La cosmética verde

14 nov. 2010 - "Hay un nuevo perfil de consumidor, responsable e inteligente. ... medio ambiente y que, preferentemente, provienen de cultivos orgánicos", ...
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Revista 7 Días; Diario Tiempo Argentino, 14/11/2010. Consumo responsable

La cosmética verde Existe toda una gama de productos de belleza comprometidos con el bienestar y la protección de la naturaleza, desde la elección de las materias primas hasta los envases. Un nuevo universo que crece un 20% anual. Por Susana Parejas Llegó para quedarse. No se trata de alguna moda efímera que se desvanece en el tiempo. Está mucho más allá de las últimas tendencias, si bien las tiene, y más cerca de lo que es el consumo responsable, y de la toma de conciencia por el cuidado del medio ambiente. Cada vez más los consumidores buscan cosméticos que se elaboren de forma ecológica. Los números lo acreditan. La "biocosmética" también llamada "natural" u "orgánica" crece a un ritmo no menor al 20% anual, mientras la cosmética convencional lo hace a un 2%. En la Argentina, donde la producción de la industria de cosméticos naturales representa el 10% de ese mercado, creció en los últimos 5 años: 53%. Sin lugar a duda, una gran parte de los consumidores apuntan al cosmético buscando un mix entre salud y calidad de vida. "Hay un nuevo perfil de consumidor, responsable e inteligente. Yo lo llamo ‘consciente expertisse, que sabe de productos, de desarrollo, y que compra utilizando el criterio de cómo lo afecta a él, pero también a su entorno, a su geografía. Hoy en día la compra de un producto se intelectualiza, se compra pensando", explica María Alejandra Fraser, gerente de Comunicación y Marketing de Biocosmética Exel. ¿Qué los diferencia? "La denominación ‘bio’ es una de las primeras con las que se intentó distinguir los productos cosméticos que sustituían ingredientes derivados de síntesis química, aceites y grasas minerales o de origen animal, conservadores, colorantes y perfumes sintéticos de otros de origen vegetal o natural, que respetan el medio ambiente y que, preferentemente, provienen de cultivos orgánicos", señala Jelena Nadinic, gerente de Asuntos Regulatorios de Natura. Una de las características de estos cosméticos es que no contienen derivados del petróleo, como las parafinas; tampoco contienen conservantes sintéticos como los parabenos, ni colorantes o perfumes sintéticos, ni vegetales transgénicos y no son testeados en animales. Su packaging también sigue el cuidado por el medio ambiente. "Usamos frascos de vidrio para la conservación del producto en su estado más puro, ya que no contienen conservantes. También el cartón que se utiliza en los envases es reciclable, así como los detergentes de los geles de ducha. Se trata de tensioactivos de última generación que son 100% biodegradables, a base de azúcar y coco, que respetan al máximo el equilibrio natural de la piel. Pero, sobre todo, no contaminan el medio ambiente", explica Virginia Ballesteros, responsable de Prensa y RRPP de Weleda. ¿Cómo se regulan? Para poder ser denominados "bio" deben cumplir con certificaciones

provistas por organismos acreditados, no oficiales, a los que cada productor desee adherirse. Al hacerlo se obtiene un sello identificatorio que lo distingue como tal. "Para los productos cosméticos orgánicos no hay estándares oficiales que se deban cumplir, y la certificación proviene de organismos no gubernamentales. Para que el cosmético sea orgánico debe estar certificado todo el proceso de elaboración del mismo, así como el laboratorio productor. Si no es así, puede decirse solamente ‘con materias primas orgánicas’, pero no lo es el producto final", ejemplifica Nadinic. Algunos de los sellos de calidad son Ecocert (Francia), Cosmética Natural Controlada de BdiH (Alemania), y NaTrue, entre otras. Desde L’Occitane amplian: "Un producto certificado ‘biológico’ respeta compromisos estrictos definidos por organismos europeos o americanos. Estos compromisos establecen normas más exigentes que la reglamentación en vigor en la industria de los cosméticos". De ahí la importancia, de reconocer estos sellos en los envases. Al consumidor nacional aún le falta conocer un poco más en profundidad de qué se trata la cosmética auténticamente natural. Muchas veces se ven marcas y compañías que lanzan productos como si fueran naturales, cuando en realidad no lo son. Básicamente porque tienen ingredientes, derivados o agregados químicos en sus fórmulas. Por su parte, el consumidor internacional está más interiorizado en estos temas y es mucho más exigente en cuanto a la calidad de los productos que consume", señala Ballesteros. En cuanto a las regulaciones que existen en el país, desde la ANMAT, informan que "la incumbencia de la autoridad sanitaria es verificar que la industria regulada utilice en los productos que elabora sustancias permitidas y dentro de las concentraciones permitidas; y que cuenten con las pruebas y ensayos que avalen todas las propiedades del producto declarados en el rótulo, ya que es su responsabilidad velar por el impacto que estos tengan sobre las personas que los utilizan". ¿Qué beneficios aportan? "Los detractores dicen que no hay beneficios de los productos naturales por sobre los no naturales. Pero, los motivos por los que se prefieren este tipo de productos pueden enumerarse en la percepción del consumidor porque proveen salud, bienestar, seguridad avalada por un uso tradicional, armonía entre cuerpo y mente, acercamiento a la naturaleza. Todos estos beneficios, algunos subjetivos, otros demostrables de la misma manera que para cualquier producto cosmético, indican la tendencia del aumentado interés por la salud y el medio ambiente", analiza Nadinic, de Natura. Algo que también suma a la hora de elegir estos productos, además del cuidado del medio ambiente, es que ofrecen gran tolerancia dermatológica, ya que la mayoría contienen una base de aceites vegetales y extractos de plantas que estimulan las funciones vitales de la piel.