Modelo Educativo - La Udla

global del Ecuador. Nuestra misión primordial es ofrecer una educación de calidad para un mundo cambiante y altamente necesitado de valores sólidos.
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MODELO EDUCATIVO

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Índice 1. PRESENTACIÓN

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2. CONTEXTO

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2.1. Las reformas de la educación y los retos del siglo XXI 2.2. Las realidades regionales y su desarrollo 2.3. Desafíos y oportunidades de la educación ecuatoriana 2.4. UDLA: respuesta a los retos globales, regionales y nacionales.

3. MODELO EDUCATIVO POR COMPETENCIAS CON ENFOQUE CONSTRUCTIVISTA 3.1. Misión 3.2. Visión 3.3. Valores institucionales 3.4. Modelo pedagógico 3.5. Pilares educativos de la UDLA 3.5.1. Investigación 3.5.2. Vínculo con la sociedad 3.5.2.1. Responsabilidad social 3.5.3. Desarrollo del talento humano-docencia 3.6. Gestión educativa en la UDLA 3.7. Relación docente-estudiante 3.7.1. Perfil del docente 3.7.2. Perfil de salida del estudiante 3.8. Conocimiento y aprendizaje 3.8.1. Planificación con base en los logros del aprendizaje 3.8.2. Metodologías 3.8.3. Evaluación 3.9. Sistema de calidad educativa: seguimiento de la implementación y de los logros del modelo educativo 3.9.1. Evaluación del docente

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4. REFERENCIAS

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5. BIBLIOGRAFÍA

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1. Presentación Al cabo de casi dos décadas de infatigable actividad desplegada por la comunidad universitaria, la Universidad de Las Américas se proyecta como una de las instituciones de educación superior más innovadoras del país y como la primera universidad global del Ecuador. Nuestra misión primordial es ofrecer una educación de calidad para un mundo cambiante y altamente necesitado de valores sólidos. La UDLA forma parte de Laureate International Universities, la red de educación superior más grande del mundo, que agrupa a prestigiosas instituciones educativas para ofrecer a todos sus estudiantes programas académicos afines y complementarios, una Bolsa de Trabajo Internacional, programas de intercambio, cursos de postgrado, mejores prácticas académicas y una infinidad de recursos compartidos. La Universidad de Las Américas ha venido desplegando un importante esfuerzo para desarrollar un modelo educativo de calidad acorde con su Misión, su Visión y sus Valores institucionales. En estos años de trabajo se han integrado nuevas prácticas formativas de planificación, de metodologías y de evaluación, a la luz de las experiencias propias y de los nuevos desafíos de la educación superior. Se ha privilegiado un modelo educativo por competencias con enfoque constructivista, que se organiza sobre la base del perfil de egreso de la UDLA y de las carreras. A su vez, este perfil se fortalece mediante los logros y los resultados del aprendizaje alcanzados durante la carrera universitaria, para luego desarrollarlos más en su vida profesional y personal. Este proceso de construcción está centrado en el estudiante y en el aprendizaje, con relación a los recursos didácticos (tecnológicos, analógicos, digitales, etc.) mediado por el docente-facilitador, y verificado por la evaluación permanente. Todo esto se ha realizado en un contexto de colaboración constructiva del conocimiento, dentro de un abordaje de planificación con base en los logros del aprendizaje, sin olvidar la investigación, la inter y transdisciplinariedad, y el compromiso social. La comunidad universitaria de la UDLA encontrará en este modelo los parámetros académicos básicos para guiar sus actividades, y estamos seguros de que, con el trabajo cotidiano, se seguirá enriqueciendo. Su fiel compromiso con él, y con todo lo que representa, es fundamental para nuestro éxito a largo plazo.

Carlos Larreátegui Rector

2. Contexto 2.1. Las reformas de la educación y los retos del siglo XXI A nivel internacional ocurren cambios de gran magnitud en el ámbito humano, científico y económico, que inciden en la educación superior y que involucran a nuevos colectivos socio–culturales. Por ende, la universidad en el siglo XXI necesita revisar su paradigma educativo, para asumir las responsabilidades que requiere la sociedad basada en el conocimiento y en la innovación. Esto implica reformas en la organización institucional y académica que respondan con pertinencia a las necesidades de los países y del mundo. Asimismo, surge el reto de democratizar el conocimiento con la calidad educativa requerida, para fomentar la inclusión de nuevos sectores y actores sociales que históricamente no accedían a la educación superior. En este contexto, las universidades ya no pueden limitarse a transmitir conocimientos estáticos y rígidos a grupos específicos de corporaciones e industrias. Deben cooperar en el trabajo más allá de su seno académico, con el fin de construir saberes y propuestas innovadoras que ofrezcan soluciones reales a los diversos contextos sociales, culturales y económicos. La gestión del conocimiento necesita ser dinámica, de carácter intertransdisciplinar, con currículos flexibles en ambientes de aprendizaje que fomenten su aplicación y su reflexión de manera colaborativa e integral. Para ello, es necesario desarrollar las funciones sustantivas de la universidad mediante redes locales e internacionales, para generar programas de investigación de impacto (Gibbons, 1998). En su tratado, Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, Morin (1999, pp.13 -15) plantea: “El conocimiento del mundo, en tanto que mundo, se vuelve una necesidad intelectual y vital al mismo tiempo. Es el problema universal para todo ciudadano del nuevo milenio: cómo lograr el acceso a la información sobre el mundo y cómo lograr la posibilidad de articularla y organizarla”; y agrega: (...) A este problema universal está enfrentada la educación del futuro porque hay una inadecuación cada vez más amplia, profunda y grave por un lado entre nuestros saberes desunidos, divididos, compartimentados y por el otro, realidades o problemas cada vez más polidisciplinarios, transversales, multidimensionales, transnacionales, globales, planetarios”. Además, el ámbito virtual con herramientas digitales y de multimedia, es indispensable para fomentar procesos educativos autónomos e interactivos, con los alcances deseados para una formación permanente a lo largo de la vida; y permite adaptarse a los cambios mediante el rediseño de las estructuras académicas para satisfacer las necesidades de aprendizaje y formativas de una población estudiantil heterogénea y de diversas edades, que trabaja, viaja, estudia a tiempo parcial en las noches o los fines de semana, o desde su casa. Estas transformaciones fomentan la sinergia entre las tecnologías de la información, de la comunicación y del aprendizaje; reducen algunas de las barreras de ubicación, costo, tiempo e idioma, que a menudo impedían el acceso o reingreso a la educación superior, y contribuyen a la reestructuración de la educación tradicional. Hay claras incidencias de estos cambios históricos en las instituciones de educación superior. Por su parte, la Unión Europea ha trabajado por más de una década en un marco de calidad compartido a través del proceso de Boloña. Este esfuerzo se dirige a fomentar diferentes sistemas nacionales de educación universitaria y de capacitación que brinden mayor acceso a una formación de alta calidad y a la posibilidad de movilidad de estudiantes y docentes dentro del Espacio Europeo de Educación Superior (EHEA), establecido en 2010, junto al Sistema de Transferencia de Créditos Europeo (ECTS). Esto responde, según Alejandro Tiana Ferrer (2010, p. 601) a “la necesidad de sistemas universitarios que se adapten a la sociedad del conocimiento y al llamado a adaptarse a un mundo globalizado.”

