(La historia se encuentra en la página 12)
marzo - abril, 2017 volumen 31, número 2
Este librito no es para la venta
Junta Directiva: Eugenio Heisey
Duane Nisly Marcos Yoder Pablo Schrock Noé Schrock Antonio Valverde Jesús Villegas Sanford Yoder
Editor
Duane Nisly
Circulación
Jimmy Ramírez
Cualquier correspondencia debe dirigirse a: La Antorcha de la Verdad Apartado Postal #15 Pital de San Carlos Costa Rica, C. A. Tel: (506) 2465-0017 Fax: (506) 2465-0018
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CONTENIDO
La rosa blanca . . . . . . . . . . . . . . .portada Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3 Contender por la fe . . . . . . . . . . . . . . . . El camino de Caín . . . . . . . . . . . . .4 ¿De verdad eres sincero? . . . . . . . . . . . .9 Palabras del anciano La ley más poderosa . . . . . . . . . . .16
Historia bíblica:
Una noche en Getsemaní . . . . . . . . . .18
Sección para padres
El llamado supremo Desarrollemos un corazón de siervo 10b . . . . . . . . . . . . . .17
Sección de cocina
Huevos rellenos . . . . . . . . . . . . . . . . .24
Sección para jóvenes
El camino que ella escogió Los años de la adolescencia 2c . . .25
Sección para niños
El que obedece no se equivoca . . . . . .30 Actividad para niños . . . . . . . . . . . . . .34 El mundo ofrece . . . . . . . . . .contraportada
LA ANTORCHA DE LA VERDAD se publica bimestralmente por Publicadora La Merced, ubicada en Santa Rita de Río Cuarto, Costa Rica. PUBLICADORA LA MERCED trabaja sin fines lucrativos para extender el evangelio, para propagar doctrina sana y bíblica de orientación anabaptista, y para presentar consejos para la vida cristiana práctica en América Latina. Si desea hacer una donación, la puede hacer por medio de un cheque en dólares estadounidenses a nombre de Asociación Servicios Cristianos Menonitas, o por medio de una transferencia internacional: (Asociación Servicios Cristianos Menonitas, cuenta #15201347000014732 en dólares estadounidenses. SWIFT: BCRICRSJ y/o UNIVERSAL ID019339, Banco de Costa Rica. San José, Costa Rica, entre Av. central y segunda, calles cuatro y seis.) Diseño de la portada: Randall Nisly
Estimado lector:
en contra de las injusticias de los gobiernos, ni
Se oyen muchos comentarios sobre temas de la
afliarse a otro grupo político para cambiar a los
política del mundo actual. Recientemente, me di
gobernantes. Su ejemplo y sus enseñanzas nos mues-
cuenta de lo fácil que es ocupar la mente y el cora-
tran lo que Dios espera de nosotros y nos reprenden
zón con estos asuntos. Nuestra tendencia es mental-
cuando nos inclinamos a unirnos a lo que hace la
mente aliarnos con ciertas ideas políticas y luego
mayoría.
terminamos opinando de preferencias políticas al igual que muchos otros. ¿Es de extrañar esta tendencia? No, ¿verdad que no? Sin embargo, ¿es bueno que el creyente se ocupe en discusiones políticas? He pensado en esto últimamente, reflexionando en las palabras de Jesús sobre el reino de Dios y nuestra responsabilidad en dicho reino. Cuando Jesús estuvo aquí en el mundo, sus discípulos esperaban que estableciera un movimiento político que los librara de la opresión romana. Pero sufrieron una gran decepción cuando Jesús no se defendió de los soldados ni la corte romana, sino que fue crucificado por los romanos. No enten-
¿Qué nos enseña la Biblia en cuanto a lo que Dios espera de sus seguidores? • Que amen a los enemigos; no que peleen contra ellos (Mateo 5:44) • Que bendigan a los que los persiguen (Romanos 12:14) • Que sean ciudadanos de otro reino, extranjeros en este mundo (Hebreos 11:13) • Que entiendan que Dios ha puesto a los gobiernos de este mundo (Romanos 13:1) • Que obedezcan a las leyes del gobierno y que se sujeten a él (Tito 3:1; Romanos 13:5) • Que honren a los gobernantes (1 Pedro 2:17)
dieron el reino espiritual que Jesús vino a establecer.
• Que oren por los gobernantes (1 Timoteo 2:2)
Jesús le dijo a Pilato: “Mi reino no es de este
• Que paguen los impuestos (Romanos 13:7)
mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis
Al reflexionar sobre lo que Dios nos enseña
servidores pelearían … pero mi reino no es de
acerca de su reino y nuestra responsabilidad como
aquí” (Juan 18:36).
ciudadanos de su reino, percibí de nuevo que mi pri-
El apóstol Pablo mandó respetar a los gober-
mera responsabilidad es hacia el reino de Dios y que
nantes mientras él vivía bajo el cruel régimen de
no debo afanarme por lo terrenal. Jesús dijo:
Nerón, que perseguía ferozmente a los cristianos.
“Buscad primeramente el reino de Dios y su jus-
Pablo no habló de afiliarse a los grupos opositores
ticia…” (Mateo 6:33). Dios se encargará de “todas
para combatir la maldad, ni de escribir editoriales
estas cosas”.
Duane Nisly 3
El camino de caín #2
Duane Eby
l apóstol Judas en su epístola nos advierte de los peligros que enfrentamos en cuanto a perder la fe que nos fue dada y de la importancia de contender por ella. Nos enseña que el que no lucha por
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mantenerse firme en la doctrina, corre el peligro de ser engañado y perder la fe. Su pequeña carta en el Nuevo Testamento nos muestra lo serio que es esta lucha. Para exponer a los creyentes los peligros que
enfrentan y las características de los falsos maestros que se infiltran en la iglesia, usa los ejemplos de varios personajes del Antiguo Testamento. En este estudio queremos centrarnos en Caín, el hijo de Adán y Eva (Véase Judas 11). ¿Qué nos enseña el apóstol por medio de ese personaje? Vivimos en un mundo donde existen dos reinos. Se trata por un lado del reino de los cielos. En ese reino de justicia, el rey es Jesucristo, el Rey de reyes. Por otro lado, está el reino de este mundo de tinieblas. Al frente de ese reino está Satanás, el príncipe de la potestad del aire. Estos dos reinos viven en oposición el uno al otro. Hay una guerra espiritual constante entre los dos. El reino de Dios recibe oposición y amenazas de varios frentes, porque el objetivo del enemigo es derrotar a quien pueda. Estos ataques los hace por medio de personas que abiertamente lo siguen, tales como los satanistas, los hechiceros, y los ateos. Sin embargo, su ataque principal es por medio de personas religiosas que dicen conocer a Dios, pero por sus obras lo niegan. Son personas que dicen creer en Dios, pero a la misma vez, creen que pueden servir a Dios a su propia manera.
