El discipulado y su costo - ObreroFiel

dovela en este vasto arco de verdad bíblica”. ¿POR QUÉ DEBEMOS PREDICAR A JESUCRISTO? “De una u otra manera, los teólogos, los poetas y filósofos ...
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¿Predicamos el Evangelio?

Por Eliseo Martínez Usado con permiso

Introducción “La pregunta, ¿Por qué se van de la iglesia los adultos jóvenes? Ocupaba mi mente de manera incesante. Cuando estaba luchando con esta interrogante mis ojos fueron dirigidos finalmente hacia la formación de discípulos. A la par de esto descubrí que en una iglesia tradicional no había evangelio, no había discipulado y no había visión alguna.”(John H. Oak). Jonh H. Oak, es pastor coreano, de una iglesia de más de 30,000 miembros, una iglesia fundamentada en el discipulado. Oak, preocupado por un crecimiento numérico de creyentes, pero cuya diaria no marcaba ninguna diferencia con los que no son, y dedicó tiempo para estudiar esta situación. Oak, menciona tres factores que faltan en el día de hoy en la mayoría de las iglesias. El primer elemento que menciona es la falta del evangelio. Es paradójico que en la enseñanza y predicación del evangelio no exista el evangelio, pero es una terrible realidad. LA PREGUNTA La pregunta es: ¿Qué estamos predicando? Hoy en día esta de moda en nuestro medio el pensamiento exponencial (pensamiento positivista), técnicas de marketing comercial, olvidando todo sentido ético. En un congreso de comunicadores cristianos desarrollado en este año en El Salvador (2006), en uno de los talleres, el exponente dijo claramente que era importante conocer técnicas de marketing para lograr el crecimiento de la iglesia. La Biblia dice que Dios añadía cada día los que habían de ser salvos. (Hechos 2:47) y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe. (Hechos 6:7) En mi experiencia docente por más de 25 años, a mis estudiantes de homilética les insisto en que deben esforzarse para dominar las herramientas de crear y exponer un sermón. Pero les advierto que si por alguna razón les fuera imposible lograrlo; con seguridad deben predicar el evangelio bíblico, somos heraldos de la palabra. EL TEXTO BÍBLICO ¿Cómo manejamos el texto bíblico? En el sentido de 2 Timoteo 2:15, no es manipular el texto haciendo que diga lo que queremos que diga. El texto debe ser interpretado correctamente. Florence Scovel Shinn, en su libro, “La puerta secreta hacia el éxito”, nos ilustra como manejar mal el texto bíblico. En su interpretación del salmo 23 dice: “Dios es la inteligencia suprema dedicada a proveer las necesidades del hombre; la explicación es, que el hombre es Dios en acción. Jesucristo dijo: yo y el padre somos uno. Podríamos parafrasear la afirmación y decir yo y el gran principio creativo del universo somos uno el mismo.” Aquí sólo quiero sugerir la necesidad de poseer entre nuestras habilidades, herramientas hermenéuticas. José M. Martínez en su libro, Hermenéutica Bíblica, dice: “La solidez del pensamiento cristiano y la vida misma de la iglesia dependen del lugar otorgado en ellos a la Biblia y del modo de examinar sus textos. Puede afirmarse que las formulaciones doctrínales, la piedad y la acción del pueblo de Dios cabalgan siempre a caballo de la hermenéutica, y ello hasta el punto de que, como señala Gerhard Ebeling, la historia de la iglesia es la historia de la interpretación de la sagrada escritura. (Pág.15)

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¿QUÉ PREDICAMOS? ¿Qué predicamos? ¿Qué debemos predicar? La única respuesta es “el evangelio”, revisemos dos textos paulinos: 1 Corintios 15:1-4 y 1 Corintios 2:1-5. En el texto de 1 Corintios 15:1-4 Pablo les recuerda a los corintios en que consiste el evangelio predicado por él. Pablo hace una síntesis del contenido de su predicación: “El apóstol había enseñado a los corintios el mensaje que había recibido por revelación divina. La primera doctrina cardinal de este mensaje, era que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras. Esto destaca el carácter sustitutorio de la muerte de Cristo. Él, no murió por sus propios pecados, ni como mártir; murió por nuestros pecados. Murió para pagar la pena que nuestros pecados merecían. Todo esto sucedió conforme a las escrituras… La sepultura de Cristo fue profetizado en Isaías 53:9, y su resurrección en el Salmo 16:9,10. Es importante observar como Pablo destaca el testimonio de Las escrituras. Este debiera ser nuestro patrón en todos los asuntos relacionados con nuestra fe.” (William MacDonald). ¿Qué dicen Las Escrituras? Que prediquemos el evangelio conforme a las escrituras. Pablo nos modela en 1 Corintios 2:1-5 una predicación centrada en Jesucristo. El centro de la predicación de Pablo era Jesucristo (su persona); y este crucificado (su obra). Son dos cosas las que se destacan en este texto: una forma de anunciar el evangelio y un sólo contenido. Este contenido tiene como tema central: Jesucristo el único medio de salvación. En Romanos 1:16-17 leemos: “A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todos, los que creen; de los judíos primeramente, pero también de los gentiles. De hecho, en el evangelio se revela la justicia que previene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: El justo vivirá por la fe”. (NVI). El evangelio es Jesucristo, así que nuestra predicación debe ser eminentemente cristológica. El tema que se destaca tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, es la persona y la obra de Cristo; el Cristo histórico y el Cristo redentor. Ahora bien, si el evangelio es Cristo y Cristo es la base del cristianismo, ¿Cómo puede llamarse una iglesia cristiana, si en su mensaje no hay evangelio? No hay tema más importante y glorioso que Cristo; Cristo es la clave para la interpretación de las sagradas escrituras como lo dice E. Y. Mullins: “El es la clave de arco o dovela en este vasto arco de verdad bíblica”. ¿POR QUÉ DEBEMOS PREDICAR A JESUCRISTO? “De una u otra manera, los teólogos, los poetas y filósofos han escrito, y a veces han olvidados que nuestro concepto a cerca de él jamás será exagerado, porque lo que él es determina lo que es el cristianismo, el cual permanece o cae junto a Cristo. En todo lo que el es en sí mismo es piedra angular del cristianismo, la clave de la batalla entre la fe y la incredulidad” (Herbert Lockyer). CONCLUSIÓN: Sólo una predicación evangélica y eminentemente bíblica satisface la necesidad de los ya evangelizados y los que necesitan comprender y vivir la FE CRISTIANA en comunión con la comunidad cristiana.

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