La búsqueda de la calidad de la educación superior y de su acreditación es el reto actual en todos los continentes. En Estados Unidos hay constantes iniciativas tales como la de la Association of American Colleges & Universities

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(AAC&U) (Asociación de Colegios y Universidades Americanas) y Lumina Foundation for Education (Fundación Lumina por la Educación), que enfrentan deprisa los cambios y sus efectos en la educación tradicional con mayores oportunidades de acceso y movilidad, mediante la definición de los objetivos del aprendizaje en áreas delimitadas. De ese modo, con la obtención de un título universitario, se avalan competencias similares entre carreras sobre la base de los perfiles profesionales. En conclusión, las universidades del siglo XXI buscan establecer vinculaciones diversas con su entorno, según su capacidad de dar respuesta a las necesidades de la creciente sociedad del conocimiento. 2.2. Las realidades regionales y su desarrollo La educación superior en América Latina está en continuo crecimiento; sus retos son numerosos y giran alrededor de la necesidad del desarrollo social, cultural y económico, en su vínculo con la generación y la transferencia del conocimiento y la tecnología. Esto implica la reforma de los sistemas educativos para fomentar la investigación científica y tecnológica que propicie el fortalecimiento de una sociedad basada en el conocimiento, en la equidad de una cultura de paz, de desarrollo humano sustentable y de identidad en un mundo globalizado. Para esto se requiere, entre otros factores, hacer énfasis en la educación permanente, en el empleo eficaz de las tecnologías, en la vinculación de las universidades con el contexto laboral y empresarial, y en la mayor inversión en el ámbito universitario para fortalecer el desarrollo del talento humano. Para cumplir con estos objetivos se requiere fortalecer la integración latinoamericana y desarrollar un alto nivel de sinergia entre la universidad, la sociedad y el Estado. A partir del análisis de esta realidad, el Programa Prospectiva Científica y Tecnológica del Convenio Andrés Bello, estableció en su informe de 2008, la necesidad de reformas estructurales de la organización del conocimiento en áreas prioritarias como medio ambiente, informática, agrícola y pecuaria, industria, salud y medicina, biotecnología y energía, ciencias sociales y educación. 2.3. Desafíos y oportunidades de la educación ecuatoriana La Constitución de 2008 establece: “la educación es un derecho de las personas a lo largo de su vida...”(Art.23); simultáneamente la erige como un instrumento esencial para el desarrollo del país y como “garantía de la igualdad e inclusión social y condición indispensable para el buen vivir” (Art.26), ya que “constituye un eje estratégico para el desarrollo nacional” (Art.27). Para lograr esta transformación de la sociedad, y garantizar los derechos de los estudiantes, el Plan nacional del Buen Vivir (2013) dispone que “el acceso universal a una educación de calidad es uno de los instrumentos más eficaces para la mejora sustentable en la calidad de vida de la población y la diversificación productiva.”(p.64), mediante el desarrollo de competencias y capacidades para crear y trabajar. A partir de este marco jurídico, el Plan de Acompañamiento del Reglamento del Régimen Académico (2014) establecido por el Consejo de Educación Superior, plantea los siguientes nodos críticos en este ámbito:

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Figura 1. Nodos críticos. Tomado de Consejo de Educación Superior (CES), 2014.

Por otra parte, la implementación de la gratuidad de la educación superior pública del tercer nivel ha impulsado el acceso de grupos minoritarios, y estimulado un crecimiento de la demanda aun mayor de lo previsto. Sin embargo, la inclusión masiva de estudiantes genera el reto de mantener la calidad sobre la base de la integralidad del sistema educativo, dado que los exámenes internacionales sugieren que los niveles de los resultados de aprendizaje de los estudiantes de secundaria en toda América Latina y, en particular, en el Ecuador, muestran deficiencias en la lectura, la escritura y en las habilidades matemáticas1. 2.4. UDLA: respuesta a los retos globales, regionales y nacionales. La UDLA forma parte de Laureate International Universities, la red de educación superior más grande del mundo, que agrupa a prestigiosas instituciones de educación superior en los Estados Unidos, México, Honduras, Costa Rica, Panamá, Perú, Chile, Brasil, España, Holanda, Francia, Suiza, Alemania, Reino Unido, Chipre, China, Australia, Malasia, entre otros países. Cada una de estas instituciones de educación superior responde con pertinencia a las necesidades del país al que pertenece, mediante proyectos de investigación requeridos por su 1

Los exámenes SER 2008 en escuelas primarias y secundarias demuestran que más del 50% de los estudiantes ecuatorianos tienen deficiencias en ambos niveles, y solo el 10% de los estudiantes se encuentran en una categoría alta; existe una gran disparidad entre estudiantes de Sierra y Costa, zonas urbanas y rurales, escuelas privadas y públicas. En los estudios Latinoamericanos PREAL/SERCE 2006, que abarcaron 17 países, los estudiantes ecuatorianos clasificaron en los puestos 12 al 16. En el estudio OECD/PISA 2009, la porción de estudiantes con los más bajos resultados es más alta para los países latinoamericanos que el promedio (7.2% vs. 1.1% en lectura; 35% vs. 8% en matemáticas). En diciembre de 2014, la Unesco entregará los resultados de TERCE, realizados en 2013.

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contexto, y currículos flexibles articulados por las mejores prácticas académicas de las universidades de la red, con el fin de garantizar la formación de competencias necesarias en el campo profesional y laboral. Por otro lado, los estudiantes participan y se benefician de programas integrales nacionales e internacionales, tanto de grado como de posgrado, mediante becas, e intercambios. Asimismo, los docentes pueden continuar con su formación y desarrollo profesional, mediante un aprendizaje intercultural, transdisciplinario y sin fronteras. En su desarrollo en el tiempo han existido varios hitos con diferentes directrices, que han marcado la historia de la UDLA. Aspectos relacionados con la academia, la investigación, la vinculación con la colectividad y el crecimiento de la infraestructura, han llevado a la UDLA a incrementar aceleradamente sus matrículas de estudiantes. Esta demanda real se debe a que las carreras y programas académicos que se ofrecen responden a las prioridades de desarrollo de la matriz productiva del país, y a los requerimientos del mercado laboral, mediante una formación integral y con valores sólidos.

3. Modelo Educativo por Competencias con enfoque Constructivista 3.1. Misión Formar personas competentes, emprendedoras, exitosas y con visión global, comprometidas con la sociedad basados en la excelencia y en nuestros valores. 3.2. Visión Crear un modelo de referencia para la educación superior ecuatoriana; construir una comunidad universitaria orgullosa y comprometida con el país, en busca de manera constante de la realización personal y profesional de sus miembros. 3.3. Valores institucionales Rigor académico: Entendido como la combinación de excelencia con exigencia. Es la búsqueda constante del conocimiento de punta, impartido y generado con las mejores prácticas conocidas, junto a elevados estándares de promoción académica para estudiantes, docentes e investigadores. Conducta ética: Entendida como la práctica permanente y la difusión de valores fundamentales, como la honestidad, la integridad y el rigor académico. Innovación: Concebida como la práctica y difusión de una actitud caracterizada por la búsqueda constante del conocimiento y por un espíritu de permanente observación, curiosidad, indagación y crítica de la realidad.

