la batalla de la arabetización
Mary Burnet '1
unesco
la batalla de la alfabetización
Publicado en 1965 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, ia Ciencia Y la Cultura pia? de Fontenoy, Pari~-7~ Impreso por L. P.-F.Danei, Loos (Francia)
,
0 Unesco
1965
MC.65/D.60/S
Prólogo
En septiembre de 1965 se celebrará en Teherán, por invitación de su majestad imperial el Shahinshah de Irán, un congreso mundial de ministros de educación para la liquidación del ..analfabetismo, convocado por la Unesco. ... La Conferencia General de la Unesco, en su décimotercera ,i: reunión, resolvió que el Congreso considerase : "u) El problema del analfabetismo, que continúa frusfrando. el progreso social y económico en muchas partes del mundo ; "6) Los planes nacionales para la liquidacióndel analfabetismo en los países donde todavía está difundido, y el intercambio de conocimientos para la preparación y la ejecución de estos planes ; "cj La forma en que estos planes para la liquidación del analfabetismo pueden contribuir más eficazmente al progreso económico y social, y a los objetivos del Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo; "d) C ó m o una acción internacional intensificada puede completar los esfuerzos nacionales a ese efecto ; "e) C ó m o obtener el mayor apoyo de la opinión pública y la participación activa de los hombres y mujeres de todos los países del mundo en una campana mundial para la liquidación del analfabetismo."
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En octubre de 1963, el Sr. René Maheu, Director General de la Unesco, presentando ante las Naciones Unidas un informe sobre la colaboración para lograr la liquidación del analfabetismo, señaló que la existencia de éste constituía no sólo ia
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negación de un derecho humano fundamental: el derecho a la educación, sino también un obstáculo importante para el desarrollo económico y una amenaza para la paz. “El más estricto realismo económico”, dijo, “sobre todo en este decenio consagrado al desarrollo, impone, lo mismo que la moral y la justicia, un esfuerzo decisivo en este plano fundamental. “Y finalmente, ¿quién no ve la amenaza permanente que constituye para la paz -la paz social, ante todo, pero también la paz internacional, la paz del mundo- la desigualdad cada vez más profunda que separa a aquella humanidad que goza de los beneficios de la educación y participa en el progreso de la ciencia, de la que, sin recibir la primera, admira sin comprender los prodigios de la segunda ; a la humanidad que hace la historia y que abre a la especie la ruta de los astros, de la humanidad que padece la historia y permanece encerrada en los horizontes de sus rutinas ancestrales ? Tengamos cuidado, nada es más grave para la seguridad que esa desigualdad cada día más amplia y más profunda.”
El propósito de este folleto,escrito por la periodista Mary Burnet, que trabaja en París, es familiarizar a la opinión pública con el problema del analfabetismo y con los esfuerzos que se despliegan en torno a él. La autora ha consultado la documentación reunida por la Unesco y ha interrogado a miembros de la Secretaría y a especialistas en la lucha contra el analfabetismo. Pero las opiniones expresadas son las suyas propias y no reflejan necesariamente los puntos de vista de la Organización.
Índice
Introducción
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¿Por qué hay que alfabetizar sin pérdida de tiempo?
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LQué se está haciendo en materia de alfabetización?
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D e los incentivos a las recompensas
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,i Quién hace el trabajo?
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Nuevos aliados de la alfabetización
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Centenares de idiomas ...
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...y millones de libros
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U n a estrategia selectiva
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Introducción
“Hace diez años”, dijo el director de una fábrica textil guatemalteca a su visitante, “era prácticamente imposible enseñar algo a nuestros obreros. Sencillamente, eran incapaces de comprender. Hoy, el 80 por ciento de nuestros trabajadores han sido alfabetizados y no queremos emplear a ningún analfabeto.” Para enseñar a sus obreros a leer y a escribir, la fábrica había abierto su propia escuela, no por filantropía, sino porque la dirección creía que la alfabetización sería beneficiosa. Y lo fue. La experiencia demostró que los obreros alfabetizados se adiestraban más de prisa y trabajaban más eficazmente. L a producción aumentó, y esto trajo consigo salarios más altos y mayores beneficios. Pero el director de la fábrica veía algo más que el provecho económico inmediato. También se refirió a los beneficios indirectos que podía rendir la educación de los trabajadores. “Está en juego algo más que la simple producción de una fábrica textil”, dijo. “Se trata del crecimiento económico del país. E n otras naciones, los obreros son consumidores. Aquí no han recibido educación y la demanda es m u y escasa. No tiene sentido hablar de industrializar un país si las fábricas no pueden vender lo que producen.” Esta era la opinión de un industrial. Pero en nuestros días es frecuente un razonamiento semejante en los países donde se opera una rápida transición de una forma tradicional de sociedad a una forma moderna, de un relativo aislamiento a una integración en un mundo cada vez más interdependiente. Muchos de
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Introducción
estos países han alcanzado hace poco su autonomía y están ansiosos por dar a su recién conquistada libertad política el soporte indispensable del vigor económico ; todos ellos saben que sus planes de desarrollo dependen de la mejor utilización de todos los recursos, tanto humanos como materiales. Por consiguiente, no es de extrañar que se dé a la educación una alta prioridad en sus planes nacionales de desarrollo. Educación para los jóvenes, ante todo, pero también educación para un vasto porcentaje de los adultos que no saben leer ni escribir. Porque en estos países vive la mayor parte de los analfabetos adultos que hay en el mundo. Económicamente, éstos rara vez alcanzan un nivel de vida más elevado que el de la simple subsistencia y muchos ni siquiera llegan a eso. Asimismo, todos ellos suelen sufrir de desnutrición y enfermedades. L a asistencia material - e n caso de que se disponga de ella- puede resolver sus problemas físicos inmediatos, pero sólo la educación es capaz de ayudarlos a mejorar su suerte y contribuir al desarrollo de sus comunidades. Los gobiernos, junto con varias organizaciones que los han ayudado los últimos años, están cada vez más convencidos de que aprender a leer y a escribir es una parte fundamental de esa educación. E n otras palabras, estos gobiernos estiman que el analfabetismo es un lujo que no pueden permitirse por más tiempo. Pero el analfabetismo, como sus maléficos acompañantes, no puede ser liquidado simplemente tomando decisiones ; es preciso encontrar la manera de hacerlas efectivas. Y lo irónico del caso es que los países donde el analfabetismo está más difundido son generalmente aquéllos que pueden dedicar menos recursos a combatirlo. Esto significa que cualquier serio esfuerzo por liquidar el analfabetismo en escala mundial, o al menos por reducirlo en una proporción considerable, requerirá la formación de un fondo común de recursos disponibles, en otras palabras, 'la cooperación por encima de las fronteras nacionales y regionales. Significa también que es indispensable hacer el mejor uso posible de todos los recursos consagrados a esta tarea. A m b o s imperativos han sido reconocidos, de manera general, por diversos pueblos y organizaciones empeñados en luchar contra el analfabetismo. Ellos se esfuerzan por llevar a cabo los programas de alfabetización, no a tientas, sino con el mayor conocimiento
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Introducción
posible de los mejores métodos, de los más económicos desde el punto de vista del dinero, de los materiales, de la energía humana y de los resultados que pueden dar. E n vísperas del esfuerzo más concertado emprendido hasta hoy para combatir el analfabetismo en escala mundial, será Útil puntualizar someramente y tratar de contestar algunas de las preguntas que, por lo general, suscita este tema. Se trata de preguntas realistas, e incluso escépticas, y está bien que así sea, pues ninguna persona sensata quiere prestar su apoyo a una causa sin estar convencida de que ésta lo merece y de que tiene .posibilidades de éxito.
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i Por qué hay que alfabetizar sin pérdida de tiempo?
EI anarabetismo es un problema que ha existido siempre; ¿por qué nos preocupa tanto hoy ? Esta aseveración no es rigurosamente exacta. Si el analfabetismo ha existido siempre, no siempre ha constituido un problema, o por lo menos, no lo ha sido en todas partes. E n las sociedades aisladas, autárquicas, cuya vida transcurría por cauces tradicionales, en las que nadie sabía leer ni escribir, el analfabetismo no planteaba un problema. Pero quedan pocas de esas sociedades. El analfabetismo se convirtió en un problema cuando los modernos medios de transporte y comunicación comenzaron a acercar cada vez más a los pueblos y a atraer hacia el cauce general a aquéllos que habían permanecido al margen de la corriente del progreso técnico ; cuando la independencia despertó la adormecida conciencia política de amplias regiones del mundo ; cuando comunidades y naciones comprendieron que debían abandonarse las viejas normas y que las nuevas, basadas en la ciencia moderna y en la tecnología, eran necesarias a su supervivencia.A medida que se acelera el desarrollo técnico y aumenta la población, se agudiza el problema del analfabetismo. Se dice que más de 700 millones de personas, la mitad de los adultos del mundo, son analfabetas. 2 C ó m o se ha calculado esa cifra? Los países donde más abunda el analfabetismo deben ser aquéllos en que es más dificil conseguir la información necesaria. Efectivamente, y la cifra de 700 millones de adultos analfabetos es, desde luego, aproximada y se basa en los datos proporcio-
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¿Por qué hay que alfabetizar sin pérdida de tiempo?
nados por los censos para los países donde se dispone de ellos, y en hipótesis para los demás. Lo cierto es que esa cifra constituye un mínimum. El término “alfabetizado” suele indicar simplemente que la persona es capaz de firmar. E n algunos países, los funcionarios encargados del censo se han limitado a preguntar a los interesados si sabían o no leer y escribir y buen número de respuestas afirmativas no correspondían a la realidad, como se comprobó posteriormente. Ningún país está enteramente exento de analfabetos ; en todas partes hay personas que por una u otra razón no saben leer ni escribir, pero el analfabetismo general prevalece sobre todo en Asia, Africa y América Latina, en las regiones donde el promedio de la renta es más bajo y más aguda la necesidad del desarrollo general, tanto económico como social. U n estudio recientemente efectuado por la Unescol muestra que en 1962 el número de analfabetos de más de quince años de edad era el siguiente: Asia y Oceanía (menos China Continental, Vietnam Septentrional y Corea Septentrional), de 347 a 357 millones ; Africa (menos la República de Sudáfrica), de 115 a 122 millones; América en su conjunto, de 49 a 51 millones ; Europa y URSS, de 20 a 28 millones. E n total, de 531 a 558 millones. Aunque no se posean datos equivalentes de la China Continental, Vietnam Septentrional, Corea Septentrional y República de Sudáfrica, se sabe que en dichos países el total de analfabetos era, en 1950, de 184 a 207 millones. Admitiendo que esas cifras sean todavía válidas, si sumamos sus promedios vemos que hay en el mundo un total de 740 millones de adultos analfabetos. Ese estudio sobre d analfabetismo fue el segundo llevado a cabo por la Unesco. El primero dio cuenta de la situación mundial hacia 1950. U n a comparación entre los dos estudios muestra que, si bien el porcentaje de analfabetos en el mundo disminuyó entre 1950 y 1962, el total había aumentado, pese a los considerables esfuerzos realizados por abrir escuelas para los niños. La enseñanza primaria está lejos de ser universal y la población continúa aumentando. Pero con enseñur a leer y escribir no se remediarán los demás 1. Las actividades nacionales de alfabetización. Unesco, 1965. 2. World illiteracy at mid-century L’analphabétisme dans le monde au milieu du XXe siècle.
