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enero - febrero volumen 31, número 1
Este librito no es para la venta
Junta Directiva: Eugenio Heisey
Duane Nisly Marcos Yoder Pablo Schrock Noé Schrock Antonio Valverde Jesús Villegas Sanford Yoder
Editor
Duane Nisly
Circulación
Jimmy Ramírez
Cualquier correspondencia debe dirigirse a: La Antorcha de la Verdad Apartado Postal #15 Pital de San Carlos Costa Rica, C. A. Tel: (506) 2465-0017 Fax: (506) 2465-0018
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CONTENIDO
Un mártir de Jesucristo . . . . . . .portada Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3 Contender por la fe . . . . . . . . . . . . . . . . Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . .4 Cuando la Biblia deja de considerarse la regla infalible . . . . . . . . . . . . . .6
Historia bíblica:
Mansiones celestiales . . . . . . . . . . . . . .18
Palabras del anciano Consejos para el padre . . . . . . . . .20
Sección para padres
El llamado supremo Parte III - Comprendamos nuestras responsabilidades . . . . . . . . . . . . .21
Sección de cocina
Empanadas de pollo . . . . . . . . . . . . . .24
Sección para jóvenes
El camino que ella escogió Los años de la adolescencia 2b . . .25
Sección para niños
Dinero para gastos personales . . . . . . .29 Actividad para niños . . . . . . . . . . . . . .34 Cuando Dios dice: “No” . . . .contraportada
LA ANTORCHA DE LA VERDAD se publica bimestralmente por Publicadora La Merced, ubicada en Santa Rita de Río Cuarto, Costa Rica. PUBLICADORA LA MERCED trabaja sin fines lucrativos para extender el evangelio, para propagar doctrina sana y bíblica de orientación anabaptista, y para presentar consejos para la vida cristiana práctica en América Latina.
Si desea hacer una donación, la puede hacer por medio de un cheque en dólares estadounidenses a nombre de Asociación Servicios Cristianos Menonitas, o por medio de una transferencia internacional: (Asociación Servicios Cristianos Menonitas, cuenta #15201347000014732 en dólares estadounidenses. SWIFT: BCRICRSJ y/o UNIVERSAL ID019339, Banco de Costa Rica. San José, Costa Rica, entre Av. central y segunda, calles cuatro y seis.) Diseño de la portada: Randall Nisly
Estimado lector:
que realmente sea seguro excepto una cosa, la cosa que
En la penúltima edición de la Antorcha de la
María escogió: ‘’ Pero sólo una cosa es necesaria; y
Verdad (septiembre – octubre, 2015), comenté sobre el pastor que fue encarcelado por ser fiel a su fe en Dios. Aún sigue privado de libertad, pero sus escritos desde la cárcel son una gran inspiración para muchos creyentes. En el último mes, otro hermano pastor, fue arrestado y privado de libertad por ser fiel a Dios. Las condiciones en que se encuentra no son nada favorables y su futuro es inseguro. En su casa lo esperan su esposa y cinco hijos. Dios los ha fortalecido en gran manera, pero la prueba ha sido sumamente difícil. Me pregunto: ¿Qué nos está diciendo Dios al permitir estas “injusticias”? ¿Cuál es el propósito de esta prueba para estos dos hermanos y sus familias, cuando es por causa de hacer el bien que están en la cárcel? La respuesta no la tenemos. Pero eso sí, conocemos al que tiene las respuestas, el Dios altísimo. Otra pregunta: ¿Estaría yo (o usted) dispuesto también a sufrir injusticias por causa de la verdad? ¿Estará mi fe tal que pudiera soportar estas aflicciones? Permítame compartir unas reflexiones que escribió uno de estos hermanos desde la cárcel, y unos pensamientos de la esposa del otro: Desde la cárcel: “¿Cuál precio nos dijo Jesús que nos
María ha escogido la buena parte, la cual no le será
costaría seguirlo? ‘Así pues, cualquiera de vosotros que
quitada’ (Lucas 10:42). La esposa del otro hermano que fue encarcelado recientemente escribió: “Quisiera poder escribir algo diferente esta noche. O, ¿tal vez no? Yo creo que mi esposo necesita pasar por estos tiempos de tremendo dolor. Creo que lo que ha de venir dará sentido a lo que está sucediendo. Los días difíciles son capítulos de la vida, pero tenemos que pedir a Dios que nos ayude a ver las cosas a como él las ve. En medio de las cosas difíciles que estamos enfrentando, oigo el susurro de Dios, dándome la seguridad de que nos espera algo mejor. Dios ha extendido la mano y ha enjugado las lágrimas de mi esposo, pero todavía sigue la tormenta en nuestra vida, todavía siguen los truenos, y las nubes opacan el sol. El viento sopla fuertemente, y el calor nos sofoca. Sin embargo, mi esposo dice que puede sentir las oraciones preciosas de los creyentes. Él las aprecia tanto. Aunque su corazón está partido, sigue alabando a Dios en medio de esta tormenta tan feroz. Dios tiene las lágrimas de mi esposo en sus manos y extiende su gran misericordia. Aunque los brazos de mi esposo son débiles, los tiene levantados, alabando al Dios que ha permitido que se le hayan quitado las cosas preciosas de esta vida.”
no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi
Estimado hermano creyente. Probablemente no le
discípulo’ (Lucas 14:33). En esta asombrosa declaración,
ha tocado esta clase de prueba, pero quiero instarle a
Jesús ofrece algo a cambio de renunciar a todo en
dos cosas: Una, que esté preparado para el día en que
nuestra vida. ‘Renuncia a todo en tu vida a cambio de mí.’
Dios lo llame a sufrir por causa de él, y dos, que se una con
. . . Nos pide renunciar a todo lo que a nosotros nos
los muchos hermanos que estamos orando por estos dos
parece importante. En realidad, las cosas que nos
hermanos y sus familias. ¡Que el Dios del universo
parecen tan importantes son sólo una ilusión. Jesús nos
glorifique su nombre!
