Hablemos de economía
Antonio Morlanes Presidente de Aragonex ·
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La demografía del fracaso
L
a importancia de los territorios va en consonancia con las personas y ese binomio no puede separarse, pues cuando el desequilibrio aparece, las consecuencias son duras y a veces difíciles de subsanar; no debemos dar excesivo valor a la superficie de las regiones, ya que eso acaba conduciéndonos a una desolación por los resultados y es que si medimos por extensión , los desiertos son enormes y poco recomendables. España está teniendo un ya largo periodo de desertización de ciertas zonas, en especial del interior y nos encontramos con grandes espacios que no aportan nada al resultado final del país; en estos momentos el indicador coyuntural de fecundidad, es decir los hijos por mujer en edad fecunda, es de 1,33 y para que el país estuviese en una imagen demográfica correcta debería ser este índice, próximo al 2,5 hijos por mujer. Claro, el problema es que no podemos cambiar los sistemas y al mismo tiempo marginar la defensa de la maternidad con la falta de ayudas no solo económicas, además también sociales, que permitan a la mujer ocupar un puesto importante en la Sociedad, en todos sus niveles, también en el profesional, no dejemos la responsabilidad de traer hijos al mundo a la mujer y nosotros los hombres queramos quedar al margen de lo que eso significa, si para todos es el beneficio de esa pirámide invertida, también lo es el que nadie quede al margen de conseguirlo, como dato demográfico que nos haga contemplar correctamente lo que he expuesto, valoren lo que significa que la tasa bruta de natalidad es de 8,75 por cada 1.000 habitantes, ¡Dramático! Pero todo va hilado en la misma línea, en la actualidad la edad media a la maternidad es de 32 años, hace tan solo 50 años estaba en los 22 años, es decir hemos perdido diez años de capacidad fértil y todo por esa
falta de visión de los hombres en general y de los gobiernos en particular. Pero si no teníamos suficiente con esto, observemos que la tasa bruta de mortalidad es del 8,76 por cada 1.000 habitantes, es decir un poco más que la de natalidad, con la diferencia que esta última baja a un ritmo de casi un 3% y la primera está cercana al 3,5% y para contemplar este escenario les aportaré un dato que tiene doble cara, una buena, es que ya hemos llegado a una esperanza de vida al nacimiento, de 83,16 años, lo que significa que disfrutamos más tiempo de nuestras vidas y en mejores condiciones, pero la otra cara es, que como no tenemos suficientes nacimientos y la pirámide ya está alcanzando la posición contraria, carecemos de recursos suficientes que sufraguen los costes de estas personas mayores. Bueno, hay un sistema alternativo y es que ya que no tenemos hijos suficientes, podemos contar con aquellas personas que vienen de otros países; en la actualidad hay en España 5.053.000 extranjeros con tarjeta de residencia, o sea de forma legal, pero tampoco tenemos mucha afición a admitir esto, así que la solución no parece muy a la vista. Quiero que aquellos que tengan la paciencia de leer este artículo, al final del mismo les aporte la claridad suficiente para que decidiendo lo que considere mejor, lo haga con la mayor y más clara información; hasta el momento les he remitido el problema de la natalidad, el de la mortalidad, las consecuencias de la esperanza de vida, incluso la posibilidad que da la inmigración al problema, pero déjenme que les aporte algún dato más; la edad media de la población en 2016, era de 43 años, cuando en 1975 era de 33, ya es envejecer. Pero fíjense que si esto es preocupante, todavía lo es más en aquella parte de España que no es litoral o Madrid; Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla León, Castilla
La Mancha, Extremadura, Galicia y La Rioja, han tenido un decrecimiento de población y la edad media está por encima de las 43 años, Castilla León está en los 47 y Aragón en los 44,5; sin embargo Andalucía, Baleares, Canarias, Cataluña, Valencia, Madrid, Murcia, Navarra, País Vasco, Ceuta y Melilla, han crecido en su población y su edad media está por debajo de 43 años, Murcia está en los 40 años. Para mayor incidencia, en 286.000 Km2 más de la mitad de la superficie de España vive tan solo el 15% de todo el estado español y resulta que esta e la fotografía del interior, es normal que los políticos solo se ocupen de la costa y Madrid, es donde están los votos. Pues bien, deberemos empezar a pensar cómo vamos a desarrollar la economía con un panorama como este; los gobiernos deberán trabajar y mucho en subsanar esta situación y si nos empeñamos y lo creemos, lo haremos. Ahora bien, es preciso cuadrar los números ya que con una economía cogida por alfileres, los sustos serán más que las alegrías; les voy a mostrar un cuadro que nos permita entender esta preocupación: Hemos ya visto que España es un país que está envejeciendo y la pirámide demográfica, no nos augura un brillante futuro; el año 2016 éramos 46.488.000 habitantes y el INE nos dice que en el 2030 seremos 45.900.000 de habitantes y en el 2065,
41.000.000 de habitantes, mal camino, pero si hacemos cuentas con nuestra fortaleza laboral, verán lo que nos sale a fecha de hoy: De 0 a 19 años, hay 9.172.000 habitantes De 20 a 64 años, hay 28.611.000 habitantes De 65 años y más, hay 8.655.000 habitantes Pues con un cálculo rápido vemos que más del 38 % no es población activa, de éstos casi 9.000.000 son pensionistas, como unos 2.000.000 no cobran pensión por no haber cotizado y figuran en una familia que tiene un pensionista, quiere decir esto que en la franja de 20 a 64 años hay 2.000.000 que si son pensionistas, es decir en la edad de 55 a 64 años; además también tenemos 1.500.000 de estudiantes, la mayoría de 19 a 25 años, con lo cual la población real activa la dejaríamos ya en 25.000.000, también debemos tener en cuenta que unos 3.000.000 de esa franja, no trabajan en el concepto de fuera del hogar, así que en realidad estamos hablando de un máximo de 22.000.000 que deben ser capaces de generar la economía suficiente para mantener a 24.500.000, más ellos mismos. Difícil coyuntura, que debemos arreglar y esto sí que es una responsabilidad política, que necesitamos nos pongan soluciones y no parches para dibujar un país con más futuro y posibilidades.