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POLITICA
I
Jueves 4 de diciembre de 2008
VIOLENCIA GREMIAL Y PELEA A LOS TIROS EN ROSARIO
Otro muerto en una gresca sindical EL ANALISIS
Continuación de la Pág. 1, Col. 1 tos, y destacó que por los incidentes registrados pasadas las 13, sólo se tenía conocimiento de una víctima fatal. Durante varias horas se creía que los muertos eran dos. La columna que llegó desde Buenos Aires tenía al menos 150 integrantes, algo menos que los manifestantes del gremio local. Víctor Vega, titular de Atilra Rosario, consideró que los incidentes fueron generados por “fuerzas de choque” enviadas desde la Capital Federal. Las fuentes gremiales consultadas por LA NACION coinciden en que los violentos incidentes se enmarcan en la fuerte disputa sindical que mantiene la conducción nacional de Atilra con su filial rosarina. Ese conflicto entre el gremio nacional, que conduce Héctor Ponce, y Atilra Rosario viene desde hace 15 años, señalan en el ámbito sindical. El último episodio de violencia se había registrado el año pasado cuando Atilra Rosario mantuvo aislada la distribuidora de Mastellone por un conflicto con los repositores. “Otra vez un grupo mayoritario encabezado por el gremio a nivel nacional vuelve a patotear a los trabajadores. Acá vinieron con palos, cadenas y armas a pegarles a los trabajadores en una actitud totalmente cobarde. Esa es la forma que quiere llevar adelante el sindicalismo, pero esto no tiene más lugar; tienen que aprender a respetar la libre elección de los representantes de los trabajadores”, señaló Vega en su primer contacto con la prensa rosarina. El secretario adjunto de Atilra Rosario, Ariel Chávez, aseguró: “Sabíamos que esto iba a pasar. Lo denunciamos ayer ante las dependencias de Seguridad Pública y hasta en la seccional más cercana al gremio, y sin embargo nadie hizo nada”. Chávez mismo aseguró que la víctima fatal “murió en un enfrentamiento a tres cuadras del gremio [en la intersección de las calles Cafferatta y Rioja], y algunos dicen que en la pelea había integrantes de la barra brava de Rosario Central”. El ministro de Seguridad de la provincia, Daniel Cuenca, reconoció que su cartera fue advertida sobre la posibilidad de incidentes. No obstante dijo haberse “sorprendido por la magnitud” de la violencia. “Tal vez sea necesario evaluar los protocolos de acción policial”, señaló Cuenca en una conferencia de prensa. El jefe de la Unidad Regional II (Rosario) de Policía, Osvaldo Toledo, defendió la postura de sus subordinados en los incidentes y reconoció que “hubiera sido peor el resultado si intervenía la policía, por las reacciones que genera” la represión en situaciones así. Toledo confirmó que hubo 15 personas detenidas –todas ellas con heridas–, 2 heridos de arma de fuego en estado de gravedad, un herido leve y un fallecido. En Rosario, la tensión continuaba anoche: a las 20, dirigentes de la CTA Rosario y otras organizaciones sociales concurrieron a Atilra para repudiar lo ocurrido.
Impunidad y protección política Continuación de la Pág. 1, Col. 4
FOTOS GENTILEZA DIARIO LA CAPITAL Y TELAM
Los sindicalistas incendiaron un automóvil en medio de los serios incidentes, ayer, en Rosario, que dejaron un muerto y varios heridos graves
Salpicados de sangre
Uno de los heridos es atendido, mientras otro sindicalista yace muerto en la vereda
Después de los enfrentamientos, siguió la tensión
Violencia pura
Tomada expresó su condena El Ministerio de Trabajo condenó ayer la violencia en Rosario y expresó su “pesar por las víctimas” de un acto que “no se condice con la trayectoria del movimiento sindical argentino”. Añadió que el ministro Carlos Tomada “conoce la pasión que puede despertar la militancia sindical”, pero nada “justifica transitar estos caminos” de violencia.
17 de octubre de 2006
27 de noviembre de 2007
29 de marzo de 2008
20 de noviembre de 2008
A los tiros por Perón
El tesorero de Moyano
Caos en Ensenada
Durante el traslado de los restos del general a San Vicente, chocaron camioneros (entre ellos “Madonna” Quiroz) y militantes de la Uocra.