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Figura 2. Modelo educativo de la UDLA

3.4. Modelo pedagógico El modelo pedagógico de la Universidad de Las Américas se desprende fundamentalmente de la Misión, la Visión y los Valores institucionales. Parte de un enfoque centrado en el estudiante, y de los resultados de aprendizaje deseados (RdA) que se define como: “qué se espera que conozca, comprenda y / o sea capaz de demostrar una vez terminado el proceso de aprendizaje” (ECTS, 2005).Los resultados de aprendizaje permiten evidenciar la formación y desarrollo de las competencias requeridas para el perfil de salida, tanto de la carrera como de la UDLA, y que luego implementarán los estudiantes en su vida personal y profesional. Desde esta perspectiva, el docente planifica de manera inversa, es decir, que a partir de los objetivos planteados y de los resultados de aprendizaje, se organizan los contenidos, los mecanismos de evaluación y la gestión educativa.

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Figura 3.Planificación del proceso de enseñanza y de aprendizaje

El docente es un facilitador que genera ambientes de aprendizaje en los que se ofrecen oportunidades para que el estudiante explore, indague, investigue, experimente, discuta, analice y reflexione sobre los conceptos esenciales del área de conocimiento. Esto quiere decir que el docente verifica de manera permanente, con diversas estrategias metodológicas y mecanismos de evaluación y de retroalimentación, que el estudiante ha comprendido los conceptos fundamentales y puede aplicarlos en varios contextos, mediante diversos lenguajes (verbal, gráfico, corporal, tecnológico, etc.) de manera reflexiva y fundamentada desde varias perspectivas. En este contexto, el énfasis no está en los contenidos, sino en el proceso de construcción del conocimiento, en la identificación del objetivo o propósito de enseñanza y en el aprendizaje, mediante el desarrollo de competencias integradoras que se evidencian a través de los resultados deseados. De esta forma, el estudiante integra sus conocimientos a nivel cognitivo, procedimental, afectivo y valorativo. El enfoque constructivista: Este modelo pedagógico de la UDLA se complementa con la perspectiva constructivista que une a docentes y a estudiantes por igual, en una variedad de experiencias de aprendizaje. En un sucinto recorrido teóricohistórico se puede rescatar el aporte de David Ausubel, Novak y Hanesian (1983): las ideas ya existentes deben conectarse a la estructura cognitiva previa; Jean Piaget: sobre el desarrollo evolutivo individual, y los de Lev Vygostsky, Leontiev, Luria (2004): acerca del constructivismo social y el valor de los otros en el proceso de aprendizaje, además de la importancia de identificar áreas en donde los estudiantes puedan tener problemas y

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ayudarlos a construir el conocimiento que necesitan (zona de desarrollo próximo). En un proceso pedagógico constructivista es fundamental conectar los nuevos conocimientos a los previos, para facilitar que se internalicen como aprendizajes significativos y que perduren en la memoria a largo plazo. Por lo tanto, es fundamental en el proceso constructivista la problematización del conocimiento, la reflexión, la comprensión, la participación activa, el trabajo colaborativo y el desempeño en contextos reales. Además, es importante considerar las formulaciones significativas que partieron de estas concepciones cognitivas, como las de Catherine Twomey (2005) quien plantea que hay fundamentos científicos que sostienen que el conocimiento se construye de manera activa. Por su parte, Ernst von Glasersfeld”(2005,p.7) afirma que “el aprendizaje es una actividad en construcción que los estudiantes por sí mismos deben llevar a cabo”. Ventajas de un enfoque constructivista: Al revisar las bases del constructivismo y sus diferentes formas de práctica, vale la pena destacar algunos beneficios documentados de estos enfoques, que son relevantes para la enseñanza y el aprendizaje en la UDLA. 1. Está centrado en el estudiante y en el aprendizaje, lo que permite que las respuestas de los primeros sean más positivas, motivadas y activas. Con esto se superan esos roles pasivos de memorizar o de aceptar acríticamente lo que se presente. Además, en este enfoque los estudiantes adquieren más independencia y seguridad en sí mismos. Esta perspectiva es una real transformación basada en “diseñar para el aprendizaje antes que planificar para enseñar” (Gagnon y Collay, 2001, p.13). 2. Brinda a los estudiantes una oportunidad de desarrollar conocimientos, destrezas y actitudes. 3. Se potencializa el conocimiento mediante la interacción social y la comunicación entre docente–estudiante, y entre estudiantes; en un ambiente de aprendizaje adecuado es fundamental para reconocer y valorar los conocimientos previos, como elementos fundamentales para la construcción de los nuevos saberes. 4. Se revaloriza al error como oportunidad de aprendizaje, gracias a la retroalimentación constante donde la evaluación ya no es solo un factor de medida, sino otro elemento formativo que facilita el aprendizaje. 5. El enfoque constructivista permite que la implementación del modelo tenga flexibilidad y apertura a diversas tendencias pedagógicas que pudieran contribuir con los lineamientos institucionales (misión, visión, perfiles de salida, etc.). Por consiguiente, la UDLA coincide con la perspectiva de una educación integral y humanista planteada por la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI y patrocinada por la UNESCO, donde Delors y otros autores insistieron en que el valor de la educación va más allá de su impacto económico. Dice Delors (1996, p.17): “la educación tiene la misión de permitir a todos sin excepción hacer fructificar todos sus talentos y todas sus capacidades de creación, lo que implica que cada uno pueda responsabilizarse de sí mismo y realizar su proyecto personal”2 . En efecto, de acuerdo con Delors (1996, cap. 4) y otros autores, la educación debe permitirle a la gente “tomar conciencia de sí misma y de su medio ambiente e invitarla a desempeñar su función social en el trabajo y la ciudad.”

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La educación encierra un tesoro: Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI; es un tratado influyente de Delors y otros, que sirve como una referencia útil y punto de inicio para el debate de objetivos educativos a todo nivel dentro de un contexto internacional.

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Los pilares básicos de la educación identificados y definidos por Delors y otros autores son: Aprender a aprender: Además del “conocimiento amplio y general” que subyace en la capacidad para estructurar y expresar las ideas propias, este pilar implica las habilidades, actitudes y conocimientos para hacer posible la educación a lo largo de la vida. Aprender a hacer: Si bien está claro qué implica la capacitación profesional, este pilar se refiere fundamentalmente a aprender a trabajar en equipo y a adaptarse a condiciones cambiantes. Aprender a ser: La autorrealización es la forma de expresar la finalidad de este pilar. Esta forma no agota su significado, pues se refiere también a los medios para lograrla (autonomía individual y toma de conciencia) a través del desarrollo de todas las áreas del potencial humano: “memoria, razonamiento, sentido de lo estético, capacidades físicas y aptitud para comunicar.” Aprender a vivir juntos: La idea fundamental de este pilar es crear una sociedad de “pluralismo, comprensión mutua y paz.”; a través del respeto hacia los demás y hacia las diferencias, se aprende a trabajar en conjunto y a resolver conflictos. Este enfoque humanista integrador, se complementa con otras perspectivas internacionales sobre las competencias orientadas hacia perfiles profesionales, como son el “Degree Qualifications Profile” (Perfil de cualificaciones de grado) de la Fundación Lumina y el proyecto “Essential Learning Outcomes” (Resultados esenciales de la educación) de AAC&U LEAP. La tabla que se muestra a continuación resalta el consenso fundamental entre Delors, Lumina y AAC&U, a pesar de ligeras diferencias en nomenclatura, con relación a las áreas de aprendizaje: Tabla1. Áreas de aprendizaje

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Orientación a la competencia La UDLA define competencia como un conjunto integrado y holístico de conocimientos, habilidades, actitudes y valores, todos ellos individuales y relacionales, críticamente aplicados por una persona para resolver con pertinencia diversas situaciones en contextos determinados. Esta definición es similar en otros autores y en Beneitone (2007, p.31): “las capacidades que todos los humanos necesitan para resolver las situaciones que surgen en sus vidas de manera efectiva y autónoma (…) no solo sabiendo el cómo y el porqué, sino sabiendo cómo ser una persona en un mundo complejo, competitivo y cambiante”. Se enfatiza en el carácter integrador de la formación basada en competencias que se desarrollan mediante un currículo inter y transdisciplinario, y se evidencian mediante los resultados de aprendizaje alcanzados en las asignaturas, carreras y modalidades, en fin, en todas las experiencias educativas de la UDLA que incluyen la construcción integral en actitudes y valores, junto con el conocimiento, las destrezas y las habilidades.

