economía | 5
| Domingo 14 De septiembre De 2014
El dueño de la marca de indumentaria La Martina dice que hay una baja del consumo a nivel global y que en la Argentina existen ciertas variables que dificultan el negocio
Lando Simonetti. “La inflación complica enormemente, porque afecta la rentabilidad” Texto Carlos Manzoni | Foto Hernán Zenteno
L
ando Simonetti creó una marca de la nada. Eso lo enorgullece tanto o más que la expansión que ha tenido en los últimos 30 años y que lo ha llevado a estar presente en diversos países. La Martina, que así se llama su “criatura”, hoy es sinónimo de calidad en indumentaria en el mundo entero y también de polo, deporte al que está ligada desde sus albores. Conocedor del negocio, el dueño de esta compañía no escapa a los temas económicos y la coyuntura actual. Habla de una baja del consumo a nivel global, producto de diversas crisis geopolíticas, pero también de los males que aquejan a la Argentina, entre los que destaca a la suba generalizada de precios. “La inflación perjudica enormemente, porque nos ataca directamente en la rentabilidad”, comenta.
–¿Cómo está el negocio de La Martina actualmente? –Está bien, pero no muy bien, porque las variables económicas y políticas de la globalización están muy complicadas. Se habla mucho de la complicación de la Argentina, donde tenemos problemáticas obvias, pero hoy también están muy complicadas otras regiones, como el mercado común europeo, con el que tenemos comercio directo; Rusia, que está en tira y afloja con Europa y Estados Unidos; el tema de Medio Oriente. La única área que está fuera de esta problemática es el lejano oriente, porque China también está muy complicada. –¿Hay una baja del consumo a nivel global? –Absolutamente. Acá hay una crisis macro geopolítica. En Europa no se salva nadie, ni siquiera Alemania. No hablemos de España, Grecia e Italia, que todavía están en una crisis muy grave. –¿Cómo se mueve La Martina en ese contexto? –La gran ventaja que tenemos es que somos una compañía muy chiquita y con gran cintura. Es decir, no nos quebramos, sino que nos doblamos según la fuerza del viento. Eso nos ha dado agilidad. Otra cosa que nos ha dado ser argentinos es que en nuestra historia hemos pasado crisis impresionantes, lo que nos ha dado más cintura que cualquier empresa de otros países. Nosotros hacemos planes a 15 y 20 años, pero no son financieros, sino estratégicos. Planes de tres o cinco años en la Argentina es una quimera. Además, al no tener fábricas directamente nosotros no tenemos que alimentar una línea de producción. Vendemos, producimos. No vendemos, no producimos. –¿Por qué no produce su empresa? –La Martina se crea hace 30 años como un proyecto de creación de una marca. Nunca tuvimos una fábrica, sino la idea de crear una marca; la apuntamos al mundo del polo, y ahí empezamos a crear pro-
ductos y servicios que hicieron que la marca creciera dentro del mundo del polo y luego se expandiera. No se crea una marca invirtiendo US$ 20 millones en tres meses. La hacés popular, pero dejaste de invertir y se murió la marca. En cambio, si hacés una marca durante 30 años, va a durar mucho tiempo. Y la sal de la marca es el tiempo y el know-how, obviamente. Yo sabía cómo crear una marca y después tuve que meterle productos y servicios, pero entrábamos y salíamos según el momento. –¿Y hoy dónde produce? –Se produce en todos lados. Hoy tenemos 90 locales en el mundo, y tenemos que abastecerlos. Se produce donde es conveniente. Hasta hace tres años, China era el lugar donde se producía buen producto a muy buen precio, pero hoy allí el operario gana mucho más y dejó de ser barato, entonces los propios chinos se fueron a Vietnam y Camboya, y ahora empezaron a armar fábricas en África subsahariana. Por eso hay que estar muy atento a estas fluctuaciones, para ver dónde conviene fabricar. –¿Tienen producción local aquí también? –Sí, por supuesto. Nunca dejamos de producir en la Argentina. Nuestros negocios locales tuvieron siempre 70% producto nacional. Porque a la gente que puso la fe en nosotros no podíamos decirles de un día para el otro que nos íbamos a producir a otro lugar más conveniente. Porque acá todo vuelve, como un péndulo. Hasta cuando teníamos problemas para conseguir telas, producíamos acá. Así que no nos pegó muy fuerte la traba a la importación; sí nos pegaba en el 30% que importábamos. Decían que si exportabas un millón, te dejaban importar un millón, pero en nuestro caso nunca fue así. –¿Cómo ve el consumo en la Argentina? –En la Argentina, la situación está muy complicada. Tenemos una estructura de negocios, entre propios
Edad: 72 años Ocupación: creador y dueño de La Martina. b Creó la marca en 1985 b La Martina está presente en 25 países, con más de 90 locales b En la Argentina, tiene 25 comercios b Simonetti planea abrir en 2015 otros 30 locales en todo el mundo, con fuerte foco en China b Diseña y fabrica indumentaria y equipamiento técnico para el polista
y franquiciados, unos 20 locales. No queremos tener más. Nosotros queremos crear una marca, no vender zapatos o ropa; vendemos eso para crear la marca. –¿La inflación complica? –Obvio. Complica enormemente porque nos ataca directamente en la rentabilidad, y no hay empresa que pueda subsistir si no tiene rentabilidad. Pero insisto en el péndulo: hubo épocas en las que la rentabilidad fue muy buena, así que tarde o temprano va a volver lo bueno. No hay mal que dure más de cuatro años. –¿Hacia dónde va el mercado global en el futuro? –Tenemos cuatro años extremadamente conflictivos. Arrancó de nuevo la Guerra Fría entre Rusia y los Estados Unidos. Cuando creíamos que Rusia se había integrado y que China podía crear problemas, nos dimos cuenta de que fue al revés. China manejó las cosas muy bien y Rusia empezó a patear el tablero, y eso desestabilizó un poco a todo el mundo. Ejemplo: una curtiembre italiana que exporta a Rusia hace 15 años tenía embarques de 800.000 euros; los últimos tres se los pararon en la frontera. Eso es un elemento desestabilizador enorme. Después está el problema de Medio Oriente, que no tiene solución inmediata. –¿Y dónde ve la oportunidad? –El sudeste asiático, que es un mercado que depende de todos pero no entró en ningún conflicto. Hay una población joven enorme, que tiene la ventaja de usar los telefonitos, que tienen un poder muy grande. Nuestra compañía está entrando en la digitalización de la empresa, para aprovechar lo que se nos viene encima, que es el tema de base de datos y qué hacer con esos datos. –¿Cómo ve el consumo en la Argentina? –Viene bajando, por todos los problemas que hay, la inflación es uno de los peores. El sufrimiento está en todos los sectores, porque hasta la persona que tiene poder adquisitivo no compra porque está de mal humor. Hay una incertidumbre política, que genera malestar, aparte del problema económico en particular, la gente gana menos. Hay menos turismo. Hay un turismo más latinoamericano, que es más conservador. Pero, insisto, esta ecuación de problemas no va a ser la misma el año que viene ni dentro de tres años. La Argentina no es fácil, pero nos ha dado una gran cintura que hemos usado para crecer afuera. –¿Van a abrir más tiendas en el exterior? –Tenemos aperturas permanentes en todos lados. Son locales franquiciados. Los primeros días de noviembre vamos a abrir uno en Londres. Pero también tenemos cinco aperturas más este año y el próximo podríamos abrir 30 más. Sobre todo en China, donde el polo está creciendo y nosotros ayudamos a ese crecimiento.ß