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que afectan actualmente a la capacidad integradora de la sociedad: las transfor- maciones producidas en el mercado ...... la (28 años, inmigrante Uruguaya en Bilbao) las dificultades de su marido para en- contrar empleo: ...... T.—Porque me quedé sordo... tú sabes que si pierdes la audición, pier- des la estabilidad... y ...
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La acción de Cáritas en el espacio de la exclusión, nuevos retos para la intervención social

Miguel Laparra Begoña Pérez (coordinadores)

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F u n d a c i ó n Fo e s s a Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada

Cáritas Española Editores

Cáritas F u n d a c i ó n Fo e s s a Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada

PROCESOS DE EXCLUSIÓN E ITINERARIOS DE INSERCIÓN La acción de Cáritas en el espacio de la exclusión, nuevos retos para la intervención social Miguel Laparra Begoña Pérez (Coordinadores) José Ramón García de Eulate Rut Iturbide Miguel Laparra Begoña Pérez Yolanda Resano (Autores)

F u n d a c i ó n Fo e s s a Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada

MADRID, 2007

Cáritas

© Cáritas Española Editores San Bernardo, 99 bis Teléf. 91 444 10 00 Fax: 91 593 48 82 E-mail: [email protected] http: www.caritas.es © FUNDACIÓN FOESSA San Bernardo, 99 bis 28015 MADRID I.S.B.N.: 978-84-8440-502-3 Depósito Legal: M-33.497-2008 Portada: Artegraf, S.A. Imprime: Artegraf, S.A. Sebastián Gómez, 5 · 28026 MADRID Impreso en España - Printed in Spain

Índice

Págs.

Presentación ...............................................................................................

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III. Una revisión sobre el estado de la cuestión de la exclusión. Propuestas para el análisis de la pobreza y la exclusión social en España..............................................................................

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1. 2. 3. 4. 5.

La exclusión como fenómeno estructural ....................................... La exclusión como fenómeno multidimensional ............................. La exclusión entendida como proceso ............................................ La exclusión entendida como fenómeno heterogéneo ................... El factor subjetivo de la exclusión ...................................................

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Conclusión y propuestas para el análisis de la exclusión social en España .............................................................................................

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III. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas.............................

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1. Los relatos de vida como método de estudio de la exclusión social ....................................................................... 2. Validación del marco teórico sobre la exclusión social .................... 3. Procesos de exclusión social e itinerarios de inserción social..........

41 44 78

Conclusiones: reflexiones en torno a los procesos de exclusión e itinerarios de incorporación social .....................................................

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III. Conclusiones ....................................................................................

111

BIBLIOGRAFÍA.............................................................................................

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Págs.

ANEXO: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas ..............................................................

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Ernesto (Nacional con intensidad de intervención alta) ............... Felipe (Nacional con intensidad de intervención alta) .................. Toni (Nacional con intensidad de intervención media)................. Rita (Nacional con intensidad de intervención alta) ..................... Matilde (Nacional con intensidad de intervención media) ........... María (Nacional con intensidad de intervención media) .............. Gloria (Nacional con intensidad de intervención media).............. Said (Extranjero con intensidad de intervención alta) .................. Danny (Extranjero con intensidad de intervención alta)............... Luna (Extranjera con intensidad de intervención media) ............. Iana Gheorghina (Extranjera con intensidad de intervención baja). Margaret Ekpo (Extranjera con intensidad de intervención baja).

135 167 207 239 257 297 329 343 365 385 399 423

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Presentación

El espacio social de la exclusión se ha visto sometido a intensos factores de cambio durante la última década. Un crecimiento económico constante, basado en el mantenimiento del empleo precario debiera haber ido transformando la relación de este sector de población con el mercado de trabajo (a pesar de todo en clara expansión), a la vez que se multiplicaban problemas endémicos para hacer efectivos determinados derechos sociales como el acceso a la vivienda o se mantenía la debilidad de ciertos programas sociales. Por otro lado y en relación con este modelo de crecimiento, la llegada de un flujo migratorio intenso y constante, en condiciones de irregularidad y con una gran vulnerabilidad social, desde finales de los noventa ha marcado profundamente la dinámica interna dentro del espacio social de la exclusión, transformando su composición interna. Las políticas públicas y las entidades sociales que intervienen en la lucha contra la exclusión, Cáritas entre ellas, deben por tanto afrontar estos elementos que caracterizan la exclusión así como los nuevos factores de cambio, reorientando sus prioridades y adecuando sus programas a las nuevas necesidades de los sectores excluidos, de tal forma que puedan diseñarse itinerarios de inserción de una forma más acorde con las nuevas realidades. En este trabajo hemos tratado de analizar estos elementos de transformación en el espacio social de la exclusión con el objetivo de buscar respuestas adecuadas para afrontarlos. El trabajo que a continuación se presenta es fruto de una investigación encargada por Cáritas Española con el objetivo de profundizar en el conocimiento de la exclusión social y conocer los procesos de adaptación de esta institución a los diversos retos que plantean dichas transformaciones. Este objetivo se articuló a través del desarrollo de cuatro líneas de investigación que nos permitieron un uso complementario de diversas metodologías de acercamiento al mismo. La primera de ellas consistió en profundizar en el conocimiento de la exclusión social en relación con las nuevas transformaciones sociales y económicas. De este modo, la primera parte del trabajo que aquí se presenta incluye una revisión de las principales líneas de estudio sobre exclusión e inserción social realizados en los años más recientes, en el nivel estatal y europeo. El objetivo ha sido valorar los abordajes metodológicos más adecuados para profundizar en el conocimiento de la exclusión social y recoger sus aportaciones más significativas. Como conclusión a este apartado se incluye una propuesta metodológica que permita avanzar en el conocimiento de la exclusión en España.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

En la segunda parte del trabajo se incluye el análisis de cuarenta y cuatro relatos de vida de personas atendidas por Cáritas. En este caso, el objetivo ha sido contrastar las aportaciones del conocimiento acumulado sobre la exclusión social con el estudio longitudinal de un mapa de distintas situaciones de exclusión atendidas por Cáritas. La elaboración de los relatos de vida nos ha permitido conocer de primera mano los itinerarios de exclusión e inserción social contados por sus protagonistas. Cáritas siempre ha ocupado un lugar importante en la atención a los más desfavorecidos, por ello la observación de las personas que pasan por sus servicios y programas permite acercarnos a uno de los espacios más intensos de la exclusión social en España. Igualmente la presencia de Cáritas en todos los territorios permite un acercamiento a la diversidad estructural y social de la exclusión social en España y a las distintas dinámicas migratorias que pueden observarse en el conjunto del Estado. Finalmente, en el anexo de la publicación se incluye una selección de doce relatos de vida especialmente significativos por el valor de su contenido. Su selección se ha efectuado en base a un doble criterio, por un lado, se han escogido aquellos relatos cuyos protagonistas configuran un mapa representativo de la variedad de perfiles atendidos por Cáritas. Por otro lado, han sido elegidos aquellos relatos que mejor reflejan la compleja confluencia de factores que influyen en los itinerarios de exclusión e inclusión social. Además de éstas, se llevaron a cabo otras líneas de análisis que aunque no forman parte de esta publicación constituyen informes de trabajo utilizados en el proceso de reflexión interna de la entidad. Se efectuó un análisis de la diversidad de los contextos territoriales1, elaborado a partir de la recogida de una batería de indicadores demográficos, sociales y económicos en referencia a las dinámicas estructurales de la exclusión, así como de la propia capacidad integradora del entorno garantizado por los mercados laborales y por el sector público. También se realizó un estudio del contexto institucional de la intervención llevada a cabo por la entidad mediante el análisis de las principales líneas de intervención desarrolladas en diversos territorios, así como los retos que afectan a cada una de ellas. Este apartado se construyó a partir de la información recogida en las propias fuentes documentales de la institución (memorias de programas, indicadores básicos sobre demanda, recursos económicos y humanos, proyectos y estudios propios). Para ello se contó con valiosa información obtenida a partir de entrevistas realizadas a informantes de la institución (técnicos, responsables, coordinadores). Estos informantes se constituyen en observadores cualificados de los últimos procesos de transformación del espacio social de la exclusión, así como de los potenciales y limitaciones de la entidad en su intervención diaria. Por último, se realizó un estudio sobre la evolución del perfil de las personas atendidas por Cáritas y de la propia intervención de la entidad a través del aná1 Documento de trabajo de Cáritas (2007), «Contexto demográfico e institucional de las provincias de referencia: Bilbao, Sevilla, Navarra, Salamanca y Valencia».

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Presentación

lisis de una base de datos con información sobre 6.324 expedientes de personas atendidas por la institución2. El objetivo de esta parte de la investigación era poder interrelacionar las características de la población que llega a la institución con las características de la intervención de Cáritas: las ayudas recibidas, el paso por los distintos programas y los apoyos recibidos. Hasta el momento la inexistencia de un instrumento común de gestión hacía complicado obtener información de este tipo que habitualmente se encuentra en los informes sociales en papel, en distintas bases de datos de las diócesis y en algunos casos únicamente en la mente de los profesionales de los programas. El proceso de implantación del SICCE, como sistema de recogida de información homogéneo, ha permitido avanzar en esta línea aportando un primer intento de análisis del que pueden extraerse algunas conclusiones provisionales por un lado y por el otro, una serie de recomendaciones metodológicas para el futuro orientadas a sacarle el máximo partido. A largo de todo el proceso de investigación fue clave la colaboración de cinco Diócesis. La elección de estas cinco diócesis vino propiciada por su disponibilidad a colaborar en el estudio y no con el objetivo de asegurar una representatividad fiel de la diversidad territorial de la institución. A pesar de ello, las cinco diócesis participantes, Bilbao, Pamplona, Salamanca, Sevilla y Valencia sí nos permiten acercarnos bastante a dicha diversidad. Gracias al intenso trabajo de estas cinco diócesis se llevó a cabo la recogida de datos de contexto, la elaboración de los relatos de vida, la introducción de los 5.000 expedientes y la realización de las entrevistas. En este trabajo participaron responsables, técnicos y voluntarios a quienes es preciso agradecer el importante esfuerzo realizado en la recopilación de la información o la construcción de los relatos de vida. Los responsables del estudio en cada territorio, además de coordinar de primera mano la realización de todas las tareas, realizaron importantes aportaciones al estudio a través de las sesiones de diseño, seguimiento y discusión del trabajo: Fco. Javier Portilla y José M.a Rodríguez (Salamanca), Juan Antonio Amunategui (Bilbao), Catalina Acedo, Mario Jordi y Francisco Puyol (Sevilla), Vicente Blasco (Pamplona), Nuria Baeza (Valencia), Ana Abril, Víctor Renes y Francisco Lorenzo (Cáritas Española). Igualmente es preciso agradecer a los muchos voluntarios y técnicos que colaboraron en la realización de entrevistas e introducción de expedientes: Francisco Miranda, Macu, Sandra González, Sabine Hellmuth, Virginia Alcubilla, M.a Jesús Castillejo, Amaia Ayensa, Ion Astiz, Elisa Gutiérrez, Elena Alonso, Mamen Martín, Arguiñe Vivanco, Amparo López y otros. Para finalizar esta presentación, es preciso agradecer la inestimable aportación de los/as protagonistas de los relatos, personas que en algún momento han recurrido a Cáritas, por su disponibilidad, sus recuerdos, sus vivencias, sus esfuerzos y su lucha diaria. 2 Documento de trabajo de Cáritas (2007), «Un análisis experimental de la población atendida por Cáritas: características básicas, atención recibida y evolución».

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I.

Una revisión sobre el estado de la cuestión de la exclusión. Propuestas para el análisis de la pobreza y la exclusión social en España

La progresiva utilización del término exclusión en sustitución del de pobreza por parte de la Comisión Europea3 se produjo a partir de los años ochenta debido a la extensión de cierto consenso en cuanto a la necesidad de superar la concepción economicista del concepto de pobreza (Hiernaux, 1989). Sin embargo, este cambio en la terminología no parece ser sólo una cuestión de modas auspiciadas por la burocracia europea en el entorno de sus programas de subvenciones a la intervención y la investigación (que también), ni siquiera de una diferente tradición intelectual, sino que responde a un proceso de transformación en los objetivos de investigación y posiblemente también a un proceso de transformación de la propia sociedad. Tal como Graham Room (1995) ha señalado este salto conceptual supone una perspectiva más amplia y más compleja. 1. De una concepción individual se pasa a una estructural en la que se tienen en cuenta las transformaciones sociales que han incidido en la capacidad protectora de la sociedad. 2. De una concepción unidimensional (monetaria) basada en los ingresos o en los gastos, se pasa a una concepción multidimensional en la que se analizan otros ámbitos como el empleo, las relaciones sociales o el acceso a los sistemas de protección social. 3. De una concepción estática, que entendía la pobreza como situación de bajos ingresos en un momento determinado del tiempo, se pasa a una concepción que entiende la exclusión como un proceso. 4. De una concepción dual en la que se entiende la pobreza como una situación que afecta a un colectivo diferenciado de la sociedad mayori3 La Comisión Europea comienza a utilizar el término en 1989 en el II Programa Europeo de Lucha contra la Pobreza.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

taria, se pasa a la diferenciación de una heterogeneidad de espacios situados en el continuo entre integración y exclusión. La utilización del término exclusión por parte de la Comisión Europea responde, precisamente, a la existencia de un elevado nivel de consenso teórico sobre la utilización de una concepción que incluya estos cuatro aspectos que definen la naturaleza del fenómeno. Sin embargo, este consenso en el plano teórico no acaba de traducirse en la elaboración de conceptos operativos, de métodos y de sistemas de indicadores que permitan analizar el espacio de la exclusión social en Europa4. El objetivo de este artículo es llevar a cabo una revisión de los estudios sobre pobreza y exclusión realizados en los años más recientes en el nivel europeo y en España con el fin de conocer el estado de la cuestión de la investigación sociológica sobre este fenómeno. Se trata de analizar en qué medida las metodologías utilizadas son capaces de abordar los distintos rasgos que definen la naturaleza de la exclusión social. Igualmente, puede resultar útil llamar la atención sobre aquellos aspectos de este fenómeno que, por su propio dinamismo todavía, no han sido suficientemente analizados o que, debido a su especificad en el caso español, conviene abordar de manera diferenciada.

1. La exclusión como fenómeno estructural A diferencia de las concepciones individualistas relacionadas con el estudio de la pobreza que responsabilizaban de esta situación a los comportamientos y decisiones adoptados por los individuos, la exclusión social es entendida como un fenómeno de causas estructurales. De hecho, la extensión del término en las últimas décadas responde a la necesidad de explicar las consecuencias de las transformaciones económicas y sociales acaecidas a partir de los años setenta. Los investigadores sociales coinciden en identificar tres esferas de riesgo que afectan actualmente a la capacidad integradora de la sociedad: las transformaciones producidas en el mercado laboral, las transformaciones en la familia y el actual devenir del propio Estado de Bienestar (Taylor-Gooby, 2005). A pesar de que estas transformaciones son comunes al conjunto de la sociedad post-industrial, la distinta responsabilidad que venían asumiendo en cada espacio, cada una de las tres áreas mercado, familia y Estado de bienestar, define actualmente la incidencia de estos cambios en el alcance de la exclusión (Mingione, 1996). 4 Una de las principales conclusiones del Informe Conjunto sobre la Integración Social elaborado por el Consejo Europeo a partir de la información aportada por los Estados miembros en los Planes Nacionales de Acción contra la Pobreza y la Exclusión Social (2001) destacaba la falta de indicadores comunes, que impide identificar y dimensionar la exclusión, sus características o su persistencia en Europa. De igual modo, el Observatorio de las políticas nacionales de lucha contra la exclusión social, puesto en marcha por la Comisión Europea, dentro de Tercer Programa de Lucha contra la pobreza y la exclusión, pone de manifiesto la necesidad de llegar a una definición más operativa de exclusión.

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I. Una revisión sobre el estado de la cuestión de la exclusión...

– Los problemas de la individualización y de la mercantilización tienen mayor impacto en los modelos «liberales», en los que aumenta la precariedad y el colectivo de trabajadores pobres. – Los problemas fiscales de financiación de servicios y los límites para garantizar la extensión y la calidad de la protección se constituyen en el principal reto de los modelos «socialdemócratas». – Los problemas de sobrecarga de los hogares y las limitaciones de la política social afectan en mayor medida a los modelos «conservadores». – A todo ello es preciso sumar los problemas derivados recientemente de la situación de irregularidad de la población inmigrante, en toda Europa en general, pero de manera más intensa en los países del Sur. 1.1.

La precariedad laboral como factor de exclusión

El aumento del empleo precario o de baja calidad ha contribuido, en los últimos años, a incrementar el número de personas que no superan el umbral de pobreza a pesar de tener una vinculación laboral. En relación a ello, ha aumentado el interés de las agencias estadísticas europeas por crear indicadores que permitan abordar y dar dimensión a este fenómeno de la pobreza que afecta a las personas que trabajan5. Fenómeno que, sin embargo, ya contaba con una amplia tradición de análisis en Estados Unidos bajo la denominación working poor (Mingione, 1996). Recientemente se ha llevado a cabo un estudio comparado de la precariedad laboral en diversos países europeos: Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y España6. Dicho estudio demostraba que, en el 2003, un 25% del empleo en estos países podía ser considerado precario (en términos de temporalidad, retribución y condiciones laborales7). Del mismo estudio se derivaba que eran las mujeres y los jóvenes los colectivos más afectados por la precariedad, para quienes este tipo de empleo se constituye en la forma de acceder a otros puestos del mercado de trabajo interno o primario. No obstante, existiría un colectivo (sin determinar y variable, en función de las características de los mercados laborales) que podría estar «atrapado» en este tipo de empleos de forma permanente. Como era de esperar, al atender a las realidades nacionales se observaba que 5 En el 2002, Eurostat arroja la cifra de 14 millones de personas (un 25,7%) que a pesar de trabajar se encuentran en situación de pobreza relativa. 6 Miguel Laparra et al. (coord.) (2004), «Managing labour market related risks in Europe: Policy Implications», ESOPE Project. Precarious Employment in Europe: A comparative Study of Labour Market related Risks in Flexible Economies, Financed by the European Comission, DG Research, V Framework Programme, Key Action: Improving the Socio economic Knowledge Base.: 122. 7 Este estudio definía la precariedad a partir de diversas dimensiones: temporalidad (escasa duración de los contratos); baja o muy baja retribución económica; especial dureza en las condiciones de trabajo (excesivas jornadas de trabajo, horarios nocturnos, fines de semana, cambios repentinos de horarios, disponibilidad total para el empleo); limitado acceso a la protección social (por desempleo y jubilación) y escasa o nula representación sindical. A partir de esta definición el proyecto establecía una metodología en base a indicadores referidos a cada una de estas dimensiones que permitieran analizar de manera comparativa el fenómeno de la precariedad en los cuatro países que participaban en el Proyecto; Francia, Reino Unido, Italia y España.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

existen importantes diferencias en la incidencia y en la naturaleza de la precariedad. En países continentales como Francia o Alemania, los niveles de precariedad afectan al 25% de la fuerza laboral y en ellos, la precariedad se manifiesta en forma de bajos salarios o de contratación a tiempo parcial. Por otro lado, en los países del Sur la precariedad ha sufrido una mayor extensión. De hecho, el caso español es el más llamativo ya que, en este país, en torno a un 40% del empleo actual puede ser considerado precario. En España la precariedad se manifiesta en forma de temporalidad y trabajo sumergido (que incluye también formas falsas de autoempleo) y parte del fenómeno podría estar adquiriendo un carácter estructural, mediante el cual, determinados colectivos (inmigrantes y trabajadores sin cualificación) se encontrarían vinculados permanentemente a este tipo de empleo. La precariedad en este país afecta principalmente a mujeres, jóvenes e inmigrantes aunque, sin duda, un factor determinante lo constituye el sector de actividad: en construcción y agricultura la temporalidad alcanzaba tasas del 50% y en hostelería y sector doméstico tasas del 40%; mientras que en la industria y los servicios ésta únicamente afectaba a un 20% (Laparra, 2004). Entre los todavía escasos estudios que analizan en nuestro país el impacto de este elevado nivel de precariedad laboral en la generación de pobreza entre los trabajadores, cabe destacar los de Inmanol Zubero (2003) que constata un notable incremento del número de biografías laborales caracterizadas por empleos de baja calidad que no permiten superar el umbral de pobreza Amuedo y Dorantes (2003) comprueban que existe un mayor riesgo de pobreza de algunos grupos determinados de trabajadores como son los autónomos, los jóvenes que tienen contratos de aprendizaje o prácticas y aquellos que tienen contratos temporales de duración inferior a seis meses. Gosling et al. (1997)8 llevaron a cabo un análisis para el Reino Unido, que sería interesante reproducir en el caso español. Estos autores demostraban la estrecha relación existente entre desempleo y precariedad constatando la existencia en ese país de un colectivo de personas afectadas de manera permanente por ambos fenómenos9. 1.2. Los límites en la acción del Estado de bienestar La protección del Estado de bienestar se convertía a lo largo de la segunda mitad del siglo XX en un factor de integración que permitía la ruptura de la relación tradicional existente entre desempleo y pobreza. En relación a este hecho, se ha desarrollado en Europa una importante línea de investigación destinada a analizar la incidencia de las políticas sociales en la reducción de la pobreza y la exclusión social. Algunos de estos análisis han demostrado una clara correlación negativa entre el gasto que los países destinan a protección social 8 A través del análisis de datos del British Household Panel Survey. 9 Precisamente con este objetivo se está realizando actualmente en Navarra un estudio de carácter longitudinal sobre las personas afectadas por la temporalidad a partir de los datos de contrataciones del Servicio Navarro de Empleo (Laparra, 2006).

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I. Una revisión sobre el estado de la cuestión de la exclusión...

y el nivel de incidencia de la pobreza en dichos países (Dennis y Guio, 2004) (Cantillon, Marx et al., 2002). De manera más específica, Gallie y Paugam (2000) han valorado la incidencia de los sistemas de protección del desempleo en la reducción de la pobreza y la exclusión en los diferentes países europeos. De este análisis se concluye que el modelo de protección de desempleo más eficaz frente a la pobreza es el de los países de protección universalista (Finlandia, Dinamarca) no sólo por su elevada cobertura del desempleo, sino porque además cuentan con un sistema extensivo de políticas activas destinadas a favorecer la vuelta al empleo de los desempleados. En situación intermedia se encuentran los países con un modelo de protección centrado en el empleo (Alemania, Bélgica, Francia) que, aunque garantizan una protección relativamente elevada del desempleo, ésta no llega a todos los colectivos de desempleados por igual y además, no va acompañada de políticas de activación. Por último, son los países liberales (Reino Unido) y los que conforman el modelo sub-protector (países del Sur) los que conllevan un mayor riesgo de pobreza y exclusión para sus desempleados debido a la limitación de su sistema de protección por desempleo y la debilidad de sus políticas activas. A pesar de todo muchos consideran el surgimiento de las prestaciones de tipo asistencial a partir de los años setenta, como el verdadero comienzo del declive de la capacidad protectora de los estados de bienestar por quebrar la tradición de reconocimiento de derechos vinculada a la protección social del desempleo. A pesar de ello, diversas investigaciones como las de Sainsbury y Morissens (2002) o Behrendt (2000) han demostrado cierto nivel de eficacia de estas prestaciones asistenciales, al menos en la reducción de la pobreza extrema10. En este sentido los análisis revelan importantes diferencias nacionales ya que el efecto de las prestaciones es mayor en los países socialdemócratas y en el Reino Unido, menor en los países corporatistas y muy limitado en los países del Sur. En este mismo ámbito, otro estudio comparativo realizado en diversos países europeos (Kuivalainen, 2005) revela que la incidencia de las prestaciones asistenciales no es igual para todos los grupos sociales. Por el contrario, su eficacia es mucho más elevada con las personas mayores solas y mucho menor en el caso de las personas jóvenes y las familias con hijos, en las que apenas tienen efecto sobre su situación de pobreza. En nuestro país, autores como Moreno (2003), Arriba (2002) y Ayala (2001) han analizado las características del conjunto de las prestaciones asistenciales11 constatando su carácter débil y fragmentado. Los estudios destinados al análisis específico de las rentas mínimas autonómicas muestran, además, un elevado nivel de diferenciación territorial. En relación con ello, Arriba e Ibáñez (2002) ponen 10 D. Sainsbury y A. Morissens (2002), «Poverty in Europe in the mid-1990s: the efectiveness of means-tested benefits». Journal of European Social Policy, vol. 4, núm. 12. A partir de datos del Luxembourg Income Study establecieron un ranking de eficacia de las prestaciones asistenciales en la reducción de la pobreza en distintos países europeos. 11 El nivel asistencial lo componen en España los complementos de pensiones, las pensiones no contributivas por invalidez y vejez, los subsidios por desempleo y las prestaciones por hijo a cargo, a nivel estatal y las rentas mínimas autonómicas, en el nivel descentralizado.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

de manifiesto una mayor eficacia en términos de esfuerzo presupuestario, cobertura e intensidad protectora en aquellas Comunidades Autónomas en las que, precisamente, las tasas de pobreza son más bajas. País Vasco es la que presenta, con diferencia, un mayor índice de cobertura, aunque la intensidad protectora de la prestación es también elevada en Navarra. A pesar de todo, Luís Ayala (2001) ha constatado la escasa incidencia de estas prestaciones, en términos generales, en la reducción de la pobreza. Este hecho es corroborado en el caso de Navarra por un estudio específico que revela que, a pesar del carácter más protector de la prestación, tampoco en esta Comunidad logra reducir los niveles de pobreza extrema12 (Laparra, Aguilar et al., 2002). Mientras que en España, como vemos aún no se ha completado el desarrollo de una red de garantía de ingresos mínimos, en el conjunto de Europa asistimos al cuestionamiento de este nivel acompañado frecuentemente por una tendencia a la contención del gasto y a la creciente introducción de condicionamientos al cobro de las prestaciones. En este sentido España, podría sumarse a esta tendencia a aumentar los condicionamientos vinculados a este tipo de prestaciones. Para Tezanos (2001) este hecho se contextualiza dentro de la denominada crisis fiscal del Estado y de recortes en las políticas sociales y podría tener como principal riesgo la «desasistencialización» de los colectivos más excluidos. Esta tendencia ha sido contrastada por un estudio llevado a cabo por Lædemel y Trickey (2000) quienes, a partir de la comparación de prestaciones del nivel asistencial en siete países (Francia, Holanda, Noruega, Reino Unido, Dinamarca, Alemania y Estados Unidos) concluyen que realmente se viene produciendo en todos ellos, a partir de la segunda mitad de los noventa, un cambio consistente en la introducción de condicionamientos, en la mayoría de los casos de carácter laboral, al cobro de las prestaciones asistenciales. Las propias instituciones europeas y los Estados miembros muestran un creciente interés en sus directrices y planes de acción por coordinar políticas sociales y de empleo con el fin de favorecer el acceso al mercado laboral de los colectivos que quedan al margen del empleo a través del diseño de políticas de activación. Sin embargo, diversas investigaciones de nivel nacional comienzan a poner de manifiesto la escasa eficacia de estas políticas con los colectivos que llevan más tiempo en la asistencia (Lædemel yTrickey, 2000) (Loprest, 1999) (McKnight, 2002) (Bredgaard, 2001) (Torfing, 1999) (Barbier, 2001) (Gilbert y Van Voorhis, 2001). En nuestro país, la inversión en políticas de activación destinadas a población desempleada ha sido muy escasa y al margen de las acciones formativas, únicamente se han desarrollado algunos programas de inserción laboral destinados a población excluida en el marco de los programas de rentas mínimas autonómicas (en muchos casos estas acciones se introdujeron en los años noventa con carácter de contraprestación que condicionaba el cobro de la ayuda económica). En algunas comunidades se han constituido programas de empleo protegido (a modo salario social), pero en la mayoría se han articulado a 12

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El estudio revelaba que únicamente permitía superar este nivel a un 30% de los casos.

I. Una revisión sobre el estado de la cuestión de la exclusión...

través de proyectos de inserción laboral y social gestionados por entidades de iniciativa social. En relación con estos programas, un estudio coordinado por Gregorio Rodríguez Cabrero (1995) destacaba un elevado nivel de eficacia de los proyectos vinculados al Ingreso Madrileño de Integración a la hora de favorecer la vuelta al mercado laboral de sus participantes y su salida del programa asistencial. En el País Vasco un reciente análisis de la eficacia de los programas de inserción laboral de financiación pública también revelaba un impacto positivo en la mejora de la trayectoria de inserción de sus participantes13. Sin embargo, en Navarra, el análisis del programa público de empleo protegido arrojaba resultados negativos en cuanto a su eficacia debido a que el programa de empleo era utilizado con finalidades sociales (mayor protección, seguimiento social, etc.) y por ello se orientaba a aquellos participantes con menos probabilidades de volver al mercado laboral (Pérez Eransus, 2005). Al margen de estos análisis puntuales circunscritos a realidades autonómicas, son escasos los estudios que permitan conocer la dimensión y la eficacia del conjunto de acciones públicas y no lucrativas destinadas a la lucha contra la exclusión en nuestro país. Por ello, se hace precisa una visión de conjunto que permita valorar la incidencia de este nivel de protección pública junto con sus últimas transformaciones en las situaciones de pobreza y exclusión en nuestro país. 1.3.

La protección de la familia

La familia constituye el segundo factor que contribuye a amortiguar los riesgos del mercado de trabajo. Si bien desempleo y precariedad pueden llevar a una situación de exclusión al producirse un descenso de los ingresos familiares, en muchos casos éste se ve compensado por los ingresos de otros miembros de la familia. Sin embargo, las transformaciones sociales acaecidas en la familia en el escenario postindustrial (reducción del tamaño de los hogares, envejecimiento de la población y cambios en los tipos de hogar) han contribuido a una perdida de la capacidad integradora de la familia tradicional. Este hecho, sin duda, está afectando en mayor medida a aquellos países en los que la familia ejerce una mayor labor protectora, como es el caso de los países del Sur, entre ellos España. Las investigaciones de Gallie y Paugam (2000) tenían como fin dimensionar el alcance de la protección familiar en los diversos espacios de bienestar en Europa. Según estos autores, en los países socialdemócratas se produce un modelo de autonomía intergeneracional avanzada en el que el individuo se concibe al margen de su pertenencia a un hogar. Ello se explica tanto por la incorporación de los jóvenes y las mujeres al empleo, como por la existencia de un sistema de garantía de ingresos basado en la ciudadanía y no en la vinculación con el mercado. Los países liberales también favorecen este mismo modelo de autonomía, ya que en ellos, la autorrealización de los jóvenes sólo se entiende a través de la independencia de sus padres. Sin embargo, en un contexto de dualización del 13

Datos del Observatorio de Procesos de Exclusión y de Incorporación Social del País Vasco.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

mercado laboral, este nivel elevado de autonomía familiar hace aumentar el riesgo de pobreza y exclusión entre jóvenes y mujeres. En el caso de los países corporatistas se diferencian por un lado, Alemania y Holanda que presentan un nivel de autonomía intergeneracional avanzada, equivalente al de los países socialdemócratas o liberales y por otro, Francia y Bélgica que presentan un modelo de autonomía intergeneracional relativa. En estos últimos, a pesar de que la importancia de la autonomía personal aumenta la presión de los hijos a abandonar el hogar, existe cierta indefinición acerca de cuáles son los deberes de cuidado y la responsabilidad de los miembros de la familia. Por último, el modelo de los países del Sur es definido como de dependencia extendida, debido a que es el hogar el principal agente redistribuidor de la renta y del cuidado y en él conviven distintas generaciones dependientes del mismo. En este modelo, además de un intercambio de bienes y cuidados, existen en el hogar normas morales implícitas acerca de cuáles son los deberes y obligaciones de cada miembro de la familia que claramente restringen la autonomía individual. Esta especial condición de los países del Sur en relación a la protección familiar ha hecho de ellos objeto de análisis específicos como los de Moreno (1995) y Ferrera (1996). Concretamente en relación al caso español han sido varios los autores que han analizado de manera específica la existencia de estrategias familiares de reparto de la protección y el empleo. Entre otros, Sanzo (2002), Carabaña y Salido (2001), Carbonero (1997), Garrido y Requena (1996) o Toharia (1993). Todos ellos han comprobado que la convivencia en el seno del hogar de personas con ingresos estables provenientes de empleo o prestaciones, junto con personas en situación de riesgo por desempleo o precariedad contribuye a una reducción sustancial de los fenómenos de la pobreza y la exclusión en nuestro país. Paralelamente diversos estudios advierten de las consecuencias de este modelo en España: un descenso de la natalidad y un elevado nivel de dependencia familiar que reduce la autonomía de los individuos, especialmente de jóvenes y mujeres (Moreno, 1995) (Gallie y Paugam, 2000). 1.4.

La inmigración

En países como el nuestro, la llegada de un flujo migratorio intenso y constante, de personas que viven en condiciones de irregularidad y vulnerabilidad social, está marcando profundamente la dinámica interna dentro del espacio social de la exclusión. En los últimos años se han realizado diversos estudios destinados a conocer las condiciones de vida de la población inmigrante en nuestro país. A nivel estatal, Antonio Izquierdo dirigió un estudio sobre los procesos de integración laboral y social de la población inmigrante en España (2003) y más recientemente un trabajo que diferencia distintos modelos de integración de la población inmigrante en nuestro país a partir del análisis específico de Cataluña, Andalucía y Galicia (2005). Por otro lado, son más numerosas las investigaciones que analizan el fenómeno migratorio en el nivel autonómico como las realizadas en Canarias, Almería, Barcelona o Navarra o en el nivel local. En el caso de esta última, se ha establecido una metodología de investigación basada en

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el análisis de una serie de encuestas realizadas a un determinado número de familias inmigrantes de manera periódica (hasta ahora en 2000, 2003 y 2006). Este instrumento de recogida de información está permitiendo seguir el proceso de integración de dichas familias en materia de empleo, regularidad, vivienda, reagrupamientos, etc. Por el momento, el estudio identifica como principales barreras a la integración, además de la situación legal es la situación laboral marcada por la irregularidad y la explotación laboral (que se traduce en una media de horas semanales muy superior a la del resto de trabajadores y salarios claramente inferiores al conjunto). El segundo obstáculo identificado en el proceso de integración de este colectivo es el difícil acceso a la vivienda (Laparra, 2003).

Consecuencias orientadas a la investigación sobre la exclusión A la luz de esta revisión parece que las investigaciones destinadas a conocer la exclusión social deben incluir necesariamente el análisis de las transformaciones ocurridas en los últimos años en los principales estructuras de integración social: empleo, Estado de bienestar y familia. Además, la especial configuración del mercado laboral, la protección social y familiar en España hace precisos análisis específicos en nuestro país. En primer lugar, la reciente extensión de la precariedad en España, alcanzando a un 40% del empleo, la convierte en uno de los principales factores de riesgo de exclusión social. Se abre aquí, por tanto, una importante línea de investigación absolutamente esencial para acercarnos al fenómeno de la exclusión en nuestro país: quiénes son los colectivos más afectados por este fenómeno, cuáles son sus condiciones de vida y sobre todo, en qué medida se constituye para ellos en una situación de carácter estructural. Además, y a pesar de la propia invisibilidad del fenómeno, sería importante conocer la incidencia de la economía sumergida en España, no sólo en su condición de factor de exclusión, sino también en su dimensión de «contención» del aumento de la de la misma. Sería interesante dimensionar (si no a nivel macro, al menos en el espacio, micro) en qué medida las familias más pobres salen adelante mediante la realización (a menudo en condiciones de explotación) de actividades económicas irregulares. Por último, la existencia de la economía irregular a la que se accede sin cualificación también debe ser tenida en cuenta a la hora de valorar y diseñar dispositivos de lucha contra la exclusión tales como las prestaciones de renta mínima o los programas de activación o inserción laboral. La alternancia entre trabajos irregulares o precarios y los dispositivos de inserción podría ser la estrategia de supervivencia utilizada por muchos hogares excluidos en nuestro país, con escasas posibilidades de superar esa doble trampa y salir definitivamente de la exclusión social. En segundo lugar, en relación con el efecto que ejerce la protección social del Estado sobre la exclusión en nuestro país, sin duda, una de las asignaturas pendientes es la falta de información relativa al último nivel fragmentado y desordenado de prestaciones asistenciales. La falta de información centralizada y homogénea sobre perceptores y cuantías impide analizar su verdadera eficacia frente a la pobreza y la exclusión.

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En este sentido, ante la limitación de las políticas públicas frente a la pobreza las entidades sociales no lucrativas siguen ocupando un lugar hegemónico en la intervención con los sectores tradicionalmente más excluidos. Igualmente, las entidades han sido las más ágiles en responder al nuevo reto planteado por la llegada de la población inmigrante. Por todo ello, Cáritas, Cruz Roja y un amplio mapa de entidades no lucrativas de ámbito regional y local ostentan un peso importante en la acción contra la pobreza y la exclusión social. Sin embargo, también este sector plantea la necesidad de mejorar sus mecanismos de recogida de información con el fin, no sólo de conocer el alcance de su intervención, sino también su eficacia y su capacidad para adaptarse a los retos planteados por las nuevas situaciones de exclusión. En tercer lugar, el debilitamiento de la capacidad protectora de la familia y el aumento paralelo de las situaciones de dependencia constituyen nuevos riesgos de exclusión especialmente intensos en nuestro país. En España es necesario dar dimensión a los problemas de sobrecarga que afectan sobre todo a las familias más pobres, ya que en ellas, los problemas de dependencia constituyen una importante barrera de acceso al empleo, conllevan un elevado nivel de gasto y a menudo intensas consecuencias físicas y mentales para algunas personas que asumen el cuidado. En cuarto y último lugar, es evidente la necesidad de establecer líneas de investigación que valoren el proceso de integración de la población inmigrante en nuestro país ya que, dependiendo de la eficacia de dicho proceso en el terreno laboral, de vivienda, educación, etc., la inmigración se constituirá en mayor o menor medida un factor de riesgo de exclusión. Una forma de acercarse a este escenario futuro puede ser la de conocer las especiales dificultades de aquellas personas u hogares inmigrantes que acumulan dificultades de acceso a la regularidad, el empleo, la vivienda y los sistemas de protección social. En este sentido, la realización de encuestas periódicas, que permitan seguir y analizar el proceso de integración de la población inmigrante se muestra como el método más eficaz. Por otro lado, un mayor acercamiento a la realidad de este colectivo también puede venir de la mejora de los sistemas de información de las entidades no lucrativas. Son ellas las que hoy en día asumen la atención a este colectivo y por ello cuentan con la información más directa sobre sus condiciones de vida.

2. La exclusión como fenómeno multidimensional En los últimos años se ha venido realizando un importante esfuerzo orientado a conocer cuáles son los factores que llevan a algunas personas a vivir en exclusión social. A pesar de la complejidad y el carácter dinámico de este fenómeno parece existir cierto consenso en torno a su naturaleza multidimensional que incluye dificultades o barreras en al menos tres dimensiones: participación económica (pobreza económica); participación social (aislamiento social, conflictividad familiar y otros) y participación política (entendida como limitado acceso

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a los sistemas de protección social, sanidad, vivienda, educación o prestaciones sociales). En los últimos tiempos han ido surgiendo en el ámbito nacional y local estudios basados en el establecimiento de definiciones de exclusión que tratan de articular factores económicos y de empleo con otros que describen dificultades en las relaciones sociales o el acceso a los sistemas de protección social. Ante la ausencia de definiciones operacionales compartidas que permitan dimensionar la exclusión en el nivel europeo todavía se sigue recurriendo frecuentemente a los indicadores tradicionales de desigualdad, tales como el de pobreza, privación o de relación con el empleo. 2.1.

La aproximación al fenómeno a través de la medición de la pobreza

El potencial comparativo de los estudios sobre pobreza relativa hace que estos sigan siendo, los más utilizados. Fue en el II Programa Europeo de Lucha contra la Pobreza cuando se realizaron los primeros estudios de alcance europeo de la mano de O’Higgins y Jenkins (1990). Desde entonces Eurostat, en colaboración con las agencias nacionales de estadística, ha ido elaborando un sistema de indicadores básicos de pobreza a escala europea. En la actualidad esta agencia analiza la evolución de las tasas de pobreza identificando los grupos más vulnerables a este riesgo en función de variables como edad, género, o tipo de hogar. En un reciente informe editado por el Consejo de Europa (2001) se observaba la existencia de una mayor proporción de mujeres y personas jóvenes entre los más afectados por la pobreza, así como de algunos tipos de hogar como los monoparentales o las mujeres mayores solas. Ante la imposibilidad de citar todos los trabajos que se han realizado sobre la situación de la pobreza en España, enumeramos algunos de los más consultados. Entre los pioneros se encuentran los estudios elaborados por EDIS para Cáritas o el Informe FOESSA (1976); el trabajo de Juárez et al. (1994); los análisis del INE a partir de la Encuesta de Presupuestos Familiares (INE, 1993) (INE/UAM, 1996) y otras elaboraciones sobre la misma fuente (Ayala, 1998) (García Linaza, 1994) (Cantó, 1996). Una recopilación de todos estos trabajos, incluyendo aquellos que aportan una perspectiva más amplia de la desigualdad puede encontrarse en la publicación del II Simposio sobre Igualdad en la Renta y la Riqueza (VVAA, 1996). De manera específica, los estudios de carácter internacional que realiza UNICEF a través del Centro de Investigaciones Inocenti (VVAA, 2000) (UNICEF, 2005) han llamado la atención sobre el incremento, en los últimos años, de las tasas de pobreza infantil, riesgo que, en nuestro país, parece ser superior a la media de países europeos (Cantó y Mercader, 2000) (Vidal, 2002). La publicación de este tipo de estudios sobre pobreza económica sigue ejerciendo un importante efecto en los medios de comunicación llamando la atención sobre la desigualdad social y la diferente capacidad redistributiva de los países europeos. Sin embargo, a las limitaciones tradicionalmente atribuidas a

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los estudios de pobreza (por tener en cuenta únicamente los ingresos del hogar y no los gastos, por definir situaciones individuales y por ello perder de vista la existencia de estrategias familiares de compensación), se añade, ahora, la constatación de la falta de correlación directa entre las situaciones de pobreza relativa y las de exclusión social. De este modo, a pesar de que la falta de ingresos es entendida como una dimensión importante de la exclusión, ésta es una situación que acumula dificultades también en otros ámbitos. La pobreza económica se constituye en un posible camino hacia la exclusión social, dependiendo de su intensidad y de su duración, pero es preciso subrayar que no se trata del único camino posible. En este sentido, otros fenómenos más limitados como son la pobreza económica extrema, las situaciones de pobreza persistente o la pobreza que lleva consigo privaciones importantes en la vida diaria, han sido identificados como fenómenos más cercanos a la exclusión social. 2.2.

La exclusión entendida como privación

En Europa autores como Barnes (2002), Whelan y Layte (2003), Kober (2002), Sarasa y Esping-Andersen (2004) en Europa y Ayala (2002) en España, utilizan el concepto privación para aproximarse al fenómeno de la exclusión social. El objetivo es entender la pobreza no sólo en su dimensión de bajos ingresos, sino también en relación con las privaciones que estos producen en el acceso a bienes y servicios14. Precisamente a partir del contraste de ambos indicadores estos autores concluyen que no existe una relación directa entre pobreza económica y privación. En sus investigaciones demuestran que hay personas con bajos ingresos que no sufren privaciones, como es el caso de las personas jubiladas que tienen estabilidad en el acceso a la vivienda y un nivel reducido de gasto. Por otro lado, hay personas afectadas por enfermedad o discapacidad que, aunque su nivel de ingresos les haga superar el umbral de pobreza relativa, gastos elevados les llevan a vivir privaciones intensas en diversos ámbitos. Por estos motivos el término privación, ha tenido un importante calado en las instituciones de la Unión Europea que lo utilizan de manera creciente sobre todo a partir de la puesta en marcha, en 1994, del Panel de Hogares de la Unión Europea. Esta encuesta introduce el estudio de variables más allá del ámbito económico posibilitando además el análisis diferenciado de individuos (con variables como el sexo, edad, nivel educativo, discapacidad, posición respecto al mercado de trabajo, relaciones sociales) y hogares (con variables como las fuentes de ingresos anuales de todos los miembros de la familia, cobertura de necesidades básicas, situación de vivienda y otras). Es necesario reconocer que el concepto de privación permite un mayor acercamiento al fenómeno de la exclusión debido a que introduce las dimensio14 Por ejemplo, Nolan y Whelan definen tres tipos de bienes: bienes básicos (calefacción, comida, ropa y calzado adecuados, etc.), como bienes secundarios (vacaciones, ahorros, periódico, teléfono, coche, etc.) y bienes relacionados con la vivienda (baño o ducha, frigorífico, lavadora, etc.).

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nes del gasto y el acceso a bienes y servicios. De hecho, resulta especialmente relevante la incorporación al análisis de las variables relacionadas con las dificultades de acceso a la vivienda, ya que éste es identificado como un factor común a las situaciones de exclusión y por ende el acceso a ella como una las mejores defensas para evitar la caída hacia la exclusión (Kober y W. Paxton, 2002). A pesar de todo ello, la idea de privación sigue haciendo referencia exclusivamente a los aspectos mercantiles de la exclusión social y por ello sigue constituyendo una perspectiva reduccionista del proceso. De este modo se mantiene la necesidad de analizar otros procesos más complejos, eminentemente sociales y no exclusivamente mercantiles. 2.3.

La aproximación a la exclusión a través del indicador de hogares sin empleo

El importante incremento del desempleo y sobre todo del desempleo de larga duración, durante los años ochenta hizo dirigir rápidamente la mirada hacia este factor como principal generador de pobreza y exclusión social. Las elevadas tasas de pobreza entre los desempleados y el aumento del colectivo de desempleados de larga duración y jóvenes que no accedían al primer empleo, constituían en los ochenta, indicadores que avalaban este fenómeno. Sin embargo, diversas investigaciones han demostrado que, en la actualidad, la relación entre desempleo y exclusión dista mucho de ser directa (Esping-Andersen, 1990) (Moreno, 1995) (Gallie y Paugam, 2000) (Sarasa, 2001) (Cantillon y Van den Bosch, 2000). Estos estudios muestran cómo el efecto de la protección por desempleo y la existencia de estrategias familiares de compensación minimizaban el impacto del desempleo como riesgo de exclusión. Además en los últimos años, como ya analizábamos previamente, el surgimiento del empleo precario favorece que el riesgo de exclusión social podía afectar también al colectivo de trabajadores. Con el fin de superar estas limitaciones, algunos investigadores han tratado de dar un paso más en el conocimiento de la relación entre exclusión y desempleo, a través de la utilización de un indicador que describe la relación con el empleo de todos los miembros de un hogar. De este modo, aquellos hogares en los que ninguno de los miembros en edad activa tiene empleo son denominados como hogares pobres en empleo15, frente a aquellos hogares que acumulan más de un empleo hogares ricos en empleo (Gregg y Wadsworth, 1996) (Sarasa, 2001). Estos investigadores parten de la hipótesis de que, a pesar del 15 Según P. Gregg y J. Wadsworth (1996), «More Work in Fewer Households?», New Inequalities: The Changing Distribution of Income and Wealth in the UK. J. Hills, J. Le Grand y D. Piachaud. Cambridge, Cambridge Univertity Press. En la sociedad post-industrial se estaría produciendo una polarización de hogares hacia dos tipos de hogares «pobres» y «ricos en empleo». Analizando este mismo indicador, Sebastià Sarasa (2001), «Los hogares sin empleo. Una perspectiva comparada», Revista Internacional de Sociología, núm. 29, demuestra que a pesar de constatarse la existencia de un reducido colectivo que verdaderamente se encuentran de forma permanente alejados del mercado, ésta no parece ser una tendencia creciente en la sociedad post-industrial.

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efecto de los mecanismos compensatorios, el empleo sigue siendo un claro factor de riesgo de pobreza y exclusión ya que ante situaciones de desempleo, los hogares ricos en empleo consiguen minimizar su impacto. De hecho, el acceso al empleo es identificado como uno de los factores que ejerce mayor influencia en la persistencia de las situaciones de pobreza, por encima de otros como la edad, el tipo de hogar, etc. (Whelan, Layte et al., 2003) (Sarasa, Esping-Andersen et al., 2004). Por ello, al igual que sucedía con la pobreza económica, quizás sea más correcto hablar de los efectos del desempleo o el empleo precario como «riesgo de exclusión». De este modo, en el análisis de la exclusión será necesario definir cuales son las relaciones con el mercado laboral que pueden generar mayores dificultades. Es el caso de las situaciones en las que el desempleo afecta a todos los miembros en edad activa del hogar o a la persona principal. Igualmente parece más eficaz utilizarlo de forma combinada con indicadores que midan el nivel de ingresos en el hogar para conocer en qué medida el efecto las prestaciones sociales contribuye a reducir su impacto. Por este motivo algunos investigadores proponen como indicador más cercano al espacio de la exclusión social el número de hogares sin empleo y sin prestaciones económicas (analizándolo a partir de la Encuesta de Población Activa16. 2.4.

Análisis multidimensionales de la exclusión

Ante la necesidad de complementar el análisis de la pobreza y el desempleo con otras dimensiones sociales comienzan a surgir propuestas metodológicas que permiten combinar el estudio de la exclusión en diversos ámbitos. Sin embargo, tal y como mencionábamos al principio, la falta de una única fórmula compartida ha dado lugar a la utilización de diversos abordajes que no sólo incluyen distintos indicadores sino, a menudo también, distintas concepciones sobre el fenómeno de la exclusión. En este sentido podemos distinguir al menos dos grandes perspectivas de análisis. Por un lado, hay una línea desarrollada sobre todo en el marco institucional europeo que concibe la exclusión como un riesgo que puede manifestarse en relación a distintos ámbitos. De este modo, se define la exclusión del empleo, de la vivienda o de la educación, como fenómenos que pueden ser autónomos. La metodología utilizada en estos estudios se limita a la descripción de una batería de indicadores que muestran el volumen de población afectada por desventajas en cada uno de estos ámbitos: pobreza relativa, desempleo de larga duración, fracaso escolar, problemas de salud mental, falta de vivienda, etc. sin llegar a integrarlos en un análisis conjunto que permita dimensionar un grupo de población afectada por desventajas en más de uno de estos ámbitos. A esta metodología responden los trabajos del Observatorio Europeo contra la Pobreza y de los Estados miembros en los Planes Nacionales de Inclusión [incluido el Plan de Inclusión del Reino de España (MTAS, 2001) (MTAS, 2003)]. 16

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Este análisis lo realiza Carlos García Serrano para el caso de Navarra (Laparra, Corera et al., 2003).

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Frente a la concepción anterior se han realizado diversas investigaciones que integran indicadores referidos a la incidencia, en la misma población, de factores de exclusión en diversos ámbitos. Estas propuestas defienden la importancia del factor «acumulativo» como una condición que define la propia naturaleza de la exclusión social. Es decir, es la acumulación de varias problemáticas, o el refuerzo de unos factores con otros los que provocan las situaciones de exclusión social. Serge Paugam (1996) fue uno de los primeros en proponer la utilización de indicadores que hicieran referencia de manera conjunta a la situación del individuo respecto del mercado laboral y los lazos sociales (entendidos éstos en su sentido más amplio, no solamente como las relaciones familiares, sino también las relaciones en la comunidad vecinal e incluso los contactos y el acceso a las instituciones de protección social). A partir de sus análisis, demostraba la interrelación y el refuerzo de los distintos procesos de exclusión, ya que las dificultades en el acceso al empleo reforzaban la inestabilidad de la familia y se constituían en un factor de ruptura de las relaciones sociales que podían llevar al aislamiento social. En la misma línea metodológica, especial interés presentan los análisis realizados para Irlanda por Commins (1993) en el marco del programa nacional de lucha contra la pobreza. Este autor definía las situaciones de exclusión social para un volumen determinado de población a partir de la interrelación de dificultades en cuatro dimensiones básicas: la política (ciudadanía democrática), la económica (integración laboral), la social (derechos sociales) y la interpersonal (relaciones familiares y comunitarias). En el Reino Unido, el gobierno laborista en 1997 puso en marcha la Unidad de Exclusión Social que diagnosticaba la situación de exclusión social de un volumen determinado de población a partir de la utilización de tres categorías: pobreza económica (aunando indicadores de ingresos y gastos con factores no monetarios de privación); integración (acceso al empleo y acceso a los servicios públicos) e incluyendo también en el análisis la existencia de factores precipitantes (embarazos adolescentes, delincuencia y otros). En el 2001 esta Unidad incorporó el factor «acumulativo» a la definición: «la característica más importante de la exclusión social es que los problemas están relacionados, mutuamente reforzados y pueden combinarse para crear un complejo y vertiginoso círculo vicioso» (SEU, 2001, pág. 155). Este tipo de análisis multidimensionales se han venido desarrollando, sobre todo, en el nivel nacional y de momento, son escasos los llevados a cabo a escala europea. No obstante, a partir de la disponibilidad de datos del Panel Europeo han surgido algunas investigaciones como los de Barnes (2002) o Bertroud y Iacovou (2002) que analizan la incidencia de determinados factores socioeconómicos (pobreza privaciones, vivienda y relaciones sociales) a lo largo de los años en las mismas familias. También en el ámbito europeo, Hammer (2003) dirigió un proyecto de investigación comparativa sobre la situación de exclusión de los jóvenes en diversos países utilizando una definición que combinaba tres factores: estar excluido del mercado de trabajo, contar con pro-

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tección de desempleo inadecuada y carecer de actividad social (relaciones sociales y familiares). En España los primeros estudios que utilizaron metodologías de carácter multidimensional para abordar la exclusión social fueron los trabajos de Luis Sanzo en el País Vasco (Sanzo, 1987), del Gabinet d’Estudis Socials en Cataluña (Estivill, 1989), los efectuado por Aguilar, Gaviria y Laparra en Aragón (1994) o los estudios sobre pobreza y desigualdad elaborados por EDIS para distintas diócesis de Cáritas (EDIS, 1984) (EDIS, 1998). De los estudios efectuados en los últimos años cabe mencionar de manera específica tres investigaciones sobre la exclusión social que destacan por sus aportaciones metodológicas: García Serrano, Malo y Rodríguez Cabrero (2000) plantearon una definición del espacio de la exclusión a partir de indicadores relacionados con la situación económica, por un lado, y con la presencia de dificultades en otros tres ámbitos por otro: capital humano (combinando indicadores de educación y salud), capital social (relaciones familiares y sociales) y vivienda. A partir de datos del PHOGUE, los autores analizaban la situación de la población bajo el umbral de pobreza en España en relación a estos tres ámbitos de integración. De este modo, el estudio permitió definir un espacio más reducido de personas identificadas como «vulnerables» (150.000) que además de encontrarse en situación de pobreza presentaban dificultades importantes en los otros tres ámbitos. Laparra (2000) definió el espacio de la exclusión en Navarra a partir del análisis de los datos de una encuesta sobre necesidades sociales17 a 2.334 hogares asistidos. Utilizando un conglomerado de indicadores que hacían referencia a situaciones de pérdida de integración en diversos ámbitos como la falta de ingresos, relación laboral, vivienda, salud, educación, relaciones sociales y presencia de conductas anómicas (delito, consumos, conflictividad familiar), el estudio permitió identificar un volumen de hogares (6.000) especialmente afectados por diversas problemáticas. El análisis mostraba además, una fuerte interrelación entre bajos ingresos, empleo y vivienda, así como la reproducción de procesos de exclusión del empleo y la educación en las mismas familias. Este estudio incluía una propuesta metodológica que permite definir el espacio de la exclusión social, basada en la construcción de un sistema de 29 indicadores de exclusión social y 24 indicadores de precariedad, agrupados, en forma de índices, en siete dimensiones distintas (ingresos, empleo, educación, vivienda, salud, conductas anómicas y aislamiento social) y en tres grandes factores de exclusión (económico, político y social). Recientemente, Pérez Yruela, Rodríguez Cabrero y Trujillo han analizado el espacio de la exclusión social en Asturias (2004) y Andalucía (2002) mediante la combinación de indicadores de pobreza (a partir de la encuesta de presupuestos familiares) y exclusión social (a través de un conglomerado de indicadores refe17 Encuesta realizada a una muestra representativa a 14.000 hogares que en algún momento habían sido atendidos por dispositivos de atención social en Navarra.

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ridos a vivienda, educación y trabajo, a partir de la Encuesta de Condiciones de vida de la población pobre de EDIS). El estudio concluía que ambos fenómenos afectan de manera más intensa a familias de varios miembros, de las que más de la mitad no tienen ningún miembro empleado y además en ellos existen importantes problemas de salud y vivienda.

Consecuencias orientadas a la investigación sobre la exclusión La perspectiva que contempla la exclusión como un riesgo difuso que pude afectar a distintos grupos de población en distintos ámbitos, empleo, educación, etc. tiene unas implicaciones muy vagas para la acción pública ya que plantea líneas de actuación de carácter general destinadas a mejorar la situación de grandes colectivos de población en riesgo de exclusión como «jóvenes en desempleo», «desempleados mayores de 45 años», «hogares monoparentales»18 y similares (2001). Por este motivo, nos parece sin duda más adecuada la segunda concepción que concibe la exclusión como un fenómeno (minoritario respecto al de pobreza relativa) que afecta, de manera más intensa, a un número de personas o familias con dificultades en diversos ámbitos, que además interrelacionan o se refuerzan negativamente entre ellas. Esta situación, de elevada gravedad puede llegar a suponer para los individuos o familias afectadas, una auténtica fractura social. Por este motivo, también nos parece más adecuada la utilización de métodos que recogen información sobre problemáticas de los mismos hogares en relación con diversos ámbitos, ya que permite identificar a este volumen de población en situación de dificultad más intensa. Este análisis facilita, por un lado, un conocimiento más en profundidad de las condiciones de vida de estas familias que nos permite avanzar en el conocimiento de la exclusión social. Y por otro lado, una orientación más directa y eficaz de las políticas públicas. La mayor parte de los estudios revisados coinciden en incluir entre los principales factores de exclusión la falta de ingresos económicos, la privación en el acceso a bienes y actividades, el acceso al empleo, los lazos sociales y el acceso a los sistemas de protección social (sanidad, educación, vivienda, garantía de ingresos y protección del empleo).

3. La exclusión entendida como proceso La exclusión social es entendida en la actualidad, no tanto como una situación de desigualdad estática que afecta a un grupo de personas con características distintas a la población mayoritaria, sino como un proceso de alejamiento de algunos individuos respecto al centro de la sociedad. De hecho, con el fin de describir mejor este carácter procesual se han propuesto otros conceptos al18 Como las planteadas en el 2.° Informe Conjunto al Consejo de la Unión Europea sobre la Integración Social de las Comunidades Europeas (2001).

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ternativos al término exclusión. Robert Castel (1997) proponía la expresión desafiliación social, entendiendo que es un recorrido paulatino del individuo desde la integración, pasando por la creciente vulnerabilidad, hacia la invalidación social. Serge Paugam (1996) se refiere a él con la expresión descalificación social según la cual se produce un aumento de la fragilidad de los dos principales vínculos de integración de las personas en la sociedad: el empleo y los lazos sociales19. Michel Autès (2000) define este proceso de debilitamiento de los lazos de integración como deliaison. En cualquier caso, todas estas concepciones comparten la necesidad de entender la exclusión como un proceso. Esto tiene una consecuencia importante para la investigación, ya que el factor temporal adquiere relevancia como elemento de análisis. Por este motivo, tal y como veremos a continuación en el estudio de la exclusión en Europa se tiende a pasar de metodologías estáticas a estudios de carácter longitudinal. 3.1.

La exclusión analizada desde la pobreza persistente

Una manera de aproximarse a esta dimensión procesual de la exclusión lo constituía hasta el momento la identificación de aquellos hogares que se encuentran en situación de pobreza de manera persistente (permanecer en situación de pobreza al cabo de tres años (Eurostat, 2002)20. En este sentido, si bien veíamos anteriormente como apenas existía correlación entre las personas en situación de pobreza y las que sufren privación, sí parece existir una relación mucho más directa entre los hogares en situación de pobreza persistente y los que sufren privaciones (Whelan yLayte, 2002) (Ayala, 2002). En nuestro país, el INE (2004) ha publicado recientemente un estudio sobre la dimensión y las características de las familias en situación de pobreza persistente21 en España. Este estudio revelaba que dentro de este colectivo existe una mayor presencia de hogares monoparentales encabezados por mujer y personas mayores solas. 3.2.

Análisis longitudinales de la exclusión a partir de Encuestas Panel de Condiciones de Vida al conjunto de la población

El panel de hogares de la Unión Europea (PHOGUE) en 1994 supuso, por primera vez, la puesta en marcha de un seguimiento longitudinal de las condiciones de vida de los hogares en situación de pobreza. Recientemente este instrumento ha sido sustituido por la Encuesta Europea de Condiciones 19 Entendidos de forma amplia ya que el autor incluye relaciones familiares, participación en la comunidad y participación política. 20 Análisis realizados por Eurostat reflejan que únicamente un 8% de los hogares que se encontraban en situación de pobreza relativa en 1997 permanecía en esta situación al cabo de tres años Eurostat (2002): La situación social en la Unión Europea (resumen). Luxemburgo, Oficina de Publicaciones Oficiales de la Comisión Europea. Eurostat: 35. 21 En España entre 1994 y 2002 el 11% de personas en situación de pobreza lo estaban de manera persistente.

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de Vida22. No es casualidad que el primer monográfico de la esté dedicado a la reproducción intergeneracional de la pobreza. En nuestro país, algunos autores habían analizado anteriormente en nuestro país la evolución de la pobreza a partir de las Encuestas Continuas de Presupuestos Familiares (Cantó, Del Río et al., 2000). Pero con la aparición del Panel diversos estudios analizaron los flujos de entrada y salida de la pobreza en nuestro país observando la influencia de variables como el sexo de la persona principal, el tamaño del hogar o el nivel educativo (García y Toharia, 1998) (Cantó, 1996) (Cantó, 1998) (García Serrano, Malo et al., 2001). Posteriormente algunas Comunidades Autónomas y entidades locales23 han puesto en marcha encuestas sobre condiciones de vida, a través de las cuales se realizan aproximaciones a la persistencia de la pobreza. Recientemente se ha creado en el País Vasco, el Observatorio de Procesos de Exclusión y de Incorporación Social24 que establece el seguimiento longitudinal de una muestra representativa de perceptores de la renta mínima y participantes en programas de inserción gestionados por entidades sociales. En sus primeros informes este observatorio identifica las dificultades de acceso a la vivienda, la presencia de empleo precario y la falta de integración familiar como los factores de mayor incidencia en las situaciones de exclusión social (Sartu, 2003) (Otamendi, 2004) (Pineda y Zubero, 2005). 3.3.

Análisis cualitativos de itinerarios de vida

Sin duda uno de los métodos más acertados para describir la perspectiva dinámica de la pobreza ha sido la realización de relatos de vida de personas en dicha situación. Posteriormente se han impuesto las técnicas cuantitativas de medición de la pobreza por su potencial para dar dimensión y realizar estudios comparados del fenómeno. Sin embargo, la creciente preocupación por el carácter multidimensional y dinámico de la exclusión ha llevado recientemente a las ciencias sociales a retomar los métodos de carácter cualitativo. Recientemente en España25, Pérez-Yruela, Rodríguez Cabrero y Trujillo han utilizado esta técnica, en combinación con análisis cuantitativos) para abordar el análisis de la pobreza y la exclusión en Andalucía (2002) y Asturias (2004). En ambos casos la metodología de los relatos tenía como objetivo establecer una tipología de trayectorias de exclusión social así como identificar las dimensiones que la definen (género, vivienda, salud, etc.). En relación al primer objetivo, el es22 European Statistics on Income and Living Conditions EU-SILC 2005. 23 R. Petit y I. Mur (2003), «Análisis de las situaciones de exclusión social y precariedad en Barcelona», Situacions de probresa i exclusió social a la provincia de Barcelona. Barcelona. Encuesta de pobreza y desigualdades sociales en el País Vasco, Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social (2005), Gobierno Vasco: 52 (realizada cada cuatro años). 24 Puesto en marcha por una plataforma coordinada de entidades públicas y privadas con apoyo social del Fondo Social Europeo, Gobierno Vasco, la Fundación Social del BBK y gestionado por la Federación Sartu. 25 En Navarra dentro del proceso de Reordenación de la Atención Primara de Servicios Sociales (2001) se utilizó la metodología de relatos de vida de 60 casos tipo usuarios de los distintos programas de Atención Primaria con el fin de evaluar dichos programas.

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tudio determinó cinco tipos de trayectorias: la de aquellos casos que transitan desde la integración a la vulnerabilidad (debido a cambios dramáticos en la situación de pareja, problemas de discapacidad o rupturas laborales); los que se ubican permanentemente en la vulnerabilidad (debido a situaciones de bajos ingresos o la irregularidad); un tercer tipo de trayectorias hacia la exclusión desde la integración y la vulnerabilidad (por cambios en la situación laboral o de ingresos, envejecimiento, enfermedades o descenso de la protección familiar); trayectorias que van desde la vulnerabilidad a la exclusión más absoluta (con factores desencadenantes como la prostitución, drogas, o sida terminal, además de carencia total de apoyos familiares); y un quinto tipo que vive en la exclusión permanentemente (familias chabolistas de etnia gitana, personas sin hogar o enfermos mentales sin apoyo familiar). De todas ellas, el estudio identificó como la trayectoria más frecuente aquella que va desde la vulnerabilidad hacia la exclusión, reflejada en familias en las que a partir de generaciones de padres con situaciones relativamente estables o algo vulnerables, los hijos padecían situaciones de fracaso escolar, acceso a empleos precarios y un proceso de caída hacia la exclusión. En relación al segundo objetivo de identificación de factores exclusógenos, el estudio corroboraba el impacto de las transformaciones estructurales de los últimos años en las trayectorias de vida personales: reestructuración económica, migraciones, extensión del empleo precario, etc. Igualmente también constataba la presencia de viejas realidades de la pobreza más marginal (algunas pertenecientes a minoría étnica gitana) en las que el no acceso al empleo regular ni a la vivienda seguían constituyendo barreras hacia la integración. El factor de integración identificado como más importante fue el de la protección familiar, en el caso de los vulnerables y el de los servicios sociales o entidades no lucrativas para los casos más excluidos que carecían precisamente de protección familiar. En estos casos, el apoyo institucional, si bien permitió reducir el potencial conflictivo y posibilitar cierto mantenimiento de la estabilidad social y económica no consiguió favorecer la superación de las situaciones de exclusión social. El estudio también demostraba cómo las trayectorias imparables hacia la exclusión suelen ir vinculadas al consumo de alcohol y a conflictos familiares graves (desde la infancia).

Consecuencias orientadas a la investigación sobre la exclusión Hemos visto como el factor temporal deviene un elemento de análisis indispensable en la comprensión de los procesos de exclusión. En este sentido, las encuestas tipo panel han demostrado la existencia en Europa de un porcentaje de personas en situación de pobreza que se encuentran en dicha situación de manera permanente. Estas encuestas han ido incorporando variables relativas a las condiciones de vida de las familias y por ello resultan de gran utilidad para observar la movilidad entre integración y exclusión y conocer la distancia cada vez mayor entre las condiciones de vida de los más integrados y los más excluidos.

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I. Una revisión sobre el estado de la cuestión de la exclusión...

Sin embargo, son encuestas dirigidas al conjunto de la población y por ello, presentan importantes limitaciones para detectar los casos de exclusión más extrema y describir sus condiciones de vida. Para ello, ha resultado efectiva la combinación de estos análisis con metodologías cualitativas que permiten profundizar en las características del espacio más reducido de la exclusión social. Las investigaciones cualitativas son estudios muy costosos y por ello normalmente no permiten elaborar material que permita describir de manera amplia el fenómeno. A pesar de ello, actualmente resultan de gran utilidad para detectar, aquellos factores y procesos sociales especialmente significativos en los procesos de exclusión e integración. En el futuro, sería preciso incorporar mejoras en las metodologías cuantitativas que permitan captar también estos niveles de significación longitudinal a los que ahora accedemos mediante métodos cualitativos.

4. La exclusión entendida como fenómeno heterogéneo La concepción procesual de la exclusión permite diferenciar distintas situaciones frente a otras concepciones dicotómicas como la existente en torno al debate anglosajón sobre la underclass. De este modo, la exclusión se plantea como un fenómeno de distintas intensidades en función del alejamiento de los individuos respecto al centro de la sociedad. La mayor parte de los planteamientos teóricos iniciales en torno a la exclusión diferenciaban tres zonas: Robert Castel (1997) hablaba de, integración, vulnerabilidad y exclusión; Serge Paugam (1993) identificaba tres espacios, integración, fragilidad y marginalidad. En España, García Serrano y Malo (2000) también definían tres zonas en su análisis sobre la exclusión26: integración, vulnerabilidad y exclusión o marginación (aunque dentro de ellas llegaban a diferenciar hasta siete espacios). En las investigaciones de Pérez Yruela, Rodríguez Cabrero y Trujillo (2004) se establecen cuatro espacios en función de la combinación de dos ejes, pobreza y exclusión, diferenciando de mayor a menor gravedad, la situación de excluidos y pobres; excluidos y precarios; pobres y vulnerables y precarios y vulnerables. Más recientemente, Poggi (2004) establece27 hasta cinco espacios: inclusión plena; inclusión parcial; exclusión leve; exclusión parcial o precariedad y exclusión plena. Comprobamos cómo en todas las propuestas se diferencia, además del espacio de integración, una situación de vulnerabilidad y fragilidad que puede ser 26 Carlos García Serrano, Miguel Ángel Malo y Gregorio Rodríguez Cabrero (2000), Un intento de medición de la vulnerabilidad ante la exclusión social. Madrid, Unidad de Políticas Comparadas (CSIC): 17. Plantean una definición del espacio de la exclusión a partir de indicadores relacionados con la situación económica, la relación con el empleo, los vínculos sociales y la situación de vivienda. 27 A partir de un índice de exclusión basado en las respuestas de los encuestados a 25 preguntas correspondientes a ocho dimensiones: cobertura de necesidades básicas, vivienda, relaciones sociales, entorno físico, salud, calidad de vida, ingresos económicos y empleo.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

continuada en el tiempo o bien puede derivar hacia situaciones de exclusión, en el caso de que se produzca alguna alteración en los mecanismos de integración ya debilitados: ingresos, empleo, familia. Además, todos los análisis identifican ese tercer espacio más alejado del centro, el de la desafiliación, la marginación, el descuelgue, o en definitiva el de la exclusión social. Esta perspectiva diferenciadora avala la utilización del término exclusión para definir una situación que afecta a una minoría de hogares que vive en situación de pobreza de manera permanente y que además, acumula otras problemáticas de especial gravedad en ámbitos como el empleo, las relaciones sociales, la educación, la vivienda o la salud y con escasas posibilidades de salir de esta situación sin apoyos. Los análisis sobre la exclusión desarrollados por Laparra (2000), García Serrano, Malo y Rodríguez Cabrero (2000), Sarasa (2004) y Pérez Yruela, Rodríguez Cabrero y Trujillo (2004) se basan en esta concepción de la exclusión social que la entiende como fenómeno más intenso. De estas investigaciones, se deriva que la población excluida, sin llegar a constituir una infraclase diferenciada del resto de la sociedad en cuanto a valores o comportamientos, sí que presenta unas diferencias muy notables respecto a la sociedad mayoritaria en relación con su status y sus condiciones de vida. El principal reto para estos análisis ha sido darle dimensión y profundizar en el conocimiento de las condiciones de vida de esta población excluida. Por el momento se han utilizado para ello dos vías de aproximación. A través de la población que normalmente acude a los dispositivos de atención social públicos (programas de renta mínima) o de la iniciativa social (usuarios de entidades sociales). Y a partir del análisis en profundidad de las características de grupos específicos de población excluida (personas sin hogar, presos, prostitución). 4.1.

Análisis de la exclusión a partir del estudio de perceptores de rentas mínimas

Partiendo de la hipótesis de que la población en situación de necesidad recurre habitualmente a estos dispositivos asistenciales se entiende el espacio de las rentas mínimas como un espacio cercano al espacio real de la exclusión. En esta línea han sido especialmente útiles los análisis realizados a población perceptora de rentas mínimas en la Comunidad de Madrid (Aguilar, 1992) (Aguilar, 1993) (Serrano y Arriba, 1998), País Vasco (DATLAN, 1990) (Sanzo González, Muñoz et al., 1992) (Emaiker, 1993), Aragón (Laparra, 1994) y Navarra (Navarra, 1999) (Aguilar, Laparra et al., 1997) (Laparra, Corera et al., 2003). El volumen de perceptores de estos programas no se ve afectado por la dinámica social ni económica sino únicamente por las decisiones institucionales que afectan al programa. Esto hace que los niveles de cobertura se mantengan muy estables y por tanto el volumen de perceptores no constituye un dato significativo a la hora de reflejar la dinámica de la exclusión en España. Sin embargo, el estudio de ciertas variables relativas a los hogares perceptores y la relación que establecen con el programa han permitido profundizar el conocimiento de estos hogares que, además de encontrarse en situación de pobreza extrema,

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presentan otras problemáticas sociales relacionadas con la salud, conflictividad familiar, enfermedades mentales, etc. De igual modo, el análisis de las bases de datos institucionales han sido útiles para establecer el tipo de uso que los hogares hacen de las ayudas económicas, constatándose que, si bien existe una escasa incidencia de la cronicidad, existe un importante volumen de usuarios de estos programas que realizan un uso intermitente (Serrano y Arriba, 1998) (Laparra, Corera et al., 2003). Las condiciones de un mercado de trabajo afectado por la temporalidad o la falta de eficacia de los mecanismos de inserción se contemplan como posibles causas de esta elevada intermitencia. 4.2.

Articulación de sistemas de información de población asistida

El tamaño reducido de algunas Comunidades Autónomas y una mayor capacidad de coordinación administrativa ha permitido dar un paso más en el acercamiento al espacio de la exclusión a partir de la confluencia de fuentes de información correspondientes a distintos dispositivos asistenciales públicos y de iniciativa social. En Navarra con motivo de la elaboración del Plan de Lucha contra la Exclusión Social (Navarra, 1999) se elaboró una base de datos de población asistida a partir de la coordinación de diversas bases de datos de usuarios de programas públicos (rentas mínimas, prestaciones no contributivas, prestaciones por hijo a cargo, becas de comedor municipal) y dispositivos de iniciativa social (bases de usuarios de Cáritas y otras entidades de acción social). La elaboración de este sistema integrado de información permitió, a través de la realización de una encuesta a una muestra representativa conocer las condiciones de vida de la población asistida o «vulnerable» e identificar, de entre ellas, a 5.000 familias como población en situación de exclusión. 4.3.

Acercamiento a partir de la realidad de colectivos específicos de población excluida

Algunos colectivos excluidos que no acceden a los dispositivos públicos de atención social resultan, precisamente por ello, invisibles también para sus sistemas de información. Es el caso tradicional de las personas sin hogar o la prostitución y más recientemente lo está siendo también el de las personas inmigrantes en situación irregular. En estos casos, son las entidades sociales las que se han hecho cargo de la intervención y por ello son las únicas que manejan información de primera mano sobre los procesos de exclusión, que les afectan. Sin embargo, como ya mencionábamos anteriormente, la elevada demanda de estas entidades y sus limitados recursos económicos y personales impiden que estas puedan establecer mecanismos adecuados de recogida de información.

a) Personas sin hogar La situación de estas personas excluidas se escapa a los estudios tradicionales de pobreza y exclusión, incluso a los desarrollados en el nivel regional

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o local, por ello es preciso recurrir a estudios o memorias elaborados por los propios centros de atención al colectivo. En España, Pedro Cabrera (2000) (1998) ha analizado la realidad de esta población, tanto en su dimensión cuantitativa, mediante la recogida de datos de comedores, albergues y otros centros, como en su dimensión cualitativa, a través del análisis de su perfil y al estudio de sus condiciones de vida. En relación al perfil del colectivo, todos los datos apuntan hacia una profunda transformación, en los últimos años, desde una situación mayoritaria de hombres solos, nacionales, de mediana edad, hacia una gran heterogeneidad (en los últimos años se ha producido un aumento de la presencia de inmigrantes, jóvenes y mujeres). En cuanto a sus condiciones de vida, estas se caracterizan por la extrema pobreza, la falta de vivienda, el aislamiento social y la presencia de enfermedades físicas. Todo ello evidencia la extrema dureza de su situación de exclusión. Vázquez y Muñoz (2001) también abordaron la realidad de este colectivo a partir de 289 entrevistas en profundidad que les permitieron destacar la importancia de determinados sucesos vitales estresantes como factores de exclusión social. Bajo este concepto englobaban todas aquellas situaciones traumáticas concretas que afectan gravemente a una persona y que debilitan su resistencia para hacer frente a las exigencias de una vida normalizada. Entre ellas, las más frecuentes son las pérdidas de empleo, fallecimientos cercanos, rupturas y crisis familiares, encarcelamientos y similares. De media, cada una de las personas sin hogar entrevistadas en el estudio había sufrido nueve sucesos de este tipo.

b) Cárcel y exclusión El colectivo de personas presas representa la situación más manifiesta de exclusión de la sociedad por su propia separación física. Pero además se ve afectado de manera más intensa por diversos factores excluyentes como son las enfermedades físicas y mentales o consumos. Sin embargo, su situación pasa inadvertida en la mayor parte de los estudios sobre pobreza y exclusión. Por el contrario, al margen de análisis específicos llevados a cabo por entidades sociales, son escasos los estudios que tratan de manera generalizada la situación de las personas presas en España. Entre ellos, cabe destacar el estudio de Pedro Cabrera que, en 2002 daba a conocer algunos rasgos de este colectivo. El 47% lo constituyen menores de 30 años; el 19% extranjeros, más el 50% son drogodependientes y una gran mayoría padece temprana desescolarización y falta de experiencia laboral. Quizás una de las conclusiones más relevantes del estudio es, sin embargo, el rol de la propia cárcel como mecanismo de reproducción de la exclusión social, demostrado en la alta proporción de personas presas que provienen de familias pobres (98%) (Cabrera, 2002).

c) Mujer y exclusión social El análisis de género de algunos estudios sobre exclusión social en el nivel autonómico deja entrever que la llamada feminización de la exclusión no pa-

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rece manifestarse tanto en su dimensión cuantitativa sino más bien de manera cualitativa. De este modo, a partir de ciertos estudios de condiciones de vida de la población excluida se deriva que algunos tipos de hogar encabezados por mujeres presentan claramente un mayor riesgo de exclusión social que el resto. Es el caso de los hogares monoparentales o las mujeres mayores solas. Por otro lado, las causas que llevan a las mujeres a la exclusión social, la intensidad de las situaciones vividas y los mecanismos para salir de ellas son altamente diferenciables en función del género. Mientras que las causas identificadas en los varones tienen que ver con el empleo, la discapacidad o los consumos, en los hogares encabezados por mujer se identifican como factores desencadenantes el fallecimiento del cónyuge, separaciones, conflictividad, malos tratos, falta de disponibilidad para el empleo debido a cargas familiares no compartidas y en términos generales, rupturas de situaciones de dependencia económica. También se observan diferencias de género en la intensidad de las situaciones de exclusión vividas por algunos colectivos específicos como el inmigrante o la minoría étnica gitana en términos de relación laboral (tipo de puesto, salario, explotación), conflictividad familiar (malos tratos), cargas familiares (responsabilidad en el cuidado de mayores y menores). Por último el modo de superar la exclusión también es distinto en los hogares encabezados por mujer en cuanto a presentan un mayor índice de acceso y participación en recursos sociales (Pérez Eransus, 2001). Recientemente, se ha publicado un estudio promovido por el Instituto de la Mujer y realizado por EDIS (2005) que aborda la realidad de distintos colectivos de mujeres especialmente afectadas por la exclusión social: mujeres sin techo, mujeres que ejercen la prostitución, mujeres ex reclusas y mujeres drogodependientes. Este estudio se ha elaborado a partir de la combinación de técnicas cualitativas (entrevistas a mujeres y personas expertas, grupos de discusión con mujeres) y cuantitativas (con la utilización de una encuesta realizada a mujeres pertenecientes a estos colectivos y mujeres normalizadas con el fin de comparar la distancia en sus condiciones de vida). El estudio ha permitido comprobar que, entre los factores de exclusión específicos que afectan a estos grupos de mujeres, se encuentran: situaciones familiares de riesgo (abandono de padres, muerte durante la infancia, separación, divorcio o muerte del cónyuge, problemas económicos graves en la familia); duras condiciones de salud (enfermedad, o discapacidad); situaciones de agresión, violencia sexual, malos tratos físicos y psíquicos); y por último, situaciones de conflictividad personal (ingreso en prisión o en instituciones para menores y el abandono o fuga del hogar de origen).

Consecuencias metodológicas para el análisis de la exclusión social La diferenciación de espacios dentro de la exclusión resulta de gran utilidad para conocer distintas situaciones de dificultad pero también para una mejor orientación de las políticas de lucha contra la pobreza. La identificación de un volumen de población vulnerable afectada por distintos riesgos pobreza, depen-

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dencia, precariedad, inmigración, etc. debe alertar sobre la necesidad de reorientar el conjunto de las políticas sociales. Sin embargo, esto no impide la delimitación paralela de un espacio más reducido y más grave, el de la exclusión social, que deba ser objeto de programas de acción más intensa y prioritaria. En esta última línea, resultan de gran interés los estudios sobre condiciones de vida de población perceptora de rentas mínimas, o sobre el conjunto de la población asistida realizados en el nivel autonómico o local. No obstante, una clara vía de mejora reside, precisamente, en la necesidad de unificar los sistemas de información de estos dispositivos de atención a población excluida, tanto públicos (sistemas de garantía de ingresos mínimos, programas de inserción y similares) como de iniciativa social (servicios de acogida, programas de inserción, centros). En este sentido, aunque hay algunos precedentes interesantes de articulación de sistemas de información, como es el caso de Navarra, desgraciadamente la ausencia de cobertura legal ha impedido darles continuidad y extensión.

5. El factor subjetivo de la exclusión El alejamiento de las concepciones más individualistas de la pobreza y el énfasis puesto en los factores estructurales que inciden en la exclusión social no tiene porque dejar de lado el análisis de la incidencia de ciertos factores individuales. En este sentido, la introducción de perspectivas longitudinales y dinámicas en el análisis de la exclusión está llevando a analizar la importancia de ciertos factores que inciden en los itinerarios individuales y familiares de «caída». Desde esta perspectiva, Micheli ya identificaba algunos factores comunes en las experiencias concretas de las familias e individuos más gravemente afectados por la exclusión social. Micheli introducía de forma muy relevante las propias percepciones, actitudes y estrategias de los afectados como elemento de análisis (Micheli, 1996). Como factores individuales de exclusión este autor identificaba algunas actitudes de desarticulación de la propia percepción y del propio proyecto vital, en el tiempo y en el espacio. Según él, en algunos casos de exclusión se reducen progresivamente las distancias (los cambios que uno está dispuesto a realizar) y se acorta el tiempo que se está dispuesto a esperar, a posponer expectativas. Por otro lado, la experiencia continuada de pobreza y privaciones puede verse acompañada en ocasiones de una evolución progresiva en las actitudes frente a las situaciones de dificultad: se van sustituyendo progresivamente estrategias personales más activas por otras más adaptativas que pueden conducir a la cronicidad. Las estrategias concretas que un individuo puede elegir (de entre las que realmente puede) suponen, a su vez, un factor importante a tener en cuenta en cuanto a la evolución futura; cómo son los mecanismos y las lógicas que explican estos procesos de decisión por parte de los sectores afectados. Tanto en sus aspectos más positivos (recurso a unos servicios u otros, disponibilidad a participar en determinadas actividades, etc.), como en los casos de respuestas más negativas (conductas evasivas, autodestructivas, institucionalismo, etc.).

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En nuestro país son limitados los estudios que incorporen la perspectiva de la persona excluida, sin embargo, cabe mencionar algunas iniciativas interesantes. Miguel Laparra en su análisis de la exclusión social en Navarra (2000) concluyó, a partir de la encuesta de condiciones de vida de la población asistida, que estos, lejos de constituir una amenaza por su posible potencial conflictivo, presentaban tendencias autodestructivas relacionadas con la sobre-representación de enfermedades físicas y mentales así como de dependencias al alcohol o las drogas. Además, frente al estereotipo de pasividad o dependencia a menudo atribuido a esta población, en su estudio, la mayor parte de los hogares mostraban estrategias muy activas de supervivencia basadas en la combinación del desempeño de numerosas actividades laborales con el acceso a prestaciones sociales. Por último, en relación a la valoración del sistema y de sus instituciones, esta población presentaban actitudes muy similares, o incluso más positivas que el conjunto de la población. Otro referente importante en este ámbito lo constituye el trabajo de Rafael Aliena «Adelaida Martínez, el honor de la pobreza» (1999). En él, el autor construye el relato de vida de una mujer en situación de pobreza, integrado por sus valores, actitudes y estrategias frente a las dificultades. Gracias al análisis en profundidad de su discurso, Aliena muestra una cara de la pobreza que rompe con el estereotipo de pasividad o dependencia y está caracterizada por valores como el honor, la rectitud y el continuo esfuerzo en la lucha por la supervivencia. En algunos análisis de los realizados sobre las condiciones de vida de perceptores de rentas mínimas también se hace alusión a aspectos actitudinales (Serrano, 1998) y (Pérez Eransus, 2005) En estos análisis, la mayor parte de los hogares que perciben la renta mínima manifiestan su preferencia por recibir una oferta de empleo público antes que percibir la prestación económica. Se evidencian actitudes de cierto rechazo hacia la «asistencia» económica y una clara preferencia por el dinero ganado a partir del trabajo y el esfuerzo personal. Todo ellos nos llevaría a concluir que en ninguno de los estudios revisados sobre actitudes de la población excluida en España se encuentran evidencias empíricas de que estas personas no compartan los mismos valores y comportamientos que la sociedad mayoritaria. Esto nos lleva a reforzar la idea de que las tesis conservadoras que en Estados Unidos, defienden el surgimiento de una infraclase con valores, comportamientos y actitudes diferenciados, no parecen ser útiles para describir la realidad del fenómeno de la exclusión social en Europa.

Consecuencias orientadas a la investigación sobre la exclusión En este intento por entender los procesos de exclusión social parece lógico incorporar también el punto de vista de las personas afectadas. Por un lado, con el fin de conocer de primera mano la explicación dada a los procesos que les afectan y analizar su propia percepción sobre los factores que más han inci-

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dido en su itinerario de exclusión. Y por otro lado, con el objetivo de vislumbrar distintas actitudes o estrategias que puedan constituirse en factores de exclusión o inclusión. Ello resulta especialmente necesario en un contexto en el que el énfasis puesto en las políticas de activación aumenta la responsabilidad del individuo en su propio proceso de inserción. En ambos casos, la utilización de metodologías cualitativas, como la entrevista o los relatos de vida, parecen ser las más adecuadas ya que permiten conocer las trayectorias de exclusión contadas por sus propios protagonistas, además de mostrarnos su valoración de los apoyos recibidos, sus sentimientos, reflexiones y opiniones.

Conclusión y propuestas para el análisis de la exclusión social en España La naturaleza de la exclusión social como fenómeno social complejo ha hecho que desde la Sociología sea necesario diseñar nuevos enfoques metodológicos que permitan acercarnos a él en todas sus dimensiones. La exclusión entendida como fenómeno estructural hace preciso incorporar al análisis el estudio de mecanismos formales de integración como el empleo o las políticas de garantía de ingresos. En este sentido, a diferencia de otros países europeos, las peculiaridades del caso español hacen también necesario el estudio de mecanismos de integración informales como las actividades de economía sumergida, la protección familiar y la acción de las entidades sociales. La exclusión entendida como fenómeno multidimensional ha llevado a desarrollar técnicas de recogida de información que permitan el análisis combinado de diversos indicadores referidos a empleo, salud, educación, relaciones sociales y otros factores de exclusión. En este sentido, los análisis más avanzados incorporan la propia acumulación de dificultades como factor determinante de la exclusión social. La exclusión entendida como proceso ha hecho indispensable la introducción del tiempo como factor de exclusión y ha promovido la realización de estudios de carácter longitudinal. De la misma forma, se favorece la diferenciación de espacios como el de la vulnerabilidad y el de la exclusión. Esta última concebida como fenómeno radical de fractura que afecta de manera más grave a algunas familias. En este sentido, muestran un gran valor metodológico las investigaciones que se acercan a la exclusión social a partir del estudio de población asistida (por determinados servicios o entidades) o el análisis de grupos excluidos específicos. Por último, resulta de gran utilidad incorporar al análisis de la exclusión la perspectiva del propio sujeto de cara a valorar la importancia de actitudes y estrategias personales como factor de exclusión e integración. Podemos concluir que, hasta el momento, los estudios sociológicos que en nuestro país han realizado un mejor acercamiento a la realidad de la exclusión están basados en una concepción que precisamente integra varias de estas dimensiones citadas. Y que, además, han sabido combinar distintas técnicas cuantitativas y cualitativas aplicándolas al estudio de las condiciones de vida de

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I. Una revisión sobre el estado de la cuestión de la exclusión...

un determinado grupo de población (pobre o asistida) que acumula problemáticas en varios ámbitos. A continuación presentamos un cuadro que sintetiza las propuestas metodológicas que han ido apareciendo a lo largo del trabajo. Cuadro 1. Propuesta metodológica para el estudio de la exclusión social en España Naturaleza de la exclusión

Factor de exclusión

Multidimensional Incluye factores individuales y estructurales:

Objeto de estudio

Metodología adecuada

Análisis del hecho acumulativo

Realización de encuestas de condiciones de vida a población excluida/asistida que incluyan información sobre todos los factores de exclusión

Pobreza y privaciones

Ingresos Gastos

Necesidad de introducir nuevos parámetros que permitan medir gastos de vivienda y otros

Relación con el mercado de trabajo

Estudio de la precariedad y la economía sumergida como factor de exclusión y estrategias de supervivencia de la población excluida en España

Análisis cuantitativos destinados a describir la microeconomía de familias excluidas: empleo precario, sumergido (Encuestas de condiciones de vida a población excluida/asistida)

Estado de bienestar

Acceso a los sistemas de garantía de ingresos, educación, salud, formación

Encuestas de condiciones de vida a población excluida/asistida

Estudio de la eficacia de las prestaciones destinadas a población excluida

Necesidad de unificar y mejorar la información de los sistemas de garantía de ingresos mínimos

Estudio de la eficacia de los programas de inserción

Necesidad de mejorar la recogida información de las entidades locales y las entidades sociales

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Cuadro 1. Propuesta metodológica para el estudio de la exclusión social en España (cont.) Naturaleza de la exclusión

Factor de exclusión

Multidimensional Familia y lazos sociales

Objeto de estudio

Metodología adecuada

Estudio de las estrategias familiares de reparto de ingresos y atención a la dependencia

Combinación de análisis cuantitativos de condiciones de vida y estudios cualitativos de trayectorias de vida

Densidad de relaciones sociales Presencia conflicto familiar, maltrato

Procesual

Inmigración

Procesos de integración de la población inmigrante

Coordinar información de dispositivos de atención pública y entidades Realización de encuestas periódicas que permitan el análisis del proceso de integración de la población inmigrante

Conductas anómicas

Delito Consumos Prostitución

Combinación de análisis cuantitativos de condiciones de vida, estudios cualitativos y análisis específicos de colectivos excluidos

Tiempo como factor de exclusión

Análisis longitudinal de la pobreza y exclusión

Combinación de metodologías cuantitativas (tipo panel) y enfoques cualitativas: relatos de vida

Acumulación de riesgos a lo largo de trayectoria Heterogénea

Diferenciación de estadios: vulnerabilidad, exclusión

Se propone profundizar en la situación de los más excluidos

Acercamiento a la población excluida a partir del estudio de las condiciones de vida de la población asistida

Importancia de las estrategias individuales

Estrategias Actitudes Percepciones

Incorporar la perspectiva del usuario

Metodologías cualitativas y cuantitativas que permitan la comparación con población general

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

Tras una primera introducción metodológica que justifica la utilización de la técnica de los relatos de vida en el estudio de la exclusión social se presenta un texto reflexivo que utiliza la información obtenida en la elaboración de relatos de vida efectuados a personas atendidas por Cáritas para ejemplificar y contrastar el marco teórico de partida en torno a la exclusión social del que parte esta investigación.

1. Los relatos de vida como método de estudio de la exclusión social La metodología de relatos de vida es una metodología especialmente adecuada para el estudio de las trayectorias personales y familiares caracterizadas por la exclusión social. La elaboración de relatos de vida ha sido también uno de los métodos más acertados para describir de manera dinámica el fenómeno de la pobreza. Una de las obras que constituye un hito en los estudios modernos de pobreza es los Los hijos de Sánchez, de Oscar Lewis (1985) que profundizaba en las vivencias de una familia inmigrante en Estados Unidos relatadas por cinco hijos de la familia. Con un elevado nivel de empatía y expresividad se narraba su continua lucha por la vida, sus privaciones, los mecanismos de supervivencia así como sus actitudes y la identidad que conformaban lo que el autor vino a llamar como «cultura de la pobreza». Igualmente uno de los manuales básicos de la formación de los profesionales del trabajo social sigue siendo El caso social individual, de Mary Richmond (1977), en el que se abordan los procesos de intervención realizados con seis casos de personas o familias en situación de exclusión social. Bien es cierto, que posteriormente, se han impuesto las técnicas cuantitativas de medición de la pobreza por su potencial para dar dimensión y realizar estudios comparados del fenómeno. Mientras tanto los re-

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latos de vida han seguido teniendo un enorme protagonismo en los estudios de género, o de colectivos específicos afectados por el rechazo social o la marginación como es el caso de personas toxicómanas, el colectivo transexual y otros. Y es que la confección de relatos de vida a partir de entrevistas en profundidad a personas que se encuentran en situación de exclusión permite identificar momentos de crisis ubicándolos en el tiempo y conocer el peso de los distintos factores de exclusión en el proceso de caída o alejamiento. Igualmente ayuda a valorar el impacto del paso del tiempo, tanto en la situación como en las actitudes y estrategias de las personas y familias. Con la información recogida en los relatos de vida puede superarse algunas de las limitaciones encontradas en los análisis cuantitativos (por el formalismo que caracteriza a este instrumento) para comprender y transmitir con detalle cuales son las actividades y las estrategias de supervivencia de estas personas. Cómo y en qué medida consiguen el dinero y los recursos vitales, cuales son sus gastos y cuál es la economía real de las familias excluidas. Los relatos también permiten identificar puntos de inflexión hacia procesos de mejora y apoyos que han actuado como factores de integración social. En este sentido, se pueden identificar prácticas de intervención más o menos exitosas y su incidencia en los procesos de superación de las dificultades. Por último, aunque no menos importante, este método resulta adecuado para incorporar elementos de significado y percepción del sujeto en su propio proceso vital. En este intento por entender los procesos de exclusión social parece lógico incorporar también el punto de vista de las personas afectadas. Los relatos de vida parecen resultan adecuados ya que permiten conocer las trayectorias de exclusión contadas por sus propios protagonistas, además de mostrarnos los itinerarios vividos, su valoración de los apoyos recibidos, sus sentimientos, reflexiones y opiniones. En nuestro país existen algunas obras importantes que utilizan la metodología de los relatos aplicada al estudio de la pobreza. Rafael Aliena en Adelaida Martínez y el honor de la pobreza (1999) narra el relato de vida de una mujer llena de dificultades, sus esfuerzos por salir adelante y su lucha por mantener una vida honrada. Manuel Pérez-Yruela, Gregorio Rodríguez Cabrero y Manuel Trujillo también han utilizado esta técnica, en combinación con análisis cuantitativos, para abordar el análisis de la pobreza y la exclusión en Andalucía (2002) y Asturias (2004). En ambos casos la metodología de los relatos permitió establecer una tipología de trayectorias de exclusión social así como identificar las dimensiones que la definen. En esta ocasión se han utilizado los relatos de vida de personas que han sido atendidas por Cáritas para abordar los objetivos generales de la investigación: observar los cambios recientes que se han producido en el espacio social de la exclusión social en nuestro país; valorar la postura de Cáritas ante estos cambios; analizar el papel de Cáritas ante retos tales como el de la inmigración; y por último, analizar la intervención de Cáritas ubicándola en los procesos concretos de exclusión e integración de las personas atendidas.

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

En esta investigación hemos optado por una opción intermedia entre las historias y los relatos de vida. Entendemos que la historia es una versión más acabada sobre la vida de una persona, en la que se recogen de manera más o menos sistemática una serie de informaciones colaterales que completan, verifican y profundizan en la comprensión del caso. El relato de vida se reconoce más basado en el propio discurso del personaje sobre su trayectoria vital, tal y como es contada por él mismo. Nosotros nos hemos basado preferentemente en el relato de la persona entrevistada, pero hemos incorporado en la medida de lo posible algunas informaciones complementarias de profesionales o voluntarios/as que conocían el caso. Establecimos entre cuarenta y cincuenta el número de casos deseable para dar cabida a la diversidad de situaciones atendidas por Cáritas y poder sistematizar algunos resultado obtenidos en los relatos. Finalmente han sido cuarenta y cuatro los relatos elaborados representativos de los distintos perfiles de la población usuaria de Cáritas. Sin duda el primer criterio de selección de los casos fue el del claro consentimiento y disponibilidad de la persona entrevistada a relatar su vida. La experiencia indica que entre las personas excluidas no es más difícil encontrar esta disponibilidad que en el resto de la población, al contrario. Precisamente la exclusión hace que las personas se encuentren muchas veces obligadas a pedir ayuda y por eso a menudo están acostumbradas a narrar su situación de dificultad (este mismo motivo también llevó a algunas personas a negarse a participar en esta tarea). El resto de criterios de selección establecidos para abordar cierto mapa representativo de la diversidad de perfiles fueron: el género, la condición de extranjero/a, el nivel de intensidad de la intervención recibida desde Cáritas y un criterio de diferenciación de procesos de «éxito» o «fracaso» en la inserción social28. Cuadro 2. Criterios de selección de los entrevistados entre la población atendida por Cáritas Extranjero Intensidad Baja

Nacional Éxito

Fracaso Intensidad Media

Éxito Fracaso

Éxito Fracaso

Intensidad Alta

Éxito Fracaso

Éxito Fracaso

Éxito Fracaso

28 Se trataba de utilizar un criterio de selección que nos permitiera discernir aquellas situaciones que habían superado su situación de dificultad y ya no recurrían a la entidad y aquellas que sí seguían haciéndolo y por tanto en las que persistían las dificultades. En un principio hablábamos de situaciones de relativo «éxito» o «fracaso» en la inserción, sin embargo, dado lo arriesgado de los términos, fueron interpretado de modos distintos por los entrevistadores y por ello se recurrió a un criterio más objetivable como es el del contacto actual con la entidad.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

– Veinticuatro son relatos de mujeres y veinte de hombres. – Veintidós relatos son de personas extranjeras que viven en nuestro país y veintidós son de nacionales. – Doce casos han sido atendidos por Cáritas de manera intensa (atendidos en recursos residenciales, centros de día o seguimientos personalizados); veinte casos han sido atendidos por Cáritas con una intervención de intensidad intermedia (participación en cursos, apoyos psicológicos y ayudas) y doce casos responden a un modelo de intervención de baja intensidad (recibieron ayudas económicas o asesoría jurídica de manera muy puntual). – Por último veinticinco casos ya no tienen contacto con Cáritas (ni con ninguna otra entidad o servicio de carácter asistencial) después de una intervención más o menos prolongada y diecinueve siguen manteniendo contacto. Los guiones utilizados en la confección de los relatos abordan las distintas etapas en la vida de las personas que son diferenciadas por entrevistados y entrevistadores en función de sucesos vitales como la infancia, el matrimonio, el hecho migratorio u otros. En cada una de estas etapas se recogía información sobre distintas dimensiones de la vida de las personas, sus relaciones familiares y sociales, sus formas de subsistencia, sus dificultades y su relación con los mecanismos de protección social, prestando especial atención a la relación establecida con Cáritas. Un valor añadido del proceso lo constituye el hecho de que la mayor parte de los relatos fueron efectuados por profesionales y voluntarios/as de Cáritas que además de conocer la organización y en algunos casos las trayectorias de las personas entrevistadas se han implicado personal y profesionalmente en este trabajo. También es preciso destacar la inestimable aportación de los/as protagonistas de los relatos. Para algunas personas relatar sus vivencias ha sido doloroso ya que tuvieron que traer del recuerdo episodios que les había costado mucho esfuerzo dejar atrás. Otras personas no le han dado excesiva importancia al proceso, tomando estas entrevistas como una más de las narraciones que han tenido que realizar en su largo periplo por los servicios sociales. Y por último, para algunas la construcción de estos relatos ha supuesto incluso un cierto ejercicio terapéutico

Hace años que no había… ni con el psicólogo, ni con el psiquiatra me había sincerado tanto (Felipe, 60 años, Cáritas Bilbao).

2. Validación del marco teórico sobre la exclusión social Las distintas caras de la exclusión social que conforman los cuarenta y cuatro relatos de vida nos permiten validar la definición de exclusión social que

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

adoptábamos en la primera parte correspondiente a la revisión de estudios sobre exclusión social: – La multidimensionalidad de la exclusión se hace patente en la mayoría de los casos en los que, a los problemas vinculados a la mera subsistencia económica, se suman otros relacionados con la salud física y psíquica, las relaciones de pareja y familia y las dificultades en el acceso a la regularización o al sistema de pensiones. Precisamente, el factor acumulativo mediante el cual se superponen múltiples dificultades en diversos ámbitos es el que caracteriza a todos y cada uno de los cuarenta y cuatro relatos. – El carácter dinámico de la exclusión se manifiesta en el grave efecto que produce la persistencia en el tiempo de algunas problemáticas, así como en la recurrencia de determinadas relaciones conflictivas, o la reproducción perversa de determinadas conductas. En relación al carácter dinámico, hemos comprobado que la mayor parte de los itinerarios vitales, no siguen pautas lineales desde la exclusión hacia la integración o desde la integración hacia la exclusión. Es frecuente que cuando algunas dimensiones de la vida de las personas comienzan a evolucionar positivamente, otras empeoran, conformando así procesos de idas y venidas, de altos y bajos. – También se comprueba que la exclusión no es una situación estática que describa la situación de un colectivo homogéneo. Por el contrario, incluye procesos diversos de alejamiento de situaciones de integración social que dan lugar a diversos estadios en función de la intensidad de las vivencias. En los relatos de las personas atendidas por Cáritas encontramos casos que van desde la vulnerabilidad hasta las situaciones de exclusión más graves. – La exclusión es una situación de la que no es fácil salir sin apoyos. De los relatos se deriva que los procesos vitales que llevan a las personas a vivir en la exclusión son largos y complejos. La mayoría de ellos han recibido en alguna ocasión apoyos más o menos intensos de su propio entorno, de Cáritas o de otros servicios públicos y del sector no lucrativo. En muchos casos, estos apoyos han servido para superar situaciones de crisis coyunturales que de otra manera hubieran tenido mayor calado en las personas que las padecían. Sin embargo, otras veces los apoyos han resultado insuficientes para paliar el nivel de intensidad o deterioro de las situaciones, algunas de ellas ya irreversibles. Por ello los itinerarios de salida de estas situaciones también resultan ser más efectivos si se diseñan en el largo plazo y con cierta intensidad en la aplicación de recursos profesionales y materiales. Repasemos de manera pormenorizada cada uno de estos aspectos a partir del análisis de los relatos.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

2.1.

La exclusión como fenómeno multidimensional

Frente a la perspectiva que contempla la exclusión como un riesgo difuso que pude afectar a distintos grupos de población como «jóvenes en desempleo», «desempleados mayores de 45 años», «hogares monoparentales» y similares, adoptábamos, en este trabajo, otra perspectiva más minoritaria que concibe la exclusión como un fenómeno que afecta, de manera más intensa, a un número de personas o familias con dificultades en diversos ámbitos, que además interrelacionan o se refuerzan negativamente entre ellas. De este modo, entendemos que es precisamente el factor «acumulativo» el que define la propia naturaleza de la exclusión social. En la revisión de estudios sobre la exclusión social mencionábamos la existencia de cierto consenso en torno a las dimensiones que forman parte de la exclusión: económica, política y relacional: Cuadro 3. Dimensiones del fenómeno de la exclusión social Dimensión

Factores

Económica

Participación en el consumo

Pobreza económica extrema

Ingresos inferiores al 30% de la renta mediana equivalente

Participación en la producción

Exclusión de la relación salarial normalizada

Hogares cuyo sustentador principal está en desempleo hace más de un año o tiene un empleo en exclusión

Política

Ciudadanía social y política

Acceso limitado a los sistemas de protección social, sanidad, vivienda, educación y prestaciones sociales

Hogares sin vivienda, con menores no escolarizados, sin acceso al sistema sanitario, hogares en situación irregular

Social Relacional

Ausencia de lazos sociales

Aislamiento social, falta de apoyos sociales

Personas que no cuentan con ningún apoyo

Relaciones sociales perversas

Integración en redes sociales «desviadas». Conflictividad social (conductas anómicas) y familiar

Conflictos familiares, dependencias a las toxicomanías o el alcohol, prostitución

2.1.1.

Proceso de exclusión

Situaciones

Dimensión económica: pobreza extrema y exclusión de la relación salarial normalizada

La ausencia de ingresos económicos constituye sin lugar a dudas una dimensión clave de la exclusión social. Todas las personas que protagonizan los relatos están, o han estado en algún momento, en situación de pobreza económi-

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

ca extrema. Esta pobreza se manifiesta en la ausencia de ingresos económicos fruto de una enorme distancia con el mercado laboral normalizado y las prestaciones de garantía de ingresos. Entre los nacionales el perfil mayoritario es el de personas que nunca han tenido una relación salarial normalizada. En las mujeres es frecuente la vinculación a trabajos domésticos sin contrato, la prostitución o la ausencia de actividades laborales retribuidas. En cualquiera de los tres casos la retribución económica ha sido inexistente o muy baja y el trabajo se ha producido sin contrato, sin cotización y por tanto sin acceso a la protección social. Ilustran estos tres perfiles, los casos de: – Carmen (36 años Salamanca) trabajó 18 años cuidando al hijo de un familiar cobrando 40.000 Ptas. al mes sin contrato ni cotización. Su marido había colaborado durante años en un negocio familiar, también sin contrato y tampoco tenía derecho a la protección social. Cuando ambos se quedan sin empleo se ven sumidos en una situación de pobreza extrema. – Lidia (63 años, Bilbao) trabajó 40 años en el sector doméstico, de los cuales únicamente cotizó 3 años que fue contratada en un restaurante. Cuando se quedó sin empleo se dedicó a cuidar a su hermana esquizofrénica. Ha subsistido gracias a sus ahorros, combinando trabajos esporádicos y con la asistencia de Cáritas hasta que le fue reconocida una invalidez absoluta por sus fuertes depresiones. – Matilde (68 años, Salamanca) fue prostituida primero por su padre y más adelante por su marido, acaba haciendo de la prostitución su fuente de ingresos. Cuando deja de ejercerla por motivos de edad y enfermedad se ve en una situación de intensa pobreza. En la actualidad cobra una pensión no contributiva por discapacidad fruto de un accidente de tráfico de 286 euros. – Encarna (46 años, Valencia) hereda la situación marginal de su familia y sus únicas fuentes de ingresos desde su infancia son la mendicidad y la asistencia social. Entre las mujeres nacionales, destacar también la situación de las mujeres de etnia gitana entrevistadas que responden a un perfil de mujeres jóvenes de baja formación, bien separadas y con cargas familiares (Ana, 34 años Sevilla), o bien casadas con varones dedicados a empleos de exclusión como el mercadillo (Rosa, 36 años Pamplona) o la chatarra (Pilar, 32 años, Bilbao) o alejados del mercado laboral por ludopatía (Gloria, 30 años Pamplona) u alcohol (Alicia, 43 años Sevilla). Estas mujeres viven en situación de pobreza extrema y salen adelante económicamente gracias a la realización de trabajos en el ámbito doméstico, la mayoría sin contrato o de manera precaria. En cuanto a los hombres de origen nacional también se constata en todos sus relatos un gran distanciamiento con el mercado laboral normalizado. Entre ellos encontramos un abanico de situaciones diversas. En primer lugar, destaca la elevada presencia de varones de mediana edad cuya trayectoria de exclusión está marcada por el consumo de drogas, en ma-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

yor medida heroína. Jóvenes que abandonaron los estudios sin acabar la educación obligatoria y coincidiendo con el inicio de su vinculación a las drogas. Desde entonces su relación con el mercado laboral normalizado ha sido prácticamente inexistente y su situación de extrema pobreza. Entre ellos hay quienes han realizado actividades laborales de manera inestable (sobretodo en hostelería). Estos empleos no sólo no impedían, sino que incrementaban su consumo. Es el caso de Fernando (35 años, Salamanca) que tras vivir su infancia en un centro de menores tuvo empleos esporádicos como mozo de almacén y peón de la construcción aunque encontrando su fuente de ingresos en la hostelería. El mayor nivel de ingresos que le proporcionaba esta actividad no se traducía en una mejoría en sus condiciones de vida por implicar un mayor nivel de consumo. También Jonathan (45 años, Sevilla) tuvo en su larga trayectoria de dependencia a la heroína algunos trabajos esporádicos de limpieza, jardinería o chapuzas. En los casos de Aitor y Alberto (38 y 34 años, Bilbao) la supervivencia económica procedía de robos, incluidos los familiares (ordenador, coche, dinero) o de la asistencia. Ernesto (45 años, Sevilla) se buscaba la vida aparcando coches y recogiendo chatarra. En segundo lugar, en los varones cabe mencionar los casos de sinhogarismo en los que sí aparece una relación en el pasado con el mercado laboral aunque esta relación fuera a través de trabajos inestables y sin contrato. Luis (74 años, Valencia) viajó 32 años por España trabajando en condiciones muy duras y sin contrato laboral. En Cartagena estuvo cinco años trabajando en una mina de plomo; en el Norte en la construcción de carreteras; posteriormente se dedicó a la carga y descarga de camiones; trabajó en la vendimia, plantando rosales e incluso en un circo. Ninguno de estos trabajos tuvo continuidad ni le permitió el acceso a la protección social. En la actualidad, con 74 años duerme en la calle y saca algo de dinero descargando camiones en el mercado. Toni (51 años, Valencia) presenta también una larga trayectoria de sinhogarismo reconoce haber vivido siempre de sus parejas aunque esporádicamente ha trabajado en hostelería o incluso impulsando un negocio de importación de coches. Marcos (40 años, Pamplona) está diagnosticado como esquizofrénico y desde que se fue de casa únicamente ha trabajado en la recolección de frutas y ha subsistido gracias a la asistencia social. Al margen de las dependencias y el colectivo sinhogar encontramos, dentro de los varones nacionales dos casos que no pertenecen a ninguno de los dos grupos y que sí presentan una relación más estrecha con el mundo laboral. El primer caso, el de Felipe, que no pudo reengancharse al mercado laboral una vez que su empresa cerró cuando el tenía más de 40 años. Felipe representa el perfil típico de desempleado mayor de 45 años que parece ser ya minoritario dentro de los usuarios de Cáritas tras la mejora sustancial de la protección social pública hacia esta franja de edad. Su dependencia al alcohol, la ruptura familiar y sus dificultades para tener un hogar han contribuido a que sea atendido por Cáritas. El segundo caso es el de Alex, de 28 años (Salamanca) un joven con estudios primarios que presenta consumos de droga (cocaína los fines de semana y porros a diario) y su relación con el mercado laboral se define exclusivamente a través de

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empleos precarios. Alex ha trabajado como empaquetador en una fábrica de flashes cobrando 220 euros mensuales. Colaborando en una tienda de muebles de sus abuelos sin contrato y por 10.000 Ptas. a la semana y por último en una empresa de soldadura por 1.100 euros al mes. Éste sin duda fue el mejor empleo al que había accedido sin embargo fue despedido por absentismo laboral:

Faltaba siempre los lunes… comía pastillas, me drogaba mucho. Me tiraba todo el fin de semana sin aparecer por casa. Salía el viernes y no volvía hasta el domingo por la noche. Y luego pues faltaba el lunes. En la actualidad encuentra trabajos a través de ETTs sobretodo en el sector de la construcción. Dentro de los relatos, Alex es el único entrevistado que representa al colectivo de jóvenes con empleos precarios e importantes consumos. Por último, dentro de las personas nacionales analizadas en los relatos cabe mencionar la situación del colectivo transexual que también viene definida por la distancia con la relación laboral normalizada. En los tres relatos de transexuales analizados, la prostitución ha sido la única forma de subsistencia (Pepper, 40 años Valencia). En el caso de Rita (48 años, Salamanca) la prostitución fue combinada con trapicheo de drogas y un negocio de barra americana. Entre las personas extranjeras que se encuentran en nuestro país y son atendidas por Cáritas podemos detectar diversas situaciones económicas en sus países de origen, pero una situación común a la llegada a España caracterizada por la pobreza extrema (coyuntural o continuada) y el empleo irregular. Las situaciones de pobreza extrema entre las personas inmigrantes se ven a menudo prolongadas e intensificadas por el pago de deudas contraídas en el proceso migratorio y por el envío de dinero a sus países de origen. Si comenzamos analizando la situación económica y laboral en los países de origen podemos distinguir dos grandes colectivos. Por un lado, se encuentran aquellas personas inmigrantes que vienen a España huyendo de una situación de pobreza extrema caracterizada por la falta de empleo regular. Son situaciones en las que las personas sufren grandes privaciones y a menudo se encuentran acogidas por familiares o compartiendo alojamiento y alimento en grandes grupos familiares. Suelen ser personas que provienen de entornos rurales y habitualmente sin estudios. En estos casos la llegada a España y el acceso al empleo (aún en condiciones de precariedad) supone una mejora sustancial de su situación anterior. – Es el caso de Luzmila (20 años, inmigrante boliviana en Bilbao), fue abandonada por sus padres y acogida por temporadas por diversos familiares. Al quedarse embarazada tras una violación decide venir sola a España con 18 años y a pesar de fuertes dificultades económicas sale adelante gracias al empleo doméstico y el cuidado de ancianos (siempre sin contrato). Envía dinero a su país y acaba reagrupando a buena parte de su familia. – Marcela (28 años, inmigrante uruguaya en Bilbao) viene con su marido huyendo de una situación de miseria en Uruguay. En Bilbao gana

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312 euros al mes en el servicio doméstico sin contrato y mantiene a su marido que no encuentra trabajo y a sus hijos. Igual situación caracteriza los casos de Jacqueline (28 años, inmigrante ecuatoriana en Valencia) o Sara (31 años, inmigrante argelina en Valencia) que trabajan por menos de 400 euros mensuales en el sector doméstico sin contrato y son las sustentadoras principales de sus hogares ya que sus cónyuges no encuentran trabajo en España. – Ahmed (52 años, inmigrante marroquí en Sevilla) proviene de una familia rural muy humilde y en España se dedica a la venta ambulante sin contrato y con escasas ganancias con las que mantener a su familia. – Helen (21 años, inmigrante nigeriana en Sevilla) también proviene del entorno rural y de una familia muy humilde dedicada a la venta ambulante en Nigeria. En España, donde está a cargo de su hijo, trabaja en cuidado de enfermos, limpieza y hostelería (siempre sin contrato). – Luna (31 años inmigrante colombiana en Salamanca) se ha prostituido en su país desde que tenía doce años para sacar adelante a sus hermanos. Tras muchos años en el mundo de las redes de prostitución se queda embarazada y decide venir a España. En este país también la prostitución es su primera fuente de ingresos combinada con la limpieza de portales. Finalmente es contratada por Cáritas como monitora de talleres. De igual modo, María (35 años, inmigrante mexicana en Pamplona) encontró en la prostitución su primera fuente de ingresos al llegar a España. Sin embargo, por motivos de salud abandona esta actividad y se dedica al cuidado de ancianos. «Entré porque así mandaba dinero… mandaba 300 euros al mes a mi familia y siempre quieres mandar más… como tomaba muchos medicamentos, me quedaba dormida (en el club de alterne) me caí dos veces de la silla y tuve que dejarlo». Entre las personas inmigrantes el otro gran colectivo lo forman quienes en sus países de origen no tenían una posición de extrema pobreza pero por diversos motivos deciden venir a España (mejorar su situación económica, solucionar problemas de salud de familiares, o como vía de emancipación para algunas mujeres). Son personas con estudios superiores o universitarios y que han tenido una relación salarial normalizada en sus países de origen. En estos casos la llegada a España supone un claro empeoramiento de sus condiciones de vida al acceder a empleos de escasa remuneración (y sin nivel de cualificación ya que no cuentan con el reconocimiento de su nivel formativo). – Said (36 años, inmigrante argelino en Salamanca) tiene estudios universitarios y trabajó en su país como profesor universitario y para una empresa de estudios topográficos. Debido a la inseguridad en su país decide viajar a Salamanca para estudiar allí su doctorado. Sin embargo, la denegación de una beca de estudios y las grandes dificultades para obtener la regularización le bloquean el acceso a la universidad y al empleo regular. Sin papeles no encuentra trabajo irregular en Salamanca,

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la pobreza extrema, la falta de vivienda, la inactividad y la frustración hacen mella en su salud mental. Iana (37 años inmigrante rumana en Sevilla) y Eva (41 años inmigrante rumana en Salamanca) tienen estudios superiores y trabajaron en la industria rumana durante años. Los bajos sueldos en su país les mueven a venir a España para ahorrar dinero y volver a su país y asegurar un futuro mejor a sus hijos. Ambas combinan múltiples trabajos en el sector doméstico, sin contrato y con retribuciones de 300 euros mensuales. Margaret Epko (42 años, inmigrante nigeriana en Sevilla) proviene de una familia acomodada en su país de origen y vino a España con su marido con el fin de poder adquirir un status más igualitario (a nivel de estudios y empleo) que el que existe en su país para las mujeres. En España separada y a cargo de sus hijos ha trabajado en múltiples sectores «servicio doméstico, de ayudante de cocina, camarera, monitora, cuidando niños, personas mayores, azafata de congreso, hasta hoy que estoy trabajando en los medios, mañana no sé, pero hoy sí…» (ríe). Danny (28 años, inmigrante nigeriano en Valencia) con estudios y de familia acomodada se plantea salir de su país con el fin de conocer mundo y labrarse un futuro mejor. Su destino era Canadá pero las dificultades de entrada a ese país le acaban trayendo a España. En España su subsistencia en situación de irregularidad pasa por realizar trabajos de recolección en la patata, en la Coruña, en Nápoles, en el tomate, pidiendo en la estación de autobuses de Castellón, cargando y descargando pescado, en una empresa de azulejos. A pesar de esta situación consigue enviar dinero a Nigeria cada tres o cuatro meses. Marta (41 años, inmigrante ecuatoriana en Pamplona) proviene de una familia de clase media, ella trabajaba en su país como enfermera y su marido también tenía un buen empleo. Decidieron venir a España para curar una enfermedad de su hijo. Ella vino embarazada y no pudo trabajar y su marido trabajó en la construcción sin papeles.

Ante este abanico de situaciones constatamos una mayor dificultad para encontrar empleo en condiciones de irregularidad de los varones inmigrantes frente al rápido acceso de las mujeres al sector doméstico. Esta dificultad parece acrecentarse en aquellos espacios geográficos en los que no abunda trabajo irregular en el campo o la construcción es el caso de Salamanca, Bilbao o Sevilla. Mientras que en Pamplona y Valencia el acceso laboral se produce en esos dos sectores. Esta situación es desesperante para algunos varones, Juan Guillermo (26 años, Bilbao inmigrante boliviano) explica cómo su desesperación por encontrar empleo les ha llevado a pensar incluso en vestirse de mujeres para encontrar trabajo:

A lugar que íbamos, nos decían que no había trabajo para un hombre… para la mujer, y para la mujer esto… y es que ya… ya decididos a disfrazamos de mujer, o sea muchas locuras, por encontrar algún trabajo.

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Para muchas parejas extranjeras en España esta diferencia en el acceso al mercado laboral se convierte en un trascendental cambio en los roles de pareja que plantea nuevos retos en la convivencia. De este modo expresa Marcela (28 años, inmigrante Uruguaya en Bilbao) las dificultades de su marido para encontrar empleo:

No ha trabajado de corrido un mes, le han llamado de a día, pero claro no, no con un sueldo que bueno, no es que es sea la obligación, sino que, digo, es la ilusión de todo hombre, de la pareja y de la casa, de que el hombre llegue a fin de mes y bueno, nosotros no lo hemos tenido desde que estamos acá, lo único que se ha contado a fin de mes seguro gracias a dios es lo mío, que es lo mínimo. Tal y como hemos visto, aunque existen profundas diferencias entre las personas nacionales y las extranjeras les une el distanciamiento con las actividades laborales remuneradas del mercado laboral normalizado y fruto de ello, la vivencia de la pobreza económica extrema de manera más o menos permanente en el tiempo. Esta pobreza sin embargo, no es fruto de la inactividad, ni se sostiene a través de actitudes de dependencia de la asistencia. Por el contrario, el análisis de las economías familiares de las personas atendidas por Cáritas reflejan una elevada presencia de actividades y estrategias de supervivencia. Las personas combinan múltiples trabajos, se desplazan grandes distancias para la búsqueda de empleo o recurren a actividades de exclusión tales como la prostitución, la venta de cartones, o chatarra, aparcamiento de coches, etc. con el fin de garantizar su supervivencia y la de sus familias. La baja retribución de todas estas actividades, la ausencia de protección en el desempleo, las dificultades para encontrar empleo irregular en algunos espacios, los gastos de vivienda y manutención y en muchos casos el envío de dinero a los países de origen son algunas de las causas que contribuyen a que las actividades laborales realizadas no favorezcan la superación de las situaciones de pobreza. Observemos algunos ejemplos de estas economías domésticas que nos muestran las diversas estrategias de supervivencia. – Iana (37 años inmigrante rumana en Sevilla). Trabaja por horas en el sector doméstico por lo que tiene ingresos irregulares que giran en torno a los 400 euros. Está dada de alta en la seguridad social, pero tiene que hacer frente ella misma al pago de las cuotas (150 euros). Paga 140 euros de alquiler de vivienda y envía 150 euros a sus hijos, más imprevistos. No ahorra nada y tiene dificultades para llegar a fin de mes por ello recurre a compartir su vivienda con otras familias para poder pagar los 140 euros de alquiler. – Claudia (56 años, inmigrante colombiana en Salamanca) cuida ancianos 38 horas a la semana por 335 euros. Paga 400 euros de alquiler de una

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vivienda, pero subarrienda una habitación por 180 euros al mes y envía dinero a su hija todos los meses. – Helen (21 años, inmigrante nigeriana en Sevilla). Combina diversos trabajos de limpieza para poder sacar 500 ó 600 euros al mes. Paga actualmente 350 euros de alquiler y envía 200 euros al mes a Nigeria para que sus padres paguen la deuda contraída con los prestamistas para su viaje a España. Muchos meses recurre a Cáritas para pedir alimentos. Las condiciones de explotación en las que trabajan estas personas se traducen, tal y como hemos visto, no sólo en la ausencia de contrato laboral y en los bajos salarios, sino también en el elevado número de horas y la dureza de las actividades desempeñadas. De hecho, la combinación de diversos trabajos de limpieza para llegar a unos ingresos mínimos lleva a muchas mujeres a padecer problemas de salud y estrés. La narración que hacen Iana (37 años inmigrante rumana en Sevilla) o Helen (21 años inmigrante nigeriana en Sevilla) de sus jornadas laborales habituales es ilustrativa de esta explotación: – Iana: «Mira martes, jueves y sábado estoy trabajando desde las 7. Pero yo me despierto a las 6. Me ducho, me tomo mi café y me lleva Alexandru. Un martes, por ejemplo, de las 7 a las 10 trabajo en el restaurante. El restaurante está en el centro, cerca del Corte Inglés. De las 10 y media a las 1 y media cojo el 14 en Plaza del Duque para Pino Montano y me voy a casa de esta, de mi familia, la que me echó los papeles. Le hago tres horas. A las 1 y media salgo, a las dos llego a casa. Hago de comida algo, como con Alexandru, me ducho y me voy a otra casa de aquí, en Virgen de Gracia, otras 3 horas». – Helen: «Por ejemplo, el trabajo que tengo ahora tengo que entrar a las siete, y levantar sobre las cinco y media. Y visto al niño, el niño se levanta a las seis y media, lo más tarde a las siete menos cuarto, lo visto y a las siete ya está listo el niño, y su padre lo lleva al cole y yo me voy corriendo al trabajo, porque lo tengo frente de mi casa, el trabajo. Limpiando casa, cuidando a una señora mayor. Entro a las siete y estoy con la señora hasta las tres, cuando llega su hija. Limpiando la casa, mirando, pendiente de la señora, si necesita algo, toma su medicina, lo doy su medicina, y a media mañana toma su yogur, se lo doy, mientras que estoy pendiente de la señora, limpio la casa, al mediodía pongo de comer, y luego recoger la cocina, como con ella, a las una y media come la señora, y mientras la señora está comiendo, yo también estoy comiendo. Salgo a las tres, cuando llega su hija, que me puedo marchar, recojo mi bolsa y me voy. A veces tengo trabajo y me voy a otro trabajo directamente, porque tengo que entrar a las tres y media o a las cuatro, mínimo. Si no tengo otro trabajo, voy a casa, seguro en la casa pues ya tengo algo que recoger de la casa, si no tengo médico, si no tengo ver abogado… seguro voy a tener algo, si no voy con una amiga haciendo cosas, porque estoy buscando otro trabajo más… porque

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

no va… en invierno es muy tempranito para levantar a mi niño… entonces voy a la calle echando currículum a todos sitios. Eso es un día. Mínimo a las nueve ya estoy en casa, dar a mi niño de cenar, ducharlo, a las diez mi niño ya está durmiendo, y yo… si quiero comer, como rapidito, y si no quiero comer, me duermo, hasta el día siguiente». La pobreza tiene su manifestación más intensa en las grandes privaciones que tienen lugar en la vida diaria de sus protagonistas. La falta de alimentos, la necesidad de pedir bienes básicos o las estrategias de ahorro y de reparto familiar son recordadas con detalle. En los relatos encontramos los casos más dramáticos en la infancia de algunas mujeres nacionales de origen rural humilde que tuvieron que trabajar desde los 12 años, o fueron obligadas a pedir limosna. En los casos de personas toxicómanas el hambre y la supervivencia quedan en un segundo plano condicionadas por la necesidad de consumo.

Siempre aparcando, siempre buscando cosas por ahí… hierros, chatarra… cosas de esas que no… daba para un cartucho o dos. Después me ponía a aparcar, tor día aparcando en la calle, sin comer, porque no… tampoco tenía ganas de comer. Para comer, me llevaba los días y los días sin comer, porque es que tenía ya el estómago tan cerrado, tan cerrado, que no… que lo único que quería era droga. Droga, droga. A veces, o le pedía a alguien un bocadillo, o de lo que me sobraba, pues me compraba un bollo… mal comprao, y me lo comía con algo. Nunca iba a comer a los albergues, el cuerpo no me pedía comer... por eso no iba a comer, no tenía ni ya ganas de comer, nada más que la droga, pensando siempre en la droga. Dormir, tenía mi casa, pero muchas veces hasta dormía hasta en la calle. Por miedo, por entrar en el piso solo, tener que dormir solo, encontrarme muchas veces malo, como me encontraba en mi casa, sin saber lo que me podía pasar, y nadie me podía ver, ni ayudar, ni… (Ernesto, 47 años, Sevilla). También para muchos extranjeros latinoamericanos procedentes de Ecuador o Perú las privaciones económicas se encuentran entre los motivos por los cuales deciden abandonar su país.

La economía allá estaba muy brava, estaba difícil, mi esposo trabajaba todo el día, yo también, y el dinero no daba para llegar a fin de mes, digo la realidad de todo el mundo, digo el que viene sabe porque es. A mí me pasó que yo estaba embarazada y me acuerdo que me desperté de madrugada un día con hambre y no tenía ni pan, ni fruta para comer, tomé un vaso de agua y me acosté (Marcela, 28 años inmigrante uruguaya en Bilbao). Quizás lo que nunca imaginaban estas personas era que el hambre también iba a marcar algunas etapas de su vida en España. Guillermo, un joven in-

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migrante ecuatoriano narra así su desesperada lucha por la subsistencia en nuestro país:

… a veces pasaba por el puente de Deusto, así por ir por el centro mismo a buscar algún trabajo, y llegaba por la noche sin comer…, es que incluso tenía que salir todo el día para no comer, para no tener hambre, y para estar cansado y tomar agua… también, pasas por algún restaurante o algún bar, y empiezas a ver los pintxos y te da más hambre… no sé… (ríe). Y volvías agotado, y veía las redes (habla de tirarse a la ría de Bilbao) y no sabía si votarme, qué sé yo… o buscándome la vida… O decía… Quisiera que ahorita un español o alguien se caiga aquí, a la ría y yo me voto tras él y le ayudo, y le saco y por lo menos me regala unos veinte euros… decía… (Guillermo, 26 años, inmigrante ecuatoriano en Bilbao). Podemos concluir que la ausencia de una actividad laboral normalizada, la pobreza extrema, las grandes privaciones y sobretodo la permanencia en el tiempo de estas situaciones constituyen una constante en la exclusión social. No obstante, tal y como veremos a continuación, siempre aparece acompañada de problemas en otras dimensiones.

2.1.2.

Dimensión política, ciudadanos/as de segunda

La dimensión política de la exclusión social describe el acceso limitado de las personas que la sufren al conjunto de sistemas de protección social que conforman el llamado Estado de bienestar: sistema sanitario, educación, los servicios sociales, el sistema de garantía de ingresos y la vivienda. Las barreras que obstaculizan el acceso al bienestar del que participamos el resto de la sociedad son diversas. En ocasiones se encuentran en el propio itinerario de las personas, otras veces en la propia incapacidad de los sistemas para reconocer y dar cabida a determinadas situaciones de necesidad. En el caso de los inmigrantes, la situación de irregularidad se convierte en la principal barrera para alcanzar la condición de ciudadanía.

a) Educación El acceso a la educación generalizada ha sido considerado como uno de los principales mecanismos de integración social por favorecer la movilidad social y por constituir un ámbito en el que pueden compensarse determinadas desventajas de origen físico, familiar o social. Precisamente el abandono prematuro del sistema educativo antes de alcanzar el graduado escolar caracteriza la situación de las personas excluidas de origen nacional entrevistadas. En el caso de los varones, el fracaso escolar, el abandono del hogar y la relación con las drogas determinan este abandono prematuro que tiene lugar en torno a los 14 y 16 años. En el caso de las mujeres, el abandono está ligado a embarazos prematuros, matrimonio y la necesidad de trabajar para el mantenimiento de la economía familiar.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

La incorporación temprana o inestable al mercado laboral o la vida familiar y la falta de estudios ha condicionado que tal y como analizábamos en el apartado anterior el acceso al mercado laboral siempre se ha producido en puestos no cualificados del sector doméstico, la agricultura, etc. Es preciso tener en cuenta que la edad media de las personas nacionales atendidas por Cáritas es elevada y que buena parte de los casos son previos a la extensión de la educación obligatoria en España. Las personas más jóvenes que han abandonado prematuramente el sistema obligatorio responden a dos situaciones concretas, el abandono por consumo de drogas en la adolescencia y el caso de chicas de minoría étnica gitana que abandonan antes de finalizar la enseñanza obligatoria por responsabilidades familiares. Llama la atención como este último colectivo, es el único que ha retomado posteriormente los estudios y han obtenido el graduado escolar. Es el caso de Gloria (30 años, Pamplona) que proviene de una familia itinerante y a pesar de ser acogida en un colegio de monjas no acabó sus estudios obligatorios «… la monja siempre me decía pues que, que… que no me iba a sacar yo el graduado escolar, que me iba casar enseguida, que iba a tener hijos enseguida, que iba a ser como todas las demás». A los 16 años y con el apoyo escolar de una asociación, Gloria obtuvo el graduado escolar. En el caso de la población inmigrante de nuevo debemos diferenciar dos grupos. Uno mayoritario compuesto por personas que tienen un nivel de estudios muy superior al de la población nacional (usuaria de Cáritas). Esto quiere decir que la mayoría de las personas extranjeras entrevistadas tienen estudios profesionales y universitarios. Ninguna de estas personas ha podido utilizar su formación como mecanismo de integración en el mercado laboral español. Tan sólo un par de personas han iniciado el largo proceso de la homologación de estudios, ellas así como el resto, se encuentran trabajando en sectores no cualificados (sector doméstico, trabajos carga y descarga, recogida de fruta, etc.) llevados por la inmediatez de las necesidades de supervivencia. El segundo grupo, minoritario, está integrado por inmigrantes de origen rural sin estudios básicos e incluso analfabetos que comparten con los anteriores trabajos no cualificados. De este modo, concluimos un acceso deficitario al sistema educativo por parte de la población excluida nacional y un nulo reconocimiento del nivel educativo de los extranjeros en España.

b) La estrecha relación entre salud y exclusión social La relación entre salud y exclusión se manifiesta en muchos de los casos analizados. Buena parte de las enfermedades físicas y psíquicas aparecen como consecuencias de una vida de dificultades, privaciones y consumos. El sida, la tuberculosis o la neumonía hacen su aparición en los itinerarios marcados por el consumo de drogas y/o la prostitución. La depresión o la dependencia al alcohol caracterizan algunas trayectorias de aislamiento y ruptura total de relaciones familiares. En otros casos la enfermedad ha sido el detonante de un proceso migratorio convertido en itinerario hacia la exclusión social (son aquellas personas que por motivos de salud abandonan situaciones de relativa integración en sus

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

países de origen y al llegar a España se encuentran con múltiples barreras para la supervivencia). En algunos casos caracterizados por la vulnerabilidad laboral y económica la aparición de problemas de dependencia precipitó un grave deterioro de la situación de exclusión. Fue el caso de Ahmed, inmigrante marroquí (52 años, Sevilla) que lleva más de 30 años en España dedicado a la venta ambulante hasta que la pérdida de visión provocada por la diabetes le convierte en persona dependiente y lleva a su familia a precisar del apoyo de Cáritas. Mientras no tuvo el reconocimiento de minusvalía el mismo debía hacerse cargo de los gastos del tratamiento de diabetes lo que empeoró gravemente su citación económica. En el caso de Matilde (62 años, Salamanca) a pesar de haber vivido siempre en condiciones de vulnerabilidad en el mundo de la prostitución, fueron las consecuencias de un accidente de tráfico las que le llevaron a ser una persona dependiente física y económicamente de Cáritas y los Servicios Sociales.

c) La garantía de ingresos El alejamiento del mercado laboral normalizado que caracteriza a las trayectorias vitales de las personas entrevistadas no ha dado lugar a la cotización necesaria para acceder a nuestro sistema de protección basado en la contribución previa. El trabajo doméstico, la irregularidad, el trabajo autónomo en hostelería, la prostitución y otras actividades realizadas sin contrato no dan lugar a protección por desempleo ni tampoco a pensiones contributivas de jubilación o incapacidad. De este modo, el acceso a la protección de las personas que cumplen los 65 años o que se les reconoce la incapacidad se produce por la vía no contributiva. El bajo nivel retributivo de estas pensiones hace que las situaciones de pobreza extrema persistan incluso después de que las personas tras años de dificultades económicas accedan a la protección estatal. A ello contribuye la presencia en estos hogares de gastos de vivienda que afrontar con estas prestaciones. – Ahmed (52 años inmigrante marroquí en Sevilla). En la actualidad tiene una pérdida progresiva de visión en un ojo por eso ya no puede trabajar cobra una pensión no contributiva por invalidez de 300 euros. Ahmed requiere apoyo constante y por eso su mujer tampoco puede trabajar. En el alquiler de la vivienda se le van 140 euros. María (53 años, Bilbao) cobra la renta mínima por 400 euros, paga 204 de alquiler de piso el resto para facturas y comida. Algunos meses con los recibos de la luz y el agua les lleva a pasar situaciones de racionamiento en la comida, prefiere no cenar que tener que pedir dinero a su hijo o a su madre. – Matilde (62 años, Salamanca) cobra una pensión no contributiva por incapacidad de 286 euros. Aunque vive en una vivienda cedida por el ayuntamiento, ha tenido que solicitar una ayuda de emergencia para poner el servicio de teleasistencia en casa. En ocasiones también acude al servicio social de base a pedir vales de comida.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Constituyen también factores de exclusión la falta de reconocimiento oficial de determinadas minusvalías, muchas de ellas relacionadas con la salud mental, que aunque de hecho, incapacitan para el acceso al empleo, no favorecen el acceso a la protección social de derecho. – Sary (49 años, Salamanca) tiene un reconocimiento de minusvalía del 33% por discapacidad mental que fue elevado hasta 51% por asma, nivel que no permite acceder a una pensión por incapacidad. Sin embargo, Sary no puede desempeñar cualquier empleo, salvo una temporada en la que la ONCE le contrató para vender cupones, el resto del tiempo alterna ayudas sociales y familiares. – En el caso de Felipe (60 años, Bilbao) la dependencia al alcohol que sufre desde hace 30 años y las fuertes depresiones no fueron reconocidas como incapacidad y el reconocimiento le fue otorgado a los 58 años por un fuerte infarto. – La misma situación se reproduce en los casos de toxicomanías en los que la dependencia de años a las drogas no es reconocida como incapacidad para el trabajo y son los fuertes problemas de salud derivados de ella los que finalmente favorecen el reconocimiento de minusvalía. – Lidia (71 años, Bilbao), quien sufre depresiones desde su juventud, motivo por el cual tuvo tiene grandes dificultades para acceder al empleo, sin embargo, el reconocimiento de incapacidad total y permanente se lo otorgan a los 62 años. La falta de reconocimiento de determinadas discapacidades mentales o lo que a veces a llegado a denominarse «minusvalías» sociales haciendo referencia a las toxicomanías, aislamiento social, maltrato, etc. se convierte así en una barrera de acceso a la protección social.

d) La vivienda La vivienda es considerada un factor de integración decisivo que frena el deterioro de situaciones de vulnerabilidad y por ello, su ausencia o deterioro condiciona la caída hacia situaciones más intensas de exclusión social. Observamos que las situaciones de exclusión extremas más cercanas a la marginalidad se encuentran precisamente caracterizadas por la ausencia permanente de vivienda. La vida de Juana (46 años, Valencia), ilustra este tipo de situaciones. Ella se escapó de casa de sus padres y vivió un tiempo en la calle, posteriormente fue acogida por un hombre que le maltrataba, se fugó de esta casa para casarse con otra pareja con la que vivía en una furgoneta y que también le maltrataba:

Mi vida ha sido dormir en una furgoneta, durmiendo en la calle, arriba de los tejaos en las terrazas comiendo basura, he dormido en Gran Vía, comiendo cosas que no tenía que comer. Todo el embarazo de José Mari en

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una furgoneta hasta los cuatro meses luego de dar a luz porque sino me lo quitaba la asistenta social entonces yo antes de que me lo quitaran y es cuando ya me puse a vivir aquí. Me recogieron los gitanos y estuve en su casa viviendo hasta que... una habitación me dejaron los gitanos y ya cuando me encontré este piso .Yo he comido basura y me han metido en un armario empotrao esos si que es.... Eso es para hacer un libro de esos gordos. Alicia (43 años, Sevilla) también proviene de una familia de origen humilde en la que desde muy pequeña se vio obligada a trabajar para hacerse cargo de sus hermanos. Cuando se va de casa para casarse y tener hijos, también es ella la que se hace cargo de su nueva familia a través de empleos mal remunerados ya que su marido no trabaja y bebe. En este caso, la falta de vivienda empeoró la situación de vulnerabilidad que ella vivía desde su infancia. Junto con su familia recién creada ocuparon una vivienda vacía pero al echarles los dueños tuvieron que irse a la calle. Ésta fue una dura vivencia que sin embargo, les permitió acceder a una vivía de realojo.