Judas dice que los falsos profetas que se infiltran en la iglesia han seguido el camino de Caín. Para entender el “camino de Caín” veamos lo que la Biblia dice de él en Génesis 4. Dios había creado a Adán y Eva y los había puesto en el huerto de Edén. Todo fue bello y perfecto hasta que desobedecieron el mandamiento de Dios de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Dios advirtió que morirían si desobedecieran su mandato y, efectivamente, la muerte vino sobre ellos y sobre todo el mundo. Los hijos de Adán, Abel y Caín, nacieron con una naturaleza propensa a la rebeldía y el pecado. Abel era pastor de ovejas y Caín era labrador de la tierra. Ambos contaban con un trabajo digno y noble. También, es muy probable que los dos hubieran sido orientados en las cosas de Dios y en cómo debieran adorarlo. Pero había una gran diferencia entre ellos. Abel era justo, un hombre de fe (Mateo 23:35; Hebreos 11:4). Caín era del maligno y sus obras eran malas (1 Juan 3:12). Un día Caín y Abel trajeron una ofrenda a Dios. Abel trajo un cordero bien gordo de su rebaño y Caín trajo del fruto de la tierra. Dios 5
miró con agrado a Abel y su ofrenda, pero no miró con agrado a Caín y la ofrenda suya. La Biblia no dice por qué a Dios no le agradó la ofrenda de Caín. Pero sí recalca la reacción de Caín. Se enojó en gran manera. Era tal su enojo que su semblante decayó. Reaccionó con envidia, como al que le remuerde la conciencia. ¿Será que estaba enojado con Dios porque no le aceptó su ofrenda? ¿O será que estaba enojado con Abel porque Dios se agradó de él y de su ofrenda? Dios le habló a Caín y con mucha paciencia le dio otra oportunidad. Había hecho mal, pero Dios le dio la oportunidad de arrepentirse y corregir sus malas obras. Pero Caín no quiso. Dejó que su enojo lo dominara y mató a su hermano. ¿Qué podemos aprender de esa historia en cuanto al “camino de Caín”? Primero, es obvio que Caín no acató las instrucciones de Dios de alguna forma cuando trajo su ofrenda, porque Dios estaba disgustado con él y con su ofrenda. De alguna 6
forma no había cumplido el mandato de Dios. Quizá creía que su propia manera era mejor y que Dios lo aceptaría así. Había escogido hacer las cosas a su propia manera en lugar de seguir el mandato de Dios. Probablemente se había acostumbrado seguir su propio camino en el pasado. Luego, cuando Dios trató de corregirlo, no aceptó la corrección. Por su orgullo y rebeldía, no se humilló para corregir su vida. Por resistir a la mano de Dios en su vida, un pecado lo llevó a cometer otro pecado más grave cuando mató a su hermano y después le mintió a Dios. ¿Qué semejanza tiene la vida de Caín con los falsos profetas de que habla Judas en su epístola? No
sabemos si Caín tuviera algún problema con su familia antes de este incidente. Parece que se consideraba parte de la familia. Él trajo una ofrenda en adoración a Dios como el hermano. Parece que quería el favor de Dios. Pero no estaba dispuesto a seguir lo que Dios le había enseñado, sino que pretendió seguir a Dios a su propia manera. Quería hacer lo que a él le parecía. Buscaba su propio bien y no el quedar bien con Dios. Con su ofrenda, no actuó con fe cuando desobedeció el mandato de Dios. La Biblia dice que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). En 1 Juan 3:12 nos dice que Caín mató a su hermano porque sus obras eran malas. En Hebreos 11:4 nos dice que Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, dando a entender que Caín ofreció su ofrenda, pero no con fe. En Santiago 2:20 nos dice que la fe sin obras es muerta. Una fe muerta no tiene valor; no es verdadera. Caín no sólo hizo lo malo ante los ojos de Dios, también rehusó aceptar la corrección e insistió en seguir su propio camino. Además, él hizo excusas por lo que había hecho y no quiso tomar responsabilidad por sus hechos. La Biblia nos advierte que, en los
postreros días, vendrán tiempos peligrosos. El apóstol Pablo en 2 Timoteo 3:2-5 dice que “habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella”. Y el apóstol Judas nos advierte de que entrarán en la iglesia personas que siguen el camino de Caín. La iglesia de hoy día también tiene que tratar con personas que no han querido aceptar la autoridad de la Palabra de Dios como la regla para su vida. Hay muchos que creen que la Biblia contiene verdades de Dios, pero no aceptan su Palabra como la verdad absoluta. Se atreven a negociar con Dios y su Palabra. Buscan su propia manera de servir a Dios y creen que la gracia de él cubre cualquier desobediencia. Otros tienen el concepto de que su relación con Dios es un asunto privado, una relación en que nadie tiene que meterse. Cuando un hermano los quiere ayudar con alguna 7
deficiencia en su vida, se enojan. Viven su propia vida y que nadie se meta. Creen que cada uno decide por sí mismo cómo va a vivir su vida cristiana. Pronto muchas clases de pecado y mundanalidad contagian a la iglesia. El concepto de los dos reinos se pierde y el enemigo se aprovecha para introducir más y más de su agenda en la iglesia. Poco a poco la iglesia va hacia la apostasía, perdiendo la vida espiritual. No toman en cuenta que “la amistad del mundo es enemistad contra Dios” (Santiago 4:4). Hoy, así como en los días de Judas, es importantísimo que nos percatemos del peligro que presentan tales falsos maestros. Judas dice que esa clase de personas se infiltra en la iglesia sin que se dé cuenta. Esas mismas personas tienen mucha influencia en la iglesia y si no se detectan a tiempo, la llevan al fracaso. Por eso es tan importante que seamos advertidos, y que luchemos por la pureza de doctrina y práctica que la Biblia enseña. ¿Cómo podemos mejor contender por la santísima fe en medio de las muchas amenazas a la santidad que enfrentamos? Veamos algunas maneras que nos pueden ayudar. Primero, tenemos que tener bien 8
claro en el corazón que hay un solo Dios, vivo, eterno, y presente, que nos dio su Palabra como la última y máxima palabra de él. Tenemos que creer que la Palabra de Dios es la perfecta y literal voluntad de Dios para nuestra vida. Tenemos que creer que Dios exige la obediencia a los mandamientos de su Palabra, y que no podemos negociar con él las enseñanzas que nos dio. Tenemos que entender que somos nosotros los que tenemos que ajustarnos a lo que manda la Palabra y que no podemos vivir según nuestros antojos ni nuestras ideas propias. Luego, tenemos que creer que la iglesia es el cuerpo de Cristo y que la voluntad de Dios para cada uno de nosotros es participar en una asamblea (congregación) de creyentes local donde cada uno busca la manera de servir a Dios fielmente. En la congregación, cada uno contribuye según la gracia y los dones que Dios le ha dado. Somos responsables el uno por el otro, y nuestro deber es edificar unos a otros. Se requiere obediencia a la Palabra de Dios. Cuando un miembro persiste en pecar y no se arrepiente, es excluido de la hermandad, porque siendo cuerpo de Jesús, es necesario mantener a la iglesia pura y santa.
