LA POESÍA HEBREA Material sonoro, figuras y imágenes
EL MATERIAL SONORO
Uno de los primeros momentos del análisis poético es el reconocer los elementos sonoros del poema, porque creemos que la habilidad y capacidad del poeta en utilizarlos nos ayudan y posibilitan que la proclamación y recitación del salmo pase de un yo - personal a una memoria colectiva en la audiencia
L. A. Schökel reconoce en la poesía bíblica la costumbre de recitar oralmente un texto, manteniendo viva y despierta la sensibilidad para escuchar y apreciar la calidad sonora del lenguaje poético.
Dentro de los recursos fónicos o sonoros de una lengua, y de una manera especial dentro de nuestro análisis de la poesía hebrea, podemos encontrar la aliteración, la asonancia y la rima.
Éstos tienen la función de combinar, distribuir y relacionar vocales y consonantes, produciendo efectos sonoros con un significado particular que despierta la imaginación y la fantasía, no solamente en quién pronuncia el canto a viva voz, sino también en los oyentes.
LA REPETICIÓN SONORA Consiste en repetir llamativamente algunos elementos fónicos
Una experiencia, un mensaje, una enseñanza se divide en dos piezas, buscando intensidad o extensión; después las dos piezas se funden en homogeneidad sonora.
Esta frase del texto de Oseas 8,7, se transforma gracias a su sonoridad y enseñanza, en un proverbio fácil de memorizar.
ALITERACIÓN Es la repetición de un sonido consonántico al comienzo de palabra
`ad-qücË hä´äºrec qeºšet yüšaBBër wüqiccëc hasta los extremos del mundo; rompe el arco, quiebra la lanza (Sal 46,10)
RIMA Repetición al final de palabra 16
que si la levantaba, me darías caza como a un león, repitiendo tus proezas contra mí, 17 renovando tus ataques contra mí, redoblando tu cólera contra mí, tus tropas de refresco sobre mí. Job 10,16-17
TitPallä´-bî
A un panal de rica miel
contra mí
dos mil moscas acudieron
`ëdʺkä negDî
que por golosas murieron
contra mí
presas de patas en él.
`immädî
Otra mosca en un pastel enterró su golosina.
contra mí
Así, si bien se examina,
`immî
los humanos corazones
sobre mí
perecen en las prisiones del vicio que los domina. Samaniego
ASONANCIA Figura Retórica que consiste en la repetición de sonidos producidos por las vocales dentro de una oración o frase
Muchas veces el pueblo iba a escuchar al salmista no por el contenido del mensaje, sino porque daba gusto escuchar su retórica. La musicalidad y el ritmo entran en el cuerpo del oyente, por lo tanto es también un vehículo de sentido.
El pueblo no tiene méritos que invocar a Yavé, y el profeta mismo se pone al lado del pueblo, identificándose también con sus culpas; esto se hace evidente con la expresión del sufijo de primera persona plural: Wn (6 veces en el v.7), manifestando la intensión de Jeremías de expresar la solidaridad en la culpa. (14,7)
´im-`áwönêºnû `äºnû bäºnû ´ädönäy `áSË lümaº`an šümeºkä Kî|-raBBû müšûbötêºnû lükä Hä†äº´nû “Si nuestras culpas nos acusan, Señor, intervén por tu Nombre, porque son muchas nuestras apostasías, hemos pecado contra ti”
JUEGO DE PALABRAS Explotan la polivalencia de significados de una palabra o la semejanza sonora de varias aprietas la leche y sale manteca, aprietas la nariz y sale sangre, aprietas la ira y salen riñas. Prov 30,33
Kî mîc Häläb yôcî´ Hem´â û|mîc-´ap yôºcî´ däm (bëma) Ûûmîc ´aPPaºyim yôºcî´ rîb šö|m•reºkä – šöm•reºkä cillükä yümîneºkä – yiš•mor•Kä ´et-nap•šeºkä – yiš•mor-cë´tükä ûbô´eºkä
Tu guardián Tu guardián tu sombra a tu derecha
Te guarda … tu vida Sal 121, 3b. 5. 7. 8
Tus salidas y tus entradas
FIGURAS
PARALELISMO El genio de los antiguos israelitas era sobre todo subjetivo. El poeta hebreo no se acomoda a expresar los pensamientos y emociones de otros como lo exigen tanto la epopeya como el drama. Él sólo intenta expresar sus propias emociones y experiencias.
