Colportor
El
Evangelista Enero-Marzo 2015
Colportores asisten a una Cumbre en Jindabyne, Australia. Ver las páginas 14 y 15.
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El Colportor Evangelista TA B L A
D E
C O N T E N I D O
EDITORIAL 3 Bautizados con fuego Wilmar Hirle
INSPIRACIONES 4-7 El colportor más joven Philip Gai
Un pastor y su familia aceptan el mensaje adventista Hannah Seth La cosecha es abundante Nastasya Ilich For God so loved the world, that he gave his only begotten Son, that whosoever believeth in him should not perish, but have everlasting life. John 3:16
ISBN 978-0-8280-2741-0
Painting by Harry anderson coPyrigHt review and Herald® PublisHing association renewed coPyrigHt © 1991 by review and Herald
Stepsto Christ How to Know Him Better
HISTORIA CENTRAL 9-11 La última casa Benjamin J. Baker
Alcanzar a los influyentes J. E.
PROMOCIÓN Y PROGRESO 12-15
PERFIL DEL CE 8
Mucho entusiasmo en la División Intereuropea Gabriel E. Maurer
Bagaoubadi Tagba recibe un reconocimiento al servicio ejemplar Abraham D. Obaya
Cumbre de colportores de la División del Pacífico Sur John Brereton
RESUMEN DEL INFORME DE LOS CEs 16
Director Howard F. Faigao; Editor Mel Lyon; Editor adjunto Ken McFarland; Secretaria editorial Viviene G. Martinelli; Diagramación y diseño Tina M. Ivany; Editor responsable en español Aldo D. Orrego; Traductores y correctores de prueba de idiomas extranjeros Benoît K. Rakotovao, francés; Denise Faye Santos, portugués; Claudia Blath, español; Consejeros/Colaboradores internacionales Vivencio R. Bermúdez, Benedict Biswas, John Brereton, Teru Fukui, Philip Gai, Erwin A. González, Wilmar Hirle, Pavel I. Liberanskiy, Tercio Marques, Gabriel E. Maurer, Super Moesi, Abraham D. Obaya, Miroslav Pujic, Directores regionales de la DNA.
Nº 709, Enero-Marzo de 2015. El Colportor Evangelista es publicado trimestralmente por el departamento Ministerio de las Publicaciones de la Asociación General para todos los que estén interesados en difundir el mensaje evangélico al mundo por medio de la página impresa. Para mayor información acerca de esta publicación, por favor escriba a: Director, El Colportor Evangelista, Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, Departamento Ministerio de las Publicaciones, 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904, EE.UU. E-mail:
[email protected]. Tel: 301-680-6480. Fax: 301-622-9627. Hay otra publicación, The Publishing Digest [Revista de Líderes de Publicaciones], que se produce trimestralmente y se distribuye solo por correo electrónico. Para recibirla gratuitamente, envíe su pedido a
[email protected]. Solo escriba “Send Leaders Digest” e indique su nombre y dirección de correo electrónico. También puede ser bajado en cualquier momento de www.publishing.gc.adventist.org. Haga clic en “Leaders Digest” en la página de inicio. A menos que se indique otra cosa, todas las fotos de archivo pertenecen a Thinkstock © 2013. IMPRESO EN LA REPÚBLICA ARGENTINA ACES / 107479
E ditorial
Wilmar Hirle
Bautizados con fuego “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese” (1 Ped. 4:12).
A
l acercarse la segunda venida de Jesús, se nos recuerda lo que escribió Elena de White sobre nuestros libros y publicaciones: “En el mundo entero, estas instituciones deben realizar la misma obra que hizo Juan el Bautista en favor de la nación judaica” (El colportor evangélico, p. 3). El trabajo de Juan era preparar el camino para la primera venida de Jesús, y nuestra literatura prepara los corazones de las personas para la segunda venida de Jesús. ¿Qué lecciones podemos aprender de Juan? Juan proclamaba: “Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo [...] él os bautizará en Espíritu Santo y fuego” (Luc. 3:16). No creo que haya sido difícil para Juan entender qué era bautizar con agua o con el Espíritu Santo ya que, desde el comienzo de su ministerio, había bautizado a las personas con agua, y el Espíritu Santo lo guiaba y capacitaba para hacer lo que Dios le pedía que hiciese. Pero, entender y aceptar el significado de ser bautizado “con fuego” no es lo mismo. Durante los años en que predicó sobre el Mesías que habría de venir, Juan pensaba en cómo él y Jesús, juntos, harían una revolución en Israel. No obstante, cuando Jesús convocó a los Doce para que trabajaran con él, Juan el Bautista no recibió esa invitación. Por varios años, Juan había predicado cada día a cientos, e
