Joaquín Sorondo, un nuevo liderazgo para contagiar el espíritu ...

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ENFOQUES

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Innovadores

Domingo 21 de junio de 2009

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Joaquín Sorondo, un nuevo liderazgo para contagiar el espíritu emprendedor

Conectados

Irán, Internet y la derrota de la censura GASTON ROITBERG LA NACION

En plena crisis, este especialista en recursos humanos, fundador y presidente de la organización civil Inicia, dejó el mundo de las corporaciones y volcó su experiencia al estímulo de emprendimientos que además de crear riqueza contribuyeran, con responsabilidad social y un liderazgo ético, al desarrollo de una sociedad mejor FOTOS: EMILIANO LASALVIA

FRANCISCO SEMINARIO LA NACION

E

n un momento dado la vida de Joaquín Sorondo dio un vuelco inesperado, un giro dictado en buena medida por las circunstancias que vivió la Argentina desde fines de 2001. Guiado más por la intuición y por las ganas de hacer que por un cálculo racional –que sin duda le hubiera aconsejado más prudencia en medio de la crisis–, en desacuerdo con una orden de reducir personal, este abogado y especialista en recursos humanos dejó su cargo como director del área en una reconocida empresa de tarjetas de crédito y se lanzó a una aventura a todas luces incierta: hacer algo por el país que veía desmoronarse a su alrededor. Traducido a las posibilidades que tenía a su alcance, por formación y experiencia, esto significaba fundamentalmente ayudar a difundir la cultura del emprendedorismo, proponer modelos de liderazgo responsable, brindar asesoramiento empresario y contribuir así a la creación de fuentes trabajo, que era la gran urgencia de la hora. En rigor, Sorondo no tenía un plan concreto. Y tampoco capital para poner en juego. Tenía, si, desde siempre, un fuerte interés por el sector social y los asuntos públicos, y veía con espanto cómo día a día más y más gente se quedaba en la calle sin que desde el Estado se hallaran respuestas frente al descalabro. La conjunción de estos elementos, según contó a LA NACION en la sede de la organización civil que preside, en San Isidro, fue lo que lo movió a la acción. “Después de dejar mi trabajo y saltar al vacío, algo que para muchos era una locura en ese momento pero que para mi era una opción ética, me fui a Santa Cruz con uno de mis hijos, y estando allá en el sur consideré lo siguiente: durante 25 años estudié y me formé y durante otros 25 años produje de una manera u otra en grandes organizaciones. Ahora, durante los próximos 25 años, quiero hacer otra cosa: quiero dejar atrás este mundo que es conocido para mí y en el que me ha ido bien, y quiero incursionar en el sector social, para ayudar a crear empleo a partir de mi experiencia y de mis conocimientos.” Ese fue el punto de partida de un proceso que con el tiempo daría nacimiento a Inicia, emprender para el futuro, una organización civil que desde entonces a esta parte ha organizado, entre otras cosas, 233 cursos y clínicas en los que se han capacitado más de 5000 personas –muchos de ellos emprendedores económicos y líderes sociales de las más diversas áreas– gracias al aporte desinteresado de un centenar de asesores e instructores voluntarios, directivos y pro-