Abel Beroiz, jefe de los camioneros de Santa Fe, fue asesinado en un garaje de Rosario. Por el crimen hay dos sindicalistas detenidos.
Unos 300 militantes de la Uocra-La Plata ocuparon una obra municipal en Ensenada, se enfrentaron con la policía y tomaron la destilería de YPF.
Muerte en el far west
Temor y desconcierto entre los vecinos
Protagonistas
“Parece Kosovo”, dijeron; acusan a la policía PABLO ANDRES CASAZZA PARA LA NACION
ROSARIO. La fisonomía del apacible barrio Echesortu, de esta ciudad, cambió rotundamente. La postal que se observa es tremenda: piedras, vidrios rotos y hierros esparcidos, durante metros y metros. Hay autos con vidrios rotos o totalmente incendiados e impactos de bala en las propiedades. “Parece Kosovo”, dice Luis, uno de los pocos vecinos que acceden a hablar con LA NACIÓN. Todavía no sale del asombro por la magnitud de lo sucedido, aunque afirma preocupado “que esto va a seguir pasando” y no ahorra críticas al gobierno nacional. Vivió realmente momentos de tensión y afirma: “Para mí estaba todo calculado. Pasaban con armas, gomeras, piedras, garrotes. Se los veía con saña, fue una guerra”, aseguró. En tanto, varios concejales y di-
por gobiernos de las más diversas inclinaciones ideológicas, ya sean militares o civiles, peronistas de derecha, neoliberales o “progresistas”, han dado vida y alimentado un cuerpo que ya parece indestructible. La realidad muestra que para acceder a la conducción de un sindicato hay que sortear más exigencias que para llegar a la presidencia de la Nación si no se cuenta con la bendición de quien posee el poder de turno. Un poder que hasta es capaz de poner al frente de un gremio a quien no se haya desempeñado jamás o sólo algunos meses en la actividad que representará, e impedirle el acceso a golpes o chicanas administrativas y judiciales a un trabajador que acredita una larga trayectoria en el sector. Desde Lorenzo Miguel hasta Luis Barrionuevo sobran los ejemplos. No es difícil entonces entender por qué pueden llegar a matar algunos sindicalistas en estos tiempos. No es por ideología. Tampoco por pasión política. Sólo es una cuestión de poder y el poder en este ámbito se vincula, casi siempre, con el dinero. Los gremios manejan cientos de millones de pesos. Demasiado dinero que permite tener una vida muy confortable, como de la que disfrutan, impúdicamente, muchos de los dirigentes más conspicuos, pero no sus representados, y, también, dinero para hacer política y seguir alimentando su poder. No es casual que en la mayoría de las mortales disputas sindicales de los últimos tiempos hayan estado involucrados barrabravas de equipos de fútbol. Las peleas internas en este ámbito se desatan por causas demasiado parecidas a las sindicales y no es precisamente por el amor a una camiseta.
putados provinciales de diversos partidos políticos, algunos aliados al gobierno socialista de Hermes Binner, llegaron al lugar para interiorizarse de la situación. A la vez, distintas agrupaciones políticas de izquierda estuvieron presentes apoyando a los sindicalistas locales. Un vecino que no quiso dar su nombre confió su indignación por la acción de la policía. “Escuché desde dentro de mi casa a un policía que hablaba por handy, por el que le decían que no actuara. Incluso se pusieron a hablar sobre si había elecciones en el club Newell’s.” Hacia las 17, la jueza María Luisa Pérez Vara, que antes había allanado la sede de Atilra, llegó escoltada por un escuadrón de la policía provincial al lugar donde estaba el cuerpo del sindicalista asesinado. Para esa hora, el vendaval de los grupos gremiales ya había pasado y la calma volvía al barrio rosarino, aunque los vecinos no se olvidaban de los momentos de terror que habían vivido.
El delegado de la Uocra Ariel Quiroga murió en 25 de Mayo, La Pampa, en una batalla campal con militantes del gremio petrolero.