incluso miles, de personas; pero, luego del bautismo de Jesús, la cantidad de oyentes disminuyó significativamente, ya que las personas se sentían atraídas a escuchar a Jesús. Para empeorar las cosas, cuando Juan fue encarcelado llegó a estar tan decepcionado, que envió a un amigo a preguntarle a Jesús: “¿Eres tú el Mesías, o debemos esperar a otro?” Jesús le pidió a Juan que confiara en él, aunque fuera difícil para él entender. Jesús no visitó a Juan en la prisión, ni lo libró de ella. ¿Por qué no? Juan estaba siendo bautizado con fuego. Estaba inmerso literalmente en la experiencia del “fuego de prueba” de la que escribió el apóstol Pablo. Un fuego de prueba puede hacer doler, arder, chamuscar o ampollar. En el caso de los mártires al comienzo del cristianismo, e incluso de muchos trabajadores en la época actual, hasta puede consumir, así como lo hizo con Juan. Cada día, Satanás intenta impe dir la labor de los CEs. Trata de descomponer familias, arruinar la salud, interrumpir vidas y destruir todo lo que amamos. Hasta nos tienta a darnos por vencidos. Entonces, ¿por qué recibimos el bautismo con fuegos de prueba? Amigo, estamos aquí para lograr, a través de este ministerio, la misma labor que Juan el Bautista: ¡preparar el camino para el Señor! No estamos exentos
de ser bautizados por el fuego de la prueba; y Dios, a veces, usa el fuego del sufrimiento para eliminar de nuestro carácter ciertas cosas que solo el fuego de las pruebas puede arrancar. Elena de White tuvo una visión sobre el cielo. Vio a un grupo especial de personas que tenían puestas túnicas blancas, inmaculadas, con un borde rojo. Cuando le preguntó a Jesús quiénes eran, este respondió que eran las personas que habían muerto por él (The Day-Star, 24 de enero de 1846). ¡Con seguridad Juan estará en ese grupo! Puedo imaginar que por años, en la eternidad, habrá personas que se acercarán para decir: “Gracias, Juan”. También creo que, como CEs, experimentaremos gozo y sorpresa inimaginables cuando nuestros clientes se acerquen a decir: “¿Te acuerdas de mí? Mi familia y yo estamos aquí gracias a los libros que nos vendiste. ¡Gracias!” ¡Cuán grande será nuestro entusiasmo ese día! El bautismo del fuego de la prueba será algo del pasado. ¿No anhelas ese día? La recompensa del cielo es segura, porque la promesa de Dios es clara: “el que persevere hasta el fin, este será salvo” (Mat. 10:22). Wilmar Hirle, Director asociado del Departamento Ministerio de las Publicaciones, Asociación General.
El Colportor Evangelista 3
I nspiraciones
Philip Gai
El colportor más joven
C
uando asistí a un congreso para colportores de la Asociación Central de Kenia, en la ciudad de Nairobi, noté a un niño de unos once años. Me pregunté qué estaría haciendo en un congreso para adultos, en vez de estar en un camporí de conquistadores, pero finalmente llegué a la conclusión de que debía estar acompañando a un adulto. Más tarde, lo conocí. Su nombre es Timothy Macharia, y su asistente de colportaje me lo presentó como el colportor más joven de la División Africana Centro-Oriental. Charlé con Timothy y descubrí que es un jovencito humilde y encantador. Me contó que está en cuarto grado y que se anotó como colportor de medio tiempo. Cuando le pregunté cómo organizaba su tiempo para poder estudiar y colportar, me respondió: “Cada tarde, cuando vuelvo de la escuela, me ducho y salgo a visitar de tres a cinco casas antes de volver para hacer mis tareas escolares”. Cuanto más tiempo pasaba con Timothy más me asombraba su compromiso con el ministerio del colportaje y de pasión por el Señor. Le pregunté: “¿Por qué te uniste a esta obra? ¿Qué te motivó?” Su respuesta fue: “Un sábado de mañana, unos colportores vinieron a mi iglesia. Uno de ellos predicó y, al terminar, hizo un llamado para quienes querían unirse
4 El Colportor Evangelista
Señor y he permanecido fiel a mi llamado”. Hoy, Timothy divide su tiempo entre colportar y sus tareas escolares. Toma órdenes y entrega libros; ora con las familias y las entrega en las manos del Dios viviente. Oremos por Timothy y todos los otros jóvenes colportores que dan un paso adelante para hacer la obra de Dios.
a la labor. Parecía que los mayores no estaban dispuestos. Entonces, me pregunté: ‘Si es la obra del Señor, ¿por qué estas personas no están dispuestas a hacerla?’ Fue en ese momento cuando decidí que, aunque los mayores no estuviesen dispuestos, yo sí Me entregué al
Philip Gai, Director del Ministerio de las Publicaciones, División Africana Centro-Oriental.
