POLÍTICA | 9
| Miércoles 18 de dicieMbre de 2013
negocios y poder | la versión de la casa rosada
Los datos clave que Parrilli nunca explicó
El secretario de la Presidencia calificó como “un acuerdo entre privados” los convenios entre los hoteles de los Kirchner y Báez, por los que el empresario pagó millones de pesos; no desmintió ese pacto ni el conflicto de intereses que implicó Hugo Alconada Mon LA NACION
El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, calificó ayer de “acuerdo entre privados” los polémicos convenios confidenciales y retroactivos que el hotel Alto Calafate, del matrimonio presidencial Kirchner, firmó durante los últimos años con el principal beneficiario de la obra pública, Lázaro Báez, y por los que se pagaron millones de pesos. “Es un acuerdo privado entre personas, que fue declarado tanto por el ex presidente como por la Presidenta”, argumentó Parrilli en declaración a la radio Vorterix. Ante la repregunta de los periodistas insistió: “Es una cuestión de negocios privados”, y afirmó que no le “importa” lo que Báez haya hecho luego con las 935 habitaciones por mes que reservó y pagó durante por lo menos dos años. El propio funcionario indicó, sin embargo, que Báez alquilaba todas esas habitaciones “para subalquilarlas, obviamente, no para tenerlas cerradas”, al tiempo que defendió ese vínculo contractual entre el matrimonio Kirchner y el empresario, ya que con esos alquileres “garantizaba un negocio”. Horas antes, y en un comunicado oficial cargado de duras críticas a la nacion, Parrilli había calificado de “falsas afirmaciones” las revelaciones sobre los vínculos hoteleros entre la familia Kirchner y Báez, así como los millones de pesos que el empresario patagónico pagó al matrimonio presidencial por los “alquileres” de tres hoteles. El comunicado, sin embargo, ratificó algunas revelaciones que la nacion publicó durante los últimos tres días. Entre ellas, que Báez les pagó millones a los Kirchner por la hostería Las Dunas, así como el hecho de que siete empresas de Báez firmaron los polémicos convenios con el hotel Alto Calafate del matrimonio presidencial. En su largo comunicado, Parrilli nada rectificó al respecto. Por el contrario, Parrilli precisó que “la Hostería Las Dunas, que corresponde a un nombre de fantasía, es la denominación que se le asigna al inmueble identificado como CLA, en la localidad de El Calafate, provincia de Santa Cruz”. Así es como figura en las declaraciones juradas de la presidenta Cristina Kirchner. En esas presentaciones, sin embargo, consta que los Kirchner son dueños del terreno, no así del establecimiento hotelero Las Dunas, que allí se construyó y sobre el cual tampoco declararon que cobraban alquileres de Báez. “Que el diario la nación desconozca las normativas fiscales en cuanto a la forma de declarar un inmueble, que debe hacerse correctamente indicando su ubicación geográfica y no por su nombre de fantasía, no puede sino merecer el mayor de los repudios. Evidencia una clara, mala y deliberada intención de generar confusión y un manto de sospecha, como es la idea de que ocultaban u omitían declarar este inmueble”, afirmó. “Cuesta creer que a tanto periodismo «de investigación» se le escapen estas cosas”, abundó. Pero, en su comunicado, la Casa Rosada expuso datos hasta ahora desconocidos. El primero, que los Kirchner son dueños de Las Dunas y, de manera implícita, que Báez les pagó $ 3,2 millones por alquilarles ese establecimiento, tal como reveló el lunes la nacion. Desde 2009, cuando los dueños originales vendieron la hostería, en El Calafate se señaló a Báez como nuevo propietario de Las Dunas, algo que ni el empresario ni los Kirchner corrigieron hasta que lo abordó la nacion. Diversas fuentes del ámbito hotelero y turístico de El Calafate, consultadas ayer por la nacion, se sorprendieron al conocerse la identidad de los verdaderos propietarios del hotel. En sus declaraciones juradas, los Kirchner siempre detallaron sus respectivos porcentajes accionarios en las sociedades anónimas Hotesur y Los Sauces, entre otros inmuebles, con los que