Polémica por un libro que promueve una dieta para mejorar la fertilidad

19 dic. 2007 - exceda lo simbólico. En fin, podemos levantar el pulgar, pero este almanaque ya “fue”. Ahora, a trabajar para los próximos 525.600 minutos.
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Ciencia/Salud

Página 18/LA NACION

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Miércoles 19 de diciembre de 2007

Fue escrito por investigadores de Harvard

Viceversa

Polémica por un libro que promueve una dieta para mejorar la fertilidad Le cuestionan que sus conclusiones sólo son aplicables para un grupo reducido de mujeres Por Tara Parker-Pope De The New York Times NUEVA YORK.– ¿Cambiar su dieta puede mejorar sus chances de quedar embarazada? La dieta de la fertilidad, un nuevo libro escrito por reconocidos investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard, sugiere que es posible. Entre otras cosas, propone que comer helado y reducir el consumo de carne puede ayudar a elevar su fertilidad. El problema es que buena parte de la investigación que respalda a este libro no responde a todas las expectativas generadas por su promoción. La dieta de la fertilidad no es el primero en promover cambios nutricionales como forma de incrementar la posibilidad de lograr un embarazo; una búsqueda online puede dar como resultado numerosos títulos, como La dieta de la infertilidad y Alimentos de la fertilidad, entre otros. Esencialmente, sus recomendaciones son: una dieta cardiosaludable, con mucha fruta y verdura, poca carne y carbohidratos, muchas grasas saludables y poco o nada de grasas trans. Mientras que los mensajes son similares, la gran diferencia es que este nuevo libro proviene de Harvard. En consecuencia, ha generado un envidiable ruido a su alrededor. Incluso la revista Newsweek le ha dedicado la portada del 10 de diciembre. La noción de que algo tan simple como comer mejor podría mejorar la fertilidad de seguro alimentará las esperanzas de decenas de miles de parejas. Pero, desafortunadamente, los hallazgos que se encuentran en este libro no se aplican a la vasta mayoría de las personas con problemas de fertilidad. De hecho, se basan en mujeres con ovulación irregular, una condición que afecta a menos de un tercio de las mujeres con problemas de fertilidad. Y aunque nunca es malo mejorar la alimentación, no existen evidencias definitivas de que modificar la dieta como lo sugiere el libro aumentará las posibilidades que tiene una mujer de quedar embarazada.

Cuestión de marketing “Es marketing”, aseguró la doctora Jamie A. Grifo, investigadora experta en fertilidad y directora del Centro de Fertilidad de la Universidad de Nueva York. “Existe un límite en las conclusiones que

THE NEW YORK TIMES

se pueden obtener de la forma en la que se realizó el estudio”, agregó la especialista. Los resultados sobre fertilidad obtenidos en el Estudio de Salud de las Enfermeras surgieron de más de 18.000 mujeres que durante 8 años trataban de quedar embarazadas. Pero aunque eso parece mucho tiempo, sólo 400 de esas mujeres recibieron un diagnóstico de infertilidad causada por ovulación irregular. Muchas de las relaciones entre la nutrición y la fertilidad que se describen en el libro surgen de una cantidad de mujeres relativamente pequeña. Es importante destacar que mientras el estudio demostró asociaciones sólidas entre ciertos hábitos y la fertilidad, eso no demostró que la alimentación de las mujeres fuera lo que determinara las diferencias. Por otra parte, eran las propias mujeres las que describían sus hábitos alimentarios y sólo cada tantos años. Las críticas afirman

que la mayoría de las personas no puede recordar lo que comió la noche anterior, menos lo que ingirió en los últimos años.

Con respaldo científico Dos de las recomendaciones de La dieta de la fertilidad cuentan con respaldo científico relativamente sólido. En una mujer con ovulación irregular, lograr un peso saludable y tomar un refuerzo multivitamínico con ácido fólico puede mejorar sus probabilidades de quedar embarazada. Está demostrado que tener sobrepeso o bajo peso inhibe la ovulación porque ambas condiciones alteran los niveles hormonales naturales de una mujer. En uno de los principales estudios sobre los efectos de las vitaminas y el ácido fólico para reducir la incidencia de los defectos del tubo neural en los bebes, sus autores observaron una tendencia inesperada. Las mujeres que tomaban vitaminas

