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POLÍTICA
| Viernes 13 de junio de 2014
el caso ciccone | nuevas revelaciones
Renwick aportó detalles de las negociaciones para salvar la imprenta y contradijo a Boudou Confirmó ante el juez Lijo los encuentros de la familia Ciccone con el vice y su socio Núñez Carmona; calificó a ambos y a Vandenbroele de “ladrones”
Echegaray también quedó atrapado en las internas del Gobierno La declaración de Resnick Brenner lo dejó en una posición incómoda ante Boudou Mariano Obarrio LA NACION
Hugo Alconada Mon LA NACION
Furioso por lo que considera una acusación injusta, el yerno de Nicolás Ciccone, Guillermo Reinwick, ratificó ayer como imputado lo que en diciembre declaró como testigo y redobló sus dardos contra el vicepresidente Amado Boudou, su socio José María Núñez Carmona y Alejandro Vandenbroele. Los acusó de “mamarrachos” y “ladrones”. “Lo único que hice fue ayudar a mi suegro y tratar de que un funcionario público lo atienda”, dijo Reinwick ante el juez Ariel Lijo en su indagatoria, que siguió a la del ex jefe de Asesores de la AFIP Rafael Resnick Brenner. “Jamás pensé que aquéllos [por Boudou, su socio y Vandenbroele] querían apoderarse de la empresa por la sencilla razón de que representaban al gobierno nacional”, añadió. Reinwick presentó además un escrito en el que, junto a su abogado Carlos Indalecio Vela, lamentó terminar bajo sospecha. “Si éste es el precio que debo pagar por haber aportado un granito de arena para descubrir el hecho de corrupción más importante de los últimos años, lo acepto”, desafió. Durante la indagatoria, aportó más detalles sobre varias reuniones propias y de los Ciccone con Boudou y Núñez Carmona. Por ejemplo, afirmó que “fue pactada” la cena en el Palacio Duhau, cuando el miércoles por televisión el vicepresidente calificó ese encuentro de “casual” después de negar durante dos años incluso que lo conocía. Reinwick también aportó precisiones sobre su primera reunión con Boudou y otra hasta ahora desconocida. “Antes lo había visto en Telefé
el día que acompañé a mi suegro, y otra vez lo vi, puede ser de casualidad, cuando estaba tomando un café en Puerto Madero; él llegó y se sentó en mi mesa y me saludó”, declaró. Ante el juez, Boudou dijo que no existió tal encuentro en Telefé, en el queNúñezCarmona,segúnReinwick, luego se reunió con ellos en la sala de directorio del canal para discutir los detalles del rescate de la imprenta por medio de “un apalancamiento de fondos a través de un banco local”. Reinwick aportó dos posibles testigos de aquella mañana en Telefé: “Angie”, una secretaria de Marcelo Tinelli –“vio quiénes estábamos sentados en el directorio”– y “Coco”, por entonces cocinero en el programa de Maru Botana, que precedió al de AM en el que participó Boudou. Su abogado Vela, en tanto, pidió varias medidas de prueba. Entre otras, un relevamiento de todas las llamadas entrantes y salientes de todos los acusados para verificar si, como dijo Vandenbroele, se conocen desde hace años. Según Reinwick, no encontrarán ni una llamada previa a julio de 2010. “Les ofrezco todos mis teléfonos para que vean que nunca los conocí ni hablé con ellos, y si me los cruzaba no sabía quiénes eran. Pero me quieren hacer cargo de que me quedé o me robé siete millones de pesos de la provincia de Formosa”, dijo. El mismo planteo, pero más crudo, repitió ante la prensa al concluir la indagatoria: “Me da asco lo que hicieron en Formosa. Le chorearon siete palos a la provincia más pobre del país. Son unos mamarrachos. Escríbanlo”, instó. En el escrito que dejó en el juzgado, Reinwick también rechazó lo que definió como “verdad creada para ocultar todo” y con la que adujo que buscaron presentarlo como dueño de The Old
