A LA PRENSA NACIONAL ASÍ SE PERSIGUE EN ESTE PAÍS DE LAS MANOS LIMPIAS A QUIENES NOS ATREVEMOS A CUESTIONAR UN SISTEMA JUDICIAL MEDIOCRE DISEÑADO PARA FAVORECER AL PODEROSO Y SEGUIR PISOTEANDO AL DÉBIL LA JUDICATURA ME ABRE UN SUMARIO DISCIPLINARIO, NO POR CORRUPTO NI POR LIBERAR DELINCUENTES, SINO POR MANTENER EN PRISIÓN A UN SUJETO ACUSADO DE TRATAR DE ABUSAR SEXUALMENTE DE UNA CRIATURA, DE UN LUSTRABOTAS EN LOS BAÑOS DE LA TERMINAL TERRESTRE DE GUAYAQUIL, ADJUNTO LA RIDÍCULA QUEJA PRESENTADA POR UN ABOGADO DE MEDIO PELO UTILIZADO POR EL PODER Y EL EXTRACTO DE LA RESPUESTA QUE LE OFRECÍ AL COORDINADOR DE LA UNIDAD DE CONTROL DISCIPLINARIO DE LA JUDICATURA NO PERSIGUEN AL VIOLADOR DE UNA NIÑA SINO AL ABOGADO QUE SE ATREVE A DEFENDERLA. HAN LLEGADO A NIVELES TAN BAJOS EN SU FEBRIL DESEO DE ACABARME QUE LLAMAN A TODAS LAS UNIVERSIDADES DEL PAÍS PARA AMENAZARLAS CON TODO TIPO DE REPRESALÍAS EN CASO ME PERMITAN SER PROFESOR EN LAS MISMAS, ME AMENAZAN DE MUERTE, TENGO UN MES SIN VER A MI HIJA QUE ESTÁ ESCONDIDA EN BRASIL LO QUE PUEDE DEMOSTRAR CON DOCUMENTOS MIGRATORIOS ¿HASTA CUÁNDO? Señor Abogado Jorge Solórzano Ferrando Coordinador de la Unidad de Control Disciplinario del Consejo de la Judicatura En su despacho. Estimado Profesor: Pedro Javier Granja Angulo, MSc, ante usted con el respeto que sabe le profeso y las consideraciones que se merita como ser humano y como profesional de consulta, me dirijo a usted para expresar mi perplejidad ante la temeraria acusación presentada en mi contra por el señor abogado RODRIGO BOLÍVAR MORA SALTOS, quien deberá responder por cada una de sus afirmaciones, seguramente promovidas por algún juez actual del propio Tribunal Penal afín a la prestigiosa familia Yávar.
I EL CLIENTE DEL QUEJOSO FUE CONDENADO POR EL SUSCRITO A OCHO AÑOS DE RECLUSIÓN POR EL DELITO DE ATENTADO AL PUDOR DE UN MENOR DE EDAD Doctor Solorzano, debo indicarle a usted que el cliente del quejoso fue sentenciado por el suscrito a OCHO AÑOS DE RECLUSIÓN MAYOR ORDINARIA, con fecha 15 de junio del 2011 luego de haber sido procesado, con todas las garantías propias de un estado constitucional, por el delito de ATENTADO AL PUDOR contra un menor de edad, a quien por su conditio de pobre, de ser un lustrador de calzado se lo pretendió incluso sodomizar en un baño público en la Terminal Terrestre de Guayaquil. Es decir, yo presenté mi ponencia, COMO EN TODOS LOS CASOS mientras fui juez y de eso puede dar fe la Secretaria del Tribunal, como máximo a los siete días de celebrada la audiencia.
