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Fabio Aste pasa del cine al teatro independiente con soltura

3 sept. 2013 - Cremona, La excelsa, Cyrano de. Bergerac, Ricardo III y Helena Tritek, oscar Barney Finn, Norma Alean- dro y Agustín Alezzo son algunas de.
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espectáculos

| Martes 3 de septieMbre de 2013

Fabio Aste pasa del cine al teatro independiente con soltura

teatro. El actor protagoniza una versión libre de El jardín de los cerezos Laura Ventura PARA LA NACIoN

Había una vez un chico al que le gustaba mucho el teatro. Hijo de padres separados, los fines de semana, cuando su papá pasaba a buscarlo, la salida elegida consistía siempre en sumergirse en un mundo de fantasía. “Por aquel entonces, vi obras que no eran para mi edad, como El cuarto de Verónica y La señorita de Tacna, con Norma Aleandro”, recuerda Fabio Aste. Tiempo después, ya convertido en actor, trabajaría en la pieza de Mario Vargas Llosa, y compartiría el escenario con la mismísima Norma. Aste, quien el año pasado participó en Macbeth (versión de Javier Daulte, en el San Martín), hoy vuelve a participar de un clásico, El jardín de los cerezos, de Chéjov, pero en una puesta diferente inspirada en este texto, que transcurre en la Argentina de los años 2000. Patagonia en flor, dirigida por un reconocido y talentoso director como Rubén Pires, y comparte el escenario con Victoria Carreras. “A veces, hay transpolaciones que no son acertadas, es decir, clásicos con una versión que ocurre en otro tiempo y lugar. En este caso, hay un acierto de Pires, pues se pudo trazar un paralelo interesante donde el público se encuentra, se puede sentir identificado. Hay alusiones a nuestra historia reciente, como la mención a Fernando de la Rúa, entre otras”, explica el actor, que le presta su alma a Lopajin, aquel personaje hijo de un peón que ha logrado ascender socialmente. “Es el verdadero laburante, trabajador de ese círculo. Hizo mucha plata, pero no tiene alcurnia. Se opone a otros personajes que viven de rentas, que son los representantes de un mundo que se está cayendo a pedazos, una aristocracia que niega lo que ocurre y que trata de aferrarse a un sistema que se cae a pedazos”, dice entusiasmado con su criatura. Una familia aristocrática de la Rusia zarista, dueña de una finca, atraviesa problemas financieros. Una de las herederas viaja a descansar y a intentar resolver este conflicto junto con su hermano. “El dinero, como la portación de apellidos históricos, es un poder en sí mismo. Las clases sociales no se mezclaban entre sí. Por eso él siempre ha amado en silencio a una mujer, pero ambos pertenecen a mundos irreconciliables.” En esta obra, hay un personaje adorable, el viejo Firs, que interpreta Isidoro Tolcachir, padre de Claudio, autor de La omisión de la

Pompeyo Audivert dirigió diestramente a sus actores

teatro

Peronismo y mitología edipo en ezeiza . ★★★

divert. intérpretes: Julieta Carrera,

“En esta versión, hay alusiones a nuestra historia reciente”, refleja familia Coleman, cuyo final, en cierto modo, rememora al de El jardín de los cerezos y al de este anciano. A paso firme Cremona, La excelsa, Cyrano de Bergerac, Ricardo III y Helena Tritek, oscar Barney Finn, Norma Aleandro y Agustín Alezzo son algunas de las obras y de los directores que lo convocaron para los escenarios. En TV participó en Cuando me sonreís, El elegido, Aquí no hay quien viva, Son amores, Casi ángeles, Televisión x la identidad, entre decenas de programas. Y a su vez, se hizo un firme lugar en el cine, como primera figura con trabajos elogiados en Nevar en Buenos Aires, Andrés no quiere dormir la siesta, Como encendida y La fuga, entre otras, pero hay una de ellas, Vereda tropical, que atesora porque allí interpretó a Manuel Puig. Aste dejó en tercer año de la carrera los manuales y libros de psicología y se dedicó por completo a estudiar teatro. Primero con Gandolfo y luego con Fernandes. “Quería comprender cosas que me pasaban a mí, a todos. Pero no me imaginaba por entonces una vida alejada del teatro y solo en torno al psicoanálisis. Hoy pongo mi neurosis al servicio de la actuación”, cuenta divertido.ß

