En una playa de colores atrapantes

12 sept. 2008 - ... ultrarrefinado para el teatro independiente”, apunta un habitué de Fundación Telefónica, la galería. Braga Menéndez y de diversos museos.
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Espectáculos

Viernes 12 de septiembre de 2008

LA NACION/Sección 4/Página 5

TEATRO Hoy se estrena El calor del cuerpo Pepe Novoa y Antonio Grimau

En una playa de colores atrapantes La obra de Agustina Muñoz se desarrolla en medio de una instalación escenográfica de Manuel Ameztoy

Un homenaje intenso y emblemático Gris de ausencia y El acompañamiento, en La Boca Muy buena

★★★★

Teatro Abierto x 2. Gris de ausencia, de Roberto Cossa. Intérpretes: Juan Manuel Tenuta, Paloma Contreras, Marcela Ferradás, Ricardo Díaz Mourelle y Mario Alarcón. El acompañamiento, de Carlos Gorostiza. Intérpretes: Antonio Grimau y Pepe Novoa. Relatora: Monina Bonelli Música y diseño de sonido: Mariano Dugatkin. Iluminación: Miguel Morales y Héctor Calmet. Escenografía y vestuario: Marta Albertinazzi. Asistencia de dirección: Rubén Pinta. Asistencia artística: Diego Goethe. Dirección Hugo Urquijo. En el Teatro de la Ribera (Pedro de Mendoza 1821). De jueves a sábados, a las 20, y domingos, a las 12.30. Duración: 70 minutos.

Dos de los textos más emblemáticos del primer Teatro Abierto acaban de reponerse y, es imposible no trasladar la memoria hasta aquel 1981, cuando ambos se estrenaron en el Teatro del Picadero. El mismo que fue quemado por la dictadura militar, acto que no sólo no amedrentó a los artistas y al público sino que los alentó a seguir, a decir lo que pensaban, a buscar la claridad en un tiempo demasiado oscuro. Gris de ausencia de Roberto Cossa y El acompañamiento de Carlos Gorostiza son dos sellos vitales de la historia contemporánea del teatro argentino. Y, tan vitales, que esta nueva puesta en escena así lo confirma.

Historias argentinas La inmigración y el desarraigo que aparecen en la primera parecerían complementarse muy bien con la necesidad de soñar y luchar por la concreción de esos sueños, aunque

sean pequeños y hasta alocados, tal lo que plantea la segunda. Y ambas historias están atravesadas por una argentinidad de la que jamás pareceríamos podernos aislarnos. La porteñidad de Chilo en Gris de ausencia y ese afecto por el tango de Tuco (El acompañamiento) parecen una bandera imposible de doblegar. Qué mala historia puede denigrar tanta tradición genuina. Con unos breves cambios de escenografía –muy bien resuelta por Marta Albertinazzi–, las piezas se ofrecen en un mismo programa. La actriz Monina Bonelli introducirá la propuesta dando algunas señales acerca de lo que significó Teatro Abierto y en qué condiciones se desarrolló. Hugo Urquijo, director de los dos textos, rescata a fondo las cualidades dramáticas que los impregnan. Se detiene en esos personajes simples, pero hondamente significativos y consigue un espectáculo rico en matices y sumamente entrañable. Su elenco es muy homogéneo, aunque hay algunas criaturas que posibilitan un lucimiento particular, como el abuelo que interpreta Juan Manuel Tenuta, el Chilo de Mario Alarcón y la Frida de Paloma Contreras, en Gris de ausencia. El juego que consiguen Antonio Grimau (Tuco) y Pepe Novoa (Sebastián) en El acompañamiento es de una riqueza conmovedora. Quienes vieron la primera versión con Carlos Carella y Ulises Dumont seguramente la guardan en el rincón de los buenos recuerdos, pero, en verdad, ésta no tienen nada que envidiarle a aquélla.

Carlos Pacheco

En medio del cada vez más complejo y creativo territorio de cruces entre disciplinas artísticas, hoy se estrena El calor del cuerpo, un trabajo para el cual su creadora, Agustina Muñoz, convocó al artista plástico Manuel Ameztoy. Ella conoció su obra en el Barrio Joven de ArteBa, edición del 2005, en donde él había armado un chill out con guirnaldas de papel colgando del techo. Aquello le encantó, consiguió su mail y le propuso sumarse a su nueva obra. Ahora acá están, observando casi con asombro la instalación escenográfica que ocupa buena parte del espacio escénico en este nuevo montaje de la creadora de Las mujeres entre los hielos, una propuesta que fue su carta de presentación. “Como soy público de teatro y de ópera, me interesa todo ese movimiento porque me parece muy estimulante. Por otra parte, el teatro independiente muchas veces no llega a la instancia de la escenografía porque está muy centrado en lo actoral. A mí me gustaba el desafío de hacer algo ultrarrefinado para el teatro independiente”, apunta un habitué de Fundación Telefónica, la galería Braga Menéndez y de diversos museos estatales.

(En escena) Vuelve El espejo Hoy, se reestrena el musical El espejo (dime qué ves), de Matías Puricelli, basado en un cuento de Roberto Planta. Con música de Francisco Ruiz Barlett. Viernes, a las 20.30, en el Taller del Angel, Mario Bravo 1239 (4963-1571). $ 20.

Dos propuestas Los viernes, a las 23, sube a escena Juegos de damas crueles, de Alejandro Tantanián, dirigida por Natividad Martone, con Julián Calviño y Daniela Carrara, entre otros. En Tadrón, Niceto Vega 4862 (4777-7976). Y a la medianoche, Zona liberada, basada en El Eternauta, dirigida por David Rubinstein, en la Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131 (4864-3200).

muchísimo y se arma la playa, el texto se escucha, y la obra de Manuel acompaña al todo. Manuel: –Yo en ningún momento me preocupé de eso porque nada es más importante que el cuerpo, nada. A una persona en escena bien ilumiPARA AGENDAR

El calor del cuerpo, de Agustina Muñoz con Cecilia Rainero, María Villar, Lucas Ferraro y Eduardo Iacono El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960. Los viernes, a las 23. Entradas: 20 pesos.

Manuel Ameztoy y Agustina Muñoz

MARIANA ARAUJO

“Visualmente la escenografía es una bomba y la hicimos con muy poco dinero”, se entusiasma ella con razón. Claro que en su anterior trabajo, entre el vestuario de Flavia López Foco y la escenografía de Clara Díaz también se armaba algo de una enorme potencia visual. Si aquella vez el espacio estaba despojado, esta vez Ameztoy hizo una segunda versión de aquel trabajo de ArteBa apelando a la fliselina (tejido sinté-

tico) que caló con bisturí siguiendo un patrón único vegetal. El resultado es una escultura blanda de colores fuertes que se convierte en el marco ideal para recrear la playa en la que están los personajes. –¿Qué pasó la primera vez que colgaron la obra? Agustina: –Me dio pánico. Me parecía que los actores iban a quedar perdidos en esta inmensidad avasallante. Pero hemos trabajado

nada no hay cómo opacarla. Para él, la obra trata sobre el hartazgo. “Los personajes están instalados en un lugar paradisíaco pero están como cansados, deprimidos. Todo lo que se despliega en la obra tiene que ver con nuestra forma de vida”, cuenta mientras ella escucha. Agustina Muñoz tiene otra imagen: “En la ultima pasada me di cuenta de que la salvación de estos personajes está en ellos. Pero como nadie se anima, todo está latiendo...”.

Alejandro Cruz