“El exilio es una experiencia azarosa”

21 abr. 2007 - proceso de creación de sus novelas y de su amistad con García Márquez: hoy expondrá Fito Páez sobre la poesía popular. Por Susana ...
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Cultura

Página 20/LA NACION

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Sábado 21 de abril de 2007

33a FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO

“El exilio es una experiencia azarosa” El escritor y periodista Tomás Eloy Martínez inauguró el ciclo de LA NACION y explicó su reciente regreso al país; habló del proceso de creación de sus novelas y de su amistad con García Márquez: hoy expondrá Fito Páez sobre la poesía popular Por Susana Reinoso De la Redacción de LA NACION Desde una hora antes la gente se dio cita ayer en la sala Jorge Luis Borges, en el predio de la Rural, a la espera de la llegada del escritor argentino Tomás Eloy Martínez, quien anoche dialogó con el periodista Jorge Fernández Díaz, secretario de Redacción de LA NACION, en uno de los actos más esperados de la 33a Feria Internacional del Libro. Antes de que el narrador comenzara a deshilvanar sus recuerdos, Fernández Díaz comentó al público que Tomás Eloy Martínez decidió volver a vivir en el país luego de una larga ausencia. Y la gente aplaudió calurosamente y le gritó: “¡Bravo!”. El consagrado escritor puso de relieve que hace unos meses alguien en los Estados Unidos, donde vivió hasta comienzos de este año, le dijo: “Era tiempo de volver a la Argentina, porque aquí me esperaba la felicidad. Mi intención era sólo volver para escribir, pero de pronto LA NACION me convocó porque estaba buscando relanzar el tradicional suplemento cultural del diario”. La charla comenzó con un recuerdo de Martínez sobre las circunstancias que lo llevaron a un largo exilio. Fue por las amenazas de la Triple A, con José López Rega a la cabeza, cuando comenzaron los secuestros, las torturas y los asesinatos en la Argentina, en pleno gobierno de Isabel Perón. El autor de El vuelo de la reina dijo: “No me fui por mi propia voluntad, sino expulsado. Y Carlos Fuentes, que por entonces era embajador de México en París, me ayudó. Fue él quien me sugirió Venezuela como destino”.

Azar y buena voluntad Martínez dijo que “el exilio es una experiencia dura, azarosa, en la que se depende mucho de la buena voluntad de los demás”. Llegó luego la época de adaptación venezolana, donde fundó El Diario, de Caracas, que en apenas un año se convirtió en el más leído. “Empezamos a hacer un periodismo inesperado y diferente”, comentó. Tras haber instalado esa mística

periodística, el escritor tuvo que dejar, por su condición de extranjero, la dirección del diario y partió a París. Un hecho fortuito lo puso de regreso en el camino del periodismo, una profesión en la que Tomás Eloy Martínez exhibe prosa y hondura, y se instaló en Guadalajara, México. Recordó anoche que allí se hizo cargo de otro periódico que marcó un hito en México: el diario Siglo XXI, hoy Público, que resultó una experiencia memorable, según dijo. De cara a los presentes, señaló que bajo pena de perder credibilidad, un periodista no puede permitirse “cumplir cualquier orden arriesgando su nombre. El único patrimonio de un periodista es su nombre”.

ACTOS PARA HOY Los misterios de los iconos religiosos ■ Un recorrido por los secretos de los iconos religiosos habrá hoy, a las 17.30, en la presentación del libro El icono. Su historia, espiritualidad, técnicas y simbología, de Luis Glinka. Hablará Ana María Liwscha (sala Domingo F. Sarmiento).

La creación de novelas La charla derivó luego hacia el proceso de creación de La novela de Perón, cuyos capítulos se publicaron por entregas en el semanario El Periodista, ya desaparecido. Al referirse a ese instante único en que un escritor decide el tono de la novela que escribe, Tomás Eloy Martínez dijo: “La epifanía de un escritor es cuando los vientos contrarios se concilian y sopla sólo uno”. Y respecto del cruce de ficción y realidad que sobrevuelan tanto esa obra como Santa Evita, subrayó que las fronteras entre ambos son endebles”. La publicación en El Periodista, según señaló el escritor, le dio a La novela de Perón visos de realidad pese a ser ficción. Martínez contó luego anécdotas graciosas sobre la confusión que en diversos países donde fue traducida Santa Evita los periodistas tomaron como veraces aspectos que surgieron de la pura imaginación del escritor. E incluso relató, con mucho humor, que en la Universidad de Rutgers, en la que es profesor, hay quienes le piden que los incorpore como personajes en sus próximos trabajos literarios. “El desafío de la novela es que exige ser escrita de una sola manera y el narrador tiene que encontrar un solo tono”, reflexionó Tomás Eloy Martínez. “Santa Evita tuvo un lector de lujo”, contó el escritor: Gabriel García Márquez, quien pasó toda una noche leyendo la obra sin parar. A la mañana siguiente, le dijo a Tomás: “Has escrito tres novelas en una. La de la vida de Evita, la de su cadáver y la del escritor que no puede escribir”. García Márquez, gran amigo de Tomás,