Por último, cada seguidor de Cristo debe vivir en dependencia de la gracia y el poder de Jesús. Cada uno debe ser lleno de su gracia y del Espíritu Santo. Cuando los hermanos viven según el poder de Cristo y en victoria sobre el pecado, el mundo y los falsos profetas no pueden hallar con qué negar la eficacia del evangelio verdadero que está entre ellos. Cuando los seguidores de Cristo viven una vida pura y santa, y sus familias viven en armonía y paz, es un verdadero testimonio del poder de Dios y de la eficacia del evangelio. Cuando el amor entre los hermanos se mantiene vivo y ferviente, el mundo lo notará. Este testimonio sirve como una gran defensa de la santísima fe. Como seguidores de Cristo, es
importante que nos examinemos a ver si hay rasgos en nuestra vida de las actitudes que notamos en Caín, y si hay evidencias de “el camino de Caín”. Examinarse a uno mismo es también una parte de contender “ardientemente por la fe”. A la misma vez, tenemos que estar en alerta de que no haya infiltración de la actitud de Caín en la iglesia. Somos responsables los unos por los otros. Si otros ven deficiencias en nuestra vida, debemos agradecerles su ayuda espiritual. Si vemos deficiencias en otros, somos responsables de también ser instrumentos de gracia y reconciliación en las manos de Dios con ayudarles a ver su error.
¿DE VERDAD ERES SINCERO? oy día la gente le da mucha importancia al asunto de la sinceridad. Una vez oí decir: “Él no tuvo la intención de hacer algo indebido. Creía sinceramente que estaba haciendo lo correcto.” En este caso, al parecer, se supone que la sinceridad de la persona justificaría el mal que había hecho.
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El significado original de sinceridad indica transparencia y veracidad; ser genuino y honrado. Sin embargo, hoy día no significa mucho. A menudo se usa para indicar que algo se hace de buena fe. La sinceridad es una virtud noble cuando somos sinceros en una causa correcta. Sin embargo, la gente puede mentir, matar, o robar 9
creyendo “sinceramente” que están contribuyendo a una buena causa. Lamentablemente, es posible ser “sincero” y a la vez hallarse en error. En la Biblia, la sinceridad aparece vinculada al creer y vivir la verdad. “Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad [sinceridad, según otra versión], palabra sana e irreprochable” (Tito 2:7-8). Otro pasaje bíblico que vincula directamente este tipo de sinceridad con la verdad dice: “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1 Juan 3:18). En cierta ocasión, mientras estudiaba varios pasajes bíblicos en cuanto a la sinceridad, me encontré con un concepto que no esperaba. Cierta guía de estudio que tenía en mis manos sugería que 2 Pedro 3:1 nos habla de la sinceridad: “Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento”. Mi primera impresión fue: ¿Qué relación tiene este pasaje con la sinceridad, puesto que no aparece la palabra “sinceridad”? Empecé a estudiar la definición del término en el griego que se traduce “limpio”, y encontré una verdad preciosa. Descubrí que la palabra 10
griega es eilikrinese y significa “puro; exento de mezclas”. Algunos consideran que el significado etimológico de eilikrines es “probado por la luz del sol”. En Filipenses 1:10, la misma palabra aparece como sinceros. Dice: “Para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo”. Vemos, pues, que el mismo término aparece traducido en la Biblia como limpio y sincero. En el latín, idioma que hablaban los romanos en la época de la Biblia, la palabra es sincerus. Según algunos, esta palabra significa “sin cera” o “que no contiene cera”. ¿Habrá una relación entre “probado por la luz del sol” y “sin cera”? ¿Qué podemos aprender de estas definiciones? En la época bíblica, se usaban mucho las vasijas y los recipientes de barro. Se podía comprar artículos de alfarería de diferentes tamaños y para muchos usos. Y el que compraba una vasija o un recipiente de alfarería quería asegurarse de que no tuviera defectos; una pequeña muesca o grieta podía debilitarlo. A veces, ciertos vendedores de alfarería trataban de ocultar las grietas pequeñas con un tipo de cera de color marrón, casi idéntico al color del barro.
El comprador del artículo, preocupado por la posibilidad de que hubiera un defecto encubierto, preguntaba: “¿Es esta vasija sin cera?” Después de hacer la pregunta, el comprador podía confiar en la palabra del vendedor o podía levantar la vasija y observarla a contraluz para descubrir cualquier defecto. De esta manera, la luz del sol podía revelar alguna grieta cubierta por una capa de cera. Al entender la razón del término “sincero” en los escritos originales,
una verdad me llegó a la mente. Mis pensamientos y mis actitudes deben ser probados por la luz del sol, y esa luz del sol es la Palabra de Dios. La Biblia dice que la Palabra de Dios es como una lámpara o lumbrera. ¿Qué se observa en mi vida cuando es examinada por la luz de la Palabra? Es probable que la luz revele algunos defectos bien disimulados que sólo Dios sabe que existen. La única solución, en ese caso, es que el Alfarero maestro, Jesucristo, corrija el problema. Yo debo estar dispuesto a que él corrija las imperfecciones que la verdad de su Palabra revele. La Palabra sin duda expondrá los defectos que existan en mí. Cuando otros observan mi vida, ¿qué ven? ¿Se desilusionan cuando comparan lo que leen en la Biblia con lo que ven en mí? Que Dios me ayude a ser un cristiano “sin cera” y “probado por la luz del sol”.