Figura 4. Componentes de una competencia.

3.5. Pilares educativos de la UDLA La investigación, la vinculación responsable con la sociedad, el desarrollo del talento humano mediante la labor docente, y el desarrollo profesional de la comunidad UDLA, son funciones sustantivas de la educación superior y, por ello, constituyen los pilares educativos de la universidad. Están articulados entre sí y se complementan para garantizar una formación integral de calidad que responde a las necesidades y a los retos actuales. 3.5.1. Investigación A través del desarrollo de proyectos de investigación científica y tecnológica, la UDLA aproxima la ciencia a la sociedad y, a su vez, contribuye a la solución de problemas específicos. Para ello, se ha implementado una política de promoción continua de la investigación, como parte del proceso educativo en todos los programas de grado y de posgrado. El Comité Asesor de Investigación, encabezado por el Vicerrector Académico, aprueba los proyectos y define los procedimientos y las directrices para la investigación en toda la universidad.

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En los últimos años, la UDLA ha dado prioridad a la investigación en áreas científicas y sociales y ha creado departamentos específicos de investigación; por ejemplo, desde 2007, el Instituto de Investigación Biomédica, uno de los más avanzados de la región, es actualmente el único laboratorio en el Ecuador que posee un acelerador de partículas de ADN. Su misión principal es analizar muestras de cáncer y de ADN para instituciones de salud pública, tales como la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer del Ecuador (SOLCA) y el Hospital de Niños Baca Ortiz. El Centro de Investigaciones Económicas (inaugurado en 2007) lleva a cabo su labor patrocinado por organizaciones tales como la Corporación Andina de Fomento (CAF), la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) y la Organización de Estados Americanos (OEA). Otros campos de la investigación que se desarrollan actualmente en la UDLA son los de gastronomía, matemáticas, ingenierías, inteligencia informática y terapia física. Además, la red Laureate interconecta a las instituciones, mediante proyectos de investigación y publicaciones, desde sus diferentes espacios territoriales y autónomos, para producir conocimiento, innovar, y al mismo tiempo ser capaces de formar profesionales de alto nivel para el nuevo desarrollo tecnológico que requieren los medios empresariales de diversa índole. 3.5.2. Vínculo con la sociedad La UDLA es la universidad privada y autofinanciada más grande del país; juega un papel social importante al interactuar de manera analítica, reflexiva y práctica con los problemas políticos, económicos, sociales, medioambientales, entre otros de la sociedad ecuatoriana. Por ello es esencial mantener una conexión con la comunidad general, no solo desde el diálogo de saberes y desde un punto de vista académico, sino también a través de las soluciones concretas que la investigación puede generar para beneficiar a la comunidad y unir a diferentes sectores sociales en un crecimiento mutuo. 3.5.2.1. Responsabilidad social Las actividades formativas de servicio tienen un alto impacto en el logro de los objetivos educativos y cumplen, simultáneamente, con su rol académico y de responsabilidad social. Algunos programas de servicio a la comunidad de la UDLA son: ● ● ● ● ● ● ●

Centro gratuito de ayuda legal. Clínica dental para la comunidad. Granja experimental. Clínica veterinaria. Fundación Real Madrid. Quito en Manos Jóvenes. Centro de atención psicológica. 3.5.3. Desarrollo del talento humano-docencia

El docente de la UDLA tiene, en su mayoría, un compromiso a tiempo completo con la universidad. Son profesionales de gran prestigio y calidad que aportan con su experiencia y conocimiento a la formación de las figuras profesionales que el país requiere. El docente tiene el reto de actualizarse de manera permanente tanto en el dominio de la disciplina que imparte como en el ejercicio de la docencia universitaria en sus diferentes modalidades. Para ello, la UDLA ofrece a los educadores opciones sin costo y de acceso permanente, de formación y de reflexión sobre sus prácticas.

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Los criterios con los que se planifican estos programas son: -

Áreas por mejorar identificadas en la evaluación docente (realizada por los estudiantes, pares académicos, directores y coordinadores). Solicitudes de cada ámbito académico, tanto de los decanos, directores y coordinadores, como de los docentes. Desarrollo del modelo educativo y fortalecimiento de la coherencia en la implementación del proceso pedagógico. Observaciones emitidas por los diferentes comités de evaluación de las carreras y de los graduados.

La formación docente proviene de dos grandes ámbitos: uno corresponde a la Coordinación de Formación Docente de la UDLA y, el otro, a la propuesta de formación ofrecida por la Red Laureate. Los cursos tienen diferentes modalidades: talleres presenciales, cursos en línea auto instructivos o con tutores, y webinars. Al finalizar se expiden certificados y, en el caso específico de la Red Laureate, se ofrecen, además, programas específicos de varios módulos, y se otorgan diplomas no reconocidos por las autoridades locales, pero que acreditan como instructor de la Red.

3.6. Gestión educativa en la UDLA A partir de su creación en el año 1995, la Universidad de Las Américas (UDLA) ha ido incorporando de manera gradual la oferta académica, de acuerdo con las necesidades del Ecuador. Se han desarrollado carreras, a través de la incorporación de distintas Facultades; en orden de creación: Ciencias Económicas y Administrativas, Arquitectura, Comunicación, Derecho, Ingeniería y Ciencias Agropecuarias; la Escuela de Ciencias Sociales, Turismo y Hospitalidad, Ciencias de la Salud, Odontología y Medicina; las Escuelas de Música, Cine y Psicología; la Facultad de Formación General y la Facultad de Educación. Actualmente, la UDLA ofrece las carreras de grado distribuidas en modalidades presenciales y semipresenciales en horarios diurno, vespertino y nocturno. En el año 2005, la UDLA inicia la oferta de carreras técnicas y tecnológicas a través de su Escuela de Tecnologías, con la finalidad de aportar a la sociedad con carreras cortas, pero con un alto contenido práctico y especializado, que permiten a los estudiantes tener una opción de desarrollo académico y, a su vez, de inserción laboral. Luego, en 2006, se inicia la oferta de posgrados, a partir de la Maestría en Administración de Empresas – MBA- en alianza con el Institute for Executive Developement (IEDE), prestigiosa organización de educación de posgrados en España. Actualmente, la UDLA tiene dentro de su oferta de programas de posgrado, las maestrías en Administración de Empresas, Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional, Dirección de Operaciones y Seguridad Industrial, Gerencia de Sistemas y Tecnologías de la Información, Periodismo, Propiedad Intelectual y la especialización en Administración de Instituciones de la Salud. La estructura curricular de las carreras de la UDLA asegura una formación inter- disciplinaria, intercultural e integral. Está compuesta por asignaturas que corresponden a los fundamentos teóricos del campo de estudio y a la praxis profesional; pero además, cuenta con la transversalidad y complemento de la formación general, con énfasis en lenguaje y comunicación, matemáticas, computación, humanidades, y el aprendizaje del inglés como segunda lengua. En su programa académico se encuentra en proceso de autoevaluación permanente, con el fin de mejorar y adaptar esta estructura curricular a los requerimientos de los organismos reguladores de la educación superior y de la evaluación de la calidad.