I nspiraciones
Hannah Seth
Un pastor y su familia aceptan el mensaje adventista
C
uando llegamos a la isla Erromando (Vanuatu), Dick Andrew, el primer anciano de la iglesia adventista local, nos estaba esperando. Tomamos nuestro equipaje y una caja de libros, y caminamos unos treinta minutos hasta el hogar de Dick. Al acercarnos, la reconocí, y recordé vívidamente que esa era la casa en la que había colportado hacía siete años. Sin embargo, en ese tiempo no había allí ningún adventista. Fue en 1997; yo visité ese lugar y la esposa de Dick compró varios libros. Ahora, cuando llegamos a la casa, dejamos nuestras cosas en la choza donde nos alojaríamos, nos reunimos y Dick nos contó cómo esos libros que había entregado hacía siete años habían cambiado su vida. En esa época, él era pastor de la iglesia apostólica. Cuando leyó los libros, comenzó a usarlos para preparar sermones, siempre con cuidado de evitar el tema del sábado. Sin embargo, llegó un momento en el que no podía eludir el tema por más tiempo. El resultado fue que comenzó a guardar el sábado, pero sin decirle nada a su familia. Ellos tenían la costumbre de trabajar en el jardín los sábados, pero ahora Dick se quedaba en la casa a descansar mientras su familia trabajaba. Por supuesto, no pasó mucho tiempo antes de que su esposa se quejara porque él ya no los ayudaba
•Erromango Island
•Tanna Island
cada sábado, como antes. Entonces, Dick se dio cuenta de que no podía guardar su nueva fe en secreto, y decidió contarle a su familia. Luego de que comprendieron el tema, todos se unieron a Dick en guardar el sábado. En 2013, Dick invitó a un pastor adventista para que tuviera una serie de reuniones en el área y, al finalizar, toda su familia fue bautizada. Hoy, Dick es el primer anciano y su esposa, Marie, es líder de ADRA en la Iglesia Adventista de Nalo, en Ipoter, Erromango. Marie está interesada en convertirse en una colportora. La Biblia instruye: “Dale de comer al hambriento, y un día
serás recompensado” (Ecl. 11:1, TLA). Estamos agradecidos por ser testigos de que esta promesa es real.
Hannah Seth, Colportora evangélica, Vanuatu, División del Pacífico Sur.
El Colportor Evangelista 5
I nspiraciones
Nastasya Ilich
La cosecha es abundante
E
ra uno de esos días lluuna mujer de unas viosos en los que la gente casas atrás había está de mal humor y amenazado con nadie quiere comprar For nada.God Al so loved llamarlos. tocar una puerta, una mujer Comencé a the world, that me dijo: “Nadie tiene permiexplicarle al policía he gave his lo only tido vender en esta comunidad, que sucedía. váyase o llamaré a la begotten policía”. Son, Pero, that entonces, Me disculpé y seguí golpeando el hombre llegó whosoever believeth puertas. adonde estábamos Nadie me atendió en las con lágrimas en in him shouldy,not siguientes casas. Yo oraba a Dios los ojos, le dijo al perish, para que, a pesar del clima y la but have policía: “Señor, indiferencia de la gente, everlasting él me por life.favor, no le guiara a personas que estuvieran haga nada a esta Johnmuchacha. 3:16 interesadas en conocerlo. Ella no Toqué el timbre de la hizo nada malo. No siguiente puerta, y nadie cambiaría el bien contestó. Toqué nuevamente, que hizo por mí ni hasta que escuché pasos que se por un millón de acercaban con lentitud. Cuando dólares. Ella oró por se abrió la puerta, vi el rostro mí”. Sus palabras de un hombre triste y agobiado. ISBNy978-0-8280-2741-0 su sinceridad Comenzamos a hablar y me tocaron mi corazón contó su historia. Estaba y, evidentemente, el enfermo, con tenía mucho del policía, quien le dolor en las rodillas. No tenía aseguró al hombre dinero y no podía trabajar. Era que no tenía de qué su esposa quien trabajaba, y él preocuparse. estaba avergonzado y deprimido Jesús les dijo a sus discípulos por eso. “la mies es mucha”; y Le hice la presentación de los experiencias como esta nos libros, pero él no podía pagar recuerdan que hay personas ninguno de ellos. Tocamos esperando la visita de un CE. algunos temas espirituales en Luego, Jesús también dijo: nuestra conversación y, al final, “mas los obreros pocos” (Mat. le regalé un ejemplar de El 9:37). Estoy orando por ustedes, camino a Cristo y le pregunté si compañeros colportores. podía orar por él. “Sí”, contestó Oremos para que haya más agradecido. personas para esparcir la Cuando terminé de orar, un historia del evangelio. ¡Que coche policial paró frente a la Dios los bendiga! casa. Mi nuevo amigo estaba sorprendido al ver el auto, pero le expliqué que probablemente me buscaban a mí, porque Painting by Harry anderson coPyrigHt review and Herald® PublisHing association renewed coPyrigHt © 1991 by review and Herald
6 El Colportor Evangelista
Stepsto Christ How to Know Him Better
Nastasya Ilich, Estudiante rusa, sirve con un grupo de colportores en los Estados Unidos.
