La meningitis y su prevención El ocaso del dedo acusador

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Opinión

Página 30/LA NACION

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Domingo 11 de mayo de 2008

Cartas de lectores Porteños Buenos Aires, domingo 11 de mayo de 2008

Fundado por Bartolomé Mitre el 4 de enero de 1870 “LA NACION será una tribuna de doctrina” (Núm. 1, Año 1) Director: BARTOLOMÉ MITRE

El ocaso del dedo acusador

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S de toda evidencia que el Gobierno está urgido de nuevos asesoramientos para frenar el drenaje de simpatías populares que se ha producido con intensidad en los últimos tiempos. Así lo revelan hasta sus propias encuestas sobre la opinión pública. Acostumbrada a un mensaje que no admite contradicción, tremebunda en la crítica de los adversarios y encerrada en un estrecho círculo de poder que nubla toda perspectiva de visión, la conducción oficial ha pasado por alto que han cambiado las condiciones que durante años le permitieron echar sobre las espaldas de terceros las propias culpas de gestión. El mérito, si es que pudiera hablarse de hazaña alguna en el cambio de situación operado en ese sentido, cabe adjudicárselo al Gobierno y al trabajo de dóciles colaboradores, incapaces de advertir, con una palabra o renuncia útil, los costos de cada decisión infortunada. La osadía de haber dejado al país, después de sucesivas manipulaciones, sin estadísticas oficiales confiables, ha traído como resultado que cualquier aserción oficial quedara marcada por el estigma de la desconfianza. Hasta gobiernos despóticos del pasado, tanto de origen militar como surgidos del voto ciudadano, evitaron entrometerse con las cifras del Indec, porque probablemente advirtieron el precio abrumador que se terminaría pagando por aventuras de tal calibre. Así, los que se atrevieron a todo se detuvieron, sin embargo, ante las puertas de una institución sin más armas que el prestigio, como el Indec. En cambio, el actual Gobierno ha avanzado hasta un terreno donde nadie se arriesgó antes. Y como no podía haber sido de otra manera, está pagando las consecuencias. Se lo observa azorado por la marcha que han tomado los acontecimientos, por las vacilaciones y cabildeos que se suscitan en filas adictas, hasta aquí disciplinadas y monolíticas en el compromiso adquirido, en principio, de respaldarlo sin reservas. El dedo acusador contra quienes piensan distinto del Gobierno se sigue levantando con invariable insistencia y vigor, pero ha perdido aura moral para el señalamiento de culpas. Es la consecuencia de muchas razones. Una de ellas es la de no haber sido utilizado para algo tan primario como la restauración del orden natural de las cosas en la información del Estado, sino para alentar a éste, desde bastante antes del conflicto con el campo, a tomar el camino

sorprendente de divulgar cifras inverosímiles mes tras mes. No hay una sola ama de casa que ignore, por experiencia diaria, que los datos oficiales son ajenos a lo que en realidad sucede en la economía nacional. Si no se puede creer en lo más elemental, en lo que entra en las posibilidades de juicio crítico propio de cualquier hogar y de cualquier ciudadano común, ¿por qué habría de confiarse en formulaciones más complejas y abstractas por más fuerte que sea la voz y más evidente la crispación de quien las transmita? El dedo acusador del Gobierno ha sido blandido con harta frecuencia en estos cinco años. Ha perdido consistencia para que se lo vuelva a enarbolar con la llamativa eficacia del pasado, a no ser que se esté dispuesto a arrastrar a todos, incluso a los propios actores del Gobierno, a daños generales impensables. No hay en ninguna parte, que se sepa, instrumento político a salvo de los efectos que acarrea la confusión entre uso y abuso. Ha habido un tipo de acción expuesto en exceso en las direcciones más diversas y hasta con adicción asombrosa respecto de sus eventuales resultados: contra la gente de campo y contra la jerarquía de la Iglesia, contra el periodismo independiente y contra empresarios de toda índole, contra la política de países amigos y contra instituciones en cuya preservación el interés del Estado debería prevalecer por encima del de otros. Y así, sin solución de continuidad. Hay, cuando menos, un estilo de gobierno que debe ser revisado con urgencia. Nadie está a salvo del error y reconocerlo es indicio de grandeza. De nada serviría al país la acentuación del desgaste que comienza a percibirse en la gestión oficial. Es necesario, para el bien de todos, que un período gubernamental que está en sus albores recupere la prestancia de la que se ha ido aligerando, como si nada, con la velocidad de la que dan cuenta las encuestas y la impresión callejera. Debe el Gobierno dejar al costado los actos de soberbia, asumir con humildad una vocación genuina por el diálogo e instar a ese “razonar juntos” al que invita Dios en palabras bíblicas. Deben estar dispuestos también quienes lo combaten y disienten de sus políticas, a ser parte de la construcción permanente de la malla institucional que protege a todos y cuya calidad dependerá de la conciencia cívica activa de cada uno de nosotros.

