

—LA NACIoN—

Viene de tapa

Viene de tapa

A cambio, la idea es pedirles a los buitres que soliciten al juez Thomas Griesa la reposición de la medida cautelar –stay– que suspende por un tiempo la ejecución de su sentencia que obliga al país a pagar unos US$ 1500 millones. Así, la Argentina podría sortear el default y, al mismo tiempo, evitar que se dispare la cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers), que habilita a los bonistas que entraron a los canjes de 2005 y de 2010 a reclamar si es que el Gobierno le hace alguna oferta mejor a otro acreedor. Esa cláusula rige hasta diciembre de este año. Pero, además, con los bancos como cara visible de una negociación, el Gobierno les sacaría a los bonistas del canje argumentos para reclamar por la RUFO en cualquier momento. No por nada desde el BCRA desmintieron ayer tajantemente que hubieran participado en un esquema para solucionar el problema de los buitres. “El Banco Central informa que no ha tomado conocimiento ni ha participado de ninguna de las propuestas que se consignan en los medios de comunicación”, aseveró un vocero de la entidad. La estrategia financiera, que ayer estaba terminando de idearse, contempla la participación de una entidad financiera internacional, que podría actuar como garante o, incluso, anticiparles a los holdouts parte del dinero tomando como reaseguro de éstos los bonos aportados por los bancos locales. “Se busca que sea un banco norteamericano, porque eso facilitaría una decisión de Griesa, al tratarse de una entidad que está bajo su jurisdicción. Al mismo tiempo, serviría como aliciente para los holdouts, ya que tendrían la posibilidad del reclamo al alcance de la mano”, confió un banquero al tanto de las tratativas. Anoche, confirmaron fuentes del mercado a la nacion, representantes de bancos nacionales viajaron a Nueva York para negociar con el fondo NML, del Elliot, principal demandante en la causa del default. En las entidades interpretan que Elliot es, después de todo, el interlocutor de mayor peso y con más posibilidades de destrabar el conflicto. Sin embargo, banqueros temían anoche no llegar a tiempo con el armado de la ingeniería financiera necesaria para garantizar un acuerdo antes de que expire el plazo para evitar un default. “No está garantizado que lleguemos a cerrar un acuerdo para mañana [por hoy], antes de que las calificadoras nos declaren en default, pero sería sólo una cuestión de días”, señaló otro banquero. Aun así, existe en el mercado local la sospecha de que el juez Griesa sería, esta vez, más permeable a aceptar considerar un atajo que permita al país evitar la cesación de pagos, en tanto aparezca un gesto concreto del Gobierno para honrar lo dispuesto en su sentencia. El juez se encuentra además algo debilitado por las fuertes críticas que recibió en los últimos días por parte de la prensa neoyorquina. “Griesa no terminó de entender las transacciones de bonos sobre las que decidió durante años”, publicó días atrás The New York Times, en relación con los excesos en que habría incurrido el magistrado

Los inciertos caminos de la deuda Un recorrido por las opciones que tienen la Argentina, los bonistas, y el juez

SENTENCIA FIRME

1

SI ARGENTINA PAGA

2

SI SE REPONE EL “STAY”

3

SI ARGENTINA NO PAGA

Thomas Griesa instaura la cautelar

Cumple la sentencia y paga el total

Negocia una cifra menor

Como es una decisión judicial, no se dispara la cláusula RUFO

Si la oferta es mayor a la que se hizo en los canjes de 2005 y 2010 y menor a la sentencia, se dispara la cláusula RUFO

Default

Fondos buitre

Bonistas que entraron al canje

Legislación local

Legislación extranjera

Sigue el litigio

No más embargo

Garantía

Incumplimiento

Se iniciarán juicios de bonistas que están en las mismas condiciones que las que obtuvieron la sentencia de Griesa

El Bank of New York libera los pagos de todos los bonistas

A pedido de los acreedores, se constituye una fianza

No se puede cumplir con los vencimientos de septiembre y diciembre; hay dudas con los papeles emitidos en el país