I nspiraciones
J. E.
Alcanzar a los influyentes:
del guardia de seguridad al presidente de un banco
E
ra una calle llena de bocinazos y movimiento en el centro de la ciudad. Me acerqué a la entrada de la sede de uno de los bancos más importante del país, y el amigable guardia de seguridad me abrió la puerta. “¡Buen día! ¿Vino a ver al Sr. Usher?”, preguntó con una gran sonrisa. La manera en que dijo “Sr. Usher” sonó importante. “Sí, creo que sí”, respondí alegremente. “¿Para qué ha venido?”, me preguntó, mirándome cuidadosamente. “Somos estudiantes trabajando en un proyecto de becas”, le expliqué, “y estamos promoviendo libros de salud y familia. No estoy segura de quién sería la persona adecuada con quien tengo que hablar”. El hombre sonrió y me dijo: “Espera un minuto. Ya vuelvo”. Luego de unos momentos, apareción nuevamente. “Encontré a la persona adecuada. Sígueme”, indicó. Me guió directamente a la oficina privada de una de las gerentes. Ella escuchó atentamente la presentación. “Yo amo al Señor”, me dijo; y comenzó a contarme sobre su relación con Dios. Ella había estado recibiendo CDs que enseñan de qué manera estudiar la Biblia, y me mostró la suya, en árabe, que tenía siempre al lado de su computadora.
Al terminar la visita, decidió que compraría un libro de salud, dado que ya tenía varios libros sobre temas espirituales. Estaba terminando de escribir el recibo, cuando el guardia de seguridad asomó la cabeza para darle un mensaje a la gerente. Ella lo hizo pasar y le dijo, con una sonrisa, que tenía que comprar un libro. Él seguía sonrió alegremente y me preguntó cuál libro. Yo levanté La gran esperanza. “Este es mi preferido”, le conté. Él lo tomó, me dio dinero, y desapareció por la puerta. Entonces, la gerente insistió en que fuera a hablar con el presidente del banco. “Yo te presentaré”, me dijo. “El Sr. Usher es de Inglaterra, así que habla inglés”. Yo tenía conmigo el último libro en inglés de todo el programa y, luego de conversar un rato con él, lo compró. Después de haber salido de la oficina del presidente del banco, volví a la oficina de la gerente y le ofrecí oara por ella. Me mostró fotos de sus hijos y me pidió que orara por ellos también. Al salir del edificio, vi a mi nuevo amigo, el guardia de seguridad, que estaba en la puerta. Él me detuvo un momento y me dijo: “Hoy es el día más feliz, porque te he visto de nuevo. ¡Debes acordarte de orar por mí también!”
Oro por él mientras lee las verdades en La gran esperanza, y por los otros empleados en ese banco, que tienen libros espléndidos para leer. ¡Dios es tan bueno!
J. E., Colportora evangelista, Unión Norafricana y del Oriente Medio.
El Colportor Evangelista 7
P PERFIL DEL CE
Abraham D. Obaya
Bagaoubadi Tagba recibe un reconocimiento al servicio ejemplar
E
l 2014 fue elegido como el “Año del colportor evangelista”, y fue celebrado en todo el mundo. Ese fue uno de los mejores años para los colportores (CEs) en la División Africana Centro-Occidental (DAO). Durante el año pasado se planearon y llevaron a cabo una serie de eventos, incluyendo grupos de colportaje, producción y distribución masiva del libro misionero del año, reuniones promocionales, establecimiento de objetivos, e implementación de programas de reconocimiento a logros. Como parte de los eventos, la división trabajó con los líderes de las asociaciones locales para seleccionar y reconocer el servicio ejemplar en el territorio local. Se seleccionó a un colportor para representar a la división como ejemplo de servicio. Quien recibió este reconocimiento fue Bagoubadi Tagba, que fue invitado a asistir a las reuniones de fin de año de la división, del 2 al 5 de noviembre de 2014. Allí, el hermano Tagba dio su testimonio personal sobre los milagros de Dios en su vida como colportor. Lo más destacado de su ministerio incluye: 250 almas ganadas para Cristo, el establecimiento de seis escuelas sabáticas filiales, el reclutamiento personal de muchos nuevos CEs, resultados
8 El Colportor Evangelista
El colportor evangelista Bagoubadi Tagba recibe el reconocimiento al servicio ejemplar de la División Africana Centro-Occidental.
tangibles en sus clientes en cuanto a salud y vitalidad, liberación del pecado y la esclavitud espiritual, esperanza y nueva felicidad para muchas familias, y cuatro de los nuevos CEs llamados al ministerio pastoral. El hermano Tagba ha servido al Señor en el ministerio del colportaje durante los últimos 29 años. Bagoubadi Tagba está casado y tiene siete hijos. Vive en la parte norte de Togo, y colporta en la ciudad de Kara y sus alrededores. Elena de White escribió: “No hay límite a la utilidad del que, poniendo a un lado el yo, permite que el Espíritu Santo obre sobre su corazón y vive una vida enteramente consagrada a Dios” (Servicio cristiano, p. 315).