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La batalla de la alfabetización
males que aquejan a la humanidad. Cuando un hombre tiene hambre, lo primero es alimentarlo. Cuando está enfermo, lo primero es proporcionarle el remedio que necesita. En la mitad del mundo, por lo menos, no se ha conseguido ni siquiera eso.
Sí. Pero aun cuando pudiésemos proporcionar ayuda de emergencia a todos los que la necesitan, no se evitaría que volvieran a presentarse idénticas situaciones. H a y que dar de comer al hambriento, pero también proporcionarle el medio de ganarse la vida. Hay que curar al enfermo, pero también enseñarle a evitar los hábitos antihigiénicos causantes de sus enfermedades. Sólo la educación puede hacer todo eso. Pero i ese género de educación debe abarcar la alfabetización ? U n analfabeto puede aprender higiene o un oficio. Es posible y a veces es lo único que se puede hacer :enseñarle, de viva voz o con ejemplos, lo que necesita aprender con mayor urgencia. Pero hay un límite -que se alcanza en seguida- a la ayuda que puede dársele de ese modo, si al mismo tiempo no se le alfabetiza. Además, es en cierto m o d o insultante enseñar a un hombre una serie de técnicas sin mostrarle cómo puede seguir aprendiendo. Usted dice “ayabetizar” en lugar de “enseñar a leer y a escribir”.
i H a y en ello diferencia? Sí. Según lo entienden actualmente los educadores, el término alfabetización quiere decir mucho más que la mera capacidad de descifrar una página o de escribir al dictado. Quiere decir ser capaz de leer y escribir con soltura suficiente como para emplear ese saber con fines prácticos : leer un periódico, por ejempIo, o escribir una carta. Significa aprender a manejar las cifras como para hacer operaciones sencillas. Para ese género de alfabetización los especialistas han acuñado la expresión “alfabetización funcional”,o sea alfabetización que sirve. Se considera alfabetizado funcional al hombre capaz de emplear la lectura y la escritura para comunicarse con la mayoría de las personas educadas de su mismo grupo social. Es evidente que el nivel de alfabetización funcional no será el mismo en todas partes, pero el hombre que Ilegue al nivel requerido por su estudio habrá franqueado el paso de la cultura oral a la escrita. Si no da ese paso, su “alfabetización”será sólo un adorno, frágil por demás, pues es probable que se enmohezca por falta de uso. 14
El hombre que sabe leer y escribir es dueño de su destino
[Foto UnescolGerda Bohm]
La batalla de la alfabetización
L a alfabetización funcional es la llave que abre la puerta del futuro, porque la persona que ha llegado a su término ya sabe aprender sola y ha recorrido un largo camino para convertir en realidad su derecho fundamental a la educación. E n adelante, ya no tiene por qué bastarle lo que los demás quieran enseñarle ; puede descubrir por sí misma lo que le interese conocer. Puede mejorar su situación profesional y emplear mejor su tiempo libre. H a aprendido a reflexionar sobre cuanto lee, a establecer comparaciones y a sacar sus propias conclusiones. Puede contribuir de manera más efectiva a la vida cívica y política, puede expresar sus opiniones y defender sus derechos. Y a no se siente como un instrumento manejado por los demás, sino dueña de su destino. Ei afán de independencia personal es ciertamente una de las principales razones del actual entusiasmo por aprender a leer. Los gobiernos lo saben y si planean o llevan a cabo campañas de alfabetización de adultos,no es sólo porque piensan que la alfabetización es conveniente para el pueblo y el país, sino también porque el pueblo pide que se le instruya. Muchos de los países que intentan compensar su retraso tecnológico han anunciado ya planes ambiciosos para instituir la enseñanza primaria universal. Escolarizando a todos o casi todos los niños i no se resolvería el problema de la alfabetización de adultos ? Sí, se resolvería en algún momento, pero no en el momento
oportuno. Si no se enfrenta de inmediato el problema de la alfabetización de adultos en los próximos veinte años, llegará a ser el principal obstáculo que se oponga al desarrollo. Y los próximos veinte años serán cruciales, pues en muchos casos permitirían compensar un retraso de siglos. Los países en vías de desarrollo no pueden darse el lujo de dejar que sus adultos analfabetos sean realmente lo que algunos pesimistas han dado en llamar una “generación perdida” ; sería pagarlo demasiado caro. C o m o dijo recientemente un educador : “Esta generación perdida es la que constituye la m a n o de obra actual, paga los impuestos, conserva en buen estado las carreteras, cultiva la tierra, emplea el dinero en adquirir los artículos que necesita y con ello da vida al comercio. Entrelos que pertenecen a esa generación perdida, la policía y el ejército reclutan sus efectivos ; ellos son los que votan y a ese mismo grupo pertenecen también los miles de desempleados de las grandes ciudades. Es imposible ignorar su existencia.”
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iPor qué hay que alfabetizar sin pérdida de tiempo?
Otro hecho que debe reconocerse es que el analfabetismo de los adultos obstaculiza la educación de los niños. Los padres instruidos saben el valor de la enseñanza y se interesan por mandar a sus hijos a la escuela. Pueden discutir con ellos y con los maestros la labor escolar, mantener despierto el interés de los niños por el estudio y ayudarlos a franquear los obstáculos. L a educación de los niños y la de los adultos deben ser manifestaciones paralelas de un esfuerzo coordinado. Eso sería pedir demasiado. Sabemos de sobra con cuántas diJcultades tropiezan algunos países en vías de desarrollo para poner en práctica sus programas escolares. Si al mismo tiempo han de llevar a cabo programas de alfabetización de adultos, ¿cómo harán para soportar esa carga ?
En efecto,es pedir demasiado. Pero los gobiernos de la mayor parte de esos países están convencidos de que la alfabetización -la alfabetización funcional- es una parte indispensable de sus programas de desarrollo.L a consideran una de las inversiones esenciales que deben hacer y mucho más productiva que la construcción de centrales eléctricas, fábricas o mejores carreteras. Cuando un país intenta desarrollarse rápidamente necesita la máxima contribución de cada ciudadano. Pero nadie dará lo mejor de sí mismo sin saber adónde va, si no está convencido de que el mejoramiento se ha puesto en marcha ya y de que en ello va su interés. Sólo la educación le permitirá comprender los cambios que se produzcan y le ayudará a desempeñar su papel con discernimiento.Esa relación inmediata de la educación con el desarrollo es tema común a todos los planes actuales de las naciones en rápido desarrollo, pero pocos han expresado mejor su concepto que el presidente de Tanzania, Sr. Julius Nyerere, al presentar al Parlamento el año pasado el plan quinquenal de su gobierno: “Nuestro pueblo quiere la independencia por dos razones : para afirmar su propia dignidad y el respecto de sí mismo, y para poder labrar su propio porvenir. L a independencia nos confirma en nuestra dignidad y nos abre nuevas oportunidades. H e m o s de aprovechar esa coyuntura y nuestro orgullo nacional ha de sentar sus bases en una población sana, instruida y próspera.” Subrayando la importancia de la educación en el proceso de desarrollo, prosiguió diciendo : “En primer lugar debemos educar a los adultos. Nuestros hijos no influirán en 17
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el desarrollo económico del país hasta dentro de cinco, diez o incluso veinte años. Las actitudes de los adultos en Sumakaland, por ejemplo, tienen, en cambio, una repercusión inmediata. E ! pueblo debe comprender los planes para el desarrollo de este país, debe ser capaz de participar en los cambios necesarios. Sólo si quiere y puede hacerlo, el plan será un éxito. El aumento de las inversiones tanto en la agricultura como en el desarrollo de la comunidad, y los nuevos proyectos de educación de adultos, son partes de nuestra propia preparación para la labor que debemos llevar a cabo.” Pero , jdónde encontrar alpersonaldocente y el dinero para cubrir los gastos ?Cualquiera que sea el entusiasmo de los gobiernos,elhecho es que,de los muchos países que necesitan ese género de educación, los que menos pueden sufragar los gastos que entraña son mayoría.
Muchos de ellos necesitarán ayuda para llevar a buen término sus programas de alfabetización, como la necesitarán para otras fases de sus planes de desarrollo. Afortunadamente, la utilidad de esa ayuda es hoy generalmente reconocida por aquéllos que pueden proporcionarla, tanto los gobiernos como los organismos intergubernamentales y las diversas organizaciones voluntarias. Ese despertar general de los afortunados y de los desposeídos señala una nueva etapa en la lucha contra el analfabetismo. Por vez primera parece posible convertir en realidad mundial el derecho a la educación. Posible,mas no fácil. Por grande que sea el afán de aprender, por mucha que sea la buena voluntad, la batalla no podrá ganarse si no se hace el mejor uso de todas las armas disponibles y de todos los recursos que puedan utilizarse. N o sólo debemos estar dispuestos a luchar contra el analfabetismo, sino que hemos de aprender a hacerlo con el máximo de eficacia. Debemos hacer uso de todos los conocimientos téoricos que los especialistas pueden proporcionarnos y, sobre todo, metodizar todos los conocimientos prácticos que se han recogido durante las campaiias de alfabetización llevadas a cabo en determinados países o regiones. Durante los Últimos cincuenta años, y particularmente en los últimos veinte, se han realizado bastantes campañas de ese tipo. El éxito las ha coronado en m u y diverso grado, pero en conjunto han proporcionado u11 fondo de experiencia que puede constituir, para todos aquellos que quieran participar en la próxima campaña mundial de alfabetización, una guía inapreciable en la realización de su labor.
