Espectáculos
Página 14/LA NACION
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Domingo 24 de octubre de 2010
MUSICA (Grabaciones)
Festival Pepsi Music 2010
La página de los discos
Tangos desde distintos frentes Los muy personales CD de Surif, Cutaia y Schissi
Billie Joe Armstrong, el carísmático líder del trío norteamericano LEO LIBERMAN
Green Day y la noche de la exageración El trío se lució en el festival de Costanera Sur con un show de tres horas que nunca aplacó su intensidad Todo lo que hace Green Day es enorme, exagerado, grandilocuente. Y desmedido. Billie Joe Armstrong está cantando “King for a Day” y en la noche del viernes es precisamente eso: el rey por un día de esas casi 40.000 personas que vinieron a ver la segunda presentación de la banda norteamericana en Buenos Aires. Pero la primera fue en el 98, cuando eran una divertida banda de punk californiano. Hoy están en la cima del mundo del entretenimiento. Hoy, la gran estafa del rock and roll les sienta como anillo al dedo. La tercera noche en Costanera Sur del Pepsi Music tuvo a Billie Joe Armstrong (voz y guitarra), Mike Dirnt (bajo) y Tre Cool (batería) como protagonistas. Antes de ellos sólo Massacre pisó el escenario principal. Y Walas sería el encargado de inau-
gurar una noche de frases impactantes, ingeniosas y sorprendentes. Como: “Massacre es fuente de calcio... de sexo y liberación”; o, “estamos creando carriles exclusivos para que las chicas puedan andar en skate desnudas”. Probablemente haya sido la mayor audiencia de su existencia para Massacre y la banda respondió con un set sin fisuras y con muchos clásicos, desde “Plan B...” hasta “Diferentes maneras”. Suena “Song of the Century”, tema que abre el disco que Green Day viene a presentar: 21st. Century Breakdown. El show comienza, los músicos aparecen y las explosiones también. A lo largo de tres horas de concierto, de canciones que recorren toda la discografía de la banda, de palabras, gestos y gags de comedia, se suceden casi como si fueran un hilo conduc-
tor las explosiones. La intención de ellos es mantener atento y encendido al público, y vaya si lo provocan con cada una de sus acciones. Tiene algo de chaplinesco Billie Joe. Se muestra tosco, como si estuviera siempre al borde de dar el mal paso, pero es un maestro de ceremonias ideal. Se ríe, incita y habla mucho entre tema y tema. Sabe que lo que puede decir para agradar roza la demagogia, por eso elige exagerar, ser el rey de los demagogos. “Hace 22 años que tocamos y éste es el mejor show de nuestra vida”, exclamará hacia el final, luego de una noche en la que habría de todo y para todos. Como que el público argentino es mejor que el brasileño, y la estruendosa: “No somos de California, no somos de Norteamérica. ¡Somos de la Argentina!”. Pero lo que Billie Joe dice no mo-
lesta, más bien es parte del show de un trío que puede ser quinteto, con el apoyo de una segunda guitarra y un tecladista-saxofonista que se despachará sobre el final con una parodia de Elvis Presley. Es que todo es performance en Green Day. Por eso subirá alguien del público para tirarse de cabeza a la multitud; también un niño de nombre Octavio, una chica que cantará como pueda y se llevará de regalo la guitarra del líder o un fan que tomará el micrófono de Billie Joe y lo reemplazará con hidalguía por unos instantes. Sonarán “When I Come Around”, “Basket Case”, “She”, “American Idiot”... y la sensación de que no pudo haber sido mejor. Tan largo, tan intenso, tan exagerado, tan Green Day.