La casa esa el dueño quería… o arreglarla o venderla, y entonces nosotros… como no tenía donde ir, la única solución era quedarnos en la calle hasta que nos dieran una vivienda. Entonces nosotros nos llevamos allí (en la calle)… tres meses o por ahí, con casetas de campaña y eso, vamos, no sólo nosotros, sino todas las familias que vivían allí. El perfil de persona sin hogar más clásico, el de transeúnte, lo representa el caso de Luis (74 años, Valencia). Luis lleva más de treinta años viajando por España y ha desempeñando diferentes trabajos en el campo, en minas, etc. Su falta de vivienda ha hecho que las fórmulas de alojamiento más utilizadas fueran vivir de patrona, en pensiones, dormir en furgonetas y en parques. Con la edad, la falta de ingresos por trabajo ha hecho que la calle sea su único alojamiento. Sin embargo, los problemas de salud y la inseguridad con la que vive determinan la intensidad de su situación de exclusión.

Pos lo más difícil de estar en la calle es la inseguridad, que pueden echarte cualquiera ... Pos ahora estoy costao en un banco y viene un gamberro y va a por mí y que pasa el que pierde soy yo vaya usted por su camino, vaya por su senda es como el que va borracho va drogao que se apañe con su droga pero que deje a los demás tranquilos, descansar. A mí no me gusta dormir en la calle, porque hay muchos sinvergüenzas gays, drogadictos y los que no son drogadictos muchos, si hubiera tranquilidad no me importa, como en los pueblos tu te sacas una hamaca a la calle si pasa uno le saludos y a dormir. Aquí te tiran desde una colilla ardiendo a cualquier cosa los molestas no aquí hay mangantes, si yo estoy aquí es por la paga. Es muy peligroso yo duermo con un ojo abierto y me despierto muy temprano. Ahora no es y tienes negros a punta pala, hebreos

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

a punta pala, americanos a punta pala y todos pasan por aquí y esos no vienen a trabajar sino que vienen a si estás por aquí a quitarte lo que pueden y pegarte una puñalá sin motivos. Esta intensidad de la exclusión vinculada al sinhogarismo es vivida, aunque de forma coyuntural por algunos inmigrantes que al llegar a España no encuentran ninguna red de acogida. Danny (28 años, inmigrante nigeriano en Valencia) al llegar a España viajó de Tarifa a Valencia donde estuvo durmiendo un mes en la estación de autobuses pidiendo dinero hasta reunir lo necesario para viajar a La Coruña y trabajar en la patata. También en La Coruña duerme en la estación de autobuses una temporada. Juan Guillermo (28 años, inmigrante boliviano en Bilbao) junto con su novia igualmente tuvieron que dormir en los bancos de una plaza de Bilbao al fallarles el contacto que iba a acogerles en España. En la mayor parte de estos casos se produce un rápido acceso a una vivienda de alquiler o una pensión. Sin embargo, en ocasiones son situaciones que pueden prolongarse durante meses. No obstante la problemática de vivienda más frecuente entre personas extranjeras en España es la necesidad de compartir vivienda con otras familias para poder hacer frente a los elevados costes de alquiler o compra. Estas situaciones que, a menudo interfieren en las relaciones de convivencia, son vividas como estrategias de supervivencia temporales que pretenden dejar atrás en cuanto los medios económicos le permitan. El efecto perjudicial de algunas situaciones de acogimiento se manifiesta extremo en el caso de Sary (49 años, Salamanca). Por problemas económicos de su exmarido, Sary convive con éste y con el hijo de ambos. Además también ha acogido en su vivienda a un hermano esquizofrénico. Sary sufre amenazas por parte de su exmarido y de su hijo que a su vez tienen una relación conflictiva con el hermano. La vida de Sary está marcada por el miedo a una agresión física, la necesidad de mantenerlos a todos y hacer las cosas de casa. Por último en el ámbito de la vivienda decir que en ocasiones las malas condiciones o la inadecuación de la vivienda también contribuyen a un aumento de la intensidad de la exclusión social. Matilde (62 años, Salamanca) vive en una vivienda cedida por el Ayuntamiento, sin embargo, las mañas condiciones y la falta de adaptabilidad de la vivienda hacen que ésta sea del todo inadecuada a su situación de escasa movildiad. Así es como describe la entrevistadora su situación:

Matilde vive en un bloque de pisos, perteneciente al Ayuntamiento, donde principalmente residen familias gitanas. El portal esta sucio y descuidado, no tiene llaves de la luz y los cristales de las ventanas están casi todos rotos. La casa es grande. Tiene 3 dormitorios, una cocina, un aseo, un baño y el salón. Esta ordenada y limpia, aunque tiene algunos colchones en el pasillo que dificultan el acceso al resto de la vivienda. El perro suele hacer sus necesidades en el pasillo, ya que Matilde no lo suele sacar a la calle. Por este motivo se nota un olor fuerte a lejía, que usa para limpiar los orines. En el salón, donde hacemos las entrevistas, tiene una

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

estufa de butano ya que la casa no tiene calefacción. El mobiliario es en general bastante antiguo y un poco deteriorado. d) La regularidad Dentro de la dimensión política cobra especial protagonismo la cuestión de la regularidad en el caso de las personas extranjeras. La situación de irregularidad se convierte a menudo en un factor de exclusión que lleva consigo circunstancias como las fuertes dificultades para encontrar empleo, el desempeño de actividades laborales en condiciones de explotación, la imposibilidad de solicitar ayudas en servicios sociales y sobretodo el miedo a la policía. – Eva (41 años, inmigrante rumana en Salamanca) inicia su estancia en España con un elevado nivel de motivación en la búsqueda de empleo, aprende castellano rápidamente aunque para ella es decisivo obtener la regularización para poder reagrupar a sus hijos. Sin embargo, en el sector doméstico no encuentra posibilidades de contratación por lo que debe posponer el deseo de traer a sus hijos y sobretodo le hace vivir con miedo a la policía. – En el caso de Said (36 años, inmigrante argelino en Salamanca) la situación de irregularidad es determinante en un proceso rápido de deterioro hacia la exclusión social. Llegó a Salamanca con la intención de iniciar sus estudios de doctorado pero su visado de turista no le permite trabajar por lo que no puede hacer frente a los 1.000 euros de la matricula. No encuentra trabajo irregular y cuando caduca su visado de turista le deniegan la beca que había solicitado por no tener papeles. Con el paso del tiempo tiene dificultades para pagar su alojamiento y siente una gran frustración por no poder estudiar ni trabajar. Sufre ansiedad, insomnio y tiene miedo a que le detenga la policía o a sufrir una agresión y no poder denunciarlo por miedo a la expulsión. Es acogido en un albergue de Cáritas para personas sin hogar y problemas de salud mental. Según los profesionales del centro obtener la regularización en el proceso de 2005 «le cambio la vida». Hizo un curso de formación en jardinería, encontró trabajo en una empresa, ha establecido un círculo de relaciones sociales y sobre todo ha mejorado su salud mental. Bien es cierto que en muchos casos, sobretodo en el de las mujeres extranjeras, la situación de irregularidad no impide el acceso rápido al empleo en el servicio doméstico. Sin embargo, para muchas de ellas la falta de papeles supone un impedimento para reagrupar a los hijos que han dejado al cuidado de las abuelas en sus países de origen. En cuanto a los hombres la irregularidad supone una mayor dificultad para encontrar empleo, mayor aún en las zonas en las que no hay disponibilidad de empleo irregular. A todos ellos, el miedo y la ausencia de reconocimiento de derechos les mantiene al margen de la condición de ciudadanía.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

e) El acceso a los servicios sociales Sorprende comprobar que el acceso a los servicios sociales públicos de la población excluida atendida por Cáritas es realmente limitado. Este hecho puede respaldar la hipótesis que plantea una progresiva especialización por colectivos entre la red pública y la de Cáritas. De este modo, mientras la red pública se hace cargo desde hace años de los colectivos más normalizados como personas mayores con problemas de dependencia y discapacitados, Cáritas se ocupa tradicionalmente de colectivos tradicionalmente más cercanos a la marginalidad: consumidores de drogas, personas sin hogar, prostitución. En esta especialización por colectivos, el colectivo de personas extranjeras ha pasado a formar parte mayoritaria de la demanda de Cáritas y al menos en los relatos analizados apenas recurre a los servicios sociales de la red pública. A parir de la información vertida en los relatos podemos corroborar esta especialización ya que en los casos entrevistados de personas con relación con la droga, la prostitución, enfermos de SIDA, personas sin hogar y extranjeros irregulares no aparecen intervenciones desde la red pública. A este análisis se escapan algunas salvedades significativas. – En la diócesis de Bilbao y también en la de Pamplona (aunque en menor medida) se observa una mayor presencia de prestaciones y recursos de servicios sociales. En estas diócesis la red pública aparece con diversos recursos en las trayectorias de personas atendidas por Cáritas. Recursos tales como las rentas mínimas, ayudas de inserción para el empleo en personas inmigrantes (Bilbao) y ayudas específicas que facilitan el acceso a la vivienda (Bilbao y Pamplona). – En el conjunto de las diócesis se detectan varios casos de familias nacionales (algunas de minoría étnica gitana pero no más de la mitad) que viven en una situación de exclusión intensa (heredada) en las que hay presencia de menores y en las que se constata una confluencia de intervenciones desde la red pública y desde Cáritas. En estos casos los servicios sociales municipales han facilitado el acceso a la vivienda (de protección oficial, cedidas por el ayuntamiento o en alquiler social) y el acceso puntual a prestaciones de Renta Mínima. Mientras que Cáritas ha colaborado con ayudas de emergencia, apoyo en lo laboral y personal. – En los casos de personas con largas trayectorias de consumo de heroína los servicios sociales han favorecido el acceso a las prestaciones de Renta Mínima y desde Cáritas se ha hecho el seguimiento personal o psicológico. Al margen de estos casos sí parece existir un cierto distanciamiento entre los servicios sociales públicos y las personas más excluidas que acuden a Cáritas. Este distanciamiento puede ser fruto de la falta de recursos específicos o la imposibilidad de dar respuestas de emergencia por parte de la red pública lo

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que hace que sean las entidades sociales como Cáritas las que se hacen cargo de las situaciones más marginales. De igual modo, ante la llegada de población extranjera han sido las entidades sociales, Cáritas entre ellas, las que han asumido la globalidad de la atención caracterizada por ser recursos de urgencia en su mayoría; ayudas económicas o de alojamiento, la orientación legal y el apoyo en la búsqueda de empleo. Parece constatarse el llamado efecto mateo según el cual los recursos pensados para las personas con necesidades sociales acaban beneficiando a aquellos que tienen una posición algo más favorable que los más necesitados, que acaban también siendo excluidos de las redes de asistencia.

2.1.3.

Participación social: el aislamiento y la conflictividad

La tradición sociológica francesa de estudio de la exclusión social incorporó la dimensión relacional como una parte sustancial del proceso de distanciamiento de una situación de integración social. Serge Paugam fue uno de los primeros en concebir la exclusión a partir de otras dimensiones además de la falta de ingresos económicos tales como la ausencia de lazos sociales. Posteriormente la mayor parte de los estudios incorporan indicadores de relaciones sociales en el análisis de la exclusión social. La dimensión relacional de la exclusión social es entendida en una doble manifestación. Por un lado, aparece como la ausencia de relaciones sociales significativas, familiares o de amistad, refiriéndonos a los casos de aislamiento social. Por otro lado, esta dimensión también se manifiesta en la presencia de relaciones sociales desviadas. Dentro de esta categoría incluimos a su vez diversas situaciones: las relaciones familiares perversas (como es el caso de situaciones de maltrato, conflictividad familiar, etc.) y las conductas sociales que podemos denominar como anómicas (dependencia a sustancias, sinhogarismo o prostitución).

a) El aislamiento social La soledad fruto de la ausencia de relaciones familiares y sociales se convierte en una dimensión más en muchas situaciones de exclusión. – Ya hemos hablado de la vida de Lidia (71 años, Bilbao) marcada por la depresión. Toda la vida la dedicó al cuidado de sus padres y posteriormente al de su hermana esquizofrénica. Tan sólo el cuidado y el trabajo de limpieza le mantenían activa y alejada de su propia situación de aislamiento. Cuando pudo acceder a una pensión de invalidez absoluta por su situación mental y garantizar a sí su seguridad económica, empeoró su situación de aislamiento social así como su estado emocional. Al no trabajar se sentía inútil y no tenía ningún tipo de contacto social. – Matilde (62 años, Salamanca), a pesar de haber tenido una vida de mucha sociabilidad en el mundo de la prostitución, en la actualidad no tiene ningún contacto social. Tampoco tiene ninguna relación con sus hi-

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jos. Vive en una vivienda cedida por el Ayuntamiento pero sus problemas de dependencia física y su situación de extrema soledad le llevan a desear cumplir los 65 años para que según ella «me dejen ir a vivir a una residencia». Algunas de las situaciones que los propios protagonistas de los relatos identifican como las más dramáticas tienen que ver con el distanciamiento físico o social de los hijos. Concretamente son las mujeres en situación de exclusión las que, a pesar de superar situaciones de pobreza extrema, condiciones laborales duras y otras, identifican esta separación de los hijos como una de las vivencias negativas más duras. El distanciamiento físico de los hijos es el que padecen las personas inmigrantes que dejan sus hijos a cargo de los abuelos para venir a España en busca de un futuro mejor para ellos. En estos casos la vida en España está marcada por el recuerdo y el contacto con sus países para saber de sus hijos y marcada con sentimientos desgarradores encontrados:

Date cuenta que dejé a Antonio el año pasado con un año y medio, lo criamos nosotros, y hablo con él ahora dos o tres veces a la semana, y él sabe que yo soy mami y papi es papi, me ve en la foto, pero yo le pregunto a quién quieres tú más, dice a mi abuelo, a mi abuela (Iana 37 años, inmigrante rumana en Sevilla). Igual de intensa que la separación física es la separación social de las relaciones familiares cercanas por circunstancias de conflictividad o rechazo social. La situación de exclusión de María (53 años, Bilbao) está marcada por el hecho de que sus propias hijas le echaran de casa y perdieran el contacto con ella por diversas circunstancias que le es imposible relatar. A partir de ese momento su trayectoria de exclusión viene definida por la depresión y los diversos intentos de suicidio provocados por este distanciamiento de sus hijos. La noticia de las bodas de sus hijos, del nacimiento de los nietos…todo ello se convierte en una fuente de angustia para ella, situaciones que le generan un dolor muy fuerte y que cuando no llega a poder controlar explican sus diversos intentos de suicidio.

b) Los malos tratos Sin duda una de las manifestaciones más dramáticas de la exclusión es aquélla que va acompañada de maltrato físico o psicológico. El maltrato físico o el miedo al mismo mina las capacidades y potenciales de las mujeres que los sufren, sumándose y empeorando el resto de dimensiones de la exclusión. Es ilustrativo el caso de Eva (41 años, inmigrante rumana en Salamanca). A su anhelo por conseguir la regularidad y poder así reagrupar a sus hijos, se suman su explotación laboral para garantizarse un sueldo con el que poder ahorrar, sus problemas de salud y el miedo a las agresiones de su marido con el que convive por motivos económicos.

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

Y quiero separarme, que le he dicho que no puedo soportar más, y me ha dicho que si me voy, me mata... y ahora tengo miedo en mi casa, no puedo tirarlo en la calle... No puede irse por motivos económicos yo duermo en el salón, con una silla en la puerta, y pienso que no puedo tirarlo en la calle y no puedo vivir con él, y no puedo irme, ahora no tengo dinero para alquilar otro piso... 400 euros de alquiler, 400 de fianza y 200 para la inmobiliaria, y no tengo... Similar es el caso de Sary (49 años Salamanca), en este caso las agresiones vienen no sólo de su marido sino también de su hijo que tiene una conducta violenta y le amenaza. Ella, además de trabajar para mantener los gastos de la casa, debe cocinar y limpiar para ellos en condiciones de conflictividad y miedo. En el caso de Encarna (45 años, Valencia) el maltrato físico es algo que ha sufrido desde su infancia (le pegaban sus padres y posteriormente su marido) y que ha influido en su trayectoria de marginalidad.

Yo me casé a los doce porque mi madre me daba muy mala vida, me pegaba mucho, me mandaba a pedir y no me dejaba ir al colegio y que limpiara la casa. Entonces cogí y me marché con mi marido. Me pegó todos los días una paliza. Mira si me pegó un día que en el río me tuve que lavar la cara para que mi suegro no me viera y toda la espalda la tenía mora, mora, mora, mora. A pesar de ello, le enfermedad del marido hizo que ella cuidara y se ocupara de mantener a la familia a través de la mendicidad o acudiendo a los recursos asistenciales. Curiosamente en los tres casos mencionados, el maltrato físico va acompañado de una situación de dependencia en la que son las mujeres maltratadas las que además deben hacerse cargo de la manutención del hogar y de la vivienda. Por ello, la convivencia con la pareja y el duro esfuerzo por mantener el hogar en estas condiciones de miedo y maltrato continuado en el tiempo convierten, si cabe, en más intensa la vivencia de la exclusión social.

c) Conductas anómicas Hemos utilizado el término anómica (pudiera ser asocial) por tratar de delimitar de alguna forma aquellas conductas que aunque no supongan un perjuicio para otras personas, ni estén penadas socialmente, de algún modo despiertan una valoración negativa en el conjunto de la sociedad. Nos referimos al consumo excesivo de drogas o alcohol, al sinhogarismo, la prostitución o la transexualidad vinculada a la prostitución. Sin entrar a valorar en este momento la naturaleza de estas conductas como factor o como consecuencia de la exclusión social sí detectamos una importante presencia de esta dimensión dentro de los relatos de personas atendi-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

das por Cáritas. De algún modo, la presencia de estas conductas contribuye a mantener los procesos de exclusión de las personas que las padecen. Los protagonistas de los relatos condicionados por el consumo de drogas han recorrido itinerarios vitales caracterizados por diversas circunstancias como son la vida en la calle, el alejamiento del mundo del empleo regular, la lucha por la subsistencia y por mantener el consumo, el deterioro de las relaciones familiares y sociales y de la propia autoestima. Además, en los últimos años de estos recorridos se suma el padecimiento de graves problemas de salud.

Siempre aparcando, siempre buscando cosas por ahí… hierros, chatarra… cosas de esas que no… daba para un cartucho o dos. Después me ponía a aparcar, tor día aparcando en la calle, sin comer, porque no… tampoco tenía ganas de comer. Para comer, me llevaba los días y los días sin comer, porque es que tenía ya el estómago tan cerrado, tan cerrado, que no… que lo único que quería era droga. Droga, droga. A veces, o le pedía a alguien un bocadillo, o de lo que me sobraba, pues me compraba un bollo… mal comprao, y me lo comía con algo. Nunca iba a comer a los albergues, el cuerpo no me pedía comer... por eso no iba a comer, no tenía ni ya ganas de comer, nada más que la droga, pensando siempre en la droga. Dormir, tenía mi casa, pero muchas veces hasta dormía hasta en la calle. Por miedo, por entrar en el piso solo, tener que dormir solo, encontrarme muchas veces malo, como me encontraba en mi casa, sin saber lo que me podía pasar, y nadie me podía ver, ni ayudar, ni… (Ernesto, 47 años Sevilla). A pesar de la dureza de esta lucha por la subsistencia y el consumo los entrevistados identifican los peores episodios de sus trayectorias vinculados a la pérdida de sus relaciones familiares y de la confianza en sí mismos. Aitor (38 años, Bilbao) a pesar de su continuada relación con la heroína y sus diversos intentos frustrados de deshabituación, su familia siempre le prestó apoyo. Sin embargo, el recuerda con amargura todas y cada una de las veces que les ha decepcionado, el día que robo el coche de su padre, o el ordenador. Recuerda cómo en uno de sus intentos por dejar las drogas el necesitaba de nuevo a su familia y sin embargo su hermana quiso proteger a sus padres. A Aitor se le vino el mundo encima:

Le llamé para que me daría el numero de teléfono o algo, pues porque estaba tomando la metadona, estaba bien, y tenía ganas de hacer algo. Y mi hermana va y me dice, que… –Ya les has hecho bastante sufrir a tus padres, déjales en paz, déjales vivir…–, y me cuelga el teléfono, bueno ¿y quien cojones eres tu para decidir esto? Y en ese momento, en vez de seguir intentándolo y tal, digo va… pasan de mí y… nada ¿no? Ya no hay nada que hacer, y durante todo este tiempo, claro, cada vez que he querido o se me ha venido a la cabeza intentar hacer algo, o algo, pues como siempre he contao con mis padres, o sea mis padres siempre han estao,

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

o sea a mi en la puta vida se me hubiera ocurrido pensar, que si yo realmente quiero hacer algo y estar bien, no iban a estar mis padres, y de repente ahora no están ¿no? Fernando (35 años, Salamanca) identifica el peor momento de su vida en las drogas con aquél en el que su estado de consumo ni siquiera le permitió darse cuenta que estaba al cargo de su hija pequeña.

Nos lo comimos todo... la vajilla, la televisión, el ordenador... lo vendimos todo... la casa no la vendimos porque tuvimos la suerte de que, como al casarnos éramos menores, no estaba a nuestro nombre... y ésa fue la suerte que tuvimos, que no la pudimos vender, porque llega a estar a nuestro nombre y la vendemos para gastárnoslo en droga... fue un año mortal... de lo que es el empezar con la droga ya a degüello... yo lo perdí todo... amigos, familia, un desangre a todos (...) yo hubo un día que me quedé gripao ya... me ví de pronto en el barrio chino fumando en la calle con la niña en el suelo sentada allí al lado... y de pronto dije ¿esto es lo que tengo? esto no puede ser... pero qué va... no tenía cabeza para nada. Las consecuencias del consumo continuado de alcohol en las relaciones familiares y en la propia autoestima son similares a las de los consumos de drogas. Felipe (60 años, Bilbao) se quedó en el paro a los 44 años y tuvo grandes problemas para acceder de nuevo al mercado laboral. Su divorcio y la separación de sus hijas contribuyeron a aumentar una situación de fuerte depresión y consumo de alcohol que ya arrastraba. Sin embargo, este consumo no hizo sino acrecentar la distancia que existía entre él y su familia, entre él y el mercado laboral y entre él y la persona que quería ser.

Entonces ya tuve problemas ahí, ya me desligué de mis hijas totalmente, totalmente, por ese motivo, porque estaba hecho una porquería, pues me daba... no asistía al trabajo ¡buf!, igual durante un día, me venían a buscar y no les abría la puerta..., punto... De una situación de relativa integración pasó en unos años a acabar viviendo en una pensión e incluso, teniendo episodios de sinhogarismo por impagos.

Y ya tuve, pues igual, en octubre de ese año, tuve una racha que no comía, me levantaba a las 5:00 ó 6:00 de la mañana para ir al bar de la estación, cubatas, lo que sea, no comía, no levantaba las persianas ni me afeitaba. La ludopatía, en el caso del marido de Gloria (30 años, Pamplona) hizo que éste agravara la situación de pobreza de la familia y que ella tuviera que hacerse cargo de la subsistencia del hogar y de la vigilancia de su marido, hasta que finalmente se separó de él.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

He llegao a ir..., él le pegaba a todo ¿no?, eran bingos, eran máquinas, a cartas, todo lo que puede haber a todo le pegaba. Me llegó a quitar dinero, me llegó a quitar la tarjeta, la clave y hacerme pensar habrás perdido la clave, ahora ya verás tú el dinero que te van a quitar. Se lo gastaba todo y… luego lo mantenía yo prácticamente. Las personas transexuales entrevistadas han tenido recorridos vitales de extrema dureza dentro del espacio de la exclusión caracterizados por el rechazo familiar, la prostitución, el maltrato y las drogas. La mayor parte de estos recorridos comienzan al final de la dictadura en un momento de fuerte rechazo social hacia este colectivo.

A mí me gustaba irme donde mi madre, a fregar los cacharros y a andar en la cocina con los cacharros y a estar con ella. Y por esas cosas simplemente mi padre me daba de hostias hasta en el carné de identidad. Mi madre estaba entre la espada y la pared (Rita, 48 años Salamanca). El rechazo social de la época en la que comienzan los relatos se refleja en el maltrato por parte de la policía y las palizas en la calle e incluso por la aplicación de la, en aquel entonces todavía vigente, Ley de Vagos y Maleantes. Así recuerda sus primeros años Pepper (40 años, Valencia):

Me han robado muchas veces, lo he pasado muy mal... pero claro... he tenido una vida larga larga... y si me pongo a pensar, me ha pasado de todo... me he pegado con 6 ó 7 tíos... con la falda rajada... y rota... pegándome con uno y con otro... la policía criminal, nos trataba como perros... lo pasamos muy mal... hemos luchado mucho para qué... pa ná... el travestí de antes ha luchado mucho pa ná... te tenían toda la noche ahí amontonaos unos encima de otros... te hacían desnudarte delante de todo el mundo... hacer flexiones, se reían de ti... muy mal... En la cárcel… horroroso, allí al final conoces a gente, pero al principio pues todo son abusos y todo son historias. Lo mismo los carceleros te abrían las celdas de unos a otros para que entrasen en la habitación y te violasen. El temprano abandono del hogar y la búsqueda de la identidad sexual han hecho de la prostitución la principal fuente de ingresos de este colectivo. Con el paso de los años, la vida en la calle y el consumo de drogas ha dejado fuertes huellas en su estado de salud. Al parecer en la actualidad el rechazo familiar persiste pero al menos sólo en las generaciones de más edad. Los hermanos de Rita han llegado a prohibir a sus hijos que hablen con ella, pero ante esta situación sus sobrinos la aceptan y defienden ante sus propios padres:

Mi hermano le ha llegado a decir a mi sobrina: que no quiero que tengas relación con Rita. O sea, para que veas. Y mi sobrino dice: a pues a

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

mi me da igual que tú quieras o no quieras, es mi tía y voy a tener relación con ella, y la voy a llamar cuando me apetezca, y voy a ir a visitarla cuando me apetezca si me apetece, y si voy un día contigo por la calle, y la veo me voy a parar, y la voy a saludar, le voy a dar 2 besos y es mi tía y tu no me vas a prohibir nada (Rita, 48 años Salamanca). En términos generales las personas que han tenido como fuente de ingresos la prostitución aunque ésta haya permitido el acceso a unos mínimos de subsistencia, ha sido vivida por sus protagonistas como un motivo de rechazo social por parte de la sociedad y lo que es peor, de sus propios hijos:

Fue mi padre el que te introdujo en este tema. Por eso te digo que siempre dije que si yo algún día no tuviera que salir nunca a trabajar ni a nada de nada, prefiero morirme en un rincón de hambre y no saldría nunca más a estar con una persona, con un tío. Jamás. Pues hija, parece que Dios me ha oído. Que jamás que ni salgo, es una cosa que me ha quedado muy fuerte, muy fuerte, muy fuerte… Yo lo único es que me encuentro muy acomplejada por haber tenido esa vida. Me siento avergonzada, me siento incluso que mis hijos me han dejado de hablar por haber sido una prostituta. Matilde (62 años, Salamanca). Aunque las protagonistas tienden a no hablar mucho de este tema, algunos relatos son especialmente ilustrativos de las condiciones de vida en la prostitución. Luna (31 años, inmigrante colombiana en Salamanca) comenzó a prostituirse en su país a los doce años para sacar de la miseria a sus hermanos de quienes se hizo cargo cuando su madre huyó de casa por abusos sexuales de su padre. En su país entró a formar parte de mafias de prostitución y admite haber sido sometida a muchas vejaciones:

En la prostitución es más doloroso cuando hay tanto dinero de por medio, por que le permiten hacer contigo muchas vejaciones por que yo tengo el poder y es en esto donde se sienten poderosos, donde se sienten dioses. Y es que estamos hablando de un entorno muy alto, pero, podrido, totalmente podrido. Le permite hacer todo lo que su cabeza quiera, entonces, fue mucho más dolorosa la prostitución, fue mucho más dolorosa. De los relatos se deriva que cuando las personas que viven de la prostitución dejan de ejercerla, se produce una importante pérdida de independencia económica acompañada del distanciamiento del mercado laboral y de la protección contributiva que intensifica la situación de pobreza.

d) Las tendencias autodestructivas de la exclusión social Es sabido que las situaciones más intensas de exclusión lejos de constituir una amenaza para la sociedad suelen mostrar comportamientos autodes-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

tructivos. Prueba de ello son los fuertes consumos, el deterioro físico y mental y la elevada incidencia de enfermedades a consecuencia de la dureza de las condiciones de vida. Sin embargo, esta tendencia autodestructiva se manifiesta de la forma más cruda en los múltiples intentos de suicidio de las personas que protagonizan los relatos. Estas tentativas de suicidio aparecen más presentes en los casos de fuerte consumo de drogas y de enfermedad mental y siempre relacionados con episodios de fallecimientos de seres queridos, ruptura de relaciones o distanciamiento de familiares.

2.1.4.

El factor acumulativo

Los relatos analizados en este trabajo son fieles muestras de la importancia del factor acumulativo en el fenómeno de la exclusión. Quizás podamos adelantar como resultado que probablemente sea este factor acumulativo el que caracteriza a la población atendida por Cáritas y que el resto de personas que padecen dificultades en un solo ámbito como el económico, el de la salud, o las dependencias, cuenten con el apoyo de sus seres queridos, del acceso a los sistemas de protección social o cubran sus necesidades a través de servicios mercantiles. Por decirlo de otra manera, a Cáritas accederían aquellas personas sin recursos que no acceden ni al empleo ni a las prestaciones sociales y no cuentan con ningún apoyo familiar. Es el caso de drogodependientes sin recursos que no cuentan con apoyo social; de aquellas personas con problemas de salud mental que no tienen familia ni son tratados desde el sistema de salud mental; de personas inmigrantes que no son acogidas por las redes de solidaridad habituales. Podríamos concluir que ¿cuando la protección social del Estado y la familia fallan sólo queda la red de Cáritas? Comprobemos la importancia del factor acumulativo en la exclusión a partir de la simple descripción de algunos casos diversos. Cuadro 4. El factor acumulativo Alberto, 34 años, Cáritas-Bilbao

Con problemas de toxicomanías desde hace más de 20 años en la actualidad padece neumonía y SIDA. Actividades laborales temporales, informales y delictivas no han garantizado un acceso a la protección social. Tampoco se le ha diagnosticado una incapacidad para trabajar que le garantizara el acceso a una pensión. Sus relaciones familiares y sociales se deterioraron hasta desaparecer. No tiene hogar y tiene problemas con la justicia.

Marcos, 40 años Cáritas-Pamplona

Sufre desde la infancia esquizofrenia paranoide. Se fue de casa en la adolescencia y no tienen relación con su familia. Ha trabajo de temporero en la uva, la fresa, la manzana y siempre sin contrato. Presenta fuertes consumos de alcohol y marihuana, a lo largo de su vida. No tiene hogar.

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

Cuadro 4. El factor acumulativo (cont.) María, 53 años Cáritas-Bilbao

María sufrió malos tratos en su matrimonio y el rechazo de sus hijos cuando éstos se hicieron mayores. Desde entonces no tiene hogar y alterna trabajos esporádicos con la ayuda de entidades y servicios sociales. Padece intensas depresiones que le han llevado a cometer varios intentos de suicidio.

Toni, 51 años Cáritas-Valencia

Seis años viviendo en la calle con un fuerte consumo de alcohol e importantes problemas físicos.

Matilde, 62 años Cáritas-Salamanca

Maltratada por su padre en la infancia, es prostituida primero por su padre y después por su marido, más adelante aunque se separa hace de la prostitución su forma de vida. Tiene tres hijos que son criados con cuidadoras y que la rechazan cuando son mayores. Vive sola en una vivienda cedida en malas condiciones y aislada. Tuvo un accidente de tráfico que le ha convertido en una persona dependiente y presenta frecuentes depresiones.

Helen, 21 años Cáritas-Sevilla

Se va de Nigeria por la penosa situación en la que viven. Tras un arriesgado viaje a España. Llega a España sola y con un bebe nacido en la frontera de Marruecos. Su preocupación es mantener al bebe, conseguir reagrupar a su marido y hacer frente a la deuda contraída por su familia en Nigeria para pagar su viaje.

Cualquiera de los casos descritos muestra la acumulación perversa de problemas en las tres dimensiones de la exclusión: la económica, la política (barreras en el acceso a la protección social o la regularidad) y la relacional. La información analizada hasta el momento nos permite suscribir la concepción que concibe la exclusión como un fenómeno multidimensional (minoritario respecto al de pobreza relativa) que afecta, de manera más intensa, a un número de personas o familias que presentan dificultades en diversos ámbitos y que además interrelacionan o se refuerzan negativamente entre ellas. Esta situación, de elevada gravedad puede llegar a suponer para los individuos o familias afectadas, una auténtica fractura social. Esta concepción multidimensional de la exclusión social debe llevar consigo intervenciones de carácter integral que conlleven medidas de actuación en distintos ámbitos: el económico, el de participación política (empleo, vivienda, salud, garantía de ingresos, regularidad) y el de recuperación o construcción de lazos sociales. Es por este motivo por el que las distintas manifestaciones de la exclusión requieren diagnósticos e intervenciones individualizadas y adaptadas a cada realidad. Esto hace necesaria la aplicación de metodologías de trabajo social cercanas a la gestión de casos que combinen la aplicación de recursos con altas dosis de acompañamiento social.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

2.2.

La exclusión como fenómeno dinámico

También partíamos de una concepción teórica que entiende la exclusión social no como una situación estática que afecta a un grupo de personas con características distintas a la población mayoritaria, sino como un proceso de alejamiento de algunos individuos respecto al centro de la sociedad. De hecho, con el fin de describir mejor este carácter procesual veíamos como se habían propuesto otros conceptos alternativos al término exclusión, desafiliación social (Robert Castel, 1997), descalificación social (Serge Paugam, 1996) o deliaison (Michel Autès, 2000). Todas estas concepciones compartían la necesidad de entender la exclusión como un proceso. Esto tiene una primera consecuencia importante para nuestro análisis, ya que el factor temporal adquiere relevancia como elemento de análisis. En el conjunto de los relatos se constata el grave efecto que produce la persistencia en el tiempo de algunas problemáticas, como las dependencias o la pobreza económica. La trayectoria de las personas sin hogar constituye el ejemplo más claro de los efectos del paso del tiempo en la situación de exclusión social. Efectos que se manifiestan no sólo en el deterioro de la salud física y mental sino también en actitudes de rechazo a los recursos, rechazo de las relaciones sociales, baja autoestima o miedo a la sociedad en general. Igualmente llama la atención la dramática persistencia en el tiempo del consumo de drogas o alcohol y las consecuencias que esto genera. En los casos analizados que responden a este perfil se encuentran personas que rondan los cuarenta años y presentan trayectorias de consumo de heroína de veinte, dieciocho o quince años. Las consecuencias de toda un vida de consumo se manifiestan en la ausencia de relaciones familiares, la ausencia de protección social y más gravemente en el fuerte deterioro de la salud física y mental. Por último, se detecta que la persistencia en el tiempo de situaciones de aislamiento social o rechazo familiar tienen efectos irreversibles en la salud mental de quienes las padecen. El dinamismo de la exclusión también se manifiesta en la recurrencia de determinadas relaciones conflictivas. Es el caso de personas que han sufrido maltrato por parte de los padres y después por parte de las parejas. O en la reproducción perversa de determinadas conductas generación tras generación, tales como la presencia de consumos en hogares en los que la figura paterna consumía alcohol o drogas. Concebir la exclusión social como un proceso ha permitido también distinguir la existencia de distintos tipos de procesos o itinerarios de exclusión social. Tradicionalmente se asume la existencia de tres tipos de itinerarios básicos. Los procesos que representan mejor la concepción de la exclusión social son aquellos procesos de caída desde una situación de integración previa por la pérdida del empleo o la fractura de relaciones sociales. Junto con estos, conviven en la actualidad las situaciones de pobreza tradicional en las que la situación de exclusión caracteriza a un mismo grupo o familia generación tras generación. Por

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

último, existe la situación de aquellas personas que desde una situación de exclusión llevan a cabo un proceso autónomo o acompañado de integración social. Esta clasificación sigue siendo útil para el análisis de itinerarios de exclusión social, de hecho podríamos utilizarla para describir una parte importante de nuestros itinerarios. – El caso de Felipe (60 años, Bilbao) representa el proceso de caída, desde una situación de integración hacia la exclusión debido a la pérdida del empleo a los 42 años y la separación de su mujer y sus hijas. Una parte de los itinerarios de personas extranjeras que parten de una situación de relativa integración (laboral y social) en sus países de origen y sin embargo la llegada a España caracterizada por la situación de pobreza, irregularidad y la falta de relaciones sociales les sitúa en un proceso de caída hacia la vulnerabilidad. – Existen numerosos ejemplos de personas atendidas por Cáritas que representan a familias en las que la exclusión social se reproduce generación tras generación (Juana, Matilde, Encarna, Alicia, etc.). – Igualmente encontramos algunos casos en los que de una situación de exclusión familiar inicial se ha pasado a una situación de relativa integración. (Lo representan los casos mujeres de etnia gitana jóvenes que han accedido a empleos normalizados, a estudios, a vivienda). Sin embargo, a partir del análisis de los relatos hemos podido comprobar que lejos de esta linealidad, en la vida real los procesos de los protagonistas se manifiestan de manera circular. No son tan fácilmente identificables procesos de caída o superación como procesos caracterizados por los altibajos o los vaivenes. Si asumíamos el carácter multidimensional de la exclusión parece lógico pensar que los procesos son igualmente multidimensionales. Es por ello que cada una de las dimensiones que hemos analizado, económica, política o relacional puede llevar trayectorias diferentes que no tienen por qué coincidir. De hecho, el azar o las circunstancias diversas que caracterizan los procesos parecen constatar que a menudo, cada dimensión, lleve ritmos y procesos distintos. Ejemplifica esta idea el hecho de que cuando una de las dimensiones de la vida de una persona va bien, por ejemplo la económica, o el acceso a la regularidad, puede ocurrir que la dimensión social o la salud empeore. En los itinerarios caracterizados por las drogas es especialmente visible esta noción de proceso multidimensional. Estos itinerarios se encuentran llenos de altibajos definidos por los intentos de deshabituación de las drogas y los acontecimientos vitales que les hacen volver a ellas (fallecimientos, rupturas sentimentales). En algunos casos, etapas de mejoría económica no suponen sino un aumento del consumo y por tanto un deterioro de sus relaciones personales, de su autoestima y de su actitud hacia la deshabituación. En muchos de estos casos, desgraciadamente la culminación exitosa de un proceso de deshabituación que ha podido durar años (en diversos intentos) puede coincidir con la

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

aparición de diversos problemas graves de salud que pasan factura de una vida marcada por las drogas. Para ayudar a comprender estos procesos, y frente a los tradicionales modelos lineales, nos parece más ilustrativo incorporar modelos que reflejen el proceso de las diversas dimensiones de la trayectoria de una persona. El ejemplo ya mencionado de Lidia (71 años, Bilbao) es ilustrativo. Tras muchos años sufriendo depresiones y trabajando en el sector doméstico sin cotización se le reconoce su depresión y accede a una pensión por incapacidad que le garantiza una tranquilidad económica y el tener que buscar trabajos de limpieza esporádicos. Sin embargo, el no tener que trabajar agrava su situación de autoestima (se siente «inútil») y su aislamiento social, lo que empeora su situación depresiva.

Lidia, 71 años, Bilbao

Política (acceso a una pesión), reconocimiento minusvalía) Económica (mantiene vulnerabilidad) Relacional (aumenta su aislamiento)

La situación de exclusión de Eva (41 años, inmigrante rumana en Salamanca) al llegar a España estaba marcada por su condición de irregular, la pobreza económica y el miedo a no poder traer a sus hijos. Cuando por fin obtiene la regularidad y su situación económica mejora (al mejorar las condiciones laborales de los empleos a los que accede), su situación relacional empeora. Su pareja que sigue sin papeles comienza a beber y a amenazarle con agresiones físicas. Ella no tiene posibilidades para echarle ni irse de su casa por ello vive cohibida por el miedo.

Eva, 41 años, Bilbao

Política (acceso a la regularidad) Económica (acceso al empleo regular) Relacional (miedo al maltrato)

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

En el caso de Danny (28 años, inmigrante nigeriano en Valencia) los primeros años al llegar a España fueron especialmente duros con episodios de sinhogarismo y mendicidad, combinados con actividades de recolección, de forma irregular. Cuando por fin consigue el permiso de residencia los problemas de salud derivados del contagio del VIH le impiden acceder al empleo.

Danny, 28 años, Valencia

Política (permiso de residencia) Salud (problemas de salud debido al SIDA) Económica (pobreza extrema)

Hemos podido comprobar los itinerarios vitales que llevan a las personas o familias a vivir situaciones de exclusión son complejos y fruto de procesos de deterioro continuados en el tiempo. De este modo, el tiempo se convierte en un factor de exclusión en sí mismo. Es difícil conocer la incidencia de las drogas, las enfermedades mentales o la falta de vivienda en la exclusión social. Sin embargo, es más claro el efecto que produce la persistencia en el tiempo de estas circunstancias en las vidas de quienes lo padecen. De este modo, podemos concluir que determinadas situaciones están marcadas por una dinámica de irreversibilidad, al menos a corto plazo, y por cierta incapacidad de las personas afectadas para salir de su situación por sus propios medios. Precisamente, entre las dificultades más importantes para superar su situación se encuentra la falta de capacidades personales y redes sociales de apoyo que les permitan movilizar sus recursos y aprovechar activamente las ayudas percibidas. Algunos profesionales identifican este momento con la madurez de las personas excluidas. En los casos en los que la persona llega a la madurez en situación de exclusión da la sensación de que toda esa trayectoria vital pesa demasiado, que las personas han perdido la fe en sí mismos y en su entorno, que no hay fuerzas para volver a intentarlo… Es el momento de caer en la rutina de las ayudas, subsidios y residencias protegidas, pero no como algo puntual sino algo que ha de persistir el resto de la vida (Cáritas Salamanca). La consecuencia directa para la intervención social con personas excluidas pasa, por tanto, por entender el peso del tiempo en los procesos, diseñando itinerarios de incorporación igualmente prolongados en el tiempo y adaptados a las dinámicas más o menos reversibles en cada caso.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

El deterioro y la cronificación enquistan e inmovilizan a las personas, que llegan a acostumbrarse a las situaciones por muy adversas que sean. Pero dependiendo de casos, el tiempo juega a nuestro favor no en nuestra contra. Porque los cambios profundos requieren tiempo, las intervenciones realmente exitosas no son fruto de un día o de las prisas. El camino hacia o de vuelta a la inclusión ha de afianzarse y los pasos han de ser firmes, por lo que el tiempo, así como hace consistente las situaciones de exclusión, puede hacer consistentes las situaciones de inclusión (Cáritas Valencia). 2.3.

La exclusión entendida como fenómeno heterogéneo

Una tercera hipótesis esbozada en el marco teórico la constituye el hecho de que la concepción dinámica de la exclusión permite diferenciar distintas situaciones o intensidades en función del alejamiento de los individuos respecto a la situación de integración. También concluíamos que la mayor parte de los planteamientos teóricos en torno a la exclusión (Paugam, 1993) (Castel, 1997) identifican al menos tres espacios diferenciados, integración, vulnerabilidad y exclusión. La situación de vulnerabilidad o fragilidad puede ser continuada en el tiempo o bien derivar hacia situaciones de exclusión social, en el caso de que se produzca alguna alteración en los mecanismos de integración ya debilitados: relación económica, relaciones sociales o mecanismos de protección. El tercer espacio más alejado del centro, es el de la desafiliación, la marginación, el descuelgue, o en definitiva, el de la exclusión social. Desde esta perspectiva diferenciadora podemos distinguir dentro de los casos analizados dos grandes grupos de situaciones. El espacio de la vulnerabilidad en el que se encuentran la mayor parte de las personas extranjeras y el espacio de la exclusión más intensa o la marginalidad en la que se encuentran la mayor parte de las personas nacionales entrevistadas. La vulnerabilidad de los extranjeros se identifica en las primeras fases de su proceso migratorio en España y está definida por la pobreza económica, el acceso al empleo en condiciones de explotación y la falta de papeles. La mayor parte de estos casos precisan el apoyo de Cáritas en situaciones coyunturales de extrema necesidad o en relación al proceso de regularización. Sin embargo, tras estos apoyos subsisten gracias a sus propias estrategias de empleo, acceso a la vivienda o creación de redes sociales. No obstante, la precariedad del empleo, el largo e incierto proceso de regularización, la necesidad de reagrupamiento familiar o las deudas contraídas en sus países de origen son factores que mantienen a estas situaciones dentro de la vulnerabilidad y que por tanto obstaculizan procesos de integración más estables. La vulnerabilidad es descrita por sus propios protagonistas del siguiente modo:

Pero mientras tanto lo que estás viviendo es una incertidumbre, yo a mi a veces me cuesta dormir, me cuesta dormir porque la cabeza mía es una moto, ni descansar y no parar. Vivimos más al día, al día y al mes, así,

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

tratando de llegar a fin de mes, y bueno cuando pagué el alquiler, pagué las facturas me quedo tranquila, tá me cuesta llegar a fin de mes con lo que me queda, pero bueno, llegaremos tirando llegás… (Marcela, 28 años, inmigrante uruguaya en Bilbao). Ilustración 1. Heterogeneidad del perfil de los casos analizados Vulnerabilidad

Exclusión

Salud mental

Drogas Inmigración Sida Sinhogarismo Transexualidad Prostitución

Mendicidad Minoría étnica gitana

El grupo de nacionales excluidos lo integran personas sin hogar, toxicómanos de largo recorrido, familias que siempre han vivido en la marginalidad, transexuales o prostitutas con problemas de salud. En estas situaciones el tiempo, la distancia con el mercado laboral y las propias condiciones de salud se constituyen en factores de exclusión a menudo de carácter irreversible. Existen algunos espacios intermedios entre ambos colectivos que es preciso tener en consideración. En primer lugar, el caso de algunas personas extranjeras que se encuentran más cercanas al espacio de la exclusión que al de la vulnerabilidad debido a la presencia de otras problemáticas más allá de la irregularidad, la pobreza o la precariedad. Es el caso de personas inmigrantes cuyo proceso migratorio ha derivado en presencia de trastornos mentales importantes, dependencias o el caso de una persona afectada por el SIDA. Será preciso estar atento a este fenómeno de caída desde la vulnerabilidad de cara a la necesidad de reforzar los mecanismos preventivos. Existe un segundo espacio intermedio ocupado por mujeres nacionales pertenecientes a la minoría étnica gitana que, aunque provienen de familias ubi-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

cadas en el espacio social de la exclusión, el acceso a empleos normalizados (precarios) el empuje personal y el apoyo recibido por las redes sociales ha hecho que se encuentren hoy día más cercanas a la vulnerabilidad que a la exclusión. Por último, mencionar uno de los casos analizados que, aunque no sea representativo de la demanda habitual de Cáritas, sí que puede representar a un colectivo importante dentro de la vulnerabilidad en España. Es el caso jóvenes empleados en trabajos precarios y que presentan elevados consumos de drogas. Será preciso valorar si la escasa presencia de este perfil de jóvenes en Cáritas se debe a la ausencia de recursos adaptados, la propia inaccesibilidad de este tipo de jóvenes o al hecho de que, en términos generales, sean jóvenes cuya situación es cubierta por la protección del «colchón» familiar. La diferenciación de espacios dentro de la exclusión resulta eficaz para una mejor orientación de la intervención. Es preciso conocer estos dos perfiles diferenciados de la demanda y conocer si el tipo de respuestas es también diferenciado y adaptado a las necesidades de cada uno. El fenómeno de la vulnerabilidad responde a múltiples factores que exceden la responsabilidad de la intervención directa y tienen que ver con la política de regularización, la situación del mercado de trabajo o la vivienda. Por otro lado, la delimitación paralela de un espacio más reducido y más intenso de personas en grave situación de exclusión social requiere el diseño especifico de programas de acción más intensa, prioritaria y diseñada sobre la base de procesos de inserción individuales y a largo plazo.

3. Procesos de exclusión social e itinerarios de inserción social La cuestión de las causas de la exclusión social es compleja y supone un importante reto para el conjunto de las ciencias sociales. De hecho, no existe ninguna propuesta consensuada que permite establecer el peso relativo de los diferentes factores que intervienen en los procesos de exclusión. La multidimensionalidad del fenómeno y la complejidad de los procesos contribuye al difícil ejercicio de definir el peso de los distintos factores. Existen diversas trayectorias de estudio que aportan perspectivas autónomas sobre el peso de los factores psicológicos, familiares o estructurales. Sin embargo, no existe una perspectiva integrada que permita abordar la exclusión desde sus múltiples causas. Esta falta de consenso debilita la capacidad que tienen habitualmente las investigaciones a la hora de hacer recomendaciones en materia de política social y contribuir a la mejorar la eficacia de las intervenciones orientadas a prevenir la exclusión social. Este trabajo pretende acercarse a la cuestión de las causas de la exclusión a partir la información obtenida en los relatos identificando, dentro de las trayectorias individuales hacia la exclusión social, el peso de los distintos factores de riesgo de exclusión y de los factores que influyen en los procesos de mejora e incorporación social.

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

3.1.

La importancia de diferenciar tres niveles de análisis

Antes de analizar y valorar el peso de los distintos factores en los procesos de exclusión social, nos parece conveniente clarificar los distintos niveles de análisis en los que puede enmarcarse el estudio de la exclusión. Los mecanismos y los procesos por los que la integración social se produce en nuestras sociedades con carácter general pueden entenderse a tres niveles distintos. Son tres niveles distintos de abstracción y que determinan finalmente hasta qué punto hay un sector de la sociedad que se encuentra excluido y quiénes son las personas y los colectivos identificables en él. Es necesario advertir sobre la simplificación que supone este planteamiento. En primer lugar, porque parece expresar una separación de los procesos, su jerarquización y su ordenamiento en el tiempo, cuando en la realidad esta lectura es mucho más compleja. En segundo lugar, el esquema no expresa las contradicciones, la contraposición de fuerzas y de intereses presentes en cada uno de esos procesos, su carácter dialéctico. A pesar de ello, el esquema29 puede ser útil para entender la interrelación y la superposición de estos tres tipos de procesos. Ilustración 2. Tres niveles de análisis del proceso de integración social

Agente

Estructura social y económica.

Instituciones políticas e ideológicas.

Individuos, familias y colectivos afectados.

Tipo de proceso

Procesos de transformación social.

Procesos de selección institucional.

Reacciones individuales y estrategias colectivas.

Sociedad post-fordista:

Límites de las políticas sociales:

Respuestas:

Concreción

Cambios en el mercado de trabajo (disminución del trabajo necesario). Transformaciones tecnológicas. Nueva distribución internacional del trabajo.

Qué se «decide»

Límites para la integración y tendencias a la exclusión.

Relacionado con los valores dominantes y la correlación de fuerzas en el sistema político: racismo, machismo, corporatismo...

(Adaptativa, oportunista, desviada, conflictiva...) según la capacidad, los valores y las pautas culturales.

...

Qué personas concretas padecen las situaciones de exclusión.

Qué colectivos se ven afectados por la exclusión. Distribución de probabilidades entre los grupos sociales.

Qué condiciones de vida presentan. Cómo evoluciona su situación.

29 Hemos utilizado este esquema en otros trabajos previos del equipo ALTER sobre exclusión e inmigración.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

a) El nivel de los procesos estructurales La forma en la que se producen los procesos de estructuración y de movilidad social, en constante estado de transformación, prefigura los límites de determinados modelos de sociedad para integrar a todos sus miembros. Podríamos decir, metafóricamente, que en este proceso se decide si en determinada sociedad hay sitio para todos o si hay un déficit de sitios, de lugares sociales30. En cualquier caso, la idea que nos interesa destacar aquí es que no todos los modelos de sociedad tienen la misma capacidad integradora. La sociedad post-fordista se encontraría en este sentido con tendencias exclusógenas que presentan características y dinámicas distintas (mucho más móviles y fluidas) y que deben ser afrontadas con políticas de integración innovadoras. Es lo que podríamos identificar como sociedad exclusógena. La constatación de este contexto teóricamente más hostil a escala global no nos es suficiente para entender qué pasa con la integración a escala estatal y local, pero sí nos sitúa en un contexto determinado. A escala planetaria, la posición de España no es en absoluto desafortunada en este sentido y presenta una gran potencialidad integradora, aunque no tanta como otros estados del norte de Europa, con una posición más aventajada en la división internacional del trabajo. Estos factores estructurales también tienen que ver con la extensión de la precariedad laboral y social en España.

b) Procesos institucionales, políticos e ideológicos En segundo lugar, la correlación de fuerzas (políticas) entre los distintos actores sociales, se expresa a través de la extensión de determinadas ideologías (meritocracia, machismo, elitismo o racismo, con distintas gradaciones, combinaciones y mecanismos de compensación) y se plasma en intervenciones institucionales de un tipo u otro. Con este proceso tendríamos que entender la forma en la que se redistribuye ese déficit de sitios, cuales son las normas y los procesos de acceso a estos sitios, y por tanto cómo se distribuyen las probabilidades de éxito o fracaso en el proceso de integración entre los distintos grupos sociales. En última instancia, quién paga el coste social de las transformaciones en curso, a qué grupos sociales se dirigen sus efectos más perniciosos, son preguntas cuya resolución implica procesos de decisión colectiva, complejos, pero reales. Este nivel de análisis trataría de abordar qué procesos de decisiones políticas e institucionales se están adoptando a nivel estatal y local y qué efectos tendrá eso en el proceso de integración social de las personas excluidas. Utilicemos como ejemplo la toma decisiones sobre la 30 El concepto de «lugar social» ha sido utilizado en España por Garrido para referirse a las dificultades de los jóvenes a la hora de incorporarse plenamente a la sociedad y a la actividad en concreto, e incluso para explicar el descenso de la natalidad en un contexto social en el que una buena parte de los recursos se destinan a subvencionar a determinados colectivos, reduciendo así la capacidad de acogida para nuevos miembros. Luis Garrido Medina (1994), Políticas familiares, III Seminario Internacional «Gumersindo de Azcárate», IESA, Madrid.

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

política de vivienda, educación, salud, el sistema de garantía de ingresos (prestaciones no contributivas, rentas mínimas), o la orientación de las políticas de inmigración.

c) Procesos de respuesta, individuales y colectivos, de las poblaciones afectadas Frente a las dificultades individuales, ni todos los individuos, ni todos los grupos responden de la misma manera. En este proceso, la capacidad, las creencias y los valores, así como los comportamientos y actitudes van a determinar las vivencias concretas de cada persona, de cada familia y de cada colectividad. La existencia de estrategias más adaptativas (y por tanto más pasivas), más oportunistas (tratando de aprovechar los recursos disponibles para superar las situaciones más difíciles y salir adelante) o las más desviadas (reaccionando de modo conflictivo, violento, o autodestructivo) están presentes en unos casos y en otros, y permiten una lectura tanto individual como por colectivos (en determinados casos). Este último proceso nos dará la explicación de por qué, partiendo de las mismas condiciones sociales, el resultado final no es el mismo en todos los casos en una minoría o en un grupo social. Es este un nivel de análisis prácticamente inexplorado en nuestro país, a pesar de su gran riqueza y de las potencialidades que presenta. Vinculadas a cada uno de estos tres niveles de análisis se han desarrollado tres visiones sobre la exclusión social. La visión de la exclusión fruto de los cambios socioeconómicos se enmarca en el nivel de los procesos estructurales; la visión de la exclusión fruto de un proceso de discriminación activa, en el nivel de los procesos institucionales, políticos e ideológicos y la visión que entiende la exclusión fruto de la voluntariedad, en el nivel de los individuos y grupos (la visión de la underclass extendida en la sociedad norteamericana). Es ineludible afrontar la estrecha relación existente entre cada una de estas perspectivas, ya que en cada una de ellas encontramos una posición, por lo menos implícita, en relación con las otras dos. Nuestro objetivo aquí es establecer una clara diferenciación de estos tres niveles en el análisis de los itinerarios ya que sin ella resulta difícil avanzar en la búsqueda de consenso en torno a los factores que inciden en los procesos de exclusión. 3.2.

Los factores estructurales

En la primera parte de este trabajo veíamos como uno de los motivos que habían favorecido la creciente utilización del término exclusión frente al de pobreza era el carácter estructural del mismo. Los procesos de exclusión social son entendidos fruto de las recientes transformaciones económicas y sociales. Observemos el efecto de estos procesos en las trayectorias de exclusión analizadas.

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3.2.1.

Las transformaciones producidas en el mercado laboral en España

Veíamos como los últimos años se ha producido un importante aumento de la precariedad laboral en España. Aunque esta extensión es también observable en el conjunto del sur de Europa, el caso de España es el más llamativo ya que, en este país, en torno a un tercio del empleo actual puede ser considerado precario. La precariedad en este país se manifiesta en forma de temporalidad y trabajo sumergido (que incluye también formas falsas de autoempleo). Un factor determinante en el fenómeno de la precariedad laboral en España lo constituye el sector de actividad: en construcción y agricultura la temporalidad alcanzaba tasas del 50% y en hostelería y sector doméstico tasas del 40%; mientras que en la industria y los servicios ésta únicamente afectaba a un 20% (Laparra, 2004). Los estudios también reflejan que la precariedad en esta país afecta principalmente a mujeres, jóvenes e inmigrantes. Mientras que la temporalidad y los bajos salarios de jóvenes y mujeres son compensados por la existencia de otros ingresos en el seno del hogar, en el caso de los inmigrantes ésta constituye la única vía de ingresos. Estos rasgos que definen la precariedad laboral en España se manifiestan en los itinerarios de las personas entrevistadas. La precarizad afecta al conjunto de personas extranjeras y a las mujeres nacionales que siguen vinculadas al mercado de trabajo. La precariedad se manifiesta en los itinerarios en todas sus formas: economía sumergida, bajos salarios y condiciones laborales de explotación. Las varones extranjeros que han trabajado en la recogida de fruta o verdura en condiciones de irregularidad destacan la dureza del trabajo y su escasa retribución.

En noviembre, diciembre y enero trabajaba para aceituna. Después de febrero a abril, mayo en fresa. Y así. Y marido no le ha gustado trabajar en el campo. Dice mira en el campo trabajas por ejemplo una semana, y la otra llueve, gastas el dinero que has ganado, me entiendes» (Iana, 37 años, inmigrante rumana en Sevilla). El sector que aglutina a la mayor parte de las mujeres entrevistadas extranjeras y nacionales, es el sector doméstico. La precariedad en este sector se manifiesta en la irregularidad, los bajos salarios y el número de horas. La irregularidad no sólo afecta a todas las extranjeras que se encuentran sin papeles sino también a las regulares y a las nacionales. Muchas de ellas ante la negativa de sus empleadores a cotizar se ven obligadas a aceptar, bien que la cotización del contratante les sea descontada de su propio salarios, bien a darse de alta en la seguridad social como autónomas.

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Claudia, 56 años, inmigrante colombiana en Salamanca en situación regular trabaja cuidando un anciano 38 horas a la semana por 360 euros y con contrato laboral. «Pero entonces ella (la señora que me contrata) me hacia cuentas del salario… me lo quitaba, lo de la seguridad social de mi salario. Ella pensaba que yo por mi edad no podía conseguir otro trabajo». Los salarios en el sector doméstico son realmente bajos: – 30 horas a la semana por 240 euros (Eva, 41 años, inmigrante rumana en Salamanca). – 400 euros al mes sin contrato (Sara, 31 años, inmigrante argelina en Valencia). – 30 horas a la semana por 312 euros al mes sin contrato (Marcela, 28 años, inmigrante uruguaya en Bilbao). – Iana (37 años, inmigrante rumana en Sevilla) ha optado por darse de alta como autónoma. Trabaja por horas, tres horas en tres casas distintas le permite llegar a unos ingresos de 600 euros al mes de los que paga 140 como cotización. Las condiciones de trabajo en las empresas de limpieza son algo mejores que las del mercado sumergido pero siguen estando muy distantes de las condiciones generales del mercado laboral normalizado.

No me he quedado nunca en paro. Siempre he trabajado 6 meses en una parte, me he ido otros 6 meses a otra, otro año a otra… así. Porque casi… va rodando a ver en cuál de los sitios te dejan fija, pero es que el caso es que en ninguno de los sitios te dejan fija, siempre «no, no… yo te sigo haciendo contratos y tal…» … es que aparte trabajas ocho o nueve horas y te aseguran solo cuatro. Luego cómo vas a un paro, ¿qué vas a hacer?, ¿qué paro vas a echar?, si te van a dar una miseria de dinero… Eso lo hacen todas las empresas de limpieza, no hay ninguna que te diga «ocho horas, te aseguramos ocho horas», ufff. Eso es muy raro.... Y pagar, muy poco… Que no es por el trabajo que eche, que a mí me da igual, a mí todo el trabajo que eche, yo todo me lo echo a la espalda, vamos, es que te dan una miseria de dinero. Ahora puede estar la hora a 3 euros, puede que esté, o como a 3 euros y medio. Empresas de limpieza, ¿eh?. Y claro, conviene más hacerlo por tu cuenta. Por último es de recibo mencionar la dureza del sector más aún para personas de determinada edad.

Son trabajos muy pesados, hay cuando me toca limpiar esos cristales... yo llegué aquí como si se me... Ay, ayer por la noche me dolían los músculos de los brazos, por que estuve limpiando las puertas, limpiando toda la cocina… y me dolía todo, y este brazo, y por la noche tengo que ponerme calor, se me lesionaron las cervicales… (Claudia 56 años, Salamanca).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Encontramos pocas referencias en los relatos sobre el sector industrial pero al menos sí hallamos algunos ejemplos relativos a salarios y jornadas. – 900 euros al mes por 11 horas de trabajo al día en una empresa (marido de Carmen, 36 años Salamanca). – 700 euros al mes por 9 horas y media de trabajo al día en una empresa de mármoles (hijo de Eva, 41 años inmigrante rumana en Salamanca). – 216 euros mensuales en una empresa de flashes (Aitor, 28 años Salamanca). – Juan Guillermo (26 años, inmigrante boliviano en Bilbao) trabajaba en una empresa cervecera 16 horas al día por 800 euros. Aunque tampoco disponemos de información detallada sobre salarios y jornadas del sector de hostelería es un sector presente en los itinerarios de varones nacionales entrevistados. A raíz de sus relatos conocemos que el trabajo en hostelería ha sido para ellos estacional, lo han realizado sin cotización y en muchos casos ha favorecido la continuidad en los consumos de drogas y alcohol. La conclusión en todos los casos es en cierto modo, paradójica: la precariedad laboral está contribuyendo al mantenimiento de la situación de vulnerabilidad y exclusión de las personas que acuden a Cáritas y a su vez se constituye en su principal estrategia de supervivencia económica. Por un lado, las familias, sobretodo las extranjeras, se encuentran atrapadas en un tipo de empleos que no les permiten superar la situación de pobreza y vulnerabilidad. De hecho, muchos de ellos acuden a Cáritas para complementar la cobertura de necesidades básicas una vez que los ingresos por trabajo han cubierto los gastos de vivienda, el pago de deudas o el envío de dinero a sus países de origen. Por otro lado, los trabajos precarios constituyen el modo de salir delante de las familias que se encuentran en situación irregular en este país.

…tenía que subir como doscientos sacos de arena, y unos 50 ó 60 sacos de cementos, hasta el quinto sexto, piso, por las gradas… o sea que el trabajo era muy duro, y me ponía llorar, había días que me ponía a llorar, y me decía, así mis palabras: –Carajo, me decía, ¿a qué he venido aquí, a morir de hambre y todo? ya me quisiera ir a mi país, y mi subconsciente me respondía: –Carajo, tanto querías estar en España, pues ahora estas en España y aguántate como un hombre. Juan Guillermo (26 años, inmigrante boliviano en Bilbao). La alternancia entre trabajos precarios y el acceso a los dispositivos de inserción podría ser la estrategia de supervivencia utilizada por muchos hogares, que hoy por hoy cuentan con escasas posibilidades de superar esa doble trampa y salir definitivamente de la exclusión social. Esta constatación avala la tesis de que el fenómeno de la precariedad en nuestro país podría estar adquiriendo un carácter estructural, mediante el cual, determinados colectivos (inmigrantes y trabajadores sin cualificación) se encon-

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trarían vinculados permanentemente a este tipo de empleo. La existencia de los llamados «trabajadores pobres» (working poor) supone un reto para la intervención tanto de Cáritas como del resto de dispositivos sociales que durante años han estructurado los procesos de inserción en torno a la vuelta al mercado de trabajo. En los momentos de elevado desempleo en España, el objetivo de Cáritas era garantizar la vuelta al mercado de trabajo de los desempleados. Sin embargo, la situación actual ha cambiado, existe una elevada disponibilidad de puestos de trabajo en el mercado pero estos no contribuyen a superar la situación de vulnerabilidad. De hecho, buena parte de la demanda de ayuda económica a Cáritas la constituyen personas que están trabajando. Esta nueva situación plantea un importante reto para la atención social en general y para Cáritas en particular. En el nivel macro debe afrontarse cuál es su posicionamiento en el debate sobre el mercado de trabajo, sobre la economía sumergida y la política migratoria en nuestro país. En el nivel micro es preciso plantearse los modos de intervención más eficaces en el contexto laboral actual. La existencia de la economía irregular a la que se accede sin cualificación debe ser tenida en cuenta a la hora de valorar y diseñar dispositivos de lucha contra la exclusión tales como las prestaciones económicas o los programas de activación o inserción laboral. En este sentido, encontramos en algunos relatos determinadas experiencias exitosas. Es el caso de las ayudas de inserción del Gobierno Vasco que surgen como económicos para salarios bajos. Frente a las rentas mínimas que son incompatibles con cualquier ingreso de carácter laboral, estas ayudas persiguen favorecer la inserción laboral y social de sus perceptores complementando los salarios precarios del mercado laboral. Es preciso señalar que estas ayudas únicamente complementan los salarios regulares, por lo que siguen dejando fuera a las personas que trabajan en la economía sumergida. En cuanto a los recursos de empleo, los puestos de trabajo de más calidad que aparecen en los itinerarios son habitualmente aquellos en los que Cáritas se convierte en empleador directo. Encontramos a lo largo de los relatos múltiples casos de contrataciones directas de Cáritas para limpieza31, lavandería32, servicios de comedor33, mantenimiento de locales34 o monitores/as de taller35. Estos empleos, regulares y con condiciones más cercanas a las del mercado laboral normalizado, son para muchas personas los empleos de más calidad a los que han accedido y además en ocasiones han permitido el acceso a su regularización. Igualmente los recursos formativos diseñados a largo plazo y vinculados a salidas laborales concretas, (talleres laborales vinculados a empresas de inserción36 31 Juana (46 años, Valencia). 32 María (35 años, inmigrante mexicana en Pamplona). 33 Sara (40 años, inmigrante argelina en Valencia). 34 Pablo (32 años, Sevilla). 35 Luna (31 años, inmigrante colombiana en Salamanca). 36 Said (inmigrante argelino en Salamanca) obtiene su regularización gracias a su contratación en una empresa de inserción en jardinería promovida por Cáritas-Salamanca.

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o programas de empleo social protegido37) son valorados muy positivamente al permitir mejorar el nivel de empleabilidad de las personas participantes y de este modo superar el nivel de puestos no cualificados del mercado laboral precario.

3.2.2.

La desigualdad Norte-Sur y el aumento de los procesos migratorios

Es preciso entender el fenómeno migratorio en relación con el lugar que ocupan cada uno de los países dentro del orden mundial. Son las crecientes desigualdades entre los países del norte y del sur del planeta las que están provocado, en las últimas décadas, un aumento del flujo de personas que emigran a los países desarrollados en busca de una mejoría en sus condiciones de vida. Sin embargo, las dificultades de integración que encuentran en estos países en relación con su situación legal, el acceso al empleo o a la vivienda, hace de ellos un colectivo especialmente vulnerable. De hecho, el espacio social de la exclusión en países como el nuestro está cambiando considerablemente con la llegada de la población inmigrante. Dentro de cada relato encontramos distintos motivos personales y familiares que han influido en la toma de decisiones del hecho migratorio (búsqueda de un empleo mejor, realización de estudios, forma de emancipación de algunas mujeres y otros). Sin embargo, en todos los casos aparecen de manera constante los factores estructurales consistentes en la falta de oportunidades vitales en sus países de origen. En algunos casos esta falta de oportunidades se materializa en situaciones de ausencia de desempleo y pobreza extrema, en otros va a acompañada de inseguridad y en el resto, simplemente se traduce en las barreras existentes a la mejora de las condiciones de vida. Hemos tomado algunos ejemplos de estas situaciones descritas por sus propios protagonistas. Cuadro 5. Condiciones de vida en los países de origen Argelia

El capitalismo se expande, y al gobierno socialista le sucedió otro de carácter conservador, que instauró métodos neoliberales, privatizando la economía y beneficiando el libre mercado. Pero la política vive en un clima de persistente inestabilidad. Los derechos humanos no se cumplen y la pobreza no ha sido erradicada. La población comienza a emigrar movida por la necesidad. A ello se suma en los noventa la legalización del Frente Islámico de Salvación, partido de carácter extremista antes clandestino. Este partido, se servía de la situación de miseria e ignorancia de gran parte de la población, prometiendo mejoras con la declaración de derechos humanos en una mano y el Corán en la otra, de modo que, en las primeras elecciones a las que concurrió,

37 Gloria (30 años, Pamplona fue contratada durante 1 año por el empleo social protegido del Ayuntamiento de Pamplona).

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

Cuadro 5. Condiciones de vida en los países de origen (cont.) Argelia

resultó la fuerza política más votada en todo el país. El gobierno, ilegalizó de nuevo a los radicales, invalidando las elecciones, de modo que la militancia y los simpatizantes del partido islamista se echaron a las calles organizando manifestaciones de protesta en todo el país. La policía se enfrentó a los manifestantes sin reparar en medios, con toda la violencia que estimó necesaria, y el resultado fueron decenas de civiles muertos. La situación empeoró. Los integristas cortaban las carreteras, perpetraban altercados con violencia, asaltaban pueblos por la noche, secuestrando y asesinando a quienes consideraban espías y cómplices del gobierno... La inseguridad se extendió como un reguero de pólvora y toda la población vivía cotidianamente en el miedo y la desconfianza (Said, inmigrante argelino en Salamanca).

Nigeria

«Estamos ricos, pero nuestro problema es que todo dinero está en bolsillo del Gobierno. Estamos ricos, porque sale mucho petróleo de allá… pero como la dinero, el gobierno chupa todo la dinero pues todo el mundo tiene que salir de la país. En Nigeria miedo, inseguridad, vulnerabilidad, brujería, mafia, asaltos, robos...» (Danny, 28 años inmigrante nigeriano en Valencia).

Colombia

«Allí la situación laboral es peor, mira lo que están haciendo allí: te hacen unos contratos por tres meses y, y, y...esto los vuelven a renovar y sino te dicen olímpicamente ya cesó el contrato. Eso es lo que están haciendo allí, y hay muchos profesionales que han tenido que comprarse un taxi y están conduciendo un taxi. Y hay mucha, mucha desocupación. Muchísima, muchísima desocupación. Y por el tema de la guerrilla entonces hay mucho mucha.... la gente de los campos ha tenido que venirse a las ciudades y mucha gente ha salido del país» (Claudia, 56 años inmigrante colombiana en Salamanca).

Rumanía

El país ha vivido bajo un régimen comunista que dirigía Ceacescu con mano dictatorial. A pesar de que para la población el trabajo constituía una obligación permanente e irrenunciable, la pobreza era general, se extendía a lo largo y ancho de toda la sociedad. La distribución de los bienes esenciales para la vida cotidiana estaba sometida a un estricto control por parte del estado. Mediante cupones y cartillas de racionamiento, la población adquiría los alimentos que necesitaba para subsistir. En palabras de Eva, no podían hacerlo de otro modo: «Teníamos dinero, pero no teníamos comida... no podíamos comprar, porque tienes unas raciones y no podías tener más... después si vas a comprar te piden el ticket, podías tener dinero que no te lo dan».«En mi país no se paga como se trabaja... de verdad que se paga muy poco... te pongo un ejemplo... para comprar una lavadora, necesitaba tres sueldos todos, sin comer, sin pagar alquiler, sin comprar nada más» (Eva, 41 años inmigrante rumana en Salamanca).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

La información sobre las condiciones de vida en sus países de origen resulta relevante a la hora de comprender las motivaciones implícitas en los procesos migratorios y además para entender el devenir de los distintos itinerarios de estancia temporal o de estabilización en nuestro país. 3.3.

Los factores institucionales

En lo relativo a las instituciones públicas, la protección del Estado de bienestar se convertía a lo largo de la segunda mitad del siglo XX en un factor de integración que permitía la ruptura de la relación tradicional existente entre desempleo y pobreza. Los límites el Estado de bienestar en España, construido mayoritariamente sobre un sistema contributivo basado en el logro laboral y complementado posteriormente con un sistema de prestaciones asistenciales da lugar a una protección social desigual y deficitaria que deja fuera a determinados colectivos. Por otro lado, mientras que en este país, aún no se ha completado el desarrollo de una red de garantía de ingresos mínimos, en el conjunto de Europa asistimos al cuestionamiento de este nivel por los problemas de financiación acompañados frecuentemente por una tendencia a la contención del gasto. De este modo, no sólo los límites actuales para garantizar la protección sino el actual devenir del Estado de bienestar influyen en las dinámicas de la exclusión en nuestro país.

3.3.1.

Los límites del sistema de garantía de ingresos

La política de garantía de ingresos en nuestro país está orientada por dos principios de elegibilidad, el de la contribución y el de la capacidad para el trabajo. En los años noventa se completó el sistema contributivo de protección integrando y ordenando diversas prestaciones asistenciales pre-existentes y configurando un único sistema de prestaciones no contributivas destinadas a personas mayores de 65 años, a las personas con discapacidad y los enfermos crónicos. Sin embargo, el bajo nivel retributivo de este nivel asistencial hace que encontremos, dentro de los itinerarios analizados, personas que a pesar de haber accedido a una pensión no contributiva por discapacidad, la presencia de gastos en el hogar les mantiene en una situación de pobreza extrema. Al margen de la protección no contributiva de la vejez y la discapacidad, sigue quedando una zona gris en la que se encuentran aquellos desempleados en edad activa que no presentan ninguna discapacidad reconocida y que no pueden acceder a otros sistemas de protección por no haber contribuido lo suficiente; por haber agotado las prestaciones a las que tenía derecho (prestación contributiva de desempleo y subsidios); o por no pertenecer a los colectivos específicos reconocidos por la ley (inmigrantes retornados, liberados de prisión, mayores de 45 años en situación de necesidad económica). Dentro de este colectivo de «no merecedores» de protección confluyen muchos de los itinerarios de los usuarios de Cáritas analizados. Es el caso de los desempleados de larga duración, autónomos desempleados que no han cotizado; personas que trabajan

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en la economía sumergida (extranjeros o nacionales); personas discapacitadas con menos del 65% de reconocimiento oficial de minusvalía y personas excluidas del mercado laboral debido a la acumulación de múltiples problemáticas sociales (vida en la marginalidad, fuerte deterioro personal debido a la dependencia a las drogas, enfermedades mentales, malos tratos, cargas no compartidas; etc.). Estas situaciones son las que recuren a las redes de protección asistencial del sistema público (rentas mínimas) y a los dispositivos de Cáritas. El conjunto de rentas mínimas autonómicas ha sido definido por diversos autores (Arriba, 2002) (Ayala, 2001) como débil fragmentado y con un elevado nivel de diferenciación territorial. Al margen de esta diferenciación se ha constatado la escasa incidencia de estas prestaciones, en términos generales, en la reducción de la pobreza. Ya adelantábamos anteriormente el escaso impacto de las rentas mínimas en los itinerarios analizados. En primer lugar, la situación de irregularidad supone una barrera de acceso para las personas extranjeras. En segundo lugar, la burocracia inherente a la tramitación de estas prestaciones (documentación, necesidad de renovación, acuerdos) acaba distanciando a otros colectivos como las personas sinhogar. Los casos en los que sí aparecen rentas mínimas son familias nacionales con hijos en situación de marginalidad y toxicómanos, casos en los que las prestaciones apenas han tenido impacto sobre la situación de marginalidad. La inmediatez de las ayudas económicas hace de Cáritas la verdadera última red de protección para estos colectivos en situación de exclusión social. Sin lugar a dudas, las ayudas de Cáritas han sido cruciales en determinados momentos de los itinerarios de las personas entrevistadas. Han permitido dar cobertura a necesidades básicas en momentos de crisis (leche, pañales, alimentos) y afrontar gastos extraordinarios (frigoríficos, billetes de avión en procesos de reagrupamientos, alquiler de vivienda). Al margen de ello, el impacto de este apoyo económico en las situaciones de pobreza también es limitado en cuanto a que no favorecen la superación del umbral de pobreza.

3.3.2.

La influencia de las políticas migratorias

La orientación de las políticas migratorias en nuestro país tiene una influencia clave en la dinámica de la exclusión social. De hecho, los distintos procesos de regularización han supuesto grandes cambios en el volumen y perfil de la demanda de Cáritas. Independientemente de que la demanda de los servicios de acogida o de orientación legal tengan un flujo constante o incluso mayor ante los procesos de regularización, estos influyen decisivamente en los procesos de estabilización laboral y social de las personas atendidas. Se observa una gran diferencia entre los itinerarios de las primeras personas inmigrantes que llegaron a España y las actuales. Los venidos en una primera fase a principios de los noventa no tuvieron dificultades con la regularización y sus dificultades se circunscribían al ámbito del empleo, la vivienda o las relaciones sociales. Además en aquel momento no existía una predisposición

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negativa de la opinión pública hacia ellos por configurar un colectivo muy minoritario. Sin embargo, las circunstancias han cambiado. No sólo las posibilidades de regularización son menores sino que se ha configurado todo un debate social acerca del fenómeno migratorio, con una parte importante de la población en contra de flexibilizar los procesos. La situación de irregularidad tiene impacto en los itinerarios hacia la exclusión en forma de explotación laboral, miedo a la policía, inestabilidad personal o anhelo de la reagrupación familiar. De este modo, el acceso a los papeles pone fin a estas problemáticas llegando a frenar procesos decisivos de caída hacia la exclusión social.

A punto estaba de arrojar la toalla cuando el cambio político acaecido en España, con el ascenso al gobierno del partido socialista y el inmediato anuncio que hizo público de su intención de regularizar la situación de ilegalidad de casi un millón de inmigrantes que se encontraban en el país, persuadió a Saíd a no cejar en su empeño de encontrar alguna salida y seguir intentando rehacer su vida aquí. En efecto, los servicios jurídicos de Cáritas comenzaron a tramitar su solicitud. Necesitaba un certificado de antecedentes penales, que su hermano pagó y le envió desde Argelia, y, lo más difícil, una oferta de empleo en España. A través de Cáritas-empleo, dicha oferta le fue ofrecida. La Encina, una empresa de reinserción social de Cáritas en Salamanca, le proporcionó ocupación como limpiador a media jornada. Saíd aceptó sin dudar y recobró la ilusión que ya daba por perdida. A los tres meses de que se abriera el plazo para presentar la solicitud de regularización, Saíd recibió una respuesta positiva. De esto hace ahora cinco meses, y Saíd lo recuerda como lo mejor que le ha ocurrido desde que está en España. Desde que consiguió los papeles ha conseguido mayor estabilidad psicológica, dice que ha sacado este problema de su cabeza, y que ahora puede vivir con más tranquilidad, sin miedo a que le expulsen y, sobre todo, sin esa sensación de pérdida de tiempo que hasta entonces tenía. Relato de Said (8 años, inmigrante argelino en Cáritas Salamanca). Como el de Said, muchos otros itinerarios de exclusión sufrieron un importante viraje en el último proceso de regularización de inmigrantes llevado a cabo por el gobierno de Zapatero. Al margen del problema de la irregularidad también se manifiestan en los itinerarios otras cuestiones derivadas de la naturaleza de la política migratoria en España. Es el caso de personas que obtienen el permiso en un sector de actividad en el que no encuentran empleo posteriormente, o el caso de mujeres que vienen a este país por el proceso de reagrupamiento familiar y su permiso de residencia no les permite trabajar. A consecuencia de ello también la intervención de Cáritas viene marcada por la deriva de las políticas migratorias. El intenso trabajo de orientación legal se ve limitado por las posibilidades de regularización; los programas de orienta-

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ción laboral y por ello la mayor parte del esfuerzo se dedica a poner en contacto a las personas extranjeras irregulares con el sector doméstico en la economía sumergida. Por último la intervención con aquellas personas en situaciones de exclusión más intensa también se ve inevitablemente marcada por su acceso a la regularidad.

3.3.3.

La necesidad de una política de integración de las personas con problemas de salud mental

La Ley General de Sanidad preveía que la responsabilidad de la atención a las personas con problemas de salud mental fuera compartida entre el sistema sanitario y los servicios sociales. Desde el sector público se viene cubriendo la atención y el tratamiento del enfermo pero existen importantes limitaciones para afrontar las tareas de detección, prevención e integración social de las personas con problemas de salud mental. En la actualidad, buena parte de estas labores de detección y apoyo las llevan a cabo las familias y entidades de iniciativa social (muchas de ellas impulsadas por familiares). Sin embargo, en los itinerarios de usuarios de Cáritas encontramos situaciones de personas con problemas de salud mental que no cuentan con el apoyo de la red familiar y social: – Bien porque no existe. Es el caso de personas solas mayores, personas sin hogar o personas extranjeras que se encuentran en nuestro país sin apoyo familiar. – Bien porque esta red está deteriorada. Es el caso de personas consumidoras de drogas o alcohol o personas que han sufrido el rechazo de sus hijos. Estas situaciones están siendo detectadas por Cáritas y son asumidas por la institución cuando existen los recursos adecuados para ello (centros de día con atención psico-social, residencias para personas sin hogar o dependientes). Sin embargo, los propios profesionales manifiestan la ausencia de estos centros en todos los territorios. Y por otro lado, la inadecuación de algunos recursos específicamente diseñados para determinados colectivos (sinhogar o drogodependientes) y que están dando cabida a personas con trastornos mentales en situaciones no tan intensas de exclusión social (extranjeros con problemas de salud mental).

3.3.4.

Sistema educativo

La falta de un nivel educativo básico de muchas personas cuya etapa infantil fue previa al sistema educativo obligatorio ha podido incidir como factor de exclusión en la situación de baja empleabilidad y formación de algunas personas de edad avanzada atendidas por Cáritas. En cualquier caso, a partir de la generalización de la enseñanza obligatoria el acceso a la educación básica ha dejado de ser un factor de exclusión. En la actualidad aparecen otras situación de ex-

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clusión de la educación vinculadas con fenómenos como el fracaso escolar el absentismo y en mayor medida la no continuidad hacia la educación superior. No obstante es complejo discernir el peso, en los procesos de exclusión de la educación de lo factores relativos al entorno, la situación socio familiar o aquellos relativos a la falta de eficacia en las respuestas educativas a la diversidad.

3.3.5.

La ausencia de políticas de vivienda

Resulta inviable abordar la cuestión de la vivienda como necesidad social de los colectivos excluidos, sin tener en cuenta que ésta se ve sometida a los condicionamientos que marcan la evolución del mercado de la vivienda en España. Esta evolución se caracteriza en resumidas cuentas, porque el sector de la construcción constituye, hoy día, uno de los principales sectores de actividad económica del país, cuyo sostenimiento se basa en el incremento constante del precio de la vivienda. En este país la mayor parte de la población debe recurrir al mercado para cubrir la necesidad de acceso a una vivienda. De este modo, las personas sin recursos suficientes para la compra en el mercado como lo son la mayoría de los jóvenes recurren a la protección familiar. Sin embargo, las consecuencias de este modelo son graves para el conjunto de hogares excluidos. En nuestros itinerarios aparece por un lado, la situación de la población inmigrante para quien el acceso a una vivienda en condiciones supone una de las principales barreras a la integración. En la primera fase del proceso migratorio las necesidades de vivienda se ven cubiertas por las redes de solidaridad que facilitan su acogida temporal, sin embargo, los casos que han quedado fuera, han vivido situaciones de sinhogarismo o han sido acogidas por las redes de albergues y centros de acogida de Cáritas no siempre adecuados a las nuevas situaciones. En la fase posterior de integración la gran mayoría de la población recurre al mercado libre para la compra o alquiler de vivienda. Los elevados precios de la vivienda y las limitaciones de sus bajos salarios hacen que para sobrellevar el peso de los alquileres les resulte inevitable compartir vivienda con otras personas o familias. Sin embargo, hemos comprobado que estas situaciones de acogimiento traen consigo problemas de convivencia en ocasiones, realmente graves. En cualquiera de los casos, los gastos de alquiler suponen un verdadero desafío para las economías sustentadas en salarios precarios, en la mayor parte de los casos provenientes del sector doméstico. Ni la red pública ni la iniciativa social trabaja en la línea de favorecer el acceso a la vivienda como mecanismo preventivo frente a la exclusión social. De nuevo, el elevado precio de la vivienda y los escasos presupuestos que caracterizan a los servicios sociales públicos y en mayor medida a las ong´s hacen que, hoy por hoy, sea inviable una política de vivienda preventiva. Sí parece que en la práctica las entidades locales han tomado parte en algunas situaciones de extrema necesidad o marginalidad mediante la cesión de

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

viviendas municipales a determinadas familias (actuaciones de realojo en Sevilla, y viviendas cedidas en Valencia). Estos casos en los que se han concentrado esfuerzos tanto públicos como de Cáritas, representan más intervenciones puntuales que planes preventivos de lucha contra la exclusión social. Únicamente encontramos en uno de los relatos el reflejo de un programa de vivienda exclusivamente diseñado para la lucha contra la exclusión social.

La familia de Rosa (36 años, Pamplona) ha accedido a una vivienda en propiedad gracias al Decreto Foral de Viviendas de Integración Social 38. Este programa ha subvencionado buena parte del precio de la vivienda mientras que Cáritas llevaba a cabo un proceso relativamente exitoso de incorporación social de esta familia en los niveles, laboral y social (CáritasPamplona). El decreto de vivienda de integración en Navarra establece una elevada subvención en el precio de la vivienda y unas favorables condiciones de financiación para aquellas familias que estén siendo «acompañadas» en procesos de integración social por un listado de entidades sociales que han firmado un convenio con la administración regional. Este programa representa una sinergia de esfuerzos públicos y de iniciativa social en la cobertura de la necesidad residencial de algunas familias como paso decisivo hacia su integración social. La corta trayectoria de aplicación de este programa ya muestra unos claros indicadores de eficacia desde el punto de vista de la integración social.

3.3.6.

Los procesos de exclusión urbana

Es difícil abordar la exclusión sin tener en cuenta la cuestión de la división social del espacio. Sin duda la exclusión de algunos territorios dentro de la actividad económica y social de los núcleos urbanos influye en la exclusión social de las personas que viven en dichos espacios. La distribución espacial de la actividad económica y la riqueza por Comunidades Autónomas y dentro de estas por espacios urbanos y rurales determinan la dinámica de la exclusión social en nuestro país. En los relatos encontramos evidencias de claras de la influencia del entorno como factor de exclusión. La falta de oportunidades laborales para los jóvenes y la presencia de drogas en los barrios obreros de algunas ciudades constituye un factor de exclusión clave que marca las trayectorias de consumo de heroína.

Con trece ya fumaba porros, catorce, quince, dieciséis, pastillas, alguna raya… y con diecisiete, empiezo…empiezo con la heroína porque…Una chavala del barrio con la que andábamos, me vino un día y que…Y ya, al día siguiente o a los dos días vinieron a buscarme, y dije no, no, no, yo no quie38

Constituye una de las medidas del Plan de Lucha contra la Exclusión en Navarra (1999).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

ro dinero, yo… eso lo que me deslumbro no?... con diecisiete años tener un a pistola en la mano… pues quiero probar eso, y fuimos y lo probé, y empecé a andar con el chaval este, que era un atracador. Entonces yo me veo con diecisiete años, andando con… con gente de veinticuatro, con pistolas, con droga… (Aitor, 38 años Bilbao). Las familias más cercanas a la mendicidad se encuentran vinculadas a espacios excluidos del ámbito rural (encontramos casos frecuentes en los relatos de Valencia) de las grandes ciudades, pero sobretodo en algunos barrios de Sevilla. Los relatos de personas nacionales en situación de exclusión tienen como contexto barrios del extrarradio de Sevilla como Polígono Norte, Los Pajaritos, Tres barrios o Polígono Sur caracterizados por sus propios procesos de exclusión dentro de la dinámica de desarrollo de la ciudad. Tomemos como ejemplo la descripción de la evolución del barrio de «los Pajaritos» (Cáritas Sevilla). «Buena parte de los habitantes de El Cerro vivían en los primeros años en infraviviendas, por lo que algunos de ellos (los que ocuparon los peores puestos en la industria) pasaron en los años 60 a ocupar viviendas asequibles a clases populares en algunos barrios cercanos, como en el caso de “Los Pajaritos”. Se trataba de viviendas promovidas por instituciones públicas, como el Real Patronato de La Vivienda, la Obra Sindical del Hogar o el propio Ayuntamiento, con una mínima dotación: 45 metros cuadrados de superficie, angostos pasillos y escaleras y reducidas habitaciones. Este tipo de “barrios obreros”, situados en la periferia de la ciudad y cercanos a zonas industriales, fueron planteados en principio bajo una óptica exclusivamente residencial, por lo que la dotación de recursos fue mínima desde el principio, y tampoco se contemplaba la existencia de espacios para su ubicación futura. A partir de los años 80, con la llegada del paro y la drogadicción, estos barrios pasaron a tener su funcionalidad asentada en su carácter periférico: con la desindustrialización, de “barrios obreros” pasaron a entenderse como “barrios marginales”. La pasividad de las administraciones ante el deterioro, a la que se sumaba una política expresa o tácita de realojamiento en estas zonas de población con escasa experiencia de vida en comunidad, y procedentes en buena parte de asentamientos chabolistas, contribuyeron a empeorar el ambiente. Ya a principios de este siglo, se registran en “Los Pajaritos” las mayores tasas de paro de toda la ciudad (superiores al 50% en algunas secciones censales), uno de los menores niveles de renta, y la menor esperanza de vida de Sevilla, por debajo de los 78 años, 4 menos que la media de Sevilla39. Dos terceras partes de la población carece de estudios, y sólo un 1,5% de sus habitantes (frente al

39 Fuente de estos datos: Diagnóstico Comunitario Integral Tres Barrios-Amate. Cáritas Diocesana de Sevilla (2007).

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

11,5% registrado en Sevilla) tiene formación universitaria. La población en edad de trabajar huye de estos barrios, en búsqueda de mejores oportunidades y quedan los mayores, los primeros pobladores de estos barrios (una de cada cuatro personas de estos barrios), ocupando viviendas que, aunque sólo tienen cuatro plantas, carecen de ascensor en un 97%. El abandono de las administraciones sigue manteniéndose en esta zona, donde tampoco se escapa de la especulación urbanística ni de la carestía de la vivienda. Sólo un muy reciente intento por parte de un colectivo de personas y entidades de la zona (la Plataforma Cívica Tres Barrios-Amate) hace el suficiente ruido para que esta degradada situación no quede en el olvido. En estos barrios se habla de la segunda generación, la de los hijos de los primeros que llegaron, como la generación perdida. O bien se fueron “a buscarse la vida” a otros barrios, o bien se quedaron, siendo víctimas del paro la droga o la degradación personal y social. En otros casos, se habla de estos como de la generación ausente. No es difícil comprobar que son en muchos casos las abuelas las que cuidan y educan a una tercera generación (los hijos de esta “generación perdida”) ante los graves problemas y “ausencias” de sus padres. En los casos más graves, se detecta el alcoholismo, el maltrato, la drogadicción o la indolencia en la educación de los hijos. En el resto, una gran masa de población, cobra cada vez mayor peso la sobrecarga laboral producto de empleos precarizados, que apenas dejan tiempo ni energías para las labores doméstico-familiares. En unos barrios donde se observa el doble de empleo no cualificado que la media de la ciudad, la economía informal es sólo una válvula de escape parcial e insuficiente, por lo que la especialización en un sector servicios cada vez más precarizado es casi la única salida. La reciente construcción de la esperada línea 1 del Metro, ubicada cerca de estos barrios, más que una oportunidad de acercamiento para la ciudad, puede convertirse en un lugar desde el que mejor ver el “ejército de monos y de batas blancas” que cada mañana sale de estos barrios hacia otros más pudientes, en un nuevo giro de especialización excluyente» (Cáritas Sevilla). En estos casos los procesos estructurales que marcan el desarrollo económico de estas zonas y la discriminación institucional que mantiene la distancia con el desarrollo del resto de la ciudad contribuyen a que el entorno ejerza una clara influencia como factor de exclusión en algunas familias generación tras generación. 3.4.

Los factores personales y familiares

Al análisis de los factores estructurales e institucionales de la exclusión se añade el estudio de la influencia de ciertos factores individuales y familiares. Las reacciones de los individuos en situaciones similares pueden ser heterogéneas. Queda demostrado por los itinerarios que la capacidad de resistencia de los in-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

dividuos frente a los factores de exclusión es diversa, así como las estrategias personales por las cuales los individuos pueden superar las situaciones de riesgo mediante el acceso y el uso de recursos específicos. Hemos identificado algunos factores personales y familiares presentes en los itinerarios vitales. No obstante, a menudo los factores decisivos son la propia interrelación o acumulación de dichos factores y el factor de persistencia temporal.

3.4.1.

Personales

a) Salud física La salud física y mental se convierte en un factor decisivo que condiciona la situación personal y social. «Las enfermedades condicionan la energía para levantarse cada día la concepción de la realidad, de los límites, de las posibilidades…» (Cáritas-Valencia). Existen enfermedades especialmente inhabilitantes y estigmatizantes como el sida. La encontramos en nuestros relatos ubicada al final de itinerarios de personas con adicción a las drogas, transexuales y prostitución. Resulta paradójico ver que el sida es identificado como factor de caída hacia la exclusión en un itinerario de persona joven inmigrante con posibilidades de integración social y laboral. Mientras que un itinerario de intensa exclusión de una persona transexual marcado por las drogas y la prostitución el contagio de SIDA es identificado como un punto de inflexión hacia la integración social (Cáritas Salamanca).

Es verdad, es duro por que el virus del sida te ataca y te ataca, te mata y acaba contigo, pero para mi es verdad que fue un tema como muy positivo para seguir viviendo. Para mi el sida ha sido vida, o sea al enterarme de que yo tenia el SIDA ha sido el recapacitar por vivir y el pensar en vivir. Y para mi…yo lo he dicho varias veces…hay quien dice que el sida es muerte. Hay quien…si te dejas acobardar y te dejas coger, pues si, pero si luchas por seguir adelante yo pienso que se puede salir y seguir adelante (Rita, 48 años Salamanca). A pesar de la incidencia de las enfermedades físicas en la estabilidad personal, los profesionales detectan una influencia más estrecha entre exclusión y los trastornos de salud mental. Las depresiones, la esquizofrenia, el trastorno bipolar y las dependencias a las drogas y alcohol aparecen en las situaciones de exclusión más intensas: sinhogarismo, aislamiento social, toxicómanos de largo recorrido. Tal y como mencionábamos previamente la falta de reconocimiento de estos trastornos como minusvalía contribuyen al mantenimiento de la situación de exclusión.

b) Salud emocional Muy estrechamente relacionado con la salud mental identificamos diversos factores que se encuentran a medio camino entre lo personal y lo familiar.

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

Hablamos de todo lo relacionado con la falta de afecto, de autoestima de seguridad y la dependencia emocional «una precaria salud emocional va a ser determinante en el desarrollo de la vida. Va a forzar decisiones, afectos, relaciones, matrimonios, amores en ocasiones poco meditados o que fuerzan a la excusión (amores y matrimonios adolescentes, inmadurez, dependencia emocional)» (Cáritas Valencia).

Mi problema es que a mí nunca me han querido, mi madre porque quería un niño y le vino una niña que era yo que yo soy la segunda, mira si son las tonterías que se dicen las cosas. Entonces, yo tuve, ah de pequeña me daban las sobras de mis hermanos, me tiraban al suelo, no me querían llevar al colegio (Juana, 48 años Valencia). En el caso de Juana el sentirse abandonada y maltratada desde su infancia le lleva a buscar afectos y a depender de distintas parejas que también le maltratan.

c) Habilidades cognitivas Aparece presente como factor de exclusión en la mayor parte de los itinerarios de personas nacionales la falta de habilidades cognitivas fruto en algún caso de discapacidad intelectual pero sobretodo de la falta de educación en el seno familiar y el abandono prematuro de los estudios. Esta falta de habilidades puede influir en el distanciamiento con el mercado laboral normalizado y la ausencia de estrategias de superación de las situaciones de dificultad.

d) Estrategias personales Algunos profesionales detectan en casos de personas sin hogar y drogodependientes valores que pueden haber influido en toda una vida al margen de la sociedad establecida. Son valores como el hedonismo, egoísmo, la búsqueda placer inmediato, la huída constante de la asunción de responsabilidades,

Desde muy pequeño hacía siempre lo que me salía de los cojones (...) (Fernando, 35 años, Salamanca). el gusto por la improvisación o el comportamiento irreflexivo.

Mi filosofía siempre ha sido duro ganado duro gastado (Luis, 74 años, persona sin hogar, Valencia). Igualmente se identifica como una constante la ausencia de metas:

Sin esperanza no hay razón para salir de la exclusión (Toni, persona sin hogar Valencia).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Incluso es frecuente encontrar actitudes de rechazo hacia los profesionales en itinerarios de personas sin hogar y drogodependientes. Por el contrario, en los procesos de inserción exitosos se identifican valores personales como el esfuerzo, la presencia de expectativas, la lucha incansable por alcanzar metas y sueños de futuro y la responsabilidad frente a los más cercanos. Estos valores los encontramos en los itinerarios de las personas extranjeras entrevistadas y en las mujeres de etnia gitana. En algunos casos en los que existe un largo recorrido de exclusión social se detecta que el punto de inflexión hacia la integración es «tocar fondo». Es en ese momento de deterioro extremo cuando muchas personas se dan cuenta de la necesidad de empezar a reconstruir sus vidas. En algunos casos «tocar fondo» supone la detección del virus del SIDA, o un embarazo en una trayectoria de prostitución, en otros, una situación de pérdida total del control de su vida por las drogas. Incluso el paso por la cárcel en más de un caso supone el inicio de un itinerario de mejora:

Entrar en prisión ha sido lo mejor que me ha pasado a mí en la vida, de verdad te lo digo (...) en Cáritas no les gustaba que dijera eso, pero lo digo porque es la verdad. En el caso Fernando (35 años, Salamanca) tras más de 15 años consumiendo heroína y en el mundo del delito, la cárcel supuso el inicio de un proceso de inserción: «introdujo orden en su vida, dejo de consumir, estableció nuevas relaciones, hizo deporte, contaba con el apoyo externo de su abuela de una ex. Acudió a un curso de informática, trabajó con la psicóloga de Cruz Roja, llevaba un cuaderno en el que iba escribiendo sus vivencias, pone en marcha un periódico, y vuelve a clases de graduado escolar. Se graduó la vista, se arregló la boca» (Cáritas Salamanca).

e) Habilidades sociales Igualmente se identifican como factores clave en la integración social la capacidad de crear redes sociales y de pedir ayuda. Mientras que la búsqueda de la soledad, los caracteres retraídos y la timidez se identifican como factores de exclusión.

Siempre quiero estar solo, no quiero hablar con nadie. De momento, ya cuando se me pone uno a hablar, ya estoy ya en cualquier rincón de la escalera solo, no quiero hablar con nadie. Ernesto, 47 años, Sevilla. Largo recorrido toxicomanía. Por contra identificamos en las personas que han vivido itinerarios de mayor éxito en la inserción social actitudes de solidaridad que les llevan a ayudar a personas que atraviesan situaciones de dificultad a través de la colaboración con actividades de instituciones como Cáritas (es el caso de mujeres extranjeras que

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

colaboran como voluntarias o incluso dan el paso al asociacionismo; mujeres gitanas que ayudan en el ropero; o el caso de un fontanero autónomo que ahora contrata jóvenes que realizan el mismo taller pre-laboral que él realizó al salir de la cárcel). Es difícil estimar el peso específico de los factores individuales en los itinerarios hacia la exclusión social. Pero al menos podemos constatar que los itinerarios de larga trayectoria de consumos, la vida de las personas sin hogar, o los comportamientos delictivos son parcialmente explicables por factores individuales.

3.4.2.

Familiares

Un factor decisivo en las situaciones más extremas de exclusión sin duda lo constituye la herencia social. Existe constatación de que la posición de clase tiene una gran importancia en explicar tanto el riesgo genérico de exclusión social, como la distribución de los riesgos asociados a la aparición de factores excluyentes.

a) La herencia social La herencia social determina en buena medida la posición de clase social, es decir la ocupación laboral desempeñada por la persona principal del hogar. Esta posición aparece condicionada por la que tuvieron sus padres e igualmente condiciona el grado de desenvolvimiento cultural y educativo de las personas, así como sus condiciones de trabajo y sus ingresos. En algunos casos la exclusión social es una situación heredada generación tras generación frente a la cual, la influencia de los factores personales es limitada. Este hecho es visible en los casos de personas que viven en la marginalidad. En sus itinerarios encontramos muestras de esta herencia tanto en las condiciones de habitabilidad del hogar (infravivienda, viviendas ambulantes) como en las formas de subsistencia desde la infancia (mendicidad, prostitución, venta de rosas, recogida de cartones o chatarra) o la ausencia de modelos educativos y normativos. En otros casos menos extremos la herencia de clase social se manifiesta en la situación económica de pobreza que marca la infancia de sus protagonistas y la necesidad de asumir cargas familiares o laborales desde muy temprana edad y en el caso de personas extranjeras, la construcción del proyecto migratorio.

b) Valores familiares y los modelos educativos Las familias influyen en la transmisión de valores y modelos de vida a sus miembros. La familia ayuda a la construcción de normas responsabilidades y proyectos de futuro en los itinerarios de inserción positivos. Sin embargo, en los itinerarios hacia la exclusión detectamos modelos familiares en los que el desorden, la ausencia de normas, las rupturas o la falta de afectos ayudan a construir la personalidad de sus protagonistas.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

También observamos como determinados comportamientos se transmiten de generación en generación. El consumo de drogas o alcohol, los embarazos prematuros e incluso el maltrato. Algunos casos son especialmente intensos al estar presentes los abusos y maltrato durante generaciones. Luna (31 años inmigrante colombiana en Salamanca) proviene de una familia desestructurada, marcada por la violencia de género. Su padre alcohólico les maltrataba a ella y a su madre. La madre abandonó el domicilio y a sus hijos porque no podía aguantar más y ella tuvo que hacerse cargo de sus hermanas con trece años.

Mi abuelo fue otro cabrón igual que mi madre. Mi madre se casó con mi padre por salir de mi abuelo. Y fue todavía peor, peor todavía. Y la historia de mi abuelo con mi madre fue muy fuerte también hubo abusos, violaciones continuadas. Es curioso cómo la capacidad de algunas personas de valorar la influencia negativa de este entorno les ha llevado precisamente a querer huir de él como una vía para iniciar un camino de integración social. Encontramos la evidencia en hijos de familias marginales (extranjeros, de etnia gitana y también nacionales payos) quienes son conscientes de la necesidad de «separarse para integrarse» y por ello abandonan su entorno familiar, incluso rompen las relaciones con su familia de origen como sacrificio para su propia integración. En los itinerarios de personas transexuales es precisamente el rechazo familiar el que marca el inicio de los procesos de exclusión social. Por último, en ciertos casos de personas extranjeras detectamos que las familias «pueden proyectar en sus miembros toda una batería de anhelos que pueden desequilibrar la balanza hacia una total sumisión o una rebelión. En muchas de las historias hemos visto cómo el detonante se ha iniciado como una rebelión contra la familia. La presión que puede llegar a ejercer la familia puede ser fatal» ( Cáritas Valencia). Por el contrario, en la mayor parte de los procesos de inserción exitosos la protección familiar es un factor de inserción. En algunos casos de deshabituación la familia ha jugado un papel importante; en la integración de las personas extranjeras el reagrupamiento familiar es decisivo para el proceso de estabilización personal y social; y en los procesos exitosos de inserción de mujeres gitanas la familia es un factor de integración decisivo.

Gracias a Dios mi madre nos lo ha dado tó…, tó en el sentido de que no nos ha faltado el cariño con ella, ella ha hecho de madre y de padre, de las dos cosas. Y no nos ha hecho falta la verdad, de nada, porque ella ha trabajado mucho, desde que salía a las seis de la mañana y venía a las nueve de la noche. Ha trabajado en el colegio Las Irlandesas, aquí en Bami, de limpiadora, ahí se ha llevado muchos años, y en la Diputación también ha estado trabajando de limpiadora, luego ha trabajado en el campo, en la fresa, en el melocotón… trabajando la fruta. La que se encargaba de nosotros mientras mi madre estaba trabajado era mi hermana la mayor.

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

Aparte (mi madre) ha estado criando a mis hijos, y aparte a una sobrina que tengo con doce años, que también la ha criado, de mi hermana Mercedes (Ana, 34 años, Sevilla). c) La ausencia de familia y los sucesos trágicos Comprobamos cómo la mayoría de las personas vinculadas a la heroína durante años provenían de situaciones de acogimiento familiar (tíos o abuelos) o acogimiento institucional. En estos casos la ausencia de un modelo de apoyo emocional y educativo influyó en el abandono escolar temprano y el inicio de trayectorias de consumo. El fallecimiento de los padres y seres queridos también es identificado como un factor de exclusión. En algunos casos porque algunas personas asumen cargas familiares desde edades excesivamente tempranas. En otros casos porque supone el detonante de situaciones depresivas y vinculación a drogas. Jonathan identifica el fallecimiento de sus padres, a los que llevaba años cuidando, como el inicio de su proceso de deterioro:

Por eso cogí la depresión y me metí en la droga. Porque no tenía salida, había cuidado a mi madre, había cuidado a mi padre, me había hecho responsable de una casa, me veía solo, sin amigos… Porque cuando te haces cargo así de una persona así de amistades… como que no las tienes. De casa a la compra y de la compra a la casa. Por eso entré en la depresión y me metí en la droga. Fue el error más grande de mi vida, con lo bien que me iba mi vida, pero… me quedé solo y la soledad… no es buena compañera (Jonathan, 45 años, Sevilla). d) Actitudes y estrategias de los afectados frente a la exclusión Comprobábamos previamente que frente al estereotipo de pasividad o dependencia, a menudo atribuido a la población excluida, muchos hogares mostraban estrategias muy activas de supervivencia basadas en la combinación del desempeño de numerosas actividades laborales con el acceso a prestaciones sociales (Servicios sociales y Cáritas). Es cierto que existen algunos casos, marcados claramente por el factor temporal, en los que se ha acabado sustituyendo progresivamente estrategias personales más activas por otras más adaptativas que pueden conducir a la cronicidad. Algunos casos presentan tendencias autodestructivas relacionadas con las enfermedades mentales así como con dependencias al alcohol o las drogas y los intentos de suicidio. Incluso en estos casos de elevado deterioro, se demuestra que los procesos de trabajo individual continuados en el tiempo en los que se produce una confluencia de recursos puede producir una importante mejora en las condiciones de vida. A pesar de que hemos demostrado la influencia de los factores personales y familiares insistimos en que es difícil estimar su peso relativo frente a otros

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factores debido a las interacciones existentes entre todos ellos. Personas que han vivido en las mismas circunstancias de escasez de oportunidades y entornos degradados han seguido itinerarios muy diversos en función de la confluencia de diversos factores familiares e individuales. El caso de las personas dependientes es muy ilustrativo de esta interacción ya que en la mayor parte de ellos está presente una configuración de factores muy similar: – Influencia de un entorno de ausencia de oportunidades laborales, barrios obreros con alta presencia de drogas en la calle en los años ochenta. – Ausencia de modelos afectivos y educacionales (situaciones de acogimiento). – Fracaso escolar. – Personalidades introvertidas y búsqueda de la libertad y el placer individual. – Dependencia a la heroína continuada durante años que acaba convirtiéndose en el principal factor de exclusión. Igualmente complejo es discernir el peso de los factores decisivos en los itinerarios de inserción. Sin embargo, detectamos la confluencia de los factores personales de combinación de estrategias laborales y de acceso a servicios sociales; las oportunidades de acceso unos ingresos estables (vía garantía de ingresos vía empleo), la vivienda y la regularidad. 3.5.

Otros factores que inciden en la exclusión social

A las situaciones de exclusión se puede llegar, con independencia de la posición de clase de los padres y de los factores individuales, cuando uno tiene un status social estigmatizado que lo excluye de buenas oportunidades laborales, como es el caso de las personas extranjeras en nuestro país, de las mujeres en general o de las personas pertenecientes a minoría étnica gitana.

3.5.1.

Las condiciones especiales de la inmigración

La llegada de la inmigración ha supuesto una transformación clave en la población atendida por Cáritas. En los relatos identificamos como principales factores de exclusión de las personas extranjeras, la situación de irregularidad, la inestabilidad emocional por el distanciamiento de la familia y la situación laboral marcada por la irregularidad y la explotación laboral y el difícil acceso a la vivienda. Existen algunos factores específicos en el proceso migratorio que pueden definir la intensidad de exclusión de algunos itinerarios desde los primeros momentos de llegada. La existencia de contactos en España favorece una primera acogida que se traduce en la existencia de un lugar para dormir que puede garantizarse más o menos en el tiempo, pero además una primera red social de acogida que amortigua la dureza del proceso. En los casos en los que esta red falla pueden producirse situaciones coyunturales de vida en la calle y extrema pobreza.

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

El haber contraído una deuda en el país de origen para sufragar el viaje supone una elevada carga para las apretadas economías basadas en empleos precarios lo que impide superar situaciones de extrema pobreza durante determinados períodos de tiempo. Además estas deudas constituyen en algunos casos una pesada carga emocional si implica la inseguridad o las amenazas sobre los familiares en el país de origen. Así narra Helen (21 años inmigrante nigeriana en Sevilla) lo que puede ocurrir si no se devuelven las deudas contraídas por sus familias en Nigeria.

Depende también la persona que ha prestado el dinero, a veces lo lleva a su padre a la cárcel, a veces… muchos problemas, quiere quitar la casa, quiere… entonces los chicas que están aquí no quieren, dicen no voy a permitir esas cosas. Un tercer factor que frena las posibilidades de integración es el haber dejado familia en los países de origen. La añoranza de los seres queridos intensifica el sacrificio del trabajo; la pobreza por el envío constante de dinero y llega en ocasiones a afectar el estado de ánimo y la salud mental de las personas inmigrantes.

Yo lo que digo, y le digo a mis hijos, es que todo tiene un precio y hay que pagarlo. Yo voy a estar aquí por comodidades, por independencia, por paz, por tranquilidad, pero a cambio de que, a estar lejos de mi familia, a pasar soledad, a sufrir, a llorar, a hacer cosas que yo allá no había hecho nunca, lo que había hecho para ellos pero no por dinero… y muchas veces a recibir un mal trato por que… hay que pagar un precio (Claudia, 56 años, inmigrante colombiana en Salamanca). Determinadas mafias y particulares se aprovechan de la vulnerabilidad y los deseos de regularización de la población extranjera tratando de sacar partido económico de la venta de papeles o contratos laborales falsos.

Me muestra el DNI, me dice mira el DNI, el pasaporte es una gran oportunidad en la vida y le digo yo quiero, mira pero ¿cuanto me va a salir? Dice que sólo te va a costar tres mil euros, ¿tres mil euros (Juan Guillermo, 26 años, inmigrante boliviano en Bilbao). En este caso como en otros, tras cobrar el dinero el timador desapareció dejando en una citación de total indefensión a la persona que anhelaba los papeles. Sin duda otro factor de exclusión de los extranjeros en este país los constituyen las actitudes de discriminación con las que se encuentran en el día a día. Si bien no es un hecho mayoritario ni ellos lo identifican como una grave barrera a la integración social, sí que identifican episodios de discriminación social en diversos entornos. En la calle, en los comercios.

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En las tiendas, entrás en una tienda, ya te escuchan el acento por más que esté bien vestida o lo que sea al max center, ya las chicas, las empleadas, porque son empleadas ya como que… llega otra que saben que es de allí, capaz que tiene menos duros que yo en el bolsillo para gastar ese día, pero ya como que... te dejan ahí un poco de lado, ¿viste? o te están cuidando si le vas a robar, otra cosa que me da rabia (Marcela, 28 años, inmigrante urguaya en Bilbao). Algunas personas también han vivido la discriminación a la hora de alquilar una vivienda o en el lugar de trabajo:

Los cocineros… sí son bastante racistas… llegaba la hora de la comida, y éramos bastantes inmigrantes, éramos como cinco colombianos y unos seis bolivianos o así… y se sentaban a la mesa, era una mesa larga, y ellos se servían patatas, se colocaban jamón, se colocaban a veces qué se yo… gambas, o alguna cosa así…Y para nosotros, colocaban en una mesa, alubias, lentejas, y todo eso… (Juan Guillermo, 26 años, inmigrante boliviano en Bilbao). Algunas trabajadoras del sector doméstico o cuidado de ancianos también han sufrido los prejuicios de algunos familiares de las personas a las que cuidan:

La cuñada empezó a decir que cómo se le ocurría contratarla porque los colombianos éramos todos unos ladrones, unos tramposos, unos, que las mujeres venían a quitarles los maridos (se ríe) a las españolas. Bueno, mil cosas. Que unos atracadores, que unos ladrones, que unos matones, que unos guerrilleros, que unos traficantes de drogas… (Claudia, 56 años, inmigrante colombiana en Salamanca). Por último, en algunos discursos más elaborados encontramos la crítica a procesos de discriminación institucionales como son la lentitud en los procesos de homologación:

Porque con los títulos que tenemos en nuestros países no vale, porque mientras que lo homologan, mientras que no, mientras que lo convalidan, no merece la pena. Entonces es empezar de cero, empezar aquí para que vean que tienes cosas de aquí, aunque no mucho, por lo menos lo tienes, y con eso vayas empujando (Margaret Epko, 42 años, inmigrante nigeriana en Sevilla). O la imposibilidad para algunos inmigrantes, sobretodo los africanos de venir a España con poder visado de turista:

Nigeria vende gas natural a España, vende… no sé cuantos, vende el crudo, vende… pero ¿por qué no firman un acuerdo que contraten a gen-

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tes, temporeros que vienen a trabajar cinco o seis meses y que regresan? ¿Y tú firmas y vendes y el resto que muera en la patera» (Margaret Epko, 42 años, inmigrante nigeriana en Sevilla). Estos procesos discriminatorios sociales e institucionales lleva a las personas extranjeras a vislumbrar un futuro incierto para sus hijos. La cuestión de integración de las segundas generaciones ya es algo que preocupa a las primeras que entienden que quizás la nacionalidad española no vaya a influir de una manera tan determinante en un futuro para sus hijos que quizás también estará marcado por la precariedad laboral y la discriminación social. En los itinerarios (menos frecuentes) de caída hacia la exclusión desde la vulnerabilidad se identifica la presencia de problemas de salud mental, enfermedades físicas o dependencias. Entre los factores de integración que especialmente caracterizan a este colectivo se encuentran el esfuerzo personal materializado en estrategias de combinación de diversas actividades laborales y la utilización de los recursos sociales. Detrás del empuje de las personas extranjeras se encuentra la persecución de una meta, de un sueño que a veces consiste en volver a su país de origen con algo de dinero ahorrado; otras en labrar una vida de más oportunidades para ellos y sus hijos en este país y otras en conseguir una situación de autonomía económica y personal que en su país no tenían. En los itinerarios de integración más exitosos se identifican siempre los siguientes factores: – El empuje personal y las ganas de superar la situación de dificultad – El acceso a la regularidad – El apoyo intenso de Cáritas u otras redes en determinados momentos de crisis combinado con una actitud muy receptiva de aprovechamiento de la ayuda recibida.

3.5.2.

La cuestión del Género

Los itinerarios que llevan a hombres y mujeres a la exclusión social, la intensidad de las situaciones vividas y los mecanismos para salir de ellas son altamente diferenciables en función del género. En el caso de las personas nacionales en los itinerarios de varones aparece el sinhogarismo las dependencias u otros trastornos mentales, mientras que en los itinerarios de mujeres son frecuentes las cargas familiares no compartidas, los malos tratos o la prostitución. En el caso de las personas extranjeras las causas que llevan a iniciar los procesos migratorios tienen como denominador común la búsqueda de una mejora en las condiciones de vida. En el caso de las mujeres el proceso migratorio se plantea en muchas ocasiones como una vía de emancipación. La salida del país supone para ellas escapar de situaciones de falta de autonomía.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Allí las mujeres son para la casa hay mucho machismo en esa parte, yo he luchado bastante con mi marido aquí todos somos iguales, tú trabajas, yo trabajo, tú ganas dinero yo también y punto. Si tú te vas hoy noche mañana me voy yo. (Jacqueline, 28 años, inmigrante ecuatoriana en Valencia). En otros casos las mujeres extranjeras huyen la falta de oportunidades que existen en sus países de origen para participar en la educación, la vida laboral o social (es el caso de países como Nigeria o Marruecos). Cuando vienen a España con sus cónyuges la situación social de las mujeres cambia, adquieren autonomía económica y pueden llevar a cabo sus anhelos de participación social. Algunas parejas no encajan bien este aumento de la autonomía y en ocasiones este hecho lleva a la ruptura.

Y cuando llegó no quería (mi marido) que yo tampoco estudiara. Entonces yo me veía otra vez como estaba en África, y me pasé mal, vamos, me vine un bajón muy grande, porque se suponía que estaba en un sitio donde había más libertad, más… oportunidades, y no tenía… no me dejaron. Me fui a matricular en la facultad, me dijo que no, que no podía, que mi lugar era la casa, la cocina, los niños, no se qué… entonces durante años aguanté y me tuve que esconder a estudiar cuando no estaba él, de cuatro a ocho, antes de que llegara él, dejaba a los niños en el fútbol y yo me escondía para estudiar por ahí por los barrios, donde vivíamos… Y entonces acabó descubriéndome y la cosa acabó empeorando entre nosotros, y entonces decidí a dejarlo (Margaret Epko, 42 años, inmigrante nigeriana en Sevilla). Al mismo tiempo, en tanto que los hombres están más socializados para asumir el papel de sustentadores principales de sus familias, el efecto que tiene sobre la salud mental de las personas no encontrar una ocupación laboral es mucho más intenso entre los hombres, como también lo es, el riesgo de acabar siendo una persona sin hogar. La intensidad de algunas de las situaciones vividas por mujeres implica la combinación de la dureza del trabajo externo, hacerse cargo de los hijos, el trabajo doméstico, acogimiento de familiares o exparejas y padecimiento de maltrato. Las mujeres sufren en ocasiones las consecuencias de las conductas dependientes de sus parejas: drogas, el alcoholismo o la ludopatía, afrontando en solitario la subsistencia del hogar y las cargas familiares. En ciertos casos la dependencia económica de algunas mujeres a cargo de sus hermanos y tras casarse, de sus familias, impide plantear procesos de autonomía por falta de recursos económicos en casos de conflictividad familiar o ruptura. Incluso encontramos dos casos de mujeres obligadas por sus padres y posteriormente por sus parejas a ejercer la prostitución. Por último, encontramos evidencia en los relatos de que el modo de superar la exclusión también es distinto en los hogares encabezados por mujeres

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

en cuanto a que presentan un mayor índice de acceso y participación en los recursos sociales. También es cierto que en los casos en los que hay menores a cargo se produce una rápida e intensa aplicación por parte de Cáritas y de la red pública.

3.5.3.

La minoría étnica gitana

A pesar de que tenemos un número reducido de relatos de personas de minoría étnica gitana y todos relativos a mujeres podemos establecer algunas consideraciones significativas. En estos itinerarios se identifica un peso decisivo de la herencia familiar como factor de exclusión social. Los hogares de los que provienen las entrevistadas se caracterizan por el alejamiento del mercado laboral normalizado, la vivienda en propiedad y el acceso al sistema educativo.

Mi padre tenía un carro y tenía un macho osea tenía un caballo, teníamos perros, teníamos de to (se ríe), dicen que hemos llegao a tener hasta una cabra y eso (Gloria, 30 años, Pamplona). En algunos itinerarios familiares las actividades laborales son inestables y de baja retribución, en otros incluso se detecta un deterioro progresivo de la capacidad de subsistencia que tenían las actividades laborales que desempeñaban sus progenitores: compra venta de antigüedades, mercadillo o venta de chatarra.

El mercadillo está muy mal, no es como antes, ahora con esto de chinos, tiendas... muy mal, muy mal, tienes que quedarte con muy poco margen, cada prenda con 1 ó 2 euros de ganancia, entonces tienes que pagar puesto, echar gasolina porque cada reaco que vas, esta muy mal, no hay porvenir (Rosa, 36 años, Pamplona). El abandono escolar y la presencia de cargas familiares desde muy temprana edad definen los itinerarios de estas mujeres, así como el matrimonio temprano y la presencia de hijos a su cargo. En algunos casos las cargas en el matrimonio no son compartidas debido a las separación, consumos o ludopatía del cónyuge. Sin embargo, también define al conjunto de estas mujeres la capacidad de trabajo el esfuerzo y sobretodo la voluntad de cambio. Es constante en los relatos su voluntad de que quede constancia de la importante evolución que está llevando a cabo el pueblo gitano.

Yo soy de etnia gitana, he nacido en una familia gitana pero evolucionada mentalmente, o sea, a mí mis padre me han inculcao que en la vida hay que tener respeto, respetar a las personas, que no importa que tengas una cultura para que tu vida personal y profesional (Pilar, 32 años Bilbao).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Enfatizan el cambio social producido en cuanto a las costumbres, los valores sociales y las tradiciones. Se valora la educación, el acceso al empleo normalizado, la libertad de elección en el matrimonio. Las chicas gitanas ya no se casan tan pronto y cada vez se dan más matrimonios mixtos.

A mí lo hicieron entre la familia pero esto hace 17 años, ahora no, ahora se buscan entre ellos. Ahora eso ya va cambiando, no lo hace la familia. Ya van los chicos se gustan, se ven donde sea, como mucho con los móviles ahora, chatean mucho de un sitio a otro, mucho. Y... no ahora es distinto ya, ahora son los novios, se hacen pareja ellos, y ya está, luego se les dice a la familia. Tengo un par de sobrinos y las queremos mucho. A cambiao (afirma), eso está cambiando. No nos gusta mucho, pero si lo hacen ellos ya hay que aceptar, ¿entiendes?... van cambiando eso, ha cambiao... (Rosa, 36 años, Pamplona). Desde las redes sociales se ha valorado muy positivamente la responsabilidad de las mujeres gitanas en esta evolución. Sin embargo, esta responsabilidad de constituirse en motor de cambio social implica ciertos costes en su vida cotidiana y en sus relaciones de pareja y de familia. Incluso en algunos casos las contradicciones personales han llevado a minar la salud mental de ciertas mujeres que se ven cuestionadas no sólo por su entorno social, familiar y por sus parejas sino por ellas mismas.

Lo pasé mu mal, lo pasé muy mal, estuve tres años yo creo que de tanta frustración, dices tú que no te cansas de luchar, yo creo que se me atascó, y me lo dijo a mí la… la psiquiatra o la psicóloga que tenía dice es que tú tienes unas ideas y van a acabar contigo, porque están yendo contra tu naturaleza, contra tu manera de pensar y… y eso quieras que no te está minando, y a tu marido no acepta la mentalidad que tienes y te está, como quien dice te está, te sientes anulada y esas cosas te van, igual no te das cuenta pero esas cosas están ahí en el subsconciente. Mi mente pues se iba abriendo, iba evolucionando y me encontraba bastante frustrada, porque frustrada porque yo veía que yo tenía ideas diferentes a las de mi marido. A veces me reprochaba a mí misma que me gustaría ser como generalmente son las... la mente gitana, acoplarme más quizás a mi marido, porque eso quizás todo eso de lucha, porque es que yo luchaba y no veía, o sea yo luchaba y… y no veía que adelantaba na´más que adelantaba cosas pues… eh… discusiones y cosas así, hasta que vine aquí (Pilar, 32 años, Bilbao). A pesar de los costes, este esfuerzo debe ser igualmente valorado por su condición de factor de inclusión. El esfuerzo además se ve recompensado por los múltiples logros personales que estas mujeres van consiguiendo en el ámbito de la educación, la formación laboral y el empleo. De hecho, sus itinerarios son fiel reflejo del aprovechamiento de los recursos de Cáritas. Especialmente

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II. Un acercamiento a la exclusión social a partir de relatos de vida de personas atendidas por Cáritas

eficaces son los recursos formativos vinculados a las salidas laborales concretas y la mediación laboral con empleadores privados (hogares, comedores, etc.) que favorecen su inserción laboral. En las intervenciones familiares los procesos más exitosos que encontramos están basados en la combinación del acceso a la vivienda y el empleo normalizado de los dos miembros de la pareja con fuertes dosis de acompañamiento social.

Conclusiones: reflexiones en torno a los procesos de exclusión e itinerarios de incorporación social El análisis de los relatos de vida de población atendida por Cáritas nos ha permitido validar el conocimiento acumulado sobre la exclusión social. En primer lugar, hemos comprobado el carácter multidimensional de la exclusión social. En los itinerarios hacia la exclusión aparecen problemáticas que tienen que ver con la dimensión económica, barreras en el acceso a los sistemas de protección social y la dimensión de las relaciones sociales. De este modo, la intervención con personas excluidas debe ser diseñada a partir de la integración de actuaciones en al menos esas tres dimensiones y articuladas sobre el eje de un intenso trabajo de acompañamiento social. En segundo lugar, se deriva de los itinerarios el efecto pernicioso del tiempo en las situaciones de exclusión. De ello se extraen dos conclusiones importantes: por un lado, la conveniencia de llevar a cabo intervenciones preventivas de cara a evitar la aparición o prolongación de situaciones de fuertes consumos, sinhogarismo y otras. En segundo lugar, la necesidad de emprender, con las situaciones ya marcadas por el paso del tiempo, procesos de intervención prolongados y con una elevada concentración de recursos y apoyos personales. La experiencia de algunos casos muestra que estas intervenciones pueden llegar a hacer reversibles algunos procesos de intenso deterioro. Por último, concluíamos la necesidad de entender la exclusión como un fenómeno heterogéneo que abarca diversas situaciones en función del grado de alejamiento de una situación de integración. Esta diferenciación de espacios dentro de la exclusión debe ser tenida en cuenta a la hora de diseñar estrategias de intervención diferenciadas frente a la vulnerabilidad (en la actualidad este grupo lo conforma sobretodo el colectivo inmigrante) y frente al espacio más reducido de personas en grave situación de exclusión social (personas sin hogar, drogodependientes y otros). Estas últimas requieren el diseño especifico de programas de acción más intensa, prioritaria y como ya hemos señalado diseñada sobre la base de procesos de inserción individuales y a largo plazo. El análisis de los relatos de vida también nos ha permitido conocer la compleja interrelación de factores que generan los itinerarios de exclusión. Partiendo de una necesaria diferenciación de niveles, se constata en cada una de las trayectorias vitales la presencia de factores estructurales relacionados con la

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

precariedad laboral o con la situación de desigualdad de determinados contextos de origen. Aparecen igualmente factores de exclusión de carácter institucional que determinan situaciones de enfermedad mental no detectadas o tratadas, situaciones de irregularidad, escasa protección económica de determinados dispositivos de garantía de ingresos o las crecientes dificultades de acceso a la vivienda de las familias. El acceso al empleo de calidad, la atención de la salud mental, el acceso a la regularización y el acceso a una vivienda se muestran como factores decisivos en los procesos de mejora e integración social. Por último, comprobamos el efecto de los factores individuales y sociales tanto en los procesos de caída hacia la exclusión social como en los itinerarios de salida o integración social. En este ámbito destacan la importancia de diversos factores. En primer lugar, la situación personal, el estado emocional, lo que también legitima el aumento del esfuerzo dedicado a los acompañamientos sociales y al trabajo individual de apoyo personal. Por otro lado, se constata la herencia familiar, lo que sin duda debe legitimar el refuerzo del trabajo con familias y menores en situación de exclusión por su elevado carácter preventivo. Por último, la situación de falta de salud mental que aparece presente en muchos de los itinerarios de exclusión reivindica la necesidad ya reiterada por los profesionales de la acción social de aumentar los recursos y la coordinación sociosanitaria para favorecer la atención de estas problemáticas. El análisis de la confluencia en los itinerarios de exclusión de distintos factores (correspondientes a los distintos niveles estructural, institucional e individual) puede servirle a Cáritas para plantearse nuevos retos en la mejora de su intervención directa. Sin embargo, la presencia de factores relacionados con los déficit en los sistemas de protección social, la dinámica del mercado laboral o las políticas de migración trascienden la capacidad de la línea de trabajo de intervención directa y plantea retos en cuanto a su papel en la dimensión política de la lucha contra la exclusión social traducida en términos de sensibilización y denuncia social.

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III. Conclusiones

El espacio social de la exclusión ha sufrido intensas transformaciones en los últimos tiempos. Las políticas públicas y las entidades sociales que intervienen en la lucha contra la exclusión, Cáritas entre ellas, se ven obligadas a afrontar los nuevos factores de cambio, reorientando su intervención a las nuevas necesidades, de tal forma que puedan diseñarse procesos de intervención que respondan mejor a la nueva realidad de la exclusión social. La realidad de la exclusión en España presenta además, características específicas en cuanto a la especial incidencia de la precariedad laboral o la economía sumergida, el mayor volumen de los flujos migratorios y las limitaciones de los sistemas de protección pública. De este modo, tanto la dinámica de transformación de la exclusión, como la especificidad del caso español justifican un esfuerzo por avanzar en las líneas de investigación dedicadas al estudio de la pobreza y la exclusión social en España, así como un intento por buscar cierta convergencia de las mismas. El carácter multidimensional de la exclusión requiere técnicas de recogida de información que permitan el análisis combinado de diversos indicadores (empleo, salud, educación, relaciones sociales), así como la valoración del factor acumulativo. La exclusión entendida como proceso ha hecho indispensable la introducción del tiempo como factor de exclusión y ha promovido la realización de estudios de carácter longitudinal. La heterogeneidad del fenómeno de la exclusión hace conveniente la diferenciación de espacios como el de la vulnerabilidad y el de la exclusión, concebida esta última como fenómeno radical de fractura que afecta de manera más grave a algunas familias. A partir de la experiencia acumulada en el estudio de la exclusión, se muestran especialmente indicadas aquellas investigaciones que se acercan al fenómeno a partir del análisis de población asistida. Concretamente, el estudio de la población atendida por Cáritas constituye un valioso observatorio de la evolución de las situaciones de exclusión más intensas en España.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Cáritas tiene una larga tradición de estudios de pobreza y exclusión social que conforman uno de los principales pilares de actuación de la entidad, la denuncia y sensibilización social. En la actualidad, la entidad afronta la compleja tarea de implantar un sistema compartido de información en todo el territorio. Este proceso responde a un doble objetivo, por un lado, de mejora de la coordinación y gestión de la intervención directa. Pero a su vez, de recogida sistemática de información (longitudinal) sobre la demanda de Cáritas con el fin de orientar las estrategias de acción, mejorar la ordenación de los recursos y en definitiva, profundizar en el conocimiento de la exclusión social. Aunque internamente el proceso de aprendizaje e implantación esté siendo complejo y a menudo resulte difícil conciliar las necesidades de la gestión directa con los intereses del estudio de la exclusión, el proceso iniciado será de gran valor en el medio y largo plazo en la lucha contra la exclusión. En el presente trabajo, el análisis de los relatos, el contexto, los expedientes de personas atendidas y las entrevistas realizadas a informantes cualificados, nos han permitido obtener algunas conclusiones interesantes en relación con el fenómeno de la exclusión que pueden orientar los procesos de reorganización interna de la entidad. 1. El análisis de los relatos de vida de población atendida por Cáritas evidencia el carácter multidimensional de la exclusión social, así como la importancia del factor acumulativo en la intensidad del fenómeno y el efecto pernicioso del paso del tiempo en los itinerarios de exclusión social. Del estudio de los itinerarios se derivan, además, conclusiones importantes para la intervención social que coinciden en gran medida, con las aportaciones realizadas por los profesionales. Los itinerarios exitosos analizados se caracterizaban precisamente por incluir procesos de intervención prolongados y con una elevada concentración de recursos y apoyos personales. Desde la perspectiva cuantitativa, a este respecto40, se pone de manifiesto la contradicción que se puede dar cuando, frente al perfil intenso de la exclusión social (desempleo masivo, falta de instrucción, precariedad en la vivienda, irregularidad, «sinhogarismo»…), se da una respuesta a la misma con intervenciones ligeras (una o dos intervenciones en dos de cada tres casos), de escasa capacidad protectora (habitualmente basadas en la orientación cuando son prestaciones técnicas y de escasa cuantía cuando son prestaciones económicas) y con pocos recursos específicos orientados a la inserción. De este modo, el primer reto que se plantea es avanzar hacia la extensión de este tipo de intervención con personas excluidas diseñada bajo una perspectiva integradora que articule las actuaciones en las distintas ámbitos sobre el eje 40 A partir del estudio de la base de datos elaborada en el proceso de implantación del programa SICCE. Este análisis aparece de manera detallada en el Documento de trabajo de Cáritas (2007) Un análisis experimental de la población atendida por Cáritas: características básicas, atención recibida y evolución.

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III. Conclusiones

de un intenso trabajo de acompañamiento social. Este tipo de intervención precisa, por un lado, de un aumento de los recursos profesionales, pero también de la extensión de las metodologías de trabajo de casos, de cierta descentralización de la gestión de los recursos y de la capacidad de coordinación para dar respuestas adaptadas. A pesar del avance llevado a cabo por la entidad en la aceptación de estas metodologías de trabajo de carácter integral y de la existencia de programas y proyectos que se asientan en esta metodología, parece necesario hacerlas extensibles a más situaciones. Esto evidencia la necesidad de mejorar la coordinación interna entre los distintos niveles de intervención de Cáritas. La capacidad de coordinación de profesionales y recursos dentro de la institución existe y de hecho, comprobamos que es aplicada en casos de «emergencia» en los que hay presencia de menores. En estos casos se produce una elevada concentración de recursos: ayudas económicas de cuantías más elevadas, recursos residenciales, intermediación laboral, apoyo emocional y acompañamiento en el acceso al conjunto de sistemas de protección social (viviendas protegidas, guardería, rentas mínimas). Comprobamos que estas intervenciones coordinadas intensas, tanto en recursos como en dedicación, han sido de elevada eficacia en la prevención de situaciones de exclusión. La cuestión radica en hacer que este modelo de coordinación y articulación de recursos sea extensible a un mayor número de casos y a aquellos que responden a otros perfiles de menor deterioro. 2.