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¿Qué se está haciendo en materia de alfabetización?
“i Nunca es demasiado tarde para aprender! i Nunca es demasiado tarde para aprender!” clama alguien a través del altavoz instalado en la camioneta blanca y reluciente que el conductor hace zigzaguear en la calle de la aldea, entre una confusión de amas de casa, niños y gallinas. Las madres miran con curiosidad, las gallinas cacarean y huyen espantadas, los niños, encantados con cualquier novedad, corren gritando detrás de la camioneta en dirección de la escuela de aula Única. El chófer salta del auto con un cartel en una mano y un bote de engrudo en la otra. Minutos más tarde, cualquier habitante de la aldea que sepa leer p6drá repetir a su vecino lo que acaba de anunciar el altavoz. Van a dar comienzo las clases para las personas mayores. La próxima noche vendrán a proyectar películas y a contestar preguntas, y después, los hombres y mujeres que quieran podrán inscribirse y comenzar a frecuentar este nuevo género de escuela. Allí podrán aprender a leer y escribir y muchas otras cosas que les serán Útiles en la vida, por ejemplo cómo aumentar sus cosechas de mijo o el m o d o de proteger a sus niños de enfermedades que pueden causarles daños irreparables. E n esta ocasión la escena transcurre en Africa, pero, con algunas variantes, se repite muchas veces en Asia, en América Latina o en el Oriente Cercano y Medio. L a alfabetización da comienzo en Irán cuando un joven sargento del ejército llega en su caballo a la aldea desde su base lejana situada en la Ilanura. E n Libia, un “jeep” de ruedas oruga abre surcos en la arena del 19
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Sahara. E n las altas montañas del Perú se iza una bandera azul y blanca cuando llega el momento de iniciar la clase radiofónica
de alfabetización. E n otras partes, un joven maestro de escuela va a reunirse con hombres y mujeres sin empleo que necesitan aprender a leer y a escribir -algunos de ellos por segunda vezpara poder conseguir trabajo. Esta vez la escena es en Chicago. L a alfabetización general solía acompañar al progreso técnico. E n la Europa del siglo XIX,la industrialización iba generalmente seguida del establecimiento de escuelas primarias sostenidas por el Estado, después de que generaciones de niños sin instrucción alguna perdieran su salud y embotaran su inteligencia en largas horas de trabajo de fábrica. Generalizadas las escuelas, el analfabetismo fue gradualmente perdiendo terreno a medida que los alumnos crecían y sustituían a las viejas generaciones. El siglo xx no puede esperar a que se opere este proceso. L a ciencia y la tecnología van adquiriendo nuevo impulso, la población aumenta y las guerras y las agitaciones sociales han sacudido nuestro planeta como nunca en la historia, de m o d o que las viejas maneras de vivir van cayendo en desuso y el deseo de modernización,industrialización y educación ha irrumpido súbito y explosivo,muchas veces como resultadode los cambios políticos.
,i Para qué sirve construir carreteras e instalar líneas telegráficas, preguntaba Tolstoi hace un siglo, en un país donde, según sus cálculos,no pasaba de 1 %la población que sabía leer y escribir? Tolstoi pecó, quizás, de excesivamente pesimista, pero aún treinta años después (en 1897) los censos daban una proporción de 26.3 % de alfabetizados en la población rusa. Cuando se implantó el régimen soviético, se calculaba que -contando rusos y no rusos- el 80 % de la población era en realidad analfabeta. Para que tan vasto territorio llegara a poseer una economía equilibrada que le permitiera sobrevivir como nación, era absolutamente indispensable la educación. Lenin calificó el analfabetismo de “enemigo número uno”. E n 1920 se inició un movimiento para eliminar el anafabetismo entre los adultos,juntamente con la campaña para crear escuelas para los niños. A pesar de la inmensidad del problema, en 1941 se había liquidado en general el analfabetismo y el censo de 1959 arrojó una tasa de alfabetización de 98,5 %. Refiriéndose a la historia de la educación en su país, un funcio20
Nunca es tarde para aprender
[Foto Unesco/R. Corpel]
La batalla de la alfabetización
nario soviético manifestó recientemente que la alfabetización entre las dos guerras había sido “un trabajo relativamente fácil” en las regiones donde la lengua materna era el ruso. Pero en muchas zonas de la Unión Soviética no se hablaba el ruso; la mitad de la población conocía una de las sesenta lenguas existentes. Algunas de éstas ni siquiera existían en forma escrita. L a escritura de otras era tan complicada que los adultos analfabetos no eran capaces de aprenderla en el tiempo de que disponían. Por Último (de?pués de algunas experiencias con caracteres latinos), todas esas lenguas se transcribieron en alfabeto cirílico - e l que se emplea en la escritura rusa- hubieran tenido o no anteriormente una forma escrita. El uso de los caracteres cirílicos facilitó a los niños de las escuelas la adquisición del ruso como segundo idioma, después de haber aprendido a escribir en el propio idioma. El estudio intensivo del ruso, como segunda lengua aunque no como primera, se hizo obligatorio en las escuelas de toda la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y, gracias a este sistema, los jóvenes educados en cualquier parte de la Unión Soviética pueden proseguir estudios superiores en ruso sin dificultades linguísticas. También Turquía se enfrentó con un problema lingüístico y un problema de alfabetización en 1923, cuando fue derrocada la monarquía y sustituida por una forma republicana de gobierno. Sólo el 10 % de la población sabía leer y escribir, y el presidente Mustafá Kemal (conocido más tarde c o m o Kemal Ataturk) estaba decidido a fomentar la educación, juntamente con otras reformas concebidas para “occidentalizar” al país. Durante mil años -desde la conquista musulmana- la lengua turca se había escrito en caracteres arábigos, aunque no es una lengua árabe y esos caracteres no eran los más apropiados para transcribir sus sonidos. Eso, sumado a su afán de “occidentalización”, incitó a Kemal a decretar que la lengua turca se escribiría en adelante con caracteres romanos, que la primera enseñanza sena obligatoria’yque todas las personas de dieciséis a cuarenta años de edad frecuentarían la escuela para aprender el nuevo alfabeto. Fue tan grande el empeño del vehemente Kemal en la ejecución de estas m-evas disposiciones que, a veces, entraba sin previo aviso en una clase, interrumpía al maestro e iba al encerado a encargarse personalmente de la enseñanza. En su momento, las leyes de Kemal relativas a la lengua y a la
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A pesar de todo lo que se hace, el total de analfabetos continúa aumentando
[Foto Unesco/Hunnar Publicity]
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alfabetización causaron verdadera consternación, así como ias que reconocían a las mujeres su libertad y les prohibían velarse en público el rostro. Ambas reformas dieron fruto. La alfabetización ha aumentado de 10 a más de 40 %,y las niñas, que rara vez frecuentaban la escuela,hoy son tan numerosas en las aulas como los muchachos. En México se inició en 1944 una campaña nacional contra el analfabetismo. Otras campañas nacionales -especialmente en Europa meridional y oriental- seiniciarona raízde las sacudidas políticas producidas por la segunda guerra mundial. Recibió un nuevo impulso la demanda creciente de alfabetización a medida que planeaban su independencia o la lograban países que,sobre todo en Asia y Africa, habían estado bajo el dominio extranjero -y también otros que, abandonando prácticas caducas,comenzaban a planear un futuro en el que se invitaría a la generalidad de los ciudadanos a participar más activamente en la vida nacional. La encuesta mundial sobre alfabetización y educación de adultos llevada a cabo conjuntamentepor la Oficina Internacional de Educación y la Unescol y cuyos resultados se publicaron en 1964, puede darnos una idea de la amplitud que ha logrado en nuestros días el movimiento de alfabetización.D e ochenta y ocho países que contestaron a la encuesta, veinticinco informaron que en realidad habían eliminado ya el analfabetismo. En la mayoría de los otros, se estaban llevando a cabo o se preveían para un futuro próximo tareas de alfabetización de adultos.Entre los veinticinco donde el analfabetismo general había cesado de ser un problema, algunos indicaban qiie habían organizado cursos complementarios de alfabetización para los adultos que hubieran recibido poca o ninguna instrucción primaria, o hubiesen recaído en el alfabetismo después de abandonada la escuela. Las múltiples campañas organizadas contra el analfabetismo en los últimos veinte años han sido muy distintas en lo que toca a su alcance,objetivosy métodos.Algunos de losplanes nacionales más ambiciosos se han dirigido a todos los adultos analfabetos 1. Alphabétisation et éducation des adultes I Literacy and education for adults, XXVII Conferencia Internacional de Instrucción Pública. Publicado conjuntamente por la Oficina Internacionalde Educación y la Unesco. Ginebra, 1964.
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qué se está haciendo en materia de alfabetización?