La anterior explicación de la palabra “sincero” se considera una “etimología popular”, que significa una interpretación espontánea que se da vulgarmente a una palabra, relacionándola con otra de distinto origen. Esa explicación se ha dado popularmente por unos cuatro siglos. Según los diccionarios del siglo 16, la palabra originó del latín “sincerus” que significaba “entero, limpio, puro, sin mezclar”. La etimología popular ofrece una perspectiva que da una ampliación significante a la importancia de ser sincero en todo sentido, así como la Palabra de Dios exige. La redacción 11
LA
ROSA BLANCA
l sol ya se ponía mientras caminaba a orillas del río Támesis en la ciudad de Londres. Me dirigía a una sala de misiones donde me tocaba predicar esa noche. Detuve mis pasos por unos momentos y contemplé las serenas aguas del río. Reflexionaba sobre las muchas escenas que el río había presenciado en su larga historia. Reflexioné sobre las incontables multitudes de muchos siglos que han caminado a lo largo de las orillas de ese río y me preguntaba cuántos de ellos habían conocido la paz de Dios en el corazón. Pensé en cuántos miles más que no tenían paz con el Señor en esa misma tarde. Cuando me disponía a seguir mi camino hacia el culto de esa noche, de pronto divisé el movimiento de una joven que se había levantado de una banca y se dirigía resueltamente hacia la orilla del río. Percibí en ella algo que me causó alarma y me dirigí hacia ella. —Disculpe, señorita —le dije suavemente. La joven dio un pequeño salto de nerviosismo y miró por todos lados como buscando una vía de escape. Le envolvía un aire de melancolía lo cual acentuaba la palidez de su rostro femenino. En sus ojos se dibujaban una profunda tristeza y desilusión. Yo, como evangelista en los suburbios de Londres, a diario presenciaba toda clase de cosas deplorables que se presentan en una ciudad grande. Pero la actitud de esta joven me alarmó. —Perdóneme, señorita. Yo sé que soy un desconocido. Pero déjeme decirle que soy pastor del evangelio y voy camino a la sala de misiones que está a la vuelta. Yo puedo ver que usted está angustiada y turbada. ¿Quisiera visitarnos esta noche? Quizá allí encuentre descanso de su angustia… hay Alguien que quiere ser su amigo. Cuando pronuncié la palabra “pastor”, el semblante de la joven decayó y me respondió con indignación: —No, no quiero asistir a su reunión. No quiero nada que ver con la religión. Por favor, déjeme en paz. Anteriormente, esa misma tarde, unos amigos me habían invitado a un té en su casa. Cuando me iba, la señora de la casa me presentó una rosa blanca. No era mi costumbre ponerme una rosa, pero sentí que
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LA
ROSA BLANCA
debía hacerlo por consideración a la señora. Luego, cuando hablaba con la joven junto al río, recordé la rosa, y sin pensarlo mucho, saqué la rosa del bolsillo de mi chaleco y se la ofrecí. Fue algo muy extraño de mi parte, pero sentí que Dios me dirigía a hacerlo. —¿Aceptaría usted esta rosa blanca? —le pregunté—. Quizá le sirva de recuerdo de que tiene amigos en la sala de misiones que quisieran ayudarle, si tuviera la voluntad de asistir. Yo no esperaba la reacción de la joven. Se retiró como si yo la hubiera golpeado. Su rostro acusaba una gran lucha interna con las emociones. —¡No… ay no, no puedo! —exclamó la joven. Luego, para mi sorpresa, alargó la mano y tomó la rosa. En seguida, los ojos se le llenaron de lágrimas. Tuve que seguir mi camino, pero antes de marcharme, la invité al culto una vez más. 13
LA
ROSA BLANCA
Durante el culto esa noche, mientras yo predicaba, sentí un peso extraordinario. Aquella experiencia junto al río me quedó grabada en la mente. Había visto claramente un alma en extrema necesidad, y me sobrevino un gran deseo de convencer a los oyentes a recibir el mensaje de salvación y paz. Cuando terminé el mensaje, el encargado de la reunión se adelantó. Entonces, de pronto la vi… Bien atrás, en una de las últimas bancas, estaba la joven con quien había hablado a la orilla del río. Me llegó un rayo de esperanza y mi corazón sintió un alivio. Sí, sin duda, Dios está tratando con ella. Sin duda, Dios me había mandado hablar con ella. Empecé a orar. El culto había terminado y llegó la invitación. De repente, la joven se levantó y vino al frente. Empezó a hablar, pero de pronto se detuvo. Luego siguió, sin percibir que todos los reunidos la miraban. —He escuchado la invitación de venir a Jesús, y eso quiero hacer. ¿Creen ustedes que él pueda salvar a una pecadora tan mala como yo? —preguntó con voz entrecortada. Luego, sin esperar la respuesta, siguió—. Yo iba a terminarlo todo en el río esta tarde, porque sabía que no podía seguir la vida que he llevado durante los últimos cinco años. Estuve a punto de lanzarme al río cuando este varón me habló y me invitó a esta reunión. Yo rechacé su invitación bruscamente. Pero luego me dio esta rosa blanca. Primero, no quise aceptarla, pues representaba algo que yo había perdido. Pero, luego algo dentro de mí me obligó a aceptarla… era como la rosa que mi madre me dio cuando yo salí de la casa hace cinco años. Era la flor favorita de ella. ”Esta tarde, cuando recibí la rosa blanca, de nuevo oí la voz de mi madre cuando se despidió de mí: ‘Elena, hijita mía, estás dejando a tu madre, totalmente contra su deseo, y te vas a un mundo lleno de maldad, y me temo que te vayas a hundir en el pecado. Cuando estés lejos de mí y veas una rosa blanca, acuérdate del regalo que tu madre te dio cuando saliste de casa y de las oraciones que siempre estaré ofreciendo a Dios por ti. No cesaré de orar por tu regreso a la casa y por tu salvación. 14
LA
ROSA BLANCA
”Esta rosa blanca y pura es lo que me ha hecho recapacitar esta noche para volver a juicio cabal. Yo sabía que tenía que buscar el camino si todavía estaba abierto para mí. El pastor me dijo que Alguien me ayudaría a hallar el camino. ¿Creen ustedes que ese Alguien me aceptará a mí, tan gran pecadora que soy? No fue difícil contestar su pregunta. “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18). “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). La Biblia no indica que esta obra de Dios es sólo para los menos pecadores. La joven escuchó atentamente mientras le leíamos estos versículos y otros más. De repente, empezó a llorar y cayó de rodillas. Se arrepintió de sus pecados e invitó a Jesús como Señor de su vida; se levantó una nueva criatura. Su primer deseo fue volver a la casa a su madre. Anne Hazelton De: The Gospel for the Youth
Gloria a Dios por la salvación de un alma, perdido en la maldad de este mundo pecador. La Biblia dice: “Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente” (Lucas 15:10). Estimado lector, ¿dónde se encuentra usted en su vida personal? ¿Está también lejos de la casa, lejos de Dios, hundido en el mundo y las perversidades en él? ¿Oye usted la voz del que le llama a venir a Jesús que también le puede ayudar a hallar el camino a la vida y la paz? Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). La redacción
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Palabras del anciano
Sanford Yoder
LA LEY MÁS PODEROSA “Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:2).
ace unos años, una aeronave gigantesca, un Boeing 747, aterrizó por primera vez en el aeropuerto
H
internacional Juan Santamaría, cerca de la capital de Costa Rica. El aterrizaje fue parte de un vuelo de
prueba que se estaba realizando y despertó la curiosidad de muchas personas. La gente se maravillaba de los
logros increíbles del ser humano en una nave de esas dimensiones. A la hora del despegue, las turbinas impulsaron el avión con un estruendo, la máquina enorme se desplazó por la pista y luego se elevó para perderse en los cielos. Es impresionante pensar que varios cientos de toneladas de metal se puedan separar de la tierra y desafiar la ley de la gravedad para subir miles de metros sobre la tierra, y volar libremente, y con tanta gracia. ¿Cómo lo logran? Para que estos gigantes puedan volar, el hombre tuvo que descubrir otras leyes que le permitieron vencer o bien, superar, la ley de la gravedad que nos ata a la tierra. Sencillamente utilizan otras leyes que sobrepasan la ley de la gravedad. En Romanos capítulo 7, el apóstol Pablo nos muestra el poder de la ley del pecado y de la muerte. Esta ley nos esclaviza al pecado y nos lleva a la muerte. Todo ser humano ha nacido bajo esa ley de muerte. Nadie tiene la fuerza ni la capacidad de liberarse de la ley de la muerte por el pecado. Lo único que el ser humano puede hacer es clamar como lo hizo el apóstol Pablo: “¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24). Romanos 8:2 nos habla de la maravillosa ley en Cristo Jesús que nos libra de la ley del pecado y de la muerte. Esa ley del Espíritu en Cristo Jesús es muy superior a la otra ley. Dios en su misericordia nos proveyó de una salida por medio de Jesús. Él ofrece esa nueva ley a todo aquel que se arrepiente y se entrega a él para recibir una nueva vida. Y así como aquel gran Boeing 747 que desafía la ley de la gravedad y vuela libremente, nosotros también podemos experimentar un poder superior a la fuerza del pecado y de la muerte. Es la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús que nos libera, y nos da una nueva y eterna vida. Es una ley que desafía la ley del pecado y de la muerte y la vence. Ese poder está a nuestro alcance. Es para todo aquel que se arrepiente y pone su vida bajo el mando del Señor Jesucristo. Así “pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1). ¿Por qué, pues, son pocos los que están dispuestos a apropiarse de ese maravilloso poder que Dios ofrece? Es un poder que nos permite ser libres de la ley que nos ata a este mundo con su maldad.