En segundo lugar, la diferenciación de espacios de diversa intensidad dentro de los procesos de exclusión avala la conveniencia de llevar a cabo estrategias de intervención diferenciadas: frente a la vulnerabilidad, las intervenciones de carácter preventivo, y frente al espacio más reducido de personas en grave situación de exclusión social, dos tipos de estrategias, dependiendo sobre todo del diagnóstico de sus potencialidades. En unos casos, para las situaciones con menos posibilidades de solución, los cuidados paliativos y la mejora de sus condiciones de existencia a través de determinadas medidas de protección (ayudas económicas, recursos residenciales alternativos, actividades ocupacionales…). En los casos con mayores potencialidades de mejora, actuaciones orientadas a la promoción social y laboral, con el diseño de itinerarios más intensos, más orientados a medio plazo y con una mayor articulación de recursos. Dentro del continuo integración-exclusión, Cáritas se ha ubicado tradicionalmente en el espacio de la intervención con los colectivos más excluidos o marginales. De hecho, la atención a las personas sin hogar ha ocupado, y lo sigue haciendo como hemos comprobado, un lugar importante dentro de Cáritas (en términos de volumen de recursos económicos y técnicos). En este entramado de situaciones más extremas se encuentran también, los toxicómanos de largo recorrido, personas afectada por el SIDA, personas que han ejercido la prostitución y familias que viven en la marginalidad.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Sin embargo, la llegada de la población inmigrante, en muchos casos en condiciones de irregularidad y con una gran vulnerabilidad social, está transformando la composición interna de la demanda de Cáritas. La inmigración ha sido posiblemente el fenómeno social que más ha influido en la transformación del perfil de los usuarios de Cáritas. Podría decirse que Cáritas representa posiblemente uno de los espacios donde más intensamente se ha sentido el impacto de la inmigración en el doble sentido de aumento de la demanda y de creciente presencia proporcional de extranjeros, que ya son la mayoría de la nueva demanda en ciertos territorios. El modelo de inmigración que ha experimentado este país a partir de finales de los noventa ha estado marcado por la intensidad del flujo migratorio, por la irregularidad, por la falta de previsión y por el déficit de recursos para la acogida y la inserción41. En este contexto algunas instituciones como Cáritas se han convertido en un recurso inestimable para responder a los retos sociales de la integración de los inmigrantes. Las implicaciones de este cambio han sido notablemente amplias ya que suponen transformaciones sustanciales en el perfil de los usuarios de Cáritas y con ello obligan a una revisión de los contendidos y los objetivos de los programas puestos en marcha: a) Supone cambios en la estructura de edad y sexo: más concentrada en el grupo de 25 a 34 y más varones. b) Cambios en la relación con la actividad: más ocupados que responden a lo que se ha conceptualizado como «trabajadores pobres» cuyos principales problemas de integración social se asocian a la vulnerabilidad social y a la precariedad de los empleos que ocupan. c) Mayor diversidad de modelos familiares, con una mayor presencia de personas solas y con menores apoyos sociales a la vez que aumentan también los hogares y estructura compleja con la presencia de varios núcleos familiares. d) Unos usuarios con mayor formación, y que incluso nos resulta difícil de catalogar y de valorar desde nuestros esquemas. e) Y por supuesto, una mayor diversidad cultural y religiosa que debe forzar a un modelo de intervención social más claramente intercultural: curiosamente, los inmigrantes africanos están sobre-representados 41 En los últimos años, parece haberse producido en este sentido algunos cambios significativos: además de la regularización extraordinaria de 2005, la ampliación de los flujos regulares (contratación en origen, reagrupación, contingente…) podría haber hecho descender significativamente el flujo de inmigración irregular, cambiando así un aspecto fundamental de las condiciones en las que se inicia el proyecto migratorio. Junto con el Plan Estratégico Ciudadanía e Integración 2007-2010, y el fondo para la acogida y la integración de los inmigrantes, estos cambios podrían suponer un punto de inflexión respecto del modelo anterior, cuyos efectos y concreción habrá que esperar a valorar en el futuro con un poco más de perspectiva.

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III. Conclusiones

en los programas de Cáritas respecto de otros colectivos de inmigrantes, lo que por un lado nos indica las dificultades en las que se está produciendo la incorporación de estos colectivos a nuestra sociedad y por otro nos reafirma en el compromiso de Cáritas con los más excluidos al margen de otras consideraciones de cercanía cultural o de afinidad ideológica. De este modo, distinguimos en la actualidad dos grandes grupos (aunque no existan límites claros entre ambos) que conforman la demanda interna de Cáritas: el colectivo de personas en situación de exclusión intensa, preferentemente nacionales y las personas en situación de vulnerabilidad o en procesos de exclusión menos intensa, en los que los extranjeros serían mayoría (en muchas ocasiones, la diferencia no es tanto las condiciones objetivas de vida sino las potencialidades para su mejora en el futuro). Aunque no existe una diferenciación institucional de estrategias de intervención dirigidas a cada uno de estos grupos, tanto en los relatos, como en la información de las fichas, sí se observa que están accediendo a recursos distintos. Mientras que la atención a las personas inmigrantes se centra en intervenciones de carácter económico y de orientación legal, ambas de carácter relativamente coyuntural, la atención a las personas más excluidas se articula en torno a los centros y programas especializados, centros de día, programas de educación de calle o residencias de personas sin hogar. Ambos niveles de intervención pueden ser objeto de reflexión: a) La intervención llevada a cabo por Cáritas con las personas inmigrantes vulnerables resulta muy eficaz en cuanto a su función de acogida y en cuanto a la cobertura de situaciones de crisis coyuntural. Sin embargo, parece tener una capacidad limitada para favorecer procesos de incorporación social y laboral más estables que permitan superar las situaciones de vulnerabilidad que, en algunos casos, y tal y como temen los profesionales, acaban siendo estructurales. La labor de mediación para el acceso a empleos en el sector doméstico o en otros empleos irregulares permite cubrir las necesidades económicas más urgentes de las personas extranjeras. Sin embargo, la actividad de intermediación en estos empleos irregulares sitúa a Cáritas en una posición delicada en la que, para apoyar a las personas más desprotegidas, se sitúa en los mismos márgenes de la legalidad (o más allá). Por ello será necesario estar muy atento a esta situación, para no coadyuvar a la reproducción y desarrollo de unas actividades económicas que mantienen a los trabajadores en condiciones de desprotección y de extrema vulnerabilidad. Si esto fue justificable en un momento de flujo migratorio intenso e irregular, quizás debería revisarse a la luz de las nuevas tendencias del mercado de trabajo y de las políticas migratorias. Existen algunas intervenciones llevadas a cabo, minoritarias en su cobertura, pero eficaces desde el punto de vista de la superación de esta trampa de la precariedad. Son aquellas en las que Cáritas actúa como empleador directo contratando en condiciones dignas a las personas extranjeras para puestos vin-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

culados con el funcionamiento de la entidad (puestos de limpieza, mantenimiento locales, lavandería, comedores, monitores, etc.). Estas contrataciones, a las que apenas se les da visibilidad institucional, han favorecido procesos de regularización y han supuesto una mejora sustancial en la retribución y acceso a la protección social de las personas contratadas. Existe un segundo recurso exitoso, aunque también minoritario (en términos de personas participantes), que es el de las empresas de inserción. En este caso además del acceso a la regularización y el empleo estable, las contrataciones realizadas en el seno de estas empresas aportan una cualificación laboral determinada que permite a sus participantes dar el salto hacia procesos de integración laboral más estables. Vinculada con este ámbito, parece adecuado abordar también una reflexión específica sobre las estrategias de formación de la institución. En el análisis de los relatos aparecen presentes en algunos itinerarios la realización de cursos y talleres del más variado contenido (corte y confección, sexualidad, habilidades sociales, escayola, manualidades). No parece vislumbrarse, al menos a partir de este estudio, una estrategia formativa definida y diferenciada por objetivos o por niveles de empleabilidad de los colectivos. Resulta destacable que los recursos formativos más valorados por las participantes y los profesionales son aquellos que permiten una cualificación laboral específica y que verdaderamente les han permitido el acceso posterior a puestos de trabajo no precarios en el mercado laboral (jardinería, fontanería, atención a domicilio). Dada la amplia disponibilidad de recursos formativos puestos en marcha por otras entidades, públicas y privadas, parecería razonable un mayor desarrollo del trabajo en red, colaborando con instituciones de distinto tipo, donde Cáritas lo que principalmente puede ofrecer es su capacidad de detección de las necesidades más intensas por un lado y sus recursos para el apoyo social, el acompañamiento e incluso el incentivo económico complementario si se considera adecuado. b) En relación con el segundo nivel, de trabajo con las personas excluidas (principalmente nacionales, pero también extranjeras), existe una amplia red de centros y experiencias de trabajo intensivo con determinados colectivos que acumula un importante bagaje de intervención cualificada. En este ámbito, se constata que los centros de día, los recursos flexibles de deshabituación en el medio abierto, centros de noche 42 o las residencias para personas sin hogar43 se constituyen en recursos de elevada eficacia en estos itinerarios más intensos de exclusión social. De los itinerarios también se derivan algunas experiencias reseñables que muestran la eficacia de los procesos de trabajo individualizado y flexible llevado a cabo con personas sin hogar o prostitución44. Es preciso recordar que cualquiera de los procesos exitosos tuvo una duración prolongada (cin42 sos de 43 44

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Sala multiusos Hontza en la diócesis de Bilbao. Centro de día «El Valle» para personas en procedeshabituación en la diócesis de Sevilla. Centro de acogida Padre Damián en la diócesis de Salamanca. Proyecto «Jere-Jere», «Proyecto Simón» diócesis de Valencia.

III. Conclusiones

co años de internamiento y trabajo personalizado en casos de fuertes consumos; tres años en el acompañamiento de una persona con SIDA). Igualmente en todos ellos resultó clave el acompañamiento personalizado, el apoyo emocional y la creación de nuevas redes sociales. Desde el análisis cuantitativo, aún con la provisionalidad que implica en ese momento, hemos visto que hay efectivamente casos en los que coincide una articulación de recursos distintos (sociales, económicos y laborales) y un sostenimiento en el tiempo de intervenciones a largo plazo. Sin embargo, estos casos son minoritarios en el conjunto de las personas que se acercan a Cáritas en busca de ayuda. c) Tal y como anunciábamos la clasificación de la demanda de Cáritas en dos grandes grupos, extranjeros vulnerables y nacionales excluidos, tiene limitaciones significativas. Existen situaciones que se ubican en espacios intermedios entre la vulnerabilidad y la exclusión y que también pueden ser objeto de reflexión. Una de las cuestiones que más preocupan a las personas que trabajan en la entidad es precisamente cómo responder a la situación de las personas extranjeras que inician procesos de caída hacia la exclusión social debido a trastornos mentales, enfermedades inhabilitantes, o falta de recursos personales y sociales. Existen evidencias de que los recursos tradicionales para personas sin hogar no parecen adecuados para el acogimiento de familias extranjeras sin hogar, o para personas extranjeras con problemas de salud, episodios de sinhogarismo o trastornos mentales. Estas personas no responden a un perfil de deterioro tan elevado como el de las personas sin hogar nacionales o los toxicómanos de largo recorrido atendidas en los programas y centros de Cáritas. Parece constatarse una falta de disponibilidad de plazas en recursos abiertos como los centros de día45 para personas con trastornos de salud mental para un perfil no tan deteriorado como el tradicional (mujeres mayores, personas con depresión, inmigrantes). En este ámbito encontramos experiencias muy valiosas de flexibilización de la atención para dar respuesta a la situación de casos específicos (acompañamiento social intenso, pisos compartidos, alquiler de vivienda para familias, equipos de atención psicoterapéutica). La cuestión radica, en este caso también, en dilucidar si estas respuestas adaptadas son soluciones urgentes a problemas coyunturales o si esta estrategia de flexibilización puede constituir una línea de intervención a fomentar. En segundo lugar, se plantea la cuestión de la atención a los casos de personas que dan el paso de la exclusión hacia la vulnerabilidad o cierto nivel de integración. Los propios profesionales evidencian una falta de recursos flexibles que favorezcan la integración social de personas que se encuentran en proceso de deshabituación o integración social: acceso a pisos tutelados, 45

Centro de día para personas con trastornos mentales. Diócesis de Bilbao.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

empleo de inserción, apoyo en el empleo o procesos de apoyo al alquiler o compra de vivienda. De este trabajo se deriva que la intervención de Cáritas se sitúa en dos tipos de intervención muy distantes entre sí, por un lado, buena parte del esfuerzo presupuestario va a parar a la intervención del nivel primario caracterizada por su carácter coyuntural. En el otro extremo encontramos la intervención técnica en base a programas y centros de carácter intensivo con personas en situación de exclusión intensa. Se detecta por tanto, una ausencia de intervenciones intermedias de intensidad media, con cierto nivel de seguimiento profesional y aplicación de recursos (centros, prestaciones o programas) orientada a la prevención del deterioro de los procesos de exclusión y sobretodo a «amarrar», a consolidar los procesos de incorporación social y laboral más allá de los primeros resultados inmediatos, tratando de llegar a situaciones más estables y menos reversibles. Quizás el reto en el futuro consista en el desarrollo de recursos intermedios para la prevención de las situaciones de exclusión más extremas que en la actualidad preocupan a la entidad: personas con problemas de salud mental, familias monoparentales y/o en conflicto, o extranjeros en situación de riesgo social. Se trataría de priorizar las situaciones de exclusión intermedias (muchas de las cuales aparecen como reincidentes en los programas de Cáritas después de respuestas más «someras») y canalizar hacia estos sectores una parte de los amplios recursos que actualmente se dirigen a los programas de acogida y asesoramiento, a la vez que las ayudas económicas se reorientaban, con una concepción más instrumental, al servicio de los procesos de incorporación social en estos casos. 3. Del análisis de los diversos contextos sociales46 concluíamos la gran diversidad territorial en relación con la presencia de población extranjera, las dinámicas de los mercados laborales y el alcance de la protección social. Esta diversidad justifica un avance por el diseño específico de planes de intervención adaptados a las necesidades de cada territorio. Hasta el momento la propia inercia de la entidad, la sobrecarga de trabajo y la dinámica de transformación social, han propiciado un modelo de respuesta basada en la atención de la demanda. Quizás por ello no se distinguen estrategias territoriales de intervención que busquen la adaptación del volumen de recursos y la orientación de los programas a las necesidades de cada zona. Las prioridades que objetivamente se han ido construyendo en cada territorio, especializándose en un determinado ámbito del espacio social de la exclusión, no se deben sólo a las peculiaridades de la exclusión social en cada territorio (en Salamanca por ejemplo, con una población más envejecida, se atienden 46 Este análisis se incluye en el Documento de trabajo de Cáritas (2007) «Contexto demográfico e institucional de las provincias de referencia: Bilbao, Sevilla, Navarra, Salamanca y Valencia».

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III. Conclusiones

proporcionalmente menos ancianos que en Sevilla, con mayores problemas de exclusión en los jóvenes). Ciertas inercias institucionales parecen tener una parte importante a la hora de explicar a quién y cómo se atiende (otro caso claro es el peso de las personas sin hogar en Pamplona, donde Cáritas tradicionalmente ha asumido la responsabilidad principal de abordar este problema). Por ello, es necesario tener presente que los sectores excluidos que atiende Cáritas suponen una parte de ese espacio social que además es variable territorialmente, pero que, aun siendo muy amplio e importante, no representan todo el espacio de la exclusión social. La escasa presencia de gitanos en los programas de Cáritas, los bajos indicadores que presentan los inmigrantes comunitarios en ciertos aspectos, así como la diversidad en la composición que parece haber entre las diócesis que hemos podido analizar corroborarían esta idea. 4. En la actualidad, la ausencia de oportunidades laborales de algunos mercados laborales limita las capacidades de trabajo de inserción laboral realizado desde la entidad. En este contexto el esfuerzo de integración podría orientarse a la generación de oportunidades de inserción laboral dentro de la propia entidad o en fórmulas de empleo de inserción. En otros casos, la disponibilidad de puestos no cualificados en mercados laborales más dinámicos, prioriza la necesidad de dar el paso hacia la superación de situaciones de precariedad laboral, a través de procesos de cualificación y de apoyo a los trabajadores precarios en situación de pobreza. En los territorio caracterizados por la debilidad de la protección social del sector público (servicios sociales, rentas mínimas) se mantiene cierta especialización en la atención de Cáritas. Mientras que la red pública atiende a los colectivos con necesidades sociales «mas integrados» (discapacidad, personas mayores, jóvenes), Caritas sigue haciéndose cargo de los colectivos más excluidos (personas sin hogar, prostitución, drogadicción) y en la actualidad de las personas extranjeras. Sin embargo, en aquellos contextos caracterizados por una mayor disponibilidad de recursos públicos permite un modelo de especialización por recursos y no por colectivos. En los casos de Vizcaya y Navarra encontramos evidencias de una mayor coordinación de recursos entre ambas redes. Mientras que desde Cáritas se llevan a cabo intervenciones especializadas (centros de día, deshabituación), la red pública promueve el acceso a renta mínima, ayudas de inserción o recursos de vivienda. En estos casos la atención de Cáritas más inmediata y flexible favorece la primera acogida y cobertura de las necesidades más urgentes, mientras que la coordinación posterior con la red pública permite, en ocasiones, procesos de intervención más a largo plazo. Especialmente valiosas resultan algunas experiencias de combinación de apoyo personalizado que se realiza desde Cáritas con el acceso a una vivienda favorecida por el decreto de viviendas de integración en Navarra; o la combinación de apoyo personal y orientación legal a personas inmigrantes realizada desde Cáritas con las ayudas

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

a la inserción laboral que complementan los bajos ingresos por trabajo del Gobierno Vasco. Precisamente la posición de Cáritas frente al sector público es objeto de debate en el seno de la entidad en la medida en que la conciliación de las necesidades derivadas del proceso de atención directa de las situaciones de exclusión y la función de denuncia social resulta compleja. Es por ello que en esta reflexión de Cáritas en torno a su intervención en los procesos de exclusión resulta inevitable abordar el nivel de responsabilidad, en dichos procesos, de los factores estructurales tales como el modelo de política migratoria de los últimos años en este país, la dinámica del mercado de la vivienda, la creciente presencia de la precariedad en el mercado laboral, o las limitaciones de la atención pública en la cobertura de necesidades de las personas con problemas de salud mental. La cuestión planteada aquí radica en dilucidar cómo se sitúa Cáritas ante el fenómeno de la precariedad, la irregularidad o los límites de la protección pública. En cualquier caso, comprobamos como ante los intensos cambios producidos en el espacio de la exclusión social y a pesar de la complejidad de los retos planteados para la mejora de la intervención, la propia entidad se afianza en un amplio consenso en torno a sus principios orientadores: la atención de los «últimos» y la denuncia de las situaciones de injusticia social.

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anexo: doce relatos de vida de población atendida por cáritas

A continuación se presenta una selección de doce relatos escogidos entre los cuarenta y cuatro elaborados en la investigación. Tal y como adelantábamos en la presentación de este trabajo, la selección de los relatos se ha efectuado atendiendo, por un lado, a la representación del mapa diverso de situaciones atendidas por Cáritas y, por otro, a la potencialidad de los relatos elegidos para reflejar la complejidad de los factores que influyen en los procesos de exclusión e inclusión social. De igual modo se ha tratado de contemplar otros criterios como el género, la condición de extranjero o nacional, la intensidad de la intervención realizada desde Cáritas y la diversidad territorial (al menos uno o dos relatos por cada una de las diócesis de estudio). De este modo los relatos que a continuación se incluyen son los siguientes:

Nacionales

Extranjeros

Relato

Intensidad

Territorio

Varones

Ernesto Felipe Toni

Alta Alta Media

Sevilla Bilbao Valencia

Mujeres

Rita Matilde María Gloria

Alta Media Media Media

Salamanca Salamanca Bilbao Pamplona

Varones

Said Danny

Alta Alta

Salamanca Valencia

Mujeres

Luna Iana Margaret

Media Baja Baja

Salamanca Sevilla Sevilla

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

En el apartado de análisis ya adelantábamos algunas consideraciones metodológicas sobre la utilización que se ha hecho en este trabajo de la técnica de los relatos de vida. Entendidos como un producto que difiere de las historias de vida, al ser estas una versión más acabada sobre la vida de una persona, en la que se recogen de manera más o menos sistemática una serie de informaciones que completan, verifican y profundizan en la comprensión del caso. El relato de vida se reconoce más basado en el propio discurso del personaje sobre su trayectoria vital, tal y como es contada por él mismo. Nuestro producto, que se encuentra a medio camino, se basa preferentemente en el relato de la persona entrevistada, pero hemos incorporado en la medida de lo posible algunas informaciones complementarias en este caso derivadas del proceso de intervención de Cáritas. En este sentido los relatos son heterogéneos en cuanto que en algunos la claridad y riqueza con la que se expresaban los entrevistados ha hecho que sea su discurso el principal contenido de los relatos. En otros casos, el relato se ha construido en tercera persona estableciendo una narración integrada de los sucesos narrados por el protagonista, las valoraciones surgidas de la intervención o del propio entrevistador. El hecho de que los/as entrevistadores hayan sido profesionales o voluntarios/as vinculados/as a Cáritas aporta un valor añadido a los relatos al incorporar sus percepciones y valoraciones de los itinerarios. De hecho al final de cada relato hemos incorporado algunas consideraciones que los/as entrevistadores consideran claves para entender los procesos de exclusión e inclusión social en cada caso. El contenido de las entrevistas ha sido reordenado temáticamente y se articula en base a la diferenciación de etapas dentro de los itinerarios vitales. Estas etapas en la vida de las personas son diferenciadas por entrevistados y entrevistadores en función de sucesos vitales como la infancia, el matrimonio, el hecho migratorio u otros. (Antes de cada relato se incluye un resumen de contenidos y un eje cronológico que ayuda a orientar la estructura del relato). En cada una de estas etapas se recoge información sobre distintas dimensiones de la vida de las personas, sus relaciones familiares y sociales, sus formas de subsistencia, sus dificultades y su relación con los mecanismos de protección social, prestando especial atención a la relación establecida con Cáritas. Por último, se incluye un apartado de auto-percepción y valoración de la persona de su proceso vital así como sus posicionamientos de cara al futuro y la mencionada valoración final de los entrevistadores. Los nombres y referencias de las personas entrevistadas se han modificado o eliminado con el fin de preservar su intimidad así como las referencias a profesionales o servicios de la entidad.

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Ernesto* (Nacional con intensidad de intervención alta)

Ernesto tiene en la actualidad 47 años. Nació en un barrio obrero de Sevilla, de padres con escaso nivel de renta. Ernesto tiene una ligera minusvalía producto de haber contraído la poliomelitis de pequeño, mantiene algunas secuelas (dice no poder estar de pie mucho tiempo) si bien no tiene certificado de minusvalía que lo acredite. Trabajó muy joven de aprendiz en un carnicería, e hizo «vida de barrio», cayendo pronto en el consumo de heroína, que ha mantenido durante 25 años. Sus tres hermanos varones también tuvieron problemas de drogodependencia. Nunca ha tenido pareja, ni relación sentimental alguna, salvo una novia de adolescente. Cuando los padres se separaron, Ernesto se fue a vivir con su padre, cuando éste falleció, ocupó el domicilio familiar con dos de sus hermanos, que fallecieron poco después, uno a consecuencia del VIH y otro atropellado. El que aún vive se encuentra en un Centro de rehabilitación. Su hermana está casada y tiene hijos. Ernesto ingresa en el 2001 en el Centro de Día XXX de Cáritas en Sevilla, después de que lo hiciera uno de sus hermanos (el que falleció por VIH). Reconoce haber tenido antes de entrar en el Centro al menos dos tentativas de suicidio. Está soltero y no tiene hijos, no mantiene contacto con sus sobrinos. No posee antecedentes penales. Es de carácter tímido y muy reservado, volviéndose agresivo en ocasiones. Tiene diagnosticado trastorno bipolar de la conducta y está bajo medicación, que no sigue regularmente. Cobra el Ingreso Mínimo de Solidaridad. Su adaptación al Centro es deficiente y ha empeorado recientemente, recayendo en el consumo de drogas. Sus vínculos sociales se reducen a dicho Centro (se relaciona mejor con los técnicos que con los usuarios). En consecuencia, sus carencias afectivas en la actualidad son enormes. Sólo ha mantenido contactos muy esporádicos con su hermana y no mantiene relación con sus hermanos políticos. En el Centro presenta problemas de indisciplina y mal comportamiento, no adaptándose a los horarios ni a las normas, por lo que ha sido expulsado en varias ocasiones, si bien él mantiene el Centro como referencia, y aunque no entre, acude a sus cercanías a diario. * Criterios de selección del caso: varón, nacional, intensidad de intervención de Cáritas alta, fracaso (persisten factores de exclusión requiere del apoyo externo) (Sevilla).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Esquema de contenidos 1. Lugar y fecha de nacimiento. 2. Familia. 2.1. Referencias familiares básicas. Infancia. 2.2. Padres. 2.3. Los hermanos. 2.3.1. Hermanos naturales. 2.3.2. Los hermanos en su adolescencia. 2.3.3. Los hermanos en su juventud. 2.3.4. Relación actual con sus hermanos. 2.3.5. Sus hermanos. 2.3.6. Hermanos políticos. 2.4. Familia extensa. 3. Salud. 4. Estudios. 5. Vivienda. 6. Redes sociales. 7. Empleo. 8. Ingresos económicos. 9. Drogadicción. 10. Apoyos. 11. La vida en el centro de día. 12. Ocio. 13. Visión el mundo. 14. Discursos de auto-evaluación. 14.1. Se imagina cómo lo verán sus hermanos. 15. Visión de futuro. 15.1. En general. 15.2. Planes de vida en pareja. 15.3. Planes económicos. Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción.

1. Lugar y fecha de nacimiento Pues nací el 26 de octubre de 1958, tengo 47 años. Vivo en el Polígono San Pablo, desde siempre, en la calle xxxxxx. Eso está por la zona del Polideportivo, por delante de lo que es la autopista de San Pablo 47. 47 En este caso, dada la claridad y riqueza de matices con la que se expresa el entrevistado, hemos optado por incluir sus palabras de forma literal.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

2. Familia 2.1.

Referencias familiares básicas. Infancia.

Mi padre se llama Ernesto García Agudo. Y mi madre Angustia Sánchez López. Mi padre falleció hace ahora diez años, y mi madre hace cinco años. No recuerdo las fechas. (Según su expediente, el padre falleció en 1993 y la madre en 1998). Soy el segundo. Somos siete hermanos, nos llevamos tres años cada uno, los siete que… bueno, ahora somos cinco. Nos llevamos tres años cada uno. Mi hermano mayor se llama José Manuel García Sánchez. En mi casa faltaba mucho la comida, más que nada, faltaba mucho la comida. Mi madre más que ná sufría por eso, porque no… no tenía para acostarnos por lo menos con… con algo de comer, ¿no? Cuando venía mi padre había algo de más comida, porque siempre algo traía. Traía también… de los muelles pescao, lo poquillo que podía él a lo mejor pedir por allí, pues lo traía. Siempre había un poquillo de más comida cuando él venía… 2.2.

2.2.1.

Padres

Inicios de la relación entre sus padres

Por lo que yo pude escuchar (mis padres) se conocieron en el Corral del Conde (lugar de origen de la familia del padre). Mi madre estaba (vivía) con mi abuela en San José de la Rinconada. Y una vez que ya nació mi hermano (José Manuel, el mayor), vino ya del Corral del Conde para donde vivían mis abuelos, porque tampoco podían estar allí en el Corral del Conde, mi madre estaba muy (mal) mirá por la madre de mi padre, la familia ya no se miraba muy bien, porque ya estaban los dos tan encontraos… Se casaron y se fueran pa las casitas bajas de San Pablo. Eran mu chiquitillas, tenía una cocinita, y… dos cuartos. Teníamos que dormir… tos los hermanos en el mismo cuarto, y mi padre y mi madre, pues en su cuarto. Mu chico… 2.2.2.

El trabajo del padre como marinero

Y mi padre estuvo embarcao, se llevó bastantes años embarcao, no teníamos… la mitad de los días no teníamos pa comer, veíamos a mi madre sufrir mucho. Mi padre no le mandaba nada a mi madre… no sé el por qué no le mandaba nada… mi madre tenía que ir a las iglesias a pidir, por lo menos para que comiéramos nosotros. Mi padre era pescador en alta mar. Se llevaba muchos meses por ahí en alta mar, salía de aquí del puerto de Sevilla, se tiraba muchos, muchos meses. Vamos, años no se tiró pero se tiró bastantes meses que no lo veíamos. De mi padre empecé a tener recuerdos cuando ya dejó la mar y ya se empezó a quedarse aquí con nosotros. (En otro momento añade que el padre dejó la mar con 42 años, 10 años antes de morir, cuando Ernesto tenía ya 25 años).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

2.2.3.

Relaciones con ambos padres

Yo tenía muy buenas relaciones con mis padres. He tenido unos padres muy buenos, estoy muy orgulloso de ellos, de los dos. Y regalos me daban, que me los conseguía mi madre por las iglesias. Mi padre no me traía regalos, no podría él. Tampoco jugaba yo con mi padre. Como padre me trataba fenomenal, vamos. Nunca me ha puesto mi padre una mano encima, nunca, nunca. En la edad que tengo nunca me han puesto una mano encima. No me castigaban nunca. Mi padre, cuando podía, pues sí hablaba conmigo, y cuando no podía, pues no hablaba conmigo, porque él también tenía que buscarse lo suyo pa mi casa, ¿no? Hablaba poco, con mis hermanos también hablaba poco. 2.2.4.

La madre en la infancia de Ernesto

Éramos todos muy chicos, mi madre la veíamos que estaba sufriendo mucho, que no… más que ná porque, como no tenía para darnos de comer, empezó a ir a las iglesias, a pedir ayuda. Le daban ayuda, chispa más o menos iba a pedir ayuda más que nada por mí, porque era el que peor… la estaba llevando. Y mi madre lo único que quería era curarme y verme andar, como empecé a andar. Mi madre empezó a trabajar limpiando bloques, así empezó ella chispa más o menos a mantenernos a los cinco. Llevando la casa y nosotros ayudándola en lo que podíamos. (En su expediente consta que la madre, parte de su trabajo de limpiadora, trabajó durante muchos años en la Feria de Abril vendiendo churros). 2.2.5.

Trabajos posteriores del padre

Mi padre estuvo mucho tiempo sin trabajar, hasta que encontró una… empresa que estaba allí en San Benito, de cristalero, de poner cristales. Y ahí se llevó bastantes años trabajando de cristalero. Esa época fue un poco mejor, porque ya estuvimos un poquito más unidos pero… no… no vino para disipar, sino que ya todo iba para mal, todo ya para mal, para mal. (Según consta en los expedientes del Centro, el padre fue cristalero antes que pescador). 2.2.6.

Problemas de convivencia y maltrato entre sus padres. Separación

(En el expediente del centro consta que los padres se separaron cuando él aún estaba estudiando). Ya vinieron las peleas, los enfados… ya empezaron las peleas entre ellos dos. Era yo todavía chico. Yo veía ya que la cosa estaba muy mal, ya vinieron… las palizas, ya vinieron… todo lo malo, yo viéndolo… me decían que me acostara, yo no podía ver a mi padre… hablar con mi madre en el cuarto (se le hace un nudo en la garganta), porque yo sabía, chispa ya más o menos, a lo que iban. Él ya empezó a beber. No sé el por qué, pero ya empezó con… todo vino a causa de la bebida, de que él también veía de que lo que quería para nosotros no nos lo podía dar, el también veía a mi madre también sufrir, pero no sé por qué ya vi-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

no esa relación que ellos… no sé. Cuando chispa más o menos empezaron a venir las peleas y ya la mala vida nos cogió mi madre a tós, nos llevó a la Rinconada, porque ya empezó mi padre ya… cada vez que venía, todas las noches ya le pegaba, eso no lo podíamos consentir por… por nada. Cuando le pegaba a mi madre, mis hermanos se metían por medio, también. Ahí el que se metía más por medio era mi hermano el mayor y yo, éramos los más grandecitos, que éramos los que más o menos estábamos viendo cosas que no debíamos de ver, ¿no? Eran muchas palizas, muchas veces venía mareado, y ya se liaba la cosa ya. Ya no… Era celoso mi padre, un poquillo… Yo po más o menos las peleas es cuando se enteró mi padre que mi madre estaba con… estaba saliendo con otro hombre, ¿no?, seguramente pues se enteraría mi padre, y eso ya pues seguramente ya él no… no lo aguantaría, ¿no?, no lo aguantaba. Ese fue el hombre que estuvo ya viviendo con ella por última vez, estuvo con mi madre quince o veinte años, era yo chico. Mi padre también se llevaba muchas veces fuera de aquí, en la mar, y… y ahí vino ya tó… los problemas, ¿no? Mi madre también tuvo un poquito de culpa, ¿no?, porque ella también muchas veces también lo sacaba ¿no?, a él también, muchas veces. Y nosotros pues se lo decíamos ¿no?, «omá, po mira, po… si viene mi padre… no le digas ná, no…». Pero muchas veces también venía mi padre y ella le… le sacaba, ¿no? Le… pinchaba y él, pues normal, también, pues eso también creo que le dolería, ¿no? Unas veces él nos decía que no nos metiéramos en ná, pero no nos podíamos tampoco… quedarnos quietos. Vamos porque era mi madre, y no podíamos consentir de que tampoco abusara de ellas, ¿no? Ya venían las noches cada vez ya más malas, ya mi padre le parecía que se ponía ya peor, mi madre ya cuando lo veía venir, también ya… lo pisaba un poco, ¿no?, que también estaba mal hecho, ¿no? Porque por parte te hablo de uno y por parte te hablo del otro que tuvieron mucho la culpa entre los dos. Uno por parte de una cosa y otro por parte de otra. Estábamos unos cuantos que ya habíamos nacido, ya empezó ya la mala vida, mi madre ya la veíamos ya que estaba ya la pobre muy… se separaron de mi padre, nos fuimos a vivir a Torreblanca… ya había salido ya del colegio, catorce o quince años tendría yo… Eramos cinco hermanos. 2.2.7.

Se va a vivir con su padre después de la separación. Muerte del padre

Fue una vida muy dura. Antes de morir mi madre, pues iba yo a Torreblanca (a la casa de la madre), y vivía yo con mi padre. Un par de años antes de que muriera mi padre iba yo todos los días a ver a mi madre allí a Torreblanca, porque yo no quise… una vez que me estuve con mi madre, yo no quería dejar tampoco a mi padre… abandonado. Yo no quería… Y yo se lo dije a mi madre. Le digo, mira, yo sé que tú te has ido de la vida de mi padre…, y llevaba (ella) la vida que llevaba tan dura, pero yo no consentía de tan poco… de irme con mi madre y de abandonar a mi padre. Y con él es con el que he convivido estos años. No podía abandonarle. Yo no podía dejarlo solo. No me permitía el cuerpo, abandonar a mi padre. Estuve con mi madre viviendo los primeros años, nos fui-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

mos todos pero… no, me tuve que ir con mi padre. Mi padre murió con 52 años, de cáncer, dejó la mar diez años antes de morirse. (Permaneció con su padre hasta que éste murió, en 1993, después siguió ocupando el piso de la familia, que ambos compartían). 2.2.8.

El nuevo compañero de su madre

El hombre que estaba con ella (el compañero de su madre), te voy a decir una cosa, se ha portado muy bien con ella… sí, sí. Se lo ha dado todo, le compró una buena casa, en Torreblanca. No puedo tener queja de ese hombre, Antonio se llama. Apoyó a mis hermanos en todo lo que ellos quisieran, estaban ahí para apoyarle. En el momento que se enteró que mi madre murió, al poco tiempo murió él también. No sé de qué murió, fue… de pronto. Era un hombre joven, un poco más joven que mi madre. Le dio a mi madre tó, tó… Mu bueno. Y si era para nosotros, más todavía. Mucho más. Y nosotros estábamos metidos en lo que estábamos metidos, y a ese hombre no le importaba arruinarse para podernos ayudar. Ese hombre era soldador, tenía muy buen sueldo, tenía muy buen trabajo y mu... estaba mu bien. Mi madre tuvo mucha suerte con él, conoció a ese hombre, muy bueno, muy… Hombre me dolía mucho que no estaba durmiendo con mi padre, ¿no?, pero… yo lo que quería era… 2.2.9.

La muerte de la madre

(Según consta en su expediente, la madre fallece por problemas de corazón en 1998). Mi abuela ya había muerto. Ya estos últimos años, ya… murió mi padre, y ya murió mi madre en el momento que, chispa más o menos, se enteró de lo mío. Lo que no te conté fue cuando… cuando me llevó mi madre por primera vez a la Cruz Roja, que estuvimos allí en la Cruz Roja antes de entrar yo aquí, pa ver si me podía quitar de la droga, y estuvo allí hablando de la Cruz Roja, y cuando salimos de la Cruz Roja, me dijo mi madre de que… estaba mu contenta, por la fuerza de interés que yo estaba poniendo pa quitarme… pa salir de lo que quería salir, ¿no? Y al salir por la puerta, pues me preguntó mi madre pues «Ernestito, me encuentro muy mala», y yo le dije «mamá, eso será de la alegría que tú tienes, de… querer que yo me quite de la droga, ¿no?». Pero ahí se quedó la cosa de que cuando llegué a mi casa, me llamaron y me dijeron que mi madre había ingresado por la noche. Y dije pa mí, «joder, si yo he estado con mi madre por la mañana en la Cruz Roja, cómo es que ahora por la noche…». Y ya me acordé yo de que mi madre me había dicho de que se encontraba muy mala. Y… por la mañana, fui al hospital, la estuve viendo, le dije que cómo se encontraba, donde ella me dijo que se encontraba muy mal… Total, estuve hablando un poco con ella, de que yo quería quitarme de la droga, y me dijo que aunque ella no saliera del hospital por lo que fuera, de que yo no me acobardara, de que fuera siguiendo yendo a la Cruz Roja, pero… a los tres días pues fui a ver otra vez a mi madre y ya por la mañana había muerto (rompe a llorar). Más que ná lo estoy haciendo por mí y por ella, ¿no? Yo lo que quiero que ella me vea que estoy bien,

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

¿no?... Me trae muchos recuerdos. Mi madre siempre estaba más a mi vera, estaba más cercana… siempre estaba detrás mía, siempre estaba… Ya cuando me enteré de que ya se me fue, es cuando dije «qué va, yo voy a hacer lo que sea por dejarla, por lo menos para dejarla a ella tranquila» (sigue llorando). Yo creo que ella se enterará desde el cielo, espero que sí, vamos yo creo que sí... 2.3. Los hermanos

2.3.1.

Hermanos naturales

Éramos cinco hermanos y dos hembras. El mayor, y el de en medio también, se metió ya en el tercio, estuvo allí 23 años, en la legión, José Manuel, el mayor. Y Ángel se metió en la legión también, y ya estuvo menos. Me llevaba muy bien con mis hermanos. Muy buenos hermanos, muy buenos recuerdos. 2.3.2.

Los hermanos en su adolescencia

Mis hermanos, pues ya una vez que yo empecé a trabajar, ya… cada uno ya empezó a tirar para un lado. Y vino la cosa ya a peor, ya… vino la cosa ya a peor. Las dos niñas más chicas que nosotros son las que ya se quedaron… (en la casa). 2.3.3.

Los hermanos en su juventud

Y la vida de mis hermanos en esos momentos, ya muy mala… ya tirados por ahí, ya… en vez de uno ya no era uno, era otro, ya no era otro, éramos tres, ya no eran tres, éramos cuatro. Y ya cuatro no era lo mismo que uno. Y cuando ya mi madre se enteró que los cuatro habíamos caído ya en la droga, ya eso ya… la mató (se emociona, pero reprime el llanto). En el momento que se enteró de lo mío… porque lo de mis hermanos… se lo olía, y lo sabía, que empezó a ayudarlos, ellos no querían que la ayudaran, y cada vez ha ido a peor, a peor. Ellos trabajaban… pero tampoco era un trabajo… Mi hermano uno trabajaba de repartidor de bombonas, el mayor hasta que se fue ya a la legión, muy chiquitito, a los dieciséis años, ya se metió en la legión. Estuvo allí veintitrés años y a los veintitrés años ya… se vino. En Ceuta. Allí vivía la hermana de mi madre. Los otros no trabajaban nada… El colegio no.., aunque sí sabían leer y escribir, fueron a un colegio que había allí en el barrio. No encontraban ningún trabajo, se hartaban muy pronto, se hartaban muy pronto. 2.3.4.

Relación actual con sus hermanos

Me llevo igual con todos mis hermanos. Con el mayor era con el que más… me ayudaba, el que menos tenía era él y siempre buscaba para ayudarme a mí. Si nos vemos (ahora) nos saludamos, por supuesto. Yo a ellos y ellos a mí. Pero no nos vemos. Murieron mis padres y cada uno… al morir mis padres ya cada uno tiremos para un sitio y ya dejemos de vernos. Ya no sé ya nada de ninguno. No nos hemos vuelto a ver.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

2.3.5.

Sus hermanos

2.3.5.1. Ángel (De este hermano contó antes que estuvo en la legión, al igual que su otro hermano José Manuel). Me llevaba con Ángel… sí y no. Más bien para mal. Porque ya se tiró a una vida que era ya imposible, vivir con él, y estar con él, no… Y también en lo que estaba uno metido... que era ya imposible estar juntos. Ángel ingresó aquí (en el Centro), muy malo, estuvo un par de años estuvo aquí en la casa. Y yo no sé lo que le pasó, que cuando mejor se encontraba, cogió y se salió. Yo ya también empecé a juntarme con… buenos chavales, pero habían caído todos en lo que es la droga. Ángel no tuvo hijos. También estuvo en la droga, y falleció también de lo mismo, de la droga, de uve hache (VIH). Pues hace… que yo sepa y recuerde más o menos, cuatro o cinco años. (En el año 2.000, a los 25 años, según el expediente del centro). El cuando quería venía a verme, y cuando no quería no venía a verme, y esa era su vida. Ángel también ha estado en la cárcel, por lo mismo que mi hermano mayor (por robo y venta de drogas). Yo a mi hermano a lo último lo veía muy mal, que yo a mi hermano lo perdía, ¿no? Porque ya estaba en una situación que yo a mi hermano ya no… era ya imposible de… de recuperarlo. Estuvo aquí un tiempo aquí en la casa (en el Centro de Día), dos años, chispa más o menos. El empezó a pincharse y cogió la enfermedad. Mi hermano falleció por el problema que tenía del uve hache ese como se llame. Yo, es que como eso no lo he tenío, ni lo tengo, pues no… tampoco conozco mu bien esas cosas, ¿no? Lo poco que sé es porque lo he escuchado de la médica, de Sole, y por médicos, ¿no? 2.3.5.2. José Manuel

Es el mayor. Una vez ya que estábamos separados, ya empezó a ver cosas que estaba viendo yo, y cogió y se hartó de lo que estaba viendo y se metió en la legión muy joven, hasta antes de… que murió, vamos, que murió por un accidente de un coche. Murió ya fuera de la legión, cuando lo mató el coche estaba ya afuera de la legión. Iba andando. Aquí en Sevilla. En el puente, ya antes de llegar a Torreblanca, que estaba muy alumbrado por el bajo, que es un túnel, pues ahí lo atropellaron, a las cinco de la mañana. Salió de aquí, se puso la mar de bien. Yo cuando lo ví me alegré mucho, de que mi hermano… estaba bueno, lo veía muy bueno, pero yo no sé lo que le pasó, que dejó el centro y se vino a vivir conmigo. Ya, al venirse a vivir conmigo, yo no podía dejar a mi hermano tampoco durmiendo en la calle, como estaba durmiendo, y me lo llevé a mi casa. Ya una vez ya que mis padres habían fallecido, me dejaron mis padres a mí el piso, pa mí, porque como se fueron todos mis hermanos y se casaron, me dejaron el piso a mí. Y yo pues lo recogí. Y al recogerlo pues se llevó bastantes años ya en la mala vida. Las noches… no venía, siempre venía con cosas que no… eran buenas. Siempre tirado por ahí, siempre con dinero, no sé donde lo buscaba, pero siempre traía dinero. Todo era para los mismo, para droga. Droga, droga, droga, droga. Y yo

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

también me veía también en la droga, y sin padre, sin madre. Y no se ya como podíamos salir de eso. Cada vez íbamos a peor, a peor. Mi hermano vino una noche un día a verme, de Ronda, y encontró a un amigo mío, se saludaron. Yo, cuando ví a ese amigo mío yo algo sabía que iba a pasar. Porque llamó a mi hermano… yo al ver a mi hermano que se iba con él, no dejaba de verlo, porque algo se traían entre manos. Yo ví que el otro le pasó un… le pasó un… bote de pastillas, se las vendió. Estaban allí en mi casa los dos acostados, le pasó un bote de pastillas, y empezó a tomar pastillas allí en mi casa. Y una vez que estaba allí en mi casa, allí acostados, allí los dos solos acostados, yo no sé lo que les pasó que en ese momento se levantó en busca de droga. Y yo le dije: «chiquillo, donde vas a las cinco de la mañana, cuando te has hartado de fumar droga, y ahora te levantas… te has tomado las pastillas y ahora te levantas buscando droga…» y cogió y se levantó a las cuatro y algo de la mañana, se fue andando hasta Torreblanca, yo toda la noche esperándolo, no venía, no me creía que mi hermano… a las nueve de la mañana, toda la noche pensando que a mi hermano algo le había pasado. Se llevó cadenas de oro que tenía guardadas, reloj, se las llevó hasta Torreblanca, yo no sé lo que haría que… que cuando tuvo el topetazo, se le había desaparecido todo lo que llevaba, la Guardia Civil dice que allí no habían encontrado ni oro ni… droga ni nada, ni pastillas. Y yo le dije «mire usted, que mi hermano se ha llevado de aquí oro, se ha llevado de aquí…». «Pues cuando nos hemos encontrado del accidente de tu hermano, pues allí no habemos encontrado ná». Es que se levantó a las cinco de la mañana, yo no sé lo que le pasó, que se levantó de momento, y se fue para Torreblanca, yo no sé ya lo que lo que hizo allí en Torreblanca, seguramente iría a buscar… droga. Iba muy empastillado, y en vez de meterse en el puente por arriba, pues se metió por debajo, por debajo es una acera muy estrecha, que pasan los coches muy corriendo, y esa pastilla pues… da mucho… vas andando y te vas tambaleando mucho. Y por lo que se vé se tambaleó y el que venía pues lo sacó fuera del puente, se lo llevó del puente. Es que si el otro no le llega a dar las pastillas, mi hermano … no se pone como se puso ni va adonde fue. Tó, ahí vino tó a causa de las pastillas, ¿no? El otro, chispa más o menos, también sabía que mi hermano no podía tomar esas cosas, porque las tenía prohibidas por el médico, ¿no?, porque era mu violento, cuando tomaba pastillas era mu de eso, buscaba pelea con ná… hacía cosas que… no debía de hacer, y las hacía con las pastillas. Mi hermano ha estado mucho tiempo en la cárcel, ha estado bastante tiempo… por venta de droga, robo… cosas así. Tendría más o menos treinta y algo de años (cuando murió) (según el expediente, murió a los 43 años). Un año y algo estuvo conmigo. José Manuel tuvo con la primera (mujer) un hijo, y con la segunda… una muchacha que conoció en Ronda tuvo tres, dos niños y una niña. 2.3.5.3. María del Mar

Era una de las más chicas. Las hembras se llevaban un poquito mejor con ellos (con los padres), con los dos, muy bien. Fue al colegio, mi hermana sabe leer y escribir. Creo que se salió (del colegio) antes de lo… preciso, porque le hacía ya falta a mi madre en mi casa. Y la tuvo que sacar del colegio, para poderla

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

llevar a mi madre las cosas de la casa y… cositas así, ¿no?, que mi madre no… No podía, mientras estaba también buscando cosas para mí, ¿no? porque la necesitaba a ella, pues la tuvo que llevar a mi casa y tenerla allí… María del Mar vive… vive ahora ahí en Ronda…. De María del Mar… desde que murieron mis padres, ya dejemos ya de vernos, y hace ocho o nueve años que no nos vemos, y aquí tampoco sé nada de ellos. Y antes de que se murieran mis padres, pues ya mi hermana ya se casó, se fue a vivir a Ronda con el marido, que es militar, y muy bien. Tienen un niño y una niña. (En los últimos meses ha existido un contacto telefónico en un par de ocasiones, él le comenta que lleva 3 años en el Centro y ya no consume, plantean la posibilidad de verse en Sevilla o en Ronda en algún momento). 2.3.5.4. Francisco Javier

Francisco Javier va detrás mía, tiene 3 años menos que yo. Hace ya varios años se fue a un centro que hay en Algeciras, de drogodependencia. No lo veo yo… hace ya bastantes años que no lo veo. Lo último que sé de él es que se fue para un centro de ahí de Algeciras y ahí se metió, y ahí sigue, ¿no? (Centro de rehabilitación BETEL, dependiente de la iglesia evangélica). Francisco Javier tiene un hijo. 2.3.6. Hermanos políticos Dos de mis hermanos, un niño y una niña eran de otro hombre (se refiere al compañero de su madre, una vez que se separó de su padre), los tuvo mi madre una vez que se separó de mi padre (si es así, no se explica que uno de ellos lleve los apellidos del padre de Ernesto). Un niño y una niña, son los más pequeños. Han tenido mejor vida que nosotros. Han estudiado. No sé lo que han estudiado. Jesús y María José. (En el expediente consta con el nombre de Rosa, no de de María José. Rosa no es hija del padre de Ernesto, pero lleva su apellido). Ella creo que trabaja, en una zapatería creo que está trabajando. Jesús siguió con sus estudios, llevo ocho o nueve años que no veo a ninguno de mis hermanos. Jesús estaba casado pero no tiene hijos, y María José tampoco, Tendrá unos veinte años, ella era la más chica y Jesús era el quinto, tiene veintitrés (en el expediente se dice que Jesús tiene 40 años, lo que parece más coherente). Jesús, por lo que me habló un amigo, dice que tiene un negocio por Sevilla Este, pero no se más nada (al parecer regenta un bar, según el expediente). No sé ni como están… yo sé que está bien, pero más no… no los veo, durante esos años dejé de verlos (desde la muerte de sus padres). 2.4. Familia extensa

2.4.1. Generalidades Mi padre, la familia de mi padre es del Corral del Conde, por ahí por Santa Catalina. Eso era un patio de vecinos muy famoso. Por parte de los padres de mi madre, los conocí muy poco, vivía en San José de la Rinconada.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

2.4.2.

Relación con la familia de la madre

Mucha relación no teníamos. Una hermana de mi madre, Mercedes, la veíamos de vez en cuando. Cuando ella venía, la veíamos. Ella vivía muy cerca, no podía estar mucho tiempo tampoco con la hermana, porque también tenía muchos niños. Mis otros abuelos, los de mi madre, los ví muy poco. Los conocía pero… muy poco, estuve con ellos muy poco tiempo. 2.4.3.

Relación con la familia del padre

Por parte de mi padre... también casi igual, teníamos poca relación con mis tíos. La única relación que teníamos es con mi abuela, con la madre de mi padre, Teresa. Me llevaba muy bien, muy bien con ellas. Mientras yo estuve viviendo con mi padre, ella estuvo bastante… ella estuvo varios años con nosotros ayudándonos. Y ayudando un poquito a mi madre también. La madre de mi padre se llevaba muy bien con todos.

3. Salud 3.1.

La enfermedad infantil: estancia en San Juan de Dios

Chispa más o menos como me contaron mis padres cómo yo nací, cómo me pudieron traer al mundo, y lo que me pasó todo eso fue… Tuve dos años, a los dos años tuve unas calenturas mu fuertes, con paralí (sic), ingresé durante varios años en San Juan de Dios (se refiere al centro educativo-hospital de San Juan de Dios), sin poder andar. Tuve todo el cuerpo paralizado, todo a base de aparatos… tenía paralí en las piernas, me entró una paralí mu fuerte, y me quedé sin andar. Y conseguí andar a base de operaciones, y muchos buenos médicos que tuve alrededor mía… Yo tengo cuatro operaciones en una pierna. Yo con esa edad estuve en San Juan de Dios… entré con dos años en San Juan de Dios. Ahí ya me tiré unos pocos de años, yendo al colegio San Juan de Dios a Alcalá, estuve cinco años. Lo más seguro es que mi madre conseguiría seguramente algo para… ayudarme para comprar los aparatos que yo necesitaba, y para pagar las operaciones seguramente algo. Mi madre iba a las iglesias y a Cáritas, para que me dieran la… los aparatos que yo necesitaba yo para las piernas. Las botas, porque yo… me tenía que poner unas botas especiales para poder andar, y para que los pies no se me desenformaran. Secuela de la enfermedad no se me ha quedado ninguna, gracias a Dios (tiene una pequeña cojera). A través de las iglesias hablaron con mi madre y le explicaron cómo era aquello (San Juan de Dios), y cómo me podían tratar, ¿no? (…) Muchas operaciones, muchas… Mis hermanos no tuvieron enfermedades, hasta que empezaron a meterse a la droga. Me traían en autocar y me quedaba aquí interno aquí en San Juan de Dios, en Luis Montoto, vamos, detrás del campo del Sevilla. 3.2.

A salvo del VIH

Nunca he tenido enfermedades, siempre he sido una persona muy dura. A la hora de la verdad, muy dura. Eso es de lo que más orgulloso estoy. Me he

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

librado del VIH, yo de eso no… estoy libre. Eso me han dicho los médicos: «Tú metido en la droga y tú nunca…». Vamos, nunca he probado la abuja (la jeringuilla), es que no… malo, me han ofrecido por la abuja y… y no. He preferido sufrir antes que la abuja. Yo, al meterme una abuja, yo sabía que eso era mi muerte, más que nada por las enfermedades ya que había. Fumarlo ya era menos riesgo que meterse la abuja. 3.3.

Estado actual

Yo siempre soy fino, yo he ido a hablar con la médica y me ha dicho que no me preocupe, de que me dice la gente muchas veces «quillo, debes de comer un poquito más», pero comer, como. Si cuando tengo ganas como, cuando tengo hambre pues me harto de comer, pero yo siempre me veo en mi mismo peso, vamos… que me encuentro bien. Que aunque sea finito, yo me encuentro muy bien, muy… más que nada fuerte. Yo me encuentro muy bien.

4. Estudios 4.1.

Inicios. Referencias generales

Mis padres querían que estudiáramos, que no estuviéramos tirados en la calle, como ya empecemos a tirar a la calle. Yo estudiar… no estudié porque no me gustaba el colegio. No echaba cuenta, nada más que echaba cuenta a mi familia, en que yo veía que no iba bien, que la cosa se podía perder como se perdió… 4.2.

El Colegio San Juan de Dios

El colegio no… no lo aproveché. Estuve… entré a los dos años y algo… y salí a los catorce o quince años. Allí no me podía salir y hacer lo que yo quería, pero encontraba siempre… era una persona que me gustaba siempre estar solo, acurrucado en los rincones. No sé yo lo que me pasaba en esos momentos, pero me daba miedo de… de las cosas. Tuve muy buenos amigos. Tenía amigos, pero… me acuerdo de muy pocos. Tenía muy pocos amigos, los nombres no me acuerdo. Tenía pocos, pero tenía varios amigos muy buenos. Jugaba muy poco porque yo no… ellos jugaban siempre al fútbol y a todo eso, y yo, como no podía jugar, pues siempre me quedaba sentado, viéndolos a ellos, ¿no? Sí, me quedaba fuera siempre de ello. También se metían conmigo, pero ya después se hicieron mu buenos amigos míos y… De niño eso es normal, ¿no?, que andaba mu malamente, y que por qué me caía tanto, que eso a ellos no le pasaba, que me caía mucho, ¿no?, y era verdad, me caía mucho, andaba, pegaba unos pasos y ya me caía… las piernas se me aflojaban. Allí tenía también buenos médicos. A los cinco añitos ya empecé a andar. Me buscaron mu buenos aparatos, me buscaron… las iglesias. Y ya empecé a andar, a andar, a andar. Y hacía mucho deporte. Lo que yo hacía más que nada para menear el cuerpo era… la piscina, para que el cuerpo… moviera siempre el músculo de todas las partes del cuer-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

po. El ambiente del colegio era mu bueno, unos profesores mu… tó mu bueno, mu bueno. Tengo mu buenos recuerdos de San Juan de Dios, porque había muy buena gente alrededor mía. Estaba muy bien.. Iban a verme mi gente y… estaba muy bien. Venía a verme mi madre. Los veranos pues me daban permiso (en el colegio) para estar con mis padres en mi casa. El ambiente que había era mu malo, porque se veía que estaba la cosa… que la veíamos cada vez peor, la veíamos ya mu fea… 4.3.

Después del colegio

No tenía planes ninguno cuando salí del colegio. Dejé de estudiar porque no… no me gustaba. Tampoco mis padres podían estar todo el día… encima mía.

5. Vivienda 5.1.

Cambio de domicilio al piso de San Pablo

Primero empecemos a vivir en las casitas bajas, en lo que eran las casitas bajas del Polígono San Pablo y después empezaron a reconstruir los pisos, y las casitas bajas las tiraron y nos dieron un piso aquí en el Polígono de San Pablo. Una vez viviendo en las casitas nos dieron el piso, tiraron las casitas y mi madre echó la solicitud para un pisito, y le dieron el piso. En las casitas estuvimos… unos diez años, más o menos, muy poco. 5.2.

Vivienda actual

(Según consta en su expediente, en el Centro, se comienza a considerar el arreglo de su casa desde mayo del 2005, el asume el gasto de las labores de limpieza inicial, un total de 28 horas, lo que le supone abonar un importe 285 euros, procedente de sus ingresos de Salario Social. También tiene bastantes recibos atrasados de la comunidad, que consigue ir pagando poco a poco, tras gestiones realizadas del centro con el presidente de su comunidad). Yo estuve con mi padre, hasta que se murió y ya empecé yo (vivir) aquí. Vivo en el polígono San Pablo, yo vivo allí en un pisito, que me está ayudando mucho el centro, que me lo están arreglando, y… muy bueno, muy bien. Es la misma casa en la que vivían mis padres, por lo que es la autopista de San Pablo, los pisos que hay enfrente. El piso tiene tres cuartos, una cocina, el comedor y el cuarto de baño. Está mu bien. Me lo pintaron y está mu bien, me lo arreglaron, me lo están arreglando todavía. Mi casa todavía está a nombre de mi padre, ahora estamos cambiando los papeles. Me trae muchos recuerdos esa casa. Buenos… y malos. Pero también muchas cosas buenas. No paso mucho tiempo, porque cogí unas depresiones con el piso, de que subía y… yo veía mi casa sola, no veía… nadie, entraba en los cuartos y… estaba todo solo. Y eso pues me recordaba muchas cosas. Y ya, poco a poco, pues he ido entrando, con un poco de miedo, pero he ido entrando, y… voy entrando cada vez mejor, ¿no? Ya

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veo el piso un poco más cambiado, veo… menos recuerdo… estoy cambiando muchas cosas, porque las cosas que habían me traían muchos recuerdos. Y hombre, gracias a dios… tengo un sitio donde más o menos meterme, ¿no?

6. Redes sociales 6.1.

Amistades en la calle, de adolescente

En verano salía con los amigos, hasta que ya me junté con… buenos amigos, pero no eran tan buenos. Eran buenos, pero… una vez que también ya cayeron en la droga, ya no… ya no era lo mismo. 6.2.

Relaciones con los vecinos

Siempre he tenido muy buena gente alrededor, me han querido mucho, me siguen queriendo, he tenido muy buena relación con la gente del barrio. Vecinos, gente de allí de la barriada. Muy buena. Todavía las conservo. Tengo muchísimos amigos allí. Gentes mayores, y chavales jóvenes, de mi edad, gente de por allí, llevan bastante tiempo viviendo allí. Las conozco desde niño, desde que… nos fuimos a vivir allí todos, y allí nos conocimos, y hoy en día están la mayoría todos casados ya, ¿no? 6.3.

Amigos en la actualidad-Introversión

Tengo muy buenos amigos aquí (en el Centro), aunque a veces me riñen porque me separo de ellos, tampoco sé el por qué, siempre quiero estar solo, no quiero hablar con nadie. De momento, ya cuando se me pone uno a hablar, ya estoy ya en cualquier rincón de la escalera solo, no quiero hablar con nadie. Gloria me ha reñido mucho. En el momento en el que me veía en el rincón ya me estaba ya… riñendo, porque no me quería ver solo. Porque ella sabía que al sentarme solo en cualquier sitio, era ya otra vez… pensar en lo mismo. Que es lo que ella me quería quitar de la cabeza, ¿no?, siempre en lo mismo. He hablado mucho con ellos (con los compañeros del Centro), pero que muchas veces… (….) ellos muchas veces los chavales no se acercan a mí, porque dicen «me voy a acercar a Ernesto, le voy a hablar a Ernesto y me va a decir: quillo, déjame a mí ya, hombre ya…». Yo hablo porque estoy aquí contigo, y a lo mejor mañana me siento ahí y… no quiero hablar con nadie, vamos, ni con el equipo. 6.4.

Amistades actuales

Tengo muchísimos amigos. Muchos que perdí con esto de la droga, ahora los he vuelto a recuperar, he recuperado mucha gente, mucha, mucha, mucha, he recuperado. Porque era lo que yo quería, ¿no? Gente buena, como siempre he estado… y saludan, y si hace falta salir salimos, pasear, paseamos… muy bueno, muy buenos amigos tengo ahora. De la barriada. Y más los que tengo aquí en el Centro.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

6.5.

Relaciones con mujeres

Con mujeres… pues muy poco. Vamos tan poco como que no era hombre de ir en busca de mujeres, no me gustaban las mujeres que iba a buscar. Tuve una novia, tenía yo catorce o quince años, estaba yo todavía en la carnicería. Con ella estuve un par de años, antes de que se la llevaran los tíos de ella, los tíos de ella pues se la llevaron y ya no supe de ella… La última vez que la ví, la ví junto a un niño, pero ya no… No he tenido novias después, ninguna. Hombre, si te pones a buscar… encuentras. Pero sin dinero y tirado como estaba por ahí… ¿qué mujer iba a buscar uno? Hay compañeros que han tenido sus parejas, pero es porque estaban ya casados… pero yo no estaba ni casado, ni tenía… Y ahora, pues… pues sí me lo quiero plantear, porque a mí me gustaría buscarme… He conocido gente que me ha gustado. Porque yo ahora mismito… para decir… estoy solo. Yo ahora mismito no tengo a nadie nada más que al Centro, y si yo me voy del centro pues… no sé. Es que esto es muy duro, yo al irme del Centro, me parece a mí que… empezaría otra vez con lo mismo, otra vez con lo mismo.

7. Empleo 7.1.

Al salir del colegio

(Cuando salí del colegio) bueno sí, intentaba siempre trabajar, pero no… no encontraba cosas que a mí me… que tampoco podía con las piernas en esos momentos, como estaba, porque me cansaba muy pronto. Cuando estaba de pie me cansaba muy pronto, yo tenía que encontrar un trabajo más o menos, un trabajo que podía estar sentado, sin coger mucho peso, chispa más o menos… 7.2.

El trabajo en la carnicería

(Según consta en los expedientes el centro, estuvo entre 7 u 8 años trabajando en una carnicería de su barrio, de los 15 a los 22 años). Empecé a trabajar, estuve trabajando de aprendiz de carnicero, en el polígono San Pablo, con dieciséis años, en la carnicería. Y muy bien. Estuve varios años con… aprendiendo, aprendí pero era una cosa que tampoco me volviera poco. Me gustaba, ¿no?, me gustaba, pero que no… no me veía contento para estar allí mucho tiempo. Y con el carnicero, muy bien, ya la dejaron esa carnicería, estaba en el polígono San Pablo, en la calle xxxx. Iba bien la carnicería, los primeros años iba bien, ya se metió otro primo por medio y ya no… Estuve tres o cuatro años en la carnicería. Me salí yo. Me gustaba pero no… no me sentía yo muy bien. Yo lo único que quería era estar con mis amigos, irme por ahí con ellos, y era lo que más… en esos momentos me llamaba la atención. Yo tenía 16 o 17 años, llevaba mu poco dinero para casa. Mis hermanos también muy poco. Mi padre llevaba pero… lo normal, tampoco era una gran cosa pero… algo también. Me daba (el carnicero) to los días dos mil pesetas… no lle-

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gaba, repartía una poco de carne, hacía hamburguesas, y le hacía unas pocas cosillas y me daba todos los dias… dos mil y algo me daba. Pa mis gastillos, pal tabaco, lo que yo podía lo empecé a guardar, empecé a guardar un poquito, pero no… Hombre, no era tampoco una gran cosa, pero… que para mí estaba bien... Por lo menos me tenía a mí recogido, no me tenía a mí en la calle, que yo no quería esa vida…

8. Ingresos económicos 8.1.

Pensión por invalidez

Mi padre ya se jubiló él, y con la paguita él que estaba cobrando… y yo estaba cobrando por invalidez… no sé cuanto era, muy poco, también. y lo que a mí me daban por invalidez pues se lo empecé a dar a él para ayudarlo. Tres mil pesetas creo que daban en aquellos tiempos, no sé porque me quitaron esa paga, no lo sé. No había ningún hermano con nosotros, yo ya con él solo. Y mi madre ya estaba con el resto de mis hermanos viviendo. Ella empezó a limpiar, mis hermanos estaban también parados… pero ella fue la que… chispa más o menos los levantó a todos… muy bien, muy bien. Los llevó a todos muy bien para adelante. Cuando mi madre vivía fuimos a pedir la invalidez mía, estuve haciéndome unos reconocimientos médicos, y me dijeron que no me la podían dar porque tenía muy pocos grados. Eso fue hace ya… varios años, bastante tiempo, sí. Ahora no sé si habrá ido pa mejor, o habrá ido pa peor. Me lo he planteao, hacerme otro reconocimiento médico, para ver si a lo mejor es que he ido a peor, o a mejor, ¿no?, y tengo derecho a una paga. 8.2.

Ingresos económicos en la actualidad

Yo no he recibido nunca nada de nadie, ni de amigos ni de nadie. Ahora estoy viviendo… ahora estoy tirando de lo que estoy cobrando del salario social, y de lo que me está el centro ayudando. Pues no sé cuánto estoy recibiendo, no sé si son cuarenta y cinco o cincuenta mil pesetas al mes. Lo estoy recibiendo desde hace ya dos años. Este es el segundo año que lo estoy recibiendo. Y antes no he tenido nada, nada… ni paro, ni pensión por invalidez. 8.3.

Planes de futuro. Independencia económica

(En el apartado 6.5 habla de planes de futuro de carácter sentimental: dice que le gustaría tener alguna pareja). Yo lo único que quiero es superar lo que estoy superando, y lo estoy intentando. Y es lo que más de momento me interesa, superar el mal que tengo, para conseguir colocarme en algún sitio, y… ganar dinerito, y… Lo que pasa es que me tengo que encontrar bien… eso es lo principal, encontrarme bien, y ya después ya… pues…

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

9. Drogadicción 9.1.

Primeros contactos con la droga

(Como argumentos para entrar a consumir drogas, Ernesto resalta su insatisfacción personal por la situación familiar y la ignorancia de las consecuencias de tal consumo). Ya después de la carnicería ya los amigos… que ya después no eran tan amigos, caí yo también en lo que era la droga, y ya era para mal. Ya es cuando chispa más o menos me puse ya a aparcar para… para la droga. Me cortaba mucho al pedir trabajo, ¿no?, me cortaba mucho, por eso no… me cortaba mucho… por eso no… no iba a buscarlo, porque me cortaba, o me daba vergüenza, yo que sé, algo así. Con unos dieciocho, diecinueve años entré en la droga, y he estado hasta hace poco. Me he llevado… me he llevado por lo menos más de veinte años fumando. Bastantes años me he llevado. Todos empecemos con el porro, pero ya después ya… entró la heroína y ya… Ya tenía yo tres hermanos ya… caídos en la heroína, yo fui el último que… que caí. Yo ya caí cuando yo ya ví a mis padres que no se llevaban ya… empecé yo también… vamos que caí. Yo tuve un amigo que estaba ya en la heroína, y una vez pues… fui en busca de él, no sé a qué fui en busca de él, pero fui en busca de él, y me lo encontré una vez fumando. Yo nunca había… yo no sabía ni lo que era eso. Y lo ví fumando, y me dio por decirle una vez «a ver, déjame que le dé una fumada, a ver cómo… esto, como dicen la gente que es esto, esto tiene que ser mu malo, porque yo veo a la gente mu… mu demacrá, mu…», si, pero esto no… Y le tiré, empecé a darle la primera fumá, y ya no eran las primeras, ya eran cada vez más, más, más… hasta que empecé ya… yo solo. Yo entré sin saber que eso me podría perjudicar como me perjudicó. 9.2.

El iniciador. Andrés

Fue más que nada, por los amigos, y por el… la cosa más grande que pude hacer es decirle dame una fumá. Cuando ya le pegué una fumá, como no dejaba de estar tampoco con él, y era el que manejaba dinero, pues siempre tenía… Yo no me podía permitir ese lujo, la estaba pasando muy mal, de estar todo el día… él sí. Era muy buen amigo mío a lo primero, pero no… y me pegué a él, y una vez que me pegué a él… ya fue mi perdición. Andrés. Era de San Pablo, chispa más o menos de mi edad. Murió en la calle de un ataque… de estos que vas andando y te dan de momento, epiléticos de esos como se llame, ataques epiléticos le daban. El vivía con sus padres y tenía también una paguita. 9.3.

«Metido en la droga»

Ya la droga se apoderó de mí. Esa vida… era muy mala, porque cuando ya empecé yo ya a consumir, ya no era un cartucho, ya eran muchos cartuchos y tor día por ahí tirao pa… pa la droga. Ya nada más que estaba por ahí, ya nada más pa la droga. Y si iba a ver a mi madre iba… con tó mi dolor, pero… iba a en-

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gañarle, siempre diciéndole que me dejara dinero, que quería comprarme algo, y ella me lo daba, pero sin saber nunca de que… yo estaba también metido en la droga. Uno se siente muy mal… se siente uno muy mal cuando se le pasan los efectos. Nunca me he picado, siempre fumado. La primera que vez que fumé… pues ¿te quieres creer que fumaba y no…? (no sentía efectos placenteros, quiere decir) Lo único que quería era… saber cómo decía la gente lo que era esto. Y yo no lo sabía, y… lo quise saber de lo que era eso, pero me parece a mí que me equivoqué. Los primeros momentos… nada, lo hice por probar. Yo no… no me sentía muy bien. Vamos, que no era una cosa… A lo primero no me dí cuenta, lo hacía por los amigos, por estar allí con ellos, pero no me daba cuenta lo que chispa más o menos estaba haciendo. Fue.. por probarla, por saber lo que era eso, por lo que decía la gente que era eso, lo que escuchaba de la gente es que eso era malo, yo veía a la gente mu demacrá, mu… porque lo veía también en mis hermanos, los veía también pinchándose… no veía yo eso mu… 9.4.

Economía en tiempos de droga: a salvo de la cárcel

Aparcaba, y buscaba hierros, buscaba… pa la heroína. Mis amigos también lo hacían, aparcando, otros robaban, pero otros no sé… también para buscar chatarra. A mí nunca me ha dao por robar. Nunca, nunca, nunca. Y estar en la cárcel, no he estado nunca, tengo buenos antecedentes… vamos nunca. Eso estoy muy orgulloso de lo que estoy. Y estando metido en la droga. Y a veces sin dinero. Me daban por hacer muchas cosas (se sentía tentado) pero… no, no podía. No podía. Yo no podía hacer esas cosas. Yo veía a gente hacerlo. Pero yo no podía hacerle daño a nadie. No podía… quitarle a nadie mil pesetas, ni meterme en ningún sitio amenazándola para que me diera para droga. No, no, no. No podía. Eso no… eso es una cosa que yo no la he consentido. 9.5.

El trabajo de aparcacoches

Muchas horas de pie. Es un trabajo… fuerte, fuerte. Vamos, si eso no lo querían, ni los que estaban aparcando, metidos en las empresas… Aparcaba ahí en xxxx… ahí me tiré todos estos años. A la altura de lo que es xxxx, de aquí de xxxx. Ahí he estado ocho o nueve años. Invierno, verano, me daba igual lo que cayera, lo único que quería era buscar para… porque si no la iba a pasar malamente. (Otros sitios donde aparcaba coches). Pues muchas veces, metido aquí en lo que es la parte de la Macarena… pero metido pal centro muy poco. Mi sitio era xxxx, allí además estaba… más resguardado, más tranquilo. Sacaba más… pero para lo que estaba buscando, para lo que era. Había gente que me miraba… muy bien, muy bien. Porque siempre ya eran todos los mismos. Todos los que iban para xxxx, todos los que iban para las empresas de por allí cerca, ya eran los mismos, ya me conocían y me miraban muy bien, muy bien. En la calle era todo los días de peleas, todos los días de tonterías… que querían, gente que nunca habían ido allí, y ya pues se creían que se iban a subir por la cara en lo alto de uno, y tampoco… eso tampoco se lo permitían, Me daba igual cómo eran, cómo… no se lo permitía. Que era mi sitio, de muchos años, y… «cuando yo me

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

vaya te pones si quieres, no te voy a decir que no te pongas, porque esto no es mío, pero mientras esté aquí… pues respétame, y yo te respeto a ti». (Lo dice con seguridad, se nota que lo ha dicho y hecho muchas veces). Con la policía bien. Los municipales son los que más… pero… bien, con la policía muy bien. Muy buenas relaciones con ellos, me han querido ayudar mucho, muy bien, con la policía nunca he tenido problemas, nunca. Y con la gente… bueno, eso una vez uno que se bajó del coche y… no sé por qué… y al coche no le vayas a hacer nada. Porque había muchos que no te daban ná, ¿no?, y a lo mejor muchos (aparcacoches) pues les amenazaban con… «no me de usted nada, pues cuando venga se va a encontrar con el coche, verá…». Y por culpa de ese, pues ya no… no iba a pagar yo también, ¿no? Y una vez pues vino uno, y cuando vino pues se encontró con la rueda vacía… pinchá, vendría pinchá o yo que sé, que cuando vino a recoger el coche, estaba el coche… y me quiso echar las culpas de que yo le había pinchado el coche. Yo eso jamás lo haría, (Lo dice con gesto serio y solemne, con seguridad). Pero nunca, nunca… 9.6.

Comida y descanso

Siempre aparcando, siempre buscando cosas por ahí… hierros, chatarra… cosas de esas que no… daba para un cartucho o dos. Después me ponía a aparcar, tor día aparcando en la calle, sin comer, porque no… tampoco tenía ganas de comer. Para comer, me llevaba los días y los días sin comer, porque es que tenía ya el estómago tan cerrado, tan cerrado, que no… que lo único que quería era droga. Droga, droga. A veces, o le pedía a alguien un bocadillo, o de lo que me sobraba, pues me compraba un bollo… mal comprao, y me lo comía con algo. Nunca iba a comer a los albergues, el cuerpo no me pedía comer... por eso no iba a comer, no tenía ni ya ganas de comer, nada más que la droga, pensando siempre en la droga. Dormir, tenía mi casa, pero muchas veces hasta dormía hasta en la calle. Por miedo, por entrar en el piso solo, tener que dormir solo, encontrarme muchas veces malo, como me encontraba en mi casa, sin saber lo que me podía pasar, y nadie me podía ver, ni ayudar, ni… 9.7.

Un día cualquiera

Me levantaba a las ocho, ocho y media, las nueve, y lo primero que iba es a sacar para… para lo que iba a sacar. Nada más que sacaba, por ejemplo, mil pesetas, me iba, por lo menos para quitarme el malestar… el mal que tenía en el cuerpo. Lo compraba, me lo fumaba, y me ponía ya a aparcar hasta ya… por la noche, que me iba a acostarme. Había noches que… pues me acostaba en cualquier rincón, para levantarme por la mañana para otra vez para lo mismo, para buscar las mil pesetas, otra vez para buscar para la droga. 9.8.

Intentos de dejar la droga por su cuenta

Lo he intentado, pero no podía, no podía. Me ponía mu malo, los temblores… y siempre pensando en cosas muy malas, mu... en las pastillas, en no que-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

rer vivir, vamos… en no… en decir pues «récogeme, dios mío, que ya no…». He intentado muchas veces por mí mismo, pero que va, no, no… no podía, no. Uh, que va, mu duro, mu duro, mu duro… Lo máximo que he estao sin droga han sido dos días. Y con eso, ya con dos días, no podía más… vamos, es que no podía ni andar, no podía ni andar, ni levantarme. Me sentaba y no podía ni levantarme porque es que me caía, no… el cuerpo no… Mu mal, mu mal, mu mal. Eso hay que tener mucha fuerza… y es mu duro. Vamos, yo no me imaginaba eso nunca, yo no imaginaba que eso traía tantos problemas… 9.9.

Intentos de suicidio-la salida desesperada

Me dio hasta… por quitarme la vida unas pocas de veces. Porque yo lo que quería era salir de la droga. Era la cosa que más me interesaba, salir de la droga. Yo no quería pasar el mal que estaba pasando. O el bien o el cementerio. Y hombre, el cementerio, no… había muchas cosas mejor que el cementerio, como estar aquí (en el Centro). Las veces que he querido quitarme la vida, pues sí lo recuerdo. Una vez pues tirándome por… por la terraza, ¿no?, de un cuarto. Y no… (le tiembla la voz), yo que sé, el cuerpo no… no me lo permitiría, no… Eso fue ya estando en la droga, después de morir mis padres, ya empecé ya… queriéndome ya… Estuve poco tiempo en el hospital por eso. Y otras veces con pastillas, Trankimazin, Tranxilium, unas pocas de veces. Sí, unas pocas de veces (contiene la emoción). Hombre, ahora tal como estoy de bien, ni se me pasaría por la cabeza de yo… porque es que la droga no me dejaba vivir, tenía muchas cosas metidas en la cabeza, mis hermanos, el problema que tenían mis hermanos, mis padres… estaba lleno de cosas que no… que hoy en día que no creo que se me pasen por la cabeza, ¿no?, ya no… por lo menos de momento no… Tenía cosas en la cabeza de mis hermanos, de mis padres, y en que yo me encontraba solo, y no tenía ayuda de nadie, ¿no?, era chispa más o menos lo que yo tenía metido en la cabeza, las cosas de mi familia. 9.10. Situación en la actualidad con respecto a la droga

Ahora estoy con la metadona. Y muy bien, muy bien. Están muy orgullosos de mí… Llevo aquí para tres años largos, ese es el tiempo que llevo con la metadona. Ahora estoy bajo control, me dan mi metadona y me hacen mis «doping», me lo hacen. Y no, no, no… no he caído. Y ni que se me ocurra. Y si no lo veo a tanta distancia, voy a hacer todo lo posible por… porque lo sea. Eso no es vida. Por lo menos, eso para mí, eso no es vida, ¿no?… siempre sufriendo, siempre… con muchas malas cosas en la cabeza, por querer hacer, pero no… no podía. 9.11. Posibilidades de recaída actual

Bueno, conozco gente que todavía están… con lo que están. Pero a mí no me interesa tampoco sentarme con ellos, porque… sentarme con ellos, sé yo lo que va a pasar, que si la pastillita, que si… y me ha pasado. Y como me ha pa-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

sado pues ya no… creo que ya no… bastante escarmentado estoy ya con coger las cosas que no debo de coger. Si estoy haciendo lo que estoy haciendo y voy a estar en lo mismo, pues entonces… quiero que Dios me recoja, porque no es vida para una persona. 9.12. Propósitos de futuro

Ángel (su hermano) lleva ya… que yo recuerde, pues… cinco o seis años, hace que él murió. Ya había perdido todo lo que había perdido, y no iba a ser yo otro más. No, no. Yo quiero estar a la vera de mis hermanos, quiero plantearme ya de una vez… ya las cosas… quiero ver a la gente que me quiere contentas conmigo. Y que me ayuden en lo que puedan, que lo agradeceré de corazón. (Ahora) estoy tomando nada más lo que es la metadona. También me la quiero plantear, de también de quitármela, ¿no? No tener que depender ya de ná, ni pastillas, ni metadona ni ná… Tener el cuerpo limpio de tó, y buscarme un trabajito o lo que sea, y no tener que depender nunca de metadona ni de pastillas… ni nada. El trabajar, ganar dinero, y vivir como hay que vivir. Hombre, poquito a poco, pero… tengo muchas ganas, pero siempre las más ganas que tengo es plantearme salir de tó. Y hasta que no me encuentre como me tengo que encontrar, pues voy a seguir luchando… 9.13. Ayudas a otras personas con problemas de drogadicción

Sí, ayudo mucho a la gente, hombre, claro. A veces veo a chavales que conozco, y veo a los del Centro, que yo sé que no van a venir, ¿no? Pero por lo menos, dejarlo y… mira que yo como estoy, y el Centro donde estoy es maravilla, y que ahí te pueden resolver lo que tú quieres buscar, ¿no?, quitarte de lo que te quieres quitar, y vivir como tienen que vivir las personas, ¿no? Ayudo mucho a la gente, y además es que me gusta, ayudar a la gente. A los chavales y a las chavales que están… hablo con ellos, les hablo del Centro… Para mí es un trabajo, porque ya nada más el hablar con ellos y el darle consejos, pues ya para mí eso es un trabajo. Hombre, más que ná para los chavales que ahora están enganchados, o que están a punto de engancharse también, que hay muchos, hay muchos. Sí. Lo que pasa es que ahora está la moda de las pastillas y las pastillas no… La pastilla muy mal, porque pierdes tu control y lo pierdes todo. No eres el hombre que tú eres, ¿no? Eres… otra persona. Y.. no me gusta, me gusta ser lo que soy. 9.14. Fracasos en su entorno

Hay chavales que entran… y se cansan, y los veo otra vez fumando, los veo otra vez en la mala vida… se cansan muy pronto de estos sitios, ¿sabes? Y eso es lo único que debería hacer una persona, cansarse de estos sitios, y más en lo que están… un sitio de estos, pues… sabes que te van a ayudar. Y si te van a ayudar… y tú quieres ayuda, pues toma ayuda. Vamos a ver si es verdad si tú quieres ayuda. Eso lo tienes que demostrar. Y eso lo estoy demostrando, poco a poco… pero se los estoy demostrando.

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9.15. Pequeños vicios actuales

Ahora mismo fumo… tabaco, tabaco, y ya está. A mí me hacen mis controles y saben si… Y el alcohol es una cosa que no... he bebido, pero que no… es una cosa que... no, no, no. El alcohol es muy malo, porque (con) el alcohol viene ya lo que viene… las pastillitas, el querer estar a gusto, y cuando te das cuenta, a lo mejor te ves en la comisaría. Y bueno «¿y yo qué hago aquí?». Es que no sabes ni por qué estás ahí, es que no sabes ni el motivo de por qué estás ahí en la Comisaría. Sí, el beber, eso es mu malo… es mu… nunca… Me he bebido mis botellas de litro de cerveza, a lo mejor porque me he encontrado mu agobiao, y me ha dado por tomarme una botella de cerveza, pero… después me ha arrepentido muchísimo. Bueno, tampoco ha hecho un crimen, ¿no? lo que he hecho es tomarme una botella de cerveza, porque se me ha metido en la cabeza, y me la he tomado. Ma arrepentío después, porque marrepentío, no debo de hacer eso, pero… ¿qué hago?, es que no puedo hacer otra cosa. Me arrepiento después, después de cuando lo hago me arrepiento mucho, me harto de llorar, me arrepiento mucho.

10. Apoyos 10.1. En momentos de consumo de droga

Mucha gente me quisieron ayudar (cuando estaba en la droga), y a lo primero, pues yo no me dejaba… no sé el por qué, ¿no?, yo no me dejaba. Pero hubo gente que al final ya… me quisieron buscar algo, hasta la misma policía, buscarme un sitio donde yo más o menos me podría… querer salir de la droga. Así fue como llegué al gran sitio éste. Pero antes no, la droga se apoderó de mí, que no quería a ningún sitio a… Antes de morirse, mi madre me llevó a la Cruz Roja para que yo dejara la droga. (También refirió anteriormente que algunas personas intentaron ayudarle para que saliera del mundo de la droga, la policía local incluso, y que él rechazó). 10.2. En la actualidad (Los apoyos recibidos por Ernesto se centran exclusivamente en Cáritas: en su Cáritas Parroquial y en el Centro de Día XXX). Yo nada más que he recibido ayuda del Centro éste, no he recibido más ayuda ninguna. Ahora es cuando me estoy acercando a las iglesias de allí del barrio, de vez en cuando voy, me dan un vale y me dan cosas para… para comer, para que me las haga yo allí en mi casa. Yo me las hago. No cosas de guisar… compro cositas más o menos que no sean de guisar, pero… me las apaño yo hasta que tenga allí mi cocinita, que me la han buscado ellos, ya cuando tenga ya todo listo, pues ya me gusta ya… comer en mi casa, y guisar en mi casa, y estar a gusto en mi casa, que es lo que quiero, ¿no?

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

10.3. Las Parroquias y Cáritas

Sí, sí hombre, la Parroquia ayudan… a mí y a mucha gente necesitada, ¿no? Le ayudan en lo que están en sus manos. En arreglarle su casa, a mi me han arreglado la casa, en pintársela, me la han pintado a mí, me la han arreglado… no sé. Yo tengo muy buena Parroquia, y me están ayudando mucho, tengo muy buena gente de la Iglesia, y me están ayudando mucho… (Cáritas). Yo la veo muy bien. Siempre me han hablado de Cáritas y todo lo que me han hablado de Cáritas siempre ha sido para bien. Y para ayudar a personas que lo necesitan…

11. La vida en el centro de día 11.1. Modo de acercamiento al Centro de Día

Pues esto… estando mi hermano aquí… me habló del Centro éste, pero no le eché cuenta. Pasaba del Centro y pasaba de todo, estaba metido en lo que estaba metido y… yo no quería saber nada ni del Centro ni de nada. Pero ya cuando falleció él, pues ya… sí, ya… ya cuando me enteré ya que había muerto, ya me planteé ya muy fuerte esto. Ya me metí aquí en busca de ayuda, vine un día pero no conseguí entrar, fue por culpa mía, porque me citaron y no vine, tan solo me tocó buscar… hasta que ya me harté, me enteré que falleció mi hermano, y ya (…) ya estaba ya como estaba ya y vine en busca del Centro y me dio mucha ayuda, mucha. 11.2. Actividades en el Centro

Sé leer y escribir un poco gracias al Centro. Aquí aprendí a leer y a escribir un poquito. Yo me alegré mucho del Centro y quiero mucho al Centro. Cuido las plantas. Cuando no tengo nada que hacerle a las plantas me pongo con la fregona, a veces me echan la bronca de que estoy todo el día con la fregona. No puedo ver una mancha en el Centro, ya la estoy quitando… cuando no me pongo a hacer carteras, me pongo a hacer trabajos manuales, me pongo a escribir, o me pongo a leer un poco el periódico. Y echo el día aquí pues haciendo esos trabajos manuales que hago aquí. Me gusta mucho leer el periódico, más que nada los periódicos, el correo. Más que nada he aprendido a leer por eso, por la prensa. En el centro hacemos salidas, los martes. Pues las salidas que hacemos aquí mucho, vamos a ver cuadros, tapices… cosas así, ¿no? Las vestimentas que vestían antes. Vamos a muchos museos, al Parque de María Luisa, aquí a un museo chiquitito que hay también por detrás de la Catedral, que ahora han puesto cuadros, unos cuadros muy bonitos, a la plaza del museo también hemos ido mucho. Y sí, me gustan, porque son cosas que yo no he visto nunca, y las estoy viendo ahora, ¿no? Desde que estoy aquí pues estoy viendo cosas que no he visto nunca. Está muy bien. 11.3. Pequeños choques con sus compañeros. Cariño al centro

Me llevo bien con los amigos de aquí. He tenido algo con algún… pero… bien, bien. Pero tampoco… he tenido algún encono con las macetas, he tenido

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con algunos así un poquillo… no sé, porque me gustan las macetas, y no me gusta que le hagan daño, ¿no? Porque yo les ha hecho crecer hasta donde están, ¿no? Y no me gustan que le haga nada a las macetas. No me gusta que le hagan daño al Centro. [Una mirada al expediente de Ernesto en el Centro revela que su comportamiento dentro de éste es mucho más inestable de lo que él refiere. Al parecer, los días que consume alcohol (cosa que unas veces reconoce ante los técnicos y otras no), mezclado o no con pastillas (reconoce haber tomado Trankimazin), no llega al Centro a la hora que se le pide y presenta un comportamiento hostil con sus compañeros y con el propio personal: da voces e insultos, etc. No reconoce su comportamiento en estas etapas (tampoco parece recordarlo después), y es habitual que se sucedan a ellas episodios de arrepentimiento, como cuando es amonestado días después. En un principio renunció al control de sus gastos, ya que no justificaba el dinero que retiraba de su libreta, pero después reclamó poder hacer uso de ella. Pese a este comportamiento hostil, en otros momentos presenta su cara más amable y colaboradora, se muestra tranquilo y colaborador, es en estos momentos cuando el personal técnico puede negociar con él algunas pautas mínimas en relación con la aceptación de las normas de convivencia en el centro.] 11.4. Valoración general

Lo que debían de mejorar es que abrieran muchos Centros de estos para gente que lo necesita. Es lo que deberían de mejorar, cosas más que nada así, ¿no?, para chavales que no tienen padre, no tienen madre, que están tirados por ahí en la calle, metidos donde están metidos y necesitan ayuda, que haya muchos sitios como esto. Y cuidarlos, y…

12. Ocio 12.1. Tiempo libre: los paseos

Pues una vez que salgo de aquí del Centro pues… no te lo vas a creer. Pues una vez que salgo de aquí del Centro, a las seis de la tarde, pues… lo primero que hago es ponerme a andar por todo el centro, paseando. Me doy una vuelta por allí, por el centro, hasta las diez o las once, que me vaya para mi casa. Me gusta mucho pasear. Además eso lo sabe Gloria, que me ve y me dice que es increíble todo lo que yo ando, y las horas que me tiro… a veces, me he llevado hasta sin ir a mi casa, toda la noche andando. Me gusta la noche, andar. He visto muchas cosas, he visto de todo. Malas cosas, buenas cosas. Peleas, drogas… he visto de todo, todo lo más malo lo he visto. Y lo bueno, que es lo que me interesa. Lo bueno, lo malo no… Yo lo que quiero es lo bueno, porque siempre he sido una persona buena y me gusta lo bueno. Ando por la Macarena, me meto para la Catedral, lo que es el Centro, y… hasta las 9, o las 10, o las 11, o las 12, o las una, cuando se me apetece, pues me voy para mi casa. Y me

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acuesto. No ceno ná, a lo mejor me llevo un bocadillo, pero no… mu pocas veces. No, porque no se me apetece, y no tengo muchas ganas de… de comer por las noches. Me levanto por la mañana y me voy para el centro, directo pa cá. Desayuno aquí. No estoy haciendo nada en mi casa. La limpieza del piso, es lo que hago. Cocinar no, como aquí en el centro. Me gustaría aprender, que el día que yo… ya me busque, me gustaría y a aprender, por lo menos a cocinar, ¿no? Porque limpiar eso lo he aprendido bastante bien. Aquí lo hago todo. Aquí lavo, aquí me ducho, aquí… 12.2. Radio, prensa, televisión

Tengo mi televisión, que le estoy… lo único que me falta es ponerle el cable de la antena que se me ha partido. Vamos, se me ha partido en el sentido de que ya estaba mu malamente, muchos años… Veo fútbol, todo lo que es deporte, y varios programas que… que echan también mu buenos, los hermanos esos, a mediodía, cuando he podío, las novelas, me gustan mucho las novelas, todo lo que echan de cosas así las veo. Me gusta mucho el telediario, porque echan muchas cosas que están pasando por ahí, ¿no?, y me gusta enterarme de… Veo Telecinco, Antena Tres, y muchas veces, la Primera y la Segunda la pongo también mucho. No le echo mucha cuenta a la música. Escucho el deporte en el aradio (sic), y cuando radian algún partido, pues lo escucho también. Escuche deportes, el larguero, hablar por hablar, y si amanece nos vamos. La prensa no la compro, la leo aquí (en el centro) o la que me traigo de la calle del 20 minutos, eso que te dan... 12.3. Planes de futuro con respecto al ocio. La natación

Hombre, me gusta mucho el nadar, porque siempre he estado… siempre me bañaba por ahí en las riberas, en los canales… nunca… lo que me gusta más que nada es nadar. Si me tiran al río… seguro que no me ahogo. Me gustaría, me gustaría… tener dinerito y meterme en algún sitio donde… sí, me gusta mucho la natación, más que nada la natación. Hay en San Pablo y aquí, lo que han abierto enfrente de la estación… pero eso vale mucho dinero. Allí al estadio, por detrás, en San Pablo, pero nunca he ido, y he visto hacer el estadio ese, pero nunca me ha dado por meterme en la piscina. Me gustaría mucho, … claro.

13. Visión del mundo 13.1. Política. Participación en las elecciones como votante

Siempre he votado en las elecciones, porque dicen que si no voto… los votos se lo llevan otras personas, ¿no? No veo mucho a los políticos, pero voto a lo que yo chispa más o menos… ¿Te quieres creer que yo no sé de política? Los escucho, pero no caigo nunca en lo que están hablando. No… Y yo sé quién es el presidente, nuestra reina, nuestro rey, que han tenido ahora un nieto…

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13.2. La sociedad actual

El mundo está pa… para no hablar de él. Está muy mal. Este mundo está… Yo lo veo muy negro… muchas cosas malas, mu malas cosas, mu mala gente… siempre… yo veo la cosa muy negra, la veo muy mal, si. Y más para chavales jóvenes, que son los que antes caen, Dios no quiera, pero está la cosa mu… mucho vandalismo, mucho tó, de unas poquitas cosas, pero de todo un poco. Como tú no te muevas, no… para tú solucionar algo o arreglar algo, te tienes que mover tú, ni políticos ni nadie, moverte tú y buscarte tú… lo mejor pà ti y como hay que vivir. Ahora no creerte… Sí, te hablarán de algo y… pero que si tú te quieres buscarte algo tú, te tienes que mover tú. Ellos no te van a decir ven pacá que… te tienes que mover tú… como no te muevas tú, no… no van a venir a decirte «toma…». Hombre, habrá gente que las hace, claro, pero que no, que… 13.3. Personas extranjeras

Inmigrantes, hay muchos, muchos. Cada vez más inmigrantes y… Hombre, verlos los veo, pero que… no me he puesto nunca a hablar con ellos. Los veo porque los veo pasar a los chavales, y sé que vienen de por ahí, han pasado también mucho, pero nunca me he puesto a hablar nunca con ellos… como hay que hablar. Me imagino como están, si están aquí, cómo están buscando… Pues, imagínate tú en su país cómo tienen que estar en su país, las criaturas. Y eso es que no me lo puedo ni plantear, lo malamente que lo tiene que estar pasando esos chavales, porque la mayoría son hombres y mujeres jóvenes, Los hay que vienen lejos, de por ahí los chavales estos de color, que vienen por ahí, lo que está pasando esto de las pateras, los engaños donde los meten, a los chavales, pa engañarlos. En los periódicos es lo que leo, que los engañan, cómo los dejan después por ahí abandonados. Si los recogen, bien, si no, por ahí se mueren. Como esto que ha pasado hace nada de que han dejado en el desierto a unos pocos. Hombre… eso no se hace, coger a unas personas, que vienen de por ahí, que vienen como vienen, y ahora las engañas, y te las metes en un camión, en un avión, y te las lleva y las dejas en medio del desierto… pues dime tú, ahora cómo salgo yo de aquí. Vamos yo… me quedo en ese campo de arena, y Ernesto ahí te quedas y… No me querría ver, nunca, nunca. El problema que están pasando esos chavales, no me lo quiero imaginar nunca lo que están pasando, que lo están pasando muy, muy, muy mal. Y aquí, ellos hablan en otro idioma, y nosotros hablamos en otro idioma, pues es que… es que vienen en blanco, no se saben ni adonde están ni nada. Vienen en blanco, ellos lo único que quieren buscar es comida y trabajo, y… como dicen ellos, ganar dinero para llevárselo a su familia, que están… que son los que lo necesitan. Porque si yo estuviera como ellos, lucharía por mi familia, lo haría por ellos. Por mí también, ¿no?.. pero… mi familia ante todo. Mi familia y mis hermanos es ante todo. Yo me lo plantearía de hacerlo por ellos. Por ellos.

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13.4. Las mujeres en la sociedad

Bueno… antes se aguantaban las parejas más, ¿no? Se… (risas). Pero hoy ya en día no... aguanta uno ni… Ni una mujer aguanta a un hombre, ni un hombre aguanta a una mujer. De… yo estoy casado y tengo a mi mujer, y pero que… no puedo vivir con ella o ella conmigo, pues mira, pues cada uno por nuestro sitio. Mucha suerte, y te la desearé toda la vida, pero… juntos no podemos vivir, y para vivir siempre de pelea y amargado, pues no… Antes era otro… pero hoy ya en día no… hoy ya no… no, no, no. Yo conozco a tela de chavales, que se han casado, y no han llegado ni al año, vamos. Ni al año. En el momento de salir de la Iglesia, ya ha pasado de… Si tú quieres una mujer, esa mujer… a vivir... hasta la muerte con ella. Pero si no, lo mejor que hace es de separarte de ella, y ella de ti, y aquí no ha pasado nada. Y tan amigos, y si nos vemos… tranquila, que te voy a besar, y te voy a dar un beso con mucho cariño. 13.5. Creencias religiosas

Me acuerdo mucho de Dios, sí. Lo primero que le pido es «Dios mío ayúdame a seguir palante…» es lo único que le pido, que me ayude. Me acuerdo mucho de Dios. Iglesias voy a casi toas, voy a la Macarena, voy a esta de aquí de atrás, de los Gitanos, me meto pal centro, y todas las que veo abiertas, ahí me meto siempre a ver a Dios, a ver a la Virgen a pedirle… y a rezar por mis hermanos… y que estén todos bien, ¿no? Y que yo también esté bien. He rezado por mis hermanos, mucho, mucho. Aunque no los vea, pero… los echo mucho de menos y quiero… quiero verlos.

14. Autoperceción 14.1. Se imagina cómo lo verán sus hermanos

Ellos (mis hermanos) no saben ni… de que estoy aquí. Cuando me vean pues no se lo van a creer. Al verme como estaba, medio muerto, y tirado como estaba, y a verme ahora, pues me van a decir «…éste no es mi hermano, éste no es mi hermano». (…) Yo me veo muy bien, me veo muy sano. Me veo muy bien. Otra persona. Pero bastante diferente, a una vida, y a la que estoy llevando, bastante diferente. A veces yo me digo: «Ernesto, tú no sabes ni lo que tienes ahora». Y es verdad, no sé ni lo que tengo, la gente que tengo alrededor, no… ni me lo creo, gente mu buenas toas. Hombre, yo de a como estaba, a como estoy… puff. Eso es.. tener mucha suerte, como la que yo estoy teniendo, y he tenido por parte del centro. (…) Lo estoy consiguiendo. Poquita a poco. Con mucho trabajo, porque a veces… a veces, se me va la cabeza, ¿sabes? A veces se me va la cabeza y… (…) Que es que ahora es cuando estoy viendo la cosa… que estoy viendo que me la están arreglando poco a poco. Hombre, yo soy el que más trabajo, porque yo soy el perjudicado, y soy el que más me tengo que mover, y soy el que más me tengo… Yo trabajo… cuando me pongo a trabajar, trabajo, eso lo saben ellos. Cuando trabajo, trabajo muy a gusto.

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15. Visión de futuro (Ver también: 9.12. Visión de futuro, referida a su periodo de consumo de drogas). 15.1. En general

Me lo veo (el futuro), pero no es… no es muy pronto. Yo me veo muy bien, me veo muy bien. Hombre, el objetivo que yo tengo es trabajar. Y después, si tengo que estar con mis amigos un rato, pues voy a estar con ellos, ¿no?, como siempre he estado, con gente que a mí me interesa. Y más que nada, ayudar a la gente, si lo necesitan, como lo he necesitado yo, por qué no los voy a ayudar, pues sí… Yo siempre les hablo a todos del Centro muy bien, porque si me fuera las cosas malamente, pues mira, hablo malamente, pero si estoy bien, y me está viniendo las cosas bien, pues les tengo que hablar a ellos bien. 15.2. Planes de vida en pareja

No he pensado nunca en casarme. Con el problema que llevaba… nunca, nunca, me ha dado por… nunca, ni por la cabeza. Hombre, porque no sería vida, ni para mí, ni para ella. Y para vivir siempre amargado no… otra experiencia ya… a vivir a gusto todo lo que se pueda y que Dios dé salud. Hasta que pueda ayudarte y tú… pues dejes de moverte. Porque mientras yo me pueda mover, yo voy a arreglar todas las cosas que tengo que arreglar. Porque para eso estoy aquí, para arreglar mis cosas y las cosas que yo quiero. 15.3. Planes económicos

Hombre tampoco me gustaría tener mucho dinero. Me gustaría pues… para vivir bien, y vivir como viven las personas. Tener tu casa, tener tu cochecito, tus amigos, tu novia o tu mujer, tu casita, mu bien… tu… ya está, no quiero tanto dinero, no… Tampoco el dinero es una cosa… El dinero trae unas cosas también muy malas. Sí, sí, sí. Me gusta tener un poquito menos, pero vivir bien. No vivir con mucho dinero, y encima amargado. No… eso no sería para mí… Hay gente que está con mucho dinero y… no saben vivirlo, no saben ni disfrutarlo. Y si tienes mucho dinero y no sabes vivirlo y no sabes disfrutarlo… pues macho, para qué quieres ese dinero. Yo quiero tener poco, pero… tener mi casa y vivir bien.

Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción 1. Factores de exclusión Una mirada a los relatos de Ernesto de su propia vida evidencia algunas claves que nos avisan de razones por las que ha llegado a la situación en la que se encuentra. Estas son las siguientes

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Entorno sociofamiliar. El momento clave de la desestructuración familiar parece ser la ruptura de sus padres, que se produce cuando Ernesto aun está en el colegio. Si bien esta ruptura implica mejora, en la medida que parece poner fin a un clima de convivencia familiar bastante deficiente, conlleva un desapego de Ernesto de su figura materna, paralelo a una cercanía (que no se reproduce en el resto de sus hermanos), con su padre, pues decide incluso irse a vivir con este «para no dejarlo solo». En cierta medida, Ernesto pretende así equilibrar la descompensación familiar que se produce, disculpando en cierto modo así también a su madre, la cual, a su juicio, tiene una gran responsabilidad en la ruptura. Legitima así a la figura del padre, pese a su pasado de alcoholismo y violencia hacia la madre, aspectos que parecen ser infravalorados en su discurso suficientemente. En momentos en los que los hermanos son adultos, los vínculos entre ellos parecen no ser demasiado consistentes, en lo cual parece también participar el hecho de la separación y sus consecuencias. Las dificultades del entorno sociofamiliar se reproducen en el resto de los hermanos, encontrándose «historias paralelas» a la de Ernesto en todos sus hermanos, con finales más o menos trágicos. Ya más recientemente, la falta de figuras familiares de apego es notoria, ya fallecidos sus padres y dos de sus hermanos, y otro hermano ingresado en un centro de rehabilitación para personas con toxicomanía, lo único que le queda son los contactos con su hermana residente en Ronda, como último recurso, pero estos son muy contados. Ernesto está solo y el Centro de Día se convierte en su único referente. Salud. Contrae la poliomelitis a temprana edad, que le suponen operaciones y convalecencias de niño (parte de su carácter retraído podría ser explicable por ello) y lo que le deja secuelas de movilidad que le impiden realizar algunos trabajos, pero que a la vez no son suficientes para obtener el certificado de invalidez. Factores psicosociales. De forma entrelazada con el referido entorno familiar, parece evidente que la formación de una personalidad introvertida, que pretende rebelarse contra las dificultades sin éxito, por lo que termina en episodios de autoculpabilidad, de falta de apego (recordemos la falta de amigos, referentes cercanos, familiares, a excepción hecha de los que surgen de forma utilitarista en los momentos de drogadicción). Su trastorno bipolar diagnosticado no tiene un tratamiento continuado, pues no sigue la medicación ni mantiene ningún tipo de terapia. Las carencias educativas impiden también a Ernesto disponer de medios para afrontar los problemas que le van sucediendo en la vida, en sus diferentes momentos, y más aún en los momentos más sensibles, así como acceder a trabajos cualificados. Además, en la familia se ha considerado normal la incorporación al trabajo a partir de los 14 años, abandonando los estudios tanto él como sus hermanos. Sólo muy recientemente aprende a leer y escribir, cosa que le gusta aprovechar leyendo periódicos que caen en sus manos. Situación socioeconómica. Como parece evidente, la carencia de recursos en la familia está en la base de que la madre pase mucho tiempo buscando el sustento familiar. No puede dedicar tiempo de atención a sus hijos, para poder

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llevar los ingresos que el padre no aporta, por estar este ausente por sus viajes como pescador. A las enemistades de este con la madre contribuyen los celos por la infidelidad, más su estado de ebriedad, que terminan en malos tratos que son vividos traumáticamente por Ernesto. El trabajo precario e inestable de todos los miembros de la familia contribuye al empeoramiento general de las condiciones de vida de sus miembros. Sucesos trágicos. En situaciones de debilidad, las tragedias se suceden: la muerte de los padres y hermanos, y los sentimientos de desamparo y culpabilidad que suceden a estos, contribuyen al empeoramiento y a su autoexclusión personal. Contexto territorial: Las viviendas del Polígono de San Pablo formaron parte en Sevilla de una política de realojamiento de población en situación de infravivienda. Aunque con menor importancia que en otros barrios marginales de la ciudad (Polígono Sur, Tres Barrios, Polígono Norte, Polígono Sur, etc.) este realojamiento implica ya de partida la ubicación en un entorno de una población de base con carencias y sociales muy acusadas. Esta política de segregación espacial, asociada a un modelo de desarrollo desigual a escala urbana se concreta en niveles diferenciados de acceso a los recursos básicos, de calidad en las infraestructuras y de infradotación de servicios, que sitúan a estos barrios muy por debajo de la media de la ciudad. En el caso de las viviendas del Polígono de San Pablo, no obstante, mientras sí se produce la concentración de personas en frágil situación económica, las dotaciones de servicios e infraestructurales, las condiciones de las viviendas (mejor dotadas, con mayor superficie habitable que en otros barrios) y su cercanía espacial con el centro de la ciudad (centro también en términos de concentración de recursos y de alejamiento de barrios considerados marginales y periféricos), le sitúan en una mejor posición con respecto a otros entornos, mucho más degradados. Puede decirse que estos factores actúan en positivo hacia la inclusión de Ernesto en la sociedad que le rodea, es decir, en términos favorables hacia él. Drogadicción. En los años 70, la heroína tenía una gran presencia entre los jóvenes habitantes de estos barrios, y Ernesto (y sus hermanos) se convertían en objetos sensibles a la toma de contacto con ella. La inestabilidad del entorno familiar lleva al uso intensivo de las calles, y la desinformación y falta de seguimiento de los padres hacen el resto. Una vez en la droga, los 25 años de drogadicción dejan una poderosa huella física, psicológica y social.

2. Claves para su inserción – El abandono de la heroína, que le reporta una mejora en sus condiciones de vida. – El disponer de una vivienda propia, cuyas condiciones de habitabilidad mejoran en los últimos meses. Psicológicamente, reconoce no obstante, que al ser la casa en que vivió su familia, esta le trae muchos recuerdos, y estos a veces le pesan negativamente.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

– La ampliación de su marco de relaciones sociales. Salvo contactos esporádicos con los vecinos, estas relaciones están reducidas al mundo de la droga, por una parte, o al del Centro de Día (personal y usuarios), por otra. – Ajuste psicológico mediante una medicación que estabilice su estado emocional. – Cáritas se convierte en la única figura de apoyo para Ernesto, es la única institución a la que acude en ayuda, salvo coberturas sanitarias y algunas sociales (salario social, IMS). – Pese a sus 25 años de drogadicción, entre los efectos físicos, al menos en primera instancia, no se incluyen otros fatales como la contracción del VIH. Tampoco se ha visto implicado en hechos delictivos.

3. Consideraciones con respecto a su estancia en el Centro de Día Si la historia de vida nos ofrece suficientes claves para conocer el origen de su proceso de exclusión, no nos informa de las razones por las que, en cierto sentido, la intervención que con él se practica encuentra serias limitaciones para lograr su plena recuperación. Para ello tenemos que recurrir a su expediente en el Centro, en el que vemos como su paso de haberse retirado de la heroína a permanecer de forma estable en el Centro encuentra obstáculos para posteriores avances en el consumo de alcohol, tranquilizantes y hachís. No consigue un cumplimiento pleno de las normas de convivencia en el centro (horarios, actividades, comidas, relaciones con sus compañeros, etc.), por lo que presenta episodios en los que sólo acude a este para recibir su dosis de metadona. No se relaciona con nadie, no ingiere alimento alguno, no se asea convenientemente, no participa y dificulta las actividades de sus compañeros, provoca e insulta a estos (en un caso agrede a uno de ellos), y se muestra hostil (y en ocasiones poco respetuoso) con el propio personal. Rechaza su participación en actividades de inserción profesional (contradiciendo sus intenciones en este sentido), en su expediente figura su rechazo a participar en un taller de carpintería aludiendo que este «se encuentra en las Tres Mil Viviendas». En otros momentos, se desmorona ante el personal del Centro, y reconoce todo o parte de sus actos. Igual ocurre con su consumo de sustancias, que es a veces negado con rotundidad, y a veces puesto sobre la mesa abiertamente. Le cuesta pedir disculpas a sus compañeros cuando se ha mostrado hostil ante ellos: (17-05-05) «reconoce que debe pedir perdón, al menos por las formas, pero que le cuesta mucho». Ha tenido algunos altercados fuera del centro, mientras estaba en este. En su expediente figura su participación en una pelea en la plaza XXX (el 13-102005), resultado de la cual parece ser que pasó una noche en la cárcel. En otros momentos llega con cortes o arañazos que no justifica: según el personal del centro, «se autolesiona para llamar la atención». El 14-06-2005 tramita un parte de lesiones para poder realizar posteriormente una denuncia contra tres guardias

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

jurados de la Estación de Ferrocarriles de Santa Justa, los cuales, siempre según su versión, «le agredieron cuando entró en la estación para ver si había dejado allí su mochila». Su marco de inestabilidad emocional es diagnosticada médicamente en términos de trastorno bipolar, como reza en su expediente: «el 21 de noviembre de 2005 la doctora decide tratarlo como un enfermo bipolar». La falta de continuidad le impide seguir regularmente las actividades del centro, o realizar algunas gestiones externas, para sus propios intereses, como acudir a las citas del médico (para lograr una pensión por minusvalía), solicitar algunos trámites administrativos, etc., por lo que requiere de un seguimiento estrecho por parte del personal. Pese a ello, consigue realizar los trámites para solicitar el Salario Social, el cual que se le concede, y otras gestiones, como la destinada a lograr obtener su DNI, o a solicitar una paga por orfandad. Como es lógico, el personal técnico del centro encuentra dificultades para acometer su comportamiento en ocasiones imprevisible, y lograr así una mejoría en la situación de Ernesto. De no tolerársele ningún retraso o incidente se pasó a practicar una estrategia de refuerzos positivos, al parece sin mejoría en los resultados. Últimamente, parece haberse conseguido cierta estabilización con una práctica personalizada y flexible, en la que se aprovechen los momentos de estabilidad (para que colabore en arreglar su casa, cosa que está consiguiendo) y se puedan amortiguar o evitar los episodios de desestabilización. Por ejemplo, en los horarios se le fijan tres posibles horas que tiene que cumplir (10:00, 11:00 y 14:00h), para que no llegue «a cualquier hora» pero si a una hora prefijada de antemano. Otros extremos que se negocian con él son los siguientes: puede venir al centro, pero de momento, sin participar en las actividades, debe comer y ducharse, y tiene prohibido subir a la tercera planta, donde se realizan las actividades. El mayor logro conseguidos con Ernesto ha sido el que este abandone su consumo de heroína (ver nota final) y que llegue a tomar al Centro como una referencia estable, a pesar de su relación en ocasiones tempestuosa con sus compañeros, y con el propio personal. Si bien es aún incompleto, el avance que supone conseguir su colaboración en tareas que ayudan a mejorar su entorno personal es más que evidente, en diversos ámbitos: cuidado personal, limpieza y arreglo de su vivienda, gestión económica, trámites administrativos. La evolución reciente de Ernesto es claramente negativa. Aunque mantiene el centro como un referente, cada vez participa menos en la rutina y actividades de este. Según los técnicos, su consumo de alcohol y drogas se ha disparado en las últimas semanas, ha vuelto a la heroína, no sigue la medicación que se le receta y presenta un evidente deterioro físico y psíquico.

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Felipe* (Nacional con intensidad de intervención alta)

Felipe tiene 60 años, está separado y tiene dos hijas. Su problema de alcoholismo derivó en la ruptura de su matrimonio y en la pérdida de su trabajo. Aparte presenta problemas de salud, su adicción al tabaco, para la que actualmente está recibiendo tratamiento, aunque no lo ha dejado, y que es enfermo del corazón, estuvo clínicamente muerto y en la actualidad lleva un desfibrilador que le permite realizar una vida normal. Además de estos problemas físicos, también está en tratamiento psicológico con un psiquiatra de Osakidetza (sistema sanitario de Euskadi) y con un psicólogo de Cáritas. Actualmente no consume alcohol y, en cuanto a las relaciones familiares, ha reiniciado la relación con una de sus hijas. Esquema de contenidos 1. Familia de origen. 2. Primera etapa: infancia y juventud (1945 a 1975). 2.1. Relaciones familiares y personales en la primera etapa. 2.2. Alcohol en la primera etapa. 2.3. Valoración de la primera etapa. 3. Segunda etapa: matrimonio-separación (1975 a 1995). 3.1. Relación con el alcohol en esta segunda etapa. 3.2. Valoración de la segunda etapa. 4. Tercera etapa: Tarragona (1995 a 2003). 4.1. Valoración de la tercera etapa. 5. Cuarta etapa: vuelve a Bilbao y entra en contacto con Cáritas (desde 2003). 5.1. Valoración de la cuarta etapa. * Criterios de selección: varón, nacional, intensidad alta, fracaso (persisten factores de exclusión requiere del apoyo externo) (Bilbao).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

6. 7. 8. 9. 10. 11. 12.

Autopercepción. Trabajo. Relaciones familiares. Relaciones personales. Alcohol. Valoración de Cáritas. Futuro.

Valoración del caso desde Cáritas. Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción. Eje cronológico del relato Año de nacimiento: 1945 (60 años). 1-7 años: Estudia en el colegio público de San Francisco. 8-14 años: Estudia en un colegio religioso el Patronato. 14-21 años: Trabaja en el periódico XXX. 21-23 años: Cumple el servicio Militar en El Ferrol. 24 años: Se traslada a vivir a otra zona de Bilbao, a La Casilla. 30 años: Contrae matrimonio. Establecen su residencia cerca de La Casilla. 33 años: Nace su hija Nuria. 34 años: Fallece su padre. 36 años: Nace su hija Elena. 36 años: Se traslada con su familia a vivir a Neguri. 42 años: Finaliza su trabajo en XXX porque el periódico desaparece. 42-43 años: Está en el paro, cobrando el subsidio por desempleo. 43 años: Se separa y se va a vivir a casa de su madre. 44 años: Trabaja 9 meses en el periódico YYYY. Al finalizar cobra el subsidio por desempleo cerca de un año. 45 años: Empieza a trabajar como jefe de distribución en una empresa de distribución de periódicos y revistas YYYY. 47 años: Se marcha de casa de su madre y vive en un piso de alquiler durante, aproximadamente, un año. 48 años: Deja de trabajar en YYYY y cobra de nuevo el subsidio por desempleo. 48 años: Se marcha a vivir a una pensión. 49 años: Se traslada a trabajar a Tarragona. 57 años: Sufre un infarto y una muerte súbita. Deja de trabajar. 58 años: Fallece su madre. 58 años: Se jubila por incapacidad absoluta. 58 años: Regresa a Bilbao. Vive en una pensión y acude al centro de día de Cáritas. 59 años: Empieza a vivir en un piso tutelado de Cáritas.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

1. Familia de origen Sus padres, Luciano y Avelina, nacieron en un pueblo del Valle de Arratia y se casaron en torno a 1942, aunque él no recuerda exactamente la fecha:

... no sé cuándo se casó, pues hace..., hombre, el otro día pensándolo pues yo tengo... mi hermano tiene 62, pues un año vamos a decir, o sea, tiene que hacer 61 años, o sea, que se casaría, más o menos... Los datos aportados sobre ellos, sobre su vida antes de casarse son escasos. Su madre trabajó desde los 15 años como sirvienta en una casa hasta que se casó:

Mi madre de cría, de chavala, era, trabajaba en una casa de sirvienta, eso que... tal, muchos años, bueno, hasta que se casó. Después de casarse regentó una tienda de ultramarinos en la calle San Francisco, que era propiedad de una prima de su madre, hasta que nació el tercer hijo, Pilar y la propietaria vendió el local:

... cuando nací yo, mi madre cuando era..., regentaba una tienda de ultramarinos y era de un familiar de mi madre, era no sé si prima de mi abuela, que tenía otra tienda de ultramarinos en Campo Volantín, el piso era alquilado y eran... parte eran familia de mi madre pero, primos, segundos primos o algo. Creo que cuando nació mi hermana, más o menos, ya lo dejaron porque vendieron también la tienda a otro vecino, a otro señor, y el piso también era de ellos y parte de la familia. Desde este momento la madre deja de trabajar:

Se quedó en casa y, pues bueno, toda la juven..., todo el tiempo, pues bueno, estaría... no hacía más que estar en casa. Su padre trabajó en una empresa de amianto, Montero, hasta que se jubiló:

Empezó trabajando primero en Bilbao, allí, cerca de los jesuitas, en la... María Díaz de Haro, y luego, cuando hicieron la fábrica, se fue a trabajar a Retuerto... Hasta que..., se jubiló forzoso también, tenía una especie de amago de infarto..., y entonces pues le hicieron jubilarse, creo que se jubiló con 62 años o así. De este matrimonio nacen tres hijos: Juan (2 años mayor que Felipe), Felipe y Pilar (9 años menor). Sobre el nacimiento de Pilar comenta que fue debido a la reconciliación que se produjo entre sus padres después de que éstos estuvieran a punto de separarse:

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Mi hermano, pues, un día medio hablando, pues estuvieron a punto de separarse mis padres y, claro, alguien interfirió o lo que fuera y de rebote, vamos a decir, pues nació mi hermana. Pues tenía yo casi 9 años, 9 años. Sobre el motivo de esta separación comenta:

Pues porque mi padre, mi madre se... bebía mucho y mi padre ya estaba..., pues participaba mucha gente allí, pues venía el cura del pueblo, los señores que eran de... donde habían vivido trabajaba mi madre, pues intentaron ayudar, a ver lo que pasaba, y..., eso me lo contó una vez mi hermano, y entonces, pues, mi padre ya no aguantaba más, o sea, y entonces, claro, pues la reconciliación, más o menos, o de esa reconciliación, pues nació mi hermana. Del resto de familiares pocos datos aporta. Con respecto a la familia materna, sabemos que su abuela, la madre de su madre, vivió en un caserío en Yurre con una tía suya hasta que ésta se casó. La relación la ha mantenido básicamente con primos, tanto de la familia de su padre como de su madre, que vivían en Yurre y en Amorebieta, sobre todo con aquellos de edad similar a la suya:

Pero mi infancia, mi razón, o... me gustaba ir mucho a Yurre, si, bueno yo a Amorebieta tenía, a Yurre o a Amorebieta iba eh?, ya cuando empezaba a trabajar no pero... en Amorebieta tengo una hermana de mi madre que allí vive, pues tiene un primo, un hijo que es dos años más pequeño, pues me gustaba ir allí. Y luego tengo primos por parte de mi padre en Yurre que algunos son un poco más mayores que yo, pero otros son, es un año más joven que yo, pues me gustaba ir allí. Porque yo tengo primos por parte de mi madre, pues claro, yo les llevo igual 10 ó 12 años, ahora no, no afecta, pero si yo tenía 18 años ellos tendrían 8 años y no tenía mucho contacto, por, por ese motivo y no iba y nada más. Sin embargo, es importante destacar la relación que ha mantenido con uno de estos primos de Yurre, Pedro, a lo largo de toda su vida y que sigue manteniendo en la actualidad. Felipe habla de él como una persona que le ha apoyado en los momentos malos, que le ha controlado y ayudado en diferentes situaciones: empleo, ayuda de Cáritas, control del dinero:

... gracias a un primo mío, que tenía una tienda de guantes de..., industriales, pues iba allí un par de horas al día, tres, una mañana, una tarde, te daban algo... ... mi primo Pedro me dijo lo de Bolunta, me fui a apuntar y vale, me cogí y me apunté pues para tener algo en el tiempo libre ¿no?, o ocupado, porque salir de la pensión, por la calle bebía..., pues no. Y también había oído pues de Cáritas, de esto. Y un día me dijo –vamos a ir, porque... que he llamado y que vayas–.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Aunque a la hora de hacer lo mismo por él no responde de la misma manera:

Yo tengo ahora a mi primo ese Pedro, le han operado de cáncer de próstata, ahora este mes ha tenido una recaída y me cuesta preguntarle cómo está ¿no? no me gusta la... No me gusta el mal. En la actualidad, tanto su padre como su madre han fallecido. Su hermano está casado y tiene dos hijos, vive en Londres y está jubilado. Su hermana también esta casada y tiene una hija, vive en Bilbao y es enfermera. Su primo Pedro vive en Bilbao. Felipe está divorciado y es padre de dos hijas: Nuria de 27 años, que vive en Bilbao, y Elena de 24 que vive en Andorra. Está jubilado y mantiene una estrecha relación con Cáritas: vive en Bilbao, en un piso tutelado y acude de lunes a viernes al centro de día que esta institución tiene en esta ciudad. En cuanto a su salud: realiza revisiones regulares para controlar el corazón y el desfibrilador que le implantaron tras sufrir un infarto, y tratamiento psiquiátrico y psicológico para la depresión.

2. Primera etapa: infancia y juventud (1945 a 1975) Felipe nace en Bilbao el 6 de septiembre de 1945. Toda su infancia y parte de la juventud, hasta los 24 años, vive en la calle San Francisco con sus padres, Luciano y Avelina, y sus dos hermanos.

Y me crié, pues, toda mi infancia y toda mi juventud la hice en San Francisco. Así describe el piso en el que vivían:

Bueno, el piso de San francisco estaba bien, eran habitaciones pequeñas, lo que es el piso de un casco viejo, que son muy largos, igual tiene 5 habitaciones pero son muy pequeñas. Dicho piso, en un principio, no era de su propiedad, sino alquilado a unos familiares de su madre, hasta que su padre lo compró cuando Felipe y su hermano tenían 18 ó 20 años tal y como el afirma, así como la tienda de ultramarinos en la que trabajó su madre:

... cuando nací yo, mi madre cuando era..., regentaba una tienda de ultramarinos y era de un familiar de mi madre, era no sé si prima de mi abuela, que tenía otra tienda de ultramarinos en Campo Volantín, el piso era alquilado y eran... parte eran familia de mi madre pero, primos, segundos primos o algo.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Cuando nace Felipe, su madre regentaba una tienda de ultramarinos debajo de su casa. Continúa trabajando y deciden enviar al hermano mayor, Juan, a vivir con su abuela y una tía, que en ese momento estaba soltera, al caserío que estas tenían en Yurre:

Pues, mi madre regentaba. Y entonces al nacer yo, porque claro, mi hermano cuando nací yo, pues mi madre, claro, no podía llevarlo todo, claro, mi padre trabajaba..., estar en la tienda, cuidarme a mí y a mi hermano. Entonces mi hermano... mis padres son de un pueblo de Yurre, de Arratia, entonces se fueron a..., yo tenía, mi padre, mi madre tenía, mi madre tenía su madre en un caserío y una tía soltera. Entonces mi hermano, la infancia, pues desde... pues de..., desde que nací yo más o menos... Como su madre continua trabajando, Felipe queda al cuidado de una chica, hasta que nace su hermana:

Y claro, yo tenía una persona, claro, mi madre estaba desde la mañana hasta la noche en la tienda y, claro, yo sé que tenía una persona, una chica que me cuidaba, que me venía allí, yo estaba con ella, me llevaba al aseo o lo que sea y estuvo varios años, un tiempo ahí y... hasta que nació mi hermana. Juan regresa de Yurre con 8 años, en esa época, Felipe tenía 6 años, y empieza a estudiar en un colegio religioso, el Patronato. Felipe estudiaba en esos momentos en la escuela pública de San francisco, hasta que cumple la edad que se necesitaba para entrar en el Patronato:

Mi hermano, cuando ya tenía 7 años o... sí, 7 años, 8, porque antes se hacía con 7, hizo la comunión en Yurre él, pues sería con 8 años, ya volvió y ya, pues, le metieron al colegio del Patronato y yo andaba en la escuela pública y cuando ya tenía la edad para meterme al Patronato, no sé si tenías que tener 7 años ó 8, como yo tenía un hermano mayor, pues no había... tenías prioridad para... ..Entonces, pues bueno, mi hermano entró en el patronato, no sé si al año siguiente o al de dos años pues entré yo, con los hermanos de las escuelas cristianas. Estaban aquí en Iturribide. En estos últimos años sus padres están a punto de separarse:

Pues porque mi padre, mi madre se... bebía mucho y mi padre ya estaba..., pues participaba mucha gente allí, pues venía el cura del pueblo, los señores que eran de... donde habían vivido trabajaba mi madre, pues intentaron ayudar, a ver lo que pasaba, y..., eso me lo contó una vez mi hermano, y entonces, pues, mi padre ya no aguantaba más, o sea, y entonces, claro, pues la reconciliación, más o menos, o de esa reconciliación, pues nació mi hermana.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Teniendo Felipe 9 años nace su hermana Pilar, y es en este momento también cuando su madre deja de trabajar:

Creo que cuando nació mi hermana, más o menos, ya lo dejaron porque vendieron también la tienda a otro vecino, a otro señor. Sin embargo, su madre continua bebiendo. Felipe no recuerda concretamente cuando dejó de beber, pero sí que lo hace:

Se arregló el tema, hombre, seguía ese problema, seguía ese problema, ya yo ya tenía más de vein..., no más, más años. ...Pero si era, ya, yo había hecho la mili y bueno, pues de vez en cuando, de vez en cuando, no tan, tan tantas veces, pero bueno, de vez en cuando tenía esas recaídas ¿no? mi madre. Pero de la noche a la mañana pues lo dejó. De su época de estudiante recuerda que no le gustaba estudiar y que al cumplir los 14 años, al igual que su hermano, comienza a trabajar. El primer trabajo se lo buscaron a ambos desde el propio Patronato:

No tengo estudios, tengo estudios primarios, nunca me ha gustado estudiar, es la... mi asignatura.... o sea es..., nunca me ha gustado estudiar, he podido... mi hermano, mis padres pues cuando éramos pequeños, pues bueno no, mi padre no ganaba mucho... entonces no hicimos el bachillerato, a los 14 años el patronato te buscaba trabajo bueno, ¡hombre! mi hermano hizo el bachillerato, cuando vino a trabajar..., está jubilado en el Banco de Bilbao también le buscaron trabajo, los del patronato le buscaron... mi hermano pues cuando tenía igual, pues, 18 años sacó, estudió, hizo el bachillerato, por su cuenta, trabajaba y estudiaba... Pero yo no, yo no me gustaba estudiar, nunca me ha gustado, o sea tampoco me ha gustado... o sea, tampoco me puedo considerar analfabeto ¿no?, o sea pero bueno.. Su primer trabajo es en el periódico XXX como botones. El primer sueldo que cobra, unas 800 pesetas, se las queda el Patronato y el resto entregaba en casa. El dinero que maneja es el que le dejan las horas extras:

... a los 14 años empecé a trabajar y me acuerdo que mi primer sueldo fueron 800 pesetas. Y ese dinero era, por costumbre, como el colegio en el que estudiaba yo, el Patronato en Iturribide, tenían la costumbre de el primer sueldo entregarlo, lo entregabas. Pero ganabas eso, 800... por ahí, no sé, no me acuerdo en estos momentos. Yo lo entregaba en casa. Lo único que me guardaba para mí eran las horas extraordinarias, que en aquella época se metían, y algo, o sea íntegramente, antes nos pagaban por... en sobre, en dinero, y entonces, claro, ese sobre con tu nómina la entregabas en casa. Pues mi madre se quedaba el dinero... tampoco en aquella época pues no tenía vicios, no bebía, no fumaba apenas, no fumaba y no tenías, y no, no había..., sí, no tenías vicios.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

A los 18 años empieza a trabajar como administrativo en el mismo periódico:

...ya cuando tenía igual 17 ó 18 años, lo que hacía era... hacía muchas veces labores administrativas, suplencias: pues iba de vacaciones un empleado de allí, pues yo le sustituía; se ponía enfermo, yo le suplía, porque independientemente de que había botones, había un conserje y 2 ó 3 ordenanzas y eran de los que hacían recados, generalmente los ordenanzas iban a los bancos, y el botones iba a por paquetería y eso. ... Ya a los 18 años, pues ya me ascendieron a Oficial de Primera o así, y hacías labores administrativas ... estuve encargado de la sección de ventas. Del sueldo no se acuerda, pero sí que seguía entregándolo íntegro en casa. Los ingresos eran los de su hermano, los de su padre y los de él:

Y ahí también pues bueno, íntegramente el sueldo lo entregabas en casa. Sí, porque, claro, no, no venía a cuento. ...Yo tenía 18 años, pues nunca me faltaban 20 duros en el bolsillo, porque trabajábamos mi hermano, mi padre y yo, eran 3 sueldos; no era mucho, pero bueno, se podía vivir cómodamente. y no vivíamos mal, vivíamos bien, o sea, sin derrochar, no nos faltaba, o sea, nada, y eso es lo que hacíamos. A los 21 años marcha a hacer la mili al Ferrol, a Infantería de Marina, hasta los 24 años, más o menos. No recuerda esta etapa como buena, sino todo lo contrario; utiliza la bebida como válvula de escape, según sus propias palabras:

...nunca había salido de casa, me tiré 21 meses y se te hacía duro ¿no? ...Yo creo que en la mili también bebía más de la cuenta, por el momento circunstancial de que estaba mal allí ¿no? ...tenías mucho tiempo libre... pues, hombre, en aquella época no podías expresar tu contrariedad a los de la mili ¿no? te machacaban, y luego pues, para pasar el rato salías a tomar vinos por ahí. Y, hombre, no podías llegar más, más, peor que mal ¿no?, pero bueno, era una distracción, una..., una válvula de escape que le llaman ¿no?, que bueno, se te olvidaba de las cosas..., tampoco podías beber más de la cuenta porque si no te castigaban. Aunque no considera este momento como clave en su adicción al alcohol:

No, no, porque yo sé que después, me acuerdo que no..., bebías en algún momento especial ¿no? que bueno, pues estás en una comida con amigos o tal y tomabas un, no sé, pues 5 ó 6 vinos, luego un día ibas a cenar o lo que sea, te pasabas un poco más de la rosca, pero no. Y me cuidaba bastante más, hacía deporte, me gustaba jugar al fútbol, siempre estaba más activo. Yo creo que fue más tarde, ya igual..., hombre, pues eso, a partir de los 27 años a así.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Durante este tiempo deja de trabajar en XXX, sólo trabajaba esporádicamente cuando volvía del Ferrol a Bilbao en las vacaciones. Mientras tanto, sus ingresos eran la paga de la mili y dinero que le daban su hermano y su madre.

Lo que te daban en la mili, una miseria, pues bueno, pues lo que te mandaban mi hermano, mi madre de vez en cuando, o algo ¿no? Pero lo que hacía era, yo si venía igual un mes de vacaciones en verano, pues me iba a trabajar en XXX, me tiraba 20 ó 25 días y con ese dinero pues ya tenías un remanente para... para pasártelo mejor. Después de volver de la mili se traslada con sus padres y hermana a vivir a La Casilla (Zona céntrica de Bilbao). Su hermano al acabar la mili, con 22 ó 23 años, se marcha a vivir a Inglaterra, pero solía regresar en verano, navidades... Allí continúa viviendo, casado con una española y padre de dos hijos. La razón del cambio de vivienda es que el barrio de San francisco comienza a cambiar, a ponerse mal, según sus propias palabras. En este sentido comenta un incidente que le ocurrió a su hermana cuando tenía 14 años y que fue el hecho que les llevó a decidir mudarse de zona:

Yo cuando teníamos 24 años, cuando San Francisco ya se empezó a ponerse mal, pues... Mal porque ya empezó... Hombre, antes era un barrio como normal... ...ya empezaban a venir gente de fuera, extranjeros, «marroquís», empezaban a hacer, a trabajar en la autovía esta nueva que han hecho en la entrada de Malmasín y por ahí, ya se fue..., había muchas peleas y luego que ha ido... Mi madre, mi hermana tuvo... Hombre, yo me acuerdo cuando tenías..., pues todos estos «manguis» que yo..., dormían en los portales, te encontrabas un tío en la escalera durmiendo, igual estaría borracho..., y mi hermana se encontró una vez un chico, una persona allí y lo pasó mal, por los motivos de... era una cría, 14 años, no podía salir de noche... Ya se estaba haciendo peligroso, si quería, pues con 18 años o 15 a las 9:00 tenía que estar en casa. Nos fuimos de allí. Pues bueno, más bien decidió mi hermano..., mi hermano era el que llevaba la voz cantante en casa y yo era el tapao, era bastante corto, he sido muy corto en el sentido de más, muy tímido igual, muy tímido, y preferimos pues bueno, pues mi hermana tenía... se estaba haciendo moza y, claro, no podía vivir allí y entonces, claro, decidimos por, pues irnos a vivir fuera de allí, de San Francisco ya pues con 23 años ó 24, después de la mili. La vivienda a la que se trasladan en La Casilla es un onceavo piso, grande, con una habitación para sus padres, otra para su hermana y otra para él y para su hermano, que utilizaba cuando venía de Londres. Sin embargo, aunque vive en La casilla, sigue haciendo su vida en san Francisco:

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Y hacía mi vida, y mi amigos eran de San Francisco, todos mis amigos estaban en aquel barrio, unos eran más jóvenes, todavía seguían viviendo allí, luego cuando se casaron ya se fueron, pero mi vida transcurría en San Francisco. Trabajaba, después de trabajar o me iba a casa, o si no me iba a San Francisco, porque allí tenía los amigos. Nos íbamos por ahí, a jugar al fútbol o a tomar vinos. Ya cuando ya se fue deteriorando..., no era muy chiquitero yo, cuando se fue deteriorando San Francisco, íbamos al Casco Viejo. 2.1.

Relaciones familiares y personales en la primera etapa

La relación con sus padres estuvo marcada por el alcoholismo de su madre y por la frialdad de su padre:

Mi madre cuando no bebía era, cuando vivía era buena persona y era una alegría en mi casa. Con mi padre era un poco déspota, un poco tirano, o sea, y seguía siendo ¿no? y había que hacer lo que diga él, tiraba el plato encima de la cara si no comías o..., muy malos esos prontos muy malos que tenía pero... y luego resulta que era muy servicial para los demás. Mi padre ha sido, ha hecho más por, menos por los de su casa que por los que... con los demás sí. Mi padre era muy, muy duro, muy, muy terco, en algunas cosas te daba la mano o el brazo y en otras te lo quitaba de cuajo. Por otro lado, de sus hermanos habla poco. A pesar de ser Juan sólo dos años mayor, en su infancia no ha tenido relación con él de juegos, de salir juntos. Era de un carácter bastante diferente que hacía difícil la convivencia:

...mi hermano era el que llevaba la voz cantante en casa y yo era el tapao. Me llevaba muy bien con él, lo que pasa es que es para convivir durante poco tiempo. Comenta que a Juan no le gustaba San Francisco, y que hacía su vida fuera del barrio. Da a entender que tampoco vivía allí, pero este punto no queda claro:

Yo con mi hermana me he llevado de maravilla, cuando era pequeñita nosotros en la escuela los jueves teníamos fiesta, los jueves a la tarde nos daban las vacaciones y entonces lo que hacías, pues iba, mi madre nos daba dinero para el cine. ...Bueno, todos los jueves íbamos al cine, mi madre nos daba la paga y, e íbamos al cine. Mi hermano el mayor no. Mi hermano el mayor se ha desentendido mucho. Mi hermano el mayor no ha querido saber nunca nada de San Francisco, nunca le ha gustado. El barrio, no le pillabas nunca, donde vivía, hacía su vida por ahí, nunca, nunca le ha gustado San Francisco. Trabajaba en el banco, sus amigos tendría..., seguro que también vivía por allí, pero su vida la ha hecho en otra parte, nunca le ha gustado.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

De esta etapa tiene muy presente el hecho de que su madre bebía y me relata lo que solían hacer en casa cuando esto ocurría:

Hombre, es lo que más recuerdo, de mi infancia es lo de mi madre, es normal o sea... Hubo en esa infancia, pues bueno, pues muy buenos momentos pero yo creo que había malos momentos. Mi madre era alcohólica, mi madre bebía, no sé por qué ni cómo ni, ni... Yo era, me, me dolía mucho ...yo me acuerdo que mi padre en casa casi nunca fumaba, nunca ha fumado, podía fumar un cigarro en una comilona o un puro, pero yo me acuerdo que cuando llegaba a casa y olía a tabaco era que estaba pasando algo, eso se me queda grabado, se me ha quedado grabado. Entonces ya la encerrábamos en casa. Gracias a que enfrente nuestro vivía un matrimonio, era como quien dice de la familia, mayor, tenían hijos y nosotros teníamos cada uno nuestras llaves y tal. Y mi padre, mi padre le encerraba en la habitación a mi madre y esa vecina, pues, se... se molestaba, vamos a decir, en que viniera, en que le cuidara a mi madre para que no saliera a la calle. Empezaron a cerrar con llave en casa, se llevaba, mi vecina se llevaba la llave para que no saliera de casa. Y entonces, pues bueno, veía esas cosas ¿no? y me, me fastidiaba bastante, me retraía, me... Pues siempre pues mi madre, cuando era pequeño mi padre le pegaba, no le pegaba para hacerle marcas y, pues le, a mí me cogía en brazos ¿no? como una defensa. ...yo muchas veces lo que hacía después de trabajar, pues estaba en Bilbao, al barrio a ver un par..., jugábamos al fútbol una hora y a las 8 ó 9 o por ahí pues iba a casa y muchas veces iba con temor, abrías la puerta en San Francisco y veías que olía a tabaco, mi padre igual estaba en el comedor, encendida la luz ¡ostras! mal, aquí ha pasado algo. Ya, ya cuando ya me hice mayor, ya me metía en la habitación, pero, en cambio, cuando oías que... que no había nada jo! ibas feliz, feliz ¿no? Tal y como me comenta, el hecho de que su madre bebiese también afectó a la relación con sus amigos del barrio:

...no tenía amigos por ese motivo porque yo, yo me acuerdo que yo he ido más de una vez con mi madre a la calle y mi madre no estaba bien, no bebía de decir que se daba bandazos, le costaba hablar y todo y a mi me pasaba, me pasaba y encima tenía años, no se, cuando más mayor te das cuenta y pero... yo no llevaba amigos por ese motivo. De todas manera, cuando le pregunto por sus amigos insiste siempre en que nunca los ha tenido, habla de conocidos con los que realizaba actividades como jugar al fútbol, ir de paseo, al cine, etc.:

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Nunca he tenido. ... Nunca, o sea, tenía conocidos de infancia, más o menos, pues que sí, salías los domingos de paseo, a jugar a fútbol, pero no decir meterle en casa y..., o yo a su casa y estar... continuamente, no, eran, pues bueno, nos veíamos, igual, yo en mi juventud podía, tenía más independencia, todos los días prácticamente ¿no? pero quedábamos: oye, mañana quedamos aquí y al cine, al fútbol o de paseo... No he sido, yo no he sido, no he tenido, tengo conocidos de la infancia, pero no tengo un amigo íntimo. No. Tenía..., no, no tenía confianza de decir, no podía contar mis intimidades. Hombre, podía contar que me gustaba una chica o tal o que..., pero más profundidad que me encontraba mal, de..., no. 2.2.