pide renunciar a todo por causa de él . . . . No hay nada
Duane Nisly 3
Introducción Duane Nisly
Contender por la fe n medio de las tres cartas que el apóstol Juan escribió (1, 2, 3 Juan) y la revelación que recibió de Dios (Apocalipsis), se encuentra el pequeño libro de Judas, un libro de un solo capítulo. El Judas que escribió esta carta no fue el que traicionó a Jesús, sino un hermano en la carne de Jesús. Judas escribe esta pequeña, pero poderosa carta, a los creyentes en todo lugar. Es una carta de advertencia de los falsos maestros y la apostasía en la iglesia. También anima a los creyentes a contender “ardientemente por la fe” (v.3). Si la iglesia en el primer siglo enfrentaba amenazas contra la fe pura,
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cuánto más nosotros hoy día, cuando parece que el mundo se ha infiltrado abiertamente en las iglesias y que la apostasía corre de manera desencadenada. Judas empieza su carta, expresando un deseo de animar y exhortar a los creyentes a ser fieles y a contender por la fe. Judas resalta el hecho de que para tener la fe verdadera es imperativo tener la doctrina verdadera. No podemos comprometer la verdad de la Biblia y al mismo tiempo esperar la bendición de Dios, ya que ésa es la Palabra inspirada por Dios mismo. Es lo que él nos dejó para conocerlo y para dar dirección a nuestra vida. No debemos nunca tergiversar la Palabra de Dios ni cambiarla, pues si lo hacemos, será para nuestra propia destrucción. Judas también advierte sobre los que enseñan cosas que no son conforme a la verdad de la Palabra de Dios. Lo más alarmante es que son personas dentro de la misma congregación, pero la congregación no lo sabe. Luego, Judas sigue con declarar la verdad de que uno puede perder lo que tiene, y “que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron” (v.5). Por un lado, nos muestra la perversidad en que andan muchos y que eso no tiene ninguna cabida en la iglesia. Por otro lado, nos advierte de que el enemigo es temible y que no debemos subestimar su fuerza y capacidad. Sólo con el poder de Dios podemos vencer. El versículo 3 indica que la contienda entre el pueblo de Dios y las fuerzas malignas es constante y feroz. Ninguno que entra sin preparación o con poco ánimo sale victorioso. Esa lucha exige enfrentarla con fe. Se requiere un esfuerzo ardiente… es una batalla en que es necesario vestir toda la armadura de Dios y luchar con el poder de su fuerza. Como equipo editorial de la Antorcha de la Verdad, queremos con la ayuda de Dios hacer un estudio de este pequeño libro y destacar algunos de los campos de conflicto que el cristiano verdadero enfrenta. ¿Cuáles son algunos de los frentes en los cuales es necesario contender ardientemente por la fe? ¿De qué maneras se está infiltrando el enemigo en la iglesia que poco a poco está destruyendo la verdadera fe de los creyentes? Judas nos dice en los versículos 20-21: “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna”. El reto para nosotros es asegurar las bases y 5
edificar sobre lo verdadero, sobre lo sólido… sobre la Palabra de Dios. Dios es el que nos puede guardar sin caída. Es el único que nos puede presentar sin mancha delante de su gloria con gran alegría (v.24). “Al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén” (v. 25). El siguiente artículo demuestra la tendencia de las iglesias de hoy día a tergiversar la Palabra de Dios. El autor muestra de su propia experiencia lo que ha pasado con cierto grupo de creyentes sinceros y bíblicos cuando empezaron a comprometer la verdad de la Palabra de Dios con sus propias ideas y preferencias. ¿Cuántas iglesias, o grupos de iglesias se encuentran en la misma situación hoy día? ¿Cuántos viven engañados porque nunca analizaron su manera de vivir según la Biblia? Le animamos a meditar seriamente en lo que Dios nos quiere decir por medio de este artículo, y los artículos que siguen en la serie. En la serie, queremos tocar los siguientes temas también: El camino de Caín (v.11), El error de Balaam (v.11), La contradicción de Coré (v.11), Manchas en los ágapes (v.12), y La apostasía será juzgada (un resumen de la carta). Que Dios le bendiga y ayude a meditar en lo que él nos quiere enseñar.
Cuando la biblia deja de considerarse la regla infalible #1
Nota del editor: Como casa editorial, nosotros nos identificamos con la doctrina sana y bíblica de orientación anabaptista que tuvo sus inicios en la gran Reforma en los años 1500. Lamentablemente, hoy en día, el marco de las doctrinas que los llamados anabaptistas abrazan se ha extendido a un extremo que no podemos apoyar. El hermano Simon Schrock, un escritor conocido entre la rama conservadora de los anabaptistas, nos muestra en el siguiente artículo la tendencia humana a 6
acomodar la Biblia a conveniencia de la cultura actual. Lo que ha sucedido en algunos grupos anabaptistas es lo que está sucediendo en muchas denominaciones hoy día. El enemigo se ha infiltrado como un espíritu engañador en muchas iglesias y ha logrado desviar a miles de personas. Escuchen el llamado que hace el hermano a volver a la base de la Biblia para la fe y práctica de nuestra vida.
ace unos 30 años, estuve en una reunión de una junta de hermanos que tenían una preocupación por el rumbo en que iba la iglesia en aquel entonces. Un hermano comentó algo que hasta el día de hoy no se me olvida. Lo que dijo fue algo así: “Cuando cierto grupo de iglesias de orientación anabaptista cambió su hermenéutica (es el nombre que se le da al proceso que se utiliza para la interpretación de la Biblia)1 para descartar el mandamiento del uso del velo de la mujer según enseña la Biblia en 1 Corintios 11, también abrió la puerta a cuestionar cualquier otra enseñanza bíblica”. Hoy me pregunto: ¿Será cierto lo que dijo ese hermano? Cuando yo era adolescente, unos pastores de la fe anabaptista me explicaron el plan de la salvación según enseña la Palabra de Dios. He escuchado, además, muchos mensajes de pastores de la denominación antes mencionada que afirmaban que la
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Biblia es la guía incondicional para toda área de la vida. En mi ministerio de enseñanzas bíblicas he utilizado materiales de esa misma denominación en que afirmaba la veracidad de la Biblia y que la Biblia es la guía incondicional para nuestra vida. Los que publicaron esa literatura sin duda creían que la Biblia es la autoridad que debe guiar nuestra vida, y que contiene las palabras de vida en la persona de Jesucristo, el Mesías. Yo siempre he creído que el concepto de la autoridad de la Palabra de Dios que esa denominación tenía era correcto. No sólo era un concepto correcto, sino también era una columna que fortalecía a la iglesia de aquel entonces. En su confesión de fe claramente declaraban que creían en la inspiración “plenaria” (completa y que no falta nada) y verbal de la Biblia como la Palabra de Dios, y que la Biblia es auténtica en su materia, autoritaria en su consejo, sin error en los escritos originales, y la única regla 7
infalible de la fe y la práctica.2 La casa publicadora de esa denominación publicó un folleto con el título: Lo que la Biblia enseña sobre el velo de la mujer. Entre los archivos de enseñanzas expositivas de la Biblia de ellos, se enseñaba que la bella ordenanza de 1 Corintios 11:116 es para la iglesia de hoy día. Estas enseñanzas fueron lo que formaron en mi las convicciones que abrazo hoy. Todavía creo firmemente que la hermana en la iglesia de Cristo que cubre la cabeza, sirve de un testimonio fiel para Cristo en un mundo que está muriendo espiritualmente. Allí estaba yo en medio de este grupo de hermanos espirituales que sentían un peso por el rumbo que llevaba su denominación al cambiar su hermenéutica para “explicar” que las enseñanzas que habían abrazado durante muchos años ya no eran válidas. Después de todas esas enseñanzas claras en cuanto a la autoridad y la validez de la Biblia que habían publicado, ¿cómo es posible que se apartaran de las enseñanzas tan claras del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento en cuanto a la homosexualidad? ¿Cómo podría una iglesia “interpretar” nuevamente la declaración clara que el injusto no heredará el reino de Dios? (1 Corintios 6:9-11). ¿Cómo se pudo 8
torcer esta escritura de tal forma que ahora se puede decir que la homosexualidad es aceptable y bendecida ante los ojos de Dios? ¿Será que el hermano en aquella reunión tenía razón? ¿Es posible que cuando se cambia la hermenéutica al punto en que se puede, por ejemplo, “explicar” por qué no es necesario el uso del velo de la mujer cristiana, que se abre la puerta para cuestionar cualquier otra doctrina de la Biblia también? El hermano que hizo ese comentario hace 30 años, hoy dice que eso es exactamente lo que está sucediendo en la denominación antes mencionada. Si uno lee lo que hoy está publicando esa misma casa editorial, se da cuenta de que el hermano sí tenía la razón. Lo que se hizo por descartar una enseñanza importante de la Biblia, los llevó a cuestionar otras doctrinas que hoy tampoco quieren abrazar. A continuación, quiero dar unos ejemplos de cómo se ha desviado de la verdad. Éstos demuestran cómo se cumplió el comentario que se hizo hace 30 años. En un artículo titulado, ¿Un libro de reglas o sólo una historia? 3, el autor dice: “En mi juventud yo era miembro de una congregación que exigía el cubrimiento de la cabeza de la mujer.
