Ciencia / Salud
Página 14/LA NACION
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Jueves 26 de junio de 2008
Un asteroide “esculpió” la superficie marciana
Avance de investigadores argentinos y canadienses
Un gen que regula el tamaño del cuerpo puede generar tumores Normalmente inhibe la reproducción celular, pero si falla, da paso al cáncer Por Nora Bär De la Redacción de LA NACION Picasso solía repetir que el arte exige un uno por ciento de inspiración y unl 99% de transpiración. Algo similar podría decirse de la ciencia, pero habría que agregar además una pizca de azar... El hallazgo de científicos argentinos y canadienses de que un gen que regula el tamaño del cuerpo cumple un papel protagónico en la generación de tumores es, sin duda, un buen ejemplo de este modus operandi: enfrascados en el estudio del mecanismo molecular que da lugar a una rara enfermedad genética llamada síndrome de Simpson-Golabi-Behmel, los investigadores descubrieron que la inactividad o la mutación del glipicano 3 (o GPC3) libera la replicación celular que conduce a la generación de tumores. “Nosotros hace tiempo que veníamos investigando el mecanismo molecular del síndrome de Simpson-Golabi-Behmel –cuenta desde Toronto el bioquímico Jorge Filmus, hermano del ex ministro de Educación y jefe del grupo que realizó el trabajo–. Nos intrigaban dos hechos: en primer lugar, que la gente que lo padece tiene un tamaño desmesurado y, en segundo lugar, que además tiene predisposición a desarrollar cáncer.” Jorge Filmus llegó a Canadá en 1983, después de haber obtenido un doctorado en bioquímica en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA bajo la dirección del doctor José Mordoh. Hace unos 12 años, un grupo de genetistas identificó el gen que da lugar a este trastorno extremadamente infrecuente. El trabajo se publicó en 1998 y demostró que el GPC3 es el responsable. Ellos descubrieron que, a causa de una mutación, las personas que lo padecen carecen de la proteína cuya síntesis dirige este gen. “Los chicos con este síndrome
Un mecanismo de relojería Investigadores argentinos y canadienses descifraron uno de los senderos moleculares que conducen a la generación de tumores GPC3 hedgehog El gen glipicáno 3 (GPC3) sintetiza una proteína que frena la reproducción celular
Actúa sobre otro gen, llamado hedgehog, que está sobreexpresado en el cáncer
Cuando el GPC3 falla, se libera la división celular
Este proceso tiene importancia en ciertos tumores de mama, de ovario y de pulmón LA NACION
pueden pesar cinco kilos al nacer “Por alguna razón, la proteína que –explica Filmus–. Aquí, en Canadá, este gen regula deja de ser producituvimos un caso que se hizo célebre: da –razona Filmus–, y eso tiene releera un bebe de 20 meses con el peso vancia también en la generación de de un chico de ocho años. Fue un tumores. Para crecer y dividirse, tocaso extremo.” das las células requieren factores de Dado que resultó crecimiento que les proobvio que la función porciona el organismo normal del GPC3 es –explica–. Nosotros desprecisamente frenar cubrimos que el GPC3 el crecimiento, Filactúa en particular mus y su grupo de la sobre uno de ellos, un División de Biología gen llamado hedgeMolecular y Celular hog, que en el cáncer del Centro Sunnybroestá sobreexpresado y ok de Ciencias de la Satiene un papel muy imlud, en la Universidad portante. Es decir que de Toronto, decidieron la reproducción aceleestudiar la cascada de rada de células que caeventos moleculares Jorge Filmus racteriza la formación que éste dirige. de tumores puede dar■ “En cáncer, vamos Pudieron desentra- hacia las terapias perse tanto porque el gen ñarla, pero en el ca- sonalizadas” hedgehog aumenta su producción del factor mino descubrieron algo, si cabe, aún más de crecimiento como importante: que este gen también porque el GPC3 por alguna razón puede estar alterado en personas deja de producir la proteína que imnormales que desarrollan ciertos prime un freno al crecimiento y la tipos de cáncer de mama, de ovario reproducción celular.” La publicación de este trabajo y de pulmón.
