En la ficción está la realidad

12 ene. 2014 - so best seller de Orson Scott Card que tantos años ha demorado en .... Lozano Dana, además de Migré. La lista podría completarse desde ...
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espectáculos

| Domingo 12 De enero De 2014

Entrelíneas Marcelo Stiletano

En la ficción está la realidad E

n la ficción está la realidad de la TV. Por eso, de tanto en tanto, la pantalla chica enfrenta algunos conflictos que merecen ser calificados como “de novela”. El más reciente atravesó toda esta semana con mucho ruido. Se sintió con más fuerza en el interior del mundillo televisivo y para algunos de sus protagonistas más influyentes tuvo por momentos la fuerza de un volcán. Al repercutir mucho más dentro de la tele que a la vista del público es posible que deje secuelas muy sensibles en el corazón mismo de la vida televisiva y el comportamiento de algunos de sus principales protagonistas. Y que también, sobre todo, marque tendencias y sugiera rumbos. Al fin y al cabo, las grandes líneas históricas de la televisión en todas partes estuvieron, están y estarán determinadas por dos grandes fuerzas: el mundo de la noticia y el mundo de la ficción. Por eso, el conflicto entre las asociaciones que representan a los autores y uno de los canales líderes de la Argentina (Telefé) no se limita ni se agota a problemas de cartel. En menos de 48 horas, la Sociedad General de Autores de la Argentina

envió sendas cartas documento a la emisora para reclamar directamente la salida del aire de la flamante tira Somos familia si no se incluía en los créditos (como lo indican cualquier protocolo básico televisivo y el mínimo sentido común) la mención expresa y concreta del nombre y apellido de sus autores. En este caso Marcelo Nacci y Laura Barneix, acompañados por Julián Rimondino, Claudia Fagaburu, Bruno Luciani y Pablo Finamore. Telefé respondió a la primera carta documento, pero Argentores repitió el procedimiento al comprobar que la mención no tenía ni la duración ni la visibilidad adecuadas. “Fue casi una burla. Los nombres aparecieron como en un flash. Además deben ir en cada avance televisivo y en cada promoción gráfica, asociados siempre al título de la obra”, declaró Miguel Ángel Splendiani, presidente de esa entidad. Antes, la Asociación de Autores Audiovisuales Migré había condenado la omisión advirtiendo sobre el riesgo de la “invisibilidad total” del trabajo del autor. El nombre de Alberto Migré nos ayuda a entender el enorme y complejo entramado que dispara enre-

Una escena de Somos familia, una ficción en el candelero dos como el que envuelve a Somos familia. El creador de Rolando Rivas, taxista pertenece a un tiempo en el que las ficciones televisivas eran inmediatamente reconocidas y seguidas por el público gracias al magnetismo de quien urdía las tramas, los personajes, las situaciones y los conflictos. Eran épocas en las que no se imaginaba la idea original de una ficción en manos distintas de las de su autor. Todo ese trabajo, de principio a fin, pertenecía a nombres más históricos o más recientes como Nené Cascallar, Abel Santa Cruz, Celia Alcántara, Marcia Cerretani, Enrique Torres, Carlos Lozano Dana, además de Migré. La lista podría completarse desde otros espacios de ficción ajenos a la telenovela con menciones insoslayables a Hugo Moser y Juan Carlos Mesa, entre muchos otros. Hoy, en cambio, las reglas son más flexibles y complejas. Como

sugiere el título de un estimulante texto reciente del gran investigador televisivo chileno Lorenzo Vilches, también la ficción se enfrenta al “fin del modelo único de televisión”. Las comedias y los dramas, las telenovelas y los relatos testimoniales necesitan ser adaptados, reorganizados y adecuados a las nuevas plataformas surgidas al calor de la evolución tecnológica y la presencia de Internet como actor televisivo cada vez más fuerte y activo. Ver una ficción en la Web, en una red social o a través de segundas o terceras pantallas requiere ajustes. Todo ese trabajo impone en la lógica de la pantalla local la presencia de una figura aglutinadora. Un organizador que esté en condiciones de aglutinar en pos de un mismo objetivo todas las fuerzas dispersas de un proyecto televisivo de ficción, que se sienta capaz de percibir cuál es su potencial en un escenario

telefé

marcado por la convergencia y que además pueda venderlo con éxito a otros mercados, porque la ficción es la gran materia prima exportadora de la televisión argentina. Y no debemos olvidar lo más importante: además de todo eso, el organizador tiene el don de la creación, es el primero al que se le prende la lamparita. El puntapié inicial de una ficción le pertenece. Sobran pruebas al respecto en la historia más reciente. Frente a esta realidad, sólo había que sentarse a esperar hasta que apareciera, casi inexorablemente, una discordia como la que estalló alrededor de los créditos de Somos familia. La razón invocada por Telefé como disculpa antes de comprometerse a la primera rectificación (un “error de edición”) sólo potencia el equívoco. Ese “error de edición” nace de un error de apreciación. Tal como funcionan las cosas, da lo mismo poner o no el nombre del autor.