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El currículo y microcurrículo o sílabo, se desarrolla dentro de cada carrera bajo la dirección del director, el decano y el coordinador. Además, es enriquecido con el aporte de la experiencia significativa y retroalimentación de los docentes. Finalmente es aprobado por el Vicerrector Académico y el Comité de decanos. El currículo de cada carrera debe responder a la naturaleza de la disciplina, a las necesidades de los estudiantes y a la demanda del mercado laboral. Debido al acelerado ritmo de los cambios en el mundo, la revisión curricular es un proceso continuo, ya que se deben garantizar ajustes a ciertos cursos a fin de reflejar nuevos descubrimientos, teorías y tecnologías, por lo que cada programa debe ser revisado periódicamente de acuerdo con el calendario de evaluación interna de la universidad. En el ámbito de las tecnologías aplicadas a la educación, la UDLA desarrolla de manera permanente procesos innovadores de generación de recursos educativos para todas las modalidades, vinculados al área de formación docente, en el uso de alternativas tecnológicas bajo lineamientos andragógicos, para la construcción, planificación y evaluación de entornos de aprendizaje virtuales. Además, se suman mecanismos para fomentar la labor docente y la honestidad académica. 3.7. Relación docente-estudiante En la UDLA la relación entre docentes y estudiantes se realiza en un ambiente favorable para la enseñanza y el aprendizaje, mediante una comunicación asertiva y colaborativa, basada en el respeto mutuo y en el de la normativa institucional. 3.7.1. Perfil de docente El docente como facilitador: En la pedagogía de orientación constructivista, como la que ofrece la UDLA, la palabra más comúnmente asociada a docente es facilitador, que según Von Glasersfeld (2005, p. 7) es quien “no transmite conocimiento sino da a los estudiantes oportunidades e incentivos para construirlo”. Significa que apoya al estudiante individualmente y al grupo, y estimula el interés y la motivación, aspectos esenciales para el aprendizaje; además, proporciona realimentación y orienta al estudiante para ayudarlo a alcanzar una mejor organización de las estructuras cognitivas. El rol del docente es de gran importancia, porque debe asegurar la generación de ambientes de aprendizaje en los que los estudiantes tengan una interacción fluida, y las oportunidades necesarias para construir, colaborativamente, el conocimiento, de manera confiable, rigurosa, con fundamentos científicos. Las características y disposiciones que poseen los docentes de la UDLA y que los ayuda a desarrollar con excelencia el proceso de enseñanza-aprendizaje, son: Domina la disciplina: •

Profundiza su conocimiento e implementa estrategias de enseñanza específicas de la materia.



Utiliza información relevante de la literatura relacionada con la disciplina.

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Maneja los conceptos de su materia, los relaciona con los de otros campos del saber y los puede aplicar en diferentes escenarios y lenguajes.



Continúa su formación para lograr grados académicos superiores al mínimo requerido en su asignatura, según lo establecido en el contexto local.



Se dedica constantemente a aprender e indagar en la búsqueda de nuevos conocimientos.



Busca ser reconocido por organizaciones profesionales en su disciplina y demuestra credenciales apropiadas para su práctica.



Comunica y modela los valores que cumplen un rol importante en su profesión.



Contribuye en la construcción curricular de la carrera a la que pertenece su materia.

Domina estrategias de enseñanza: •

Planifica las clases centradas en los objetivos de la enseñanza y en los resultados deseados del aprendizaje, para lo cual diseña de manera coherente actividades centradas en las necesidades e intereses de los estudiantes, y en las evaluaciones que permiten retroalimentar y evidenciar sus logros.



Promueve la cooperación o colaboración entre los estudiantes, los monitorea y evalúa los trabajos en equipo.



Demuestra y comparte su pasión académica con los estudiantes.



Apoya, comprende y fomenta relaciones respetuosas entre todos los participantes.



Utiliza métodos de enseñanza que fomentan el aprendizaje reflexivo, participativo y responsable.



Provee de retroalimentación personalizada, oportuna y clara, de acuerdo con los criterios claramente preestablecidos.



Vincula constantemente la teoría con la práctica en diferentes contextos reales.



Participa regularmente en programas de formación docente.



Es flexible y capaz de reajustar las estrategias de aprendizaje, según la retroalimentación de los estudiantes, los colegas, y de acuerdo con los diversos contextos.

Maneja tecnología educativa: •

Emplea herramientas tecnológicas para promover la interacción en el aula.



Comprende e implementa estrategias de enseñanza y aprendizaje mediadas por la tecnología.



Realiza evaluaciones del aprendizaje en ambientes tecnológicamente enriquecidos.



Utiliza y orienta a los estudiantes a usar de manera crítica y efectiva, las posibilidades que ofrece el mundo de la tecnología, en particular, los medios electrónicos, para acceder, evaluar, manejar y producir información.



Utiliza y provee oportunidades de integración de tecnologías en la sala de clase.



Asume un rol de liderazgo en la incorporación de las tecnologías en la sala de clase, al servicio del aprendizaje.

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Conoce las características de los estudiantes: •

Procura conocer las características del grupo e identificar las necesidades específicas para realizar el diseño de sus clases y las adaptaciones que sean necesarias.



Fomenta la comunicación efectiva con el fin de atender los intereses y las necesidades reales de los estudiantes.



Es tolerante e inclusivo respecto a la diversidad intercultural, las distintas capacidades, la orientación sexual y las diferencias de género.



Explora y utiliza diferentes métodos para evidenciar el aprendizaje y para proveer de realimentación a los estudiantes.



Entiende, respeta y valora las diferencias individuales y recupera las fortalezas de los estudiantes para enriquecer el proceso pedagógico.



Apoya a los estudiantes con necesidades especiales con adaptaciones en estrategias metodológicas y de evaluación.

Dominio personal y ético: •

Genera un ambiente positivo, con el fin de mostrar interés y empatía con los estudiantes durante el proceso de aprendizaje.



Tiene y comunica sus altas expectativas de logros del aprendizaje a todos los estudiantes.



Fomenta en sus clases vivencias con un alto nivel de exigencia, honestidad, integridad y justicia académica.



Colabora con entusiasmo en el mejoramiento continuo de la comunidad educativa.



Sigue los procedimientos y normas institucionales dentro y fuera del aula.



Participa en las actividades académicas extracurriculares (reuniones, talleres, eventos, etc.).



Demuestra compromiso ético mediante su desempeño docente reflexivo, honesto y responsable.

Investigación: •

Está familiarizado con métodos de investigación y su adecuada aplicación.



Fomenta el pensamiento crítico y estimula el desarrollo cognitivo de los estudiantes, mientras observan, exploran, describen problemas, identifican, aplican teorías relevantes y proponen soluciones.



Busca la actualización permanente sobre las investigaciones realizadas en su campo, para desafiar y refinar su propio conocimiento y el de los demás.



Difunde y comparte su conocimiento y experiencia (publicaciones en revistas, blogs, webinars, apoyo a colegas, talleres, cursos y otros posibles medios de difusión).