SEPT

DIC

Vencimientos Se pueden cumplir con los pagos de septiembre y diciembre

31 de diciembre 2014 Vence la cláusula RUFO: posibles resultados

Amenaza El 93% que entró al canje podría exigir que se le iguale la oferta a la de los fondos buitre

Pedir la acelaración de vencimientos

Esperar que se regularice

Judicialización de la deuda

Caída del precio de los bonos

A

B

C

D

E

El Gobierno negocia con los bonistas que no entraron al canje y que aún no hicieron juicio

Podrían generarse juicios por miles de millones de dólares

Se suspenden los efectos de la sentencia El Gobierno pretende un amparo hasta 2015

Negociación directa con el Gobierno

Podría haber un nuevo canje

Fuente: LA NACION

al mantener bloqueados pagos que exceden su jurisdicción. Compras de última hora Para poder ser parte de la solución, los bancos estuvieron ayer a la tarde recomprando bonos de la deuda argentina que, junto con otros, aportarían de sus carteras de inversión. Fue tras otra reunión de urgencia que tuvo lugar en la sede de Adeba, en la que Brito les planteó a sus colegas la necesidad de aportar a este remedo de un “fondo patriótico”. El líder de la banca nacional sólo convenció a sus pares tras anunciar que estaba dispuesto a aportar US$ 100

millones para esta cruzada, moción que secundó el jefe del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio. El gesto bastó para ablandar a los más reticentes. Las compras de bonos por parte de los bancos actuaron como impulso de una corriente alcista en el mercado de bonos, ya que sus operaciones fueron seguidas por otros bancos y fondos de inversión del exterior que interpretaron ese gesto como una señal de que un acuerdo de última hora sería posible. De allí las mejoras de hasta 5,6% que se vieron entre los bonos y el salto del 6,5% que registró la Bolsa (ver aparte). Las alzas se registraron pese a que

algunos operadores expresaron sus reparos respecto del respaldo político que tendría esta iniciativa. No sería la primera vez que desde un ala del equipo económico se plantea una estrategia que luego no es convalidada por el ministro Axel Kicillof, y en definitiva, por la presidenta Cristina Kirchner. De hecho, la propuesta que se reflotó anteayer había sido planteada hace 15 días por parte de bancos privados ante el presidente del BCRA, Juan Carlos Fábrega, y Capitanich. Varias entidades financieras habían intentado además acercarle alternativas similares a Kicillof.ß

El país atravesaba un grave conflicto político y económico. Pellegrini consiguió el préstamo y logró luego una moratoria para el pago de los compromisos nacionales en los mercados financieros internacionales. Anoche, el equipo económico (con Axel Kicillof a la cabeza) negociaba en Nueva York la letra chica del acuerdo con los holdouts. Los denostados fondos buitre pedían varias garantías adicionales a la caución que colocaban los bancos. No se conformaban sólo con el dinero. El propio juez Griesa habría deslizado que estaba dispuesto a firmar la reinstalación del stay, aunque, aclaró, lo haría por última vez. Desde ya, el juez firmaría la nueva cautelar sólo si se la pedían formalmente los fondos especulativos. El caso no estaba definitivamente cerrado, aunque en el mercado financiero local se estimaba que “existe un 80 por ciento de posibilidades de que las cosas terminen bien”. Terminar bien significa que el país no entraría hoy en default y que tendría un plazo de 60 días para negociar cómo pagará el juicio que ya perdió. El Gobierno buscaba despegarse de la solución: la plata la pondrán los bancos y el stay lo pedirán los holdouts. La apariencia (que es lo que realmente le importa al cristinismo) indicaría que el Gobierno ganó con sólo decir que no. La trama oculta de la verdad es muy distinta. La administración presionó a los bancos locales y los fondos buitre no pidieron la cautelar mientras no tuvieron una garantía en dinero contante y sonante. Entregar una caución al juez, mientras se negocian las formas del pago definitivo, es la solución más habitual que existe en esta clase de juicios. Es lo que llevó hace varias semanas a Elisa Carrió a decir que “entraremos a un default por una cartera Louis Vuitton”. Sin embargo, la administración de Cristina Kirchner pasó el último mes desafiando al juez, increpando a los fondos buitre y eludiendo el análisis de la solución más fácil. El único argumento que mostró señalaba que entregar una caución podía disparar la cláusula RUFO, que obliga al Gobierno a generalizar a todos los bonistas cualquier mejora parcial que hiciera voluntariamente a un grupo de acreedores. Una caución no significa una mejora para nadie. Expresa sólo que el Gobierno decidió resolver el problema y que necesita tiempo para encontrar una solución. Una caución es dinero que queda en manos del juzgado de Griesa como una garantía. Es nada más que eso. Desde ya, el Gobierno, al revés de lo que le pasaba a Carlos Pellegrini, no necesita que le presten 250 millones de dólares. Están en las reservas del Banco Central. Sólo necesitaba conservar la estructura de un discurso que hasta había subestimado las consecuencias del segundo default en poco más de 12 años. Ahí empiezan las contradicciones. Si a la administración no le importaba una cesación de pagos, ¿para qué presionó a los bancos para que juntaran esa cifra? ¿Es, acaso, una decisión voluntaria de los bancos? ¿No podía el Gobierno, en tal caso, negarse a recibir ese aporte, que tendrá que devolver más

