La piedra más grande y el secreto mejor guardado

21 dic. 2008 - orquídeas, plantaciones de todo tipo y el imponente Parque Estatal Piedra Azul. Por Pierre Dumas ... sobre un cerro a orillas de la costa,.
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Turismo

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Domingo 21 de diciembre de 2008

[ BRASIL ] Al norte de Río de Janeiro

La piedra más grande y el secreto mejor guardado Vitória, en el estado de Espíritu Santo, ofrece una mirada distinta del país vecino, con santuarios de orquídeas, plantaciones de todo tipo y el imponente Parque Estatal Piedra Azul

FOTOS, GENTILEZA EMBRATUR

Por Pierre Dumas Para LA NACION

V

ITORIA.– Cuando la noche cae, con una regularidad tropical, alrededor de las 19, la bahía de Vitória se enciende como un gigantesco árbol de Navidad y los edificios de su skyline forman una guirnalda cuyas luces se reflejan en las aguas del Atlántico. El esplendor es aún mayor en estos días, cuando cada vecino suma a las luces de siempre su propia iluminación para celebrar Natal. El mejor lugar para apreciarlo todo es desde la Ilha do Boi, pequeña isla que forma un barrio residencial justo enfrente de Vitória, capital de Espíritu Santo, estado al norte de Río de Janeiro que reserva más de una sorpresa incluso para aquellos visitantes que suponen conocer bien Brasil. Vitória, curiosamente, también fue emplazada sobre una isla que separa el mar de una gran albufera como una bahía interior. Sobre esa isla está la capital, y sobre el continente, del otro lado del imponente puente Terceira, se encuentra Vila Velha, municipio vecino con el cual forma una sola gran aglomeración. Vila Velha fue fundada en 1551 por el conquistador portugués Vasco Fernandes Coutinho. Vitória, por su parte, fue creada a los pocos años por los mismos colonos que eligieron trasladarse a la isla para defenderse mejor de las incursiones de piratas franceses, holandeses e ingleses que se disputaron las costas de Brasil durante

algunos años del siglo XVI. Desde Ilha do Boi, Vitória tiene aires de metrópoli y su silueta se dibuja con elegantes torres de formas modernas. Sin embargo es más bien chiquita, aunque a escala brasileña, por supuesto. Junto con su aglomeración y Vila Velha, suma un millón de habitantes. ¿Será el famoso millón de amigos de Roberto Carlos? Es que el cantante nació en Cachoeiro de Itapemirim, a 140 kilómetros de Vitória y en el mismo estado de Espíritu Santo (hay ahí un museo dedicado a él y su carrera). Cachoeiro está en una zona de montañas, parecida a la del Parque Estatal de Pedra Azul, comarca que se está abriendo al turismo con un circuito de emprendimientos rurales. La piedra azul que dio nombre al parque es en realidad una gigantesca roca de gneis que domina con su masa de color cambiante según las horas del día toda la región de los pueblos de Domingos Martins y Venda Nova do Imigrante. Sin duda, los brasileños con su gusto por los récords podrían calificarla como la pedra mais grande do mundo…

Superlativos capixabas Vitória y Vila Velha son como dos hermanas que se complementan. Sus habitantes se llaman capixabas, palabra que viene del tupi kapi’xawa (tierra de plantación) y recuerda que la colonia originalmente se dedicó al cultivo de cereales. En Vitória, que en algunas viejas postales se conocía como Victória, el diminuto centro comercial tiene una

Arriba, la Pedra Azul; sobre estas líneas, un perfil de Vitória y el atractivo del buceo fuerte impronta portuguesa. En torno de la plaza central algunas escaleras suben los desniveles y recuerdan a sus lejanas primas de Lisboa. Sin embargo, el mayor icono cultural de la ciudad es de inspiración totalmente diferente: se trata del teatro Carlos Gomes, diseñado y construido por un inmigrante italiano. Se encuentra justo sobre un costado de la plaza central y fue inspirado en la Scala de Milán (aunque por una vez el gigantismo brasileño no prosperó y el Carlos Gomes es de dimensiones más bien modestas). Los edificios históricos de la ciudad están concentrados en la parte sur de

la isla. Cerca del teatro, los palacios Anchieta y Domingos Martins son dos testigos de la época colonial. El palacio Anchieta fue construido por los jesuitas en el siglo XVI y pasó luego a ser la sede del gobierno del estado de Espíritu Santo. Por su parte, el palacio Domingos Martins (un hombre que luchó por la independencia de Pernambuco a principios del siglo XIX) fue construido en 1606, y luego de haber sido durante mucho tiempo la sede del Poder Legislativo es hoy la Casa de los Ciudadanos de Vitória. En materia de arte religioso, lo mejor es visitar el Convento da Penha, sobre un cerro a orillas de la costa, en Vila Velha: no sólo porque ofrece una vista espectacular sobre la ciudad y Vitória, del otro lado del brazo del mar, sino por la exuberancia de su diminuta capilla, cargada de obras sacras. Los vecinos asisten día a día a las numerosas misas que se celebran en el convento, y en los pasillos del lugar las placas de agradecimiento de los devotos tapizan las paredes. Fundado en 1558, es uno de los santuarios más antiguos de Brasil. Para acceder al convento hay que cruzar un gran parque arbolado (trepando a pie 154 metros de desnivel o valiéndose de las combis que suben y bajan continuamente), donde se puede avistar una colonia de titís de cabeza beige. Estos monitos no son asustadizos y van y vienen en busca de bananas prácticamente posando para las fotos. Desde las plataformas panorámicas del convento se puede ver, sobre-