No es que falten buenas ideas. Es que la dinámica de las ficciones locales, escritas a diez manos y velocidad de vértigo en el caso de las tiras diarias, fuerzan al autor a sumarse a esa maquinaria que funciona como virtual línea de montaje, en vez de situarse por encima de ella como el gran demiurgo de una creación que puede brillar con luz propia a partir de sus rasgos de ingenio y originalidad. Esto es lo que ocurre aquí al lado con las grandes telenovelas brasileñas. El poder aplastante de la Red Globo no opaca el trabajo de grandes autores como João Emanuel Carneiro (Avenida Brasil). En Colombia, Fernando Gaitán se identifica con sus espléndidas creaciones (Café con aroma de mujer, Yo soy Betty la fea) mucho más de lo que puede hacerlo la poderosa cadena RCN, que las emitió originalmente. Y pensemos, viajando aún más lejos y alejándonos del mundo de la telenovela diaria, en lo que ocurre en los Estados Unidos. Si hablamos hoy de la nueva edad de oro de la televisión es en buena medida porque sus artífices son genuinos creadores de ficciones inolvidables que llevan el sello individual de cada uno. Pensemos en David Chase, Larry David, Matthew Weiner, David Simon, Alan Ball, Marc Cherry, Aaron Sorkin, J. J. Abrams, Alan Ball, Tina Fey, Darren Star, Joss Whedon, Stephen Merchant, Ricky Gervais, Steven Bochco, Terence Winter. La idea de la maravillosa Downton Abbey le pertenece al autor de sus libros, Julian Fellowes. Y así ocurre con los demás. Ninguno trabaja solo. Cada uno sabe rodearse de gente afín y competente que puede aportar ideas, elaborar situaciones, pergeñar diálogos. Pero la marca de autor en todos estos casos resulta indeleble. Y su trabajo exige tiempo y paciencia. Debe ser por eso que Juan José Campanella y Damián Szifrón no pudieron, quisieron o consiguieron darles continuidad a sus memorables trabajos televisivos. Programas “de novela”. ß

Lo que viene 13/1 al 19/1 los recomendados de la redacción

cine

Ford vuelve al futuro

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funciones por día

se presentarán desde hoy, de martes a domingos, de la obra Sé infiel y no mires con quien, uno de los éxitos de Mar del Plata.

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ficciones pondrá

América en su grilla este verano. Dos repeticiones. Tumberos e Historia clínica ,y el estreno de la miniserieViento sur, producida por Gabriel Corrado.

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recitales dará en

marzo en distintas ciudades de la Argentina Calle 13, en los que presentará su quinto trabajo discográfico, Multiviral.

Debieron pasar 35 años para que Harrison Ford regresara al género que lo hizo famoso: la ciencia ficción (salvo, claro, que se tenga en cuenta ese curioso pastiche llamado Cowboys & Aliens). El creador de Han Solo se había mantenido lejos de guerras galácticas, viajes espaciales y aventuras épicas en el cosmos, hasta que llegó a sus manos esta ambiciosa adaptación al cine de El juego de Ender, que se conocerá el jueves. Y aunque no le toca esta vez el papel protagónico –el famoso best seller de Orson Scott Card que tantos años ha demorado en llegar a la pantalla tiene como héroe a un niño prodigio–, sí le han confiado un personaje relevante en el que puede lucir su reconocida autoridad. Es el coronel Graff, un duro militar gruñón a cuyo cargo está la fuerza de elite integrada por muchachos superdotados –Ender Wiggin, el número uno (Asa Butterfield, el mismo que fue Hugo Cabret con Scorsese)–, que tras una rigurosa selección se prepararán para defender al planeta ante la inminencia de una nueva invasión de aliens que sólo gracias al arrojo de un piloto fueron rechazados la última vez. Que los chicos sean los únicos capaces de triunfar en la contienda se explica por su condición de prodigios y por las habilidades que han desarrollado en los videojuegos. Pero quizá también porque integran una porción decisiva en las plateas de este tipo de historias. ßFernando López

El juego de Ender de Gavin Hood, con Harrison Ford, Asa Butterfield y Ben Kingsley Estreno del próximo jueves

televisión

Mafiosos en problemas

Los Soprano planteó el ingenioso conflicto de un jefe mafioso que tenía que atenderse con una psicóloga. Una atractiva premisa para conseguir público, que luego quedaba prendado por una ficción de calidad superior. La miniserie británica The Fear le da una vuelta de tuerca a la idea con una situación aún más extrema. En cuatro episodios cuenta la historia de la familia Beckett, una estirpe mafiosa creada por el padre, Richie (interpretado por Peter Mullan) que, en el momento en que deben encarar una lucha contra unos albaneses que quiere quitarles el territorio criminal, descubra que sufre de una enfermedad que lo va consumiendo. Es una suerte de Alzheimer que hace que por momentos se le confunda el presente con el pasado, que olvide ciertas cosas y que no reconozca a sus familiares o amigos. Por supuesto que su condición desata el caos en su organización delictiva, uno que puede costarles la vida a quienes lo rodean. Los hijos tratarán de paliar la situación para no perder el imperio que su padre supo construir. El papel de Matty, el hijo menor, lo interpreta Harry Lloyd (de Game of Thrones) y el del hermano problemático Cal, Paul Nicholls (de La ley y el orden). La historia mafiosa en realidad es una excusa para contar el proceso degenerativo del personaje de Mullan al que se lo ve prácticamente desde adentro de su propia mente. ß Ricardo Marín