El paralelismo es el procedimiento más frecuente y más conocido de la poesía hebrea.
"Si al mecer las azules campanillas de tu balcón crees que suspirando pasa el viento, murmurador sabe que, oculto entre las verdes hojas, suspiro yo" Gustavo Adolfo Bécquer, Rima XVI "Que te amo con el alma que te quiero con el corazón" Popular "Errado lleva el camino errada lleva la guía" Romancero Clásico
Al salir Israel de Egipto, Jacob de un pueblo bárbaro, Judá fue su santuario, Israel su dominio. (Sal 114,1-2) Esta forma es muy curiosa de expresarse. Es como si, al andar, diera dos pasitos con el pie derecho y otros dos con el izquierdo; en vez de lo normal, que es dar primero uno y luego el otro.
L o n o r m a l
…
s e r í a
Cuando Israel salió de Egipto, Judá fue su santuario, al salir de un pueblo bárbaro, Israel su dominio.
Una oración subordinada y una oración principal Articulando los dos elementos que podemos reconocer de manera paralela, le damos una movilidad y un color nuevo al mensaje o comprensión que tenía en un principio.
Y sin quererlo, puede en este dinamismo, colocar poéticamente todas las gestas que vivió el pueblo de Israel con su Dios a lo largo de su historia.
Al salir Israel de Egipto Egipto, Jacob de un pueblo pueblo bárbaro bárbaro, Judá fue su santuario, santuario Israel su dominio. (Sal 114,1-2) dominio
1Al
salir Israel de Egipto, Jacob de un pueblo balbuciente, 2 fue Judá su santuario, Israel fue su dominio. 3 El mar al verlos huyó y el Jordán retrocedió. 4 Los montes saltaron como carneros, las colinas como corderos. 5 ¿Qué te pasa, mar, que huyes, a ti, Jordán, que retrocedes? 6 ¿A vosotros, montes, que saltáis como carneros, colinas, que saltáis como corderos? 7 En presencia de su Dueño se estremece la tierra, en presencia del Dios de Jacob, 8 que transforma la roca en estanques, el pedernal en manantiales.
Hay tres tipos de paralelismo El paralelismo sinónimo: las dos líneas expresan exactamente la misma idea. Por ejemplo en el salmo 72 El paralelismo sintético: la segunda frase completa el sentido de la primera. En el salmo 103 encontramos El paralelismo antitético: la segunda frase expone una contraposición que viene a reforzar el sentido de la primera. Un buen ejemplo sería el salmo 1
1 2
Que rija a tu pueblo con justicia, a tus afligidos con rectitud. 3
4
Oh Dios, confía tu juicio al rey, tu justicia a un hijo de rey.
Que montes y colinas traigan al pueblo paz por la justicia.
Que defienda a la gente oprimida, que salve a las familias pobres y quebrante al opresor. 5
6
Que dure en compañía del sol, frente a la luna, de edad en edad.
Que baje como lluvia sobre el césped, como llovizna que empapa la tierra.
7
Que en sus días florezca el honrado y haya prosperidad hasta que falte la luna. 8 9
Que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.
Que en su presencia se encorven los beduinos y sus enemigos muerdan el polvo.
2
Bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus beneficios. 3 El perdona todas tus culpas, cura todas tus dolencias. 4 El rescata tu vida de la fosa y te corona con su bondad y compasión. 5 El te sacia de bienes en la adolescencia y tu juventud se renueva como la de un águila. 6 El Señor hace justicia y defiende a los oprimidos. 7 Enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los israelitas. 8 El Señor es compasivo y clemente, paciente y misericordioso. 9 No está siempre pleiteando ni guarda rencor perpetuo.