de la población activa. Otras campañas han concentrado su atención en grupos especiales, tales como obreros de fábrica, campesinos, amas de casa, adolescentes sin empleo, reclutas amartelados, presos, conductores de autobuses, comerciantes y hasta mujeres de harén. Algunas campañas se han propuesto una alfabetización muy elemental ; otras han tratado de llegar al nivel funcional. Algunas se han llevado a cabo independientemente de otras medidas de carácter social y económico, pero, como queda ya dicho, hay una tendencia creciente a relacionar la labor de alfabetización con proyectos más amplios de desarrollo. La elección de los métodos se ha hecho, no tanto por consideraciones teóricas, como según los medios disponibles -medios materiales y, sobre todo, el personal docente. Las clases de alfabetización se han organizado en tiendas de campaña, en chozas destartaladas y al aire libre, a la sombra del proverbial árbol, el mango, a veces con un libro o un lápiz para dos alumnos. El personal docente ha estado constituido por voluntarios, maestros de escuela primaria y, en unos pocos casos afortunados, personal especialmente preparado para esta labor. N o todos estos programas son patrocinados por los gobiernos. E n algunos casos su funcionamiento corre enteramente a cargo de agrupaciones de carácter voluntario, cuya labor de alfabetización ha precedido muchas veces la intervención de los gobiernos, e incluso los ha incitado a la acción. Entre esas agrupaciones -a veces internacionales y, en ocasiones, nacionales o locales- hay organismos de carácter religioso, asociaciones estudiantiles, sindicatos, organizaciones femeninas, agrupaciones de periodistas, etc. E n algunos casos, empresas industriales y comerciales han organizado cursos de alfabetización para sus empleados. Muchas veces se ha establecido una estrecha colaboración entre los programas oficiales y los programas voluntarios o patrocinados por personas o instituciones privadas. Y desde la segunda guerra mundial, muchos países en desarrollo han podido beneficiarse de Ia ayuda extranjera, ofrecida directamente por los gobiernos de otros países o prestada a través de organizaciones intergubernamentales. Entre estas últimas la principal es la Unesco, cuyo entusiasmo e interés por la lucha contra el analfabetismo están claramente expresados en su propia Constitución, que la define como el organismo especializado de las Naciones Unidas para la
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educación, ia ciencia y la cultura. C o m o muchos de los países a los que ha prestado o está prestando ayuda, la Unesco cuenta con un presupuesto sumamente reducido en comparación con los problemas a que tiene que hacer frente. E n consecuencia, su papel más importante debe ser el de catalizador -tanto en la esfera de ia alfabetización como en otras. Ahora bien, como dijo recientemente un funcionario de la Unesco que se ocupa de educación,los esfuerzos de ia Organización deben concentrarse en tratar de fomentar el proceso de fertilización mutua, en virtud del cual ideas, métodos y experiencias útiles que se hayan manifestado en una parte del mundo puedan ponerse a disposición de los demás. Esta acción se ejerce de varias maneras, la mayor parte de ellas poco espectaculares.Se conceden becas para viajes y estudios en el extranjero a personas que ocupan o van a ocupar puestos importantes en la lucha contra el analfabetismo en sus propios países.Asimismo, previa demanda, se envían expertos que ayudan a los gobiernos en el planeamiento y ejecución de sus programas nacionales de alfabetización.C o n objeto de facilitar intercambios de conocimientos y experiencias, se organizan conferencias, seminarios, reuniones prácticas y cursos de formación para grupos de especialistas que tengan intereses análogos. Generalmente, esas reuniones se organizan en escala regional y agrupan a hombres y mujeres de un grupo de países que, a pesar de las diferencias nacionales, tienen que hacer frente a problemas comunes. Asimismo ia Unesco ha establecido centros regionales, por un plazo más o menos largo, para formar organizadores y administradores de ia educación de adultos y de programas de alfabetización, de categoría superior. D e los dos centros que funcionan en la actualidad, uno se encuentra en Sirs-el-Layyan (RAU)y sirve a los Estados árabes. El otro se encuentra en Pátzcuaro (México) y acoge a estudiantes de América Latina. Ei personal de ambos centros procede no sólo de la Unesco sino también de ia Organización Mundial de la Salud,ia Organización para la Agricultura y la Alimentación y la Organización Internacional del Trabajo. La Unesco ha establecido o ha colaborado en la creación de algunos centros regionales más especializados que se ocupan de problemas relacionados con la alfabetización, tales como el
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i Qué se está haciendo en materia de alfabetización?
Centro Regional para la Producción de Material de Lectura en Asia Meridional, establecido en Karachi, Pakistán ; un nuevo centro de producción de libros de texto en Yaundé, Camerún ; el centro de investigación sobre el uso de técnicas audiovisuales en la educación, instalado en Dakar, Senegal ; el Instituto Latinoamericano de Cinematografía Educativa de México, D.F., y otros más. En la actualidad se están ampliando las actividades de esas instituciones para que puedan prestar más ayuda en las campañas de alfabetización. L a Unesco coopera igualmente en la formación de especialistas en planeamiento y administración de la enseñanza, una de cuyas funciones consiste en integrar las campañas de alfabetización dentro de los planes generales de desarrollo de la educación de los países. Esta formación se lleva a cabo en cinco centros regionales (Beirut, Nueva Delhi, Dakar, Santiago de Chile y Bangkok) y en el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación, en París. El Instituto Internacional, establecido por la Unesco en 1963, realiza también investigaciones superiores sobre problemas y métodos de planeamiento. Además, la Unesco sirve de fuente de información especializada sobre alfabetización y otros problemas relacionados con la educación, para sus Estados Miembros y organizaciones no gubernamentales. Su Centro de Intercambio de Informaciones y de Educación es una biblioteca especializada que reune libros y folletos, informes de experimentos y todo posible dato sobre las actividades en la esfera de la educación en todo el mundo. En la Sede de la Organización, en París, este material está a disposición de los especialistas y estudiantes que deseen consultarlo, y sirve de valiosa fuente de documentación para todos los que deseen resolver problemas especiales o planear nuevos programas. Por Último, el programa de bonos de ayuda de la Unesco permite que tanto personas particulares como organizaciones de carácter voluntario de países adelantados puedan cooperar en el envío de equipo y suministros para proyectos de alfabetización y otros programas de educación en países en vías de desarrollo. C o n cargo a ese mismo programa, se han subvencionado las actividades de intercambio de informaciones destinadas a poner en relación a los futuros candidatos para servicios a largo plazo, con los proyectos que puedan necesitar de la cooperación de los mismos.
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De los incentivos a las recompensas
“Sólo se puede enseñar a un hombre aquello que desea conocer.” Esta afirmación es tan obvia que parece. innecesario demostrarla. Pero los especialistas en alfabetización suelen repetirla porque es uno de los principios básicos que deben guiar todos sus esfuerzos. El otro principio es un corolario de éste :el hombre recordará lo que aprende sólo si tiene oportunidad de utilizarlo para mejorar y enriquecer su vida. E n un manual del gobierno de la India para la educación social de los trabajadores, se afirma que “la historia de los movimientos de alfabetización en todo el mundo está llena de fracasos, debido, sobre todo, a que se han iniciado las clases sin haber creado entre los estudiantes un estímulo o el deseo de aprender a leer y a escribir”. También pueden aducirse otras razones importantes de este fracaso, pero la falta de estímulo figura entre las primeras. Los cursos de alfabetización se han organizado a veces como respuesta a una demanda espontánea. En otros casos,la demanda había sido creada deliberadamente por los gobiernos u otros organismos sociales, convencidos de que la alfabetización contribuiría a mejorar la condición de la población. Muchas otras veces, -y por eso el problema es hoy tan decisivo- se ha formulado insistentemente la demanda, pero los gobiernos no han podido satisfacerla por carecer de los medios necesarios.
“i, Para qué quiere U d . aprender a leer ?”Esta es la pregunta que han formulado millares de veces los investigadores y maestros
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De los incentivos a las recompensas
en todo el mundo y a la que a veces se han dado respuestas\ sorprendentes. Naturalmente, en muchas ocasiones los motivos alegados son de carácter económico. Un hombre puede pensar que si sabe leer podrá obtener un empleo mejor, o sacar más provecho de su granja o su comercio, o cambiar de ocupación para obtener mayores beneficios. Si se dedica a los negocios, quizá desee llevar su contabilidad para evitar que le engañen. “Creo que he aprovechado al máximo el curso”, afirmaba una mujer de Jamaica. “Tengo una pequeña tienda. Solían robarme, Desde que he aprendido a leer y a escribir ya no pueden hacerlo.” Para una a m a de casa puede haber otras razones prácticas, generalmente relacionadas con su deseo de cuidar mejor a su familia y de proporcionar a sus hijos una buena preparación para la vida. En otras ocasiones la alfabetización es un medio de conseguir o mantener cierto prestigio social. “Los jóvenes nos respetarán más a los viejos del pueblo si sabemos leer y escribir“,es la respuesta que se ha dado en más de una ocasión. E n los cursos nocturnos de alfabetización de Yaundé, en el Camerún, la mayoría de los alumnos son mujeres que nunca tuvieron la oportunidad de ir a la escuela y que desean estar a la par de sus maridos más instruidos. En muchos países, las gentes afirman estar cansadas de la vergüenza de poner la impresión digital en lugar de la firma. Pero no sólo de pan vive el hombre, ni de los símbolos de su nivel social. Tiene también una vida privada que proteger. En una lejana comunidad de la República del Níger, la mayoría de los hombres y mujeres explicaron que asistían a los cursos de alfabetización porque deseaban “ser capaces de guardar sus secretos”, con lo cual querían decir que deseaban ser capaces de leer y escribir sus propias cartas. La misma razón, expresada de manera menos pintoresca, ha sido aducida repetidas veces en otras partes, especialmente por los que han emigrado del campo a la ciudad y desean mantenerse en contacto con sus familiares que allí quedaron. (Sin embargo, esto no puede considerarse siempre como un motivo. Para conseguir que los hombres de una ciudad del norte de Africa dejaran que sus mujeres asistieran a las clases, el maestro dijo a uno de ellos :“Si su mujer viniese, podría aprender a escribir sus propias cartas” - ‘LAquién ?” preguntó el marido, escamado.) 29
La batalla de la alfabetización
En el analfabeto que emigra a la ciudad nace forzosamente el deseo de leer. “ U n a ciudad es de por sí como un libro”, afirma un educador. H a y signos, anuncios y carteleras por todas partes, indicaciones de los precios en las tiendas, rótulos e instrucciones en las latas de conservas y en los envases. E n las ciudades de Asia y Africa -y no sólo en ellas- hay actualmente muchos emigrantes del campo, que llegan con la esperanza de encontrar trabajo pero que, por ser analfabetos,únicamente pueden obtener los empleos peor remunerados. Al mismo tiempo, las necesidades más elementales de la vida diaria en la ciudad plantean problemas desconcertantes. N o hace mucho, en París, un hombre estuvo a punto de ir a la cárcel por no saber leer los nombres de las estaciones del “Metro”.Era un senegalés analfabeto que vivía cerca de la calle de Tolbiac. Cada noche tomaba el Metro desde el lugar de trabajo hasta su casa y generalmente conseguía bajar en la estación “Tolbiac”,porque contaba el número de estaciones intermedias. Pero a veces le fallaban los cálculos y ya fuera de las puertas descubría que había salido a una estación equivocada. Entonces, intentaba entrar otra vez en la estación sin gastar un nuevo billete. U n a noche fue sorprendido por un taquillero que le increpó y llamó al jefe de estación. Ante la imposibilidad de hacerse comprender, el senegalés trató de defender su punto de vista con el Único medio que le quedaba : a puñetazos. Llevado ante los tribunalesfue condenado a un mes de cárcel,pero el juez consideró el analfabetismo como circunstancia atenuante y lo sentenció a una condena condicional.A u n cuando el periodista que contaba el caso no lo dice, es de suponer que el juez le facilitó también las señas del curso de alfabetización de adultos más cercano. Precisamente para semejantes casos se han organizado en los últimos años, en París, varios de estos cursos. E n los países donde existe una elevada conciencia política, mucha gente desea poder leer los periódicos para saber lo que pasa y votar de manera inteligente. Donde existen escuelas, los padres desean estar al tanto de la educación de sus hijos. Habitualmente este deseo se expresa en términos bastante generales, pero en el Camerún una madre de siete niños tenía una razón más precisa :