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3.7.2. Perfil de salida del estudiante La razón de ser de la UDLA, y de toda su organización educativa, está centrada en el estudiante que, a lo largo de su carrera, cursa diversas asignaturas que elevan el nivel de conocimiento y de competencias de una determinada área profesional, así como también, en asignaturas de formación general que fortalecen la interdisciplinariedad. Las competencias institucionales, de las carreras y los cursos, se revisan periódicamente, con el fin de garantizar su relación con las exigencias del mundo laboral y de la sociedad local y global. Desde una visión integral, el graduado de la UDLA: • Piensa críticamente y demuestra su capacidad para analizar información y hechos, evaluar ideas y alternativas propias y de otros desde diferentes puntos de vista, y resolver problemas desde una postura fundamentada en un contexto determinado para articular soluciones basadas en argumentos válidos, en conceptos y evidencias. •

Posee pericia dentro de su especialidad con conocimientos pertinentes y con experiencias prácticas de la carrera elegida, así como de las áreas de conocimiento vinculadas a ella.



Innova y crea, con una visión del emprendimiento y su rol en el ámbito empresarial, social, cultural, ambiental y sus diversas áreas.



Demuestra autonomía y orientación hacia el logro en la toma de decisiones y en sus acciones, basadas en la ética profesional.



Trabaja de manera colaborativa, orientado hacia un objetivo común, en el que valora y respeta la participación de los otros, con un sentido de cooperación y empatía que, a la vez, potencializa roles individuales.



Identifica los deberes y derechos ciudadanos; reconoce la diversidad cultural; respeta las perspectivas y capacidades diversas, la orientación sexual, las diferencias de género y de etnia, para fomentar la inclusión y el beneficio común. Es consciente de sus derechos y obligaciones como ser humano y como profesional.



Aplica una visión intercultural y global, a través de la interacción de saberes y de lenguajes, y de la valoración de las diversas identidades culturales.



Se comunica efectivamente en español e inglés, los dos idiomas principales de la UDLA, en sus cuatro dimensiones: escuchar, hablar, leer, y escribir.



Utiliza la tecnología adecuadamente, con sentido crítico y de acuerdo con las necesidades del contexto, para varios propósitos comunicacionales relacionados con el manejo de la información académica, profesional y personal, en colaboración con la comunidad.



Contribuye en proyectos de investigación y documenta sus resultados con rigor académico, y cumple con los más altos estándares de la integridad personal y académica.



Aplica el razonamiento lógico y matemático para resolver retos complejos, así como problemas cotidianos.

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3.8. Conocimiento y aprendizaje 3.8.1. Planificación con base en los logros del aprendizaje El pilar fundamental para la implementación del modelo pedagógico de la universidad es la planificación basada en los logros y en los resultados del aprendizaje (backward design). La planificación parte necesariamente de definir con claridad el objetivo de enseñanza de la asignatura, de acuerdo con las competencias que requieren los estudiantes para la comprensión y el dominio de los conceptos esenciales de cada disciplina. Para ello es necesario identificar al finalizar el curso, los resultados deseados del aprendizaje y, de acuerdo con ellos, seleccionar las mejores evidencias mediante mecanismos de evaluación que den cuenta del nivel de desarrollo de dichas competencias. A su vez, las actividades de clase deben ser seleccionadas en coherencia con los objetivos y los resultados del aprendizaje, mediante las mejores estrategias metodológicas disponibles. 3.8.2. Metodologías Conscientes de que no existe un solo método válido para ser utilizado por todos los docentes, y aplicable a todas las carreras y asignaturas, la UDLA recomienda una variedad de estrategias para la enseñanza y el aprendizaje fundamentadas en la investigación y en las prácticas educativas. Estas tienen el objetivo común de contribuir a la construcción de competencias por parte del estudiante. Las estrategias se implementan de acuerdo con la naturaleza específica de la disciplina, de los objetivos de la enseñanza, de los resultados y de la experiencia del aprendizaje en la que los estudiantes están inmersos.

La Red Laureate sugiere varias estrategias metodológicas que generan prácticas de enseñanza -- aprendizaje efectivas; entre ellas tienen singular importancia: •

Aprendizaje colaborativo. Esto significa agrupar a los estudiantes en equipos, para trabajar y aprender de manera interdependiente en tareas específicas, así como utilizar sesiones de clase que permitan la argumentación y el refuerzo del aprendizaje de cada estudiante, a través de discusiones, debates, y actividades de estudio dirigidas. Una razón clave para insistir en el aprendizaje en colaboración es que este refleja la complejidad del mundo real, en donde resolver problemas involucra no solamente el conocimiento y las habilidades de la disciplina específica, sino la capacidad del trabajo en equipo en el cual se escucha a los demás y se logra una comprensión interpersonal de actitudes y de valores.



Aprendizaje basado en problemas. Aunque el nombre pudiera sugerir un trabajo de resolución de problemas como el que suele utilizarse, por ejemplo, en las matemáticas, el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) va más allá de eso: coloca a los estudiantes ante situaciones problemáticas del mundo real, que les exigirán plantearse interrogantes al respecto y organizar y llevar a cabo la investigación necesaria para tener elementos que les permitan proponer una solución factible y fundamentada. Y esto puede aplicarse en cualquier área del conocimiento y en todos los niveles educativos.



Aprendizaje basado en proyectos. Es un trabajo que se realiza en el aula para crear servicios o productos únicos. Los estudiantes realizan una serie de tareas con un tiempo y recursos determinados, con la continua supervisión y guía del docente. Posibilita que los estudiantes accedan a aprendizajes muy diversos con énfasis en su proceso.



Aprendizaje basado en casos. El método de casos es un modo de enseñanza en el que los estudiantes aprenden sobre la base de experiencias y situaciones de la vida real, lo que les permite construir su propio

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aprendizaje en un contexto que los aproxima a su entorno. Este método se basa en la participación activa y en procesos colaborativos y democráticos de discusión de la situación reflejada en el caso. Un caso representa situaciones complejas de contextos auténticos planteadas de forma narrativa, a partir de datos que resultan esenciales para el proceso de análisis. Ellos constituyen una buena oportunidad para que los estudiantes pongan en práctica habilidades que son también requeridas en la vida real, por ejemplo: observación, escucha, diagnóstico, toma de decisiones y participación en procesos grupales orientados hacia la colaboración. Además de estas estrategias existen otros métodos, técnicas y herramientas que se pueden utilizar, tanto en la dinámica interna de las primeras, como fuera de ellas; estas son: •

Método socrático: El arte de la interrogación y la indagación es tan antiguo como Sócrates, y su valor es innegable. Las preguntas varían de acuerdo con la situación, y generan más cuestionamientos producto de la curiosidad, lo que fomenta un mayor aprendizaje. Ausubel y otros autores señalan la importancia del “conflicto cognitivo”; en el aprendizaje, las preguntas son un medio para probar el pensamiento de los estudiantes y del docente, y los ayudan a refinar la comprensión, a perfeccionar las soluciones, a descartar conceptos erróneos y a identificar las limitaciones de su conocimiento. Los estudiantes y los docentes autoevalúan y examinan su aprendizaje a través de preguntas. Cuándo y cómo preguntar dependerá de las situaciones de aprendizaje diseñadas por el docente, pero parte de la planificación es anticipar las oportunidades para cuestionar. Gagnon y Collay (2001) debaten sobre una gama de interrogantes. Las preguntas de apertura o de fondo pueden descubrir el conocimiento previo de los estudiantes, mientras que las preguntas guía pueden servir como organizadores precedentes.Como se mencionó anteriormente, algunas pueden estimular a los estudiantes a clarificar su pensamiento (incluso a cambiarlo) o conducirlos a una explicación más exhaustiva. Ayuda a presentar puntos de vista, a direccionar respuestas alternativas dentro de la clase, y a crear el conflicto cognitivo que provoca que los estudiantes desarrollen su comprensión. Son particularmente útiles en situaciones de aprendizaje en colaboración, lo que Gagnon y Collay (2001) denominan preguntas de “integración”, las cuales ayudan a los estudiantes a construir su aprendizaje sobre la base de las contribuciones del grupo.



