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Sociedad
| Domingo 26 De octubre De 2014
SOCIEDAD
Edición de hoy a cargo de José Crettaz www.lanacion.com/sociedad | @LNsociedad | Facebook.com/lanacion
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Un alimento de “código abierto” La fórmula es pública y cualquiera puede producirla
252g
400mg
HIDRATOS DE CARBONO
MAGNESIO
114g
1375mg
PROTEÍNA
VITAMINA BP
90mg
70g ÁCIDOS GRASOS
VITAMINA C
2.5g
16mg VITAMINA B3
OMEGA 3 ÁCIDOS GRASO
27g
15mg
FIBRA
VITAMINA E
3500mg
11mg
POTASIO
ZINC
1050mg
21.5mg
SODIO
HIERRO
1000mg
5mg
CALCIO
VITAMINA B5
700mg
2.3mg
FÓSFORO
MANGANESO
Creado por un ingeniero informático de Silicon Valley, este producto en polvo para mezclar con agua –anticipado por la ciencia ficción– contiene los nutrientes que necesita una persona adulta; en la Argentina ya hay iniciativas para comercializarlo
Soylent. El alimento futurista que busca cambiar la forma de comer Texto Franco Varise | Ilustración Pablo G. Feliz
¿L
lega el fin del asado con amigos, los ravioles del domingo y el flan con dulce de leche? No tanto, pero... La última revolución que surgió de Silicon Valley no es una nueva aplicación, una red social o un dispositivo tecnológico. Nada de eso: se llama Soylent y es una comida en polvo para mezclar con agua que pretende cambiar absolutamente la forma en que nos alimentamos. Este polvo con todas las vitaminas, proteínas, minerales, sales y nutrientes que nuestro cuerpo necesita ya tiene emprendedores en la Argentina, mientras que, en los Estados Unidos, crece el número de curiosos y exhibicionistas que recibieron su pedido para probarlo y mostrarlo en las redes sociales. El ascenso de Soylent, un nombre que encierra suspicacias, comenzó a acelerarse a partir de que la Food and Drug Administration (FDA) le dio luz verde a este compuesto en calidad de “alimento” y no sólo como “suplemento” alimenticio. Este pequeño detalle le otorgó a Soylent un estatus de consumo diario y exclusivo que lo habilita para reemplazar al resto de los alimentos si es que el consumidor así lo decidiera. Rob Rhinehart, un ingeniero informático de 25 años, se instaló en San Francisco como muchos otros jóvenes para encarar su proyecto tecnológico. La historia abreviada, contada por él en varios videos en YouTube, sostiene que mientras esperaba que sus proyectos crecieran tuvo que ahorrar y descubrió que alimentarse a diario costaba una fortuna. Así fue como se le ocurrió crear un alimento barato y nutritivo. Investigó las posibilidades hasta alcanzar una fórmula satisfactoria. Luego creó un evento por Internet (crowdfunding) para que los interesados aportaran dinero al proyecto. Recaudó tres millones de dólares antes de salir al mercado. Actualmente, su empresa de comida de “garaje” recibe pedidos por 10.000 dólares diarios. “En polvo la comida es más estable, se puede conservar más tiempo, no hace falta ir tantas veces al supermercado ni cocinarla y no tenemos que preocuparnos de las bacterias que la estropean”, dice Rhinehart sobre su invento. “Estoy muy ocu-
Un tema recurrente de la ciencia ficción ^b^b^ Este tipo de comida sintética ha sido uno de los grandes temas de las novelas de ciencia ficción y distópicas. Hagan Sitio (1966), una novela de Harry Harrison, sirvió de base para el film Soylent Green (1973), de allí toma su nombre la marca del nuevo producto. En Nosotros, de Yevgeny Zamyati (1923), precursora de 1984, de George Orwell, y de Un mundo feliz, de Aldous Huxley, también aparece un alimento sintético llamado Petroleum Food.