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quería que su hijo dejase de hacer novillos. Este se había acostumbrado a llevar a casa cada noche su cuaderno escolar y lo enseñaba a su madre como prueba de los progresos que iba realizando. L a madre lo miraba y se daba por satisfecha, hasta que un vecino que sabía leer vio por casualidad el cuaderno y le dijo que había estado mirando durante tres meses la misma página. Durante todo ese tiempo el niño no había puesto los pies en la escuela. Por último, a menudo se desea aprender a leer, no c o m o un fin en sí mismo, sino como el camino más directo hacia el propio enriquecimiento espiritual y cultural. Tanto en Oriente como en Occidente existen siempre algunos individuos alfabetizables cuyo principal objetivo es el de poder leer los libros sagrados de su religión. Especialmente en las naciones que acaban de independizarse, son cada vez más numerosas las personas interesadas en la historia y las realizaciones pasadas de su pueblo. Otros, que por los relatos de viajeros o por la radio han entrevisto horizontes distintos, desean saber más y comprenden que la Única manera de conseguirlo es leyendo. E n resumen, han contraído una enfermedad epidémica que invade el mundo : la curiosidad intelectual. Ocurre también, y con más frecuencia de lo que el observador superficial podría sospechar, que cuanto más profunda es la ,necesidad de aprender, menos se manifiesta. “Más de uno me ha dicho : -Estas gentes están acostumbradas a la pobreza. Es mejor dejarlas en paz”, afirma la Sra. Welthy Fischer, fundadora de la Casa de Alfabetización de Lucknow, en la India. “Las personas cultivadas no saben que los analfabetos ya no están en paz.” H o y en día, una persona incapaz de leer y escribir suele sentirse inadaptada. E n un ambiente donde el contacto con la letra impresa es cada vez mayor, se siente cada vez más extranjera. El profesor Nazareno Padellaro, ex director de la Campaña Nacional de Alfabetización de Italia, describe de una manera patética c ó m o puede extenderse esta actitud en el espacio de una o dos generaciones : “YG, que,nací y viví durante bastante tiempo en una región donde estaba m u y extendido el analfabetismo, recuerdo a muchos analfabetos serenos y felices, en paz consigo mismos y con los demás. Los analfabetos que hoy conozco tienen conciencia de ser inútiles e inutilizables ; rechazados, ignorados, aliados
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El alfabetizado puede conseguir un empleo mejor Mientras otro escriba sus cartas, no podrá guardar ningún secreto
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[Foto UnescolDominique Roger]
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[Foto Unesco/Almasy-Vauthey:
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involuntarios de las fuerzas desconocidas que los expulsan de la sociedad civilizada, tratan de ser aún más inertes.” Esta es la gente que nunca se atreverá a pedir ayuda, siendo la que más la necesita. Existen también estímulos negativos que alejan de los cursos a los analfabetos.Unas veces derivan de la superstición,como en el caso de ciertas tribus de indios de México que temen los libros porque los considerancomo símbolos de la magia blanca. Durante mucho tiempo, en los pueblos del norte del Camerún los musulmanes se resistían a la alfabetización porque, aunque algunos de ellos sabían de memoria ciertas partes del Corán, consideraban sacrílego leer otros libros. También las costumbres pueden contribuir a alejar a los alumnos en potencia, como en aquellos países donde las mujeres no salen de sus casas o no se considera conveniente proporcionarles educación. A veces la razón de una aparente falta de interés reside en la rivalidad existente entre diversos grupos religiosos. Otras, aunque parece inverosímil decir actualmente estas cosas, la gente se mantiene al margen por temer represalias ; aun cuando la opinión pública internacional obliga hoy a los poderosos de este mundo a manifestar simpatía por la causa de la educación universal, todavía existen algunos que saben que su posición se vería m u y comprometida si triunfase aquella causa, debido a ias nuevas exigencias que la educación determina. Los cursos de alfabetización que se desarrollan dentro de sus respectivas esferas de influencia, en general, no tienen éxito. A veces los analfabetos no quieren que se sepa que no saben leer ni escribir, o tienen miedo de intentar el aprendizaje. Otras veces se muestran sencillamente escépticos, como una mujer influyentede un pueblo de la India que llevaba a cabo con gran éxito su propia campaña contra la alfabetización. (También este hecho es relatado por la Sra. Fischer.) “i,Paraqué sirven esas escuelas?” preguntaba la mujer a sus vecinos. “i, Acaso la alfabetización nos llenará el estómago ?” “i, Para qué sirve saber leer y escribir? d Nos dará un techo mejor? i Evitará que nuestras casas sean barridas por los monzones ?” Esta propaganda fue tan eficaz que hubo que cerrar las escuelas por falta de alumnos. Se envió a un inspector de alfabetización para que hiciese una investigación.Encontró a la mujer y después de escuchar durante unos minutos su perorata, le preguntó con
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calma : “¿Sabe Ud. cómo lleva sus cuentas un prestamista?”
- “No”- “¿Pero no le ha estafado nunca un prestamista?“ - “Naturalmente que sí. ¿Acaso los prestamistas no engañan a todo el mundo ?”-“Bueno”,dijo el inspector,“puesasí escribe el prestamista. Tal vez a Ud. le gustaría saber.” Después de haberle observado durante diez minutos, la mujer dijo : “Yo puedo hacerlo” y tomó el lápiz de su m a n o y empezó a escribir. “¿Esto es lo que enseñan en las escuelas nocturnas de aifabe tización ?“ “Claro que es esto lo que enseñamos en las escuelas nocturnas de alfabetización.” “Pues entonces -dijo la mujer- traiga a sus maestros.” Y empezaron las clases. Al cabo de seis meses afirmó :“Ya no hace falta que vuelva Ud. N o necesitamos ningún inspector. Yo misma cuidaré de la inspección.” “Yasí lo hizo”, concluye la Sra. Fischer.
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Sea cual fuere el motivo por el que se concurre a las clases de alfabetización, ningún adulto permanecerá en ellas a menos de considerar que está aprendiendo algo Útil y con relativa rapidez. Tampoco asistirá si siente que se le trata como a un inferior por su ignorancia ; é1 sabe que conoce cosas ignoradas por el maestro. Así pues, las cualidades humanas del maestro son tan importantes como su capacidad profesional o acaso más, como afirmaba recientemente un auxiliar de lingüística de la Universidad de Ibadán. “En Africa -afirmabano estamos tan desarrollados. A los ancianos analfabetos hay que tratarlos con tacto, con el mismo respeto con que los tratan sus propios hijos, independientemente del salario que gane el maestro. Antes de empezar a enseñar a un adulto hay que tener esto bien presente.” Estas consideraciones han inducido a los especialistas a aconsejar que los maestros de alfabetización no sean, en lo posible, mucho más jóvenes que los adultos a los que deben enseñar y que procedan del mismo grupo social para que conozcan sus modalidades. Cualquiera que sea la relación de edades entre el maestro y los alumnos, el primero debe de esforzarse en respetar la experiencia de los segundos, prestar atención a sus problemas y tratar de ayudarlos, como se suele hacer entre vecinos. “Estos cursos -afirma un organizador con experiencia- deben tener
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el carácter de un intercambio.” Y otro advierte: “El maestro no debe actuar como si lo hiciese por caridad. E n el fondo, la gente sabe que tiene derecho a aprender.” Por encima de todo, repiten unánimemente los expertos, el maestro no debe dar la impresión de que trata a sus alumnos adultos como a niños. Esto resulta absolutamente indiscutible en lo que se refiere a su actitud, pero el principio se aplica incluso al ambiente en que se dan las clases. Se aconseja a los maestros que eviten instalarlos en las mismas aulas escolares que a los niños, si se puede encontrar otro lugar :una sala de reuniones, el local de un club, una iglesia, templo o mezquita, o cualquier otro edificio en el que se congreguen normalmente los adultos, pero no los niños. (Este último consejo suele ser imposible de seguir,sencillamente porque la escuela es el único edificio disponible. Sin embargo, en algunos pueblos de Asia y Africa, la misma población ha construido locales especiales o chozas para las clases de alfabetización). D e igual m o d o la experiencia ha confirmado que los métodos y materiales utilizados para enseñar a los niños no sirvenpara los adultos, aun cuando puedan constituir un punto de partida para el desarrollo de una metodología especial. U n adulto no aprende del mismo modo que un niño ; aunque no conserve tan fresca la memoria, está habituado a razonar y posee una experiencia que le ayuda a asimilar las nuevas ideas. Tampoco se interesará probablemente por el contenido de una cartilla para un nui0 de seis años. Algunos de los nuevos métodos que se han venido aplicando en los Últimos cuarenta años para enseñar a leer a los niños, se han adaptado con éxito a los adultos mientras se han concebido especialmente otros para estos últimos. Sea cual fuere el método empleado, si se quiere mantener despierta la atención del adulto, debe proponérsele una lectura que le resulte interesante desde el principio. Ello supone un manual de alfabetización que responda a las necesidades del grupo lingüístico y cultural al que pertenece, y otros iibros que no sólo vayan adaptándose gradualmente a sus posibilidades de lectura cada vez mayores, sino que contengan una información útil para el alumno. El suministro de estos materiales de lectura es uno de los
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problemas más complicados y costosos con que se enfrentan los especialistas de educación de adultos, aun suponiendo -y es mucho suponer- que se impriman en una lengua que ya tiene forma escrita. Las cuestiones relativas al vocabulario, contenido, presentación e ilustración influyen en la velocidad y eficacia con que el principiante aprenderá a leer; asimismo tienen gran importancia detalles que podrían parecer triviales para un público más cultivado o simplemente para los niños acostumbrados a manejar libros e ilustraciones. Además de los libros que utiliza para el aprendizaje mismo de la lectura, el adulto principiante necesitará enseguida otros materiales que le ayuden a ejercitar sus nuevos conocimientos. Al principio sólo estará en condiciones de leer textos sencillos que en general no se encuentran en el comercio y que también deben ser ideados y producidos especialmente para él en cantidades convenientes. Si le faltan o si le parecen aburridos, puede perder el hábito de la lectura y llegar a olvidar lo que ha aprendido. Se ha considerado que la falta de “material de perfeccionamiento” es causa de la recaída en el analfabetismo de muchos que habrían seguido los cursos con aparente éxito. Pero muchos especialistas señalan la causa que consideran más importante: el desaliento de los alumnos al no obtener de la alfabetización los beneficios que esperaban. Si esos beneficios son de carácter económico, el peligro de este desaliento resulta de particular gravedad. Algunos siguen cursos de alfabetización y al mismo tiempo se preparan para un nuevo oficio, descubriendo luego que éste se halla ya saturado o que no pueden comprar el equipo necesario para iniciarse en él. Otros aprenden a leer y a escribir con la esperanza de conseguir mejor empleo, por ejemplo, un trabajo sencillo de oficina. Pero puede ocurrir que no haya bastantes puestos que cubrir o que los existentes requieran mayores conocimientos de los que se adquieren en los cursos de alfabetización y que el alumno, que los empezó con ilusión, no tenga oportunidad de aprender. Otras veces el analfabeto siente tal veneración por la capacidad mágica de leer y escribir que cree, aunque nadie se lo haya dicho, que la simple comprensión de la letra impresa es el “Sésamo ábrete” de un puesto administrativo. Hace unos años, al día
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siguiente de haber terminado un curso de alfabetización para refugiados árabes, en Gaza, unas doscientas mujeres se presentaron en el despacho del comisario para los refugiados exhibiendo sus recientes certificados y pidiendo empleos. “Pero aquí no hay empleos”, afirmó el portavoz del comisario. “Tiene que haberlos”,insitieron las mujeres. “i Aquí están nuestros diplomas!” Este es un caso extremo, pero los gobiernos de diversos países donde la alfabetización todavía no está m u y difundida han debido enfrentarse con situaciones semejantes. Suele caerse en la tentación de aumentar tanto como sea posible el número de puestos inferiores de tipo administrativo, para poder emplear al mayor número de personas.Pero como el presupuesto es limitado, esta práctica provoca la baja de salarios y la ineficacia administrativa. Y, lo que es peor, representa una pérdida de recursos humanos que podrían utilizarse ventajosamente si... Si existieran más posibilidades de formación profesional, si la industria y el comercio hubieran progresado lo suficiente como para ofrecer más empleos, en una palabra, si la economía dinámica de los países jóvenes hubiera alcanzado ya su equilibrio. Pero el recién alfabetizado que ha perdido la fe no constituye sólo una pérdida de potencial económico ; también es un ser humano. Está amargado y lo dice. Sus vecinos, que lo oyen, serán cada vez más indiferentes a los futuros esfuerzos por proporcionarles nuevos materiales de enseñanza. “¿Por qué no se inscribe Ud. en el nuevo curso de alfabetización?” preguntó en cierta ocasión un experto en educación a un hombre que encontró en un camino. “Porque hace tres años seguí un cwso y no m e sirvió de nada”, fue la respuesta. “A mí no m e hacen perder otra vez el tiempo.” EI experto que relató este hecho comentó después : “Estoes lo peor que se puede decir de nuestra profesión”.
