Extraños en la noche

5 abr. 2012 - bristas y a un minimalismo na- rrativo, la producción uruguaya encuentra en Reus una película que –sin perder de vista el costa- do de crítica ...
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ESPECTACULOS

Jueves 5 de abril de 2012

CINEs ESTRENO cuando habla de su mamá, la inolvidable Lolita Torres, que alguna vez le aconsejó con dulzura, sin presiones ni apuro pero muy segura, hacer una comedia. Es que en su carrera cinematográfica, centrada en el drama y el policial, nunca había mostrado su costado de comediante. Hasta ahora. En Extraños en la noche, el film de Alejandro Montiel que se estrena hoy, Torres interpreta a Martín, un pianista de formación clásica que, por una serie de enredos generados en mayor parte por su novia (interpretada por Julieta Zylberberg), quedará envuelto en una trama policial que se desarrollará con más humor que suspenso. “Me llegó el guión, lo leí y me encantó la historia, pero le faltaban desarrollo y trabajo, entonces me junté con Adrián Suar, que es amigo y colega, porque me interesaba su opinión”, recuerda el cantante, que desde que participó en el film El juego de Arcibel, en 2003, se dedicó por completo a su carrera como músico. De aquella charla con Suar surgieron algunas ideas para la historia, la incorporación al equipo del guionista Daniel Cúparo (Igualita a mí) y la convicción de que el proyecto iba viento en popa. El único detalle era organizar la complicada y ocupada agenda del protagonista a las necesidades del rodaje. “Yo había sacado un disco en 2010, estaba de gira y terminaba en Chile, volví, ensayamos y a fin de agosto empezamos a filmar, terminamos los primeros días de octubre y ahí enganché con el Gran Rex”, recuerda, sin repetir y sin soplar, Torres, que apenas termine la promoción de Extraños en la noche volverá a los escenarios con recitales en Paysandú y Montevideo –donde también presentará la película– y luego, en mayo, hará una gira por España; de allí se presentará por primera vez en Londres y París y regresará a Tel Aviv, donde la idea es llevar también la película. “Me interesa que la gente conozca mis dos aspectos, mis dos oficios. En otros países me conocen por los conciertos y ven que soy muy histriónico, pero no saben de mi trabajo como actor. Aunque cada tanto encuentro alguno que vio las películas que hice”, dice, y se larga a imitar a un fanático cubano expresándole su afecto. Tiene buen oído para los diferentes acentos, le divierte intentarlos, componer personajes entre una frase y otra, cambiar para luego volver a ser él mismo. Algo así como lo que PERSONAJE pasó cuando se puso en la piel de Martín, En Extraños en la noche, ese personaje que lo Torres interpreta a intrigó lo suficiente Martín, un músico muy como para volver a distinto a él la pantalla. “Estaba esperando que llegara una propuesta que me interesara como la Penélope en la estación de la canción. Lo que me ofrecían para cine no me terminaba de convencer, volver a la televisión tampoco me cerraba. Lo cierto es que tenía un profundo deseo de volver a trabajar

