El sistema productivo está dejando de ser sustentable

generando balances de carbono fuertemente negativos, se seguirán deteriorando (aún en siembra di- recta) la condiciones de estructura de los suelos por menor aporte de rastrojos, continuaremos con los problemas de malezas resistentes al no rotar principios activos que las controlen y seguirán avanzando las plagas y ...
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Campo

Sábado 28 de agosto de 2010

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CAMPAÑA

2010/11 ) La necesidad de una política a largo plazo

 

  

El sistema productivo está dejando de ser sustentable Más del 70 por ciento del área sembrada corresponde al complejo oleaginoso y el resto, a cereales; no se reponen nutrientes GUSTAVO OLIVERIO PARA LA NACION En el inicio de una nueva campaña de cosecha gruesa, nos enfrentamos a un escenario por lo menos incierto. A las amenazas climáticas de condiciones de humedad muy limitadas en muchas zonas productoras y en un mercado de precios sostenido, se suman las discusiones sobre las retenciones segmentadas, las facultades de la Oncca en su intervención en el comercio granario y en los últimos días hay que agregar proyectos sobre ley de arrendamientos, limitaciones a la utilización de algunos agroquímicos clave para la producción en algunas provincias y amenaza de restricciones a la compra de tierras por sociedades que no tengan mayoría de capitales argentinos. En medio de todas estas discusiones -donde en algunos casos no se logran acuerdos ni siquiera en las coincidencias en lo fundamental de cada tema-, la campaña se desarrollará con una ausencia total de factores que configuran la previsibilidad de este negocio. Es esperable entonces que para 2010-2011 se repita lo que en los últimos años la Fundación Producir Conservando (FPC) viene alertando y que es la no sustentabilidad de un sistema productivo donde el 70% del área sembrada estará asentada en el complejo oleaginoso –básicamente soja– y solo un 30% en cereales, como viene ocurriendo en los últimos años.

Nuevamente se repondrán nutrientes exportados del suelo en forma muy parcial –valores probablemente menores al 30%–, se seguirá perdiendo aporte y cobertura de rastrojos de cereales sobre el suelo generando balances de carbono fuertemente negativos, se seguirán deteriorando (aún en siembra directa) la condiciones de estructura de los suelos por menor aporte de rastrojos, continuaremos con los problemas de malezas resistentes al no rotar principios activos que las controlen y seguirán avanzando las plagas y enfermedades típicas de las zonas donde el monocultivo se expande. La consecuencia a corto plazo es mayor deterioro de los suelos por erosión y no reposición de nutrientes extraídos, mayores costos de producción para la campaña (aplicación repetida de herbicidas, insecticidas y fungicidas) y seguramente rendimientos iguales o menores que en campañas anteriores, a pesar del enorme aporte que la genética viene haciendo en los últimos años y que, aunque sea en forma parcial, ha atenuado la caída de rendimientos en forma global. Si a ello le sumamos, una inflación cercana al 25% anual, los crecientes costos de producción y comercialización (fletes principalmente) y el mayor costo de los arrendamientos de la tierra, en el mejor de los casos con buenas condiciones climáticas, salvaremos el año desde el punto de vista económico pero perderemos competitividad aceleradamente en

( TECNOLOGIA )

