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Página 20/LA NACION
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Miércoles 28 de marzo de 2007
Cayeron cuatro casas en tres semanas: ponen la mira en excavaciones realizadas en terrenos linderos
Preocupan los derrumbes de viviendas Ayer se desmoronó una medianera en Caballito cuando los ocupantes del lugar dormían; quién debe hacerse responsable Por Pablo Tomino De la Redacción de LA NACION
LA NACION se comunicó con el domicilio del arquitecto Alegre y su abogado, Héctor Sagalovsky, dijo que la intimación la recibieron sólo ayer. “El día lunes (por anteayer) inspectores del gobierno de la ciudad hicieron algunas observaciones a la obra, pero nunca dijeron que estaba en riesgo; de hecho, no la clausuraron. Hoy (por ayer), con posterioridad al hecho, recibimos la intimación en horas de la tarde. Me parece un acto de irresponsabilidad que un funcionario del gobierno acuse de mala praxis al arquitecto Alegre cuando no se hicieron los peritajes correspondientes”, dijo Sagalovsky a LA NACION. Un vocero del gobierno dijo que el acta de inspección (con fecha 26/3/07) fue firmada por Alegre y que con esa documentación se dio por notifica-
El lugar
1 Antes del derrumbe Pared medianera Nivel de piso
La hora Edificio vecino
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Crítica al gobierno
Frente de la casa derrumbada según la web del GCBA
La medianera, de 30 metros de largo y 15 metros de altura, de una casa lindera con una obra en construcción se desmoronó en el barrio de Caballito
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“Un ruido extraño nos despertó en la madrugada. Sentíamos, con mi marido, que los ladrillos se desprendían y entonces él bajó rápido por las escaleras. Yo me quedé en la habitación, en el primer piso, cuando de pronto pasó lo impensado: en un segundo la pared se desplomó como un cartón. Desapareció. Y me quedé mirando la calle, desesperada porque mis dos hijas estaban durmiendo en la planta baja.” Con las voz entrecortada, Graciela Rodríguez de Bonani buscaba las palabras justas para relatar aquello que bien pudo ser una tragedia: ayer, a las 6.20, la medianera de su casa, lindera con una obra en construcción en la avenida Pedro Goyena y Thorne, en Caballito, se derrumbó por completo. En el accidente, que el gobierno porteño atribuye a irregularidades en la excavación y a la acción de la lluvia, hubo tres heridos: Carlos Bonani (el dueño de la casa), con golpes cortantes en la cabeza; el sereno que custodiaba la obra, con lesiones similares, y uno de los obreros, que sufrió una fractura en la tibia derecha. El hecho, que es el cuarto que ocurre en la Capital en las últimas tres semanas, preocupó a los vecinos y convocó a Defensa Civil, a los Bomberos, la Policía Federal y a personal de la Guardia de Auxilio, que rescataron a las personas lastimadas y demolieron los restos de cimientos que estaban desprendidos. Además, ayer se le abrió una causa por estrago culposo al arquitecto Roberto Oscar Alegre -figura como responsable de la obra-, y hoy deberá declarar ante la Justicia. La familia Bonani aseguró que ya había realizado denuncias sobre los peligros que significaba la excavación que terminó con su vivienda: dijeron que el sábado habían pedido la presencia de Defensa Civil en el lugar porque había “muchas grietas en la pared”, y que con las lluvias también se filtraba agua. “Pero nos aseguraron que estaba todo en orden”, según explicó Graciela Rodríguez. En el Ministerio de Gobierno lo desmintieron: aseguraron que hace diez días se recibió una denuncia telefónica al número de Emergencias (103) y que se concurrió a la casa en cuestión sin detectar problemas. El hecho es que ayer la medianera que lindaba con la obra, de 30 metros de profundidad por 15 m de altura, se desplomó. Una irregular excavación de casi cinco metros en la obra contigua, que lleva adelante la empresa Credil para edificar allí una torre de 12 pisos, no cumplía con los las exigencias de seguridad. Según el gobierno, inspectores de la Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro (Dgfoc) inspeccionaron la obra e intimaron anteayer al arquitecto Alegre para que en 48 horas resolviera las deficiencias que presentaba la excavación. “Inspectores de la Degefoc detectaron en la obra en construcción de Pedro Goyena 1654 tareas de excavación con deficiencias constructivas y técnicas. El Código de Edificación y el Código de Planeamiento determinan que el responsable civil y penal de la obra es el profesional matriculado”, explicó Federico Peña, subsecretario de Control Comunal.