Y prosiguió :“Nopodemos permitirnos el lujo de hacer la cosas a medias. N o podemos llevar a la gente por un camino sin salida. N o debemos suscitar esperanzas que no podamos satisfacer ; no debemos dar la impresión de prometer lo que no podemos dar. Antes de empezar, hemos de tener una idea m u y clara de la recompensa que se puede ofrecer a un analfabeto y debemos estar seguros, en la medida de las posibilidades humanas, de 38
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que esa recompensa se hará efectiva cuando haya aprendido lo que debemos enseñarles. Si no es así, nuestros esfuerzos resultarán peor que inútiles. “La enseñanza de la alfabetización debe formar parte de un plan general, no sólo en teoría, sino en la práctica. No es sólo una cuestión de método, sino, por encima de todo, de lo que se enseña y cómo se puede utilizar lo aprendido de una manera inmediata.” Si un granjero lee en su curso de alfabetización algo sobre el uso de los fertilizantes, debe tener la posibilidad de adquirirlos y a un precio asequible. Si se enseña a leer las instrucciones impresas a los obreros no calificados de una fábrica, será más fácil capacitarlos para ocupar puestos especializados. Pero tiene que haber alguien que les de formación y alguna fábrica que les ofrezca empleo. D e lo contrario se encontrarán igual que el hombre del camino : habrán perdido el tiempo.
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¿Quién hace el trabajo?
..Todas estas personas [los inspectores de alfabetización] transitan de noche por senderos imposibles, por carreteras malas y estrechas, para visitar las escuelas, puesto que las clases para analfabetos son casi siempre nocturnas. N o hay aldea, villorrio o caserío en los que no se vea una luz encendida por la noche [a veces una lámpara de petróleo o de acetileno] en una estrecha y mísera habitación, donde en los pequeños bancos construidos para niños unos cuerpos ya adultos procuran sentirse menos incómodos que el ganado en un corral estrecho." Por incómodos que estén en las aulas infantiles, esos campesinos calabreses disfrutan de una ventaja desconocida para muchos adultos que quieren aprender a leer y a escribir: tienen los maestros competentes que necesitan. Los campesinos calabreses tienen la suerte de vivir en un país donde el analfabetismo es un problema tan sólo regional, no nacional. Cuando el gobierno de Italia lanzó su campaña contra el analfabetismo en 1944, había en el país unos cinco millones de analfabetos y cien mil maestros que buscaban empleo. Es esta una riqueza incalculable para la mayoría de los países donde el analfabetismo de los adultos es, incluso hoy, general, y en los que el único obstáculo importante que se opone a la alfabetización es la escasez de maestros.
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1. Profesor Nazareno Padellaro,ex director de la Campaña Nacional Italiana contra el Analfabetismo,en el discurso pronunciado en la Conferencia Mundial sobre la Alfabetización y la Sociedad, Roma, 1962.
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~Quiknhace el trabajo?
Estos países realizan un gran esfuerzo por ampliar y multiplicar las escuelas y encuentran dificultades para formar un número suficiente de maestros incluso para este propósito. Excepto en muy pocos casos no se ha creído posible designar a maestros profesionales a jornada completa para los programas de alfabetización de adultos, porque ello iría en detrimento de las escuelas infantiles. Por otra parte se suele incitar a los maestros profesionales, y a veces exigir que dediquen unas horas fuera de trabajo a la alfabetización de los adultos, tanto gratuitamente como a cambio de una remuneración. Pero la ayuda profesional que puede obtenerse por este medio es siempre escasa y a menudo del todo insuficiente. Por ello, tanto los gobiernos como los numerosos organismos privados que se ocupan de la alfabetización de adultos buscan constantemente nuevas colaboraciones de semiprofesionales o de voluntarios. En los países donde se han llevado a cabo grandes campañas nacionales contra el analfabetismo, casi todas las personas que sabían leer y escribir han participado voluntariamente. En las campañas de alfabetización más modestas pero mejor organizadas, se ha recurrido también a los servicios de personas de procedencia muy diversa, entre ellos hombres de negocios y profesionales,funcionarios, sociólogos, periodistas, intelectuales, estudiantes universitarios y alumnos de escuelas normales (a quienes a veces se ha pedido que contribuyan a la enseñanza de los adultos analfabetos como parte de sus propios estudios). Incluso los muy jóvenes han participado a veces en la enseñanza. E n Liberia, se preparó como maestros de alfabetización a los alumnos del octavo grado, y en Venezuela se constituyó una “legión de alfabetización”formada por cien mil alumnos de diez a catorce años de edad, con la misión de enseñar a sus mayores en sus casas. (Una niña de nueve años, demasiado pequeña todavia para ingresar en la legión, enseñó por su cuenta a leer y a escribir a siete personas, incluso a su propio padre, y todas ellas aprobaron sus exámenes.) En la búsqueda de grupos especiales que pudiesen colaborar, algunos gobiernos tuvieron una idea que parece sorprendente a primera vista : recurrir al ejército. Y sin embargo ¿no es lo más lógico? Es natural que un ejército no esté m u y ocupado en tiempo de paz. Por definición, un ejército es un organismo disciplinado. Por definición, es móvil. ¿Por qué no formar
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regimientos especiales con los soldados más instruidos y enviarlos a combatir las fuerzas de la ignorancia? Este razonamiento indujo al ejército de Irán a formar una brigada de alfabetización, el famoso “Ejército del saber”. Y a otros países han utilizado sus fuerzas armadas, incluso la policía, para tareas de alfabetización. Venezuela envió tres mil guardias nacionales a enseñar en las regiones fronterizas durante la campaña nacional de alfabetización. E n Israel, donde el servicio militar es obligatorio para ambos sexos, se envió a un destacamento femenino al Neguev para enseñar en los nuevos mochavim -comunidades agrícolas-, donde había una gran proporción de analfabetos, entre las mujeres llegadas en recientes inmigraciones. Costa Rica ha señalado que su país no podría adoptar este sistema porque “los maestros son el único ejército del país. Lo que otros gastan en armamentos lo gastamos en educación”. Parte de la ayuda más eficaz para las campañas de alfabetización procede de las personas que participan en ellas voluntariamente en calidad de miembros de las organizaciones a que pertenecen, tales como sindicatos, asociaciones profesionales, organizaciones religiosas,agrupaciones femeninas o movimientos de juventud. Algunas veces estas organizaciones se ocupan tan sólo de los analfabetos que forman parte de ellas. E n otros casos, por su índole misma, están formadas por personas instruidas y se dedican a ayudar a los demás, incluso organizando y llevando a cabo sus campañas propias de alfabetización, independientemente de las actividades patrocinadas por el gobierno, aunque por lo general en cooperación con él. Ante la escasez general de maestros profesionales, los encargados de planear las campañas de alfabetización, sean o no funcionarios oficiales, prestan suma atención a la formación del personal no profesional. Se considera en general que incluso un breve periodo de capacitación puede ser m u y provechoso y el más conveniente ha de comprender no sólo la enseñanza de los principios pedagógicos, sino también una preparación especial para el trabajo con los adultos. Asimismo debe familiarizar al futuro maestro con las características y costumbres del medio particular en que ha de enseñar, si no las conoce por propia experiencia. D e la encuesta realizada conjuntamente por la Oficina Inter-
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Un maestro y miles de alumnos. La radio da nuevas esperanzas a los analfabetos
[Foto Unesco/P. Almasy]
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nacional de Educación y la Unesco que hemos mencionado, resulta que en la mayor parte de los países donde el problema de la alfabetización de los adultos asume un carácter general,se procura formar a no profesionales para las campañas de alfabetización. Otros estiman que puede darse una preparación especial a los maestros de enseñanza primaria que han de participar en la alfabetización de adultos y comunican que tienen el propósito de añadir un curso sobre enseñanza de adultos en los planes de estudio de las escuelas normales.