Patagonia en flor (basada en El jardín de los cerezos) Dirigida por Rubén Pires. Domingos, a las 21. El Tinglado, Mario Bravo 948.

maximiliano amena

Giovine, frente al desafío de Chéjov

Bertín. escenografía: Ana Audivert. gani.

iluminación :

Hugo Cardozo y

Pompeyo Audivert. asistencia de dirección:

Paula Sánchez. duración: 70 mi-

nutos. sala: El Camarín de las Musas, mario bravo 960. funciones: sábados, a

Anton Chéjov, como Ibsen o Shakespeare, es un autor inabarcable que ofrece la posibilidad de crear una infinita cantidad de versiones. Nicolás Pérez Costa dirige El jardín de los cerezos, protagonizada por Héctor Giovine y Rita Terranova, junto con Damián Iglesias, Juan Guilera, Alejandro Cupito, Christian Alladio, Leonardo odierna, Iara Sarmiento, Renata Marrone, Natalia Biasín, Agustín Pérez Costa, Cecilia Barlesi y Valeria Ruggiero. Giovine, actor y director, se vuelve a encontrar frente a Chejov. La primera vez fue en 1966, dirigido por Jorge Petraglia, cuando interpretó al estudiante [en esta versión es el hermano de Luba, Léonid] de El jardín de los cerezos en la sala Casacuberta del San Martín, con Delia Garcés, Ignacio Quirós, Esteban Serrador, Elena Petraglia, osvaldo Cattone y Susana Rinaldi. Luego fue Vania, en la versión que en 1975 realizó con el grupo Teatro Popular de la Ciudad, dirigido por Roberto Durán, acompañado por Virginia Lago, Víctor Hugo Vieyra y onofre Lovero, entre otros.

“Toda la obra deambula por una tierna mentira. Los personajes tienen una enorme ternura. Hacen lo que pueden con su vida y se mienten. Se defienden pensando que todo se puede resolver a través de soluciones absurdas. En cambio, hay otros personajes que pisan la tierra. Chejov era un enorme conocedor del ser humano y hasta el personaje más pequeño tiene una carnadura”, dice Giovine, esposo de Virginia Lago, con quien conforma una de las parejas más queridas del mundo del espectáculo. Con una humildad inmensa, admite que no conocía al joven director cuando le ofreció este personaje. “Es un director de un enorme talento y sensibilidad. También empecé muy joven haciendo Chejov. Nuestra lógica era que debíamos elegir obras importantes antes que autores mediocres para que pudiéramos enriquecernos”, recuerda.ß

El jardín de los cerezos Dirigida por Nicolás Pérez Costa Sábados y domingos, a las 17. El Cubo, Zelaya 3053.

las 22.30.

D

esde 1910, fecha en que Sigmund Freud lo usa por primera vez como símbolo del temor que sufre el niño de tener deseos incestuosos con su madre (es en el artículo “Sobre un tipo particular de la elección de objeto en el hombre”), el nombre de Edipo se populariza y, sobre todo, se relaciona en la cultura universal con el famoso complejo expuesto por el padre del psicoanálisis. De tal modo que, cuando se nombra a ese personaje, el primer reflejo es asociarlo a esa referencia predominante. Freud desarrolla esa teoría a partir de una creativa lectura que hace de Edipo rey, de Sófocles, quien cuenta la historia de un extranjero que, al lograr adivinar los misterios que le propone la Esfinge en Tebas, salva a su pueblo de la peste y es premiado con la corona del reino. Lo que no sabe es que la reina viuda, Yocasta, con quien compartirá el poder, es su madre. Luego, ese conocimiento de que ha quebrantado el tabú del incesto lo llevará a arrancarse los ojos. El mito de Edipo, sin embargo, puede tener muchas otras lecturas. Como todos los mitos, que para eso están: para que los hombres absorban de ellos