Bagoubadi Tagba es un trabajador ejemplar cuya vida refleja esta realidad. Se sintió sorprendido al recibir este reconocimiento, y expresó su profunda apreciación ante tal honor. El año del colportor evangelista marcó otro buen año para Bagoubadi Tagba y muchos otros fieles CEs que trabajan en la División Africana Centro-Occidental.
Abraham D. Obaya, Director del Departamento de Publicaciones, División Africana Centro-Occidental.
H
HI istoria central
Benjamin J. Baker
La última casa
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ra un verano abrasador en el sur de los Estados Unidos. Era mi primer verano trabajando como colportor (CE) y, con catorce años, me uní a un grupo de colportores estudiantes. Nuestro líder manejaba la camioneta que nos servía como transporte. El calor era tan fuerte que apenas podíamos respirar. Había memorizado las presentaciones y perfeccionado la sonrisa. Estaba mejorando en orar mientras hablaba. En mi mano derecha tenía un libro de cocina, y en mi brazo izquierdo llevaba los libros Respuestas a dudas bíblicas, El conflicto de los siglos, El deseado de todas las gentes, El camino a Cristo y dos libros para niños. También cargaba una mochila llena de libros de reserva, que tenía un bolsillo para el dinero que juntara. Las primeras dos semanas habían sido buenas, pero para la cuarta me había topado con una pared (metafórica) que no sabía si podría pasar. Ese domingo comencé con energía y fuerza. Pero terminé exhausto luego de decenas de rechazos. El lunes subí a la camioneta y comencé el trabajo del día pensando que el domingo había sido una excepción. Este día sería diferente. Y lo fue: ¡fue mucho peor! La gente no me rechazaba... directamente no me abrían la puerta.
El martes la temperatura era tan elevada que, cuando una pareja me abrió la puerta de su hogar con aire acondicionado y me dieron limonada fría, me encontré buscando hacer tiempo
para no tener que volver al calor. Me preguntaron una y otra vez qué hacía afuera con ese clima. Yo empecé a preguntarme lo mismo. El miércoles todavía nadie me compraba libros, pero me regalaban botellas de agua regularmente. La gente me tenía lástima. Al terminar el día de trabajo, el equipo volvía a la camioneta y contaba las ganancias del día. Ese era el peor momento del día para mí. Parecía que todos tenían éxito, menos yo. Un amigo me dio un billete de veinte dólares, explicando que sabía que estaba en un mal momento y me quería
ayudar. Esa noche estuvo llena de cuestionamientos para los que no encontré respuestas. El jueves, antes de bajar de la camioneta, mi líder oró conmigo. Yo era un soldado, y todo eso, pero no era tonto. Había decidido que si ese día era tan malo como los anteriores, pasaría el resto del verano tras otros objetivos. Toda la mañana sufrí el mismo calor y el mismo rechazo de los días anteriores. Me animaba pensar que este sería realmente mi último día “en el campo de trabajo”. Casualmente, al ponerse el sol estaba terminando una cuadra. Era un vecindario muerto, donde o no había nadie o nadie me quería atender. La última casa estaba a unos 45 metros hacia adentro. Al caminar hacia la puerta se me cruzó que esta sería la última casa que colportaría en mi vida. Toqué el timbre. Pasaron diez segundos, y toqué el timbre de nuevo. Estaba por darme vuelta para irme, cuando escuché el sonido característico de una puerta abriéndose. “Genial”, pensé. “Un rechazo más”. Me di vuelta y me encontré con una anciana. “Hola, señora. Soy...”, comencé. “¿Vas a quedarte ahí o vas a pasar?”, me preguntó, haciéndome señas con un brazo. Entré a la casa y sentí una ola de aire fresco. “Señora...”, comencé nuevamente. “¡Siéntate, por favor!”, ordenó. “Debes estar muy cansado”. Antes de darme
El Colportor Evangelista 9
Feature Story Cont.
cuenta tenía un vaso de jugo de naranja en la mano. La anciana se llamaba Grace. El tiempo parecía no pasar mientras hablábamos del clima, de la escuela, de la familia y hasta de religión (ella era una cristiana no denominacional). Ya había quebrantado la regla de nunca quedarse demasiado tiempo en una casa, y también otra que no había oído pero me imaginaba que existía: cuando me preguntó cómo me estaba yendo con la venta de libros, admití que esa había sido una mala semana. Después de que le conté esto, ella me habló de su esposo, con quien había estado casada 56 años. Me dijo que había fallecido dos semanas atrás y el funeral había sido el domingo. De repente, mi “mala” semana entró en perspectiva.
