El Dibuk, en texto clave del teatro judío

16 feb. 2010 - MUSICA POPULAR. Tres instancias ... historia personal, no deja muy en ... Jacobo Kaufmann, director y régisseur argentino radicado en Israel.
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Espectáculos

Página 6/LA NACION

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Martes 16 de febrero de 2010

TEATRO Jacobo Kaufmann, director y régisseur argentino radicado en Israel

Tres instancias del pasado más doloroso

El Dibuk, en texto clave del teatro judío

Torres Molina y un tema poco tratado en el teatro Buena (((( Esa extraña forma de pasión, de Susana Torres Molina. Intérpretes: Béla Arnau, Fiorella Cominetti, Emiliano Díaz, Pablo Di Croce, Adriana Genta, Gabi Saidón y Santiago Schefer. Diseño espacial: STM. Escenografía: Eduardo Manfredi. Diseño de luces: Santiago Botet. Dirección: Susana Torres Molina. En El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960 (4862-0655), sábados, a las 22, y domingos, a las 20.30. Duración: 80 minutos.

Para elegir el elenco, Kaufmann pasó por Buenos Aires, donde seleccionó a los 25 actores que darán vida a esta historia de amor de fuerte carga poética

MARCELO GOMEZ

Formado en el Teatro Colón, después de 14 años vuelve a Buenos Aires para trabajar en el Teatro San Martín Jacobo Kaufmann nació en la Argentina. Es director de teatro, régisseur, escritor, traductor e investigador. Hace 14 años que dejó Buenos Aires y, en charla con LA NACION, recuerda que su último trabajo aquí fue la régie en el Teatro Colón de La flauta mágica, de Mozart. A partir de ese momento, decidió radicarse en Israel. “Es por una cuestión de identidad, por una cuestión de pertenencia. Vivo en Jerusalén, ciudad que tiene una energía muy particular”, apunta, en un alto de su trabajo. Instalado allí, aprovechando la cercanía geográfica con Europa, se la pasa viajando por teatros de ópera y prosa de todas las latitudes. Para que su agenda internacional circule por las grandes teatros del mundo ha tenido suerte, según reconoce humildemente este egresado con honores del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón donde tuvo como maestro a Saulo Benavente. En medio de uno de esos viajes, Kive Staiff, el director del Complejo

Teatral de Buenos Aires, lo llamó para dirigir El Dibuk, la obra de Shlomoh An-Ski. Con traducción del mismo Kaufmann, el trabajo se estrenará en la segunda quincena de agosto en la sala Casacuberta y contará con escenografía de Héctor Calmet, vestuario de Mini Zuccheri, iluminación de Héctor Calmet y Miguel Morales, y música de Marcelo Moguilevsky. La llamada lo tomó por sorpresa. “Conozco a Kive desde hace años. Me ofreció la obra, y sentí que era ideal. Teatralmente, el estar en Buenos Aires, el trabajar en mi idioma es como volver a casa”, sostiene. Para el armado de El Dibuk, vino a Buenos Aires para seleccionar al numeroso elenco, trabajo que realizó junto al mismo Staiff. “Me gusta trabajar en equipo y, en mi caso, y luego de estar tanto tiempo fuera del país, hay muchos actores que no conozco. En ese sentido, el aporte suyo fue importante”, dice. –¿Con qué tipo de actores se encontró?

–Con intérpretes de mucho talento y de una enorme apertura. Me topé con gente que está dispuesta a probar nuevas cosas. Durante el tiempo que estuvo por Buenos Aires, vio a unos 80 intérpretes, de los cuales seleccionó a 25, que darán vida a unos 50 personajes. El Dybuk, o entre dos mundos, es, acaso, la obra más representativa del historia del teatro judío. El texto se estrenó en Varsovia, en 1920, un mes después de la muerte del autor. Representada en buena parte del mundo, en Buenos Aires hubo dos versiones en la década del 20 y del 30, que se representaron en idish. En la sexta edición del Festival Internacional de Buenos Aires, hubo una nueva versión a cargo del grupo TR Warszawa, de Polonia. “Hoy, la obra es la encarnación de la memoria de la que no nos queremos librar, que queremos cultivar en nosotros; la memoria que tiene el poder de salvarnos”, dijo en su oportunidad Krysztof Warikowski, director de aquel montaje.

El texto es producto de una expedición etnográfica que el autor realizó por diversas aldeas de Europa del Este junto a un fotógrafo y un músico. Los tres registraron y recopilaron costumbres, leyendas, tradiciones, músicas y rituales de aquellas pequeñas aldeas judías en extinción. Dijo Kaufmann: “Es una historia de amor sufrida con aspectos místicos y sociales que sirven para contar la vida de un pueblito ucraniano. Tengo la sensación de que en Buenos Aires mucha gente ha visto tanto teatro que refleja la vida cotidiana que, en este caso, será como una ensoñación. Creo que puede atraer y transportar al público al mundo de los sueños”. Su propio sueño comenzará a tomar forma a partir de junio. Desde ese momento, tendrá dos meses y medio para que la poética de la obra tome vida en el escenario de la sala Casacuberta.

