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BUENOS AIRES
| Jueves 16 de octubre de 2014
Buenos aires
Edición de hoy a cargo de Luis Moreiro www.lanacion.com/buenosaires | @LNBuenosAires | Facebook.com/lanacion
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Sacaron 42 millones de adoquines y nadie sabe dónde están
misterio. El gobierno porteño dice que
tiene acopiados cerca de cuatro millones; del resto no hay noticias
Laura Rocha LA NACIoN
Cuando están instalados en las calles cuentan con protección patrimonial, pero una vez que son removidos su destino es incierto. Se trata de los históricos adoquines de las callecitas porteñas y por los que el centro de Buenos Aires es famoso. Según un estudio de la Auditoría de la Ciudad, desde 2008 se han removido unos 42 millones de adoquines de las calles de Buenos Aires. Sin embargo, apenas un 10% de esa cantidad está depositada en los predios que la Ciudad usa para acopiarlos. Del resto –unos 38 millones de piedras cúbicas de más de cinco kilos cada una– no hay información precisa. No existe un registro de cuántos se retiran ni en qué obras se reutilizan. ¿Cómo se contabilizan entonces los 42 millones? El auditor de la ciudad Facundo Del Gainzo (Coalición Cívica) pidió un informe respecto de los metros cuadrados de obras de cordón cuneta y de hormigonado de dársenas que implican la quita de adoquines de las calles porteñas. Con los datos aportados por el propio gobierno, según consta en una nota oficial a la que la nacion tuvo acceso, detalló que para las obras de cordones cuneta se retiraron 83.214 metros lineales de adoquines; cada metro lineal representa 30 adoquines, lo que totaliza 2.496.000 piezas de granito de un peso aproximado a los cinco kilos cada una. Según el mismo informe, otras 36.370.738 piezas se retiraron cuando se construyeron las dársenas de hormigón. El cálculo se obtiene de multiplicar los 727.414 m2 informados por el gobierno por 50, que es el número de adoquines que entran en cada metro cuadrado. “En este cálculo no está incluida toda la obra del casco histórico ni la de la Reserva Ecológica. Hay que tener más rigurosidad con este material, que es parte de nuestro patrimonio y nuestra historia. ¿Dónde están todos los adoquines que se sacaron?”, se preguntó Del Gainzo. Si se tiene en cuenta que por metro cuadrado hay 50 adoquines, 42 millones de adoquines es lo mismo que decir 840.000 m2. Según una licitación realizada por el propio go-
bierno, que compró adoquines, se pagó el m2 347 pesos, lo que da un valor aproximado de 291 millones de pesos al volumen retirado y que nadie acierta a saber dónde fueron a parar. El organismo responsable de velar por los adoquines es el Ente de Mantenimiento Urbano Integral (EMUI). Allí, Mariano Schiavo, subgerente de legales del área asegura que “hay un control” y que desde que asumió, en febrero, las piezas acopiadas en los depósitos oficiales están controladas. Sin embargo, no precisó el volumen de adoquines que hay en el predio de Castañares, en Villa Lugano. “El adoquín que se extrae es reutilizado para obras que están autorizadas por ley”, indicó el funcionario. Schiavo se refiere a las mejoras en plazas, parques, espacios públicos y calles porteñas. Según relató, firma por mes un promedio de tres solicitudes que reclaman adoquines. Las últimas tres que detalla son para las obras alrededor del Lago Regatas, en Palermo; un sendero en el hospital Borda, y obras en el barrio Ramón Carrillo. Sin embargo, reconoce que no existe un registro de qué cantidad exacta entra de material ni qué cantidad sale para ser reutilizado. “Ese tipo de control no es necesario. El poco volumen de lo que se puede ir pidiendo y la diversidad de pedidos no llevarían ningún dato relevante”, aseguró. Respecto del destino de los millones de adoquines que se retiraron de las calles en estos últimos siete años no tiene respuesta. Sólo aclaró, en