Fund. Para refutarlo también pidió peritajes caligráficos. “Estos señores [por Boudou, Núñez Carmona y Vandenbroele] me han falsificado mi firma en una enorme cantidad de papelería y documentación”, dijo. También aludió a los viajes alrededor del mundo que The Old Fund pagó para el socio, el hermano, la cuñada, el sobrino y el jefe de Gabinete de Boudou, a través de la agencia de viajes de la ex pareja del vicepresidente, mientras que él dijo que se pagaba sus viajes por su cuenta. “Me pregunto: ¿yo que supuestamente soy el dueño del TOF no voy a sus oficinas, no hago viajes ni los pago a través de TOF, pero los familiares y amigos de los principales imputados que no tienen nada que ver sí?”, inquirió. Reinwick también apuntó a los supuestos financistas de esta trama, Jorge Brito y Raúl Moneta. “No se puede encontrar explicación lógica para que yo le pida un crédito al Banco Provincia y desde el banco me hayan dicho que mi situación crediticia máxima es de $ 200.000; llegué a que me prestaran un millón con el aval de amigos míos. Y supuestamente esta gente que no me conoce la cara [por Brito y Moneta] me prestó $ 50 millones. Quiero que alguien me explique cómo esto puede suceder.” Reinwick adjudicó a un “cuadro de presión y amenazas” por qué calló durante más de dos años. “En la Semana Santa de 2012 vi volar por los aires al fiscal [Carlos] Rívolo, al juez [Daniel] Rafecas y al procurador general, Esteban Righi”, que, recordó, además fue denunciado por Boudou, al igual que el titular de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi. “Frente al nombre, cargos y poder de los denunciados –planteó–, ¿puede alguien creer que yo iba a denunciar a estas personas?”ß
Encuentros cercanos Las reuniones con Boudou, según el relato de Reinwick Junto a otras supuestas reuniones entre los Ciccone y el entonces ministro de Economía y/o su socio en el I Fresh Market de Puerto Madero y el hotel Hilton, el yerno de Nicolás Ciccone, Guillermo Reinwick, detalló otros tres encuentros en los que él participó Encuentro en Telefé El 29 de julio de 2010, se encuentran por primera vez en los estudios del canal Telefé junto a Nicolás Ciccone y José María Núñez Carmona En Puerto Madero Con fecha desconocida, tienen un encuentro en un café de Puerto Madero, “puede ser de casualidad”, según declaró Reinwick, que dice que Boudou se sentó a su mesa Cena en el Palacio Duhau En octubre o noviembre de 2011, cenan en el Palacio Duhau junto al dueño del Swiss Medical Group, Claudio Belocopitt, y Núñez Carmona; según el vicepresidente, fue sólo un encuentro apenas “casual”
Las peleas internas dentro del gobierno de Cristina Kirchner por el caso Ciccone salen a la luz. El vicepresidente Amado Boudou dejó trascender a través de varios funcionarios que se refería al ministro del Interior y Transportes, Florencio Randazzo, cuando acusó a los “machos del off” que lo perjudican con versiones periodísticas. Además, el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, también quedó ayer en la mira del vicepresidente porque un ex número dos de la AFIP, que sigue en el organismo, comprometió aún más a Boudou ante el juez federal Ariel Lijo. La presidenta Cristina Kirchner quedó sorprendida por la declaración judicial del ex jefe de asesores de la AFIP, Rafael Resnick Brenner. El otrora mano derecha de Echegaray sostuvo por escrito ante Lijo que mantuvo un encuentro con José María Núñez Carmona, socio y amigo de Boudou, que se presentó como “representante del Ministerio de Economía” para levantar la quiebra de la ex Ciccone. Esa afirmación dejó comprometido a Boudou, que niega su interés en aquella negociación. El encuentro se produjo en 2010 en el Ministerio de Economía, cuando Boudou estaba a cargo de esa cartera, y con un ex jefe de asesores de éste, Guido Forcieri, que ayer fue citado a indagatoria por Lijo. “Está todo cada vez más raro. Nadie sabe qué pensar. Echegaray puede no estar detrás de su ex segundo, Resnick Brenner, porque éste ahora es jefe regional de Salta de la AFIP y no quedó en buenos términos con Echegaray. De todos modos es raro”, confiaron a la nacion en de Balcarce 50. Subrayaron en el primer piso de la Casa Rosada que, de todos modos, la “posición global del Gobierno es proteger a Boudou”. Pero al mismo tiempo aseguraron que Cristina defenderá también a Randazzo de los ataques del vicepresidente porque “hoy es una figura electoral clave en el Gobierno”. Se trata, explican, del hombre en quien la Presidenta comenzó a confiar seriamente para enfrentar al gobernador Daniel Scioli en las presidenciales de 2015. Llegaron encuestas a Balcarce 50 que indican que Randazzo está creciendo en intención de voto. “La orden es defender a Boudou, pero por lo visto no todos lo acatan”, dijo un funcionario a la nacion en referencia a las declaraciones del ex mano derecha de Echegaray que salpicaron a Boudou. Consultados por la nacion, los voceros de Echegaray aseguraron que el administrador de la AFIP “no va a hacer declaraciones”. De todos modos, funcionarios del Gobierno que conocen bien a Echegaray afirmaron en medio de la confusión que “si Resnick