Feliz, con su sexto Martín Fierro La polémica sobre los discursos y la doble entrega de premios

reynaldo sietecase. Como dramaturgo, estrenó una obra junto con Mariela Asensio que implica utilizar el bisturí en el cuerpo amado”). Hace ocho años, Mariela lo llamó para pedirle autorización para utilizar sus textos en Hotel melancólico. “Nos hicimos amigos. Tenemos una relación de mucha comunicación creativa. Me parece una mina muy talentosa. Sostiene esa mirada de género, esa cosa tan femenina de reivindicación. Es muy provocadora en sus puestas”, dice Sietecase. Luego, emprendieron un proyecto conjunto que derivó en Malditos. “Ella, que tiene una impronta muy fuerte desde lo femenino, temía que se perdiera la parte masculina y me propuso escribir juntos. Fue un trabajo de una fluidez extraordinaria. Cortamos mucho material porque nos había quedado un texto que duraría casi cuatro horas si se representase.” Federica Presa, Ariel Pérez de María, Raquel Ameri, Federico Schneider, Marina Lovece, Hernán Herrera y Constanza Molfese son los responsables de recrear ese “prontuario sentimental”, como define Asensio, la historia de una mujer que narra distintos momentos de su vida y su vínculo con los hombres. Periodista de radio, TV y gráfica, novelista, poeta y también dramaturgo, Sietecase es una voz y una pluma versátil: “Siento que soy todo eso al mismo tiempo. Creo que cuanto más auténtico sos, mejor te va”.ß Laura Ventura

Hugo Cardozo y Francisco González paisaje sonoro: Florencia González Ro-

“Mi libido está en la literatura, el periodismo es mi trabajo” “Consumo mucha cultura. Ésta es una ciudad muy hostil, pero la virtud de Buenos Aires es la gran oferta cultural que tiene”, dice el rosarino Reynaldo Sietecase, que oficia de anfitrión en la radio Vorterix. Camina por los pasillos y muestra encantado las instalaciones del teatro y la emisora, mientras Mario Pergolini, en vivo, conduce el ciclo que toma la posta de la jornada inaugurada por el periodista. Además de disfrutar de su reciente Martín Fierro por su labor como columnista en Telefé Noticias (ver recuadro), está entusiasmado por la reciente venta de los derechos de su primera novela Un crimen argentino, que pronto comenzará a filmarse. Y además celebra su incursión en la dramaturgia, de la mano de Mariela Asensio con Malditos (todos mis ex). “Gran parte de mi libido está puesta en la literatura. El periodismo es mi medio de trabajo. Tengo el mismo compromiso cuando escribo una investigación o una poesía. Intento hacerlo con verdad y belleza. No me hace ruido transitar los dos mundos.” Sietecase cuenta que, cuando llegó a Buenos Aires en 1989 para realizar una beca en Clarín, ocultaba su parte literaria. Nunca dejó de apostar a la literatura y su gran maestro fue Mario Trejo (“él decía que el peor proceso era el de edición, por-

buena .

dramaturgia y dirección: Pompeyo Au-

Con el que acaba de recibir hace unas semanas por su labor en TV, Sietecase suma un nuevo Martín Fierro a su carrera, seis en total. “Están buenos los premios. Me hubiese gustado recibirlo por mi trabajo en radio. Siento que Guetap es el mejor programa que he hecho”, dice desde sus dos décadas de experiencia en emisoras, repartidas entre Rosario y Buenos Aires. Además de la novedad que le ofrece la plataforma de Vorterix, Sietecase alaba a su equipo: Verónica Castañares, Romina Manguel, Federico Yánez, Jorge Tartaglione y Alfredo Zaiat. “Lamenté que mi premio se entregara por la tarde porque a la noche me moría de ganas de hablar. Creo podría haber ofrecido un discurso un poco distinto a todo lo que se dijo. Cuando recibí el premio, estaba hablándole a un teatro vacío, y a mí me interesa el debate, y porque hubiese estado bueno plantear otras ideas en un escenario de 30 puntos de rating.” En alusión al discurso pronunciado en la última entrega por Jorge Lanata, quien confió en él, en 1998, para editar la revista XXI, Sietecase opina: “En relación con la grieta, a mí también me preocupa. Pero también me preocupa quienes la denuncian y la ensanchan cada día más”.ß