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Nuevos aliados de la alfabetización
Al ritmo con que se desarrollan las actividades mundiales de alfabetización de adultos, en los años venideros el problema de la escasez crónica de maestros profesionales disponibles para la labor de alfabetización tenderá probablemente a agravarse en vez de mejorar a pesar de los esfuerzos considerables que hacen los países en vías de desarrollo por formar más maestros. Pero los últimos progresos técnicos permiten vislumbrar una esperanza en este panorama pesimista: la posibilidad de multiplicar el número de alumnos a cargo de un solo maestro experimentado, gracias al empleo de la radio y de la televisión. El empleo de la radio y de la televisión en la enseñanza no es, evidentemente,una novedad. Hace años ya que la radio se utiliza para enseñar cualquier tema que se preste al sistema de “conferencias” y ha tenido bastante poder de atracción para interesar a un número suficiente de oyentes. La televisián, que añade la demostración visual o la ilustración a la explicación oral, ha ampliado enormemente el campo de la enseñanza “a larga distancia” extendiéndola, por ejemplo, a la enseñanza de la ciencia, la historia del arte o la geografía. Durante muchos años los encargados del planeamiento de la enseñanza y los pedagogos de los países en vías de desarrollo han mirado con envidia la gran abundancia de aparatos de radio y la red de emisoras de televisión que ellos no poseían, y ansiaban poder emplear esos medios para la educación así como para información y pasatiempo dei público. Pero en muchos lugares no hay electricidad y los receptores de baterías son demasiado 45
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caros, incómodos y no muy seguros. El obstáculo del precio es más grave aún cuando se trata de la televisión. Apareció entonces el sistema de transistor que hizo bajar el precio de los receptores portátiles y simplificó su conservación. AI mismo tiempo, se ideaban nuevas técnicas para la aplicación de la radio en la enseñanza. Esas nuevas técnicas permitieron dos cosas : provocar una respuesta activa del oyente y restituir el “eslabón perdido” en la enseñanza por radio, a saber, la manera de que el estudiante pudiese “replicar” al instructor, hacer comentarios,señalar lo que no había comprendido y formular preguntas. E n otros términos, establecer un circuito de reacción. Este circuito de reacción se establece reuniendo a los oyentes en grupos y poniendo al frente de cada grupo a un dirigente o monitor. Después de escuchar una lección por radio, el monitor inicia un debate a fin de conocer hasta qué punto los oyentes la han comprendido y qué piensan de ella. El monitor comunica los comentarios y preguntas a la estación emisora, a la que sirven de guía para preparar los programas futuros. Esta nueva forma de diálogos se utilizó por primera vez con notable éxito en los programas destinados a la población rural del Canadá :las “Radio Farm Forums”.Después la fórmula se adaptó tanto en la radio como en la televisión, para diversos ñnes. Los pedagogos comprendieron de inmediato sus posibilidades para la enseñanza de temas en que es esencial para el maestro estar al tanto constantemente de las reacciones de los alumnos. i, U n método análogo podría adaptarse a una tarea tan fundamental y compleja como la alfabetización? Para saberlo se han iniciado algunas experiencias.
El primero en experimentarlo no fue un pedagogo sino un joven sacerdote colombiano que tenía la pasión de la radio y que creía que entre sus obligaciones figuraba también la de velar por el bienestar de sus feligreses. Enviado en 1947 a la parroquia de Sutatenza, perdida en los Andes, mísera y en su mayor parte analfabeta, el padre José Joaquín Salcedo decidió construir un teatro para proporcionar un pasatiempo a los feligreses y a sus familias. A fin de obtener ayuda y dinero para la construcción de este teatro, tuvo la idea de instalar tres receptores de batería
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Nuevos aliados de la alfabetización
en los caseríos de los alrededores y llamar a sus feligreses mediante emisora de onda corta construida por él mismo. Los resultados fueron tan buenos que le indujeron a utilizar la radio para informar a sus feligreses de los servicios Útiles que podía proporcionarles la administración local. Comprobado el éxito de este procedimiento trató de ver si podía también utilizar la radio para enseñar rudimentos de lectura, escritura y aritmética. EI padre Salcedo lanzó su primera serie de emisiones didácticas en 1948, a razón de una hora por semana, utilizando UM emisora de 250 watios y 15 receptores que logró instalar en las escuelas cercanas a Sutatenza. E n 1954, Radio Sutatenza transmitía 6 horas diarias para 200 O00 alumnos de 6 o00 escuelas situadas en casi toda Colombia y parte de Venezuela y Ecuador. Su transmisora de 25 kilowatios, la más potente de Colombia, emitía clases de alfabetización, programas didácticos y programas de información y pasatiempo (a veces con fines didácticos). C o n el apoyo del gobierno de Colombia y en parte también con el de la Unesco, Radio Sutatenza se incorporó a la Acción Cultural Popular y transmitía uno de los programas de enseñanza por radio más importantes del mundo. Entre tanto se había puesto a punto una manera m u y precisa de desarrollar las clases diarias de alfabetización. Durante los 25 minutos que duraban, un maestro daba explicaciones e instrucciones tanto a los alumnos c o m o al monitor encargado en cada aula de revisar el trabajo de éstos. Durante las pausas necesarias para que los alumnos leyeran sus cartillas e hicieran breves ejercicios prácticos que el monitor corregía, la radio transmitía música. EI monitor era siempre el más instruido de la aldea y debía lograr que los aldeanos llevaran a la práctica los consejos dados por otros programas educativos, c o m o los referentes a agricultura y sanidad. Desde que el padre Salcedo lanzó sus emisiones, la radio se ha utilizado para Ia aIfabetización por Io menos en una veintena de países. Actualmente es la piedra angular de la campaña nacional de alfabetización de Mali donde unas emisiones de 15 minutos preceden a las lecciones diarias y el personal voluntario que ayuda a los alumnos en sus ejercicios prácticos se basa en lo que se ha explicado por la radio. Se han creado centros de alfabetización en las ciudades y aldeas de todo el país así c o m o centros de inspección estratégicamente situados.E n las ciudades, UM
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los centros de alfabetización suelen estar instalados en lugares de trabajo como fábricas, garages y estaciones terminales de autobuses ; los hay también en el principal hotel de la capital, Bamako, y en los servicios municipales de sanidad. En las aldeas, los futuros alumnos construyen con frecuencia sus propios centros y contribuyen para comprar lámparas de petróleo destinadas a las clases nocturnas. L a lucha contra el analfabetismo empezó con una gran campaña de propaganda instando a todos los analfabetos del Malí a que aprendiesen a leer y escribir no tan sólo en su propio interés sino también en beneficio del país. Aunque al empezar la campaña podía considerarse que Únicamente el 15 % de la población sabía leer y escribir es evidente que gran parte de la misma tendrá que intervenir y colaborar, si se pretende crear el número de centros de alfabetizaciónprevistos en el plan.También es evidente que el nivel de preparación de los monitores voluntarios será m u y diverso. Si una presentación hábil de las lecciones por parte de los maestros encargados de las emisiones logra compensar la falta de preparación de los instructores, la experiencia realizada en Malí será m u y provechosa para otros-países.
En estos últimos años también se ha tratado de utilizar la televisión para las campañas de alfabetizaciónen condiciones tan diferentes como son las de Guatemala, Costa del Marfil, República ,babe Unida y Estados Unidos de América, por citar cuatro ejemplos al azar. Los nuevos experimentos realizados en este campo incierto se suceden con tanta rapidez que es imposible mantenerse al tanto. Lo más interesante -algunos pedagogos lo calificarán de justicia poética-, es que en la televisión de dos países por lo menos, las emisiones didácticas han precedido a las demás. Así ocurre en el Senegal donde sólo hay actualmente programas educativos, entre ellos de alfabetización. Algo análogo ocurrirá pronto en Irán donde los programas en circuito cerrado emitidos por la Universidad de Ispahán formarán parte de los planes nacionales de alfabetización y de educación de adultos que actualmente se preparan. Los primeros ensayos pedagógicos realizados en esos dos países orientarán a quienes planeen la utilización posterior de la televisión con otros fines. 48
Nuevos aliados de la alfabetización
E n casi todos los casos en que se utiliza la televisión para alfabetizar se reune a los alumnos en grupos dirigidos por un maestro auxiliar, como en la enseñanza por radio. Dejando aparte e€ obstáculo fundamental del costo, es innecesario insistir en las ventajas de la televisión sobre la radio en lo que a alfabetización se refiere. Cuando aprende a leer el alumno ve la posición de la boca y de los labios al pronunciar los sonidos y el maestro en la pantalla o el instructor en el aula pueden pronunciar las sílabas o las palabras que aparecen en letra de imprenta o manuscrita. Cuando empieza a escribir el alumno ve la manera más conveniente de coger el lápiz, técnica que no.es fácil para quien nunca la ha ensayado. E n realidad, las ventajas de la televisión para la enseñanza de la escritura son tantas que en Italia,al final del primer curso en que se utilizó este medio, se vio que muchos alumnos habían aprendido a escribir pero no a leer, al revés de lo que ocurre normalmente. U n a de las grandes ventajas de la televisión, en la fase actual, es su poder intrínseco de atracción. Las lecciones televisadas de alfabetización empezaron en Italia cuando se comprobó que muchos de los analfabetos que quedaban en el país no aprendían a leer y a escribir para no mostrar su ignorancia asistiendo a las clases. Pero la televisión les evitaba esta dificultady se apresuraban a reunirse en grupo a la hora de la lección diaria. L a televisión permite captar y mantener fácilmente el interés de los educandos dadas sus posibilidades de presentar el material de una manera viviente. Buen ejemplo de ello es el de una fundación privada del Brasil que presentó en 1963 una serie de lecciones de alfabetización. L a serie concebida para un país que tiene la pasión del fútbol, empieza con el primer plano de un grupo de jugadores de entre los cuales surge Pelé, campeón mundial y héroe nacional. A medida que se acerca a la cámara la pelota que lleva en la mano se convierte en un ejemplar de su biografía, “Este es Pelé”. E n la escena siguiente se ve en el aula a un maestro detrás de su pupitre,que muestra un ejemplar de este mismo libro.“i Os gustaría leer lo que dice Pelé?” pregunta. “Podéis ayudarme. Tengo un plan para enseñaros a leer y a escribir.Cuando hayamos terminado, podréis leer este libro”. Después de 78 lecciones de una hora, a razón de 3 horas semanales,el SO %de los analfabetos que seguían el curso supervisado eran capaces de leer y escribir. . .l.