Cómo fue el derrumbe
Cimiento Plano de tosca Fuerza de acción
rio
to Av. Direc
Fuerza de reacción
Una manzana de Buenos Aires
2 Cómo se derrumbó La tierra en la que se apoyaba el cimiento se escurrió
En una manzana los edificios se mantienen estructuralmente solidarios y mutuamente protegidos
La medianera perdió su plano de apoyo y cayó
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Cuando un edificio se demuele, los edificios aledaños se resienten Pierden sustentación Sus medianeras quedan a la intemperie
El material que unía los ladrillos fue deteriorándose por la antigüedad y la intemperie
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Heridos
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4 metros de excavación
LA NACION
Claves para tener en cuenta –¿Quién autoriza la construcción de una obra en la Capital? –La Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro (Dgfoc) del gobierno porteño otorga el permiso para comenzar una construcción en la ciudad. –¿Cuáles son las principales exigencias que se requiere a una constructora al iniciar una obra? –Certificados de corte de energía eléctrica y de gas; de medidas perimetrales; de usos conforme a las exigencias; de encomienda de tareas por el Consejo Profesional que corresponda; la boleta de pago de derecho de construcción, y estudios de suelo si se construirán edificios de más de cuatro pisos, entre otros requerimientos. –¿Quién es el responsable de lo que allí suceda? –A partir del otorgamiento del permiso por parte del Estado, el Código de Planeamiento Urbano de la ciudad establece que el profesional matriculado (el arquitecto) es el responsable civil y penal de la obra.
FOTOS DE MIGUEL ACEVEDO RIU
Operarios del gobierno demolieron restos de pared de la casa desmoronada
do, más allá de que ayer se envió la ratificación a su domicilio. “Directivos y personal técnico están evaluando el problema y es un tema complejo. Si se comprueba que nosotros tenemos alguna responsabilidad, nos haremos cargo de lo que corresponda. La lluvia pudo haber tenido mucho que ver”, aseguró a LA NACION Luciano Testoni, gerente administrativo de la empresa Credil, a cargo de la construcción del edificio, que está radicada en La Plata desde hace 14 años. En tanto, la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura porteña, presidida por el macrista Alvaro González, citó para el martes próximo al subsecretario de Control Comunal, Federico Peña, y al director general adjunto de Fiscalización de Obras y Catastro, Santiago Salva, porque “quedó en evidencia la falta de control en la ciudad”, según dijo González. La familia Bonani se mudó a otra casa de su propiedad. “El gobierno le ayudó en el traslado de los bienes más valiosos y también de cuatro perros (uno con epilepsia) y un conejo enjaulado, que tenían allí. Ahora se verá cómo se sigue”, dijo a LA NACION Patricia Malanca, directora del Sistema Social Ayuda Inmediata. Ayer, bajo una copiosa lluvia matinal, la destruida casa de los Bonani, en Caballito, fue la atención de los vecinos, asombrados porque, desde la calle, se advertía cada detalle de la las habitaciones; los cuadros colgados en la pared, la ropa sobre la cama y el baño. Cualquier similitud con un show-room de las megaconstrucciones es pura coincidencia.
Ana Bonani y sus cachorros, a salvo
Opinión
Cuando hay vidas en riesgo
–¿Puede el gobierno clausurar una obra porque no se ajusta a la normativa? –Sí, es el organismo facultado para ejecutar dicho control y las sanciones respectivas. En lo que va del año el gobierno asegura que clausuró 647 obras por presentar distintas irregularidades.
Por Daniel Silberfaden Para LA NACION Una de las primeras enseñanzas que reciben los estudiantes universitarios, como futuros profesionales de la arquitectura, es evitar que se cumpla la ley de la gravedad, es decir que las cosas se caigan. Evitar los derrumbes y fallas en la construcción está asociado directamente con procedimientos y técnicas que hacen al buen arte de construir y, fundamentalmente, al sentido común. La construcción y la tarea de arquitectos e ingenieros compromete patrimonios y personas y, por lo tanto, la formación universitaria que se recibe debe ser rigurosa en ese sentido. Una mala praxis tiene consecuencias muy graves y pone en riesgo la vida humana. La construcción en Buenos Aires tiene sistemas de control por parte del gobierno de la ciudad, que básicamente incluye presentaciones y registros de documentación de obra y cuatro peritajes, como mínimo, durante su construcción. Como sugerencia es importante que las autoridades auditen con un quinto peritaje, en la etapa inicial, durante la excavación, especialmente en aquellas que se sabe que tienen riesgos mayores a
–¿Cuál es la función, entonces, del gobierno porteño? –El Estado ejerce el control del desarrollo de la obra en dos instancias: para fiscalizar que se cumplan las medidas de seguridad y que la obra se ajuste a los procedimientos que establece el Código de Planeamiento Urbano. Hay cuatro instancias donde la Dgfoc inspecciona una obra: cuando se finaliza el hormigonado; cuando se termina la superficie total construida; cuando se miden los ambientes y las dimensiones de las paredes, y cuando se da por concluida.