Malditos (todos mis ex)

Reynaldo Sietecase debuta como dramaturgo

f. massobrio

De M. Asensio y R. Sietecase Viernes, a las 22.30. Teatro del Pueblo, Roque Sáenz Peña 943.

la rica savia que les provee y puedan así leer sus propios tiempos. Ése fue el camino elegido por el director Pompeyo Audivert, que ubicó el nombre del héroe griego como instrumento de inteligibilidad de otra tragedia, en este caso argentina: la masacre de Ezeiza. Ahí los elementos en juego son el enigma de las identidades (¿quién es quién?), la disputa entre padre e hijo por la madre, pero en un interrogatorio que es policial –ella es quizás un enemigo o traidor encubierto–, la trama de relaciones familiares es vista como un microcosmos del tejido social. Pero ninguno de estos elementos es expuesto en una estructura lineal o acabada. Las escenas se suceden como fragmentos de una historia que ha estallado y en la que nadie puede encontrar más que pistas de un sentido que acaso alguna vez fue unívoco. Y donde hasta la vieja clave del género parece estar cuestionada por la idea de que, en su repetición en el marco de lo contemporáneo, ni la propia tragedia puede evitar degradarse en parodia o farsa, un universo donde todo deja de ser lo que era o está trastocado. Por algo el director y autor denomina a la obra comedia metafísica. En un espacio austero, pero de atmósfera ominosa –una cocina con salida a un baño, algunas sillas y varios libros por distintos lugares del piso–, los actores, diestramente conducidos, y convirtiendo al cuerpo en una fuente continua de energía interpretativa, logran componer trabajos muy convincentes. Quien haya seguido la trayectoria de Audivert es posible que extrañe en esta pieza el mayor refinamiento creativo de otras obras concebidas y dirigidas por él, lo que, por supuesto, no le impedirá disfrutar de este espectáculo.ß Alberto Catena

1945-2013

Rubén Elena. Murió el director de Hair En Mar del Plata, murió Rubén Elena, el director que trajo al país el musical Hair. Fue un soñador constante. Tal vez por eso a veces los números no le daban y sus producciones terminaban abruptamente. Pero siempre fue un entusiasta creativo, además de un precursor en el teatro musical argentino. A fines de los años 60 estaba capacitándose en Roma, luego de una beca que el Fondo Nacional de las Artes le otorgó para estudiar dirección en Europa. Allí conoció a Isabelle Blau, representante y amiga de los autores de Hair, y le hizo saber que tenía interés en hacerla en la Argentina. A la semana, recibió noticias de Nueva York: los derechos de la obra estaban libres. Elena vendió su “fitito”, se tomó un avión a Nueva York, se sumó al movimiento hippie y se hizo amigo de los creadores de la obra. Así fue como pudo traerla a Buenos Aires y le “vendió” la idea a Alejandro Romay. Iba a dirigirla, pero se peleó con el productor algunas semanas antes del estreno. De todos modos, estuvo muy cerca de la obra y dirigió los múltiples reestrenos de ella. También hizo las puestas en escena de otros musicales, como Jesucristo Superstar, I Love My Wife, Confesiones de Marilyn y Rubias de New York y dio el puntapié inicial para traer al país Amor sin barreras, en 1981. Hasta el momento de su muerte, estuvo casado con la productora británica Jacqueline Evans. A su vez, Elena abrió la primera escuela de comedia musical en la Argentina. ß Pablo Gorlero