La meningitis y su prevención

E

N lo que va de este año, lamentablemente, son ya 30 los casos conocidos de muertes por meningitis en la Argentina. Y aunque las autoridades sanitarias insistan en afirmar que el número de casos de la enfermedad hasta ahora está dentro de las estadísticas normales para esta época del año, y que no se trata de una epidemia, es cierto que la opinión pública se debate entre la duda y el terror. Como ocurre casi siempre en nuestro país, ante los hechos consumados comienza la reacción, reacción que dura el tiempo suficiente hasta que otra noticia, de índole parecida o completamente diferente, aparece en el horizonte para conmovernos y hacernos olvidar la primera. La visión de corto plazo forma parte, no hay duda, de nuestra idiosincrasia. Sin embargo, no estamos hablando precisamente de una enfermedad desconocida –y por eso mismo, temida con justa razón por padres y médicos– o que se presente muy de vez en cuando. El propio hecho de que, en comparación con años anteriores, se quiera llevar tranquilidad a la población con el argumento de que las cifras son las normales indica que poco es lo que se ha hecho en materia de políticas públicas de información. Hay, además, otro hecho que en principio puede ser visto como muy auspicioso –y lo es, ciertamente, en muchos aspectos– y es la ley que se sancionó el mes último, por la cual es obligatorio el test del estreptococo B a embarazadas que estén en sus últimas semanas de gestación, porque esta bacteria puede provocar parto prematuro y transmitir al recién nacido enfermedades graves, como

la meningitis. Pero lo desalentador es saber que, aunque la norma establece que el análisis será de “carácter obligatorio como práctica de control y prevención” para las embarazadas, en ningún momento se menciona que será incluido en el Programa Médico Obligatorio (PMO) de obras sociales y prepagas. Por lo tanto, la gratuidad de un estudio de esta importancia no está garantizada. Lo que podría ocurrir es que, como el examen tiene hoy un costo aproximado de 25 pesos, podría ser una excusa para no practicarlo, tanto en el sector público como en el privado. Ahora bien, esta norma, de cuya necesidad no quedan dudas, fue sancionada luego de un larguísimo proceso legislativo que comenzó el 20 de diciembre de 2006, cuando el Senado la aprobó por primera vez; casi un año después, la Cámara de Diputados la aprobó con modificaciones y, finalmente, de vuelta en la Cámara alta, se convirtió en ley. Sin embargo, todo el tiempo transcurrido no impidió que se deslizara ese “error” que ahora pone en duda su eficaz puesta en práctica. Una vez más, debemos recordar que hay funciones del Estado que son indelegables. Las políticas públicas de prevención pueden tener, y la tienen, su difusión paralela en los medios de comunicación, pero son las autoridades sanitarias las que no sólo deben estar alertas para evacuar todas las dudas de la población, sino también para adelantarse a los acontecimientos y evitar nada menos que las muertes de muchos niños, un hecho lamentable que no debería formar parte de las cifras normales a estas alturas del año.