Organizadores gráficos y mapas conceptuales: Son lo que Ausubel denominó “organizadores avanzados”, es decir, estructuras esenciales que sirven para conectar el conocimiento previo con la nueva información. Además, organizan, categorizan y relacionan los conceptos y/o acciones, lo que permite una mayor comprensión y memorización a largo plazo.

Estrategias de diferenciación e inclusión. Son el conjunto de metodologías y técnicas que permiten no solo el trabajo colaborativo eficiente, sino el aprendizaje de las actitudes y valores inherentes a la convivencia. El docente necesita conocer y comprender las características socioculturales y las necesidades específicas de aprendizaje de sus estudiantes, con el fin de generar ambientes confiables donde estos tengan la oportunidad de aprender y desarrollar sus fortalezas. Ejemplos de algunas actividades que se desarrollan en la universidad, en los que se emplean varias de las estrategias y técnicas arriba mencionadas son: • • • •

Debate dirigido por los estudiantes en un curso de grado en humanidades. La resolución de problemas en un programa de tecnología aplicada. La aplicación real de habilidades y de conocimientos en la práctica preprofesional en un laboratorio odontológico. La creatividad grupal en un “taller de fin de semana” en la carrera de publicidad.

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• •

Apoyo a la comunidad con servicios educativos como los centros de asistencia legal y psicológica. Desarrollo de unidades de producción en la finca de la universidad. 3.8.3. Evaluación

En el modelo educativo de esta universidad, la evaluación permite evidenciar, en los niveles micro y macro curriculares, la consecución de las competencias y de los objetivos definidos del aprendizaje. Desde el enfoque constructivista, la evaluación estimula y permite el aprendizaje individual o colectivo de los estudiantes, y los ayuda a construir a verificar los resultados del aprendizaje y el nivel de desarrollo de las competencias requeridas en cada una de sus carreras y profesiones. Con este criterio, la evaluación no es un resultado en sí mismo, sino una oportunidad más para ayudar a los estudiantes a fortalecer su aprendizaje, especialmente mediante la reflexión, en los procesos metacognitivos, la retroalimentación y el esfuerzo positivo constante. Los docentes deben promover espacios, actividades y mecanismos para la reflexión, y brindar oportunidades para que los estudiantes se cuestionen acerca de su proceso de aprendizaje. La más alta dimensión del conocimiento es la metacognitiva, la cual está conformada por un grupo de acciones mentales que permiten al individuo ser consciente de su conocimiento y de las estrategias que lo ayudan a aprender y a aplicarlo adecuadamente. La evaluación es permanente y continua, como lo es el proceso de enseñanza-aprendizaje; de la misma manera, la definición de criterios de evaluación, el registro de los resultados y la retroalimentación durante todo el proceso pedagógico, son indispensables. Además, el docente debe replantearse las planificaciones futuras a partir de estos procesos. De modo que el objetivo principal de la evaluación en la universidad es el de apoyar el proceso de aprendizaje individual y colectivo, al estimular el crecimiento académico y personal siempre en consonancia con las competencias y los resultados deseados del aprendizaje. En la UDLA, cada carrera ha desarrollado una variedad de actividades y mecanismos de evaluación de acuerdo con las especificidades de las disciplinas. Se destacan los talleres de fin de semana, las ferias, las salidas de campo y otras actividades que van más allá de las aulas. Además, en los programas preprofesionales, existe también el requerimiento de realizar pasantías para asegurar la aplicación del conocimiento y las habilidades que los estudiantes han adquirido. Por otro lado, en ciertas asignaturas interdisciplinarias y transversales, se han unificado los criterios de evaluación por ser partes de la formación general del estudiante. Tipos de evaluación La evaluación académica en la UDLA puede ser: Según el actor: ●

Autoevaluación: Los estudiantes se evalúan así mismos. Es de gran importancia que reflexionen acerca de sus propios ogros, a fin de fomentar la concientización y la apreciación de su propio aprendizaje. ● Heteroevaluación: El docente u otro observador evalúa a los estudiantes. ● Co-evaluación: Los estudiantes se evalúan entre ellos. Sin importar quién realiza la evaluación, esta debe contar con rúbricas; es decir, con criterios claros y preestablecidos.

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Según el momento: ●

Evaluación diagnóstica. Se refiere a identificar las competencias previas de los estudiantes, a fin de que sirvan como base para el nuevo y posterior aprendizaje. Este proceso toma lugar formalmente en la UDLA a través de las pruebas de admisión y los exámenes de ubicación, y también ocurre cuando los docentes lo consideran necesario, especialmente en etapas tempranas de un curso o al iniciar un nuevo tema.



Evaluación formativa. Reúne información acerca del proceso y del progreso de cada estudiante en función de las competencias (resultados del aprendizaje), a partir del reconocimiento de fortalezas y de áreas de mejoramiento; siempre que sea posible, los instrumentos y criterios de evaluación formativa deben ser similares a aquellos de la evaluación acumulativa, para que así todos reflejen claramente las competencias (resultados del aprendizaje). Además, es importante que los estudiantes comprendan y estén familiarizados con estos instrumentos y sus rúbricas.



Evaluación sumativa. Sirve como un marcador en un punto dado del proceso de enseñanza-aprendizaje. Normalmente, la evaluación sumativa se da al final de una unidad de estudio, al final de un período de estudio (como un semestre) y de un curso (como un examen final); además de esta idea de cierre de proceso, esta evaluación tiene un carácter de promoción, entendida como el haber completado una competencia y, por tanto, estar listo para moverse en la construcción de las siguientes competencias. La evaluación sumativa es el tipo de evaluación que se refleja más en las notas asignadas a los estudiantes al final de cada período de calificaciones.

De forma ideal, la evaluación tendrá componentes individuales y colectivos, y los docentes utilizarán la retroalimentación acerca del aprendizaje para una planificación en el futuro, así como también para una reflexión profesional. Algunos métodos de reflexión colectiva son: recapitulación, conclusión, foros y portafolios compartidos. Estos deben ser frecuentes para que se enfoquen en actividades de aprendizaje específicas y en los resultados. La reflexión individual puede darse a manera de opiniones escritas, posiblemente en un diario, o en un encuentro individual con el docente. Cualquiera que sea el método, los beneficios de la reflexión se manifiestan claramente cuando los estudiantes se convierten en pensadores críticos independientes.

Según el destinatario: ●

Evaluación contextualizada: Situación hipotética, pero plausible, en la que el estudiante recibe un rol, tiene una tarea específica con sus respectivos pasos y procedimientos, y es evaluado con criterios claros previamente establecidos (rúbrica). Es compleja, exige alto nivel de pensamiento y de expresión. Por este carácter integral y complejo, la evaluación contextualizada es buena alternativa para evaluar competencias específicas.



Evaluación auténtica o significativa: Situación real en la que el estudiante recibe un rol, tiene una tarea específica con sus respectivos pasos y procedimientos, y es evaluado con criterios claros previamente establecidos (rúbrica); es compleja, exige un alto nivel de pensamiento y de expresión. Por este carácter real, integral y complejo, la evaluación auténtica es una excelente alternativa para evaluar competencias generales.

