Reflexiones Para Una Vida Mejor
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...por Pepe Luis Pedraza
Pedraza Publishing © 2013
Publicado por Pepe Luis Pedraza Holyoke, MA USA Derechos Reservados del Autor Copyright © 2013 by Pepe Luis Pedraza / Pedraza Publishing All rights reserved. ISBN-13: 978-1490315898 ISBN-10: 1490315896 Primera edición ©2013 Este libro no puede ser reproducido sin el permiso del autor. Las opiniones expresadas por el autor de este libro son opiniones personales, basadas en la palabra de Dios. No necesariamente tiene que ser aceptada por la opinión de cada lector. Diseño de Portada: Pedrazart.com Editor: Pepe Luis Pedraza Fotografia: Maribel Pedraza Todas las citas bíblicas de esta publicación han sido tomadas de la Reina-Valera 1960. Utilizado con permiso.
Pepe Luis Pedraza
CUIDA LAS FLORES QUE NOS DA EL SEÑOR
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abía una joven muy rica, que tenía todo; un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo donde le pagaban muy bien, una familia unida. Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso; el trabajo y los quehaceres le ocupaban todo su tiempo y su vida estaba mal en algunas áreas. Cualquier asunto era una razón para ella desatender a su esposo e hijos; las personas que ella amaba eran siempre dejadas para después. Un día, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo: una flor muy cara y rarísima, de la cual había apenas un ejemplar en todo el mundo. Y le dijo: “Hija, esta flor te ayudara mucho más de lo que tú te imaginas! Únicamente necesitas regarla y podarla de vez en cuando, ocasionalmente conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y las más lindas flores.” La joven la recibió emocionada, pues la flor era de una belleza sin igual. Pero el tiempo fue pasando, los problemas surgían, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permitía cuidar de la flor. Ella llegaba a casa, miraba la flor y aún estaba ahí, no mostraba ningún signo de debilidad o muerte, siempre, linda, perfumada. Entonces ella pasaba sin prestarle más atención. Hasta que un día, sin más, la flor murió. Ella llegó a su casa y se llevó un susto, estaba completamente muerta, sus raíces estaban resecas, sus flores caídas y sus hojas amarillas. La Joven se echó a llorar y le conto a su padre lo que había acontecido. Su padre entonces respondió: “Imaginé que eso ocurriría, y no puedo darte otra flor, porque no existe otra igual a ella, era única, así como tus hijos, tu marido, tus amigos y toda tu familia. Todos son bendiciones que el Señor te dio, pero debes aprender a regarlos, podarlos y dar atención a ellos, pues así como la flor, los sentimientos también mueren. Tú te acostumbraste a ver la flor viva, florida, siempre perfumada, y te olvidaste de cuidarla. Cuida a las personas que amas.”
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REFLEXIONES Para Una Vida Mejor
Vol. 1
****** Lamentablemente esta es la mayor de las causas por la cual vemos tantos divorcios y problemas familiares. Hoy día hay tanto afán por los quehaceres del hogar y los problemas ajenos, que nos olvidamos de los que tenemos cerca. Si vemos las noticias nos damos cuenta que la mayoría de problemas en las universidades, hoy día, son causados por jóvenes de familia de altos recursos, los cuales han sido criados poniéndole todo en la mano, menos amor en el corazón. Padres que se ocuparon por traer el pan sobre la mesa, pero no tomaban un tiempo para sentarse con sus hijos. Se preocupaban por darle los mejores regalos, pero no le regalaban consejos para que fueran mejores personas en la vida. - Si tenemos muchas ropas en el armario, ¿Porque tenemos que coger el momento de la familia para lavar ropa? - Si mañana tengo el día libre del trabajo, ¿Porque tengo que coger el día de hoy para lavar el carro o hacer los trabajos grandes de la casa, en vez de pasar un tiempo con mis hijos? Hoy estamos vivos, mañana no lo sabemos. Dediquemos más tiempo a esas flores que Dios nos ha dado, para que no se nos marchiten. Las bendiciones del Señor hay que conservarlas. Dios nos las da, pero nosotros tenemos que cuidarlas; son bendiciones únicas y exclusivas para nosotros. Lucas 10:41-42 41Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.” Eclesiastés 3:1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
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EL ALPINISTA
uentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Everest, inició su travesía, después de años de preparación, pero quería la gloria para él solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, el frio era terrible y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, decidido llegar a la cima. Mientras subía le llegó el anochecer en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo estaba completamente oscuro, frio, no había luna y las estrellas eran cubiertas por las nubes. Y la noche se ponía mas fría. Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... caía a una velocidad acelerada, solo podía ver veloces manchas cada vez más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida, pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón tan fuerte que casi lo parte en dos... Si, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad, con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que gritar “Ayúdame Dios mío.” De repente una voz grave y profunda de los cielos le contesto: -”¿Qué quieres que haga hijo mío?” -”Sálvame Dios mío.” -”¿Realmente crees que te pueda salvar?” -”Por supuesto Señor.” -”Entonces corta la cuerda que te sostiene.” Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró a la cuerda y pensó, “Si la corto, de seguro, me voy a matar”.