No permitía que la mujer usara pantalón. Ni siquiera el anillo de boda era permitido y el divorcio era un pecado imperdonable. El hecho de ordenar a una mujer como pastora jamás se les ocurría en aquel entonces. La iglesia defendía todas estas prácticas, apoyándose en pasajes explícitas de la Biblia. Pero en los últimos 50 o 75 años, se han venido haciendo cambios significantes en estos asuntos. Se han podido hacer sin abandonar a la Biblia como “el libro” para la iglesia. Debemos aceptar la realidad de que existen aun otras creencias que han sido parte de nuestra iglesia en el pasado que también se pueden estudiar y cambiar si la cultura y el nuevo entendimiento así lo exigen. Un ejemplo actual de un cambio que se debiera hacer es en cuanto a la postura que la iglesia siempre ha tenido de no aceptar como miembro a personas que viven en una relación del mismo sexo. De hecho, las palabas de la Biblia son importantes, pero no son la autoridad principal. La máxima autoridad para el cristiano es la narración acerca de Jesús de la cual dan fe las palabras de la Biblia.” 3 En otra revista de la misma denominación, se publicó un artículo en la página de opiniones titulado, Seamos una iglesia que da la bienvenida, que también demuestra el
pensar erróneo de los modernos. “Hace muchos años, yo prometí que cuando cumpla los ochenta años, voy a dar por escrito esta opinión. Expresaría mi gran decepción de que mi iglesia no se relacione bien con los hijos de las familias de nuestra iglesia y de nuestros amigos que son gay o lesbiana. Cuando estudiaba en la universidad de nuestro concilio, vi un letrero en la capilla del centro de educación que decía: “Tu Palabra es verdad”. Recuerdo que una vez un pastor de visita tuvo el valor de cuestionar ese letrero. Dio la sugerencia de que la iglesia ha hecho de la Biblia un ídolo. ¿Qué quiso decir con eso? Años después, concluí que seguramente quiso decir que la iglesia tenía la tendencia a apegarse demasiado a la “letra” de la Biblia y no entender el “espíritu” de la ley. Entiendo eso mucho mejor hoy que en aquel entonces. Tengo muchos años de estar observando a la iglesia y cómo ha ido cambiando nuestras reglas de conducta con el paso del tiempo. He oído a muchos pastores de buena fe exponer la interpretación de pasajes bíblicos que tratan temas como el cabello largo de la mujer, el velo para la mujer cristiana, la modestia (vestidos largos con doble cubrimiento), y el divorcio. Con el paso del tiempo, conforme la iglesia se ha ido ajustando a la vida moderna, los 9
mismos pastores han tenido que ir cambiando su énfasis también. Me pregunto si el tema de la homosexualidad será uno de esos asuntos que debemos considerar y reinterpretar de la misma manera que han hecho otros que también creen en la Biblia. Tengo la visión de que mí iglesia llegue a ser una que no sólo da la bienvenida a los que forman parte de la comunidad LGBT 4, sino que los invitemos, los afirmemos, los bendigamos, y los integremos en la congregación. Imagínese la gran diferencia que haría o en la vida del gay o de la lesbiana al estar incluida y activa como miembro del cuerpo de Cristo.” 5 Otros comentarios erróneos que he visto: “Las necesidades humanas, tales como el matrimonio gay, se encuentran por encima de la interpretación tradicional de la Biblia”. “La Biblia en su contexto histórico ya no es el conjunto de reglas para la vida que abarca todas las épocas y todos los lugares. Más bien, el trabajo nuestro se ha puesto más difícil, ya que tenemos que determinar el sentido que tiene la Biblia para nuestro tiempo y nuestras circunstancias y así buscar dirección para la iglesia.” “Existe la idea de que los informes de la ciencia quizá sean más confiables y válidos que lo que dice la Biblia en relación con las prácticas homosexuales.” 6 10
Yo he estado reflexionando sobre los años que he colaborado con los hermanos que mencioné en el principio. He compartido las preocupaciones de ellos, y al ver las ideas que están dominando a la iglesia hoy día, tengo que concluir que lo que dijo el hermano hace 30 años ciertamente está desenvolviéndose delante de los ojos. Esto me lleva a una serie de preguntas: ¿Dónde me encuentro hoy respecto a estos asuntos? ¿Qué debemos creer en cuanto a las enseñanzas de la Biblia? ¿Cuál es la posición que tiene la seguridad espiritual, basada en la doctrina sana, que debo transmitir a mis hijos y nietos? Si lo que la Biblia dice en cuanto a la homosexualidad ya no tiene relevancia hoy, y si tampoco podemos confiar en la Biblia para nuestra regla de fe y práctica, ¿cuáles pecados más estarán reinterpretados y aceptados por el “Jesús del amor” en el futuro? ¿Cuáles pecados más serán aceptados en la iglesia porque se toma la Biblia como sólo una historia? He leído mucho sobre diferentes maneras de ver la Biblia y de distintos métodos de estudiarla. Y la verdad es que ya no me quedan muchos años de vida, pero siempre estoy convencido de que lo que me enseñaron en mi juventud acerca de la autoridad y la veracidad de la Biblia es la verdad. Estoy convencido de que los
pastores que me explicaron la Biblia tenían la razón cuando dijeron que “el arrepentimiento del pecado”, “el recibir a Jesús como Salvador de nuestra vida”, y “entregar la vida al señorío de Cristo” es la única manera en que podemos experimentar la salvación. La manera de esos pastores de ver la Biblia y de exponer sus verdades era la correcta. No tengo duda de que la Biblia sea la revelación divina de la voluntad del Padre. Otro pastor que me ha ayudado mucho enseñaba que la Biblia es el mensaje de Dios para nosotros. En la junta de hermanos con quienes yo colaboraba, formulamos la siguiente confesión de fe: “Nosotros creemos que el Dios de la creación y de la redención se ha revelado a sí mismo y ha revelado su voluntad para el ser humano para todas las edades por medio de las Sagradas Escrituras. Su revelación suprema y final está en su Hijo encarnado, el Señor Jesucristo. Creemos en la inspiración plenaria y verbal de la Biblia, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento, como la Palabra de Dios; ella es auténtica en su materia, autoritaria en sus consejos, infalible en sus escritos originales, y es la única regla infalible para la fe y la práctica. Creemos que los santos hombres de Dios fueron impulsados por el Espíritu Santo a registrar y comunicar
la verdad divina sin ninguna contaminación del error. Creemos en la unidad de los dos pactos y que el Nuevo Pacto es la culminación y colmo de toda revelación. Creemos que el Señor Jesucristo es el mensaje central de los dos pactos. Él es la clave de un entendimiento correcto de toda la Biblia.” 7 Yo estoy de acuerdo con el Mesías, Jesús, el libertador y verdadero Salem en relación con nuestro mensaje de Dios. En su oración impactante a Dios su Padre, él afirmó que “Tu palabra es verdad” (Juan 17:17). Jesús dio fe a esta verdad en su oración a su Padre. Yo acojo esta verdad para mi propia vida. También me identifico con el salmista que se deleitó en la Palabra de Dios: “Porque tu ley es mi delicia” (Salmo 119:77), y “Me regocijaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras” (Salmo 119:16). Él se deleitaba en los mandamientos de Dios: “Guíame por la senda de tus mandamientos, porque en ella tengo mi voluntad” (Salmo 119:35). “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche” (Salmo 1:1-2). Me deleito en la Palabra de Dios 11
que señala la nueva vida en Cristo para el arrepentido. Me dice: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios?” Y luego me deleito en leer: “Y esto erais algunos; más ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Corintios 6:9, 11). Es un deleite haber sido liberado de la esclavitud del pecado de lo que leemos en los versículos nueve y diez. ¡Qué deleite haber sido liberado de la fornicación y los otros pecados sexuales, de la idolatría, de robar, de la codicia, de las borracheras, y de otros vicios que me esclavizaban! Ahora, en lugar de tratar de hacer que la Palabra de Dios se amolde a mis deseos egoístas, me deleito en que la Palabra de Dios me dirija hacia el ser “hechos conformes a la imagen de su Hijo” (Romanos 8:29), y a la “imagen y gloria de Dios” (1 Corintios 11:7). He estado leyendo en el libro devocional de Oswald Chambers, y hay unos puntos que me sobresalen cada vez que los leo: “Llegar a conocer a Dios y su voluntad es por medio de dar pasos de obediencia.” “Todas las revelaciones de Dios están selladas hasta que se nos abren por medio de la obediencia. Nunca se logrará abrirlas por
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medio de la filosofía o la inteligencia. Al obedecer a Dios, de una vez nos llega el rayo de luz.” “Dios nunca revelará más verdad sobre sí mismo hasta que usted obedezca lo que ya ha sido revelado.” “Las promesas de Dios no tienen ningún valor para nosotros hasta que por medio de la obediencia lleguemos a conocer la naturaleza de Dios. A veces leemos algo en la Biblia hasta 365 veces y no tiene ningún sentido, y de pronto entendemos lo que Dios quiso decir, porque en alguna área de nuestra vida logramos al fin obedecer a Dios y entender lo que quiso decir.” “La confusión espiritual que a veces sentimos se aclara únicamente por medio de la obediencia. Es así… obedecemos y así entendemos.” “Jesús dijo: ‘andad entre tanto que tenéis luz’ (Juan 12:35).” “Si usted no obedece a la luz que tiene ya, esa luz se vuelve en tinieblas.”