No tengo la más remota mora en el despacho, siempre me dediqué por completo a mis funciones. Como todo abogado especializado y conocedor de la dinámica de un TRIBUNAL PENAL, el quejo debería saber, en este tipo de entes existen TRES JUZGADORES. Hay por lo tanto TRES opiniones distintas, y ese el sentido de la alzada, evitar en lo posible una sola visión para maximizar los derechos del procesado. Se hace un sorteo interno para DISTRIBUIRSE las ponencias de las causas. Luego el juez ponente presenta su informe a los otros letrados para que éstos, se adhieran a su posición o en su defecto, de no estar de acuerdo, se procede a redactar un voto concurrente o un voto salvado. La ponencia del caso 211B2010, NO le correspondió a Pedro Granja, sino a otro de mis colegas. No recuerdo, ni me interesa un bledo a quién le tocó ese caso. Hablo única y exclusivamente por mí. Entiendo, de las agrias discusiones y debates que mantuve por este y por todos los casos con mis distinguidos colegas Jorge Mestanza Pacheco e Isidro Sellán Holguín, la posición de ellos era, efectivamente que el procesado era culpable, como de hecho lo declaramos inmediatamente concluida la audiencia, pero en cuanto a la imposición de la pena, los señores jueces que integraban el Tribunal, eran divergentes. Si mal no recuerdo ellos hablaban de imponerle cuatro años de reclusión, a lo que, con profundo respeto de sus criterios ya que son abogados más experimentados que el suscrito, les manifesté que no cambiaría mi postura, porque TENGO HIJOS MENORES y de lo analizado y visto en la audiencia era claro que el procesado necesitaba tratamiento psiquiátrico, pero que al vivir en un país del tercer mundo, lo que me correspondía era disponer su reclusión y desde mi óptica merecía estar ocho años detenido. Si el fallo fue notificado o no, no me interesa, porque esa no es mi responsabilidad. En todo caso, no entiendo porque tanto llanto lastimero, cuando a este peligroso sujeto todavía le faltan dormir algunas noches más junto a otros atacantes de niños en el Penal porteño. Doctor Solórzano, lo respeto. He tenido la dicha de compartir estudios de postgrado con usted. No voy a poner en riesgo la amistad que me honra y que tan inmerecidamente me ha brindado. Le pido, que no me vuelvan a enviar más quejas patrocinadas por los propios jueces actuales del I Tribunal Penal, que tratan de congraciarse con Fernando Yávar Umpiérrez, quien es mi enemigo personal declarado. Que la Judicatura, presidida por un ignorante en derecho, por un mecánico que debe dedicarse a arreglar mi computadora averiada pero no a dirigir el Consejo de la Magistratura y por el hijo de un sujeto acusado en innumerables ocasiones de corrupción y abuso de poder, hagan lo que les venga en gana conmigo. Destitúyanme cuántas veces les apetezca, busquen abogados de medio pelo para que se hagan “famosos” tratando de debatir conmigo al menos con escritos plagados de faltas de ortografía y carentes de toda sintaxis. Yo, seguiré, en su momento las acciones civiles y penales contra quienes creen que este triste momento de la historia nacional será eterno. Al distinguido quejoso, que recuerdo, porque mi memoria es lo único bueno que tengo, como un abogado que no sabía cómo salvar de la cárcel a un sujeto que aborda niños para someterlo a sus perversiones, le puedo decir que provoca hasta lástima que él se refiera a mí, que tengo estudios de postgrado en las mejores Universidades europeas, que he dado clases en Universidades peruanas, argentinas y españolas, como un “incapaz e ineficiente”. Yo no soy abogado de cobrar pesetas. No soy un mercenario de la abogacía. Antes de defender VIOLADORES DE NIÑOS, antes de presionar jueces para que liberen a TRAFICANTES DE ARMAS, antes de presentar dos dictámenes uno acusando en la mañana y otro absolviendo por la tarde, prefiero
MORIRME DE HAMBRE. Que lo sepa y que lo oiga bien el quejoso irresponsable y utilizado por mis enemigos, que NI CON TODOS LOS ESCRITOS Y LLANTOS DEL MUNDO VA A LOGRAR OBTENER DE MI, IMPUNIDAD PARA UN SUJETO DE EXTREMO PELIGRO PARA LA NIÑEZ UNIVERSAL.