MISIÓN PERMANENTE DE MÉXICO

Intervención del Embajador Juan José Gómez Camacho, Representante Permanente de México, durante el debate abierto del Consejo de Seguridad sobre la lucha en contra del terrorismo Nueva York, 14 de abril, 2016 Señor Presidente, Agradezco a su delegación por convocar este debate y al Secretario General por el informe que nos ha presentado. Mi país condena enfáticamente el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones. Asimismo, emprende esfuerzos tanto en los ámbitos nacional, regional e internacional, para adoptar medidas efectivas contra el terrorismo, con pleno respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales. Todos los Estados tenemos la obligación de actuar con estricto apego al derecho internacional, en particular a la Carta de la ONU, el derecho internacional de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y el derecho de los refugiados. Resulta fundamental que el terrorismo no se asocie con ninguna religión, nacionalidad, civilización o grupo étnico. De igual manera, los líderes políticos, religiosos y comunitarios deben garantizar que los mensajes que transmitan sobre el terrorismo y cómo enfrentarlo promuevan la tolerancia, el respeto y la cultura de paz, evitando mensajes xenófobos y discriminatorios. Señor Presidente, Desde 2002, México ha liderado la iniciativa sobre la “Protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo”, tanto en Nueva York como en Ginebra. La resolución 70/148 reitera el compromiso de la comunidad internacional para respetar sus obligaciones en la materia. Reitera además la importancia de la sociedad civil y las organizaciones humanitarias, así como del derecho a la privacidad, y la participación de la mujer en la formulación de medidas contra el terrorismo. Mi Delegación privilegia además los esfuerzos del Secretario General, la Asamblea General y el Consejo de Seguridad, para coordinar y dar coherencia a las acciones contra el terrorismo. En este sentido, y a la luz de la revisión de la Estrategia Global contra el Terrorismo en junio próximo, quisiera adelantar los siguientes cuatro puntos específicos: I.

Es necesario contar con mayor coherencia y coordinación entre las distintas oficinas de la ONU que componen la Estrategia. Ello implica revisar su arquitectura, la definición de mandatos dentro de las estructuras existentes, y la identificación de la entidad de la ONU que debe liderar este tema.

II.

Se debe mejorar la comunicación y coordinación entre el Equipo Especial sobre la Ejecución de la Lucha contra el Terrorismo (CTITF) y la Dirección Ejecutiva del Comité contra el Terrorismo (CTED). Un primer paso podría ser la identificación clara de los distintos mandatos con los que cuentan los agentes que forman parte de la Estrategia.

III.

Es importante garantizar que los esfuerzos de la Estrategia estén debidamente sustentados en sus cuatro pilares de acción, incorporando así una agenda más amplia en temas de desarrollo, seguridad y respeto a los derechos humanos.

IV.

Siempre se debe privilegiar el enfoque preventivo. Ello implica atender las causas conducentes al terrorismo por medio de dos acciones principales: mejorar las capacidades de los Estados y fortalecer el desarrollo.

Señor Presidente, La evolución y adaptación de grupos terroristas en los últimos años como amenaza a la paz y seguridad internacionales, han reforzado la noción sobre la importancia de atender de manera eficiente e integral las causas subyacentes del terrorismo, dando pie a una serie de importantes discusiones sobre el papel que juega la radicalización, y el esparcimiento de ideologías extremistas y violentas en la generación de estos actos. Es indispensable reflexionar sobre las potenciales implicaciones de insertar una noción no acordada de extremismo violento en la arquitectura institucional y estratégica del combate al terrorismo. En todo caso, se debe mantener un enfoque transversal dentro del sistema de Naciones Unidas al respecto. Si bien resulta entendible que se busque prevenir el extremismo violento para evitar la proliferación del terrorismo, a México le preocupa la tentación de fusionar estos conceptos. Ello puede derivar en una aplicación demasiado amplia de medidas contra el terrorismo, y potencialmente castigar conductas que bajo ninguna circunstancia pueden calificarse como actos de terrorismo. Hacemos por tanto un llamado a continuar la discusión sobre los alcances y límites del Plan de Acción del Secretario General para la prevención del extremismo violento en la Asamblea General. Desde esta perspectiva, México reconoce la importancia del cumplimiento de las metas de desarrollo sostenible, como vía crucial para atender los agravios estructurales que propician el esparcimiento de ideologías radicales. Debemos superar el impasse y adoptar de una vez por todas el Convenio General sobre el Terrorismo Internacional.

Muchas gracias.