El apóstol Pedro había pecado; había negado a Jesús. Pero Jesús lo restauró y más adelante Pedro nos escribe de la importancia de obedecer a la verdad: “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de
corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre” (1 Pedro 1:22-23). Yo digo que ese varón espiritual que habló en aquella reunión sí tenía la razón en lo que decía. En el cristianismo moderno es muy común acomodar la Palabra de Dios a la cultura y las costumbres de la sociedad. La pregunta para nosotros es: ¿Vemos la Biblia como una historia, como dijo el que citamos anteriormente, o la vemos como la única regla infalible para nuestra fe y práctica? Mientras vivo, yo quiero seguir cada mañana como tengo de costumbre, buscando las verdades de la Palabra de Dios. Es lo primero que hago todos los días para que las verdades de la Palabra me santifiquen, purifiquen, consagren, y separen, y me hagan santo por la verdad. “Tu palabra es verdad” (Juan 17:17).
Me deleito en la lectura de la Palabra de Dios en las mañanas para que ella me dirija en obedecer y así crecer por medio de la leche espiritual no adulterada (1 Pedro 2:2). Me encantan las palabras: “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza” (Romanos 15:4). Yo descanso en aquella confianza que nos da el anciano profeta Isaías, y que fue afirmada por el apóstol Pedro cientos de años después: “Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; mas la palabra del Señor permanece para siempre” (1 Pedro 1:24-25). ¡La Biblia! Es mi guía en este breve viaje que estoy haciendo en esta vida. Simon Schrock Tomado de The FCM Informer Usado con permiso
Concise Dictionary of Christian Theology, Baker Book Company 1986. En 1921 la Conferencia General Menonita adoptó una confesión de fe. Adoptado por la Lancaster Conference of the Mennonite Church (Conferencia Lancaster de la Iglesia Menonita), 17 julio, 1963 3 “Rule Book or Story?”, J. Denny Weaver, The Mennonite, marzo 2013. 4 LGBT: Son las siglas que designan colectivamente a lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero. 5 Elizabeth (Shenk) Brunk, The Mennonite, enero, 2014 . 6 Carta al editor, The Mennonite, mayo 2013. 7 Artículo 2. “La revelación divina”. 1 2
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MÁRTIR DE
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l teléfono sonó, rompiendo el silencio de la casa de Bankov. Era muy de mañana y los niños aún dormían mientras él se alistaba para salir a su lugar de trabajo. Esteban Bankov estaba agradecido de que tuviera un trabajo con el que podía mantener a su familia. Bankov era pastor de una iglesia no registrada en una región de la Unión Soviética cerca de la frontera con Turquía. Ser cristiano en aquellos días significaba sufrimiento y a veces persecución de parte de las autoridades. Para muchos cristianos también era difícil hallar un empleo con que mantener adecuadamente a la familia. —¿Sí? —dijo Bankov cuando alzó el teléfono. Dentro de sí dudaba del porqué de una llamada a esa hora tan temprano. Con voz temblorosa, un hombre empezó a darle la razón de la llamada. Habían hallado a uno de los creyentes de otra aldea colgando de un árbol en un valle al pie de la montaña, a unos dos o tres kilómetros de su casa. Las autoridades habían autorizado el entierro para esa misma tarde. —Ya casi llego —dijo Bankov rápidamente y colgó el auricular. Zlatka, la esposa de Bankov, se acercó a su lado. Su cara acusaba preocupación y preguntas. Pero Bankov no se animó a mirarla a los ojos en ese momento. Corrió al dormitorio para cambiarse de ropa. Se puso ropa de salir. Su esposa le siguió, apretándose las manos de forma nerviosa. —Mavrodi está muerto —dijo Bankov con un tono de gravedad. —¿Muerto? —susurró su esposa. Sus ojos seguían ansiosos cada movimiento de su esposo. Esteban se detuvo para darle un beso antes de partir para la aldea en su viejo automóvil. —Estaré orando —le dijo su esposa. Luego se quedó mirando el automóvil hasta que desapareció de la vista. Al conducir el automóvil por la carretera solitaria, Bankov comenzó a reflexionar sobre una Cena del Señor muy conmovedora que se había
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MÁRTIR DE
J ESUCRISTO
celebrado hacía como un año. Él había presidido en el culto en aquella ocasión y ahora veía vívidamente la cara de dos mujeres que habían asistido al culto aquel día. Una había llegado por primera vez y se había sentado junto a un grupo de observadores. Bankov nunca sabía con seguridad si las visitas que recibían en la iglesia fueran interesadas en buscar al Señor o espías para reportar sus actividades a las autoridades. A veces los mismos creyentes servían de un “Judas” contra la iglesia. Pero también recordaba el rostro de la otra mujer que sí era creyente. Era una viuda con cinco niños y estaba sentada sobre una pequeña caja de madera. Tenía una artritis tan severa que era casi inmóvil. Pudo asistir al culto porque otros la habían cargado. Vivía una agonía con cada movimiento que hacía. Bankov recordó cómo su cara acusó agradecimiento por su sonrisa cuando los demás creyentes, aunque también eran pobres, le ofrecieron a ella una ofrenda de amor. Después de haber participado del pan y el vino en la Cena del Señor, ella había pedido que oraran por su sanidad. Al pensarlo de nuevo, el pulso del pastor aceleró. Dios había hecho un milagro aquel día. Le había 15
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sanado en respuesta a su fe y a las oraciones de los creyentes. Se había levantado triunfante de la caja donde estaba sentada. Bankov recordó también el segundo milagro, porque la otra mujer que estaba entre las visitas y los observadores había pasado adelante y públicamente había invitado al pastor y a todos los presentes a congregarse en la casa de ella, diciendo: —Hoy, yo estoy empezando a creer en el Cristo de ustedes. No mucho tiempo después, el hijo de aquella señora, Mavrodi, también entregó su vida al Señor por medio del testimonio de su mamá. En seguida, la madre y el hijo experimentaron dificultades con las autoridades. En los meses que siguieron, muchas veces fueron llamados a comparecer ante las autoridades. Madre e hijo siempre se mostraban gozosos de ser tenidos por dignos de sufrir por causa del Señor. A pesar de las palizas brutales que Mavrodi recibía, él seguía con el ministerio que Dios le había dado. Él, de alguna forma había conseguido una Biblia, e iba de casa en casa leyendo la Palabra de Dios a los creyentes hambrientos de la comunidad. Pocos minutos después, Bankov llegó a la casa de Mavrodi y Rubina. La señora lo recibió en la puerta con brazos abiertos. Su cara estaba retorcida de la agonía que sufría. La casa estaba llena de creyentes que lloraban. Bankov dio unas palabras de consolación a la madre y luego con palabras entrecortadas empezó a orar. Después de la oración se dirigió a los hermanos y les preguntó: —¿Dónde se encuentra? El tío de Mavrodi se adelantó y dijo: —Yo lo llevaré a dónde está. Bankov hizo señas a otro de los hermanos varones que los acompañara, y los tres salieron en el automóvil de Bankov hacia el lugar indicado por el tío. Cuando llegaron al final del camino, siguieron a pie. Por fin hallaron el sitio. Parecía un parque solitario entre las montañas. Allí, delante de ellos, había tres árboles grandes en fila. Desde una rama 16