controlaban los hoteles Alto Calafate y Los Sauces. Pero nunca admitieron ser propietarios de Las Dunas o que cobraran “alquileres” por esa hostería, como sí hicieron con los otros dos hoteles. Durante los últimos meses, la nacion procuró verificar la efectiva propiedad del terreno donde se erige Las Dunas. Se encuentra registrado con el número de partida municipal A8-F000-085 y se ubica sobre la costanera Presidente Néstor Kirchner, entre las calles 83, 85 y 76. Según los datos municipales, Las Dunas fue construido por Luciano Cava y su familia, quienes llegaron a El Calafate atraídos por el boom turístico. En 2009, los Cava se retiraron del hotel y lo vendieron. Desde entonces lo
administra la empresa Valle Mitre. En ese lote, primero se construyó Las Dunas como una sencilla hostería tres estrellas. Pero el establecimiento empezó a levantar sospechas cuando quedó bajo el gerenciamiento de Valle Mitre. En particular, porque en plena recesión de la construcción hotelera, Las Dunas comenzó a ampliar sus instalaciones con la dirección del arquitecto Pablo Grippo, el mismo que construyó el hotel boutique Los Sauces, de los Kirchner. La ampliación quedó a cargo de Austral Construcciones. En el comunicado oficial, la Presidencia obvió dos ejes centrales de la investigación periodística. Nada desmintió o corrigió sobre los convenios retroactivos y confidenciales
que siete empresas de Báez firmaron con el Alto Calafate de los Kirchner. Tampoco se refirió al potencial conflicto de intereses derivado de que el gran beneficiario de la obra pública nacional les pagara más de $ 14,5 millones al matrimonio presidencial en sólo dos años. Segundo comunicado Pero la respuesta oficial no se limitó a ese primer comunicado. Parrilli emitió anoche, al cierre de esta edición, un segundo comunicado para acusar a los diarios la nacion y Clarín de seguir “mintiendo y difamando”, y sostener que a ambos diarios “no les interesa la verdad”. El funcionario criticó, en particular, que ambos diarios informaran
durante la jornada, a través de sus páginas de Internet, que él mismo había confirmado horas antes la relación contractual que el matrimonio presidencial Kirchner mantuvo con Lázaro Báez, con millones de pesos de por medio, entre 2010 y 2011. Según Parrilli, eso no resultaría una novedad. “En ambas notas [las subidas a Internet por la nacion y Clarín] descubren ahora que el hotel Alto Calafate, que Néstor C. Kirchner declaró que compró en el año 2008, era administrado por una empresa de Lázaro Báez, Villa Mitre SA”, en alusión, en realidad, a la firma Valle Mitre, error de identificación que el funcionario repitió, por segunda vez, líneas más abajo. Sin embargo, ese no fue el eje de
las últimas publicaciones de la nacion, que ya en febrero de 2010 había detallado, en efecto, que una firma vinculada a Báez gerenciaba el hotel de los Kirchner. La novedad que la nacion publicó este domingo es que siete empresas del propio Báez firmaron acuerdos confidenciales y retroactivos con Alto Calafate, por los que le garantizaron el pago de 935 habitaciones por mes, aunque éstas no se ocuparan, y sin importar si se trataba de temporada baja o alta. Eso es, a su vez, lo que Parrilli había admitido ayer por la mañana, por radio, cuando además lo minimizó como un mero “acuerdo entre privados”. Parrilli, sin embargo, no volvió a abordar esa novedad noticiosa
en su comunicado de anoche, en el que afirmó: “Con viejas publicaciones escritas por sus periodistas estrellas y que son ahora recicladas como nuevas noticias, pretenden tapar el papelón de la mentira de ayer. Resultado: más papelón”. En rigor, la información consignada en tres notas publicadas en la nacion los días domingo, lunes y martes últimos, con precisiones sobre los montos millonarios que Valle Mitre pagó a los Kirchner no era conocida sino que surgió de documentos contables internos de las empresas de Lázaro Báez que nunca habían salido a la luz. Es por la difusión de esas cifras que Báez solicitó a la Justicia que no se permita a los medios informar sobre sus negocios con los Kirchner.ß