dijo lo que dijo debe ser verdad”. En esas usinas dijeron que la relación política entre Boudou y Echegaray no es la mejor. Además, pusieron de relieve que el vicepresidente, si bien rescató como legítima la participación del titular de la AFIP en la gestión para levantar la quiebra de Ciccone, no dejó de nombrar a Echegaray cuantas veces pudo y subrayar que la responsabilidad administrativa era de él. Cerca de la AFIP el clima está enrarecido. Esa decisión de beneficiar a Ciccone se tornó sospechosa porque luego sería comprada por supuestos amigos de Boudou y recibió millonarios contratos del Estado para imprimir billetes y boletas electorales del Frente para la Victoria. El ministro de Economía, Axel Kicillof, interpretó el libreto de Cristina, que ordenó defender a Boudou, y aseguró por la mañana que si él hubiera sido entonces el titular de la cartera económica hubiera hecho exactamente lo mismo que el entonces ministro (ver aparte). Por otro lado, se supo ayer que el propio Boudou comentó con funcionarios y con periodistas que Randazzo es el “macho del off” al que se refería cuando denunció que existen funcionarios que filtran información y que supuestamente perjudican al vicepresidente. En concreto, Boudou acusó en esas conversaciones reservadas a Randazzo de difundir la estrategia judicial de la Presidenta para el caso Ciccone y las supuestas reuniones entre ella, Boudou y Carlos Zannini, que es quien ahora interviene en los lineamientos de la defensa del vicepresidente, pese a que sus abogados son Diego Pirota y Darío Richarte, enfrentados con el ala más dura del kirchnerismo.ß
Diputados del oficialismo, contra Lijo ^b^b^ El oficialismo en la Cámara de Diputados se sumó ayer a la ofensiva contra Ariel Lijo, el juez que indagó a Amado Boudou en el caso Ciccone. Carlos Kunkel y otros once diputados del bloque que conduce Juliana Di Tullio presentaron un proyecto de resolución para expresar su “más enérgico repudio y preocupación” por el otorgamiento, por parte del magistrado, de la personería jurídica al partido Bandera Vecinal, liderado por Alejandro Biondini, un dirigente al que acusan de reivindicar el nazismo. Respecto de la actuación de Lijo, afirman que “debiera tomar intervención el Consejo de la Magistratura ante manifiesto mal cumplimiento de sus funciones”.
Kicillof avaló el interés del vice en la firma Reinwick, ayer, antes de declarar ante Lijo; su testimonio comprometió más a Boudou
AnibAl Greco
Ni la amenaza del ventilador lo salvaría el pulso político Fernando Laborda LA NACION
L
a estrategia de defensa de Amado Boudou parece estar hasta ahora llena de mensajes políticos que difícilmente alcancen para diluir sus responsabilidades como funcionario en el caso Ciccone. Subyace en sus declaraciones una advertencia: si llega a caer en la tentación de prender el ventilador, nadie saldría beneficiado. Pero se trata más de mensajes hacia el propio gobierno nacional y la interna del oficialismo que hacia la Justicia. El vicepresidente, tras prestar declaración indagatoria ante el juez Ariel Lijo, el lunes pasado, se preocupó por aclarar que, en esa oportunidad, sólo se refirió a la parte “técnico-jurídica” del caso y que se había reservado las “cuestiones políticas” para “otra instancia”. Podía estar refiriéndose a deriva-
ciones del caso que pudieran involucrar al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, o también a lo que para muchos es un secreto a voces: que Néstor Kirchner hubiera sido el primer interesado en la operación Ciccone. Muy poco podría obtener de la Justicia Boudou en caso de que insinuara que quien comandó el país entre 2003 y 2007 le ordenó, en plena presidencia de su esposa, que urdiera un plan para que gente de confianza se quedara con la imprenta. Por un lado, Kirchner ya no vive; por otro, el ex presidente no ocupaba ningún cargo público que lo convirtiera a Boudou, por entonces ministro de Economía, en su dependiente. Si involucrar a Néstor Kirchner en el asunto no persuadiría a la Justicia de la inocencia de Boudou, al menos podría convencer a la presidenta de la Nación de que soltarle la mano a su vicepresidente podría derivar en costos políticos irreparables para el kirchnerismo. Aunque probablemente Boudou