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J ESUCRISTO
alta del árbol en el centro, colgaba el cuerpo del hermano Mavrodi. Más tarde recordarían que los tres árboles se asemejaban a las tres cruces en el Calvario donde Jesús dio su vida por la humanidad. En el lugar se encontraba un policía con el ceño fruncido vigilando la zona. Le ordenó a Esteban que se fuera del lugar, pero el pastor no le hizo caso. En el lugar también se encontraba un médico forense, con el supuesto propósito de practicar una autopsia. Esteban intentó conversar con él, pero sus intentos fueron en vano. Al regresar a la aldea, la policía esperaba a Bankov. A pesar de los ruegos de los creyentes de que le dieran permiso a Bankov oficiar el entierro, no lo permitieron. Como medida de prevención, lo encerraron en un establo junto a la comisaría. Fue hasta el día siguiente por la mañana que al fin lo dejaron en libertad. Unos días después, Bankov recibió un comunicado inesperado del médico forense. En el comunicado, el oficial reveló los resultados de la autopsia. Las sospechas del pastor fueron confirmadas: “El señor Mavrodi Crudova, no murió de suicidio”. La autopsia reveló que había muerto antes de ser colgado en el árbol. En el torso del cuerpo había encontrado unas magulladuras grandes que indicaron que había sufrido de una hemorragia interna. El joven había sido brutalmente pisoteado por su fe en el Señor hasta que murió. Otro mártir de Jesucristo. De: Underground Evangelism, en The Gospel for the Youth
Nota de la redacción: Estimado lector, Jesús nos llama a seguir sus pisadas (1 Pedro 2:21). Ese camino nos pudiera llevar a sufrir por él, pero al final está el galardón eterno. El apóstol Pablo dice en 2 Corintios 4:17: “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”. 17
HISTORIA
Mansiones
Jesús se despide
espués de la última cena, Jesús habló durante largo rato con sus discípulos. Él quería prepararlos para las dificultades que enfrentarían. Les dijo: —Ustedes deben creer y confiar en mí, así como creen en Dios. Dentro de poco voy a dejarlos, pero después que yo haya resucitado, nos veremos otra vez. No tengan temor, ni se angustien, aun cuando parezca que todo va mal. ”Cuando vaya a mi Padre, les prometo que no los dejaré solos. Mi Padre les enviará al Espíritu Santo para consolarlos. Aunque ustedes no puedan verlo, él los va a guiar en el camino verdadero. También les recordará las cosas que yo les he enseñado. Les dará ánimo cuando les sea difícil obedecer mis mandatos. ”Voy a preparar bellas mansiones para ustedes en el cielo. Un día volveré allá. Ustedes ya saben el camino. Pero Tomás le dijo: —Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo, pues, podremos saber el camino? —Yo soy el camino que lleva a Dios —contestó Jesús—. Soy el único puente entre el hombre y Dios. Nadie puede venir a Dios sino por mí. ”Antes que me vaya, voy a darles un regalo, mi paz. No es la paz que el mundo da. Mi paz los hará fuertes y gozosos aun en tiempos difíciles. Entonces Jesús elevó una bella oración. Alzando sus ojos al cielo, dijo: “Padre Santo, yo les he dicho a los discípulos todo en cuanto a ti. Cuídalos del poder de Satanás. Hazlos puros y santos por medio de tu verdad. Oro no sólo por éstos que están aquí conmigo, sino también por todos los que van a creer en mí desde ahora hasta el fin del mundo.” Cuando Jesús hubo acabado de hablar con sus discípulos, todos salieron del aposento, cruzaron el riachuelo de Cedrón y entraron en el huerto de Getsemaní. Juan 14-17; 18:1
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BÍBLICA
celestiales
de sus discípulos
Jesús prepara a sus discipulos para su partida.
“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores” (Isaías 53:4). 1. ¿A dónde dijo Jesús que iba? 2. ¿Qué dijo Jesús que iba a preparar para los que le aman? 3. ¿Por quiénes oró Jesús?
Usado con permiso de: Christian Aid Ministries, Berlin, Ohio Del libro: 101 Historias Bíblicas Favoritas © 1994
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Palabras del anciano
Sanford Yoder
CONSEJOS PARA EL PADRE
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Hace poco, un padre joven llegó a la casa del hermano Sanford y le pidió el favor de darle unos consejos en cuanto a la crianza de hijos. Aprovechen la sabiduría de los ancianos en estos consejos del hermano Sanford y su esposa, Marta.
l padre cristiano debe ser un ejemplo de un discípulo de Jesús. Debe crear en el hogar un ambiente de amor, gozo, y paz, proveyéndoles así de un lugar en que los hijos deseen estar. Él debe, sobre todo, amar a Dios con todo su corazón, con toda su alma, y con toda su mente, como también al prójimo como a sí mismo (Mateo 22:37-39). El padre cristiano debe ser amigo de sus hijos y estar cerca de ellos. Debe tomar tiempo para hablar con ellos a un nivel personal de los asuntos de su vida. Es importante que él se entere de las luchas y los sentimientos personales de sus hijos. Es importante compartir con ellos a todo nivel, aun en sus juegos. Debe interesarse en los proyectos de su hijo y en las cosas que le interesan. El padre debe ser el mejor amigo de sus hijos, con quien pueden hablar lo más íntimo del corazón. Los hijos deben saber, sin lugar a duda, que Mamá ama a Papá. Deben poder ver que ella siempre apoya a su esposo y que no se pone de parte del hijo en contra de su padre. Cuando los padres disciplinan a un hijo, no deben hacerlo cuando están frustrados, sino en amor y con calma. No deben permitir que el hijo responda sin respeto, ni que los manipule. Deben enseñarles a los hijos a respetar a las autoridades. Los padres deben orar con cada hijo y escuchar sus íntimos sentimientos. Los esposos deben procurar una buena relación de paz entre sí, para así fomentar la confianza de sus hijos en ellos. Deben también confesarles a los hijos cuando les hayan quedado mal y pedirles perdón. Eso crea en los hijos una confianza en sus padres y promueve una buena relación. Unos últimos consejos: Los padres deben recordar que el niño aprende más por el ejemplo que por las palabras. El hijo debe poder ver que Dios tiene el primer lugar en la vida de Mamá y Papá. Debe aprender a amar a otros y no hablar mal de ellos. Debe ver un ejemplo de esto en sus padres. Los padres deben enseñar al hijo a trabajar de manera responsable, que haga bien su trabajo. Pueden empezar con eso a temprana edad, dándole pequeñas tareas, tales como, guardar su ropa y los juguetes, y tender la cama. Deben enseñarle a cuidar sus posesiones, como sus juguetes y la ropa. Deben ayudarle a valorar sus pertenencias y las de otros. Sobre todo, los padres deben vivir bajo la dirección y la bendición de Dios para poder criar a sus hijos “en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:4). Deben recordar que están preparando a sus hijos para el reino de Dios.