10 El Colportor Evangelista
Luego de hablar por una hora, sentí que era momento de irme. Ya había oscurecido y mi líder no sabía dónde estaba. La visita me había reconfortado porque había cumplido con el propósito de evangelismo del término colportor evangelista: conectarse profundamente con una persona y hacer un amigo. Grace y yo nos paramos y nos abrazamos. Cuando llegamos a la puerta, me detuvo: “¿No me vas a preguntar si quiero comprar algún libro?” Se me había cruzado esa idea por la mente, pero la había descartado al escuchar sobre su esposo. “Le daré el libro más hermoso que he leído”, dije y le entregué El deseado de todas las gentes. “Que Dios te bendiga”, susurró con una lágrima corriendo por su mejilla. “Que Dios te bendiga”.
Esa noche, en la camioneta, mis compañeros estaban contando las ganancias. Yo no tenía mucho para contar, pero sentía que la bendición de una experiencia era más importante que todo el dinero del mundo. El dinero ya no sería mi principal objativo. De ahora en adelante, mi motivo principal sería hacer conexiones reales con las personas que conociera al vender libros. Sabía que no dejaría de colportar ese verano, sin importar qué tan mala fuera la situación. ¡Esa fue la noche en que realmente me convertí en un CE! Por ser viernes, el día siguiente fue de relajación y recreación. Limpiamos, hicimos algunas compras, comimos en un restaurante y pasamos tiempo en la naturaleza. El sábado participamos del servicio
en la iglesia. Yo tenía a cargo la lectura bíblica. Cuando fue el momento, me levanté y, mientras esperaba que la congregación encontrara el texto bíblico, miré hacia la audiencia; y en la última fila vi a una anciana sonriendo y saludándome. Era Grace. Luego del servicio, comencé a saludar a los miembros mientras salían. Finalmente, vi a Grace. Me sonrió y nos abrazamos. Le pregunté qué hacía allí, y ella me dio un sobre blanco con una sonrisa bien grande. “Me olvidé de pagarte por tu libro”, me dijo. Yo intenté devolverle el sobre y le dije que no era necesario. Pero ella avanzó para saludar a un ujier y no la volví a ver. Cuando terminé de saludar a la congregación, abrí el sobre. Adentro había una nota que
decía: “Querido Benjamín, en tu visita fue la primer vez que sentí gozo en mi corazón desde que mi esposo falleció. Muchas gracias por el libro que me regalaste. Tenemos un amigo en Jesús. Nunca podré pagarte por tu regalo, pero aquí hay una muestra de aprecio. Con cariño, Grace”. Doblado dentro del sobre había un cheque por mil dólares. Disfruté de un verano extraordinario, haciendo el trabajo de Dios. Luego, colporté por dos veranos más. Vendí miles de libros y tuve miles de experiencias... Sin embargo, nunca olvidé a Grace. Dos décadas después estaba leyendo el Adventist Obituary Index [Lista de necrologías de adventistas]. Hay miles de nombres en esta lista pero, de alguna forma, me encontré con
una entrada que me puso la piel de gallina. Era una columna de hacía 17 años. “Una viuda [...] en un pueblo del sur [...] convertida al adventismo casi al final de su vida [...] gracias a un libro, ahora descansa esperando la última trompeta”. ¡Cuán grande es la gracia de Dios!
Benjamin J. Baker, Archivista asistente de la Asociación General.
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P Promoción y Progreso, División Intereuropea
Gabriel E. Maurer
Excelente congreso de CEs en 2014
Mucho entusiasmo en la División Intereuropea
E
l lunes 1º de septiembre de 2014, en el campus de la Universidad Adventista Rumana, en Cernica, Bucarest, se llevó a cabo el Congreso de Colportores Evangelistas (CEs) de la División Intereuropea, bajo el lema “Trayendo esperanza a cada hogar”. Se invitó a todos los CEs de la División a participar de un entrenamiento profesional especial y un evento de intercambio. El programa de CE es una rama vital de las publicaciones adventistas, ya que permite que el público en general tenga acceso a valores bíblicos, y conocimiento educacional
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y de salud. Así, el colportaje es un maravilloso medio para compartir con otros la esperanza que tenemos en común. Buscar a las personas donde estén, en sus hogares, lugares de trabajo o áreas públicas, hace que los CEs creen puentes que les ofrecen a las personas medios para mejorar sus vidas y encontrar la verdadera felicidad. El ingrediente clave que nuestros CEs aportan es la conexión personalizada. Los CEs que participaron vienen de trasfondos diversos. Algunos son estudiantes universitarios; otros, empleados; otros, médicos; y otros, de
