La literatura erótica en español: el fenómeno dentro

madí y una maqueta de la Ciudad. Hidroespacial completan la exhi- bición, curada por la arquitecta Li- liana Piñeiro. ¿Qué obras despiertan la mayor.
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cultura | 21

| Jueves 23 de octubre de 2014

Los números del boom en la Argentina

CULTURA

el termómetro del mercado editorial

Edición de hoy a cargo de Constanza Bertolini www.lanacion.com/cultura | @LNcultura | Facebook.com/lanacion [email protected]

mEgAn mAxwELL

syLvAin rEynArd

pídeme lo que quieras (planeta)

la redención de gabriel (planeta)

La autora N° 1 de la literatura erótica en castellano fue la más vendida en España, en 2013. Con sus títulos, aquí ya superó los 60.000 ejemplares

El canadiense, único hombre visible en la tendencia, es autor de una trilogía que alcanzó los 40.000 libros vendidos

E.L. jAmEs

fLorEnciA bonELLi

cincuenta sombras de grey (grijalbo)

jasy (suma de libros)

Lleva vendidos 800.000 ejemplares y se publicó hasta en ediciones de bolsillo que se venden en farmacias

El último libro de la cordobesa, exponente del género romántico, promedia los 30.000 por semana

La literatura erótica en español: el fenómeno dentro del fenómeno Tras el éxito exorbitante de Cincuenta sombras de Grey, las trilogías del género ganan fieles, que comparten lecturas en clubes online Texto Laura Ventura | Foto Fabián Marelli

“M

i rubia melena que a Dylan tanto le gusta cae sobre mis hombros y él rápidamente me la acaricia. Mimosa, busco su mano con la boca y se la beso con dulzura mientras noto mis latidos acelerados.” Lejos del narrador omnisciente de la literatura decimonónica, de la pluma encendida de Gustave Flaubert cuando escribía a Emma Bovary, la voz de la narrativa erótica contemporánea habla sin pudor sobre los deseos y fantasías de los lectores que construyen un fenómeno editorial de dimensión global. Sin ir más lejos, ayer, aún con el rayo de sol de la calurosa tarde, unas 500 personas hicieron fila en Barrio Norte para abrazar a la autora más exitosa del género en español, Megan Maxwell (ver aparte). Allí estaban Cecilia, una contadora de 53 años, y Cintia, de 21, futura maestra jardinera, las primeras “guerreras” –como se denominan las seguidoras de Maxwell– en lograr un autógrafo. El erotismo y el deseo existen en la literatura desde sus orígenes, desde los versos de Safo y el Satiricon, pero nunca como en otros siglos ni culturas se advierte un boom de popularidad de los autores y ventas a nivel mundial como hoy. Superados los obstáculos de la censura –estas ficciones son rotuladas para mayores de 18 años–, hay un grupo de escritores que explora el género y que cosecha, más que lectores, fanáticos. ¿Quiénes leen estos textos? En su mayoría son mujeres, aunque también se estima que hay un 20% de hombres, y poco más se sabe. A las editoriales les cuesta segmentar con precisión el target en edad y en extracción social. En buena parte, porque aún existe cierto pruri-

to de confesar que en la mesa de luz hay un libro erótico. Sin lugar a dudas, quien reavivó la flama hace un par de años fue la trilogía de Cincuenta sombras de Grey (cuya adaptación cinematográfica llegará en febrero próximo), de la británica E.L. James –nótese que las grandes best sellers de los últimos tiempos, James y J.K. Rowling, utilizan iniciales en vez de su nombre femenino, síntoma del machismo que persiste entre algunos lectores–. Desde actrices porno, como Sacha Grey, la autora de La sociedad de Juliette (Sudamericana),

Cinco ingredientes afrodisíacos Una protagonista mujer Existen excepciones, pero las damas son heroínas de estos relatos La iniciación En la “novela de formación” erótica, la protagonista se transforma La historia de amor Hay un romance, y no sólo escenas de sexo El exceso Lo carnavalesco (en particular el disfraz) llega a niveles extremos La transgresión Lejos de tabúes y convenciones, proliferan los encuentros sexuales