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El llamado supremo Parte III
Comprendamos nuestras responsabilidades Lección 10: Desarrollemos un corazón de siervo Lección 11: Sirvamos en la iglesia Lección 12: Alcancemos a las almas perdidas “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?... Apacienta mis corderos... Pastorea mis ovejas” (Juan 21:15-16). Este diálogo conmovedor entre Jesús y Pedro tiene un significado más profundo de lo que se ve a primera vista. Pedro había negado a Jesús, Jesús había muerto y resucitado, y se había manifestado a sus discípulos en distintas ocasiones. En este relato de 21
Juan 21, Pedro y otros de los discípulos se habían ido a pescar. Al amanecer, Jesús se había presentado a ellos y les había preparado un desayuno milagroso. Luego, se dirige a Pedro con esta pregunta tan emotiva, la cual hace tres veces: “¿Me amas?” Después, le da el siguiente encargo: “Pastorea mis ovejas.” Pedro, según parece, era tan débil como cualquiera de nosotros a pesar de haber sido adiestrado como discípulo. Sin embargo, Jesús le encomienda una tarea de mucha responsabilidad. El que fue discípulo ahora recibe el llamado (el cargo) de hacer discípulos. Él es el modelo que el Maestro ha establecido. A medida que crezcamos en la comunión con él, nos convertimos en instrumentos que él utiliza para ayudar a otros. Las bendiciones que recibimos se transforman en responsabilidades. En estas tres últimas lecciones examinaremos las responsabilidades que nos llegan mientras caminamos por esta senda junto a Cristo y su pueblo. Todo aquel que se sienta a los pies de Jesús debe aprender tarde o temprano a tomar también la mano de otro. Debe aprender a animar a los recién convertidos, fortalecer a los débiles, apacentar a los corderos, y pastorear a las ovejas. Cada discípulo de Jesús es un miembro del cuerpo de Cristo, y como tal, debe aprender a poner de su parte a asumir la responsabilidad que le corresponde, y a dedicar de su tiempo y energía al bien de los demás y a la gloria de Cristo.
Lección 10a
Desarrollemos un corazón de siervo
e Introducción e El egoísmo siempre se levanta como un obstáculo en el camino del verdadero discipulado cristiano. Puesto que servir al prójimo es fundamental para el discipulado cristiano, podemos estar seguros de que el “yo sé” resistirá frente a la obligación de servir a los demás. El egoísmo
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querrá que le den reconocimiento, resistirá a la hora de recibir instrucciones, buscará esquivar ciertas obligaciones, y se quejará de que otros no cumplan con su parte. Se ofenderá por la menor insinuación de crítica, y se molestará si no recibe alabanza por algún servicio que rinde o si el reconocimiento se dirige a otro. Como cristianos, quizá no tenemos el descaro para decir: “Aquí estoy, vengan a servirme”. Pero a menudo esto, exactamente, pretendemos cuando se presenta la oportunidad de hacer un bien en la iglesia o comunidad. Como discípulos de Jesús, debemos arrepentirnos de toda actitud egoísta, sin importar si la actitud se oculta detrás de ropa sucia o ropa religiosa. Nuestro deber es postrarnos ante el trono majestuoso del Señor de los ejércitos hasta reconocer nuestra absoluta pobreza espiritual. Una vez que un carbón encendido, tomado del altar de Dios toque nuestros labios inmundos y purifique nuestras ambiciones egoístas, podremos decir con Isaías de forma humilde y sincera: “Heme aquí, envíame a mí” (Isaías 6:1-8). (continuará en el siguiente número)
—John Coblentz Usado con permiso de: Christian Light Publications, Inc. Harrisonburg, Virginia, EE.UU. Derechos reservados
“Servíos por amor los unos a los otros” (Gálatas 5:13). 23
Emp[n[^[s ^_ pollo Preparación: Preparación de la carne de pollo: Corte en pedazos pequeños una cebolla, un poco de culantro, y si gusta, ají. Agregue estos vegetales a una sartén con aceite o mantequilla y póngala al fuego. Mezcle bien y luego agregue el pollo desmenuzado, y agregue pimienta y sal al gusto. Después de dejarlo al fuego
Ingredientes: ½ ½ 100 1 1 1
pollo cocinado y desmenuzado kilogramo de harina gramos de manteca derretida taza de agua cucharadita de sal cucharada de jugo de limón
por unos minutos, mezclándolo constantemente, déjelo enfriar para luego agregarlo a la masa.
Preparación de la masa: Sobre la mesa mezcle bien la harina y la sal. Luego haga un hoyo en el centro de la harina y eche la manteca derretida y el jugo de limón. Mezcle todo con los dedos mientras agrega el agua, hasta lograr una masa suave. Deje reposar la mezcla unos 30 minutos. Luego estire la masa sobre la mesa hasta que quede finita. Con un vaso o otro molde, forme ruedas de 10 cm de diámetro. Después rellene las ruedas con la carne picada, y hornee durante 45 minutos.
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EL CAMINO QUE ELLA ESCOGIÓ
Los años de la adolescencia Capítulo 2b
ara dio un suspiro y se dirigió a un montón de ropa para remendar que su madre le había dejado. Pensamientos de rebeldía se agitaban dentro de ella, haciéndola sentirse abatida. Examinó la ropa y escogió unas camisas con botones despegados. Se puso a buscar botones de la misma clase en una caja con botones. Mientras trabajaba, Sara oyó a su padre sacudir las botas y colgar el abrigo en el corredor. ¿Por qué habrá entrado tan temprano hoy? Falta mucho todavía para la cena. Sara levantó la vista cuando su papá entró en la habitación y jaló su silla mecedora frente a la chimenea. —No me siento muy bien, y ese viento frío es tan penetrante. Creo que pasaré el resto de la tarde arrimado al fuego. —¿Va a nevar, Papá? —preguntó Sara, mirando el cielo gris nublado.