fesionales provenientes de las finanzas, la comunicación, el marketing y el liderazgo empresarial. Pero el comienzo no fue sencillo. ¿Cómo hacer para contribuir desde el llano a la creación de empleo? ¿Cómo incentivar en la gente la actitud emprendedora? ¿Por dónde empezar a cambiar la realidad? Sorondo y sus primeros socios en la empresa trazaron un cuadro de situación y a partir de allí y del trabajo que desarrollaban otras ONG –que no hacía falta replicar sino complementar– fueron estableciendo las prioridades y los objetivos centrales de Inicia. Este cuadro de situación indicaba, por ejemplo, que había una clase media que se había visto muy duramente golpeada por la crisis y que, a diferencia de los sectores más pobres y vulnerables de la sociedad, muchas veces más solidarios, se encontraba prácticamente aislada, sin el sostén del Estado y sin un sentido de comunidad que le diera contención. En esa dirección se dirigieron los primeros esfuerzos: a tratar de paliar la situación de este segmento que, pese a las dificultades en que se encontraba, tenía una buena formación educativa y estaba capacitada. “Vimos que poniendo en marcha a esa clase media, ésta a su vez podía rápidamente generar empleo para otros sectores”, dice Sorondo. La clave pasaba entonces por ofrecer las herramientas necesarias para que los emprendedores económicos, sociales o culturales pudieran desarrollar su actividad. En lugar de concentrar la energía en lo que faltaba, es decir, el trabajo, debía ponérsela en las oportunidades. Sorondo comenzó a hacer llamados, a convocar a conocidos, jóvenes, desempleados, profesionales, gente de empresas... Se formaron así los primeros Foros de Jóvenes Sin Trabajo, que eran principalmente grupos de contención y apoyo, se organizaron almuerzos y charlas cada vez más concurridas y se inauguraron los Encuentros de Emprendedores, de los que se han hecho ya 28 ediciones, con unos 4600 asistentes en total. Lugar de encuentro A partir de esas reuniones se fue conformando una suerte de “plaza pública”, como a quienes trabajan en esta asociación civil le gusta definir a Inicia: una plaza pública que sirve de lugar de encuentro y en la que, en condiciones de respeto y confianza, todo puede ocurrir. ¿Qué significa esto? “En el ámbito de los negocios –explica Sorondo–, en esa plaza se van a encontrar proveedores, clientes y socios; en el de los líderes sociales, habrá intercambio de conocimiento, redes, integración y trabajo conjunto. Mi rol es seguir construyendo ese espacio, en

Joaquín Sorondo junto con parte de su equipo de trabajo en la sede de Inicia, en San Isidro. Desde allí se coordinan las actividades de la organización

Quién es Nombre y apellido: JOAQUIN SORONDO

Edad: 57 AÑOS Mundo corporativo: Nacido en 1952, Sorondo estudió Derecho en la UBA, se especializó en RRHH y fue director del área en firmas como Banca Nazionale del Lavoro (BNL), TIM, Celulosa Argentina y Argencard. Integró además la comisión directiva de la Asociación de Recursos Humanos de la Argentina (ADRHA). Sociedad civil y liderazgo: Coautor del libro Recursos humanos en la Argentina y profesor universitario, en 2001 se volcó a la sociedad civil. Fundó Inicia, emprender para el futuro y el Centro para un nuevo liderazgo. Está casado y tiene cuatro hijos.

el que luego suceden lo que llamamos los milagros predecibles”. A lo largo de los últimos años se han acercado a Inicia cientos de emprendedores con excelentes ideas, a los cuales la organización les ofrece tanto su estructura como el asesoramiento técnico necesario “para que esas ideas fantásticas se conviertan en realidades”. Los ejemplos sobran: fabricación de juguetes, de chocolate y disfraces; desarrollo de software y de puntocoms; servicios de decoración... Pero el éxito económico no es la única variable que persigue esta organización. Así lo explica Sorondo: “Con nuestros emprendedores trabajamos sobre tres ejes: el económico, por supuesto, porque la rentabilidad es del interés de quienes nos traen iniciativas y es importante que el país tenga

gente capaz de generar riqueza; el de la responsabilidad social empresarial, porque es importante generar riqueza pero no de cualquier manera sino con conciencia de que formamos parte de una comunidad, y el cívico, porque vivimos en una sociedad política y debemos consolidar el régimen democrático, más allá de las pertenencias partidarias”. Estos valores se transmiten de manera sutil muchas veces, pero están siempre presentes, ya sea en el asesoramiento de los instructores, el programa de radio Inicia radial, los boletines electrónicos, que llegan a unos 16.000 suscriptores, o los cursos online. Y también en el programa Centro para un nuevo liderazgo, uno de los más importantes de Inicia, a través del cual se busca identificar líderes sociales y darles visibilidad pública para que sirvan de ejemplo a otros. Así fue como se acercaron a los encuentros de Inicia referentes como el médico jujeño Jorge Gronda, reciente ganador del Premio Mundial Empresarial y de Desarrollo, otorgado por Naciones Unidas; el diputado y líder piquetero Toty Flores, fundador del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) y de la cooperativa Barrio La Juanita; Carlos March, ex director de Poder Ciudadano y actual titular de la Fundación Avina de Argentina, o Alan Clutterback, presidente de la Fundación RAP (Red de Acción Política). Ellos y otros colaboraron con Sorondo en la elaboración del libro de reciente aparición Nuevos líderes, conductas que están transformando la realidad, en el que exponen sus experiencias, reflexionan sobre las características del buen liderazgo y buscan transmitir algo de su espíritu emprendedor puesto al servicio del cambio social. Esta preocupación por la promoción de un mejor liderazgo surge de la convicción de que toda sociedad necesita emprendedores que abran nuevos caminos pero también líderes que muestren cómo recorrer esos caminos. Y que enseñen con el ejemplo. “El gran problema de la Argentina ha sido la calidad de nuestro liderazgo empresarial, político o social”, señala Sorondo. Rasgos como el individualismo y el autoritarismo, añade, deben ser dejados de lado definitivamente, y en su lugar debe generarse un nuevo tipo de líderes con autoridad, porque la autoridad –y no el autoritarismo– es lo que le confiere poder al líder. Esto supone, por supuesto, un importante cambio personal, estar predispuestos a avanzar en una construcción colectiva y, como dice Sorondo, a cambiar la realidad en nuestro metro cuadrado. “Si todos hacemos esto –afirma–, sin duda el país va a andar mejor.”

