Cómo gestionar el tiempo y ser más productivo en mi trabajo desde casa La gestión del tiempo en aras de ganar productividad es un desafío para los emprendedores digitales, ¿es tu caso? Trabajar desde casa en tu propio negocio digital o como freelancer requiere tanta disciplina, algunos se atreverían a decir que hasta mucho más rigor, que hacerlo en una oficina.
Hay dos grandes riesgos en el manejo del tiempo: la procastinación y la sobresaturación. Ninguna es deseable ni saludable para tu trabajo ni para tu propia salud física y mental.
Rutinas y límites El sentido común dicta que no te puedes quedar “empiyamado” si vas a trabajar desde casa. Corres el riesgo de quedar enmarañado en el sueño o en las ganas de echarte en la cama a cada rato y el tiempo se te escurrirá como agua entre los dedos. Lo primero que debes establecer es una rutina: levantarte, asearte, desayunar, vestirte y trabajar en bloques horarios delimitados y que tú mismo debes definir en función de la planificación de las tareas y objetivos. Si lo haces al empezar a trabajar, también debes hacerlo al concluir. La rutina para “salir del trabajo” te ayudará a lograr el equilibrio entre vida laboral y la familiar. Para evitar estar sumergido permanentemente en el trabajo, “cierra” la oficina y pasa a hacer otras actividades: buscar a tus hijos a la escuela, ir de compras, hacer ejercicios, cocinar o cualquier otra tarea cotidiana no relacionada con trabajo.
El espacio de trabajo Otra acción importante es acondicionar tu espacio de trabajo. Los más privilegiados tendrán un estudio con escritorio, computadora, artículos de oficina con suficiente espacio y orden. Otros tendrán que acomodar su laptop u otro dispositivo móvil donde mejor puedan, y la recomendación es escoger un lugar donde se sientan cómodos, ¡nunca la cama!, sobre todo que no cause malestar a su espalda y que tenga suficiente iluminación.
No necesariamente tiene que ser un solo lugar, puedes cambiar de ambiente de trabajo si tu casa te lo permite. Hoy puedes usar la mesa de la cocina, otro día quizás prefieras estar cerca de una ventana en una silla cómoda. En la medida de tus posibilidades sal de la casa algunos días de la semana, pues será una manera de darle un respiro a tu mente, socializar, hablar con otras personas, porque el trabajo en casa puede hacer que te sientas aislado por mucho tiempo. Para ello puedes ir a un café con conexión a Internet, o a una biblioteca o institución educativa cercana que por una inversión baja en membresía te permita usar sus espacios.
Organizar y producir La organización de las tareas, fijar objetivos diarios y semanales para su cumplimiento, te ayudará a manejar el tiempo en tu trabajo desde casa, evitar posponer las actividades y también eludir la sobresaturación de trabajo. Cumplir con los horarios no siempre en sencillo. La mayoría de las distracciones en estos tiempos que vivimos proviene de nuestros propios instrumentos de trabajo: Internet, aplicaciones de mensajería y redes sociales. Una herramienta que puede ayudarte a ser más productivo es la técnica del Pomodoro, desarrollada por Francesco Cirillo, que consiste en trabajar durante períodos de 25 minutos intercalados con 5 minutos de descanso. Puedes controlar el tiempo con cualquier cronómetro o usar la aplicación web TomatoTimer. En esta línea, algunos recomiendan, basados en evidencia científica, ejecutar el trabajo como lo harías en el gimnasio para desarrollar un músculo: realizar un trabajo con mucha intensidad, demandante, que represente un reto, pero sin llegar a la fatiga extrema, y luego tener un período de descanso y recuperación. Así, irás creciendo en el trabajo, además de obtener la disciplina que te dará más fluidez para laborar. Con las pausas de reposo lograrás que tu cerebro esté lo suficientemente despejado para producir nuevas ideas.
Lo urgente e importante primero No son únicamente las distracciones las que pueden alterar el cumplimiento de nuestros horarios para las tareas del día, también lo son las alteraciones e imprevistos propios de nuestro trabajo: reuniones de emergencia, peticiones por correo, llamadas de colegas sobre algún tema, son algunos ejemplos. Son situaciones que hasta podrían considerarse normales, no hay esquema que se pueda cumplir a la perfección, por lo tanto es fundamental la priorización de las tareas, tal como lo hacía con su famosa matriz el presidente estadounidense Dwight Eisenhower: realizar lo más urgente e importante en primer lugar, sin tiempo que perder, al comenzar tu día laboral debes enfocarte con intensidad en ello. ¿Cómo defines cuál es la tarea más importante del día? Pregúntate cuál es la que tendrá el mayor impacto en el cumplimiento de tus metas.
¡Desconéctate! El manejo del tiempo implica tratar de encontrar el balance, no se puede estar siempre disponible para el trabajo, hay que bajar el ritmo y desconectarse. Además de que no es bueno para la salud estar 24 horas los 7 días de la semana conectado y resolviendo temas laborales, es una práctica que atenta contra la creatividad y productividad. ¡Atención! El consejo es válido igualmente para la vida en general, vivimos en estos tiempos aplastados por la cantidad de información y datos, y según han probado estudios científicos, esta gran marea que recibimos desde las múltiples fuentes a las que estamos conectados constantemente, impiden a nuestro cerebro desarrollar ideas creativas. Entonces, las pausas son vitales porque a medida que te sientas mejor física y mentalmente, más liberado, serás más rendidor en el trabajo. Prueba una caminata
sin móvil, solo disfrutando del entorno, deja que tus pensamientos discurran y verás que quizás la solución que tanto buscabas aparece o se te ocurre una idea brillante para tu próximo proyecto. ¿Cómo hacerlo? Seguid el ejemplo que los genios dieron.
Seguir a los genios Cuando le preguntas a la gente más productiva por sus trucos o rituales, no faltan las siguientes respuestas: buena alimentación, ejercicio físico, meditación o relajación y adecuado reposo. Otras de sus recomendaciones son tener horarios para chequear y responder correos, una o dos veces al día y basta, y evitar las reuniones o hacerlas lo más cortas posibles, yendo al grano, es decir, eliminar de la agenda “los puntos varios” que tanto tiempo quitan. Un genio a quien sin duda debemos seguir a es Albert Einstein, quien tenía entre sus hábitos dormir al menos diez horas al día, tomar siestas, y hacer diariamente una caminata. ¡Hazlo!