Otras opiniones: Chaitén: ¿qué hacer ahora? SANTIAGO, Chile.– La evacuación de los afectados por las erupciones del volcán Chaitén se ha desarrollado de manera exitosa. Sin embargo, hay ahora incertidumbre respecto de los pasos siguientes, pues es totalmente impredecible el desarrollo que tendrá este fenómeno de la naturaleza. Superada la amenaza inmediata, los evacuados ahora necesitan rehacer sus vidas, pero ese proceso está lleno de incógnitas. La actual situación parece distinta de la de los terremotos, en los que las pérdidas materiales son cubiertas por seguros o ayudas gubernamentales, pero rara vez significan reubicaciones, pérdida de redes sociales

o cuestionamientos respecto de las formas de vida. Por cierto, hay una probabilidad de que este fenómeno natural acabe con los poblados aledaños al volcán, pero también es posible que ellos no sean afectados en forma irreversible. Esto hace más difícil, tanto para el Gobierno como para los habitantes de las zonas afectadas, definir el camino de acción más apropiado. Todo esto hace pensar que el gobierno debe adoptar en este caso medidas especiales. En el contexto descrito, hay buenas razones para pensar que el Estado debería ser un asegurador de última instancia,

que garantice a las familias afectadas, durante un plazo prudente, una proporción del ingreso que recibían antes de esta catástrofe, para facilitar la transición a su nueva situación. Las indemnizaciones eventuales por capitales perdidos deben incluir no sólo las pérdidas ocasionadas en terrenos agrícolas, sino también los bienes muebles e inmuebles en caso de destrucción. Es razonable postular que estos apoyos tengan límites acotados en sus montos, pero eso no obsta a que ellos deban crearse, para asegurar a nuestros compatriotas afectados cierta tranquilidad para planificar sus vidas en las próximas semanas.

Señor Director: “¿Qué nos pasa cuando sube una mujer embarazada o una persona mayor a un transporte público y hay que pedir a gritos un lugar para que se siente? ¿Qué nos pasa que tiramos cualquier cosa en la calle, sin importarnos que, como bien sabemos, eso hace que la ciudad esté sucia? ¿Por qué creemos que la culpa siempre la tiene el otro? ¿Por qué el que va en el coche de al lado es mi enemigo? ¿Por qué mi compañero de trabajo es mi enemigo? ¿Por qué el de al lado es mi enemigo? ¿Por qué perdimos el respeto por el otro? ¿Adónde se fue la solidaridad? ¿Por qué dejamos olvidadas en nuestros hogares palabras como «por favor» o «gracias»? “¿Tan difícil es ver que somos parte y origen del problema? ¿Tan difícil es creer que depende de nosotros? “Quizás, en realidad, debería haber empezado preguntando: ¿por qué somos así, Buenos Aires?” Federico Efrón DNI 29.866.409 [email protected]

Inflación Señor Director: “La señora de Kirchner manifestó que la inflación es provocada por el empresariado, lo que la eximiría de culpa alguna. Pero no dice que las magras jubilaciones actuales son determinadas por su gobierno, con el agravante de que desoye a la Corte Suprema de Justicia, que ordenó que fueran móviles, acorde con incrementos salariales. “Ahora manda a sus huestes para apretar a supermercadistas. Yo también voy a apretar con mi boleta electoral en 2009.”

las lagunas. Los tres tipos de tortuga (de río, pintada y de laguna) se vieron obligados a movilizarse hacia los pequeños cuerpos de agua cada vez mas fragmentados. Ante la inminente pérdida total del agua, se procedió a la captura de los ejemplares. Fueron colocados en un tanque australiano y posteriormente traspasados a un tanque de cemento de mayor volumen, donde permanecerán hasta que las condiciones de las lagunas vuelvan a ser óptimas para su reintroducción. “Por último, me encuentro a la disposición de todos los vecinos para evacuar cualquier duda o inquietud al respecto.” Luján Arzubi Calvo Dir. de la Reserva Ecológica Costanera Sur larzubicalvo@buenosaires. gov.ar

Leyes de la dictadura Señor Director: “Es frecuente oír, cuando se quiere menoscabar el contenido de una ley, que es una «ley de la dictadura». El caso de la ley sobre radiodifusión es, tal vez, el más claro ejemplo de ello. “Las leyes, salvo que establezcan su vigencia temporaria, rigen y solamente pueden ser derogadas o modificadas

