El Hombre Araña, un héroe que no deja de agrandarse

24 abr. 2014 - Garfield, Emma Stone, Jamie Foxx, Dane DeHaan, Paul Giamatti, ... a eso hay que sumarle los traumas ... tos, esparcir drama, comedia (hay.
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espectáculos

| Jueves 24 de abril de 2014

Mutantes, milagros y paladines solitarios El Universo Marvel está repartido en tres territorios disímiles

Peter Parker contra la pared: en este film crecen sus dilemas personales y el conflicto entre ser héroe y enamorarse de Gwen Stacy

El Hombre Araña, un héroe que no deja de agrandarse rEgrEso. Hoy se estrena la segunda película de su etapa juvenil, preludio

de un amplio proyecto que incluye más largometrajes y futuros desprendimientos

Viene de tapa

Lo que veremos a partir de hoy es la secuela de la segunda etapa de la vida del personaje creado por Stan Lee, encarnado en su versión juvenil por Andrew Garfield. Se inició en 2012, con la presentación de un Peter Parker recién salido de la adolescencia, transformado gracias al accidente ya conocido por todos (la picadura de una araña radiactiva) en un ser con poderes extraordinarios. Y también, como sabemos de sobra, en alguien obligado a manejarse con una gran responsabilidad, algo que complica sobremanera su romance con Gwen Stacy (Emma Stone). En diciembre de 2013, la gigantesca campaña de marketing que anticipó el lanzamiento de El sorprendente Hombre Araña 2 incluyó el anuncio de que a partir de allí el mundo del Hombre Araña no dejaría de agrandarse. Esa expansión queda bien al descubierto en la película que conoceremos hoy, al tal punto que varios medios de Hollywood (con el semanario Entertainment Weekly a la cabeza) se están preguntando si no se enfrenta a un dilema al incluir su trama demasiados villanos juntos. El tema de los antagonistas siempre funcionó como una clave exitosa de las ficciones de Marvel. Por lo general, los héroes de esas factorías (personajes atribulados por conflictos de personalidad surgidos de su nueva y al principio no querida extraordinaria función en el mundo) ven reflejadas en un espejo deformado sus propias imágenes. Lo que suelen encontrar allí son rivales desesperados, seres grises, oscuros o ambiciosos (según el caso), cuyo lugar en el mundo es, en principio, virtuoso por naturaleza. Pero cuan-

do el azar potencia al máximo alguno de sus rasgos característicos, se transforman en verdaderos ángeles caídos, capaces de hacer el mayor daño posible. Sobre todo al pobre de Peter Parker, porque los villanos top de su mundo, de una u otra manera, son figuras muy cercanas a él. A mayor afinidad, más poder de destrucción. Muchos más villanos En la expansión de los villanos (y en la incorporación de éstos a una gigantesca red que puede revivirlos en una futura aventura después de matarlos en la anterior), se apoya esta etapa de ensanchamiento de la galaxia arácnida de Marvel. Por eso, al solitario Curt Connors-Lizard (Rhys Ifans) de la aventura anterior le sucede un puñado de malos inaugurado casi al comienzo de la nueva película por otro viejo conocido del tiempo de historieta del Hombre Araña: Aleksei SytsevichRhino (Paul Giamatti). Aunque éste no tardará en ceder su lugar central a Electro (Jamie Foxx), modesto empleado de Oscorp afectado por un gigantesco complejo de inferioridad que por culpa de un accidente (otro más) descubre que posee una capacidad sobrenatural de manejar la energía. Y, de paso, utilizarla como fuente de poder para sí mismo. No serán los únicos. A ellos se suma el joven Harry Osborn/Green Goblin (Dane DeHaan), cuya presencia remite directamente al origen cinematográfico de la saga (más precisamente al personaje encarnado por James Franco en la primera película de las tres dirigidas por Sam Raimi y protagonizadas por Tobey Maguire). Y también, en lo que funciona como un juego dialé-

ctico constante entre el cómic y la pantalla grande, hasta aparece por allí Alistair Smythe (B.J. Novak), ampliamente conocido por los lectores del cómic. Y la lista promete seguir ampliándose más allá de lo que ofrece el estreno de hoy. Entre las promesas anunciadas por Sony a fines de 2013 figura una aventura propia para el

tándem de villanos conocido en la historieta como Sinister Six, verdadero supergrupo de la maldad que en la historieta siempre estuvo integrado por elencos rotativos, ya que a lo largo de su historia en dibujos de algo más de 50 años el Hombre Araña se las vio con por lo menos 70 villanos importantes. En cualquier lista de Sinister Six no faltan,