un par de ocasiones, que “no hay una idea de que cualquiera entra y se lleva un adoquín”. En ese sentido, Del Gainzo sostuvo que es difícil no creer eso: “Apenas sabemos dónde está, efectivamente, el 10% de lo que se retiró de las calles. No existen políticas para determinar su uso. Si están reutilizados en obras, tampoco lo sabemos. Lo que termina sucediendo es que se generan cementerios de adoquines y eso es sinónimo de descontrol y robo sistemático”. En el gobierno indicaron que trabajan en la elaboración de un catálogo de las calles adoquinadas y protegidas. Schiavo detalló que hay 2000 cuadras con adoquines en la ciudad.ß
Algunos de los adoquines retirados de las calles fueron utilizados en la Reserva Ecológica
Por Internet se venden a nueve pesos la unidad ^b^b^ En agosto del año pasado la nacion describió lo fácil que era comprar en una suerte de mercado negro los adoquines que se retiraban de las calles. En el depósito de Villa Soldati apenas había vigilancia y cada pieza se conseguía a razón de $ 20. Por el mismo precio también se podían conseguir en las obras callejeras donde se los removía.. ^b^b^ Según aseguran en el Ente de Mantenimiento Urbano Integral, esta situación cambió, aunque los adoquines se siguen vendiendo por Internet, a un costo promedio $ 9 la unidad. Según Mariano Schiavo, responsable legal del ente, esas ofertas son de canteras privadas que ofrecen el producto y los adoquines no pertenecen al gobierno. Las fotos parecen contradecirlo, pero como no hay registro, no se puede determinar.
silvana colombo
Un rastro que se pierde entre Villa Soldati y la Costanera Sur
Camiones con adoquines salen de un depósito, pero no llegan a destino Alejandro Shaw LA NACIoN
La historia oficial de la ruta de los adoquines dice que cuando se los remueve de las calles son trasladados en camiones a un depósito situado en Villa Soldati, desde donde, luego, supuestamente son transportados a la Reserva Ecológica. El problema, según pudo comprobar ayer la nacion siguiendo ese camino, es que en Soldati no hay 42 millones de adoquines almacenados y en la Reserva Ecológica los encargados dicen que “hace años” que allí no llega un adoquín. El destino de los trozos de granito que históricamente cubrieron las calles de Buenos Aires es un misterio. En agosto del año pasado este diario había publicado que el terreno delimitado por las avenidas Roca y 27 de Febrero, la calle Pergamino y la autopista Cámpora se hallaba prácticamente desprotegido: apenas dos agentes de la Policía Federal custodiaban el espacio, y faltaban varios sectores del cerco perimetral. Esta situación de abandono permitía que cualquier persona ingresara al depósito y retirara adoquines. Ayer, según pudo comprobar la nacion, las condiciones de seguridad dentro del predio cambiaron, pero esto no impide que continúe la miste-
riosa fuga de adoquines históricos. Según una fuente consultada por este diario, desde hace seis meses el depósito es controlado por la empresa constructora Bautec SA, que reparó el enrejado del cerco perimetral y puso seguridad privada. Sin embargo, los adoquines siguen desapareciendo. El mismo informante, que no quiso dar a conocer su identidad y que trabaja en el depósito de Soldati, detalló que “ahora están trayendo tosca, y los adoquines son transportados a la Reserva Ecológica [de la
“Trabajo desde hace años en la Reserva y nunca vi entrar un camión con adoquines”. Costanera Sur] para empedrar los senderos”. Periódicamente, las palas mecánicas que trabajan en el depósito de Villa Soldati los cargan en los camiones volcadores . “Depende del día; a veces salen cinco camiones, pero hay días que pueden salir hasta 15 volcadores llenos de adoquines”, contó el informante de Soldati. En el predio, efectivamente, se