Las “guerreras” de Maxwell recibieron ayer en El Ateneo Grand Splendid a la autora

hasta abogadas felizmente casadas, como J. Kenner, la escritora de Poséeme, Desátame y Ámame (Grijalbo), los perfiles de estas plumas son variados. Hay también un hombre que iza la bandera erótica, el canadiense Sylvain Renard, con la trilogía El éxtasis de Gabriel, El infierno de Gabriel y La redención de Gabriel. Hay una notable diferencia entre la novela romántica y la erótica: en la primera, hay escenas de sexo, pero no son narradas de modo tan explícito. Entre las representantes argentinas del género rosa hay que nombrar a Florencia Bonelli, que lleva más de un millón de libros vendidos entre todos sus títulos y su reciente Jasy (Suma de libros) promedia los 30.000 ejemplares por semana. Además de Gloria Casañas, con títulos como En alas de la seducción o La maestra de la laguna (Sudamericana), que lleva vendidas más de 300.000 unidades. Ardientes admiradores Uno de los rasgos que identifican al género erótico es el fervor que genera entre sus lectores. Y las redes sociales tienen un rol clave para propagar el fenómeno. Se arman clubes de lectura y debate en páginas de Facebook y FanFictions: comunidades online de sagas de literatura en las que simpatizantes y autores se encuentran virtualmente. Los tiempos cambiaron y a pocos lectores los ruboriza leer una novela erótica en el subte. Adriana, de 54 años, es abogada y cuenta que nunca tuvo ídolos, salvo Megan Maxwell. “Espero cada lanzamiento de sus libros y no me da vergüenza contarles a mis compañeros de trabajo la trama de estas novelas porque, para mí, son grandes historias de amor.”ß

Con una legión de lectores y devota de su familia, la escritora española defiende sus libros y toma distancia de su rival E.L. James

Megan Maxwell. “Las mujeres podemos actualmente escribir lo que se nos da la gana”

M

egan Maxwell prefiere hablar de guerreros antes que de fanáticos. Sus lectores son legión y tienen un espíritu de lucha similar al de su autora predilecta, la creadora de la trilogía Pídeme lo que quieras, Adivina quién soy y Adivina quién soy esta noche (Planeta). Nacida en Alemania, hija de un estadounidense y de una española, Maxwell confiesa que innumerables editoriales rechazaron sus ficciones, hasta que un editor la descubrió en un taller al que asistía. “Me decían que las mujeres de mis novelas tenían un carácter demasiado fuerte, y yo me negaba a bajarles el carácter porque a mí me ha criado mi madre. No he tenido la figura del padre presente.” Antes de que fuese la escritora que hoy reconocen por las calles de Madrid, durante 22 años Maxwell escribió en la intimidad y el anonimato de su hogar, luego de largas jornadas de trabajo como secretaria en una oficina jurídica, cuando sus hijos dormían. Ayer, una hora antes de que se presentara en la librería El Ateneo Grand Splendid, una fila zigzagueante de guerreros y de ovaciones se formaba sobre la avenida

Santa Fe. “Mi mamá era una gran lectora de novelas románticas. Cuando las terminaba de leer, no entendía por qué las protagonistas se desmayaban o temblaban cuando un hombre las besaba”, explica esta mujer felizmente casada desde hace 28 años, madre de dos hijos. –¿Por qué pensás que tenés tantos seguidores? –Busco generar empatía, creérmela yo, y que cuando el lector la lea piense que le está pasando a él. Quiero que cuando lean una escena de sexo se exciten. Siempre digo que no quería ser escritora. A mí me gusta vivir vidas paralelas, crear y manejar vidas. –¿Te molesta el término chic lit [literatura para chicas]? –Escribo novela romántica y dentro de ella hay subgéneros como el chic lit, lo medieval, lo erótico, el time travel. Lo que no me gusta nada es “porno para mamás”. Lo erótico no es porno. –Debés recibir comentarios despectivos hacia el género que cultivás. –Me molesta cuando dicen que las escritoras de novelas románticas