((((( BUENA

CINE

Diego Torres

ENTRE LA MUSICA Y EL CINE

MARIANA ARAUJO

como actor. Me sentía incompleto. Tengo la misma pasión por la música que por la actuación. Es un poco mi manera de ser, soy un tipo inquieto que no se conforma, que nunca se queda quieto en un lugar”, explica Torres, y alcanza con retroceder hacia el principio de su carrera para confirmar la declaración. “Siempre supe que el camino que elegía era muy difícil porque yo empecé con la música y la TV muy jovencito y la tele te da, si tenés la suerte de hacer un programa exitoso, una popularidad impresionante. Pero saqué un disco y con mi manager en esa época pensamos que la mejor manera de que me conocieran en Catamarca, Salta, Comodoro Rivadavia o Trelew era salir de esa cajita en la que la gente te ve y hacer la experiencia del escenario. Ahí empecé a alejarme de la TV. De alguna manera era una forma de preservar al actor, porque no quería ser el tipo que canta, baila, actúa. Soy muy cuidadoso de lo que hago: si mirás mi carrera te das cuenta enseguida de que a veces estoy y luego me guardo”, cuenta Torres, y lo cierto es que la estrategia le funcionó a la perfección. Pero con el músico explorado con éxito, el actor empezó a pedir pista. Dice que la gente le recordaba en la calle que lo extrañaba en pantalla, que no les alcanzaba con un par de reportajes en los que siempre desplegaba el histrionismo que tiene desde la cuna. “Se trataba de componer un personaje con humor pero que no tiene nada que ver conmigo. Es más bien envarado, tenso, yo no soy para nada así”, aclara. En ese trabajo de armar un personaje fue fundamental el trabajo minucioso de Montiel, el director, con el que tiene además un pasado en común. “Fuimos compañeros del secundario en el Colegio Nacional N° 2 Domingo Faustino Sarmiento”, recuerda, y se para para nombrar su escuela. Claro que su conexión con el realizador no fue el único elemento familiar en el rodaje de Extraños en la noche. Por un lado está Fabián Vena, otro primo de La banda del Golden Rocket –además de Suar–, que interpreta a un gracioso representante de músicos en el film. “Nos disfrutamos mucho más en estas semanas del rodaje que cuando hacíamos La banda... a los veinte años. Compartimos mucho y ésa es una de las cosas lindas de este laburo”, se entusiasma el músico, que para completar el círculo de familiaridad también comparte la película con su sobrina Angela, que interpreta a la hermana del personaje de Zylberberg. “La mandé al casting como soldado raso y al director le encantó. Qué loco que terminé trabajando con mi sobrina. Cuando la vi haciendo sus escenas se me empezaron a caer las lágrimas. Fue como esa proyección de mi vieja conmigo. Son las vueltas de la vida”, termina Torres, que gracias a esta película se reencontró con un costado de sí mismo, con el actor que nunca se fue, que siempre estuvo.

Julieta Zylberberg y Diego Torres, dos buenos comediantes

BUENA VISTA

I

COMEDIA

Extraños en la noche

El film de Alejandro Montiel ofrece la posibilidad de divertirse sin muchas pretensiones EXTRAÑOS EN LA NOCHE (ARGENTINA/2011) L DIRECCION: ALEJANDRO MONTIEL GUION: DANIEL CUPARO, ALEJANDRO MONTIEL Y MILI ROQUE PITT L FOTOGRAFIA: SOL LOPATIN MUSICA: FRANCO CAVIGLIA, DIEGO HENSEL, WALTER KOERTE Y VIOLETA MUSIC L CON: DIEGO TORRES, JULIETA ZYLBERBERG, FABIAN VENA, LAURA CONFORTE L DISTRIBUYE: BUENA VISTA INTERNATIONAL L DURACION: 93 MINUTOS L CALIFICACION: ATP. L L

Casarse joven tiene sus ventajas, entre ellas la posibilidad de que la pareja logre transitar por un largo camino, que se conserve el fuego del romanticismo y se tome esa unión como una apasionante aventura. Este ejemplo se grafica en Martín y Sol, siempre dispuestos a vivir cada día como una nueva bendición del cielo, aunque a veces el destino les juegue una mala pasada. El es un músico de formación académica que espera ganar dinero con sus composiciones, en tanto que Sol desea triunfar como líder de una banda de rock. Sin embargo, y por el momento, ninguno de los dos está satisfecho con los trabajos que consiguen. La vida, llena de caprichos, parece querer desviarlos de sus sueños. A un paso de firmar un ansiado contrato para cantar en una banda que hará una gira por el exterior, ella recibe con sorpresa la noticia de su embarazo y, paralelamente, Martín queda sin empleo y pierde su valioso piano en manos de un afinador. Con tantos sucesos desalentadores, Sol no halla la manera de comunicarle a Martín su embarazo, y para postergar ese momento se concentrará en descifrar el supuesto crimen de un misterioso vecino. El marido no está convencido de las sospe-