en Developmental Cell no pasó inadvertida; es más, fue uno de los elegidos para comentar por el editor de Science. En el país, otro investigador de prestigio internacional, el doctor Gabriel Rabinovich, también elogió el descubrimiento. “Esta investigación arroja nuevas respuestas sobre los mecanismos de regulación celular –comenta Rabinovich–. A través de experimentos muy elegantes, los autores muestran que una proteína llamada glipicán 3 (GPC3), con la cual el equipo ha trabajado intensamente, es capaz de interactuar con una vía de señalización mediada por el factor hedgehog y de este modo generar una señal inhibitoria. A partir de este mecanismo proporcionaron una respuesta que permite explicar por qué la pérdida de GPC3 causa un crecimiento excesivo en el síndrome Simpson-Golabi-Behmel. Estos hallazgos son claramente extrapolables a diversos tipos de tumores donde existe un crecimiento exacerbado y se halla alterada esta vía de señalización. Jorge Filmus es el referente mundial en esta área. El trabajo es protagonizado también por otra argentina, la doctora Mariana Capurro, lo que representa doble motivo para el orgullo.” Como es lógico, la comprensión de los engranajes que conducen a la generación de tumores abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas en cáncer. Filmus ya vislumbra algunas: “En el último congreso de la Sociedad Americana de Oncología –comenta– se presentó un ensayo clínico con compuestos sintéticos que funcionan como inhibidores del hedgehog. Ahora, no todos los pacientes con cáncer de mama, de ovario o de pulmón tienen la mutación del GPC3 que libera el freno de la reproducción celular. Eso quiere decir que se podría tratar a los pacientes que han perdido la producción de GPC3, pero no a los otros. Hacia allí avanzan, precisamente, los nuevos enfoques en el tratamiento del cáncer: al desarrollo de terapias personalizadas”.
NATURE
Cómo debe de haber sido el impacto, según una recreación
Develan un misterio del planeta rojo Explican la asimetría de sus hemisferios LOS ANGELES (AP).– ¿Por qué Marte tiene dos caras? Tres equipos de científicos estadounidenses hallaron evidencia que confirma la teoría de que un único impacto cataclísmico dejó una huella indeleble en el planeta rojo, quizá la más grande en el sistema solar. La superficie marciana está dividida. El hemisferio sur es escarpado y el norte, plano. Tres artículos que aparecen hoy en Nature aportan pruebas sólidas de que un asteroide o un cometa sacudió a Marte hace unos 4000 millones de años: rebanó buena parte de su corteza norte y abrió un gigantesco orificio en el 40% del suelo. Nuevos cálculos revelan que el cráter conocido como cuenca borealis mide 8530 km de ancho y 10.620 km de largo, que es el tamaño de Asia, Europa y Australia juntas o cuatro veces mayor que el cráter Aitken, en el polo sur de la Luna. La teoría del impacto fue desarrollada hace 20 años por Steve Squyres (Universidad Cornell) y Don Wilhemls
(Instituto Geológico de los EE.UU.). Para los estudios, un equipo de científicos del MIT y la NASA recreó la superficie marciana antes de los volcanes con datos aportados por sondas espaciales. “La huella es realmente una de las principales evidencias de que quizás se formó por un impacto gigantesco”, dijo Jeffrey Andrews-Hanna, del MIT. El segundo grupo, del Instituto de Tecnología de California, desarrolló simulacros tridimensionales y los cálculos indicaron que un objeto de 1600 km de ancho a más de 21.000 km/h (24 veces más rápido que un jet) chocó contra Marte con un ángulo de entre 30 y 60 grados. El tercer estudio, de la Universidad de California, halló que las ondas expansivas de tal impacto habrían perturbado la corteza austral.
Animación. Vea cómo debe de haber sido el impacto del asteroide www.lnteve.com