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TRIBUNA Por Carmen Montón*

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rrancamos una campaña electoral con ritmo de merengue, catálogo de Ikea, visita a Venezuela… y una imperiosa necesidad de formar Gobierno. Quizá se trate sólo de “imaginativas ideas” para paliar el cansancio ciudadano ante una campaña electoral interminable, quizá tengan razón quienes opinan que hay que renovar las formas para hacer atractivo el contenido. En este caso, no lo parece. El tuneo del himno popular se parece mucho al tuneo de las ofertas electorales: mantener el mismo programa pero con algún regalito como el cheque familiar o la enésima promesa de bajada de impuestos. Vender la socialdemocracia por catálogo, como un “conjunto de mesa y cuatro sillas” cualquiera, sólo se lo puede permitir un marxista de Groucho como Pablo Iglesias, de los de: “Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros.” Ir a Venezuela a emocionarse en precampaña se parece más a buscar decorado para rodar un bonito spot que al trabajo serio que se necesita para articular un buen programa electoral sobre política exterior. A veces las cosas no son lo que parecen, es cierto, pero la realidad es bastante necia en algunas cuestiones. Por ejemplo, todos los indicadores de igualdad apuntan a la misma dirección: un empeoramiento de la vida de las mujeres en los últimos cuatro años a lo que parece que ni Rajoy ni Rivera ni Iglesias están muy preocupados por poner remedio. Sólo a modo de ejemplo y siguiendo los datos de la EPA del primer trimestre de 2016, se confirma una lenta pero inexorable expulsión de las mujeres del mercado laboral.

La pérdida de empleo femenino triplica a la pérdida de empleo masculino. La tasa de empleo femenino se sitúa en el 41,42% y la masculina en el 52,55%, lo que supone 11,13 puntos porcentuales de brecha por género en el empleo. La brecha salarial se sitúa en España en un 24%, la más alta de los últimos seis años (según Eurostat), una cifra que se dispara hasta el 40% en las pensiones. Las mujeres suponen el 74,19% del total de personas asalariadas que trabajan a tiempo parcial frente 25,81% de los hombres, y sólo el 17,71% de las paradas demandantes de empleo perciben una prestación por desempleo contributivo. En el uso de la excedencia destinada al cuidado de los hijos e hijas hasta los tres años, en números absolutos 1.541 hombres se acogieron mientras que 26.497 mujeres hicieron uso de esa modalidad de permiso. Y, mientras, el recorte presupuestario en Igualdad en esta legislatura (2012-2016) ha sido del 21% y del 47,6% respecto a 2009. En 2016, los presupuestos para igualdad y violencia, son el 0,0103% del total. Frente a todo esto hay que reaccionar y no valen ni merengues ni catálogos ni imágenes caribeñas. Frente a esta realidad que golpea duro todos los días hay que actuar con urgencia y eso es lo que vamos a hacer en el Partido Socialista, erradicar la violencia de género con un pacto de Estado; apostar por una economía de la igualdad que dé valor económico al trabajo no remunerado que realizan las mujeres. Un trabajo invisible, que no se valora, ni se paga, ni se contabiliza. Queremos cobrar lo mismo y cuidar lo mismo. Consolidar una democracia paritaria con el objetivo de conseguir la represen-

EUROPA PRESS

La igualdad marca la diferencia

Vender la socialdemocracia por catálogo, como un “conjunto de mesa y cuatro sillas” cualquiera, sólo se lo puede permitir un marxista de Groucho como Pablo Iglesias, de los de: “Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros”

tación equilibrada entre hombres y mujeres en todos los ámbitos, en todas las instituciones. Erradicar la prostitución y la trata de seres humanos con fines de explotación sexual como manifestaciones de la violencia de género que son y, para ello, sancionaremos la demanda y compra de prostitución y aprobaremos una ley integral contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual. También vamos a desarrollar un sistema coeducativo que garantice la igualdad entre los sexos en todos los niveles (desde infantil hasta la Universidad) y que incorpore los intereses, conocimientos e historia de las mujeres en el currículo, unido a la escolarización universal de 0 a 3 años. Una etapa dentro del sistema educativo con carácter público y pedagógico. Como siempre hemos hecho, defendemos la libertad de elección de las mujeres sobre su maternidad y, por ello,  recuperaremos la ley socialista de 2010 sobra la interrupción voluntaria del embarazo, una buena ley que ha cumplido el objetivo de disminuir el número de embarazos no deseados y, por tanto, el número de abortos. Y, en el ámbito laboral, vamos a garantizar la igualdad de mujeres y hombres en el acceso, mantenimiento y promoción en el empleo para lo que aprobaremos una ley de igualdad salarial, permisos de maternidad y paternidad iguales e intransferibles y una cuota mínima de un 40% de presencia de mujeres en los Consejos de Administración de las grandes empresas cotizadas y de todas las empresas públicas. Porque la igualdad marca la diferencia. l * Consellera de Sanitat Universal i Salut Pública de la Generalitat Valenciana y secretaria de Igualdad del PSOE. nº 1159. 13–19 de junio de 2016

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