no son escritoras, que son autoras de novelitas rosas. Para mí, 300 páginas de un thriller con crímenes y una romántica de igual tamaño tienen el mismo valor. –Este fenómeno tiene también que ver con los tiempos que corren, con la ausencia de censura. –En mi país hace 30 años me hubiesen quemado en la hoguera, pero ahora las mujeres podemos escribir lo que se nos da la gana. Y fundamentalmente a mí me respalda mi familia. –¿Qué opinás de Cincuenta sombras de Grey? –Creo que James hizo una buena historia romántica, pero no entiendo ese sexo, aunque lo respeto, porque sé que hay mucha gente que lo practica. No hablaré mal de otra escritora porque sé lo que cuesta escribir un libro. –A nivel mundial, ¿cómo explicás este fenómeno? ¿Tiene que ver con la soledad? –Sí. Hay mucha gente sola, y que ha tenido malas experiencias y ya no se fía de nadie. Este tipo de novelas la hace soñar. Aunque también hay gente acompañada a la que le gusta este tipo de novelas. ß

Un homenaje al arte hidrocinético de Gyula Kosice muestra. Obras de distintas épocas permiten al público acercarse a su peculiar estilo creativo María Elena Polack LA NACioN

“Lo que más me interesa es que chicos de todas las edades y de zonas más alejadas puedan tener contacto con mi producción y con el arte en general. El arte es, después de todo, moneda de lo absoluto”, afirma Gyula Kosice, al celebrar la exposición de obras suyas en Tecnópolis. Doce obras, fotos históricas y un neón de gran tamaño, permiten al público tener una primera aproximación al mundo de este creador desde sus inicios, en 1946, hasta la actualidad. ¿Por qué exponer en Tecnópolis? Para responder, Kosice prime-

ro recuerda que en 2005 convirtió su taller, en Almagro, en museo. Y amplía: “Si bien el museo es visitado asiduamente por particulares e instituciones escolares de todos los niveles, una exposición en Tecnópolis implica la posibilidad de que cientos de miles de personas puedan acercarse a mi obra”. En el pabellón ArTec, la muestra del fundador del movimiento Madí dedicado al “hidrocinetismo” convoca especialmente al público joven, que es guiado en grupos para observar cada una de las 12 obras expuestas. La muestra incluye fotografías históricas e imágenes de sus intervenciones en lugares públicos de la

Argentina, Uruguay y Corea, y la línea de tiempo para entender quién es y qué ha hecho en su carrera artística Gyula Kosice, nacido como Fernando Fallik en la ciudad de Kosice, en 1924. Junto con su familia, se radicó en nuestro país a los 4 años. Para llegar a ver su propuesta, hay que atravesar dos lúdicas y muy atractivas instalaciones: La tormenta, de Leandro Erlich, y Cualquier salida puede ser un encierro, de Graciela Sacco. El exterior del pabellón también tiene su cuota artística con Guardarail, la colorida intervención de Andrés Sobrino. Para esta exhibición, Kosice presenta un nuevo neón de gran tamaño. “Fue hecho especialmente

a partir de una obra mía de 1946, cuando utilicé el gas neón por primera vez en el plano internacional”, contó a la nacion. Cuatro obras hidrocinéticas e hidrolumínicas, un relieve lumínico, cuatro esculturas de distintos momentos de su creación, una pintura madí y una maqueta de la Ciudad Hidroespacial completan la exhibición, curada por la arquitecta Liliana Piñeiro. ¿Qué obras despiertan la mayor curiosidad del público? Gota de agua con luz led (2014), con un seductor juego de colores; Planetoide Kosice (2011), de agua comunicante y leds; la maqueta de la Ciudad Hidroespacial S (1969), que tiene un

atractivo especial si se piensa en aquellos años tan lejanos a la tecnología, y Semiesfera y gota espejada suspendida (2007), que requiere cuidadosa contemplación para develar cómo el objeto queda en el aire, sin ningún sostén. La ministra de Cultura, Teresa Parodi, encabezará el martes próximo, a las 19, un acto de homenaje y cierre de la muestra de arte y de toda la propuesta de Tecnópolis, que volverá a abrir sus puertas en julio próximo. Kosice en Tecnópolis puede verse de miércoles a domingo, de 12 a 20. Entrada y estacionamiento gratuito. Juan Bautista de la Salle 4341, Villa Martelli, Buenos Aires.ß

Gota de agua (2014)