Emma Stone y Andrew Garfield

fotos: uip

por ejemplo, el Doctor Octopus (que Alfred Molina interpretó en la segunda película de Raimi-Maguire) y Sandman (Thomas Haden Church, en la tercera). Junto con ellos, en un seleccionado ideal, aparecen Spider Slayer (el álter ego de Alistair Smythe), Vulture y Mysterio. Hasta ahora, lo único seguro es que Drew Goddard, el realizador de esa gema llamada La cabaña del terror, estará a cargo del proyecto. La otra novedad es que también habrá película propia para Eddie Brock/Venom, cuya rivalidad con Peter Parker en el mundo periodístico se transformó (así lo vimos en la tercera película de Raimi-Maguire, con el aporte de Topher Grace) en un enfrentamiento a muerte en el plano sobrenatural. Hasta el infinito y más allá Para completar un cuadro que promete muchas más sorpresas, novedades y lanzamientos en el futuro próximo, Sony confirmó las fechas de estreno de El sorprendente Hombre Araña 3 y 4 para junio de 2016 y de 2018, respectivamente. Tranquilizó al estudio la confirmación de que completará la trilogía el director Marc Webb, un entusiasta lector de Jorge Luis Borges que saltó a la fama con la comedia romántica 500 días con ella y sorprendió a muchos con su pericia para moverse en el universo Marvel en estos dos films de la nueva etapa del Hombre Araña. Pero la tranquilidad de esta confirmación chocó ayer con el anuncio del “divorcio” de la cotizada dupla de guionistas integrada por Roberto Orci y Alex Kurtzman, que ganó un lugar top en su especialidad dentro de Hollywood gracias a su trabajo en las sagas de Star Trek, Transformers y El Hombre Araña. Los dos seguirán trabajando juntos en televisión, pero resolvieron seguir separados sus respectivas carreras en el cine. ¿Por cuál de ellos optarán Webb y los productores en la tercera película? Para la cuarta habrá que pensar en otro director. Faltan todavía cuatro años, pero en Marvel ya deben de estar barajando varios nombres. No pueden perder tiempo si quieren sumar más planetas a un universo que no deja de crecer.ß

cine

Más no es siempre mejor El sorprEndEntE HombrE ArAñA 2: lA AmEnAzA dE ElEctro (tHE AmAzing spidEr-mAn 2, EstAdos Unidos/2014). ★★★ buena. dirección: Marc Webb. guión: Alex Kurtzman, Roberto Orci y Jeff Pinkner. fotografía:

Dan Mindel. música: Hans Zimmer, Pharrell Williams y Johnny Marr.

edición:

Pietro Scalia. diseño de producción: Mark Friedberg. elenco: Andrew

Garfield, Emma Stone, Jamie Foxx, Dane DeHaan, Paul Giamatti, Sally Field y Campbell Scott. distribuidora: UIP/Sony Pictures. duración: 142 minutos

E

sta segunda entrega (de la segunda tanda) de la saga de El Hombre Araña intenta cubrir los múltiples flancos del hoy tan de moda subgénero de superhéroes y, en esa tentación por tenerlo todo, pierde cohesión y solidez; desperdicia así parte de sus logros (que no son pocos). Tras la trilogía inicial de Sam Raimi con la dupla Tobey MaguireKirsten Dunst, el director Marc Webb retomó el personaje en estos dos films cuyo principal sostén sigue

siendo la extraordinaria química romántica que se ha establecido entre el Peter Parker/Hombre Araña de Andrew Garfield y la Gwen Stacy de Emma Stone. Por eso, se entiende que buena parte de las más de dos horas del relato se dedique a los enredos amorosos de estos jóvenes que se aman, pero que no pueden estar juntos (ni separados). Las contradicciones entre los deseos de un típico veinteañero como Peter Parker y las responsabilidades que conlleva ser un

superhéroe al servicio de la comunidad neoyorquina como El Hombre Araña también están presentes en esta segunda parte del reboot y a eso hay que sumarle los traumas que acarrea desde la infancia tras la desaparición de sus padres (de hecho, el prólogo de este episodio reconstruye su muerte a bordo de un avión). Tampoco faltan las escenas de acción (breves, eficaces, no demasiado espectaculares), los clásicos vuelos del protagonista por entre edificios y el tráfico que permiten aprovechar todas las posibilidades de los efectos 3D y, a tono con la tendencia de sumar a la trama muy diversos personajes, esta vez no hay uno, sino tres malvados: en la segunda secuencia aparece un mafioso ruso llamado Aleksei Sytsevich (Paul Giamatti), que lue-

Jamie Foxx y Andrew Garfield como El Hombre Araña go se convertirá en Rhino; un patético empleado de OsCorp (Jamie Foxx), que sufrirá un accidente que lo transformará en el despiadado Electro del título, y el joven herede-

uip

ro que queda a cargo de la mencionada corporación (Dane DeHaan), al que veremos como otro personaje conocido por los fans de este cómic de Marvel: el Duende Verde.