no tenga que recurrir a maniobras cuasi extorsivas de esa clase, porque Cristina Kirchner está decidida a bancarlo ahora por otras razones, vinculadas con la necesidad de no mostrar más debilidad en el último tramo de su mandato. Lo más claro que parece haber hecho Boudou en su defensa judicial es intentar tomar distancia de su socio, José María Núñez Carmona. Algo difícil teniendo en cuenta que ambos estarían asociados en al menos siete empresas. La presentación efectuada ayer ante Lijo por Rafael Resnick Brenner, el ex jefe de asesores de la AFIP, compromete aún más a Boudou. Resnick Brenner mencionó que, en tiempos en que se analizaba un plan de facilidades para la deuda de Ciccone, tuvo un encuentro con Núñez Carmona, quien le fue presentado por Guido Forcieri, entonces jefe de gabinete de Boudou en el Palacio de Hacienda, como el “encargado” en “representación del Ministerio de Economía” para “el seguimiento
del trámite” del levantamiento de la quiebra de la imprenta. Las dificultades judiciales de Boudou aparecen cuando se advierte que el artículo 265 del Código Penal contempla una pena de hasta seis años de prisión para el “funcionario público que, directamente, por persona interpuesta o por acto simulado, se interesare en miras de un beneficio propio o de un tercero, en cualquier contrato u operación en que intervenga en razón de su cargo”. Su lectura indica que para que se constituya el delito de negociaciones incompatibles basta que el funcionario haya buscado beneficiar a un interés particular, y no necesariamente un beneficio para sí mismo, que sería más difícil de probar por la posible existencia de testaferros. De este modo, no sería indispensable, para que haya delito, que Vandenbroele, Núñez Carmona o quien sea operen como testaferros de Boudou, sino que Boudou simplemente se haya interesado en un contrato u operación de ellos.ß
Dijo que debe preocupar al Gobierno la quiebra de una empresa vinculada a necesidades del Estado El ministro de Economía, Axel Kicillof, justificó ayer el interés que el vicepresidente y antecesor en el cargo, Amado Boudou, puso en la quiebra de la imprenta Ciccone, por lo que la firma representa para el Estado. “Que quiebre una empresa que tiene capacidades como para imprimir billetes y otras cosas específicas vinculadas con el Estado debería ser una preocupación del Estado, y por eso terminó estatizándose la firma”, señaló el ministro, que, sin embargo, aclaró que no es “especialista en cuestiones jurídicas ni en la defensa del vicepresidente”. En declaraciones radiales, Kicillof afirmó que “si quiebran las empresas porque no pueden pagar sus impuestos es una cuestión de política económica; si hay posición dominante de empresas, es cuestión de política económica”, y dijo: “No quepa duda de que si hoy está en juego que quiebre Siderar o Techint porque no pueden pagar una deuda impositiva, yo supongo que me interesaría de oficio”. En la investigación que lleva adelante el juez federal Ariel Lijo por la causa Ciccone, el vicepresidente es cuestionado por haberse interesado de oficio en la situación comercial de la imprenta, luego estatizada.
“Si está por quebrar una empresa por una deuda impositiva, como ministro debería intervenir. Y si es una empresa de relevancia por el papel que juega en su sector, todo el Gobierno se tiene que interesar”, subrayó Kicillof, que justificó de esa manera el accionar de Boudou en caso de la imprenta Ciccone. En su defensa, Boudou ha dicho que todo lo vinculado a la impresión de billetes corresponde a competencias del Banco Central, y en igual sentido se expresó el actual titular del Palacio de Hacienda. “Las decisiones de impresión de billetes las toma el directorio del Banco Central, porque tiene que observar la cantidad de circulante, la necesidad de emisión y el estado de lo que hay circulando en la economía”, dijo el ministro. Y agregó: “Cuando faltan billetes, es el Banco Central el responsable de llamar a licitación”. Kicillof explicó, además, que desde su lugar en el ministerio permanentemente está “en diálogo con la AFIP y con el Banco Central”, porque en conjunto constituyen lo que denominó “el equipo económico”. Desde que el juez Lijo aceleró los llamados a indagatoria, la semana pasada, Boudou recibió varios apoyos entre figuras del Gobierno, a pesar de que el vicepresidente sugirió que algunos funcionarios, a los que llamó “los machos del off”, tenían interés particular en perjudicarlo judicialmente.ß