pronto que tarde? ¿Para qué viajó a Nueva York el ministro Kicillof si sólo se hubiera tratado de un acuerdo entre bancos locales y los fondos buitre? El montaje del relato sucedió hasta última hora. La propia Presidenta usó ayer el ámbito del Mercosur para descalificar duramente a los holdouts y, lo que es peor, para maltratar al juez Griesa. O existió un acuerdo con el juez, para que éste recibiera semejante trato horas antes de firmar una resolución que podría salvar a Cristina Kirchner, o la Presidenta es más osada de lo que se supone. Nadie se enoja con el verdugo cuando éste está a punto de frenar la aplicación de la condena. ¿Qué les dirá Cristina, además, a los presidentes sudamericanos, a los que ayer mismo les pidió solidaridad sin condiciones frente a su guerra supuestamente firme y ciega, si hoy se firmara un acuerdo con los holdouts? No es sólo el Mercosur. El Gobierno recorrió el mundo anunciando esa guerra, declarando que no pagaría nunca y anticipando que estaba dispuesto a incinerarse en el fuego del default. A última hora, cuando ya todos creían que el abismo estaba en la próxima estación, el Gobierno tomó una galera y sacó un conejo con las formas de bancos generosos y de fondos buitre comprensivos. Era magia más que relato, aunque ni la magia ni el relato son los que gobiernan las finanzas internacionales y a la justicia norteamericana. El precio que pagará la construcción del discurso no será menor. ¿Qué opinará el mundo, los inver-

¿Qué les dirá Cristina a los presidentes a los que ayer les pidió solidaridad? sionistas y los empresarios locales de un gobierno que caminó alegremente hacia un default? ¿Qué deducción harán los agentes económicos de una administración que priorizó la leyenda épica en medio de una economía en recesión, con altas tasas de inflación y con un creciente problema de empleo? ¿Confiarán en él? Las opiniones sobre el juez Griesa y sobre su sentencia son libres. El hecho concreto es que el Gobierno no pudo ignorar que existió una sentencia firme en su contra, que llegó hasta la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos. Y que la jurisdicción norteamericana fue elegida por los gobiernos argentinos para pedir créditos en el exterior o para refinanciar sus deudas. Griesa no es una imposición del “imperio”, sino una elección de los dirigentes argentinos, incluidos los Kirchner. Otra vez, la suerte de la Presidenta se desliza entre las manos de Griesa, que tiene como último plazo el día de hoy para firmar la cautelar y permitir el pago de bonos ya refinanciados. Eso no ha sucedido todavía, pero puede suceder durante la jornada, si se cumplieran todos los requisitos previos. La Presidenta ha llevado al país, también otra vez, a un estrés innecesario, sólo para escribir una historia que nunca existió.ß

Bonistas advirtieron sobre las implicancias de un default Dicen que podrían sumarse más juicios, y sanciones económicas por parte de EE.UU. Silvia Pisani

CORRESPONSAL EN EE.UU.