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Traslada el SAME uno de los heridos en el derrumbe de Caballito
los usuales. El caso que se conoció ayer es claramente un ejemplo de riesgo, una excavación profunda con fincas vecinas antiguas y de cimientos de ladrillo. Un derrumbe, por suerte en este caso sin lamentar víctimas, es sin duda una noticia fuerte y que pone sobre la mesa la capacidad técnica de arquitectos e ingenieros e, incluso, los sistemas de control y fiscalización de las autoridades. No obstante estadísticamente
es bajo el porcentaje de siniestros con relación a la cantidad de obras en construcción que se levantan, y habla a la claras de la cantidad de profesionales que saben hacer su trabajo con responsabilidad. Construir sin fallas es posible, el riesgo existe y lo que se requiere es un profesional responsable y consciente de los riesgos que asume.
–¿Cuáles son las responsabilidades del arquitecto que encabeza la obra? –Que el edificio proyectado por él se mantenga en pie; si tiene a cargo la adjudicación de la obra, será responsable del ocultamiento de las propuestas o un eventual cohecho sobre ellas. También, por los daños y perjuicios como consecuencia de hechos que impliquen improvisaciones en obras, entre otras. –¿Qué sanción podría caer sobre el profesional que incurrió en el error? –Además de la responsabilidad civil y penal cuyo castigo determinará la Justicia, se le podrá suspender la matrícula por el término de 4 a 6 años.
El autor es presidente de la Sociedad Central Argentina de Arquitectos.
“Tenía una vida; devuélvanmela” Rubén Girardo hace 22 días que está sin techo y sin trabajo; reclama soluciones Por Adriana M. Riva De la Redacción de LA NACION “Tenía una vida. Lo único que pido es que me la devuelvan”, dice a LA NACION Rubén Girardo, de 48 años, visiblemente alterado, mientras fuma un cigarrillo detrás de otro. Sucede que el 6 de este mes, a las 3, Girardo, que es fabricante de calzados, trabajaba en el taller de su casa cuando oyó un ruido extraño. El grito de Gladys, su esposa, no tardó en llegar: “¡Pá, desapareció el patio! ¡Se está cayendo la pared!”. “El piso empezó a temblar. Alcancé a sacar a mis hijos en calzoncillos de sus camas, y ahí nomás se vino abajo la cocina”, recuerda el hombre.
Y cuenta que el día anterior el arquitecto que construye un edificio en el terreno lindero a la casa de Girardo, ante una queja de éste por una rajadura que había aparecido en una de las paredes de su vivienda, le había dicho: “Flaco, no te preocupes. Tu casa va a quedar mejor que nunca”. Hoy, a 22 días del derrumbe de gran parte de su hogar, situado en Castro Barros 1641, en Boedo, Girardo dice que nadie le da una respuesta. “Tengo un abogado, pero la causa no avanza. Por ahora, el arquitecto me dio algo de plata, pero eso no me sirve para nada”, cuenta, y agrega: “El día después del derrumbe se acercaron dos chicas del gobierno de la ciudad. Les dije que necesitaba pla-
ta para arreglar mi casa. Me dijeron que plata no me podían dar. Después de eso, nunca más volvieron”. Girardo cuenta que también intentó alquilar un departamento o una casa, pero que todas las inmobiliarias le pidieron entre seis meses y un año de alquiler por adelantado, por sumas mensuales de entre 900 y 1200 pesos, que él no podía pagar. Por eso, mientras espera alguna solución, el hombre se fue a vivir junto con su mujer, sus dos hijos y su madre, María, de 81 años, con quienes compartía su domicilio, a la casa de su hermano Claudio, que está unida a la suya por un pasadillo. “¿Sabés qué angustiante es levantarte y no saber dónde está cada cosa? Extraño mis costumbres. Extraño mis
fotos, mi colección de estampillas... Devuélvanme mi vida”, repite una y otra vez, mientras señala los escombros a los que quedó reducida su cocina. Es que Girardo nació, vivió y crió a sus hijos, Sebastián e Iván, en esa casa, donde, además, trabajaba en la confección de calzados. “Ahora estamos todo el día sin hacer nada, porque las máquinas del taller quedaron atrapadas en un cuarto. Y no hacer nada es muy desgastante”, dice Iván, de 22 años, que trabaja con su padre. Girardo, en tanto, por primera vez en sus 48 años de vida se dejó crecer la barba. “Siempre dije que hay que andar con la cara limpia. Pero ya no me interesa. Estoy perdiendo la cabeza”, dice.
SOLEDAD AZNAREZ
Rubén Girardo, entre los escombros de su casa, situada en Boedo