1
Dichoso el hombre que no camina aconsejado por malvados y en el camino de pecadores no se detiene y en la sesión de los cínicos no toma asiento; 2 sino que su tarea es la ley del Señor y medita su ley día y noche. 3 Será como un árbol plantado junto a acequias, que da fruto en su sazón y su follaje no se marchita. Cuanto hace prospera. 4 No así los malvados serán como tamo que arrebata el viento. 5 Por eso los malvados en el juicio no estarán en pie ni los pecadores en la asamblea de los justos. 6 Porque el Señor se ocupa del camino de los justos, pero el camino de los malvados se extravía.
SINONIMIA Usar dos palabras que coincidan en un número importante de componentes significativos, para que funcionando como sinónimos, le den duración y continuidad a la expresión o a la emoción. "la gloria, el éxito, la popularidad, el espejismo de ser conocido, estimado y admirado... se presenta de distinta manera a los ojos de los escritores"
Gracias a la sinonimia, la emoción tiende a perseverar, a prolongarse, es como si la contemplación ayudará a no alejarse del objeto bello o amado, por lo tanto no quiere que se retire de su presencia.
Quiero alzar mis ojos a los montes ¿de dónde me vendrá mi auxilio? Mi auxilio del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Que no permite que resbale tu pie, que no duerme tu Guardián.
¡Mira, no dormirá, ni se adormentará el Guardián de Israel! El Señor tu guardián, el Señor tu sombra, sobre tu mano derecha. Diariamente, el sol no te hará daño, y (la) luna de noche. El Señor te guardará de todo mal, (el Señor) guardará tu vida, el Señor guardará tu salir y tu entrar, desde ahora y para siempre.
REPETICIÓN 1
Alabad al Señor desde el cielo, alabad al Señor en lo alto; 2 alabadlo, todos sus ángeles, alabadlo, todos sus ejércitos; 3 alabadlo, sol y luna, alabadlo, estrellas lucientes; 4 alabadlo, espacios celestes y aguas que cuelgan en el cielo. 5 Alaben el nombre del Señor, porque él lo mandó y quedaron creados; 6 les dio consistencia perpetua y una ley que no pasará. 7 Alabad al Señor desde la tierra, cetáceos de todos los océanos. Salmo 148,1-7
Qué es la repetición no hace falta explicarlo. Pero sí hay que reflexionar sobre la importancia literaria de un hecho al parecer trivial e insignificante.
Lo insignificante se vuelve significativo. Repetimos sonidos, palabras, frases, versos, estrofas; lo repetimos en posiciones variadas y con funciones diversas.
Es uno de los recursos más eficaces en la recitación oral, en el cual el poeta intensifica, le da una calidad e importancia a un vocablo, frase o sonido, que conduce a la asamblea por el camino teológico que está predicando.
LA EXPRESIÓN POLAR O MERISMO Reduce a dos miembros una serie completa. O divide en dos mitades una totalidad: Montes y valles, representan una serie entera de accidentes de un paisaje. Cielo y tierra, son el universo.
Quiero alzar mis ojos a los montes ¿de dónde me vendrá mi auxilio? Mi auxilio del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Que no permite que resbale tu pie, que no duerme tu Guardián. ¡Mira, no dormirá, ni se adormentará el Guardián de Israel! El Señor tu guardián, el Señor tu sombra, sobre tu mano derecha. Diariamente, el sol no te hará daño, y (la) luna de noche. El Señor te guardará de todo mal, (el Señor) guardará tu vida, el Señor guardará tu salir y tu entrar, desde ahora y para siempre.
1 Señor,
tú me sondeas y me conoces. 2 Me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos percibes mis pensamientos. 3 Disciernes mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. 4 No ha llegado la palabra a la boca, ya, Señor, te la sabes toda. 5 Me estrechas detrás y delante, apoyas sobre mí tu palma. 6 Tanto saber me sobrepasa, es sublime y no lo abarco. 7 ¿Adónde me alejaré de tu aliento?, ¿adónde huiré de tu presencia?