The Fear Miniserie británica en cuatro episodios Desde mañana, los lunes, a las 21, por el canal 201 de DirecTV.

música

Cancionista de hoy

La carrera artística de Lidia Borda ha sido, al menos desde la publicación de su primer disco, a mediados de la década del noventa, de un perfil discreto, que no tiene necesariamente un correlato con sus interpretaciones. Tampoco vamos a decir que sus interpretaciones son pirotécnicas, pero no pasan en absoluto inadvertidas. Su manera de cantar es precisa, expresiva y tiene la vehemencia para expresar con seguridad las sutilezas de un estilo que abreva de los modos de aquellas cancionistas que se hicieron famosas 70 años atrás, pero actualizado a nuestro tiempo. Lidia es experta en los repertorios tangueros y criollos bien añejados porque les pone un color propio, que sabe iluminar con muy buenos guitarristas y pianistas que suelen acompañarla. Su producción discográfica no presenta fisuras. Es breve, apenas cuatro discos muy bien pensados y producidos. El primero le sirvió para presentarse como intérprete de tango. Al mismo tiempo, fue el mejor ejemplo de una generación que estaba en la búsqueda. Ese disco rescató músicas de la década del 20. Luego vinieron un CD que combinó el acompañamiento de orquesta típica con la intimidad del piano. Y más tarde dos álbumes dedicados a la obra de Tata Cedrón y a la del genial Homero Manzi. Todos, de la más fina hechura. ß Mauro Apicella

Lidia Borda Ciclo de canciones Los martes de enero, a las 21. Café Vinilo, Cabrera 3780.

teatro

Recobrar a Harold Pinter

clásica

El desafío de las arias

En las últimas temporadas, la creación del dramaturgo inglés Harold Pinter ha vuelto a promover la atención de los teatristas porteños. Piezas como El montaplatos, El amante o Traición posibilitaron recuperar ese estilo particular que caracteriza al autor: situaciones sombrías, violentas, y personajes cuyas conductas se expresan a través de una corporalidad que conmociona. En estos días, una nueva puesta propone revisitar al escritor. Se trata de El cuidador, obra escrita en 1959, que significó su primer éxito en Londres. La obra, dirigida por Agustín Alezzo –un verdadero maestro a la hora de trasladar a escena a esa generación de dramaturgos– cuenta en su elenco con el experimentado José María López, además de con Santiago Camaño y Federico Tombetti. La trama expone una relación muy particular entre un hombre disminuido mentalmente y un desclasado arrogante e intrigante. Cada uno posibilitará reconocer sus mundos intrincados, próximos al infierno. “Algunos temas constantes de Pinter se hacen presentes en El cuidador – explica Alezzo–. El peligro que siempre aparece desde el exterior transformándolo todo; el problema de la identidad, la violencia a la que estamos expuestos y que a la vez ejercemos en defensa propia ante el intento de avasallamiento externo, así como los peligros del fascismo cotidiano.”ß Carlos Pacheco

Los programas conformados íntegramente por arias de óperas presentan un desafío particular para los músicos: conseguir que, desvinculadas de su situación original –las óperas a las que pertenecen–, esas piezas elegidas no sufran un menoscabo dramático y se conviertan, por más logradas que sean individualmente, en simples canciones que transcurren en el vacío. Es como si orquesta y cantantes estuvieran obligados a recrear la atmósfera en la que la brevedad de cada aria necesita respirar. La Zurich Gala del Mar, que llega ahora a su 12ª edición, ha ido consolidando su propia tradición marplatense. Los cantantes, el director y el repertorio cambiaron de un año a otro, pero la marca del concierto lírico sinfónico se mantiene intacta. Esta vez, Emir Saúl estará al frente de la Orquesta Sinfónica Municipal de Mar del Plata y presentará un programa eminentemente italiano con arias de Attila, Il Trovatore y Aida, de Giuseppe Verdi; de La favorita, de Donizetti, y el dúo del final del primer acto de Madama Butterfly, de Puccini. Las voces no podrían estar mejor elegidas: la soprano Mónica Ferracani, la mezzo María Luján Mirabelli, el tenor Gustavo López Manzitti, el barítono Luciano Garay y el bajo Homero Pérez Miranda. La noche, el aire libre y la cercanía del mar colaboran también con el énfasis que demandan las arias y sus pequeños dramas. ßPablo Gianera

El cuidador

Zurich Gala del Mar

De Harold Pinter. El camarín de las musas, Mario Bravo 960. Entrada: 100 pesos. Sábados, a las 22 y domingos, a las 20.

Concierto lírico. Sábado, a las 21, en las escalinatas de Playa Grande, Mar del Plata. Entrada gratuita.