Daniel Courreges, de Syngenta SYNGENTA

En la línea de largada para la nueva campaña En la reciente 7ª Reunión Syngenta, CREA y Aapresid, realizada en Río de Janeiro, Brasil, con más de 100 técnicos invitados por la empresa de insumos, se trataron diversos temas para tener en cuenta en la próxima campaña de granos gruesos. Tras la apertura del encuentro, a cargo de Daniel Courreges, gerente de desarrollo de Syngenta, Marcelo Torrent, de Aacrea, brindó un resumen de los ensayos realizados durante la campaña pasada en diferentes regiones. Según explicó, por tercer año consecutivo se obtuvieron muy buenas respuestas en el uso de fungicidas en maíz, con promedios superiores a los 500 kilos por hectárea en tratamientos en V10 con Amistar Xtra. Las respuestas promedio obtenidas esta campaña son las más altas de los tres años analizados. Para graficar el resultado del uso de fungicidas en soja presentó 46 ensayos realizados en el centro, norte, oeste bonaerense y sur de Santa Fe, donde la aplicación de este insumo arrojó resultados positivos en el 98 por ciento de los lotes. El promedio de resultados estuvo entre los 380/420 kilos por hectárea. Según Margarita Sillón, fitopatóloga, las enfermedades que se pueden esperar para esta nueva campaña son mancha ojo de rana, rizoctonia (por altas temperaturas) y antracnosis. Para maíz dijo que

habrá que tener cuidado con los tizones y las podredumbres. Sobre mancha ojo de rana en soja, Silvia Distefano, del INTA Marcos Juárez, contó que en su zona comenzaron con síntomas de esta enfermedad en V2. La especialista aconsejó comenzar las aplicaciones al acercarse a R1.

Plagas En plagas, Adrián Mitidieri presentó resultados logrados durante tres años de evaluación en lotes afectados con trips, arañuelas y chinches. Según Mitidieri, el aumento del rendimiento en promedio controlando trips es del 27,1 por ciento con aplicaciones realizadas entre R2 y R3 con Voliam Targo o Curyom. Recomendó aplicar con precisión. Al respecto, dijo que se debe llegar al tercio inferior de las plantas con el producto, que es por donde comienza la evolución de la población, mientras el canopeo lo permita. Comentó que los mejores resultados se obtienen utilizando insecticidas residuales. “Con productos de volteo como piretroides y fosforados solo se estará afectando el ciclo de la plaga en dos o tres días y la ninfa que surja después del tercer día va a continuar el ciclo”, indicó. Para arañuelas lo importante es detectar los focos de ataques y hacer los tratamientos.

LA NACION/Sección 5/Página 7

y/o restringir a quienes participan en este negocio o a sus mercados. Sólo podremos lograr un aumento de la producción y sustentabilidad creando un marco de previsibilidad y estabilidad en el país y en el negocio agrícola.

Sustentabilidad

El maíz, indispensable ARCHIVO

el mayor negocio que el país tiene en la actualidad y que genera entre el 55 y 60% de los ingresos de divisas por exportaciones. Cuando planteamos en 2002 desde la FPC la posibilidad de llegar a 100 millones de toneladas lo hicimos apuntando a un sistema de producción sustentable. En mayo de 2010 proyectamos las cifras al 2020 en 40 millones de hectáreas sembradas y 135 millones de toneladas también dentro de un planteo sustentable. Insistimos en que ello es sin duda posible y alcanzable en el mediano plazo. La declamada sustentabilidad no se logrará por decreto de necesidad de urgencia ni por leyes del congreso que pretendan regular, diferenciar

No es viable ni sustentable en la Argentina ni en el mundo, un planteo de producción agrícola que contemple el 70% del área agrícola en cultivos que no aportan carbono y sólo un 30% del área con los que si lo hacen. Pero la existencia del planteo actual no es desidia ni antojo de quienes producen, sino consecuencia de la inexistencia de un país que piensa en el largo plazo y que genera políticas y condiciones de confianza para invertir y producir con una mirada de largo plazo. Desde la FPC sostenemos que es posible producir en forma sustentable dentro de diez años -entre otros productos- 135 millones de toneladas de granos, 4/4,2 millones de toneladas de carne vacuna y exportar 1/1,4 millones de toneladas sin afectar el consumo interno en valores normales; y aumentar un 20/25 % la producción láctea. Ello será solamente posible si logramos todos dejar de pensar solamente en mañana y trabajamos y aprendemos a construir un país sustentable a futuro.

El autor es coordinador de la Fundación Producir Conservando

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