espectáculos | 3
| Domingo 13 De julio De 2014
Pequeña estrella de un circo gigante cirque du soleil. Valentyna Pahlevanyan
vuela en el número más aplaudido de Corteo Alejandro Cruz LA nACiOn
Es el mejor número de Corteo. Ella, Valentyna Pahlevanyan, entra a escena. Sus pies están apoyados en la mano de uno de los actores. Su humanidad de 48 centímetros de altura es sostenida por cinco enormes globos de helio. Vuela. Se va desplazando lentamente por el aire hasta terminar arriba de las cabezas de los espectadores. Y son ellos, cuando la gravedad impone su ley, los que dan el empujón para que vuelva a tomar altura. Mientras esto sucede, ella mueve las manos como si fueran alas. Así da la vuelta a esa gran platea circular de la carpa del Cirque du Soleil. ¿Será su momento de revancha? ¿La revancha de observar el mundo desde arriba? ¿La revancha de no tener que subir la mirada cuando habla con otro? Ella escucha estas interpretaciones y se ríe sin decir mucho. Deja las preguntas, quizás, volando. Cuando Daniele Finzi Pasca, el director de Corteo, le contó la escena, a ella le encantó ese juego que realiza desde hace diez años, cuando se estrenó la obra en Montreal. “Cuando estoy arriba, estoy concentrada en la persona que está lista para darme el empujoncito necesario para seguir en el aire. Recién cuando veo que está todo bien, empiezo a buscar niños o gente que esté pendiente del encuentro. Es, en cierto sentido, mi modo de comunicarme con la platea, de hablar con ella”, apunta. Cuando Valentyna está en el aire, no tiene ningún mecanismo de
seguridad. Depende de los globos y del impulso de los mismos espectadores. En verdad, se trata de un juego de reglas simples. Simples y mágicas. Mucho antes de comenzar el show los técnicos del Cirque nivelan la cantidad de helio de los globos en función de una pesa que determina lo que ella pesa. Una variable que, en su caso, tiene mucho de constante. “Desde hace diez años mi peso no se modificó”, dice, con coquetería muy femenina. Ese fino equilibrio entre el peso de su cuerpo y el volumen de helio de los cinco globos debe estar ajustado a la perfección porque, ya en función, no hay posibilidad de modificar nada. Ella sabe, y saben todos en esta fábrica de ficción, que si los globos tienen mucho helio el efecto no se logra y que quedaría en las alturas de la carpa. Pero no. Eso no pasa. Cuando era niña, Valentyna soñaba con ser artista. A los 15 años, sus padres (maestro, él; obrera en una fabrica, ella) la llevaron a ver un espectáculo de circo. Allí, la señora que vendía las entradas se interesó en ella y organizó una cita con el director. Así fue como, a los 16 años, las cosas tomaron otros carriles. O, por lo menos, ese carril que la llevaría a convertirse en artista. En Moscú, había un grupo de circo de liliputenses llamado Compañía de las Pequeñas Estrellas. Ahí encontró su lugar en el mundo y recorrió parte del mundo gracias a ellos. Entre los otros 45 liliputenses estaba Grigor Pahlevanyan, otro artista del Cirque. Eso fue amor. Ese encuentro sucedió en 1981. Cinco años des-
mÚsica
cancelaciones
Plácido Domingo se unió al Mundial
Sin funciones por la final
A dos días de la final del Mundial de fútbol de Brasil, el tenor Plácido Domingo ofreció, luego de veinte años de ausencia, un recital en Río de Janeiro, según informa la agencia EFE. El cantante no quiso brillar solo e invitó al escenario a algunos talentos de la música local, como la cantante Paula Fernández. También lo acompañaron figuras de otras latitudes, como la soprano puertorriqueña Ana María Martínez, el director de orquesta norteamericano Eugene Kohn y el pianista chino Lang Lang.ß
Teniendo en cuenta los posibles festejos que se derivarían de un triunfo de la selección argentina en la final del Mundial de Brasil, las salas del circuito comercial en Buenos Aires suspendieron sus funciones de hoy por la noche. Lo mismo ocurrirá con la del Cirque du Soleil. En este último caso, quienes tenían entradas podrán canjearlas por nuevas en otras fechas o pedir la devolución del dinero. También en Córdoba y Mendoza se suspenderán funciones en varios espectáculos.ß
Pahlevanyan comenzó su carrera en Moscú
santiago filipuzzi
pués, se casaron. Ella, ahora tiene 51; él, 53. Grigor no se separa de Valentyna (o al revés, poco importa). Por eso, durante la nota, se sienta a su lado. “Yo conocí esa compañía en Armenia, mi país, cuando estaba en la escuela. Quise trabajar con ellos, pero no me dejaron porque tenía 13 años, era muy chico. Cuando volvió la compañía, ya a mis 17, me sumé”, cuenta. Grigor nació en Gumre, un pueblito armenio. Valentyna nació en otro pequeño pueblito, pero ucraniano. Cuando estaban en la Compañía de las Pequeñas Estrellas, una verdadera familia, ella le dijo a su esposo: “A todo el mundo le gustan los números con animales”. Así fue como se convirtieron en domadores de gatos (sí, gatos). Gatos comunes que ellos transformaban en una suerte de feroces tigres o rápidas panteras. También es cierto que cuidar a los ocho gatos que tenían era más fácil y más económico que cuidar y alimentar a seres más feroces. Ahora los extrañan. Debe ser por eso que el director de Corteo pidió al realizador del enorme telón que aparece varias veces que dibuje dos gatos como cita interna de aquellos momentos vividos por estos dos seres pequeños en tierras tan lejanas a Buenos Aires. Hace ya diez años que, de aquella compañía compuesta por otros 45 artistas liliputienses, pasaron a formar parte del Cirque. “Cuando llegamos acá, nos pareció un poco raro esto de trabajar en una compañía de circo que no tiene animales. Ahora nos parece bien porque los animales deben vivir en la naturaleza. Y en el circo, por más que los cuides, siempre están ocupados entrenándose o haciendo función. ni tienen tiempo libre…” Ellos tampoco tienen mucho tiempo libre. En vacaciones, visitan a sus familias en Armenia y en Odessa. También tienen su casa. Seguramente, deben de tener gatos. Y ella, cuando trabaja, vuela (así de simple).ß