chas de su mujer, pero ante su insistencia ambos se convierten en una divertida pareja de detectives amateurs que buscan pistas mientras tratan de resolver su vida cotidiana. Relato sin duda simpático y amable, el film recorre las aventuras de este matrimonio. El director Alejandro Montiel logró, sobre la base de un guión tan pícaro como entretenido, un relato que ofrece la posibilidad de divertirse sin muchas pretensiones, de ver a Diego Torres –que ofrece una cordial imagen de ese Martín dispuesto a secundar a su esposa en la investigación de un delito de dudosa autoría– y de descubrir las buenas condiciones de comediante de Julieta Zylberberg. A ellos se suman, en breves apariciones, Betiana Blum y Daniel Ravinovich, que refuerzan un elenco siempre dispuesto a brindar la cordialidad pedida por sus respectivos personajes. La impecable fotografía, la acertada dirección de arte y la música –con atractivos ritmos– suman puntos a este film que acierta en su propósito: contar una historia simpática con una moraleja que se descubre hacia el final.

Adolfo C. Martínez

CINE

((((( REGULAR

THRILLER

Reus

3C FILM GROUP

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La película pone el acento en los enfrentamientos sociales

Un film que se asienta en lo formal, pero que pierde en la historia REUS (URUGUAY-BRASIL/2011) L GUION Y DIRECCION: EDUARDO PIÑERO, PABLO FERNANDEZ Y ALEJANDRO PI LFOTOGRAFIA: MARTIN ESPINA L MUSICA: RODRIGO GOMEZ Y SERGIO ROJAS LEDICION: SEBASTIAN CERVEÑANSKY LDIRECCION DE ARTE: LEHO DE SOSA LELENCO: CAMILO PARODI, ALBERTO ACOSTA, MICAELA GATTI, WALTER ETCHANDI, MAURICIO NAVARRO, FLAVIO GONZALEZ L DISTRIBUIDORA: 3C FILMSGROUP LDURACION: 90 MINUTOS LCALIFICACION: APTA PARA MAYORES DE 16 AÑOS. L

Más afecta a historias costumbristas y a un minimalismo narrativo, la producción uruguaya encuentra en Reus una película que –sin perder de vista el costado de crítica social– incursiona de lleno en el cine de género. En la línea de otras películas latinoamericanas como la mexicana Amores perros o la brasileña Ciudad de Dios, esta ópera prima de Eduardo Piñero, Pablo Fernández y Alejandro Pi narra el enfrentamiento entre representantes de distintos grupos y diferentes clases sociales: el Tano (interpretado por el argentino Camilo Parodi, hijo de Teresa Parodi), un marginal recién salido de la cárcel, y Don Elías (Walter Etchandi), líder de

la comunidad judía que desde hace décadas se ha asentado en el decadente barrio del título. Precisamente, la descripción de la dinámica barrial y los valores de la producción (sofisticadas tomas aéreas, escenas callejeras o en boliches con bastante despliegue de extras y una ambiciosa banda sonora) son lo mejor de una película que en muchos pasajes peca de subrayada y torpe. El film intenta abarcar demasiados temas que, para colmo, están condensados (simplificados) en conceptos básicos y de impacto popular (los efectos de la droga, la mano dura, el ojo por ojo, la venganza por mano propia, la tortura, la escalada de violencia, la inacción o la

corrupción policial). Así, esta mirada a la pérdida de los viejos códigos de convivencia y a la progresiva desintegración social se torna demasiado obvia, con diálogos –o intervenciones de los medios de comunicación– que resultan casi siempre didácticos. Ni la edición vertiginosa ni el montaje paralelo logran darles ritmo, intensidad ni tensión dramática a las escenas de acción, que, además, llegan demasiado tarde. Así, más allá de su interesante apuesta y de su solidez técnica y formal, Reus falla en aspectos esenciales, indispensables para sostener una apuesta como la del thriller.

Diego Battle