El poder de Internet como espacio de expresión multiformato, global y viral, tuvo una nueva prueba de fuego esta semana. Las elecciones en Irán, que desencadenaron una ola de violencia social por sospechas de fraude, demostraron que, cuando la censura oficial logra silenciar el trabajo de la prensa profesional (local y extranjera), ya existe una audiencia capaz y entrenada que utiliza los canales de expresión digital para gritar al mundo su verdad. Pero el debate profundo por estas horas es si estas herramientas no se convierten también en amplificadores de la violencia. Sitios de contenido compartido como Flickr y YouTube, redes sociales como Facebook y servicios de microblogging como Twitter fueron algunos de las plataformas elegidas para torcer la agenda informativa, hacer denuncias, dar entrevistas y batirse a duelo dialéctico (sobre todos los partidarios del presidente Ahmadinejad y del opositor Mir Hossein Moussavi). En Twitter, que tiene 10 mil usuarios en Irán, la palabra clave más seguida por estas horas es “iranelection” y, según Reuters, la compañía norteamericana debió retrasar un cambio de servidores por sugerencia de Obama a través del Departamento de Estado, que consideró esta herramienta esencial para seguir en tiempo real lo que sucedía en tierras iraníes. Un tal Faramarz Hashemi armó un blog para publicar las fotos y videos que recibe de los usuarios. En Flickr, un fotógrafo aficionado llamado Hamed Saber tituló una de sus fotografías como “La marcha de la protesta verde”, que retrata la manifestación frente a la emblemática torre Azadi, de Teherán. El gobierno iraní intentó, sin éxito, bloquear el acceso a sitios de alto tráfico como Facebook, que tiene 150.000 cuentas en ese país, porque allí había perfiles de los candidatos y el famoso “muro” era un espacio abierto para la crítica. Sin embargo, un comunicado de la compañía de social networking escrito de puño y letra por su fundador Mark Zuckerberg y la presión de los partidos opositores lograron torcer la medida. El resto lo hicieron los teléfonos celulares, las conexiones a Internet y la voracidad expresiva de millones de cronistas ciudadanos. [email protected] http://blogs.lanacion.com.ar/conectados

Más información. Enlaces, videos y otros contenidos multimedia www.lanacion.com.ar/diario-dehoy/ suplementos/enfoques

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http:/tehranlive.org/www Sitio basado en fotografías de Teherán que muestran la magnitud de las protestas. http://ishr.org/index.php?id=1289/ Una llamativa campaña de la Sociedad Internacional para los Derechos Humanos. http://es.globalvoicesonline.orgp Global Voices explica por qué Twitter se convirtió en la herramienta de comunicación clave de las elecciones en Irán.