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—Creo que esta noche sí, pero no espero nieve en la tarde. —El papá jaló la silla más cerca al fuego, y disfrutó del calor y un sentimiento agradable al ver a su hija mayor muy ocupada remendando la ropa de la familia. Ha sido una hija fiel y obediente, y una buena trabajadora, pensó con un sentimiento de satisfacción. Mientras Juan Yoder descansaba, no sabía nada de la lucha que había en la mente de Sara ni por qué preguntó del tiempo. Si lo hubiera sabido, no la habría considerado una hija tan fiel y obediente. —Papá —dijo Sara después de un rato—, hace frío afuera. Pero si me abrigo bien, no me haría daño, ¿verdad que no? —No, creo que no te haría daño —acordó de buena gana, sin saber de la astucia y la rebeldía que estaban en el corazón de ella—. Un viento fuerte y frío no te hará daño si te abrigas bien. Tienes fuerza y buena salud. ¿Pero por qué quieres salir? No tienes trabajos que hacer afuera. Hice todo lo que pude antes de entrar en la casa. Cuando los niños regresen de la escuela, saldré otra vez para terminar lo que falta. —Yo no estaba pensando en hacer trabajos, Papá. Me preguntaba... —titubeó. No se atrevió mirarle a los ojos a su papá. Empezó otra vez: —Me preguntaba si pudiera ir un rato a la casa de la familia Miller. Hace mucho que yo y María no hemos estado juntas en un día entre semana, porque hemos estado muy ocupadas durante los meses del otoño y el invierno. Ellos viven cerca. Yo no estaría afuera mucho tiempo. ¿Puedo ir? Su padre no sabía nada de la respuesta que su madre había dado a esta misma pregunta unos minutos antes. Sara sentía temor de enfrentar su mirada. Se sentía culpable. Él y su madre nunca habían mostrado desacuerdos. Cuando uno de ellos les hablaba a los niños, el otro siempre apoyaba la decisión que se tomaba. De repente a Sara le sobrevino el deseo de que él dijera que no. ¿Cómo podría ir a la casa de los Miller después de que su madre le acababa de decir que no fuera? Su padre nunca diría que sí, si supiera que su madre acababa de decir que no. El padre se detuvo largo rato mirando por la ventana. —¿Dónde está tu mamá? —preguntó. —Está con Rut —le contestó Sara suavemente. —Sí, Sara —le contestó por fin—, tú puedes ir. Estoy seguro de que tu madre diría lo mismo. Has sido una hija muy buena. Mereces un rato libre. 26
—Con cariño miró a su hija mayor. El corazón de Sara latía fuertemente. De mala gana puso a un lado la ropa que remendaba. ¿Qué he hecho? La confianza que me tiene Papá me hace sentirme terrible. No la merezco. Ojalá que hubiera dicho que no. Lentamente, se dirigió al ropero para sacar el abrigo. Se sentía mal por no haber sido honrada. Ya no sentía ningún deseo de ver a su mejor amiga. ¿Por qué había creído que de este modo lograría sus objetivos? Entonces Sara pensó en su madre. Su mamá pronto saldría del dormitorio. Rápidamente, se puso el abrigo. No quería estar cuando su madre saliera. Tengo permiso de ir. Trató de calmar la conciencia. Pero Mamá se preguntará adónde voy, y entonces Papá se dará cuenta de lo que he hecho. Tarde o temprano lo sabrá. Pero por ese momento, Sara quería estar fuera de la casa. No podía enfrentar el descubrimiento de su engaño con ambos padres mirándola con reproche. Su padre continuó elogiándola: —No toda muchacha de la edad tuya puede ayudar a su madre como tú has ayudado durante este invierno, ni toda muchacha quiere hacerlo. Apreciamos esto, y si no hay nada urgente que hacer ahorita, estoy seguro de que tu madre estaría de acuerdo en que tengas un poquito de tiempo libre. Al dirigirse Sara a la puerta, evadió los ojos de su padre. Sus elogios no le dieron ningún gusto; en vez de eso hicieron que se sintiera más abatida. Está bien que Papá no sepa lo rebelde que me siento, pensó malhumorada. Al llegar a la puerta, su madre salió del dormitorio. En respuesta a las últimas palabras de su esposo, dijo con cariño: —Sí, el zurcido puede esperar. El trabajo está al día. ¿Qué le gustaría que ella haga esta tarde? La mano de Sara parecía congelarse en el tirador de la puerta. La cara le ardía. Se sentía congelada donde estaba parada. —Sara va a salir un rato para ver a María. Le estaba diciendo que estoy seguro de que tú estarás de acuerdo en que ella merece un poco de tiempo libre —le explicó Juan a su esposa. La madre miró a Sara junto a la puerta, abrigada para salir al frío de la tarde. De repente, una mirada de desilusión y tristeza nubló la felicidad en la cara. Lentamente dijo: —Le había pedido que esperara otro día para ir a ver a María por causa 27
de su resfrío. Con gusto le daré tiempo para leer un libro o descansar, o cualquier cosa que le gustaría hacer aquí en la casa. El padre se volvió sorprendido y con ojos severos miró a Sara. Inmediatamente, ella bajó la mirada. No aguantaba el dolor en aquella mirada que por lo general fue bondadosa y tierna. —Sara, estoy profundamente decepcionado de que tú no hicieras caso a la decisión de tu madre, y luego trataras de conseguir mi permiso sin mi conocimiento de que tu madre ya te había dado una respuesta. —El tono de la voz amable, pero severa de su padre rápidamente hizo brotar lágrimas de los ojos de Sara. —Yo... yo quería ir de todos modos, Papá —titubeó. Pero ¡cuán débil sonaba esa excusa ahora! ¡Cuán infantil sonaba! Con vergüenza, Sara desabotonó el abrigo. —Sabías que era malo pedirme permiso para ir a visitar a María sin explicarme lo que tu madre ya te había dicho —la regañó su padre—. Reconozco que no visitas a menudo a tus amigas y que deseas más compañerismo con los jóvenes. Pero conseguir lo que quieres por medio del engaño es malo y no te dará ninguna felicidad verdadera. Las lágrimas le quemaban los ojos a Sara mientras colgaba el abrigo y se sentaba sobre el sofá. Tomó de nuevo las camisas que había estado remendando. —Lo siento, Papá y Mamá —dijo humildemente—. Trataré de obedecer mejor. Sabía que no debía pedirle permiso, Papá, después que Mamá había dicho que no. Yo sabía que si usted hubiera oído lo que Mamá me dijo, habría dicho lo mismo que ella. —Está bien, Sara. Te perdonamos. Arrodillémonos juntos aquí y hablemos con Dios acerca de esto —sugirió su padre. Los tres se arrodillaron allí en la sala. Arrepentida y con el corazón quebrantado, Sara oró primero, pidiendo fuerzas para ser una hija obediente. El papá y la mamá oraron por turnos, pidiéndole al Señor que guardara a su hija de las trampas del diablo. También pidieron sabiduría para sí mismos, para saber suplir las necesidades de sus hijos preciosos.
(continuará en el siguiente número)
—Mary Miller Reimpreso con permiso de: Rod and Staff Publishers, Inc. Crockett, Kentucky, EE.UU. Derechos reservados
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Dinero para gastos personales odos los años, para las vacaciones de la escuela, Miguel y Timoteo Collins acostumbraban pasar dos semanas en el campamento Boysport a la orilla de un lago lindo. Su padre había escogido ese campamento por ser el mejor. Pero este año el señor Collins pensó mandarlos a otro campamento con orientación cristiana. Los padres habían aceptado a Cristo hacía unos meses. —Papá, no existe ningún campamento en el mundo como el campamento Boysport. —dijo Miguel a sus padres. Timoteo estaba de acuerdo con su hermano y añadió: —Ojalá nos permita ir al campamento Boysport, Papá. —A mí me parece que fuera bueno que ellos vayan por esta vez —dijo la mamá—. Tal vez pueden ser un buen testimonio cristiano allí. Timoteo y Miguel se volvieron a ver esperanzados. Entonces su padre dijo: —Su mamá tiene una idea muy buena. Está bien que vayan a Boysport por esta vez. Al fin llegó el gran día. El papá se despidió de ellos antes de salir para la oficina donde él trabajaba. Dentro de una hora la señora de Collins los llevaría a la estación de autobuses. Entonces Miguel le preguntó a Timoteo: —¿Le dio Mamá algún dinero para gastos personales?