diferentes trasfondos académicos o vocacionales. El congreso de 2014 se enfocó en cómo llegar a la gente. Los CEs están contribuyendo significativamente a la mejora de la salud pública y el bienestar, tanto en la educación como en la práctica, a través de seminarios de salud que desarrollan en escuelas, empresas y otros lugares. El programa portugués de distribuir el libro misionero del año ha impactado ampliamente en la población. Colportores entrenados también están sirviendo de agentes de salud al conducir puestos de salud aprobados oficialmente. Ayudan a las
personas en el cambio sus hábitos para tener un estilo de vida más sano. Muchos están ansiosos por aprender de qué modo la nutrición afecta tanto su salud física como mental. Además, al acercarse a los puestos, aprenden cómo vivir más saludablemente, incluyendo el aspecto espiritual. Los colportores entrenados dedican tiempo a escuchar atentamente y aconsejar a las personas, y contribuyen a que estas encuentren una salida a sus problemas y logren un bienestar físico, mental y espiritual. Muchas experiencias inspiradoras confirman que el secreto para el éxito en el colportaje es presentar una combinación de literatura sobre salud física y sobre salud espiritual. Esto presenta una oportunidad única de ayudar a las personas a conocer personalmente al Salvador, permitiendo que el Espíritu Santo complete la labor en sus vidas. “Ser parte de un proyecto de colportaje de verano cambió completamente mi vida”, dice Andrada, una estudiante universitaria. “Yo era una persona egoísta, pero he
descubierto que preocuparme por el bienestar de otros me da gozo. ¡No quiero perderme esto!” “Hace un mes no tenía idea de qué hacer”, cuenta Alina, quien acaba de terminar la escuela secundaria. “Estas últimas semanas, en las que participé del programa de Estudiantes Valdenses, cambiaron esa situación. Ahora sé qué es lo que quiero: dedicar mi vida a ayudar a otros. Por eso, decidí estudiar medicina”. Los libros y las revistas que se distribuyen son de muy alta calidad y gran atractivo. Las personas son atraídas a ellos y, luego de leerlos, los aman. Nuestras once casas publicadores continúan sus esfuerzos para producir productos de calidad. El 4 de septiembre terminó el congreso con un servicio de apreciación en el que se le dio honor a Dios por sus bendiciones y se agradeció a todos nuestros CEs. Quienes han brindado un servicio de larga duración recibieron un reconocimiento especial por su fiel labor. Tres CEs han servido por más de treinta años, y una terminó su año número 55.
Al ver su gozo, entusiasmo, y dinamismo, los jóvenes CEs fueron motivados a continuar su ministerio y comprometerse a seguir creciendo personalmente, a fin de servir a otros y a la iglesia local, para la gloria de Dios. Todos regresaron de este congreso con una determinación renovada de “traer esperanza a cada hogar”.
Gabriel E. Maurer, Secretario general y director del Departamento Ministerio de las Publicaciones, División Intereuropea El Colportor Evangelista 13
P romoción y Progreso, División del Pacífico Sur
John Brereton
Cumbre de colportores de la División del Pacífico Sur Colportores de Australia y Nueva Zelanda.
E
n la hermosa Villa Alpina adventista, en las montañas entre Sydney y Melbourne, los colportores (CEs) de Australia y Nueva Zelanda se reunieron para una cumbre anual realmente bendecida: 23 líderes de publicaciones de diez países, junto con los CEs de Australia y de Nueva Zelanda –cerca de 110 asistentes en total– fueron bendecidos por el entrenamiento y la inspiración que nuestros invitados proveyeron. Los objetivos principales de la reunión fueron entrenar a nuestros CEs para un servicio efectivo y equiparlos con los mejores recursos disponibles. En la actualidad, los CEs necesitan métodos prácticos y efectivos, y una creciente relación de dependencia de nuestro Salvador Jesucristo. La confraternización es vital, dado que muchos CEs trabajan en amplias zonas alejados unos de otros durante el año. Reunirse unos días en un ambiente relajado y tranquilo es un factor clave para la salud emocional y espiritual de los CEs. Esta cumbre contó con la presencia y la participación de nuestro líder mundial, el pastor Howard Faigao, director del Departamento Ministerio de las Publicaciones de la Asociación General. El pastor Pavel Liberansky, director de Publicaciones de la División Euroasiática, también nos
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acompañó. Además, estuvieron con nosotros los pastores Mario Martinelli y Sergio Mato, presidente y gerente financiero de la Editorial Safeliz, respectivamente.