Adentrarse en el Universo Marvel (MU, por sus siglas en inglés) es peligroso: uno corre riesgo de no salir, atrapado por sus miles de personajes, y las peripecias, alianzas, romances, guerras, traiciones y apocalipsis que provocan sus volcánicas relaciones interpersonales. El público cinematográfico recién ahora comienza a comprender (y a disfrutar) lo que significa seguir las aventuras de estos personajes a lo largo de años, películas y múltiples universos, que agregan con cada entrega pocas, pero fundamentales puntadas al tapiz que unirá, algún día, todos los hilos. A diferencia de los seguidores del cómic, los fanáticos provenientes del cine tropezarán con un obstáculo insalvable: el Universo Cinematográfico Marvel (MCU) está irrevocablemente dividido en tres distritos controlados por un estudio cinematográfico distinto, que define las reglas del sector sobre el cual detenta los derechos y hace cuenta de que no ve a los otros dos saludando desde la vereda de enfrente. El MCU es controlado por Disney gracias a que Marvel es, desde hace pocos años, parte de la Casa del Ratón. Tiene a los integrantes de Los Vengadores (Iron Man, Thor, Capitán América, Hulk, Viuda Negra y Hawkeye, juntos y por separado) y a sus laderos/carceleros de Shield como actores principales, sosteniendo su continuidad dramática y propulsando sus historias hasta el espacio (ver Guardianes de la galaxia). Pero este universo tiene límites: para empezar, no hay mutantes en Disney, un poco porque el determinismo genético esgrimido por los films de Bryan Singer no es muy Disney, y el resto porque los derechos de los mutantes X-Men son propiedad cinematográfica de Fox. A fines de mayo, regresarán al cine con una trama de viajes temporales firmemente plantada en su propio cosmos, donde no hay dioses, extraterrestres o superhéroes con poderes adquiridos a través de la ciencia, como Iron Man, Hulk o –viene al caso– Spider Man, propiedad de los estudios Sony. Peter Parker es, en los cómics, uno de los integrantes de Los Vengadores, pero en la Nueva York del fotógrafo hipersensible no hay otros paladines de la justicia, sólo incontables villanos y variaciones de sí mismo. Este parcelamiento de la historia hace sufrir a los fanáticos, pero también obliga a sus adaptadores a inventar soluciones interesantes, algo que será evidente con el debut de la Bruja Escarlata y Quicksilver, que serán protagonistas tanto de X-Men: días del futuro pasado como de Los Vengadores 2. Cuando son presentados en Capitán América y el soldado del invierno, son definidos como “milagros”, una categoría ontológica más afín a Disney que “mutantes”, que es lo que son estos mellizos superpoderosos –ella es capaz de manipular las probabilidades de que algo ocurra en el tiempo; él se mueve tan rápido que cambia la estructura molecular de lo que lo rodea–. En los cómics son hijos de Magneto, el personaje que interpreta Ian McKellen en las películas, pero por razones que desconocemos, en la nueva X-Men no parecen tener la misma edad. Para quienes sienten que ya conocen la película y sus infinitas variaciones, es un bienvenido enigma por resolver.ß Dolores Graña

El problema principal que enfrenta Marc Webb es la dificultad de encadenar tantos eslabones sueltos. La sensación, por momentos, es que su función parece ser la de alguien que intenta dosificar como puede demasiados elementos, esparcir drama, comedia (hay unos cuantos chistes logrados), romance, acción y propuestas de corte fantástico. La mezcla (como suele suceder cuando es arbitraria) tiene un efecto algo caótico en su acumulación, pero –volviendo a la analogía gastronómica– hay unos cuantos ingredientes y sabores que justifican el disfrute, aunque más no sea de forma parcial. Tratándose de una película de Marvel, es bueno advertir que (al contrario de lo que ocurre con las sagas de Los Vengadores, Thor, Iron Man y Capitán América) aquí no hay escenas durante ni después de los créditos finales. Salvo que quieran leer durante varios minutos miles y miles de apellidos, pueden abandonar la sala sin culpa cuando Peter Parker ya no esté en pantalla.ß Diego Batlle