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El llamado supremo Lección 10b
Desarrollemos un corazón de siervo
e Cuestionario personal e 1. ¿De qué manera práctica presta usted servicio al pueblo de Dios? 2. ¿Le ha pedido la iglesia que haga algo desagradable? ¿Por qué le es desagradable? (¿Es porque es incapaz de llevar a cabo esa tarea? ¿Cree usted que otra persona puede hacerla mejor que usted? ¿Cree usted que es una tarea que ningún otro quiere hacer? ¿Le desagraden las obligaciones?) 3. ¿Existen personas en su iglesia que desempeñan cargos que usted quisiera desempeñar? (sigue en la página 20 17
HISTORIA UNA NOCHE E
El beso d
esús y sus discípulos cruzaron el arroyo de Cedrón y llegaron al huerto de Getsemaní. Todos estaban cansados. —Por favor, no me dejen —les dijo Jesús a Pedro, Jacobo, y Juan—. Mi corazón está muy triste—. Jesús se adelantó unos pasos más y se arrodilló. Sentía una profunda tristeza. “Padre mío”, oró, “¿no es posible quitar de mí este terrible sufrimiento que debo enfrentar? Sin embargo, aceptaré lo que tú quieras para mí.” Tan grande era la agonía de Jesús, que su sudor era como grandes gotas de sangre que caían a la tierra. Entonces vino un ángel del cielo para fortalecerlo. En esa hora, cuando Jesús más necesitaba de sus discípulos, dormían profundamente. Jesús los despertó dos veces, pero el sueño los volvió a dominar. —¿No pueden estar despiertos conmigo ni siquiera una hora? —les preguntó Jesús cuando los despertó la tercera vez—. ¡Levántense! Una turba viene para arrestarme. De pronto, los discípulos oyeron el sonido de metal y los pasos pesados de mucha gente. Vieron espadas que relucían bajo las débiles luces de las antorchas. Un grupo de sacerdotes judíos, soldados, y ancianos venía hacia ellos. Para sorpresa de los discípulos, Judas venía dirigiendo a la multitud. Judas llegó hasta donde estaba Jesús y lo besó. ¡Qué hipocresía! Pero Jesús le preguntó con calma: —¿Entregas al Hijo del Hombre con un beso? Entonces Jesús se dirigió a la multitud: —¿A quién buscan? —A Jesús de Nazaret —dijeron. Jesús dijo: —Yo soy. Cuando Jesús dijo eso, todos cayeron al suelo. Pero Jesús no trató de huir. Sólo pidió que no arrestaran a sus discípulos. —¿Heriremos a espada? —le preguntaron sus discípulos. En eso se vio el reflejo de la espada que Pedro tenía en la mano. Le dio un golpe al siervo del sumo sacerdote y le cortó la orega. —Deja la espada —le dijo Jesús—. Los que toman la espada, a espada morirán. — Entonces Jesús le tocó la oreja al siervo y lo sanó. Con este último milagro antes de su sufrimiento, Jesús mostró su amor por sus enemigos.
J
Mateo 26:36-56; Marcos 14:32-50; Lucas 22:39-53; Juan 18:1-11 18
BÍBLICA EN GETSEMANÍ
e traición
Jesús ora fervientemente mientras se acerca la multitud.
“Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar” (Salmo 41:9).
1. ¿Qué hacían los discípulos mientras Jesús oraba? 2. ¿Quién entregó a Jesús en el huerto con un beso? 3. ¿Quién le cortó la oreja al siervo?
Usado con permiso de: Christian Aid Ministries, Berlin, Ohio Del libro: 101 Historias Bíblicas Favoritas © 1994
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4. ¿Le ha pedido usted al Señor que le muestre cómo ser más útil en su reino? ¿Se ha puesto a las órdenes de él para llevar a cabo cualquier tarea que desee señalarle? 5. ¿Cuáles personajes bíblicos son ejemplos notables de servicio? ¿Cuáles son sus cualidades sobresalientes?
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Enseñanzas de la Biblia sobre el tema e
Mateo 20:25-28 “Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
Observación: Número 1 ~ Nuestra naturaleza humana desea mandar; por
eso no siempre es fácil brindarles servicio a los demás. En el contexto de este pasaje bíblico, Jesús se encuentra en medio de una madre ambiciosa y dos discípulos pretendientes, y diez discípulos indignados. Ninguno de ellos tenía el corazón del verdadero siervo. La madre quería asegurarles puestos de renombre a sus hijos. Los dos hijos aspiraban lo mismo. Y los demás discípulos se disgustaron, pues las aspiraciones de los dos primeros reflejaban sus propios sentimientos, aunque no hubieran querido que otros supiesen. ¡Qué atrevimiento! Pedir que se sientan a la derecha y a la izquierda del Mesías. Lo que ellos quieren es dominar sobre nosotros. ¡Qué presuntuosos! Ellos no se lo merecen más que nosotros. Cualesquiera que hayan sido los pensamientos y las quejas de los diez discípulos, su corazón reflejaba la misma resistencia al servicio verdadero que el corazón de los primeros dos.
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Nuestra tendencia humana es buscar el primer lugar y procurar el puesto más alto. Queremos que otros nos admiren por nuestra posición importante. Nos gusta poder dar órdenes en vez de que otros nos manden. Por naturaleza menospreciamos los cargos y los trabajos de poca estima, y procuramos no estar a las órdenes de otros. Se necesita una transformación interna para desarrollar un corazón de siervo. Este cambio de corazón nos hace vivir por encima de nuestras inclinaciones. La transformación consiste de dos partes: el “yo” muere, y una nueva naturaleza surge, como resultado de nuestra unión con Jesús. Luego, la mentalidad vieja “yo de primero” debe reemplazarse con una mentalidad nueva cuyo lema es: “primero Jesús” y “primero el bien de los demás”. La realidad de que esto obre en contra de la naturaleza humana no implica que sea desagradable. Servir a los demás tal como lo hizo Jesús proporciona una vida llena de gozo, sentido, y propósito. e Preguntas de estudio e 1. Estudie el contexto del relato de Mateo 20:20-28. ¿En qué época del ministerio de Jesús ocurrió? 2. A medida que se acercaba su crucifixión, Jesús sin duda llevaba asuntos graves en la mente. Cuando vemos en este relato la paciencia de Jesús con los discípulos ¿qué aprendemos acerca del servicio verdadero? 3. ¿Cómo hubieran podido los discípulos animar a Jesús en vez de discutir entre ellos mismos? 4. ¿Recuerda algunos ejemplos bíblicos que reflejan conceptos mundanos en cuanto al servicio? 5. ¿De qué manera contrastan estos conceptos con la vida de Jesús? Salmo 123:2 “He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.”