WASHINGTON.– Fuera de lo estrictamente económico, las derivaciones de la eventual suspensión de pagos con la que la Argentina viene amagando podrían disparar, en lo jurídico, una catarata de juicios –a partir de lo que se conoce como “pedidos de aceleración” de los pagos de los bonos del canje–, que elevaría en miles de millones de dólares la deuda en litigio judicial. A su vez, más en lo político, la cornisa del default abriría a los grupos de lobby “un nuevo frente” para impulsar sanciones del gobierno nor-

teamericano contra la Argentina por “violar las resoluciones de su sistema judicial a las que libremente se quiso someter”. Ése es el doble mensaje que ayer, sobre el filo del desenlace, puso de manifiesto la American Task Force Argentina (ATFA), uno de los principales grupos de presión a favor de los denominados fondos buitre. “Hay muchos aspectos del default con el que coquetea el gobierno de Cristina Kirchner que no se dicen”, arrancó Robert Shapiro, uno de sus directivos. Entre ellos, la posibilidad de gestionar ante la administración de Barack Obama “nuevos castigos” en el terreno comercial y económico contra la Argentina, como represalia por incumplir resoluciones judiciales de sus tribunales. “Hay antecedentes más que evidentes sobre la dureza con que reaccionó la Casa Blanca contra la Ar-

gentina en situaciones similares”, recordó. Se refirió así a las trabas que desde hace dos años aplica la Casa Blanca contra la aprobación de créditos en el Banco Mundial (BM) o en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), así como a la suspensión de beneficios arancelarios. Desde la perspectiva jurídica, el abogado Richard Samp se encargó de desterrar, primero, el argumento al que apela el gobierno de Cristina Kirchner según el cual “no se puede hablar de default” cuando hay “voluntad de pago” y cuando el dinero para efectivizarlo se depositó ya en la cuenta del agente pagador. Experto de la Washington Legal Foundation, con sede en esta ciudad, Samp es uno de los letrados que más activamente han venido siguiendo el caso. No desechó que, en los primeros días de un default, se produzca un territorio gris en el que no se

precipite ningún dato significativo. “Es probable que transcurran varios días sin novedad. Sobre todo, porque muchos tenedores de bonos querrán esperar a ver si hay una solución” de algún tipo. Pero su vaticinio es que sería “una locura” confiar en que esa hipotética serenidad se prolongará por siempre. “Bastará que un solo tenedor de bonos se presente para demandar su acreencia que otros muchos lo harán, porque nadie querrá quedarse atrás”, aseguró. Se refirió así al proceso de “aceleración” de pagos, por el que los tenedores de bonos que hubieran surgido de los canjes de deuda de 2005 y de 2010 que no cobren sus acreencias por la orden del juez Thomas Griesa podrán reclamar ante los tribunales norteamericanos la totalidad de lo que se les debe. Los bonos del canje, como los Discount y

los Par, tienen una cláusula que los habilita en un período de 60 días a partir del default a pedir el pago del 100% del título. Esa multiplicación elevaría en miles de millones de dólares la deuda en litigio judicial, respecto de la acotada porción de no más del 7% en que se encuentra ahora. Un escenario de presión política y jurídica que, inmediatamente, se haría sentir en lo económico. “Serán los argentinos los que sentirán el rigor en sus bolsillos y los que sufrirán”, vaticinó, por su parte, Shapiro. Más tarde, al empezar a conocerse detalles de una oferta argentina para constituir una garantía con fondos de bancos privados, Samp habló de un “cambio de clima” en las negociaciones. “Cualquier oferta que involucre dinero va a ser bien recibida y escuchada con interés por los acreedores”, afirmó.ß

Advertencia de una calificadora ^b^b^ La agencia de riesgo Standard and Poor’s (S&P) anunció que si no hay acuerdo para hoy con los holdouts bajará la calificación de la deuda argentina, que quedará técnicamente en default. Se trata de una confirmación de la medida que dictó la calificadora de riesgo norteamericana a principios de mes, cuando colocó en “vigilancia negativa” la perspectiva de la deuda soberana de la Argentina.