Alcohol en la primera etapa

Es al final de esta etapa, con 27 años, cuando Felipe afirma que empieza a tener problemas con el alcohol. Hasta el momento, su contacto con la bebida era cuando salía con los amigos, o en ocasiones especiales, pero no lo consideraba un problema:

...En aquella época no se hacía ni cubalibre..., bueno había, pero bueno, no se conocía tanto, pero tampoco decir, bueno, no, bebías, bebías por pasar el rato. ...Bebías en algún momento especial ¿no? que bueno, pues estás en una comida con amigos o tal y tomabas un, no sé, pues 5 ó 6 vinos, luego un día ibas a cenar o lo que sea, te pasabas un poco más de la rosca, pero no. Y me cuidaba bastante más, hacía deporte, me gustaba jugar al fútbol, siempre estaba más activo. Yo creo que fue más tarde, ya igual..., hombre, pues eso, a partir de los 27 años a así. Sí, ya empiezas a salir más, ya vas, no sé, pues a discotecas, ya empiezas a beber cubalibres, no le das importancia, vas bien, vas a casa, pues bueno, pues no dando tumbazos pero... Pero sí, esto fue en progreso. 2.3.

Valoración de la primera etapa

Es de destacar en esta primera etapa de su vida cómo el alcoholismo de su madre marcó sus primeros años: su relación con ella, con sus amigos..., la frialdad en la relación con su padre y la ausencia o escasa relación con su hermano; la relación con su hermana está marcada por la diferencia de edad (9 años), asumiendo un papel protector (llevarla al cine, ir a residir a otro barrio). Felipe es un niño reservado que crece entre los juegos en la calle, sobre todo el fútbol, y el ambiente enrarecido de su casa. Este ambiente le limita a la hora de relacionarse con sus amigos de otra manera que no sea hacer actividades: jugar al fútbol, ir de paseo, al cine, etc., no llegando a establecer con ellos una relación más estrecha, de confianza. Este tipo de relación va a ser una constante en su vida. Mal estudiante, no se considera listo, pero le preocupa no tener más estudios. El hecho de no haber estudiado más, el bachillerato, le crea una sensación de inferioridad.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Empieza a trabajar a los 14 años, es una decisión que el no toma, sino que lo hacen por él. En ningún momento hace una valoración sobre el trabajo que realizaba, simplemente lo hacía, eso sí, de manera responsable, valorando el trabajo bien hecho y el estar a gusto, no es una persona competitiva, trepa. Es en este ámbito del trabajo donde empieza a buscar ser y sentirse útil. Su contacto con el alcohol, en torno a los 18 años, está dentro de los límites de lo que podríamos llamar normal, es un consumo por ocio, esporádico. Es cuando va a la mili cuando su uso tiene otro fin, le sirve para olvidar o sobrellevar momentos malos. La única consecuencia que plantea por un consumo excesivo es el castigo, no hay una reflexión personal, no se plantea otro límite. Posteriormente, este límite lo marca en llegar a casa en condiciones, consciente.

3. Segunda etapa: matrimonio - separación (1975 a 1995) Felipe conoce a su mujer Sole en XXX, periódico en el que ambos estaban trabajando. Después de un año de noviazgo, se casan en 1975, cuando él tenía 30 años. Se instalan en una calle cercana a La Casilla (donde viven sus padres). Viviendo aquí nace, en 1978, Nuria, su hija la mayor. Al año siguiente fallece su padre después de sufrir una trombosis:

Pues nosotros vivíamos en Bilbao, cerca de donde vivían ellos, y todos lo días venía, siempre le traía algo a su nieta, y bueno, en ese aspecto era muy bueno. ...tuvo una trombosis al final, tenía paralizado medio cuerpo, estuvo, gracias a mi hermana, en rehabilitación muchos años, mucho tiempo pues dormía en, pues si ya andaba en silla... ...murió mi padre hace unos veinti..., treinta años, no veinti, veintiséis años o así, veintiséis años. Cuando su padre fallece, su madre vive en casa con su hija y también pasa temporadas donde su hermano en Inglaterra. En ocasiones cuida a su nieta Nuria, la hija mayor de Felipe, en los momentos en que no tiene una chica que cuide a la niña. Su segunda hija, Elena, nace en 1981. Al poco tiempo se trasladan a vivir a Neguri, una localidad cercana a Bilbao:

...compramos el piso en la calle General Salazar, que es una que va del árbol de aquí de la plaza de toros hasta la... para allá, y luego aquello, pues bueno, al cabo de unos años, las crías habían nacido, Bilbao estaba muy feo y, claro... nosotros a Neguri, pero en Neguri Lanbide, no en Neguri... (de los ricos), nosotros trabajadores, al lado del río Gobelas...

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

En esta época seguía trabajando en XXX, como su mujer, pero el periódico va mal y sufre una primera desaparición. Ambos cobran una indemnización de 1 millón de pesetas cada uno.

Cuando desapareció la primera, el fondo de garantía te daba una indemnización, antes, ahora cada vez es menos, pero antes era, estaba bien porque por tantos años trabajados tenías... cobramos allí pues igual 1 millón de pesetas. ...Cada uno, sí, te daba el fondo de garantía salarial te daba porque la empresa era insolvente. Pero XXX empieza a funcionar de nuevo con otro gerente y le vuelven a contratar, sin embargo, a su mujer no:

Pues cuando hubo la primera etapa de desaparición pues bueno, a ciertas personas nos cogieron. Pues claro, por lógica, es que, teniendo pues a otras personas en las mismas condiciones que yo, entraran antes que mi mujer. Y mi mujer, ya yo no trabajaba, y entonces pues el sindicato, el comité de empresa que había, me acuerdo de eso, que si no se cogiera a parte de los antiguos, de los que estábamos que se cogiera, no a todos, eso era un pacto que hizo con la nueva empresa y los trabajadores diciendo bueno, pues el 80% sí, que sean trabajadores de la otra empresa y nos cogieron, y me cogieron. Sin embargo, esta segunda etapa en el periódico no fue bien, tuvo problemas con el nuevo gerente y le despide, aunque tiene que volver a readmitirle y trabaja aquí durante año y medio, hasta que el periódico desaparece definitivamente:

Pero luego hubo un señor, pues que la compró y la sacó. ...Y en esa época de año y medio yo lo pasé muy mal, muy mal, muy mal, muy mal... Empezó a pagar mal el tío, era un vividor, un sinvergüenza. Pero, pues empezó a pagar mal, no pagaba..., que si tendríamos pues... que te voy a decir... el rebajarnos el sueldo, vale, vale. A mí si me necesitan rebajarme el salario, pues me rebajan, pero bueno, viendo yo el panorama que veía, que ya... pues un sinvergüenza, un golfo, un... se gastaba el dinero, había otros compañeros míos que vivían a cuenta del..., pues los tuvimos que denunciarlos y de la noche a la mañana pues me presento un día a trabajar y me encuentro con una carta de despido, bien, me... bueno a la calle. Entonces yo le denuncié, fuimos a juicio y yo gané el juicio. Tenía despido o sea despido nulo, el tenía la obligación de cogerme y de pagarme. Pues aquellos 6 u 8 meses aproximadamente me estaba haciendo la vida imposible ¿no? Por otro lado, su mujer, al no ser readmitida en esta segunda etapa en el periódico, saca una plaza de funcionaria en la Universidad del País Vasco en Lejona:

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Mi ex-mujer, que se presentó a una plaza para la Universidad, para funcionaria... , se presentó a las oposiciones y las aprobó. Cuando desaparece XXX está, durante casi 1 año y medio aproximadamente, cobrando el paro, entre 100.000 y 110.000 pesetas al mes, no recuerda muy bien. En esta época este dinero más el sueldo de su mujer eran los ingresos mensuales.

Normalmente, todo mi dinero que ganaba tanto trabajando cuando estaba casado, como en el paro... Pues eran unas 100.000 pesetas, 120..., 100.000, de 100 a 110, ...pues lo ingresaba, o sea, como... lo llevábamos a casa. Aprovecha este momento para reiniciar los estudios de bachillerato, pero los abandona:

Yo, pues me estuve queriendo sacar el bachiller, pero no iba a clase, llamaban... ...no es que no vaya a estudiar, que voy a ir más tarde y resulta que no voy, estoy por ahí bebiendo... Posteriormente trabaja como jefe de distribución en un nuevo periódico, el ZZZ Así cuenta Felipe como surgió esta oportunidad y como terminó en 1989:

Eusko Alkartasuna, sacó un periódico, que duró muy poco, duró nueve meses, un parto. Era muy político, muy politizado. Y entonces, pues bueno, yo me enteraba, porque claro tenías contacto con gente de periódicos y de empresas y tal del periódico, y me informé, me enteré que sacaban. Entonces, por medio de un cuñado mío, que es un amigote suyo era vecino de GGG. GGG es un tal, pues un cargo que tenía Eusko Alkartasuna dentro de su... porque no solamente..., en los partidos no manda Garaikoetxea, sino la gente que hay alrededor y tiene mucho poder, y ese tenía... y le habló, y casualidad que tenían informes míos, que ya sabían, se conoce que pidieron... me dice –no, que ya he pedido informes tuyo y además, me dijeron, informes muy buenos, y tu no te preocupes que te van a coger–. Y entonces, pues vieron que mi historial que sabía, porque lo sabía, que era bueno, pues me cogieron y estuve de jefe de distribución desde... pues 9 meses. Yo estaba, iba, no asistía a los consejos de administración, hombre, asistía al preámbulo. Yo presentaba los papeles, cómo iba esto, cómo iba lo otro, pero claro veía muchas cosas raras, ... no se vendía, no había publicidad, mala distribución, muy barato y todo eso. Bueno desapareció ¡otro golpe! Durante esta época sus ingresos eran en torno a las 150.000 pesetas mensuales:

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Y era el jefe de distribución, ganaba bien. Si, no, bueno, me fue bien porque tenía dietas, tenía todo, ganaba bien. Lo máximo que he ganado en toda mi vida ha sido 150.000 pesetas en ZZZ. Trabajando en este periódico empiezan los trámites de separación del matrimonio. Fue una separación amistosa en la que la mujer se queda con el piso y el con el coche, también acuerdan verbalmente que la manutención de las hijas mientras éstas son menores de edad correrá a cargo de su mujer:

Nosotros quedamos en un acuerdo, tanto mi mujer como yo, y yo, pues claro, me encontré con el cielo y la tierra, ella se quedó con el piso, o sea, en plan pacífico ¿no?, yo me quedé con el coche. Y, claro, la procuradora, el juez pues te obliga que los hijos sean menores de edad, pues necesitaban una beca, pero fue una cosa apalabrada, tanto dinero pero que no..., pero que no tenía yo que pagar, quedamos un acuerdo verbal entre mi ex-mujer..., mi mujer pagaba, porque yo veía que tampoco con mi dinero pues no podía vivir, y bueno. En 1989 Felipe se marcha a vivir a casa de su madre, en la que también vivían su hermana Pilar, su cuñado y la hija de ambos. El motivo de que la hermana viva en casa de su madre lo explica así:

Nosotros cuando nos marchamos, nos independizamos, nos casamos, pues mi hermana se quedó con el... se quedó en casa, era joven todavía. Cuando murió mi padre, pues le dijimos a mi madre mi hermano y yo –nosotros del piso no queremos saber nada, el piso que se quede Pilar (era mi hermana) y tú eres la responsable–. Cuando se casó lo mismo nosotros, mi hermano y yo no queremos saber..., o sea, en aquella época vivíamos independientes, pero ya que mi hermana estaba con mi madre lo más lógico es..., pero con la condición de que mientras mi madre viva ella será la dueña y mi madre, mi hermana vivir bien. Vive con todos ellos durante 4 años:

Mi madre estaba físicamente bien, muy bien; vivía con mi hermana, con su hija, nieta, y con su yerno, pero podía participar. Entonces yo le llamé y dice: no, no te preocupes, yo hablaré con Pilar y me dijo, me dice –no, no, tu te coges, te vienes aquí, Pilar ya me ha dicho que te puedes estar todo el tiempo que tu quieras– y tal, y me tiré, me tiré 4 años. En este mismo año se cierra el ZZZ y se queda de nuevo en el paro, alrededor de 1 año, cobrando 100.000 pesetas al mes. En 1990 comienza de nuevo a trabajar en una empresa de distribución de periódicos llamada YYYY por medio de unos amigos que trabajaban ahí:

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Pues tenía unos amigos en una distribuidora de periódicos, yo los conocía mucho, algunos habían trabajado conmigo. ...Se llamaba YYYY, Distribuidora de Periódicos y Revistas, o algo.... yo me encargaba de las suscriptoras, suscriptores para todos los meses y llegaba y tenía que repartir con la misma persona en moto, en coche... En YYYY estuve 3 años. Ahí también, ahí no ganaba mucho, ahí ganaba pues las 100.000 o así, no, no pagaban mucho; no tenías ninguna prioridad, no sé, ningún sobresueldo ni nada, te daban lo justo, pues 100.000 pesetas y nada más. El dinero que recibía del paro después de trabajar en el Gaur Express y el sueldo de YYYY se lo quedaba íntegro, hasta que su hermana le dice que tiene que aportar dinero en casa:

Al principio no pagaba nada en casa, pero luego mi hermana me dijo, lógico, pues que diera una ayuda, y entonces de esa ayuda yo a mi hermana le daba pues 30, 40.000 pesetas para gastos de todo, pues comida, de ropa, lavado de ropa y todo, le daba de mi sueldo y le daba esa cantidad. Surgen problemas de convivencia en el piso por el problema con el alcohol que tenían tanto Felipe como su cuñado y tiene que marcharse de casa:

Y aquello, pues bueno, también se fue deteriorando porque tenía, mi cuñado tenía problemas con el alcohol... y, y a mí me echaron las culpas... Mi madre en aquella época era la que mandaba, estaba físicamente muy bien y mi madre decía –tú te estás aquí y ésta es mi casa–. Pero eso se fue poco a poco rompiendo. Alquila un piso en la calle Zurbarán de Bilbao y aquí está aproximadamente 1 año:

Era un piso que no estaba muy acondicionado, ...allí no había calefacción porque ponías la lavadora y saltaba el automático y no podías, pasaba frío. Pagaba..., se me iba medio sueldo ahí, que pagaba, hace 15 años o por ahí, 50.000 pesetas, era muy caro. En 1992, estando viviendo en este piso y con 47 años se le acaba el trabajo en YYYY, después de 2 años en la empresa, porque no le renuevan el contrato. Recibe una indemnización de 100.000 ó 200.000 pesetas, no se acuerda muy bien, y comienza de nuevo a cobrar un paro de 100.000 pesetas.

Yo tuve..., faltaba al trabajo, bueno pues ahí yo... Faltaba, bebía, no me cuidaba... Coincidió en esa época que no me renovaron el contrato y me encontré con... bueno, ¡buf! muerto, o sea. Bueno, pues bueno, mientras cobrabas el paro, la indemnización que te habían dado durante unos meses podías pagar.

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Otro pequeño ingreso que recibe es de la ayuda que presta a su primo Marín en la tienda que este tenía:

Al marcharme de YYYY, pues mi primo Pedro, igual al cabo de 6 ó 7 meses, me buscó una chapucilla ahí. Él tenía, era socio de una tienda de guantes, de guantes de... lo de jardinería y todo, y bueno, pues, les había llegado una remesa de unos guantes de Pakistán o por ahí, y estuve durante unos días, como 15 ó 1 mes o así, iba por la mañana un rato y a la tarde otro rato a contar los guantes, si estaban en buenas condiciones, si estaban rotos..., y ahí me pagaba, pues no sé, 2.000 pesetas un día o..., me daba ¿no? sin nada. Pero tiene problemas para pagar el alquiler y se marcha a vivir a una pensión:

Yo tenía..., no me gastaba en comida ni en mujeres ni en..., me gastaba, pues, en alcohol, si comía, comía de mala manera, en alcohol, o sea, y hasta que... estuve durante mucho tiempo, pues viví, ya me busqué una pensión porque no podía pagar... En este momento de su vida vive en 2 pensiones del Casco Viejo de Bilbao durante 1 año, más o menos, en cada una de ellas. La primera es una pensión de la calle Esperanza, de la que no recuerda el nombre:

En la pensión como fijos éramos 2 ó 3 y luego los otros pues venían de vez en cuando. Y él quiso montar una pensión para estudiantes, dar comidas y todo. Entonces nos tuvimos que marchar. Después de aquí se traslada a vivir a la pensión Méndez de la calle Santa María:

...entonces estuve durante un tiempo en una pensión, estaba muy bien, en la calle Santa María, porque era muy... era pequeña y tenías la tele en la salita, y, como mucho, te venían parejas de fin de semana o así, pero era muy controlable. Estando en esta pensión, duerme un día en el albergue de Elejabarri (albergue para las personas sin techo), así me lo cuenta:

Pues un día me marché, no le pagué a la pensión, estuve deambulando por ahí de mala manera, me fui a... a esto a... a Rekalde, al sitio donde duermen... Ahí estuve durmiendo un día me dijeron que como mucho un par de días porque yo tenía, era de Bilbao, tenía un domicilio y todo, y me dieron para comer pues en..., allí en Irala, e iba a comer y a cenar, allí, pues bueno, estuve un día sin ir a..., dormía, pues, en cualquier sitio... En la calle, 1 día ó 2 sí, pasaba tiempo, hasta que..., pues bueno, ya me lo claudicaron.

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Mi hermana me ya me claudicó. Y bueno, pues estuve, me cogió, me cogió en casa un día, pagamos a la pensión lo que le debía y volví y bueno, pues, así estuve. En Marzo de 1995 se traslada a Tarragona. 3.1.

Relación con el alcohol en esta segunda etapa

Su problema con el alcohol él considera que comienza en torno a los 27 años, 3 años antes de casarse:

...Yo creo que fue más tarde, ya igual..., hombre, pues eso, a partir de los 27 años a así... Sí, ya empiezas a salir más, ya vas, no sé, pues a discotecas, ya empiezas a beber cubalibres, no le das importancia, vas bien, vas a casa, pues bueno, pues no dando tumbazos pero... Pero sí, esto fue en progreso. El consumo de alcohol fue creciendo poco a poco.

Normalmente, todo mi dinero que ganaba tanto trabajando cuando estaba casado, como en el paro pues lo ingresaba, o sea, como... lo llevábamos a casa. Lo único era, pues bueno, pues igual, en aquella época ya empezaba pues a beber, me gastaba. Bebía menos, que había veces me notaban, pero bueno. Me gastaba el dinero, iba a los bancos, sacaba la cartilla y pagaba, y bebía pues todos los días 2 cubatas vamos a decir ¿no? Al principio no le da importancia y, según comenta él, su mujer tampoco:

Y cuando, pues me casé, pues también. Bebía, a veces, a escondidas, pues igual se marchaba mi mujer a la cama y yo me quedaba viendo la tele y ya bebías viendo un rato pues un par de copas, tres, salías por ahí a tomarte un par de cubalibre ó 3, ya empezaba tarde, antes de comer ya te tomabas 2 ó 3 vermuts, ya venías un poco..., igual luego te echabas un poco la siesta, se te pasaba ¿no? ... Sí bebía. No das..., igual no le das la importancia que le puedes dar ahora porque..., tampoco mi ex-mujer tampoco le daba. Aparte de beber en casa, también consume alcohol cuando sale de trabajar, en cenas, cuando va a ver partidos de fútbol:

...bebía cubas, no me gusta el vino, vino cuando no tenía, igual, dinero, pero me ha gustado a mí los cubalibres. Salía de trabajar, me tomaba en vez de..., el vermut me gustaba, me tomaba 2 ó 3 vermuts. Y ya, poco a poco, mi mujer me fue notando; pues, igual, iba a ver un partido de fútbol allí, pues me tomaba una copa, un cubata y al hablar se notaba...

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Estaba en el consejo escolar, fui el más votado de todos los padres, sí, muy participativo. E íbamos a..., casi todos los domingos entre unos padres, profesores a jugar al fútbol al patio y todos los días que íbamos dábamos 20 euros, había un cajero, vale. Cuando llegaban 4 ó 6 meses íbamos a una cena. Antes de la cena ya bebía bastante, en la cena, antes de cenar, un par de vinos y ya estaba mal, ya empezaba... Cuando el periódico XXX en el que trabajaba esta a punto de desaparecer en su primera etapa, este consumo se acentúa:

Pues porque no sé, pues diría..., por el trabajo pues problemas, pues que desaparecía XXX, nos iban a coger ¿no?, pero fue a más, o sea. Y se va agravado por el hecho de que empieza a gastar mucho dinero, sobre todo cuando se queda en el paro después de que desaparece definitivamente XXX. Al principio encubre este gasto pero llega un momento en el que no puede hacerlo más:

... ya, pues, se empezó a... a... a faltar dinero, no a faltar dinero, cada vez había menos dinero en la cartilla, nos quitaron la luz, llamaron y tal, me llamó la chica que les cuidaba, le tuve que pedir dinero a mi cuñado, mi cuñado me dio dinero para poder pagar la luz, los recibos... No pagaba la seguridad social de la chica..., faltaba dinero de la cuenta de la administración de los pisos y, claro, pues... Me cuenta otra situación en el que la mujer ya le empieza a decir que bebe más de la cuenta:

Pues bueno, pues lo que eso, que viviendo, por ejemplo, me he ido, pues cerca de donde vivíamos había un campo de fútbol y estaba allí ¿no? y bueno, les llevaba a mis hijas, si podía ir andando, estaba a 5 minutos, pues allí me tomaba un par de copas viendo el partido, entonces mis hijas estaban jugando por allí, mi mujer estaba tranquila en casa descansando, lo que sea, ya tomabas igual pues un par de cubatas y ya ibas a casa con un... pues con los ojos mal y ya empezabas a escuchar, no a escuchar, sí, que bebía más ¿no? de la cuenta, que no... Su hija Nuria también se da cuenta del problema:

Un día mi mujer me dio el ultimátum, ya no podía con el alcohol, el no vivir, porque lo abandonaba todo... Y un día, pues, vale, me marché de casa, bebí ese día, llegué a casa y mi hija ¿pues qué tendría?, pues en aquellos momentos 8 años, no 10 años Elena, o digo Nuria, no 10, y era, ha sido siempre muy responsable, entonces eso, en todo, y ya me lo dijo ¿eh? que no beba alcohol, que me quiere, que deje de beber... Finalmente su mujer le pide que se marche de casa:

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Hasta que luego ya llegó el ultimátum de... en septiembre, pues mi mujer dijo: no podemos vivir así... Sí, bueno me dice, no, que bueno, que me vaya de casa. Aunque la relación se mantiene a través de sus hijas:

Hubo, después de la separación hubo..., pues cuando yo me marché generalmente una vez a la semana, si mi hija la pequeña que siempre estaba más delicada, pues... iba donde ella, íbamos con mi ex-mujer al médico y tal, pun. o a psicólogos... Al separarse, se va a vivir a casa de su madre durante 4 años. En este tiempo el consumo de alcohol continúa, afectando a las relación con sus hijas, con su hermana y su cuñado:

Yo vivía con mi madre, pues muchas veces me preocupaba por mis hijas, le llamaba por teléfono a ver qué tal estaban y, bueno, me notaba mi mujer, al hablar y tal, pues que había bebido, que seguía igual ¿no? y así hasta que se fue deteriorando. Mis hijas solían venir a casa de mi madre, a pasar el... cuando le correspondía lo del..., pues el sábado o lo que sea, pero ahí tenía problemas porque tenía problemas con mi cuñado. Pues mi cuñado era como yo, ahora está bastante formal, muy irresponsable, bebía mucho... Y eso se fue deteriorando, entonces me dijo mi hermana –te tienes que marchar–, no por ella, si no... Se va a vivir al piso de Zurbarán, pero estando aquí los problemas continúan y su familia decide controlarle el dinero:

Entonces ya tuve problemas ahí, ya me desligué de mis hijas totalmente, totalmente, por ese motivo, porque estaba hecho una porquería, pues me daba... no asistía al trabajo ¡buf!, igual durante un día, me venían a buscar y no les abría la puerta..., punto... Me pasó el toque, mi hermana es enfermera y trabaja en Basurto, pues me consiguió. Iba allí cada 15 días, pun, pun, tenía mis recaídas, mi alcohol... porque yo pensaba, en cuanto tenía dinero, en vez de comer, pues prefería tomarme un cu..., dos o tres o veinte o lo que sea, y se me olvidaba. Y claro, hecho una piltrafa, iba a casa sin dinero... Tuve una temporada que..., pues, cuando en el paro ibas, tenías que hacer asistencia para que me firmaran el papel, pues no iba. Entonces, claro, me mandaron la notificación en la que me suspendían. Pues bueno, pues gracias a mi hermana que me cogió y por medio del médico de... que me atendía me dio un informe... un tal López y bueno... me lo... me lo otorgaron de nuevo, la pensión que no cobraba, pues ya empecé a cobrar. Entonces, claro, yo lo que hacía pues, como siempre, me gastaba el dinero. Entonces cogieron, pues, mi madre me lo guardaba, le cogí... le pedía a mi madre, vale.

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Por no poder pagar el piso se va a vivir a una pensión. Su estancia aquí es para dormir, porque todos los días comía en casa de su madre. El control del dinero lo ejerce su hermana hasta que marcha a Tarragona:

Y allí, pues bueno, mi hermana me dijo –tú lo que haces, tienes que controlarte el dinero y yo pagaré la pensión–. 3.2. Valoración de la segunda etapa Ésta es la etapa más tormentosa e irregular de la vida de Felipe. Aunque los primeros años son buenos, se casa y tiene dos hijas, la pérdida de empleo en 3 ocasiones, la separación y varios traslados de vivienda, como consecuencia directa del consumo de alcohol, marcan una situación personal y familiar difícil. En general, se sigue comportando como una persona sin recursos, dependiente de la ayuda de los demás, a la hora de buscar trabajo, de necesitar dinero o de controlárselo. En esta etapa predominan las relaciones familiares, por un lado su mujer y sus hijas, y por otro sus hermanos, su primo Pedro, y, en alguna ocasión su madre. Con estas últimas establece una relación de dependencia, de ayuda, son apoyos en los que se sostiene en los momentos de dificultad. Las relaciones personales son superficiales y derivadas del trabajo o de su participación en el consejo escolar del colegio de sus hijas. Son personas con las que cena, come, y bebe en ocasiones puntuales. La pérdida de empleo la vive de una forma bastante negativa, perder un trabajo lo considera un golpe en la vida, aunque económicamente no le planteaba ningún problema, puesto que tenía, por término medio, alrededor de 110.000 pesetas al mes de ingresos, tanto mientras trabajaba como cuando cobraba el subsidio de desempleo. En cuanto a la vivienda, las condiciones se van deteriorando progresivamente y están muy ligas a las relaciones familiares. De vivir en una vivienda en propiedad con su mujer y sus hijas, pasa a residir de nuevo en casa de su madre con ésta, su hermana, su cuñado y su sobrina, con el agravante de que su cuñado también era alcohólico. Posteriormente vive solo en un piso alquilado que no tiene muy buenas condiciones, trasladándose finalmente a una pensión. El consumo de alcohol es habitual, tanto dentro como fuera de casa. No le da más importancia que el gasto que eso le ocasiona, en ningún momento hay un reconocimiento de que sea un problema que haya que solucionar.

4. Tercera etapa: Tarragona (1995 a 2003) En marzo de 1995 marcha a Tarragona. Su hermano le propone ir a trabajar a un hotel en Sant Feliú:

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... hasta que al final mi hermano me dijo, mi hermano tiene un cuñado que es catalán, mi cuñada es catalana y trabaja... el cuñado de él trabaja de... es programador de informática y llevaba varios hoteles de la costa de Brava en Rosas. Y le dijeron –oye, pues mira oye aquí hay un... que va a montar un hotel en tal sitio, pues a ver si le interesa–. El trabajo era por temporadas, de marzo a octubre, y hacía tanto labores de jardinero como de camarero.

Hombre, entonces ahí, en los ratos, cuando iba yo a primera hora hacía la limpieza del jardín, todo, del... todo. Luego a las once, pues me cogía y ya me vestía de camarero..., que yo nunca había sido camarero. Durante el primer año vive, de marzo a junio, en un apartamento que tiene su hermano en Badalona, pero ya lo que queda de temporada y el año siguiente vive en unas dependencias del hotel:

Pues me dijeron si por tal fecha empiezas a trabajar. Pues yo, pues hace 10 años, por ahí. Empecé, pues, en marzo o por ahí. Era una temporada, era claramente de marzo a octubre, era una temporada de verano. Y mi hermano, tiene, pues un apartamento en Badalona, que está a 5 kilómetros de Sant Feliú. Bueno, y entonces, en aquella época hacía yo Badalona-Sant Feliú, porque yo, igual, entraba a las nueve y a las seis de la tarde me marchaba. Y..., ya. Pero ya en el verano, cuando ya empezaba la temporada fuerte, entonces ya, ellos ya me dijeron, bueno en esa época, claro –no puedes irte a Badalona, porque igual acabas a las dos de la mañana, en un bar–. Nosotros teníamos allí en el hotel, adjunto al hotel una casa con habitaciones –y allí dormirás–. Bien, vale. Y allí mismo en el hotel nos daban de comer y de desayunar, y todo, vale. El tercer año le hacen encargado del bar del hotel:

El siguiente año esa señora, la dueña pasó a comedor y el chico que..., muy amigo mío además el chaval, Carlos, pues ése vino a..., se encargó del bar, vale. Yo estaba como de segundo. Pues el tercer año ese chico pues estaba un poco disconforme, claro, en un bar y tal, paso a recepción... Pues me encargaron a mí del hotel, del bar. Estuve, si, de... pues, hasta ahora, cuatro o cinco años encargado del bar. Y cambia de domicilio, primero vive con sus compañeros de trabajo en una nuevas dependencias del hotel, pero al cabo de un año se traslada a vivir con uno de estos compañeros al piso que éste tenía alquilado:

... quisieron ampliar el hotel, entonces en el terreno de esa casa, lo tiraron, construyeron un hotel, lo ampliaron, un anexo, y, claro, a todos los

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empleados nos pusieron en una habitación, en habitaciones del hotel, ¡más chungas!, en una habitación como ésta igual estábamos 4... Y ahí estuvimos pues hasta... un año antes de darme el infarto, pues un compañero que trabajaba conmigo estaba en un piso, le abandonó la novia, me dijo –oye, te interesa...– y yo sí, pagábamos a medias y ya tenías un piso. Y ahí estuve hasta que me dio el infarto. En general, mientras estuvo trabajando aquí, cobraba unas 125.000 pesetas al mes:

Ahí ganaba unas 125 ó así... pues depende de qué temporadas sacabas buenas propinas, sí, casos excepcionales o había una fiesta de algunas personas, pues siempre te daban algo. Desde el principio su hermano le controla el dinero:

Desde que fui a Tarragona allí, pues yo todos los meses me gastaba, el día que tenía libre de trabajo, pues bebía, comía..., pues la comida del hotel no me gustaba, entonces me iba a comer fuera, me gastaba. Entonces, en aquella época ya me empezaron a controlar, mi hermano me dijo: mira, todos los meses..., mi hermano abrió una cuenta a su nombre en el Banco de Bilbao y yo todos los meses le entregaba pues 50 ó 60 ó..., le entregaba todos los meses, y de aquella cuenta la firma la tenía mi hermano, yo no podía sacar, me controlaba, porque claro... Sin embargo, durante todos estos años consume alcohol de manera habitual, antes y después de trabajar:

Yo mi vida, o sea, solamente bebía, no comía nada, iba a las 7 de la mañana o antes al bar de la estación a tomarme un cubata, mal. ... cuando yo he trabajado era responsable. Bueno, a veces, iba, esas resacas que tienes, pues sí, me notaba mucho el tembleque, muchas... el hígado, no el hígado, muchas arcadas... y notaban ¿no?, más eufórico, pero en el trabajo nunca..., sí, terminábamos de trabajar, nunca he bebido..., igual terminaba la jornada y había clientes y yo me ponía en la barra, no, jamás, me ponía, me tomaba un café, me fumaba un cigarrillo fuera de la barra, ya fuera de servicio... Después sí, después, pues eso, igual, habíamos terminado el trabajo y estaban los jefes y tal, pues nos quedábamos allí a charlar, cerraban el bar, que si el cubata, que si una copa de whisky, pero bueno. Yo en los últimos años, pues el último año, me parece, ya no me vine a Bilbao. Como habíamos alquilado un piso otro compañero y yo, pues allí pasé la Nochevieja, Año Nuevo, bebía como un cosaco, tanto en la calle como fuera, digo como en casa.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Durante esta primera etapa que está en Tarragona, de 1995 a 2002 (año en que sufre un infarto), cuando finalizaba el contrato en octubre o noviembre volvía a Bilbao. Los 2 primeros años vivió en casa de una prima suya que estaba ingresada en una residencia y, posteriormente, pasa los meses de octubre-noviembre a febrero-marzo en la pensión en la que vivía antes de trasladarse a Tarragona.

... Y allí estuve durante dos años, desde prácticamente octubre hasta marzo que volví otra vez a Tarragona. Porque ocurría que yo venía, por ejemplo, a Bilbao y en un principio pues claro, nosotros teníamos una prima que se quedó huérfana y ella estaba en una residencia, y tenía un piso libre en Irala, y estuve durante una temporada viviendo en ese piso..., lo adecentaron un poco, lo arreglaron y no pagaba nada, pero me gastaba el dinero. También en Bilbao el consumo de alcohol era constante, no controlaba el dinero, no podía pagar la pensión, al principio se la pagaban sus hermanos y él cuando cobraba les devolvía el dinero, hasta que deciden controlarles ellos la cartilla, el hermano tiene su firma en la cuenta de Felipe y de esta manera puede pagar a la pensión mediante una transferencia:

... el problema que tenía era que acababa la temporada, igual estaba 3 meses sin cobrar el paro, entonces claro, ahí te daban el sueldo más el finiquito a la terminación de temporada, igual pues me lo gastaba, me quedaba y no tenía ni para pagar la pensión, y, claro, pues mi hermano, mi hermana me ayudaban, me pagaban la pensión y yo, cuando recibía el dinero... Ya me empezaron a... me quitaban la cartilla... porque derrochaba el dinero... igual, el día 14 ya no tenía dinero prácticamente y, claro, había que pagar otra vez la pensión y, bueno, pues mi hermano ya me cogía y en vez de darme a mí el dinero pues, en la pensión que estaba en Santa María le hacía una transferencia a la cuenta corriente de... También su hermano le propone abrir un plan de pensiones para tener algo de dinero en el futuro:

Entonces mi hermano me dijo, pues una de las veces, yo trabajando allí, una de las veces que se acababa la temporada y tal, allá en noviembre, pues me dijo: oye ¿quieres...? tienes que tener algo de dinero para el futuro, entonces me hice el plan de jubilaciones, entonces, lleva ahora como 7 años u 8, el plan de jubilaciones, ingresaba 25.000 pesetas todos los meses en el banco y mi hermano me..., o sea, yo ingresaba, y me lo descontaba. En estos años la relación con sus hijas es prácticamente inexistente. Me habla de ellas en relación a un hecho que ocurrió un día en Bilbao, cuando estaba aquí después de cerrar la temporada en Tarragona:

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Bueno, hubo una vez ya, que yo trabajaba en..., ya trabajaba en Tarragona, y me las encontré en los Arcos de la Ribera (Bilbao) y no las hice caso. Sí (bajito), pasaban sí, me cogieron, me llamaron. Sí, sí, no las hice caso (en un susurro), iba a decir a las tres. Yo, pues nos cruzamos, uno para aquí y otro para allá, y yo me fui para delante. Entonces, volvieron y me llamaron. No me dijeron nada (bajito), en esos momentos, ya tendrían 10 años ó 12, y..., pero al cabo de..., más, de un tiempo me mandó una carta Elena muy dura, como diciéndome que me odia..., me quería, pero me odiaba por el comportamiento y de todo ¿no? Por estas fechas también se produce la separación definitiva de su mujer, el divorcio, y sus hijas, a través del abogado, le piden que les pase una cantidad, sobre todo para ayudar a Elena, su hija, a pagar un piso de alquiler mientras estudia. Como no tiene muchos ingresos, y ya estaba ahorrando 25.000 pesetas todos los meses para el plan de pensiones, les pasa 25.000 pesetas al mes:

Pero, claro, ya se encontró Elena con ese problema, que tenía que pagar el piso de alquiler y tal y me dijo el abogado –oye, pues mira, me han dicho éstas que necesitan dinero– y yo he dicho –oye, mira, yo gano 120.000 y no tengo..., no puedo pagar más– y bueno, dicen que necesitan ayuda, vale, pues ayudo, yo, pues como mucho lo que haré es darle un ingreso, una cantidad y dijo –vale– y le ingresaba 25.000 pesetas para las dos, eso lo que más podía, porque, claro, yo tenía que luego venir a Bilbao, pagar, o sea, había veces que cobrabas el paro, otras veces que no. Entonces lo que hice, mi hermano se encargó, yo le paso todos los meses ingresaba dinero en la libreta de mi hermano, entonces mi hermano, que en aquella época trabajaba en el banco y todos los meses hacía él la transferencia de 25.000 pesetas a la cuenta de Nuria o de Elena, todos los meses. En mayo de 2002 sufre un infarto que le provoca una muerte súbita. Después de salir del hospital decide quedarse a vivir en el piso que su hermano tenía en Badalona, en vez de venirse a Bilbao. Así me lo relata:

Y luego un día, ese día, pues estaba, llegó mayo, ¡jo!, tenía sudores, escalofríos, me dolía el pecho y yo en esa época, pues, durante dos años, viviendo en... con un chico, Carlos... y le digo –Carlos, no me encuentro bien, ¿eh?–, me dice –si estás blanco–. Dije –¿me llevas...?–. Estábamos en Sant Feliú, Sant Feliú al Lloret hay unos cinco kilómetros, le digo –llévame a urgencias a que me vean– y me llevó. Me asistieron allí y me dijeron –tienes que ir a... a... cómo se llama a... a Santa Tecla, te vamos a llevar–. Llegué a Santa Tecla y... ya no me acuerdo de más. Hasta que..., no me acuerdo de nada. Tengo 4 ó 5 días en mi vida que no sé el tiempo que no me acuerdo de nada, que no me acuerdo de nada. Me acuerdo que me desperté en, en, en la UVI y bueno, pues y nada más... y luego hasta que me contó mi hermano pues que estaba clínicamente muerto, me habían dado la extremaunción... Claro, luego me dieron unas corrientes y tal,

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

bueno. Y allí estuve un mes estuve y ya me fui recuperando, pero bueno, lleno de cables, no podía hacer nada y... hasta que me buscaron habitación en Santa... en Cambrils, en Barcelona, Pues al final me encontraron, me llevaron en ambulancia y estuve allí en Cambrils. Estuve casi 2 meses entre hospitales y hospitales. No podían hacerme nada con el corazón y hasta que me plantaron aquí un, un desfibrilador y con eso vivo. ... Ya me dieron el alta, me pusieron esto (el desfibrilador) y tal y entonces, claro, el dilema era volver a Bilbao o quedarme en Badalona. Pues claro, mi hermano ya había hablado con mis hijas y entonces, bueno, pues tomé la determinación de quedarme en Badalona porque claro, tenía que venir a Cambrils, tenía que hacer muchos cambios y ahí me tiré pues año y medio en... en Badalona. Tras este infarto retoma un poco la relación con sus hijas:

El día, el año que caí malo pues me vinieron a visitar, mi hermano les llamó que vinieran a visitar. Poco a poco, en esa época, pues desde que caí malo, desde el 2002, la mayor, pues bueno, ya tenía más roce ¿no? Sin embargo sigue bebiendo:

Después de la operación, pues bueno, tuve muchos, muchos altibajos... Estaba cada dos por tres mal, bebía mucho, de todo. En febrero de 2003 fallece su madre, le tienen que insistir en ese momento su hermano y su hija para que venga:

Mi madre ahora tendría... nació en el 13, no en, si en el 13, pues tendría 93 años. Se murió el año, hace dos, el año pasado, el año pasado se murió, sí, no, el año pasado no, en el 2003, en el 2003, el 18 de febrero. Y tenía, pues, sus más y sus menos, y yo en aquella época estaba en Tarragona. Mi madre estuvo recluida varias veces en residencias y claro, yo no quería venir. ... Me llamaba mi hija y me llamó mi hermano –que ama está muy mal, que está muy mal, que está muy mal– todo, yo voy, estaba hecho una braga, hecho una porquería y ya, hasta que un día me llamó mi hija la mayor, Nuria, y me dijo –que ama está muy mal, tienes que venir– y dije, bueno, pues bien. Cuando vine cogí el tren y ya se había muerto. Pues yo lo sentí. Fuimos aquí, al Sanatorio Bilbaíno, eh... a la... nuestro ayuntamiento, al sanatorio, al tanatorio. Ahí le dejaron y fuimos a verlo. Yo no, ya había dicho –yo no quiero verlo no quiero–. Mi madre la tengo como tenía y a mí esas cosas a mí no me gustan, no me gustan y, y es que no me gustan, nunca me han gustado. Y lo pasé muy mal, estaba muy hecho una porquería físicamente de yo..., pues, me hicieron una misa las Hermanitas de los Pobres, estaba allí, yo lo pasé mal, lloré...

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Vuelve a Badalona, pero en verano de este año 2003 empieza a replantearse regresar a Bilbao:

Allá por el 2003, después del verano, ya lo fui maquinando, pensándolo que... que esto no era forma de vivir, por todo ¿no? ... Y ya tuve, pues igual, en octubre de ese año, tuve una racha que no comía, me levantaba a las 5:00 ó 6:00 de la mañana para ir al bar de la estación, cubatas, lo que sea, no comía, no levantaba las persianas ni me afeitaba y pues, vino un día mi sobrino con sus amigos... y ¡jo! ya me vio mal y no salía de la habitación, agarró su padre y me llamó que esto no puede ser... Me empezaron a dar los ultimátums mi familia, mi hermano, mi cuñada, y al final tomé la decisión de... de venirme para aquí. Regresa a Bilbao en octubre para buscar una pensión, y se traslada definitivamente en diciembre de este año. Los ingresos desde el infarto son la baja, 125.000 pesetas, que cobra de la empresa hasta septiembre de 2002, que es cuando se le finalizaba el contrato por fin de temporada y luego el 75% de esta cantidad directamente de la seguridad social hasta que le conceden la incapacidad absoluta en noviembre de 2003 y se jubila. 4.1.

Valoración de la tercera etapa

En esta etapa trabaja como camarero en un hotel de Tarragona. Como en ocasiones anteriores, accede a él a través de una tercera persona, en esta ocasión su hermano. Es Juan, en esta época, el que asume la tutela de Felipe: prestándole su piso para vivir, controlándole el dinero, velando por su futuro (plan de pensiones). La relación con su mujer, sus hijas, su madre y su hermana es prácticamente inexistente. Al final de esta etapa muere su madre, en esta ocasión sí que manifiesta dolor por la pérdida Las relaciones personales son escasas, un compañero de trabajo y la familia propietaria del hotel en el que trabajaba, aunque valora el hecho de sentirse aceptado y querido por ellos; este es el único aspecto que destaca de su relación. En el apartado de vivienda también hay cierta inestabilidad. Mientras está en Tarragona vive unos meses en el piso de su hermano, después en dependencias del hotel, durante un año con su compañero de trabajo en un piso alquilado y, finalmente, el último año, antes de regresar a Bilbao, de nuevo en el piso de su hermano, compartiéndolo en la temporada de verano con Juan y su familia. En los meses que pasa en Bilbao, los 2 primeros años vive en un piso propiedad de una prima y después en una pensión, en la que vivió antes de trasladarse a Tarragona. En su tiempo libre se dedica a beber, en la mayoría de las ocasiones solo. Sin embargo el alcohol no parece que afecte a su trabajo, sigue siendo trabajador y responsable mientras trabaja.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

La salud se ve afectada gravemente tras sufrir un infarto, lo que provoca que se jubile anticipadamente. Sin embargo no le impide seguir consumiendo alcohol de forma regular.

5. Cuarta etapa: vuelve a Bilbao y entra en contacto con Cáritas (desde 2003) Poco antes de las Navidades de 2003 regresa a Bilbao. Se instala en una pensión de la calle Somera que había buscado junto su primo Pedro:

Estaba en una pensión aquí en la calle Somera, pero muy mal, muy mal, en una habitación como ésta y sin ventanas casi. A través de este primo también se apunta a Bolunta para realizar alguna actividad y ocupar así su tiempo libre y tiene conocimiento del centro de día de Cáritas:

Entonces cogí y ya el día 12 ó 13 de diciembre, en el 2003, ya cogí... Bueno, yo ya había estado una de las veces que estuve en Bilbao, pues ya estuve con mi primo viendo pensiones, cuál era más barata, cuál era tal y bueno pues ya tenía la dirección de una pensión, les llamé –tal fecha voy para allí y...–, pues bueno, eso fue en las Navidades éstas, las pasé en casa, andaba mal, me gasté el dinero para pagar la pensión, mi hermano me adelantó para pagarla y entonces lo que hizo era guardar la cartilla. He dicho mira, tu... sacamos ahora dinero, y vas pagando cada 15 días la pensión y Pilar, que es mi hermana, te da la cartilla, cada 15 días te dará dinero para la pensión y para tus gastos. Pues, bien, vale. Y eso hacía. Y de paso pues bueno, mi herma..., mi primo Pedro me dijo lo de Bolunta, me fui a apuntar y vale, me cogí y me apunté pues para tener algo en el tiempo libre ¿no?, o ocupado, porque salir de la pensión, por la calle bebía..., pues no. Y también había oído pues de Cáritas, de esto. Y un día me dijo –vamos a ir, porque... que he llamado y que vayas–. Le admiten en este centro de día en enero del 2004 y le ponen en contacto con el psicólogo de Cáritas al que acude desde febrero de 2004. Mientras tanto continúa viviendo en la pensión, tiene recaídas, pero me asegura que no son de beber.

Yo al de poco de venirme aquí, ya me buscó un psicólogo en Cáritas, entre enero y en febrero ya decidí ir a Cáritas. Entonces, bueno, pues dejé de ir, yo tuve algunas..., pequeños deslices, pues recaídas de no venir, estaba en la pensión no comía..., pues estaba igual 2 días sin venir al centro. También le proponen acudir a las reuniones que Alcohólicos Anónimos hacen en el centro. Asiste a 2 ó 3 reuniones pero lo deja:

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Sor Teresa... primero me buscó, al de poco de venir, porque sí..., no, antes de venir aquí, en Navidad sí que bebía, entonces me buscó un sitio de alcohólicos anónimos, que los jueves se reunían aquí, cuando una vez ya entrado aquí, en el centro se reunían. ... Siempre éramos los mismos, todas las reuniones, alguna vez venía uno..., entonces, pues bueno, pues ya lo fui dejando, para decir, bueno, pues no sé, si el hablar una vez a la semana, casi siempre hablaban las mismas personas y ¡suerte que había...!, y entonces, bueno, lo fui dejando y lo dejé. Hasta que en Junio de 2004 acuden a buscarle a la pensión Sor Carmen y Rosa, la asistente social del centro de día:

Pero allá por junio del 2004 pues también tuve otra recaída, por San Juan o por ahí. Ya, pues mal. Me fueron a ver la doctora Sor Carmen y Rosa, fueron a la pensión, ¡buah! Y bueno, prácticamente no es que me dieran... yo..., pues un ultimátum ¿no? –Así no pedes vivir, yo confío mucho en ti– y tal, bien. Ya me buscaron un psiquiatra, en Ajuriaguerra, allí en Solokoetxe. Desde entonces acude diariamente y participa en las actividades que se realizan en el centro y en hacer recados diversos:

Bueno, pues ya desde aquella fecha ya no he faltado. Ya me dieron más actividad, pues ya me mandaba Sor Teresa a un recado, a otro, ya vino... pues ya, otra monja ya le acompañaba igual a comprar ropa para la gente de aquí y bueno. Posteriormente deja de vivir en la pensión para trasladarse a un piso de acogida que también pertenece a Cáritas y en el que reside actualmente con otros 3 hombres desde el 1 de noviembre de 2004:

Ya me lo advirtió también Sor Teresa dijo –mira pues a ti te conviene pues un piso de acogida que una pensión...– claro, entonces pues me dijo... El 1 de noviembre ya empecé a ir allí. ¡Jo!, ha sido un cambio radical, o sea... Por lo menos tienes una habitación para ti sola, lavabos... si quieres estar en la habitación estás los cuatro o no, tienes tu televisión, tienes tu cocina, si un día con tu microondas quieres calentarte algo... O sea, si, ha sido el cambio ha sido a bien. En el piso tiene sus pequeñas responsabilidades:

Y claro, y bueno ya allí tenemos, tenemos que tener limpio todo, bien recogido, hecho la cama... Antes yo no me gustaba hacerla, hombre, echaba mano sin hacer la cama y... bueno, pues ya la hago ¿no? Pero bueno, ya te encargas pues de si falta el papel higiénico, otros se encargan

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

de traer las toallas... De cuatro que estamos allí todos pues, más o menos, pues estamos bien, los otros dos les cuesta, se adaptan pero bueno, entonces ya de todo eso nos encargamos y ha sido a positivo. Al centro de día acude de lunes a viernes, desde las 08:30 hasta casi las 18:00 horas. Así me describe como transcurre un día:

Todos los días yo vengo a las 8:30 aquí, estoy en la portería y apunto a todas..., tenemos un listado allí del personal y apunto a la hora que llegan, y todos los días vengo, estoy hasta las diez menos cuarto por ahí... A las diez empezamos a desayunar. Luego, pues Sor Teresa o quien sea vete a hacer esto, vete a hacer lo otro..., pues tienes el tiempo ocupado. Luego de una y media o dos menos cuarto hasta las cuatro tiempo libre, la gente puede echar en los sofás la siesta y otra habitación de mujeres y de hombres la echas, y si no, pues te vas a la sala de abajo, lees el periódico, o hablas o te vas a la calle y a las cuatro vienes. A las cuatro. Eh... suele haber el jueves, martes y jueves alguna actividad que hacemos, manualidades: las mujeres bordan, nosotros hacemos puzzles. Pero de... los lunes, miércoles y viernes es esto... juegos. Juega la gente a las cartas, al chinchón, a la brisca, a los seises. A las cinco y... a las cuatro, a las cinco y media bajamos a merendar y a las seis menos cuarto después de desayunar, merendar o seis menos diez, ya cada uno va por libre a su casa o de paseo. Con respecto a sus hijas, comenta que cuan regresó a Bilbao no se lo comentó, pero poco a poco ha ido retomando el contacto:

Yo no les dije nada a mis hijas que había venido aquí, se enteraron por medio..., le vieron una vez a mi cuñado. Pero bueno, desde el año pasado hasta ahora pues mejor, yo ya tengo más contacto con todos, con mi familia, estoy más positivo, ven que voy mejorando... Desde 2004 se ve de manera, más o menos, regular con Nuria, la mayor. En cambio con Elena se mantiene en contacto a través de mensajes en el móvil. La relación que mantiene con sus hermanos también es puntual. Con respecto al resto de la familia no mantiene la relación:

Hombre, procuro no mezclarme mucho porque no quiero. El otro día me dijo mi hermana que había este domingo pasado, el anterior, los primos íbamos a tener una comida, de vez en cuando nos solíamos..., los primos por parte de mi padre, los de Etxebarria, pero no quiero ir, no quiero ir por ese motivo, porque se pasa, sales de..., el que va a misa, pero bueno, bebes, toman unos vinos, en la comida, después de la comida, no, yo..., no, le dije a mi hermana que no iba a ir. Excepto con su primo Pedro, que es el actualmente le controla el dinero:

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Yo gastaba el dinero, cobraba y me gastaba en 15 días lo de todo un mes, no tenía un puñetero duro y no lo controlaba. Ahora, pues sí, él coge y me controla... Cada 15 días o así, le pido dinero a mi primo. En cuanto a los ingresos, recibe una pensión mensual de 791 euros, de lo que un 70% se le va en pagar el piso y el centro de día:

Yo gano 791 euros y entre el piso y la manutención pues me quedarán unos 200 euros... Ahora lo que juego mucho es con las pagas, con las pagas, y claro, ahora, por ejemplo, la paga de julio pues te va haciendo un poco de... decir de... y ahora no gasto. 5.1.

Valoración de la cuarta etapa

Esta etapa se caracteriza porque deja de beber, por su relación con Cáritas y la recuperación de la relación con una de sus hijas, Nuria, la mayor. Es la primera vez que recibe una ayuda de tipo institucional. En esta ocasión es su primo Pedro el que va a asumir esa tutela que ha estado presente en toda su vida: le va a orientar en los recursos a los que puede acceder y le va a controlar el dinero. Las relaciones familiares han mejorado, tiene un trato relativamente regular con su hija Nuria y más esporádico con sus hermanos (Navidades...). Las relaciones personales son muy puntuales y surgen de su estancia en el centro de día y en el piso tutelado en el que vive. No se siente identificado con los usuarios del centro de día cuya salud, sobre todo la mental, está muy deteriorada. La relación es buena, pero no quiere compromisos. Se siente útil, activo, seguro. Valora mucho la actividad y el apoyo que le proporciona Cáritas, se siente controlado, y es este el control que le ayuda a no caer de nuevo en la bebida. En cuanto a la salud, tras el infarto y la implantación de un desfibrilador tiene que hacerse revisiones regulares. Por otro lado, recibe tratamiento psicológico por las depresiones que sufre.

6. Autopercepción Felipe se describe a sí mismo como una persona tímida, reservada he sido de, de no expresar mis sentimientos, de luego de guardármelos todos, de no explotar en un momento determinado que ha dejado que los demás solucionen sus problemas Siempre me han tenido que sacar las castañas del fuego los demás (baja el tono de voz). Se considera poco listo, aunque siempre le ha dolido que los demás no le reconozcan lo que el vale Hombre, no me consideraba..., no he sido el listo de la familia... a mí no me valoraban de lo que valgo. Siempre ha intentado a lo largo de su vida ser y sentirse útil, buscando este reconocimiento en los demás ahora, por ejemplo, mucha gente que me conoce más, en relación con mi familia y tal, se dan cuenta, igual, del valor de que no soy un tonto o medio tonto, como tenían pensado, que tengo la cabeza muy amueblada.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

7. Trabajo Empezó a trabajar con 14 años hasta que se jubiló por incapacidad absoluta con 58 años. Durante toda su vida profesional ha valorado mucho en el trabajo ser responsable, puntual, actitudes que ha inculcado en sus hijas: El trabajo ha sido sagrado para mí, no lo que me ha llamado, pero... era muy estricto en el trabajo, me gustaba, más que otra cosa, y cumplidor y todo. Sin embargo no ha sido una persona competitiva, que valorase el ascender o el ganar más, lo que siempre buscaba era estar a gusto Nunca he tenido ambiciones, nunca he sido ambicioso, podía, he tenido oportunidades de ser un trepa, pero no me ha gustado... A mi más importante era el estar trabajando a gusto, en lugar de mucho dinero. Ha desempeñado diversos trabajos, la mayoría relacionados con el mundo del periodismo, excepto en el último que fue camarero. Sin embargo, para acceder a ellos siempre ha dependido de sus familiares o amigos era bastante cobarde, yo no me atrevía a pedir, o sea, a ir a hacer una solicitud por ahí porque no estaba preparado, no había estudiado y, claro, ya tenía..., no estaba capacitado para ir ... Para poder trabajar en un sitio, ya tenía, pues eso, igual 35 años y, quieras o no, pues no tenía ni estudios ni una carrera, vamos a decir, y era más complicado buscarlo, y así.

8. Relaciones familiares La relación familiar ha estado marcadas desde su infancia por el alcoholismo de su madre y los problemas que este hecho generaban en casa. Era muy fría (bajito), muy fría. Siempre, generalmente, acabábamos en bronca. El principal problema el lo ha visto en la convivencia Al 50%, puede ser buena, cuando no había tanto contacto, cuando la relación era esporádica, por ejemplo. Te hablo por parte, con mi familia y mis hermanos cuando, si estabas una semana y eso juntos, pues la convivencia se empezaba a dificultar, pero si estabas poco tiempo, teléfono, cartas o tal, te preocupabas más ¿no? Sin embargo, aunque reconoce abiertamente el apoyo que le ha brindado su familia en los momentos de dificultad sin la familia sería un cero a la izquierda. En ese sentido nunca me han dicho que no, nunca se ha sentido valorado por ellos Yo he sido más valorado fuera de mi familia que mi familia. Esta búsqueda de reconocimiento es una constante en su vida. Con respecto a sus padres, la relación la ha desarrollado básicamente con su madre, de la que guarda un grato recuerdo, y con la que se identifica en la forma de ser Más, hombre, yo me acuerdo de mi madre, y era buena, o sea, mi madre, muy cariñosa... era muy reservada mi madre, muy reservada, igual como yo, se guardaba todo dentro. Sin embargo, de su padre no tiene buenos recuerdos, no manifiesta sentimientos abiertos hacia él, excepto cuando fallece Luego, como dice, mi padre era muy tirano, muy..., se murió la rabia o se, se murió el perro se acabó la rabia, alguna cosa de estas ¿no?

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La relación con sus hermanos ha sido constante a lo largo de su vida, tanto en Bilbao como en Tarragona. Por un lado, han sido su apoyo cuando lo ha necesitado todos los problemas que tenía pues bien recurría si estaba mi hermano o si estaba mi madre o mi hermana, a la vez que ellos han estado pendientes de él tanto como mi hermano como mi hermana, si no fuera, hubiese sido por ellos, pues estaría hecho una mierda por ahí. De su etapa de matrimonio guarda muy buenos recuerdos, para él lo más importante eran la familia y sus hijas Los primeros años muy buenos, estaba muy involucrado yo. Sí, sí, estuve hasta los 6 ó 7 años de..., 8, pues muy bien, muy..., lo más principal era mi familia y mis hijos. El reconocimiento a su valía lo encuentra en su mujer, siendo este su principal recuerdo hacia ella la única que me valoraba era mi ex-mujer. La relación con sus hijas es un tema que le preocupa mucho, está presente en todas las entrevistas. Tiene un sentimiento de culpabilidad hacia su actitud para con ellas y el daño que, como consecuencia, les ha hecho he sido un padre pues que no he tenido... no me he preocupado si están malas, buenas ni... les he hecho una faena porque yo reconozco que les he hecho una gran faena porque su niñez y su juventud pues la han pasado sin padre, sin nadie y no me he preocupado de nada. Parte de la relación perdida se ha recuperado tras el infarto que sufrió en el 2002, pero es consciente de que es un proceso lento Tampoco busco ahora que sea la panacea y aún intento si pueden estar conmigo están, sino tienen sus obligaciones. Esta recuperación es especialmente dolorosa en el caso de su hija la menor no quiere saber mucho, nada, conmigo, no. Tampoco me atrevo a preguntarle ni a llamarle, le mando un mensaje No puedo exigir a mi hija que me quiera o que esté pendiente de mí, no, no, no, después de lo que he hecho... tengo miedo a que me... a que me rechace.

9. Relaciones personales Sus relaciones han girado siempre en torno a las actividades que ha realizado: los compañeros de la escuela y amigos del barrio, los compañeros de trabajo, padres del consejo escolar del colegio al que acudían sus hijas y en el que participaba, y en la actualidad los residentes del centro de día al que acude. Cuando describe estas relaciones, siempre destaca el hecho de sentirse aceptado, querido: en el colegio me quería todo el mundo, desde el ordenanza o el portero hasta..., me conocía todo el mundo... En el hotel que trabajaba, pues me querían como, como de la familia. Pues fueron los momentos más felices..., muy bien, me querían los crios... me quería por allí todo el mundo. Sin embargo, no han sido relaciones profundas, de confianza, nunca he tenido, ni cuando era joven ni nada, he tenido amigos... amigos de decir de confianza, íntimos, nunca he tenido excepto en momentos circunstanciales. No considera un fallo el no haberlos tenido, quizás subyace un miedo a perderlos, a

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

fallarles muchas veces podría ser, egoístamente, pues un apoyo que puedas tener ¿no?, aunque podría pasar igual que con estos, con la familia, que dicen: oye, esto no puede ser, te van dando ultimátums. En general, muestra poca implicación en las relaciones personales, y aunque manifiesta que tiene dificultades para relacionarse: Me cuesta abrirme, también hay que resaltar el esfuerzo personal que esto le supone ...y ahora no quiero tener. No, no es que no quiera tener, es que vives más acomodado y tendrías que volver...

10. Alcohol El alcohol ha estado presente en la vida de Felipe desde la infancia, cuando su madre bebía, y ya personalmente a partir de los 17 ó 18 años. A lo largo de las tres entrevistas ha manifestado que no empezó a beber por un motivo concreto, sino por el hábito de beber en el tiempo libre. Sin embargo, reconoce que con su consumo huía de las preocupaciones: Pensaba que si bebía dormiría mejor, se me olvidarían las cosas, le ayudaba a expresarse yo muchas veces mis sen..., mis exteriorizaciones lo sacaba con el alcohol... para ser más..., ...creía que iba a ser mejor ser más simpático, más eufórico, creía que me iban a ir mejor las cosas. En todo momento ha estado preocupado por dejar claro que, aunque bebía, siempre tenía un límite, que era llegar consciente a casa y no hacerlo en malas condiciones, le preocupaba el hecho de encontrarse tirado en la calle No era el clásico bebedor que llegaba a casa en malas condiciones... nunca me he encontrado tumbado en una calle o..., tenía un límite ¿sabes? ...lo único que me interesaba es que no llegara inconsciente a casa. Reconoce que nunca lo ha considerado un problema , excepto cuando ha sido consciente de todas las consecuencias Nunca lo noté. Ahora lo estoy notando. El alcohol ha sido producto de todo lo que me está ocurriendo. Con 59 años decide dejar de beber, afirma que el hecho de sentirse valorado por una de las monjas del centro de día al que acude le impulsa a tomar esta decisión. Pero hay otros factores que también tiene en cuenta: el encontrarse bien mentalmente he dejado de beber que es lo más, más capacidad para tal, para pensar, para leer, para tener la cabeza más despejada , y la soledad Sé que ya tengo unos años en el que no puedo vivir tirado, durmiendo en la calle... yo si no, si no llego a cambiar hubiese estado tirado por ahí. Aunque todavía le incita, está convencido de que no debe probar el alcohol no bebo por mí, por mi familia y por el Colme. Sin embargo, piensa que el alcoholismo es una enfermedad que no tiene curación, y no se encuentra totalmente seguro de que en un futuro no vaya a consumir de nuevo, por eso rehuye aquellas situaciones en las que el alcohol está presente: Rehuyes un poco el ambiente y todo ¿no? y prefiere que su familia le siga controlando el dinero yo no quiero que me des la cartilla, porque no sé lo que voy a hacer, ahora estoy bien, pero no sé si mañana se me ocurre... En general, considera que la sociedad no le da importancia al consumo de alcohol y que deberían existir más apoyos y ayudas para las personas alcohóli-

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cas Tenía que haber más ayuda. La mayoría de los alcohólicos son ONG’s, son gente particular que se juntan y, bueno, piden ayuda, pues para, para eso, pero yo creo que se debiera de involucrar, así como se han involucrado con el sida, se debieran involucrar con el alcohol, pero es que al alcohol no se le da la importancia que se le debe dar.

11. Valoración de Cáritas La valoración que hace de Cáritas es muy positiva, se siente seguro: Desde que vine aquí ha sido a mejor... pues si no sería por Cáritas, y no es por hacerle la pelota, pues seguiría igual, hecho una mierda por ahí, y yo creo que volvería a las andadas. ... si a mí me falta Cáritas, no digo Cáritas, algo como Cáritas, pues me hundiría en la miseria, me hundiría en la miseria. Por su carácter dependiente, valora el control que desde Cáritas se ejerce: nosotros si no tuviéramos una cosa como Cáritas seríamos todos los que estamos aquí un cero a la izquierda, nos levantaríamos cuando nos daba la gana, no comeríamos... nos duchamos cada 2 ó 3 días, en casa no nos ducharíamos... sabes que todos los días tienes que estar aquí a las 10:00, tienes actividades, te controlan, te preguntan si estás mal o estás bien, y eso, si no seríamos una piltrafa por ahí, volveríamos a las andadas. Uno de los aspectos que más le ha costado es la relación con el resto de usuarios del centro de día: al principio, cuando vine me llamó la atención la gente lo... no lo independiente, la soledad y luego, pues las pocas ganas de hacer, de mejorar. Echa en falta que los usuarios sean más comunicativos: hablar, ...las reacciones de la gente..., la gente muy solitaria..., eso es lo que he echado en falta yo, que aquí te puedes estar en una habitación cuatro y no te hablan. Cáritas le ha hecho sentirse útil, pero echa en falta un poco más de reconocimiento por su parte: Y bueno, y aquí, pues bueno, siempre quiero hacer algo. He mejorado, he mejorado. Yo, pues..., aunque de vez en cuando una palmadita en el hombro siempre viene bien, pero aquí te dan pocas palmaditas y mayor participación, le gustaría que no se lo diesen todo hecho, tener más posibilidades de tomar ciertas decisiones, los que estamos aquí, los usuarios, bueno sí, debiéramos de tener un poco de... de que nos dejaran hablar. ...Para muchas cosas, para todo ¿no?, pues una opinión de si está la comida bien o qué nos parece la comida o bueno. ...Pues bueno, pasa que aquí es muy complicado ¿no?, que tuviéramos más participación. Poder decidir: Yo no, yo por mí no, por mí sí, pero claro, es lo que..., y le puedes dar más valor al..., ser más útil a la persona que está aquí, no solamente ser útil porque te digan que hay que hacer esto... bueno hay que hacer esto, pero por qué, es eso.

12. Futuro Su futuro está muy ligado a Cáritas y a la realidad de la gente con la que convive en el centro de día.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

La posibilidad de que el centro pase a Diputación le preocupa, porque le gusta las cosas como están: Y aquí ahora, como van a cambiar las cosas, pues no se cómo van a ser, porque aquí como..., ahora están haciendo todo lo de la tramitación de que pasa a la Diputación... Yo creo que será igual, a mí me da... el dinero, bueno, es importante, pero si es más caro no me importa porque..., hombre, yo tengo ayuda, puedo tener, pero me gustaría que siguieran siendo las mismas cosas que antes, como hasta ahora. En el caso de que no pudiese quedarse en este centro, no se plantea ni vivir con la familia: cada uno tiene su vida y, claro, cuanto más mayores nos hacemos, nos hacemos más solitarios, pero bueno. No, no, no creo. Que puedas tener una relación de verte todos los días o estar en contacto todos los días, pero cada uno tiene su... su vida formada y no ni en una pensión No me gustaría. Yo tengo muy mala experiencia, es muy triste vivir en una pensión (bajito) ; buscaría un centro lo más parecido al que está: Hombre, pues yo pediría, no sé, igual aquí al centro que te pueden orientar, pues eso, el que más o el que menos, pues mi primo Pedro o mi hermana ¿no?, pero vamos a decir, buscaría el medio de que, de que sería una cosa parecida a ésta. Uno de sus mayores miedos es la soledad: el que más miedo tengo ahora al futuro es la soledad, es lo que más me... me da que pensar. Porque no me gustaría estar solo. Yo veo gente aquí..., solo te haces egoísta, muy poco comunicativo, no me gustaría. La salud es otro tema que le preocupa: sobre todo la mental no me importa estar peor, pero tener la cabeza bien montada... Yo mi futuro es no anquilosarme, que me siga gustando, pues, leer el periódico y saber lo que leo, o me gusta hacer crucigramas o me gusta, pues de vez en cuando, leer, oír la radio, que no..., que no viva vegetando. Su sentimiento de utilidad que ha marcado toda su vida, también está presente en su futuro: Me gusta ser útil, por eso en el futuro también me gustaría.

Valoración del caso desde Cáritas Esta valoración está hecha por Sor Teresa, tutora de Felipe desde que éste ingresó en el centro de día en enero de 2004 hasta junio de 2005. Actualmente su tutora es Sor Carmen, pero tras haber conversado con esta última, estimamos que la valoración la hiciera Sor Teresa por el conocimiento más en profundidad de su trayectoria. Después de dos años asistiendo al centro de día, viviendo en un piso tutelado y recibiendo apoyo psicológico y psiquiátrico considera Sor Teresa que Felipe ha mejorado en muchos aspectos, sobre todo en lo referente a su cuidado y a su imagen personal. Aunque no consume alcohol, todavía no está completamente recuperado. Una de las principales dificultades que tuvieron con Felipe fue que, aunque comentaba que tenía problemas con el alcohol, no quería reconocer su adicción y se negaba asistir a terapia. El motivo por el que finalmente aceptó el tratamiento psiquiátrico fue que este era imprescindible para continuar en el centro de día

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si quería un sitio donde le dieran de comer, estuviera atendido y donde estuviera caliente, pues en una balanza está el hacer lo que a él le gustaría seguir haciendo, que era, pues eso, la vida de antes, o el ser atendido, ser cuidado y todo eso. En esa balanza tuvo que decidir porque se le imponía un tratamiento. Desde entonces acude regularmente al psicólogo y al psiquiatra. Sin embargo no ha reconocido todavía totalmente el problema que tiene y esto dificulta, si no su adaptación a la dinámica del centro (actividades, horarios...), que es buena, si a la relación que establece con el resto de usuarios, por un lado, y con los profesionales por otro. Con respecto los usuarios, como no reconoce que tiene un problema como los demás (otros usuarios del centro de día también son alcohólicos), la relación es superficial, basada en la ayuda que les puede prestar, no hay mayor implicación personal y con ellos no se relaciona fuera del centro se considera por encima de los demás, ...quiere labores de ayuda para hacer ver a los demás como que él es distinto, que no está aquí porque tiene el mismo problema, ...que es como un monitor más que un usuario. Esta idea se ve reforzada por la mayor edad y situación del resto de usuarios (demencia...). En cuanto a los profesionales, Sor Teresa destaca la necesidad de reconocimiento y la dependencia hacia los educadores Nunca sale de paseo con los usuarios, sale con los educadores y siempre pegado a la educadora. A pesar de esta dependencia, Felipe es totalmente autónomo y podría hacer otras actividades ajenas a las del centro (clubes de jubilados), pero no quiere. En el piso en el que vive, la relación con sus compañeros también la establece desde esa figura de estar por encima. Otro factor que destaca es la necesidad de tutelaje que precisa. Considera Sor Teresa que es una persona muy dejada consigo misma sobre todo en aspectos que para él son vitales (citas con el médico, toma de medicación, control de los medicamentos...) y los hábitos todavía no los ha adquirido. En general, y atendiendo a su situación personal, destaca lo doloroso que le resulta a Felipe el tema del alcoholismo porque piensa que es hereditario. Tiene momentos de soledad y de angustia de pensar que ha tirado por la borda toda su vida y que le gustaría tener una vida de familia, con sus mujer y sus hijas, aunque esto cree que no va a ser posible. Opina que es una persona muy sensible a la ayuda que se le ofrece a que su primo está detrás de él, a que su hermana también, a que su hermano también, a que nosotros también estamos aquí. Valora el vivir bien antes estaba en una pensión cutre. Ahora está en el piso y tiene una buena habitación, con una buena calefacción...; Sin embargo, si se compara con cualquiera de sus hermanos, que está bien situados, se da cuenta de que le faltan muchas cosas y se culpabiliza. La relación con los compañeros también es buena y la valora mucho. Con respecto a la posibilidad de vivir independiente lo considera bastante difícil, no tanto por el problema del alcohol en sí mismo pues con un tiempo de tratamiento sí se puede llevar una vida independiente, sino por el problema grave de corazón que padece que lo convierte en una persona de alto riesgo a nivel físico y la necesidad de tutelaje y control que precisa.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción Su relato de vida gira en torno al alcohol, al respaldo familiar que ha tenido, a las consecuencias que de su consumo se han derivado (trabajo, salud y deterioro en la relación con sus hijas) y al apoyo y servicios que recibe desde Cáritas. En cuanto a su futuro, sus planteamientos son a corto plazo, y están determinados por la salud y su miedo a la soledad. En la actualidad se encuentra en una situación de vulnerabilidad. Si bien es cierto que no consume alcohol y lleva una vida normalizada, depende de su familia, Cáritas y del tratamiento de Colme que recibe para no consumir. Es consciente y asume las consecuencias que el alcohol ha provocado en su vida y en su entorno, pero no acaba de aceptar que realmente el no consumir está bajo su responsabilidad y su capacidad para afrontarlo.

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Toni* (Nacional con intensidad de intervención media)

Cáritas entró en contacto con Toni a través del trabajo de calle realizado por el Proyecto XXX, que trabaja con Personas Sin Hogar crónicas. A Toni le conocimos48 en un parque hace ya seis años. El trabajo con él fue lento y pausado, pero los resultados han merecido la pena. Toni dejó el alcohol, una adicción que le acompañaba más de 15 años, consiguió cobrar una PNC y ahora vive en un piso compartido con otras cuatro personas de perfil y situaciones parecidas. Él es el responsable de la limpieza de la casa y realmente cumple su tarea... Lleva más de cuatro años abstinente. Descripción física Toni no es muy alto, quizás 1,60. Ahora tiene el abdomen hinchado... debido a la cirrosis. Tiene un pelo largo y medio cano muy cuidado. Lleva un pendiente con forma de pluma en una oreja y en la otra unos aros. En ocasiones se deja bigote, otras barba o, como ahora, va perfectamente afeitado. Tiene unos cincuenta años bien llevados, a pesar de todo lo que ha vivido. Con su dentadura completa nueva, se siente muy bien y realmente ha mejorado su aspecto. Esquema de contenidos Los años con él bailan mucho, la adicción de tantos años ha dejado secuelas, de todas formas, y a modo de guión, reproducimos los capítulos en los que hemos dividido su relato de vida: * Criterios de selección: nacional, varón, intensidad media, éxito (Valencia). 48 La entrevistadora ha sido profesional de referencia en la intervención con esta persona; éste hecho marcará el carácter cercano del relato.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

1. La familia de Toni. 2. La infancia de Toni en Alemania. Hasta la adolescencia. 3. Primeros años de regreso a España hasta el servicio militar. 3.1. El regreso de Canarias y las primeras mujeres. 4. La estancia en Cartagena. 5. La vida de Toni y Coni en Valencia. 6. La experiencia de Toni en la calle y la intervención de Cáritas (Cáritas entra en contacto con él en 1996). Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción. Localización Toni vive desde hace dos años en un barrio de clase media-alta de la ciudad de Valencia. Muy bien situado y con todos los servicios disponibles. Comparte la casa con cuatro personas más, todos varones. De edades y trayectorias vitales dispares. El ambiente es de buena convivencia y mucha autonomía, pero no se respira (ni se pretende) simular un ambiente familiar. Cada habitación es un mundo particular donde cada uno recrea su espacio y refleja su personalidad. Se coincide para comer o cenar y para repartir el trabajo en casa. Toni que cobra una PNC y es el que más tiempo está en casa; es el que se encarga de la limpieza y mantenimiento general del piso. Actualmente lleva una vida tranquila; se ocupa de la casa y visita a conocidos..., otra gran parte de su tiempo la dedica a escuchar música, ver películas, leer y escribir. Su salud es delicada y reconoce que está bastante limitado por ello. Trataremos a continuación de hacer un recorrido cronológico por su vida, empezando por presentar a su familia.

1. La familia de Toni Los padres de Toni emigran a Alemania por los años 50. Toni describe a su padre con reverencia, como un gran trabajador, pero reconoce que nunca tuvieron una gran intimidad ni compartieron muchas cosas:

... En todos los sitios le buscaban... (a su padre) decían: –¡Barceló! Muy trabajador...–. ¿Tú me ves a mí? Pues las dos manos eran de mi padre, mi padre creo que medía 1,75 y pesaba cerca de 90 kilos y era estibador... todo el día cargando y descargando imagínate cómo estaba... siempre me tapaba... muy buena gente... para mí... aunque no tenía conversaciones con él de esas de padre hijo-hijo padre... a él le gustaba el fútbol.... a mí no... La adicción al alcohol de su padre se minimiza y describe las situaciones de violencia en casa como algo de pasada, casi disculpándole.

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... Tuvo la Rueda de Plata en el Ministerio de Trabajo en reconocimiento de Mejor Trabajador. E.—¡Anda! T.—... Y eso que era alcohólico. E.—Era alcohólico tu padre... T.—Murió... le salió un tumor... le dijeron que no bebiera... mi padre en el trabajo no, él era trabajador... lo querían con locura, para todos los sitios lo querían... Los fines de semana... (se emborrachaba), porque los fines de semana en Alemania... existían los clubes de españoles... entonces todos los domingos, todos los españoles allí (je je)... y en el club de españoles pues tenían coñac Soberano, jamón serrano, botifarra (ja ja)... Cuando vino a España sí... (se emborrachaba) entre semana nada... y él cuando incluso iba con mi madre... nunca le puso la mano encima ni a mí... Pero mi padre cuando venía (borracho) tenía la costumbre de faltar... E.—¿De insultar? T.—Sí de insultar... no a mí... una vez solamente le planté cara y se cortó. E.—¿ y entonces a quién le faltaba? T.—A mi madre... pero era muy trabajador... La relación de Toni con su madre es una relación contradictoria; por un lado es la confidente y por otro la que más ha ofendido y disgustado a Toni... Su relación se ha ido distanciando y Toni por razones de orgullo llega a casi abandonarla y desentenderse de ella. Ella es la culpable según Toni de que su vida se tornase en una dirección equivocada.

... Pero no, yo con mi madre... la confesora era mi madre, aunque me ha gastado muchas putadas, la confesora era mi madre... me ha querido mucho, porque he sido su único hijo, pero me ha gastado putadas muy gordas... ... Es que mi madre me destrozó la juventud... T.—¿Por qué? E.—Porque le cogió celos a mi padre... es que iban de excursión y mi padre, que era un tiarrón ayudó a un viuda... que estaba muy bien, no veas cómo quitaba el hipo... me acuerdo que se comentó en casa... le dijo la viuda: Antonio ¿puedes bajarme en brazos que hay un charco? Y lo hizo y entonces mi madre... a cambiar de piso... y nos fuimos a Dama de Elche... (calle) y me partió por la mitad... me jodió la juventud... dejé de trabajar, ya no trabajé... pegando bandazos... ya empecé con la mala vida. La madre de Toni, según él, además era una mujer despilfarradora. Sin hábitos de ahorro con un agujero en la mano según describe. Sin embargo, el acuerdo del matrimonio pasaba porque ella administrara el dinero del marido alcohólico... Toni lo describe así:

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T.—No... mi madre siempre iba con él... en aquella época se iban los dos juntos a comprar al Mercado Central y si mi madre decía... ¡vamos a cafés Valiente! Mi padre se hacía carajillo y copa y si mi madre se hacía otro, mi padre carajillo y copa y mi madre le daba justito para el viaje y para tabaco... y a mí eso me daba mucha pena E.—¿Pero tu madre le administraba el dinero? T.—Todo E.—¿Y cómo era eso? T.—Porque mi padre era un trozo de pan. E.—Entonces se lo daba todo a tu madre... T.—Todo, pero ella se gastaba la pasta. E.—¿Y en qué se la gastaba? T.—Ella tenía un agujero... venía con la excusa de que yo tenía que venir dos veces al año a España, y ¡hala! De Valencia a Zaragoza en un taxi porque hay que ver a la Pilarica... a hacerme fotos besándole el manto y tengo fotografías... porque como había... (dinero). Toni es el menor de 4 hermanos, las tres mayores chicas; existe una considerable diferencia de edad entre la mayor y él, pero es difícil de calcular, ya que Toni no recuerda las fechas. Describe la relación con ellas como algo significativo y que marcó su carácter y algunas de sus características que le han acompañado ya de por vida. La pérdida de sus hermanas se narra con una emoción distante.

T.—... Yo era el pequeño y me he criado entre chicas. T.—Yo me he criado entre mujeres. E.—Tres hermanas. T.—Cuando yo era pequeñito, mis tres hermanas, ellas me vestían, me arreglaban... muchas veces me han preguntado si yo era gay. Me lo dicen porque como me he criado entre mujeres... siempre mi manera de hablar... muevo mucho las manos... siempre me estaban mis hermanas cuidando mucho... vestía a lo ¡¡¡uffff!!! A lo último... En toda la entrevista apenas se vuelve a hacer alusión de sus hermanas, como personajes ajenos. Narra el contacto con ellas de forma concisa y escueta.

... Porque mi hermana (la mayor) fue la primera que se marchó, era la mayor y fue la primera que se marchó a Inglaterra, luego se vino a Alemania, donde estaban mis padres, se quiso casar con un madrileño, mi padre le dijo que nanai y en un momento, cogió y se fugó con el madrileño... A mí me quería con locura... ya hace 46 años que no la veo. E.—... Y nunca más se supo de ella. T.—Yo nunca más he sabido de ella. E.—¿Y con las otras dos?

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

T.—Con la segunda... me llevo... que esa no sé si vive o no... no lo sé... y con la pequeña, la que me sigue a mí, que me llevaba 5 años y me llamó, me llamó desde Alemania... ella vivía en Alemania, se casó con un hindú... y se separó y me llamó y me dijo –oye que estoy muy mal, me he separado y estoy en una depresión, ¿podrías mandarme dinero y me voy contigo a España...– . Mi otra hermana estaba aquí... Le dije –sí- la mandé dinero y vino... dejó allí a los chiquillos... tenía 5 años más que yo... y la palmó aquí. Existe otro personaje familiar que ha marcado profundamente a Toni. Un supuesto hermano que en realidad era sobrino suyo, Vicente, hijo de una hermana, pero que la madre de Toni crió como hijo suyo. Este hermano-sobrino fue el ojito derecho de Toni, pero hoy en día la relación ha desaparecido. Toni se siente muy ofendido y enfadado con él. Este sobrino era el encargado de cuidar de la madre de Toni en el final de sus días y no lo ha hecho.

... Josefa tuvo otro hijo y a los 6 ó 7 meses dijo ¡Ahora vuelvo! E.—¿ Y se llevó al niño? T.—Se dejó al niño... y ése es mi hermano ante la ley. Mi madre le puso mis apellidos. T.—Yo estaba junto a mi sobrino Vicente me acuerdo mucho de él... me reía con él... eso fue un palo... fue un palo para mí pues imagínate para la abuela... y para mi padre más... porque a mi padre, en vez de iaio le decía uevo... mi padre era para eso de puta madre... lo ha pasado mal. La relación se ha roto hasta este extremo:

T.—No sé ni por dónde anda ni quiero saber nada de él... T.—Lo último que supe... mi sobrino para mi madre era la joya... pero eso ya cuando yo estaba en casa y ya decía: –Todo lo que tengo será para Vicente... Pero cuando lo vi, que fue cuando me estaba arreglando los papeles, por el 99 que la vi por la calle, yo me estaba arreglando los papeles... la vi con un bastón y todo y me dijo... el Vicente me lo ha vendido todo y estaba con una mujer que le sacaba la pasta. Me ha dejado sola... la vi y me dio pena... ya hablaré con él, toma el teléfono... ya le llamaré pero no le llamé porque si no, le rebano el cuello... le había vendido los electrodomésticos... no sé, él sabe perfectamente dónde estaba y nunca vino, entonces ¿para qué coño voy a ir yo? Tras esta presentación de personajes, podemos concluir que el modelo familiar de Toni, presentaba muchas deficiencias; de hecho no se ha mantenido ningún vínculo estable constructivo ni con los padres ni con las hermanas ni entre ellas mismas. La desagregación familiar resta apoyos a Toni que al final, se encuentra sólo y sin a quién recurrir. El modelo paterno bebe, la madre no ad-

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ministra bien el dinero, las hermanas , como veremos más tarde, o desaparecen o tampoco asumen responsabilidades. En todo este entramado, hay que añadir además el contexto cultural y el choque que para Toni supuso romper su infancia en Alemania e instalarse en España, este es un hecho que recalca en bastantes ocasiones y que debió afectar a toda la familia. Así pues, la familia de Toni no supo dotarle de herramientas/valores suficientes para hacer frente a algunas situaciones. La recompensa inmediata, el orgullo de nuevo rico emigrante, moderno, desinhibido, la importancia de la imagen, las relaciones posesivas... son factores que Toni vivió desde niño y que le han marcado. Todas estas cuestiones han sido clave posteriormente en las reacciones de Toni a lo largo de su vida. Vida que vamos a tratar de ordenar ahora.

2. La infancia de Toni en Alemania: hasta la adolescencia La vida en Alemania de Toni está idealizada. Incluso un periodo de enfermedad grave en el que estuvo hospitalizado dos años se ha convertido en un lugar de aventuras y juegos. Ya aquí aparece desde pequeño el toque presumido y seductor de Toni..., característica que le va a acompañar toda su vida y que casi siempre va a ser el vector de sus decisiones y sus actos. La necesidad de gustar a las mujeres.

E.—Dos años en el hospital... ¿y qué recuerdos tienes de eso? T.—Lo pasé bien... cuando apagaban las luces, nos íbamos del dormitorio, que eran salas grandes, al dormitorio de las chicas... y por las noches cuando no estaban las enfermeras nos pasábamos a la habitación de las chicas... yo me lo pasaba... ¡buhá!... E.—Y tus padres venían cada semana. T.—Venían cada domingo a verme... pero no me podían tocar. E.—¿Y las enfermeras qué tal? T.—Bien, muy bien... me querían con locura a mí... ¡Tienes uno ojos! ¡Claro! Eran todos rubios de ojos azules... tenía unos ojos grandes, unos ojazos... ahora estoy hecho polvo... ojos grandes y pelo negro... y ¡claro! era todo un espectáculo... y las chiquillas... ¡en fin! Toni se identificaba con los alemanes más que con los niños españoles ya que con alemanes era con quien más había convivido. Sus amigos eran alemanes...

T.—Sí, claro... tenía amiguetes españoles... pero mis amigos eran los alemanes... yo es que.. Iba al colegio en alemán... siempre con los alemanes... E.—¿Y qué recuerdos tienes del cole? T.—Yo bien, bien, normal... para ser extranjero... estupendamente...

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Toni recuerda su infancia como muy grata y siente que de no haber vuelto, todo hubiese sido distinto.

E.—Y entonces... de pronto, tu madre decide que quiere venirse a España... T.—Se le metió en la cabeza y eso fue la peor cosa que pudo hacer... Su infancia allí marcó diferencias con los niños españoles con los que volvió a convivir en su adolescencia. Él sabía idiomas, había viajado por Europa, tenía más información, era moderno, conocía otras músicas, llevaba el pelo largo... era un triunfador. Algunos ejemplos:

... Ellos (padres) estuvieron allí hasta que yo tuve 15 años... yo sé que nací allí, pero que me bautizaron aquí. Yo toda mi infancia... E.—La has pasado en Alemania. T.—Yo era.... ¡Alemán! T.—Mis padres, creo que fueron de los primeros inmigrantes en los años cincuenta y tantos... porque yo nací en el 55... según ellos, yo nací allí... según me contaron... yo sé que me crié allí... Volví a España con 15 años... 14... 15.. sabía español, pero muyyy... E.—Muy mal T.—¡Muy mal! Por eso cuando escribo tengo muchísimas faltas de ortografía porque he ido muy poquito al colegio español. Entonces confundo la B con la V la H y eso... pero hablo alemán correctamente, igual que es castellano, incluso mejor. ... Como trabajaban todos en Alemania, cuando vinimos aquí, teníamos todos mucho dinero... a mí nunca me ha faltado nada, cuando me vine yo... fue en el año, vamos a ver... cincuenta y cinco... sesenta... fue en los años sesenta... setenta, setenta o por ahí, setenta... yo tenía dos bicicletas, tenía un patín con goma de rueda que eso... estaba saliendo ahora aquí, pero yo ya lo había tenido. En aquella época, trajes de domingo y... ¡en fín! Je je. T.—Yo tenía 15 añitos... llevaba un tocadiscos de esos modernos que los llevabas y podías meter los discos así... que aquí no lo había... y por donde pasaba me llamaban, porque lo de ir por la calle con el disco puesto y moviéndolo así... ... Te estoy hablando de unos billetes de Pío XII, billetes de 1.000 ptas... yo me acuerdo perfectamente. Una ilustración muy grande... parecían sábanas... y con eso nos veníamos todos a pasar un mes, por todo lo alto, con 15.000 ptas. Mis tres hermanas, mi padre y yo... y mi madre... por todo lo alto... ¡Claro! Por eso decían: ¡Qué vienen los señoritos de vacaciones! En el regreso a España, Toni tuvo que sacar tajada con algo, y no fueron los estudios, sino con la imagen de galán y moderno. El choque cultural, volver

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al país de origen, un país mucho menos modernizado que el de donde procedía y en una edad clave (14 ó 15 años) donde es fundamental reafirmarse y forjarse una identidad fue crucial para el desarrollo de su vida posterior. Comenzó a hacer cosas arriesgadas, acorde con lo moderno que había dicho ser: fumar, beber, llevar chicas a casa... hacer todo lo posible por ser diferente. Su padre aún se quedó allí un tiempo.

E.—¿ Y tú cuando vinístes aquí, qué hacías? T.—Bueno, al principio... yo vine con 14 ó 15... y me tocó, eran los años 69 ó 70... me acuerdo porque fue la época en la que yo empecé a fumar... fue llegar aquí y a los dos o tres meses empezar a tocar el tabaco y la bebida... y justamente en Las Carolinas, la mitad eran agitanaos, mercheros, mezclados... es que eran gente muy cerrada... yo me acuerdo que aún estaban los gitanos a la puerta matando los piojos... ¡bueno! Y aún de vez en cuando se ven... E.—... Entonces tú llegaste y te metieron a estudiar... ¿o qué? E.—Me metieron en estas clases de repaso... que era por las noches, que había un maestro allí... y en aquella época, 60, 70, yo con 14 ó 15 años, yo tenía el pelo largo..., llevaba mi pendiente... je je... le decían a mi madre...: Oiga, señora Amparo... su hijo.... Mi hijo... ¿qué? No es que como... je je... lleva el pelo que lleva y lleva pendiente (se ríe aún más). Pero claro todas las chiquitas, fíjate en aquella época, con pendiente y pelo largo... y vestía bien.... imagínate. ... Fíjate yo con 16 ó 17 años ya llevaba chicas a casa y me acostaba con ellas, no españolas ¿eh? De Ibiza y Palma, yo machacaba mucho Ibiza, Palma y Benidorm. Mayores que yo, siempre eran mayores que yo, yo las llevaba a casa y mi madre nunca me dijo nada. Pero mayores eh... chicas de 21 ó 22 años pero como yo era moreno. Aquí triunfaban los rubios con vosotras y yo moreno con ellas. E.—¿Pero tú te ibas sólo a veranear a Palma y a Benidorm y a estos sitios? T.—Sí claro... es que mi padre fue ex combatiente de la División azul y entonces yo llevaba una fotocopia de su carnet y un papel firmado por él... ya aparte yo tenía pasaporte. Yo tenía el pasaporte familiar y el mío propio... era época de Franco... me paraba la policía, yo enseñaba el carnet y sin problemas... E.—¿ Y viajabas sólo? T.—Claro... Yo iba de viaje solo.... es que es muy diferente... en Alemania, fíjate... con 10 años nos íbamos el colegio a Amsterdam o a Austria... es que eso aquí no existía.... Nos atrevemos a concluir de esta etapa que la vuelta a España supuso un revés para Toni, en plena adolescencia cambia radicalmente de ambiente y regresa aquí. Su familia marchó como emigrante pobre y regresa como señoritos... posiblemente en apariencia había cambiado cosas (y de apariencias se nutre uno

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

en la adolescencia) pero los hábitos y patrones comportamentales no habían mejorado mucho. El padre seguía bebiendo, la madre malgastando el dinero... Quizás se regresó con cierta holgura económica, pero no se habían establecido en Alemania las bases para seguir progresando en España. Toni regresó en un momento de su juventud en el que las cosas aún no son serias y en el que para él, era suficiente ser atractivo, atrayente y que las chicas se fijaran en él.

3. Primeros años tras el regreso a España: hasta el servicio militar Cuando la madre de Toni decidió volver a España, su padre aún permaneció allí un tiempo. Toni no describe las razones que llevaron a su madre a tomar esta decisión, pero como hemos visto antes, reconoce que esto le afectó y pudo desviar su destino. En los primeros años se suceden varios domicilios: Las Carolinas, una zona periférica a Valencia donde por aquellos tiempos la mayoría de la población era gitana empobrecida. El segundo domicilio es en la calle Maldonado, en pleno barrio chino.

... Fui a vivir a la calle Maldonado... al puro barrio chino de Valencia... que en aquella época estaba en pleno auge... la calle Maldonado... estaba Cafés Valiente al lado... estaban todas las putitas... yo pasaba por allí y me decían: pichita de oro ven pa cá. La relación de tanta naturalidad con las vecinas del barrio nos sorprende... pero conociendo a Toni, quizás se trate de una exageración que se ha fijado en su mente como algo verdadero. Otro cambio de domicilio más.... Meliana. Una ciudad-dormitorio a unos 10 kms de Valencia. Un pueblo más o menos grande y con industria y campo. Allí Toni confiesa que fue feliz.

... Y después me metí a trabajar en Meliana... ésa fue mi mejor época... vamos a ver... de los 13 a los 14 en Las Carolinas, de los 15 a los 16 en Maldonado y con 16 me fui a Meliana... E.—Pero ¿por qué dices que Meliana fue tu mejor época? T.—Porque ya llevaba el pelo por media cintura... ya tenía una moto... una Derbi... en aquella época una Derbi era lo más... ya empecé a salir con niñas, ya empecé a meterme en discotecas... mis pendientes... en aquella época .... no había... y salía con un montón de niñas, y me iba mucho a Lladró a ver salir a las chicas... yo tenía un amigo que venía de Francia y cuando venía nos íbamos a la puerta de Lladró (fábrica de cerámica), él tenía un Ford Capri... y claro yo con el pelo largo y con ese carro... E.—Pues triunfábais como locos

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T.—¡Cómo la Coca Cola! (risas). Eso es la cosa más preciosa que he vivido nunca. E.—¿Por qué es tan especial...? T.—Por la inocencia... aunque yo no la tenía del todo... pero era muy dulce... en aquella época no es como ahora... ahora ¡cuéntame la película!... ibas a la discoteca y había una hora y cuarto de movido y tres cuartos de hora de lento... veías a todos ¿bailas? no... y yo era al revés... decía ¿bailas? Y venían todas... madre mía... cogerla de la mano era... ¡ufff! y darle un besito... ¡ufff! Eso era muy bonito, esa inocencia era muy bonita, no tendría que haberse perdido... eso es la cosa más bonita que hay... simplemente cogerla de la mano... ya te ponías a 100. En Meliana comenzaron los primeros trabajos de Toni; en fábricas y en bares tocar la barra. Fueron los primeros amores y las primeras borracheras y excesos.

T.—Yo trabajaba allí y allí fue cuando me eché mi primera novia... una chica de Masamagrell, ¡qué cosa más bonita! ¡una criatura... morena, pelo largo..., cosa más dulce de criatura... pobrecilla. E.—¿Pobrecilla? ¿Qué le hiciste? T.—Una barrabasada de las mías... un tontería... es que trabajaban todas en Lladró e iban todas juntas al Ike Club... y entonces ¿qué pasaba? Que allí iban las de Lladró, las cuatro amigas y a mí me gustaban las cuatro... ... Todos nosotros que éramos una pandilla muy maja... el Largo, que ahora es jefe de ginecología del Clínico, Vicente es uno de los mejores especialistas del corazón... un mecánico, que ahora es el jefe... y todos íbamos al Ike y como todos éramos del pueblo, pues los camareros nos conocían... porque entonces había bandas... estaban Los Tarugos que eran de Foios, la banda del huevo, la del Mau... de la Malvarrosa.. eran bandas que ¡agüita! Alí he visto volar sillas... y venían los picoletos y teníamos que salir por pies... ... En Meliana ya cogíamos (borracheras), no yo, todos los amiguetes... ya las cogíamos buenas... en le 73 ya se empezaba aquí... había chocolate... Toni indirectamente, manifiesta una vez más que quizás si se hubiera quedado en Meliana, él hubiese llevado una vida tranquila y tan exitosa como sus compañeros de carrerías.

... Pero fue mi mejor época fue esa... fue mi primer amor... era bonica, preciosa, sencilla, dulce como la miel... y mi compañero se casó con la compañera... dos de ellos se han casado... uno se ha separado, pero dos se casaron con ellas, con las del principio... teníamos 18 años... todos tenemos la misma edad, unos 50... A Vicente aún lo veo... me dice ¡Alemán! Es que no cambias... siempre con el mismo pelo.... es que si me corto el pelo, lo pierdo todo... ha sido maravilloso, mi juventud muy buena..

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A partir de ahora. Muchos capítulos de su vida van a estar marcados y dirigidos por su relación con las mujeres, casi se estructura su vida en los grandes amores. Pero no adelantemos acontecimientos. Dejar Meliana fue lo peor para Toni.

E.—¿Cuando se acaba Meliana... por qué dices que es lo peor? T.—Es que mi madre me destrozó la juventud... Porque me partió por la mitad... me jodió... Dejar Meliana fue una imposición materna ante la sospecha de una infidelidad de su marido... al menos así lo cuenta Toni. Dejan Meliana y se trasladan a la calle Dama de Elche. Este domicilio está situado en una antigua zona de bazares y de clubs. Como vemos, aunque Toni no lo manifiesta, todos los lugares donde se fueron instalando fueron lugares de exclusión (zona gitana, zona centro de prostitución...) tan sólo en Meliana parece que se encontraban en un ambiente de menos exclusión. ¿Coincidirá también este hecho con que sea el lugar donde Toni ha sido más feliz? Es curiosa la autopercepción desde Toni sin dar importancia al hecho de las zonas donde vivieron. No son lugares de triunfadores, sin embargo él tiene esta sensación. Quizás en los años 60 con saber otro idioma y vestir algo distinto ya podías triunfar en la vida, al menos, aparentemente... pero la realidad no parece la de una familia exitosa. Volver a la ciudad y a la zona de clubes tuvo consecuencias:

E.—Pero os vinisteis a Valencia y tú te mosqueaste... T.—Pero ya en Dama de Elche... mis hermanas que si no encontraban trabajo de limpiar y se pusieron a trabajar en cafeterías de chicas... iban a alternar los hombres, no era nada malo... como antes... pero empezaron cosas raras... yo no soy tonto, en aquella edad con 18 ó 19 años. Entonces Islas Canarias (barrio cercano a la calle Dama de Elche) era todo de cafeterías de chicas... no es como es ahora lleno de bazares... y mis hermanas empezaron a trabajar en cafeterías de lujo, por el centro, clubs de alterne y yo muchas veces les llevaba la cena y veía y decía ¡Uuuhhhh! ¡Madre mía! ¡Cuéntame la película! E.—¿Pero tus padres sabían lo que hacían? T.—Mis hermanas eran mayores de edad... E.—Las dos se pusieron a trabajar en las cafeterías de alterne. La visión de Toni del trabajo de sus hermanas no es peyorativa, de hecho, ése va a ser su mundo de relación. A él le parece absolutamente normal que sus dos hermanas ejerzan la prostitución y que sus padres sean conocedores... aquí tenemos una muestra clara de la diferente escala de valores que ha regido la vida de Toni. El ambiente familiar parece un poco desordenado: las hermanas prostituyéndose, el padre emborrachándose, la madre sospechando de su marido. En estos momentos Toni está en plena adolescencia y llega el momento del Servi-

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cio Militar Obligatorio... y en Canarias... la experiencia de Toni en Meliana donde había empezado a trabajar en bares, le sirvió para tener una mili cómoda, además en pleno auge turístico, él se vió como pez en el agua con los extranjeros que inundaban las playas... ciertamente muchas alemanas.

... Aquello fue la caña... tenía a los legionarios al lado en la 5.a... allí iba el kifi, la grifa... allí iba todo... yo además, era el ordenanza del comandante y estaba libre de todos los servicios... y ¡a mí el que me tocara!... porque yo era muy pelota... ¡Ostias Canarias!... eso es... allí las alemanas y las inglesas... aquello fue demasiado... me lo pasé muy bien... me licencié con diploma (sin arresto en 18 meses). Trataba con todos los comandantes y como yo era muy servicial... aunque haya tenido mucho... yo era muy servicial... y siempre estaba en el bar... siempre... yo cuando veía que al comandante le quedaban dos deditos de wiskey... Comandante ¿me da permiso? Barceló eres único eres único... y como allí había de aviación y eso le decían... ¿Dejas que me lo lleve? ¿A quién? ¿A Barceló? Ni lo sueñes... éste se queda aquí conmigo. Claro yo estaba pendiente de mi comandante y no le faltaba nada... mi comandante cogía cada una el cabrón... 3.1.

El regreso de Canarias y las primeras mujeres

Toni ya no llevaba buen camino, y el servicio militar no le había enderezado, al contrario, todavía le había dado más alas en relación al alcohol, las drogas y las mujeres, juegos para Toni nada peligrosos. Su padre, ya de regreso a España, trató de meterlo en vereda. El trabajo, cuestión que había dignificado durante muchos años al padre de Toni podía ser la solución.

T.—Vine y mi padre me puso a currar en las bodegas Castillo de Liria y allí conocí a la encargada, Pepa, una andaluza, criatura de Dios... con salero, vaya tela marinera. ¡Quillo ¡NO veas la niña cómo estaba, Dios mío de mi arma! No te me acerques que la vamos a liar... y un día... estaba coladita y yo por ella... y cogí una depresión... E.—¿Por qué? T.—Porque su padre no quería que saliera con ella... claro, pelo largo... pendiente... cuando me veía con su hija, se acababa la historia con la chiquilla... eso es un piojoso que no quiere trabajar... esa era la fama... y yo no es que no quisiese trabajar, es que no me faltaba de nada y además me buscaban... porque yo era muy buen trabajador... A partir de ahora, las relaciones con las mujeres van a marcar su vida. Para empezar, esta relación acaba en tragedia y con consecuencias para Toni.

Cogí un domingo y quedé con ella y le dije: llama a tu madre y se acabó la historia... le dices a tu madre que te vienes a casa y nos casamos y

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

trabajamos los dos en la bodega... y fui a mi madre y le dije: Oye que he venido con la Pepa, pasa esto y se queda a dormir aquí. Pues muy bien... al Día siguiente ella dice: Toni yo no voy a ir a trabajar que habrá lío... pues muy bien, yo sí que voy a trabajar. Esta actitud puso todavía más en contra a la familia de la chica , así que la única solución era casarse... pero no ocurrió...

T.—Sí. Y el hermano cuando me vio me dijo... no te quiero ver que te corto el cuello... porque como quien dice la dejé a la puerta de la Iglesia... Es curioso como narra Toni el final de a historia y su proceso de recuperación.

... Y ahí terminó. Y cogí una depresión como un caballo, estuve dos meses jodidísimo, muy mal... E.—¿Pero seguíais trabajando juntos? T.—Sí, ella era la encargada y yo estaba de contrata, fui a trabajar por cara de mi padre, pero ya pero me sentía muy incómodo, ella me miraba, yo la miraba y se ponía a llorar, yo no podía. Dije Yo me piro y conocí una francesa... En el siguiente pasaje, Toni narra cómo la conoce, bastante esclarecedor.

... Salgo de la bodega, aún me quedaba una semana de trabajo y vi a dos francesitas con mochila y yo que era muy cabroncete y me sabía de qué iban todos los rollos... cuando las veo pienso, éstas son guiris y les pregunto ¿dónde vais? ¿Pensión, pensión? Y digo Uahhh, aquí no, iros para el centro, pero yo como era muy cuco, las seguí a distancia y las encontré en el centro y les pregunté, ¿habéis encontrado pensión? y ellas decían: no no. Hablaban poco español... una de ellas era latina, la que fue mi primer... miento, te estoy mintiendo.. o sí sí sí... digo: si queréis podéis venir a mi casa, como mis padres nunca me habían puesto problemas para llevar chicas a casa... en vez de dormir con saco... cuidado con la playa, y por lo menos tenéis un techo... tengo una habitación... y estoy con mis padres... Y ellas entraron con confianza, vieron que estaba mi padre, mi madre, una señora mayor, mi sobrino... y vieron que era una familia normal, pues las chicas pues bien.... y les dije; yo duermo en la cama que mañana entro a currar y vosotras en el suelo... y la latina esta era gordita, típica latina gordita sudaba y la francesista era.... bufa!! Je je... un caprice de deu, pelirroja, con muchas pecas y con los ojitos azules, muy bonica muy bonica... se llamaba Francoise. Estaba en el saco y digo ¿quieres dormir aquí? Y normal... E.—¿Y con la otra en el suelo? T.—¡Claro! Normal ¿Tú te crees que dos amigas con mochilas no habían hecho eso antes?

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E.—¿Y ésa fue tu primera relación? T.—¡Noo, qué va! E.—Como has dicho, esa fue la primera, la primera... T.—Mi primera mujer. La primera con la que me casé. E.—¡Ahhhhh! T.—Bueno, con ella no me casé. Oficialmente me casé dos veces, pero casarme para mí no significa firmar un papel... yo vivo con una mujer y me acuesto con ella y para mí es mi mujer. Estuvo aquí 15 días y venía a recogerme a las bodegas y la otra se ponía... ¡pero claro! Los padres se ponen así pues... y la otra se fue para allí, y yo fui varias veces a Montpellier y ella estaba acabando periodismo y semana sí semana no venía con el avión y estuve... tenía 22 hasta los 23 y algo con ella. Yo iba de vez en cuando... quedé de putísima madre con ella pero no podía ser... con la mejor que me he llevado... porque cuando tú estas allí yo aquí me lío y me armo un lío... porque son distintas a aquí, la manera de ser de las francesas, alemanas son muy diferentes a España. Quedamos muy bien y dijo: «Cuando yo venga a España otra vez, aunque esté con otro, yo te llamo y quedamos, ¿vale?». Nos escribimos y tal... hasta que me enrollé con una española y ahí fue donde la cagué del to. ¡La hija de su madre! Ester C. P. Vemos que los patrones de relación, la forma de galanteo era pues muy diferente al uso español, a lo normal en la España de los 60 y 70. La vida de Toni se empieza a ligar claramente a las mujeres de las que puede vivir. En un momento dado, abandona la casa de sus padres y vive otra relación.

T.—Yo llega un momento que me rallo y me piro. Me piro de casa y no sabía dónde ir y un amigo me presenta una gorda que vive con dos chicas casi al lado de mi casa, en la Avenida del Puerto... dos primas y la gorda que tenía una fábrica donde antes estaba el gas Lebón... y tal y patatín y vale! Para estar por ahí me voy con la gorda... ¡Dios mío! Haremos de tripas corazón... E.—Pero el amigo te mete en casa de la gorda. T.—Allí estaba las tres. E.—¿Pero te mete en casa de la gorda o en una habitación? T.—Directamente en la habitación.... de la gorda. Estaban las tres solas y yo digo: «¿Adónde duermo?, contigo ¿no?». «Pero duermes en el suelo...». En el suelo estuve tres minutos... pero eso es lógico... y allí estaba la que sería mi mujer. Ester... y la gorda estaba loquita conmigo y me daba todo lo que yo quería..., pobrecita mía, si le decía quiero un pantalón ella me lo daba. E.—¿Y por aquel entonces trabajabas? T.—¡Qué coño voy a trabajar! E.—¿Y qué hacías? T.—Yo limpiaba la casa... que yo ya ves como tengo la casa....

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E.—Te vas de casa, a vivir con ellas y no trabajas, sino que estás de amo de casa. T.—Yo vivía con ellas , ellas me cuidaban, me hacían la comida... me ponía ropa de ellas, porque era todo unisex... era igual, la pana, los vaqueros y allí conocí a Ester... era muy bonita, preciosa... y pim pam... ... Me enrollo y se enteró la gorda, la cogió del pelo, la quería tirar por el balcón... subió el del bar de abajo y yo digo «¡Se acabó la historia! ¡Me voy a Ibiza!», que si parriba, pum un cacao enorme... y yo madre mía qué lío, total que parriba para bajo y dice Ester... «Yo tengo unos amigos y nos vamos a vivir con ellos...». Toni aprovecha esta ocasión para tratar de reconciliarse con sus padres, les anuncia su boda con Ester, una boda también peculiar.

... Ésta es Ester y me voy a casar con ella... y mi madre alucinada... y bueno si te quieres casar te casas. Me casé con ella. E.—¿Con cuántos años? T.—Con 25 ella era más jovencita, ella debía tener 22. Me caso con ella y hago el convite en el bar de debajo de la casa de las otras dos y en pleno convite, que vino mi suegra de Sevilla, aparece la gorda y se va cara a la que era mi mujer y dice «¿Ésta es la puta de tu madre?». Yo como iba hasta el culo... allí se liaron de Ostias... a mí me lo contaron, sé que acabamos en Comisaría... yo, mi mujer, el dueño del Cicuta, que era el dueño de una cafetería de putas, el Santi que era el dueño de otra cafetería de chicas... yo digo putas, pero... por que los había invitado yo... eran muy amigos míos. E.—¿Y por qué tenías tú amigos que eran dueños de clubes de alterne? T.—Porque je jeje... porque vivía al lado... ellos iban a un bar, todos los dueños de las cafeterías iban a jugar todos a un bar, a jugar dinero y yo siempre estaba allí... jugaban al golfo, julepe... se amontonaban partidas de 40, 50 mil pesetas... y porque me veían siempre con chiquitas pues tenía mucha amistad con ellos y me decían ¿ quieres tomar algo? Y yo entraba. Y a lo mejor me decían ... Toni ¿ quieres hacer el favor de traerles tabaco a las chicas? ¿ o quieres hacer el favor de ir al bar y traerles la cena? Y estaba de mandaos en todas las cafeterías y sacaba mis rolletes de aquí, hacía mis cositas, una niña me daba 20 pavos... yo me sacaba 2 ó 3 mil pesetas todos los días, y el día de mi boda estaban invitados varios dueños de cafeterías, varios camareros y acabamos en comisaría porque también me faltaba pasta para pagar el convite... Toni narra algún pasaje de la relación con Ester como conflictivo, celos, infidelidades y el final de la relación es bastante gráfico.

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...Toni tío, te aseguro que sólo estaba hablando con él.. y patatín y patatún... y dice, espera que voy al baño... y sale del baño y en plena Gran Vía Jose Antonio....y se cae redonda y yo creía que iba de coña y le digo Ester y no responde y llamo a un taxi y vamos al Clínico y el médico me dice . se ha tomado un tarro de pastillas ¿ que qué ha pasado? Claro nos veía jovencitos... pues fíjate tú... al día siguiente voy a verle y le digo ¿ que? Yo pensaba... Dios mío lo que le he hecho, pobrecilla y me sale la enfermera y me dice ¿ enhorabuena! Y yo digo ¿ qué?.... está embarazada y digo buah... ahora si que ya la hemos cagado......porque yo no puedo tener hijo ( golpea la mesa)... E.—... Entonces ese hijo no era tuyo. T.—Y eso ella no lo sabía... le digo... que ese hijo no es mío... ¿ cómo que no es tuyo? Y te juro... que patatín patatán... por lo que más quieras.... que yo te quiero con locura... la tía estaba preñada cuando se casó conmigo y digo ... bueno... tuvo el niño y nació a los 8 meses... y yo ¿ qué? Es que es octomesino... mentira cochina... y al niño le pusimos mis apellidos... y yo tragué... pero a mí no se me quitaba de la cabeza... E.—¿Y toda tu familia convencida de que es tuyo? T.—Bueno, yo se lo conté a mi madre... pero ella encantada de tener un crío pequeño... mi padres lo querían con locura... lo tuve un año. Al año tuve un follón con ella ... porque yo empecé a beber como un cosaco... porque sabía que el hijo no era mío... yo lo sabía , además octomesino... ¡con cuatro quilos y medio! Yo empecé a beber a beber y a tirar sangre, me ingresaron y ella se piró. Toni describe que el hecho de la infidelidad le obsesionó y que marcó la relación.

...lo que más por culo que me dió fue lo de que me engañó , si ella me llega a avisar, me dice: Mira Toni estoy embarazada, fue un desliz, ahora ya lo sabes, si quieres te casas conmigo y si no, pues lo dejamos... pues no hubiera pasado nada, porque yo la quería con locura... lo que me jode es que me engañen... Su mujer regresó a Sevilla con su madre y tras la salida del Hospital Toni va andando hacia allí a ver a su hijo.

...Fui a Sevilla, la vi y si ella hubiese querido algo, pues hubiera dicho, pero la miré, ni me miró, vi al chiquillo y me marché... Así acaba la historia con su primera mujer de la que nunca volvió a saber nada. Y empieza el contacto de Toni con los albergues y centros asistenciales. Toni no ha conseguido enderezar su vida tras el matrimonio, al contrario, parece que sus hábitos no mejoran y que ya no le importa nada. Deja el trabajo, bebe en exceso y toma decisiones alocadas... marchar andando a Sevilla a ver a

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un hijo que no es suyo cuando la mujer lo ha abandonado... ya fallan muchas cosas. Toni con 25 años no tiene oficio ni beneficio, no tiene formación, hasta el momento lo único que ha hecho es trabajar esporádicamente en bares, y vivir de las mujeres. Un duro golpe para él ha sido vivir la experiencia contraria, a él le ha engañado una mujer. En este momento, sin nada mejor que hacer, se deja llevar por las circunstancias. El regreso desde Sevilla le hace caer enfermo.

4. La estancia en Cartagena ... Llegué a Alama de Murcia, a Cartagena y allí me cogió la policía local todo tirado en un banco... reventado y me llevó primero al Hospital, pero no cabía y me ingresaron en la Cruz Roja de Cartagena, eran todas monjitas... Toni pasa con ellas dos años, y ya en tratamiento de deshabituación alcohólica... pero él no lo cuenta así. Es una larga convalecencia posible por sus buenas maneras y simpatía. Debía ser ya evidente para todos su adicción alcohólica, pero él no la reconoce abiertamente, para Toni su periodo alcohólico coincide con su estancia en la calle, aunque como ya vemos, desde fuera, los profesionales debían tener otra impresión…Cierto que los métodos han mejorado, pero para estas hermanas ya era evidente que Toni, con 24 años bebía demasiado.

… Estuve dos años y medio con ellas...(las monjas) dice No bebas... de hecho me daba todos los días un vasito de vino... me recomponía comía muy bien… ... le caí muy bien a la monja, les pintaba, les arreglaba.. yo ya no estaba enfermo.... pero me querían mucho. Llegaban los fines de semana y venía son Josefa y me decía , toma 40 duros que nos entere la madre superiora y te vas por ahí a dar una vuelta, pero no llegues tarde... y luego bajaba Sor Felicidad y me decía toma 40 duros pero que no se entere sor Josefa... para mí esas monjas eran muy muy buenas... yo es que me lo gano... suelo caer bien.. pero el fallo fue que siempre tenía la habitación llena de enfermeras, cuando se despistaban las monjas... y un día entraron y nos pillaron... Eso supuso el final de la estancia de Toni en el Hospital, de todos modos, él asegura que quedó muy bien con ellas y que guarda buen recuerdo. Su siguiente destino Cartagena. De hecho, sale del hospital a alguna especie de programa de deshabituación…pero no parece tener conciencia Toni de que ya era tratado como un alcohólico.

...porque yo me fui del hospital con un señor que venía a visitarnos y que ayudaba a chavales jóvenes con problemas de alcohol... me pagó la pensión y aún estuve yo por allí un par de meses... me dijo... yo te pago la pensión pero tienes que ir todas las noches a unas clases en una igle-

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sia, en una parroquia... que está en la calle mayor donde está el arsenal... y allí conocí a una pelirroja, gordita, bastante asquerosa... pero a mí me daba igual... yo lo que quería era sobar... y me enrollé con ella de tal manera que me la traje a Benidorm... los padres buscándola... Esta relación tampoco dura y Toni la encadena con el encuentro con la que será la mujer con la que más tiempo ha estado. Es durante una fiesta de Nochevieja cuando topa con un grupo de alemanes, concretamente con un proxeneta y dos de sus chicas, una de ellas es Coni. La entrada es como siempre, gracias a su conocimiento del alemán y a su picardía.

...Yo es quiero montar una casa de tatuajes, es que no entiendo el papeleo...(dice Conan, el proxeneta)¿puedes ayudarme?... sí hombre... no faltaría más... y ella venga a mirarme... y me coge así y me sienta en sus brazos y yo digo (en alemán) ¡Quietaaa que se va a enfadar tu marido ... y ella dice... no pasa nada.... tú tranquilo... porque había otra que estaba con el marido... había un rollete... y Coni va y empieza a ....jejeje.... empieza a besarme allí y la otra ¿ estás loca? ¡Cómo te vea Conan!... (Toni hace el gesto de cobrar por la espalda) Toni y Coni engañan al proxeneta y se marchan juntos...de una forma no muy limpia... Toni aprovecha un nuevo intento de estabilización para contactar con su familia...la gran noticia es que está con una chica alemana...¿quizás así volverían los buenos tiempos?

...Él se fue para a Alemania y se dejó el mercedes, la caravana... E.—Y a Coni... T.—Y a Coni y Coni vino a verme... y le pregunto... ¿porqué no viniste? ¿por qué no quería verte? Porque si te veo me lío... Oye... ¿no puedes salir del bar? Es que tengo ganas de tocarte...je je je.. y antes de que viniera él.. le cogimos el coche, las joyas y todo lo que era de ella... E.—Y nunca ayudaste a montar la tienda. T.—Se quedó sin tienda, se quedó sin mujer… y entonces nos fuimos a Cartagena otra vez y como tenía amistades me coloqué y llamé a mi madre que hacía 4 años que no tenía contacto con ella y fue cuando me enteré que mi padre estaba ingresado muy mal... vino a verme a Cartagena, se alegró mucho... le presenté a Coni... como era alemana.. pues mi madre muy contenta... y nos vinimos a Dama de Elche, a casa de mi madre y fui a ver a mi padre y cuando le vi en el Hospital... La muerte del padre de Toni supuso también una ruptura familiar y la decisión de Toni y Coni de viajar por España con los ahorros y con lo que ganaban haciendo pulseras, como hippies. Al final, se reconcilian con la madre y regresan a Valencia.

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5. La vida de Toni y Coni en Valencia Toni vive una época dorada en la que gana mucho dinero y a gastarlo igualmente. Una época de descontrol, que desde la distancia Toni recuerda con cariño, no como el desencadenante de su estancia en la calle.

…entre el 85 y 86 me caso con ella y a partir de ahí es cuando yo empiezo a tocar pasta ¿ por qué? Me salen 25 kilos en la lotería, pero no compramos nada... nos vamos por ahí y quemamos dinero.. estuvimos rulando por toda Europa... mi mujer llevaba un agujero en la pared de la nariz, porque esnifaba... tela marinera!!! Entonces esa pasta la quemamos... pero vivimos a todo tren... me acuerdo estuvimos mucho por la parte de marbella conociendo gente y quemando pasta... íbamos hasta el culo todos los días... yo no sabía cuando me levantaba o cuando me acostaba... entonces mi mujer antes de estar conmigo, estaba acostumbrada a llevar una buena vida... se acaba el rollo... entonces nos quedaba algo y fue cuando yo empecé a irme a Alemania a traerme los coches… T.—Yo empecé a traer coches de Alemania... me saqué el carné de conducir... toda la vida había conducido sin carné, me lo saqué a la primera. Entonces me casé con mi mujer, no por que quisiera casarme, sino porque en aquel entonces no estábamos en la UE y por los papeles, porque si no tenía que estar cada tres meses pasando la frontera y así más tranquilo. Me divorcié primero de mi mujer y luego me casé por lo civil con Coni. Entonces yo iba todos los meses a Alemania y traía coches: Lamborghini, Porsche, Corvets... tenía un contacto en Frankfurt... ... Yo todas las semanas me traía coches y me sacaba 2 ó 3 millones y yo como tenía un contacto en el puerto para pasar por aduana y pagar memos aranceles... si llevaba extras no los pagaba, a cambio les traía coches a ello... al mes me sacaba millón y medio o dos todos los mes Yo no declaraba a hacienda ni en mi vida he cotizado... no es porque no haya querido trabajar, sino por que en la época de Franco te decían , ponte a trabajar que yo te aseguro y luego nada...y empecé a ganar dinero por un tubo... aparte de que ella tenía dinero para no aburrirse hacíamos traducciones del alemán... a estudiantes aparte su tío le mandaba pasta y vivíamos en Eduardo Boscá (calle de barrio alto) un duplex de 220m2. Todo a su nombre... menos los coches... todo a su nombre...porque yo me fiaba totalmente de mi mujer porque ella me quería con locura y yo a ella... Toni alterna el mercadeo de coches con otras actividades, siempre en negro, sin cotizar ni declarar y sin ahorrar, todo el dinero se iba igual que venía…

T.—Aparte de esto, conocí al dueño de la cadena Rados de vídeo, dueño del autocine y le decoré todos los cines, porque soy muy buen decorador, le hice los vídeos, el chalé... pero cuando entramos en la CEE se me acabó el chollo , empezó a bajar la economía y del día a la noche... zas!!! Se acabó. Y me quedé sin nada.

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E.—¿Pero no teníais nada ahorrado? T.—Pero estaba todo a su nombre... Hacia 1990, la cuestión de los coches comienza a flaquear… el dinero ya no entra a raudales y la relación entre Toni y Coni se resiente.

E.—En el 90 es cuando te deja Coni... T.—En el 91... porque yo estuve con ella 7 años... y en el otro piso lo que pasó es que venían amigas suyas... E.—Otro piso. T.—Sí el que era de sus tíos.... nosotros vivíamos en Eduardo Boscá... lo que pasa es que a mí me tenía engañado... E.—Ah!!! T.—Me tenía engañado porque a mí me interesaba... porque no podía trabajar.... E.—¿Por qué no podías trabajar? T.—Porque me quedé sordo... tú sabes que si pierdes la audición, pierdes la estabilidad... y como yo era barman... En el piso vivían amigas de ellas, que eran guiris todas... y aquello era un picadero... E.—Ellas eran prostitutas... T.—Pero... (hace un gesto con el rostro y las manos). E.—De alto postín... T.—Yo sabía lo que sabía... porque yo no era gilipollas... ella simplemente estaba haciendo un negocio. Las chicas se llevaban el 50% y Coni el otro 50% pero ella pagaba el teléfono y todos los gastos... es un negocio como otro cualquiera E.—¿Y por qué te engañaba? ¿No veías el dinero? ¿No te lo decía? T.—Es que... cuando yo estuve decorando... me engañaba en el sentido... es que claro!!! Había una chiquita que trabajaba allí, en el despacho del gestor... una chiquita de 21 años, rubia, igual de alta que mi mujer, que se encaprichó de mí, me encapriché y... mi mujer se enteró. E.—Vale, tú tuviste una aventura con una chiquita joven y tu mujer se enteró. T.—Y a partir de ahí... pahhh!!! E.—Quieres decir que ella te engañaba también... T.—Yo le decía... cuando iba al piso.... mira que no me entere... pero uno tiene muchos amigos y yo ya no sé si lo hacía para fastidiarme o por placer... Como vemos, el ambiente en el que se desenvuelve Toni para él es de lo más normal, pero la escala de valores que lo rigen, es muy diferente. El utilitarismo, la falsedad, el materialismo son las piezas fundamentales. Toni idealiza una relación que quizás nunca fue tal y como él la recuerda. Los preliminares a la ruptura con Coni se entremezclan con episodios de consumo abusivo de alcohol y de infidelidades… donde la razón fundamental para volver a beber es la desazón por la relación, esto es lo que Toni arguye…

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... Pero tú sabes... porque el que diga que no... porque todo hombre... y el que no lo diga... puede ser que no , pero todo hombre casado de vez en cuando se va... ¿tú no has cogido el Levante? Y lo sé por que lo sé y yo he visto a la mujer y he pensado... pedazo cabrón, con la mujer que tienes aquí... es que es normal... y no es que lo hacen porque no quieren a su mujer, la quieren con locura... y no es que... yo ese problema no lo tenía en casa... porque los hombres a veces quieren salir de la monotonía porque van y quieren cosas que muchas mujeres que... y yo ese problema no lo tenía porque el Kamasutra a mi lado se queda hecho una mierda, hablando en plata, pero antes, muchas mujeres... T.—Claro, es que fue la Marion... primero otras... y ella no se enteraba... pero no es que yo lo buscara... ella se pegaba todo el día en casa, con los perros, con las nenas y yo me cogía el Cadillac y tenía buena cartera.. me iba al videoclub, al bareto, de aquí para allá y con treinta años y bien maqueadito, buenos coches pues imagínate... E.—Te llovían, venían solas, no tenías que hacer nada. T.—Je, je... E.—¿De qué te ríes? ¡Cuéntamelo! T.—¡Pero no era mi intención! E.—Ocurría. T.—Es que soy un tío simpático..., me enrollaba, pero rollos de nada venían, estábamos una semanita... o por el gusto de subirse en el coche..., veían que yo era un tío... igual que me ven ahora jovencitas... ... Y entonces yo ya no bebía... cuando más dinero tenía no bebía. Entonces yo seguía decorando y empecé a beber cuando casi un año la cosa no tiraba... era un tira y afloja... si te digo que fue culpa mía miento y si te digo que fue culpa de ella, también... pero no sé qué coño pasó... porque después de lo de la chiquita ya estuvimos bien... Toni nos cuenta también como la relación se resintió en el aspecto sexual y nos cuenta una razón más profunda acerca de su recaída.

... Tiempos atrás nosotros funcionábamos de categoría, de putísima madre, pero en cuestión de un año... ella bebía demasiado, yo lo volví a tocar otra vez... y ahí se fundió todo. E.—Y ¿por qué lo volviste a tocar? T.—Porque por cierta parte me sentía impotente... a veces de rabia me decía... ¡Joder! ¡Seré gilipollas de no haber aguardao dinero! Porque ahora me podría montar un negocio, no estaría como estoy... porque, de todas formas, yo dependía de ella... no es que dependiera del todo de ella, pero sí porque cuando me dijo se acabó la historia, ya ves los frutos... Toni se recrimina haber confiado demasiado, no haber ahorrado y prevenido situaciones futuras… pero curiosamente no parece lamentarse de que su relación no funcione, eso es secundario, lo preocupante es que él se queda colgado.

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La mujer de Toni se marcha con una amiga de ambos.

T.—Con ésa fue con la que se piró... no sé si es que cambió de bando... Marion venía todos los años... una tía de puta madre, también estuve liado con ella... Con todas las propiedades a nombre de Coni, viviendo en una casa que no era suya, sin haber ahorrado nada de dinero, Toni se ve en una situación extrema. Los primeros meses aguanta a base de las ayudas de sus amigos y conocidos… pero sin experiencia de trabajo, con una adicción alcohólica considerable y sin más oficio que el de barman… la situación de Toni es desesperada.

... Y aguanté unos seis meses... que por cierto un amigo me pagó el último mes ... me dijo... Toni que no te quiero ver..., pero luego venía el otro y me decía, págame o te voy a matar.... y yo le decía: Alfonso, que era muy buen chaval...llévate el equipo de música... yo ahí tenía una videoteca... esto, esto no es nada... le decía llévate el equipo de música... no no que no me lo llevo.... llévatelo o l a TV y el vídeo..... y me fui a Benidorm y cuando volví ya habían cambiado la cerradura. La desestructuración familiar de Toni se hizo aquí más que evidente, no pudo/supo/quiso recurrir a nadie de su familia.

E.—¿Y tú no tenías relación con ella? (con la madre). T.—Sí. Yo estando por la calle, se echó a llorar y me dijo ¿ estas bien? Y yo le dije estoy bien no te preocupes, pero yo en mi interior ... yo no voy a ir casa de mi madre, con una pensión de viudedad que tiene, a meterle más problemas.... con todo lo que había pasado con mis hermanas, yo no voy a ir a .. tía... E.—¿Porque tu padre ya había muerto? T.—Sí, había muerto, si hubiera vivido mi padre, a lo mejor.. pero yo con mi madre, ¿ para qué iba a ir? Y ya estaba... no tan alcoholizado como cuando Jose Antonio me metió, pero ya muy tocado... no me hacía falta... yo en casa de mi madre, mi madre odiaba la bebida... supongo que por mi padre... y digo, yo no me voy a meter ahí.. porque no... La situación de Toni se precipita… rápidamente acaba en la calle, de una forma vertiginosa… ¿o no? Quizás todas las experiencias previas anunciaban que su estabilidad dependía de hilos demasiado finos. Lo cierto es que Toni en poco tiempo se queda sin dinero, sin casa, sumido en la bebida y en la calle. Casi cuesta de creer.

E.—Pero con toda la gente que conocías... ¿No fuiste a pedir ayuda? T.—Espérate primero... un amigo me dejo... el que me alquilaba los pisos, me dejó , cerca de 100.000 ptas, otro 40.000 otro 30.000, pero yo no podía... (Hace un gesto con la cabeza).

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E.—Estar debiéndole dinero a la gente... pero ¿qué hacías, ibas a pensiones, hoteles...? ¿Dónde dormías? T.—En los coches abandonados, en bancos... E.—¿Pero así directamente? Te deja Coni, te quedas sin casa, te dejan dinero y directamente te lo mamas y te vas a dormir a los bancos... T.—Sí, directamente.

6. La experiencia de Toni en la calle y la intervención de Cáritas Toni llega a la calle en 1991. Tras intentar vivir en varias zonas, se establece definitivamente en la Calle Campoamor, en la ciudad de Valencia. Un barrio de clase media, bastante tranquilo excepto los fines de semana, cuando la juventud arrasa por los bares de la zona. Se trata de una calle ajardinada donde Toni pudo establecer sus cartones. La climatología en Valencia es lo suficientemente benigna como para poder resistir los inviernos en la calle… algún día más frío, el parque se cambiaba por cajero o por garaje o portal de alguna finca amiga. Toni no deambuló, eligió esta zona y allí se estableció. Cuando le conocimos, nos sorprendió el grado de integración de Toni con el barrio, era una pieza fundamental que hasta cierto punto realizaba una función social… alejaba a los indeseables desconocidos, podía vigilar a los jóvenes, era cómplice de los jóvenes de la noche… conocido y querido y mantenido por todos. Como veremos, sus estrategias fueron algo peculiares, para empezar, él no mendigaba.

E.—¿Cómo te organizabas allí? T.—Pues estando en le banco Jamás he pedido... excepto una Navidad que me puse en la puerta de un Mercadona.. y no ha sido por orgullo... porque timidez... soy una persona muy tímida. Yo empecé a beber de jovencito por timidez... T.—Cuando yo llegué a Campoamor, se apartaban de mí, imagínate... pelo largo... durmiendo en el banco... no hablaban conmigo, hasta que un vecino me conoció y empezó a hablar conmigo... y entonces los vecinos también, con mucha precaución, claro al principio ... y muchas veces me preguntaban... Antonio ¿Tú tienes estudios? No, no tengo estudios. Me mientes... no, sé escribir y leer lo preciso... me decían, porque eres muy educado, muy culto...., ningún vecino me ha visto mear en la calle, ni broncas ni sustos.... a veces bajaban las mujeres y me decían, Jose Antonio, no entiendo como viviendo en la calle vas más limpio que mi hijo... claro... en verano yo me lavaba la ropa, porque no me ha gustado molestar. En verano, a las cinco yo me levantaba y me lavaba la ropa y a las nueve ya estaba seca, le daba el sol y ya está... en invierno, tenía a Ana, la señora María...que me lavaban la ropa. Ana es la señora con la que yo más confianza he tenido... y no he tenido nada con ella, su marido trabajaba en le

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Corte Inglés... yo le decía: Ana...que quiero ducharme... y ella... a ver, esta semana trabaja de tarde, vente a partir de las cinco de la tarde que ya se ha ido a trabajar... y yo subía me duchaba, estaba un rato con ella, nos tomábamos un par de wiskeys y me contaba que estaba harta, se ha separado... porque el marido, alcohólico perdido... ... Yo por la noche cuando cerraban los pafetos, cuando cerraban , rebuscaba por los contenedores y me pillaba medios bocadillos, cosas que yo pillaba y me las comía... es un poco asqueroso, pero melas comía... del horno, tiraban los cruasanes enteros que se hacían duros al día siguiente... de lo que era el Consum, ahora Mercadona, yo sabía cuando sacaban la basura.... el Consum tira todos los recortes.... cuando empiezan los chorizos, esas puntitas las tiran, cuando se está acabando el jamón lo tiran, del queso, del corte, a veces medio queso, yogures que estaban a punto de caducar y que no pasa nada si pasan 15 días... tomates tocados.... entonces yo tenía un platito con mi botellita de aceite y me cortaba los tomates, la fruta y todo... yo le quitaba lo tocado.... ... Un bar restaurante que había al final del parque que había unas mesas y la suegra del dueño me sacaba todos los días mi comida, mi plato de caliente, mi segundo y mi cerveza... todos los días...todos los santos días... E.—Y tú hacías algo por ellos... ¿les sacabas la basura o algo...? T.—No, simplemente me veían, y como yo jamás he entrado a ningún sitio a pedir, pues se ve que me conocían y como por las noches me veían, pues se ve que me conocían. La calle te enseña a ti o espabilas o te mueres... entonces yo me conocía todo ya, al tiempo ¿eh? Las habilidades sociales de Toni son lo que le salvaron... él pudo encontrar su espacio de protagonismo y liderazgo, aunque fuera con la gente joven... Quizás él también ha buscado rodearse de gente joven, guapa, moderna... realmente su vida en el barrio estaba organizada y para él, dentro de lo que cabe, era cómoda.

T.—Toda la peña venía a mí, toda la peña... los chavalitos y chavalitas venían y yo era el padrino... Toni tío es que me pasa esto ¡Joder tronco!!! O venía la nena a verme... que te pasa... este que me ha dejado... porque está tonto, con lo bonica que eres, ¿ no puedes hablar con él? Ya hablaré yo con él... muy majos... me ven las niñas...mira la portera que está aquí al lado, en el 16, a esa la conocí yo con 15 años y ahora tiene un hijo y está divorciada, esa tenía un hermano yonqui y lo saqué yo de la mierda... te la puedo presentar cuando quieras. A pesar de lo bien organizado que estaba, Toni reconoce los momentos duros de la calle.

T.—Estaba en el banco... me daba una vuelta para mirar por los contenedores... y me ha pasado cosas muy curiosas... y he visto... lo que no

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

quería ver... buah cosas que te pondrían la piel de gallina... cosas que no puede ser... he sido humillado y a mí nunca me había humillado nadie y he llorado... ... Al principio, me pasé un año que no se lo deseo a nadie... 1 año, que yo decía. ¿Qué hago? ¡Yo me muero! T.—El primer año yo no se lo deseo a nadie. Una vez entré en un bar y entraba cohibido y eso que llevaba dinero... y aunque me iba comprando los pantalones, un poco de ropa, pues aunque no quieras, te vuelves...tú no lo notas... yo iba limpio, pro no es lo mismo, porque no te duchas todos los días, no llevas una higiene... y yo siempre iba con un poco de apuro... Toni comienza a relatar su relación con los servicios sociales. En la ciudad de Valencia la red de atención a personas sin Hogar está bastante estructurada y tiene muchos años de vida. La Casa Grande, como lo llaman algunos, en realidad, Asociación Valenciana de Caridad antes de su restructuración , era un lugar de acceso al comedor libre y sin control... esta institución, que este año celebra su centenario, ha remodelado y racionalizado mucho sus servicios, de forma que se realiza un trabajo individualizado y de promoción, pero no era así en la época en la que Toni estaba en la calle.