“La poesía popular no se rinde”, por Fito Páez

HERNAN ZENTENO

Jorge Fernández Díaz y Tomás Eloy Martínez, en un auditorio colmado

con quien celebró sus recientes 80 años en Cartagena de Indias, le dijo: “Esta es la novela que me hubiera gustado escribir”. Pero como nadie creería estas palabras, se hicieron públicas las siguientes: “Esta es la novela que siempre quise leer”. Sobre el final de la charla y tras relatar que El vuelo de la reina, novela sobre la corrupción de un periodista con la que ganó el Premio Alfaguara, vendió un millón de ejemplares en China, el narrador tuvo un recuerdo agradecido a las bibliotecas populares: “Es allí donde adquirí los mayores conocimientos”. Y ya sólo tuvo palabras para recordar su amistad con “Gabo”. En el almuerzo de homenaje a García Márquez, durante el IV Congreso de la Lengua en Cartagena, el escritor y su esposa Gabriela Esquivada tuvieron que retirarse antes, porque perdían un vuelo. Ante la inútil insistencia de García Márquez para que se quedara, el extraordinario escritor colombiano le espetó: “Eres un mal amigo”. El público celebró la confidencia.

■ Hoy, a las 19, el compositor Fito Páez dialogará con el periodista Jorge Fernández Díaz sobre “La poesía popular no se rinde”, en una mesa organizada por LA NACION (sala Jorge Luis Borges).

Carlos Monsiváis dialoga con Beatriz Sarlo ■ El escritor mexicano Carlos Monsiváis y la ensayista argentina Beatriz Sarlo compartirán un panel hoy, a las 19 (sala María Esther de Miguel).

El libro de Savater ■ A las 20 se presentará el libro La vida eterna, del pensador español Fernando Savater, editado por Paidós. El autor mantendrá un diálogo con el periodista Nelson Castro (sala José Hernández). RODRIGO NESPOLO

Presencia de LA NACION. Los visitantes de la Feria del Libro cuentan con un amplio espacio de 480 m2, en el que pueden consultar la edición digital de LA NACION y acceder a novedosos servicios.

Para los más chicos ■ A partir de las 14.15 habrá narraciones, espectáculos de títeres y talleres para chicos de distintas edades (Patio Infantil).

Postales de una jornada con bullicio La gente disfrutó de distintas ofertas El día gris atrajo ayer muchos visitantes en la segunda jornada de la 33ª Feria del Libro. Así, el bullicio de la gente trajinando los stands se instaló con fuerza como música de fondo. Desde temprano, las presencias del filósofo español Fernando Savater y del escritor mexicano Carlos Monsiváis que, por el Día de México ayer, coincidieron con sus disertaciones a la misma hora, dibujaron largas colas fuera de los auditorios. Precavido, el público se aferró a sus libros para amenizar la espera y la postal mostró a una docente jubilada absorta en la prosa de lord Byron, a un ex comisario de a bordo inmerso en El ojo de la Patria, de Osvaldo Soriano, y a una mujer entregada a la novela histórica con El Manco Paz, de Andrés Rivera. “Habla sin pelos en la lengua y por eso lo sigo”, dijo de Savater la docente jubilada. “Escuché la conferencia de Monsiváis en el Malba sobre Frida Kahlo y Diego Rivera, y además de tener un humor exquisito es un hombre de gran erudición”, señaló una estudiante de Filosofía y Letras. Los menos previsores se entretenían con las distintas fisonomías que adquiere el más célebre gaucho argentino en las tintas, los grabados y dibujos de Alonso, Bellock, Castagnino y Seoane. Las obras integran la muestra “Martín Fierro, contrapunto y más”, expuesta en el gran hall central por el Museo del Dibujo. En tanto, mucha gente ingresó en el stand de la Biblioteca Nacional, donde se repartían ejemplares en miniatura de obras clásicas argentinas: El delito de besar, una apología del beso firmada por José Ingenieros; La vida del Chacho, de José Hernández, y el Decreto de supresión de los honores, de Mariano Moreno, entre otras. Hubo otras dos notas curiosas: observar cómo en el amplio espacio de Microsoft, docentes, jubilados y gente mayor, compenetrados frente a 40 computadoras, se familiarizaban con las nuevas herramientas informáticas aplicadas a la educación. La otra escena fue en el stand de Japón, donde cinco especialistas en origami enseñaban sus destrezas a quienes quisieran aprender los secretos de ese arte en papel. Así, sapos, flores, águilas, autos y cisnes eran construidos en pocos minutos por grandes y chicos.