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Colosenses 3:23-24 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”
Observación: Número 2 ~ El siervo entiende que en realidad sirve a Cristo
Por lo común, el servicio del seguidor de Jesús se lleva a cabo a favor de otras personas. El siervo presta su servicio a otros con actos de bondad y cariño. Pero en realidad, al servir al prójimo, le prestamos servicio a Dios. Los que reciben el beneficio de nuestro buen servicio no siempre son amables; a veces son poco simpáticos, exigentes, malagradecidos, e indignos. Si nuestra actitud en hacer el bien consiste sólo en agradarle al prójimo, pronto nos hallaremos confundidos, frustrados, y agotados. Nuestra mirada debe estar en el Maestro. De este modo hablamos lo que él habla, vamos a donde él nos manda, y hacemos lo que él nos ordena. Esperamos por completo en él. Nos gozamos en conocer su voluntad y hacerla. Nuestra meta es discernir su voluntad, extender su reino, y llevar a cabo la obra que él nos ha confiado. De él vienen nuestras órdenes, y de él viene la recompensa al cumplirlas. Es Dios a quien hemos entregado nuestra vida y a quien corresponde toda la gloria. “Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos” (Hechos 17:28). e Preguntas de estudio e 1. Analice el compromiso del siervo con su señor según el Salmo 123:2. ¿Qué puede esperar el Señor de sus siervos? ¿Qué puede esperar el siervo de su Señor? 2. ¿De qué manera cambia la perspectiva de aquellos que sirven a sus amos terrenales cuando su atención se centra en servir a Dios? 3. ¿Puede hallar algunos ejemplos bíblicos de personas que trataron de servir al prójimo, pero no con la actitud de prestarle servicio a Dios? 4. ¿Cuáles fueron las consecuencias?
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Romanos 12:1-2 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
(continuará en el siguiente número)
—John Coblentz Usado con permiso de: Christian Light Publications, Inc. Harrisonburg, Virginia, EE.UU. Derechos reservados
Re spu est as: Acti vid a d p ar a n i ño s 1. Cuando Amós se fue a alimentar las pollas, encontró unas pollas muertas. 2. La mamá creyó que Lassie había matado las pollas. 3. Decidieron atar a Lassie cuando todos salían. 4. Amós fue tentado a dejar desatada a Lassie. 5. El papá decía que el que obedece no se equivoca. 6. Un animal salvaje mató las pollas mientras Lassie estaba atada. 7. Amós decidió que valía la pena obedecer. 23
Hu_vos R_ll_nos Preparación:
Ingredientes:
8 huevos Hierva los huevos durante 10 3 cda. de mayonesa minutos. Después de que se 3 cda. de salsa de tomate enfríen, pélelos y pártalos por la 3 cda. de mostaza mitad. Saque las yemas que ya 1 cdta. de sal están duras. En un recipiente pimienta al gusto aparte, machaque las llemas. Luego, añada los ingredientes restantes a la masa de yema de huevo y mezcle bien. Luego, vuelva a llenar los huevos con la masa de yema. Rocíelos con un poco de pimienta marrón y perejil a gusto. Sírvalos fríos.
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EL CAMINO QUE ELLA ESCOGIÓ Los años de la adolescencia Capítulo 2c
Mientras la madre remendaba, el padre le preguntó a Sara: —¿Quieres jugar a las damas hasta que los niños vuelvan de la escuela? Más bien, María, tú debes jugar con ella. Tú también necesitas relajarte. Sara no tenía deseos de jugar a las damas, pero obedientemente las trajo y alistó el juego. —Ustedes dos comiencen el juego —dijo la madre cariñosamente—. Puedo descansar mientras hago los remiendos. Cuando terminaban el tercer juego, los niños escolares irrumpieron por la puerta. —Hace mucho frío —anunció Santiago mientras se frotaba las manos—. Va a nevar. 25
—Sí, así parece —dijo la madre con una sonrisa de bienvenida para los niños—. Vayan todos a cambiarse de ropa y entonces les voy a dar algo para comer. Los niños se fueron a sus dormitorios y la madre le preguntó a Sara: —¿Qué vamos a hacer para la cena? —No sé —le dijo Sara con indiferencia—. Nada me apetece. —Eso es porque estás resfriada, me imagino —Mamá le tocó la frente a Sara—. No creo que tengas fiebre —añadió—. Pero sería bueno que hoy te acuestes temprano para que logres descansar bien. —Voy a estar bien —respondió Sara brevemente, y se fue al sótano para traer unas patatas. ¿Por qué estaba tan deprimida? ¿Sería por el resfrío que tenía? ¿Sería por el tiempo, o qué sería? Mientras Sara pelaba las patatas, su madre fue a la despensa para buscar algo para la familia. Cuando vio la crema, pensó para sí misma. Haré un poco de nata montada para servir con melocotones. Tal vez el postre favorito de Sara le abra el apetito. El padre se levantó para salir, aunque no tenía deseos de dejar el calor de la casa. Mientras los niños seguían en los dormitorios cambiándose, él se puso el abrigo y las botas. —¿Estás sola en la cocina hoy? —le preguntó a Sara—. ¿Debo decirle a Laura que se quede en la casa para que te ayude? —No —contestó Sara bruscamente—, la vieja acaba de salir a traer algo de la despensa. Ya casi viene a ayudarme. —¡Sara! —la voz de su padre la estremeció haciendo que considerara la gran falta de respeto que acababa de mostrarle a su querida madre. Ése era un término que Sara a menudo oía cuando asistía a la escuela, pero nunca antes lo había usado; y nunca se oía en casa. Lágrimas de remordimiento caían al agua con las patatas que pelaba. ¡Ay!, ¿por qué contesté de esa manera? Sara no se podía comprender. ¿Por qué le había faltado el respeto dos veces a su querida madre en esta tarde tan miserable? En ese momento, su madre entró en la cocina, canturreando una melodía alegre. Traía la nata montada y espumosa y el frasco de melocotones. ¡Ay, espero que Papá no diga nada! Sara se llenó de pánico. Jamás quisiera que Mamá oyera lo que dije. Prefiero que me azoten. Sara se asustó. No la habían castigado desde hace varios años. Pero ahora nada le dolería más que herir a su madre con las palabras irrespetuosas que había dicho. 26