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—Todavía no. Pero no se le olvidará. En ese momento entró en el dormitorio la mamá. —Les traje las Biblias para que se las llevan con ustedes. —¿Biblias! —chilló Timoteo. —¡Ay, Mamá! Ninguno de los muchachos lleva una Biblia al campamento —alegó Miguel. —Está bien, yo llevaré la mía —dijo Timoteo después de recapacitar un poco. —¿Leerás la Biblia mientras estés allí? —preguntó la mamá. —Trataré de leerla. Entonces Miguel preguntó: —¿Y el dinero para los gastos? —¿Dinero? —preguntó la mamá con los ojos risueños. —Desde luego, Mamá —replicó Timoteo, alzando la voz—. Tenemos que llevar dinero. Si no, ¿cómo vamos a comprar los dulces y helados? —No se preocupen, muchachos. A mí no se me olvidará el dinero. —Luego se marchó. Timoteo volvió a ver la Biblia. Entonces Miguel le dijo entre dientes: —Dijiste que la ibas a llevar. Ahora no te queda de otra que hacerlo. —Claro que sí, Miguel. ¿No vas a llevar la tuya? —Estás loco. ¿Y si los compañeros la ven? Se reirán de mí y me llamarán gallina. —Agarró la Biblia y la echó en el ropero. Luego cogió la maleta y salió. Timoteo se quedó atrás, vacilando. ¿Llevaría la Biblia, o no? —Apresúrate, Timoteo —gritó Miguel—. Ya vamos a salir. Rápidamente Timoteo echó la Biblia en el fondo de la maleta. Después mientras iban de camino a la estación de autobuses, Miguel dijo: —Mamá, no se le olvide el dinero. —No se me ha olvidado. ¿Trajeron las Biblias? —Yo, sí —dijo Timoteo. —Espero que la leas, hijo. Cuando llegaron a la estación, la señora de Collins compró los boletos. Después les ayudó a los muchachos a entregar las maletas. Ya era hora de salir. Los muchachos se apresuraron a subir al autobús. Pronto el autobús iba por la carretera. —¡Esto sí es vida! ¡Dos semanas en el campamento! —exclamó Timoteo. 30
Miró a su hermano. Pero éste no parecía estar muy contento—. ¿Qué pasa, Miguel? —¿Mamá le dio el dinero? —No. Estaba tan emocionado que… —Yo también. —Seguramente, a Mamá también se le olvidó. Tal vez lo puso dentro de la ropa en la maleta. Cuando llegaron al campamento, Miguel y Timoteo se encontraron con muchos amigos de los años pasados. Después, Timoteo llevó la maleta suya a la cabina que le tocaba. Sacó sus pertenencias y las guardó en un cajón. Al fin quedaba sólo la Biblia en la maleta. En ese momento entraron unos compañeros. De un golpe, Timoteo cerró la maleta y la metió debajo del catre. Él y Miguel no se vieron más hasta después del desayuno el siguiente día. Entonces le dijo Miguel: —¡Qué problema! No tenemos ni un cinco. —Espero que Mamá todavía nos mande dinero. —¿Y si se le olvida? —Le podemos escribir una carta. —¿ Con qué dinero vamos a comprar una postal? El día siguiente recibieron una carta de la mamá. —¿Mandó dinero? —preguntó Timoteo. Miguel abrió el sobre y miró adentro. —No hay nada fuera de la carta. Seis días después, Miguel y Timoteo recibieron una postal. La mamá había escrito: “No hallé las Biblias en el dormitorio. Me alegro de que las hayan llevado. Asegúrense de leer la Biblia todos los días…” —Está bien leer la Biblia en casa —masculló Miguel—, pero en el campamento, no. Los días pasaron rápidamente. Las comidas eran sabrosas. Los muchachos practicaban la natación y participaban en los juegos. Se divirtieron mucho. Pero no podían comprar ni un helado, ni un chicle. El miércoles de la segunda semana recibieron una tarjeta de la mamá. “Siento mucho no haber escrito antes, pero he estado muy ocupada. Esperaba recibir alguna nota de ustedes, pero sé que hay poco rato libre en el campamento.” Timoteo se encaminó lentamente hacia la cabina. Le parecía que la 31
mamá les había quedado mal. Les había prometido dinero, y después se le había olvidado. No había cumplido su palabra. En eso, Timoteo se acordó de la promesa que él había hecho. Él tampoco la había cumplido. Le había prometido a la mamá que leería la Biblia, pero no lo había hecho. ¡Qué pena! En seguida, sacó la Biblia de la maleta. Parecía abrirse sola. Seguramente, tenía un separador de páginas o algo metido en la Biblia. ¿Qué sería? Timoteo sabía que él no había puesto ningún separador en su Biblia. De pronto lo vio. El separador era un billete de cinco dólares. La mamá lo había puesto en la Biblia para que lo hallara cuando la abriera para leerla. Los ojos de Timoteo se le llenaron de lágrimas. Su mamá había cumplido su promesa. Si él hubiera cumplido la de él, habría tenido suficiente dinero para comprar bastante golosinas. En ese momento se abrió la puerta y entraron dos compañeros. —¡Mira! —vociferó uno—. ¿Qué eres, Timoteo? ¿Un predicador? Timoteo no les contestó nada. Rápidamente llamó a su hermano. Cuando entró Miguel, éste le dijo: —¿Por qué me llamaste? —En eso vio a Timoteo con la Biblia en la mano. Tenía los ojos desorbitados—. Guarda esa Biblia en… ¿Dónde conseguiste el billete de cinco dólares? —Mamá puso uno en cada Biblia. 32
Miguel quedó mudo de asombro y pena. Timoteo siguió: —Mira el versículo que subrayó Mamá. El billete estaba en este lugar. —Los dos hermanos leyeron juntos el versículo: “El que se avergonzare de mí y de mis palabras … el Hijo del Hombre se avergonzará también de él”. Miguel fue el primero que habló: —Nosotros tenemos la culpa; Mamá, no. —Yo voy a leer la Biblia y vivir para Jesús sin hacer caso de lo que otros digan —añadió Timoteo. Miguel no respondió. Pero, Timoteo, al mirarlo a los ojos, vio que él había tomado la misma decisión. —Ken Anderson —De The Red Bicycle and Other Stories —Moody Press —Traducido y usado con permiso
VERSÍCULO DE MEMORIA “El que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzaré el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria” (Lucas 9:26).
Re spu esta s: Acti vid ad pa r a n iñ os 1. b 2. a 3. c 33
4. b 5. c 6. a
Hay dos respuestas correctas para cada oración de abajo. Escribe en el espacio la letra de la respuesta que no es correcta. _____1. Todos los años, Miguel y Timoteo siempre pasaban dos semanas a. en el campamento Boysport. b. leyendo la Biblia. c. en las actividades de un campamento. _____2. Los muchachos necesitaban dinero para a. comprar Biblias en el campamento. b. comprar helados. c. gastar en chicles y otras golosinas. _____3. Timoteo se llevó la Biblia al campamento, pero a. no la abrió hasta durante la segunda semana. b. la dejó en la maleta. c. la leyó sólo cuando estaba con los compañeros. _____4. Los muchachos creían que a. la mamá no les había mandado dinero. b. la mamá había cumplido con su promesa. c. la Biblia se lee en casa, pero en el campamento, no. _____5. Su mamá mencionó las Biblias en su carta a. para animarlos a leerlas. b. para darles una pista en cuanto al dinero. c. para procurar que se olvidaran del dinero. _____6. Los muchachos decidieron a. que irían al campamento todos los años. b. que la culpa era de ellos. c. que leerían la Biblia.
(Las respuestas se encuentran en la página 33)
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E
s mejor haber amado y perdido que nunca haber amado.
Alfred, Lord Tennyson
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Cuando Dios dice: “No” Algunas veces tus hijos creerán que eres injusta porque no les dejas hacer cosas que otros hacen. Pero lo que no entienden es que tú quieres protegerlos de los peligros y del dolor que ellos no pueden ver. Durante sus primeros años, los niños van desarrollándose sin entender muchas cosas. Pero con el paso del tiempo, van entendiendo mejor el porqué de los “NO”. Muchas veces nosotros somos como nuestros hijos en este aspecto. No entendemos el porqué de los “NO” que Dios da en su Palabra. Quizá a veces creemos que no es justo. Pero si permitimos que Dios siga su obra en nosotros, y si nos comprometemos a una obediencia, aun sin entender el porqué, tendremos la esperanza de llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Efesios 4:13 Silvia Pérez de Gingerich