Señor Director: “¿Por qué tantos, que vivimos en ciudades y sólo tenemos tierra en macetas, apoyamos cada vez más al campo? Porque allí están nuestras raíces; nuestros valores; nuestra historia. El campo está ayudando a abrir los ojos; demostrando que hay mucho por hacer, mucha tierra para producir, mucha Argentina para trabajar, mucho futuro para crecer, que se puede en la unión, que es urgente. “El campo nos trajo a la pantalla nuestros valores, adormecidos en las ciudades: federalismo; diálogo abierto y sincero; esfuerzo compartido sin bajar los brazos; apoyo de la familia; trabajo digno; cumplimiento de la palabra dada; solidaridad; respeto en la pluralidad; paciencia en la espera; lucha por el bien común, y conciencia de un Dios, fuente de toda razón y justicia. “Continuemos, cada uno en su credo, pidiéndole a Dios ser «... una Nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común...».”

por otras leyes; y, además, una vez que son sancionadas y promulgadas, son leyes del Estado, nunca de uno u otro gobierno. Así lo exige el principio de continuidad jurídica del Estado. “Desde 1983 nuestro país tiene gobiernos constitucionales que han tenido y tienen atribuciones para derogar o modificar las leyes dictadas en el período 1976/1983. “Si no lo han hecho, es a ellos a quienes hay que enrostrarles su comportamiento.” Juan Antonio Vodanovich [email protected]

Señor Director: “Leí la nota de Mariano Grondona del 4/5 y recordé lo que decía mi padre sobre la distribución de la riqueza. Estando Rockefeller con unos gremialistas que le pedían que distribuyera su riqueza con los que menos tienen, él contestó: «Pues bien, yo tengo 300.000.000 de dólares. ¿Cuántos habitantes tienen los Estados Unidos? ¿300.000.000? Bueno, a usted le corresponde un dólar». “Moraleja: que los que más tienen se entusiasmen por nuevas inversiones para hacer crecer a los que menos tienen.” Martha A.Fauvety [email protected]

Antonio De Raco “Comparto en general los conceptos vertidos sobre Antonio De Raco por el señor Antonio Cardellicchio en su carta publicada el 26 de abril. “Quisiera, pues, aclarar algunos puntos y agregar datos de interés. “Efectivamente, De Raco tocó todos los conciertos de Mozart para piano y orquesta. Pero es justo agregar que el concierto para dos pianos lo hizo con la eximia pianista Elizabeth Westerkamp; y que el concierto para tres pianos lo hizo junto con Elizabeth Westerkamp y Lyl De Raco, la hija de ambos. Este mismo concierto para tres pianos, muchos años después lo hizo Lyl De Raco, acompañada por sus hijos Karin Lechner y Sergio Tiempo. “De Raco fue homenajeado en 2005: el 7 de agosto, en el Colón, donde tocó en la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires con la dirección del maestro Carlos Calleja. “En ese homenaje tocaron sus alumnos Horacio Lavandera e Iván Rutkauskas. Fue también homenajeado en el Salón Dorado de la Legislatura porteña el 7 de septiembre, donde fue declarado personalidad destacada de la cultura. En esa ocasión tocó Pablo Druken.” Ricardo Calvete DNI 4.087.825

Señor Director: “Soy afiliada de IOMA y este mes me encontré con la sorpresa de un incremento del 77 por ciento en la cuota mensual. “Por favor, que el señor Moreno no se olvide de tenerlo en cuenta para el cálculo de los índices del Indec de mayo y, en todo caso, que tome represalias contra el gobierno de la provincia de Buenos Aires, del que depende esa obra social.” Luciana Soto [email protected]

Agiotistas

Pensar en el prójimo

Señor Director: “De tanto buscar en otros la causa de la inflación galopante, en cualquier momento van a empezar a perseguir agiotistas, como en 1950, cuando el término inflación no se conocía, pero sus causas, efectos y culpables eran exactamente los mismos que hoy.”