Sin más palabra, el padre dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta. Sara miró a su alrededor. Ninguno de sus hermanos había salido de sus dormitorios. ¡Qué alivio! pensó ella. Sólo se imaginaba cómo sería si ellos la hubieran oído y después, en alguna ocasión, los oiría usar esa misma expresión por culpa de ella. —¿Te sientes mejor? —le preguntó la madre a su esposo que estaba parado junto a la puerta. —Sí, creo que sentarme cerca del calor esta tarde me ayudó —contestó. A Sara le pareció que la voz de su padre sonaba triste y seria. —Manda a los niños cuanto antes para que vayan a ayudarme para que terminemos temprano —añadió. Sara siguió con la mirada fija hacia la ventana. Me tengo que controlar, pensó ella. Lo único que estoy haciendo con mi conducta es entristecer a los seres que amo y a mí misma. Las lágrimas le nublaron la vista. Durante los días siguientes, Sara hizo un mayor esfuerzo por estar más contenta y sumisa a sus padres. Pasó más tiempo en la lectura de la Biblia y la oración. “Padre en el cielo”, oró fervientemente, “no he pasado mucho tiempo en comunión contigo. Lo siento mucho. Ayúdame a mejorar.” La comunión con Dios mejoró mientras Sara buscaba seriamente su ayuda para vivir en victoria sobre el egoísmo y el pecado. Por la gracia de Dios, su vida fue enriquecida. Se volvió más fuerte en la fe y trató con sinceridad de ser un buen ejemplo para sus hermanos menores. *************** Las noticias corrían por todo el pequeño valle de Germantown. La familia Miller había vendido su finca. Una nueva familia pronto se mudaría a Germantown. Sin embargo, era un día triste para Sara. Ese cambio significaba que María, su mejor amiga, se mudaría a un lugar lejano. A Sara le faltaba poco para cumplir los 18 años y sólo había experimentado pocos e insignificantes cambios en la pequeña comunidad a su alrededor. Sólo podía recordar de una ocasión en que una familia nueva había llegado a vivir en el valle, y eso fue durante sus primeros años de escuela. No se imaginaba cómo sería la vida sin María, la persona con quien había compartido todos sus secretos desde su niñez. —Papá, ¿tiene la familia Bender alguna hija con la misma edad mía? —preguntó esperanzada. Quizás los nuevos vecinos tendrían una muchacha 27
de su edad y así podría hallar una nueva amiga, aunque sabía que nadie podría reemplazar a su querida amiga María. —No sé —contestó el padre—. Sé que tienen diez hijos y todos son menores de dieciocho años, así que hay una buena posibilidad de que tengan hijos con edades similares a las de ustedes. —Espero que la mayor sea una muchacha para llenar el vacío que me dejó María —respondió Sara. —Eso sería bueno —dijo el padre, riéndose. La preocupación de Sara le hizo gracia—. El hermano Miller dijo que esta finca es justamente lo que la familia Bender necesita para ocupar a todos sus muchachos. Sara respondió cabizbaja: —Supongo entonces que solamente los más pequeños sean mujeres. Su madre sonrió. —El hecho de que haya unos jóvenes, no significa que no haya ninguna joven. Sería mejor esperar y ver antes de sacar conclusiones precipitadas. Tuvieron que esperar sólo unos pocos días. La familia Bender había enviado sus enseres unos días antes en el tren de carga, y más tarde llegaron ellos en un tren de pasajeros tirado de una gran locomotora de vapor. La estación del tren se encontraba en el centro de Germantown, justo en frente de la pequeña tienda. Así que, el día en que llegaron los vagones del señor Bender cargados de muebles, víveres para la familia, y equipo agrícola, el espectáculo llamó la atención a todos los habitantes de Germantown. Los dos grandes vagones tirados de cuatro enormes caballos belgas iban traqueteando por el camino de tierra. Unos muchachos venían montados encima de los muebles, y otros caminaban al lado de los vagones. Otros muchachos guiaban a las vacas y las cabras. De un carruaje tirado de caballos se asomaban caras por cada ventana. Desde cada casa en Germantown, la gente observaba la extraña procesión. El padre de Sara estaba trabajando en el sembrado de fresas junto al camino cuando se acercó la caravana de vagones. El señor Rubén Bender detuvo el tiro que conducía y dijo: —¡Hola, vecino! Usted debe ser el señor Yoder. Su finca colinda con la del señor Miller, ¿verdad? —Sí, mi nombre es Juan Yoder, y nuestra finca colinda con la del hermano Miller. Bienvenidos a Germantown. Esperamos que les guste aquí. —Sí, nos va a gustar —el hombre grande y fornido le aseguró con voz 28
resonante—. Se ve que los cultivos se dan bien aquí. Eso es precisamente lo que buscamos. En la casa, Sara estaba escondida detrás de las cortinas. No pudo oír todo lo que su padre decía, pero le oyó decir: —Cuando nosotros nos mudamos aquí, nuestro mayor interés era unirnos a una iglesia que creyera en la Biblia y la practicara, y creemos que la hallamos aquí. Sara buscaba ansiosamente el rostro de los niños de la familia Bender que seguían mirando con curiosidad por las ventanas del coche. También se asomaba el rostro de un joven de cabello oscuro que iba al lado de los vagones. Con unas cuantas zancadas, el joven había cruzado el camino polvoriento a la orilla del campo donde el señor Bender platicaba con el padre de Sara. Su voz grave se oyó con claridad: —Buenas tardes, señor Yoder. Es un gusto conocerlo. Con admiración, Sara observaba al joven que hablaba con su padre. Tan guapo y varonil, pensó. Me pregunto cuántos años tiene. En seguida se avergonzó de sí misma por tales pensamientos. Sus padres le habían enseñado a tener cuidado con sus pensamientos. Pero ¿qué hay de malo en fijarse en las finas cualidades de un joven? Sara deseó de todo corazón que María estuviera allí para compartir con ella el momento. María se habría reído de la idea de que “alguien especial” llegara al valle. Pero estos pensamientos dominaron la mente de Sara y le dificultaron pensar bien sobre el tema sagrado del noviazgo y el matrimonio. Sara continuó estudiando a los niños que se podían ver. Si tan sólo hubiera una muchacha de mi edad. Ahora estaba segura de que los dos o tres hijos mayores eran muchachos, y pudo ver unas cuantas niñitas. No parecía venir con ellos ninguna joven. María y yo nos escribiremos, pensó, tratando de consolarse y tragar su desánimo con valentía. Pero escribirse no es lo mismo que tener una amiga de cerca con quién hablar.
(continuará en el siguiente número)
—Mary Miller Reimpreso con permiso de: Rod and Staff Publishers, Inc Crockett, Kentucky, EE.UU. Derechos reservados
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El que obedece no se equivoca ra un domingo por la tarde y hacía mucho calor. Amós estaba acostado de espaldas bajo un árbol. Le molestaba el piar de los gorriones. Se volvió hacia la perra que lo acompañaba y dijo: “Lassie, en este patio no permitimos gorriones, ¿verdad que no?” Amós señaló a los gorriones y Lassie comenzó a ladrar y saltar en un intento de alcanzar a los gorriones. “No te hacen caso. Pero mañana te ayudaré a cazarlos.” Lassie se echó y apoyó la cabeza sobre las manos. “Eres una buena perra”, le dijo Amós. “No sé cómo lo pasaríamos sin ti.” Poco después, el papá de Amós salió de la casa. —Es hora de traer las vacas. Cuando vengas de regreso, alimenta a las pollas. —¿Y Susan? ¿No va a volver a la casa? —Ella volverá después de la cena. Amós no estaba contento. Es mayor que mí sólo dos años, y por eso cree que me puede cargar su trabajo, se quejó para sus adentros. Luego, dijo en voz alta: “Ven, Lassie, vamos a traer las vacas.” Cuando las vacas ya se acercaban al corral, Amós se dirigió hacia el encierro de las pollas. No permitió que Lassie entrara con él. Cuando entró en el pequeño cobertizo, se detuvo en seco. En un rincón había unas pollas muertas. Se acercó y las examinó. Había ocho pollas muertas. Un animal las había matado y medio comido. Me imagino que fue una zorra, pensó.