Sebastián Espósito
(Track)
Valentín Surif, Carlos Cuitaia y Diego Schissi son tres pianista que en sus últimas producciones abordaron (o se acercaron) al tango por distintos frentes. La coincidencia es que cada uno, desde su lugar, tiene algo para aportarle al género. Surif echó mano al arcón del “tango académico”. Y aunque ya es conocida su trayectoria como intérprete de música argentina, su nuevo disco, Todo tango, no se puede pasar por alto. No se debe pasar por alto. Juan José Ramos (1930-1995) es el compositor que se impone en este repertorio y de quien Surif se vale para abrir el disco con siete piezas (originalmente para bandoneón); siete exquisitas variaciones que están magníficamente interpretadas. El fraseo y el rubato de Surif son tangueros al ciento por ciento en esta producción. Sin duda, estas y otras de las obras que se escuchan terminan de tomar su forma ideal en la reflexión y la interpretación del pianista. La placa se completa con piezas de Juan José Castro, Lia Cimaglia Espinosa, Marlos Nobre y Astor Piazzolla. Surif conoce muchos vericuetos de la música argentina para piano, de cámara y sinfónica, especialmente esa que tiene fundamentos nacionales. Y este CD es resultado de ese conocimiento combinado con su talento en el teclado. Diego Schissi llamó a su nuevo CD Tongos – Tangos improbables. Ya con el título se puede tener una pista de hacia dónde apunta el contenido. El disco de este pianista es de amplio espectro porque ahí se pueden encontrar elementos de un siglo de tango: de los que hoy escuchamos como si fueran una vieja reliquia, de los experimentales cruzados con otros géneros, de los que alguna vez fueron considerados “música ciudadana”. Schissi no toca tango; le pone tango a su música. Quizás ésa pueda ser una manera posible de entender el título de su disco (aunque, quizás, no sea ése el significado que le haya dado el músico). La producción tiene otro enigma: el orden de las composiciones. Ver nombres como “Tongo 2”, “Líquido 2”, “Líquido 5”, “Tongo 4”, “Canción 4”, pero sin un orden lógico, es una invitación a acomodar los tracks en una lista de sentido común. Sin embargo, esto no significará un mejor resultado y, por momentos, valdrá la pena
dejarse llevar por la lista original para que fluya así como está. Hay demasiadas probabilidades en esta placa, que suena tan pensada como fragmentada e inesperada, en esos sorpresivos viajes de amables milonguitas a los riffs vertiginosos de un bandoneón. Para esta empresa Schissi se rodeó de Santiago Segret (bandoneón), Ismael Grossman (guitarra), Juan Pablo Navarro (contrabajo) y Guillermo Rubino (violín). Y nos falta lo de Cutaia, La cinta robada, que tampoco es un disco tanguero con todas las de la ley. Pero no se puede negar el aire rioplantense que frecuenta los tracks de este CD. Además de las versiones de “Derecho viejo” (medio jazzera) y “El marne” (con una rígida acentuación adrede para resaltar la característica rítmica) también se respira la cosa tanguera en otros tracks. Cutaia se inspiró un poco en el cine. Hay un dueto (“Película uno” y “Película Dos”) impulsada por ostinati y ciertas reminiscencias del jazz rock. Y luego, un paseo por la electroacústica, con una serie de piezas para piano, batería y cinta que se desarrollan en momentos prolongados y algunas melodías que van de lo jazzero a tanguero, algunas transparentes, otras misteriosas.
Mauro Apicella
Al piano Diego Schissi apuesta a sus propias composiciones; Valentín Surif (abajo) interpreta tangos académicos
Bono, un tipo activo
Planes irlandeses. En medio de la gira que retomaron hace un mes (y que los traerá nuevamente a Buenos Aires en marzo de 2011), los cuatro músicos de U2 parecen haberse hecho tiempo para preparar nuevo material, con la idea de varios lanzamientos. El primero sería un álbum de temas nuevos, sucesor de No Line on the Horizon, que producirá Danger Mouse, y que saldría a principios del año próximo; el otro fue definido por Bono mismo como un “club álbum”, al estilo de los remixes de U2 de los 90, con la colaboración de Will.i.am, David Guetta y RedOne, entre otros. Y podría haber un tercero, con el material que Bono y The Edge escribieron especialmente para la comedia musical Spider-Man: Turn off the Dark, que se estrenará en Broadway el mes próximo. ARCHIVO
(La compactera) For All We Know
Al toque
José James & Jef Neve
Dúo Bocaccio-Gallino
Autumn In New York, Embraceable You, Gee Baby, Ain’t I Good To You, Body And Soul, When I Fall In Love, Tenderly, Just Squeeze Me, Lush Life, For All We Know (Impulse/ Universal).
Chicamucha, Zita (Suite Troileana), Chamamenmí, Julia Florida, Sunset Milonga, Compadritos de cartón, Luceros, Llanos, Palermo, Un domingo en la Boca, Here, There and Everywhere, Penny Lane, Muchacha ojos de papel/ Seminare, Un domingo de verano. (PAI).
¿Qué sale de la extraña unión de un cantante norteamericano, de ascendencia panameña, que mezcla el jazz, el soul y el hip-hop y de un virtualmente ignoto pianista de jazz de origen belga? Uno de los mejores discos imaginables. Sus responsables son José James y Jef Neve, el álbum se llama For All We Know y su edición, además, significa el relanzamiento internacional del legendario sello Impulse. Hay mucha química entre James, con su lustrosa voz de barítono, y Neve, sorprendente, provocador y precipitador de climas que magnetizan al oyente. Y también hay mucha magia en la forma en que sacan de la galera increíbles versiones de standards, en las que, cerrando los ojos, uno puede escuchar a Johnny Hartman e incluso el espíritu de John Coltrane. Imperdible.
El encantador vals que el sueco Mats Norrefalk dedicó a una de las más imponentes bellezas naturales de Colombia inicia esta suerte de presente musical que Enrique Bocaccio y Juan Gallino han preparado para celebrar los 30 años de su sociedad artística. El clima de celebración no está tanto en el carácter de las piezas como en el espíritu que ha guiado la selección: el dúo de guitarras se da el gusto de abordar material que está estrechamente ligado a su historia personal, sin atender a géneros ni orígenes. El viaje musical puede ir de un chamamé a Piazzolla (“Zita”), de los aires tangueros que tan bien les caen (“Sunset Milonga”, “Palermo”) a clásicos de Spinetta y Charly o de Agustín Barrios a los Beatles. Participar de la travesía resulta también un bienvenido regalo para el oyente.
Ricardo Carpena
Fernando López