© LA NACION

Terapia (arriba también se sufre)

Hoy, Margarita Stolbizer DIEGO SEHINKMAN PARA LA NACION

Margarita Stolbizer: ... Entonces me dice, “¿Sabés lo que pasa, Margarita? Vos no tenés tics. No decís frases rimbombantes. No gritás. No arengás. No te vestís caro ni raro. No descalificás. No decís frases demagógicas. No llorás frente a la cámara...”. Y agarrándome de las manos cariñosamente me dice: “Por eso no estás en Gran Cuñado. Porque en la televisión no sirven los ‘demasiado normales’”. Terapeuta: ... S: Y al final, mirándome fijo, me dice: “Y tengo dudas de que sirvan en política”. T: ¿Y usted qué piensa? S: Puede ser que yo sea demasiado normal, pero la cuestión es que me sacaron del juego. Mal o bien, Kirchner y De Narváez, después de “Gran Cuñado”, a los ojos de la gente se hicieron más humanos, más queribles. Y yo no existo, me borraron. Como decían por ahí, “Margarita compite contra dos aparatos. El aparato peronista...

y el aparto de televisión”. T: ... Quisiera volver a eso que le dijeron. Lo del exceso de normalidad... S: Una vecina me decía “Margarita, el problema es que vos parecés una vecina más del barrio. Y eso no tiene gracia. Aunque te parezca mentira, la gente, igual que en las novelas, quiere que tu personaje tenga algo que genere intriga o admiración o lástima u odio. Y me propone: “¡Por qué no contás algo de la enfermedad que tuviste? Contale a la gente que tenés los ojos siempre entrecerrados porque a los 30 tuviste el síndrome de Guillan-Barré, que te paralizó el cuerpo. Contá que estuviste al borde de la muerte, que ya no sentías las piernas, y que gracias a tu fortaleza saliste adelante”. Y me dice: “Si eso pasara en una novela, ¿no te atraparía?” T: ¿Y usted qué le dijo? S: ... (Se queda en silencio.) T: Margarita... S: Le dije que si la gente se apiada de una discapacidad, entonces estábamos salvados. Porque el Acuerdo Cívico, en las

encuestas, está postrado. T: ¿Por qué le costó responder? S: No sé. Se ve que no agredo públicamente... pero la procesión va por dentro. T: ¿Cuál es esa procesión? S: (Cabizbaja, angustiada.) El otro día fuimos a hacer una recorrida por San Martín. Un comisario, apoyado contra el patrullero y fumando, me dice: “Ayer reventamos un desarmadero. ¿Y sabe qué encontramos? Una alianza desarmada. Todas tiradas y desparramadas, partes de radicalismo, partes de socialismo, y un par de piezas del ARI”. Y subiéndose al patrullero me dice: “Esta vez no se quejen, ¡eh! Ustedes mismos la desarmaron” T: ¿Y qué dice usted? S: Y que es verdad. Este Acuerdo Cívico está medio desarmado. T: ¿Por qué lo dice? S: Y... apenas las encuestas empezaron a dar mal todos se empezaron a abrir. Encima, hay gente confundida. ¿Vio la película

Psicosis, donde el protagonista está loco y cree que él es su madre? (Tono malicioso.) Bueno, Ricardo Alfonsín cree que él es su padre. T: Margarita, ¿y usted? ¿Hay algo que esté haciendo mal? S: Bueno. Yo le dije a Lilita: “Lilita, tenemos que hacer una autocrítica. No tenemos discurso claro. De Narváez vende seguridad. Kirchner vende continuidad. ¿Y nosotros qué vendemos? T: ¿Y qué le contestó ella? S: “¡Vos me vas a traicionar apoyando a Cobos en el 2011!” T: ... S: Es difícil. Ella es muy personalista. ¡Ojo! Yo también. T: Entonces admite su personalismo...

S: (Suspira.) Nos cargan. Dicen que en una discusión ella me dijo: “O vos, o yo. Este partido es muy chico para dos potes de la misma tintura”. T: ... S: Y en el radicalismo están todos pensando más en el 2011 que en el 28 de junio. Pero como las encuestas no levantan, muchos empezaron a cortarse solos en algunos municipios y pueblos. Un kirchnerista, irónicamente, me dijo “¿Viste, Margarita, que había que adelantar las elecciones? Pero adelantarlas más... así aprovechaban “el efecto Alfonsín”. T: ... S: (Se queda en silencio, pensativa, y se le humedecen los ojos.) T: ¿En qué se quedó pensando que se angustió, Margarita? S: En lo que me dijo uno de mis hijos el otro día. Dice: “mamá, ¿te diste cuenta? En el 89 Alfonsín se fue antes de tiempo. Ahora también...” © LA NACION