observa a simple vista cómo decae la cantidad de adoquines apilados y crecen las montañas de escombros. Sin embargo, llaman la atención las impactantes montañas de basura mezclada con tierra que se erigen, principalmente en la porción del predio que da sobre la calle Pergamino. Siguiendo la ruta de los adoquines, la nacion recorrió la Reserva Ecológica y el resultado no fue el esperado. Si bien allí se los utiliza para delimitar senderos y canteros, y una gran cantidad están apilados a la espera de ser utilizados, el volumen no se condice con la merma producida en el depósito de Villa Soldati. “Trabajo desde hace dos años aquí y no vi entrar un solo camión con adoquines”, dijo a este diario un empleado del espacio verde situado en el lado del barrio de Puerto Madero, sobre la costa del Río de la Plata. “Antes había una montaña de adoquines, pero se fueron distribuyendo para marcar los senderos y los canteros de las plantas. Todavía falta ubicar varios”, agregó. otro trabajador de la Reserva Ecológica confirmó el cuadro de situación. “Hace cinco años que trabajo aquí y los adoquines ya estaban. No creo que nadie haya visto entrar un adoquín en este predio durante los últimos años”, aseveró.ß
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El carril exclusivo de taxistas recorrida Mauricio Giambartolomei LA NACIoN
A
costumbrado a ser peatón, el cronista acaba de llegar, finalmente, al primer auto y ahora descubre día a día un nuevo mundo: el de las bofetadas del tránsito porteño. Los sentidos se despiertan para acomodarse a las mañas del asfalto, pero no alcanzan para entender las costumbres que lo hacen más tedioso y peligroso. Sucede en las avenidas y, aunque no es nuevo, parece ser mayor a medida que aumenta la bajada de bandera y la ficha cada 120 metros. Los taxistas, de ellos hablamos, adoptaron la costumbre de circular por los carriles más lentos de las avenidas –que no son exclusivos– a no más de 20 km/hora. Así se forman lar-
gas filas de autos detrás de varios taxis que obstaculizan las esquinas o dificultan el radio de giro de autos particulares o colectivos. Hasta un punto es razonable la forma en que tratan de captar pasajeros. Queda claro que circulan lentamente para permanecer más tiempo cerca de los potenciales clientes. Pero la costumbre genera peligro incluso para los peatones, los más expuestos a posibles accidentes. Con el mismo fin los taxistas permanecen en las esquinas coqueteando con el semáforo y los segundos entre el verde y el amarillo, para ganar tiempo. Todos debemos respetar la velocidad máxima permitida en las avenidas. Pero también tener el suficiente sentido común como para pensar que las marchas lentas también pueden ocasionar tragedias.ß
@0800willy John Charles
“hace más de un año reclamo por veredas rotas en moldes 3507 y sigue sin solución” @Juliobresso
Un simulacro de emergencia Como si se tratase de una situación real de una rotura de un caño de gas de alta presión, unas 400 personas participaron ayer de un simulacro de emergencia organizado por la cadena de supermercados Carrefour, en Vicente López. En el operativo, que comenzó a las 8.15 y se extendió durante 45 minutos, participaron personal de bomberos y de Defensa Civil, que actuaron con celeridad para apagar las llamas.ß
Julio Bresso
“en Barrio parque estacionan autos en las veredas”
n Juega river y Núñez es uN problema
“Los días en los que River Plate juega de local, las calles del barrio de Núñez se ven invadidas por «trapitos». Éstos dejan estacionar a los vehículos sobre las veredas, e impiden el paso de los peatones, así como en las bocacalles, obstruyendo las bajadas para discapacitados”, contó el vecino Juan Ignacio Peña.
n veciNos, perdidos coN los cambios
María Cristina López envió un mail a esta sección para contar que desde que el gobierno porteño lanzó el nuevo sistema de recolección de residuos se han alterado los horarios habituales de prestación del servicio. “En la calle Quirno al 500, la recolección ahora es por la mañana. Pero nadie nos avisó”, dijo.