no sólo eran más propensas a concebir un bebe, sino también eran más propensas a tener gemelos. Las recomendaciones alimentarias saludables para el corazón en La dieta de la fertilidad alterarían la ovulación porque modifican los niveles de insulina. A su vez, esos niveles pueden afectar la función de la proteína que liga las hormonas sexuales, la globulina, que puede influir en la cantidad de andrógeno libre en el cuerpo de una mujer. Demasiada cantidad puede inhibir la ovulación. Pero lo más importante es que el Estudio de las Enfermeras halló relación entre la fertilidad y ciertas conductas alimentarias, pero no analizó si adoptar nuevos hábitos alimentarios haría alguna diferencia. El doctor Walter C. Willett, investigador de Harvard especializado en nutrición y coautor del libro, reconoce los límites de los datos, pero considera que es “altamente probable” que la dieta ayude a algunas mujeres, dada la información disponible sobre la influencia de la alimentación sobre otras funciones orgánicas, como la presión. “Los principios subyacentes son compatibles con la buena salud y la prevención de algunas complicaciones del embarazo –dijo–. De todos modos, es una buena estrategia alimentaria. Claramente, es un enfoque más seguro y simple para mejorar la fertilidad que comenzar directamente con un intenso tratamiento farmacológico.” La recomendación más débil en La dieta de la fertilidad es la idea de que comer helado y productos lácteos enteros aumentará la fertilidad. Hasta los autores señalan en el libro que sería una “exageración” decir que existen “algunos” estudios sobre el tema. A su favor, los autores indican más adelante que la investigación tiene límites y que la dieta propuesta no garantiza un embarazo. El doctor Jorge E. Chavarro, autor principal, dijo que había sido un desafío equilibrar las limitaciones de los estudios científicos y las exigencias comerciales editoriales. Hasta el título simple del libro, agregó, contradice la complejidad de los resultados. “Lo describiría como un patrón alimentario que aparentemente mejora la fertilidad, pero eso no coincide con la lectura –dijo–. Esta no es una cura para la fertilidad. Fuimos muy cuidadosos al explicar lo que pensamos que estos cambios alimentarios pueden hacer y qué no pueden hacer.”

Los próximos 525.600 minutos Permítanme un cliché: los años se escurren cada vez más rápido. No sé si es un efecto adverso de la edad que padecemos los que ya dejamos atrás los “titantos” –pido disculpas, pero ¡estoy escribiendo esto en el día de mi cumpleaños!– o es consecuencia de la aceleración que nos imprime este mundo mediático ultrainterconec- Por Nora Bär tado, en el que las noticias se multiplican y las horas se tornan cada vez más evanescentes. Falta poco más de una semana para que 2007 pase a la historia y es inevitable que nos pongamos en “modo contable”: ¿qué balance nos deja esta nueva vuelta alrededor del Sol? Al menos para los observadores de la actividad científica, el último fue un buen año. Lentamente, el aumento del presupuesto asignado a la investigación, los programas de promoción de la innovación, el ingreso de miles de nuevos investigadores en el Conicet, entre otras medidas relevantes, están empezando a verse reflejados en los hechos, aunque hay que seguir avanzando. La percepción espontánea indica que la productividad está en crecimiento, no sólo en cantidad, sino en calidad. Las publicaciones en revistas “de alto impacto” (como suele llamarse a las de mayor influencia en el mundo científico global), que hace unos años eran una rareza, son cada vez más frecuentes. En los últimos doce meses hubo trabajos de científicos argentinos en revistas como Cell, Science, Proceedings of the National Academy of Science (varios), Neuron y Nature, por citar sólo algunas. Por primera vez en décadas, este año también se aprobó la construcción de un nuevo edificio para el Instituto de Fisiología, Biología y Neurociencias, en la Ciudad Universitaria, y de un ambicioso polo científico que albergará tres institutos, un auditorio y un museo interactivo de ciencias en el terreno que ocupaban las Bodegas Giol. Se formó un centro virtual de nanotecnología, que integra el trabajo de un centenar de investigadores de Bariloche, Buenos Aires y La Plata, y el concurso Innovar dio a conocer un grupo importante de creaciones tecnológicas que requieren apoyo. La creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva fue un cierre inesperado e importante, del que todos esperamos que exceda lo simbólico. En fin, podemos levantar el pulgar, pero este almanaque ya “fue”. Ahora, a trabajar para los próximos 525.600 minutos...

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■ La Asociación Civil Ciencia Hoy y el Instituto de Astronomía y Física del Espacio invitan el 20 de este mes, a las 18.30, a la entrega de premios a los ganadores del concurso literario juvenil “La Ciencia en los cuentos 2007” y a la III Conferencia de Navidad del Centro Cultural Borges, a cargo del doctor Juan Martín Maldacena.

■ La Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (Lalcec) ha puesto a disposición del público su calendario 2008, para recaudar fondos destinados a la prevención y detección precoz del cáncer. Puede adquirirse mediante un bono contribución en todas las representaciones de Lalcec del país. Informes: (011) 4832-4800.