... Cuando me vi en la calle yo no tenía ni idea de que era la casa grande, ni que había... yo había oído albergue pero yo me creía que eran para estudiantes... yo no tenía ni idea de que existieran estas cosas. E.—¿Si hubieses sabido que existían los albergues y tal te hubieras acercado antes? T.—Sí... pero mira fui a la Casa Grande porque me llevo un chaval que estaba operado de la cabeza y que yo siempre lo veía pasar y me decía...¿ te vienes a comer? Y yo le decía ¿ dónde vas a comer? A la Casa Grande... en el río y tal, vente y verás y me fui . Fui a comer una semana o dos porque en la época en que yo iba, madre mía de mi alma y de mi corazón... eso era tela... yo he visto volar por el aire los platos y he visto la Biblia en verso.... ojo, la comida era buena... E.—Pero el ambiente... T.—El ambiente ¡vamos!, eso tenías que ir con la pipa encima.. por un cartón de vino... je. Hablando en plata... en la esquina mismo si querías... si ibas muy desesperado por un cartón de vino en la esquina misma... no es broma no...no te estoy vacilando... yo como iba un poquito aseaete.. y veía a la peña, me daban pena.. yo entonces no estaba mal... en realidad yo no he estado muy mal... porque yo, lo que pasa...es que yo tenía que estar bebiendo las 24 horas, pero no borracho ...porque tú me has visto en la calle y nunca me has visto colocado... me has visto en el puntito...porque si no llevo el un puntito no puedo hablar... Desde la calle Toni utiliza algunos recursos con más o menos fortuna. Consciente de que el alcohol es su gran problema, entra en Remar (Centro de

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deshabituación alcohólica de inspiración evangelista donde la terapia a seguir se rige por el trabajo duro y la fuerza de voluntad. No se administra medicación ni hay seguimiento médico de deshabituación. La experiencia, nada positiva la cuenta como sigue:

T.—Hijos de la gran madre... me decían, a coger pollos y yo ¡¡¡quée!! Bueno, tú no jefe... caí muy bien... me hicieron encargado de la lavandería pero yo los veía a los pobres... hala a coger pollos. Trabajos forzados, desde las 8 hasta las 8 trabajando y si te pillaban fumando, o escuchando música, ¡ disciplina! Y si no te gustaba, ya sabes... y ni medicinas... allí fue cuando casi me quedo ciego... estaba en Sagunto... allí me operaron... y cuando me llevaron el médico les pegó una bronca.... es que no ven que está casi ciego...???? a mí me han operado dela vista tres veces... que les den por culo... por casi se nos muere Juan, que entró de responsable...entró con un mono de caballo y que no llevaban al hospital y lo llevaron en las últimas... Remar , reto y todos estos... te obligan a ir al culto... y dicen que no te cobran... menos mal, porque si te llegan a cobrar.. ... Porque yo hace mucho ya había estado en San Juan de Dios, estaba 7 meses, entraba y salía Toni era único... allí me quieren mucho. Porque jamás han tenido de mí ninguna queja... el Hermano Mariano hacía de psicólogo y me decía tú todos los miércoles vas a ir a alcohólicos anónimos, ¿ sabes?, pero yo a las 7 ya salía ( a beber) pero yo entraba como un señor... La situación de Toni reúne ya todos los elementos para configurar el perfil de Persona Sin Hogar Crónica. Justo el que trabaja el Proyecto XXX de Cáritas Diocesana de Valencia. Cuando lo conocemos lleva más de 6 años en la calle, alcohólico crónico , renuente a utilizar los servicios sociales públicos o privados que ya conoce y no le han servido. Estable en algún lugar de la vía pública y viviendo de la caridad, sin trabajo ni ingresos económicos fijos. El trabajo del Proyecto XXX pretende entablar relación con estas personas sin tratar de presionarles o convencerles de nada... ni siquiera nos presentamos como personal de servicios sociales o de Cáritas... tratamos poco apoco de entablar una relación afectiva efectiva, importante, significativa por la que la persona crea que aún puede intentarlo y que puede cambiar. Es un trabajo lento y tedioso... en ocasiones pasan muchos meses hasta que la confianza fragua y se pueden tratar los temas importantes. En la historia de Toni, dos profesionales estuvieron trabajando con él en la calle, pero la primera persona cambió de trabajo y aunque fue la que inició la relación y estableció contacto con Toni, fue el segundo trabajador social, el que le acompañó en todo su proceso de decisión y motivación al cambio. Quizás ahora, analizando la historia de Toni podemos establecer que para Toni ha sido mucho mejor que la intervención la haya llevado un hombre. Con las mujeres existen en Toni demasiados clichés interiorizados de galanteo, intento de seducción, formas de relación que habrían interferido en el proceso. Toni narra, sin saberlo, la intervención de Cáritas. Toni jamás identifi-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

cará el trabajo en la calle con él como un trabajo prefijado, estudiado y realizado por Cáritas... él identifica su recuperación a partir del ingreso hospitalario que arreglamos para él ) y su posterior trabajo en el albergue San Juan de Dios. El trabajo en red con PSH en Valencia permite esto; los casos son de todos, el trabajo de los centros y servicios cubre las distintas etapas del itinerario de inserción. Pero el trabajo de calle del Proyecto XXX seguramente nunca estará identificado por los usuarios cuya principal característica es para empezar, que no son usuarios, sino que son los profesionales del P. XXX los que se acercan, abordan, invitan y comienzan el trabajo muchas veces sin que la persona lo sepa.

... Amparito siempre venía a verme y me preguntaba por qué pedía, muy simpática. Muy agradable... Lo cierto es que el trabajo de Amparo consistió en mucho más que esto. Pero Toni nuca lo supo. Amparo estuvo visitándolo al menos dos años, en los que Toni siempre estaba borracho, habló con los vecinos, los conocidos... con los albergues en los que había estado... a pesar de la simpatía de Toni, y de los intentos de galanteo de éste, Amparo fue hablando de las cosas importantes, planteando preguntas, interrogantes, tratando de despertar a Toni de su letargo y ofrecerle alguna oportunidad... pero aún no era el momento de Toni.

... Y luego llegó Jose Antonio... sabe entrar muy bien la gente... porque yo he conocido a la tira de trabajadores sociales de muchos sitios... un montón, pero Jose sabe entrar muy bien... T.—Es algo especial, es un tío que sabe, de todo lo que yo he conocido, se sabe... se va metiendo poquito a poco, no te atosiga, te sabe escuchar... aparte que hay que tener mucha paciencia porque no toda a gente es como yo... E.—Cuéntame de ti y de Jose. T.—Estaba allí y empezaba a hablarme del por qué... y yo le contaba... y él me decía, Toni a ti no te gustaría salir de aquí, arreglarte una paguita... pero si yo no he cobrado en mi vida y se reía...me inspiraba confianza.. E.—¿Os reíais juntos? T.—Sí claro... eso es muy importante, porque cuando estás ahí y ves que la persona viene a verte dos veces por semana... eso es muy importante, al menos para mí... y eso le llena a uno... E.—¿Lo esperabas? T.—Si no venía yo decía ¡qué cosa más rara! No habrá podido... pero cuando le veía decía ¿ ya está ahí! Y me alegraba.... a veces venía con chiquitas de estas jóvenes...(alumnas en prácticas) y me decía ¿ mira que eres cabrón! Y yo me reía... eso es fundamental. Es una pasada tía, porque cuando estás tan amargado, porque a pesar de los vecinos... cuando estás en la calle sientes una soledad y una amargura... T.—Con Jose es distinto porque es un hombre que venía y te preguntaba como te iba y poco a poco... yo no soy tonto... me daba cuenta...

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siempre hay que tantear... yo sabía que él me iba tanteando y yo le dejaba.... pero a otra gente no... yo pongo un límite y Jose se fue ganando poco a poco mi confianza... y sabía que me iba sacando cosas y me divertía y me decía Toni ¡eres el mejor! ¡ El rey del barrio! ¡ qué cabrón, el rey! Si vives mejor que yo... con bromas... y eso cuando estás así, lo agradeces... pero cuando viene una persona normal que te habla normal.. es de agradecer... él sabe entrar muy despacito.... va tanteando... Toni quieres que te arreglemos un apaga, te sacamos de la mierda esta... no crees que esto fue llegar y besar el santo...poco a poco... y al final me dijo , mira cómo estás... lo que pasa es que te lo montas muy bien, rodeada de chavalitas y no te quieres mover de aquí porque lo tienes todo!!!. Normal,, para que me voy a mover... La salud parece ser el detonante que convence a Toni de que ha llegado el momento. Él conoce las sensaciones de los delirium tremens, ha sufrido dos de ellos y le asusta pensar en uno más.

Porque en el transcurso de la primera mujer a la segunda fue cuando yo pasé mi primer delirium tremens... en Benidorm... es que Benidorm era la perdición... y me acojoné E.—¿Y cómo te convenció? T.—Él me convenció pero yo dije: cuidado... que se va acabando la historia. E.—¿Te encontrabas mal? T.—La calle va pasando factura... la verdad es que si no llega a ser por él yo no sé dónde estaría, me convenció claro, por él me fui en un 80%, porque yo me iba a los hospitales... pero él aparte me convencía porque es un hombre que.. hay muchos que te quieren abucharar, pero él es un tío que te lo iba diciendo pero de tal manera ... lo vas soltando y los vas cogiendo poquito a poco... y vas metiendo en la otra persona y eso es muy difícil... te tienes que poner en su lugar y de su lugar ponte en tu sitio..tienes que estar como un alma entre dos cuerpos... coges a esa persona y sepas el por qué...él empezó a preguntarme por que estaba yo allí...pero eso no viene de golpe...seguramente estuvo 6 ó 7 meses.... o casi más de un año.. Las palabras de Toni explican la esencia del Proyecto XXX de una manera diáfana. El trabajo lento y pausado, paciente, sin atosigamientos. Toni expresa mejor que nadie lo que hemos escrito tantas veces en los proyectos y programaciones. Cuando llegó momento en el que él se decidió a hacer algo, hubo que mover muchos hilos para coordinar toda la acción; conseguir una cama de desintoxicación hospitalaria, trasladar a Toni desde el Hospital al albergue y que se integrara en un programa especial para alcohólicos mayores de 40 años. Todo este trabajo de coordinación supuso implicar a muchas personas e instituciones, pe-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

ro el sistema de trabajo con PSH en valencia lo posibilita. Así pues, Cáritas, Unidad especial de Policía Local para PSH, Ayuntamiento, Diputación, Albergue san Juan de Dios... todas estas entidades estuvieron presentes e implicadas ya disposición de Toni. Destacamos esto porque nos parece fundamental mostrar que tras una acción sencilla, como son las visitas en la calle, hay un trabajo profesional serio... si no estuviese estado a punto todo el dispositivo, posiblemente Toni se hubiese decepcionado una vez más y la confianza se hubiera quebrado. Hay que ser cuidadoso en las expectativas que generamos y debemos ser coherentes con lo que ofrecemos. Si Jose un hubiese tenido todo preparado y coordinado, si hubiese pasado demasiado tiempo hasta ingresar en el Hospital o si un hubiera habido plaza en el programa una vez desintoxicado o si los profesionales a los que se deriva no supiese todo el trabajo realizado y se hubiera realizado una mala derivación... el trabajo de tanto tiempo se hubiera roto y posiblemente Toni también.

T.—Y me explicó lo del taller... pero yo necesitaba ir antes al hospital... yo tendrá que pasar por Bétera, porque yo no quiero pasar el mono... tranquilo, porque yo hablaré... y en tres días una semana me recogió, me metió en Bétera y luego me metió en SJD... y eso estuvo bien.. porque cuando estás en la calle te vuelves arisco, desconfiado....lo que tienes que entender, porque si uno lleva en la calle y ya se ha llevado decepciones y no está alcoholizado.. a ese tío si eres un buen profesional lo sacas en un mes. Toni entra en el albergue de San Juan de Dios y allí inicia un programa de deshabituación y reinserción. Es un programa para varones mayores de 40 años. Toni tiene su propia visión del programa y analiza los fallos que él encuentra en el mismo, aportando ideas y soluciones a los fracasos de las personas que entran.

... La calle es que es muy complicada... es como la guerra.. cuando te levantas y piensas un día más veremos mañana... todos los días te la juegas... y yo no tengo miedo a nadie...sacar a gente de la calle es saber entenderlos, hay gente mala, porque hay gente en el albergue que no debería estar... porque los programas me han dicho que están diseñados por psicólogos... pero yo que he estado dentro... Entiendo que deben haber unas normas, porque es normal... pero cuando está en la calle no hay normas, si quieres vas hecho un guarro, vas limpio, cagas en la calle haces lo que te da la gana porque es así, es libertad, pero una libertad muy cara... y pero que tu cojas a una persona y la quieras atar con una cadena... yo lo entiendo, porque si no eso sería casa Pepe.. imagínate un tío como yo, que trabaja, que no te pagar y llega el fin de semana, 14 tíos todos juntos... a ver museos.. eso ehhh.. es que es muy fuerte... porque yo pienso... algo tiene que fallar, o nosotros o el programa...el programa es bueno....pero cuéntame cuantos salen...está claro que tienen que haber unas normas...pero estás cogiendo a cierta gente de la calle que tiene una

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edad, que lo han pasado putas... He conocido empresarios, militares...policías nacionales...que metas a ese tío y cuando vas al fin de semana y que para tomarte un café y para ir a los Viveros.. vamos a ver... no digo que vayas a discotecas... no nos podemos quedar a ver un vídeo... hay mucha gente que esta muy escarmentada porque han estado en Remar y sitios así están escarmentados....Si tú te quedas bloqueado con un tío porque te dice.... es porque tiene miedo, porque tienes miedo de que te encierren... van con miedo... Toni permanece en el programa cerca de un año. Tiempo en el que se le reactiva el reconocimiento de minusvalía que tuvo iniciado años a tras ( y que ni recordaba) y se le tramita una Pensión No Contributiva. La reinserción laboral parece complicada; su estado de salud es precario , cirrosis crónica, sordera total en un oído, y muchos años de calle. El programa compagina la estancia en el albergue hasta que llega la posibilidad de pasar a una vivienda tutelada propia del Programa o de otra institución. Toni en este momento del proceso decide marcharse del programa. Peligro... la propuesta no el gustó.

... Isabel entonces más o menos cuando pensó que yo iba a cobrar la paga...me dijo que me había encontrado un sitio el Hogar San Martín... pero tú estás bien del ciruelo? Yo esperaba que me dejaría estar en el piso pagando hasta que encontrara algo, pero no me dijo nada... así que me fui al piso de Antonio... Muchas veces, lo que desde el trabajo social diseñamos, no se corresponde con las expectativas que las personas manejan. En este momento todo se podía haber perdido, pero una cuestión importante hizo que Toni se mantuviera abstinente. Importante para Toni, que es lo que importa...

... Si estoy aquí hablando, en parte es por orgullo, por que sé que mucha gente, cuando salí de SJD no daba un duro y pensé, pues os van a dar por culo y voy a salir mejor y voy a hacer lo que siempre he querido.. y lo estoy haciendo, y aún me faltan muchas cosas por hacer. Toni deja el albergue por la puerta pequeña; va a casa de un excompañero del programa, que al poco tiempo recae en el alcohol, marcha a otro piso con otro compañero que tampoco parece haber dejado la adicción. Comienza a trabaja en el bar de una antigua amiga suya, pero le empieza a doler la espalda... por ese bar va un señor que vive en una vivienda compartida que gestiona una religiosa de la Orden de las Hijas de la Caridad... Este encuentro casual , es el que salva a Toni, que da con un lugar barato, semitutelado y en el que dispone de libertad para no sentirse atado. Aquí fue la suerte la que intervino...la suerte o que Toni empezaba a hacer las cosas de otro modo. Su amiga Ana había visto su mejoría y de lo que era capaz de hacer, por eso, pudo responder por él.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

... Empecé a trabajar y me dijo Ana que había un piso.. y Ana habló con la monja y respondió por mí. Y cuando fui a verla me vio Sor Rosalía y me decía ¿ Quillo! Es que es andaluza... Me dice... ahí una se tiene que portar bien... y yo le dije que pidiera referencias de Toni en SJD y me enseñó la habitación, una cama y un armario.... 70 pavos, agua, luz, todo incluido... y a las dos semanas... me dice,.. sabes que me han dado muy buenas referencias tuyas.. me han hablado muy bien. La reflexión final de Toni nos parece especial... el principio y el fin se cierran en un punto muy parejo; Toni lo que anhela es amar y ser amado, compañía complicidad... pero quizás ahora entiende estos deseos de una forma muy distinta a cómo los ha materializado en su historia.

E.—...Y aquí estás... T.—Casi cinco años.......... y sin meterme nada... y he escrito un libro, he hecho muchas cosas. E.—¿Estás contento, feliz? T.—Estoy contento, pero a veces me vienen recuerdos a la cabeza, me siento un poquito solo... me hace falta... no por la cama... por que por la cama no tengo problema. Me siento sólo, necesito compañía, no sé sentarme en la cama, contarle hablar con ella... E.—¿Hablas de alguna en concreto? T.—No, pero aquí donde me ves, soy una persona muy cariñosa y por eso tengo miedo porque soy muy cariñoso y me encapricho enseguida... veces estoy viendo la tele y me giro creyendo que estoy con algo para comentar.. las cosas se echan de menos cuando no las tienes, las cosas las echas de menos cuando no las tienes... por eso te decía que mi época dorada fue la de Meliana... mi madre me sacó de Meliana y me partió por la mitad. E.—¿Tu crees que tu vida hubiera sido distinta? T.—Seguro, yo sé que cuando me sacó de Meliana mi vida cambió totalmente.. eso era... a veces incluso trabajaba los domingos ...pero eso era lo más increíble... Pero eso de acogerle la mano a la chica que tu quieres... te entraba una cosa por ahí, eso era la ternura, la inocencia.. eso era lo más bonito que existía y cuando llegabas a cuatro manzanas de su casa.... y darle cuatro besitos...eso era... E.—Mira que carita se le pone!!!! T.—Eso, eso eso.. por mucho dinero que tengas, eso no se puede comprar nunca...

Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción Los elementos que configuran el proceso de exclusión de Toni los identificamos sobre todo en la desesctructuración familiar en cuanto ala distribución

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de roles y a los valores que la rigen, siempre situándola en un momento peculiar del a historia de España. El triunfo fácil y cómodo de un españolito exitoso, el nuevo rico que se moderniza de una manera acelerada y sin acabar de internalizar lo que supone su nueva situación. En Toni tiene un efecto de atolondramiento, de hedonismo, de búsqueda de placer inmediato...Su donde gentes, su imagen, su simpatía, se lo ponen fácil. El ambiente en el que siempre se ha desenvuelto Toni es cercano a la exclusión; alcohol, despilfarro, prostitución... son pocos los elementos normalizadores en los que Toni vive... y de hecho, cuando lo hace es cuando conserva los mejores recuerdos. Toda su estancia en Meliana. Ante cualquier situación Toni busca diferenciarse, que se no te su clase, sus modales... cuando narra cómo viven en la calle, vemos a un Toni presumido, cuidadoso de su imagen...tratando de mantener un estilo y de sentirse orgulloso de ser diferente. Ya sea por ser el más limpio o por ser el más alcohólico al que no se le nota. Este orgullo, este autoconcepto es en parte el que le ha ayudado a salir, aunque sólo sea para demostrar que puede hacerlo, para darle a todos en las narices. Esto y haber encontrado a alguien a quien le importa lo que él hace...alguien a quien demostrar...alguien significativo que tiene un interés sincero. Pienso sinceramente que ésta ha sido la clave; Toni es importante para alguien y para ése Toni hace esfuerzos...él a sí mismo no se tiene que demostrar nada, no le merece la pena... pero cuando ya hay alguien más , puede ser el momento en el que las cosas empiezan a cambiar...

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Rita* (Nacional con intensidad de intervención alta)

Rita es una mujer de 48 años que nació varón. Nacida en Salamanca, en su juventud se traslada a vivir a Barcelona, donde comienza un recorrido vital caracterizado por diversos factores de exclusión, como la prostitución de calle y clubes, el consumo de drogas, el delito y la cárcel. A sus 38 años, y tras ser diagnosticada como portadora de VIH, comienza un proceso de mejora acompañada por Cáritas. En la actualidad trabaja como cuidadora de personas mayores, tiene una pareja estable y se considera integrada y con una actitud muy positiva ante la vida. Esquema de contenidos 1. Historia Familiar. 1.1. El padre. 1.2. La madre. 1.3. Los hermanos. 1.4. Los tíos. 2. Historia Personal. 2.1. Infancia y adolescencia. 2.2. Independencia y edad adulta. 2.3. Madurez y nueva etapa de estabilidad. 3. Situación actual y Condiciones de Vida. 3.1. Familia. 3.2. Salud y sistema sanitario. 3.3. Trabajo. 3.4. Sistema educativo y formación. 3.5. Acceso a la vivienda. 3.6. Condiciones del entorno y relaciones de sociabilidad. 3.7. Las relaciones de pareja. *

Criterios de selección: mujer, nacional, intensidad alta, éxito (Salamanca).

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3.8. Relaciones con Profesionales y Acceso a Servicios Sociales. 3.9. Ingresos concretos y acceso a pensiones, prestaciones, ayudas. 3.10. Relación con Cáritas. 4. Auto percepción y posicionamiento social. 4.1. Auto percepción. 4.2. El posicionamiento social. 4.3. La explicación. 4.4. Actitudes y relaciones respecto a la sociedad. 5. Perspectivas de futuro. Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción. Eje cronológico Año de nacimiento: 1957 (48 años). Lugar de nacimiento: Aldealengua (Salamanca). Estado civil: Soltera. 1-8 años: Estudia en la escuela del pueblo. 9 años: Internado en un Convento de Frailes en Alcázar de San Juan (Ciudad Real). 10 años: Se escapa del internado y la policía lo devuelve a casa. 10-14 años: Permanece en el pueblo de sus padres ayudando en las tareas de casa. 14-16 años: Viaja a Barcelona con sus tíos y comienza a trabajar en una fábrica de muñecas en Barcelona. 17 años: Su padre le dice que tiene que regresar a Salamanca tras el fallecimiento de su tío. En Salamanca atraviesa una época de descontrol. 18 años: Se independiza y se va de casa. Establece su residencia en Barcelona. Se opera los pechos. Le llaman para tallarse en el Servicio Militar (ya operada). 18-19 años: Vive en Barcelona. Contacta con travestís y comienza a trabajar en la calle. Le aplican la Ley de Vagos y Maleantes y le encarcelan durante 3 meses. 20 años: La llaman para prestar Servicio Militar. 19-20 años: Vuelve a Salamanca y trabaja con su familia pero comienza a tener problemas familiares. 20-22 años: Se traslada a Bilbao donde trabaja en la prostitución. La condenan a 3 años de cárcel por ser cómplice en un atraco. Tiene pareja con la que coincide el periodo de encarcelamiento. 22-26 años: Se traslada a Logroño. Comienza trabajando en una barra americana y después monta un negocio, un bar de chicas. Tiene pareja. 29 años: Primer contacto con Cáritas. 26-31 años: Vuelve a Salamanca y tontea con las drogas.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

31-34 años: Vuelve a Bilbao. Trabaja en la prostitución y trafica con drogas. 34 años: Vuelve a Salamanca. Trabaja en la prostitución. Peor época de drogas. 35 años: Comienza un programa de desintoxicación con metadona de Cruz Roja en el psiquiátrico, pero recae en las drogas. 37-38 años: Cae muy enferma y es hospitalizada durante 3 meses. Le comunican que es portadora de VIH. 38 años: Primer contacto con Cáritas a través de las Hermanitas de la Caridad. Desenganche de la Heroína con programa de desintoxicación con metadona controlado en la casa de Cáritas. 38-43 años: Casa de acogida para enfermos de VIH de Cáritas. Primer trabajo limpiando. 43 años: Sale de la casa de acogida y alquila un piso. Cobra PNC y puntualmente recibe ayuda económica por parte de Cáritas. 43-45 años: Trabaja cuidando a un señor mayor en Salamanca. 45 años: Trabaja cuidando a una señora mayor en Santa Marta. 45-48 años: Trabaja en empresa de limpieza.

1. Historia familiar Rita nació en el año 1957 en Aldealengua, provincia de Salamanca. Pertenece a una familia de clase media-baja que vive del campo y del ganado. Son 8 hermanos: 2 mujeres, 5 varones y ella, que ocupa el segundo lugar. Se lleva 20 años con su hermano menor, pero entre los hermanos hay pocos años de diferencia. A pesar de que fisiológicamente nace como varón, ella desde muy pequeña se siente mujer, y este hecho desencadena problemas familiares. 1.1.

El padre

Su padre es natural de Aldealengua. Trabajó en Salamanca en una fábrica de Gaseosa, pero al cerrar la fábrica, volvió al pueblo para dedicarse a las tareas del campo, ya que allí tenía tierras. Le describe como una persona autoritaria y chapada a la antigua: por que mi padre era un regidor... un franquista vamos, un franquista, una persona muy, muy recta. –Y esto no es normal en mi casa, y como no es normal en mi casa pues fuera de mi casa–. Recuerda en su infancia que le reñía a menudo: Tengo muchos recuerdos, bueno de cuando mi padre me reñía porque, claro, yo de pequeña se me notaba un poquito la pluma y, mi padre me reñía, y tal, y yo, me iba corriendo donde mi abuela y le pegaba por hacer cosas propias de niñas. A mi me gustaba irme donde mi madre, a fregar los cacharros y a andar en la cocina con los cacharros y a estar con ella. Y por esas cosas simplemente mi padre me daba de hostias hasta en el carné de identidad. Su padre nunca ha llegado a comprender ni a aceptar la transexualidad de Rita. Actualmente sigue viviendo en el pueblo, aunque a penas mantiene contacto con él.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

1.2.

La madre

Su madre se ha dedicado siempre a las tareas domésticas. La recuerda como una mujer resignada y sumisa: Por que mi madre me ha parido y me ha criado hasta los 9 años, pero no ha podido con lo que, con lo que tenía en casa ¿sabes? Es que no podía sacar la cara por mí por lo que tenía en casa. Comenta que siempre ha tenido confianza con ella y que le contaba todo; siempre ha estado a su lado: por que yo he tenido con mi madre una confianza inmensa, de decirle: –pues tengo este novio, o tengo este chulo, o tengo esto... o sea, ¿sabes cómo te quiero decir? que mi madre siempre me ha sabido escuchar, aunque no me ha sabido dar un consejo, pero siempre ha estado ahí para escucharme. A pesar de todo esto, Rita piensa que siempre ha estado en una posición muy difícil: Por que ella estaba entre la espada y la pared, entonces se encontraba entre mi padre y conmigo, ella estaba en el medio. Si, ella tenía que vivir con mi padre, ella tenia que estar con mi padre todo lo mejor que pudiese, por que era un hombre muy rebelde, no muy rebelde, muy chapado a la antigua y no… sus ideas eran sus ideas, y las ideas de los demás le daba igual ¿no? entonces ahí mi madre si me ha apoyado, pero no me ha podido apoyar como debería. Yo pienso que una madre es una madre, y si, me ha apoyado, me ha apoyado y me ha dado consejos, pero no he tenido el apoyo de la familia en concreto. Su madre falleció de un cáncer de pulmón en febrero de 2005, hecho que ha marcado mucho a Rita. 1.3.

Los hermanos

Durante su infancia, mantiene un trato con sus hermanos dentro de la normalidad, pero a partir de su salida del pueblo a los 14 años, la relación con ellos comienza a deteriorarse llegando a ser prácticamente nula. Los momentos mas tensos con ellos los ha vivido a lo largo de la enfermedad de su madre, momentos en los que se ha sentido ignorada: Al día siguiente fue mi hermana a hablar con el médico, mis 2 hermanas, y bueno mis hermanos, y a mí no me llamaron para ir a hablar con el médico, por que los había llamado a los hermanos, los habían llamado a los hijos, por que el médico había dicho que quería hablar con los hermanos. A raíz de la muerte de su madre, se reanuda la relación con sus hermanas y algunos de sus sobrinos, pero con los hermanos sigue sin existir trato, llegando incluso a hacerla de menos: Y coincidí con mis hermanos allí en el hospital. Y con algunos de ellos, no me miraron ni a la cara, uno de mis hermanos, el pequeño, no me miraba ni a la cara, que tiene, pues, como veinte años menos que yo, y a ignorarla. Me voy al arroyo de Santo Domingo, llegó allí, que estaba allí mi madre, mis hermanas pues bien, mi padre también, mis hermanos no te creas que me dijeron ni perro qué haces ahí. Ni perro qué haces ahí, el día del funeral de mi madre... Sus hermanos han llegado incluso a prohibir a sus hijos que hablen con Rita, pero ante esta situación sus sobrinos la aceptan y defienden ante sus propios

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

padres: mi hermano le ha llegado a decir a mi sobrina: que no quiero que tengas relación con Rita. O sea, para que veas. Y mi sobrino dice: a pues a mi me da igual que tu quieras o no quieras, es mi tía y voy a tener relación con ella, y la voy a llamar cuando me apetezca, y voy a ir a visitarla cuando me apetezca si me apetece, y si voy un día contigo por la calle, y la veo me voy a parar, y la voy a saludar, le voy a dar 2 besos y es mi tía y tu no me vas a prohibir nada. En general comenta que nunca se ha visto comprendida y apoyada por su familia mas cercana: estas sola en la vida, o sea, siempre…no he tenido apoyo de mi familia de mis hermanos, de mis padres, no he tenido apoyo, entonces estas sola, y me he tenido que sacar todas las habichuelas por mi cuenta. 1.4.

Los tíos

Habla de sus tíos con especial cariño, especialmente de su tía, hermana de su padre, a la cual define como su segunda madre. Su tía intenta en una primera ocasión que Rita se vaya con ellos a vivir a Barcelona sin éxito. Cuando su tía da a luz a su segunda hija, el padre de Rita finalmente accede a que pase una temporada con sus tíos. A los 14 años se va con ellos a Barcelona para ayudar en el cuidado de sus primas pequeñas: A los 14 años me fui para Barcelona con mi tía. Y allí pues me fue muy bien con ella estupendamente, por que ella me entendía como si fuera…esta tía es una hermana de mi padre pero es como si seria mi segunda madre. Es en esta época en la que Rita se encuentra mas arropada y comprendida, y es donde se percibe realmente dentro de una familia: Y ya te digo, esa época fue para mi una época, para mi para mi muy, muy tranquila y como muy familiar. Con mi tía, con mi tío hasta que se murió ¿no? Y luego con mi tía y con mis primas, fue, o sea, una familia pequeña. Lo que no tenia con mis hermanos y con, y con mis padres, lo tenia con ellos, y ya te digo ahí fue una época muy bonita para mi. Muy bonita por que ahí viví mucho, viví todo, el cariño de una de una madre, por que para mi era mi mama. Y de mi tío, pues me quería también muchísimo. Ellos sabían lo que yo era y todo. También hace mención de otros tíos, los cuales actualmente viven en San Sebastián y con los que mantiene una buena relación. Su tía es hermana de su madre: ahora hace como 8 ó 9 años que tengo relación con mi familia, una hermana de mi madre, con mis primos y tal bueno, pues tengo una relación como si fueran mis hermanos, pero con mi familia, familia, con mis hermanos y con mis padres prácticamente no hemos tenido relación. Ellos se preocuparon de encontrar a Rita y la han comprendido y apoyado por que sabían que existía y me buscaron y bueno me llegaron a encontrar. Y ahora tengo una relación con ellos pues…con mi tía de San Sebastián y los hijos de mi tía, pues una relación estupenda, como de hermanos. Si yo entonces en aquellos años hubiera recapacitado, y me hubiera acercado a ellos. A esta familia la define como comprensiva y luchadora y lamenta no haberlos buscado antes para que la hubiesen ayudado: Por que se que si me hubiera acercado a ellos, me hubiesen echado una mano, por que ellos saben en-

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tender la vida, han tenido problemas con sus hijos, bueno con uno de sus hijos han tenido problemas de drogas, y tal, y ahí han estado ellos, y mira, ahí esta el que esta de maravilla pero claro, mis tíos han estado ahí apoyándole y luchando, y han luchado con el lo luchable y lo…vamos…todo lo luchable.

2. Historia personal Podemos establecer tres grandes etapas a lo largo de la vida de Rita que coinciden con las etapas de su desarrollo personal: 2.1.

Infancia y adolescencia

La infancia de Rita no ha sido fácil dentro del entorno familiar debido a la incomprensión de sus padres y hermanos hacia su transexualidad. Nunca se ha sentido como una más: De las experiencias así malas bueno pues te contaba que con mi familia cuando era pequeña una más, una más no, no se como decirte, es que, no puedo decirte que haya tenido una relación buena con mi familia, con mis padres. A pesar de que ella, cuando era niña, quería jugar y realizar tareas propias de niñas en aquella época, su padre la obligaba a hacer trabajos más masculinos y la pegaba por no hacerlos, cosa que ella no llegaba a entender muy bien. Ante la desesperación y la vergüenza que siente su padre por que su hijo es afeminado, y con la esperanza de que cambie, decide enviar a Rita a un internado: Tenía mucha pluma, que era muy mariquita, hablando claro, entonces se avergonzaban de eso, si, si suena muy duro pero es así, guapa. Me mandaron a Alcázar de San Juan, a un convento de frailes. No aguanta mucho allí, y al año y medio se escapa siendo recogida por la policía y devuelta a casa. En este momento deja los estudios y hasta los 14 años vive en el pueblo con sus padres ayudando en las tareas de casa, pero después de muchas discusiones y peleas, su padre accede a que se vaya a Barcelona con su tía: A bueno, pues para que este aquí haciendo el vago, pues que se vaya para Barcelona contigo y que te ayude allí con la niña. Es allí donde Rita vive realmente en el seno de una familia que la quiere y la comprende: El cariño de una de una madre, por que para mi era mi mama. Y de mi tío, pues me quería también muchísimo. Recuerda esta época de forma entrañable y comprensiva por parte de sus tíos. Comienza a trabajar en una Fábrica de Muñecas y a sentir un equilibrio en su vida. A los 17 años su tío cae muy enfermo y fallece y toda la familia se traslada a Salamanca. Rita permanece un año en casa de sus padres, pero a los 18 años no aguanta mas y se independiza. Vuelve a Barcelona, esta vez sin su tía. 2.2.

Independencia y edad adulta

Cuando llega a los 18 años a Barcelona empieza a contactar con travestis y con el mundo de la noche, decide operarse los pechos y entra de lleno en el

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

mundo de la prostitución: cuando me fui definitivamente a Barcelona, no conocía a nadie, pero yo, pues bueno, pues de esto que estas en la calle y tienes que buscarte la vida por donde puedas. Entonces yo, pues ya empecé a tener relación con algún travestí de allí de Barcelona y tal, y empecé, pues ahí empecé a prostituirme, o sea frecuentaba mas o menos los sitios donde estaban los travestís y entonces pues empecé a prostituirme pues en la calle, como travestí. Cuando la llaman para el tallaje del Servicio Militar, se presenta ya operada de los pechos y la mandan a Burgos para que pase un Tribunal Médico que finalmente la exime del Servicio Militar: Me llamaron para tallarme por aquel tiempo. Antes de tallarme me opere los pechos. Yo iba de chica, iba de mujer… Me mandaron para Burgos. Yo fui allí al hospital y me dijeron que allí no podía estar. Me dieron una pensión, me lo pagaron todo. Luego ya fue cuando me hicieron el tribunal medico, me miraron los médicos, allí todos preguntándome, atacándome, fueron a por otro…un panorama exagerado. A los pocos días me mandaron la cartilla militar esa como que estaba incorrecto, o yo que se, como que no iba a la mili… Es en esta época cuando comienzan los problemas para Rita. En Barcelona es detenida por estar en la calle, y se le aplica la Ley de Vagos y Maleantes. Permanece en prisión durante 3 meses. Este momento lo define como: horroroso, allí al final conoces a gente, pero al principio pues todo son abusos y todo son historias. Lo mismo los carceleros te abrían las celdas de unos a otros para que entrasen en la habitación y te violasen. Regresa a Salamanca en un intento frustrado de vivir en casa de sus padres y finalmente a los 19 años decide irse a vivir a Bilbao y trabajar en la calle. Cuando tiene 20 años la policía hace un registro de su piso y encuentran unas joyas robadas por su novio. La acusan de cómplice y la condenan a 3 años de prisión. Esta experiencia la define como menos traumática ya que coincide con su novio en prisión. Sobre su novio dice: La gente de allí pues se conocía la mayoría de la gente allí, todo el mundo le conocía. Era uno de los «kises», de los mandamás. Entonces pues allí pues a mi no me faltaba de nada, pues allí estaba con el y tenia tabaco, tenias lo que quisieras, sabes, droga, de todo. Cuando sale de prisión a los 22 años decide irse a Logroño, donde trabaja en una Barra Americana, que termina gestionando como negocio propio junto con un novio que tiene allí. En esta etapa mueve mucho dinero y comienza a meterse mas de lleno en el mundo de las drogas: Hasta ahí fue muy bien, por que ahí gane mucho dinero pero bueno, no me sirvió de nada por que luego me lo comí en nada. Y ahí empecé más o menos con el tema de las drogas fuertes. Le empiezan a salir mal las cosas con su novio y se va de Logroño con 26 años: Sí, allí estuve con un chico, pues con él al principio bien, al principio así bien, por que no sabia nada de él y bien, entonces luego me enteré que tenia novia. Luego ahí ya empezaron los problemas y ahí ya me separe de él. Fue cuando me vine para acá para Salamanca. A Salamanca regresa con 31 años en los que: más o menos empecé a tontear con las drogas y fue un tema muy, muy duro, y a los 34 años vuelve de nuevo a Bilbao donde trabaja en la calle y se dedica a traficar con drogas: En Bilbao

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seguí tonteando. Tonteando ya mucho, bastante. Ahí caí... pues ahí tendría como treinta y algún años, 35, 34, 35 años, mas o menos, trabajaba en la calle y bueno, y luego también, ahí tuve yo una época muy así. Trabajaba en el Chino, luego también cogí una casa y vendía droga, bueno estaba enganchada, y vendía droga… Es aquí cuando Rita toca fondo «caí fatal, me dije: o dejo esto o acaba conmigo todo» y tiene que salir de Bilbao por problemas económicos: Los gitanos que me pasaban la droga, me la dejaban a deber, o sea me la daban y yo la debía, o sea, había allí unos chanchullos y unas historias, que lo tuve que dejar todo por que malamente, luego ya después de ahí ya me vine para Salamanca. Y aquí en Salamanca empecé a trabajar...me empecé a dedicar pues a trabajar en la calle, a prostituirme, ya ahí caí muy enferma, caí muy mal. 2.3.

Madurez y nueva etapa de estabilidad

A los 35 años participa un programa de desintoxicación con metadona en el psiquiátrico de Salamanca, pero recae de nuevo en las drogas: Empecé a tomar la metadona y caí muy mal, o sea, me desenganché, más o menos volví a caer. En Salamanca sigue trabajando en la calle hasta que no puede más y a los 37 años cae muy enferma y es hospitalizada durante 3 meses: Estuve hospitalizada sí, pero claro, sin familia ni nada, sabes, por que yo no tenía familia, bueno tenía familia, pero… Es entonces cuando se entera de que es portadora de VIH y al salir del hospital y sin saber que hacer, acude a pedir ayuda: Después de los 3 meses me dieron el alta, y como te digo, tuve relación con las Hijas de la Caridad, con las monjitas estas. Entonces empecé a tener relación con Cáritas. Me daban el alta y yo estaba en la calle, porque yo, o sea, no tenía ni donde dormir ni… Estas monjitas hablaron por mí para ver si me podían ayudar para ver donde podían ponerme, meterme… donde fuese. En el hospital me diagnosticaron que tenía el virus del VIH. ¿Sabes? Entonces me acogieron en la casa que tienen a personas que tienen el VIH. Y ahí bueno, ahí ya me vino puff un bajón muy grande cuando me entere del tema. Permanece en esta casa desde los 38 hasta los 43 años, donde trabaja con diferentes profesionales para superar su enfermedad y su dependencia a las drogas: ahí empecé a tirar para adelante a tirar para adelante con seguimientos médicos y toda la historia, no, y con la ayuda de toda la gente de ahí. Voluntarios y gente que va por ahí a ayudar a las personas y entonces pues ahí empecé otra vez a hablar con psicólogos, empezar a salir de la casa para, bueno, para ver si yo podía salir para adelante por mi misma. Yo de hecho pues eso, fue un tiempo muy, un tiempo muy bueno. Ahí empecé a hacer un poquito de todo, ahí estuve en un programa de desintoxicación con metadona. Después de una lucha continua, a los 45 años consigue dejar la metadona y salir de la casa, llevando una vida autónoma e independiente. Alquila una casa en un barrio periférico de la ciudad y cuida a personas mayores. En el año 2002 la contratan en una empresa de limpieza, en la que comienza haciendo sustituciones y en la que actualmente trabaja con un contrato de jornada completa

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

3. Situación actual y condiciones de vida 3.1.

Familia

Como ya se ha señalado con anterioridad, su relación familiar ha sido y sigue siendo difícil. Con su padre y hermanos a penas mantiene relación, aunque sí mantiene contactos puntuales con sus hermanas y algunos sobrinos. Con sus tíos también mantiene buenas relaciones y contactos telefónicos. 3.2.

Salud y sistema sanitario

Con 35 años comienza un programa de desintoxicación con metadona sin éxito. Ya en la casa de acogida de Cáritas consigue desengancharse de las drogas y dejar de tomar Metadona. Actualmente lleva un control muy estricto en lo referente al tratamiento del VIH y esta estabilizada. Desde hace varios años esta realizando un tratamiento hormonal con el endocrino y ya se ha realizado las pruebas medicas especificas para el cambio de sexo. Esta esperando a que esta operación pueda realizarse a través de la Seguridad Social. Afirma que actualmente lleva una dieta equilibrada y que se cuida para estar en buen estado de salud. 3.3.

Trabajo

A pesar de que en su infancia y adolescencia ha colaborado de forma activa en las tareas domésticas, comienza su actividad laboral a los 16 años en una fábrica de muñecas de Barcelona durante un año y medio. A los 18 años se independiza y comienza a vivir de la prostitución. Durante la etapa que vive en Bilbao trafica con drogas, pero tiene que irse de allí por problemas económicos: en la calle te sacas, de ganancias yo igual tenia 50 o 60.000 pesetas a la noche, pero que al día siguiente te levantabas con mono y sin dinero. O sea hablando claro, y entonces estando metida en el mundo del trafico de drogas, pues lo mismo, yo lo deje pues por que ya era una ruina. Los gitanos que me pasaban la droga, me la dejaban a deber, o sea me la daban y yo la debía, o sea, había allí unos chanchullos y unas historias, que lo tuve que dejar todo por que malamente… Una vez que esta en el Centro para enfermos de VIH, una voluntaria le ofrece la posibilidad de limpiar una casa durante 1 mes, trabajo que acepta de buen grado: el primer sueldo que yo cobre de un trabajo digno, en aquel momento, fue de una voluntaria de allí Cáritas. Y me estuve con esta chica trabajando allí como un mes o así, le limpie la casa, se la deje de punta en blanco. Y bueno, fue mi primer sueldo, no se me olvidara, 45.000 pts que me dio por hacerle la casa ¿sabes? Y a mi se me caían las lágrimas de decir que es que este dinero me lo he ganado con mis manos, o sea, con un trabajo honrado. Al salir de la casa se gana un poco de dinero cuidando a personas mayores y cobra la Pensión no Contributiva: empecé a trabajar cuidando a un señor

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mayor, y entonces yo no sabía que era trabajar, la verdad es eso, o sea, no sabía ni que era fregar, bueno en eso sí, limpiar pues si, por supuesto, pero atender a una persona, a un crío, o a una persona mayor en este caso ¿no? para mí era algo muy fuera de lo común. Era lo único que en ese momento tenía, que podía aprovechar y que me aceptaba tal y como yo era. En la actualidad lleva casi 3 años trabajando en una empresa de Limpieza rotando por diferentes puestos en Salamanca. Actualmente trabaja en la Azucarera pero a pesar de que cree que esta empresa cerrara, comenta que cuentan con ella para otros puestos ya que dicen estar satisfechos con su trabajo: En esta empresa donde estoy empezaron a confiar en mi, a ver que valía, para lo que estoy haciendo y para lo que era. Y que han visto que en este trabajo, me han llegado a respetar, y conmigo nadie se pasa y yo respeto a todo el mundo. Yo voy a lo que voy, me voy a hacer mi trabajo y ha hacer la limpieza y punto pelota ¿sabes cómo te digo? entonces han visto pues eso, que soy una trabajadora. 3.4.

Sistema educativo y formación

Su formación se limita a los estudios realizados en la escuela de su pueblo, en la cual estuvo hasta los 8 años. A los 9 años la envían a un monasterio de Frailes en Ciudad Real en el que solamente permanece un año y medio y después deja los estudios definitivamente: me llevaron, mi padre, para allá pensando que quizás yo iba a, a cambiar o que…me mandaron para estudiar, yo no sabía, y yo no quería estudiar, no me gustaba estudiar. A mí me gustaba mucho el petardeo, ya te digo con 8 años, con 9 años o con 10 años. El veía que conmigo no podía hacer nada, que no podía. Total que me mandó allí, me encerró allí, bueno me encerró allí, me tiré allí todo el tiempo de clase, y luego salía en verano y en Navidades. Son varios los cursos y talleres que realiza durante su estancia en la casa de enfermos de VIH de Cáritas: curso de jardinería, marquetería, corte y confección. Pero si cabe destacar alguno con especial trascendencia es el curso de Habilidades Sociales, del cual comenta Yo estaba muy cerrada en mí. Entonces para mí ese curso fue prácticamente abrirme el alma, no se, abrirme a la vida, no se, sabes, el saber afrontar, o sea, yo sabia afrontar la vida pero, no se, me costaba muchísimo, como te comentaba, el acercarme a las personas, el abrirme a las personas, el hablar a las personas simplemente, me costaba muchísimo por que siempre pensaba en que podían decir, en que podían hablar de mi. Entonces eso me preocupaba mucho, entonces esto me abrió mucho la mente, este curso me hizo mucho… Hace un año realizo un curso de Auxiliar de Ayuda a Domicilio a través de Cruz Roja, que valora como positivo ya que le gustaba estar con personas mayores, piensa que puede ayudarle en el futuro a encontrar un trabajo en una residencia. 3.5.

Acceso a la vivienda

La infancia la ha pasado en el pueblo, con su familia. Desde los 14 a los 16 años vive en Barcelona con sus tíos. A partir de este momento son varias las

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

ciudades donde ha vivido: Barcelona, Bilbao, Logroño. Cuando se independiza vive en la calle o con sus parejas, pero siempre que tiene problemas regresa a Salamanca. A los 38 años, cuando ya no puede más y toca fondo pide ayuda a Cáritas y vive durante 5 años en la casa de Acogida para enfermos de VIH. Cuando sale de la casa, ya recuperada de su adicción, se independiza alquilando un piso en un barrio de la periferia de Salamanca. En esta casa vive 2 años y se mantiene económicamente cuidando personas mayores y recibiendo la Pensión no Contributiva. Actualmente vive sola, con 3 gatos, en un pequeño apartamento de alquiler, que consta de una habitación pequeña, un salón-cocina, y baño. La vivienda se ve ordenada y muy limpia aunque el mobiliario es poco moderno. Su domicilio se ubica en Salamanca, en un barrio un poco apartado de la ciudad pero bien considerado por estar cercano al casco antiguo. 3.6.

Condiciones del entorno y relaciones de sociabilidad

Cuando se fue a vivir a Barcelona con sus tíos conoció a algunos amigos: en aquella época yo tenia allí a unos cuantos amigos, pues vecinos de mi tía, luego cuando empecé a trabajar en la fabrica de muñecas entonces pues ya ahí empecé a tener más amistades, más amigos, y bueno, ahí si tuve muy buenas relaciones. Unas relaciones en plan bueno, pues de compañeros de trabajo, también hace mención de una amiga que conoció en la Fabrica donde trabajo, que también es transexual, y con quien actualmente mantiene el contacto: Esa chica ya se operó también y nos conocimos en la fábrica. Fue una relación muy de amigas, muy amigos tenemos relación hoy en día todavía. Al regresar por segunda vez a Barcelona, esta vez sin sus tíos, toma contacto con travestís y con gente que se mueve en el mundo de la noche, pero de esta época no guarda un buen recuerdo. Durante los años que ha vivido de la prostitución y las drogas en Logroño, Salamanca y Bilbao, siempre se ha relacionado con personas de ese mundo. De estos amigos comenta: yo deje mis amistades de antes, o sea, yo no tengo amistades ya de antes, mi pasado de antes…no son amistades, son personas que conozco que si las veo en la calle y me saludan las saludo por que entiendo lo que están pasando. Cuando ha trabajado cuidando a personas mayores siempre ha tenido un trato muy afectivo con ellas: estuve con este señor estuve como dos años y bueno muy bien con este señor, estupendamente. Yo me entendía muy bien con el, el conmigo y bueno, nos llevábamos muy bien, entonces, todo muy bien. Me llamó una señora de Santa Marta y, también una señora mayor que estaba en una silla de ruedas, pues bueno. Una señora muy maja también, yo muy contenta con ella y ella estaba muy contenta conmigo. Rita cuenta en la actualidad con buenos amigos y es apreciada y respetada por la gente que la rodea: estoy trabajando entre 25 tíos, y yo sola, y que la gente me respeta. No pregona a los cuatro vientos su transexualidad pero afirma que

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no lo oculta por que no es nada malo: Al principio yo no voy diciendo: yo soy esto o soy lo otro, pero con el tiempo… Soy una señora y me comporto como tal. Bueno, que en el carné de identidad haya el nombre que haya, eso es distinto, pero yo me comporto como tal, entonces me gusta que me respeten como tal. También comenta que sigue manteniendo relación con compañeros de diferentes cursos que ha realizadazo de Corte y Confección y de Manualidades: conmigo la gente fue muy…la profesora era muy encantadora, conmigo pues todas muy majas, hoy en día tengo relación con ellas y muy bien, ahí me fue muy bien, estupendamente. 3.7.

Las relaciones de pareja

A pesar de que son varias las relaciones mantenidas a lo largo de su vida, son 4 los hombres que menciona a lo largo de las entrevistas. A los 18 años, cuando está en la prisión de Barcelona, comienza una relación con un «taleguero» el cual la protege de los problemas diarios de la cárcel: Una vez que vas conociendo el tema, y ya vas sabiendo más o menos de qué va el tema y la historia, pues bueno, te arrimas al que más o menos manda o mandaba, bueno, antes por la menos era así, y así pues te respetaban los demás. Cuando reside en Bilbao con 20 años convive con un hombre, al cual define como «un poco mangante». Su pareja cumple condena en prisión por un robo cometido, y al registrar el domicilio Rita también es detenida como cómplice, cumpliendo una pena de 3 años: al final el se echo la culpa y todo, pero a mí me cayeron 3 años. Bueno ahí no fue duro, por que estaba mi amigo, mi compañero estaba en la cárcel y yo estaba en la calle ¿no? y cuando me pasó a mí, que yo entré en la cárcel, porque el ya estaba en la cárcel cuando me cogieron a mí, y entonces bueno, como yo iba, íbamos al mismo sitio, entonces yo estaba con él. Cuando vive en Logroño con 22 años también mantiene una relación con otro hombre con el que convive pero comenta que le salen mal las cosas con él y dejan la relación: Estuve viviendo con el y con la novia. Me enamore como una gilipollas y estuvimos viviendo…estuve viviendo con ellos ¿no? con el y con la novia. Luego bueno, dejo a la novia, estuvo viviendo conmigo, estuvimos viviendo juntos pues como 4 años. Luego ahí ya empezaron los problemas y ahí ya me separe de él. Actualmente tiene pareja, a la cual conoce desde hace 15 años, ya que era cliente suyo cuando ejercía la prostitución en Salamanca. Con esta pareja mantiene una relación estable desde hace 5 o 6 años. No viven juntos por discreción, pero conviven los fines de semana: Ahora por los problemas que hay de la sociedad no podemos, en principio claro, hasta a ver que pasa, pero bueno, yo pienso que todo es marcarse unas metas y realizarlas. Se siente muy apoyada y respetada por el, y ha estado a su lado en los momentos mas difíciles dándole animo y apoyo. Su ilusión es poder casarse con él: para mi satisfacción, es llegar a tener el cambio de sexo y operarme, casarme con mi novio, pero casarme como mujer. La relación con la familia de su actual pareja la define como fabulosa desde el primer momento, se ha sentido siempre comprendida y respetada por

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

ellos: Con su madre, una señora mayor, que ya murió la pobrecita, me quería como a una hija. Con su padre, vive hoy en día, y me quiere también como a una hija. A mi no me, no me han hecho…el padre se ha enterado de que soy transexual como hace 2 años, la abuela no, la madre de el no se llego a enterar por que no se lo quisimos decir, por que estaba bastante enfermita la pobre, entonces también me toco cuidarla bastante en el hospital, y fuera del hospital, y bueno, una relación fabulosa, muy bien. Con los hermanos, pues ya te digo, como si fueran mis hermanos, con las cuñadas lo mismo, con los sobrinos lo mismo. 3.8.

Relaciones con profesionales y acceso a Servicios Sociales

En lo referente a las diferentes personas que han trabajado con ella y la han tratado, también dice mantener una relación muy buena y respetuosa: – Monjas de la Caridad: Conocí a unas monjitas de aquí de Salamanca, y esas monjitas me pusieron en contacto con Cáritas. Las monjas de la Caridad. He tratado con estas monjitas, son religiosas, chica, y yo para mí han sido maravillosas y me han tratado como si fueran mis madres. – Con voluntarios: Hay voluntarios, gente que conocía yo en la casa, pues que hace que se fueron como 5 años o 6 de Salamanca y que aún tengo relación con ellos, o sea, tengo relación con ellos. Nos llamamos, no hacemos llamadas telefónicas. Ellos vienen a Salamanca y me vienen a visitar... – Con médicos: La verdad es que con el médico tengo muy buena relación, y luego con el médico de cabecera lo mismo, una relación estupenda. Cualquier cosa que necesito, llamo, y me dan cita, y bueno él se desvive conmigo, con el tema hormonal, con el tema del virus, con todos los temas estupendo. La verdad es que he tenido muchísima suerte. – Con personal de Atención al Paciente: M.a Jesús, de Atención al Paciente, me dio un papelito y tal, pues por ahí lo tengo todavía fíjate, dice: y les dices a ver cómo podemos hacer para llevarte el seguimiento y tal. Pues ella me arregló los papeles, me hizo los papeles, iba directamente allí, estuve hablando con ella. – Con personal de Cáritas, Psicólogos, Orientadores Laborales, Director del Centro de Desintoxicación: Para mí Cáritas ha sido, o sea, la salida hacia todos los puntos ¿sabes? O sea, me ha ayudado. La verdad es que he tenido muchísima suerte. Y todo, vuelvo a repetir, gracias a Cáritas. (Se ríe) pues sí, por que no sé, por que es que tengo mucho que agradecerle. No sé cómo agradecerles las cosas a esta gente, sabes como te digo… 3.9.

Ingresos concretos y acceso a pensiones, prestaciones, ayudas

Los ingresos percibidos desde los 18 hasta los 37 años han procedido principalmente de la prostitución y las drogas, dinero que ha gastado en autoconsumo y vicios.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Una vez que sale de la casa de enfermos de VIH de Cáritas, se independiza y comienza a trabajar cuidando a personas mayores y con la ayuda puntual de Cáritas. Con 43 años le conceden una Pensión no Contributiva de 40.000 pesetas, ya que tiene un bajo nivel de defensas. En el año 2002 comienza a trabajar en una empresa de limpieza haciendo sustituciones. Es en este momento cuando se encuentra más recuperada de su enfermedad. Tras una nueva valoración de su enfermedad, le dan un 45% de discapacidad, por lo que le retiran la PNC y solicita el IMI, ya que por aquel entonces trabajaba a media jornada. Desde septiembre del año 2005 le incrementan a completa la jornada, por lo que le retiran el IMI. Actualmente mantiene una estabilidad económica y hace frente a sus gastos de manera autosuficiente. 3.10. Relación con Cáritas Contacta con Cáritas a través de las Monjas de la Caridad. Son varios los profesionales que han trabajado ayudándola a superar su adicción, desde psicólogos hasta voluntarios. También ha recibido ayudas económicas por parte de Cáritas de manera puntual cuando ha tenido dificultades para hacer frente a los gastos básicos: Si algún día andaba mal de dinero y tal, yo he llegado a ir a Cáritas y tal y he dicho, oye mira es que necesito que me echéis una mano y tal y me han ayudado. Pero el principal apoyo lo ha recibido en la Casa de enfermos de VIH, en concreto del Director del centro, del que dice: El director de ahí de la casa era religioso y para mi ha sido una persona maravillosa, o sea, me ha sabido entender. He hablado con el de todas las barbaridades que te puedas echar a la cara, y que puedes imaginarte, ¿no?, hablar con el algo que necesitaba hablar, lo que fuese, y me ha sabido escuchar y sabiendo lo que había. Una vez que supera la adicción acude al Centro de Día para Toxicómanos donde realiza talleres como el Curso de Jardinería, el taller de Cuero, o taller de Informática. Ha recibido apoyo psicológico: – Para superar la adicción a las drogas: En Cáritas tienen psicólogos, para desengancharte del tema de las drogas y tal, y para todo. Fue ahí con el psicólogo con el que empecé a hablar, con Manolo, el psicólogo que había al principio y ya luego después desenganchada, aquí en casa para el tema del trabajo y tal, empecé a hablar con una psicóloga, con Isabel, majísima también. – Para ayudarla a enfrentarse a la sociedad: Hice también un curso de Habilidades Sociales, pues entonces con un psicólogo, y tal con la psicóloga ésta y con un grupo, y bueno me fue muy bien esa… me abrió mucho a mí misma ¿sabes? Por que yo estaba muy cerrada en mí. Entonces el curso éste que hice con la psicóloga de Habilidades Socia-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

les me abrió muchísimo a afrontarme a la vida a afrontarme a las personas. Pues yo antes, ya te comentaba, tenía mucho recelo a afrontarme… al enfrentarme, no al enfrentarme, a mirar a una persona cara a cara o al ir a pedir un favor o al ir… yo qué sé, muchos temores de este tema. – Para buscar un trabajo: Comencé a trabajar con psicólogos, y tal, para poder superar el tema éste, de ir a buscar un trabajo y sentirme rechazada por mi forma de, por mi forma... a ver, por mi manera de ser ¿no? Y entonces me costó muchísimo ¿no? El abrirme a la gente, porque yo estaba muy, como muy cerrada en mi ¿sabes? entonces me costaba muchísimo abrirme a la agente, el hablar, el hablar con las personas. También ha recibido ayuda desde el Servicio de Orientación, donde la han orientado a la hora de elaborar el currículo y le han puesto en contacto con algunas empresas de limpieza: Allí, Yolanda me orientó, me dijo –pues mira esto y esto tenemos que hacer, para que te salga ahora más o menos podemos poner un anuncio en la ocasión o en algún periódico así gratuito y así poco a poco pues puedes ir mirando.

4. Autopercepción y posicionamiento social 4.1.

Autopercepción

Dentro del entorno familiar Rita nunca se ha percibido como una más: Con mis hermanos y con mis padres prácticamente no hemos tenido relación. No sé, porque haya sido la oveja negra de la familia o lo que haya sido. Cuando se ha relacionado con otras personas ha sido difícil para ella porque en ocasiones ha sentido que la miraban de forma diferente por ser transexual: Todavía hay esa imagen de si vas a un sitio a buscar un trabajo y te.... siempre te miran un poquito más así, te miran bien. Pero cuando das tus datos, pues claro, son datos que son de varón. Es consciente de que el acceso al mundo laboral es muy difícil, pero siendo transexual aún más, afirma: Mucho más difícil porque yo he ido a empresas a llevar currículo, a pedir trabajo a empresas, y de principio sí, muy bien –muy bien y tal, trae el currículo, sí, sí–, rellenabas los papelitos, pero ya cuando te veían el nombre y te veían en la foto y tal –a sí pues ya la llamaremos– sea a mí no me llamaba ni Dios sabes. Ha trabajado con psicólogos para aprender a superar las barreras sociales: Entonces ahí empecé a pensar un poquito más en mí y sabía que iba a tener muchísimos problemas para enfrentarme a la vida, enfrentarme a la sociedad, o que la sociedad me aceptase, por que hoy en día la sociedad no te acepta. Sabes que siendo transexual bueno, pues la gente te miran por encima del hombro, que eres tal, o que eres lesbiana, o que seas lo que seas, la gente te mira por encima del hombro, aunque estamos muy avanzados, pero todavía hoy en día hay… Cuando mira hacia atrás y recuerda su pasado, marcado por las drogas y la prostitución, se arrepiente y lo ve como una época pasada que quiere olvidar:

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

En ese momento como era otra vida, que tenía diferente… ahora me acuerdo y digo: madre mía qué gilipollas he sido yo en esta vida ¿no? Todo lo que me he perdido, todo lo que he tenido y lo que he perdido y lo que he tirado, por que ha sido así. Pero bueno, han sido historias vividas que para mí han sido… son recuerdos que ahora lo recuerdo y digo: «Joder, qué recuerdos», pero que a mí no me gustaría volver a pasar por ello, ni volveré a pasar por ello. 4.2.

Posicionamiento social

En la actualidad se ve integrada a nivel social y se percibe como una mujer autorrealizada, que ha conseguido superar las barreras: Yo ahora me veo súper realizada, para todo. Y en todo además, me siento realizada para el trabajo, realizada para afrontarme a… a qué te puedo decir, no sé, afrontarme a que, pues a la vida, sí. Me siento realizada para afrontar la vida como venga. Es una persona luchadora que se marca metas cada día para conseguir sus objetivos: Yo en esta vida… antes no me marcaba metas, ni me marcaba nada. Ahora me marco metas, si no llego a esa meta, me sigo marcando otra meta un poquito más larga, Y al final me gusta conseguir, y además cuando lo consigo me siento orgullosa, me siento… ves lo he conseguido. 4.3.

La explicación

Es evidente que Rita ha llevado una vida muy dura, no sólo por su adicción a las drogas y por trabajar en la prostitución, sino también por su transexualidad. Al analizar el motivo por el cual se metió en esta vida, ella misma comenta: Pues a qué lo atribuyo, a la no comprensión de mis padres, a la falta de comprensión, es a lo que más lo atribuyo todo. Total, por que yo sé que si yo, cuando empecé en este ambiente, que yo quería ser mujer, o sea, que es como me siento, entonces ahí mis padres no me apoyaron. Entonces yo ahí me vi sola… Comenta que nunca su familia ha normalizado su transexualidad: Por que mi padre no quería que mi madre tuviera relación conmigo era la persona de la familia que mas eso… Que no me podía ver. Ahora ya es diferente, pero bueno, en esa época fue así. A veces yo lo entiendo, pero no lo llega a entender porque es un padre –y esto ha hecho que ella se haya sentido sola e incomprendida– en ese momento me vi como muy sola, muy viva la vida, y tenía dinero, y me daba igual todo y no sé… todo muy así, o sea, pero en principio yo todo lo achaco a esto ¿no? Al no comprenderme mi familia. Al pensar en todo lo que ha pasado, piensa que si alguien la hubiera apoyado un poco, hubiera podido tomar las riendas de su vida: Si yo entonces en aquellos años hubiera recapacitado, y me hubiera acercado a ellos, pues… pero yo en ese tiempo no me acercaba a nadie por que pensaba que si mi familia no me aceptaba, que si mis padres no me aceptaban, no me iban a aceptar mis tíos, sabes como te digo… yo tenía esa… estaba como reprimida hacia la familia ¿sabes? Tenía esa idea en la cabeza, que si mis padres no me aceptaban como me iban a aceptar mis tíos.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Es consciente de que su transexualidad puede ser para ella un factor determinare de exclusión social: Es que mira, para una persona normal, yo siempre lo digo, y repito muchas veces esto, para una persona normal es muy difícil la vida pero es que para una persona como yo es muy requetedifícil porque es que, afrontarte a todo ¿sabes? para, no sé, los trabajos, las miradas de la gente, los amigos… 4.4.

Actitudes y relaciones respecto a la sociedad

En general se muestra respetuosa y comprensiva con las personas que están atravesando una situación similar a la que ha vivido ella: Igual algún día voy por la calle y veo a una amiga, bueno no, amiga no, conocida de entonces y me pide 1 euro o 2 y se los doy y si me piden un consejo, pues se lo doy más a gusto, por supuesto, pero de entonces no tengo amistades, ni quiero tener amistades. En ocasiones ha colaborado participando con su testimonio en coloquios sobre SIDA: en alguna entrevista, o en alguna cosa que haya echo, así como por ejemplo en el día mundial del sida, que antes se hacían como mas cosas el día mundial y tal, igual había una mesa de coloquio y tal, y alguna vez he compartido alguna y he hecho alguna. En relación a su enfermedad como portadora del VIH, es sorprendente como explica que para ella la enfermedad no ha sido algo negativo, sino más bien todo lo contrario: Es verdad, es duro porque el virus del sida te ataca y te ataca, te mata y acaba contigo, pero para mí es verdad que fue un tema como muy positivo para seguir viviendo. Para mí el sida ha sido vida, o sea al enterarme de que yo tenía el SIDA ha sido el recapacitar por vivir y el pensar en vivir. Y para mí yo lo he dicho varias veces... hay quien dice que el sida es muerte. Hay quien... si te dejas acobardar y te dejas coger, pues sí, pero si luchas por seguir adelante yo pienso que se puede salir y seguir adelante. A pesar de que ha vivido experiencias negativas y ha experimentado rechazo por parte de algunas personas, no alberga un sentimiento de rencor hacia la sociedad.

5. Perspectivas de futuro Rita es una mujer muy luchadora que ve el futuro con optimismo. Quiere seguir trabajando y se marca metas muy claras: Mi satisfacción es llegar a tener el cambio de sexo y operarme, casarme con mi novio, pero casarme como mujer, o sea, por que él a mí me dice, nos tenemos que casar Rita pero nos podemos que casar como hombre y hombre ¿sabes? Como pareja de 2, pero yo no quiero esto, el día que yo me case quiero tener mi libro de familia como mujer ¿sabes? Aunque yo no voy a tener familia porque yo no voy a adoptar niños ni… yo estoy a favor de que pueda adoptar quien pueda niños, pero yo para mi mente no es el tema de los niños. Entonces mi ilusión es ésa claro, y mi meta es ésa, el poder hacerme el cambio de sexo y el llegar a casarme con mi novio, o sea, en plan mujer y por la iglesia y por toda la hostia… como Dios manda.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Tiene claro que no quiere volver a saber nada de las drogas, de lo que comenta: Si algún día volvería a tocar la droga sería para quitarme la vida, o sea, digo, estoy desesperada, no puedo con mi vida más y me quito la vida. Que no llego todavía a ese extremo ¿no? pero que si algún día llegaría a tocarlo, sería para eso.

Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción Desde el primer momento Rita ha mostrado a lo largo de las entrevistas una actitud hospitalaria y colaboradora. Su conversación siempre ha sido fluida y clara y su testimonio ha sido fiable y sincero, y ha creado un clima positivo de confidencialidad conmigo. Es evidente que la situación inicial de vulnerabilidad viene dada por la falta de comprensión y apoyo por parte de su familia ante su transexualidad. En la actualidad ella tiene asumido que algunos miembros de su familia, como su padre o hermanos, nunca llegarán a aceptarla tal y como es. A pesar de ello cuenta con el apoyo de su pareja y de amigos que la respetan y comprenden. Son tres las variables que han influido en su vida: – La transexualidad: Actualmente Rita lleva una vida totalmente normalizada y está integrada a nivel social. Es consciente de que su transexualidad puede llegar a ser una traba debido al rechazo social que puede provocar, pero con su esfuerzo y el apoyo de profesionales ha luchado para conseguir el respeto y la aceptación de las personas. Cabe destacar que a lo largo de su relato de vida en las entrevistas nunca ha mencionado su nombre de varón. – Las drogas y la prostitución: Se encuentra totalmente rehabilitada de su adicción a las drogas y está convencida de que no quiere volver a probarlas: Estoy muy convencida de lo que digo, y de lo de lo que hago. Hoy en día ¿no?, antes no, antes no podía estar tan segura de lo que decía por que es que no estaba segura de nada de mi vida. Ahora sí. De lo que no estoy segura es de dejar de fumar. También está totalmente retirada del mundo de la prostitución. – El Sida: Cuando se entero de que padecía esta enfermedad se le cayó el mundo encima, pero actualmente tiene un control médico riguroso y lleva su tratamiento a rajatabla: Voy cada 3 meses y a diario pues tengo el tratamiento para el virus, y bueno, lo llevo muy bien la verdad es que si. Estoy muy bien de defensas. A pesar de los episodios dramáticos narrados a lo largo de la entrevista, cabe destacar el positivismo que transmite y la actitud luchadora ante la vida. Es evidente que ha sabido aprovechar las herramientas que los diferentes profesionales han puesto a su disposición (médicos, psicólogos, voluntarios….) para superar su situación de exclusión social. Teniendo en cuenta su actual situación se puede considerar que es una persona totalmente integrada a nivel social y con un bajo índice de vulnerabilidad.

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Matilde* (Nacional con intensidad de intervención media)

Matilde es una mujer de 62 años con una trayectoria vital marcada por la exclusión social desde su infancia. Maltratada por su padre, es prostituida primero por su padre y después por su marido, más adelante, separada de su marido hace de la prostitución su forma de vida. Tiene tres hijos que son criados por cuidadoras y que la rechazan cuando son mayores. En la actualidad vive sola en una vivienda cedida en malas condiciones y aislada de relaciones sociales. Tuvo un accidente de tráfico que le ha convertido en una persona dependiente y presenta frecuentes depresiones. Esquema de contenidos 1. Historia familiar. 1.1. El padre. 1.2. La madre. 1.3. Las hermanas. 1.4. Los abuelos. 1.5. Los hijos. 2. Historia personal. 2.1. Infancia (de 1 a 12 años): trabajando desde muy niña. 2.2. Adolescencia (de 12 a 18 años): sirve por los pueblos. 2.3. Edad adulta (de 18 a 35 años): su padre la prostituye. 2.4. Madurez (de 35 a 42 años): las vacas flacas. 2.5. Primeras ayudas (de 42 a 46 años): incapacidad por accidente. 2.6. Actualidad (con 62 años): sola y sin hablarse con los hijos. 3. Situación actual y condiciones de vida. 3.1. Salud y sistema sanitario. 3.2. Sistema educativo y formación. *

Criterios de selección: mujer, nacional, intensidad media, fracaso (Salamanca).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

3.3. Trabajo. 3.4. Acceso a la vivienda. 3.5. Condiciones del entorno y relaciones de sociabilidad. 3.6. Las relaciones de pareja. 3.7. Relaciones con profesionales y acceso a Servicios Sociales. 3.8. Ingresos concretos y acceso a pensiones, prestaciones, ayudas. 3.9. Gastos actuales. 3.10. Relación con Cáritas. 4. Autopercepción y posicionamiento social. 4.1. Autopercepción. 4.2. El posicionamiento social. 4.3. La explicación. 4.4. Actitudes y relaciones respecto a la sociedad. 5. Perspectivas de futuro. Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción. Eje cronológico Año de nacimiento: 1943 (62 años). Lugar de nacimiento: Vecinos (Salamanca). Estado civil: Soltera. 1-7 años: Vive en Barbadillo. Comienza a trabajar de trillica en el pueblo ganando un duro al mes. 10 años: Comienza a servir y a cuidar niños en Barbadillo. Le pagan 10 duros. 11 años: Sirve en una casa en Calzada de Don Diego, y en su tiempo libre colabora en las tareas de la casa y del campo con su madre. 14-18 años: Fallece su madre. Se va a servir a Vega de Tirados y le pagan 1.000 ptas. al mes. 18 años: Se va a Salamanca a trabajar en una peluquería durante 1 año y medio. Vive en casa de la madre de unas amigas. 19 años: Comienza a trabajar en el Gran Hotel hasta los 21. 21 años: Su padre la prostituye para pagar 2 vacas y ejerce la prostitución con un carné falso de camarera. Se compra un piso con el dinero que gana. 23 años: Conoce al padre de su primer hijo y se queda embarazada dando a luz a su primer hijo, José, que actualmente tiene 39 años. 24 años: Deja la prostitución. Abre 2 casas de prostitutas y 3 bares. 27 años: Le roban en la casa de prostitución. Conoce al padre de sus dos hijos menores. Se retira de la prostitución. Abre el bar Madrid y bar Moka. 30 años: La operan de apendicitis y tiene a su segunda hija, Manoli (actualmente tiene 32 años).

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

35 años:

Tiene a su tercer hijo, Ernesto (actualmente tiene 28 años). Rompe su relación con el padre de sus hijos. Vende el piso que había comprado en la calle Arapiles. Se marcha a Ciudad Rodrigo para trabajar en las Barras Americanas. 42 años: Tiene un accidente de coche y le dan la invalidez. Primeros contactos con Cáritas 43 años: Se lleva a los hijos a vivir con ella. 44 años: Mete a su hijo pequeño en un internado desde los 10 a los 12 años. 46 años: Desaparece su hija Manoli. 46-50 años: Comienza a trabajar cuidando a señoras mayores y limpiando en casas. Tiene a sus hijos con ella. Vive en un piso de alquiler. 47 años: El Ayuntamiento le cede la vivienda donde actualmente vive. 55 años: Su hija Manoli da a luz a su nieto, que actualmente tiene 7 años. 60 años: Se casa su hijo José con una extranjera. Descripción de la vivienda La vivienda está situada en un barrio periférico de la ciudad de clase media-baja. Matilde vive en un bloque de pisos perteneciente al Ayuntamiento, donde principalmente residen familias gitanas. El portal está sucio y descuidado, no tiene llaves de la luz y los cristales de las ventanas están casi todos rotos. La casa es grande. Tiene 3 dormitorios, una cocina, un aseo, un baño y el salón. Está ordenada y limpia, aunque tiene algunos colchones en el pasillo que dificultan el acceso al resto de la vivienda. El perro suele hacer sus necesidades en el pasillo, ya que Matilde no lo suele sacar a la calle. Por este motivo se nota un olor fuerte a lejía, que usa para limpiar los orines. En el salón, donde hacemos las entrevistas, tiene una estufa de butano, ya que la casa no tiene calefacción. El mobiliario es en general bastante antiguo y un poco deteriorado.

1. Historia familiar Matilde nació hace 62 años en Vecinos, provincia de Salamanca, aunque su infancia ha transcurrido en Barbadillos. Pertenece a una familia de clase baja que vive del campo y del ganado. Ella es la segunda de 3 hermanas. Se lleva 4 años con su hermana mayor y 3 con la hermana pequeña. Es una mujer morena con ojos castaños y figura corpulenta. Es evidente que tiene un carácter fuerte, que deja entrever a lo largo de su discurso. Lleva siempre muy arregladas las uñas y su pelo, un poco cano, está peinado en un recogido a modo de moño. Sus manos tienen un ligero temblor que se deja ver cuando va a coger algún objeto. Por su aspecto actual parece que en su juventud fue una mujer atractiva y coqueta. Tiene 3 hijos de 2 relaciones diferentes y actualmente vive sola con un perrito en una vivienda del ayuntamiento.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

1.1.

El padre

Su padre se ha dedicado siempre a las tareas del campo. Lo describe como un hombre egoísta al que nunca le ha importado su familia: Y mi padre tenía un cacho de burro, que tenía para montar él, el señorito. Y luego nosotros íbamos a buscar las berzas y todo eso al hombro. Y mientras le daba yo la vuelta (a los ladrillos que hacía su padre), mientras él se echaba la siesta el señorito, pues yo le daba la vuelta a los adobes, le daba la vuelta, le daba la vuelta, los ponía de pino. Matilde describe las palizas que le pegaba a ella y a su hermana: Soy una mujer muy maltratada por mi padre. Me pegaba muchas palizas. Lo que hacía era pegarme con la corea, con la cincha, con lo que pillaba, a mi y a todas, no era solo a mi sola. A la pequeña no, a la tercera y a mi. Mi hermana un día cogió, le pego con una piedra en toda la cabeza, pero yo no podía por que me daba más todavía. Digo, yo no, por que a mi me la tiene tomada conmigo o algo, y a mi me endiña mas todavía. Pero vamos a las 2, a las únicas que nos pegaba a las 2, y a la que mas me pegaba era a mí. Por que era la segunda y la que estaba más con mi madre. Su padre siempre se ha aprovechado de sus hijas llegando incluso a quedarse con el dinero que ganaban trabajando: En Vega de Tirados ahí ya él me iba todos los meses a cobrar el dinero, como era menor de edad, a mí no me dejaba ni para unas bragas, para nada. Venía igual a cobrarme a mí hasta en el Gran Hotel. En la actualidad, ni su hermana mayor ni ella se hablan con él, pero ella sabe que él está vivo a través de un familiar que vive en su mismo barrio: Sigue viviendo por que no creo que se haya muerto, me hubiera enterado yo por un primo que tengo por aquí. Y no me he enterado, y es el único que vive de todos los hermanos y de todos los cuñados y de todo el mundo que ya tendrá 100 años y sigue viviendo. 1.2.

La madre

De la infancia de su madre cuenta: Soy hija de hospiciana, mi madre era de hospicio. Por que mi madre cuando nació pues la metieron en un hospicio, por que claro, es que antes no se podía criar a los hijos. Tiene recuerdos muy entrañables de su relación con su madre. Recuerda haber pasado mucho tiempo con ella ayudándola en las tareas de la casa y en la huerta: Yo no he conocido el amor de mis padres, bueno, de mi madre si por que me quería la pobrecita, y si, yo iba a la huerta a ayudarla, venia de servir la iba a ayudar y todo eso. El suceso más traumático que ha vivido en su infancia Matilde ha sido el fallecimiento de su madre en sus propios brazos, hecho que recuerda así: A los 14 años, fue cuando mi padre le pegaba tantas palizas a mi madre, que le pego siempre, pero esa vez que le pego, fue cuando me la mató. Y se me murió encima de mis brazos. Ahí yo lo pase muy mal muy mal bueno es que ahí…no se me puede olvidar. Ese día, era un domingo, no se me olvida, el 15 de Agosto que era fiesta. Fui a ayudarla y entonces pues claro, ahí fue cuando le pego (el padre) con un tronco de una berza en toda la nuca, y le pegó con una piedra. Llegamos a ca-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

sa, se pone a hacer los fideos, a poner la comida, y yo me voy a un bautizo, de esos que tiran a la arrepañina en los pueblos. Digo, mire madre todo lo que he cogido. En ese momento mi madre pues haciendo los fideos allí en la lumbre, y entonces me dice: Matilde… hace así (gesticula con las manos como un mareo) y se me coge y se me muere aquí en este hombro. Yo la toco atrás a echarle la mano así y le veo el pedazo de bulto que tiene. De aquella paliza pues mi madre se murió. Ese mismo día la enterraron, la enterraron el mismo día que se murió. 1.3.

Las hermanas

Su relación con sus dos hermanas en la infancia ha sido normal, pero reconoce que cuando han sido más mayores, ha tenido mas trato con su hermana la mayor, ya que la pequeña vive con su padre y actualmente no se habla con ella. De su hermana mayor comenta que cuando era pequeña, colaboraba en las tareas domesticas y que cuando fue mas mayor estuvo trabajando en una casa para comprar el ajuar de su boda: esa nada más ha trabajado sirviendo en una casa para ganarse para unas sabanas para la boda. Esta hermana no se habla con su padre desde que se caso, ya que él nunca aceptó a su actual marido: Mi padre no quería que se casara mi hermana la mayor con mi cuñado, con el que es su marido de toda la vida. Entonces por circunstancias de la vida, pues mi padre no quería que saliera con este muchacho, por que le llamaban «el pajarucho» y decía que tenia mala pinta. Entonces pues no fue ni a la boda ni nada. Cuando Matilde ha tenido una situación económica desahogada, la ha ayudado en los gastos domésticos y en la compra del día a día: Te han querido para sacarte el dinero, te han querido para esto y luego no vengas de día, vente de noche. Tenia que ir yo con el coche, cargada hasta arriba, le monte que si una televisión, que si una cocina de butano, que si esto que si lo otro. Piensa que en el fondo su hermana siempre se ha sentido avergonzada de ella ya que todos los del pueblo sabían a que se dedicaba: Le compraba ropa, le compraba los trajes de comunión para los hijos le he hecho de todo. Y al final no vengas de día, vente de noche que no te vea la gente por que tu como estas en esa vida y tal. La describe como una persona interesada que se ha aprovechado de ella cuando ha tenido dinero: Yo me ha sacado mucho dinero mi hermana la mayor. Y ya no, como no lo tengo para mi tampoco, ya se conoce que como dejo de ordeñar la vaca, pues ella también me dejo también un poco pues de lado ¿no? Dice bueno pues vale, como veo que te quiero Andrés por el interés pues ala hija, ten tu vida y cada uno la suya. A veces me mandan recuerdos con una vecina que tengo ahí que es de mi pueblo. En la actualidad su hermana mayor tiene 66 años y 4 hijos y vive en el pueblo. No se habla ni con su padre ni con ninguna de sus hermanas. De su hermana la pequeña dice que desde niñas, su relación con ella no ha sido demasiado buena: Jugábamos allí en la calle, con la pequeña no, con la pequeña no por que era muy mala.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Recuerda que nunca trabajó en la casa: Esa siempre fue como si fuera la niña de la casa, por lo menos siempre ha vivido…nunca ha trabajado. Hombre, ha trabajado a lo mejor en la huerta, iba, cogía unas remolachas o cualquier cosa pero nada más. Decir trabajar para alguien, nunca por que luego ya se casó, vivió mi padre con ella, vive con ella, toda la vida ha vivido con ella. Comenta que no la ha vuelto a ver desde que falleció su madre y que no tiene ningún interés en saber nada de ellos: No los he vuelto a ver. Y tampoco me acuerdo de ninguno, que quieres que te diga, no, por que me han hecho daño, y cuando te hacen daño también te duele. Su hermana menor tiene 59 años, esta casada y tiene 2 hijas. En la actualidad su padre vive con ella en el pueblo. 1.4.

Los abuelos

No conoció a ninguno de sus abuelos pero si a las abuelas, de las que recuerda: – De la abuela materna: Era una buenina que no se movía por que ya era muy viejecita, vamos, ya mayor. Mi abuela estaba paralítica toda, se hacia todo en la cama y eso, era la madre de mi madre. – De la abuela paterna: La otra era una borracha, que siempre tenía la botella de tinto ahí. Cuando iba yo a pedir, me daban el pan duro. Yo lo mojaba en agua, claro para comer, por que estaba muy duro, y la abuela mía esa ella lo untaba en vino. Así que estaba todos los días igual que mi padre, borracha perdida. Él borracho y ella borracha. 1.5.

Los hijos

Tiene 3 hijos, 2 varones y 1 mujer. El primero es fruto de una relación y los 2 menores de otra. Los 3 llevan los apellidos maternos, ya que sus padres no los han reconocido: Llevan mis apellidos, mis hijos llevan mis apellidos. No los quiso reconocer (su padre) por que me dijo que si volvía a ese ambiente me los quitaba. Pues para eso que te den por saco, los reconozco yo. Y yo mis hijos los tengo todos reconocidos, les tengo pasados por el Ayuntamiento, los tengo empadronados todo. Eso siempre.

1.5.1.

José: 39 años

Al padre de su hijo lo conoció en el mundo de la noche: Tuve a mi hijo el mayor con un chico que yo conocía, antes de…o sea cuando entre en el barrio, pero estaba ya en el barrio cuando yo lo conocí, y yo, pues me iba a casar con el, que si me iba a casar que si no, pues quede embarazada del mayor, del que tiene 39 años. Desde pequeño ha estado siempre muy enmadrado. Cuando ha sido pequeño ha vivido o con su madre o en casa de la ama que le cuidaba a él y a sus

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

2 hermanos. Estudió hasta 8.° de EGB y desde entonces solamente ha realizado algunos cursillos subvencionados y se ha dedicado a vender calendarios por las casas: Pues vendía de esos calendarios en nochebuena para los minusválidos, que se juntó con un tal Manolo, que era para cosa de minusvalías y cosas de esas. Y siempre ha trabajado en cosas de esas, vendiendo, durante todo el tiempo, toda la vida, por que no ha trabajado nunca. Vive con su madre hasta los 37 años, edad a la que se casa: Se caso hace 2 años con una extranjera, que tenía 3 hijas y 2 nietos (de otra pareja). Ahora tiene 3 hijas, 3 nietos y otro que va a tener. Lo describe así: El José ha estado tumbado toda la vida ahí, los 37 años, que no ha trabajado nunca, por que no ha trabajado, ese no salía de casa, hasta que se echó a esta petarda verbenera. No quiere trabajar, ha ido a cursillos, pero no quiere trabajar, por que es un vago. José tiene 40 años casi y le pegas y se deja pegar… El mayor ha salido que es un muermito… el mayor es un muermito. Si el mayor todo el mundo que lo ve me dice es un cielo. Tienes un hijo que es una gloria. No se mete con nadie, no se como explicarte. Para los 39 años que tiene, tiene cosas de niño. Tiene, no se como explicarte, no se, siempre ha sido muy... no se. De su nuera comenta que: Ella es malísima, si el es malo, ella es peor. Se quería ir para no se donde, que se quería ir con las hijas…normal, a ti te ha querido para coger nacionalidad española. Ahora ya la tiene, ¿para que te quiere a ti? Si no le trabajas, es normal. Yo tengo un tío que no me trabaja y lo mando a tomar por saco…eso es lógico. Los hijos los tiene ahí en Sevilla, en Málaga, eso, en Málaga están las 2 hijas, y una de ellas esta casada con un policía que ya esta jubilado. Aquella querrá a sus hijas, y a ti te quería para lo que te quería, para firmar, para tener nacionalidad española, coger nacionalidad española, como la ha cogido, y para que sus hijas estén españolas ya aquí también, con nacionalidad española, las hijas, al nieto que le pasan todos los meses esa, esa, y ya esta, yo que quieres que te diga. Cuando le pregunto de qué vive su hijo, me contesta: De las rentas vivirá… pues así están, que están desahuciados cada mes en la calle. Ahora ya le he dicho yo, mira dice: es que yo, nos teníamos que venir aquí contigo. Digo: ¿Dónde?, aquí…donde voy a meter a todos los hijos y a toda la madre que os parió, vamos no fastidies, como te voy a meter aquí a ti, a la mujer, a la hija, al nieto, al otro… digo no, no. Son varias las ocasiones en que su hijo mayor se ha querido aprovechar de su madre pidiéndole dinero o manipulando sus cartillas: Pues un día me va a hacer lo del seguro de la funeraria. Me dice pues dame una cartilla. Pues que te crees que ha hecho… que me ha cargado ahí el teléfono. Me pides 25 euros el otro día, ya va a hacer un mes mañana, o lo hace pasado, que te dejara la Leo que yo no tenía. Te los he dejado, y encima sigues y sigues y sigues, y ahora me haces esto del teléfono.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Hace 2 años denunció a su hijo a la policía por que la pegó: Me quede con 3 perros de mis hijos. Cogió y en aquel tiempo yo le dije: mira guapo, no voy a pagar más comida de los perros y mas eso, por que yo no los puedo atender, por que yo me encuentro mala. Mira a ver si se pueden dar en algún sitio, o meterlos en alguna parte o lo que sea. No me acuerdo de donde era por que el señor vino a buscarlos y se los llevo. Y luego el pues de la noche a la mañana los trajo, los trajo y yo le dije que yo no podía cuidarlos. Entonces al hacerme así (levanta el brazo en actitud amenazante) me dio un golpe así en todo el esto de aquí…ahí me pego y todo y lo denuncié, por que vino la policía, la llamaron las vecinas y le puse una denuncia que me maltrato, me pego y en fin, tuvimos un juicio y nada. .Le daban cárcel 6 meses, y yo como comprenderás, yo no, yo no quería. Eso tampoco por que yo es hijo y que no lo vea en un apuro, pues por que es hijo, que bobada. Yo le dije delante de su señoría, le dije: mire usted señoría yo por mí lo perdono, paso esto, es hijo y comprenderá usted que estas cosas son muy desagradables, yo pensando que me daba allí un sincope y digo yo entonces pues lo perdono. Vino un día: perdóname mama, empezó a abrazarme, a besarme y ya pues ahí ha venido de vez en cuando. Actualmente José esta realizando un curso en el Ayuntamiento: Él esta trabajando en el Ayuntamiento, en eso de…si se ha colocado ayer creo, o antes de ayer, se ha colocado en eso de, o bien para aprender de electricista. El ya ha hecho 2 cursillos aquí, hizo 2 cursillos, y entonces para aprendiz y eso esta y luego ya para cantero. Cantero que será machar piedras, o cosas de esas.

1.5.2.

Manoli: 32 años

Cuando es pequeña estudia en un colegio de Monjas: A la niña la llevaba a esas monjas que hay en la Gran Vía, que llevan unos babis de cuadros. Las Jesutinas. Le compro doña Teresa (del Ayuntamiento) el babi y el uniforme, y le daban la comida gratis, para que no subiera y bajara tantas veces al paseo de la Estación. Se quedaba a comer y luego se subía por la tarde. Comenta que desde pequeña siempre ha tenido un carácter rebelde: Se escapaba de la escuela, si no iba ni a las monjas. Me llamaban a mí las monjas y me lo decían, que mire usted que su hija no viene. Ni el ama tampoco, se pensaba que se iba a la escuela y se iba de cachondeo con la Milagros, con la otra y con la otra, no iba a la escuela. La jodía tenía una mala hostia…Era muy chiquitina y le dice una niña del colegio, dice, tu madre no trabaja en el Clínico, porque mi madre trabaja en el Clínico y no la ve….Dice, pues entonces tu madre trabaja con la mía, en el mismo sitio, porque se ven….Viene la madre, el expolio que me montó fue chico; mire usted que su hija le ha dicho a mi hija que si soy la puta, que me estoy moliendo a trabajar…Me armó un expolio…Era muy pipiola, era muy mala, me hizo mucho, mucho, mucho, pero luego tenía un pico la jodía…Esa no se dejaba pisar de nadie. No llega a finalizar la EGB. Enseguida comienza a trabajar, primero en una frutería durante 3 meses y después en una pastelería 6 meses: Luego se metió en las fruterías a trabajar y se metió por ahí, pero era para irse de pingoneo, con

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

las otras muchachas. Huy esa, esa ya con 12 años no la sujetaba en casa ni con 11 ni de loca. Esa nada, empezó a trabajar en las fruterías para salir con los gitanos, salía con los gitanos, se lió con uno, un tal Toto, que era de allí del barrio chino, que la tenia que ir a buscar a las 4 y a las 5 de la mañana todos los días. Un día la deje encerrada en la habitación y con unas sabanas, cuerdas, se me saltó y se me escapó. La denunciaba ahí en la gran vía que hay una comisaría de policía pero que, si no mataba, ni robaba, ni hacía nada, ni andaba con drogas no le podían hacer nada, tiene cojones. Se fugaba todos los días, si no hacia vida… luego se hizo heavy de esas. Con 16 años su hija desaparece, hecho que denuncia en la comisaría de policía. Ante la desesperación llega incluso a llamar a un programa de televisión para que la ayuden a buscarla. Relata el suceso así: Es que fíjate, que me dice un día: hasta luego mama, que trabajaba en la pastelería Burgueño, ahí en la Gran Vía, y la querían con locura, y la renovaban el eso. Y le quedo hasta el paro y todo, cuarenta y tantas mil pesetas y no vino ni a cobrarlo. Ya te digo, que se marcho, y entonces, pues yo me dice: hasta luego mama. Pues hasta luego…era muy cariñosa. Me dio el beso, hasta luego, hasta luego Lucas que estuve un año y medio sin saber nada de ella. Me la llevaron y me la prostituyeron. Unos gitanos. Entonces resulta que yo estuve año y medio sin saber de ella. Me acuerdo que llame a Lobatón, Quien sabe donde, ese programa que había. Yo llame al programa, al teléfono del programa, y llame y dije mire usted…y dice, si quiere contar algún caso que tal y que cual, entonces lo puse, y el Lobatón lo puso ahí que ha desaparecido una chica y tal, Manoli, de tal rasgos, de tal vestimenta que lleva y lo puso ahí. Buscándola la policía, yo, todo el mundo buscándola por todos los sitios, donde estaba, donde no, si se había muerto, o si no. Y me la tenían encerrada en Toledo, en un Club de Toledo, hasta que la policía dio con ella y me la trajo. Me la trajo aquí, pero, y al cumplir los 18 años, la jodía se me volvió a marcar y ya hasta ahora. La policía, yo le dije, mire Don Casimiro, a muchos que conocía, a todos, pues oye me hicieron ese gran favor, y entonces me la buscaron entre todos y como me conoce mucho la policía…Solamente de mi hija, hacia carril todos los días en comisaría, tenia que denunciar, pues mire no ha venido, y tenia que ir todos los días y así me tire durante año y medio, yendo todos los días. Ya un día me llamo la policía, pero yo también fui a la calle esta, y me dice el portero: mire, han entrado una chica, un chico y otra chica en el 115. Y le digo: usted cree que es así. Y me dice: pues yo creo que si, pero ha venido antes la policía. Pues ha sido mas lista que yo. Llamo a la puerta y que no me abren. Digo, no quieres abrir, pues te tengo aquí a la policía dentro de un momento eh? Así que tú veras si quieres, o me abres la puerta y te vienes conmigo, o te tengo aquí a la policía. Pues justo, vino la policía y la trajo. La trajeron en un coche hasta aquí, no quería subir aquí, se subió a casa de la señora Rosario, y se vino ahí. Hombre Manoli hija como le haces eso a tu madre. Dice: Matilde, no la pegues que no quiere subir. Digo pero si yo no la voy a pegar yo nada mas saber donde ha estado, ha pasado año y medio y yo no se nada, y estoy de psiquiatra,

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desquiciadita yo de los nervios. Estaba muy mal y entonces fue cuando ya me dijo que se habían marchado pero que había estado encerrada en una barra… Desde hace 6 años no se habla con ella. Actualmente su hija vive en Madrid y tiene un niño de 7 años: Esta en Madrid. Por que tiene un niño de 7 años que va a hacer ahora el 10 de diciembre y se lo conozco de chiquinin nada más. De mayor ya no se lo he vuelto a ver porque vino por aquí, por que se enfadó por lo que fuera, no lo se por lo que se enfado, por el novio. Ya te digo, le dije: mira, a mí no me traigas a este tipo aquí por que a mi no me gusta. Por que él la sigue teniendo de prostituta. Era un macarra y el la sigue teniendo de prostituta, de prostituta sigue por lo que yo se. Así es que…Y entonces bueno, pues ahí, pues dejo de venir y ya no la he visto más. 1.5.3.

Ernesto: 28 años

Comenta de el que desde muy niño siempre ha tenido problemas de salud: Al que más he querido siempre ha sido a mi Ernesto pero por que lo he tenido siempre enfermito. Era asmático, entonces le he tenido con la mortaja en la cabecera veinte mil veces. Llévalo corriendo que le da un brote de asma, se me asfixiaba, se me moría, pues yo creo que de hoy no sale, me decían en el Clínico, de hoy no sale. Y yo le tenía un cariño especial a mí pequeñito, y yo no quería a más hijos eh?? Por que no quería tres, pero me vino y claro, para mí ha sido la locura que he tenido más grande. Me lo han operado de los oídos y todo, por que entonces….es que yo no se si entonces ya estaba el…si, ya estaba el Ambulatorio y el Clínico, por que me lo operaron de los testículos. Ha tenido 2 operaciones en los testículos, y me lo operaron en el Ambulatorio y ingresado estuvo allí, en una cosa que le ponían, como una cosa como si fuera una UCI, le ponían para que respirase bien y eso, yo he pasado mucho con mi hijo pequeño, mucho, mucho, lo he querido a enfermar pero parece mentira…en fin. De los 10 a los 12 años permanece en un internado de la Diputación: Al pequeño lo tuve internado en un colegio que era ahí donde (hace memoria) bueno…para un rato…no me acuerdo como se llama hija, la seguridad social esa que me lo cogió, las monjas. Que ahí es donde estuvo mi hijo internado, ahí, en la Diputación. Cuando desaparece su hermana, Ernesto ve como su madre se intenta suicidar en varias ocasiones: El Ernesto eso lo llevaba muy mal. Dice: mama si es que te hemos visto cortarte las venas, y cortarte el cuello, que me di aquí una puñalada (me enseña la cicatriz que tiene en el cuello) que se me nota señalada. Me dice, esto que estas haciendo no esta bien. Digo, es que tu te crees lo que yo estoy sufriendo por tu hermana, hijo compréndelo que es que estoy sufriendo mucho. Estando en el colegio, deja de asistir a las clases: Luego no fue a la escuela, porque cuando pasó lo de mi hija, el gitano andaba detrás de mi hijo porque decía que me iba a matar los hijos. Entonces tuve unos problemas horribles, horribles… Entonces estaba amenazado, y yo fui a la policía y le conté, y fui al juzgado y me hizo un papel como que mi hijo no podía atender al colegio porque es

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que se hacía pis, se hacía todo encima, estuvo en tratamiento, estuvo muy mal. Eso le afectó a el psicológicamente porque se hacía pis y todo. Yo creo que mi hijo desde entonces se cogió una depresión, y yo creo que estuvo más bien como retraído siempre, reprimido…le lleve al medico y me dijo que eso era de que el niño estaba asustado y que claro, como estos niños que están pasando en los colegios ahora de los malos tratos y todo esto pues igual le pasó a mi hijo. Le sacaron dos veces la navaja y a mi me lo dijo, dije no pues tu no vas más al colegio, no sea que te pase algo y te, te revienten por ahí o lo que sea, y no, tu no vas. En una ocasión engaña a su madre pidiéndole que le avale con la pensión para comprarse una moto: Se compro 2 motos. Yo como una tonta de las narices le cogí y le avalé, como yo no sabía que era eso, tenia que avalarle una persona. Pues yo con mi paga, decían que no valía, se lo dije a todas, a todas estas, hija mira lo que me ha pasado, que me han manado cartas que las tengo ahí, que yo soy avalista igual que él, que debo igual que el, un millón noventa y tantas mil pesetas. Ni ha pagado las motos, ni ha pagado muchas cosas, le echaron una multa por la moto, ha tenido varios accidentes, ha tenido muchos problemas…pues hija mía, le echaron una muta por pescar en un sitio de no se que, le quite yo la multa, la multa de la moto también se la quito por el Abel este que yo conozco, se la quito en fin, las motos, me ha dejado las pellas y ahora doy yo por morosos igual que da el que no las paga. Actualmente no sabe nada de él: Me imagino que vive en Salamanca por que no se nada de el tampoco. Ese claro, me acuerdo de él por que hoy esta viviendo con unos en un piso, mañana esta en otro sitio, se que ha ido a pisos de esos de ocupas a vivir, pues uno esta todo el día dándole a la cabeza…

2. Historia personal 2.1.

Infancia (de 1 a 12 años): trabajando desde muy niña

Matilde ha vivido su infancia ayudando en las tareas de casa y del campo, desde los 7 años: Y ir a robar cisco, ir a hacer leña, ir a buscar bellotas, arrodillada en el suelo, una por una, con el hielo. He cogido garbanzos, he cogido algarrobas, he segado, he trillado, con hielo, con las manos tiritando. Pertenece a una familia pobre por lo que se ve obligada a pedir por los pueblos cercanos: Pasábamos mucha hambre y tenia que, me tocaba ir a pedir. De su primera comunión comenta: Tenía yo unos 5 años o 6. Me acuerdo que me lo dejaron ese vestido. Era de una sabana hecha, pues yo la tome con unas sandalias de goma, como de esas que se llevan a las piscinas, pero cerradas con cuatro gomas, y unos calcetines blancos. Esos si me los compro mi madre en casa de una tienda que había allí. Me compraron calcetines y las sandalias y yo iba tan guapa. Su casa en el pueblo era de adobes y muy humilde y no tenía ni si quiera una cama para dormir. Vivían en condiciones muy penosas y a penas tenía ropa para vestirse. Desde muy pequeña recuerda que su padre la puso a trabajar en casas sirviendo y él mismo se encargaba de cobrar el poco dinero que la pagaban.

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Recuerda en una ocasión haber denunciado a su padre por maltratarlas: había ido borracho y nos pego a mi madre y a mí una paliza, que nos dejo cada cardenal de muerte. Y me cogí y me fui al Ayuntamiento cuando se denunciaba a la Guardia Civil. Dice, mire usted, que le vamos a hacer, no podemos hacer nada, de todas formas que venga su padre. Digo, si y quien se lo dice, por que me vuelve a dar otra paliza que ya no llego aquí al Ayuntamiento. Le metieron allí una noche en el Ayuntamiento en el calabozo, pero que, al día siguiente salió y ya está. 2.2.

Adolescencia (de 12 a 18 años): comienza a servir por los pueblos

A los 12 años comienza a servir en casas: Era una niña, y me querían mucho. Era muy trabajadora, muy trabajadora, me lamían para todas las casas. Era muy despabilada muy vivaracha. Si, si, si he sido muy trabajadora he trabajado mucho y además con ilusión y con ganas o sea, bien. Me ha gustado trabajar y he sido muy… en la casa de la Señora Resu, que ya estará muerta la pobrecita, ya tantos años, fue a la primera casa que fui. Era de Grolleta. Y fue la primera casa que fui a trabajar, en Calzada de Don Diego, a 30 Km. de Barbadillo, y entonces ahí me fui a trabajar de trillica y estuve pues eso, estuve pues 4 veranos o 5 me los tire allí. Desde pequeña se ha sentido muy unida a su madre ya que pasaba mucho tiempo con ella ayudándola en las tareas del hogar, y el hecho mas traumático que ha vivido y que la ha marcado toda su vida, ha sido presenciar a los 14 años de edad su muerte, como a causa de una paliza propinada por su padre: Y se me murió encima de este brazo, no se me olvida, que me quiso decir Matilde, y ya no. Si me acuerdo que corrí, le dije, que mi madre no me habla, que mi madre no me habla, y ya murió. Después de fallecer su madre, se va a vivir a Vega de Tirados para trabajar en una casa. Su padre le iba a cobrar el sueldo: En la Vega de Tirados me tiré 4 años en la misma casa y 4 años que iba todos los meses a buscarme el dinero. Desde niña siempre ha tenido miedo a su padre ya que llegaba borracho y la pegaba: Yo lo veía, y te lo juro por Dios que me metía debajo de donde fuera, de la cama no, por que no teníamos cama. Pero me metía hasta detrás de unas cortinas, que teníamos unas alcobas y yo decía, ya viene este tío y ya viene borracho, cada vez que llegaba a la puerta y abría la cerradura, digo, bueno, ya viene este tío borracho. Madre mía, la que nos va a tocar. 2.3.

Edad adulta (de 18 a 35 años): su padre la prostituye y comienza a manejar dinero

A los 18 años se va a vivir a Salamanca donde comienza a trabajar en una peluquería en la que esta un año, y después pasa al Gran Hotel fregando platos y como camarera de habitaciones durante año y medio. A los 21 años su padre la prostituye con un señor de su pueblo para comprar 2 vacas: me metió de puta para comprarle 2 vacas, y bueno, pues como yo no era mayor hasta los 23 años, pues…la dueña que yo tenía, que era la del bar,

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tenía mucha amistad con el y le hizo un carné de hostelería, de camarera, como que estaba de camarera, peo claro, lo que estaba haciendo era, pues lo que era, por 20 duros prostituirme. Si, que yo fui virgen al barrio chino, bien lo sabe Dios. Pero vamos que yo fui virgen al barrio chino, con 21 años, que no había hecho nada con nadie. Fui totalmente virgen. Este hecho provoca que Matilde ejerza la prostitución con 21 años como forma de ganar dinero: me independicé pero no por que tuviera 21 años, sino que seguí en el barrio (chino) pero ya sin ayudarle a él ni nada por que ya me cogió el policía y me lo dijo. Y por consentidor y eso, yo tampoco quería que le hicieran nada, le dije que bueno. Y me puse a trabajar ya para mí y eso, y estuve allí… A partir de este momento, consigue un carné falso de camarera y comienza a ejercer la prostitución para ganarse la vida, rompiendo toda relación con su padre: Don Casimiro (policía) me hizo un carné de camarera, que ya no de prostitución, sino que yo iba igual, y luego ya pues estuve ganando dinero, pero lo estuve ganando para mí. Por que sino tenía cárcel, es que tenía 21 años y hasta los 23 en el año sesenta y algo, no se podía ejercer la prostitución. Las primeras borracheras que me cogía por la tarde era con Casimiro el policía. Es el único policía que estuvo enamorado, enamorado, enamorado, enamorado, el inspector ese. Y bueno…. Al verse con dinero, decide invertirlo y compra un piso: A los 15 días ahorré para comprarme un piso, me compré un piso en la calle Arapiles, n.° 1, 2.° B, me compré un piso que me costó 400.000 ptas. Tuve que dar de entrada 15.000 ptas. y 10 de fianza. A los 23 años conoce en el mundo de la noche a su novio, José Mateo, y se queda embarazada de su primer hijo. Su pareja le pide que siga en el mundo de la prostitución durante un año más, con el fin de sacar un poco de dinero para comprar un piso, y le promete casarse con ella: Cogí, y según iba trabajando, todos los días pues le iba dando dinero. Nos cogimos, compró el piso, lo puso a nombre de él, lo amueblamos, me acuerdo que le di 500.000 pesetas en el año 64, entonces fíjate el dineral que era lo que costaba un piso. Embarazada de 7 meses, se entera a través del vendedor de periódicos, que su novio se esta casando ese mismo día con otra: La noche antes de la boda, se quedo a dormir conmigo, vivía conmigo. Y me dice, Matilde tengo que madrugar por que tengo mañana una reunión. Y era un sábado, pero yo no lo sabía, vamos yo no sabia que se casaba ni sabia que tenía novia. ¿Y cuando ha estado con la novia si ha estado siempre conmigo? De día, de noche, a todas horas. Solo iba a buscarla a la fábrica de zapatillas, a la hora de comer, que la iba a buscar con la moto. Y yo sin saber nada de nada hasta el mismo día que se casó. Estaba yo de 7 meses embarazada y me dicen, coño Matilde, no estas de boda. Digo ¿de boda de quien? Dice, coño, de tu José que se ha casado. Ante el impacto de esta noticia se le adelanta el parto y nace su primer hijo, al cual llama José: Esto era ya el sábado por la noche y se había casado el sábado por la mañana. Pues hija mía al día siguiente parí que era domingo. Me puse de parto a parir con 7 meses. Que se me adelantó del susto fíjate tú. Y lo quería con ceguera, por que lo quería con locura.

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Después de dar a luz sigue trabajando en el Barrio Chino durante una temporada pero las cosas le empiezan a ir bien y pronto comienza a montar sus propios negocios: Tuve a mi primer hijo, y después ya, al poco tiempo si, monté la casa, una casa pequeñita que había, que había que subir unas escaleras. Y luego ya cogí la otra grande donde había ya tantas mujeres. Mientras está trabajando, una señora se encarga de cuidar al bebe: Le tenía con una señora criando. Y luego ya tenía a 2 hermanas, la Angelines y la Teresa, e iban de encargadas a mi casa y entonces ella me lo cuidaba. Y me lo criaba ella de chiquitín por que yo no lo podía tener en la casa, no podía tenerlo yo. Si yo los he tenido siempre con ama. Me cuidaba al niño y bueno las tenia a todas, de encargada, tenia a 7 u 8 criadas y bueno ellas son las que hacían las cosas y presentaban a las mujeres. En una ocasión le roban en la casa de mujeres y se ve obligada a cerrarla por miedo a que la denuncien por tener un negocio de prostitución: Y luego me robaron en una casa, la casa grande, donde estuve me robaron todo. Eso fue cuando la deje y me fui al bar Madrid. Me robaron joyas, dinero, ropa, me dejaron en pelota picada. Por que fueron los portugueses, y los cogió la policía, y entonces pues nada, les daban cárcel, pero a mi me daban 10 años de cárcel por tener la casa de prostitución. Y me dice don Casimiro y otros 2 policías que me conocían mucho, me dice, Matilde, deja la casa aunque te cueste millones por que vas a la cárcel, por que como es de prostitución y no se puede tener, tú sabes que si te denuncian ellos también, vas tú. Entonces fue cuando deje esa casa y me fui para el bar Madrid. Es con 27 años cuando conoce al padre de sus otros 2 hijos y se retira de la prostitución: Entonces luego ya conocí al padre de mis hijos y ahí me retire. Y al retirarme tuve mis 2 hijos, el de 32 años, la niña y tengo el chaval de 28. Me retire y no me metí mas en los ambientes. El barrio ya lo deje cuando me lié con este, con el padre de mis hijos, de los otros dos, si. Dejé el barrio y dejé todo y si, treinta y tantos años hace que lo deje, o sea que si, si. Si, por que tuve yo a mi Manoli y tiene ya 32 años, si, si hará ese año. Y luego ya me cogí y me fui a coger ese bar que te digo, me retire totalmente y me fui para casa a vivir y ya nada, no cogí nada. En esta época convive con su pareja y alquila los 2 bares que regenta, viviendo de las rentas, y de otras relaciones que aun mantiene: El me ayudaba, aunque yo tenía dinero. Entonces tenía yo dinero ahorradito y eso. Y vamos, yo también tenia luego…también estaba con mi medico. También con un medico enrollada, y me daba mucho dinero, entonces no me faltaba dinero para nada. Recuerda que en estos años manejaba bastante dinero y se dedica a derrocharlo: Lo que me daba la gana, lo que me daba la gana. Yo podía tener media Salamanca mía y no es broma y es que vamos, me lo sabe todo el mundo que tenía que tener media Salamanca. Lo que pasa es que a veces lo tirábamos, lo malgastábamos por que según fui ganando, fui gastando. Te ibas de cachondeo, te cogías 2 ó 3 gitanos, te cantaban flamenco, te ibas de cachondeo, lo pasabas muy bien, y luego, pues a poner. Y poníamos a lo mejor 2.000 ptas. para

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cada gitano, nos íbamos a los Arapiles a cenar hasta las 10 de la mañana, al día siguiente. Te venias con una borrachera y al día siguiente te levantabas a las 4 y abrías el bar y así pues todas las noches de… Tenía relaciones paralelas con personas que le daban dinero: He salido con gente muy buena muy buena, el doctor este que te digo yo que lo tuve tantos años engañándolo que lo quería y le sacaba el dinero, estaba yo con Gabi tuve los 2 hijos y no se enteró de que estaba preñada. Me ponía la toalla así (delante del vientre) fíjate tu lo que tenía que hacer. Llamaban al timbre y estaba suelta, me salían las cajas de billetes así y me entraban así. Te lo juro por Dios. Y me compre 2 coches con ese dinero. Me daba lo que tenía y mucho mas. Tenia por que le habían dejado una herencia muy buena sus padres vamos, su madre que había fallecido, su padre vivía. Y entonces bueno, pues me daba mucho dinero. Y entonces bueno, yo he vivido de eso…he tenido otro constructor que se llamaba Robles que me daba también muchísimo dinero, se gastaba muchas botellas allí en casa, se gastaba muchísimo dinero… A los 30 años se queda embarazada de su hija Manoli y por recomendación de un médico deja el alcohol ya que su salud corre peligro: Me quite cuando me quede embarazada de mi hija, el Doctor don Joaquín Vicente me dijo, Matilde, o dejas la bebida o duras muy poco por que tienes principio de, de, de eso del hígado, como se llama, de cirrosis. Como yo estaba embarazada de mi hija y tenia mucha ilusión de tener otro hijo, digo, pues nada y lo deje radical. Yo fui adicta al alcohol…todos los días borracha perdida, todos los días. Después deje el alcohol, deje todo y no volví… si, fumar si fumaba, fumaba y eso, y sigo fumando. En el año 1973 decide dejarlo todo por cuidar de su familia: Ahí me retire, deje todo, deje bar, deje todo, por que yo tenía el bar pero era en alquiler y entonces deje todo y me fui a vivir con él. Y estuve viviendo solamente con él. A los 34 da a luz a su hijo menor. Es en este año cuando rompe su relación con el padre de sus hijos: Pero que paso, que yo me deje con el padre de mis hijos. Yo me encontraba con el pequeñito que tenia 2 meses con los otros pues eran pequeños, yo los tenia que sacar adelante. Cuando deja su relación con el padre de sus hijos menores, se ve sola y sin ninguna fuente de ingreso, por lo que tiene que vender el piso y sus pertenencias: Al dejarme con él, yo tuve que vender todo. Yo no tenia un duro para dar de comer a mis hijos, los tenia que tener en ama, por que es que me los querían quitar las de, una de Cáritas, que se llamaba Teresa, que era rubia… Durante este tiempo continua teniendo a sus hijos en ama mientras ella trabaja: A la ama esta la tenía que pagar o a mil duros por cada hijo todos los días, todos los días yo tenia que bajar al barrio por las mañanas y tenia que irme a las 7 de la tarde al club y volvía a las 8 de la mañana. No se como tengo cuerpo de lo que he trabajado toda mi puñetera vida, no me digas. Empieza a tener dificultades económicas: No tenía nada para vivir. Ni para pagar a mis hijos. Que hacia con mis hijos. Me tenía que colocar en las Barras Americanas. Que ahí me retire si, y me dije, donde voy. Al barrio chino yo ya no voy.

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2.4.

Madurez (de 35 a 42 años): la época de las vacas flacas

Son años en los que pasa apuros económicos: Muy mal, muy mal. Pasando hambre, pasábamos hambre. Yo mis hijos procuraba que no lo pasaran, las cosas como son, pero estuve muy mal, muy mal. Ahí es…he vivido bien cuando estaba pues eso, con, retirada, y estaba bien y tenía mi dinerito ahorrado, y bueno pues ahí viví bien en la casa y eso, pero después ya vendí el piso por nada, por un millón y pico, por un millón doscientas, creo que fue, hace 28 años por estas fechas, no se me olvida. Era por navidad que lo vendí. A raíz de sus problemas económicos comienza a sentirse deprimida: Ahí fue cuando cogí una depresión bastante grande. Ya no podía salir a trabajar. Y no sabía que hacer, y todas me animaban. Pues sal Matilde, el piso que vas a hacer, ya compraras otro, y tal y cual. Pero claro ya los hijos pues iban a mayores y ya pues no tuve mas pisos propios. Durante unos años continúa manteniendo a sus hijos en ama mientras trabaja en las barras americanas: Huy a mi me ha sacado millones esa mujer a mi….vamos era su trabajo, a ver si me entiendes, pero ya se pasaba. Si debías 1 te apuntaba 3, eso fijo, por que era una mujer…ahora, lo digo de verdad, mis hijos estaban muy a gusto y la querían con locura. La llamaban tía, a su marido «papa, papa, papa», la querían mucho. Eso, yo no puedo decir que era mala, mala en el sentido de eso no, pero en el sentido de que si una semana no la pagabas bien…Y yo venia de Zamora, me acuerdo, y por la habitación llamaba por la ventana todas las noches, y el dinero, y el dinero y el dinero y tenia que hacer dinero como fuera. Aunque sea moliendo café, como decía yo, tenia que hacer dinero como fuera, por que haber, no me quedaba mas remedio, por que tenia que pagar a mis hijos. Y vístelos, cálzalos, vete a los médicos de pago. Al no tener casa se va a vivir a una pensión que le paga el ayuntamiento, mientras un ama cuida a sus hijos: Fui a una pensión de una tal Milagros. A mis hijos los di en ama, los di en ama en casa de la Anita que en paz descanse, que ya murió. Nunca los he tenido ni en colegios internos, bueno quitando al Ernesto que lo tuve ahí 2 años en la Diputación. 2.5.

Las primeras ayudas (de 42 a 46 años): la incapacidad por accidente de trafico

A los 42 años tiene un accidente de tráfico y la tienen que hospitalizar: Y yo entonces estaba ahí en el puente y me dieron un golpe por detrás entonces se me metió el freno entre el embrague ahí me hice daño. 7 meses estuve hospitalizada en el Clínico, por el accidente del coche. La pierna fatal, me la iban a amputar y todo. Estuve muy mal y me tuve que poner una rótula. Tuve collarines así muchísimo tiempo, y luego pues la pierna muy mal, estuve andando con muletas mucho tiempo y mucho tiempo escayolada, mucho tiempo… Tras una valoración de su enfermedad le dan la invalidez y le conceden una PNC: Me quedaron secuelas, que por eso me examinaron bien, me miraron bien la minusvalía que tenía y tengo un 68% de minusvalía de las cervicales, de cadera y de la rodilla que me tienen que operar. Me quedo esa paga por enferme-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

dad de la pierna que no podía andar y eso. Y entonces bueno, me quedo esa paga de unas 24.000 pesetas, desde hace…17 o 18 años que la estoy cobrando. Y luego fueron subiendo la no contributiva, y es la que estoy cobrando, doscientos y pico euros. Durante esta época viven en un piso de alquiler y le ayudan desde las parroquias: Ya tenía yo entonces a mis hijos viviendo conmigo. Y entonces los dejaba en el paseo de la estación, que estuve allí viviendo. Y allí me ayudaba el padre…un cura que había allí en la iglesia de garrido, y me daban, como te he dicho, bolsas de comida todas las semanas. Con 16 años, su hija Manoli desaparece de repente: Me paso a mí una historia con mi hija que tenía 16 años. Me la llevaron y me la prostituyeron unos gitanos. Entonces resulta que yo estuve año y medio sin saber de ella. Me acuerdo que llamé a Lobatón, «Quién sabe donde», ese programa que había, ¿te acuerdas? Buscándola la policía, yo, todo el mundo buscándola por todos los sitios, donde estaba, donde no, si se había muerto, o si no. Y me la tenían encerrada en Toledo, en un Club de Toledo, hasta que la policía dio con ella y me la trajo. Me la trajo aquí, pero, y al cumplir los 18 años, la jodía se me volvió a marcar y ya hasta ahora. Es entonces cuando Matilde cae en una fuerte depresión: Ahí caí en una depresión. Me intente suicidarme 3 veces, por que si, por que yo me veía loca, yo estaba todo el día asomada a la ventana a ver si venía, que no venía mi hija, que no venía mi hija que donde estría mi hija, y yo oía…, y claro, eso, eso a mi me influyo tanto que ahí yo empecé ya caerme hace 14 años fatal. Me encontraron ahorcándome, me tome pastillas para envenenarme, me corte las venas. A los 46 años comienza a trabajar cuidando a señoras mayores, y se lleva a sus hijos a vivir con ella: Como ella se marcho (el ama), pues yo ya me tuve que hacer cargo de mis hijos, pues ya aunque era eso, yo le hacia la comida de noche se la hacia para el día siguiente, venia, pues me levantaba a las 9 de la mañana, me iba a trabajar, a las 9 tenia que estar allí. Si a las 8 me levantaba, a Garrido, me tenia que ir con la señora Almudena se llamaba, mas maja la pobrecita, pero vamos, se hacia todo, el hijo era maestro, y bueno, pues era muy buena gente. Esa me la encontró, me la busco Mª José. Y entonces bueno, estuve allí bastante tiempo, pero luego ya la señora empezó a ponerse muy mal, muy mal, muy mal, la llevaron al clínico y luego ya falleció. 2.6.

Actualidad (con 62 años): sola y sin hablarse con los hijos

Actualmente vive sola en una casa cedida por el Ayuntamiento junto a una perrita que le dejo su hija hace 12 años: Y esta perrita es de mi hija, lo que pasa es que ella ya la tenía, pero al tener al niño, ella me la trajo, que por eso vino y le conocí al niño, por que estaba asmático el niño, era asmático. Sus días son rutinarios y apenas hace vida social: De la cama aquí y de aquí a la cama. Hago un poco, limpio un poco, porque tampoco puedo con las manos. Pues hago las camas, pongo la lavadora cuando tengo que ponerla, la pongo de tarde en tarde porque para mi sola, y eso pero bueno. La lavadora ma-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

ñana. Quería haberme bañado hoy pero digo ya no me baño hoy porque tengo frío, no había dormido en toda la noche y estaba con escalofríos, Digo, mañana ya me baño y ya me, me pongo la lavadora y tal…pero vamos que, que salir y eso nada. Tiene trastornos del sueño debido a la medicación que toma: Así que estas pastillas me tienen tumbada, y no duermo, anoche no he dormido nada, o sea que la de dormir no me ha hecho nada. Y la otra noche tampoco dormí, y no sé porque es, yo digo que haber si es porque bebo leche… Apenas sale a la calle: No, es que me he incordiado aquí, si ver la luz del día me dan mareos, no me digas lo que me está pasando, si es que no lo sé. A sacar el perro y a la compra me va la niña de la Leo.

3. Situación actual y condiciones de vida 3.1. Salud y sistema sanitario – 30 años, la operan de apendicitis: Me acuerdo que me operaron de la apendicitis y empezaban los muñecos esos de Epi y Blas, fíjate, por que yo me acuerdo que me la cambie para la habitación (la televisión), por que como estaba en la cama, digo pues la cambio. Y 32 años justos empezaron esos muñequitos de Epi y Blas. Yo me acuerdo que me reía y decía, que se me saltan los puntos. Y lo recuerdo como si fuera ahora mismo. – 31 años, al quedarse embarazada de su hija le diagnostican principio de cirrosis: Me quité cuando me quedé embarazada de mi hija, el Doctor don Joaquín Vicente me dijo: Matilde, o dejas la bebida o duras muy poco por que tienes principio de, de, de eso del hígado, como se llama, de cirrosis. – 42 años, tiene un accidente de trafico: 7 meses estuve hospitalizada en el Clínico, por el accidente del coche, me quedaron secuelas, que por eso me examinaron bien, me miraron bien la minusvalía que tenía y tengo un 68% de minusvalía de las cervicales, de cadera y de la rodilla que me tienen que operar. – 46 años, cuando desaparece su hija Manoli con 16 años cae en una depresión: Empecé ya a caerme hace 14 años fatal. La doctora Prieto es la que me ha tratado siempre. Te pusieron un tratamiento de medicación supongo. Si, si muy fuerte además. Estaba todo el día dormida, todo el día drogada, todo el día muy mal muy mal. Estaba muy mal. – Actualmente toma medicación para diferentes dolencias: Para el tema de los huesos tomo unas, que fui al traumatólogo, para esto de la tensión y de la esta, me tomo otras para la orina, que anoche no he dormido en toda la noche por que no he dormido nada de nada, no me digas por que, por que tome leche o algo. Esta noche me voy a tomar un Danone con un poquito de agua a ver si a lo mejor no es tanto líquido y no orino tanto. Entonces resulta que para la tensión tengo 2 pastillas,

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una chiquitita por la mañana y otra más grande al medio día. Me tomo para las cervicales y para los huesos, me tomo para la menopausia, me tomo… para el tema de nervios y para la depresión tomo, 3 clases de pastillas. Que me han manado cambiar, que yo creo que voy a cambiar por que a ver que tal me va esta otra de…me mandaron cambiar y cambie 3 o 4 días y me han dicho que los 3 o 4 días lo voy a pasar muy mal pero que luego ya me encontrare mejor, a ver. Y entonces bueno, pues tomo para…si es que tomo…yo que se. Luego tomo para los oídos, que de este estoy operada que me opero el doctor Rincón, y de este me tiene que operar también, por que tengo el hueso no se que, y tengo muchos dolores y es un zumbido por dentro a veces que es por lo que me dan estos mareos, de los oídos. Y luego, tomo para que más, para que mas tomo hija… veinte y tantas diarias. Tomo luego por la tarde esta para ir a orinar. 3.2.

Sistema educativo y formación

Tiene un nivel cultural bajo. Afirma que de pequeña no ha ido a la escuela: No, por que tenia que trabajar, tenia que trabajar y el padre este que tenia yo a mi no me dejaba ir a la escuela. Comenta que sabe leer y escribir gracias a una chica que la enseñó cuando ya era mayor: Yo no he ido nunca en mi vida a la escuela. Yo aprendí 4 cosas y a escribir 4 cosas en una casa que estaba sirviendo, con una chiquita que se llamaba Lola, me enseño la pobrecita a escribir, ella me ponía eso y me ponía a escribir. Si que se leer y escribir a ver si me entiendes pero con faltas de ortografía. Pero yo a la escuela no fui nunca, nunca, nunca. En el año 1973 se saca el carné de conducir: Y ahí me estuve yo sacando, me acuerdo, estaba yo embarazada de mi hija y me estaba sacando yo el carné de conducir. En el año 73, en la autoescuela Lera y ahí me lo saqué. Fíjate como me he sacado un carné de conducir, a ver, como te lo puedes explicar tú, 9 veces, a las 9 veces aprobé. Que no se como aprobé, que no se como aprobaría. Por que ya tantas veces me examinaba, 3 veces que renové el carné digo: –mira, Tito o me das el carné ya o ya no me renuevo mas el carné, por que hijo, se me va a pasar aquí el arroz, todos los días en la autoescuela estudiando–. Dice, si es que no vienes a estudiar. Digo: si es que para mí todas las señales son iguales… Mira… Lo pasé muy mal. 3.3.

Trabajo

Toda la vida se ha dedicado a la prostitución, al principio para su familia, luego en clubes. Cuando las cosas le empiezan a ir bien, abre 2 casas de mujeres: En la casa de prostitución éramos todo mujeres. Yo tenia, no se si eran 18 mujeres, luego tenia a las encargadas. Una lavaba, la otra atendía a las chicas, en fin no se, eso no se si tu sabrás como funciona una casa de prostitución. Cada una tenía una pensión y eso, y luego estaban allí de noche.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Se ve obligada a cerrar las casas por miedo a que la denuncien unos ladrones que la roban y entonces abre 2 bares: Después de las casas abrí el bar Madrid, abrí el bar Moka y tuve el bar Madrid y fue cuando conocí al padre de mis hijos, lo deje todo y me cogí y me retiré. Tenía, 28 o 29 años cuando me retiré de ese ambiente, y ya pues me retiré con el y luego tuve a mi hija. Con 34 años deja la relación con su pareja y para sacar dinero para mantener a sus hijos en ama, vende la casa y se traslada a Ciudad Rodrigo done trabaja en las barras americanas: Yo vivía en Ciudad Rodrigo, por que yo vivía allí, yo aquí en Salamanca no he trabajado nunca, he trabajado siempre fuera, en Ciudad Rodrigo, en Zamora, en Peñaranda…en sitios fuera. En Salamanca no he trabajado nunca, no me gustaba porque me conocían y por mis hijos y eso… A los 46 años comienza a cuidar a señoras mayores y también friega un bar para sacar un poco de dinero: Trabajaba en 2 casas, en una por la mañana, y en otra por la tarde. Ya tenía yo entonces a mis hijos viviendo conmigo. Y entonces los dejaba en el paseo de la Estación, que estuve allí viviendo. M.a José me busco esa para ir a las 9 de la mañana, que la señora luego falleció por que era de cáncer, lo tenia en una pierna y era muy buena señora claro. Todo, le hacia. Le quitaba su caquita, le quitaba sus cosas, le quitaba todo, al principio con mucho...Un poquito de…entiendes, por que es lógico. No, con señores no he trabajado nunca. No limpiaba, no fregaba, no… o sea, nada. Nada más de compañía. Vamos de compañía con esta señora que iba por la tarde, pero con las otras si, me tocaba lavar a mano, que no tenia lavadora la tía, que era una egoísta, que tenia un piso, no veas si tenían dinero y de todo, que tenían medio barrio suyo. Del chino todas las casas eran suyas. Huy que tía más mala, no tenia ni cocina, tenía que guisar encima de un infiernillo, que mal lo pase ahí, mas mal se porto conmigo… la tía muy mala, muy mala. No la viejecita, la que yo cuidaba, sino la hermana. Ah, fregaba un bar, fregaba un bar. Por las mañanas fregaba un bar que vivían por allí unas chicas que por la tarde iba gente, por las noches y entonces me dijeron que si lo querría limpiar y eso…Pues sí, Se llamaba Vicenta, yo te lo limpio. Dice bueno, pues nos lo vienes a limpiar por la mañana, te damos lo que sea, dice eso, digo bueno. Y estuve limpiándole el bar bastante tiempo y luego ya pues… 3.4.

3.4.1.

Acceso a la vivienda

Infancia y adolescencia:

Cuando ha sido niña Matilde ha vivido en el domicilio familiar que lo recuerda así: hay mi casa, de adobes toda y nos entro, me acuerdo, vivíamos al lado de un puente y nos entro la crecida. Pues muy miserablemente. La lumbre la hacíamos en el suelo con paja, muy mal, era una casa muy humilde, no teníamos ni camas, ni armarios ni nada, no, no, nada de nada. Había un cacho de cuerda así para colgar el cacho de vestido que teníamos, un cacho de bata, que la lavabas por la mañana y por la tarde la tenias que tener seca.

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Cuando comienza a trabajar sirviendo, no son mejores las condiciones en las que vive: Y allí dormían en camas, yo nunca he dormido eh, yo he dormido en pajares, y he dormido entre paja, en colchones de lo que es de piñas, de maíz, en colchones de borra y en unos tablados, pero yo en camas, en una habitación, yo decir tengo una habitación cuando estas sirviendo, nunca la he tenido. No, no, no, te lo digo en serio, hemos vivido muy miserablemente.

3.4.2.

Edad adulta:

Al irse a Salamanca con 18 años para trabajar en la peluquería, se instala durante un año en la casa de la madre de unas amigas suyas: Yo entonces vivía en el Rollo, en una habitación, con unas amigas que yo tenía, me dejaban vivir allí con su madre. De los 19 a los 21 años trabaja en el Gran Hotel de cocinera y de camarera de habitaciones: Vivíamos allí las que no éramos de allí, teníamos una habitacioncita, y bueno, pues dormíamos ahí. A los 21 años y cuando ya ejerce la prostitución de forma más continuada se compra un piso con el dinero que va ganando: A los 15 días ahorre para comprarme un piso, me compre un piso en la calle Arapiles, n.° 1, 2.° B, me compre un piso que me costó 400.000 ptas. Tuve que dar de entrada 15.000 ptas. y 10 de fianza. Me compre el piso y bueno, por cosas de la vida, pues yo me enrollé con el padre de mis hijos y lo tuve que vender, pero bueno.

3.4.3.

Madurez:

A los 34 años vende el piso y al principio vive con su hijo mayor en una pensión que paga con la ayuda de Doña Gumer, de Servicios Sociales: De ahí me fui a una pensión de una tal Milagros. Tenia que ir la dueña todas las semanas a por el vale, o sea, a por el dinero allí al Ayuntamiento. Hay lo que había ahí metido…macarras de todo. Hay lo mal que lo pasé madrecita de mi vida. Yo caí mala. Nos la pago para los 2. Yo luego salía por la tarde, me iba a Ciudad Rodrigo todos los días, a las 6 o las 7 de la tarde, veníamos en el coche de ellos… Salía por la tarde, me iba a Ciudad Rodrigo todos los días, a las 6 o las 7 de la tarde, veníamos en el coche de ellos (dos dueños del Club)… y volvía por la noche, a las 6 o las 7 de la mañana. El José se quedaba en la pensión y yo me iba a trabajar. Los otros 2 hijos los tenía con el ama. Finalmente se va a vivir a Ciudad Rodrigo: Tenia que fregar el bar, era de habitaciones, por que eso había sido un hotel, tenia las habitaciones con su cuarto de baño dentro, con sus dormitorios, con cada mesilla pegada a cada habitación, o sea, pegada a la cama. Muy bonitos, unos, unos dormitorios pues muy bonitos. Entonces para no pagar yo, o sea, lo que era la habitación, pues yo tenia que hacer las camas de las demás chicas, fregar el bar, limpiar el bar, limpiar la puerta, hacer todo eso solo para ahorrármelo en la habitación para no pagarla, por que haber como hacia para sacar para 3 hijos todos los días, que era mucho precio diario.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Cuando trabaja en Zamora a trabajar en las Barras Americanas y se lleva a su hijo mayor: José que se marcho conmigo a Zamora a trabajar. Lo echo la señora (se refiere a la ama), se peleaban, ya era mas mayorcito, era mas enmadrado. Lo tuve que llevar conmigo si, si, si. A los 46 años cuando trabaja cuidando a señoras vive en un piso en el Paseo de la Estación: Ya tenía yo entonces a mis hijos viviendo conmigo. Y entonces los dejaba en el paseo de la Estación, que estuve allí viviendo. Y allí me ayudaba el padre…un cura que había allí en la iglesia de garrido, y me daban bolsas de comida todas las semanas. Las señoras ya me conocían, me iban a hacer compra, me compraban pollo, me compraban macarrones, garbanzos, pues lo que es una compra de eso. Y bueno, pues ahí estuve trabajando yo en 2 casas.

3.4.4.

Actualidad:

Las viviendas del barrio San José, donde vive Matilde, son de baja calidad y muchas de ellas son de protección oficial. En los edificios se ven deterioros importantes en fachadas y tejados (se construyeron hace aproximadamente 35 años). Además del paso del tiempo, el poder adquisitivo de las familias no permite las reformas que serían necesarias. A los 47 años el Ayuntamiento le cede una vivienda en el Barrio San José, donde actualmente esta viviendo sola: El piso no es mío, no. Este es del ayuntamiento. Y llevo 15 años viviendo aquí. Yo no pago más que la comunidad, los gastos pero este piso no es mío, me lo dio a mi el Ayuntamiento, me toco, por que fue cuando me veía yo en la calle. 3.5.

3.5.1.

Condiciones del entorno y relaciones de sociabilidad

De sus amigas cuando era joven:

O sea, amigas, amigas de cundo yo era cría, de antes de meterme en el ese, no tengo contacto con ninguna. Por que ya una vez que yo me metí en esos ambientes, a mi m dejaron de hablar. Que eran Mari, su hermana Rosi, eran muy amigas mías, me conocían, ¡huy que está de puta!, eso era pues muy duro. 3.5.2.

De sus amistades cuando trabajaba en el Barrio Chino:

Esas amistades las tengo de cuando estaba en el barrio, pero fíjate desde que no las veo hace muchísimo. Amigas de lo que era de la vida, de lo que era del ambiente nuestro de prostitución, esas eran las amigas que yo tenía. Íbamos por ahí a bailar, íbamos a la Kokett, íbamos al Atenas entonces existían todas esas cosas y venían actores, venían cantantes, venían yo que se, venia Farina, era la época esa nosotras salíamos por ahí con los gitanos, salíamos a…yo que se, a todos los sitios, por ahí de noche, de borracheras.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

3.5.3.

Con los vecinos de la casa:

Bien, son gitanas todas pero vamos, yo no… ni me peleo con ninguna por que como no salgo…la que quiere viene aquí. A veces vienen a llamar por teléfono, por que eso si, me tienen como la telefónica y yo no me gusta decir que no y soy tan tonta que bueno, pues eso, llámame a un taxi, llámame al butano, llámame a lo otro, llámame a lo otro y así estoy, bueno…pero vamos que me llevo bien con todas. Yo nunca he reñido con nadie en los años que llevo aquí ya estoy acostumbrada a los gitanos por que no ves que para el barrio (chino) había tantos gitanos y me he criado entre ellos. Yo creo que ya estoy hecha a los gitanos, así que aquí estoy. Con la que mejor me llevo es con Leo, con Leo, una que vive ahí abajo. Vamos, no es que vaya a ninguna casa, por que yo no voy a nadie, a ningún sitio, y tampoco es que vengan mucho por aquí ni cosas de estas pero si decirte que…pero si, yo tengo una buena relación con todas, si vienen, déjame un laurel, como yo ayer a la Chivi, déjame un huevo que se me han terminado y hasta que no haga compra. Le dije ayer, que no tengo huevos y me hace falta. Pues tómalo, o algo así, la M.a Carmen, mira yo ya llevo aquí 15 años con ella. La otra lleva menos tiempo por que estaba otro viviendo, pero es igual, ya llevan todas mucho tiempo, ya llevan 10 y 11 años viviendo aquí y yo no he tenido ningún problema con ninguna. 3.5.4.

Sus amistades en la actualidad:

Bueno pues amigas, amigas, amigas, pues no tengo. Las que tenía eran amigas de esto, de esta vida de la prostitución. Lo deje y perdí el contacto. Perdí el contacto totalmente, por que una era argentina, la otra era de, eran moras, las otras eran de aquí de Salamanca, pero unas ya se han casado, otras ya se han muerto, otras están…cada una ya tienen su vida. Entonces he tenido amistades que te dicen, no es que tienes amigas para salir. Pues no, no tengo amigas para salir, por que las amigas que yo tenía eran de esta vida, claro y no le vas a decir a todo el mundo que si, bueno que tienes amigas pero que no sales o un día te viene a ver una amiga mía, otro día no te viene a ver. Yo le digo a la de la tienda, que tengo mucha amistad con ella, y le digo pues que hoy viene a verme mi amiga y tal a tomar un café o algo. Pero si es que no andas con nadie Matilde, ni sales a ningún sitio y tal. No le voy a decir, pues mirra chica por que no tengo a nadie y no tengo la fuerza de salir a ninguna parte. 3.6.

3.6.1.

Las relaciones de pareja

Su primer novio, Luis:

Cuando se viene a vivir a Salamanca con 21 años comienza a salir con un chico: Yo tenía un chavalito con el que salía, que era sobrino del dueño de la salchichería Montesol, Luís, y me acuerdo que cuando se enteró, se quedó…que me metió (mi padre de prostituta) en el barrio, abrió así las cortinas y se quedo helado cuando me vio.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

3.6.2.

El padre de su primer hijo, José Mateo:

Comenta haber estado muy enamorada de él, aunque no guarda un buen recuerdo, ya que la engañó para sacarla dinero y se quedo con el piso que supuestamente estaban comprando para vivir juntos y casarse. Cómo le conoció: Pero bueno, me acuerdo yo de lo que llevaba puesto. Me dice, oyes quieres venir a… el chaval muy guapo, José Mateo, se llama, ha trabajado toda la vida, desde que tenia 14 años en el banco de Bilbao. Pero bueno, ahora no trabaja, se que no trabaja y eso, bueno pues luego ya me enrolle con el para casarme. Las intenciones de casarse: Según iba trabajando, todos los días pues le iba dando dinero. Nos cogimos, compró el piso, lo puso a nombre de él, lo amueblamos, me acuerdo que le di 500.000 pesetas en el año 64, entonces fíjate el dineral que era lo que costaba un piso. Lo compro donde los bomberos para allí para el ese. Lo fuimos a ver, fuimos a ver los muebles. Y que te crees que tenía…otra novia. Pero yo no lo sabía. El engaño: Que me cogió el dinero para casarnos y me quitó, vamos me quitó, le di 500.000 Ptas., se compró un piso en frente de bomberos, en el Rollo. Lo fuimos a ver el piso, y todo eso. Se quedo conmigo tal que esta noche era, y al día siguiente, que era Domingo, se casó. Con la ilusión del niño y eso, yo ya no me preocupe ni del dinero, ni de piso, ni de nada, por que tenía ganas de tenerlo y si, fue querido. Casarme… que me fue sacando todo el dinero y se compró un piso en el Rollo. El único que me ha sacado a mi dinero en mi vida. Pero me dijo, mira Matilde vas a estar unos años, solamente un año en esta vida, vamos a comprar el piso, nos compramos los muebles y nos casamos. Y luego vino el engaño porque se enteró de que se casaba con otra, el mismo día de su boda (tal y como ha narrado antes).

3.6.3.