Alejandro Cruz

produce el encuentro entre un periodista que va a hacer una entrevista a una escritora. El punto de conflicto se establece entre el joven, que no pudo conocer a su padre, víctima de la represión, y la intelectual, también comprometida en esa época, sobre quien el joven vuelca la sospecha de colaboracionismo o delación por el simple hecho de haber sobrevivido. En cambio, “Situación Sunset” es contundente porque tiene una estructura teatral sólida y los personajes se van definiendo por las acciones. Con una sutil pincelada que delata el síndrome de Estocolmo, registra la relación amorosa entre un represor y una detenida, circunstancia que se va desarrollando lentamente hasta el desenlace. Probablemente por las características del texto dramático,

Después de ver esta producción de Susana Torres Molina sobre la época de la represión en la Argentina, enseguida viene a la mente lo poco que los dramaturgos nacionales han tratado esta etapa del pasado, a excepción de los ciclos dedicados puntualmente a este tema. No es fácil y es muy doloroso; al menos eso se desprende de las imágenes de Esa extraña forma de pasión, obra concebida en tres estadios: dos, ubicados en el pasado (“Situación Sunset” y “Situación Los Tilos”), y uno, en el presente (“Situación LoUna escena de la obra yola”). Quizá la complejidad del tema y la necesidad la actuación parece ajustarse al de acotar temporalmente la es- tono discursivo y los personajes cena hayan hecho que muchos no tienen base para exponer una de los personajes se definan más profunda carnadura. Con esta por el discurso que por las ac- mirada, es lógico que los trabajos ciones, y esa verbalización haya más convincentes sean los de afectado la verosimilitud de su Gabi Saidón, Emiliano Díaz y comportamiento, pero el planteo Santiago Schefer, en “Situación es inquietante. Sunset”. La puesta de Susana Torres Situaciones de conflicto Molina, en un único espacio “Los tilos”, situación ubicada escénico, establece cierta cona fines de los 70, presenta a una tinuidad y fluidez entre las sipareja de militantes: él, profunda- tuaciones y, aunque a veces las mente comprometido; ella, entre resoluciones se ven un poco vacilaciones y temores, con mucha forzadas (entradas, salidas y perhistoria personal, no deja muy en manencias de los personajes), claro cuál es realmente su compro- consigue una dinámica precisa miso ideológico. y un ritmo muy aceitado. En “Situación Loyola”, desarrollada en el presente, se Susana Freire

MUSICA POPULAR

ARCHIVO

La coplera Mariana Carrizo, una de las figuras regionales del festival

Comenzó la Serenata de Cafayate, en Salta Los Valles Calchaquíes son el escenario natural “Don Petronio Francisco López, con la habilidad que lo caracteriza había preparado, en una olla gigante, un locro sabroso y pulsudo, a las 4 o 5 de la mañana lo convidaba para levantar los ánimos. Frank Oyarzún atendía la parrilla donde se asaba abundante y jugoso asado, mientras Pila Daruich y Pepe Lacasa repartían torrontés o el tinto, conforme al gusto de los consumidores. Vino que generosamente invitaba don Arnaldo Etchart”. La postal incluida en el libro de Carolina Brionnes, recuerda la primera Serenata de Cafayate, que se realizó en febrero de 1974 y que hasta la actualidad mantiene ese mismo espíritu musical y regional. El evento que comenzó ayer y se desarrolla hasta el domingo en la localidad principal de los Valles Calchaquíes, tiene un grilla artística orientada a los conjuntos locales, figuras regionales y referentes de la música popular. Hoy se presentarán, entre otros, Teresa Parodi, Los Auténticos Cantores del Alba, Franco Luciani, Los Diableros de Orán y otros artistas, como los bagualeros de la región. Para mañana, el festival continuará con las participaciones de Sergio Galleguillo y los Amigos, Tomás Lipán, Paola Arias, Las Voces de

Gerardo López, Copleros, La Yunta, La Bruja Salguero, Delegación de Formosa, Inti Khari de Cafayate y Yacones de Salta. La programación seguirá el jueves con las actuaciones de Abel Pintos, Néstor Garnica, el trío Goldman-Alvarez-Lobo, el bandoneonista Juan Carlos Marín, el grupo Cantares, el solista Yuca Córdoba, el guitarrista Carlos Moscardini, la banda salteña Los Izquierdos de la Cueva, los jujeños Coroico, Tukuta Gordillo, los Hermanos Tolaba y la Banda de Sikuris de Tilcara y el Bagualero Vázquez, conocido por su participación en el disco De Usuhaia a la Quiaca. El viernes habrá figuras como el ex nochero Jorge Rojas secudando por números locales y referentes de la escena folklórica como Los Huayra, Mariana Carrizo, Rafael Amor, Los Bandeños, Marcela Ceballos y delegaciones musicales de Córdoba y Jujuy. La última noche oficial, la del sábado, como ya es tradicional, tocará El Chaqueño Palavecino y le seguirán el Dúo Suárez-Palomo, Mariana Cayón, Rudy y Niní Flores, Las Voces de Orán, Guitarreros, Adriana Tula, Luis Leguizamón y el Diablero. Para quienes quieran un poco más, el domingo se realizará la clásica yapa de la serenata con entrada libre y gratuita.