Los alrededores de Hugo Moyano han quedado indisimulablemente salpicados por sangre, violencia y muerte en los últimos años. La batalla a tiros protagonizada por sus huestes en el traslado de los restos de Perón y el asesinato del tesorero del gremio, en la misma ciudad donde ayer otros aliados suyos, del sindicato de los lecheros, mataron a un militante rival, son los hitos de esa saga. En este mismo tiempo, Moyano logró construir un poder casi sin precedente y les arrebató afiliados a otros gremios mediante el apriete, la extorsión o el sugestivo convencimiento a rivales suyos y, sobre todo, autoridades gubernamentales. Hace 13 días el líder cegetista reasumió por enésima vez al frente de su gremio y a la celebración asistió Néstor Kirchner, el hombre que marca las políticas y la orientación del Gobierno que, formalmente, conduce su esposa. Ni el ex presidente ni la Presidenta condenaron nunca públicamente ninguna de las acciones de Moyano y sus seguidores, ni siquiera las que en algunas ocasiones han afectado o complicado a su Gobierno. No parece difícil comprender, entonces, por qué la violencia sigue siendo la vía por la que se dirimen las disputas por el poder sindical y por qué parece casi imposible imaginar que algo cambie. Aunque la Corte dicte fallos que traten de transparentar y democratizar ese poder.
Una vieja disputa de poder en el núcleo del gremio lechero La seccional Rosario de Atilra siempre resistió a la conducción nacional
HECTOR PONCE
LUIS LAUGE
SECRETARIO GENERAL DE ATILRA
LA NACION
Conduce el gremio nacional de trabajadores de la industria láctea y está enrolado en la CGT que lidera el camionero Hugo Moyano.
VICTOR VEGA JEFE DE ATILRA-ROSARIO
Está distanciado de la conducción nacional, se declara “independiente” y en Santa Fe se lo considera cercano a la CTA.
Una vez más, los incidentes ocurridos en Rosario entre sindicalistas de la industria lechera (Atilra) fueron producto de una vieja disputa de poder entre el gremio a nivel nacional (que responde a la CGT) y la seccional Rosario, más autónoma y díscola. En este caso, según dijo su secretario general, Víctor Vega, “la lucha es contra un estilo autoritario de conducción”, en clara referencia al líder nacional Héctor Ponce. Sin embargo, a la hora de las disputas y de las venganzas, ninguno de los sectores deja de usar la violencia. Los golpes que recibieron delegados de Atilra Rosario, que se reunieron el último 27 frente a la empresa Sancor, por parte de 300 sindicalistas pertenecientes a Ponce (más la ayuda de otros gremios de la CGT) no quedaron impunes ayer. A pesar de lo dicho por Vega, según supo LA NACION, los militantes de Ati-
lra Rosario realizaron ayer un acto de desagravio frente a la sede del gremio, pero con la certeza de que volverían las patotas. De los dos lados hubo palos, cadenas y, por supuesto, armas. “Fue una lucha por el poder interno y la caja”, dijo con seguridad un industrial, conocedor de la disputa entre ambas organizaciones. El gremio de los trabajadores de la industria lechera es el mejor pago de la industria de la alimentación (consiguió subas del 200% desde la salida de la convertibilidad), y lo que está en juego hoy es el manejo de los fondos. Los sindicatos de Rosario y Córdoba siempre discutieron la autoridad de la conducción nacional del gremio. Esta vez lo demostró Rosario, desde donde no se dicen alineados en la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), rival de la CGT. En la CTA sólo ven con simpatía a los lecheros de Rosario. Nada más. Vega aclaró a LA NACION: “La pelea no es por pertenecer a una u otra
central, sino que no se tolera (la conducción nacional) que en Rosario decidamos los temas por asamblea y democráticamente”. Ponce no respondió a LA NACION y se reservó el descargo para la conferencia de prensa que dará hoy. Vega no quiere conjeturar que haya estado el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, detrás de los incidentes. “Ponce vino por nosotros y no lo vamos a dejar.” Los camioneros desmienten cualquier injerencia: “Siempre dicen pavadas”, dijeron. El fallo de la Corte que igualó la representación de los delegados gremiales no sería para Vega el motivo que desató la tragedia. “Aceptamos que la personería gremial la tenga Atilra. Igual tenemos independencia”, se jactó Vega. ¿Finge o es sincero?
Video. Los violentos incidentes en Rosario (TN) www.lanacion.com.ar