El gran amor de su vida, Ernesto:

Cuando tenía la casa de chicas en el chino, Entonces ahí me eche yo un chaval, se llamaba Ernesto, que tenia la zapatería calzados Casino, y lo quise muchísimo eh, y nos pillo su madre en el piso, donde yo tenía el piso de la calle Arapiles, que me fui para allí a dormir. En vez de en la casa del barrio, yo no dormía ahí, yo dormía en el piso, y me lo pillo su madre, si es que yo he pasado muchas historias... hay que situación… No, pero le dije a la Señora, no, pues usted se llevara a su hijo pero hoy no se lo va a llevar, hasta mañana no se va a ir. Lo primero que tiene la camisa sucia y se la he lavado. No importa si ha traído un jersey o sino que se ponga uno mío. No señora, no se va, y se lo pido por favor que no se vaya. No se fue. Al día siguiente fue su madre a buscarlo, como una señora, Doña Carmina, que no se me olvida el nombre, y su padre, le fueron a buscar y se marcho con sus padres. Pero yo lo quería con locura. Ese chico no podía tener hijos, y yo estaba pensando en tener un hijo mas. Tuvimos una relación de bastante tiempo. Y entonces pues eso, pues nada, yo no pude tener ningún hijo con el. Yo la verdad, no ponía medios ninguno para no

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

tenerlo, sino al contrario, que quería tener un hijo de el. Pues hija nada, el tío no me lo dio por que no valía. Pues luego yo me he enterado de que había adoptado un niño, y pues bueno, yo a mi Ernesto lo, lo, le puse el nombre de Ernesto por este muchacho. 3.6.4.

El padre de sus hijos menores, Gabriel:

Cómo lo conoció: Tenía el bar Madrid y se presentó aquí don Gabriel… hay por que yo, me gustaría salir contigo, y el chaval pues me gustaba claro. Y que hago yo, si estoy harta de bares, estoy harta de todo. Me propuso, no, si dejas esto yo sigo contigo. Ahí yo tendría 27 o 28 años. Trabajaba en una asesoría: El trabajaba en eso de los seguros, de llevar papeles de los juzgados, y cosas de esas. Con el padre de mis hijos estuve 15 años. No me case. Vivíamos juntos… El intento de que ella dejara la prostitución: Y luego a los treinta y tantos, pues eso que te digo, que me acuerdo que se levantó, dejó una nota, nos habíamos ido por ahí al mesón Arapiles y por ahí, me dejo una nota y me dice, yo te quiero para mi, si quieres dejas todo y sino pues no ando viniendo y tal. Yo, pues este chico se ve que me quiere y tal. Bueno pues si, estuve con el. El me ayudaba, aunque yo tenía dinero y eso. Y bueno pues nada, ahí estuvimos varios años juntos, tuvimos a la niña, luego…por que yo ya no podía tener más hijos, pero veras lo que me pasó, me operaron de la apendicitis y rápidamente quede embarazada de la niña, de la Manoli, que tiene ahora 32 años. Entonces luego ya me pelee un poco con el. Volví otra vez, luego ya, yo ya no quería más hijos, la verdad es que no quería más hijos, y luego ya vino el Ernesto. Y ya ahí convivíamos juntos. Yo le guisaba, el vivía en casa, el tenia la ropa, el todo. Su madre yo la conocía y todo bien, bien. O sea, como marido y mujer, solamente que sin papeles. El padre biológico de sus hijos menores: Mis hijos llevan mis apellidos, mis hijos llevan mis apellidos. No los quiso reconocer por que me dijo que si volvía a ese ambiente me los quitaba. Pues para eso que te den por saco, los reconozco yo. Me lo dijo el padre Arrinda, me dijo, mira Matilde, ahora estas en ese ambiente. Si en tal caso algún día volvieras, tus hijos, si te los quiere quitar el hombre con el que vives, si estas soltera, te los quita. La maltrató: El padre de mis hijos si, me pego 2 veces 2 puñetazos que me puso el morro así. Dije, la ultima vez que me pegas, y ya pues me deje con el. Las infidelidades: Como dijo que se casaba, tuvimos un zipi y zape, que lo encontré con una que me dijeron, mira…me cogió el coche. Mira hemos visto al Gabi pero no lo hemos visto…lo hemos visto con tu coche pero con otra morena, con cola. Digo coño, a ver si era yo, por que yo también me hacia coleta, de verdad te lo juro. Dice, no, no, no, no eras tú. Además la conocemos nosotros. Vive en el Barrio la Vega, en la calle Churruca nº 16. No se me olvida. Me cago en…vine a buscarlo una vez, le metí una paliza de muerte. Estaba yo ya embarazada de mi Manoli, estaba yo embarazada de la Manoli de 6 o 7 meses estaría embarazada.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

El motivo de la ruptura: Y fui también feliz un tiempo con el padre de mis hijos, por que no voy a decirlo, por que no te lo voy a decir, fui muy feliz, lo quise muchísimo, pero luego claro, me puso los cuernos se fue con otra. Actualmente son vecinos: Se fue con otra, tiene 2 hijos con ella y fíjate hasta donde llega la historia, la otra querida vive ahí detrás ahí en el Árbol (se refiere al supermercado), él vive ahí en el medio y yo vivo aquí, ¿como lo ves? Nos cruzamos los hijos, el padre y todo el mundo, y nos cruzamos en el mismo camino aquí y yo, ni miarlo. Le tengo un asco horrible. No, no lo miro, te lo puedo jurar. Tanto lo he querido que lo odio. Como se puede odiar así a una persona, eso es lo que yo digo, si se odia, si. No, no quiero ni mirarlo… Las relaciones del padre con los hijos: Vive también en el barrio y no se habla con los hijos, ni con la querida tampoco. El vive ahí en el medio, y yo aquí y la otra allí. Mis hijos le van a ver, y le conocen. A mi nieto también, le regaló una cruz de oro, y eso sí, sí, sí…Cuando vino a verlo de pequeñito, y lo llama pro teléfono, y eso sí, y tienen contacto. Saben quien es su padre y todo, no, no, si yo eso se lo conté todo. 3.7.

Relaciones con profesionales y acceso a Servicios Sociales

Es a los 34 años, cuando rompe con el padre de sus hijos y se ve sola y sin dinero, comienza a pedir ayuda a diferentes entidades como Ayuntamiento, Diputación, Cáritas, Parroquias…

3.7.1.

Ayuntamiento:

Doña Gumer, no se si la has oído nombrar o la has conocido tú, del Ayuntamiento. Era la que mas mandaba, yo creo. Esa me pagaba una habitación, por que claro, estaba de piso en piso, me desahuciaban, no podía hacer cargo a los hijos, a dos pisos a, en fin, es que no podía, no podía, no podía…me volvía loca, por la mañana y por la tarde, y me volvía loca yo sola con los tres hijos y no sabía ni que hacer. Por que a mí cuando me dieron las llaves de este piso, por Doña Gumer no fue, pero vamos fue por orden de ella. Yo les fui a pedir que por favor me dieran una vivienda que yo no tenia donde vivir ni estar con mis hijos, ni nada. Me ayudaban en el Ayuntamiento. Me daban un vale, me daban un vale a la semana de 1000 duros para la comida. Cuando estaba en alquiler el ayuntamiento me pagaba, que era, la mitad de la luz. M.a José era de los Servicios Sociales, era la asistenta que a mi me dió la llave de este piso, y esto te cuento, 15 años, que es el tiempo que tiene su niño, el mayor, ese tiempo tiene, 15 años y 2 mesecitos tendrá, no se me olvidara. Bueno, pues ella me busco para que trabajara en casa de señoras mayores. Y bueno, pues ahí estuve trabajando yo en 2 casas. Y Mª José me busco esa para ir a las 9 de la mañana, que la señora luego falleció por que era de cáncer, lo tenia en una pierna y era muy buena señora claro.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

3.7.2.

La Diputación:

Cuando estuve pidiendo el piso se lo dije al señor Grijalda, mire usted es que yo he ejercido la prostitución. Y el me dijo no importa, ¿usted no es persona humana como las demás? es lo mismo, usted tiene el derecho a una vivienda digna como todo el mundo. He venido aquí, muchas conocen mi vida ¿no? Me hablo bien con ellas y me llevo muy bien con ellas. Cuando me veía yo en la calle, el señor Grijalda me dijo: –bueno mira Matilde por lo menos ya tienes una viviendita y tal–. Y llevo aquí pues ya te digo, 15 años. Y me lo dieron por los muchachos que eran 3 y me dijeron, te vas a tener que ir a La Salle, dice, en una habitación. Huy madre mía, done me iré yo, y hable con un señor que me dijo: mira habla con el señor Grijalda que es el señor que sabe y a lo mejor…pues hable con él, que es de la Diputación, que ahí es donde estuvo mi hijo internado, ahí, en la Diputación. Bueno pues el señor Grijalda me dijo bueno, pues que miráramos a ver, que llevara los muebles ahí a la salle (en una habitación que le cedían) o a ver esperar a ver y hablé con Don Fructuoso, al cura, Dice «que te han dicho», mire he ideo al señor Grijalda y me ha dicho que me da las llaves, que me da para una habitación para La Salle. Y me dice: pues no lo hagas, tu tranquila espérate a ver. El pequeño, estaba internado en un colegio hasta que vino aquí. Hasta que tuve yo piso se lo dije: tú te vas a quedar ahí, con Doña Teresa León. Y eso bueno, pues ahí estuvo (en un internado de la Diputación). 3.7.3.

Las Parroquias:

Don Fructuoso, párroco que me conocía, de ir a pedirles, no de otra cosa, de ir a pedir ayuda por que yo no tenia para comer mis hijos, y yo no podía salir por que caí enferma, yo caí enferma con el accidente y haber que hacia y con los 3 hijos, y los he tenido siempre en ama, por que los he tenido siempre en ama. Luego ya cuando me los lleve conmigo hace 19, 20 años entonces yo no tenía para darles de comer, por que no tenía, y la señora se marcho para Francia y yo me cogí y me tuve que coger a mis 3 hijos. Entonces yo haber, con los niños no eran muy mayores. Don Fructuoso, al cura, y como ya debía 2 meses e un alquiler dije: mire Don Fructuoso que hago, por que me embargan y me vuelven a echar del piso, por que lo debo. Me dice, si en tal caso, esperamos a ver a ver si te dan la vivienda. No pagues el alquiler, tu me lo dices a mi, y si no pues yo te ingreso el dinero en el banco y pagas tus alquileres, sino espérate y no metas los muebles en ningún sitio. Que tenía 3 hijos y había una parroquia allí en la iglesia de Garrido que me daba todas las semanas unas bolsas de comida que me compraba la gente que conocía. Y estuve en el paseo de la estación viviendo, y me llevaban todas las semanas unas bolsas de comida. Y bueno, pues así he estado tirando pues muchos años por que claro, después caí mala por un accidente. Luego pues por ropas usadas y cosas de esas me mandaban a parroquias, me mandaban a Don Miguel, que era en el ropero que había según se va a la pla-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

za de toros. A mano derecha según se va a la plaza de toros, a mano derecha que había un ropero. 3.7.4.

Cruz Roja:

Como puse teléfono, que yo no tenía teléfono ni tenía nada, estaba sola, y a veces estaba mala…me encontraban caída o me encontraban como fuera, por que tiene llave la Leo (la vecina) y son las que me pueden encontrar. Si me pasa algo, sola estoy si me pasa alguna cosa, ¿entiendes? Pues sola estoy y tienen llave ellas. Luego otra vecina, otra amiga mía que conozco yo, también tiene llave. Entonces dijo Agustín de poner eso de la Cruz Roja. Me dijo el Agustín: Mira Matilde, vas a hacer una cosa, vas a poner el teléfono y te vamos a poner lo de la Cruz Roja (Se refiere al Servicio de Asistencia a Domicilio), por que tiene que ser de la Telefónica, por que yo iba a poner el de ONO, que me valía mas barato, pero ese no me valía para ponerme lo de la Cruz Roja. Me quieren poner lo de la Cruz Roja por que como a veces me dan estos mareos, y me caigo y eso… 3.7.5.

INSERSO:

Y a Celia, la asistenta social del ese lo mismo, hable con ella y lo mismo, eche los papeles, eche los papeles y lo mismo, no me dieron plaza hasta los 65 años…Celia me echó los papeles y fui ahí al INSERSO y entonces me dijo Celia: si pudiéramos hacerte en algún sitio, pero claro, es que se paga mucho. Dice, la más barata que tenemos ahora mismo es unas ochenta y tantas mil pesetas. Le pedí a todas las asistentas sociales que yo me quería ir a una residencia, y entonces estuvimos mirando Agustín, no se si lo conoces tú. Y se lo dije yo: que te parece Agustín si me voy a una residencia por que como estoy así con las manos, este tembleque y esto, estoy en la solead, estoy tan mal que…me dice: es que hasta los 65 años no pueden, no te cogen y a Celia, la asistenta social del ese lo mismo, hable con ella y lo mismo, eche los papeles, eche los papeles y lo mismo, no me dieron plaza hasta los 65 años… 3.7.6.

Policía: Son varias las ocasiones en las que ha tenido que acudir a la policía:

Cuando le hacen un carné falso de camarera: Don Casimiro, era un inspector que ya habrá muerto, a lo mejor, que era muy mayor…lo conocía yo por referencias de la dueña, que me lo presentó. Yo no podía todavía estar en el Barrio Chino, entonces no podía ejercer la prostitución, hasta los 23 años y a los 21 me metí, me metió este desgraciado (su padre). Entonces bueno yo ahí ya cogí y ya no quise saber nada. El Señor Casimiro, Don Casimiro me hizo un carné de camarera, que ya no de prostitución, sino que yo iba igual. Cuando le roban en la casa de mujeres: Y me dice don Casimiro y otros 2 policías que me conocían mucho, me dice: Matilde, deja la casa aunque te cues-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

te millones por que vas a la cárcel, por que como es de prostitución y no se puede tener, tu sabes que si te denuncian ellos también, vas tu. Cuando desaparece su hija: Mire Don Casimiro, a muchos que conocía, a todos, pues oye me hicieron ese gran favor, y entonces me la buscaron entre todos y como me conoce mucho la policía, solamente de mi hija, hacia carril todos los días en comisaría, tenia que denunciar: pues mire no ha venido. Y tenia que ir todos los días… Cuando han amenazado a su hijo los gitanos: Entonces estaba amenazado, y yo fui a la policía y le conté, y fui al juzgado y me hizo un papel como que mi hijo no podía atender al colegio porque es que se hacía pis, se hacía todo encima, estuvo en tratamiento, estuvo muy mal. Cuando tiene la disputa con Teresa de Cáritas: Bueno, la cogí, la cogí por los pelos, la arrastre todo el camino, y encima fue la policía claro. Dice: «¿Qué pasa?». Digo, mire usted pasa esto. Avisaron a la policía, no es que viniera, es que la avisaron. Cuando su hijo la pega: Y ahí me pego y todo y lo denuncié, por que vino la policía. Si la llamaron las vecinas y le puse una denuncia que me maltrato, me pego y en fin, tuvimos un juicio y nada. 3.8.

Ingresos concretos y acceso a pensiones, prestaciones, ayudas

A los 42 años tiene un accidente de tráfico y le hacen una valoración médica para determinar su grado de minusvalía: Al tener el accidente, que estuve bastante fastidiada de los huesos y de todo, pues estuve bastante mal y me graduaron la minusvalía que tenía y era un 68%. Con 43 años solicita la Pensión no Contributiva: Cobro la no contributiva, que llevo cobrándola 19 años. La pensión no contributiva, bueno, esta no contributiva no existía. Existía la pensión de minusvalía, que eran 24.000 ptas. que me daban en el INSERSO Celia. Entonces me las metían todos los meses en el banco e iba…o sea, cobraba de ahí y luego ya, 24.000 ptas. después fue subiendo esto de la no contributiva y es cuando he ido cobrando pues doscientos y pico euros ¿Cuánto son? Doscientos ochenta y tantos… Actualmente le han incrementado la cantidad de esta PNC: Me la han subido por eso, por que sino yo la jubilación todavía no podía cobrarla hasta los 65 años, pero cobro esta pensión por eso. He cobrado durante mucho tiempo las 24.000 ptas. y ahora que me la van subiendo, pues eso. Desde hace unos meses, y a través de Merche (Cáritas), le han concedido una ayuda económica durante 1 año, para poner en casa el teléfono y así poder instalar Servicio de Asistencia a domicilio: Merche (de Cáritas) me ha pedido esta ayuda y me mando a pedir una carta para ver cuanta minusvalía tenía al Clínico o donde fuera, no lo se donde lo habrá pedido, por que a mi me vino esa carta y dije, que raro. Dice trae para acá esa carta que es la que yo te estoy preguntando siempre que si tienes la carta. Digo hay pero es que me han mandado aquí, es como la que nos mandan todos los años, para declarar como que cobras tu la…

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Ahora que me dan esos 200 euros que se lo dije a Merche, que me están ayudando por el teléfono. Como puse teléfono, que yo no tenía teléfono ni tenía nada, estaba sola, a veces estaba mala…me encontraban caída o me encontraban como fuera, por que tiene llave la Leo (la vecina) y son las que me pueden encontrar. Si me pasa algo, sola estoy si me pasa alguna cosa, ¿entiendes? Pues sola estoy y tienen llave ellas. Luego otra vecina, otra amiga mía que conozco yo, también tiene llave. Entonces dijo Agustín de poner eso de la Cruz Roja. Y entonces puse el teléfono por eso y por que antes no había que dar el alta. Pero bueno ahora pues ya pues nada. 3.9.

Gastos actuales

En la actualidad cobra una PNC de 286 € más 200 € de una subvención que solicitó para un año. Con este dinero vive todo el mes. No paga alquiler de la vivienda ya que es cedida por el Ayuntamiento. Sus gastos mensuales fijos son la comida, la luz, el butano y el teléfono.

Este mes me cortaron el teléfono y ahora me vienen 15, 25 €, por eso de corte. Me daban ganas de quitarlo, por que son ciento y pico euros cada 2 meses así todos los meses por que no ves que lo tengo en alquiler y solamente el alquiler son mil duros. La luz que también la pagué, que pagué 48 € con no se que. Los pagué el día 7. Por que yo no espero que mandan esta carta, luego te llega la otra certificada y todo ese rollo, y a lo mejor no estoy en casa, o lo que sea, y ya cuando me viene la primera carta pues la pago, ese mes y ya la he pagado. Me ha venido la luz con subida, casi 50 €, claro que esto es lo que me tira (señala a la lámpara del techo), por que luego yo quito estas luces y pongo aquella pequeñita, entiendes, pero ahora como estas aquí y eso, pero que todo sube y me tengo que agarrar a un clavo ardiendo. El teléfono, ciento y pico euros, que como siga así, tengo ahí un móvil que me regalaron, se lo dije a Gema, digo lo quito, por que yo lo puse por ponerme lo del ese cuando estuve tan malita, me daban esos mareos y estaba tan malita. 3.10. Relación con Cáritas Matilde siempre ha pedido ayuda a Cáritas por distintos motivos: temas médicos, solicitud de ayudas económicas, asesoramiento en ayudas y pensiones, gestión en la de subvenciones… Primer contacto con Cáritas: Hace que empecé a tener así contacto con Cáritas pues cuando mis niños eran pequeños, que los empecé a poner vacunas, ahí entonces se ponían…ahora no se donde se les pone las vacunas de eso, pero antes era ahí en, en la calle. Se le iban a poner las vacunas y ahí ya empecé yo a tener contacto con Cáritas. Cuando empecé yo a tener…mira tuve yo el accidente hace 19 años, 19 o 20 años que tuve yo el accidente pues ahí fue

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

cuando yo empecé tener contacto con las de Cáritas. Y me ayudaban muchísimo, la verdad por que yo no tengo queja de ninguna. Rosa Méndez: He hablado mucho con ella, y tiene un niño, tiene un niño como de unos 15 o 16 años, eso si lo se por que estaba embarazada cuando yo la empecé a llamar. O algo así, pero bueno, yo ahí fue cuando ya me puse en contacto, y me dieron ellas 30.000 ptas. para ir comiendo y para ir administrándome para, que estaba yo en donde, en el paseo de la estación. Y ahí me empezaron a dar ese dinero que me dieron, el dinero contado, si, si. Por que fui a la Caja de Ahorros y lo saque que me dieron un vale ellas. Y entonces pues ahí empecé ya el contacto. Y luego ya de ahí pues me mandaban a otras parroquias, a que sitio vivía, que asistenta me tocaba, que asistenta no, y bueno, pues me mandaban. Cómo la ayudaban: Bueno pues me ayudaban en que me pagaban una habitación, o una vez me dieron un dinero para pagar no se que no me acuerdo lo que era, si, también la habitación, y bueno pues, económicamente no es que me ayudaran mucho, pero bueno, me ayudaban, me daban ropa, me decían pues mira vete a Cáritas o vete a cualquier parroquia que aquí hay ropa, y tienes ropa para los niños, y me guardaban ropa buena, y cosas de esas y en fin todo eso. Todo es de agradecer oye, por que entonces yo no podía. Cáritas me compraba los babis para ahí, por que no quería estar interna en el otro sito por que era solamente de niños entonces por no llevarla interna, me cogí la metí ahí y comía ahí. Me pagaban la ropa, y todas esas cosas me las pagaban también si, me lo pagaban ellas todo, el uniforme, que llevaba uniforme de cuadros, y luego la comida pues también. Y luego las demás Asistentas Sociales de Cáritas me ayudaban también por que sabían la vida que yo tenía. Además yo iba con la cara muy alta y siempre lo que había sido, no mintiendo, no. Un conflicto con Teresa por que le querían quitar a sus hijos: Yo no tenia un duro para dar de comer a mis hijos, los tenia que tener en ama, por que es que me los querían quitar las de, una de Cáritas, que se llamaba Teresa, que era rubia…le pegue una paliza…mira, le va diciendo a la señora que me los cuida que tiene que denunciarme como que no me hago caso de mis hijos. Fíjate tú, el ama que sabía que yo, lo único que tenía era a mis hijos. Y por ellos me volvía loca, por ellos me moría, por ellos daba la vida, y la doy, aunque no me hablo con ellos, te lo puedo jurar. Pus entonces quien te lo ha dicho, digo. Dice, esa rubia que es algo coja y no se que. Me la encuentro en Torres Villaroel, mira la baje del coche de los pelos, hay, no se como no la mate de los nervios que tenía, que fíjate que voy y me dice el ama: ha venido un asistente social que le va a quitar a los niños. Digo: ¿Quién ha sido?, si yo me llevo con todas bien y ninguna me ha dicho nada. Digo: me llevo bien con Teresa León, con Teresa Méndez. Avisaron a la policía, no es que viniera, es que la avisaron: mire usted es que una le esta pegando a una señora y la ha hecho sangre en la frente, tal y cual, y no se que y no se cuantos….Digo: mire usted, me pasa esto…fui a comisaría, me llevaron esposada, que me llevaron en un jeep, y fui esposada. Digo, me pasa esto. Yo aquí conoce mucha gente mi vida. Don Casimiro me conoce. Yo ejerzo la prosti-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

tución, y esta señora ha ido donde el ama donde tengo a mis hijos, honradamente y decentemente criándolos, por que yo aunque este en la prostitución, mis hijos no ven nada malo, y le ha dicho que me diga a mi que yo soy mala madre y que yo no me preocupo de ellos. Como usted comprenderá eso no se lo consiento yo ni a mi madre que volviera a este mundo. Pues la pegue, nada me soltaron en seguida. Dicen pues bueno, no hubo ni juicios ni nada de nada. No, no, no, pero nada, es lo único que me ha pasado así sobre particular de mis hijos en plan de que se metieran conmigo. CEAS de Garrido. Cristina: Me mandaban allí a Garrido que me tocaba…toma tu, no me acuerdo quien era, era Cristina que ya estaba aquí desde hace 8 años y Cristina nos daba entonces los vales del Ayuntamiento para ir a buscar la comida. Eso si me acuerdo, Cristina nos daba los vales aquí del Ayuntamiento. Era muy buena chica, buena chica pero claro, buena chica pero era cosa que nos daba el Ayuntamiento, a todas las vecinas, a todas. Y teníamos que ir a comprar a una tienda que hay en, por allí por donde Olmedo, se me ha olvidado la calle. No se. Y bueno pues así empezando, así, pues tuve contacto con Cáritas. Merche (Trabajadora Social): Es la persona que actualmente lleva el seguimiento de Matilde. Siempre la ha asesorado en todo tipo de temas (temas médicos, la invalidez, la Ayuda a Domicilio…) y puntualmente le da una ayuda económica cuando no le llega su paga para pagar los gastos domésticos: Estuve bastante mal y me graduaron la minusvalía que tenía y era un 68%, que fue cuando Merche (de Cáritas) me ha pedido esta ayuda y me mando a pedir una carta para ver cuanta minusvalía tenía al Clínico o donde fuera, no lo se donde lo habrá pedido, por que a mi me vino esa carta y dije, que raro. Dice trae para acá esa carta que es la que yo te estoy preguntando siempre que si tienes la carta. Ya desde entonces después si, me han ayudado, si he necesitado un vale para comer por que con mi paga no me ha llegado, me lo ha hecho Merche y me lo ha dado. Esto me imagino…no me importa que salga y que…por que además es que es cierto. A mi me ha tenido que dar un vale por que, por eso, o pagarme un mes la luz, y me la ha pagado también, estando ya aquí también. Por información de Merche, a mi es un señor que me presento, me llevo allí y me dice, lo que fuera. Habrían hablado, yo no se lo que, yo no conocía al señor. Y me los mete este señor todos los meses 200 euros. Me metían 180. Agustín: Le pedí a todas las asistentas sociales que yo me quería ir a una residencia, y entonces estuvimos mirando Agustín, no se si lo conoces tú. Le dije yo, que te parece Agustín si me voy a una residencia por que como estoy así con las manos, este tembleque y esto, estoy en la solead, estoy tan mal que…Dice, pero claro, con los años que tienes no puedes ir hasta que no tengas 65. Digo, pues entonces me quedan tres, lo que pasa que he caído, he caído y entre los disgustos que me dan, que no eso y los disgustos que tengo, y yo que me como tanto la cabeza, pues…eso es lo que me está pasando. CEAS San José. Gema: Habría que pintar, me dijo Gema que me mandaba al chiquito ese que a ver si venía a pintar, no se si vendrá a pintar o no vendrá a pintar…, que viene a verme a mí, la Gema.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Valoración de la ayuda de Cáritas: Bueno, yo no me he considerado en el sentido de… porque no es como ahora que por ejemplo están dando la ayuda ésta de familia. Que están dando 50.000 ptas. o cincuenta y tantas, que están dando, a mí nunca me han dado eso, porque no me lo han dado, pero vamos en el sentido de cuando he necesitado alguna cosa pues de un vale, me mandaban al Ayuntamiento, o a donde estaba la Gaceta, o cosas así sí. Entre unas y otras a veces me ayudaban, otras veces no, otras veces según como pudieran.

4. Autopercepción y posicionamiento social 4.1.

Autopercepción Cómo se veía ella cuando era joven:

Estaba muy bien. Si cuando era jovencita, pues fíjate, cuando era jovencita con 21 añitos pues me comía el mundo. Me llamaban la Carina, por que decían que me parecía, por que iba de rubia. Era muy presumida y era muy conocida, muy conocida. Era muy presumida, me peinaba 2 veces n la peluquería, 2 veces, por la mañana y por la tarde. A cualquiera que le preguntes te lo pude decir. Ha salido adelante sola en los negocios:

Tuve negocios y yo no tuve nunca un camarero eh, y era en el Barrio Chino, te lo juro por Dios, y he agarrado a tíos en pelota picada y los he sacado a la puta calle cuando molestaban a las señoritas. Si, si, si, yo los he cogido y…he tenido muchos huevos. He tenido 2 cojones. Es que además los he tenido por que los he tenido que tener, me he visto sola, me he visto con negocios y fíjate en un Chino, sin camareros ni nada o sin un encargado, por que yo tenia encargadas pero encargados, no había ningún tío. Éramos todo mujeres. Yo tenia, no se si eran 18 mujeres, luego tenia a las encargadas. Una lavaba, la otra atendía a las chicas, en fin no se, eso no se si tu sabrás como funciona una casa de prostitución. Su carácter:

Que yo también tengo mala leche, ¿eh? Que no te creas que soy calladita, que yo soy callada cuando estoy educada, pero cuando he tenido que tenerlos los he tenido bien puestos. A mí…los había puesto en la calle en pelotas, pero como te lo estás creyendo ahora mismo, te lo estoy diciendo y te lo crees. Les ponía, digo, como es que tú…y con una goma de la lavadora de esas que tenía que se lavaban, y luego había que aclarar, le daba y ellos brincaban en la cama, me acuerdo…Huy yo lo que he pasado, madre de mi vida.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Cuando me hacen una cosa, y aunque sean mis hijos tengo esa mala cosa de que me hacen un daño, y ese daño me tarda en salir. Soy muy retorcida. Cómo se ve en la actualidad:

Cuando he sido de esta vida, quiero decir, de la vida que tuve de prostitución, pues yo era una mujer muy alegre, muy cachonda, muy…no se, era, me gustaba contar chistes, me gustaba hablar con la gente, me gustaba el cachondeo…Vamos, me gustaba todo eso, la fiesta, me encantaba, era la primera que me apuntaba, era yo. Iban los taxis a buscarnos y la primera era yo, la Señorita Matilde, bueno, entonces tenía yo mucha categoría para ser una esa, Señorita Matilde están ahí los taxis. Los gitanos lo mismo, como les pagábamos dinero para que nos cantaran los flamencos, el Manolo de los Farinas,…toda esa gente, pero que hemos vivido nuestra vida, claro, la hemos vivido a nuestra manera si, pero ya después, ya han sido todo sufrimientos. Entonces bueno, pues ya nada, pues ya no me arreglo, no salgo, no eso. 4.2.

Posicionamiento social

Debido a su trabajo, Matilde es una mujer que se ha relacionado con personas distinguidas de Salamanca, como médicos, constructores o abogados. Siempre ha sido una mujer discreta y ha sabido aprovechar sus contactos cuando lo ha necesitado.

Yo era muy conocida en Salamanca, por que he tenido muchos negocios desde muy jovencita, he sido una chica muy alegre, he sido una chica que he estado muy bien, he sido una chica que ha tenido mucho éxito…dicen: para ser puta hay que ir en coche. Pues me conocían, y me conocen de eso (de la prostitución). De otra cosa mala no me conocen las cosas como son, por que, lo único la prostitución, que dices si, pero yo se lo he ido contando siempre a todo el mundo, hombre, a todo el mundo que me ha importado y que me ha dicho, por que yo no le voy a decir a la gente: oyes he sido esto. Pero claro yo he tenido que echar mano de ellas, y yo les he dicho, mire yo he ejercido. He conocido a muchísima gente, a abogados… entonces era una casa que yo tenía, que era de negocio, que yo tenía mi teléfono, y me llamaban: Matilde, tal, tal, ¿esto se puede hablar? Y bueno, pues eso, que iba gente muy buena y yo los veía, y nada, yo agachaba la cabeza y bueno, yo he tenido gente, que me decía la Asistenta Social, me decían ellas, pero bueno tu como tienes… pues no recuerdo si la ultima vez, si fue Mar la que me dijo, y estas, ¿tu como tienes tanta amistad con tanta gente, que te dejan los pisos vivir 8, 10 y hasta 12 meses gratuito? Digo, pues mira, mano que tiene una de abogados y de gente conocida. Y no de que fueran conmigo,

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

sino que eran chicas del Atenas, por que eran chicas del Atenas, de la Coquett, que eran bailarinas y entonces era una casa de negocio y estaban allí por que me llamaban los clientes por teléfono y entonces lo que es la vida esta, tu por que no lo sabes, pero yo como la he vivido, se lo que es esto. Yo siempre he sido una persona como digo yo una alcahueta pero callada. Jamás se entero nadie si aquel señor se…yo los he visto con sus mujeres después, por que tenían unas mujeres que digo: como este cabrón puede ir con esta basura, decía yo para mí con la mujerona que tiene. Yo me quedaba asombrada. Pero claro, eran cosas que eran en el barrio y que se hacían cosas que no las hacia su mujer, iban a lo que iban. A cosas que le hacían raras, vicios y cosas que pedían que no les hacían sus mujeres. Y yo claro, tan ignorante, pues yo encontraba allí de todo, mujeres que eran lesbianas, hombres que eran maricones. 4.3.

La explicación La falta de cariño desde niña:

Desde niña, que no has tenido cariño de nadie, por que no lo has podido tener, no te daba tiempo a que tu madre te quisiera, a tener un cariño de una familia, a tener un…que dices, bueno, vives con hambre que a parte de hambre que pasábamos, a mi me ha tocado hasta pedir eh? me ha tocado hasta pedir, pedir por las casas, el aguinaldo, y pedir, me ha tocado pedir. Lo que siente hacia su padre:

No, dicen, los sufrimientos no matan, pero ayudan a morir…Si, si, si, si, si, si. Y yo no tengo eso porque yo todo el día estoy mirando la foto de mi madre. Mira he tapado…al desgraciado… (Ha tapado el trozo de la foto donde esta su padre). Si es que no quiero ni verlo, y es que dicen que recortar, además tiene una mano mi madre. La tiene al lado de la suya, y si la recorto ya o le corto la mano de él o le corto la suya, y dicen que da mala suerte. Y ya como los tengo así, pues ahí lo tengo, pero ahí tapado, para que no se ahogue…que se ahogue cuanto antes… Mi pena, mi vida ha sido un martirio, un calvario, y ahora con lo que me toca con 62 años o lo que tengo, estar aquí pensando, sufriendo y aguantando… ¿tú te crees que esto es vida?. Momentos en los que realmente se ha sentido feliz:

La única vez que fui feliz en mi vida fue cuando mis hijos eran pequeños y tenia la ilusión esa de venirme a verlos, bueno, desde Ciudad Rodrigo. Venia solamente 2 veces a la semana, por que no podía más.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Cuenta la realidad de su vida a los hijos:

Si, yo eso se lo conté todo. Yo vi normal que se lo contara cuando fueron mayores: mira hijos, me pasa esto, yo trabajo en una barra americana, sois mayores pero claro, tenéis que saberlo, para que lo sepáis por otras personas, yo me cuesta mucho trabajo decíroslo, pero…pero es así. Y para contárselo las pasé, no sabía ni de qué manera decírselo. . Ellos saben toda su vida por que yo se la conté. Que no esperé a que se lo contara nadie. Al principio yo se lo conté a la niña, eran pequeños y no sabia como explicárselo, por que yo tampoco tenia estudios y no sabia como explicárselo, por que yo no he ido nunca en mi vida a la escuela. La explicación que da al hecho de que sus hijos la rechacen:

Yo cuando empiezo a hablar y digo, a ver si a lo mejor mis hijos me rechazan por haber estado haciendo esa vida, por que también lo pienso eh, si, si, eso lo tengo aquí metido (se señala la cabeza) y eso a mi no se me va. Eso a mi no se me va de que mis hijos a lo mejor me pueden odiar por haber sido una mujer prostituta. Creo que a mis hijos los he perdido por haber hecho esta vida, y cada vez que lo pienso, es que me cojo un estado de nervios, un, una cosa…es que es un sin vivir. El rechazo social:

Mira, la sociedad, la vida de prostitución te mira con una cara no muy buena. Por que las cosas como son, la que diga otra cosa miente. Por que esa señal siempre, no es que la lleves en la frente de lo que has sido, pero eso siempre te queda de recuerdo y te queda un trauma toda la vida. Te queda marcada, para mí por lo menos, que hay personas que les da igual. Por que yo conozco a personas que dicen buahh yo he sido esto, y a mi que me importa, a mi la gente… Pues no, yo ahora hay veces que me presento delante de la gente y me conoce y me presento como con mas respeto, como con mas…como con cara de vergüenza, como con cara de que me miran como lo que he sido, como un ogro, como un, no se. Y eso a mi me ha quedado. Si, si, si. El arrepentimiento:

Yo lo único es que me encuentro muy acomplejada por haber tenido esa vida. Me siento avergonzada, me siento incluso que mis hijos me han dejado de hablar por haber sido una prostituta. Creo, para mi me lo creo yo. No lo se, pero puede ser por la vida que he tenido a lo mejor me rechacen como madre. Aunque los he tratado de maravilla y los he cuidado y he tenido a una señora que los ha cuidado y yo los he planchado, los he guisado, los he lavado, conmigo al final bien, y en el paseo de la Estación

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

igual. Ya hace muchos años, nunca los he tocado, no los he pegado nunca, por que y, aunque haya sido maltratada, nunca maltraté a mis hijos, en fin. Pero luego claro, he tenido otras cualidades que yo pienso que es por eso. A lo mejor le dicen, como me conocía muchísima gente, hay pues mira, este es hijo de la Matilde. El aislamiento:

Fue mi padre el que te introdujo en este tema. Por eso te digo que siempre dije que si yo algún día no tuviera que salir nunca a trabajar ni a nada de nada, prefiero morirme en un rincón de hambre y no saldría nunca mas a estar con una persona, con un tío. Jamás. Pues hija, parece que Dios me ha oído. Que jamás que ni salgo, es una cosa que me ha quedado muy fuerte, muy fuerte, muy fuerte. Es un complejo muy grande el que me ha quedado. Y eso es al haber hecho esa vida que me he quedado acomplejada. Por que aunque me conoce gente de bien, y gente muchísima, y hombre Matilde, que tal y te saludan, la cosa va por dentro, que dirá, me conoce de esto, me conoce de lo otro, y siempre estas con la misma incertidumbre…siempre estas pensando en lo mismo, siempre. Yo por lo menos siempre. Hay personas que no lo pensarán, yo no lo se, yo me gustaría ser como otras personas que lo han sido y andan para acá para allá de maravilla. El sentimiento de soledad:

Pero a mi por ejemplo mis hijos, como crees tu que mis hijos, con lo que me han hecho, tanto daño, no los voy a echar de menos y no los voy a querer. Si los he parido yo y los he criado. Si ellos no tienen la culpa de que hayan venido al mundo. Si mis hijos son mis hijos, y ante mis hijos nadie, pero reconozco que me están haciendo mucho daño y me están haciendo sufrir pero claro son mis hijos, y no es que me digan, tienes que perdonarles. Yo no tengo que perdonarles nada, ni ellos a mi tampoco, simplemente lo mal que se han portado conmigo. Me han dejado sola, tirada como una puta mierda, como digo yo, y después claro, oye tienen consecuencias. Dices ¡no! Los disgustos no matan pero ayudan a morir. Y estas todo el día pensando y pensando y pensando que estarán haciendo, que les pasara, tendrán para comer, no tendrán para comer, sobre todo del pequeño… Ni me ha llamado (su hija Manoli), y cuando estoy dolida…y mira que me estoy todo el día acorando de ellos, por que si no me acuerdo…pero te lo juro por Dios que me acuerdo a todas horas de mis hijos, que si es mentira…si fuera mentira pues seria una cínica, pero luego yo digo…El otro día digo, voy a echar mano, voy a llamar a la Manoli, a ver como está. Pero yo que se ¿que contestación voy a tener? Que ya es hora de que la llame, que no se que…al único que creo que llama, creo que es al grande.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Y la soledad lo llevo mal. No, es que cualquier persona lo lleva mal, eso es criminal. Yo nunca había estado sola y muchas veces me acuerdo de este (se refiere al padre de sus hijos menores)…aunque era un garrulo y estaba ahí tumbado, digo parece que no, pero era mi mano derecha, porque me iba a las cosas, y me hacía compañía, y pero… ¿y ahora?, que si te vas a la cama o te duele aquí, o te duele allí, tu solita; te levantas sola, no tienes con quien hablar, no tienes qué hacer, o sea, la soledad es muy… 4.4.

Actitudes y relaciones respecto a la sociedad

Considera que el mundo de la prostitución ha cambiado bastante, comenta: Por que entonces en los bares existían muy poco, no es como ahora que tú las ves (a las prostitutas) en pelotas y a mí me da asco te lo digo de verdad, me da vergüenza, y yo he sido de eso pero yo nunca he ido enseñando, vamos ni un pecho si quiera ni en ese ambiente tampoco. Iba cerrada, iba vestida normal, un poquito corta por que se llevaba en aquella época por encima de la rodilla lo que es cortita. Cualquier faldita, cualquier cosita iba con pantalón, pues eso, por que he sido muy delgada, he pesado sesenta y tantos kilos, pues fíjate, tenia un cuerpo, era, era, estaba muy bien. Respecto a la figura del hombre, actualmente tiene un rechazo total: No quiero saber nada de nadie, de nadie. Les tengo un odio mortal, que me perdonen. Que todos no son iguales. Que ellos iban a lo que iban, que bobada, y tu estabas allí para lo que estabas, pero yo ahora me dicen de un hombre eso y los odio a muerte. Digo no. Que he pasado mucho y todas esas calamidades, muy desgraciada mi vida. Mi vida yo no te puedo contar es que nada bonito, no se como explicarte, alguna alegría que haya tenido, algún consuelo bueno, algún…no. todo el que no ha venido a por una cosa ha venido a por la otra, y todos han sido mas o menos iguales. Si me das te doy si te doy me das. Y ya esta. Es así la vida nuestra ha sido así, la de las mujeres de la vida esta y la que diga otra cosa miente.

5. Perspectivas de futuro Debido a la falta de relación que tiene con sus hijos, y en previsión de verse sola cuando sea mas mayor, Matilde quiere solicitar una residencia, pero tiene que esperar hasta los 65 años: Y se lo dije yo a Agustín: que te parece Agustín si me voy a una residencia por que como estoy así con las manos, este tembleque y esto, estoy en la solead, estoy tan mal que… Me dice: es que hasta los 65 años no pueden, no te cogen. Y a Celia, la asistenta social del ese lo mismo, hable con ella y lo mismo, eche los papeles, eche los papeles y lo mismo, no me dieron plaza hasta los 65 años…

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción Siempre ha habido buen clima a lo largo de las entrevistas, que se ha ido traduciendo en mayor confianza a lo largo de los diferentes encuentros. Matilde llega incluso a agradecer mis visitas, ya que dice que de este modo se le pasa mejor la tarde. Su lenguaje es pobre y jergal, y en ocasiones utiliza palabras malsonantes, disculpándose por ello. Se detecta a lo largo de su discurso que en ocasiones tiene dificultades para situar cronológicamente determinados episodios de su vida. A pesar de ello su testimonio es fiable y sincero. La vida de Matilde ha pasado por constantes altibajos y son varios los factores que han provocado la situación de vulnerabilidad de Matilde: – El fallecimiento de su madre debido a una paliza que le propina su padre. – La entrada en el mundo de la prostitución a manos de su padre. – La época de desahogo económico y manejo de mucho dinero que despilfarra. – El accidente de trafico. – El abandono de su pareja y la vuelta a la prostitución. – La desaparición de su hija durante un año y medio. – La soledad y el abandono por parte de sus hijos. Actualmente Matilde considera que su situación de soledad no va a cambiar, por lo que muestra una actitud de resignación, y no tiene perspectivas de luchar para cambiar nada. A pesar de que es una mujer no demasiado mayor, solamente esta esperando a cumplir los 65 años para poder entrar en una residencia. Ha aprovechado recursos y herramientas que los diferentes profesionales y servicios sociales han puesto a su disposición, pero aún así no ha superado su situación de exclusión. Por todo esto podemos concluir que Matilde se encuentra en una situación de exclusión social cronificada desde hace ya bastantes años y no tiene perspectivas de cambiar.

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María* (Nacional con intensidad de intervención media)

Es una mujer nacional de 54 años. Está divorciada y tuvo 6 hijos de este matrimonio, en la actualidad mantiene relación con el pequeño de ellos. El divorcio, la muerte de su padre y un distanciamiento con su hija mayor hizo que en 1984-1985 se desvinculara del ámbito familiar. Estuvo unos días en el albergue municipal y el comedor. Trabajó en diversos lugares normalmente limpiando pisos o cuidando a personas mayores. Mantuvo contacto con su madre y con su hermana, hasta que en 1996 ésta dejó de hablarla. Ha tenido constantes depresiones y tres intentos de suicidio a base de ingesta masivas de pastillas en momentos de tensión. Su situación personal y económica ha pasado por altos y bajos en distintas épocas, en la actualidad vive con su pareja, en un piso en alquiler de viviendas municipales, percibe la renta básica y su vida cotidiana se centra en las actividades que realiza en el centro de Cáritas. Esquema de contenidos 1. Primera Etapa: 1951-1969. Desde su nacimiento hasta que se casó. 1.1. Relaciones familiares y personales. 1.2. Economía familiar. 1.3. Su paso por la escuela. 1.4. Vivienda. 1.5. Valoración personal. 2. Segunda etapa: de 1969 a 1983. Desde que se casó hasta que se fue a vivir a Barcelona. 2.1. Relaciones familiares y personales. 2.2. Economía familiar. 2.3. Salud. 2.4. Vivienda. 2.5. Valoración personal. *

Criterios de selección: mujer, nacional, intensidad media, fracaso (Bilbao).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

3. Tercera etapa: 1983 a 1984-1985 (aprox.). Desde su traslado a Barcelona a la ruptura de los lazos familiares. 3.1. Relaciones familiares y personales. 3.2. Economía familiar. 3.3. Vivienda. 3.4. Valoración personal. 4. Cuarta etapa: 1985-1990 (aprox.). Desde la ruptura de los lazos familiares hasta la ruptura de su segunda relación. 4.1. Relaciones familiares y personales. 4.2. Economía familiar. 4.3. Salud. 4.4. Vivienda. 4.5. Valoración personal. 5. Quita etapa: 1990-2004. Desde la ruptura de su segunda relación hasta febrero de 2004. 5.1. Relaciones familiares y personales. 5.2. Economía familiar. 5.3. Salud. 5.4. Cáritas. 5.5. Vivienda. 6. Sexta etapa: 2004-2006. Desde febrero de 2004 hasta la actualidad. 6.1. Relaciones familiares y personales. 6.2. Navidades-Diciembre. 6.3. Economía familiar. 6.4. Salud. 6.5. Vivienda. 6.6. Valoración personal y expectativas de cara al futuro. 7. Su relación con Cáritas. Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción. Eje cronológico 1951: Nace en un pequeño pueblo de Vizcaya. 1965: Deja la escuela y realiza un curso de costura. 1966: Ella y su hermana empiezan a trabajar en la fábrica donde trabaja su padre. 1969: Se queda embarazada de su primer hijo con 18 años, a causa de esto se ve obligada a dejar de trabajar en la fábrica y a casarse. 1969: Vive durante 5 meses con sus suegros. 1970: Su marido se va a la mili, ella pasa este año en casa de su madre. Nace su primera hija. De 1970 a 1982 tiene los 6 hijos. 1975 aproximadamente: Se opera del brazo. 1980: Se muere su padre.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

1983: 1984: 1988: 1990: 1992: 1996: 1998: 2000: 2002: 2002: 2003:

2004: 2005:

Se va a vivir a Barcelona. Se divorcia y se desvincula del ámbito familiar. Rehace su vida con un chico marroquí. Ruptura de esta segunda pareja y primer ingreso en el hospital por ingesta de pastillas. Comienza una segunda relación de pareja con un hombre argelí. Deja de hablarse con su hermana. Comienza su relación con Cáritas. Se casa su hija mayor, no es invitada a la boda y tiene su segundo ingreso. Pasan el verano en Argelia, intentando evitar la boda de su hijo, que es en agosto, y a la que no la han invitado. La operan de una hernia de hiato y una pierda en la vesícula. En diciembre comienza a trabajar en un piso. Diciembre, deja el trabajo, tiene problemas graves con los vecinos, están temporalmente en un piso de acogida de Cáritas y más tarde se trasladan a una nueva vivienda de alquiler. Febrero, tercer ingreso en el hospital por consumo masivo de pastillas. Comienza a retomar la relación con su hijo menor.

1. Primera etapa: 1951-1969. Desde su nacimiento hasta que se casó 1.1.

Relaciones familiares y personales

Nació en Balmaseda y vivió su infancia en un barrio donde tenían una casita con una pequeña huerta, cercano a un pequeño pueblo donde se fue a vivir al casarse. En su infancia el núcleo familiar estaba compuesto por su madre, su padre y su hermana, 21 meses más pequeña que ella. Explica y repite a lo largo de todo el relato que: y mi hermana pues siempre ha sido su preferida, como yo he sido de mi padre, pues mi hermana ha sido de mi madre. Recuerda los cuentos que el abuelo paterno les contaba a todos los nietos, pero ninguna relación especial con tíos o primos. Considera que de cría fue una niña rebelde e introvertida, que hizo muchas locuras o barbaridades, con ello identifica su mala vida de cría: he hecho… barbaridades, porque me subí al tejao, me podía haber caído y haber matao, y bueno en fin […] yo pensé lo único que pensé fue que ha mi jugando a la pelota se me había caído el anillo pal tejao y yo me subí al tejao para ver si lo encontraba, pues no levanté todo el tejao de milagro, porque me pilló mi madre […]. Respecto a su hermana explica que: era muy rebelde, y si no podía con una cosa podía con otra, ¿sabes? y si no podía la rehuía a mi hermana para que lo haría, para que me lo haría.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Yo siempre he estao muy... muy sola, muy independiente, muy independiente, yo he estao más a mi aire que no... no con mi hermana, yo con mi hermana me he llevao siempre muy mal, le he dao más leña que pelos tiene en la cabeza, así ahora me lo está pagando ella. Respecto a su padre recuerda haberle acompañado en las tareas de la huerta, algo que identifica con momentos de felicidad: yo le ayudaba a poner los tomates, yo le ayudaba a poner las patatas, yo iba a todos los sitios con mi padre, yo era feliz con mi padre, yo era la mujer feliz con mi padre. 1.2.

Economía familiar

Su madre era ama de casa y su padre trabajaba en una fábrica cercana al barrio. No recuerda haber pasado hambre, el trabajo de su padre y los alimentos que proporcionaban la huerta sustentaban la economía familiar: No, pasar hambre no, porque ee…yo cuando mi madre cogía las cosas y las guardaba, yo como siempre era un águila siempre las encontraba y me las comía, entonces por dicho de hambre no, no hemos pasao hambre porque mi padre trabajaba y tal, hombre no te voy a decir que comíamos bien, pero bueno, teníamos gallinas, teníamos pollos y entonces pues…teniendo gallinas y teniendo huerta y tal. Teniendo en cuenta ambas afirmaciones, que no pasaban hambre, y que tampoco va a decir que comían bien, podemos intuir que percibe la situación como de humildad, sin lujos pero sin carencias. A los 14 años dejó la escuela y comenzó a trabajar a los 15 en la misma fábrica que su padre, habiendo realizado previamente un curso de costura de un año al que no veía futuro laboral.

Sí, las dos, entramos las dos juntas, aunque nos llevábamos un año de diferencia, yo estuve ya te digo yendo a la costura un año o algo más, sí, pero para la vida, para coser no era, ponerte a coser y decir bueno, vas a coser pues para fuera o eso no era, porque es un pueblo pequeñito, entonces. Colaboraba con su sueldo en casa y esto lo valora como una mejora de la economía familiar hasta que llegó la boda que supuso un empeoramiento: pero no me dio tiempo a mucho porque para cuando empezamos a querer levantar un poquitín yo ya fue cuando me casé, caí en estado y me tuve que casar, me casé con 18 años. Trabajó 8 horas, con contrato, durante tres años, en esta fábrica, se encontraba a gusto aunque era un trabajo que requería mucha atención y cuidado: y tenías que tener mucho cuidado con las máquinas porque te podían coger la mano y… las cosas, eran trabajos muy duros pero bueno, yo habría seguido trabajando… Dejó de trabajar, hecho al que se vio obligada, 3 días antes de casarse.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

1.3.

Su paso por la escuela

Estudió hasta los 14 años en una escuela de barrio donde los niños de todas las edades o niveles estaban en una única clase, era pequeña, serían unos 15, allí aprendió las nociones básicas, sumar, restar, dividir…No recuerda a ningún profesor en concreto, pero si que eran rígidos y tenían favoritismo hacia algunos niños. Tenía un grupo de cuatro o cinco chavalas con las que estaba a gusto y lo pasaban bien, si bien ahora no tiene relación con ninguna, en la hora del patio: Yo salía del recreo y me iba a robar las manzanas a mi tío, tenía hambre […] pues yo me iba a la huerta en vez de estar en el recreo jugando con las demás. En definitiva que iba al colegio porque tenía que ir. 1.4.

Vivienda

Su padre cuando ella era pequeña, comenzó a construir una casa de piedra, ella recuerda ayudarle: Salía de trabajar de la fábrica cansao el pobre hombre y que trabajaba igual de noche y venia a las 6 de la mañana y allí a las 7 ya estaba allí en el río sacando piedra pa cuando vendrían los albañiles a las 8 y media tener ya la piedra, aunque con el agua pa tener la piedra sacada, y todo el fin de semana estar sacando piedras del monte, y yo las bajaba para bajo, bueno eran grandes eran pequeñas, cuando eran grandes las tiraba y si se rompían se rompían, claro que ibas a hacer con 5 años. Casa que más adelante ha supuesto disputas con su hermana. 1.5.

Valoración personal

Ella considera: pues… la infancia mía fue pues triste, fue alegre, tuvo de todo, tuvo de todo, mi infancia ha tenido de todo. En cuanto al hecho de dejar de trabajar y casarse, que supuso para ella una ruptura fundamental con su vida familiar, ya que se trasladó a casa de sus suegros, y una obligación. Obligación ya que a nivel social en 1969 una chica embarazada debía casarse:

Me casé con 18 años, entonces pues nada, y me dijeron que nada de trabajar, que no, yo quería haber seguido, haber seguido trabajando y haberme quedao con mi hija, que si (no) me habría casao y me habría quedao con mi hija hubiera sido mucho mejor porque para el plan de vida que he…que luego he llevao, he estao siempre sola…

2. Segunda etapa: de 1969 a 1983. Desde que se casó hasta que se fue a vivir a Barcelona 2.1.

Relaciones familiares y personales

En sus propias palabras: fue un matrimonio pues porque en aquellos años pues decías joer estás en estado te tienes que casar, pero yo desde luego si, si

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

me habría quedao sola con la cría habría sido mucho mejor, […]porque él pasaba olímpicamente de mi, y yo pues claro me vi atada a una persona a estar viviendo con dos personas, con 3 personas que no conocía de nada , que eran mi suegra, mi suegro y mi cuñao, no los conocía de nada y estar viviendo 5 meses con ellos para mi fue muy duro, fue muy duro. Al quedarse embarazada se vio obligada a dejar de trabajar, se casó con su novio, un chico del pueblo al que había conocido en el baile: porque antes ya sabes que como se conocía a la gente en el baile, en un día, que tenía una borrachera impresionante él le conocí, en mala hora le conocí, en mala hora le conocí pero bueno… y se fue a vivir con sus suegros durante 5 meses, periodo que recuerda como muy duro, hasta que su marido de marchó a la mili, justo mes y medio antes de que nacería su primera hija. Mientras su marido estuvo en la mili ella, debido a que su familia política no le enviaba dinero, les pidió en varias ocasiones a sus padres dinero para enviarle a su marido: Estuve viviendo con mis suegros hasta que mi marido se fue a la mili, porque no había echo la mili que le toco en Cádiz, aquel se pensó que el dinero a mi me bajaba del aire, porque todos los meses mándame o cada quince días mándame tanto o mándame cuanto y entonces yo a mi padre le tenía que decir, apa, o ama, pues mira que necesita dinero, porque mis suegros no fueron capaces de un año que estuvo en la mili mandarle ni un duro, eh! Su marido, que estaba haciendo la mili en Cádiz vino cuatro días a visitarla cuando nació la niña, recuerda la despedida más dolorosa aun, para ella supuso un momento difícil quedarse sola a cargo del bebé, estuvo viviendo este primer año hasta que volvió su marido de la mili con su madre:

Yo la he criao sola porque el primer año de vida la he criao sola, aunque yo cuando nació ella me fui donde mi madre. En estos 12 años, desde que se casó hasta que se marcharon a Barcelona, tuvo los 6 hijos, 3 niños y 3 niñas. Si bien su madre se hacía cargo de los niños cuando ella estaba ingresada por los partos o por la operación en la mano que tuvo, ella resalta lo protegida que sen sentía con su padre y la ayuda que éste le ofrecía: mi padre bajaba a mi casa me ayudaba pues a bañar a los críos a vestirles, a darles de desayunar, a darles de cenar, a lo que sea, yo tenía un problema e iba donde mi padre, mira apa me pasa esto, tranquila que yo te lo soluciono. Murió su padre en 1980, cuando ella tenía 29 años y estaba embarazada de 8 meses de su sexto hijo, lo recuerda como lo más doloroso por lo que ha pasado, que aun no ha conseguido superar y la ruptura de toda su vida, la desaparición de su padre supuso la desaparición de su soporte más sólido.

Entonces yo esa muerte no la he superao, porque porque encima no me dejaron verle, claro como estaba en estao para que no se me adelantaría el parto y esas cosas no me dejaron verle.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Pero a mi desde que se murió mi padre pues…ha sido muy triste, las navidades pa mi, pues ahí me faltaba una pieza en el puzzle, como un puzzle, pero, falta una pieza, y esa pieza no la podía trasplantar nadie más que él. El peor momento que pasé en mi vida pues fue cuando se murió mi padre, puff el pero momento porque fue…ahí se marchó todo, ahí se marchó todo, se marchó todo con él, se marchó todo con él, todo, todo, todo, todo mi vida, se marchó con él, toda mi vida se marchó con él. Aproximadamente unos tres años después, en 1983, a su marido le ofrecieron un puesto mejor en Barcelona y decidieron irse para allá:

Él se fue a Barcelona porque a él le ofrecieron trabajar mejor en una fábrica que llevaba en marcha, y habían traído una fábrica como la que él estaba trabajando y la conocía, y para que la pondría en marcha, para que la pondría en marcha, para quedarse como tipo de jefe de…de la máquina aquella, […]allí hubo muchas cosas que no fue la máquina, él encontró otras cosas, encontró la máquina, sí, pero encontró otras cosas también, la destrucción del matrimonio y todo, ahí se acabó todo, ahí se acabo todo. Marcha a Barcelona que traería para ella un cambio radical en su vida, su hija mayor de 17 años decidió quedarse aquí. En cuanto a la convivencia, explica que el mal genio de su marido le había llevado a pegarla e incluso dejarle todo el brazo morado, hecho que no contó ni si quiera a su madre para no preocuparla:

Recuerdo muchas cosas y muy desagradables, muy desagradables porque a mi incluso me ha pegado eh, y yo no he dicho nada a nadie, ¿ni si quiera a tu madre?, no, a mi madre pa´que, para darle más disgustos, no hombre no, ya ha tenido bastantes, yo he llegado a tener todo el brazo morao de que me agarraba y me pellizacaba eh, he llegao a tener todo el brazo morao pero no les..no se ha enterao nadie. Este mal genio se reflejaba también en actitudes autoritarias hacia los hijos:

En mi casa se hacía lo que él decía, si él decía, mira yo, tengo los recuerdos de navidad, te decía en mi casa se cena a las 8, el día de navidad, el día de nochevieja se cena a las 8 de la noche, porque yo lo mando, mis hijos se van a la cama a las 9 y media, los demás que se vayan a su casa. En cuanto a su relación de pareja, ella afirma haberse sentido sola: el mío –su marido– se cogió se marchaba y ahí te quedas tú con tus hijos […] yo he estao sola que él vivía para sus amigos y sus partidos (jugaba en un equipo regional), afición que suponía gastos en cenas, seguramente motivo de enfrentamientos entre ellos:

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Él ha sido de sus amigos, él ha sido de sus amigos, él pues le gustaba pues eso, ir al entrenamiento, ir a jugar, venir a casa y encontrarse las cosas hechas, ir a la cama y levantarse para ir a trabajar y ver…eso, pero lo mismo te venía a las 10 como te venía a las 12, o la 1, sabes? que no, no tenía un horario fijo, él lo único que le gustaba era sus cuadrillas de amigos, de ir a jugar al fútbol , de entrenar y de esas cosas, entonces pues, no, yo a mi marido no le he tenido… te sentías… pues... completamente sola. Reconoce haber disfrutado de tiempo libre, siempre en relación a su marido y en el ámbito relacionado con él tenían amistades, iban a cenas…Su madre era quien cuidaba de los niños en estas ocasiones:

Sí he salido con él, no lo voy a negar y mi madre muchas veces lo dice, joe has tenido seis hijos y has salido y es que si yo no salgo me quedo en casa las 24h, entonces yo procuraba, se quedaba mi madre en casa y yo procuraba salir con él a los partidos […] porque sabía donde iba, al campo de fútbol, luego ya se salía con el presidente con el entrenado, con el otro y con el otro, y se iban a cenar todos, las mujeres, las novias y demás, pues yo también, yo iba contigo para poder salir porque sino yo no salía […]entonces si tú lo vas a gastar yo lo voy a gastar contigo, no lo vas a gastar tú y yo me lo voy a quitar de de dármelo de comer yo para que se lo coman los demás, antes de que se lo coman los demás me lo como yo. 2.2.

Economía familiar

Ella se encargaba del cuidado de los niños y la casa. Su marido trabajaba en una fábrica de servilletas. Tenían una tienda de deportes que menciona muy por encima y en la que no quiere profundizar en detalles:

Esa época pues ha sido la mejor época de mi vida y la más triste, por un lado fue bonita porque… pues tenía una ilusión y tenía mis hijos y sí los llevaba al colegio, yo abría la tienda, iba a casa, hacía la comida, volvía a abrir la tienda a las cuatro y media, entonces tenía una ilusión. La situación económica con 6 niños que sacar adelante era muy frágil por una parte por los gastos de su marido:

Con el sueldo de mi marido intentábamos pero claro, si él lo gastaba más de lo que ganaba pues entonces tampoco porque claro una cena pues hoy sí te cuesta dinero pero cuando aquello también era dinero una cena (suspirando) ¿sabes? Por otra parte, si bien iban ambos a hacer las compras y comprar la comida necesaria luego en el día a día sobre ella recaía la responsabilidad de que to-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

dos tendrían qué comer: porque si había 5 yogures él se comía 3 y los otros dos pues…había que repartirlos, no me ¿entiendes entonces? Entonces él pensaba más en él que en los hijos, no era como yo que si tenía que decir si hoy me voy con un café con leche a la cama pues me voy con un café con leche. Por último una complicación añadida, las celebraciones de sus hijos o sobrinos:

Y decir jo hace éste hace la comunión, o éste hace los años, llegan reyes, son 6 más dos de mi hermana, ya son 8, porque claro si mi hermana, si yo le compraba a mi sobrino o mi hermana les compraba a mis hijos yo les tenía que comprar a mis sobrinos, entonces eran 8, no eran 6 eran 8, sabes? para todo, porque claro llegaba el cumpleaños de uno, pero luego al mes siguiente tenías el del otro y al siguiente tenías al de 2, entonces era pues muy muy muy difícil. Para la ropa no tenía tantas dificultades, ya que su madre le hacía jerseys para los niños, y ella misma cosía y se hacía ropa para ella misma, en caso de que necesitase comprar algo: pues le decía oye me tengo que comprar unos zapatos o lo que sea pues oye pues bueno pues sí te los comprabas te ibas al mercadillo o lo que sea y te los comprabas, los más baratos que habría pero te los comprabas. 2.3.

Salud

Estuvo ingresada cuando dio a luz a sus hijos, hechos que recuerda con dolor, ya que su marido –específicamente en dos ocasiones– la llevó al hospital y se marchó sin esperar a ver a sus hijos nacer, hechos que para ella son símbolo de lo sola que se sentía:

Mi marido ni acompañarme a tener los hijos fue... a la clínica, el tercero le dije estoy de parto y me voy a tener que ir a la clínica, María yo he quedao con mis amigos para jugar una partida de fútbol y una cena, y se marchó… y mis padres estaban en una boda y a las 8 de la noche les tuve que decir, llamarles por teléfono y decirles a nacido vuestro nieto, si queréis venir a conocerlo venir, y al padre lo mismo, llamarle y decirle ha nacido tu hijo si quieres conocerle ven. Durante su cuarto embarazo se cortó las venas de la mano izquierda con una botella en una caída, por lo que se sometió a 4 operaciones y tuvo el brazo escayolado, durante ese año fue su madre quien la ayudo con las tareas de casa y el cuidado de los hijos. Recuerda también la ausencia de su marido y su falta de apoyo en estos momentos. En la actualidad tiene secuelas en la mano que repercuten en su movilidad:

Mi vida fue un calvario porque luego yo me caí y me corte las venas con una botella, estuve en el hospital ingresada porque claro no me po-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

dían anestesiar porque estaba en estado […] de la cuarta y no me podían anestesiar me tuvieron que hacer anestesia local y él en vez de quedarse conmigo pues se iba a jugar, se iba primero al entrenamiento y luego se venía a las 8 de la noche las 9 o 8 y media se venía a verme, porque él primero salía de trabajar luego se echaba a la siesta y luego se iba a entrenar. […] Estuvo mi madre un año, porque yo estuve un año enyesada, tuve 4 operaciones y aun así la mano no me ha quedao bien, pero bueno. A raíz de este accidente María perdió mucha sangre y la niña nació sin glóbulos rojos, estuvo un año entero dándole complementos de hígado y de calcio, además le costaba comer alimentos variados, por lo que ella intentaba comprarle las cosas que más le gustaban, pero con un presupuesto limitado es más complicado:

Él había 4 yogures él se comía 349 si el cuarto se quedaba sin yogurt pues… ¿a quién se lo dabas?, pues para la que peor estaba que era la cuarta porque nació sin defensas porque claro a mi se me marchó toda la sangre […] estaba muy delgada cuando nació estuvo un año entero dándole inyecciones de hígado y de calcio para que podría sobrevivir, porque la papilla que le dábamos le hacía daño, el pecho lo devolvía, la cambiaron a papillas, pues hasta que no dimos con eso pues claro a base de inyecciones de hígado y de calcio […] pesar pesó bien, peso tres kilos pero nació sin glóbulo rojos, sin los glóbulos rojos nació, entonces ella estaba muy muy delgadita. Para intentar ayudarla un poco aliviando la carga familiar el tercer hijo se fue a vivir con su suegra hasta que se fueron a Barcelona, achaca un distanciamiento de su hijo respecto a sus hermanos al haber estado este tiempo que pasó en casa de su suegra.

A ver el tercero cuando yo me caí, que estaba en estado de 8 meses, que fue cuando me... lo de la mano, lo de la mano, pues fue cuando se lo llevó mi suegra, porque claro mi madre con los tres pues no podía, más luego yo enyesada que claro me tenía que hacer todo, tenía que vestir, me tenía que lavar, me tenía que todo, pues era mucho para ella… además a ella también la detectaron cuando aquello un… un bulto en el pecho y la tuvieron que operar, entonces, pues bueno, seguido nació la cría, entonces tenía que... que tirar de todos, de mi, de mis hijos… y… y todo, entonces claro era mucho para ella y entonces se lo llevó mi suegra, pero bueno, en mala hora se lo llevó, porque luego nos ha salido que… 49

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Refiriéndose a su marido.

Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Para ella es también un recuerdo doloroso lo sola que se sintió en el último parto, justo un mes después de la muerte de su padre, de alguna manera lo desprotegida que se sentía en los partos viene a indicar lo sola que se sentía en esta relación de pareja.

Y cuando nació el pequeño me bajó a la clínica, que…me dejó en la clínica y me dijo cuando nazca me llamas, (silencio) y yo claro tenía tantos dolores que yo no me podía mover de la cama, y vienen a las 6 y media con…y me dice ¿cómo no me has llamao?, y digo lo primero que no tengo teléfono donde ti y lo segundo que no me puedo mover de la cama porque si me muevo de la cama pues me voy en sangre.

2.4.

Vivienda

Vivían en un piso en el centro de su municipio50, en esta época fue cuando su marido decidió firmar un documento para que la hermana de María se quedase con la casa de piedra, que su padre había construido, y pudiese hacer obras para edificar una planta más. María tenía conocimiento de ello. Lo que no sabía era que su marido había hipotecado la casa al pedir préstamos al banco: habíamos comprao piso aquí […] pero claro el tanto gastar gastar gastar y pedir créditos al banco, el banco si tú no le pagas te coge el piso, yo cuando me vine aquí me enteré de que el piso estaba hipotecao.

2.5.

Valoración personal

Una epata de su vida donde fue todo muy seguido las personas clave que la ayudaron a sobrellevarla fueron su madre y su padre: mi madre ha sido pa´todo, mi madre y mi padre han sido pa´todo, en cambio de su marido recuerda que: No, a él que le dejaran tranquilo ahí dormir la siesta, que él tenía que luego ir a jugar al partido, al futbol, tenía que ir a entrenar…venir cenar e ir o ir a trabajar de noche…pero a él que le dejarían tranquilo lo único, que no le molestarían, tu te tenías que salir de casa con los críos haría bueno o haría malo, tú te tenías que salir de casa…para que tus hijos, sus hijos no le meterían ruido. A día de hoy, mirando hacia el pasado se arrepiente del documento firmado por su marido cediéndole la casa a su hermana y de su propio matrimonio:

Si lo llego a saber pues no habría hecho nada de lo que he hecho no habría tenido seis hijos primero, ni me habría casao tampoco. 50

Que compraron cuando su marido vino de la mili.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

3. Tercera etapa: 1983 a 1984-1985 (aprox.). Desde su traslado a Barcelona a la ruptura de los lazos familiares 3.1.

Relaciones familiares y personales

Toda la familia se trasladó a Barcelona menos la hija mayor que prefirió quedarse aquí ya que estudiaba en el instituto. Ella considera que la adaptación se sus cinco hijos al nuevo lugar no fue buena, ella misma calló en una depresión: yo, puff, tuve un bajón muy grande, pero desde que llegué hasta que viene aquí, desde que llegué hasta que vine aquí. No entabló amistad especial con ninguna vecina, su vida diaria se centraba en hacer las tareas del hogar y cuidar de los niños. A los 9 meses de estar residiendo allí comienza a sospechar de las salidas continuadas de su marido a la fábrica, descubre que le es infiel con una mujer amiga de la pareja que les había ayudado a buscar piso, pero su marido lo niega todo y se marcha a trabajar, después: pues estuvo tres días sin venir a casa (silencio) […] dije ya aquí se ha acabado, ya le dije a mi hijo al mayor, aquí se ha acabao, nos vamos a preparar, vamos a ir recogiendo todas las cosas, llamé a mi madre, digo mira ven porque yo me voy a Bilbao, la cría va a hacer la comunión con la prima […] y ya no volví más… Su marido estuvo fuera de casa, ella fue, explica de esta manera cómo se enteraron sus hijos y como fue a visitarle a Portugal, donde ya la ruptura fue definitiva: pues ellos algo veían y luego ya pues ellos mismos lo fueron descubriendo, porque oyes, hoy estaba en México, mañana estaba en Portugal, pasao estaba en Túnez, al otro estaba en otro sitio, entonces cuando estuvo en Portugal fui, cogí un avión y me presenté en Portugal, cuando estaba en Madrid le digo dentro de una hora estoy en Lisboa así que haces el favor de salir a buscarme al aeropuerto, pero no le volví a ver. Llamaba a mis hijos, yo estoy bien tranquilos, tranquilos estoy bien. Cuando vine le dije a la madre, ¿qué que tal lo has pasao?, mire quiere que le diga la verdad yo a su hijo lo he perdido, digo yo ha su hijo lo he perdido, ¡qué dices!, digo lo que oyes, yo ha su hijo le he perdido. A nivel emocional supuso para ella momentos muy duros: entonces pues bueno, yo poco a poco pues me metí en una depresión yo sola, que bueno pues estuve muy mal, no quería hacer nada, no quería estar más que en la cama, claro tu comprendes oyes son 6 hijos y…y … (llorando) te abandona tu marido… pues… uf… pues… Su marido volvió a casa por navidades y para asistir a una boda de una sobrina suya, trajo a su nueva pareja que se quedó en casa de un hermano suyo, él durmió en su casa. Asistieron a la boda juntos, pero sin apenas dirigirse la palabra, y fue a partir de aquí cuando la ruptura ya fue «oficial». La ruptura implicó que la solidez que representaba el matrimonio para ella, que la seguridad que sentía a pesar de los malos momentos del matrimonio la perdía:

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Ahí se, ahí se derrumbó el castillo, el castillo de arena se derrumbó ahí, el castillo de arena se derrumbó allí en ese, en eso, porque aquí pues bueno, bien o mal estábamos viviendo teníamos nuestro trabajo, él tenía su trabajo, yo tenía la tienda de deportes, atendía a mis hijos, y las cosas, pero… ahí pues hubo una cabezonada de él y… y nada, una cabezona de él y se derrumbó todo, así que nada. Esta ruptura del matrimonio tuvo repercusión sobre la economía familiar, sobre las relaciones sociales de María y sobre cómo se sentía al tener que explicar lo que le había ocurrido en su ámbito social. En cuanto a las relaciones sociales, ella lo explica así: se acabó la relación con mi marido se acabó la relación con todo el mundo, con todo el mundo, lo mismo que ha habido mucha relación porque ha habido cenas, porque han venido a comer, a cenar a mi casa, o hemos ido a su casa a comer, a cenar, a las fiestas o lo que sea, pero una vez que se ha roto esta cosa que era por la que teníamos amistad, ya, yo, me he apartado de todo el mundo. Se sentía también incomoda, le dolía tener que explicar que su matrimonio se había roto antes vecinas o familiares: Para mi fue muy duro porque además porque fue que me dejó en un sitio donde no me conocía, donde no conocía a nadie, a nadie más que a una vecina, entonces pues para mi fue muy duro el tener que volver otra vez aquí y claro el decir (silencio, medio llorando) ¿él dónde está? Aproximadamente un año después, tal y como ella explica su hija mayor la echó de casa. El porqué de ello según explica María fue como la situación entre ellas se fue deteriorando, podemos afirmar que esto se dio por un conjunto de factores: – Su hija mayor se había negado a ir a Barcelona, ellas llevaban un año sin estar juntas. – Desde la perspectiva de la hija mayor, de una u otra manera María dejó de cumplir el rol de madre al comenzar a hacer su vida:

Yo le dije oye yo tengo 33 años, si que tengo, os tengo a vosotros tengo seis hijos pero vosotros cada uno ya hacéis vuestra vida, tu tienes novio y te vas con él por ahí y no te acuerdas de que está tu madre en casa, tus hermanos sí , te vienen a la hora de comer te vienen a la hora de cenar pero yo también tengo que tener un rato de diversión, tengo que tener un rato de entretenimiento, no decir oye me he quedao sola umm y tengo que estar en casa todo metida, ¡que tengo 33 años!, ¡que no tengo 90! Pues entonces eso a ella le sentó muy mal, la sentó muy mal (con lágrimas en los ojos) y me dijo que me marcharía de casa. Tú ves que dices que no me preocupo de la casa y que no me preocupe de la ropa, que no me preocupo de las cosas, pues bueno, tú te vas a encargar de las cosas, pues…

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

María no comparte el razonamiento de su hija: No le gustaba que yo saldría que estaba con la hermana, mi cuñada, las amigas que que habíamos tenido de toda la vida en la plaza, ¡ella desde casa se levantaba y me veía! – El factor económico también fue importante, María explica cómo su marido no le pasaba dinero, o muy de cuando en cuando –con eso pagaba el secretariado que su hija mayor estaba estudiando–, la hija mayor pensaba que María se lo estaba gastando: Me echó a la calle, y se quedó de dueña y señora, pero que pasó que ella se pensaba que yo el dinero que me mandaba su padre lo sacaba y me lo gastaba yo, pero luego vio que era verdad que no mandaba dinero. Pone especial énfasis en recalcar continuamente cómo fue echada de casa, que no se marchó por voluntad propia, no fue una decisión de ella: Luego ya cuando me marché de casa, bueno, cuando me marché no, cuando me echaron de casa, vamos a rectificar, porque claro yo no me marché ahí está el problema. – La «depresión» de María, no quiere abordar el tema claramente, pero afirma que estuvo ingresada a cuenta del disgusto que tuvo con su hija, no explica si fue por ingerir pastillas o por la depresión en sí, pero sí parece ser un factor que influyó.

Estuve en el hospital ingresada también, estuve como 15 días o… o 20, ingresada también […] a cuenta de la depresión, bueno, a cuenta de la depresión… a cuenta de mi hija que ya empezó ella a querer coger…, empezar a manduquear ella la casa y las cosas, entonces ya ahí fue cuando yo dije… me... no me encontraba ya bien, y me echaba en cara todo y tal, y fue… pues ahí fue cuando ya cogí la... desde eso es cuando peor estoy yo […] pues ya llegó el momento en que tú, tú no estallas pero los que están al lao de ellas pues se creen que tú estás haciendo las cosas mal y se creen eso. En estos 5 años había perdido ha su padre, había perdido su matrimonio y sentía que su madre no le demostraba el cariño que ella necesitaba, su hermana se cayó y ella y su marido se fueron a vivir a casa de su madre.

Porque si mi madre a mí cuando me dejó mi marido se hubiera quedao conmigo no habrían pasao las cosas que han pasado, pero como mi hermana se había caído pues se fue pa donde su hija, y como era su casa, pues no, no había que decirle nada, ella pues en vez de bajar el sábado y el domingo que estaba mi cuñao en casa pues ella se quedaba allí en casa, entonces pues yo me quedaba sola en casa (suspira) entonces fue cuando yo decidí, decidí tengo 35 años yo no me voy a quedar en casa porque tú te quedas ahora en casa con tu hija.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

En cuanto ha si en su momento supuso las consecuencias que podía tener aquella marcha de casa: No, yo pensaba que iba a poder seguir bien, hablando con ellos, yo pensé que iba a seguir hablando con ellos, y he visto que no. La salida del hogar marcó un antes y un después para ella, supuso la ruptura de los vínculos afectivos con sus hijos:

Ahí fue cuando se cerraron todas las puertas, ahí fue cuando se cerraron todas las puertas, fue cuando se cerraron todas las puertas, cuando yo me mar… cuando ellos me echaron de casa, ahí se cerraron, porque yo no sé qué les contaría, yo no sé qué les contaría que ellos ya no quisieron ninguno hablar conmigo, ninguno, no sé qué les pasaría ni qué les no sé que les contaría por que no quería ninguno hablar conmigo más, ni... Supuso también para ella pasar de ser ama de casa, madre de familia que soportaba toda la carga de responsabilidad de la familia a una mujer que necesitaba un trabajo remunerado para salir adelante. Aunque de manera directa no afirma arrepentirse de este hecho, al ser echada de casa este acto no supone una decisión tomada por ella con la consecuencia de no sentirse responsable de esa situación, pero de forma indirecta comprende algunos de los argumentos de sus hijos:

Me duele mucho pero, me duelen las cosas, yo soy así, me duele todo, y entonces pues bueno, a nada que dicen dices jo, tienen razón, pero otras veces piensas jolín pues podían decir, pues oye ama, estoy aquí, o necesitas algo, o lo que sea. 3.2.

Economía familiar

En su estancia en Barcelona recuerda haber pasado mucha hambre, uno de los motivos los gastos relacionados con la infidelidad de su marido.

Pero levantó dos casas, ¿sabes? Levantó la nuestra, bueno la nuestra pasábamos más hambre que que los perros de Manolo como yo digo pero, pues a los críos […] con una tableta de chocolate un trocito pan pues ya tenían, luego pues para cenar un poco de leche y unas galletas y ala, a la cama hijos porque no hay más, y a la mediodía o bien lentejas o bien alubias pos bueno tenía pa’ unos cuantos días, pero claro eran muchos. 3.3.

Vivienda

En Barcelona estuvieron unos días viviendo en una pensión hasta que encontraron un piso de alquiler que estaba en buenas condiciones:

Como eran 3 chicos y las 2 chicas, pues eso, el pequeño dormía con nosotros, ese se metía en el medio y decía yo con mamá, entonces los otros dos dormían en dos camitas que tenía, y las chavalas en otras dos

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

camitas que tenían y pues ya está, dormían dos y dos, una, un piso normal, tres habitaciones y la sala, y una despensa. Al volver de Barcelona y al no pagar los créditos, el banco les expropió el piso, ante estos tuvieron que irse a vivir a un piso de alquiler, según ella explica a nombre de su hija.

Él tanto gastar, gastar, gastar y pedir créditos al banco, el banco si tú no le pagas te coje el piso, yo cuando me vine aquí me enteré de que el piso estaba hipotecao. 3.4.

Valoración personal

En esta etapa hubo dos rupturas, la de su matrimonio y la de los vínculos con sus hijos, esto supone el desmoronamiento de lo que hasta ahora había sido su vida, ella lo explica utilizando la metáfora del puzzle que ya mencionamos anteriormente:

Desde que se murió mi padre pues… ha sido muy triste, las navidades pa mí, pues ahí me faltaba una pieza en el puzzle, como un puzzle, pero, falta una pieza, y esa pieza no la podía trasplantar nadie más que él, después, luego, pues el puzzle se ha roto por todas las esquinas, y ha quedao pues la pieza principal que soy yo, y mi madre, pero, (para de hablar) como si no hubiera quedao, porque total pues, yo me encuentro sola.

4. Cuarta etapa: 1985-1990 (aprox.). Desde la ruptura de los lazos familiares hasta la ruptura de su segunda relación 4.1.

Relaciones familiares y personales

Decidió dejar el pequeño pueblo donde vivía con sus hijos e irse a Bilbao, a casa de su madre no podía ir porque estaban allí viviendo su hermana y su cuñado. No recuerda cómo pero cree que preguntando no recuerda si a Cáritas, a la policía o a la gente en general la remitieron al albergue. Allí conoció a algunas personas que la llevaron al comedor:

Según salí de casa que no tenía ni dónde ir y mira entes que quedarme en la calle preguntar oye, dónde se puede dormir, o… dónde no tengo dinero, dónde se podía dormir y tal y yo creo que fue preguntando a la gente que me llevaron al albergue, entonces, en el albergue estuve tres días, y luego yo pues conocí gente en el albergue, claro, que dormían contigo y pues me llevaron a comer, te llevan a esto te llevan a lo otro, tu vas, tu vas juntos, pues bueno, así fue, así fue la vida…

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Explica cómo no tenía ningún problema en ir al comedor, y cómo: Pues igual procurabas ponerte siempre donde veías gente que… que iba mejor preparada o que eso, porque ya sabes que en esos sitios hay gente de todo, pero bueno, ha sido una experiencia que me ha servido mucho en la vida. Aunque explícitamente no ha explicado dónde se ve a ella misma situada a nivel social, realiza distinciones entre «gente» que son los otros y ella, cuando de refiere a gente se refiere a pobres, drogadictos, gente que roba… Por medio del periódico consiguió trabajo de interina en una casa, mantenía contacto continuado con su madre por teléfono. Estando trabajando en esta casa vino un día su hija a visitarla, después no voy a verla o hablar con ella. En 1988 aproximadamente conoció a un chico marroquí, no recuerda donde le conoció, y comenzó una relación con él que duraría dos años. Esta relación la aportó una cierta estabilidad por un lado, pero por el otro la supuso angustia ya que él no trabajaba, se quedaba todo el día en casa, y ella tenía que trabajar y responsabilizarse de él: Luego pues conocí a una persona, y bueno pues ya formé como quien dice una pequeña media familia y yo ya estaba contenta, pero en ese tramo de tiempo pues claro él no trabajaba y yo me tenía que buscar la vida para trabajar. Es una relación que recuerda con dolor porque su pareja le dijo que se iba visitar a su familia a Marruecos porque se casaban su hermana y su hermano, a lo que ella no puso ninguna pega. Días después se enteró por un compañero que en realidad había ido a Marruecos a casarse. Para ella este golpe fue aún peor que el primero con su marido51. Cuando él se marchó ella respondió ante esta situación de tensión con una ingesta masiva de pastillas, no avisó a ningún familiar de dónde se encontraba, estuvo un mes ingresada en el hospital. 4.2.

Economía familiar

En esta etapa tuvo al menos tres trabajos, le cuesta precisar la duración de los mismos, las horas trabajadas o el año en que los realizó. Mediante el periódico consiguió en trabajo de interina en una casa en el que estuvo un año aproximadamente. Cuidaba a dos señoras ancianas, de unos 90 años, dormía allí y tenía que estar disponible las 24 horas del día, considera que le pagaban muy poco 40 mil pesetas al mes, en aquel momento (a mediados de los 80). Tuvo un ataque muy fuerte de ciática por el que no podía levantarse de la cama, y el trabajo que realizaba la exigía un esfuerzo físico, tuvo que dejar el trabajo. Después de este empezó a cuidar a una pareja mayor, trabajaba de 10 de la mañana a 3 y media de la tarde, y es en el trabajo que más a gusto se ha sentido y en el que mejor le pagaban 85 mil pesetas al mes. 51 Más tarde le escribió una carta explicándole que no había sido su voluntad quedarse en Marruecos pero su familia le retuvo y demás. Hace unos meses se encontró con él y no quiso cruzar palabras con él.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Más tarde estuvo cuidando a una señora que se había caído dos horas al día, le pagaban 1.000 pesetas al día, con este dinero tenía muchos problemas para poder pagar el alquiler del piso, en este momento vivía en la buhardilla con su segunda pareja. Aproximadamente en 1988, cuando estaba viviendo en la buhardilla, fue la primera vez que se puso en contacto con la asistente social y solicitó la ayuda de bienestar social. Hasta este momento cuando en los momentos difíciles intentaba salir adelante pidiéndole dinero a su madre. 4.3.

Salud

Estuvo un mes ingresada en el hospital a causa «de los nervios» que es como ella lo explica: Luego claro a mí los nervios me juegan muchas jugadas porque si no estás bien, si estás bien todo es alegría y vida pero si no estás bien los nervios se (para de hablar) caes, y entonces ¿qué hice? tomarme una caja de astillas, estuve ingresada en el hospital, estuve un mes, y luego ya me volvieron a sacar.

Y claro pues cuando lo paso mal pues no miro si son una pastilla que veintiuna, a mí me da igual una que veintiuna me cojo la caja y me las tomo, y que pase lo que Dios quiera..., entonces pues eso es mi vida, mi persecución… Este mes que estuvo ingresada en el hospital estuvo muy relajada y muy bien: En el hospital pues bueno mientras estuve, estuve tranquila, estuve bien, en el hospital yo comprendo que que no es para decir estas toda la vida, aunque estas con problemas de nervios y esas osas no vas a estar toda la vida metida en aquel aula de eso, pues bueno pues ya salí, y claro a los primeros 15 días sales como muy bien, sales como muy relajada pues bueno, pues vale. 4.4.

Vivienda

Estuvo en tres viviendas diferentes en relación a estos tres empleos. Primero estuvo durmiendo en la casa en la que trabajaba de interina. Después al cambiarse de trabajo una amiga suya52 le ofreció quedarse en un piso libre que tenía a cambio de algún dinero. Más tarde alquiló una buhardilla: Porque el piso pues me costaba 24 mil pesetas me parece que eran, porque era una buhardilla, encima era una buhardilla, que sí que estaba muy bien, la buhardilla si que estaba muy bien pero no tenía ni colchones ni cama ni nada, estaba muy bien pero, tenía la cocina muy moderna, la acababa de poner y tenía el cuarto de baño también muy majo, pero lo demás, yo me tuve que preocupar de buscar un colchón, y de buscar un somier por no estar en el, en el suelo tirada durmiendo. 52

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Amiga con la que en la actualidad no tiene relación porque según ella dice le falló.

Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Se fue de allí al romper con esta segunda pareja ya que: Yo me fui de allí, […] porque yo allí ya no quería estar […] hombre pues porque me recordaba muchas cosas y porque llegué un día y había entrado él, me había llevao todas las cosas que a él le gustaron se las llevó, pues me dejó sin nada, entonces dije mira, voy a coger un piso. 4.5.

Valoración personal

Al preguntarle qué personas la ayudaron a salir de la situación del albergue y el comedor replica que nadie, que ella misma y su ímpetu por luchar:

¿Qué me hizo salir adelante? El que yo no me podía… no sé, derrumbar en la calle y juntarme pues a esta gente, que yo no tengo nada en contra de ellos, de estos pobres que están durmiendo en la calle o gente que se droga y esas cosas, yo contra esa gente no tengo nada, yo comprendo que se tienen que tirar a esa vida porque no tienen otra solución pero yo luché por no encontrarme en esa vida, por no encontrarme en esa situación, a ver si veían mis hijos que había formao otra pareja, que me encontraba bien. Encontrar trabajo fue la clave que la hizo mejorar su situación.

5. Quinta etapa: 1990-2004. Desde la ruptura de su segunda relación hasta febrero de 2004 5.1.

Relaciones familiares y personales

Conoció a su 3.a pareja en un bar de San Francisco53, al que solía acudir con su anterior pareja:

Íbamos al barrio de San Francisco, pero claro era hace, 13 años que se podía ir por los bares, hoy día no vayas por los bares que ahora está todo lleno de de… de gente. Eran conocidos, de vez en cuando, los domingos a la tarde se pasaba por casa de ellos, o se quedaba a comer, cuando rompió con su pareja:

Pues me dijo a ver si le podía tener las cosas, y le digo ¿y dónde vas a dormir tú? dice no, yo aquí en la calle, le digo pues yo tengo, tenía sala y tenía la habitación en la buhardilla, digo si quieres quedarte a dormir aunque sea a dormir en la sala, si no te importa, a pues no, y bueno pues ya 53 Barrio de Bilbao conocido por su vinculación con la «conflictividad»: prostitución, drogodependientes e inmigración. Vemos aquí también cómo se refiere al término gente para hablar de los otros, de los que no son ella y con los que no se ve identificada ni a nivel personal ni como grupo de pertenencia.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

pues se quedó en casa y entonces pues el roce hace el cariño, el roce hace el cariño y yo pues llevamos ya 15 años, 14 años, juntos. Relación que si bien como ella explica ha tenido sus más y sus menos supuso y supone un gran punto de apoyo para ella. Aproximadamente en 1996 tuvo problemas con su hermana y ésta dejó de hablarla, no quiere explicar por qué ocurrió54: Pues no lo sé, pues no lo sé (entristecida) ni lo sé ni me interesa, ni voy preguntar por qué, ni voy a preguntar por qué eh, porque no… ella no quiere saber nada… (Se pone a llorar) pues bueno yo tampoco, yo la tengo olvidada sé que tengo una hermana pero… (Con seriedad) que no pida sopitas, porque no las va a tener, si ella no se ha preocupao de mi para nada. Con la ruptura de este vínculo sus relaciones familiares se restringieron a su madre, ésta que sí mantiene relación con todos sus hijos la mantenía al tanto de los asuntos familiares. Alrededor del 2000 se casó su hija mayor, ella se enteró 4 meses después por medio de una mujer del pueblo donde ella vivió, este hecho, por una parte que su hija no la hubiese invitado a la boda, y por el otro que su madre, aun ella estando hablando por teléfono con asiduidad no se lo dijera fue un duro golpe para ella:

De que se casó la mayor a que yo me enteré habían pasado ya 4 meses, eh, no te lo pierdas, ahí fue, ahí fue demasiao, ahí si fue… […] porque bueno a mi ahí, a mi ahí ya dije aquí se acabó, fui a casa me cogí una pila de pastillas dije todas para adentro, otra vez al hospital [...]. A partir de este momento la noticia de las bodas de sus hijos, del nacimiento de los nietos… todo ello se convierte en una fuente de angustia para ella, situaciones que le generan un dolor muy fuerte que en ocasiones no llega a poder controlar. Al dolor en el plano emocional respecto a su madre y sus hijos, se sumó en este caso el sentimiento amargo de verse obligada a reconocer delante de una vecina del pueblo no haber sido invitada y todo lo que eso conlleva respecto a lo que se supone que el rol de madre representa: la no invitación suponía no ya un conflicto con sus hijos sino el no reconocimiento social como madre de ellos. En 2002 la operaron de la hernia de disco y de la vesícula. Se enteró por medio de un amigo de su hijo de que éste se iba a casar ese verano fue de nuevo una situación dolorosa, sobre todo porque se sintió defraudada, ya que no lo esperaba en concreto de este hijo, el segundo, ella no quería estar aquí en Bilbao el día de la boda, por lo que le propuso a su pareja utilizar el dinero ahorrado e irse Argelia a conocer a sus suegros, días antes de marcharse le contó el verdadero motivo. 54 Puede estar relacionado con la disputa por la casa de piedra en la que la actualidad vive su hermana, casa que hizo el padre de ambas y a la que el marido de María renunció firmando un documento. Aunque no directamente explica que ahora no quiere disgustar más a su madre pero que cuando esté muera reclamará su parte de la casa.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Yo me marché a Argelia, lo que puede llorar aquel día, madre mía (sollozando) todo el día en la cama, qué te pasa, me duele la cabeza, déjame tranquila, ¿te cierro la ventana? digo sí ciérrame la ventana digo que no entre nadie en la habitación... Comenzó a trabajar limpiando y cocinando en dos pisos sobre diciembre de 2002, su situación empezó a mejorar. Aproximadamente un año después varias situaciones la desbordaron:

No podía porque además hacía dos casas, la casa donde estaba el padre y la hija y luego la casa donde estaba la nuera y el hijo, entonces era sales de una casa y tienes que hacer la otra, sales a las 7 de la tarde o las 7 y media, venías a tu casa tenías que hacer tu comida, tu cena para dejarle a tu marido para otro día, entonces llegó un momento en que… luego tuve unos vecinos muy malos arriba, que les ha dao por meterse con mi marido, pues porque era argelino les ha dao por meterse con él y entonces pues a mí los nervios me estallaron, a mí ya los nervios, venía la policía, venía la ertzaina venía todo bueno… Dejó el trabajo y en febrero de 2004 fue ingresada por una ingesta masiva de pastillas. 5.2.

Economía familiar

Durante este periodo estuvo recibiendo la ayuda de bienestar social. Aunque es probable que realizara algún trabajo no lo recuerda, en general estuvo una larga temporada sin trabajar. Su pareja, con permiso de residencia y de trabajo tiene trabaja de manera esporádica como albañil en la construcción. Es difícil saber en esta época concretamente qué trabajos realizó, algunos podían ser de tan sólo una semana. En 2002 él estaba trabajando en una obra de manera más o menos estable lo que les permitió ahorrar un dinero (unos mil euros) que serían los que utilizarían después para irse a Argelia, estaba trabajando él, ella (muy puntualmente) y cobrando a la vez la ayuda de bienestar social, unos 650 euros. El último trabajo que realizó fue limpiando y realizando las comidas de dos casas, estuvo un año, el trabajo lo consiguió gracias a un contacto de uno de los profesionales del centro. Considera que le pagaban bien 106 mil pesetas, de 7 de la mañana a 5 de la tarde, comía allí y tenía contrato, por lo que estaba cotizando a la seguridad social. El motivo por el que dejó el trabajo fue que para ella suponían muchas horas, su marido tenía las dos piernas escayoladas y ella estaba angustiada hasta que no llegaba a casa porque no sabía que iba a encontrarse. 5.3.

Salud

En 2002 la operaron de una hernia de hiato y le extrajeron una piedra de la vesícula. Fue al médico porque se encontraba cansada y le hicieron unos

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

análisis de sangre, por la tarde la llamaron con urgencia para que fuera inmediatamente al hospital y le metieron dos litros de sangre. Al de dos meses la operaron, estuvo allí 7 días ingresada y otros 4 días en casa en la cama. Tenía 37 grapas en la tripa por lo que tenía que tener mucho cuidado al moverse para no hacerse daño55. A mí ya los nervios me estallaron, fue demasiao. De esta manera ella expresa lo que le llevó a tomarse una caja de pastillas, estuvo un mes ingresada en el hospital que recuerda como tranquilidad. Este suceso supuso a su vez la ruptura de sus amistades, como veremos adelante, así que no sólo fue un resultado del empeoramiento de su situación, sino que a su vez fue hecho que la empeoró aún más. 5.4.

Cáritas

Fue en esta etapa, alrededor de 1998, cuando acudió a Cáritas para solicitar en un principio una ayuda económica para el piso. De ahí comenzó a participar en los talleres, después del ingreso en el hospital en 2002 comenzó a acudir a la psicóloga de Cáritas, de ahí le recomendaron participar también en el curso de relajación. Explicaremos más adelante con más detalle su vinculación con Cáritas. 5.5.

Vivienda

Al abandonar la buhardilla estuvo viviendo en el piso que su amiga le había cedido, de ahí se inscribió en viviendas municipales, mientras le daban un piso estuvo en otros dos de alquiler.

Estuve en otros 2 pisos de alquiler hasta que me darían otro piso, que eran bastante baratillos, uno ya me lo puso muy caro, porque eran ya 60 y tantas mil pelas, le dije que no podía pagarlas, luego en el otro pues estuve 5 meses que era 19 mil pesetas que no había nada, que no había ni muebles ni nada, con un colchón y un somier estuvimos tirando, luego una señora que quitó toda la casa, que era amiga de otra me dijo, mira voy a quitar todos los muebles de la casa, si los quieres, y ya me dio el mueble bar, me dio el sillón, el sofá, pues bueno pues ya, ya me llenó la casa, ¿no me entiendes? Consiguió un piso por medio de viviendas municipales y en éste fue donde tuvieron conflictos con el vecino de arriba: Pero el vecino de arriba le dio por meterse con mi marido, salía a las 3 de la mañana dando golpes, diciéndole que se marcharía a su país, mier(da)… moro de mierda, moro de no se qué y siempre era igual, entonces llegó un momento entre que no dormías, 55 Hoy en día el estómago le causa molestias cuando come alimentos pesados, también nota más dolor en temporadas en las que está nerviosa o más ha trabajado.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

entre que tenías que levantarte a las 6 de la mañana para ir al, alas casas a trabajar, salías a las... y no, ya me llamó el cuando llegué, ya estaban los dos enzarzaos, el otro con un machete en la mano y... éste con una pierna rota56 porque le tiró una tabla, puso el pie y le rompió los el hueso de aquí de... de adelante (se señalas los dedos) […] del dedo y otro día pues le tir(o)… se pegó contra él..., también riñeron se pegó contra la escalera y se rompió la otra pierna […] así que ha tenido desde noviembre hemos estao con las dos piernas enyesadas. Solicitaron el traslado de piso. Fue por medio de un profesional de Cáritas que agilizaron el proceso para que le dieran una vivienda municipal en alquiler, mientras estuvieron ambos en un piso de acogida de Cáritas. Los trámites legales en relación a las denuncias también fueron gestionadas mediante asesoramiento jurídico de Cáritas.

6. Sexta etapa: 2004-2006. Desde febrero de 2004 hasta la actualidad 6.1.

Relaciones familiares y personales

En relación a su actual pareja explica: Él ha luchado mucho porque yo salga adelante, viva un poco con mis hijos, me preocupe por mis hijos y ahora pues está muy contento porque claro mi hijo el pequeño ha vuelto otra vez a donde nosotros. Hace tres meses volvió a retomar su relación con su hijo pequeño que ahora tiene 24 años, ella le llamó en septiembre por su cumpleaños a casa de su madre, y le pidió que le felicitara de su parte, a raíz de esto su hijo se ofreció a intercambiarse los móviles para retomar la relación. De esta manera en la actualidad mantienen con cierta continuidad contacto telefónico y ha ido a visitarla y a conocer a su pareja. Retomar esta relación ha sido algo muy positivo para ella, que si bien no es totalmente como ella desearía, le abre la posibilidad de retomar las relaciones con sus otros hijos. A partir de su ingreso en febrero ella sintió que: las que decían que eran amigas me dieron la espalda, esta afirmación la explica diciendo que ella ha ayudado a sus amigas a salir de sus depresiones, pero que ha tenido que salir ella de las suyas. Lo que ella ha sentido como una traición es que estas amigas, que conoció en los talleres de Cáritas, no fuesen a verla al hospital, según ellas porque la actual pareja de María no las dejaba. Para María sin embargo la situación fue diferente: Me han fallao, me han fallao, porque cuando yo estuve en el hospital ahora la última vez, cuando tú preguntas por una persona preguntas cómo está, no le preguntas a esa persona que está viviendo contigo ¿cómo está la loca esa? estando donde estabas, ¿sabes? y luego decirme que es que este no ha querido que vaya. 56

Se refiere a su pareja.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Aunque no lo explica de manera directa, y siempre que se refiere a sus ingresos en el hospital lo hace aludiendo a los nervios, parece claro que lo que ha maría le dolió fue no tener el apoyo de sus amigas, ser incomprendida y que tachada de loca por estar ingresada en la planta de psiquiatría. Los términos loca, suicidio y psiquiatra no se omiten o se mencionan mínimamente a lo largo de las entrevistas, seguramente esto se deba a su fuerte carga negativa, que hace percibir a los sujetos sobre los que recaen como personas invalidadas para tomar sus propias decisiones, elaborar discursos coherentes o llevar una vida «normal». Podemos afirmar, que socialmente no es lo mismo tener una salud física vulnerable que una salud mental vulnerable. La pérdida de sus amigas ha supuesto para ella un vacío importante, no tener con quién ir a tomar un café y la reticencia a formar nuevas amistades hace que su tiempo de ocio se de en su totalidad dentro de casa, viendo la televisión, leyendo el periódico o haciendo ganchillo, uno de sus hobbies preferidos.

A mí no me gusta salir, no me apetece vestirme y salir pa tomar un café, digo mira para tomarme un café me quedo en mi casa y me lo tomo e mi casa y no tengo que andar vistiéndome, no tengo que andar poniendo buenas caras si tengo mala cara, me quedo en mi casa, me quedo echada estoy viendo la televisión estoy con mi gata que es mi hija la pequeña, o mi hija la mayor… Tiene mucha influencia para ella lo que la gente sabe de puertas para afuera, esto es, las relaciones sociales del barrio o de su pueblo natal, por eso afirma en reiteradas ocasiones que:

Bueno, me ves por la calle y dices va pues está alegre, estás aquí, no vas a estar aquí pues todo el día llorando y las cosas, pues haces, de tripas corazón y pones buena cara, y… bueno pues, el rato que tienes pues dices va las cosas de casa, pues desde fuera pues que no se entere nadie y pues ya está, tu vives en tu casa y ya está, pero hay ratos que yo, pues estoy en casa sola y estoy pensando y le estoy dando vueltas a la cabeza y llega el momento pues que me derrumbo, pues llega un momento en que me derrumbo, y no, no sé ni por donde salir y claro, si a él 57 le dices nada pues…y te dice jo, ya estás igual, ya estás igual, siempre no sé qué, no sé cuantos. A día de hoy, sabe que en 4 ó 5 meses se va a casar su hija pequeña, boda a la que de momento no estaba invitada58 y que el hecho solo de pensarlo la provoca una angustia fortísima. 57 Se refiere a su marido. 58 En la entrevista con uno de los profesionales del centro al que asiste comentó que parece que ha sido invitada a la boda de su hija, por intermediacicón de su hijo pequeño, pero no tenemos constancia de ello más que por medio de esta fuente indirecta.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Y a la boda de mi hija (comienza a llorar) ese día no sé dónde tendré que meterme, aunque sea debajo de… [se va a casar] la quinta, me tendré que meter debajo de una piedra, y no pensar, o tomarme una caja de pastillas (silencio) y no lo sé, no lo sé... Su vida actual se reduce al centro de Cáritas y su casa:

Bueno, mi vida es aquí, ¿eh? Mi vida es esto (se refiere a su casa) donde ves ahora ésta es mi vida, y de aquí no me muevo, ahí tengo el ganchillo, hago el ganchillo estoy todo el día haciendo ganchillo, y bueno es yo donde estoy, aquí, en la sala, y a la cocina voy para comer y para fregar na´más, porque luego ya por la noche ceno aquí con mi marido, pero... lo demás pues mi vida es ésta, la sala, la sala y la televisión, y el ganchillo que está aquí metido y nada más, es muy… ésta es mi vida… luego claro, los días que voy al centro que voy a hacer los pañuelos o lo que sea, pero lo demás ésta es mi vida, aquí… En cuanto a las amistades59 de su pareja actual, no parece tener ella mucha relación, si bien alguna vez le ha propuesto a su pareja que les invite a comer o a dormir a casa, también tiene razón que les dices un día pues mira pues subid esta noche y cenáis y os quedáis aquí a dormir o lo que sea y luego mañana te vienen a comer a cenar y a quedarse a dormir, así que no, pues no eso, así que, pues eso te cuento… ésa es mi vida…

Yo no tengo ni amigas si quiera, porque las que he tenido me han salido rana, entonces prefiero estar sola que mal acompañada, entonces prefiero estar en casa viendo oyendo la televisión, oyéndola, porque no la veo, porque como has visto yo estoy haciendo ganchillo, y estoy a lo mío, estoy haciendo ganchillo no me canso, si me canso a las 9 a las 9 lo dejo y me voy a la cama, entonces pues, como esta tarde, te estás toda la tarde, luego tengo que bajar a Bilbao, entonces tengo que bajar a Bilbao, cuando venga qué hago, comer algo, si me apetece comer, me echaré en el sofá si me duermo me duermo y si no me pondré a hacer ganchillo, toda la tarde haciendo ganchillo, entonces no, no… una vida muy triste, una vida muy triste. 6.2.

Navidades-diciembre

Las navidades y sobre todo diciembre son fechas muy complicadas para ella, le traen el recuerdo de fechas señaladas: Yo me encuentro sola, bueno no me encuentro sola, me encuentro con mi compañero pero, pero nada más, no, no, no es un día de celebración, porque luego encima pues él, no lo celebran, 59 Parece que se encuentran en una situación difícil, hace referencia a que no tienen dónde dormir, que comen en el comedor, etc.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

nosotros si lo celebramos pero ellos no lo celebran entonces, pues es muy distinto porque el no tiene ganas de cenar esas cosas que pones o estas acostumbrado a otras cosas. Además es más evidente en estas fechas su bajo presupuesto: por ejemplo el turrón, que ahora llega el turrón y esas cosas de navidad que a mi me encanta, pero como sé que no tengo dinero pues me quedo sin ello. 6.3.

Economía familiar

El hecho de haber estado trabajando y cobrando la ayuda de bienestar social en un pasado les está haciendo pasar un momento económico difícil en la actualidad:

Hay con la ayuda de bienestar social que me dan 400 y pico euros porque me tenían quedar 665 me parece que son pero se ve que pues no lo sé, alguna vez se ve que estábamos cobrando y mi marido estaba trabajando y al haber mirado los papeles y entonces me han dicho que me tienen que quitar durante dos años 200 euros, eh, tú imagínate con 400 euros pagas 203, 204 de piso, ¿qué me queda a mi? en un piso de alquiler, estoy pagando 204 euros de alquiler, qué me queda otros 200 y pico, 240, pues con 240 euros tengo que pasar todo el mes. Su pareja está sin trabajo, si bien estuvo trabajando una semana mientras realizábamos las entrevistas, y volvió a trabajar otros 15 días cuando realizamos la última, según ella cuenta una vez que pierde un trabajo le cuesta mucho, incluso un año, encontrar otro:

Sí, él tiene todos los papeles y todas las cosas pero es un chaval que le da vergüenza ir a solicitar una cosa, hasta pa ir a pedir trabajo le da vergüenza, jolín si, tú no le vas a quitar el trabajo a nadie, a ti si te lo dan te lo dan, pero es, una persona muy cortao, y si en un sitio le dicen que no ya en otro parece que le van a decir que no. Probablemente esta vergüenza esté relacionada con la sensación de estar quitando trabajo que en ocasiones se traslada a los inmigrantes, estaría relacionado concretamente con su origen argelino. Ella en estos momentos no se siente capacitada para empezar a trabajar:

No, no me veo yo capacitada para trabajar ni nada, no me veo capacitada porque hay ratos que estoy bien hay ratos que… que estoy muy decaída, hay ratos que me da lo mismo estar aquí que estar en el otro lao, lo que pasa es que te tienes que hacer a fuerte porque si llega tu marido de trabajar y te ve con una cara que has estao toda la tarde llorando o lo que has estao.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Esto hace que muchas veces se quede sin cenar, o se vaya a la cama habiendo tomado sólo un café con leche, ella dice que prefiere pasar hambre que tener que pedirle dinero a su hijo o a su madre:

El otro día ya le dije mira cari si no podemos comer chuletas comemos patatas fritas solas, y si no sopa de ajo, digo no te preocupes nosotros saldremos, adelante saldremos hasta que a ti te salga un trabajo y puedas, podamos decir vamos a comer un poco bien, pero bueno, ahí estoy luchando con el dinero porque claro, pues tienes que luchar muchísimo a ver con 300 euros, con 240 euros que te quedan a ver cómo sales tú todo un mes… En diciembre, los recibos de la luz y el agua les han hecho pasar por una situación crítica, en la que sabía lo que iba a comer al día siguiente, pero no si iba a poder comer la semana próxima. La responsabilidad familiar de conseguir el dinero para poder comer cada día, rece en ella, ya que es quien aporta su ayuda de bienestar social: Él no piensa que él tiene que comer, tiene que cenar, tiene que dar un dinero para mantener un piso. En cuanto a la ropa: yo llevo sin comprarme ropa 2 años, tengo los pantalones que se me caen todos, todos, cómo los sujeto, pues metiendola mano en el bolsillos y llevando la mano en el bolsillo sujetando el pantalón porque si no pues se cae, he adelgazao, entonces yo necesito ropa, necesito calzao, claro, sí vas al mercadillo y bueno, sí, estas mirando lo más barato que haya para comprarte. Recientemente solicitó una ayuda a la asistente social para comprar un somier nuevo, se la concedieron. 6.4.

Salud

Tiene insomnio y dolores de cabeza, que pueden ser migrañas. Está bajo prescripción de su médico psiquiatra tomando pastillas para dormir, para estar más tranquila y para la tensión. En cuanto a el mes que estuvo ingresada no se lo dijo a su madre hasta que volvió a casa, en cuanto a sus hijos: Igual sí lo saben, porque claro mi madre se lo habrá dicho pero yo como que no lo saben, paso, prefiero que no, que no, paso de que digan por qué ha sido, o lo que sea, no tengo ganas de decirles nada, si no preguntan yo no quiero decirles nada. Los ingresos en el hospital, como antes hemos profundizado son hechos que le cuesta explicar y que le hacen sentirse mal. 6.5.

Vivienda

Consiguieron que por medio de viviendas municipales les trasladaran de piso, está muy contenta con sus actuales vecinos.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

6.6.

Valoración personal y expectativas de cara al futuro

Sobre su vida en general piensa haber pasado por una vida muy mala: Han sido experiencias muy malas las que yo he pasao, experiencias buenas, pues nada el conocer a esta persona que está conmigo hoy y es la única experiencia buena que hasta ahora me ha salido, voy a tocar madera no sea que… que de ahora en adelante me falle, pero lo hemos pasao muy mal y yo creo que no me falle, yo creo que no me falle. A día de hoy, si bien su pareja representa para ella un apoyo muy fuerte, y el haber recuperado la relación con su hijo le da fuerzas hay momentos de bajón en los que piensa cosas como éstas:

Llega el momento en que digo bueno, son 53 años los que voy a hacer, qué pinto en esta vida ya, qué pinto, pues ahora que tengo a mi hijo el pequeño es lo único que puedo, sí, ayudarle un poquitín si puedo ayudarle, pero lo demás que pinto en esta vida?... nada. Yo es que yo hay veces que a mi vida la encuentro que no tiene sentido de ningún lao, así y hay veces que siento que las cosas no tienen ya remedio que no tienen, no sé cómo explicarte, no, no, no le encuentro la solución, no le encuentro la solución, yo lo único que pido es, es… que no llegue… que llegue el momento que no le de carga a nadie, que diga, me marcho a la cama y a la mañana ya no levantarme, es a lo que más me gustaría, y eso lo he pedido yo, que me pase como a mi padre es lo único que he pedido siempre eh. Parece tener claro que cambios mejorarían su situación, que su marido encontrase un trabajo que le durase un tiempo: porque encontrando mi marido un trabajo yo estoy tranquila, y recuperar los vínculos familiares algo que ve un poco más lejano [reunirme]con mi exmarido y mis hijos, eh, sí me gustaría, eso sería la mayor ilusión de mi vida, eso sería la mayor ilusión de mi vida, pero claro yo sé que no puede ser. Sobre las vidas de sus hijos piensa que: gracias a dios que me han salido unos hijos y eso se lo tengo que agradecer a mis hijos que ninguno bebe, ninguno fuma, ni son malos ni nada, no me ¿entiendes?, pero claro, ellos se lo han tenido que currelar, ellos se han tenido que buscar las castañas, porque su padre no les ha ayudao, para nada, si no es en un sitio es en el otro. A día de hoy la relación con su madre arrastra los viejos fantasmas del pasado: Pues mi hermana ha sido de mi madre, y así sigue, y te sigue restregando las cosas pues eso, de que la otra ha sido mucho mejor que tú, pero bueno, que le vamos a hacer, así, así lo quieren pues bueno, que sigan restregándome que mi hermana ha sido mejor que yo. Su día a día es un continuo diálogo, un continuo cuestionamiento consigo misma y una continua lucha: Así que ésa es mi vida hija, ésa es mi única vida, ésa es la única vida que tengo, todos los días dándole vueltas a la cabeza a ver qué hago, a ver qué saco, a ver de dónde eso.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

7. Su relación con Cáritas Su relación con Cáritas comenzó hace 7 años, en 1998. No recuerda exactamente cómo se decidió ha acudir, cree que fueron algunas vecinas las que le informaron de que podría dirigirse allí si necesitaba alguna ayuda económica: A ver pues como me enteré, pues por la vecinas que yo tenía, así hablando, yo me encontraba que no tenía porque me habían dado un piso aquí y que no tenía nada y me dijeron oye mira vete a Cáritas aquí en esto pues te ayudan un poquitín a arreglar las cosas y así fue, efectivamente, me ayudo […] yo ya no me acuerdo quienes estaban. Lo que en un principio fue una ayuda económica puntual acabó con el tiempo con su incorporación a los talleres. Comenzó con bricolage, en manualidades, en costura y después en pañuelos de seda, actividad que le gusta mucho. Cuando comenzó a trabajar en diciembre de 2002 tuvo que dejar las actividades, pero cuando un año después dejó el trabajo: Y ahora pues al dejarlo he vuelto aquí, porque yo aquí me encuentro muy recogida, yo aquí me encuentro pues… […] pues entonces ahí yo allí me encuentro, ahí yo me encuentro como pez en el agua. Afirma contundentemente que: Yo aquí me encuentro feliz feliz. Cáritas no es para ella un lugar ajeno, lo considera prácticamente como propio. Lo que hace que se encuentre tan a gusto, tan feliz es que según ella encuentra aquí quien le escucha, quien se alegra con las cosas que le pasan y quien intenta ayudarla siempre: Está hablando contigo, se alegra de las cosas que te pasan, no me ¿entiendes? entonces pues mira, pues mira me pasa esto, hay pues mira a ver si los podemos solucionar… Se refiere más al personal de Cáritas que a sus compañeras de los talleres, ya que ha tenido malas experiencias con algunas amigas o conocidas en los talleres: Porque estoy a gusto con todas ellas porque es que si dirías, es que ves una mala cara, o eso, como fuera, no, al contrario, todas están pendientes, estáis bien, estáis eso, os ayudamos a vender, o lo que sea, entonces, yo con la gente de Cáritas me encuentro muy a gusto, digo si me dieran un puesto, digo ahora mismo, ahora mismo me iba, así mismo. A parte de los talleres también fue remitida al servicio de psicología, donde se encuentra a gusto aunque le cuesta llevar a la práctica diaria los consejos de la psicólogo. El psicólogo la remitió a la actividad de relajación, esta actividad si bien en un principio no le agradaba mucho, cuando la operaron de la hernia de disco vi que las técnicas aprendidas le eran útiles: Yo pensaba que no me iba a gustar, porque yo decía pos relajación… total, con música y así las cosas y tal, digo no, no, es, pero luego según va pasando el tiempo pues… […] cuando me operaron de la hernia, de la vesícula claro, antes pues me metieron las gomas entonces yo vi que la relajación sí me sirvió porque yo me relajé, tenían música de medioambiente para que te relajes, ¿no me entiendes? entonces yo claro, me acordaba de las cosas y entonces me lo hicieron muy bien […] y entonces me vino muy bien […] entonces he visto que la relajación en un momento así que estás muy nerviosa y que tienes que la música y te van hablando ellos y las cosas, yo

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

me fui relajando y me lo pudieron hacer muy bien, ¿sabes? entonces he visto que la relajación me viene muy bien entonces yo creo que no la voy a dejar. Le gusta mucho colaborar, tanto en los preparativos de las celebraciones o cuando como por ejemplo semanas atrás en el primer nivel de costura las que impartían el curso no daban abasto y ella estuvo ayudando a enseñar: Pañuelos y ahora que necesita en costura en primer nivel una persona porque son hay una persona, pues, entonces sola una persona, si te viene todas no puede, no da abasto, no puedes, entonces como era la eso le dije pues a ver si podía venir a ayudarla, me dijo que si que vendría los días que estaría en clase que vendría, entonces aquí estoy, aquí estoy. María encuentra en Cáritas un lugar donde se siente valorada y reconocida: […] a mí el colaborar aquí me encanta, a mí me dicen oye ven… yo vengo a coser y no está la de la puerta, María quédate hasta que venga Josu, o hasta que venga Mati o hasta que venga el que sea… y estoy feliz, estoy feliz… Respecto ha si ha notado algún cambio en ella o en su vida a raíz de venir a Cáritas ella explica lo siguiente: No, a mí venir aquí me hace mucho bien, venir aquí me hace mucho bien, a mí venir aquí me hace mucho bien, cuando estoy con la gente eh, cuando estoy con la gente, yo hablo con la gente hablo con Mati, hablo con Josu hablo con el que sea. Los talleres le aportan muchas cosas, pero resalta sobre todo el trato diario con los miembros del proyecto como lo que la hace sentirse a gusto. En cuanto a las cosas a mejorar en Cáritas tanto respecto a talleres que no se imparten y le gustaría, al trato con el personal de Cáritas, y la atención recibida todo le gusta tal y como es. Lo que si piensa es que en ocasiones, cierto colectivo, las mujeres de etnia gitana, no acuden a los talleres con asiduidad no por no poder sino porque no quieren, y están a su ver ocupando plazas que otras personas que si están interesadas podrían cubrir.

Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción Podríamos a grandes rasgos identificar los mecanismos que la llevaron a vivir situaciones de mayor exclusión o vulnerabilidad, y cuáles a mejorar sus condiciones y a vivir etapas de mayor integración.

Su embarazo y matrimonio Su estado de mujer soltera embarazada en los años 60 fue uno de los mecanismos que la llevaron a un matrimonio no deseado y a la obligatoria renuncia a su puesto de trabajo remunerado. Podría identificarse esta situación como de vulnerabilidad, ya que ella era una mujer madre de familia (con 6 hijos a su car-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

go) que dependía económicamente de su marido. Dentro de esta vulnerabilidad se encontraba en una situación de estabilidad y seguridad, con la garantía de unas redes familiares que la apoyaban.

La muerte de su padre y la ruptura de su matrimonio Estos dos hechos supusieron el derrumbamiento de su vida tal y como hasta entonces era. La pérdida de su padre significó la desaparición de un pilar de apoyo. La ruptura de su matrimonio la llevó a un deterioro de la situación económica, a la pérdida de relaciones sociales y a afrontar en un momento emocionalmente depresivo toda la carga familiar.

Pérdida de la vivienda familiar Resalta a lo largo de las entrevistas lo importante que es tener la seguridad de que a uno no le pueden echar de casa, la expropiación de su domicilio la llevó a una situación de exclusión, al verse al ser echada de casa sin un sitio donde poder dormir.

Ruptura de los lazos familiares y trabajo Cuando se fue del domicilio familiar (cuando la echaron de casa) se cerraron las puertas de los lazos familiares lo que la hizo encontrarse sin recursos, sin donde dormir y sin nadie a quien recurrir. Encontrar un trabajo remunerado le llevó a una mejoría de su situación, a una integración en tanto que disponía de un lugar para dormir y autonomía. El trabajo es uno de los factores para que la hacen tambalearse entre la integración y la exclusión, cuando económicamente la situación es positiva emocionalmente está mejor y sus condiciones de vida son mejores también. Cuando la situación económicamente es negativa se sitúa en una situación de exclusión, pasando hambre y deteriorándose sus condiciones de vida.

Ingresos en el hospital La vulnerabilidad de su salud mental, en tanto que proclive a las depresiones o consumo masivo de pastillas, opera de manera doble. Por una parte los ingresos en el hospital han sido resultado de situaciones de tensión y conflictivas para ella, y por otro lado estos ingresos han supuesto para ella, claramente esta última vez, conflictos con su circulo de amigas.

Valoración de uno de los profesionales del centro de Cáritas En cuanto a la evolución histórica en el centro, acudió nada más llegar a este barrio de Bilbao, su primera visita a Cáritas fue porque aun no cobraba la renta básica y pidió una ayuda económica. En Cáritas le adelantaron la renta básica mientras realizaba las gestiones. Se utilizó esta aportación económica como disculpa para que ella conociese y se interesase por los diferentes talleres del

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

centro. Se le ofreció participar en un curso de autoestima, en un principio se negaba, más tarde accedió y estuvo a gusto en esta actividad. Desde el centro valoran que a raíz de este curso pasó del estado emocional depresivo en el que se encontraba a un cambio positivo muy fuerte. A día de hoy su presencia en el centro es fija, no solo está en este centro sino que en otros dos centros de Cáritas de Bilbao. En cuanto a la evolución personal, es una persona que sufre muchas subidas y bajadas, en los momentos más flojos todo se le derrumba, cualquier pequeño detalle puede ser un detonante y es en esos momentos cuando más acude ante este profesional. Menciona, que cuando está en sus peores momentos sí dice abiertamente que se va a suicidar, etc. El objetivo desde el centro es que esas subidas y bajadas sean menos intensas y más espaciadas en el tiempo, en este sentido sí considera que se han realizado avances. Puede considerarse una mejor, porque en muchos casos la contención es la mejora, esto es, que no empeore es progresar. En las épocas o meses más difíciles el objetivo es que no se derrumbe ni su pareja, ni se den episodios de violencia, etc., cuando vuelve a estar más estable se intenta avanzar en el autoestima, resolución de conflictos, enfrentarse a los problemas, etc. El apoyo desde Cáritas se da en el ámbito psicológico, desde los talleres, con ayudas económicas puntuales, se dio en el tema jurídico, y en el piso de acogida hasta que se agilizó su traslado de vivienda, también por medio de de informes a viviendas municipales. Han llevado este caso a supervisión, se reúnen todos los agentes que trabajan con ella, también se coordinan con el psiquiatra de Osakidetza. Están intentando que su muy buena relación con Cáritas no sea dependiente, que entiende que es ella misma quien puede y debe solucionar sus problemas, siendo los profesionales un apoyo que van estar siempre ahí dando pasos a la vez, peor no delante de ella. A nivel personal comenta que cree que tiene algún trastorno psíquico pero no sabe especificar cual, en los momentos de bajón da un cambio de personalidad radical, descuida su aspecto, su higiene, su alimentación y se muestra irascible. María es una persona que crea vínculos personales muy fuertes, es muy dependiente emocionalmente, especialmente de su pareja y tiene poca tolerancia a la frustración. En cuanto al la inserción laboral, valoran que no es algo muy probable, a María le agobia mucho los horarios y rutinas diarias, es más, que el intentar que se incorpore al mundo laboral y tener que dejar el trabajo le crea un frustración aún mayor. No tienen muy claro cual fue el detonante puntual y fuerte que hizo que todos sus hijos la dieran la espalda, o que ella les diera la espalda a ellos, aunque todos los agentes coinciden en que algún suceso importante ocurrió que ella no nombra. En cuanto a los intentos de suicidio, los valora como formas de llamar la atención, ya que los ha realizado delante de otras personas, pero el riesgo de los mismos es alto, y lo es también la posibilidad de que reincida en ellos.

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Gloria* (Nacional con intensidad de intervención media)

Gloria es una mujer gitana de 30 años, separada con hijos. En su proceso de separación tuvo que recurrir al apoyo de los servicios sociales y Cáritas. Pero ha ido superando sus dificultades gracias a su empuje personal, el apoyo de su familia y los apoyos externos recibidos. Esquema de contenidos 1. Relato de vida. 1.1. Recorrido por la historia familiar. 1.2. El padre y la madre. 1.3. Los hermanos/as. 2. Historia personal. 2.1. Infancia y adolescencia. 2.2. Independencia y edad adulta. 3. Situación actual y condiciones de vida. 3.1. Familia. 3.2. Trabajo. 3.3. Acceso a la vivienda. 3.4. Condiciones de vida y relaciones de sociabilidad. 3.5. Relaciones de pareja. 3.6. Relaciones con profesionales y acceso a los Servicios Sociales. 3.7. Salud. 3.8. Ingresos concretos y acceso a pensiones, prestaciones, ayudas... 3.9. Relación con Cáritas. * Criterios de selección: mujer, nacional, intensidad de la intervención de Cáritas media, etnia gitana, éxito (Pamplona).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

4. Autopercepción y posicionamiento social. 4.1. Posicionamiento social. 4.2. La explicación. 4.3. Actitudes y relaciones respecto a la sociedad. 5. Perspectivas de futuro. Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción. Eje cronológico del relato Año de nacimiento: 1976 ((30 años de edad). Lugar de nacimiento: Pamplona. Estado civil: Soltera (convivía con pareja, no estaba casada). Actualmente está sola. 6-14 años: Estudia interna en un colegio de monjas. No se saca el Graduado Escolar. 14-15 años: Va al apoyo de la Casa O del Poblao y al mismo tiempo, está matriculada en San Luis, donde se saca el graduado. Empieza una relación con un chico del Poblao, el futuro padre de sus hijos. 16 años: Comienza a trabajar como empleada de hogar hasta la actualidad. 16-23 años: Trabaja de empleada de hogar. Empieza su relación con Cáritas (no está segura si está 1 ó 2 años). Recoge cartones y periódicos. 23 años: Nace su hijo Juan. 23-25 años: Compran el piso. Se saca el carnet de conducir. 25-27 años: Empieza a cobrar la Renta Básica hasta que tiene a su hija. 27-28 años: Empleo Social, limpia oficinas y ayuda en las tareas. 28-30 años: Empleo Social, limpieza de portales. Empleada de hogar.

1. Relato de vida 1.1.

Recorrido por la historia familiar

Gloria nació en Navarra en el año 1976, actualmente tiene 30 años. Proviene de una familia humilde. Sus padres son de origen gitano-portugues. (Después de terminar las entrevistas y consultar otras fuentes, deduje que eran gallegos, de Vilardevos provincia de Orense, de un pueblo muy pequeño en la frontera de Portugal, no sabían el nombre, por esa misma razón les pudo causar confusión su origen.) Pasaron la frontera de forma ilegal para ganarse la vida en España. Comenzaron viviendo en chabolas donde nacieron tres de sus hermanos/as, después se trasladaron al Poblao, y ya en el Poblao nació Gloria.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

1.2.

El padre y la madre

Los padres de Gloria son gitano-portugueses que inmigraron de Portugal a España para poder ganarse la vida. Su madre (sordomuda) nunca trabajó fuera del hogar, se dedicaba a las tareas domésticas, además como dice Gloria: mi padre fue el que le hizo todos los papeles a mi madre, pues no tenía nada, de lo que se puede deducir la situación de pobreza familiar. Las cosas cambiaron para ella cuando su marido cayó enfermo, le doblaba la edad y tuvo que hacerse cargo de la familia: …él ya muy viejecito y así como él se quedaba con los hijos y que mi madre iba a vendimiar. La madre se desplazaba a un pueblo cercano a trabajar en el campo para poder dar de comer a sus hijos y en momentos puntuales se los llevaba al campo con ella, no se si alguno de ellos realizaría alguna clase de trabajo, Gloria no profundiza sobre el tema, para ella es un recuerdo muy lejano. Su padre al llegar a España, para mantener a la familia, trabaja en la construcción pero además, Gloria nos cuenta: mi padre tenía un carro y tenía un macho osea tenía un caballo, teníamos perros, teníamos de to (se ríe), dicen que hemos llegao a tener hasta una cabra y eso. Primeramente comenzaron a vivir en chabolas y más tarde se trasladaron al Poblao. El padre de Gloria era una persona muy respetada en el Poblao, los vecinos le pedían muchos favores: …cuando yo estaba en casa, siempre venía uno o venía otro, o le pedían dinero,… Con su familia era muy atento, …cuando a él le cortaron la pierna, el hombre estaba en la cama y en la silla de ruedas y era siempre estar pendiente con mi madre…haber lo que hacía falta en casa,... Salía con el carro y lo llenaba de leña, o iba a la patata para que en su casa y a los suyos no les faltara de nada. La relación que tenía con ambos era muy buena, sobre todo con el padre por el que sentía un gran respeto, aunque estaba interna en un colegio de monjas de Lunes a Viernes hecho que le desvincula bastante de la vida familiar y de su entorno. No tiene muchos recuerdos de él porque murió a los 74 años, cuando Gloria tenía alrededor de 10 años: yo lo que recuerdo era, era… pues eso que yo me iba al colegio y mi padre pues eso lloraba, me daba dos besos y mi padre lloraba, cuando venía lloraba de alegría, no se yo la relación con mis padres hasta ahí buena. Pero cambió cuando su padre murió, su madre conoció a otro hombre, «querido» como dice Gloria, y empezaron a tener algunas riñas. Para ese entonces Gloria todavía era una niña y como ya he dicho anteriormente estaba mucho tiempo fuera de casa, en el internado. 1.3.

Los hermanos/as

Durante su infancia, el trato que tiene con sus hermanos entra dentro de la normalidad. Realmente no se refiere mucho a ese momento de su vida, quizás por su desvinculación familiar. De todos los/as hermanos/as cabe destacar la relación de complicidad que tiene con su hermana, aunque choca, como con su hermano mayor, en lo que referente a las tradiciones.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Su hermana Antonia vive en Sevilla. Su situación hasta 1992 era un poco precaria, sobre todo al principio, vivían en chabolas y su marido no trabaja se dedicaba a la chatarra: en la medida en que podía, pues le iba mandando igual pues 10.000 pelas en sobres, le escribía cartas y le… le metía el dinero así entre las hojas y le iba mandando pues pa yo que se, para comprarle algo para los críos…. Gloria no quiere ver a su hermana en esa situación, y aunque ella tuviera poco prefería compartirlo para que los niños lo pudieran disfrutar: Hasta que les dieron un piso... en el sitio donde ellos estaban que era donde iban a hacer eso… entonces los querían echar, si los echas dale algún techo, o dales dinero. Les obligaron a abandonar las chabolas y a cambio les ofrecieron 6 millones de pesetas. La familia se desplazó a la ciudad de Gloria para comprarse un piso, pero enseguida se dieron cuenta que con ese dinero no tenían suficiente, además: Y entonces aquí lo que tenía que hacer pues eso, mi cuñao pues trabajar y tal y cual, entonces pues como que… mi cuñao en ese aspecto ha sido un poco, un poco demaseado, él se ha acostumbrao pues a la chatarra, de la chatarra… chatarra y cartón y de ahí no lo sacas, entonces, como que eso de estar en un trabajo como que par él no pegaba, vivía más cómodo, para estar aquí reventándome y nunca tener casa y que estar siempre ahogaos y que no se que y que no se cuantos… Regresaron a su ciudad, se compraron una casa, la amueblaron y les sobró dinero para comprarse una camioneta. En la actualidad siguen viviendo allí, van todos los veranos a casa de Gloria, cuando los niños tienen vacaciones y se juntan con el resto de los hermanos, cuñadas y sobrinos/as.

2. Historia personal 2.1.

Infancia y adolescencia

La infancia de Gloria no corresponde a lo que nosotros podemos considerar cánones tradicionales de una niña gitano-portuguesa, ya que desde los 6 años cursó estudios reglados en un colegio de monjas y esto le dio la oportunidad de poder relacionarse con otras niñas que no eran de la etnia gitana y al mismo tiempo, tener otras perspectivas sobre la vida de cara a sus decisiones futuras: …mi infancia y eso pues en el colegio de monjas iba los viernes, osea, me iba los domingos por la noche al colegio y ehhh… estaba toda la semana allí, comíamos, dormíamos y estábamos en las Dominicas e íbamos al colegio de las… y entonces pues de ahí ehhh los viernes era cuando nos llevaban a casa…, motivo por el cual no tiene una relación muy directa con su familia como lo ha podido tener por ejemplo su hermana. Muchos de los recuerdos sobre esa etapa de su vida, no son muy positivos, sobre todo habla mucho de una monja que la desanimaba continuamente y fue la causante, en gran parte, de que dejara el colegio: … la monja siempre me decía pues que, que… que no me iba a sacar yo el graduado escolar, que me iba casar enseguida, que iba a tener hijos enseguida, que iba a ser como todas las demás, y tal y cual…y aquello a mi como que se me grabó ¿sabes?. En esa época, con 13-14 años, Gloria ya estaba saliendo con el futuro marido de sus hijos,

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

pero eso no los sabían en el colegio. El último año la asistencia de Gloria a las clases fue bastante escalonada, dejó de ir al colegio a los 14 años porque tuvo una discursión, «riña» como dice ella, muy fuerte con la monja. No se sacó el graduado. Comenzó a ir a clases de apoyo en el Poblao: … pues a partir de los 14 cuando ya dejé el colegio pues ya ehhh… me metí aquí en San Jorge, me metí en San Luis a hacer pues ehhh… el graduado, me saqué el graduado yo. Comenzó a asistir a la Casa O del Poblado, donde le danda apoyo escolar, y más tarde realizó el curso para sacarse el graduado. Ese curso tenía una duración de 2 años y ella se lo sacó en 1. La profesora que lo impartía la veía capacitada, le apoyaba mucho y no le permitió que lo dejara para ponerse a trabajar, aunque en algún momento lo hizo, necesitaban dinero en casa, les acababan de conceder un piso de Protección Oficial a través de la Comunidad APSIS, Organización que ayuda da los/as ginato/a, gintano-portugueses/as en la integración en la comunidad, y tenían que pagarlo, todos tenían que aportar porque sino no les llegaba para pagar: me fui pues a la vendimia, pues a la patata… como yo tenía… pero buen. Ehhh…dejé, dejé de ir a la escuela y… el caso es que ella me decía pues no lo vas a dejar, pues te vas a presentar, vas a hacer el examen y tal… y … y… aprobé. El piso que les habian concedido costaba alrededor de 8 millones de pesetas. Pagaban cuotas de 6 meses de 180 (en algunas ocasiones se habla en euros y en otras en pesetas), el Gobierno de Navarra les daba una ayuda. Cada 5 años tienen que renovar esa ayuda hasta que el piso esté pagado. Con 16 años aproximadamente Gloria comienza a trabajar como empleada de hogar en casa de Ángela y de su suegra para aportar dinero para los gastos de la nueva vivienda. Los primeros años trabajaba mucho, mañana y tarde, hasta que tuvo su primer hijo, entonces redujo la jornada laboral para poder hacerse cargo del bebe. 2.2.

Independencia y edad adulta

A los 23 años Gloria tiene su primer hijo. Tuvo problemas para quedarse embarazada y por mediación de la suegra acudió a un Centro de Planificación Familiar. Le ayudaron a que el embarazo fuera posible. Convive con su madre, su pareja, su hijo y un hermanastro en la vivienda. Parece que éste hermanastro es la persona a la que Gloria se refiere cuando habla de su hermano mayor, se traslada a la vivienda para ser el cabeza de familia: Estaba en casa era un hermanastro osea hijo de mi padre pero no de mi madre. Era hermanastro, entonces cuando murió mi padre, yo me acuerdo que él estaba haciendo la mili, entonces las señoras del Poblao pues lo mandaron traer aquí porque él era el que se tenía que hacer más o menos cargo un poco y eso, mientras que nosotros éramos pequeños pues para ser él el cabeza de familia, entonces ya él ya se quedó en el Poblao vaya, se quedó en el Poblao y hasta venir aquí, se quedó hasta venir aquí. Luego ya se casó, se juntó con una moza y hasta que se juntó con una moza él iba pagando el piso y ayudando… Mientras Gloria sigue trabajando como Empleada de Hogar y aportando parte de su sueldo para ayudar en los gastos.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Cuando su hermanastro se marcha los problemas para Gloria se acentúan. Se da cuenta que su marido sufre ludopatía y no sabe muy bien como afrontarlo. Comienzan las discursiones, las peleas, los engaños, el maltrato psicológico, la necesidad económica: llegaba el día del cobro, era la… el martirio, el día del cobro era el día del martirio. Había veces que ya no aparecía en casa, o llegaba tarde, ya estar pensando llegará, no llegará todos el dinero, no se lo gastará. He llegao a ir,… él le pegaba a todo ¿no?, eran bingos, eran máquinas, a cartas, todo lo que puede haber a todo le pegaba, llegó ha hacerme una tontería y llegó a hacerme muchas viergerías y … (silencio) y muchas, muchas de las cosas en las que a mí me hizo abrir los ojos fue Ángela. Dicen que los ludópatas saben mentir,…, …me mentía todo lo que quería y más y yo como idiota pues le creía siempre y Ángela era una de las personas que me hacía abrir los ojos osea….Ángela, la mujer para la que trabaja, ha sido siempre como su segunda madre, le apoyó y ayudó mucho en esos momentos de crisis. Aun así Gloria no lo veía, no quería aceptar la manipulación a la que estaba siendo sometida, quizás por miedo a la soledad, como dice varias veces. El chantaje emocional y las mentiras que tenía que soportar de su marido era continuas, en algunos momentos le hacía sentirse culpable y responsable de sus actos: Me llegó a quitar dinero, me llegó a quitar la tarjeta, la clave y hacerme pensar habrás perdido la clave, ahora ya verás tú el dinero que te van a quitar. Aunque su marido estaba trabajando, como bien dice Gloria se lo gastaba todo y… luego lo mantenía yo prácticamente. Fue esa una de las numerosas razones por las cuales llegaron a recoger cartones y periódicos por las noches para después venderlo en las fábricas. Muchas veces el precio era muy bueno pero: pero a mi no me merecía mucho la pena porque el que iba luego a vender eso era él muchas veces, entonces como que muchas veces no llegaba ¿sabes?. Es en esa misma época cuando se pone en contacto con Cáritas. Su relación era muy inestable, lo dejaban y volvían muchas veces, ella siempre le daba una oportunidad más, porque entre otras cosas, pensaba que al tener a su hijo las cosas cambiarían. Pero no fue así, a los 25 años tuvo a su segunda hija y las cosas no cambiaron en absoluto. Seguía desapareciendo cada vez que cobraba, se gastaba el dinero, la situación cada vez era más tensa,… y es más, empezó a llevarse con él a el niño: Entonces optaba por llevarse al niño. Las últimas veces el crío me decía, que has estado en el parque, jugando en el parque, en los columpios, y no hemos estao en un bar y el papá ha echao euros en la máquina, muchos euros en la máquina. Después de mucho pensar a los 27 años decidió dejarlo. Contó con gran apoyo por parte de su familia.

