LA ORACIÓN (Jer.33:3) La oración es la plegaria que elevo al Dios de los cielos Me prepara para el día que El Señor me ha regalado. En Su Palabra, Jesús, me da la fuerza y consuelo Gracias le doy, ¡Él escucha!, mostrando cuanto me ha amado. Es El Espíritu Santo quien en la oración me ayuda Pues pedir como conviene muchas veces no he sabido Con gemidos indecibles intercede ante mis dudas Para que mi fe se afiance en mi Jesús tan querido. Como flaqueo yo a veces cuando afanada me encuentro El Señor me dice entonces: Hija mía, clama a mí Te enseñaré cosas grandes, Yo, soy de tu vida el centro No te afanes, ven, no temas, pues mi vida di por ti. Es la oración un oasis en respuesta a ese llamado Que mi Señor cada día me susurra con su amor Puedo interceder por otros también muy necesitados De la mano amiga y buena del Bendito Salvador. La oración mueve montañas cuando la fe en Jesucristo Es tal como aquel granito de mostaza en dimensión Suceden las maravillas, cosas que no hemos previsto Pero ese Dios Poderoso concede mi petición. Cuando el enemigo ataca con sus flechas de pecado Para resistirle clamo a mi Dios en oración El mal Jesús ha vencido, ya su voz lo ha declarado Y en el poder de su fuerza hay victoria y provisión. Como la oración de Jabes es mi oración este día Sabiendo que está conmigo la mano de mi Señor Que en su bendición nos guarde de mal, y que todavía Ensanche mi territorio para que hable de su amor. Por Ismary Díaz Rivas Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.