El pastor Faigao habló sobre los siete elementos para el éxito del colportor moderno, enfatizando: entender nuestros dones espirituales, ser fieles en nuestro llamado,
administrar correctamente el tiempo, utilizar de manera adecuada los recursos, lograr un conocimiento superior de nuestro producto, perfeccionar el arte de la venta centrada en Cristo y continuar siendo un CE entregado a una vida de servicio. A lo largo de la cumbre, el pastor Faigao presentó testimonios poderosos e inspiradores acerca del modo en que el Señor está trabajando con los CEs, y a través de ellos, en todo el globo. El pastor Liberansky compartió con nosotros experiencias e informes de Ucrania y de Rusia, entre los cuales incluyó el congreso que se llevó a cabo recientemente en esa área, así como también el ministerio de bicicletas y de kayaks. El equipo de CEs apreció grandemente sus
historias inspiradoras y su contagioso entusiasmo. El pastor Martinelli realizó presentaciones memorables que atraparon la atención de los CEs con sus claras ilustraciones y su abundante sentido del humor. Nuestros dedicados CEs de Australia y de Nueva Zelanda fueron grandemente bendecidos; y muchos exclamaron: “¡Esta fue la mejor cumbre!” Debemos enviar un especial agradecimiento a nuestros invitados por compartir sus experiencias. Agradecemos también a nuestros maravillosos CEs de toda la División del Pacífico Sur, cuya dedicación a la misión de Dios nos permite proclamar humildemente que “el Ministerio de las Publicaciones en nuestra División está en su apogeo y realmente recibe la bendición de Dios”.
Sabemos que estamos viviendo los últimos días de este mundo, y ahora es el tiempo de distribuir libros y publicaciones como nunca antes.
John Brereton, Director del Departamento Ministerio de las Publicaciones, División del Pacífico Sur El Colportor Evangelista 15
55 85 230
Norteamericana (DNA)
Pacífico Sur (DPS)
Sudafricana y del Océano Indico (DSOI)
Sudamericana (DSA)
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12.892
0
40
2.661
164
2.000
1.977
663
135
230
123
1.137
115
3.137
510
TC
10.089
0
10
1.737
378
766
1.684
0
158
217
229
1.326
981
2.344
259
TP
21.541
0
58
2,209
233
11.289
495
37
2.176
94
159
3.022
782
609
378
Estu*
22.981
0
50
4.398
542
2.766
3.661
663
293
447
352
2.463
1.096
5.481
769
Total TC y TP 2014
Nº de Colportores Evangélicos
23.905
1
60
4.433
424
3.552
1.419
374
500
430
397
4.272
1.299
5.997
747
Total TC y TP 2013
$ 93.063.520,51
$ 12.499,87
$ 2.080.180,20
$ 5.134.987,24
$ 254.560,00
$ 51.309.827,25
$ 3.912.750,34
$ 1.425.986,50
$ 6.167.390,55
$ 2.687.103,03
$ 3.289.592,00
$ 9.913.681,86
$ 670.368,51
$ 4.768.126,51
$ 1.436.466,65
2014
$ 98.245.273,72
$ 2.519,57
$ 1.837.601,06
$ 5.146.573,13
$ 408.574,00
$ 51.367.055,01
$ 3.811.680,19
$ 1.263.076,00
$ 8.444.369,01
$ 2.579.013,99
$ 3.345.399,00
$ 12.729.132,19
$ 1.029.347,29
$ 4.681.412,40
$ 1.599.520,88
2013
Total de ventas en dólares
6.967.352
1.398
47.203
478.824
177.740
3.440.569
278.861
NR
299.490
125.256
411.792
592.684
334.566
693.419
85.550
Nº de libros y revistas vendidos
6.440.084
2.971
32.961
1.530.241
114.420
494.304
321.169
90.679
654.598
2.114.352
119.522
319.609
162.034
363.844
119.380
Publicaciones entregadas gratuitamente
4.116.285
30
466
1.549.249
14.885
987.852
262.138
17.631
268.239
27.127
3.521
160.412
76.383
677.343
71.009
Oraciones ofrecidas
* La cifra de estudiantes colportores se basa en la sección “estudiantes” del informe anual de estudiantes de 2013. El número de estudiantes colportores se informa una vez al año, en diciembre.
Total general
2
20
Norasiática del Pacífico (DNAP)
13
18
Intereuropea (DIE)
Unión Norafricana y del Medio Oriente (UNAMO)
22
Interamericana (DIA)
Transeuropea (DTE)
125
Euroasiática (DES)
27
106
Africana Centro-Oriental (DACO)
262
163
Africana Centro-Occidental (DAO)
Sudasiática del Pacífico (DSAP)
60
División/Unión informante
Sudasiática (DAS)
Nº de Líderes de Publicaciones
al 30 de septiembre de 2014
8.494.916
16.790
47.828
2.172.558
24.023
1.830.366
1.140.952
NR
960.484
156.120
37.308
637.122
52.053
1.308.612
110.700
Nº de hogares visitados
Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día
1.013.697
24
892
442.078
2.285
22.984
73.030
4.103
42.479
3.398
1.680
67.930
2.946
331.136
18.732
Interesados contactados para estudios bíblicos
85.951
0
0
9.724
251
1.573
46.351
197
132
178
23
2.476
16
25.030
0
Cantidad de bautismos por contactos con CEs
DEPARTAMENTO MINISTERIO DE LAS PUBLICACIONES
RESUMEN DEL INFORME DE LOS COLPORTORES EVANGÉLICOS