3. Situación actual y condiciones de vida 3.1.

Familia

Su relación de familia es muy buena en toda la trayectoria de su vida. Hoy por hoy la relación con su madre se ha recuperado y con los hermanos y la her-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

mana se ven a menudo. Uno de los hermanos va a su casa todos los fines de semana y con la hermana y los sobrinos se reúnen cada verano. La familia se comentan siempre todos los problemas y entre todos intentan darle solución. Como dice Gloria «son como una piña». 3.2.

Empleo

Gloria emprendió su vida laboral a una edad muy temprana. Alrededor de los 13 años empezó a ir al campo, a la vendimia y a la patata. Es a los 16 años cuando empieza de forma más continuada como Empleada de Hogar. A los 25 años se pone en contacto con los Servicios Sociales de su barrio y comienza a cobrar la Renta Básica, en ese momento está embarazada de su hija y no tiene disponibilidad para trabajar, además su situación económica no es muy buena por el problema de ludopatía de su marido, aunque sigue trabajando como Empleada de Hogar alguna hora a la semana. Desde ese mismo Servicio, a los 26 años, es derivada al Empleo Social: La asistenta lo que me hizo fue concederme, hacer los papeles para la Renta Básica y luego ya entré a trabajar en el Empleo Social. Estuvo trabajando durante 1 año para el Ayuntamiento en unas oficinas, ayudaba en las tareas, hacer fotocopias, coger citas, abrir la puerta,… allí estuve… como secretaria estuve, no era ni por el forro pero, pero bueno, que si abría la puerta, que si no se que, en fin, ahí me sentía como una secretaría…, Pero bueno que yo ese año en el Empleo Social estuve de maravilla, me sentí muy bien,… El contacto con éste recurso fue muy positivo para ella, se sentía más desahogada para poder pagar los gastos de la vivienda y de los niño/a y además se sentía útil. En la actualidad a través del Empleo Social, lleva 2 años limpiando portales y desempeñando sus tareas como Empleada de Hogar. Se siente muy bien realizando su trabajo, no se esperaba ser tan bien «aceptada» en el mundo laboral ni responder de forma tan acertada. 3.3.

Acceso a la vivienda

Aunque se puede decir que Gloria pasó más tiempo en el internado que en su casa, los fines de semana estaba en el Poblao, alrededor de los 15 años a través de un Programa del Gobierno de Navarra para ayuda a la integración fue a una nueva vivienda de protección oficial, con su familia (le concedieron el apoyo a su madre). En ese momento para ella las cosas cambian mucho: Mientras estaba en el Poblao no tenía intimidad Porque era una casa que no tenía puertas, las habitaciones no tenían puertas, teníamos cortinas. Además para poder desplazarse de un lugar a otro necesitaban disponer de coche porque los autobuses pasaban cada hora y no había ningún otro tipo de servicios, tiendas, cafeterías, bancos… Aunque se lamenta... también hemos perdido mucho en cuanto que allí salías a la calle y te encontrabas a todo dios, todo pues mucho más… aquí para cuando ves a una persona dices ufff…, …unas cosas… unos pros y otros contras, y allí por ejemplo era el no tener cuidado, habríamos la puerta y estábamos en la calle…

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Actualmente sigue en el mismo piso, con su madre y sus dos hijos/as. El piso consta de tres habitaciones, un baño, salón y cocina. Todo está en muy buenas condiciones, limpio y ordenado. Está muy bien situado, tiene todos los accesos necesarios a servicios, dispone de zonas verdes y parques para los niños. Lo está terminando de pagar porque ella es la que se hace cargo aunque realmente el piso esté a nombre de su madre. No está muy segura si le quedan 10 años para terminar.

Al ser de protección oficial ya los pisos valían menos, no me acuerdo si valían 7 u 8 millones, pero luego aparte del Gobierno, si nosotros fuéramos, yo digo una familia normal, es que no se como explicarlo. Cualquier otra familia igual cada 6 meses tiene que tener, igual... el doble de 180 pues 360 ¿no?, pues entonces cualquier familia tendrá que pagar cada 6 meses ese dinero, nosotros al tener la ayuda del Gobierno ellos ponen un tanto y nosotros ponemos el otro tanto... 3.4.

Condiciones de vida y relaciones de sociabilidad

Gloria es una persona muy sociable. En ningún momento ha tenido problemas para relacionarse, nunca se ha sentido discriminada, si diferente pero por los gitano/a y gitano/a-portugues/as, desde siempre, desde muy pequeña ha sido la diferente a los ojos de los otros: Era la preferida para muchas cosas claro… (se ríe), esta es la que mejor habla, la vamos a decir que para que vaya a pedirle la llave a los payos…, le dicen que tiene pensamientos de paya, no de gitana. Aun así todos la querían «para lo bueno y para lo malo» como nos dice Gloria. En la actualidad Gloria tiene una buena relación con sus vecinos y con los padres/madres de los compañeros/as de sus hijos/as. Participa de muchas de las actividades que se hacen en el colegio como talleres de manualidades. 3.5.

Relaciones de pareja

Gloria empezó a salir con quien es ahora su ex-marido muy joven, cuando tenía 13-14 años y ha estado con él hasta hace 3 años que se rompió la relación. Su familia la apoyó en todo momento porque sabía por la situación que estaba pasando. Habló con la madre de él pero su relación no había sido muy buena nunca, así que no prestó atención a sus palabras: porque así como él también estaba aquí con mi familia y se llevaba bien y eso pues procuraba pero... a su madre yo nunca le he entrao y ¿cómo se lo llevaron?, ¿cómo se lo tomaron? Pues no se. Yo llegué a oír... el mayor regalo que podían tener ellas, la madre y la hija era que mi marido se separara de mi y que volviera a casa. Actualmente ha tenído otro amago de volver con su «ex» porque hay un chico interesado por ella. Le dio la oportunidad, más que porque ella quisiera por la presión de su familia y por sus hijos. Su hermana le decía: Quién sabe igual ahora sí pues mejor el padre de tus hijos que otro cualquiera… Pero al dejar pasar el tiempo se dio cuenta que las cosas no habían cambiado mucho, que es-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

taba «lleno» de deudas y que tenía que volver a su situación anterior. Dejó su posición firme y le dio el NO definitivo. La relación con éste chico payo, parece que va a seguir adelante. Es gallego, vive en el pueblo de su hermano y se conocen hace muchos años. Su familia lo acepta como uno más y ese hecho es muy importante para Gloria. 3.6.

Relaciones con profesionales y acceso a los Servicios Sociales • Relación con la mujer para la que trabaja como empleada de hogar:

Son muchos años de relación con Ángela. Era y es la persona a la que le cuenta sus problemas, sobre todo de la enfermedad de su pareja. Además en el momento que el que se puso en contacto con Cáritas para acudir al Centro Ocupacional y Formativo, dio buenas referencias a la profesional de servicio para que la admitieran, cosa que Gloria le agradece mucho. • Relación con los/as voluntarios/as del servicio de Cáritas:

... Entré muy bien con Mari Lu y con Teresa sobre todo con Mary Lu tanto que al poco tiempo de estar yo ahí en el cursillo fue cuando ya me quedé embarazada de mi niño, entonces ella fue la madrina de Juan y tal... • Relación con el personal del Empleo Social:

Allí hice muy buenas amigas, la Ester y la Antonia (tose) y... ellas me ayudaban mucho pues ahí yo ya me había separado de mi marido... 3.7.

Salud

Gloria nunca ha presentado problemas considerables de salud, excepto en el momento en que la dificultad que tuvo cuando se quiso quedar embarazada, que fue por lo que acudió a un Centro de Planificación Familiar COSPLAN. 3.8.

Ingresos concretos y acceso a pensiones, prestaciones, ayudas...

Aunque empezó a trabajar de forma esporádica en el campo a los 13 años, los ingresos de Gloria desde los 15 años hasta la actualidad son principalmente los obtenidos por sus labores como Empleada de Hogar. A los 23 años trabajaba en un Taller Ocupacional y Formativo de Cáritas, tiene unos ingresos de 20.000 ó 30.000 pesetas, no recuerda con exactitud. A la vez recoge papeles y periódicos por la calle, esto le podía suponer de 30.000 a 50.000 pesetas. A los 25 años, cuando deja el Taller de Cáritas acude a la trabajadora social de su barrio para buscar empleo pero está embarazada de su hija y tiene que rellenar una solicitud para recibir la Renta Básica durante 1 ó 2 años. Alrededor de 60.000 pesetas.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

A los 27 años entra en contacto con el Empleo Social limpiando oficinas y ayudando en las labores durante 1 año. Su madre tiene una pensión de viudedad de alrededor de 300 euros con la que contribuye dentro de sus posibilidades. Actualmente, trabaja en el Empleo Social limpiando portales. Mantiene una estabilidad económica y puede solventar , con menos problemas, los gastos que se le presentan. 3.9.

Relación con Cáritas

Alrededor de los 23 años de edad Gloria se pone en contacto con Cáritas a través de conocidos/as que le cuentan acerca del taller, las actividades que se realizan y del dinero que se cobra, en ese momento según me cuenta Gloria está entre 20.000 y 30.000 ptas. La situación económica por la que estaba pasando en ese momento no era muy positiva. Su marido era su principal problema a causa de la enfermedad, de alguna manera Gloria lo estaba manteniendo, y además se tenía hacer cargo de los gastos de la vivienda y muy pronto nacería su hijo. Trabajaba como empleada de hogar, pero su sueldo, alrededor de 50.000 ptas. no era suficiente, así que decidió ir a Cáritas. Cuando acudió a la primera entrevista la trabajadora social no le aceptó la solicitud porque ya tenía ingresos, seguía trabajando como empleada de hogar, y valoró que había otras personas que lo necesitaban más que ella. No obstante Gloria vio injusto que exponiendo su situación sin mentiras (algo muy común) no la admitieran, así que lo volvió a intentar: Sabía de gente que está trabajando y claro... que tenían ingresos mejores y... ehhh... chiringitos que digo yo, tirapichones y todo eso... gente que, que manejaba pasta y que estaba allí... y yo que voy con la verdad no me deja... Ángela se puso en contacto con la profesional del recurso y dio buenos informes sobre ella. Al ir por una segunda vez la admitieron. Gloria recuerda su paso por Cáritas de manera muy especial, no sólo porque tuvo la oportunidad de ponerse en relación con otras personas, sino porque disfrutaba mucho con las tareas que realizaba: A mí el, las, las manualidades, lo que es el coser y eso a mí pues me chifla. Entonces ahí estaba como pez en el agua. Además: Entonces, claro ehhh... yo estando allí en Cáritas teníamos pues charlas, teníamos nos enseñaban primero pues las que empezaban pues haber como coses y tal y luego ya si veían que sabías ya te pasaban a otro cursillo y así… Los talleres que se realizaban por ese entonces en ese centro principalmente eran de costura, las mujeres hacían toallas, bolsos, cojines... para después venderlos en la Tómbola, por ello tenían una compensación económica, pero como muy bien cuenta Gloria también tenía una parte formativa en la que a las mujeres se les impartían charlas sobre diferentes temas con fin educativo. A la vez se sacaba el carnet de conducir. Permaneció en el recurso 1 ó 2 años, no recuerda con exactitud, hasta que nació su hijo Juan.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

4. Autopercepción y posicionamiento social 4.1.

Auto percepción

Gloria siempre se ha sentido o la han hecho sentir diferente a las personas de su entorno, tal vez por su educación religiosa en el internado y su relación con miembros de otras comunidades, aunque no ha tenido problemas para relacionarse ni adaptarse a los diferentes ambientes, aunque también es cierto que cuando vivía en el Poblao se sentía un poco «aparte» de la sociedad: Yo no me he sentido tanto porque yo he pasao mi vida, ya te digo en el colegio. He estado en el colegio con payas, estudiando con payas, toda la semana allá, nada más que estaba en el Poblao dos días y otra vez al colegio. Así que no me he sentido tanto así, pero ya... no se si te comenté así como las amigas, una era la cuñada, esa y otra y... las amigas que yo tenía en el Poblao si que sentían muy estoy en cuanto a la escuela... y ahí viene las gitanas... a mi jamás me llegaron a decir ahí vine Gloria la gitana, jamás (afirma). ¿Yo esa palabra?, nunca. Quizás esta situación la haga sentirse un poco a «batalla» entre sus tradiciones y el mundo que le rodea. No reniega a ellas pero no las lleva a rajatabla: Tendré pensamientos, pensamientos que igual me varían, pensamientos que igual siguen, no se. O costumbres o... que algo a cabiao y bastante si.... yo he estao más con los payos y esto, entonces yo, no se. Yo creo por ejemplo quien, quien tendrá respecto a eso es mi hermana, mi hermana si que tendrá más raíces.... Tiene claro que hay ciertas costumbres que por muy gitanas que sean nunca obligaría a sus hijos a practicarlas: Yo no he sacao el pañuelo y ni se me pasará por la mente yo exponer a mi hija a sacar el pañuelo. No. Yo por lo menos no. Otro es que mi hija lo quiera sacar, pero tal y como estamos viviendo ahora aquí... 4.2.

Posicionamiento social

Cuando hablo con Gloria en ningún momento me ha dado la sensación de que no se sienta integrada a nivel social, es más, pude comprobar que la relación que mantiene con vecinos y madres/padres de los amigos/as de sus hijo/a es muy positiva, ella es una más y su ser gitano-portuguesa no le supone ningún impedimento. Quiere sacar adelante a su familia aunque ello le suponga luchar duro. 4.3.

La explicación

Como ya he comentado en repetidas ocasiones la vida de Gloria desde muy pequeña ha sido muy diferente a la del resto de las personas que vivían en el Poblao y esa puede ser una de las muchas razones por las que halla podido superarse a ella misma dejando atrás muchas tradiciones y costumbres y acoplarse a su entorno de forma normalizada. Un ejemplo muy evidente sería la gran decisión que tomó al dejar a su pareja, teniendo en cuanta que los matrimonios se suelen concertar y son la expresión de un deseo por crear alianzas entre familias o clanes, después de la presión que sentía por parte de su familia (her-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

mano/a), aunque la han apoyado en todo momento, lo que le supuso hacerse cargo de la casa y de sus hijos e intentar comenzar una nueva relación: Mi familia lo que ha visto en mí es que yo he sido pues una madalena, osea estar llorando cada dos por tres pues porque, que desgracia..., pero sin embargo mira, la hermana, porque fue éste verano, vinieron y fue cuando éste chiquito se me declaró, estando mi hermana aquí... dices pues si te gusta y lo quieres y... pues quién sabe igual te sale bien pues adelante. En el momento que vino el padre de los hijos a pedirme esa oportunidad mi hermana dijo «pues es que no se, antes de coger a otro cualquiera, primero está el padre de los hijos, ya se que le has dado muchas oportunidades pero si ahora verdaderamente va y a cambiao...». Es evidente que Gloria simplemente quiere ser una más, encontrar su lugar y ser feliz. 4.4.

Actitudes y relaciones respecto a la sociedad

Partiendo de la situación de estabilidad en la que se encuentra Gloria en éste momento, ella no reniega ni niega sus orígenes aunque no lo practica. Es muy respetuosa con las personas gitano-portuguesas, aunque también se es verdad que ve un poco retrógradas muchas de las actitudes de éste colectivo: Lo del luto, los gitanos ya sabes, el luto riguroso y tal y cual. No hace mucho tuvimos una conversación mi hermano y yo. Yo le dije, dijo yo, chico... se murió un conocido del Poblao que luego estuvo viviendo aquí que era... te hedicho que éramos 4 familias, 2 familias vinimos a los pisos, pues uno de esa familia pues murió, el marido. Fuimos al entierro y tal y mi hermano me preguntó y... «¿su hermana, que es muy amiga mía, estaba de luto?», hombre pues sí, el otro día fui a su casa, se había puesto cómoda y tenía un pantalón negro pero con lunaricos blancos... o sea que tiene que ser el luto riguroso.

5. Perspectivas de futuro Gloria es una persona muy luchadora y tiene muy claro lo que quiere. Lo primero son sus hijos, su bienestar, que no les falte comida, que puedan ir al colegio, que lo tengan, si es posible un poquito más fácil que ella. Es consciente de que no puede seguir estudiando, no porque no tenga capacidad, sino porque tiene que trabajar duro durante muchas horas al día para no tener deudas, pero en algún momento cuando hablábamos, me comentaba que si las cosas siguen así tal vez, en un futuro no muy lejano pudiera hacer algo. Lo que si está claro es que ella quiere seguir mirando hacia delante y caminar con la cabeza bien alta por ser quien es y venir de donde viene.

Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción La vida que le ha tocado vivir a Gloria ha sido dificultosa, en algunos momentos de su trayectoria se puede percibir la situación de vulnerabilidad, sobre

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

todo en lo relacionado en la época que compartió con su pareja debido a su enfermedad, ludopatía ya que le llevó, no solamente a recoger papel y cartón, sino también a acudir a los Servicios Sociales para poder subsistir porque su situación económica se vio muy desmejorada. Además, el chantaje psicológico que sufría por parte de él no le permitía ver con claridad la realidad por la que estaba pasando y le resultaba muy difícil romper su relación. Su vida cambió radicalmente cuando tomó la decisión, después de muchos intentos frustrados, de dejar a su marido. Tuvo que enfrentarse a nuevos desafíos, ya que como mujer gitana que es, tenía que explicar el porque de su decisión, entre otras cosas porque había dos hijos de los que se tenía que hacer cargo. Gracias al apoyo de su familia y sobre todo de su madre consiguió salir adelante. Actualmente vive en el domicilio de su madre, aunque es ella quien se hace cargo de todos los gastos, se ocupa de la educación y manutención de sus hijo, trabaja en el Empleo Social limpiando portales y desempeña labores como empleada de hogar unas horas a la semana. No es quizás, la vida con la que soñaba cuando empezó a salir con su exmarido, pero es la que tiene y por sus hijos y por ella misma tiene que luchar y salir adelante.

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Said* (Extranjero con intensidad de intervención alta)

Said es un inmigrante argelino de 42 años afincado en Salamanca. Llegó a esta ciudad con el objetivo de cursar sus estudios de doctorado, pero al serle denegada una beca y tener grandes dificultades para encontrar trabajo en condiciones de irregularidad, comienza un periodo de deterioro social con intensos efectos en su salud mental. Su proceso de exclusión comienza a frenarse al entrar a un centro de acogida de Cáritas, donde recibe tratamiento psicológico y apoyo en su inserción laboral. Finalmente, su situación mejora sustancialmente al conseguir la regularidad. Esquema de contenidos 1. Infancia y adolescencia. 1.1. El primero de la clase. 1.2. Muerte del padre. 1.3. Cambios sociales. 1.4. Una vocación. 2. La Universidad. 2.1. Primeros trabajos. 2.2. Argelia inestable. 3. España. 3.1. El estudiante (rondando los cuarenta). 3.2. Tribulaciones de un estudiante (?) ilegal. 3.3. Trabajo y papeles. 4. Epílogo. 5. Apéndice I. La intervención de Cáritas. Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión. *

Criterios de selección del caso: varón, extranjero, intensidad alta, éxito (Salamanca).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

1. Infancia y adolescencia En 1962, Argelia dejó de ser otra de las colonias francesas en el norte de África y logró la independencia. La nueva soberanía dio en llamarse República Democrática de Argelia, un país libre que comenzaba con ilusión su andadura en pos del progreso y el desarrollo, dispuesto a dejar atrás todas las ataduras sufridas en el pasado y decidido a asegurar una libertad que los largos años de dependencia y subordinación respecto a Europa habían impedido. La provincia de Tiaret, una región interior en el noroeste del país, al sur de Orán, era, en aquellos años, como el resto del país, una región eminentemente agrícola todavía, famosa incluso por sus cultivos de cereal, con los que había provisto a Francia durante los años coloniales, y aún después. Esta labor, la de la agricultura, resultaba favorecida por el clima continental y la orografía: una estepa salpicada de zonas boscosas con numerosos ríos y abundantes acuíferos que irrigaban las fértiles tierras de la llanura, asoladas por el calor del estío y el intenso frío invernal, produciendo copiosas cosechas de trigo, cebada, maíz y demás granos año tras año, y donde también, aunque en menor medida, crecían viñedos y otros frutales. La capital, que daba nombre a la provincia, era una ciudad mediana y ya antigua de siglos. En aquel tiempo, constituía el centro de la vida cultural, comercial y social de la zona. Pero era una ciudad tranquila, donde las gentes vivían con sencillez, sin grandes ambiciones. Rodeada de fuentes, guardaba en sus calles numerosos monumentos, silencioso testimonio de la importancia que la ciudad había tenido, que aún preservaba y que, en lo político, se manifestaba con la presencia de una delegación del gobierno central. En lo que toca a otro ámbito, sus museos y su universidad representaban, si bien modestamente, un referente intelectual para la escasa población interesada en tales menesteres. 1.1.

El primero de la clase

En noviembre de 1964, nace Saíd, protagonista de nuestro relato, en el seno de una familia de clase media que se había afincado en su granja en un pequeño pueblo a las afueras de Tiaret. Allí, el padre, de raza bereber, se dedicaba al cuidado de sus tierras y unos pocos caballos, vacas y ovejas. La explotación agrícola era de tamaño medio, pero suficiente para proveer a la familia de todo lo necesario, de manera que en ocasiones, cuando el trabajo obligaba, el padre contrataba jornaleros para que le ayudaran en su labor. La madre, árabe, ayudaba al padre en el campo, pero se dedicaba sobre todo a las labores de la casa y a cuidar de sus hijos. Cuando nace Saíd, hay ya en la casa un niño y una niña; posteriormente nacerán dos hermanos más, otro niño y otra niña. Los cinco vienen al mundo en un intervalo de veinte años. Saíd cuenta que recuerda haber sido un niño feliz, que su vida era muy sencilla, muy simple y muy tranquila, sin grandes problemas ni sobresaltos. De niño se dedicaba a jugar con sus hermanos y otros niños del pueblo, y poco más. Cuenta que era un estilo de vida muy tradicional, mezcla de las costumbres pro-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

pias de Argelia, que eran distintas de las del resto de países árabes, y de las costumbres de la religión musulmana, y que ambas tradiciones convivían sin contradicción. Acudían a visitar a sus tíos y a sus primos, y recibían la visita de éstos, sobre todo durante el ramadán. Llevaban una vida familiar, muy modesta. En casa hablaban una combinación de árabe y bereber usual en aquella zona, si bien todos conocían tanto el idioma árabe, que era la lengua oficial, como el bereber, más común en el habla popular. Además, había quedado en todo el país, debido a la reciente influencia colonial, un uso frecuente de la lengua francesa, pese a que no era conocida por todos, puesto que su enseñanza se reducía al ámbito escolar y, cuando Argelia se independiza, hay en el país un alto índice de analfabetismo, ya que hasta ese momento la educación no estaba todavía extendida a toda la población. En casa de Saíd, los padres se habían propuesto que sus hijos tuvieran una instrucción lo más esmerada posible. Su gran preocupación es que los hijos estudien y para ello trabajan con denuedo, insistiendo en todo momento en la importancia que para su futuro tendrá una buena formación. De manera que, cuando cumple seis años, Saíd empieza a asistir a las clases de primaria que se impartían en uno de los colegios de Tiaret. El sistema que regía por aquel entonces en las escuelas argelinas era el sistema francés. Saíd reconoce ahora que tal vez fuera un sistema un tanto anticuado, pero en general le parece que era un buen sistema, sobre todo porque la educación ya era entonces universal y obligatoria. Pronto comienza a destacarse entre sus compañeros como un alumno aplicado y sobresaliente, siendo el primero de su clase en los seis años de educación primaria. Con apenas diez años, Saíd es trilingüe. Al árabe y al bereber, suma un conocimiento perfecto de la lengua francesa, y rememora con cariño la vida del colegio, las excursiones campestres que organizaba la escuela, o los intercambios con niños de otros colegios. Asegura que los profesores le trataban bien, y que se divertía estudiando tanto como practicando deporte. El voleybol constituye una de sus pasiones en aquella época y se entrega a ella con gusto durante su tiempo libre, una vez ha concluido sus deberes escolares, en cuyo cumplimiento e importancia tanto insisten los padres. Finalizados los estudios de primaria, Saíd inicia su andadura en el college durante otros cuatro años, también en Tiaret. Allí comienza a estudiar inglés y pronto descubre lo mucho que le interesa aprender otras lenguas. El francés es por aquel tiempo una de sus asignaturas preferidas. Descubre, gracias a su profesor, a Julio Verne, y recuerda cuánto le gustaron aquellas aventuras marinas que leyó en sus libros, aunque ha olvidado los títulos de las novelas. Al mismo tiempo descubre la física, que despierta su interés más que cualquier otra materia. Su vida empieza a centrarse en los estudios, cada vez con más ahínco. También en el college su aplicación le convierte en el primero de la clase. Más tarde, en el instituto, continuará con la misma dedicación, y también allí resulta el alumno más destacado de su promoción, logros que recuerda con orgullo. Su pasión deportiva continúa intacta durante esta fase de bachiller. Forma parte del equipo de voleybol del instituto, lo que le permite recorrer todo el oeste

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

y el centro del país disputando partidos en la liga estudiantil. Viaja por numerosas ciudades y se da cuenta de lo mucho que disfruta conociendo lugares diferentes de Tiaret. Sin embargo, empieza a sentir como una molestia la presión constante que en casa ejercen sobre él en relación al estudio. Allí no dice nada, pero con los profesores se desahoga a menudo, contándoles lo mucho que le apremian para que no ceje en su cometido. Confiesa que con algunos de sus maestros alcanza una relación más estrecha incluso que la que mantiene con sus padres, a quienes respeta y no quiere contrariar, y que es con aquellos, con sus profesores, con quienes habla de sus problemas, del agobio que le provoca la insistencia paterna. En todo caso, ahora, pasado el tiempo, valora mucho aquel esfuerzo que sus padres hacían, y lo agradece, pero ello no impide que siga recordando los malos ratos que pasaba en ocasiones por causa de este empeño que con él se habían propuesto. La relación con sus padres es buena. Saíd no recuerda haber peleado con ellos, ni siquiera haber discutido. Estudiaba, jugaba, comía, dormía y, en primavera, echaba una mano en las tareas agrícolas, durante la recolección. Reitera que llevaban una vida pacífica y sencilla, muy simple, y que la relación era buena y respetuosa. El único punto de fricción aparecía cuando le impelían a que estudiase, porque sentía que limitaban su libertad para hacer deporte o estar con sus amigos, a pesar de que despuntaba en sus estudios. Pero Saíd no se quejaba ni les replicaba. Simplemente lo contaba en el colegio cuando esa presión le parecía demasiada, pero nunca hizo a sus padres reproche alguno al respecto. Por lo demás, aunque el trato que los padres daban a los hijos era correcto e igualitario, sin hacer distinciones entre varones y mujeres, Saíd confiesa que se sentía el favorito de sus padres, sin saber muy bien por qué, pero sostiene haber tenido esa sensación, tal vez por su brillantez académica. 1.2.

Muerte del padre

Cuando tenía 14 años, ocurrió una grave desgracia en la familia, única que Saíd recuerda y que relata con brevedad, sin extenderse en detalles. El padre sufrió un accidente con su coche mientras conducía de vuelta a casa durante uno de los cortos trayectos que solía realizar para atender su trabajo. Chocó contra un camión que venía en dirección contraria y resultó muerto. Este suceso apenó a todos en la casa, pues querían mucho al padre, y desde entonces lo echan en falta, recordando aquel día aciago con gran tristeza. No obstante, la vida continuó. Los hijos siguieron estudiando y la madre pasó a encargarse sola de todo lo que hasta entonces incumbía al padre. Cuidaba de sus hijos y de la casa, y atendía a los animales y los cultivos ayudándose de jornaleros que contrataba puntualmente. La familia no vio disminuidos sus ingresos, ni alterada su vida cotidiana, al menos no en el aspecto material, pero vivieron esa ausencia con dolor, resignados. Aparte del fallecimiento del padre, Saíd no recuerda ningún otro hecho desgraciado. La salud de la familia fue siempre buena. Aunque luego el sistema cambió, en aquel tiempo la Sanidad era pública y toda la población recibía asistencia médica sin excepciones. A los niños se les aplicaban las preceptivas vacunas desde pequeños y pasaban en el colegio reconocimientos médicos pe-

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riódicamente. Solamente una vez, por culpa de unas llagas que le salieron en el brazo, y cuyas cicatrices aún pueden observarse levemente marcadas en su piel, como diminutas manchas oscuras, tuvo Saíd que acudir con su padre al médico, que curó el mal sin mayor obstáculo. Además de esto, Saíd recuerda cómo un día a su madre le estalló una pequeña bombona de gas entre las manos, y cómo hubieron de asistir de urgencia las quemaduras que le provocó, trasladándola al hospital en una ambulancia. Ningún otro episodio cabe reseñar en este aspecto. La salud de la familia fue siempre buena, igual que la de Saíd en particular, circunstancia que él relaciona directamente con su afición a las prácticas deportivas, que fue habitual en su niñez y en su juventud, y que aún hoy perdura de vez en vez. 1.3.

Cambios sociales

Saíd cuenta también cómo en esta misma época, durante los años setenta, el país experimentó una profunda transformación social, que en su región afectó primordialmente a Tiaret, la capital. El partido socialista se alzó con el triunfo en las elecciones y el nuevo gobierno impulsó una serie de reformas que cambiaron la fisonomía de la ciudad tanto como las costumbres del pueblo. La economía del país, que hasta entonces estaba basada en la agricultura y que, en zonas menos desarrolladas –donde los campesinos eran analfabetos y no pasaban de sostenerse a duras penas con una economía de mera subsistencia–, presentaba un atraso evidente, sufrió una remodelación profunda. Se inició en todo el país un plan de industrialización muy ambicioso. En Tiaret se instaló una antena de televisión y una estación de radio, se abrió una fábrica de curtidos y una gran empresa de lácteos danesa instaló allí una de sus plantas. Saíd asegura que el país cambió mucho. Afirma que esto significó un gran avance, sobre todo económico y tecnológico, que el país empezó a ofrecer una cara más moderna, más desarrollada. Las nuevas industrias trajeron consigo nuevos puestos de trabajo, nuevas formas de ganarse la vida desconocidas hasta entonces. Las antiguas costumbres empezaron a perderse, la vida se hizo más rápida y competitiva. Para Saíd, se ganó en desarrollo y modernidad, pero se perdió la tranquilidad de antaño. La vida se hizo más estresante, más acomplejada. Todos querían tener más de lo que tenían, se volvieron más ambiciosos y también más egoístas, sobre todo en la ciudad. La familia, que había sido un pilar fundamental de la sociedad, empezó a verse relegada. Las relaciones entre parientes se tornaron menos frecuentes y, como es lógico, menos intensas. Las tareas agrícolas perdieron importancia para la economía. El gobierno, y con él la sociedad entera, se volcó en un proceso de industrialización que Saíd considera excesivo, imprudente. En su opinión, no se tuvieron en cuenta los aspectos negativos que ese proceso podía acarrear. Piensa que había necesidad de ese cambio, pero que tenía que haberse hecho de otra forma, porque al final, según él, la vida no es mejor ahora, sobre todo en lo que hace referencia a las relaciones humanas. Saíd piensa que se ha perdido en solidaridad y sencillez, y que ahora hay más egoísmo, más ambición, lo cual no le parece que sea bueno. Me cuen-

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ta cómo, por ejemplo60, las antiguas fuentes que rodeaban la ciudad, y que eran parte de su belleza, están ahora contaminadas, así como las aguas de numerosos ríos aledaños, o cómo se ha diezmado parte de los bosques y, en general, se ha abandonado progresivamente el campo. Saíd era todavía un niño mientras todo esto ocurría, y asistió a esta mutación casi sin darse cuenta. Hasta que no pasaron los años no se paró a pensar en ello. En aquella época se limitaba a observar. Por lo demás, a su familia no le afectó en gran medida, puesto que la madre continuó dedicándose al trabajo agrícola. Él y sus hermanos, estudiaban. 1.4.

Una vocación

Los estudios seguían ganando terreno en las preocupaciones de Saíd. Prácticamente no pensaba en otra cosa. Estudiaba, comía y dormía. Dice que no tenía muchos otros intereses fuera de esto, que no tenía otras ilusiones. Su vida estaba dirigida al estudio, y más cada vez. Así lo quería su madre y así lo quería también él. Se vuelca en el estudio de la física y las matemáticas y explica esta predilección por un motivo que resulta harto comprensible en un adolescente. Ya desde pequeño se sintió fascinado por todo lo relativo a la aventura espacial. Las estrellas y los planetas habían atrapado su atención, y empezó a interesarse por estos temas. Los viajes a la luna, los agujeros negros, la velocidad de la luz y los cohetes... todo ello ocupaba su pensamiento y su imaginación. Pero su acercamiento a estos misterios y descubrimientos no lo realizó sólo desde la física y las matemáticas; en el Corán encontró otra fuente para estudiarlos. Me cuenta cómo en el Corán se describe toda una cosmogonía y se habla de la formación del Universo, de cómo Dios creó el día y la noche, o el cambio de las estaciones. Descubrir tales asuntos despertaba su curiosidad, desde el principio quiso saber más y más y compaginó el estudio científico del universo, mediante la física y las matemáticas, con el estudio religioso, principalmente a través de la lectura del Corán. No considera que haya contradicción entre estas dos visiones, la científica y la religiosa. Para Saíd se trata de un aprendizaje paralelo, complementario, y, de hecho, estima la religión como un valor fundamental en su vida, como una forma de educación, de aprendizaje. Asegura no tener una idea extremista o fundamentalista de la religión musulmana; el Islam que él aprendió desde pequeño se compone de unos preceptos muy sencillos, que no tienen por qué determinar totalmente una vida. Se trata, para él, de una vivencia íntima, que lleva con modestia y sencillez y de la que, de una u otra forma, participan todas las culturas conocidas. No acude a la mezquita regularmente, ni siquiera en Argelia lo hacía, solamente en determinadas ceremonias de especial importancia, como cuando concluye el Ramadán, por ejemplo, ritual que le gusta respetar y que le hace feliz por cuanto implica una 60 Saíd tiende a expresarse poniendo ejemplos continuamente, tal vez por su dificultad para hablar en castellano, pero lo cierto es que suele llenar sus frases con ejemplos para ilustrar lo que está diciendo y asegurarse de que se le entiende.

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época en la que los lazos familiares se estrechan y las relaciones humanas muestran su faceta más solidaria. Mientras me hablaba de todo esto, noté que aumentaba su locuacidad, por lo general exigua. Saíd considera que la religión es parte de su personalidad, una herencia que sus padres le han legado, y que valora con gratitud. Percibí que le interesaba dejar clara su visión de la religión islámica. Habla de la dificultad que entraña interpretar el Corán, de que para hacerlo es necesario un estudio largo, que es una ciencia que puede llevar toda una vida, y que, por tanto, tal interpretación no está al alcance de cualquiera. Es un asunto difícil, muy arduo, muy pesado, que debe hacerse con humildad. Insiste en esto porque piensa que parte de la culpa de los problemas que hoy por hoy en el mundo giran en torno al Islam, se deben a que personas sin preparación interpretan el Corán, de forma que corrompen su significado, persiguiendo otros intereses que nada tienen que ver con la religión. A su juicio, tales grupos integristas son, en realidad, grupos políticos, que han interpretado el Corán sin conocimiento, sólo para conseguir poder. Me explica que, en efecto, el Corán habla de política, pero de una política de paz, de convivencia con otras culturas y religiones, no de una política de violencia. Cita un versículo del libro donde el profeta afirma que si un musulmán ignora algo, debe preguntar a un cristiano o a un judío, que saben más que él; no entiende cómo puede interpretarse el Corán de forma que se fomente el odio de los musulmanes hacia judíos y cristianos, a no ser por pura ignorancia y ansias de poder. Señala que también en el cristianismo surgieron en el pasado grupos radicales, y que aún hoy, en el judaísmo los hay, tan peligrosos o más que los islamistas, pero confía en que con el tiempo, la razón y los derechos humanos terminarán por imponerse, acabarán con estas perversiones de la religión.

2. La Universidad A los veinte años, Saíd se dispone a entrar en la Universidad. No demuestra una emoción especial por ello, simplemente se limita a continuar el camino que tiene trazado con naturalidad. Hace lo que de él se espera que haga, sin quejarse, pero tampoco entusiasmado por la nueva etapa que vislumbra en su horizonte, y sin plantearse que su camino pudiera ser otro. Sin embargo, en este punto su vida experimenta un cambio sustancial. Por primera vez, abandona el hogar donde había crecido y se muda al campus universitario, a las afueras de Tiaret, donde comparte piso con otros dos condiscípulos que eran de su confianza. A partir de entonces, regresará a casa sólo los fines de semana. En un principio, su intención era acudir a la facultad de biología en la universidad de Orán. Pero aquellos estudios se impartían en árabe, y dada la insuficiencia de recursos disponibles para adquirir un completo conocimiento de las materias en ese idioma, por culpa de una bibliografía muy escasa, y debido a que la mayoría de publicaciones científicas aparecían en francés, así como porque el aprendizaje del profesorado se había desarrollado en universidades europeas casi siempre,

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de forma que estudiando en esta lengua, el francés, que manejaba con soltura, podía alcanzar una mejor formación, Saíd se decide finalmente por desechar la biología y matricularse en ciencias del suelo, en Tiaret, para hacer la carrera en francés. No piensa que esta decisión refleje desinterés o alguna clase de prejuicio contra la cultura árabe, sino que es fruto de la utilidad: en francés sus estudios serían más completos y mayores sus posibilidades de aprender con el rigor que deseaba. El cambio se le hace un poco cuesta arriba al principio. No es capaz de destacarse en los estudios sobre sus compañeros con la misma facilidad que en el colegio o el instituto. Saca adelante los dos primeros cursos con esfuerzo, pero sin especial brillantez. Pese a todo, a medida que avanza en sus estudios, va adaptándose cada vez más a la nueva situación: en el tercer curso de la carrera mejora muchísimo su rendimiento, en el penúltimo curso es ya uno de los alumnos más brillantes de su promoción, y concluye el último año como el primero de su clase, lo que resulta de nuevo un motivo que le mueve a sentirse orgulloso de sí mismo. Entretanto estudia, Saíd participa activamente en la vida universitaria. Su curiosidad no se limita a las asignaturas de la carrera, sino que se dirige también a las artes y a otras actividades de la comunidad estudiantil. Asiste a exposiciones y, más regularmente, al cine club de la universidad, donde disfruta en especial con las películas de temática social y los westerns del cine clásico americano. Acude a conferencias y congresos, y es aquí, por sus cualidades políglotas, donde empieza a establecer contacto con profesores de universidades extranjeras, puesto que su facilidad para hablar inglés o francés hace de él un interlocutor más cómodo para los visitantes que la mayor parte de sus compatriotas; piensa entonces aprender alemán, pero sus solitarios esfuerzos en este sentido surten escaso fruto, concluyendo Saíd que para alcanzar un conocimiento suficiente de esa lengua tendría que pasar una buena temporada en Alemania. Concurre también a las asambleas que los estudiantes realizaban para defender sus derechos y se informa constantemente, a través de la prensa francófona, de los problemas sociales que atraviesa no sólo su país, sino el mundo entero. Asegura que nunca tomó parte de forma abierta, que no se afilió a ningún partido, ni dio preferencia a unos grupos sobre otros. Estaba muy informado de todo lo que acontecía a su alrededor, pero no se decidió a comprometerse en ninguna militancia. En este sentido, priorizó siempre su independencia por encima de intereses partidistas, y así se ha mantenido desde entonces. La única bandera que dice poder enarbolar es la de la defensa de los derechos humanos, pero no en nombre de otra causa o partido. Su ideología es la de los derechos humanos, sin más atributos. Cuando había elecciones, votaba, pero se negó a participar en los procesos de propaganda electoral, o a jugar otro papel durante las votaciones que no fuera el de un ciudadano más, y ello pese a los numerosos requerimientos que en este sentido le hicieron para que se implicase más profundamente en alguno de los bandos o ejerciese de responsable en las urnas. Políticamente, se decanta sin lugar a dudas por el ecologismo, pues la contaminación y el deterioro del medio ambiente le parecen uno de los problemas más graves a nivel mun-

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dial; se identifica sólo con partidos verdes. No obstante, se considera también bereber absolutamente y, por tanto –pues según me explica, los bereberes son la población indígena de Argelia–, absolutamente argelino. Cuando le pregunto si a esta tríada –bereber, argelino y ecologista– añadiría también para definirse la palabra musulmán, me contesta que no, que la religión es importante para él, pero no hasta el punto de definirle como ser humano. En cuanto a sus relaciones sociales, Saíd se reconoce como una persona tímida, parca, a la que le gusta más escuchar que hablar, y a quien no le gusta opinar sobre algo si antes no se ha formado una opinión fundada al respecto. Sus amistades nunca han sido muy estrechas, la cordialidad, más que el afecto, era la nota común en ellas. Le gusta tratar a la gente, estar en compañía, pero mantiene siempre cierta distancia. De hecho, durante estos años, aunque tiene muchas amigas, no entabla ninguna relación seria con ellas. En todos estos años, Saíd no tuvo novia. Sus intereses iban sobre todo encauzados hacia el estudio61. 2.1.

Primeros trabajos

Concluidos los cinco cursos de la carrera, encuentra trabajo en la administración para ocuparse de la salud en la agricultura y otros problemas sociales relacionados con ello. El trabajo lo lleva a cabo en otra ciudad, cercana a Tiaret pero más pequeña, a donde tiene que desplazarse cada día en auto-stop desde su casa paterna, lugar en el que ha vuelto a instalarse tras dejar la residencia universitaria. Recuerda que los desplazamientos se le hacían duros, que durante el invierno pasaba mucho frío en la carretera esperando que algún conductor le llevase, pero asegura que nunca llegó tarde al trabajo. En esta administración trabajó un año. Más tarde, encuentra trabajo en una agencia privada que se dedica a realizar estudios por encargo del gobierno. Al mismo tiempo, llega a un acuerdo con el director de la misma para emprender sus estudios de doctorado en Tiaret, de manera que se muda de nuevo a la residencia universitaria. Trabaja en la agencia y tiene un día y medio a la semana para acudir a los cursos del doctorado. Apenas goza de tiempo libre para disfrutar de las aficiones que había cultivado durante sus años de estudiante universitario. Le hacían contratos temporales, no muy bien pagados, pero recuerda el trabajo en la agencia con especial cariño. La agencia se dedicaba a diseñar mapas físicos, de ríos, montañas y también de la agricultura y el medio ambiente. Viajaban en coche por el centro y el oeste de Argelia. Era un trabajo multidisci61 A lo largo de las entrevistas que le hice pude comprobar, en efecto, su timidez y su parquedad. Hube de lanzarle preguntas constantemente para conseguir que hablase, y sus respuestas fueron invariablemente breves, monosilábicas incluso, salvo excepcionalmente, cuando lo que me dijo no se refirió tanto a sí mismo como a lo que opinaba de un determinado asunto o problema. Dudo de que tal forma de expresarse obedezca tan sólo a que su conocimiento del español es imperfecto, pues hablando de política, del terrorismo y el gobierno norteamericano, del fenómeno de la inmigración y los incidentes acontecidos en Francia a finales del pasado 2005, o de cuestiones científicas, alarga su discurso sin grandes dificultades, no así cuando habla de sus sentimientos, que despacha con dos o tres frases a lo sumo, dejando traslucir incomodidad y el deseo de ir cuanto a antes a otro tema.

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plinar, que realizaban en grupo arquitectos, geólogos, especialistas en climatología, urbanistas... A Saíd, esa forma de trabajar le atrae más que el trabajo en solitario, puesto que así encuentra ayuda y la posibilidad de aprender de sus compañeros. Lo recuerda como un trabajo muy estimulante. Entretanto, consigue terminar con éxito el doctorado, presentando un trabajo de física y química sobre la transmisión del calor y los cambios de temperatura en el suelo. Pero, andado el tiempo, el trabajo en la agencia termina, y Saíd permanece en paro durante un año. Vuelve a casa de su madre, quien le ayuda cuando los pocos ahorros que le ha dejado el trabajo se esfuman, ya que el estado argelino no prevé ningún subsidio para los trabajadores desempleados, y allí permanece hasta que, al cabo, encuentra trabajo como profesor de ciencias del suelo en una universidad cercana a Orán. Su nuevo cometido estriba en impartir tres clases diarias de la asignatura ciencias del suelo a alumnos de segundo y tercer curso. Así, encadenando contratos de seis meses, o de un año como máximo, pasa dos años y medio. Contacta con profesores en Francia, Bélgica, Estados Unidos y Canadá, con la idea de doctorarse en alguna universidad extrajera y elaborar una tesis sobre la contaminación del suelo por los productos químicos, tema que le interesa especialmente y que por sus anteriores trabajos ha podido constatar in situ. Una vez al mes, continúa visitando a su familia en la casa de siempre. Por esa época, sus hermanos varones también han empezado a encauzar su vida: uno será jurista, y otro trabajará en la administración; las chicas viven ahora felizmente casadas. Saíd disfruta de la compañía de sus sobrinos cuando tiene oportunidad. 2.2.

Argelia inestable

La sociedad argelina continúa experimentando grandes cambios. El capitalismo se expande, y al gobierno socialista le sucedió otro de carácter conservador, que instauró métodos neoliberales, privatizando la economía y beneficiando el libre mercado. Pero la política vive en un clima de persistente inestabilidad. Los derechos humanos no se cumplen y la pobreza no ha sido erradicada. La población comienza a emigrar movida por la necesidad. Saíd cuenta cómo empezó a quedarse solo: la mayoría de sus amigos abandonaron Argelia para marchar a Francia o Canadá, donde rehicieron sus vidas, y piensa por primera vez en la posibilidad de emprender él un camino similar. Además, el nuevo gobierno se enfrentaba al independentismo de algunas regiones donde la población bereber exigía ver satisfechas sus demandas, fundamentalmente en lo relativo al reconocimiento de su lengua, que estaba excluida en la enseñanza. Pero, a juicio de Saíd, el mayor error político de aquel periodo ocurrió a finales de la década de los noventa y consistió en la legalización del Frente Islámico de Salvación, partido de carácter extremista que hasta ese momento desarrollaba sus acciones en la clandestinidad. Este partido, según Saíd, se servía de la situación de miseria e ignorancia de gran parte de la población, prometiendo mejoras con la declaración de derechos humanos en una mano y

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

el Corán en la otra, de modo que, en las primeras elecciones a las que concurrió, resultó la fuerza política más votada en todo el país. El gobierno, sorprendido del resultado, no decidió nada mejor que ilegalizar de nuevo a los radicales, invalidando las elecciones, de modo que la militancia y los simpatizantes del partido islamista se echaron a las calles organizando manifestaciones de protesta en todo el país. Saíd refiere que ante el asedio de la población, el gobierno se puso nervioso y respondió a las protestas con toda su fuerza. La policía se enfrentó a los manifestantes sin reparar en medios, con toda la violencia que estimó necesaria, y el resultado fueron decenas de civiles muertos. Lógicamente, a partir de tales episodios de violencia, la situación empeoró. Los integristas cortaban las carreteras, perpetraban altercados con violencia, asaltaban pueblos por la noche, secuestrando y asesinando a quienes consideraban espías y cómplices del gobierno, atacando las sedes de las fuerzas del orden público; llegaron incluso a secuestrar a un tío carnal del presidente. La inseguridad se extendió como un reguero de pólvora y toda la población vivía cotidianamente en el miedo y la desconfianza. En cada pueblo había infiltrados fanáticos que pasaban información a los grupos armados. Mientras tanto, el gobierno se mostraba incapaz de impedir tales desmanes. Saíd califica aquella situación, que duró algunos años, como insoportable. Uno de sus primos fue asesinado. En una de sus incursiones nocturnas, los insurgentes asaltaron su pueblo y se lo llevaron para matarlo. Uno de los pocos amigos que a Saíd le quedaban en Argelia corrió la misma suerte. En ambos casos la excusa pretextada fue que se trataba de espías del gobierno, pero Saíd asegura que tal cosa es imposible, puesto que los conocía bien y nunca tuvo noticia de que participasen en actividades semejantes. Cada vez que emprendía el camino desde la Universidad a su casa, y cada vez que regresaba de su casa para trabajar en la Universidad, Saíd se encontraba cortadas las carreteras, barricadas, manifestaciones, incendios, controles policiales y, en general, un clima de violencia e inseguridad que se le hacía insufrible. Nunca recibió amenazas directamente, ni ninguna agresión, pero temía por su vida en todo momento y empezó a pensar seriamente en marcharse. Tenía un buen trabajo, hacía lo que le gustaba, pero sus contratos eran siempre temporales, de modo que le impedían tener la estabilidad laboral que anhelaba y, dada la situación, su propósito de continuar estudiando se alejaba más y más. Con 34 años, no estaba casado, ni tenía hijos, así que se decidió a emigrar y buscar fortuna fuera de su país. Vía internet entabló contacto con profesores de la universidad de Salamanca, que se mostraron interesados en su proyecto de tesis y dispuestos a respaldarlo. Acudió al consulado español en Orán, el más cercano para él, y allí el cónsul le animó a que solicitase una beca con la que continuar sus estudios en España. También mediante internet, se matriculó en una escuela de español de Salamanca, y buscó habitación para instalarse aquí en un piso compartido. Anunció

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a su familia la resolución que había adoptado, decisión que ellos respetaron, ya que consideraban a Saíd una persona adulta, libre de hacer con su vida lo que mejor le pareciese. Aunque no se alegraran de su partida, comprendieron que en Argelia no era feliz. Saíd reunió sus ahorros, más un poco de dinero que le ofreció su madre, compró un billete de avión, adquirió un visado de turista y aterrizó en Alicante.

3. España 3.1.

El estudiante (rondando los 40)

Apenas hubo tomado tierra su avión en Alicante, Saíd subió a un tren con rumbo a Salamanca, atraído por el prestigio de su universidad. Antes de partir de Argelia, tuvo claro que ése sería su destino en España. Los contactos previos que realizó desde África con profesores españoles disiparon cualquier duda en torno al lugar donde hubiera podido establecerse. De inmediato se instaló en la habitación que había reservado a través de internet. El alojamiento era cómodo y apacible. Un piso amplio, nuevo, con calefacción, que compartía con otros tres estudiantes, extranjeros como él. Por él pagaba Saíd 20.000 pesetas mensuales, más su correspondiente cuota en los gastos de luz y agua. A cambio de esa renta, obtenía el derecho a un cuarto propio y a hacer uso de la cocina y el baño. Los otros habitantes del inmueble eran un francés, un taiwanés y una joven procedente de Dinamarca, de quienes resalta su buena educación, lo que facilitó que mantuviera siempre con ellos una relación pacífica y cordial, sin lugar a disputas. Pronto trabó especial vínculo con el joven galo, como es natural, pues su conocimiento del español era nulo cuando llegó, y con éste podía entenderse sin problemas. Dicha relación le fue de gran utilidad, pues su compañero hacía las veces de traductor cuando las conversaciones en casa se desarrollaban en castellano. Saíd remarca que, de no ser por él, apenas se hubiera enterado de nada durante aquellos primeros días. Así las cosas, consciente de que lo prioritario entonces era aprender castellano sin demora, comenzó a acudir a clases de español en la academia donde se había matriculado desde Argelia. Allí se relacionó con otros estudiantes, norteamericanos en su mayoría, y recuerda que en compañía de ellos y del chico francés con el que convivía, solía salir de noche a bares y discotecas, al cine o a exposiciones, y a recorrer la ciudad. Todo era nuevo para él, las costumbres, la gente que le rodeaba... la ciudad le pareció muy hermosa y gustaba de pasear a menudo admirando sus monumentos. El arte en España se le antoja distinto de la idea del mismo que tenía mientras vivió en Argelia. Allí las muestras del arte de las que tuvo noticia se centraban sobre todo en su faceta más social o política. La revolución por la independencia del país protagonizaba la mayor parte de ellas. Por supuesto, Saíd sabía que el arte podía ser de otras maneras, que era muy rico y diferente en cada sitio, pero sólo había podido ver, en un libro, arte del renacimiento italiano, que le había gustado mucho; pero su formación en este terreno era poca y, a pesar de que el arte le gusta, dice no

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

otorgarle una posición destacada entre sus intereses. Disfruta visitando monumentos, pero esto no es esencial para él. En España descubre el arte cristiano en las iglesias de Salamanca, en la catedral, y le complace mucho. Su interés por la religión se mezcla aquí. Las religiones le interesan independientemente del culto que profesen, y también en la religión católica encuentra un modo de satisfacer su curiosidad. Asiste con placer a ceremonias religiosas en alguna ocasión. Mantiene contacto con su familia en Argelia periódicamente, llamando por teléfono de cuando en cuando y a través del correo electrónico, que utiliza con más frecuencia, acudiendo a ciber-cafés. En uno de ellos conoció a una joven californiana que se encontraba en Salamanca estudiando español, simpatizaron y comenzaron a salir. Visitaban museos, exposiciones, iban al ciber-café o al cine juntos y, en resumen, iniciaron una relación sentimental. Pero Saíd asegura que en ningún momento el noviazgo fue a más. La joven regresaría tarde o temprano a Estados Unidos, y él no pensaba abandonar su intención de estudiar en España. En ocasiones pasaron la noche juntos en casa de la chica, pero nunca pensaron que su relación pudiese durar. Saíd reconoce que no estaba enamorado de ella, que nunca pensaron en formar una familia ni nada parecido, ni siquiera en vivir juntos y que, a la postre, cuando ella regresó a California, se despidieron sin traumas. Saíd piensa que a ella le costó un poco más renunciar al noviazgo, y que aún hoy le escribe de vez en cuando, pero él no desea alimentar ilusiones que cree no tienen futuro. Por lo demás, su máximo interés sigue siendo doctorarse y, aunque no descarte formar su propia familia algún día, todo el resto se sitúa en un lugar secundario hasta que lo haya logrado. 3.2.

Tribulaciones de un estudiante (?) ilegal

Sin embargo, su periplo como alumno de español se prolongó dos meses escasos. Gastaba en la academia tanto como en el alojamiento y pronto hubo de prescindir de las clases, que tanto mermaban sus escuetos recursos. El visado de turista con el que había venido, le impedía trabajar en España, y sin embargo, se apercibió pronto de que debía hallar un empleo cuanto antes. Empero, su español era muy imperfecto aún. Practicaba en la calle, pero todavía tenía que mejorar mucho y, a través de otros inmigrantes que conoció en uno de sus paseos, argelinos como él, supo de la existencia de las clases gratuitas de castellano que se impartían en un centro de Cruz Roja. Allí fue, dispuesto a seguir aprendiendo, pero le decepcionó un poco constatar que el aprendizaje iba a resultar más dificultoso que en la academia, donde las clases eran frecuentes, se impartían en grupos en función del nivel del alumnado y había profesores especializados. En Cruz Roja llevaban ya dos semanas de curso cuando Saíd se incorporó, y le pareció que avanzaba menos en esa nueva escuela. Permanece yendo a clase cinco meses, pero asegura que su español lo debe principalmente a lo aprendido conversando con la gente. Es en este centro donde recibe clase de español donde se informa de la existencia de otra sede de Cruz Roja donde se llevan a cabo distinto tipo de ac-

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tividades: reuniones y talleres de manualidades a los que acude para encontrase con voluntarios y usuarios como él y practicar castellano. Entretanto, ya se ha entrevistado con el profesor universitario con quien había entablado contacto desde Argelia. El profesor sigue dispuesto a dirigir su trabajo si logra doctorarse, de forma que Saíd comienza a cumplimentar los trámites para matricularse en el doctorado. Sin embargo, los más de 1.000 euros que cuesta la matrícula son inasequibles para su magro capital, cada vez más menguado, de forma que su única posibilidad de estudiar queda condicionada a la eventual percepción de una beca. Comienza también todo el papeleo para solicitarla, con gran dificultad, pues en ocasiones le cuesta comprender el farragoso lenguaje burocrático de los numerosos impresos. La beca le es denegada finalmente, pues su situación en España es irregular, ya que vino como turista y, transcurridos los tres meses que sancionaba su visado, ha pasado a convertirse en un inmigrante ilegal. A través de los servicios jurídicos de Cruz Roja, inicia los trámites para regularizar su situación. En el ínterin, le es facilitado un documento en el que se declara que está a la espera de concluir dichas formalidades, para que un eventual control policial no provoque su expulsión de España62. Saíd descubre que su propósito inicial empieza a topar con más obstáculos de los que imaginaba. La creciente burocracia con la que se encuentra empieza a sobrepasar su capacidad de entendimiento; en muchas ocasiones se encuentra ante la tesitura de firmar documentos que no entiende, librando su suerte a la confianza que ha depositado en los abogados de Cruz Roja, pues no ve que le quede otra opción. Su solicitud es rechazada nuevamente, pues carece de una oferta de empleo y aunque hubiera dispuesto de una, difícilmente habría podido obtener respuesta positiva por parte de la Administración española, ya que, en tal caso, debía encontrarse en Argelia y hacer desde allí el requerimiento para residir y trabajar en España. En ese caso, también en Argelia la burocracia le esperaba. Saíd ignoraba la existencia de tantos obstáculos cuando vino. Imaginó que algún trámite tendría que pasar para estudiar en la Universidad, pero no se le ocurrió ni por un momento que pudiera llegar a resultar tan complicado. Empieza a sentirse inseguro, teme que la policía pueda pararle en la calle en cualquier momento y llevarlo de vuelta a su país. Su dinero se acaba y empieza a buscar trabajo ilegal, pero no encuentra dónde; allá donde se dirige le exigen tener los papeles en regla. Busca sobre todo en la hostelería al principio, a través del periódico, pero más tarde se muestra dispuesto a aceptar cualquier cosa, sin resultado a pesar de sus esfuerzos. Se ve obligado a abandonar el piso que compartía, donde ha permanecido durante seis meses, y por unos días se hospeda en casa de un egipcio que ha conocido en Cruz Roja. También en Cruz Roja, conoce a una trabajadora de Cáritas que, enterada de su situación, le informa de la existencia del Albergue Pa62 En realidad, eso es lo que Saíd cree, pues, legalmente, ese documento no hubiera impedido su expulsión.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

dre Damián, y de que tal vez allí podría encontrar alojamiento durante un tiempo. Saíd acepta el ofrecimiento sin dudarlo, no ve otra salida; en esa época está muy nervioso y asustado. Sufre de insomnio, apenas logra conciliar tres o cuatro horas de sueño por las noches, y durante el día se siente confuso, como perdido, con una gran ansiedad. Conseguir los papeles se convierte en una obsesión para él, así como hacer lo posible por estudiar en la universidad. De nuevo solicita la beca, haciendo frente con gran esfuerzo a la burocracia que debe sortear para ello, pero de nuevo su solicitud es rechazada. En situación irregular, resulta imposible obtener ayuda ninguna por parte de la Administración española, a excepción de prestaciones sanitarias. Pasa la mayor parte del tiempo en la biblioteca pública de la Casa de las Conchas, entre periódicos donde hojea la ofertas de empleo, o buscando artículos científicos en los que se enfrasca para no pensar. Su intención estriba precisamente en no pensar. Intenta no darle demasiadas vueltas a su situación, abstraerse mediante el estudio, pero el insomnio y la ansiedad van en aumento. Teme incluso volverse loco con tantas preocupaciones, y sólo en la biblioteca encuentra cierto alivio, la única forma para evadirse de sí mismo. Al ingresar en el centro de Cáritas, le hacen pasar un reconocimiento médico, le asesoran para proveerse de una tarjeta sanitaria y, dada la situación en que se encuentra, le recomiendan pedir cita con un psiquiatra para ponerse en tratamiento. Así lo hace Saíd y comienza a tomar medicación para sus trastornos psicológicos. Al principio, los fármacos le hacen un fuerte efecto, poco a poco logra dormir más, y reducir su ansiedad, pero durante el día se encuentra raro, cansado, como perdido otra vez. Afirma que en el centro le han tratado bien en todo momento. Participa en las actividades que realizan allí, atiende a las tareas que le encomiendan, limpiando las dependencias cuando le toca su turno, asiste a los talleres de manualidades y se une a las excursiones que el centro organiza para los residentes. Visita Ávila y La Alberca, población que le agrada especialmente por la vida tranquila que allí se respira, sin el estrés y el individualismo que percibe en las ciudades, y que en Salamanca ha percibido más acentuado que en Argelia. Los pueblos de Salamanca le recuerdan la vida en el campo en Tiaret, y se muestra contento de poder visitarlos, pensando que no le importaría vivir en alguno de ellos. En el Padre Damián no acaba de sentirse cómodo. No se siente integrado con el resto de compañeros que, en su opinión, presentan una problemática diferente de la suya. A su juicio, la mayoría de compañeros del centro tiene problemas de conducta, mientras que los suyos son problemas específicos, debidos a su condición de inmigrante ilegal. Echa de menos la existencia de algún lugar específico para inmigrantes donde prestasen la misma clase de ayuda integral. Por lo demás, cuando sucede todo esto, Saíd se ha quedado sin dinero. Además de alojamiento y comida, en el centro le facilitan entradas para el cine esporádicamente, y un pequeño estipendio semanal para satisfacer unos gastos mínimos, para tomar un café, ir a un ciber-café o pagarse el tabaco, vicio éste, el de fumar, que ha adquirido en España, pues en Argelia, no sólo no fumaba, sino que odiaba el humo del tabaco. Ahora, paradójicamente, fuma casi una cajetilla al día.

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Sigue hablando con su familia, se interesa por ellos, pero no les cuenta nada de su precaria situación en España para que no se preocupen innecesariamente. El tiempo pasa, pero su situación no mejora. Superada la primera fase de acogida, pasa en el Padre Damián a la segunda, de reinserción y, debido a que los residentes en el centro que han pasado a esta segunda fase son los menos, deja de compartir habitación y obtiene un cuarto para él solo, una alcoba modesta, con una cama, un sofá, un escritorio, un armario y un pequeño lavabo. Cuando me muestra el sitio donde duerme, se excusa por el desorden. En efecto, la estancia huele a cerrado, veo la cama deshecha y algunas prendas arrugadas sobre la silla. Hay también una ventana y en la pared, sobre la cama, cuelga una estantería con algunos libros: novelas escritas en lengua inglesa. Saíd siente que está perdiendo el tiempo en España sin hacer nada. Busca trabajo clandestino, pero sin fruto. Solamente un día consigue trabajar para un centro comercial de la ciudad, como repartidor. Junto a un compañero, que conduce la furgoneta, distribuyen electrodomésticos de casa en casa por toda la ciudad. Pero transcurrida esa primera jornada laboral, el jefe le dice que sin la documentación en regla, no puede continuar con su empleo allí. Pasa el tiempo leyendo en la biblioteca, buscando textos científicos en la prensa francesa y norteamericana o en el suplemento semanal que un periódico local dedica a temas de medio ambiente. Su obsesión es no pensar, pero no siempre lo consigue y el desánimo le gana. No quiere pensar, pero no puede quitar de su pensamiento el deseo de estudiar, la necesidad de regularizar su situación. Sigue acudiendo al psiquiatra para que le recete la medicación, a la que se ha ido acostumbrando, y aprovecha para hablar un poco con él y desahogarse. Poco a poco su salud mejora, mas no busca desahogo en otro sitio, no suele hablar de su situación cuando está con la gente, aunque se encuentre con inmigrantes como él. Por lo demás, trata de no relacionarse con extranjeros en situación irregular, para no verse envuelto en problemas. Sus escasas relaciones se desarrollan con extranjeros casi siempre, pero con extranjeros occidentales, europeos y americanos que se encuentran en España estudiando y que no tienen ningún problema económico ni administrativo. Con ellos habla de ecología y política. Me cuenta que, por ejemplo, en ocasiones cambiaron impresiones sobre el terrorismo internacional, favorecido, según Saíd, por la política belicista de Bush, además de por la pobreza. Piensa que si traba una amistad estrecha con ilegales y alguno de estos, casualmente, astringido por la situación de necesidad, cometiera algún robo u otro delito, tal vez la policía acudiese a él a pedirle información o cuentas de alguna clase, con el peligro de expulsión inherente, y prefiere no correr ese riesgo. Sin papeles se siente inseguro, desvalido. Siente que no tiene derechos, que si alguna desgracia le ocurriera, se encontraría indefenso. Si le agrediesen en la calle, dice, no podría ir a presentar una denuncia en comisaría. No ha sufrido ataques de este tipo en todo el tiempo que lleva en España, sólo una vez, cuenta, estando en la Plaza Mayor, un grupo de seis o siete jóvenes españoles de unos 25 años le insultaron, gritándole que se marchase a su país, pero que un señor mayor les increpó para que dejasen a Saíd en paz, co-

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mo así ocurrió. Sí ha percibido cierta desconfianza en algunas personas, aunque no hasta el punto de sentirse agredido, pero cuando alguna vez le han hecho algún comentario despreciativo, vinculando su condición norteafricana con el terrorismo, se ha sentido dolido. Achaca estos contados incidentes a la ignorancia y a los prejuicios, que empujan a mucha gente a generalizar sin motivo, discriminando a alguien por su raza simplemente por ser la misma que la de otros que han hecho mal a la sociedad de alguna manera. Observa, por ejemplo, como a menudo los españoles, y no sólo los españoles, sino muchos occidentales, piensan que es árabe y por supuesto musulmán, lo que a Saíd le resulta cómico, pues hay gran número de árabes cristianos, como los coptos en Egipto; demuestran así –deduce Saíd– ignorar la etnia bereber, y que árabes y bereberes son diferentes. Sin papeles no podía hacer nada, y esto le causó una gran aflicción, se sentía solo y perdido. En Cáritas y Cruz Roja encontró mucha ayuda: le asesoraron para conseguir la documentación, tramitaron todo el papeleo agotando posibilidades, pero no lo lograron. Debía esperar o volverse a Argelia e iniciar allí todo el proceso desde el principio. No obstante, observa que de no ser por la asistencia que en estas dos organizaciones le han prestado, no sabe qué hubiera sido de él en España. Piensa que sin ellas le hubiera ido aún mucho peor, y que lo que aquí ha logrado se lo debe a esta ayuda. En Cáritas, realiza un curso de jardinería, que concluye con éxito. Trabajar con las plantas, en la naturaleza, es algo cercano a su especialidad, a lo que en Argelia ha estudiado, y dice que le gustaría encontrar trabajo en este sector si fuera posible. Otro curso que también inició en Cáritas, de carpintería metálica, no le gustó sin embargo. Trabajar el hierro o soldar no era en absoluto de su agrado, le aburría, de forma que no llegó a terminarlo. Tres años llevaba Saíd en Salamanca, viendo cómo sus problemas no hacían sino incrementarse. En Argelia su familia seguía sin saber de su situación. Saíd hablaba con ellos y les decía que estaba estudiando español, arreglando papeles para poder estudiar en la universidad, como así era en cierto modo, pero al no preguntarle más sus hermanos o su madre, nada les contaba de sus verdaderos problemas. El único consejo que recibía de ellos era que si no podía hacer en España aquello para lo que había venido, regresara a Argelia y no malgastara más su tiempo. Pero Saíd pensaba que debía insistir. A pesar de que la situación en Argelia no era tan mala y los incidentes de violencia habían cesado, no pensaba que fuera tan buena como para empezar de cero también allí a estas alturas. Me cuenta que en Argelia sigue sin darse un cumplimiento eficaz a los derechos humanos, que el paro es ahora mayor y el nepotismo una práctica común. En su opinión, en España, un empleo vacante lo conseguirá el aspirante mejor preparado, salvo excepciones, mientras que en Argelia ocurre precisamente al contrario, y sin los contactos y las recomendaciones necesarias es prácticamente imposible encontrar un buen trabajo. En España, su salud mental se había resentido, pero era capaz de darse cuenta de sus problemas, de contemplar su situación con cierta objetividad, y se dijo que a pesar de todo, tenía que hacer cuanto estuviera en su mano por mejorarla. Debía huir de la tentación

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y no caer en lamentaciones. No quería abandonarse a las quejas y hundirse sin hacer nada por remediar las dificultades que tenía ante sí, debía asumir su responsabilidad, pero en ocasiones no era fácil conseguirlo y, cuando ya llevaba más de tres años en España, empezó a pensar en regresar de una vez por todas y darse por vencido. La sensación de estar desperdiciando su tiempo y su vida resultaba ya una carga demasiado pesada. 3.3.

Trabajo y papeles

A punto estaba de arrojar la toalla cuando el cambio político acaecido en España, con el ascenso al gobierno del partido socialista y el inmediato anuncio que hizo público de su intención de regularizar la situación de ilegalidad de casi un millón de inmigrantes que se encontraban en el país, persuadió a Saíd a no cejar en su empeño de encontrar alguna salida y seguir intentando rehacer su vida aquí. En efecto, los servicios jurídicos de Cáritas comenzaron a tramitar su solicitud. Necesitaba un certificado de antecedentes penales, que su hermano pagó y le envió desde Argelia, y, lo más difícil, una oferta de empleo en España. A través de Cáritas-empleo, dicha oferta le fue ofrecida. La Encina, una empresa de reinserción social de Cáritas en Salamanca, le proporcionó ocupación como limpiador a media jornada. Saíd aceptó sin dudar y recobró la ilusión que ya daba por perdida. A los tres meses de que se abriera el plazo para presentar la solicitud de regularización, Saíd recibió una respuesta positiva. De esto hace ahora cinco meses, y Saíd lo recuerda como lo mejor que le ha ocurrido desde que está en España. Desde que consiguió los papeles ha conseguido mayor estabilidad psicológica, dice que ha sacado este problema de su cabeza, y que ahora puede vivir con más tranquilidad, sin miedo a que le expulsen y, sobre todo, sin esa sensación de pérdida de tiempo que hasta entonces tenía. Refiere que en su trabajo actual se encuentra cómodo. Se dedica a limpiar las dependencias de Cáritas en distintos lugares de Salamanca fuera del horario de oficina. En el centro de día para drogodependientes, en las oficinas de la calle Monroy, o en la sede de Cáritas-empleo. El encargado le acompañó el primer día para enseñarle todo lo que tenía que hacer y desde entonces Saíd realiza su trabajo 20 horas semanales, en ocasiones por la mañana y otras veces en horario de tarde, junto a dos compañeros con quienes asegura que mantiene una relación cordial, si bien no excesivamente estrecha, limitándose a ayudarse recíprocamente cuando la tarea lo exige. Ninguno de ellos vive en el centro con él, de modo que sólo está con ellos mientras trabajan. En su tiempo libre se dedica a buscar un trabajo a jornada completa que, por fuerza, tiene que encontrar en el sector de la limpieza, pues su permiso de trabajo tiene esa limitación durante el primer año, si bien podría solicitar un cambio de sector en su permiso en caso de hallar una oferta de empleo, lo cual, sin embargo, dificulta su falta de experiencia laboral en otros sectores.

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En Cáritas-empleo le facilitaron una lista con la relación de empresas de limpieza de la provincia, y Saíd pasa las tardes o las mañanas, según disponga su trabajo, recorriéndolas y presentando curricula. Todavía no ha obtenido ninguna oferta. Ha acudido a dos entrevistas, pero en ambas le proponían trabajos que Saíd no se considera capaz de llevar a cabo, pues debía buscar él a los clientes, lo que se le antoja imposible, ya que en Salamanca no conoce a casi nadie. Ahora, de cualquier modo, vuelve a sentir cierta inquietud, puesto que su contrato actual es por seis meses y para renovar su permiso de trabajo está obligado a encontrar otro empleo, pues de lo contrario volvería a la ilegalidad. Todo su esfuerzo está enfocado ahora, como antes lo estuvo en lograr los papeles, en encontrar un empleo a jornada completa. Piensa que con un contrato de estas características, que en el sector de la limpieza supone un salario de entre 800 y 1.000 euros, podría salir del centro y alquilar una habitación donde vivir por su cuenta, enviar dinero a su madre, que sigue trabajando en Argelia, o pagar los derechos de matrícula del doctorado y, sobre todo, visitar de nuevo Argelia para ver a su familia. Después de cuatro años, no ha podido ver a ninguno de sus hermanos, ni a su madre o sus sobrinos, y piensa que es demasiado tiempo ya, que necesita volver cuanto antes. Además, la idea de poder mandar dinero a su madre cobra especial importancia para él, pues sólo a grandes rasgos sabe ella de su peripecia española, y piensa que cuanto más demore tales envíos, más grande es la posibilidad de que su madre termine por preocuparse; y no sólo por eso, sino porque es una mujer mayor, y aunque allí vive en su casa con uno de los hermanos, el dinero no le sobra, y tales ayudas constituirían un alivio considerable. Saíd sitúa en esto otro de sus objetivos inmediatos, pues hasta hoy sólo ha podido mandarles un giro de 100 euros, que remitió recientemente. Actualmente, Saíd dice ignorar con exactitud cuál es su salario. Afirma ganar 300 euros más o menos, pero que el dinero se lo administran los responsables del centro, dándole las cantidades que necesita cuando lo necesita. Asimismo, sostiene que tampoco sabe a cuánto asciende lo que hasta ahora ha ahorrado; 400 ó 500 euros más o menos, dice. Por el momento, en cualquier caso, sigue viviendo en el centro, y sus gastos no han aumentado. Pero confía en que eso cambie pronto.

4. Epílogo Cuando le inquiero cómo se presenta su futuro, me responde que no lo sabe, que nunca puede predecirse el futuro, pero que ahora, con papeles y una situación regular en España, es más optimista que hace un año. Ni siquiera se ve capaz de asegurar si se quedará en España, o si volverá a Argelia, o probará fortuna en otro país. Lo único que tiene claro es que quiere seguir estudiando, y que todo lo que haga será con esa meta en su horizonte. A pesar de todo lo acontecido desde que está en España, a pesar de que su vida se ha transfor-

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mado completamente desde que está aquí, donde ha tenido que adaptarse a una cultura y a unas costumbres diferentes de las suyas, jamás ha abandonado ese propósito, y en torno a él girará cualquier movimiento que haga en el futuro. Teme, sin embargo, que tal vez en España no pueda ya doctorarse, pues cree que transcurridos tres años desde su primera solicitud, tal vez ya no pueda hacer la matricula, pero no está seguro, dice que tiene que informarse, así como de si tiene posibilidad, ahora que su situación es regular, de obtener algún tipo de ayuda o beca. En este punto añade que otra vez deberá enfrentarse a la abstrusa burocracia, con las dificultades que siempre le supone, pero que no le quedará otro remedio si quiere seguir estudiando. En cualquier caso, asevera que su principal preocupación hoy estriba en encontrar un empleo y que hasta que no lo logre, tratará de no pensar en otra cosa. Me dice también que su salud ahora es muy buena, que logra dormir cada noche siete horas sin dificultad, y que desea abandonar la medicación y el tratamiento cuanto antes, pues piensa que ya no son necesarios. Sin embargo, sigue tomando las pastillas, acudiendo a su cita con el psiquiatra una vez al mes, y procura practicar deporte en cuanto surge la ocasión: de vez en cuando, acude al parque de la alamedilla a jugar al fútbol. También visita el centro intercultural Baraka de Cáritas, donde le gusta encontrarse con la gente, visitar las exposiciones o participar en otros actos que allí se promueven. En lo que se refiere a cómo juzga que son sus relaciones con la sociedad en general, reitera su timidez característica, su deseo de llevar una vida sencilla, pacífica, sin grandes complejidades ni ambiciones y su deseo de respetar a los que le rodean. Piensa que en ocasiones encuentra en la sociedad aspectos que no le gustan, injusticias sociales y políticas, pero dice asumirlo con resignación. Trata de adaptarse al mundo que le ha tocado vivir, aunque no sea el mundo que él desearía, pero no cree que pueda hacer otra cosa aparte de esto, pues por mucho que discrepe, él solo no puede cambiar las cosas.

5. La intervención de Cáritas A finales del año 2001, Saíd conoce a una trabajadora de Cáritas en una de las sedes de Cruz Roja, y ésta, enterada de su situación a través de los trabajadores de Cruz Roja, le ofrece la posibilidad de vivir en el centro de acogida Padre Damián. Allí recibe alojamiento, comida y tiene a su disposición los servicios comunes del centro: acceso a libros y juegos, o a la sala de televisión. Le ayudan a hacerse con una tarjeta médica y a solicitar cita con un psiquiatra. Realiza excursiones a Ávila y a la Alberca. Recibe un estipendio semanal para pequeños gastos fuera del centro. Terminada la primera fase de acogida, antes de transcurrido su primer año de estancia en el centro, pasa a la segunda fase, de inserción, en la que lleva tres años. Participa en talleres, exposiciones y otras actividades que tienen lugar en el centro. Recibe formación profesional a través del programa de empleo de Cáritas, acudiendo a dos cursos, uno de jardinería, que realiza con éxito, y otro de car-

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pintería metálica, que abandona antes de concluir. La empresa de reinserción social de Cáritas «La Encina» le ofrece trabajo a media jornada como limpiador, empleo que lleva desempeñando desde verano del 2005. Los servicios jurídicos de Cáritas han tramitado sus solicitudes para regularizar su situación en España, consiguiéndolo finalmente en el verano del año 2005. Continúa residiendo en el centro de acogida Padre Damián.

Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión En el caso de Saíd, resultan factores de exclusión, a mi juicio: 1. Una situación jurídica discriminada en el derecho español, que ha limitado su libertad y sus capacidades al establecerse aquí. 2. Una situación económicamente insuficiente, sin medios propios en España. 3. Sus grandes dificultades para encontrar trabajo, a lo que se suma una edad que empieza a ser avanzada para el mercado laboral, sobre todo para trabajos de carácter físico o no cualificados. 4. Una salud vulnerable en el aspecto psicológico, que se ha mostrado inestable, necesitado de tratamiento y medicación. 5. Su raza bereber, casi ignorada en Europa y, como otras, sujeta a prejuicios xenófobos.

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Danny* (Extranjero con intensidad de intervención alta)

Danny es un joven de 28 años de origen nigeriano afincado en Valencia. En su proceso migratorio encontramos dificultades de acceso a la regularidad y el empleo, sin embargo, en su caso, contraer el VIH supuso un claro factor de exclusión social. Accedió a una casa para enfermos terminales de SIDA en Valencia y su paso por allí ejemplifica la inadecuación de algunos de los recursos tradicionales de Cáritas con las nuevas situaciones de exclusión. Descripción física: Danny ha cumplido ahora 28 años. Es alto y muy muy oscuro. Tiene una sonrisa muy característica, con los dientes muy blancos y muy separados. Lleva gafas y según épocas ha llevado trenzas o el pelo largo. Un pelo africano. Tiene un gusto extraño para combinar colores. Suele ir de oscuro... muchas veces con traje (cuando viene de visita) y una bufanda de color amarillo y verde chillón. Esquema de contenidos 1. Los orígenes de Danny. 1.1. La familia de Danny. 1.2. La escuela y la formación. 1.3. La efímera edad adulta de Danny en Nigeria. 2. La aventura de la emigración. 2.1. Primer intento. 2.2. Segundo intento. 2.3. La entrada en España. 2.4. La llegada a España. 3. Los tres primeros años en España. 4. La enfermedad de Danny. *

Criterios de selección: varón, extranjero, intensidad alta, éxito (Valencia).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

5. Salida de la vivienda XXX y regularización. 6. La vida cotidiana actual de Danny. 6.1. VIH. 6.2. Vivienda. 6.3. Economía. 6.4. Amistades. 6.5. Amor. 6.6. Los asuntos pendientes de Danny. 6.7. La familia. 6.8. Cambiar de casa. 7. ¿El sueño de Europa era Esto? Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción. Eje cronológico Fecha de nacimiento: 1977. 1997: Educación primaria y segundaria hasta los 20 años. 1999: Compra de taxi y accidente. 2000: Viaje a Canadá. Junio, entrada en España. 2002: Noviembre, Hospital Castellón. 2003: Ingreso en residencia para personas con SIDA. 2004: Ingreso en piso XXX. 2005: Regularización.

1. Los orígenes de Danny63 Danny es de Nigeria. El continente africano nos es prácticamente desconocido. Empiezo la entrevista por aquí, quiero situarme en el entorno en el que Danny se crió.

E.—Empezamos por el principio, por tu país, tu casa... ¿Cómo es Nigeria? Cuando tú naciste, ¿cómo era tu pueblo, tu familia? D.—Mi pueblo se llama Beri, en el sur de Nigeria. E.—¿Y cómo es? D.—Estamos ricos, pero nuestro problema es que todo dinero está en bolsillo del Gobierno. Estamos ricos, porque sale mucho petróleo de allá. Por ejemplo, donde está mi madre todo es gratis, la luz, el agua... no paga... gratis... pero como la dinero, el gobierno chupa todo la dinero pues todo el mundo tiene que salir de la país. 63 En este relato la entrevistadora tenía un elevado nivel de proximidad profesional y personal con la personas entrevistada por lo que el relato está construido en torno a una entrevista de tipo más informal.

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Danny explica en cuatro frases cuál es la situación de su país. ¿Y de toda África? Un país rico en materias primas, pero rico también en corrupción y en explotación. Todo el mundo tiene que salir. El tema de la inmigración va a ser crucial en este relato.

E.—¿Y tú cuando eras pequeño cómo era tu vida? D.—Mi vida... estábamos a un pueblo muy peligroso porque allá mafias, brujería, muchas cosas... por eso por ejemplo yo no puedo salir solo. Si yo no estoy en el colegio, estoy en la Iglesia o en la casa con mi madre. E.—¿A algún amigo tuyo le ha pasado algo? ¿Peligroso por qué? D.—Mucha gente murió, por ejemplo mi padre murió y pensamos que fue una cosa de brujería... gente allá muy peligroso... yo creo que lo que es... mi padre por ejemplo tiene mucho dinero, trabaja a una empresa de gasolina, que aquí se llama BP y trabaja por ejemplo dos semanas dentro del Atlántico y una semana en casa. Por eso gente siempre busca, muchas veces si vienen mafias a la casa para quitarnos cosas... E.—¿Y cómo murió tu padre? D.—Solo en su coche E.—¿Un accidente? D.—Un accidente, pero nosotros pensamos que no es normal. Nos cuesta imaginar si Danny llena del mismo contenido que nosotros las palabras, pero después de su tiempo aquí sabe lo que dice. Miedo, inseguridad, vulnerabilidad, brujería, mafia, asaltos, robos... la infancia en estas circunstancias no debe ser muy tranquila.

E.—Cuéntame más cosas, ¿cómo era tu pueblo? Yo no conozco Nigeria ¿cómo era tu colegio, como los de aquí? D.—No como aquí, porque allá vale mucho dinero. E.—¿Tenéis carreteras, semáforos? D.—No, en mi pueblo no tenemos... en la ciudad sí... E.—¿Cuántos habitantes tiene tu pueblo? ¿Es pequeño? D.—Tenemos casi 3.000 habitantes, pero mi pueblo hasta la ciudad son 15 km. 1.1.

La familia de Danny

Danny es hijo único. Él no sabe si sus padres tenían algún problema, pero este hecho marca la infancia y la vida adulta de Danny. En África familias de un solo hijo no son frecuentes, los hijos se entienden como un medio de seguridad futura, como fuerza de trabajo para ayudar a la familia... La relación con su madre es excesivamente estrecha. Danny llega a pensar que es hasta controladora.

E.—¿Y tú cuando eras pequeño no podías estar sólo; siempre en el colegio, en la Iglesia o con tu madre?

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

D.—Sí. E.—¿Tenías amigos? D.—Tengo amigos en el colegio, pero no puedo por ejemplo ir a discoteca. E.—¿Tu madre no te deja? D.—No. E.—¿Pero tus amigos sí que salen y van a discotecas? D.—Sí. E.—Pero tu madre a ti no te deja. D.—No me deja. E.—Porque tu madre tiene miedo. D.—Sí. Porque si a mí me pasa algo ella no puede tener otro hijo. La familia, los hijos como medio de subsistencia futura es un tema recurrente que años más tarde preocupa a Danny. Él es responsable de su madre a la que envía dinero cuando puede. Pero la infancia de Danny ha estado sujeta a un férreo control por ella. De hecho, se ha sentido diferente.

D.—...porque mi madre muy muy nerviosa. E.—¿Tu madre es muy nerviosa? D.—Sí no puedo tener novia con ella delante. E.—Pero a veces has tenido novia en Nigeria. D.—Sí. E.—Pero... ¿por qué dices que tu madre es muy nerviosa? ¿Qué cosas hace de nerviosa? D.—Si tengo novia ella no puede entrar en mi casa y si estoy en casa con ella no puede estar tampoco. Tengo que estar en casa con ella (la madre), en la Iglesia o en su pueblo con mi abuela o en otro sitio.... es más o menos policía. Esta relación de protección tan estrecha parece responder a esa necesidad de asegurar el futuro. No se puede arriesgar a que le pase algo a Danny. La figura del padre es más difusa. Trabaja lejos y por largas temporadas no está en casa. Danny casi no le ve, le conoce menos.

D.—Está sola (la madre), mi padre está en la mar... pero si viene está una semana. E.—¿Tu pueblo está cerca del mar? D.—No cerca más de 150 km. E.—¿Y tu padre está mucho tiempo haciendo esto? D.—Más de unos 11 años. La relación de Danny se define claramente. El vínculo se establece con su madre y no hay mucho que hacer. La realidad se impone.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

D.—Mi padre no tiene tiempo para mí, sólo mi madre. E.—¿A tu padre lo conoces menos? Él siempre está fuera. ¿Tu padre y tu madre se quieren están enamorados? D.—Sí, todavía están bien. E.—¿Tu madre no se enfada porque tu padre esté fuera tanto tiempo? D.—Sí, sí, pero no puede hacer nada. Porque si él no está en casa está dentro del Atlántico trabajando... Los amigos, las amistades, los amores se han visto muy relegados, sino imposibilitados por la presencia de la madre y su control. Danny no tiene amigos íntimos. Ni en Nigeria ni aquí en España.

E.—¿Y en Nigeria nunca tuviste novia para casarte, tener hijos? D.—Sí, sí, ésta es costumbre de mi país. E.—¿Cuál es la costumbre? D.—Las chicas de mi país han visto una joven soltera para mí y sólo quieren para casar... pero no puede ser, no pueden entrar en casa. E.—¿Por qué? D.—Porque mi madre muy muy nerviosa. 1.2.

La escuela y la formación

La formación y la educación son importantes, son un medio de vida y casi una garantía de futuro. Danny tiene una formación bastante completa. De hecho cursa hasta secundaria y casi entra en la Universidad.

E.—¿Y cuánto tiempo estás estudiando? D.—Primaria seis años, secundaria cuatro años y politécnico, dos años. E.—¿Acabas con cuántos años? D.—Casi 21... pero después del colegio, en mí país si acabas con 21 años, tienes que trabajar un año para el gobierno gratis, es la ley. Pero hasta 21 años, más no. E.—¿Tú trabajaste gratis? D.—Sí, sí, en algo que aquí sería un Ayuntamiento. La infancia de Danny no parece haberle marcado mucho. No cuenta demasiado.

E.—Pero tú por ejemplo ¿ibas andando al colegio? D.—En la primaria sí, en la secundaria vivía al colegio. E.—¿Estabas interno? ¿Ibas a casa a vacaciones? ¿Fines de semana? D.—No, a veces cada un mes o dos si viene mi padre a recogerme al colegio. E.—¿Y cómo es la vida en el colegio interno?

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

D.—Estamos muchos en el dormitorio, más de 100. E.—¿Y tienes amigos? D.—Pero no podemos salir porque es colegio de Iglesia protestante... E.—Para ser pastor. D.—No, para estudiar solamente. Esta formación no le va a servir de mucho en España, quizás le va a favorecer para aprender más rápido español, al menos sabe leer y escribir. Danny recibe todavía en la dirección de MAV una revista a la que está suscrito TIME, en inglés, de esta forma sigue vinculado y acaba de entender con claridad muchas cosas, es una revista de actualidad que toca muchos temas. Esta costumbre de lectura era poco comprendida por los compañeros de la casa de SIDA, la mayoría drogodependientes y con patología mental, para los que la lectura siempre ha sido una afición extraña. 1.3.

La efímera edad adulta de Danny en Nigeria

Una vez acabada la escuela y las obligaciones con el Estado, el padre de Danny piensa en labrarle un futuro. Le compra un taxi para transporte de turistas.

D.—... y luego mi padre compra una furgoneta para mía, una vanette. E.—¿Para qué? D.—Para taxi... cuando yo tengo este accidente (se señala una cicatriz) se acaba la cosa. E.—¿Tuviste un accidente, cómo fue? D.—No lo sé. Así sin más, los planes de futuro se ven truncados... Danny luce unas profundas cicatrices, con lo que se deduce que el golpe no fue pequeño. Otra opción para salir adelante es emigrar.

2. La aventura de la emigración Los planes iniciales no son venir a España. Hay que buscar un futuro y no está en Nigeria.

E.—Es tu padre quien te dice que te vayas de Nigeria, ¿cuándo piensas marcharte de Nigeria? ¿Por qué pensaste en marcharte de Nigeria? D.—Mi padre con mi madre no quieren que yo viva allí, como estoy solo quieren que me marche. 2.1.

Primer intento

El camino de la emigración no es una decisión fácil ni surge a la primera. Danny no sufre las inclemencias de otros muchos inmigrantes, él está formado

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

y sus padres tienen dinero, con lo que le pueden ayudar a sufragar los gastos de los viajes, pero aún a sí, las trabas legales son importantes.

D.—Después del accidente viajé a Montreal... pero no puedo entrar porque tengo pasaporte falso. E.—¿Y cómo consigues un pasaporte falso? D.—Porque mi padre habla con la mafia, se gasta más de 4.000 dólares y compra pasaporte de Malasia. E.—¿Y por qué eliges Canadá? D.—Para poder seguir estudiando... muy bueno, más que Europa... pero como yo no puedo entrar vuelvo a Egipto... porque mi billete de avión es Cairo/Montreal y me vuelvo a Egipto. E.—¿Y cuanto tiempo estás en Egipto? D.—Yo paso casi una semana allí y luego vuelvo a mi país. 2.2.

Segundo intento La decisión está tomada, hay que salir de Nigeria. Se busca otra alternativa.

E.—En Marruecos puedes entrar.... D.—Casablanca y luego a Tánger y luego en barco a Algeciras. E.—Pero tú ya sabes que quieres venir aquí. D.—Mi sueño es Europa, Canadá... da igual... pagas dinero. E.—Desde Algeciras... en barco, ¿pero tú como tienes tanto dinero? D.—Un amigo desde Alemania me da 2.000 ó 3.000 dólares. Pago a barco... mi madre paga 3.000 allí. E.—¿A quién le paga tu madre? D.—Mi amigo en Alemania, mi madre paga luego allí en Nigeria el doble (6.000). Paga a la familia de mi amigo allí. Porque en mi país no puedes mandar dinero fuera de mi país, pero sí puede recibir dinero. E.—Entonces tu amigo te da a ti el dinero y luego tu madre le paga en Nigeria el doble a la familia de tu amigo... muy amigo ¿no? (je, je). D.—Muy amigo. 2.3.

La entrada en España

La imagen tan recurrente de las pateras es distinta cuando te la narran en primera persona. La naturalidad, la frialdad y el conformismo son aterradores. El relato de Danny es breve, pero muy descriptivo.

E.—Pagas el billete de barco y llegas a España y... D.—A Tarifa. E.—¿En un barco normal? D.—Sí en un barco normal... estamos casi 50. E.—¿Y todos pagando? D.—Todos pagado, pero unos 10 ó 15 mueren en la viaje. Se caen al mar.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

E.—¿Y nadie va a salvarles? D.—No. E.—Si se cae uno el barco sigue... D.—Sí, no para. E.—¿Y tú que pensabas? D.—Yo pienso en otro mundo. E.—¿Todo el mundo en el barco piensa en otro mundo mejor? ¿Y cuando cae alguien al agua? D.—¿Qué podemos hacer? No podemos hacer nada. La conductor no para. E.—Y murieron 10 compañeros... D.—Más de 10. E.—¿Y dices que es un barco normal? D.—Un barco militar, ¿como se llama? Zodiac. E.—¿Y todo el mundo paga 1.500? D.—Hay gente que paga más, otra gente que no paga... depende. E.—¿Y tú como conociste a los del barco? D.—A Tánger... hay mucho patrón allá. E.—¿Pero tú sabías que es peligroso? D.—Sí, ¿pero qué podemos hacer? Tengo sueño de Europa. Este breve diálogo recoge muchas cuestiones; el hacinamiento, las nulas condiciones del viaje, seguir siempre adelante caiga quien caiga, la extorsión, la mafia, no importa el peligro. Hay sueño de Europa, de un mundo mejor. 2.4.

Llegada a España

E.—... Y llegas a Tarifa ¿y qué pasa? D.—Estamos en la cárcel 3 días con Guardia Civil y seis con policía nacional. E.—¿Y luego? D.—Y luego todo el mundo a la calle. E.—¿Y qué haces? D.—Luego estoy a la estación de autobús un mes, porque no tengo dinero para subir aquí. E.—¿Y qué haces? D.—Yo por la mañana paso a la cafetería a comer pan o lo que la gente se deja. Hasta cuando gente ayuda tengo casi 50.000 pesetas. La gente de allá ayuda mucho... a inmigrantes... antes, pero ahora no. E.—¿Y consigues un billete y te marchas adónde? D.—A La Coruña. E.—De punta a punta. D.—Sí (ríe) estoy en el jardín en la calle con mucho frío en el mes de Agosto. E.—¿Y qué haces?

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

D.—Nada, sólo pasear... si buscas trabajas, pero como no entiendo lengua, trabajo un día aquí, al otro dos días, luego a la patata, a recoger, muchas cosas para vender porque tengo que bajar a Castellón. E.—¿Y no tienes ningún papel? D.—Tengo papeles para expulsión para 10 días. Las cosas que Danny narra con tanta ligereza no puedo creer que sean tan fáciles de vivir, quiero pensar que es una barrera del idioma o cultural o algo... no puede ser que algo tan grave se pueda vivir con tanta naturalidad, a no ser que la situación de partida fuera aún peor y que lograr llegar en sí mismo sea un éxito. La inmigración es un problema complejo. Considero que a Cáritas también nos ha pillado de improviso... ¿Estamos preparados para gestionar la incorporación de estas personas a nuestro mundo? ¿Es nuestro mundo de marginación social donde hay que integrarles? ¿Es compatible el modelo de atención a la exclusión que el modelo de atención a la precariedad económica y laboral? ¿No estaremos introduciendo a muchos inmigrantes en los circuitos de la exclusión? Muchas dudas me surgen al escuchar el relato de Danny.

3. Los tres primeros años en España Danny consigue llegar a Castellón donde va a establecerse de una forma precaria, pero más o menos estable. Encontrar un grupo de compatriotas le va a abrir las puertas.

E.—Llegaste a Castellón ¿y qué hiciste? D.—Encuentro amigos nigerianos. E.—¿Gente que conocías antes de viajar? Gente de Nigeria que ya estaba en Castellón. D.—Primero estoy en la estación de tren una semana, luego encuentro amigos. E.—¿Y te vas a vivir con ellos? D.—Sí luego uno me deja trabajar con sus papeles. E.—¿Y encontraste trabajo? D.—Sí, estuve más de tres años. E.—¿Con cuántos nigerianos vivías? D.—Cuatro. Un amigo mío me dejó su habitación para mí y estoy solo en su habitación. E.—¿Y cuánto pagabas? D.—Casi 10.000 pesetas. El tema de la documentación, crucial en cualquier intervención que nos propongamos desde el trabajo social, encuentra soluciones en la realidad mucho más imaginativas. No digo que haya que cometer fraude e irregularidades, pero debemos ser conscientes de que estas situaciones se dan en muchas ocasiones.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

E.—Y estás trabajando en Castellón... ¿y cómo vives? D.—Bien porque yo trabaja. E.—¿En qué trabajabas? D.—Carga y descarga de pescado y almacén de naranjas y una empresa de azulejos también… Trabajos precarios en los que no entramos a considerar las condiciones de trabajo..., pero Danny describe esta etapa como feliz..., como segura y sin problemas... Va trabajando, envía dinero a casa, tiene amigos... y hasta novia.

E.—En Europa no estuviste con mujeres. D.—Sí, antes yo salí con una colombiana, en Castellón.

4. La enfermedad de Danny Danny alterna su estancia en España con el trabajo en Italia... una vez has cruzado medio mundo, seguir viajando para trabajar unos meses al año no supone ningún esfuerzo. Danny marchaba todos los años a Nápoles a la recogida del tomate. En su último viaje allí se encuentra mal.

D.—Pero no sé yo no sé, luego yo viajar a Italia. E.—¿Para qué? D.—Para trabajar. E.—¿En qué? D.—Para trabajar cogiendo tomates en Nápoles casi cinco meses. Luego yo estoy enfermo y tengo que viajar a Valencia porque tengo empadronamiento aquí. E.—Tu empadronamiento y tu permiso de residencia (obtenidos con la regularización extraordinaria de 2001, pero sólo residencia) están aquí y tú te empiezas a encontrar mal y vienes aquí ¿y aquí qué pasa? D.—Primero la médica dice que es anemia y yo no sé, no sé... E.—Y estas mucho tiempo con anemia y te envían al hospital. D.—Más de tres meses. E.—Y es en el Hospital donde yo te conozco. D.—No, Hospital General. E.—Sales de ese hospital. D.—Sí sales de ese hospital y voy a casa y luego yo no puedo más y voy mucho muy mal... ejem... E.—Y esa segunda vez que vas al hospital es cuando te llevan al Hospital de la Magdalena. D.—Primero Hospital General y luego Magdalena... entonces no tengo ningún sitio para vivir. E.—Entonces es en la Magdalena cuando yo te conozco, y es en la Magdalena cuando te dicen (te decimos) que no es anemia.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Este episodio lo narramos en primera persona. Desde el Hospital de la Magdalena, en Castellón, nos solicitan una plaza para el hogar para personas enfermas terminales de SIDA, tienen a un chico nigeriano, sin recursos económicos enfermos de VIH, pero por «dificultades con el idioma» aún no le han dicho qué enfermedad tiene. Ante cualquier solicitud, se acude a valorar el caso directamente, sobre todo para conocer el estado de dependencia y si necesitará o no una cama de enfermería, muy limitadas en el Hogar. Nuestra sorpresa es mayúscula: nos encontramos a un joven, debilitado y muy desorientado, acomodado a la situación, en el hospital lleva más de tres meses y dado su talante educado y poco alborotador, está como Pedro por su casa... pero nadie le ha dicho el diagnóstico. Es evidente que llega el momento de que en el hospital, si van a derivárnoslo, le expliquen dónde va a ir y que la casa donde quieren que se recupere es una casa para enfermos de VIH... sin contar en que debe tener conocimiento de su enfermedad para evitar prácticas de riesgo y entender la importancia del tratamiento. Casi sin proponérnoslo, esta responsabilidad recae en nosotros. Nuestro nivel de inglés no es excelente, pero sí nuestra voluntad de hacernos entender. Somos nosotros los que en el hospital acabamos explicándole cuál es su enfermedad. Cabe imaginar la sorpresa y susto de Danny. En Nigeria, SIDA es muerte segura inminente. Quizás hasta la brujería tiene algo que ver... La labor de explicación, acompañamiento y de dar tranquilidad a Danny, recayó en nuestras manos. Decidimos que ingrese en la residencia..., pero ¿Danny podía tener una idea de dónde venía? ¿Qué imagen mental podía haberse forjado Danny de nuestro recurso? ¿Hay algo parecido en Nigeria?

E.—Nos conocemos en la Magdalena y te llevamos a un sitio raro... la residencia para enfermos terminales de SIDA. D.—Antes yo pensaba que no puedo vivir, pienso que murió. E.—¿Tienes miedo de morir? D.—Sí. E.—¿Cuándo? ¿En el hospital? D.—No, en hospital yo estoy bien, pero luego en la residencia me pongo enfermo y creo que yo voy a morir. Mi segundo mes me siento mal y entonces yo pienso voy a morir. E.—Pero tu cuerpo estaba mejor. D.—Primero mes, segundo mes, pero cuando doctor Flores cambia medicación yo estoy mal. Sí, sí, sí... E.—Sí, pero las defensas fueron subiendo, el virus fue bajando... tu cuerpo estaba mejor, pero tú no te sentías mejor. Estábamos ganando al virus, pero tú tenías miedo, creías que te morías. D.—Sí. El tratamiento del VIH puede ser determinante en las actividades de la vida diaria. Son tratamientos agresivos, que han de ser seguidos con disciplina y puntualidad y que pueden afectar enormemente el estado de ánimo.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Conjugar la aceptación de la enfermedad, en un país extraño donde no dominas el idioma, comenzar a tomar un tratamiento que no te hace sentir mejor, al contrario, te produce un montón de efectos secundarios y rodeado de personas con un aspecto físico muy deteriorado y que algunos van muriendo.... es un panorama difícil de digerir. La aceptación de la enfermedad entre la población más habitual de esta residencia para enfermos terminales de SIDA no solía ser problema. La mayoría conoce de su infección desde hace años; ha seguido con más o menos (casi siempre menos) asiduidad los tratamientos, sabe que le esperanza de vida puede llegar a ser larga... y el problema más complicado de sobrellevar cuando ingresan en un centro suele ser otro; la abstinencia a las drogas. Este perfil, junto al de personas que ya han ido y vuelto varias veces de las crisis más salvajes a periodos de relativa normalidad, más las personas que ya están afectadas neurológicamente y cuya dependencia de terceros el vital, fueron los compañeros de Danny en el centro residencia para enfermos terminales. Evidentemente, pocos puntos en común fuera del tratamiento y de la enfermedad tenían; nadie hablaba inglés, nadie tiene aficiones constructivas, nadie tiene curiosidad por conocer de dónde viene Danny, al contrario, Danny no puede ocultar el color de su piel y aunque veladamente, esto le supone problemas. Las diferencias culturales, de costumbres en la alimentación , en el aseo y orden de las habitaciones, en la higiene, las diferencias en el olor corporal... muchas pequeñas cuestiones hicieron que Danny viviera su estancia en el centro residencial como una pesadilla. Para el personal de la casa, fue un trabajo duro de adaptación...la forma de explicar las normas, algunas de las normas mismas muy útiles para personas adictas pero ridículas para otro tipo de enfermos... la forma de comunicarse requiere esfuerzos por las dos partes, pero es más cómodo esperar que sea el interesado el que haga todo el esfuerzo, sin ponerse en el lugar de esa persona que está enferma y en esas circunstancias. Pero el estado vírico no nos permitía que Danny fuera a otro recurso...antes de nada, tenía que recuperarse.

D.—Pero cuando yo veo gente en la residencia tengo miedo. E.—Cuando ves gente que se muere. Cuando ves gente que muere tienes miedo... ¿Y ahora tienes miedo? D.—Yo ahora no tengo miedo... puedo cargar un camión de naranjas todos los días. E.—Pero en la residencia cuándo se acaba el miedo? D.—Cuando yo salgo. E.—Pero yo quiero que cuentes cómo era la vida en este centro. D.—Mal, muy mal..., no es gente que tiene enfermo... No estamos igual... yo estoy más mejor que todo el mundo allá. ¿Sí o no? Pasa el tiempo y el tratamiento comienza a surtir efecto, con Danny tenemos algunas actuaciones especiales... le incluimos en un curso de pintura mu-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

ral cuyas prácticas van a desarrollarse en el mismo centro, con la intención de aprovechar este curso para que Danny vaya adquiriendo conocimiento de algún oficio que pueda desarrollar más adelante. Danny sólo tiene permiso de residencia, recordemos. Llega el momento en el que se encuentra con fuerzas, conoce el tratamiento y es capaz de autoadministrárselo, conoce cuáles con las prácticas de riesgo y el modo de evitarlas, habla mucho mejor español. ¿Ahora el problema principal de Danny es el SIDA? Desde el centro, consideramos que no. Si ya es autónomo para llevar su tratamiento y las visitas médicas... ahora queda por hacer otro trabajo más importante. El de conseguir su integración laboral y social, arreglar sus papeles, contactar con personas que le puedan ayudar, compatriotas, el problema ahora es más común a los inmigrantes que a los enfermos de SIDA. Con este planteamiento derivamos al recurso para inmigrantes indocumentados, la vivienda XXX.

E.—Sí, pero después ya pasaste a la vivienda XXX. ¿Y cómo era la vida en XXX? D.—Bien... puedo entrar a la casa cuando yo quiero. E.—¿Qué conseguiste allí? D.—Aprender el idioma, también busca trabajo. E.—Y conseguiste una cosa muy importante en XXX. ¡¡¡Los papeles!!! D.—Sí... Nooo. E.—¿Cómo que no? Tú tenías permiso de residencia y en XXX conseguiste permiso de trabajo. D.—Pero los papeles salen cuando yo no estoy en XXX. E.—Pero conociste a Rafa a través de XXX, porque estabas cerca de Cáritas... y Rafa es quien te hace el contrato. D.—Sí, sí, sí, sí, sí. E.—Mientras estabas en la vivienda XXX, ¿qué aprendiste? D.—Muchas cosas, las costumbres de España, la lengua... muchas más cosas que en Castellón, Castellón es un pueblo. E.—¿Qué cosas interesantes aprendiste? D.—En Castellón todos en la casa del mismo país y aquí todos gentes de otros países... E.—¿Y qué otras cosas? D.—A hacer la comida, clases de castellano. Esta idea de entrar en la vivienda XXX, mucho mejor que la de la residencia para enfermos terminales, es una visión propia de Danny, para los responsables de la vivienda, el hecho de que Danny fuera VIH+ suponía muchas dificultades; cuestiones de convivencia, higiene en la cocina, exigencia en las tareas, efectos secundarios de la medicación... en este recursos tampoco encajaba. Danny acabó su estancia en la vivienda XXX en el tiempo acordado, pero haber estado en la residencia, según los técnicos, hacía que él mismo marcara

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

diferencias, pues conocía a muchas más personas de Cáritas que el resto de compañeros de la vivienda...estaba mejor relacionado... tenía «rarezas», «manías» que se atribuyeron a la enfermedad y que en la residencia ni habíamos notado ( seguramente el umbral de «rarezas» es diferente).

5. Salida de la vivienda XXX y regularización Danny consigue el permiso de residencia y trabajo a con una oferta de empleo que se gestiona a través de Cáritas. Comienza a trabajar como mozo de mantenimiento en un restaurante arrocero cerca de la Albufera... le mantienen hasta que consigue la tarjeta, pero su rendimiento no es suficiente, así que le echan.

D.—Mi primera empresa es con una empresa de trabajo temporal de la naranja, con mis papeles... después de Rafa (restaurante), cuando ya salí mis papeles y estoy de alta en la seguridad social estoy cogiendo naranjas, luego a la obra, luego a la naranja otra empresa otra vez... E.—¿Y luego? D.—Luego le dejo los papeles a mi amigo para trabajar por mí... en la construcción E.—Él trabaja con tus papeles y te paga la seguridad social. D.—Él y yo amigos, antes vivíamos juntos y yo salí del piso y este mi amigo que trabaja con mis papeles estaba en el piso y sale con la mujer del dueño. E.—¿Es bueno que él trabaje con tus papeles? D.—Sí, no pasa nada... yo trabajo... él viene a mi casa todos los días... no tengo problemas con él. Ahora que Danny tiene los papeles, los trabajos a los que accede y los que puede mantener son precarios. Su salud deteriorada hace que no pueda someterse a esfuerzos demasiados extremos. A pesar de tener reconocida una minusvalía, el hecho de ser inmigrante hace que sea difícil que acceda a este tipo de trabajos protegidos. Así pues, Danny encuentra una solución para mantener su situación de regularidad; que alguien trabaje con sus papeles y pague la seguridad social por él. Mientras, él trabajará más a su ritmo... aunque como veremos su ritmo es frenético. Peor casi le resulta más difícil conseguir trabajo ahora que está legal que antes... Ahora Danny trabaja en el campo.

D.—... porque yo salgo a las 6 y llego de noche. E.—¿Cuántas horas trabajas? D.—No tengo horas, depende de cuándo salga el camión. Porque donde trabajamos muy lejos, Cheste... E.—Lunes, martes... ¿domingo? D.—Domingo si ha quedado una día si llueve como hoy, tenemos que dejar un día, trabajamos domingo.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

6. La vida cotidiana actual de Danny Además del apartado laboral, preguntamos a Danny acerca de su rutina diaria. 6.1.

VIH

Danny sabe gestionar todo lo relativo a su enfermedad. De vez en cuando, dado que el médico que le trata es el mismo que trata a las personas de la residencia, si surge algo especial, nos avisa.

E.—Y todo lo que tiene que ver con la enfermedad te encargas tú, y vas al médico, haces los análisis, tomas las medicinas, y sabes cómo estás en cada momento. ¿Y cómo estás? D.—Bien E.—¿Ese tema te preocupa? D.—No, me parece que no 6.2.

Vivienda

Danny busca sobre todo tranquilidad, sus experiencias en el centro y en la vivienda XXX y luego en una casa compartida, le han hecho que sobre todo busque la tranquilidad.

E.—¿Y ahora vives? D.—Con un señor mayor, los dos solos con su perro, no tiene mujer yo alquilar una habitación por 150 euros. E.—¿Y los vecinos? D.—Todavía no he visto nada... porque yo salgo a las 6 y llego de noche. E.—¿Cómo lo conociste? D.—En Torrefiel, en la calle. Yo estaba en el bar... y hablamos. Y pregunta donde yo vivo, donde yo trabajo y si quiero él tiene dos habitaciones libres. E.—No te has cruzado con ningún vecino ¿ Y cocinas en casa? D.—Yo cocino para una semana y guardo en la nevera. E.—¿Y todos los días te llevas comida caliente? D.—Sí, cada día me llevo lentejas, tengo termo... llevo leche para desayuno en el campo... E.—Y por la noche vuelves D.—Sí y a la cama... si puedo escuchar una película bueno, si no, a dormir... 6.3.

Economía

E.—¿Has pagado la deuda? D.—Yo en mi país sí, ahora sólo dinero para comer mi madre.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

E.—¿Cada cuanto tiempo le envías? D.—Ahora en Navidad 250 euros. E.—¿Le envías todos los meses? D.—No... alguna vez, cada dos o tres meses, cuando yo puedo. E.—Con 250 euros, ¿cuánto tiempo puede tu madre pasar bien? D.—6 meses... luz y agua son gratis... sólo para comer. 6.4.

Amistades

E.—¿Y aquí además del amigo que trabaja con tus papeles tienes algún amigo? ¿Os vais a comer juntos? D.—Es que a mí no me gusta salir. Yo no salgo mucho, si yo no estoy en el campo, estoy en mi habitación escuchando películas, aquí sales a la calle y son dineros... ¿sí o no? E.—¿Pero no vas a visitar a ningún amigo? D.—Tengo un amigo en Torrente. E.—¿Has ido alguna vez a verle? D.—Sí, pero ahora estamos muy cansados, llego a casa a las 8 y salgo a las 5 al día siguiente, sólo quiero llegar a casa a duchar, dormir... 6.5. Amor

E.—¿Pero cuándo vas a buscar novia? D.—No sé... las mujeres aquí de mi país no están bien, y las de aquí tampoco, sólo buscan dinero, mayores de chicas aquí en Valencia son drogas también... la mayoría fuman droga, beben alcohol... salen mucha discoteca, mucha calle. Pagar 20 euros para entrar en la discoteca... E.—¿Y las chicas de Nigeria que viven aquí? D.—Buscan dinero, son las chicas de la calle. E.—¿Está difícil buscar novia? D.—No, pero si uno no está bien... pero si yo gano 60 euros a la semana y gasto 50 con ella es una tontería. La vida social de Danny se reduce al trabajo y a la Iglesia donde acude los domingos. Es curioso escuchar su particular visión.

E.—Cuando estabas en la residencia todos los domingos ibas a la Iglesia ¿ahora también? D.—Sí, ahora también. E.—¿Y dónde vas? D.—A San Juan, enfrente del mercado central, porque es mi iglesia cuando yo estoy a vivienda XXX... Por eso como yo conozco mucha gente allí. La cura de la Iglesia, muchos compañeros. E.—¿Y tienes amigos? D.—Sí, pero aquí en la Iglesia no es como Nigeria. La iglesia es sólo para gente mayor...

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

E.—En principio no, pero realmente es así... sólo van mayores... D.—No hay jóvenes en la Iglesia, sólo mayores. E.—¿Y alguna vez has tenido que pedir algún favor? D.—No. E.—¿Tú eres católico? D.—Aquí sí, en mi país soy protestante... E.—¿Y notas muchas diferencias? D.—Aquí la misa 30 minutos, en mi país tres horas. E.—¿Y eso es mejor o peor? D.—Porque la protestante lee la Biblia la católica lee muy poco. 6.6.

Los asuntos pendientes de Danny

La enfermedad de Danny sigue siendo un secreto, él ha decidido no compartir con su madre, no decirle nada. Tampoco quiere que nadie de Nigeria lo sepa... podrían llegarle noticias.

E.—¿Y tu madre qué dice? D.—Mi madre no sabe nada. Todavía no. E.—¿Has enviado fotos y cómo te ve? D.—Bien. E.—¿Y por qué no se lo has dicho? D.—Porque la gente en mi país piensa que es una cosa que si uno está enfermo como así, uno murió. E.—En Nigeria piensan que si uno está enfermo de VIH muere. D.—Sí. E.—... Porque allí ocurre. D.—Sí. E.—¿Y si tú le dices a tu madre que aquí estás tomando medicinas? D.—Miedo, mucho miedo. E.—Cuando uno está enfermo de VIH en Nigeria ¿ la gente qué piensa? D.—Que se va otro mundo, no hay medicamentos... si tiene medicamentos también muy caros, no los puedo comprar. E.—Entonces para ti haber estado en Europa, mejor. D.—Sí, mejor... Danny tiene que arreglar aún algunas cuestiones, su madre está a su cargo, sola en Nigeria. Se necesita su presencia para arreglar algunos asuntos, esta parece ser la gran preocupación de Danny.

D.—... mi madre no puede todavía cobrar la pensión de mi padre porque todos los papeles están a mi nombre y hasta que yo no baje no puede cobrar. E.—¿Qué es lo que más te preocupa? D.—Poder viajar a mi país.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

E.—Pero ahora ¿tienes dinero? D.—No. Además el mes que viene me tengo que hacer mi pasaporte. Un amigo mío viaja a mi país, y tengo que dar dinero para hacer pasaporte. Yo tengo que hacer pasaporte porque yo tengo falso y no es bueno para viajar a mi país... sólo bueno para hacer mis papeles. E.—¿Y dónde lo hiciste? D.—En mi país, yo he pagado y me han traído. E.—¿Y a ti lo que te preocupa es poder viajar a Nigeria? D.—Depende... si compro billete pronto, cuesta 600 euros... seis meses antes... más barato...pero yo tengo que esperar a hacer mis papeles... para poder salir dos años... ya está en renovación y así el año que viene puedo estar uno o dos meses... 6.7.

La familia

Danny ve en la familia una cuestión de suma importancia. Su futuro pasa por crear y asegurar una familia que pueda cuidar de él y que le dote de sentido a su vida. Pero Danny es VIH+...

D.—Luego no sé cómo tengo que hacer para mi familia, ahora otra cosa que yo pienso mucho... cómo tener hijos. E.—Quieres tener hijos. ¿Sabes que puedes tener hijos? D.—No sé. E.—Pero tiene que ayudarte médico si quieres tener hijos. Porque si tu tienes hijos, tus hijos pueden nacer enfermos, para que no nazcan enfermos el médico tiene que ayudarte, tiene que limpiar tu semen ¿sabes lo que es? D.—Sí. E.—Tiene que limpiarlo y ponérselo artificialmente a tu mujer... pero primero tienes que tener mujer... ¿O ya tienes? D.—No. E.—Pero tú quieres tener hijos ¿por qué? D.—Porque es muy importante... porque yo estoy solo. E.—Y tener hijos es importante para no estar sólo para que cuando seas mayor ellos cuiden de ti. D.—Sí. E.—¿Y para algo más es importante? D.—¿Cómo podemos hacer sin una familia? E.—Difícil... D.—Difícil... si mi padre ahora no está, mi madre ahora no está, yo solo. E.—Necesitas que haya alguien después de ti. D.—Sí, después también.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

6.8.

Cambiar de casa

D.—Sí, tengo una amiga.. y me dice que si quiero compartir piso con ella, 100 euros al mes... en Vinalesa. E.—Hay autobús... D.—Sí, el rojo, el 36... E.—Es un pueblo tranquilo. D.—Sí, porque el abuelo me ha dicho que no entra nadie en casa y yo un mes y no tengo la llave. Y la semana pasada le dije de cambiar empadronamiento y me dijo que no. Todavía no... no sé qué pasa con él.

7. ¿El sueño de Europa era esto? E.—¿Tu vida ha cambiado mucho con los papeles? D.—Sí mucho... yo vivo solo, mi sitio bonito, yo pago mi cuenta a Nigeria, tengo yo idea de volar, cuando yo quiero puedo cobrar mi paro... cosas buenas. E.—¿Y cuando tú estabas en Nigeria y soñabas el sueño de Europa, era esto? D.—Sí, yo pienso Inglaterra primero para estudiar más. E.—Pero lo que tú querías conseguir ¿lo has conseguido? D.—Poquito a poco. E.—Si tú nacieras otra vez en Nigeria ¿harías lo mismo que has hecho? ¿Qué harías? ¿Volverías a venir a Europa o cambiarías algo? D.—No sé... E.—¿Qué has aprendido? D.—Yo aprendo muchas cosas. La vida de otro mundo también, la gente de color... costumbre de gente de otro país. E.—¿La gente te ha tratado bien? D.—Sí, sin problemas, la gente aquí me trata bien... E.—¿O te has sentido mal? D.—No. Ahora vivo en la casa con un señor mayor, que podía ser mi abuelo. Y vivo bien. Yo pago... él está en casa solo.

Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción Los elementos de exclusión son muchos y variados: Inmigrante, sin permiso de trabajo, enfermo de VIH, sin manejo del idioma...y por otro lado, la inadecuación de los recursos a este tipo de necesidades ¿ Cómo hacer? ¿ qué prima, ser VIH o inmigrante? La falta de agilidad, flexibilidad o versatilidad... llamémosle como queramos supuso que, aunque Danny podríamos decir, haya acabado con éxito su itinerario de inserción con nosotros, muchas han sido las dificultades que su estancia en los programas de SIDA y vivienda tutelada de in-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

migrantes ha supuesto. Quizás haya que hacer una lectura de la que aprendamos. La coordinación es importantísima en este tipo de casos... ¿Qué necesitamos trabajar específicamente en un recurso para que no haya problemas en el siguiente? ¿Conocemos todos las características de las poblaciones con las que trabajamos? La excesiva especialización, va afinando tanto los perfiles y modos de trabajo que perdemos cintura para acomodarnos a las nuevas realidades que se nos presentan. Cáritas debe tener la capacidad de poder adaptarse a cada persona, atendiendo a su individualidad.

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Luna* (Extranjera con intensidad de intervención media)

Luna es una mujer colombiana de 31 años que lleva en Salamanca desde los 25. Llegó a España embarazada tratando de comenzar una nueva vida alejándose de un duro pasado en Colombia. Abandonada por su madre, desde niña se hizo cargo de sus hermanos pequeños. A los 15 años entra en contacto con la prostitución, que ejerce durante varios años, llegando a formar parte de redes de prostitución internacional y clubes de alto standing. En España también se dedica a esta actividad hasta que, debido a sus problemas con las drogas, se incorpora a un centro de día de Cáritas y realiza diversas actividades de carácter ocupacional. En la actualidad se encuentra recuperada de sus adicciones, se siente integrada y colabora como monitora en los talleres de Cáritas. Esquema de contenidos 1. Historia familiar. 1.1. El padre. 1.2. La madre. 1.3. Las hermanas. 2. Historia personal. 2.1. Infancia y adolescencia. 2.2. Redes de prostitución. 2.3. Llegada a España. 3. Situación actual y condiciones de vida. 3.1. Familia. 3.2. Relaciones de pareja. 3.3. Salud y sistema sanitario. 3.4. Trabajo. 3.5. Acceso a la vivienda. 3.6. Condiciones del entorno y relaciones de sociabilidad. * Criterios de selección: mujer, extranjera, intensidad de la intervención de Cáritas media, éxito (Salamanca).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

3.7. Ingresos económicos. 3.8. Relación con Cáritas. 4. Autopercepción y posicionamiento social. 4.1. El posicionamiento social. 4.2. Actitudes y relaciones respecto a la sociedad. 5. Perspectivas de futuro. Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción. Eje cronológico Año de nacimiento: 1974 (31 años). Lugar de nacimiento: Córdoba Quindito (Colombia). Estado civil: Casada y con un hijo. 1-13 años: Nace en el seno de una familia desestructurada, marcada por el maltrato. Su infancia se desarrolla en su pueblo natal, su padre se dedica a la venta de coches, ella junto con su madre y sus dos hermanas se dedican a las labores agrícolas. 13 años: El episodio desencadenante de su trayectoria vital fue el abandono del hogar familiar por parte de su madre. Ella se hace responsable del cuidado de su hermana. 14 años: Abandona el domicilio paterno junto con su hermana, en busca de su madre en Bogotá. 14-15 años: Contacta con personas relacionadas con la prostitución y comienza a ejercer el trabajo sexual. 17-18 años: Contacta con mafias japonesas relacionadas con la prostitución y ejerce esta profesión en Japón, durante tres años. También, comienza a acercarse al mundo de la drogadicción. 20 años: Regresa a Colombia, pero esta vez practicando la prostitución de «alto standing». 20-25 años: Comienza a ejercer la modalidad de prostitución de «turismo». En varias ocasiones trabaja en diferentes Nigths españoles. 25 años: Se queda embarazada y decide marcharse de Colombia. Piensa en establecer un nuevo futuro en España, para ello, se traslada a un Nigth situado en la provincia de salamanca. 27 años: Se casa con español (su marido actual) porque se acaba su permiso de residencia. 29 años: Primer contacto con Cáritas, a través del Centro de Día de Drogodepencias y derivada al Programa de Orientación Profesional. 30 años: Comienza a trabajar en talleres de reciclaje de papel y tallares ocupacionales. 31 años: Actualmente coopera en una asociación de dinamización comunitaria de la localidad donde reside, además, de haberse especializado en técnicas de elaboración de papel japonés.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

1. Historia familiar Luna nace en 1974 en un pueblecito de Colombia llamado Quindino Córdoba. Pertenece a una familia de clase media-baja; su familia está compuesta por 5 miembros: sus padres y dos hermanas. Proviene de una familia desestructurada, marcada por la violencia de género, hecho desencadenante de su problemática familiar. 1.1.

El Padre

Desciende de una familia que se dedicaba al ganado. Trabajaba vendiendo y comprando coches. Es natural de Quindino Córdoba. Ha crecido en un entorno en el que ha sido patente el maltrato y las vejaciones a la figura de la mujer. Hecho que ha podido influir en su educación y por lo tanto, ha asemejado y reproducido esta conducta violenta contra su esposa. Luna le describe como una persona muy violenta y autoritaria, además de alcohólico: mi padre tomaba todo lo que trabajaba, a propósito, nunca le vi trabajar (lo dice en tono irónico). Bueno, sí hombre que trabajaba vendiendo y comprando coches, aunque era un señoriíto. Actualmente mantiene una relación muy fría con él. Continúa viviendo en el pueblo. 1.2.

La madre

Nace en el seno de una familia dedicada a la recolección del café. Su infancia y adolescencia ha sido marcada por el maltrato y el abuso sexual de su propio padre, aprobado en silencio por su madre. Se casó muy joven, con apenas catorce años, para huir de este ambiente. En muy pocos años, ya era madre de tres niñas que se llevan muy poco tiempo de diferencia. Ayudaba en la economía familiar trabajando con su padre en el campo, el cual le intercambiaba trabajo por comida. Al hablar de su madre, lo hace con mucho dolor: Mi abuelo fue otro cabrón igual. Mi madre se caso con mi padre por salir de mi abuelo. Y fue todavía peor, peor todavía. Y la historia de mi abuelo con mi madre fue muy fuerte también hubo abusos, violaciones continuadas y claro mi abuela le entregaba su hija, mira lo duro que es, que me cuesta mucho entenderlo. Entregar a una hija para proteger a las otras. Comenta que su madre termina abandonando el domicilio familiar a causa de los malos tratos y abusos reiterados por parte de su padre. En estos momentos reside en Vitoria, España. 1.3.

Las hermanas

Actualmente, se encuentran en Estados Unidos. Comenta que todas ellas han vivido una historia muy parecida: Bueno, todas las hermanas tenemos una historia parecida a la mía. Todas las hermanas tenemos hijos, una no está con su

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

esposo, está sola con su hijo, es la mayor. La del medio, sí que está con su esposo y su hijo. Y luego, yo que si que estoy con mi esposo y con mi hijo. Mantiene una relación esporádica con sus hermanas y sobrinos, a través, de contactos telefónicos y vía postal.

2. Historia personal Podemos establecer tres etapas que marcan la experiencia vivida por la protagonista. 2.1.

Infancia y adolescencia

La infancia de Luna no ha sido nada fácil, ésta se encuentra marcada por las relaciones conyugales conflictivas de sus progenitores, especialmente los maltratos de su padre hacia su madre, hecho que influye negativamente en las relaciones familiares: Yo creo que hasta mi padre abusaba de mi madre sexualmente cada por tres, nunca lo pude saber, pero el abofetearle, los escándalos, el tenerla tomada todo el tiempo; era horroroso, horroroso. A pesar de que ella ya desde muy pequeña era consciente de esta situación: Mis sueños fueron los que me hicieron abstraerme un poco de aquella realidad y hacía las cosas como inconscientemente, yo seguía soñando para saber que tenía que sobrevivir. Siempre ha sido muy independiente: Yo siempre iba a mi «puta» bola. Luna recuerda con dolor y rabia cada vez que su padre regresaba a casa después de trabajar, según ella, se volvía agresivo cuando tomaba alcohol, hecho que sucedía casi todos los días. Expresa su temor de que en una de estas agresiones diarias a su madre, acabase con la vida de ésta. Por ello, durante mucho tiempo pensó que la única forma de acabar con esta situación era asesinando a su padre: Cuando llegaba papá teníamos que esconder los cuchillos. Siempre había la historia esta de cómo hacíamos para matarle, yo que sé, creo que siempre eso era algo que confabulaba en la cabeza de las tres. Pero nunca lo dijimos. Cuando llegaba y le dábamos golpes, siempre, pensábamos este será el golpe final. Pero siempre tomaba y era como un animal, llegaba casi a un estado de coma y tenía una fuerza enorme, es que no podíamos contra él. Al cumplir los 13 años, su madre no aguanta más maltratos tanto psicológicos como físicos y termina huyendo de su domicilio, abandonando a sus tres hijas. Éstas conocían los planes de su madre y le ayudaron a preparar su huida hacía la capital, Bogotá: Ella preparó y nos comentó, bueno, yo ya tenía 13 años y fuimos a llamar a una cabina telefónica y mi madre pidió ayuda a una amiga de Bogotá. Y bueno, fue cuando me dijo que se iba a ir, me lo dijo y lo preparó. Y lo preparamos. A esta edad Luna no entiende por qué su madre opta por el abandono del hogar: Ahora sí que lo entiendo. Con 13 años no era ése el caso. Venía de ser abusada, violada, ultrajada por mi abuelo. Luego se mete con otro peor donde

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

empezó a jugar con niños como con muñecos, era normal, era normal… el que se fuera el que se olvidará un poco de sus hijas. Junto con sus hermanas permanecen bajo la custodia de su padre. Ella pasó hacerse la responsable de las tareas domésticas, así como de una de sus hermanas: Yo me quedé con mi hermana la del medio y estuvimos un tiempo con mi padre. Al iniciar el último curso de bachillerato, a la edad de 15 años, decide marcharse de su domicilio para buscar a su madre y vivir junto a ella. Se escapa con sus hermanas a Bogotá: Nosotras fuimos detrás de ella, le dejamos un período a mi hermana con mi madre. 2.2.

Redes de prostitución

Cuando llegaron a la capital comenzaron a buscar trabajo, pero al no encontrar grandes ofertas se dejaron llevar por el dinero fácil y cayeron en las redes de prostitución: Lo que suele pasar en todas las grandes ciudades, empezamos a buscar en las páginas amarillas, en los periódicos, hasta que terminé un día llamando a una historia de unos pisos. Que es donde comenzó toda la historia de la prostitución y el trabajo sexual. Al adentrarse en este mundo, comienza a contactar con mafias japonesas relacionadas con el trabajo sexual. Llega a permanecer tres años en Japón ejerciendo la prostitución para dichas mafias: Pasé a conocer a gente de mafias de Japón. Ya me metí en esa mafia estuve tres años en Japón prostituyéndome. Regresa a su país tras este periodo e inicia la prostitución de «turismo» muy arraigada en Colombia. Desarrollada principalmente por mujeres muy jóvenes, que abandonan sus domicilios durante tres meses para trabajar sexualmente en algunas ciudades europeas: Después empecé a salir empecé a meterme en círculos, comencé a viajar por Europa, por algunos lugares de Europa. En estos momentos Luna reprocha a su familia que sólo la querían por el interés y por el dinero que obtenía vendiendo su cuerpo: Desde que me había metido ahí yo me había convertido en el banco de mi familia, todo el mundo me quería y adoraba. Yo era la mercancía. En este caso por que eres algo tan importante como el dinero. Ahí es que odié a mi madre, odié mucho a mi familia porque he pasado por situaciones muy dolorosas, porque sólo era cuestión de casa, de la otra quiere irse para no sé dónde, entonces, hay que prepararle los papeles. Bueno es ahí donde empecé a conocer a otra clase de gente, cuando empecé a tener más poder adquisitivo, compré un piso en Bogotá y comencé a vivir otra vida, en el mundo de la mentira, yo no tenía familia. Mi familia provenía de una clase rica como tantas chicas universitarias que viven en Colombia que se iban periodos de tres meses a Europa para poder llevar un nivel de vida acorde con en la gran Capital. Al pertenecer al mundo de la prostitución de «turismo» sin darse cuenta se va adentrando en el de «alto standing», en donde se relaciona con personas influyentes de la sociedad colombiana: Empiezas a entrar en círculos y ha cono-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

cer a gente, gente de negocios y al final la única forma de relacionarte es por medio de tu cuerpo. Terminé metida con gente de banca, con gente de petroleros y con algunos narcotraficantes, entonces es cuando comencé toda esta prostitución de «alto standing». Pero si algo destaca de toda su experiencia vivida en el mundo de la prostitución, es que, sin duda la de «alto standing» es la más dolorosa. Luna se ve sometida a vejaciones de gente con un gran poder adquisitivo e influyentes a nivel social, que se creen con el derecho de ultrajar los derechos humanos más básicos de una persona: Pero en la prostitución es más doloroso cuando hay tanto dinero de por medio, por que le permiten hacer contigo muchas vejaciones por que yo tengo el poder y es en esto donde se sienten poderosos, donde se sientes dioses. Y es que estamos hablando de un entorno muy alto, pero podrido, totalmente podrido. Le permite hacer todo lo que su cabeza quiera, entonces fue mucho más dolorosa la prostitución, fue mucho más dolorosa. En esta última etapa ha prevalecido la búsqueda de esa figura paterna que ella siempre ha anhelado: Estos hombres te veían como la inocencia, la frescura, esto y lo otro… y yo en el fondo buscaba una imagen también paterna, buscaba cariño, buscaba que realmente no fuera sólo el dinero, pero, eso nunca llegaba… Según ella, muchos hombres de «alto standing» que se han cruzado en su camino le han aportado vivencias que ella agradece en estos momentos para emprender un nuevo futuro: Esos hombres me enseñaron muchísimo, de ellos aprendí mucho y de su intimidad es que hoy puedo empezar cosas, de conocer su intimidad. O sea que nada ha estado suelto en mi vida, mi pasado me está sirviendo ahora. Al quedarse embarazada decide acabar con todo esto que le rodea y marcharse del país para emprender una nueva vida: Cuando quedé embarazada y sabía que tenía que irme del país. Entonces vendí todo lo que tenía allí que realmente era muy poco porque en ese momento me di cuenta de todo lo que había trabajado para caprichos, para tonterías, para banalidades, ropa, para comprar amigos, para tener círculos sociales en los que me necesitaban pero claro me necesitaban por el dinero compraban mi amistad. Era una realidad tan dura que cuando quedé embarazada no pude abortar por qué ya había tenido varios abortos, y ya moralmente no podía. Y estaba tan destrozada como persona, interiormente. 2.3.

Llegada a España

A la edad de 25 años, tras quedarse embarazada y tomada la decisión de abandonar su vida actual para ofrecer un mejor futuro a su hijo. Inicia los contactos en su país para buscar un trabajo en España, estos le proporcionaron como destino Salamanca. Al llegar, a ésta durante unos días se aloja en casa de una amiga pero es consciente de que no puede permanecer ahí mucho tiempo y comienza a trabajar en el Nights.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Durante un tiempo, consciente de que lo prioritario es buscar otro trabajo diferente al que actualmente desempeñaba, comenzó a limpiar casas por las mañanas y a trabajar por las noches en el nights. En este prostíbulo permaneció hasta que contrajo matrimonio con uno de sus clientes, porque finalizaba su visado como turista y tendría que permanecer de forma ilegal en el país. Por ello, opto por un matrimonio de conveniencia en el cual ella aportaba un hijo de otra relación. Hecho que no causo ningún impedimento para empezar una relación sentimental con su actual pareja. Luna junto con su pequeño se trasladaron al domicilio de su compañero, vivienda en la cual residen hasta la actualidad. En este nuevo período, ella contacta con diversos servicios sociales puesto que atraviesa un momento difícil en su vida. Luna siente que ha perdido su libertad, ya que, desde muy pequeña ha sido una persona muy autosuficiente, en cambio, ahora tiene la responsabilidad de ser madre y esposa. Hecho que le viene grande porque no ha habido un proceso de habituación a esta nueva situación: Y ha sido un año y medio muy duro, porque ya no podía hacer lo que se me venía de nuevo, yo no podía aceptar esta responsabilidad: ser madre, ser socialmente una compañera y una madre y, yo no me creía lo que estaba pasando estuve a punto cuando ya dije me suicido y yo a mi hijo lo mato por que no puedo asumir, bueno, es que ni siquiera pensaba en asumir. Yo no sabía ¿me entiendes? Se me vino el mundo en cima, siempre acostumbrada a aquella libertad de venir e ir y tal. Y ahora encontrarme con un hijo, con un hombre que era un desconocido para mi pero que todo nos lo estaba dando. A través de los diversos servicios de Cáritas, inicia un programa de deshabituación de alcohol, cannabis y, un proceso psicosocial impartido por el programa del Centro de Día de Drogodependencias, que, finaliza con éxito: Estuve allí por drogas y alcohol, pero mira yo nunca, o sea el tema del cannabis siempre han estado presente en mi vida, aún en mi sueños, en el entorno mas duro no permitieron que entrara al camello, a la coca, siempre tuve mucho miedo. También, se le asesora para acudir al Programa de Empleo, desde el cual, se le ofrece la oportunidad de participar en un taller de papel japonés impartido en Barcelona. En estos momentos, comienza a hacerse preguntas y a comparar diferentes realidades de gente que ha conocido en estos programas, como, inmigrantes, discapacitados, mujeres maltratadas o personas mayores: Y casi pierdo a mi familia, casi pierdo mi vida misma y casi mi identidad, me aleje de todo de todo, me dedique sólo a estar con otras personas a escuchar a otras personas, fue una locura ¡de verdad¡. Pero salí, salí viva y con manos llenas y salí con muchas respuestas, con muchísimas. Y ahí fue cuando tomé las riendas de mi vida. Actualmente, ha realizado diversos cursos, como de monitor sociocultural, talleres relacionados con la plástica y el reciclaje: Estoy trabajando con talleres ocupacionales, talleres de reciclaje, Luego empecé hacer cursos de monitor sociocultural, de ocio y tiempo libre, y bueno, también me especializado mucho en la plástica, en la elaboración del papel japonés.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

También, colabora con diferentes asociaciones, ejemplo de algunas son la asociación de mujeres de su municipio, asociaciones latinoamericanas…: Hago muchísimo voluntariado estoy metida con montones de asociaciones desde latinoamericanas a asociaciones de Reumar, pertenezco a la asociación de mujeres de aquí (refriéndose a su localidad) en la cuál he ayudado a fundar. Estoy metida con el tema de la comunidad social, eh, porque tratamos de crear una cooperativa.

3. Situación actual y condiciones de vida 3.1.

Familia

Como se ha señalado anteriormente, su relación familiar ha sido difícil. Con su padre mantiene una relación muy fría, en alguna ocasión se escriben una carta. Aunque sí mantiene contactos puntuales con su madre y hermanas. Al casarse ha estrechado unos lazos familiares fuertes con la familia de su marido en la que se siente un miembro más: He tenido la gran suerte de estar en una familia bastante bien estructurada… Mi suegra es una mujer que me admira muchísimo y por el contrario me reprocha no estar más con ella. 3.2.

Salud y sistema sanitario

Con 29 años comienza un tratamiento de deshabituación del cannabis, a través, del Centro de Día de Drogodependencias de Cáritas de Salamanca. Tratamiento que finaliza con éxito. Junto con éste, se desarrolla, del mismo modo, un proceso psicológico no sólo para eliminar la adicción a esta droga sino también para desterrar ideas distorsionadas. Que le impiden tomar decisiones personales en su vida cotidiana. 3.3.