pado durante la semana y prefiero alimentarme de Soylent. El fin de semana, si me apetece, puedo comer algo sólido y lo disfruto aún más”, agregó en una entrevista. La elección del nombre también es una gran curiosidad a contramano de cualquier manual de marketing. Sucede que a principios de los setenta se estrenó la película de ciencia ficción Soylent Green, protagonizada por Charlton Heston. El film, basado en una novela menor de Harry Harrison, plantea un perturbador y oscuro 2022 con un mundo superpoblado, jaqueado por la polución y sin comida. Sólo existe el Soylent Green, elaborado exclusivamente por una supercorporación sobre la base de plancton. Al final Heston descubre algo siniestro: “Soylent is people” (“Soylent es gente”), dice moribundo al revelar que el alimento sintético utilizado en aquel mundo futurista estaba hecho de cadáveres humanos. “Queremos ser transparentes en cuanto a que no utilizamos partes del cuerpo humano en la producción de Soylent”, dijo en broma Rhinehart, un fanático de la literatura de ciencia ficción. Yemel Jardi, de 25 años; Paula Montaldi, de 24, y Augusto Gesualdi, de 24, decidieron fundar Soylent Argentina. Los tres provienen del rubro del software, la química y la ingeniería industrial. “Para cualquier persona que tiene una vida agitada y que siente que hay comidas que no disfruta (por ejemplo, al mediodía en la oficina), Soylent es una solución, una alternativa para utilizar ese tiempo en otra cosa”, sostiene Jardi. El emprendimiento argentino no es una franquicia. Cuando Rhinehart fundó Soylent Corporation hizo otra cosa revolucionaria: publicó en su página la receta para que cualquiera pudiera hacer su propio Soylent e incluso cambiarle cosas y mejorarlo. Es una especie de alimento de “código abierto” como ocurre con el software libre. “Lo único que desalientan es la competencia en las mismas regiones, pero cualquier emprendedor puede usar el nombre. Nosotros somos Soylent Argentina”, explica Yemel. En casi todo el mundo, como aquí, hay personas experimentando recetas inspiradas en la original y con
ligeras variantes. “Tenía mucha curiosidad y venía siguiendo el tema porque me parece una solución muy práctica para organizar los tiempos y diferenciar lo que es nutrirse del placer de comer. Esto me simplifica y no me consume tiempo buscando qué comer para tener una dieta balanceada. Muchas veces terminás comiendo cualquier cosa sin placer y gastás una fortuna”, consideró Jardi. Un paseo por el microcentro porteño confirmaría la visión de Jardi. En general el almuerzo del mediodía es costoso y no podría definirse exactamente como “nutritivo”. En una nota sobre Soylent en la revista The New Yorker, la autora Lizzie Widdicombe consideró que en el futuro “veremos una separación entre las comidas utilitarias y funcionales y las comidas como experiencia y para socializar”. Este concepto plantea un futuro de la comida que parece hoy bastante remoto, pero a juzgar por la rapidez con la que Soylent comenzó a difundirse en los Estados Unidos, nadie está muy seguro de cuánto tiempo faltará para que este producto termine volviéndose masivo o popular. Por ahora, en la página de Facebook de Soylent Argentina sólo invitan a quienes estén interesados a participar del testeo del producto. En el país, el producto aún no fue aprobado por el Instituto Nacional de Alimentos (INAL), pero, según Jardi, el año que viene estarán en condiciones de empezar a comercializar Soylent. “Desde el día en que todos nuestros amigos se enteraron de la idea no paran de pedirnos que los tengamos en cuenta para el testeo”, dijo Yemel a la nacion. A todo esto, uno termina preguntándose algo fundamental sobre Soylent: ¿es rico? Al parecer, según los blogueros que ya lo probaron, el brebaje no es ni rico ni feo. Dicen que no tieneunsabordistintivooparticular.ß
del editor: qué significa. La evolución de la comida, tal como ocurrió con las comunicaciones y otros aspectos de la vida del hombre, todavía no se detuvo. Al contrario.
Una “informatización” de la alimentación que aún es experimental oPiNiÓN Jorge Franchella PARA LA NACIoN
F
rente a este nuevo producto alimenticio que propone reemplazar la comida diaria tradicional surgen varias reflexiones. Hace algún tiempo otro ingeniero en sistemas desarrolló un programa de actividad física denominado “crossfit”. Si bien fue diseñado para ser empleado en el equipo de bomberos y militares altamente entrenados en los Estados Unidos, rápidamente se convirtió en un programa de moda en el área del fitness en todo el mundo. Soylent surge ahora como un nuevo diseño, también de un ingeniero en sistemas, que al emplear el razonamiento de la suma correcta y adecuada de los componentes necesarios para una alimentación diaria, diseña y convierte en éxito un producto que reemplaza a la comida. El análisis cualitativo y cuantitativo médico-nutricional de este producto permite afirmar que se trata de una fórmula impecablemente diseñada. Vale decir que, guiados por las recomendaciones teóricas nutricionales, cumple con todos los componentes en variedad y cantidad que necesita un ser humano al 50% de sus necesidades en cada dosis. Esto en teoría lo hace prácticamente inobjetable, aunque todavía no es posible afirmar si la conversión de los alimentos a la forma de polvo, con las características bioquímicas que pueda tener este alimento, permitirá que una vez ingerido pueda ser digerido, absorbido y puesto al alcance de las células que lo requieran (algo que en medicina se denomina biodisponibilidad). Es decir, si una vez absorbido en la circulación por los distintos pasos que cada uno de los ingredientes tiene mantiene sus propiedades inalterables. Existen en
medicina ejemplos del denominado metabolismo del primer paso, que consiste en el efecto o transformación que algunos medicamentos padecen al pasar por primera vez por el hígado una vez administrados. Este hecho suele ser tenido en cuenta por la industria farmacéutica en el desarrollo de los medicamentos. Pero ¿fue esto tenido en cuenta por un ingeniero en software? Existen hidratos de carbono que se absorben muy rápidamente, a los que se denomina de alto índice glicémico, mientras que otros lo hacen lentamente y se los denomina de bajo índice glicémico. Si bien la clara de huevo y la soja tienen alto contenido en proteínas, las de la clara de
Aunque tiene un diseño teórico perfecto y datos bioquímicos completos, aún no puede decirse que Soylent reemplace a la comida diaria huevo se convierten 100% en material de crecimiento celular, mientras que las de la soja solo lo hacen en un 50%. Por eso, a la clara de huevo se la denomina de alto valor biológico, mientras que la soja se denomina de bajo valor biológico, ya que rinde la mitad en sus efectos. Por todo esto, puedo concluir que se trata de un producto cuyo diseño teórico es perfecto; sus datos bioquímicos, completos, aunque resulta complejo aseverar que Soylent pueda a reemplazar a la comida diaria.ß El autor es médico deportólogo y cardiólogo; es director del Programa de Actividad Física y Deportes del Hospital de Clínicas, UBA