8
Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, ahí estás. 9 Si me traslado al ruedo de la aurora o me instalo en el confín del mar, 10 allí se apoya en mí tu izquierda y me agarra tu derecha. 11 Si digo: que me sorba la tiniebla, que luz se haga noche en torno a mí, 12 tampoco la oscuridad es oscura para ti, la noche es clara como el día: da lo mismo tiniebla o luz. Salmo 139, 1-12
Dios está por encima, por fuera de las polaridades humanas y cósmicas. Con todo, el poeta sólo sabe expresarlo usando una serie de polaridades: primero y último, antes y después, cerca y lejos, escondido y presente, izquierda y derecha, atrás y delante.
IMÁGENES
COMPARACIÓN
S a l
1
Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. 2 Antes de que naciesen las montañas o fuera engendrado el orbe de la tierra, desde siempre y por siempre tú eres Dios. 3 Tú devuelves el hombre al polvo, diciendo: ¡Volved, hijos de Adán! 4
Para ti mil años son un ayer que pasó, una vela nocturna. 5 Los arrastras; son un sueño al amanecer; se renuevan como la hierba: 6 por la mañana se renueva y florece, por la tarde se seca y la siegan.
9 0 , 1 6
METÁFORAS Se suele distinguir la metáfora de la comparación al menos por dos rasgos: consiste en una sola palabra o frase y no junta dos nos, sino que sustituye uno por otro. Es como si enseñásemos solo una tabla para que, por ella, el público adivinase la otra. Es cierto que la palabra metafórica ocupa el puesto de la palabra propia.
9
Mis andanzas las tienes registradas, están guardadas mis lágrimas en tu odre. 10 Mis enemigos han de retroceder cuando yo te invoqué. Sé que Dios está de mi parte. 11 Por Dios alabo la promesa, por el Señor alabo la promesa, 12 en Dios confío y no temo: ¿qué podrá hacerme un hombre?
El orante pide a Dios: “Recoge mis lágrimas en tu odre” (Sal 56,9). El odre es metafórico; al entrar en el sintagma, transforma a frase entera, contagia al verbo “poner, recoger” y hasta las “lágrimas” reales pasan a representar toda una situación atribulada del orante.
SÍMBOLOS El símbolo es la cumbre de la cordillera imaginativa. Es esencial al símbolo el excedente, la plusvalía de sentido. El símbolo es el objeto sensible mismo y algo más que se revela en él. El símbolo muere si se borra la cara imaginativa. El símbolo remite más allá sin retirarse. El símbolo no sacrifica su corporeidad, porque sólo en ella se manifiesta la trascendencia. El símbolo se atreve con lo inefable, que capta y comunica globalmente.
El símbolo se deja ver para hacer entrever. El símbolo es translúcido más que transparente. El símbolo radica en lo más profundo del hombre, en ese punto en que el espíritu-corpóreo todavía no se divide en cuerpo y espíritu como partes contrapuestas. Por eso el símbolo apela unitariamente al hombre: fantasía, intuición, emoción. El símbolo pone en vibración y deja vibrante a quien se abre a él contemplativamente. El símbolo es abierto y por eso es expansivo.
El símbolo es el lenguaje de la experiencia trascendente por ello, de la experiencia religiosa. El símbolo no informa intelectualmente, sino que media la comunión. El símbolo no es reductible a una suma de conceptos.
2
Como ansía la cierva corrientes de agua, así mi alma te ansía, oh Dios. 3 Mi alma está sedienta de Dios, del Dios vivo: ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios? 4 Lágrimas son mi pan noche y día, mientras me repiten todo el día: ¿Dónde está tu Dios? 5 Recordándolo me desahogo conmigo: cómo pasaba al recinto y avanzaba hasta la casa de Dios, entre gritos de júbilo y acción de gracias, en el bullicio festivo. 6 ¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué estás gimiendo? Espera en Dios, que aún le darás gracias: Salvación de mi rostro, Dios mío.
Una cierva sedienta, con la garganta seca, lanza su lamento ante el desierto árido, anhelando las frescas aguas de un arroyo. Con esta célebre imagen comienza el salmo 42. En ella podemos ver casi el símbolo de la profunda espiritualidad de esta composición, auténtica joya de fe y poesía.