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Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una cuerda... a tan solo un pies del suelo. ****** Mucha gente se prepara cada día para lograr sus metas. Pero en el medio del camino se encuentran con situaciones que no le permiten seguir. Y ¿Cuantas veces le hemos pedido a Dios que nos ayude en esos momentos de desesperación, de angustia, de dudas, para que nos dé la salida para escapar de lo que nos ata y no nos deja seguir hacia delante, y cuando Dios nos presenta la salida, decimos “Esa es mi mente que me quiere engañar”. Hay veces que para salir de los problemas, para progresar en nuestras vidas y para lograr metas en nuestra vida hay que apartarnos, a veces, de la familia, amigos, trabajo, y todo lo que pueda ser negativo para nuestra vida. Hay veces que nos sentimos agarrado de una cuerda pensando en qué debemos hacer, si cortarla o seguir agarrados a ver qué pasa. Pues, lamentablemente, el que se agarra de una soga, no se cae, pero tampoco se mueve. Si te quieres agarrar, agárrate de Dios. Si te quieres liberar, suelta lo que tienes en las manos. Aléjate de lo que te está aguantando, y sigue hacia delante. Porque si comenzaste confiando en Dios, no te preocupes, aunque sientas que estas cayendo, el Señor te lleva de su mano. Lo mismo sucede para buscar de Dios; la computadora, Facebook, la internet, la televisión, el celular, y muchas otras cosas más nos atan de tal manera que no nos deja buscar de Dios de la manera que queremos, y que Dios quiere. A veces tenemos miedo de soltar lo que nos aguanta, pero si no lo hacemos moriremos sin haber logrado nada. Pon tus metas en las manos de Dios y confía, él te ayudará. Suelta lo que te impide buscar de Dios, y tendrás la salvación eterna y una gran victoria. Salmo 37:24 Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano.
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EL AUTO Y LA BIBLIA
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n joven muchacho estaba a punto de graduarse, hacia muchos meses que admiraba un hermoso auto deportivo que vio en un dealer, sabiendo que su padre podría comprárselo le dijo que ese coche era todo lo que quería. Finalmente, en la mañana del día de graduación, su padre le llamó a que fuera a su habitación. Le dijo lo orgulloso que se sentía de tener un hijo tan bueno y lo mucho que lo amaba. El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo. Curioso y de algún modo decepcionado, el joven abrió la caja y lo que encontró fue una hermosa Biblia de cubiertas de piel y con su nombre escrito con letras de oro. Enojado le gritó a su padre diciendo: “con todo el dinero que tienes, y lo único que me das es esta Biblia” y salió de la casa. Fue tanta la decepción del joven, que se fue de la casa a hacer su vida. Pasaron muchos años y el joven se convirtió en un exitoso hombre de negocios. Tenía una hermosa casa y una bonita familia, pero cuando supo que su padre que ya era anciano estaba muy enfermo, pensó en visitarlo. No lo había vuelto a ver desde el día de su graduación. Antes que pudiera partir para verlo, recibió un telegrama donde decía que su padre había muerto, y le había heredado todas sus posesiones, por lo cual necesitaba urgentemente ir a la casa de su padre para arreglar todos los tramites de inmediato. Cuando llegó a la casa de su padre, una tristeza y arrepentimiento llenó su corazón. Y buscando entre los documentos de su padre encontró la Biblia que en aquella ocasión su padre le había dado. Con lágrimas, la abrió y empezó a hojear sus páginas. Su padre cuidadosamente había subrayado un verso...
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Mateo 7:11 “Y si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, cuanto más nuestro Padre Celestial dará a sus hijos aquello que le pidan.” Mientras leía esas palabras, unas llaves de un auto cayeron de la Biblia. Tenían una tarjeta del dealer de autos donde había visto ese auto deportivo que había deseado tanto. En la tarjeta estaba la fecha del día de su graduación y las palabras: TOTALMENTE PAGADO. ****** ¿Cuántas veces hemos perdidos las bendiciones de Dios solo por el hecho que no venía de la forma que queríamos verla? No todo lo que queremos viene en papel de regalo. Un hijo, viene con dolor y sangre. Una perla viene con una concha. Un dinero viene con trabajo y sudor. Y así sucesivamente recibimos tantas cosas de manera indeseada. ¿Cómo vas a recibir un diploma de graduación, sin haber estudiado antes? ¿Cómo obtener un alto honor sin sacrificar mucho tiempo en los estudios? Hay cosas que no la vemos en nuestras manos, pero están ahí. Nosotros no podemos ver a Dios y sabemos que existe, así como no vemos el aire y sabemos que está. Nuestro Padre celestial da bendiciones a aquellos que le piden, y a los que se esfuerzan en obtenerlas, pero antes tienes que convertirte en su hijo, y ganarte esa bendición. Porque en la vida todo tiene su precio, más la salvación y bendiciones de Dios son gratuitas, pero hay que ganarsela. No te desanimes solo porque no ves las cosas que deseas, sigue luchando, Dios te ayudará a obtenerlas. Mateo 6:33 “Busca primero el reino de Dios y su justicia, y las demás cosas vendrán por añadiduras.”
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