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Registro y presentación del reporte de evaluación: Los estudiantes tienen el derecho de ser informados acerca de las tareas, instrumentos y criterios (rúbricas) que serán usados para evaluar su aprendizaje, así como la forma o porcentajes en que las calificaciones están determinadas. Los docentes tienen la responsabilidad de comunicar a los estudiantes de forma transparente las actividades y criterios de evaluación, así como las calificaciones finales. La evaluación del curso estará detallada en el sílabo de acuerdo con la normativa de la UDLA, y será explicada por el docente en la primera sesión de clases.

3.9. Sistema de calidad educativa: seguimiento de la implementación y de los logros del modelo educativo La Universidad de Las Américas (UDLA) Ecuador ha dedicado sus recursos y esfuerzos para ofrecer una educación integral, creando programas innovadores de calidad internacional reconocida, desarrollando las habilidades académicas y profesionales de los estudiantes y formando talento humano en un mundo globalizado. Desde el principio, la universidad ha concedido la máxima importancia a los procesos internos de autoevaluación y mejoramiento continuo, a fin de compartir la visión educativa con la comunidad universitaria, y también a ser un referente para la educación de calidad necesaria en la sociedad nacional, regional y global. Asimismo, la UDLA enfrenta el desafío del mejoramiento continuo de la calidad educativa conjuntamente con una mayor cobertura, que ha significado un incremento continuo de estudiantes, mediante el registro de información sobre género, edad, plantel educativo y nivel socioeconómico, para brindar acceso más equitativo a la población ecuatoriana. La UDLA recibe estudiantes de colegios públicos y privados de todas las provincias ecuatorianas. En un contexto más amplio, forman parte de la comunidad universitaria los padres de familia, los empleadores reales y potenciales, las instituciones de donde provienen los estudiantes que ingresan a la universidad, entre otros. Son actores estratégicos que enriquecen el sistema de autoevaluación y de seguimiento de la calidad, por medio de la validación de perfiles profesionales y la retroalimentación permanente de la gestión educativa. La Universidad de Las Américas se ha sometido a un estricto proceso de evaluación externa e interna, para lo que ha definido los estándares y los procesos internos necesarios para alcanzarlos. En esa perspectiva, la universidad ha iniciado un proceso de acreditación internacional, que además de los procedimientos de evaluación y de acreditación locales, permitirá afianzar sus estructuras académicas y organizacionales. Esto constituye una mayor oportunidad para desarrollar su misión y ser, además, la primera universidad cabalmente internacional en el país. Los resultados de la evaluación institucional sirven para comprobar la probidad de la UDLA, así como para determinar sus prioridades, revisar los propósitos institucionales, y mejorar continuamente los procesos de enseñanza, de aprendizaje y de investigación académica.

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3.9.1. Evaluación del docente El sistema de evaluación y retroalimentación de los docentes se centra precisamente en el aprendizaje y en los aspectos que rodean al ejercicio mismo de la docencia, es decir, la planificación, la evaluación como evidencia del logro de aprendizaje, los conocimientos e información, las metodologías, los recursos tecnológicos, la vivencia de valores y la actualización de la formación del docente. La visión y la experiencia que tenga cada uno de los actores de estos ejes permiten que el proceso de evaluación sea oportuno, estratégico y considerado como un elemento central para el cumplimiento de la Visión, la Misión y los Valores de la Universidad de Las Américas. Este proceso incluye componentes de autoevaluación, heteroevaluación y coevaluación, y conlleva los procedimientos, resultados, conclusiones y recomendaciones respectivas. Es un proceso en el que se encuentra involucrada toda la comunidad universitaria, y los índices de representatividad demuestran que, tanto la metodología como la logística, están ya en una etapa de madurez. Las principales recomendaciones apuntan a la formación docente en aspectos metodológicos y a la mejora de procedimientos de seguimiento a docentes con puntajes inferiores a 6.5 sobre 10 por parte de las direcciones de las carreras. La evaluación docente la ejecuta la dirección de evaluación, que es la unidad encargada de cumplir los siguientes objetivos:

Objetivo general: 1. Diseñar, ejecutar, monitorear y evaluar un sistema de evaluación integral para todos los niveles y actores

de la comunidad educativa UDLA, para asegurar su mejoramiento continuo. Objetivos específicos: 1. Diseñar, ejecutar y monitorear el proceso de evaluación en sus tres componentes: autoevaluación

(realizada por el propio docente), coevaluación (realizada por pares académicos, y decanos, directores o coordinadores) y heteroevaluación (realizada por los estudiantes). 2. Asegurar un flujo eficiente de la comunicación para la oportuna y eficaz toma de decisiones a partir de

los resultados. 3. Mantener un seguimiento cercano del desempeño del 100% de docentes activos. 4. Identificar los aspectos que deben ser mejorados por los docentes y comunicarlo a la dirección

responsable del acompañamiento y formación docente, para la respectiva planificación e implementación del apoyo requerido. 5. El proceso se enfoca en identificar el nivel de coherencia entre la planificación y el desarrollo de las

sesiones de clases realizada por los docentes, para lograr los resultados de aprendizaje establecidos por este. El proceso de evaluación abarca el conjunto de cursos y paralelos de los programas de grado diurno, vespertino y semipresencial de la universidad. Tanto la autoevaluación, como la realizada por los estudiantes, observan aspectos esenciales del proceso de aprendizaje a través de una escala cualitativa.

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La coevaluación, realizada por los pares docentes, se concentra en los tres momentos del desarrollo de una clase: apertura, desarrollo y cierre. Se realiza gracias a una rúbrica de observación formal de toda una sesión de clase y es ejecutada por un docente de la misma área o de un área afín. Es una retro-alimentación que complementa las informaciones obtenidas a través de la autoevaluación y la evaluación realizada por los estudiantes y por los coordinadores. Además, pretende ser para los docentes, un ejercicio de aprendizaje mutuo. En el componente de coevaluación (realizada por los decanos, directores o coordinadores) se considera también el cumplimiento de aspectos administrativos y académicos. Tiene que ver con los reportes de ingreso de notas en el plazo fijado según el calendario académico vigente, y de inasistencias no recuperadas en el semestre. En una política de intervención temprana y prevención, se ha calibrado el sistema para que despliegue una alerta automática para el seguimiento correspondiente. Este sistema de evaluación permite que se determinen con exactitud tanto las buenas prácticas, como los aspectos por mejorar, y debe servir, fundamentalmente, para trazar metas de mejoramiento continuo con el apoyo de la coordinación académica. La ejecución del proceso está a cargo de la Dirección de Evaluación Docente con el apoyo de los departamentos de Secretaría Académica y Planificación y Desarrollo. Es aplicada en cada uno de los periodos académicos. La logística que se prepara para la evaluación tiene cuatro etapas importantes previstas en el calendario académico:



La primera es la planificación donde se definen los cronogramas, se obtienen las bases de datos y se preparan el material y los sistemas informáticos.



La segunda corresponde a la ejecución. Esta empieza con una campaña informativa a toda la comunidad universitaria y finaliza con la recolección de toda la información en un sistema informático.

Es importante indicar que la universidad cuenta con un sistema informático (Registro único de docentes –Rud–) donde se conserva el histórico de la evaluación docente para todos y cada uno de los docentes, así como las asignaturas y los paralelos.

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Campus Granados: Av. Granados y Colimes, esq. Campus Colón: Av. Colón y Av. 6 de diciembre. Campus Queri: José Queri y Av. Granados.

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