Trabajo

Durante su niñez y adolescencia trabaja de forma activa en la recolección del café, junto con su familia. Pero es a la edad de quince años cuando comienza a ejercer la prostitución. Durante esta etapa, inicia esta actividad primero en pisos en la ciudad de Bogotá, para pasar a ejercer el trabajo sexual para mafias japonesas en Japón durante tres años. Al regresar a su país, tras esta experiencia, emprende la prostitución de «turismo», que consiste en practicar esta actividad durante periodos cortos de tiempo (meses) en diferentes países de la unión europea, entre ellos España. Tras varios viajes sexuales ha diferentes ciudades europeas, entabla la prostitución de «alto standing» en su país natal; trabajo que desarrolla durante varios años hasta que se queda embarazada y decide tener este niño, tras varios abortos voluntarios. Considera que es necesario criar a su hijo fuera de este entorno y en otro país. Por ello, toma la decisión de instalarse en España, país que conocía bien, ya que había estado trabajando anteriormente en él cuando ejercía la prostitu-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

ción de «turismo». Elige este país por el idioma y por que le resultaría más «sencillo» educar a su hijo en él. Al llegar a aquí, ejerce el trabajo sexual en un Nigts de la provincia de Salamanca: Volví al Night donde casualmente estuve aquella vez en Salamanca. A la vez que se dedica a limpiar diferentes casas para poder abandonar este club: Yo trabajaba en ese lugar de noche y en otros de día, porque yo ya no quería seguir en aquello… Deja de trabajar definitivamente en este local al contraer matrimonio con su actual esposo. Al que conoce trabajando en el Nigh: Fue cuando ya le conocí a él allí (se refiere a su marido) y fue cuando empezó todo. Y él me acepto desde el primer momento, su familia no lo sabe que nos conocimos en un burdel. En la actualidad es monitora de diferentes talleres ocupacionales: Me gano la vida con talleres, talleres de reciclaje, me especializado mucho en la plástica, en la elaboración del papel japonés. Y coopera con diferentes asociaciones dedicadas a la dinamización social: Hago muchísimo voluntariado, pertenezco a la asociación de mujeres, tratamos de crear una cooperativa. 3.4.

Sistema educativo y formación

Su formación educativa formal finaliza con los estudios de bachilleratos, impartidos en la escuela de su pueblo, en la cual estuvo hasta los 15 años. Abandona los estudios definitivamente para ejercer la prostitución. Tras esta etapa, son varios los cursos y talleres que realiza a través de los diferentes programas de Cáritas, como el Centro de Día y el de Empleo, ejemplo de ello es la de la subvención de la matrícula en un taller de papel japonés desarrollado en Barcelona e impartido en el Museo Internacional del Papel. Un curso con una duración de 16 horas. También se le financió parte de la estancia durante la permanencia del mismo. 3.5.

Acceso a la vivienda

Su infancia se ha desarrollado en la casa del pueblo donde residía con su familia. Desde los quince años que abandono este domicilio, para ir a vivir a Bogotá. Son varias las ciudades donde ha residido aunque en algunas de ellas por periodos de tiempos establecidos en meses. Al contactar con las mafias japonesas relacionadas con el tráfico del trabajo sexual, permanece durante tres años en Japón. También, ha habitado en diferentes Nights, en concreto, en el último situado en la provincia de Salamanca reside aproximadamente un año. Actualmente, vive con su hijo y su marido. El propietario del piso es su cónyuge. La vivienda esta situada en pueblo muy cercano al municipio de Salamanca. Está compuesta de dos habitaciones, un salón, la cocina y cuarto de baño.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

3.6.

Relaciones de pareja

Actualmente especifica estar enamorada de su pareja, aunque es consciente de que este sentimiento ha ido aflorando poco a poco con la convivencia diaria: Lo que sí que tengo es (eh) un matrimonio bien, muy estable. Hemos llegado a una relación bastante, bueno no sabemos si vamos a estar juntos siempre, pero sí que vamos a estar bastante tiempo. Este hombre me enamorado desde hace poco. Es un hombre maravilloso, he aprendido a irlo valorando… Con mi marido he visto una gran entrega y todo me lo ha dado completamente, también es cierto que yo le aportado otras cosas, que tampoco me han costado mucho. Porque tuve muchos momentos de querer irme, pero, era como jolín como te voy a dejar… Formalizaron su relación mediante el matrimonio en el año 2000, aunque reconoce que éste ha sido por conveniencia, ya que sino ella y su hijo tenían que regresar a su país porque finalizaba su visado: Nos casamos porque se me iba a acabar la prórroga de estancia y yo no quería quedarme ilegal con un niño. Entonces él me dio está posibilidad, claro nos hemos casado y yo me ido con mi hijo para este piso y ha sido un año y medio muy duro, porque ya no podía hacer lo que se me venía de nuevo, yo no podía aceptar esta responsabilidad: ser madre, ser socialmente una compañera y una madre. La relación con la familia de su actual pareja la define como fabulosa desde el primer momento, se ha sentido integrada y arropada por ellos: Nos fuimos conociendo y queriendo poco a poco, al principio no teníamos una relación muy íntima y muy familiar… Dentro de lo que cabe la familia está bien, son una familia piña. Tienen bastante afecto y recursos, una vida cubierta, cubierta en muchos aspectos, tanto afectivos como económicos. 3.7.

Ingresos concretos y acceso

Los ingresos percibidos desde los 15 hasta los 27 años han procedido principalmente de la prostitución y las drogas, así como también de la pertenencia ha diferentes mafias de papeles. Una vez que llega a España, en el año 2000, además, de trabajar sexualmente en un Nigts, también realiza limpiezas en domicilios particulares. Después de su contacto con Cáritas, a la edad de 29 años, comienza a una formación laboral en diferentes cursos y talleres, actualmente, trabaja como monitora de talleres ocupacionales y de papel de reciclaje. A día de hoy podemos señalar que disfruta de una estabilidad económica y hace frente a sus gastos de manera autosuficiente. 3.8.

Relación con Cáritas

En lo referente a Cáritas y a las personas que le han acompañado en todo este proceso dice tener una muy buena relación con ellos y agradece la disposi-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

ción de los mismos: Me ha influido tanto en mi vida, que de manera indirecta o directa, bueno, en ese periodo fuerte de mi vida. Que nunca se me olvidará que el día que fui, siempre iba y compartía mi vida, lo que iba a hacer y tal. Cómo un poco buscando su orientación. Yo me acerqué a Cáritas, cuando la verdad, es que estaba muy mal. Me he acercado y bueno, he encontrado muy buenos profesionales, eh, eh, bueno con la ayuda, con terapia he logrado recuperar, bueno he logrado, he trabajado bastante fuerte conmigo, porque encuentras un asesoramiento un apoyo pero finalmente el camino te lo haces tú. Contacta con Cáritas a través del Programa de Empleo, desde el cual, colaboran con ella en los oficios de información laboral y le orientan en la búsqueda de empleo. Pero además también se le ofrece participar en diferentes cursos de formación laboral, uno de ellos, es el de «papel japonés» cursado en Barcelona, con una duración de 16 horas. Desde este programa, se le financia la matricula y recibe una pequeña ayuda económica para el alojamiento durante esos días.

También otro gran apoyo ha sido María (programa de empleo), me ha apoyado desde muchos ámbitos, desde solicitar un contacto para que alguien me ayudase a rellenar un formulario cuando quise darme de autónomo, hasta la parte como persona, animarme, sí que lo podía hacer a nivel personal… siempre impulsando, impulsando. También me financiaron, me colaboraron en el tema de mi formación, en un curso puntual, de un taller de papel japonés, si que me han ayudado mucho y sobre todo en ese curso puntual. Debido a su problemática con las drogas, desde Empleo se le deriva al Programa Centro de Día de Drogodependencias de Cáritas. Son varios los profesionales que han trabajado en un proceso de acompañamiento para ayudarla a superar su adicción, mientras llevaba acabo su tratamiento de deshabituación al alcohol y al cannabis. Pero también ha recibido un importante apoyo psicológico, tanto para superar la adicción a las drogas como a nivel personal, ya que, en muy poco tiempo tuvo que enfrentarse a diversas responsabilidades. Luna no supo como abordarlas ya que no había alcanzado en su desarrollo evolutivo la madurez psicológica, para abordar la carga afectiva y emocional que entrañaban las mismas: He participado en la parte de Psicología, no sé cómo lo llaman a ese departamento; me derivaron drogodependencias en todo ese, no sé si dar el nombre Isabel, la Psicóloga del Centro de Día, pues, hemos estado bastante tiempo. Ha sido un año y medio muy duro, porque ya no podía hacer lo que se me venía de nuevo, yo no podía aceptar esta responsabilidad: ser madre, ser socialmente una compañera y una madre.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

4. Autopercepción y posicionamiento social 4.1.

Autopercepción

En estos momentos podemos señalar que Luna se encuentra totalmente recuperada de sus adicciones: Cómo decirte, es como decir «yo tuve los huevos de salir de ahí». Pero, lo más importante es la buena autoestima y la tolerancia a la frustración que posee que le permite iniciar con ilusión nuevos proyectos en su vida: Creo que el pasado te sirve para continuar y cuando aceptas el origen, realmente vas hacia delante. El haber trabajado con profesionales, psicólogos y trabajadores sociales le ha ayudado a eliminar esa carga que le impedía afrontar responsabilidades: Es como que siempre lo tienes ahí atado a la espalda, es una carga que no te deja que siempre la vas recordando… Llega un momento en que se convierte en una cosa que yo veo que saco beneficios, yo he visto cosas así, y tampoco quiero sabes… mi pasado me ayuda a construir mi futuro y punto. 4.2.

Posicionamiento social

En la actualidad se muy integrada a nivel social y se percibe como un miembro activo de su comunidad: Apuestas tú por ti mismo, y lo labras y continúas; y desde ahí, luego descubres cosas, las compartes, la quieres compartir con otros y es ese momento en el que estoy de mi vida. 4.3.

Actitudes y relaciones respecto a la sociedad

En general se muestra muy receptiva con toda la problemática social que le rodea. Su experiencia vital le ha servido para luchar contra las barreras sociales y es por ello, que está muy involucrada y trabaja en temas sociales: Ahora comparto con gente, por eso, creo en las personas y por ello estoy metida en las historias en las que estoy metida. Prefiero dedicar mi vida más que ha trabajar a fomentar redes… En ocasiones ha participado con su testimonio en diferentes coloquios, en el último que ha participado está relacionado con la inmigración colombiana. Como se ha mencionado anteriormente, es co-fundadora de la asociación de mujeres de su municipio.

5. Perspectivas de futuro En lo referente a su matrimonio, lo define como estable y duradero: Tengo es (eh) un matrimonio bien, muy estable. Hemos llegado a una relación bastante, bueno no sabemos si vamos a estar juntos siempre, pero sí que vamos a estar bastante tiempo.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

Desea cambiar de vivienda por una más grande: Con el tiempo sí que nos gustaría cambiar de casa, tener un espacio más grande, pero bueno, por ahora, somos felices con lo que tenemos y punto. En relación a su pasado, marcado por las drogas y la prostitución, es sorprendente cómo explica que para ella ha sido doloroso, pero que esto no le impedirá disfrutar de la vida en el presente: Porque sea un pasado doloroso porque mi pasado está ahí, pero creo que el pasado me sirve para continuar.

Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción Desde el primer momento Luna ha demostrado en sus intervenciones ese carisma de una mujer luchadora. Sobre su conversación, destacamos, la fluidez y la claridad de la misma; por lo tanto, este testimonio se caracteriza por la fiabilidad y sinceridad de la narradora. El clima de confidencialidad establecido por la entrevistadora y entrevistada es lo que ha determinado la exclusividad de este relato de vida. Es evidente que la situación inicial de vulnerabilidad emocional viene dada por la falta de apego emocional y de seguridad en su clima familiar. Podemos destacar dos grandes variables que han marcado su desarrollo evolutivo y psicosocial. La violencia de género: a pesar de que en ella no se ha producido un maltrato físico si podemos evidenciar el psicológico, está ha influido muy notablemente en las primeras etapas evolutivas, niñez y adolescencia, le produjo secuelas como baja autoestima con sentimientos de desvalorización a si misma, aislamiento, ansiedad, desconfianza a los demás… Todos estos factores emocionales han sido trabajados en su terapia psicológica. Las drogas y prostitución, se encuentran íntimamente relacionados. Actualmente, está totalmente rehabilitada de su adicción al cannabis y al alcohol. Y desde que contrajo matrimonio, en año 2000, no vuelto a ejercer el trabajo sexual. Teniendo en cuenta toda su intervención se pude considerar que es una persona totalmente integrada en la sociedad a nivel social y, además, un miembro activo de la misma.

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Iana Gheorghina* (Extranjera con intensidad de intervención baja)

Iana, es una inmigrante Rumana de 47 años que vive en Sevilla. Podríamos decir que su proceso migratorio se encuentra en fase de estabilización. Trabaja, tiene permiso, alquila un piso, sin embargo, su hogar encuentra claras dificultades para prosperar económicamente. En todo caso, la capacidad para localizar y obtener apoyos le apartan de la vulnerabilidad, siendo su objetivo a corto plazo más cercano el de lograr la reagrupación familiar completa. Ésta podrá plantear nuevos retos, ya clásicos en las historias de vida de inmigrantes, como es el de la adaptación de la hija de nueve años ya educada en su país. Esquema de contenidos 1. Datos básicos. Lugar y fecha de nacimiento. 2. Familia de origen. 2.1. Situación socioeconómica en su país de origen. 2.2. Trabajos de los padres. 2.3. Hermanos. 3. Estudios. 4. Primeros trabajos. 5. Matrimonio. 6. Otros trabajos antes de decidir venir a España. 7. Vivienda. 8. Hijos. 9. Proyecto migratorio. 9.1. Decisión de emigrar. 9.2. Decisión de venir a España. 9.3. Decisión de elegir Sevilla. 9.4. Proyecto futuro. * Criterios de selección muestral: mujer, extranjera, intensidad de la intervención de Cáritas baja, éxito (Sevilla).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17.

18. 19. 20. 21. 22. 23.

Economía en Sevilla. Ingresos y gastos. El idioma. El apoyo de Cáritas. El marido. Relaciones sociales. Apoyos. Trabajos en España. Permiso de residencia. Vivienda. 17.1. Las complicaciones con la vivienda. 17.2. Su vivienda en la actualidad. Un día en la actualidad. Reparto de las tareas domésticas. Tiempo libre. Religión. Visión de otros inmigrantes. Visión de la política migratoria.

Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción.

1. Datos básicos. Lugar y fecha de nacimiento Iana nació en Rumanía, hace 37 años, sus padres eran muy jóvenes cuando ella nació.

Nací el 3 de julio de 1970. Nací en Misil (en el distrito de Prahova, ubicado en la zona central del país), de Rumanía. Siempre he vivido en Misil. Cuando yo nací, mi padre tenía 19 y mi padre 20. Muy jovencitos. (…) Mi ciudad es muy chica, muy chica… como Almonte, así más o menos. Es un pueblo.

2. Familia de origen 2.1.

Situación socioeconómica en su país de origen

La situación económica en su familia no era especialmente precaria hasta el fin del régimen de Ceaucescu, cuando el país se sumió en la pobreza: los salarios eran demasiado bajos para la carestía del nivel de vida.

A nosotros no nos ha faltado nunca nada, nunca nada, mi padre trabaja desde los 16, mi madre también. Y qué pasa, en 2000, cuando murió Ceaucescu la vida se cambió en Rumanía, que apareció… para comprar de todo, pero el dinero en mi país no tiene ningún valor, ningún valor, por ejemplo yo trabajé de funcionaria económica. Trabajé mucho, no puedo

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

decir que tenía un sueldo bueno, muy poco para… comprar algo, por ejemplo. El comunidad en mi país vale muchísimo, el teléfono, la luz. Estas cosas que las debes pagar cada mes, vale muchísimo. Y ahora esperamos que la Rumanía entre en la Unión el año que viene (Rumanía entra en la UE el 1 de enero de 2007), y creo… y bueno, las cosas no se cambian fácil, porque nosotros somos acostumbrados, por ejemplo. A mí, cuando llegué aquí… yo estoy acostumbrada en mi país que si tú me ayudas con algo yo te doy una propina, o me haces algo y yo te doy un café, o un dinero, o algo de comer, sabes?, pero aquí, yo cuando lo ví… hombre… Esto es lo que yo estoy diciendo, que las cosas en mi país no se cambian rápido, esto dura por lo menos 5 o 6 años, para cambiarse las cosas esas, cambiar la mentalidad, esa idea… (…) En mi ciudad, que es muy chica, antes tenía… teníamos cuatro empresas muy grandes, una de muebles, una de textil, más otra de textil, y otra de hierro de estas. Pero ahora tenemos más de textil, porque tenemos muchos extranjeros que… que se ha abierto una empresa de costureras, sabes… Esta empresas de textiles se paga muy poco. 2.2.

Trabajos de los padres

Sus padres tenían trabajos modestos, su padre aún trabaja. Su madre fue costurera y ahora se dedica a la casa, ya que cuida de los hijos de Iana.

Mi padre era carpintero, tapicero… algo de eso. Y mi madre, costurera. Ellos nunca han salido de allí. (…) Mi padre todavía trabaja en la carpintería, en una empresa muy grande, muy grande. Pero también trabaja por su cuenta, porque si no… Mi madre está jubilada. Se dedica a la casa. Con mis hijos… Ella antes hacía esta cosa de carpintería, así de… ropa, pero ahora no le ayudan mucho los ojos, como ha trabajado desde los 16 años… hombres que sí ve… pero tampoco quiere forzar… 2.3.

Hermanos

Sus padres sólo tuvieron dos hijos, aunque lo normal en su país era tener más. Su hermano también estuvo en España por un tiempo trabajando en la recolección en Huelva en tareas agrícolas, en la recogida de la fresa.

En mi casa soy yo con mi hermano, pero mi marido son 12, 6 hijas y 6 hijos, hay de todo en Rumanía. Pero ahora sinceramente, todo el mundo hace nada más uno, o dos. No quieren tener más hijos. Por ejemplo mi cuñada es maestra en un pueblo de estos… del campo, y ahora habló con mi madre que quiere mudarse a una ciudad más grande, porque no tiene niños en el colegio, me entiendes. (…) Mi hermano trabajó también aquí un tiempo en la fresa, en Huelva, en el campo.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

3. Estudios En su país realizó los estudios básicos y el bachillerato.

Mira, yo…. todavía, como no me he traído los hijos aquí, no sé como es aquí un colegio. Pero nosotros… yo he hecho de la primera clase a la octava. Después se da un examen, que si sacas más de cinco, entras, que sí es menos, no se entra. No me acuerdo muy bien, pero entré con 7 y pico, y he hecho 9 y 10 (se refiere a los dos cursos siguientes) después otro examen más grande. Este lo conseguí muy bien, con 9 y pico. Y se termina 12 clases. Después se da un bachillerato, pero yo lo aprendí con matemáticas y mi idioma, pero ahora son 5 o 6 (asignaturas) que te piden: matemáticas, mi idioma, física, la química… un idioma de otro país, inglés, francés. Yo terminé mi bachillerato e intenté hacer el instituto de matemáticas, y lo conseguí, pero no… Esta es una cosa que no lo quería. Porque yo… terminé este instituto de 12 clases (12 cursos), y empiezo a trabajar. Mi madre que dice: haces horas extra (con un profesor, se refiere a las clases particulares) en casa de nosotros, te pagamos, y te preparas para… año que viene para el examen del instituto de matemáticas. Y lo conseguí el examen, muy grande, de matemáticas, de analítica y de física.

4. Primeros trabajos Comienza a trabajar de auxiliar administrativo en la empresa de carpintería en la que trabajaba su padre. Permanece durante tres años en ese trabajo.

Y como yo trabajo… la verdad, se lo digo a todo el mundo, ahora sí me arrepiento mucho, prendió la cosa de dinero, y ya no quería estudiar más. Empecé a trabajar en esta empresa donde trabajaba ahora mi padre. Y empecé a trabajar con todo el mundo de carpintería y todo eso, con 18 años. Y como se hace en mi país, mi padre muy amigo con el director, hablando mira tengo a mi hija Iana, que si se puede ofrecer algo de una oficina, y ya entré en la oficina, porque así es la cosa, y así aprendí la funcionaria económica, en mi trabajo. (Es una especie de auxiliar administrativo), en mi trabajo. Porque después (de los estudios), mi madre siempre le decía a mi padre, dice, mira que a mí me gustaría que Iana tuviera un trabajo mejor. Así, hablando, conseguí este trabajo de oficina, en principio me ha gustado, porque me ha acostumbrado con más gente, a hablar, a trabajar. Después, te digo la verdad, se me parecía muuuy difícil, muy difícil el trabajo de oficina. Porque como yo he trabajado nunca, yo que sé, todo el mundo mirando cómo hago, cómo…. Empecé la primera vez con un libro de avisos, numerarlo, cuatro páginas, uno, otras cuatro páginas, dos, sabes, y así empiezo y tenía mucha emociones, y así…. (no queda muy cla-

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ro). Y trabajó más o menos en la oficina tres años, y se suspendió el puesto este de la oficina, y después me quedé en casa… un año, más o menos. Y nació Andrea, mi hija. (…) Y a mí en principio me gustó trabajar, porque me ganaba mi dinero, para comprarme lo que sea… entiendes.

5. Matrimonio Se casó muy joven, con 20 años, cosa que era costumbre en su país, aunque menos actualmente: Me casé con 20 años. En mi país así se acostumbra. En Hungría… por todos lados. Pero ahora… ahora no se casa… (tan joven). Porque la vida es de otra manera, los jóvenes quieren disfrutar de la vida, antes era eso, 20, 22 años.

6. Otros trabajos antes de decidir venir a España Trabaja en una empresa textil, primero tejiendo y después aprendiendo el oficio de patronista. Pero lo abandona todo para venir a España, según dice, porque su marido la solicitaba aquí.

Y más o menos empecé otra vez, en una tienda de pan, que no me ha gustado el sueldo, y después, antes de venir aquí, una familia de Grecia abrió una empresa muy grande de costurera, de ropa de estas, y empecé a trabajar aquí. Para hacer ropa…. Cosiendo. Sé coser muy poco. A mí no me gusta coser, no me gusta, siempre se lo decía a mi madre. A mi me gusta hacer algo más fuerte, que soy mujer… pero no me gusta coser. Entonces el griego me dijo mira Iana, yo te veo un poquito más con la cabeza… ¿a ti no te gustaría aprender a dibujar los modelos de la ropa? Y muy rápido, digo sí, me gusta, pero… yo no conozco de esta cosa. Dice mira, yo te lo explico. Una vez, dos tres más… pero si no entiendes algo me lo preguntas, no me digas sí, sí, sí… Que yo te deje después hacer sola, que si no te sale el dibujo este nosotros no podemos hacer nada aquí, todo se para.. y te digo que me quedé más del horario que yo tenía, porque empezó a gustarme y quería aprender. Y así trabajé aquí un año y pico, y después ya mi marido me dijo vente pacá que ya no puedo solo. Y ya está la cosa. Encuentra trabajo en una gasolinera. Tiene a su primera hija y decide salir de la empresa para cuidarla, cosa que hace durante más de dos años.

Después, no sé… tres años trabajó en la oficina, digo yo que me quedé en casa dos años y pico, porque a los 25 años tenía a Andrea. Porque cuando tuve a Andrea, me acuerdo ahora trabajé en una gasolinera. Sin contrato de trabajo, y cuando se enteró mi jefe, también jefe de mi mari-

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do me dijo mira Iana, tú no puedes trabajar embarazada. Sí, que no tengo ningún problema, yo puedo trabajar, y trabajé hasta el último día, cuando nació Andrea. Y después me quedé en casa, para cuidar a Andrea. Le pregunto por oficios que hacen los hombres más que las mujeres en su país, cosa que rechaza de plano.

Mira, yo, por ejemplo, he hecho un colegio de informática, y ahora mi niña lo hace también, y de informática. Pero en mi instituto entero era de mecánica. Yo salí con un diploma de mecánicos. Y tengo otra … en empresa donde trabaja mi padre (se refiere a la empresa de carpintería) de funcionario económico, o algo de eso, sabes.

7. Vivienda Tiene una vivienda en propiedad en Rumanía.

Cuando me casé yo tenía un piso cerca de mi madre, pero mi madre lo tiene más grande, con tres habitaciones, yo tengo con dos.

8. Hijos Quería tener pronto un hijo, aunque la madre se lo desaconsejaba porque también la tuvo joven a ella. Tiene dos hijos, de 2 y 12 años. Andrea se ha cuidado con sus abuelos y Antonio desde el año pasado.

Yo quería muy rápido tener un hijo (hubiese querido tenerlo antes), pero mi madre dice mira, como yo te he tenido a ti y a tu hermano, y no pudo nadie ayudarme… (no pude trabajar), pero como tienes un trabajo, mejor disfruta algo, disfruta de la vida, y espera un poquito. Andrea cumple ahora en marzo 12 años. (…) Yo tengo otro hijo más. Antonio. Tiene dos años y medio. (…) Andrea y Antonio están ahora con sus abuelos. Andrea de siempre y Antonio desde el año pasado, cuando nos fuimos de vacaciones, los dejamos con mis padres, sí. (cambia drásticamente el tono de voz y el ritmo de la conversación, que se vuelve a la vez dulce y apesadumbrado) Ellos están muy bien, muy bien, estoy muy contenta. Por ejemplo mi hija es la primera de su clase, me ha mandado fotos con las notas. Tiene nada más… con 10. Estudia en un colegio de informática, que hay nada más que uno en mi ciudad. también hace horas extras (recibe clases particulares), desde los 7 años, de inglés, matemáticas y de mi idioma. Porque ella quiere hacer un colegio de estos de Policía Civil, le encanta. Ella le gusta mucho, esto quiere hacer.

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9. Proyecto migratorio 9.1.

Decisión de emigrar

La decisión de traer los hijos está supeditada a un objetivo económico: tener dinero suficiente para comprarse una casa aquí.

Nosotros queríamos primero comprar más el piso, no el coche, pero como no… se puede, porque un piso es muy difícil para comprarlo, y digo a lo mejor nos compramos un coche, que nos vamos de vacaciones y después compramos el piso, en vez de pagar un alquiler 500 o 600 euros, me pago mi letra y… es para mí, digo yo. Que así si yo no compro nunca yo no me puedo traer los hijos aquí. Así es mi idea. Llegó a estar dos años y medio sin ver a su hija. Habla con alegría y nostalgia de sus hijos. La ausencia de ellos parece pesarle mucho.

¿Y por qué la decisión de que (los hijos) se quedaran allí, y no vinieran con vosotros? Porque… (se le quiebra la voz) …mira, somos… estamos esperando y queremos comprar un piso. Porque, te lo digo la verdad, yo… a mí no me gusta mudarme con la casa. Pero para mí es un poquito más fácil, que me mude, hoy vivo aquí, mañana en otro barrio, para cambiar el cole de mi hija no me gusta, porque mira, le hago un cambio de mi para venir aquí, para aprender… otro idioma. Después, lo cambio con el colegio, otra vez, yo creo que es un cambio muy duro. Muy fuerte, y por esto estoy esperando que se pueda hacer algo para traerlos año que viene, ya no puedo más, es muy difícil. (se contradice, y se le vuelve a quebrar la voz) es muy difícil. Date cuenta que dejé a Antonio el año pasado con un año y medio, lo criamos nosotros, lo criamos aquí, y hablo con él ahora dos o tres veces a la semana, y él sabe que yo soy mami y papi es papi, me ve en la foto, pero yo le pregunto a quien quiere tú más dice a mi abuelo, a mi abuela, Que yo ahora soy muy curiosa para ver cómo me ve él, cómo reacciona, porque él sabe en su foto que yo soy su madre, pero cuando me ve… no lo sé, entiendes, y es muy difícil esta cosa. Para mí es muy difícil. Con Andrea es más fácil, Andrea tiene 11 años. Mira, yo me quedo aquí dos años y medio sin ver a Andrea, porque espero para salirme los papeles, porque sin papeles nosotros tenemos problemas, la aduana, tenemos problemas de que no podemos volver, me entiendes, y espero para que me salgan los papeles. Y entonces me quedo aquí dos años y medio sin ver a Andrea. Pero te lo digo la verdad, de mi corazón. Una cosa muy fuerte, muy fuerte, muy fuerte. Oh, madre mía, muy fuerte, eh? (…) Ella tenía ocho años. El 20 de marzo de 2003 yo vine aquí, y ella cumplió el 16 de marzo 8 años. Es muy duro, muy duro… no sé, para mí es muy duro. Y ahora nos vamos de vacaciones a primeros de agosto.

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9.2.

Decisión de venir a España

Dice abiertamente que no quería venir, visitar a lo máximo, de vacaciones con su marido, pero no se planteaba dejar a su hija en su país con sus padres. Su marido la convenció en principio porque requería su presencia, y más tarde parece que son los argumentos económicos los que la convencen del todo.

¿Cómo surge la idea de venir a España? La verdad es que yo… no sé… me acostumbro mucho en mi país. No quería venir, pero mira… quería venir, pero para unas vacaciones, para quedarme en vacaciones con mi marido, porque… no pienso nunca a dejar a Andrea. ¿Me entiendes? No sé, siempre… digo que si la dejo y no la veo… no lo sé… ésta era mi… pero ya cuando llegué aquí mi marido dice «mira …». Cuando llegué aquí nosotros vivíamos en Almonte. Yo empiezo a trabajar la fresa. Y… me gustó. Que los dineros, tengo… como te he dicho también a los 18 años… los dineros tienen otra… otro… valor para hacer algo. Y también tenía yo por ejemplo un préstamo en banca, lo eché para comprarme otro mueble nuevo. Lo pagué la cosa, y así empezando a trabajar... Mi marido trabajó antes de camionero, pero como no tenía papeles, el jefe dice lo siento Alexandru pero no te puedo tener más. Entonces pensamos nosotros nos vamos para Sevilla, para vivir alquilamos un piso aquí, con mi cuñado y mi cuñada… 9.3.

Decisión de elegir Sevilla

Decide venir a Sevilla porque su marido trabajó por esta zona y porque sus cuñados también vivían en un pueblo cercano a la capital. También la vida en la capital les parecía que les ofrecía mayores oportunidades que la de Almonte, que es donde estaba su marido. Se van a vivir con sus cuñados a un piso alquilado en Sevilla.

¿Por qué aquí en Sevilla? En Sevilla porque Alexandru trabajó aquí en Sevilla de camionero y aquí conocía en Sevilla... Mis cuñados estaban aquí, pero viven ahora en Coria. Alquilamos un piso aquí, así empezó… Mi cuñada ha venido después de mí hace un mes, y mi cuñado ha venido con mi marido. Ellos los dos han trabajado en la misma empresa, y como la empresa era de aquí de Sevilla, y mi marido siempre, cuando quería hacer algo… como era de Almonte, siempre quería ir a Huelva, pero dice se me parece muuuy chico, se me parece… no sé, muy cerrado, mejor me gusta Sevilla, tienes otro futuro. Y tampoco lo conocía… la verdad. Yo embarazada, me quedé embarazada con Antonio, y siempre me fui con él (con Alexandru) de viaje, cuando trabajaba de camionero, porque él la verdad no tenía mucho dinero para comer y… digo a lo mejor comemos juntos, en vez de comer yo sola en casa, y tú solo en viaje, comemos juntos, sabes. Y así empiezo a conocer la gente, a mis vecinos… poquito a poco.

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9.4.

Proyecto futuro

Su idea es quedarse en España, porque en su país las personas mayores de 40 años no encuentran trabajo.

¿Tu idea es traerte a los hijos aquí. No volverte tú allí…? No, porque también Rumanía es muy bonita, y es mi país. Pero aquí me gusta que… si tienes 40 años o 50 años puedes trabajar, pero en mi país no. Dicen: ya tienes cuarenta años, no puedes trabajar. ¿Me entiendes qué quiero decirte? Por ejemplo, que una persona tiene 50 años y sí puede limpiar en la casa, digo yo, sin problemas, yo lo ví con mis ojos. Pero en mi país no hay. No hay. Aquí me parece que la vida es de otra manera. Por ejemplo, todo el mundo come más o menos igual, que si trabajas en una casa o donde sea, ya tienes un dinerito para comer….

10. Economía en Sevilla. Ingresos y gastos Trabaja por horas, tiene ingresos irregulares. Está dada de alta en la Seguridad Social y tiene que hacer frente al pago de las cuotas (300 euros entre su seguro y el de su marido), paga 140 euros de alquiler y envía 150 euros a sus hijos, más imprevistos. NO ahorra mucho. Quiere vender su casa en su país, pero más adelante, porque según dice, ahora no obtendría mucho dinero por ella. Tiene ilusión de que su país mejore económicamente con la entrada en la UE.

Yo por ejemplo, que trabajo por horas, que hago, hoy cobro por ejemplo 30 euros, mañana 50. Mira, yo me hago la compra los sábado siempre, y así semanal me compro una cerveza para mi marido, pan y… otra cosa así, entiendes… y me reparto los dineros así. Y cada… y tengo los seguros míos, porque tengo el contrato de trabajo con una familia que me lo hizo. Pero yo estoy trabajando por horas, y me pago yo sola el seguro, me entiendes, y me lo pago. Ya tengo un año cotizado. Entonces el seguro mío, el seguro de mi marido, son 300 euros ya, el alquiler, como somos tres familias pago muy poco ahora, pago 140, después mando cada más 150 a los hijos. Pero que si hablando con mi madre me dice, Andrea le hacen un uniforme para el año que viene, me hace falta los dineros, ella no me lo pide, pero yo… claro, ya le mando más. Me entiendes. Ahora, que si me voy le compro un regalo o algo, que ¿me entiendes?, y es mucho gasto. Ahorramos algo, pero no mucho. Pero estoy contenta porque digo mira, que me pago mi cosa en su fecha y ya yo… tengo un dinerito guardado. Esta es mi idea. Y también mi idea es otra, por ejemplo, yo quiero venderme mi piso en mi país. Pero no ahora, porque no vale mucho, no vale mucho aquí, quiero explicarlo, (se refiere a que al cambio de aquí no obtiene mucho), que aquí no valen mucho los dineros de mi país, pero cuando Rumanía entra en la Unión… y otra cosa, pero no quiero mañana venderlo, que yo espero para ver cómo va la cosa, ¿me entiendes? Para hacerme también algo aquí, por esta… pero no soy así, no tengo prisa para venderlo…

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11. El idioma Aprendió el castellano por su cuenta, hablando con su marido, viendo la tele y hablando sola, con sus vecinos, etc.

Y (cuando llegué) no sabía nada hablar, como me quedo nada más con Alexandru, como en mi familia todos son… mira, mi cuñada rumana y mi cuñado rumano, hablando siempre juntos mi idioma. Me gustaría (me hubiese gustado), entendía, pero no sabía nada de hablar, y siempre mirando la tele, y hablando sola, y mi marido habla muy bien, y siempre preguntándole, que mira, que si yo quiero decir así y así… cómo digo, como así. (…) He aprendido hablando con él, escuchando la tele. A mí me gustaría aprender más antes, pero como en casa se hablaba antes nada más mi idioma, sabes, y mira como me encontraba una vecina, para tender la ropa… porque aquí siempre me encontraba con una vecina y me preguntaba algo… y yo hablo lo que sea, que si no hablo muy correcto o muy bien, pero si alguien me dice Iana esto es así… Y otro remedio no tenía, porque nació Antonio, me fui para sacarle los papeles para hablar, para preguntar… con el médico, con…

12. El apoyo de Cáritas Desde los Servicios Sociales la derivaron a la Cáritas parroquial. Allí dice que la atendieron muy bien. Le ofrecieron ayuda económica para alimentación, que ella dedicó a la compra de pañales para su hijo. Dice haberlo pasado muy mal al principio y haber tenido una acogida muy cálida en el seno de Cáritas.

Y de Cáritas yo no me enteró, pero cuando nació Antonio, asistenta social de Macarena, que me ha gustado mucho, me dice mira Iana tú… dice, tienes trabajo? Digo yo no tengo trabajo, y mi marido empezó a trabajar en este taller antes de nacer Antonio, y no tenía nada de nada, y me dice mira, donde vives tú tienes una parroquia, la Resurrección. Dice con este papel te vas aquí, pero antes te vas a registrar a tu hijo el certificado de nacimiento) así y así y así, y te vas aquí. (…) Y… ya llegué aquí la Cáritas, me acuerdo muy bien, y la gente muy buena, muy buena, muy buena. Dice mira nosotros te podemos ayudar con leche, para Antonio. Y te podemos ayudar con 20 euros para la comida. Y yo pensando 20 euros puedo comprar yo pañales para Antonio. Y así se acostumbró esa cosa, 20 euros que son para nosotros para comer, 20 euros para pañales para Antonio. Y ya siempre, siempre... Cuando Antonio cumplió un año y dos meses ya no quería leche, y digo ya no quiere leche, ya no… pero mira, cada dos semanas cogía un papelito de ahí para recoger leche, y no sé, qué te puedo decir, que yo tenía y tengo una amistad muy buena con todo el mundo de aquí. Y nosotros, para comprar ese coche, con papeles,

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

con de todo, muy bueno, muy bueno…. Tengo esta señora que tú le llamas, y yo por ejemplo yo le llamo, yo le digo madre, y mi marido también. Es muy buena, muy buena. Todo el mundo, todo el mundo de aquí. Nosotros estamos muy contentos, pero lo pasamos antes muy mal.

13. El marido Su marido, al ver que escaseaba el trabajo en su país para su oficio (camionero) decide emigrar a España siguiendo la estela de otra gente de su país. Vino con su hermano haciendo autostop hasta Barcelona, sin saber ni una palabra de español. Pasó unos primeros meses muy críticos, sin lugar donde cobijarse, y comenzó a trabajar en labores agrícolas en el norte de España. Al poco tiempo se desplazó a Huelva, para hacer la campaña de la fresa, que empezó a compaginarla con la de la aceituna en Albacete. Los ingresos irregulares del trabajo en el campo no le dejan satisfecho. Ya con su mujer en España, deciden irse para Sevilla y

(…) Mi marido tiene también 35 años. El es de un pueblo más chiquitín, del campo, a 30 kilómetros del mío. ¿Por qué tú marido decide venir aquí a España? Para estar juntos ¿no? (no, tu marido). Ah, el trabajó también de camionero también en mi país. El siempre ha sido camionero, en mi país nada más camionero. Pero ya la cosa con muchas deudas, no para él, para la empresa donde trabajaba, y como siempre compraba camiones de afuera, de Hungría, de Alemania, siempre no tenía todo pagado, sabes, y… para esperar un viaje… y tenía dos o tres viajes en el mes, era muy poco dinero. Y ya empezó la gente para venir aquí, y ya mi marido dice «no, me voy, me voy, me voy…» no me quedo más, y se echó su pasaporte, sus cosas y ha venido aquí. Vino él con su hermano, con una maleta muy chica y así fue, de camión en camión (haciendo autostop), un camión en Hungría, otro hasta Alemania, otro hasta Francia, y España. Y llegó no sé, no me acuerdo muy bien, a Barcelona. Y no conocía, no sabía de hablar ni nada, y le escribió otro rumano un papelito, : queremos trabajar, no tenemos dinero. No tenía sitio para dormir, se quedó por ejemplo por la noche en un restaurante, o en la puerta afuera, sabes, pasó más o menos así dos o tres meses, esto lo comentó él el año pasado, que empezó a llorar cuando comentó esta cosa, se quedó durmiendo encima de un váter, que ya no pudo quedarse más. Así empezó a trabajar en el norte, no me acuerdo donde, en la aceituna. Y poquito a poco, no sé, como se enteró que se trabaja aquí en Huelva la fresa, y se gana mejor y tienes más trabajo. Y ha venido aquí. Mi cuñado tiene papeles antes que él con tres años, pero no sabía hablar, mi marido le ha gustado mucho y aprende muy rápido, entonces él buscó siempre trabajo a mi cuñado, de camionero, él también es camionero. Y a mi cuñado, y tampoco a mi marido le gusta trabajar en

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el campo, no le gusta. Dice yo me gusta un trabajo fijo, que si gano menos o más, pero me gusta un trabajo fijo. La verdad es que así… Y se quedó en Almonte cuando era la fresa,. Cuando era la aceituna en Albacete o algo de eso. En noviembre, diciembre y enero trabajaba para aceituna. Después de febrero a abril, mayo en fresa. Y así. Y marido no le ha gustado trabajar en el campo. Dice mira en el campo trabajas por ejemplo una semana, y la otra llueve, gastas el dinero que has ganado, me entiendes, pero que si tienes un trabajo, porque te explico esta cosa… (Le interrumpen)

Entonces como yo me acostumbré en Almonte, que este es el primer sitio que yo conocía, dice yo no me quiero ir de aquí, que yo trabajo donde sea, en el campo. Y dice, mira, cuando vas a conocer en Sevilla, para trabajar en casa o donde sea, te vas a cambiar la opinión. Porque dice aquí se trabaja un poco de días, después llueve. O se acaba este plazo, de temporada, y después llueve. Y quería un trabajo más fijo. (…)

Y cómo encontró este trabajo. Aquí mismo enfrente lo hay, pero lo quitó y tiene un taller nuevo, el mismo jefe, un trabajo de mecánico. Y a Alexandru le gusta mucho los camiones, y él te lo arregla todo. Y preguntando mira, que necesito el trabajo, así, así, así. Lo preguntó y el jefe le dice ¿tú sabes mecánica? Y dice, sí, claro que sí, pero él sabía de camiones más, pero de los coches muy poco, pero dice que si consigo este trabajo, yo sé que si quiero hacer algo lo hago, y mira que consiguió este trabajo y lo tiene y ahora muy contento. En diciembre va a hacer 3 años en este trabajo, en un taller de mecánica de coches. Es un taller que trabajan cuatro mecánicos, el jefe y la secretaria. Está estable, y tiene algo de futuro… Él tiene un acento…

14. Relaciones sociales. Apoyos Concentra sus relaciones con sus vecinos, la familia con la que ella trabajaba. Su vecina le ayudaba comprándola ropa a su hijo pequeño, cuando lo pasaron económicamente peor (recién llegada ella a Sevilla), haciéndole pequeños regalos, quedándose esporádicamente con el pequeño cuando ella empezó a trabajar y ayudándole a encontrar guardería para su hijo. La familia con la que empezó a trabajar le ayudó a arreglar sus papeles (les dio de alta en la Seguridad Social).

Aquí tenemos muchas relaciones. Por ejemplo mis vecinos, una familia muy buena, muy buena, son de aquí, donde yo vivía antes. Esa familia me ha ayudado también para comprar coche, porque el hermano de mi ve-

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cina es jefe vendedor de la Peugeot, como nosotros no tenemos nómina, a Alexandru le sale ahora, la estamos esperando, la hemos comprado con mi referencia de trabajo. También con referencia de Alexandru. De Celso, de María José, de Cándida, de Javi también. Pero así qué te digo, nos fuimos el año pasado de vacaciones y mis vecinos me han llamado cada semana, y me han dado… Mira, Antonio es muy guapo, mira (enseña la foto) todo el mundo lo quiere, mi vecina, por ejemplo, le gustaría siempre comprarle la ropa, a mí me gusta comprarle una cosa, buena y cara, pero yo te lo compro no ahora, que no puedo, pero yo me guardo un dinerito, y yo pienso mira que me hace falta para comprarlo ahora, lo compro, cuánto me cobras 300 euros, y a lo mejor en otro sitio lo encuentro por 100 euros, pero a lo mejor no compro eso, porque me dura menos. (no se entiende aquí muy bien su razonamiento) Y mi vecina dice, dámelo y voy con él a Carrefour y le compro ropa, zapatos, de todo, pero yo antes yo no pensaba nunca de Carrefour y de Hipercor, porque yo mi dinero lo tenía… Alexandru no ganaba muy bien antes, sabes?, para pagar el alquiler, para mandar a Andrea, para comer nosotros, para Antonio para comprarle sus cosas… sabes, y no sé, a mí siempre me decía mi vecina «déjalo que le compro yo, déjalo». Mira, cuando ha cumplido Antonio un año y empiezo a trabajar, y en día de fiesta mi vecina dice… Antonio se queda conmigo porque la guardería ya está cerrada y se queda conmigo Antonio (para que ella pueda trabajar). Puedo decirte que me han ayudado mucho, muchísimo con Antonio. Con de todo, con consejos. Por ejemplo me ha comprado para la cama, ropa de cama. Día de Reyes me ha regalado para Andrea y para Antonio, muchas cosas. Muchas cosas. Ahora me ha regalado un microondas. No es algo de mucho dinero, pero el detalle, ¿me entiendes?. Esta familia que me echó a mi papeles también, yo he estado trabajando en casa de ellos, dos días, pero… hoy también me dice mire te compro un espejo, te compro un conejo y un bote de vino, para Alexandru. Tú sabes que siempre cuentas con nosotros, que eres como mi hija… Son muy buenos. Muy… Además yo no hago problemas a nadie, no que te lo digo yo… Pero tú te puedes interesar y preguntar, no hago problemas a nadie. Si alguien me dice límpiame esa… yo te lo hago y ya está. Que me gusta, que no me gusta, lo hago. Porque no me gusta a nadie hacer… Dice mantener buenas relaciones con sus vecinos, con las personas de Cáritas, las familias con las que trabaja. También con sus cuñados, que viven en Coria del Río (pueblo cercano a Sevilla).

Mis vecinos… madre, esta señora de Cáritas también, mi familia, esta ha sido siempre la persona más cerca que puedo hablar. Pero conozco mucha gente, por ejemplo mis familias todas de donde yo trabajo. Yo puedo hablar con ellos de todo. Y me ayudan, me regalan algo… yo los veo muy buenos, muy buenos… Y con todo el mundo también de este barrio. (…)

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Mis cuñados viven aquí también con mis cuñadas y con su hijos, tiene dos hijos, una hija y un hija, pero viven en Coria del Río, porque allí tienen su trabajo, y entonces ellos también se van en Agosto de vacaciones. Nos vemos cada bien… no siempre. Ahora como tenemos el coche, nos vamos a la playa, pero no siempre. (…) Pero nos encontramos en Rumanía con todos. (…) Estoy deseando que lleguen las vacaciones.

15. Trabajos en España ¿Cómo encontraste tu trabajo? Habla como obtiene sus primeros trabajos (de limpieza y de cuidado de una persona mayor), a través de contactos personales (de una compañera de trabajo de su marido uno de ellos, y a través de un familiar de una vecina el otro).

Esta familia que te digo que me ha ayudado con los papeles que son muy buenos. Son padres de secretaria de Alexandru. Y Alexandru llegando un día en casa dice mira Iana, la Oliva dice quiere su padre en su casa alguien para trabajar. Digo yo misma me voy. Dice tú no puedes, quedas con Antonio. Digo no, digo mi vecina me ha dicho que se queda con Antonio mientras que cumpla un año. (…) Y si cumple un año, ella misma se va a hablar con una directora de guardería para que yo pueda trabajar. Y así fue. La vecina se fue, habló. Y lo metí a Antonio en la guardería y yo empiezo a trabajar. Y trabajo en la guardería lunes, miércoles y viernes. Tres horas cada día. Después digo a mi vecina me hace falta martes y jueves, y hablando con la hermana de mi vecina, me encontré con una señora de 92 años en el centro, y dice mira me hace falta un trabajo para Iana, y un día me acuerdo bajó a las 11 de la noche y me dice mira esta dirección, te vas con Alexandru y aquí te espera mi hermana, y hablas, muy buena, una señora de 92 años, muy buena, muy buena. Y ya me consiguió la semana entera para trabajar. Pero nada más por la mañana. Porque Antonio va a la guardería… Y así empiezo a trabajar. Deja el trabajo de cuidado de la señora mayor, cuando esta en una residencia. En Cáritas le consiguen la limpieza de un restaurante y más tarde completa las horas de la semana con la limpieza de una casa.

Y cuando volví (de su último viaje de Rumania) cogí mi casa y la otra sabía que no podía trabajar más, porque la señora se metió en una residencia. Y en mi casa, y así hablando con la gente de Cáritas de aquí, y digo que si me consigues algo, y empiezo a trabajar en un restaurante martes, jueves y sábado, desde las 7 hasta las 10, también es un trabajo de Cáritas, y así la hermana de Paqui, la señora de aquí también le hago el viernes, limpiando, y después ayudo en la cocina y así, así, así…. Y así la gente me conoce y ya tengo trabajo de todos los días.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

16. Permiso de residencia La familia donde trabajaba la dio de alta en la Seguridad Social y así obtuvo su permiso de trabajo y de residencia.

Mis papeles los conocía en esta familia, empecé a trabajar, y empiezo en enero, y hablando en casa, así, así, yo le he visto que son muy buenos, ellos también. Me acercó un poquito, y así en broma digo mira Alberto, tú sabes que viene una ley para los extranjeros para arreglar los papeles, digo… que si tú te enteras, este señor ha trabajado toda su vida en una banca, en Santander, digo, que si tú te enteras, tú me puedes ayudar. Dice hija mía, yo hablo con Marisa, con mi mujer, y veo qué me dice. Me acuerdo muy bien, que se ha llegado su mujer, dice que me ha dicho Iana dice claro, como no, la ayudamos, dice mira, la Flori, una señora ha ayudado a una señora de Bolivia y tiene sus papeles y así lo conseguí los papeles, él me echó todo, todo, todo…

17. Vivienda 17.1. Las complicaciones con la vivienda Comparte piso con su pareja. Después se sumaron una amiga de Rumania, y más tarde, la hermana de esta y la pareja española de esta última, estas últimas compañías le han ocasionado algunos problemas, hasta el punto de perder el piso que tenían alquilado, en circunstancias un tanto extrañas. Cuenta que mientras ella se fue a su país la dueña aprovechó para echarla a ella, tirándole los muebles a la basura, a pesar de tener contrato en regla. La razón parece ser el rechazo hacia la compañía de su amiga (su compañero español), por parte de la propietaria de la casa. Aunque dice no gustarle los pleitos, tiene un juicio pendiente por dicha expulsión con la propietaria de la casa.

La vivienda que tengo ahora no me gusta. Yo tenía un problema. Yo vivía aquí, y también vivía con una amiga mía y con hermana de mi amiga. Esta vivienda la cogí con mi cuñado, mi cuñado se fue a Coria, porque en Coria dice es más cerca dice de mi trabajo, y me quedo yo con Alexandru, pagando 390 era. Después me ha dicho 400 y 420. Bueno, y nos quedamos solos. Para nosotros 420 era muchísimo. Entonces mi amiga dice quiero venirme para España y le digo vente pacá, pero yo te puedo ofrecer nada más que casa, de trabajo no te puedo ofrecer, no conocía. Una amiga mía de mi país. Bueno, venía sola. Ha llegado sola, y después de 6 meses ha venido su hermana, a su hermana la conocía antes, en mi país, Muy calladita en principio. Pero algo no me gustaba de ella. Y yo pienso conocía a ella en principio a un muchacho de Bolivia, o no sé… Después también…. Ella ha venido en noviembre, hace dos años, y mi hermano trabajaba en Albacete de aceituna también (le interrumpen). Y mi hermano

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me dice voy para Sevilla, y dejo mi maleta y me voy para Almonte para buscarme trabajo, que si no encuentro me voy de vacaciones para Rumanía, que viene la navidad, y digo vale. Y esta quiero decirte, que si tengo vergüenza, pero lo digo sin problemas, que la muchacha… mi hermano casado, eh?, casado, la muchacha, yo sabía más o menos de mi país, que le gusta mucho la vida, sabes? Y ya… se fue con él, para hablar a Rumanía, para hablar él con su mujer. Y le dice vente conmigo, y se fue. Y nosotros nos acostamos y cuando me despierto, era un sábado, pregunto a su hermana Elena donde está ella, ¿y la Tancha?, a mí no me preguntes, y me dice, a lo mejor se ha acostado con tu hermano. Y te lo digo la verdad, que para mi hermano muy poco me interesaba, porque él es un hombre, y como en mi país hacía… y por otro lado, digo yo, que un hombre es un hombre. Pero una mujer… a lo mejor no me meto, es su cosa y ya está, pero no me gustaría… a mi marido no le ha gustado. Dice esto no es un hotel, es una casa. A lo mejor tengo yo a mi hijo aquí y no quiero problemas. Y dice vale. Esta relación con mi hermano ha durado muy poco, porque mi hermano tenía su familia. Bueno. Y ya mi hermano yo hablando con él le digo tú tranquilo, tú con tu familia, y ya está. Que si no puedes quedarte más sin tu mujer, vete ya a Rumanía. O te la traes pacá. O haces algo. Pero a mí no me gusta, porque a mí me conoce la gente y yo no quiero ver esta cosa en mi casa. Tú te vas donde tú quieras, con ella, con todo… Bueno, conoció a otro muchacho. Ella. Y yo hablando con mi marido digo: a mí no me gusta esta cosa, sabes como son las enfermedades estas, que se cogen todas del váter… a ella si la conozco, pero al otro muchacho no lo conozco… Y ya lo dejó a ese. Y conoció a un español, de aquí mismo, tiene un problema un minusválido la mano así, y ese muchacho siempre sin camisa, con tanta porquería del cuello, hablando, chillando, con un coche… de estos que hacen ruidos… y chillando siempre. Y digo… y encontró un compañero de mi marido a esa muchacha y ese español, y le comentó a mi marido Alexandru, ¿tú sabes con quién con quién me encontré yo? Con quien, dice mi marido. Con Dancha (¿?), la muchacha de tu casa, pero ese muchacho ha trabajado antes en este taller, limpiaba los coches. Y es uno que no le gusta trabajar, que le gusta robar pequeñas cosas… robando tonterías, que si alguien se deja una cosa fuera, él hace para venderla, en el rastro. Y digo así no se hace. Y siempre mi vecino dice, y la gente de Cáritas dice te buscamos un piso, porque la gente te ve… tampoco… Bueno… Y ella ahora mismo vive con él, embarazada, perdió un hijo, ahora otra vez embarazada. Vive con nosotros. Yo me fui de vacaciones, mi marido dice «el piso lo cerramos y no se queda nadie». Digo yo: vamos a ver Alexandru, cómo vamos a dejar esta muchacha en la calle, su hermana se fue antes que nosotros, una semana. Digo déjalo que vive aquí. Y yo como soy muy tonta, porque eso me lo ha dicho todo el mundo aquí. Le digo «mira, pagamos nosotros con ella la mitad», un mes, porque si no perdemos la casa. Porque ella gana muy poco y no lo puede pagar, y nosotros siempre mandamos los dineros en

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

una cuenta. Y dice (mi marido) no, no… esta no me gusta y a mí me deja sin casa. Así fue. Nosotros nos fuimos de vacaciones y a los diez días me llamó mi vecina. Iana, hija mía te has quedado sin casa. Dice la propietaria se enteró de que ha entrado un tío aquí chillando en casa y así, así. Dice tú por favor, espérame afuera, y la echó afuera. Y las cosas mías me la sacó afuera. Todo, los muebles míos, la ropa mía, la tele, todo. Y llamó a Lipasam (el servicio de recogida de basuras en Sevilla) y cogió todo. Mi vecina me llamó y me dice mira Iana, échate la cosa rápido en tu país y vente pacá, nosotros te buscamos un abogado, porque eso no se hace. Y le digo déjalo, a mí no me gusta con los abogados, con los… yo tengo miedo de esta cosa, déjalo, que si así ha querido ella… y me ha llamado la propietaria y me ha dicho: «mira Iana, contigo no tengo problemas, es muy joven, tiene la misma edad conmigo, 35, dice con Alexandru tampoco, siempre muy correcto, pero has dejado esta muchacha y este ha venido a mi casa…». Y le digo vamos a ver, ella en principio también tiene su derecho para tener visitas ¿no?. Digo ahora yo no lo sé, yo no te puedo creer ni a ti ni a ella, porque yo no lo ví. Pero los vecinos todos me ha hecho… ningún problema… nada, nada. Dice no lo sé, no lo sé. Y le digo guárdame mi cosa en una habitación y yo cuando me termino los papeles voy y a hablamos. Y me dice sí, sí. Y no fue sí, fue no. Me tiró todo. Entonces yo cuando llegué aquí me fui con la… con la gente de aquí de Cáritas para hacer una reclamación, y mi vecino me ha buscado un abogado. Yo tenía derecho a un abogado de oficio, pero mi vecino me dice a lo mejor te ayudo yo a pagarlo si encontramos un abogado bueno. Y estoy en juzgado con ella. (en juicio, quiere decir) . Pero a mí no me gusta, te digo la verdad, porque la policía y el abogado ha dicho que es un caso muy peligroso. Un caso… de cárcel, porque así no se hace, para tirar… yo tenía mi contrato, tú no podías echarme a la calle, tampoco para tirarme las cosas, me entiendes. (…) Nos tiraron muchas cosas. EL tele, el dvd, la ropa… todo de cocina… muchas cosas, muchísimas, ya ni me acuerdo, qué puede tener una familia para vivir… a mí los vecinos me regalaron muchas cosas, muchas cosas, nuevas, eh? 17.2. Su vivienda en la actualidad Llama la atención el hecho de que, a pesar de que rechaza el modo de vida de su amiga y, sobre todo, el de su compañero, se resiste a dejarlos en la calle, y sigue compartiendo piso con ellos. Incluso ahora el nuevo piso alquilado que comparten está a nombre del compañero de su amiga, que es español. Dice tener intención de buscarse un piso sola antes de irse de vacaciones a Rumanía.

Entonces nos quedamos sin casa, entonces como el español, este tío, este muchacho, que sabía que yo no lo quería en casa, porque tenía una fama mu… dice… Ahora Iana te73 vienes para acá, para vivir conmigo en

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

casa. Y le digo: Perdona, el contrato es de tu nombre, pero la casa es mía, porque yo dejo a tu mujer en mi casa, la verdad, y yo me quedo sin casa, los culpables son ustedes, la verdad que esto… y cogimos una habitación muy chico, muy chico y ya vivimos aquí un año, y se acaba el contrato, y por digo todo el mundo, mi vecino, mi familia… dice Iana a lo mejor pagas más pero… vives tranquila. Así nosotros te podemos hacer una visita, con ese muchacho no, porque este habla nada más que tonterías. De trabajo nada, eh? Que si empieza un trabajo lo trabaja máximo cinco días, lo máximo, me entiendes. Yo tengo ahora una habitación, esta familia una habitación y la hermana con su hija una habitación. Aquí en El Zodíaco, un piso. El contrato es de este muchacho, que lo consiguió cuando nosotros estábamos en Rumania. Antes de irnos de vacaciones queremos conseguir un piso de alquiler, para dejarnos las cosas… Y tampoco quiero vivir con nadie, eh?, con nadie. Prefiero pagar más.

18. Un día en la actualidad ¿Cómo es un día tuyo habitual? Cuenta cómo es un día habitual, sobrecargado de trabajo.

Mira martes, jueves y sábado estoy trabajando desde las 7. Pero yo me despierto a las 6. Me ducho, me tomo mi café y me lleva Alexandru. Un martes, por ejemplo, de las 7 a las 10 trabajo en el restaurante. El restaurante está en el centro, cerca del Corte Inglés. De las 10 y media a las 1 y media cojo el 14 en Plaza del Duque para Pino Montano y me voy a casa de esta, de mi familia, la que me echó los papeles. Le hago tres horas. A las 1 y media salgo, a las dos llego a casa. Hago de comida algo, como con Alexandru, me ducho y me voy a otra casa de aquí, otras 3 horas.

19. Reparto de las tareas domésticas Dice que a las mujeres se les respeta mucho en la sociedad, aunque los argumentos que presenta son un tanto superficiales. Dice que su marido comparte las tareas de la casa, aunque el reparto resulta evidentemente desigual. Le pregunto si le ha perjudicado en algo el ser mujer…

No. Mira te digo que… a mí me gusta que soy mujer. Y yo veo que… ntch, la mujer es algo muy santo. Por ejemplo, tiene algo que… que respeta más que un hombre…. Que la verdad una mujer se respeta mucho más… una mujer, que si tiene mucho equipaje, muchas maletas, a una mujer se le va a ayudar. Y otra cosa, no sé como me explico yo… a mí me gusta yo como soy mujer, pero cuando me quedé embarazada con Andrea digo a lo mejor quiero un hijo, porque a lo mejor trabaja más que un hombre digo yo, porque la mujer tiene su trabajo y en casa también tiene su

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

trabajo, pero ojalá que todo el mundo tiene suerte que tengo yo con mi marido, que nosotros hacemos juntos casi todo… me entiendes, llegamos a casa juntos, yo y él a la misma hora, me entiendes. Y a él le gusta la comida hecha en el mismo momento, me entiendes. A mí por ejemplo me gusta que hago una sopita o algo en el horno, que hago hoy y me queda para mañana, sabes, él no, a él le gusta en ese momento. Y me ayuda, me ayuda siempre. Cuando tenía a Antonio aquí también, también. Y la limpieza… no (ríe). Eso no. Por ejemplo, yo tengo una obsesión, que comemos, y yo digo yo friego los platos y a lo mejor tú barres un poquito. Dice «¿sabes?… yo necesito…me voy al servicio» (ríe). Y ya lo barro yo. Por ejemplo… me lleva al restaurante, y él vuelve a casa, y le digo… te queda tiempo para arreglar un poquito la cama, lo arregla, no te puedo decir que no, pero no como yo. Así que… y no le digo nada, eh?, me dice, si me dices algo ya no te lo hago…

20. Tiempo libre Con esta sobrecarga de trabajo, hablar de tiempo libre parece una ironía. Los escasos ratos de ocio, y los de fines de semana los dedica a realizar las tareas de la casa, estar con su marido, ver la televisión, hacer las compras, pasear…

¿Qué haces en tu tiempo libre? Mi tiempo libre es muy poco (ríe, creo que por primera vez). Que te voy a decir… me gusta leer el Pronto ese, me gusta leerlo, me lo da una familia donde yo trabajo, me tomo un café, me limpio mi habitación, lo que me toca en casa, por ejemplo el servicio, la cocina, salgo de compras… pero el tiempo me queda muy poco. Que si llego a casa a las 7 y media o a las 8, me ducho, hablando con mi gente en casa… comentando, qué trabajo, que tú qué haces… la tele me gusta, me encanta. Me encanta los programas estos de diario de Patricia, este programa de… antes del diario de Patricia, este concurso también me gusta. Me gusta la telenovela, pero no puedo verlo. (…) El fin de semana, por ejemplo el sábado, trabajo. Salgo del restaurante a las 10, me voy a la oficina, a las 1 y media estoy en casa. Alexandru viene a las 3 y media, nos duchamos, comemos. Ahora en el último tiempo descansamos dos o tres horas, nos acostamos. Y nos vamos de compra. Así termina el tiempo. Y el domingo nos vamos a la playa, por ejemplo el domingo nos fuimos a la Antilla, domingo pasado nos hemos quedado en casa, porque Alexandru le gusta el campeonato este de fútbol. Y digo yo vale, yo me hago un poquito del armario, me arreglo las cosas… ¿Te gusta salir aquí, pasear…? Tcht. Me gusta… pero como no tengo tiempo… A mí no me gusta por ejemplo la cerveza. Pasear me encanta, que si quiero tomar una cerveza,

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

se queda el vaso… que caduca. Yo le digo a Alexandru que es (está) muy cansado, muy cansado, porque trabaja todos los días, y trabaja doce horas cada día, me entiendes, yo le digo vamos, él sabe que a mí no me gusta… pero me gusta un paseito así, para encontrarme con gente. A mí me gusta mucho aquí donde vivo. En el centro los sábados. (…) Compramos en Mercadona, en el Lidl, en el Plus… Le pregunto por su participación en las fiestas locales. La feria de Abril sevillana no parece gustarle mucho, le gusta más la Semana Santa.

Y las fiestas de aquí… más o menos las feria… fui. Me gusta, pero… no es algo que… vamos que si no lo veo… me gusta, pero no es algo así… He estado en la feria, un día nada más, pero muy poco, muy poco… la Semana Santa me gusta más, porque ya se parece a algo de mi país, y me gusta…. La Semana Santa me gusta más que la feria, yo creo que no hay nadie que no le guste la Semana Santa. Por ejemplo en mi país también la Semana Santa es algo muy muy especial

21. Religión Profesa la religión ortodoxa. (En Rumanía existe una escisión de la religión ortodoxa, que practica la mayor parte de la población.) Su hijo está bautizado en España por la religión católica.

¿Eres católica? No, yo soy ortodoxa. Mi Antonio es católico, lo bauticé… Me da igual, es que son muy cerca. Yo antes de bautizar a Antonio le pregunté a Javier me dice a mí me da igual, son muy cerca, y en mi país también me lo ha dicho el cura, son muy cerca y… no pasa nada.

22. Visión de otros inmigrantes ¿Cómo ves la situación de los inmigrantes aquí en España? Constata la negativa visión que de los rumanos se tiene en España y la atribuye a la presencia de población gitana, a la que no esconde su rechazo.

Mira, por ejemplo, como yo soy de Rumanía. A mí… te lo digo sinceramente, que tengo vergüenza para decir que soy de Rumanía. Porque la Rumanía tiene aquí una fama… muy bajita. Porque… pero no todos somos igual, como aquí no hay todos igual. Pero la Rumanía se ve cada vez peor, yo lo reconozco, pero no somos todos igual, se ve cada día más peor, yo lo reconozco, pero no somos todos igual. Pero que… los rumanos que hacen muchos problemas aquí son muchos gitanos, me entiendes. También hay gitanos en Rumanía buenos, pero son muy pocos, ¿eh?

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

23. Visión de la política migratoria Dice no entender el doble juego de la política migratoria, que por un lado atrae a una población que aporta a la producción (cita la construcción y la agricultura) y el consumo del país de acogida, y por otro lado les rechaza imponiéndole severas trabas burocráticas. Dice no preocuparle las razas y haber ayudado a una persona del Africa subsahariana a encontrar trabajo.

Entonces, por ejemplo, yo no estoy de acuerdo con esta cosa de, por ejemplo, no tienes papeles, pues te echo, o te vas. Yo no estoy de acuerdo. Porque yo veo que los extranjeros han ayudado mucho, en construcciones, en el campo, en los mercados… para compra de los mercados, por ejemplo. En Almonte, donde vivía yo, la compra ha subido mucho en Mercadona, en Día, en Plus, por todos lados, porque son muchos extranjeros que trabajan y también comen, ¿no?, y te compran, ha subido todo. Y el trabajo de campo, quién lo hacen, nada más que los extranjeros, en construcciones también lo hay muchos extranjeros. Yo esta cosa no la puedo entender por qué no… porque se quieren echar, si son personas que quieren trabajar de verdad, y hacerse una vida aquí, o a lo mejor que se quiere quedar aquí dos o tres años para trabajar sinceramente. Y tú te quedas con su cosa que lo hace, déjalo para trabajar, no tanta… que no puede volver… Yo esto no lo puedo entender. Porque esto es un problema, ¿eh? Yo, ya te digo que me quedo dos años y medio sin ver a Andrea (a su hija), y esto es muy duro para todo el mundo. Dice… mejor no veo a mi familia, o lo echo de menos, o ese, y me quedo aquí trabajando para terminarme la cosa. ¿Ves que aquí hay diferencia de trato entre los inmigrantes aquí: marroquíes, negros rumanos? Mira, no te puedo decir mucha cosa sobre eso, porque no conozco ese… pero alguien de aquí de Cáritas me ha dicho mira Iana, habla con Alexandru, con tu marido, que tengo un muchacho, un negro, que es una persona muy buena, muy buena, que no tiene papeles. Dice su mujer está embarazada, tiene otro niño o niña, y dice no tiene de nada, entonces yo… me acuerdo muy rápido de como fui (estaba) yo hace tres años, igual, ¿eh? Igual. Y le digo a Alexandru mira, me fui a Cáritas para ver a la gente, para darle buenas tardes, así, así… y me ha dicho que si puedes ayudar a ese muchacho, así, así… y le digo yo me entero que ha dicho un día que aquí el desguace, donde le hace falta alguien para trabajar, dice sí, dice yo me voy a trabajar, pero que si no tiene papeles, Iana, no lo sé. Digo sí, pero… tú te vas a preguntar, y a mí me lo dices qué te ha dicho esta. Y se fue y dice.. y también llamó Javi aquí, y sin papeles no lo querían. Y también me lo ha dicho Alexandru. Y también lo ví que era negro, pero esto te quiero decir, no todos somos iguales, que negro, que blanco, que verde, somos humanos todos, todos somos personas…

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

Le pregunto por las diferencias culturales entre ambos países. Entiende en principio cultura como cultura reglada.

Por ejemplo, te digo la verdad, en mi país se estudia mucho más. Mucho más. Todo el mundo. Por ejemplo, yo cuando empiezo a trabajar en el campo, y he visto el jefe… el encargado… (hace el gesto de contar con los dedos) uno, dos, tres, cuatro… madre mía por dios, cuando nosotros hacemos el cálculo de mil con la cabeza, ¿eh?, yo te lo hago el cálculo, de Mercadona y de todo, con la cabeza, a mí no me hace falta una calculadora, un ordenador, un nada, porque así somos… esto me he dado cuenta que nosotros somos muy altos con los estudios, y además, que te puedo decir. En mi país, por ejemplo, para comprarte un ordenador es muy difícil, eh?, pero aquí lo hay por todos lados, todo el mundo tiene, sabes… pero en mi país que si quiere alguien estudiar para tener un ordenador, no lo hay. Pero aquí son muchos niños que dicen… a mí me da igual, yo no quiero, o a lo mejor juego u otra cosa hago con el ordenador. ¿Y el trato de la gente cómo lo ves? Casi igual. Igual. En mi país son muy trabajadores, hablan, le gusta, con amistades también… todo el mundo sale… pero aquí por ejemplo, si tienes un coche y el trabajo de cada día, te puedes permitir salir el domingo a la playa, pero en mi país no. En mi país, como te he dicho, que los dineros no tienen un valor, que no puedes guardar, y la playa, por ejemplo, desde donde yo vivo a la playa son 700 kilómetros, me entiendes, pero no este es un problema, que tenemos la piscina, que tenemos… pero no tenemos… A las personas mayores se les respeta más, por ejemplo en mi país se habla con usted, siempre. Por ejemplo. En el trabajo… por todos lados, por todos lados… Por ejemplo, yo tengo 35 años y tú tienes 50. Aquí se habla con tú, en mi país no, yo te digo José tú me dices María aquí, allí no, don José y doña María. Se respeta a la persona… Pero yo te digo la verdad, que el respeto yo no lo veo en esta cosa, que yo te digo señora, y después te mato. No, esto para mí no es respeto…

Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción Aunque no lo remarca mucho, los años en Rumanía de desempleo y pobreza tuvieron que ser su importancia clave, por lo que la salida era una de las mejores opciones posibles. El coste emocional de separarse de la familia, dejando a sus hijos al cuidado de los abuelos, está supeditada al proyecto migratorio. Los apoyos en España y la capacidad de trabajo de ambos (ella y su pareja) les dan sus frutos positivos en términos económicos, si bien llegan lentamente.

Exclusión – Contexto político en su país de origen. Concretamente, el cambio de régimen llevó en su país a una aguda crisis en la década de los 90, que

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

obligó a emigrar a una amplia masa de población, al desencadenarse una grave crisis económica. – Se casa y se queda embarazada muy joven, dice que era costumbre en su país, aunque ya está en desuso esta práctica. En principio, ello no parece degradar en exceso su situación económica, pero posteriormente se queda dos años cuidando a su bebé. – La decisión de venir a España parece más una cuestión de necesidad del marido (o de estabilidad de la pareja, si se quiere), que impulsada por motivos económicos. Una vez en España, parece que las razones económicas priman sobre el resto, pero tampoco están muy claras o sustentadas estas decisiones. – En España sólo puede acceder a puestos de trabajo no ajustados a su formación y experiencia (limpieza, cuidado de personas mayores, etc.), si bien el salario recibido es muy superior de lo que podría obtener en su país.

Inclusión – – – – – – –

Entorno familiar de origen normalizado. Sólo tiene un hermano. Apoyos en su país de origen (padres de ella que cuidan a sus hijos). Estudios de bachillerato. Idioma español. Talante dialogante y abierto. Apoyos de Cáritas: comida, ropa, contactos laborales. Experiencia profesional (en su país de origen y en España) y disposición para el trabajo. – Trabajos conseguidos en España.

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Margaret Ekpo* (Extranjera con intensidad de intervención baja)

Margaret nace en el seno de una familia acomodada del sur de Nigeria. Tiene en la actualidad 42 años y es madre de dos hijos de 18 y 19 años. Es la penúltima de 12 hermanos, 10 de ellos producto de la unión de su padre con otra mujer, anterior a la unión con la madre de Margaret. El padre era ingeniero y tenía empresas en Nigeria, falleciendo cuando ella era pequeña. Su madre aún vive. Todos sus hermanos se encuentran en Nigeria y mantienen una buena posición socioeconómica. Algunos de ellos ya están fallecidos, pues tenían una avanzada edad. Son sus hermanos y tíos varones los que han controlado las decisiones familiares en ausencia del padre, determinando, por ejemplo, que fueran los miembros masculinos de la familia los que estudiaran carreras técnicas y de prestigio relegando a las mujeres a estudios feminizados, de menor rango, o a las labores domésticas y familiares. Dice Margaret que desde pequeña siempre quiso ser actriz, pero se lo impidió su familia. Acabó sus estudios secundarios en Nigeria. Recién acabados sus estudios secundarios se queda en su casa realizando labores domésticas. Decide entonces casarse con un chico de Guinea Ecuatorial que conocía de años atrás y con el que planea venir a España. Lo hace con 21 años, según ella, para huir del control familiar y estudiar lo que realmente quería. En 1985 no existían apenas inmigrantes en España, por lo que no tuvo problemas para llegar con visado de estudiante y obtener poco más tarde su permiso de residencia sin excesivas dificultades. Sus hermanos le apoyaron económicamente en el viaje. Se va a vivir a un piso que compra el marido. Una vez en España, y asentada en Sevilla, trabaja en el servicio doméstico, concibe a sus dos hijos y su marido se opone a que ella estudie. A pesar de ello, se apunta a cursos de todo tipo (de teatro, de mediación, de cocina, de español, de técnica vocal) y decide separarse de su marido a los 10 años de estar con él. * Criterios de selección muestral: mujer, extranjera, intensidad de la intervención de Cáritas baja, éxito (Sevilla).

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

De la consulta de su expediente sabemos que sufrió de éste malos tratos, y que lo denunció por ello. Tras la separación, se queda sin vivienda y con los hijos, y la acoge una familia sevillana durante seis meses. Para sacar adelante a sus hijos, pasa por varios empleos: camarera, cocinera, azafata de congresos, servicio doméstico y cuidado de personas mayores), trabajando también los fines de semana. Rechaza la presión de sus hermanos para volver a su país, una vez separada, pues éstos se oponían a que trabajase en el servicio doméstico. Su carácter extrovertido le hace abrirse a las relaciones con población autóctona y extranjera y consigue rápidamente los trabajos por contactos con sus amigos españoles. Recurre a la ayuda de Cáritas para poder afrontar su primer mes de alquiler y el mes de fianza. Participa bastante en la vida de los barrios donde vive, San Juan y Los Caños (nombres figurados), dos barrios sevillanos de clase media, en actividades diversas, dentro de un grupo de teatro y de la asociación de vecinos. Participa en una asociación cultural y colabora en la constitución de otra asociación de inmigrantes, recibiendo el apoyo puntual de Cáritas para algunos recursos de su asociación. Desde entonces cuenta con el apoyo de Sevilla Acoge (para algunos de los cursos recibidos, y para encontrar algunos de los primeros trabajos) y sobre todo, de Cáritas, en ayudas económicas puntuales al principio, alimentación y medicamentos, aunque lo que más reclama y encuentra es apoyo emocional («para que me escuchen»). En su país practicaba la religión protestante, pero decidió hacerse católica en España, como lo era su madre en Nigeria, si bien dice no practicar mucho. Dice no haber pedido nunca ayuda a sus hermanos. Realiza viajes a su país natal, cada dos o tres años, o bien vienen a Sevilla algunos miembros de su familia a visitarla. En sus viajes surgen algunos choques, sobre todo porque se niega a admitir la situación desigual de las mujeres dentro de su familia. Una sobrina suya vino hace pocos años a quedarse y trabaja en el servicio doméstico. Por su larga estancia fuera de Nigeria afirma sentirse ya inmigrante tanto aquí como en su país, ya que hay muchas cosas que le unen, pero que también le separan de su país. En Sevilla ha comprobado el cambio de actitud hacia los inmigrantes subsaharianos, de verse éstos como algo exótico han pasado a percepciones más hostiles asociadas a la delincuencia, la prostitución o la marginalidad. Finalmente, el hecho de aparecer cada vez más frecuentemente en los medios de comunicación como representante de su asociación y por su larga experiencia en la inmigración, unido a su formación e inquietudes por aparecer en público, le llevan a encontrar un trabajo en el mundo del teatro. Sueña en la actualidad con nuevos proyectos de futuro: hacer programas de televisión para niños, o más a largo plazo, involucrarse en la política activa de su país, motivada por el intento de mejorar sobre todo la situación de la mujer en Nigeria. Esquema de contenidos 1. Datos personales. Familia de origen. 1.1. Datos personales básicos. 1.2. Tiempo que lleva en Sevilla.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

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8. 9. 10.

1.3. Lugar de origen. Grupo étnico. 1.4. Familia. 1.5. Estudios de los hermanos. 1.6. Estudios propios. 1.7. Padres. 1.8. Niñez. Proceso migratorio. 2.1. Se casa, decide emigrar. 2.2. El viaje a España. Primeros años en España. 3.1. Estudios en España. 3.2. Separación. 3.3. Trabajos en España. Ayudas y apoyos recibidos. 4.1. Familia. 4.2. Cáritas. 4.3. Otras asociaciones. 4.4. Vecinos/as. 4.5. Valoración de las ayudas: importancia de la formación. Contactos con la familia. Conflicto y negociación cultural. 5.1. Contactos con la familia. Visitas a Nigeria. Ciudadanía ambigua. 5.2. Conflictos con la cultura de origen. 5.3. Elementos positivos de su cultura de origen. 5.4. Sus hijos en la actualidad. Relaciones de convivencia. Participación en asociaciones y colectivos 6.1. Trato recibido en Sevilla (por ella y por el resto de inmigrantes subsaharianos). 6.2. Convivencia con los vecinos. 6.3. Colabora con las asociaciones de vecinos de su barrio. 6.4. Funda la asociación de mujeres XXXXX. 6.5. La asociación XXXX en la actualidad. 6.6. La necesidad de coordinación entre asociaciones. Trabajo actual. 7.1. Primeras apariciones en los medios. Comienza a trabajar en el teatro. 7.2. Trabajo actual. Religión. Planes de futuro. Opinión sobre aspectos de política y sociedad. 10.1. Imagen de los inmigrantes en los medios de comunicación. 10.2. El trabajo de los inmigrantes. 10.3. La formación de los inmigrantes. 10.4. Beneficios económicos de la presencia de población inmigrante en España. 10.5. Política internacional: el necesario acuerdo entre UE y Nigeria.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

10.6. Futuro de la sociedad española. 10.7. Visión de otros colectivos de inmigrantes. 10.8. Nigerianos: España como destino intermedio. 11. Hechos recientes. Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción. Cronograma 1964: Nace en Onna (Nigeria), es la penúltima de 12 hermanos. 1982: (18 años). Concluye sus estudios secundarios. Se encarga de labores domésticas en su casa. 1985: (21 años). Decide casarse y emigrar a España, donde vive en un piso propiedad de su marido. 1987: (23 años). Nace su primer hijo. 1988: (24 años). Nace su segundo hijo. 1991: (27 años). Comienza a trabajar en el servicio doméstico y a recibir cursos de formación. 1995: (31 años). Decide separarse de su marido. Se queda sin casa. Recibe apoyo de vecinos. 1996: (32 años). Acude a Cáritas para solicitar ayuda. Realiza diversos trabajos. Sigue recibiendo cursos y ampliando su red de contactos. 1997: (33 años). Participa activamente en asociaciones de vecinos. Funda una asociación de mujeres inmigrantes y participa en la constitución de otra. 2001: (37 años). Comienza a trabajar en el teatro. 2005: (41 años). Recibe un premio por su trabajo en teatro. 2006: (42 años). Recibe otro premio por su trabajo.

1. Datos personales. Familia de origen64 1.1.

Datos personales básicos

Yo soy Margaret, y soy de Nigeria. Soy madre de dos niños… Nací el 7 de septiembre del 64… (tengo) 42 años, los cumplo el mes que viene ya… soy vieja (ríe). 1.2.

Tiempo que lleva en Sevilla

Llevo veinte años… el mes pasado hice veinte años en Andalucía, siempre he vivido en Sevilla. 64

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Siglas empleadas: N.E.: Nota del entrevistador.

Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

1.3.

Lugar de origen. Grupo étnico

Soy del sur de Nigeria. En el estado de (…). Nací en una ciudad donde produce el petróleo de Nigeria, que se llama Onna, en la provincia de Akwalbom, al sur de Nigeria. Mi padre era de Akwalbom, de Onna, y mi madre es de Icot Ekpene. Nosotros somos Ibibio (N.E.: Ibibio: grupo étnico localizado en el sudeste del país, a orillas del río Cross, supone aproximadamente el 3,5% del país, la lengua hablada por este grupo tiene su mismo nombre: ibibio. Cf. Apartado 10.3, donde compara su grupo étnico, con los yoruba, grupo étnico mayoritario en Nigeria). 1.4.

Familia

Soy de muchos hermanos y hermanas, somos 12 hermanos, somos más hermanas que hermanos. Son mayores que yo, soy la penúltima, y soy oveja blanca de la familia (ríe). Porque soy un poco rebelde, y me gusta hacer lo que quiero, y no me deja que me dominan (sic). El resto de mis hermanos siguen allí y vuelven, vamos, viajan pero siempre… (vuelven). Yo soy la única que queda fuera de casa tantos años, ¿no? Otros viajan, pero están en otras ciudades de Nigeria, o van a Inglaterra, y regresan a los 3 o 4 años al pueblo, pero yo me quedo aquí. Tengo hermanos mayores, he tenido hermanos mayores que han ido falleciendo con digamos 70 años u 80… muy mayores, y hermanas también, con 86 años. (N.E.: Fueron tres los hermanos que fallecieron, por lo que tenía un total de 12. Diez de ellos los tuvo su padre con otra mujer con la cual estuvo casado antes de estar con su madre. Ninguno de sus hermanos ha emigrado, como mucho han realizado cortos viajes de meses para estudios). 1.5.

Estudios de los hermanos

Bueno, allí date cuenta que el sistema antiguo era diferente, que las niñas nada más que tenían estudios base. Primaria y secundaria, COU, como dicen aquí. Y los chicos sí, pueden hacer una carrera, porque se veía más antes. Ahora ya no, mis sobrinas están ahora haciendo carreras. Y… y entonces en mi tiempo sí, mis hermanos mayores querían que yo estudiara carrera, pero algo justo para las niñas, enfermera… matrona, profesora, entonces yo nunca me ha gustado. (N.E: en ausencia del padre, se refiere a sus tíos y hermanos mayores, que controlan su educación). Porque me acuerdo cuando acabamos COU todas mis compañeras y amigas eran nada más… vamos, Escuela de Enfermería, o… Escuela de Pedagogía, de profesoras, y yo siempre me gustaban los medios, pero no eran medios de… programas. Yo soñaba con ser actriz. Y eso no estaba bien visto en mi casa, ¿no? Por el apellido, porque allí se respetan mucho los apellidos. Porque si tú vienes de una familia reconocida, de una familia un poco… bien, ¿no? Yo no digo que somos bien, ¿no?... normal. Yo no lo veo… antes quizás allí sí, pero estando aquí lo veo un poco absurdo, ¿no? Entonces siempre el apellido lo respetan mucho, por eso no quieren… quieren

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que su hijo salga un modelo, ¿no?, para que diga «uy, hijo de…». Y la hija más todavía ¿no?, porque claro, tiene que tener un marido, un prestigio, ¿no? Y entonces a mí nunca me gustó. Mis hermanos siempre han tenido cargos buenos porque han tenido base, ¿no? Han tenido buena formación, y… he tenido hermanos que han sido Secretarios de Estado, de mi Estado porque Nigeria tiene 36 Estados. Y he tenido hermanos también que han sido también Personal Management en compañía de móviles, vamos, he tenido hermanos que han sido profesores en el Politécnico… que chicos sí, ha habido más.. cargos que las chicas, porque ellos han tenido más formación. Entonces… hoy en día mis sobrinas sí están estudiando… tengo una sobrina que está estudiando química, que estaba el año que viene, tengo una sobrina de mi hermano mayor, que ha sido Ministra de Asuntos Sociales de mi Estado, que veo que la cosa está… cambiando. Tarda, pero poco a poco. 1.6.

Estudios propios

(N.E: Ver apartado anterior, en el que se trata el control familiar de sus estudios). Estudié en un colegio católico, porque era algo que no todo el mundo se podía permitir para sus hijos, se llamaba así. Y luego, como me gustaba siempre moverme un poco, ¿no? Y decidí irme a Lagos, y allí me metieron en un colegio militar, eso era un poco… y luego en secundaria, allí acabé yo mi COU. (N.E.: Quería estudiar arte dramático, era la carrera que los hermanos no dejaron que ella empezara. Estuvo tres años después de terminar la secundaria en su casa encargada de labores domésticas (organizar la casa, pagar los recibos, etc.). Los hermanos le pagaban por hacer recados y llevar los papeles de la casa. 1.7.

Padres

Mi madre era cien por cien ama de casa. Ella trabajar… no. Los niños, el marido… esperar allí hasta que llegue el marido. Mi madre sí vive, mi padre murió. Hace mucho… yo era niña, era una niña. Además conocí a mi padre ya muy mayor, que no… Mi padre era un hombre muy luchador, por eso yo creo que copié un poco de él. Un hombre… también mi padre tenía otra mentalidad, nos respetó en su tiempo, era un hombre que viajaba mucho, entonces conocía gente de otros países, tenía amigos de otras culturas, y hasta gente de conocidos… yo tenía amigos españoles, fíjate, en mi casa hay muchas cosas de España, Italia, cerámica… y yo mientras vivía allí lo veía absurdo, ¿no?, pero ahora me da pena que esas cosas no se han cuidado mucho, ¿no? (Mi padre) era empresario. 1.8.

Niñez

Era una niña mimada. Sí, porque éramos… mi hermana la que me sigue a mí y yo éramos las mimadas de la casa, sobre todo yo, lo reconozco hoy (ríe). Sí, porque yo, que Dios me perdone, hoy no, porque yo era… si quería un libro, yo pedía

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

a todos mis hermanos si quería un libro, entonces si el libro costaba 10 euros yo tenía 100. Entonces si eran 10 hermanos, yo les pedía a cada uno 10 euros y para comprar un libro (ríe). Entonces, ellos se lo tragaban, ¿no?, que era para libros (ríe).

2. Proceso migratorio 2.1.

Se casa, decide emigrar

(Después de acabar el COU)… como no podía… no quería seguir estudiando enfermería o profesora, entonces ya decidí… conocí un chico, que era de Guinea Ecuatorial, entonces él… salimos durante unos años… vamos no era salir, tonteamos, ¿no?, que yo era una niña ¿no?, 17 o 18 años. Entonces él vino a España, y entonces… era como digamos… mi salvación, ¿no? Yo… que yo pudiera hacer siempre lo que quisiera. Y se presentaron su familia, a pedir mi mano, a preparar el tema del matrimonio… y mi familia no quería, ¿no?. Porque querían que yo acabara mis estudios, y yo no quería estudiar lo que querían mis hermanos y al final me dejaron. Y vine (a España), y la cosa no salió bien. Me vine a España, a Sevilla, con 21 años, cumplí los 22 años aquí. (N.E.: Se casó en Nigeria, pero como ella afirma, sólo realizó el rito (ceremonia no religiosa, con invitación a los familiares) y no se registró en el juzgado. Su pareja emigró antes que ella, llevaba algunos años en España cuando ella decidió acompañarlo. En los gastos del viaje participaron la familia de su pareja, su familia y sus hermanos, que son los que más aportaron. Tardó sólo quince días en tramitar su visado en Nigeria). 2.2.

El viaje a España

Yo vine en avión, porque mi visado para entrar en España tardó una semana. Simplemente vine… me hicieron como que venía a estudiar, que venía a vivir aquí, y cuando llegué aquí ya… vamos que no hubo problemas para nada. Nada. Y además, cuando llegué aquí, a los tres meses ya tenía tarjeta de residencia. Y luego… cuando empecé a trabajar, ya tuve permiso de residencia y trabajo. Entonces no había problemas, yo me acuerdo que éramos dos nigerianos o tres, que los demás eran estudiantes, que todavía siguen aquí, y yo. No había nada, no había problemas…

3. Primeros años en España 3.1.

Estudios en España

Y cuando llegó no quería (mi marido) que yo tampoco estudiara. Entonces yo me veía otra vez como estaba en Africa, y me pasé mal, vamos, me vine un bajón muy grande, porque se suponía que estaba en un sitio donde había más libertad, más… oportunidades, y no tenía… no me dejaron. Me fui a matricular en la facultad, me dijo que no, que no podía, que mi lugar era la casa, la cocina, los

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niños, no se qué… entonces durante años aguanté y me tuve que esconder a estudiar cuando no estaba él, de cuatro a ocho, antes de que llegara él, dejaba a los niños en el fútbol y yo me escondía para estudiar por ahí por los barrios, donde vivíamos… Y entonces acabó descubriéndome y la cosa acabó empeorando entre nosotros, y entonces decidí a dejarlo. (N.E.: Su marido sólo consintió en principio que viniera a España a estudiar. Estuvo diez años viviendo en un barrio sevillano, en San Juan, en un piso que compró su marido) Yo estaba haciendo cursos de mediación, y me metía aprendiendo al teatro, en el barrio, porque daban cursos de teatro en el barrio, y yo me metí porque me gustaba, y de eso también… hice tres escenas, uno de secretaria de la ONU, otro de policía, otro de Virgen María, y de ahí también me cogieron de extra para película. Buscaban niños y yo llevé a mis dos hijos, buscaban niños africanos, niños negros, y llevé a los dos niños, y entonces me dijeron tú también y yo dije «qué bien». Y ahí es donde empecé en el grupo y ya de ahí empecé a trabajar… 3.2.

Separación

Estuve casi… digamos diez años casada, con mis hijos. Tuve dos niños, los que tengo ahora. Y después ya empecé a buscarme la vida … la familia donde yo trabajaba me cogieron con los niños, yo estaba trabajando y viviendo unos meses (N.E.: Al separarse estuvo 6 meses acogida por una familia española, en el barrio de San Juan. Era la familia con la que ella estuvo trabajando como empleada. Después se fue a un piso alquilado) … allí buscaba un piso, de ahí acudí a Cáritas, para que me ayudaran a pagar la fianza y el primer mes. Y me pagaron y allí empecé yo a trabajar, y trabajaba hasta los domingos porque claro, eran dos niños (su marido se desentendió de los niños), la casa, la luz, comunidad, comida… y entonces era… me pasé mal, pero yo decía que hay que luchar, porque yo, primero no quería volver a Nigeria, y segundo no quería dejar de luchar, porque claro, entonces no merecía la pena, ¿no? Si yo no luchaba. Y la gente de Cáritas me ha ayudado mucho, y los vecinos también de San Juan, que eternamente lo agradeceré y de Los Caños (…) Son dos barrios que la gente siempre ha estado… hasta hoy que yo que llego ahí están siempre con las puertas abiertas. Trabajaba en San Juan, pero vivía en Los Caños… Y entonces cuando me separé vivía en San Juan durante seis meses, y los niños también iban a la guardería de San Juan. El trabajo que hacía era cocinar, limpiar, cuidar de niños, personas mayores… así… 3.3.

Trabajos en España

Me costó encontrar trabajo sí y no. A raíz de que conocía a una mujer, que conocía a otra familia, que la familia conocía a otra familia que buscaba gente… entonces sí. Pero… así fue. He trabajado por servicio doméstico, de ayudante de cocina, camarera, monitora, cuidando niños, personas mayores, azafata de congreso, hasta hoy que estoy trabajando en los medios, mañana no sé, pero hoy sí… (ríe).

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

(N.E.: Empezó a trabajar a los 6 años de llegar a España, una vez que pudo dejar a sus hijos en la guardería, hasta entonces ha cuidado de su familia y ha hecho cursos. Empezó en el servicio doméstico, sólo de mañanas. Ha estado en varias casas. En la primera estaba asegurada, después no. Casi siempre ha trabajado en Pino Montano, y en Los Caños. Después trabajó de camarera en la Expo-92, y de azafata de congresos con Sevilla Acoge. Durante tres años trabajó con un grupo de teatro en San Juan. Dice que conseguía los trabajos «por amistades». Tiene muchos amigos españoles. Se ha bautizado aquí y su madrina y padrino son españoles).

4. Ayudas y apoyos recibidos 4.1.

Familia

Nunca les he pedido (a mis hermanos). Siempre me preguntaron si tenía dinero para libros, si tenía dinero para… para cosas para los niños, y siempre decía que sí. No… nunca… querían que me ayudaran. Ellos que si necesitaba cualquier cosa… que les avisara. Digo vale, al revés, les mandaba yo regalos (ríe). 4.2.

Cáritas

Cáritas me ha ayudado en todo. Y cuando empezamos la asociación, también Cáritas, nuestro primer ordenador nos lo compró ellos, «que tenemos una asociación de mujeres y no tenemos ordenador, no sé cuántos…». Y XXX (una trabajadora de Cáritas), es un encanto, no es porque tú estás delante. Y todos, vamos, no me puedo quejar. Es una mujer muy sensible, que te escucha, te llena, ¿no?. Y me dice, «bueno, ya veremos que podemos hacer, tú vente el mes que viene». Y dice bueno, «te vamos a comprar el ordenador», entonces nos pusimos de alegría todas en la asociación. Y nos subvencionaron parte del curso de cocina que hicimos por primera vez, también para las mujeres. Y de eso quería llevar el tema del pozo, para Nigeria, para el pueblo de mi madre, y que aún no he hecho por el tiempo, por el trabajo, no he ido. Entonces personalmente me ha ayudado, hasta donde yo estoy viendo ahora, mi nueva casa, el primer sitio que yo fui es a Cáritas, que me ayudó primero a conseguir el albañil, y como me quedé sin dinero, también que me ayudaron para arreglar un poco la casa. Por lo menos, los bajantes, que estaban un poco mal, entonces me ayudaron, que yo no me puedo… que me han ayudado mucho. No sólo económicamente, moralmente, espiritualmente, porque… siempre… llamas a XXX siempre a las 10 de la noche y le cuentas tu problema, y te escucha, y nunca te cuelga el teléfono, que otro… «ay, no es mi horario de trabajo». Que a veces no tenemos nada que ver con «mira, estoy mal, no tengo…». Cosa personal, ¿no?, ella misma te dice «mira, hija, así»… siempre está ahí. Y entonces Cáritas es, como yo digo, como el supermercado, siempre tiene de todo, te ayudan en todo. Muchas veces no los llamo por comida, ni por dinero, por lo menos para que te escucha. Es un apoyo también muy grande. (N.E.: De la consulta de su expediente sabe-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

mos que acudió a Cáritas por primera vez en Junio de 1996. Solicitó ayuda para medicamentos (vacuna para sus hijos) y para el pago del primer mes del alquiler, ayudas que le fueron concedidas. También se le asesoró en algunos trámites (beca para comedor de los hijos, derivación a la UTS, acreditación para conseguir trabajo como portera en una vivienda). Su expediente nos proporciona también algunos datos adicionales, como que estaba en juicio con su ex-marido por malos tratos y para conseguir que este le pagase una pensión, hecho del que no sabemos el resultado final, ya que ella no ha querido hablar de ello ni sabemos más datos de otras fuentes. Después de su cambio de domicilio a las afueras de Sevilla, consigue arreglar su nueva vivienda con ayuda de su Cáritas Parroquial, le ayudan para localizar un albañil de confianza y le conceden un préstamo a fondo perdido para dicho arreglo, de 600 euros. Sabemos que ha colaborado con su Parroquia recientemente, participando en la organización de una fiesta de inmigrantes en junio de 2005). 4.3.

Otras asociaciones e instancias

Yo he puesto la voluntad y la fuerza que he podido, también he tenido gentes que me ha apoyado, tal como te he dicho, ¿no?, vecinos, Cáritas… He hecho con Sevilla Acoge, he hecho cursos también con ellos, he hecho por lo menos tres cursos… de cocina, de manualidades… Y me han servido, porque date cuenta que cuando empecé a trabajar en la casa, tenía que saber cocinar, entonces me hacía falta el curso de cocina. (Con Sevilla Acoge hizo un curso de cocina y hostelería, un curso para hacer escayola y otro de español. Después hizo un curso de técnica vocal, y otro de Cooperación al Desarrollo, de la Junta de Andalucía. También recibió asesoramiento para la búsqueda de empleo). 4.4.

Vecinos/as

Y la gente de Cáritas me ha ayudado mucho, y los vecinos también de San Juan, que eternamente lo agradeceré y de Los Caños (…). Son dos barrios que la gente siempre ha estado… hasta hoy que yo que llego ahí están siempre con las puertas abiertas. 4.5.

Valoración de las ayudas: importancia de la formación

Hace falta más formación e información. Porque económico te dan a lo mejor 100.000 pesetas, o mil euros. Los gastas mañana y se acaba, pero si tienes una formación, o sabes juntar esos cables, lo tienes ahí para siempre, es una cosa que no lo pierdes. Porque tú puedes decir: yo sé hacer esto, y demuéstrame y lo haces, pero yo tengo mil, euros, lo terminé ayer, entonces ya… Si no llego a formarme, quizás hoy no estaré trabajando donde estoy. Yo tengo amigas que conocía aquí, estaban limpiando, y hasta hoy están limpiando. Porque no han querido, dicen que estaban cansadas… después de salir a trabajar a las cuatro, para entrar a las cinco… Yo me sacrifiqué, es duro, con dos niños: Sin em-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

bargo, mi amiga no tiene hijos, pero ella dice que no, que no podía más. Y yo tengo mi sobrina, que vino porque quería venir. Digo… «bueno», la traje. Y entonces vino y la mandé a cursos, que ella no entendía nada. Y le digo, «bueno, nadie entiende de nada», digo «pregunta, están ahí los monitores», y asistió a 10 clases y ya no siguió. Lleva tres años para cuatro y está limpiando. Entonces veo que ella no quiere hacer nada, que eso es lo que quiere. Sin embargo ha habido otra mujer, que ha estado aquí un año, ha limpiado, ha empezado a formarse en los pueblos, y ahora está trabajando en el Ayuntamiento. Por eso digo que ya… si no tiene… Porque con los títulos que tenemos en nuestros países no vale, porque mientras que lo homologan, mientras que no, mientras que lo convalidan, no merece la pena. Entonces es empezar de cero, empezar aquí para que vean que tienes cosas de aquí, aunque no mucho, por lo menos lo tienes, y con eso vayas empujando.

5. Contactos con la familia. Conflicto y negociación intercultural 5.1.

Contactos con la familia. Visitas a Nigeria. Ciudadanía ambigüa

Voy de vacaciones y vuelvo. De vacaciones. Sigo aquí. Después de separarme quería mi familia que volviera al pueblo. Pero ya no… era otra vez meterme… que me dirigieran la vida, decirme lo que tengo que hacer, lo que no tengo que hacer. Y luego, como la cosa no salió bien, no quería que me reprocharan «ah, te avisamos, y ahora…». Ya no será igual. (…) Cuando vine aquí al principio eran cartas, a través de cartas, hoy en día hay teléfonos que ya escribimos menos, y… emails, ahora entre teléfonos y correo electrónico. Era a través de cartas, contactar con ellos, le contaba… siempre procuraba no contar que estaba mal, ¿no? Después de separarme. Porque no quería preocupar, sobre todo a mi madre. Mis hermanos sí supieron que yo… por eso insistieron que yo regresara, porque a mis hermanos no les gustaba que yo limpiara casas ajenas, y (decían) que yo tenía que volver a casa para estar con ellos… Y digo que yo tengo al menos que luchar para sacar a mis hijos para adelante, tengo que llevar a cargo a los dos niños, que mis hermanos no me tienen que ayudar… a educarles. Viajo cada vez que puedo, y es difícil, porque el viaje es muy caro. Si voy siempre me gusta ir con los niños para que… conocen allí, que ven otra cultura, otras gentes, que aprenden un poco cosas buenas de ellos. Entonces cada vez que puedo, cada dos, tres años, esta última vez hemos tardado 6 años para viajar. Bueno, han venido mi familia aquí, entonces por eso tampoco hemos ido. Si viene una persona es más fácil que vayan tres. Y mi sobrina ahora también está aquí conmigo, está en Sevilla me refiero. Es diferente, porque cuando llegas allí te chocan muchas cosas, ¿no?. Entonces tú llegas allí y quieres cambiar, o ver que eso está mal, entonces te dicen «¿cuándo te vas?, que tú no vienes aquí a poner orden…» (ríe). Y te sientes extraña, porque en tu propio país te sientes inmigrante, y aquí otra vez inmigrante, y no sabes… ni para donde tirar, de verdad. Tú llegas al aeropuerto, y a mí me duele de que cada vez que llega al aeropuerto me sellan mi pasaporte y me dicen

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

«Inmigración Llegada», y luego me dan papeles para rellenar cuánto tiempo me voy a quedar en mi país. Entonces tú llegas aquí, otra vez inmigración llegada, otra vez haciendo papeles… yo vamos… yo ya no soy de ningún sitio, yo pertenezco al mundo… y es verdad… y es doloroso. 5.2.

Conflictos con la cultura de origen

Uno cambia también. Yo cosas de mi país que no me gusta no la practico. Por ejemplo, allí hay cosas de cultura, yo antes cuando vivía allí lo veía normal, ¿no?, que la mujer tiene que llevar agua a la mesa, a los maridos (para que se laven las manos antes de comer). Entonces cada vez que yo voy digo a mis cuñadas que no tienen que llevar agua a la mesa, que se vayan ellos a lavarse las manos, y… y por eso tengo problemas también con mis hermanos, entonces no le gusta, (me dicen) que estoy maleducando a sus mujeres, o… o a mis sobrinos les mando a hacer cosas de cocina, entonces mi madre se sorprende cuando ve a mis hijos fregar, mi madre se enfada conmigo, oooh… dice «a mí me da vergüenza que los niños tienen que fregar, que son varones…», que por qué no se qué… O mi madre quiere llevar comida a la mesa a los niños, y los niños dicen «no abuela, yo me lo llevo solo». O mi madre me dice que le pela los cacahuetes a los niños… vamos, es que le digo «mamá, que los niños tienen diez dedos». Todo eso mi madre dice que no entiende, dice que estamos aquí locas, de la forma que tratamos aquí a los chicos. Y entonces son cosas que a mí me chocan, ¿no?. Y mis hijos se ríen, y se lo pasan bomba. Claro, porque se lo hacen todo. Entonces me dicen «no me dejan hacer, pues no hago, porque lo tengo que hacer en Sevilla» (ríe). O cuando los pongo a fregar los platos, mi hermano entra y se enfada, y me mira… (…) Entonces hasta me dicen tú no tienes que buscar marido aquí, tienes que buscar en otro lado, porque tú no encajas con nuestra cultura… tengo un gran problema, pero qué le voy a hacer. (N.E.: Las hermanas la utilizan como mediadora en su relación con los hermanos, pues estos apartan a las mujeres de las decisiones familiares. Pese a ello, dos hermanas ocupan cargos de importancia: una es subdirectora de una empresa y otra trabaja en la policía. Le dicen en la actualidad sus paisanas que su forma de hacer y de pensar es «española»). 5.3.

Elementos positivos de su cultura de origen

Pero en mi cultura hay también cosas muy positivas, como el respeto a los mayores. Eso de llevar todo… de que aunque la vida es duro, hay que saber llevarlo. Nosotros no dejamos a las personas mayores en la residencia de ancianos… vivimos con nuestros padres, respetamos a los profesores… es que son muchas cosas, ¿no?. La familia, la unión … aquí sobre todo la persona que cuida a su abuelo es porque le va a dejar su herencia, en el momento en el que deja la herencia adiós muy buenas… o dejando los padres en los asilos, son cosas que no… que a mí me molesta personalmente. Y luego… si tú vas a casa de un africano o de una africana, y si tiene pescado con agua te lo ofrece, comparte lo poco que tiene contigo, no espera a ver porque tiene la mesa llena y cuando no

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

pueda más es cuando te ofrece, ¿no? Son cosas diferentes, ¿no?, que aquí quizás ya no existen esas cosas. 5.4.

Sus hijos en la actualidad

Tengo dos niños. El mayor tiene 19, y el chico va a cumplir 18 ahora en mayo. Y nada.. está el mayor haciendo Auxiliar Administrativo, el chico está haciendo cuarto de ESO, que si Dios quiere que termine este curso va a pasar a una Escuela Aeronáutica, que le encanta montar y hacer piezas. Y nada, son niños como todos los niños, hay días malos, otros bien… traviesos… ahora más, porque antes no me daban tanto dolor de cabeza. Ahora me dan más dolor de cabeza, pero tiene su momento, ¿no?. Y no puedo quejar, dentro… comparando con otras madres… no puedo quejar. (En su educación) hay cosas de su cultura que yo no dejo, hay otros que yo sí que lo dejo, no es que no dejo, es que no quiero ni practicarlo ni estoy de acuerdo, ¿no?. Y así son los niños, ellos han nacido aquí y tienen la mentalidad de aquí, y van a Nigeria como… visita. Ellos van allí y le ponen (en su documentación) emigración igual, entonces llegan aquí y les ponen europeos, entonces no tienen problemas. Entonces ellos sí son españoles, hasta en la documentación. Ellos no tienen amigos africanos, nada. Todos los amigos y las amigas son de aquí. No tienen problemas para nada. No. Y mis hijos trabajan en verano, mi mayor, el otro verano, en una fábrica de persianas, y le hicieron un contrato igual y le pagaban igual como… a otros chicos, y su horario igual como otros chicos, hasta el hombre decía que cada vez que fuera, que la puerta estaba abierta. Y mi chico también se puso a trabajar los fines de semana en un taller de coches, y no… En el colegio no ha habido problemas. Bueno, siempre hay cosas, ¿no?, pero que en la mayoría de los casos, tanto le puede pasar a un niño de aquí, ¿no?. Pero en la mayoría de los casos no hay ningún problema con los niños, porque vienen a casa los compañeros del colegio, se quedan para ir al cine, o comer, o ir al parque, así que… Ellos dicen que irán a Nigeria de vacaciones, mi mayor estaba diciendo que seis meses aquí y seis meses allí, porque le gusta mucho el pueblo. Y eso dice ahora, no sé si también mañana. De vacaciones ellos… dos meses, tres… porque se lo pasan como reyes, y no hacen nada, y yo también (ríe). Entonces, por eso.

6. Relaciones de convivencia. Participación en asociaciones y colectivos 6.1.

Trato recibido en Sevilla (por ella y por el resto de inmigrantes subsaharianos)

Yo hace 20 años no notaba tanto rechazo como ahora, porque yo era «hola, ¿cómo estás?, ¿de dónde eres? ¿estás a gusto aquí?, no sé qué… tú…». Entonces era todo el hecho de que una negra aquí… «te vamos a dar todo el cariño para que no te sientas sola», y yo quizás me iba a sitios como al hospital, cuando iba a tener a los niños, que yo iba a las revisiones, desde el bajo

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

hasta la octava planta, venían todos a la cuarta planta para verme, «una negra, vamos todo el mundo, uy que piel tienes, no tienes que tomar el sol… era…». Pero hoy el hecho de tú ser negra, nada más viene uno y está el temor, o… los niños, «mira un negro», bueno, ya no dicen tanto, ¿no? porque parece, pero «mira…», o «viene una…», te ve y ya está agarrando el bolso porque el negro le va a robar, eso está tan mal…que tú te sientes… O «todas las negras son prostitutas», y no es cierto. Según los estudios que ha hecho la antropología Emma Martín que hay mujeres latinas y de Europa del Este que se están dedicando y en más cantidad a la prostitución que las africanas. Pero los medios cada vez que hablan del tema de la prostitución ponen la imagen de las negras, y eso perjudica mucha a las negras, y mucha gente no contrata a las negras en el servicio doméstico, se cree que ser negro o negra es símbolo de suciedad. Tú no puedes entrar en su casa, que tú le vas a robar todo, es que… es una de las causas por las que las mujeres africanas están en la prostitución, porque no le dan oportunidad. Entonces ellas no mezclan la relación, no saben lo que es vida social. 6.2.

Convivencia con los vecinos

En el barrio me llevo muy bien con la gente. Tan sólo tuve una pelea con una… con una mujer, bueno, una discusión, ¿no?, porque vinieron sobrinos de padres de mis hijos de Madrid, tú sabes, los pisos son muy similares, ¿no? Entonces los niños no saben cuáles son los pisos nuestros, bajaron a jugar, y llamaron a otro bloque. Y justo le tocó a esta mujer, y ella salió y se enfadó. Y entonces yo le digo «mira, lo siento, que los niños no viven aquí, y no sabían», y dice «no, que llevan una semana tocándome el timbre». Y le digo «mira, los niños llegaron ayer, que no pueden ser ellos, tienen que ser otros niños». Que a mí también muchas veces… llaman niños, y yo escucho algo y no es nadie. Y me dice «vete a Africa y llama por el telefonillo». Y yo le digo «es que en Africa no hay telefonillo, estamos aquí aprovechando para ver cómo suena, es que nosotros vivimos en la selva y encima de árboles, entonces no podemos tener telefonillos, así que vamos a tocarlo aquí». Me miró esa mujer y se fue y no dijo nada. Yo también me fui. El día siguiente, me llamó al timbre y le digo «¿otra vez los niños al timbre?», y me dice «no, no, no, mira, lo siento, te contesté muy mal ayer, y yo maldigo el día y la hora en que yo me porté así, y yo no debería hacerlo», y digo «bueno, no pasa nada…». Y hoy, vamos, me ve a lo lejos y me llama, «¡mi amiga Margaret, aquí, no sé cuántos…!», y hasta hoy me sigue pidiendo mil perdones, y le digo, «no pasa nada, que son cosas que pasan, que fíjate que eso nos ha unido, porque ante era sólo adiós, hola, no teníamos ni conversación…». Y nada, así que no tengo problemas con ninguno, al revés. Las vecinas si no voy se enfadan, que por qué no vienes, que por qué no llamas… y siempre… además, vamos, cuidan a mis hijos… uno de las vecinas, mis hijos la llaman yaya, abuela, porque claro, era como su abuela, siempre estaba mi niño, no sé cuántos, hasta hoy le llaman la yaya. Y su hermano fue mi padrino, me bautizó también aquí, falleció hace dos años.

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

6.3.

Colabora con las asociaciones de vecinos de su barrio

El trabajo que yo estoy haciendo ahora, porque… empecé a meterme en el tema de asociacionismo, empecé por los barrios, a colaborar en San Juan, con la velada, especialmente con las personas mayores, y… son dos sectores que a mí me gustan, mayores y niños, con la asociación de vecinos de San Juan… Entonces cada vez que se organizaba la velada del barrio siempre yo me ocupaba de las personas mayores, como no tenía nadie de mi familia, ni mi madre, entonces ellos los veía como si fuera mi madre y mi padre, y entonces ahí empecé poco a poco. Y empecé a colaborar un poco en el periódico Habla San Juan, cada vez que podía escribía cosas. 6.4.

Funda la asociación de mujeres XXXX

Y de allí (del periódico Habla San Juan, de su barrio)… me llamaron… un reportaje… empecé en el tema de la asociación. De ahí éramos cuatro amigas… y fundamos la asociación de mujeres XXXX. (Ha colaborado también con otras asociaciones de inmigrantes relevantes como YYYY y ZZZZ, de esta última fue una de las fundadoras.) 6.5.

La asociación XXXX en la actualidad

La asociación XXXX todavía sigue funcionando, yo todavía sigo en ella, no sé cómo lo hago, pero sigo. Todo empezó porque cuando yo vine aquí me sentí tan sola digamos, ¿no? que no tenía amigos extranjeros, no conocía gentes de otra cultura, entonces… era para que la persona que llegue no se siente… aislada. Porque cuando tú llegas es difícil de acercarte a personas de aquí, siempre buscas a gente de tu entorno, o aunque no sea de tu país de origen, que sea inmigrante, entonces ya te encajas un poco más y ya empiezas a extender… Entonces decidimos, bueno éramos… una ya no está en España, éramos cuatro amigas, una española, una francesa, yo africana y una latina, decidimos… nos reunimos para comer todos los domingos. Entonces decidimos por qué no formamos una asociación…y dijimos venga, pues sí, como de broma, empezamos a redactar estatutos y se formó, se registró. Y funciona, lo que pasa es que yo voy menos ahora, porque trabajo, pero bueno… funciona. Ahora mismo tenemos sensibilización por los barrios y luego tenemos formación a las mujeres en el tema de cocina y geriatría. Y también hablamos de organizar también una… noche étnica, en el Centro WWWW, y el domingo que viene no, el otro que viene, vamos a hacer un día de convivencia en la zona de Macarena. Ahora tenemos mujeres de todos… tenemos árabes, de Africa subsahariana, latinas, francesas, inglesas, rusas, italianas, españolas, vamos… tenemos una china, que ya se ha marchado también. 6.6.

La necesidad de coordinación entre asociaciones

Con respecto al trabajo de Cáritas, me gustaría que trabajásemos en equipo, que formáramos como una red, para que cada uno no… porque cuando hay

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

una red, hay unión, hay más fuerza, que se reúnen de vez en cuando, organizan, qué podemos hacer conjuntamente, que no es… Cáritas, con Cáritas, XXXX, XXXX, que estemos como una piña. Porque total, estamos trabajando por una causa. Tiene que existir más coordinación con las asociaciones de inmigrantes.

7. Trabajo actual 7.1.

Primeras apariciones en los medios. Comienza a trabajar en el teatro

Entonces, a través de la asociación, a través de conferencias o asistir a eventos, y los medios que te someten a entrevistas, conocí a esta compañía de teatro TTTT, y a los tres meses me ofrecieron esta gente trabajo, y me ofrecieron en una compañía mayor, y yo me quedé… digo «no me lo creo». Y ya, como esta compañía es más chica, digo mira, yo voy a empezar por eso, yo no voy ni a AAAA ni a BBBB, porque son compañías más grandes. Y entonces rechacé las otras ofertas, y empecé a trabajar aquí en CCCC en una función hace casi 4 años. Y luego empecé… dirijo yo y redacto yo el guión. Y de ahí hicimos… ahora el espectáculo se llama Caminamos Juntos (nombre figurado), y de ahí también hicimos hace dos años funciones para niños. Y así fue. 7.2.

Trabajo actual

Me gusta mi trabajo, me necesitan a mí más, es que me llaman, que hace falta. Muchas veces me dicen: «cuándo me puedes acompañar a llevar mi hijo al colegio, cuándo puedo verte…». Y a mí me gustaría estar en la asociación que no tengan que decirme «¿cuándo…?», sino que lleguen y allí estoy. Como antes. Pero… ahora no puedo. Y luego vivo fuera de Sevilla y tampoco pueden ir en mi casa, como antes iban los sábados o los domingos, para que yo pueda escucharles, o atenderle. La función que estoy haciendo (Caminamos Juntos) consiste en… todo lo que relaciono con la inmigración, y emigración. Aparecen andaluces, inmigrantes, el tema de violencia de género… todo, porque también la mujer inmigrante sufre esto. Y todo lo que relaciona tema social, inmigración, inmigrantes… todo así; este espectáculo consiste en eso. Me dieron un premio por la forma en que tratamos el tema de inmigración. Intentamos no dañar la imagen, que no solamente es hablar mal del inmigrante, sino algo bueno. Y ahora quizás voy a empezar un nuevo espectáculo que se llama (dato omitido), también para contar un poco sobre el continente africano, y contactar con gente que ha estado en Africa, y te cuenta su experiencia, que no piensan que nada más que hay mosquitos y tigres y serpientes. Eso quizás será más social, hablaremos de la colonización, de la esclavitud, de… de la guerra de Africa, hablaremos un poco de cuando dividieron Africa en Berlín, en Alemania. Los misioneros, cuando fueron las religiones allí… un poco de todo. Vamos, que un espectáculo nuevo que empezará a ensayar el lunes. Y en la compañía AAAA estoy haciendo titulares, en pidgin (es el inglés dialectal que se habla en muchos lugares de Africa, in-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

cluido Nigeria), ahí hay en ruso, inglés, francés, alemán, italiano, en el pidgin. A veces colaboro en alguna función como en Navidad, o cuando surge. También he estado colaborando antes de nada, durante un año en la compañía DDDD.

8. Religión Mi religión ocupa poco tiempo en mi vida. Eso me riñe mucha gente. Yo en Nigeria yo… yo creo en Dios, ahora no voy a misa, pero sigo rezando, en mi casa. En Nigeria sí yo… iba mucho a la Iglesia, porque claro… Pero aquí llega el domingo, entonces el cansancio te coge el cuerpo, y entonces no sé como empezar, cómo tengo que bajar, cómo tengo que vestir, y entonces mis amigos muchos me riñen, y actualmente estoy saliendo con un chico que siempre me riñe porque no voy a la misa, dice «¿eres Satanás?», digo «no, no soy» (sonríe). Dice tú tienes que ir a la iglesia, no se qué. Digo vale, yo voy. Pero vamos, sí yo creo en Dios. Y procuro hacer… bien, ¿no?. A no dañar a nadie, a querer al prójimo, a respetar, a ayudar a todo lo que puedo. Me ha servido el creer en Dios, porque me acuerdo de haber leído mucho la Biblia. Y entonces sí, me ha ayudado, y me sigue ayudando, lo que pasa es que es verdad, no voy a la misa por eso. (N.E.: En su país era protestante, decidió hacerse católica en España, al querer bautizar a sus hijos. Su madre era católica y su padre de la iglesia apostólica. Ella fue a un colegio católico. Como ella, los hijos son poco practicantes).

9. Planes de futuro Quiero volver a Nigeria, a los 50, es una buena edad para empezar en la política. Me gustaría, si vivo, ya ves… Planes de futuros me planteo mucho, pero no sé cuáles voy a poder llevar a cabo. Mi gran sueño… no sé, será cuando yo me marche de aquí, quisiera, para ser sincera, no sé si podía decirlo o no, o me dejarán, quisiera formar un partido político en Nigeria, y luchar allí para mejorar las cosas, sobre todo las situación de las mujeres. Eh… intentar promocionar salud, igualdad, empleo… sobre todo el tema de las mujeres. No lo sé. Lo veo difícil, muy difícil, pero yo no pierdo esperanza. Es difícil, porque será luchando contra las piedras, pero yo creo que… es cuestión de luchar. Si no, pues nada. Eso es una de las cosas que yo sueño hacer, allí. Y aquí, no sé, me gustaría… estoy bien ahora, de verdad, no me puedo quejar, comparando años atrás, cuando yo me veo yo… limpiando o… no es que estoy rica, ¿no?, pero es otro nivel de vida, otra situación… Aquí no lo sé. Aquí me gustaría seguir trabajando sobre todo más en el tema de asociacionismo, porque… no estoy llena, me gusta mi trabajo, pero me falta. Algo que yo empecé y no estoy haciéndolo bien. Pero los gastos, la casa, los niños… cuesta. Entonces… no puedo cumplir. Sobre todo, el tema de cooperación, con mujeres en Africa, de verdad, porque cada vez que yo voy no me gusta la situación (en la) que están las mujeres, no me gusta. Eso es lo que yo pienso, no sé cuánto tiempo voy a

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

seguir trabajando en el teatro… Antes me interesa la tele, pero ahora me da vergüenza, porque no me gusta que me vean. Sí, pero con el teatro… «ah, tú eres la de la función del otro día», y digo «no». Ya me da cosa… (ríe). Si hago la tele será programa para niños, que es una de las cosas que más me gusta, ¿no?. El trabajo con los niños. Un tipo de programas… no meterles tantos dibujos animados, que ellos mismos elaboren cosas, hagan cosas… piensen, sobre todo, porque yo me acuerdo en Africa, nosotros no… poquita a poco, nosotros fabricamos nuestros juguetes, nosotros fabricamos latas, y ponían palos, una rueda, pum, pum, pum y hacían sus coches, que era otro estilo, ¿no?. Y esa era mi gran sueño, hacer programas aquí con niños, no lo sé… Y así. Y mi experiencia… no sé qué decirte, seguiré ¿no?, como una mujer… luchando trabajando, seguir formándome, porque no me voy a quedar… no me gusta ser conformista…

10. Opinión sobre aspectos de política y sociedad 10.1. Imagen de los inmigrantes en los medios de comunicación

Hoy en día no es tanto, pero hace cinco o seis años atrás, (en) todos los periódicos venía una página de sucesos, «Un hombre ha matado a una mujer en Zaragoza», y en la misma página, en la esquina, «Llegada de inmigrantes», en la página de crímenes. Entonces, por qué no poner otra imagen del inmigrante, u otra página, porque siempre se relacionaba los inmigrantes con la… con los sucesos. Entonces eso es lo que daña mucho. 10.2. El trabajo de los inmigrantes

Y la gente… como venimos mucho, la gente se cree que estamos invadiendo, o estamos quitando puestos de trabajo. Y eso es mentira. Porque cuántos inmigrantes están en las grandes empresas. Nada. La mayoría están en el campo, o en la construcción, donde quizás la mayoría de españoles o de andaluces no lo hacen. El otro día decía una mujer en el autobús que Zapatero está regalando todo a inmigrantes, que los españoles no tienen trabajo, que todos los inmigrantes están colocados. Y le digo, señora te equivocas, eso no es cierto, y todo el mundo lo dice. Les digo «tú ves tiendas, y mira cuántos inmigrantes están en las tiendas», o como lo normal, como en los grandes almacenes o en el aeropuerto, como en Inglaterra, donde son los inmigrantes los que limpian el aeropuerto, o en los hoteles, donde son los inmigrantes las camareras de habitaciones, que limpian. Digo «mira todos los hoteles de aquí y todos los puestos aquí, a ver cuántos inmigrantes están», digo «eso es pura mentira». Y fíjate ahora en Macarena, por qué viven inmigrantes, porque los pisos cuestan 500 euros, en un piso se meten cinco, porque claro, no pueden … cuánto cobran para pagar…

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10.3. La formación de los inmigrantes

La mayoría de los inmigrantes tienen formación, mucha más... yo conozco un chico, que fíjate que si fuera aquí ya estaría trabajando, que es licenciado en matemáticas, una de las carreras que poca gente tiene acceso. El otro es bioquímico, pero está limpiando jardines del barrio, cuando le llaman porque se va el jardinero de vacaciones, (y aquí) quién bioquímico o qué licenciado en matemáticas va a vender periódicos en la calle, o trabajando, recogiendo frutas. Hay varios… o periodistas. Yo no digo que todos los que vienen, vienen con poca formación, pero hay unos cuantos que solo verles sabes que tienen base, hay unos cuantos que vienen preparados. Niñas también, vienen formadas, pero lo que pasa es que, claro (…) Una niña, que… te voy a contar una cosa… que su madre le mandó con una en Madrid para meterla en la prostitución. La niña tenía… vamos, estaba estudiando química en su país, en Nigeria, y le engañaron que iba a estudiar, y le forzaron para meterla en la prostitución. Ella se escapó, (…) y cuando la he llevado a la familia a un instituto aquí, no pusieron pegas para meterla, por el resultado que tenía, de… vamos de instituto. Fíjate esas cosas, que son personas que tienen formación, lo que pasa es que la cultura quizás… africana es diferente. Se quejan de que damos voces, que los inmigrantes chillan, que los africanos chillan, y que no es que chillan, es su forma de habla. Yo también, me he montado en autobús y he escuchado a andaluces chillando a veces digo «vamos, yo no chillo», porque quizás la zona donde yo vengo es diferente. La gente de Lagos, yoruba vienen… son otra gente, y entonces otra cultura, otra forma de ser, pero sin embargo, donde yo vengo somos otra forma de ser también. Y según también yo he ido a Madrid también… entonces, y según también yo he ido a Madrid, una vecina sevillana allí dando voces, «illo, ven pacá», dicen los vecinos, «ahí está la sevillana», claro, porque no están acostumbrados. 10.4. Beneficios económicos de la presencia de población inmigrante en España

Esto está difícil, y cada vez peor, cada vez peor. Antes éramos dos (inmigrantes), y entonces no había temor. Y el hecho de que hay más, entonces tienen miedo de invasión… Yo no lo veo invasión, porque según… según los estudios, que yo me guío a base de los estudios, que no sé si son mentira o verdad, hay más españoles fuera que los inmigrantes dentro. Entonces si hay más españoles fuera es porque también van a buscar algo mejor. (…) Y la gente no sabe también que la inmigración también hace que un país se desarrolle. Porque yo hace 20 años me acuerdo Sevilla no era… no es lo que era. Mira la parte de Pino Montano, todo eso era un bosque, un campo, Carrefour no existía. Todas esas calles tan grandes… de aquí a Madrid era una calle así, y mira la autovía que tiene ahora. Entonces, tal como los españoles levantaron calles, metros en Suiza, en Francia, en Holanda, en Alemania, hoy quizás le tocó a los españoles recibir a otras gentes para que trabajen, y ya no sólo beneficie a los españoles, tanto a los inmigrantes como a los españoles, porque hoy ha subido la natalidad aquí, gracias a la población inmigrante, y aumenta la Seguridad Social, porque es-

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tá gente cotizando y trabajando. Entonces, por qué tampoco… Y otra cosa que a mí quizás me pincha un poco es que España siendo un país de inmigrantes no debería de machacar tanto, porque también tiene que ver un poco en su pellejo, que ellos han estado fuera. Es como si fuera que a mí me clavaron en la piel un pincho, yo procuraré no clavarlo en el que viene detrás mía, lo quito, ¿no?. No que el que venga lo clavo yo para que le duela más… 10.5. Política internacional: el necesario acuerdo entre UE y Nigeria

Y también otra cosa es que la gente viene de pateras (sic) porque no tiene visados para entrar, especialmente desde Africa Subsahariana. No hay ningún acuerdo con los países de la Unión Europea, no hay posibilidad también… estoy un poco molesta con estos gobiernos, de no… de vender, por ejemplo en Nigeria, no voy a hablar en general de Africa. Nigeria vende gas natural a España, vende… no sé cuantos, vende el crudo, vende… pero ¿por qué no firman un acuerdo que contraten a gentes, temporeros que vienen a trabajar cinco o seis meses y que regresan?. ¿Y tú firmas y vendes y el resto que muera en la patera? No. Yo he hablado con los sindicatos, que tanto que luchan para tanto apoyo y… para que exijan a ambos países, y aquí que firmen un acuerdo. Si viene la gente a trabajar, se sabe que viene a trabajar y luego se va. Porque dicen «ah, que nosotros vinimos con el contrato de trabajo», pero ha habido también que han viajado a Alemania, Suiza u Holanda, que no han ido con contrato de trabajo… 10.6. Futuro de la sociedad española

Me preocupo por la segunda generación. (…) Porque mis hijos ahora mismo (están) estudiando, u otros hijos que han nacido aquí. Están estudiando. Entonces mañana, cuando acudan a sitios para buscar trabajo, quizás no van a querer trabajar en los campos. Ahí es donde estoy preocupada. Es una de las cosas que podía empezar la gente, o las autoridades, a suavizar el ambiente antes de que llegue… porque ahora mismo yo no me veo a mis hijos que puedan buscar un trabajo en el campo, o una niña que ha nacido aquí, que está estudiando, que quiera irse a trabajar en la casa. Ni en la prostitución. Porque va a decir «yo soy española, y yo me merezco otra oportunidad, yo quiero…». Y también otra cosa que yo veo es que aquí los niños estudian menos. No… Estudian menos que hasta en Nigeria. Tienen todo y no aprovechan nada. Tienen todos los recursos, de verdad, pero los jóvenes no aprovechan nada. 10.7. Visión de otros colectivos de inmigrantes

Cada uno viene de su etnia, de su padre, de su madre. Cada uno tiene su forma de pensar, la educación que ha recibido desde base. Cada uno hace lo posible… sobre todo para juntar(se) con la gente de su etnia, de su grupo, y mezcla un poco. Sobre todo los que menos (se) mezclan son los chinos. Al menos hay un árabe que dice «bueno, me comparto un piso con un nigeriano, o un nigeriano con un árabe, o un sudamericano…» hay un poco de… la mezcla, ¿no?

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Pero donde no hay nada de mezcla es chino y otra etnia. Ellos están en… en su entorno y en su mundo. Y también otro grupo africano que tiene también el mismo problema son los de Senegal. No (se) mezclan con otros. Entre ellos, los wolof, los no se qué, y no se mezclan con un latino, o con un negro nigeriano. Te saludan en la calle, «hola, qué tal», y las mujeres cuando vas a comprar te saludan, pero te ven mañana en la calle y no te dicen nada. Y les saluda y no te contestan. Y eso también. Los nigerianos llegan aquí, unos llegan por su cuenta, otros porque alguien le ha ayudado. Los senegaleses siempre llegan aquí porque tienen un primo o una prima o un hermano… 10.8. Nigerianos: España como destino intermedio

Y otra cosa para los nigerianos es… España o Andalucía, como puente para Europa, no se quedan… pues claro, Nigeria no tiene nada que ver con España. Ellos prefieren Inglaterra, Dinamarca, o Canadá, Estados Unidos. El idioma también influye. Llegan aquí y se quedan para trabajar para conseguir un poco más de dinero y para seguir para arriba, entonces es muy difícil que tú veas en cuatro años las mismas caras, van cambiando. Porque (…) los que quedan aquí son los que tienen familia aquí casi. Los que llegan «no, se ha ido a Irlanda», o «se ha ido a Londres» «ya está en Holanda, ya está no sé donde». Cogen aquí como tránsito.

11.

Hechos recientes

Margaret ha sido galardonada en el mes de marzo de 2006 con un Premio que otorgan los medios de comunicación por su espectáculo Caminamos Juntos (nombre figurado).

Consideraciones en torno a las claves de los procesos de exclusión e inserción 1. Valoración del itinerario personal de exclusión (inclusión) A pesar de nacer en una familia acomodada, su exclusión en origen ya comienza por razones de género: los estudios en la familia se reparten de forma masculinizada y, en consecuencia, las profesiones que se esperan de las mujeres están en consonancia con tales estudios. En Nigeria, en los años 80, cuando Margaret sale de su país, y aún ahora, el status socioprofesional de la mujer se asocia como mucho, a profesiones feminizadas, de trato social o sanitario, en consonancia con el papel que se le supone fundamental que es el cuidado y atención de casa y familia. En una mezcla de sexismo (por estar sometida al control de hermanos y tíos) y clasismo (soñaba con ser actriz, y eso se consideraba en su familia impropio de «sus apellidos») ve truncada desde el principio sus aspiraciones profesionales.

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

No es extraño, por tanto, que la primera decisión de relevancia que adopte para intentar romper una estructura tan rígida sea, en primer término, la de casarse. En segundo término, y de forma entrelazada con esta decisión, se sitúa la de emigrar, una decisión que aún no estaba muy extendida en Nigeria en los años en que Margaret la acomete. En el momento en el que se produce la llegada al destino migratorio, Sevilla, no se plantean las dificultades administrativas que sufren otras personas que siguen en la actualidad el mismo camino: la llegada se realiza por avión, Margaret llega con su marido y no encuentran problemas ambos para conseguir en poco tiempo el permiso de residencia. Ya en Sevilla pretende concretar sus proyectos personales: de estudios, de familia, de trabajo, etc. Con respecto a los primeros, en una especie de continuidad exportada desde su país de la dominación de sexo-género, se recrudece la resistencia que opone su marido a que ella realice tales estudios, que sustituye a las presiones de hermanos y tíos. Pese a ello, no abandona sus intenciones formativas, si bien a lo que puede acceder es a pequeños cursos, que no obstante le reportan utilidades a corto-medio plazo. Todo ello compaginándolo con sus labores domésticas y familiares (no renunciando así a expectativas de promoción profesional) y con el trabajo doméstico remunerado, que realiza en cuanto sus hijos comienzan a ir a la guardería. Aunque en realidad se trate de pequeños cursos, jornadas de formación, etc., su separación supone poder acceder con mayor libertad a estas expectativas. Una libertad en todo caso, afectada por la presión que sus hermanos siguen ejerciendo a distancia para que vuelva a su país y no se rebaja a trabajar en empleos domésticos. Además, al quedarse a cargo de sus dos hijos, las dificultades por falta de tiempo son mayores. Frente a estas dificultades, Margaret presenta una gran determinación y sacrificio (su horario de trabajo abarca también los fines de semana) por lo que consigue acceder a más cursos de formación, continúa con empleos domésticos y de otro tipo, y se concentra en los contactos con asociaciones e instancias diversas, entre las que ocupa un lugar destacado Cáritas. Su disposición se dirige a abrirse puertas continuamente, a relacionarse de forma ejemplar con la población sevillana (participa activamente en la asociación de vecinos de su barrio, se relaciona abiertamente con la población local), y con el resto de población inmigrante, fundando una asociación de mujeres. Todo ello le reporta consecuencias positivas, tanto directas como indirectas. Entre las consecuencias directas se encuentra la obtención de ayuda económica puntual en sus momentos más delicados (de Cáritas, para poder pagar el alquiler cuando se separó, ver apartado de valoración de los apoyos recibidos y apartado 4.2), de alojamiento temporal en su vivienda por parte de sus vecinos amigos, de trabajo o cursos a partir de contactos, etc. Entre las indirectas se encuentra el ir acumulando un creciente capital de contactos (artistas, periodistas, políticos, universitarios, representantes de asociaciones, etc.) que amplían considerablemente su ámbito de socialización, sobre todo a partir de sus primeras apariciones en los medios de comunicación. Sus indudables dotes comunicado-

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Anexo: Doce relatos de vida de población atendida por Cáritas

ras, su dilatada experiencia (media vida ya) en la inmigración, unidas a la calidad de la formación recibida en su país de origen y, por supuesto, a su tesón y abnegación, no escapan al conocimiento de los gestores de las compañías artísticas, que ven una oportunidad en contratarla. Obviamente, no sólo pesan aquí los intereses de ella, sino también los de los propios medios que, al difundir entre su audiencia una idea de multiculturalidad en términos positivos (participativos, igualitaristas, etc.), se benefician de la imagen favorable consiguiente. En cuanto a sus expectativas económicas, los apoyos recibidos de familia y hermanos en el país de origen no han sido significativos en España, pero se considera determinante el hecho de no ser un lastre su situación económica de origen para el proyecto migratorio. Más bien al contrario, ya que no olvidemos que los gastos de su viaje fueron financiados entre su familia y la de su pareja. Ya en su destino migratorio, cualquier comparación con las ataduras económicas de un inmigrante medio en la actualidad hace más que evidente su situación: aunque rechaza cualquier tipo de aportación económica directa de sus hermanos, no tiene que enviar dinero a una familia necesitada, ni se ve obligada a pagar a mafias por haber financiado su venida a España; los viajes que ella realiza a su país (pese al inevitable choque cultural) son parte de sus vacaciones, pues no le suponen un desembolso en su destino para ayudar a una familia necesitada; cuando no tiene recursos o tiempo para viajar a Nigeria, es algún familiar el que viene a España a visitarla, etc. En estas circunstancias, Margaret ha podido y ha sabido aprovechar las oportunidades que se le han presentado, y la mejora de su situación económica y social ha sido evidente. Ha cambiado de lugar de residencia, sus hijos se encuentran, según ella, bien integrados en la sociedad sevillana, y se plantea proyectos de futuro de más hondo calado, como colaborar en proyectos de desarrollo en su país, seguir apareciendo en espectáculos de teatro, o incorporarse, más a largo plazo, a la política de su país como abanderada de los derechos sociales de la mujer. Por tanto, sus proyectos de futuro se dirigen al alza. De hecho, algunos de estos proyectos parecen casi sueños, pero no por ello los enuncia como algo inasequible, ya que lo que hace de forma calculada, nada ilusoria. Los mayores interrogantes le surgen a la hora de plantearse el volver a su país, con una familia dividida entre dos países, y con el evidente choque cultural que conlleva su presencia un tanto «occidentalizada» en su propia familia. Interrogantes y retos que parecen pequeños ante lo conseguido, a la luz de lo percibido en esta historia de vida. Finalmente, y en cuanto a su percepción de otros aspectos, como los de orden político y social, mantiene una serie de opiniones bastante fundamentadas, que son producto de su larga permanencia en España y de su apertura al conocimiento de la sociedad y cultura andaluzas, para lo que no duda en acudir a «lo que dicen los estudios». No obstante, su percepción de la realidad que le rodea también está limitada por su experiencia personal en algunos aspectos, como cuando trata algunos orígenes de la segregación laboral que sufre la población inmigrante. Por ejemplo, centra el origen de la prostitución en el re-

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Procesos de exclusión e itinerarios de inserción

chazo que sufren las mujeres subsaharianas en el servicio doméstico, sin nombrar otras causas fundamentales, como el necesario pago a las redes de tráfico de personas, que impulsan a dichas mujeres a buscar ingresos rápidos e inmediatos.

2. Valoración de los apoyos recibidos Margaret habla con orgullo del rechazo de ayudas-control de los hermanos, que era un control casi paternal, en ausencia de la figura paterna. La ayuda de sus vecinos en el barrio de San Juan ha sido relevante, sobre todo a partir de la decisión de separarse de su marido, al quedarse sin vivienda, y tener que buscar trabajo. Es central la ayuda recibida en términos de formación, como referimos, en forma de capital cultural acumulado, haciéndose determinante a la hora de conseguir nuevos trabajos, recursos y contactos. Por ejemplo, los cursos y talleres de teatro o de técnica vocal, no sólo le sirven para llenar una aspiración juvenil, sino que le reportan buenas relaciones con la vecindad y, más recientemente, le son muy útiles en su trabajo actual. Ella misma se compara con quiénes podían incorporarse a estos procesos de formación, pero no los aprovecharon, debido no sólo a las cargas familiares y domésticas, sino también a no haber demostrado una tenacidad y capacidad de sacrificio suficientes. El apoyo recibido de Cáritas es valorado por su diversidad y accesibilidad. Desde pequeñas ayudas económicas o de asesoramiento social, hasta ayudas para rehabilitación de su vivienda, etc. «Es el supermercado», como ella misma afirma, no en un sentido utilitarista o peyorativo, sino por tratarse de un sitio al que se puede acudir «para cualquier cosa». Esta amplitud en la cobertura incluye uno de los aspectos más valorados en la atención recibida: la cercanía humana de las personas de Cáritas con las que ha establecido contacto. Finalmente, hemos advertido, a través de la historia de vida realizada a otra informante nigeriana, que Margaret se interesa por las otras mujeres de su país que llegan a Sevilla: a pesar de no conocerlas personalmente, las llama periódicamente para conocer su situación.

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Subvencionado por:

La acción de Cáritas en el espacio de la exclusión, nuevos retos para la intervención social

Miguel Laparra Begoña Pérez (coordinadores)

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