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Amós corrió al establo para contárselo al papá. Papá e hijo se dirigieron al encierro y de camino se encontraron con la mamá que también los acompañó. El papá examinó las pollas muertas. Luego dijo: —Un animal del monte anduvo por aquí. —O un perro —intervino la madre. Se fueron los tres a inspeccionar el cerco. En cierto punto estaba claro que algún animal se había pasado por debajo del cerco. —Yo siento que debemos atar a Lassie cuando salimos todos —dijo la mamá. Amós se ocupó en los trabajos del establo mientras su papá arreglaba el cerco. Después buscó a Lassie y acariciándola, le dijo en voz baja: “Tú no mataste las pollas, ¿verdad que no?” De ese día en adelante la familia vigiló de cerca las pollas. Pero no pasó nada más. A Amós no le preocupaba tanto la pérdida de pollas. Le preocupaba que culparían a Lassie si encontraran más pollas muertas. Cierto día Susan descubrió otra vez, cuatro pollas muertas. —¿Dónde ha estado Lassie? —le preguntó la mamá a Amós. —Ha estado conmigo casi todo el día. Le gusta echarse debajo del porche en la tarde. Susan agregó: —Yo he dicho muchas veces que sería mejor no tener perra. Si no fuera por esa perra, ya sabríamos si es un animal salvaje que se está metiendo o no. Más tarde el papá le dijo a Amós: —Vigilemos bien a Lassie. Será mejor atarla si salimos todos. Si es ella la que mata las pollas, tendremos que quitarla. Comenzaron las clases. Amós se despidió de Lassie y la mandó acompañar al papá. Cuando volvió en la tarde, Amós encontró a Lassie atada. Susan estaba haciendo trabajos en la cocina. Amós le preguntó: —¿Por qué ataron a Lassie? —Porque Papá le está ayudando a un vecino y yo no puedo pasar el día vigilando a la perra. Amós salió y soltó a Lassie. La perra dio vueltas alrededor de Amós; se alegraba mucho de estar suelta. Al día siguiente, Susan tenía una cita con el dentista. Ella y la mamá iban a salir al pueblo. De regreso visitarían a la tía Raquel. El papá tenía planes de pasar el día donde el vecino para ensilar maíz. Amós tenía que ir a las clases. 31
Eso significaba que Lassie tendría que pasar atada todo el día. Amós fue el último en salir. Cuando llamó a Lassie, vino corriendo. Sin embargo, cuando la perra entendió que la iba a atar, se echó y gimió. Amós le tuvo lástima. “No es justo que pases atada.” Creo que voy a dejarla suelta, pensó. Mamá y Susan volverán más tarde que yo. Nadie sabrá que no la até. “Está bien, niña. Pero no le cuentes a nadie que no te até.” Amós recogió la lonchera y se encaminó hacia la escuela. Pero no había caminado mucho cuando se detuvo. Le parecía oír a su padre que repetía lo que muchas veces le había dicho: “El que obedece no se equivoca.” Pero nadie se dará cuenta, argumentó dentro de sí. Si Mamá y Susan llegan a la casa antes que yo, me queda la opción de decir que se me olvidó atarla. Pero eso sería mentir. “El que obedece no se equivoca”. Las palabras resonaron en la cabeza de Amós. Al fin, dejó la lonchera en el suelo, corrió a la casa, y ató a Lassie. Cuando se alejaba, oyó que la perra aullaba. Pero Amós no se devolvió. Todo el día, Amós tuvo presente que Lassie estaba atada. No puede 32
echarse en su lugar favorito, pensó. Después de las clases, se apresuró a volver a la casa. Aun antes de entrar en la casa, desató a Lassie. Luego se cambió rápidamente y pronto él y Lassie salieron para buscar las vacas. Después, al hacer los otros trabajos del establo, oyó llegar a su mamá y a Susan. Pronto, la misma Susan entró corriendo. —¿Dejaste atada hoy a Lassie? —¡Claro que sí! ¿Por qué? —Otra vez hay pollas muertas. Más tarde cuando el papá llegó a la casa, todos se fueron a ver las pollas. —¿Cree que lo hizo una zorra? —preguntó Susan. —No sé. Pero tenemos que quitar las gallinas viejas y encerrar a estas pollas antes de que nos maten más. Luego Amós se dirigió al establo. Estaba contento de saber que no era Lassie la que mataba a las pollas. Pero había algo más. Se estremeció al recordar que por poco había dejado suelta a Lassie esa mañana. Sin duda, la hubieran culpado por las pollas muertas, pensó. Mamá y Susan hubieran insistido en que la quitáramos. No creo que Papá le hubiera dado otra oportunidad de probarse. Más adelante, con más pollas muertas, habríamos sabido que Lassie no era la culpable. Pero habría sido muy tarde. Amós meditaba seriamente mientras trabajaba. Papá tiene razón, pensó. El que obedece no se equivoca. Si hubiera desobedecido, es cierto que me hubiera equivocado. —De Living Together —Pathway Publishers —Usado y traducido con permiso
VERSÍCULO DE MEMORIA “Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre” (Proverbios 6:20).
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Cada oración de abajo tiene una frase subrayada. Esa frase pertenece a otra oración. Busca la frase correcta para cada oración. Escribe la oración de nuevo con la frase correcta. 1. Cuando Amós se fue a alimentar las pollas, dejar desatada a Lassie. ____________________________________________________ _______________________________________________________ 2. Mientras Lassie estaba atada, Lassie había matado las pollas. ____________________________________________________ _______________________________________________________ 3. Decidieron encontró unas pollas muertas cuando todos salían. ____________________________________________________ _______________________________________________________ 4. Amós fue tentado a la mamá creyó que. ____________________________________________________ _______________________________________________________ 5. El papá decía que Amós decidió que. ____________________________________________________ _______________________________________________________ 6. Un animal del monte mató las pollas atar a Lassie. ____________________________________________________ ______________________________________________________ 7. El que obedece no se equivoca valía la pena obedecer. ____________________________________________________ _______________________________________________________
(Las respuestas se encuentran en la página 23)
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El mundo ofrece “espejismos”
Alegría y fiesta, antifaz y color Esplendor y luz, placer y emoción. Oh, mundo, espejismos ofreces, Oropel que brilla como aparente oro. Espejismos de alegría, de prosperidad y abundancia, ¡Qué desdichado mundo! Espejismo, cual humo se esfuma. Espejismos de placer y rumba, Espejismos de belleza y elegancia. Espejismos de vida cuando no es más que muerte, Espejismos de paz en medio de la guerra. ¿Qué ofreces, oh mundo, a ese algo interior del hombre, que no se sacia con fiestas, ni placeres, ni música, ni dinero, ni espejismos? ¿Qué ofreces, oh mundo? Gloria E. Romero Lozano