Señor Director: “Los chicos murieron en Cromagnon porque las puertas estaban cerradas. Ahora, los padres de esos chicos cierran la calle Mitre. “Los dueños de República Cromagnon pensaban en su negocio; los padres de las víctimas, en su dolor. “¿Cómo se previenen los problemas y cómo se solucionan los problemas? Pensando en el prójimo. Porque cuando pienso en mi prójimo, pienso en mí.”

Saturación Señor Director: “Cuando uno transita a lo largo de las avenidas del Libertador, Leandro N. Alem y Paseo Colón, puede observar que están saturadas de carteles pegados ilegalmente sobre otros carteles o, lo que es peor, sobre las paredes y columnas de los edificios. Este método de publicidad comenzó hace muchos años en nuestro país. “El ente regulador no hace nada al respecto. No sólo infringen la ley, sino que también les faltan el respeto a las empresas que pagan el canon por el espacio público; además, impiden tener una ciudad limpia. Es de esperar que quienes tienen poder de decisión sobre este tema hagan respetar la ley. Necesitamos orden para poder vivir en paz.” Pablo San Miguel DNI 33.158.259 [email protected]

“Me quedó Claro” Señor Director:

Reserva ecológica Señor Director: “En la carta de lectores del 7/5 titulada «Reserva ecológica», en la que la señora Eva Peciña Gasco critica el desempeño del gobierno de la ciudad, ante la desecación de la laguna de la Reserva Ecológica, es mi responsabilidad aclarar lo siguiente: “Dichas lagunas no poseen vinculación alguna con las aguas del estuario del Río de la Plata, como tampoco con la red hidrográfica, cuyo recorrido se encuentra completamente entubado bajo tierra y desagua en él. La posibilidad de ingreso de agua del río (el pedido del lector) se ve limitada por los niveles de contaminación que se registran próximos a la costa, dada la proximidad tanto del Polo Petroquímico como de la desembocadura del Riachuelo, así como la descarga de uno de los caños maestros de desechos cloacales. “La escasez de agua afectó de distinta forma a la flora y a la fauna de

Distribucionismo

Indec

Irene Pérez Bourbon DNI 10.551.459

Juan Carlos Bolino Calle 57 (1720), La Plata

Jorge Tossounian j.tossounian@depositaria. com.ar

Señor Director:

Pablo Muslera Montañeses 1853, Capital

Apoyo al campo

armenios diseminados en todas las latitudes, ciudadanos honestos en cada uno de los países que han dado cobijo a nuestros abuelos, víctimas directas de dichos horrores, no cejaremos de pedir por la verdad.”

Eva Garcitoral Giribone 2351, Capital

Armenia Señor Director: “La noticia que reflejaron los columnistas Valiente Noailles y Santiago Kovadloff, tituladas «La vergüenza de Merkel» y «Merkel, la Shoah y la memoria» (30/3), respectivamente, me suscitan la siguiente reflexión. “Como Martin Luther King, yo también tengo un sueño. El sueño de que armenios y turcos se reconcilien, que las autoridades de Turquía dejen de negar sistemáticamente que los hechos de 1915-1923 constituyen genocidio. Y parte del mismo sueño sería que las fronteras de ambos países se abrieran, y que como A. Merkel, el premier turco accediera al Parlamento armenio y allí, en nombre de su pueblo pidiera perdón a los armenios del mundo por los actos cometidos. “Hasta tanto eso no suceda, los

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“Luego de ver las publicidades que salieron en todos los medios, decidí llamar por teléfono a la empresa de telefonía celular Claro, en busca de un servicio que me es indispensable para trabajar. “Vía teléfono me informaron, en 4 ocasiones, una cosa, pero tenía que acercarme al centro de atención al cliente para concretar la adquisición del servicio. “En estos centros, cada empleado que me atendió (4 veces también), todos, pero absolutamente todos, me dijeron cosas distintas y sin solucionar mi problema. “¿Cómo pueden manejar una empresa si no saben qué venden, qué servicios ofrecen y cuáles no, para quién está destinado o no? Lo de Claro es lamentable, juega con el tiempo y la paciencia de los clientes.” Walter Angel Martín Medrano DNI 30.806.969 Colombres 81, Capital

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