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La batalla de la alfabetización
“Operación Alfabeto”, un curso de alfabetización televisado en unas cuarenta ciudades de los Estados Unidos de América, es uno de los rarísimos intentos de enseñanza individual de las primeras letras en la propia casa o donde haya un televisor, y sin supervisión. C o m o en Italia, los encargados de la educación de adultos de la ciudad de Filadelfia observaron que, cuanto más raro es el analfabetismo en un medio determinado, tanto más tiende el analfabeto a encerrarse en su caparazón. Sin confianza en sí mismo y con el temor del ridículo,trata de esconder su ignorancia. Los encargados de la educación de adultos pensaron que, si se le pudiese ayudar a iniciar su aprendizaje en absoluta intimidad, cobraría suticiente conñanza en sí mismo para inscribirse en un curso regular para adultos. C o n objeto de probar su teoría, organizaron con éxito la “Operación Alfabeto”. El curso consiste en una serie de clases de media hora, y u n manual en el cual las lecciones escritas corresponden a las televisadas.El curso da al alumno aplicado un nivel de enseñanza equivalente al tercer grado de escuela primaria. Después de la primera serie de emisiones, la matrícula de las clases de educación elemental de adultos en Filadelfia aumentó en un 25 %.Por conducto de la National Association of Public School Adult Educators, se ofreció una copia de estas emisiones a otras ciudades y los resultados obtenidos alentaron a los organizadores a emprender una segunda serie de lecciones como continuación de la primera. Aunque la “Operación Alfabeto” representa un curso completo, sus productores no pretenden que pueda substituir satisfactoriamente la enseñanza en el aula. Insisten en su utilidad para despertar primero el interés por la enseñanza escolar y para proporcionarla después. L a extensa utilización de esta serie ilustra una vez más las posibilidades y la flexibilidad de la radio y la televisión como “multiplicadores” de la labor del maestro. U n curso televisado puede también filmarse para utilizarlo en las aulas a las que no llega la televisión y que poseen en cambio un proyector cinematográfico. Sin embargo, incluso los defensores más entusiastas de los métodos de “control remoto” - c o m o los mencionados pedagogos de Filadelfia- observan que éste no puede reemplazar la presencia humana la cual permite acompañar y estimular
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Nuevos aliados de la alfabetización
al analfabeto en su camino hacia el objetivo final. Porque, como suelen repetir los pedagogos, aprender a leer no es una absorción pasiva de conocimientos sino una actividad creadora. Se ha llegado a preguntar ‘‘i, Por qué preocuparse del analfabetismo si muchas cosas se pueden explicar o demostrar por conducto de la radio, el cine o la televisión?”También en este caso los propios expertos son los primeros en señalar la limitación de sus medíos. Estos, dicen, pueden proporcionar una buena parte de la educación moderna pero no toda. Producen una impresión poderosa e inmediata, pero fugaz. C o m o no pueden presentar visual o auditivamente todos los aspectos de una cuestión al mismo tiempo, establecen una especie de censura interna pues no dejan la posibilidad al oyente o ai espectador de hacer el esfuerzo personal de elección o reflexión que es esencial para una verdadera educación, a diferencia de la simple absorción de conocimientos o de formación. D e convertirse en el Único medio de instrucción para centenares de millones de personas que aún no saben leer, la población mundial correría el riesgo de dividirse irremediablemente en dos clases : las personas educadas y las que están simplemente condicionadas, que no tienen costumbre de pensar por sí misma y por lo tanto se hallan a merced de los demás. Sería fácil para la mitad instruida del mundo permitir que esta situación se produzca, pero también sería m u y peligroso para el futuro de nuestro planeta. Por ello, como señaló recientemente el Director General de la Unesco, no se debe aplazar la alfabetización de la mitad del mundo que no sabe leer ni escribir. Los grandes medios de información son un instrumento inestimable para la lucha contra el analfabetismo, pero no ha de permitirse que se conviertan en sustituto de la alfabetización. L a palabra y la imagen pueden y deben ser dos medios que conduzcan ai mismo fin : ayudar a los hombres y mujeres a que cultiven su inteligencia, pues sólo a través de ésta lograrán sus más altos destinos.
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Centenares de idiomas...
‘‘i Cuántas lenguas se hablan en el mundo?”, se pregunta el profesor, echándose atrás en su sillón. “Esdifícil decirlo. Todo depende de lo que se entiende por lengua. ¿Dónde finaliza una y comienza otra? ¿Cuándo es una forma de hablar un dialecto local simplemente, y cuándo es un idioma autónomo? Naturalmente los lingüistas no están de acuerdo ai respecto. Usualmente se calcula el número de lenguas habladas actualmente en 2 800. Algunas veces en 4 ûûû. Algunas veces más ... Pero no hay que exagerar.” Si se debe enseñar a leer y a escribir a los analfabetos del mundo, ¿en qué lengua hay que hacerlo? El sentido común indica que en la lengua materna. A ú n en el caso que una lengua materna no haya llegado nunca a ser una lengua escrita. Esto sucede a menudo. Ocurre también que la transcripción de una lengua llega a formalizarse en tanto que el número de personas que la hablan es tan reducido que su valor es escaso, salvo en un restringido campo local. E n el primer caso, kvale la pena hacer el gran esfuerzo requerido para elaborar un satisfactorio sistema de transcripción para una lengua que carece de él? E n el segundo caso, ¿no es una pérdida de tiempo enseñar a leer en una lengua de limitada expansión sobre todo si se tiene en cuenta que habrá que alfabetizar ulteriormente a la gente que la habla en un segundo idioma, si se quiere que esa gente pueda comunicarse con otras ajenas a su comunidad? E n las dos situaciones, ¿no sería mejor comenzar por enseñar directamente a leer y escribir en otro 52
Centenares de idiomas ...
idioma que posea las dos cualidades, una expresión escrita y una más amplia expansión regional? A esta última pregunta, sicólogos y sociólogos dan la negativa por respuesta. “Nos hemos dado cuenta finalmente de que la lengua es una parte integral de la personalidad de un puebb y de su cultura”, afirma Felix Walter. “Cada lengua, sea primitiva o civilizada,expresa apropiadamente la cultura de cual ha surgido y la del pueblo o de los pueblos que la utilizan. “Cada lengua materna constituye el más adecuado a la vez que el más seguro instrumento -quizá el único-, del cual pueden valerse las gentes para aprender y comprender apropiadamente las culturas y las lenguas extranjeras.” El lingüista puede sin duda estar de acuerdo con este punto de vista, aun cuando no deja de apreciar lo inmenso de la tarea de elaborar alfabetos para todas las lenguas que todavía no tienen expresión escrita. El economista puede mover la cabeza meditativamente y llamar la atención sobre el costo. Estos obstáculos hacen imposible considerar la alfabetización en lenguas o dialectos que son hablados por un número demasiado reducido de personas. E n las áreas donde las formas de hablar vernáculas cambian de aldea en aldea, se plantea el problema de la elección práctica entre una lengua internacional y una lingua franka, sea cual fuere, o lengua usual, utilizada entre diferentes grupos de una misma región para comunicarse unos con otros. Por la fuerza de la necesidad, una lengua usual existe siempre en tales circunstancias. Para los gobiernos existen además otros factores que intervienen en la elección de las lenguas cuyo uso tiene que ser preconizado. Cuando se trata de formar UM nueva nación en la cual coexisten diversos grupos étnicos,lo que debe de hacer el gobierno de un país recientemente independizado es lo que en Europa se hizo a menudo en los siglos pasados : elegir una lengua oficial y preconizar, o aun exigir, que toda la enseñanza sea impartida en la misma. O por el contrario, puede adoptar la política de alentar la utilización de lenguas secundarias (si bien con exclusión de los dialectos demasiado localizados), por lo menos en las primeras etapas de la tarea de alfabetización, porque así servirá a la preservación y hasta hará revivir el interés y el orgullo de todos los grupos por su propia herencia cultural. Entre estos dos modos de proceder algunos gobiernos han adoptado un camino
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intermedio, preconizando la tarea de alfabetización en varias de las que ellos consideraban como las más importantes lenguas habladas en su territorio. El número de personas que hablan una lengua no es necesariamente, cuando se debe decidir el punto, el Único criterio para determinar su importancia.A través de su tradición y de su literatura (oral o escrita) algunas lenguas son mucho más ricas que otras como instrumento de expresión.
En todo caso, la cuestión de qué lengua o lenguas serán utilizadas para la educación es de aquellas que solamente pueden ser resueltas por los gobiernos. Sin embargo, los consejos de especialistas -lingüistas, educadores y economistas- pueden ser de gran valor para contribuir a adoptar la mejor decisión y ponerla en práctica. Recientemente un grupo de naciones africanas, actuando de manera conjunta, decidió solicitar la opinión de la Unesco. L a situación que enfrentan desde el punto de vista lingüístico está lejos de ser simple. Africa es el continente donde se da la mayor diversidad linguística. Es asimismo aquel donde se encuentra el mayor número de países recientemente independizados. Pero en Africa ias fronteras territoriales y étnicas coinciden todavía menos que en la mayor parte de las otras regiones ; las nuevas naciones son antiguas colonias, cuyas fronteras fueron determinadas sin ninguna consideración por la manera en que se distribuían las poblaciones. En la mayor parte de los países africanos no solamente existe un gran número de diferentes lenguas habladas, sino que a menudo una misma lengua, con sus variantes locales, se extiende a varios estados vecinos. Ocurre que cuando no han alcanzado a tener grafia propia, hasta es probable que se las escriba de más de una manera distinta. (El hausa, por ejemplo, se habla corrientemente en Nigeria y en el Niger. Nigeria fue una colonia inglesa, en tanto que Niger fue una colonia francesa. En consecuencia, el hausa se escribe ahora de dos maneras -una basada en la fonética inglesa y otra en la francesa. Las personas que han aprendido a escribir de una de esas maneras no pueden leer en la otra.) L a fragmentación lingüística complica la vida a todo el mundo. Los gobiernos que se dirigieron a la Unesco en procura de 54
EI idioma es parte integrante de la personalidad y la cultura de un pueblo
[Foto Unesco/Eric Schwabl
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asesoramiento se habían dado cuenta de que hubiera sido una inútil duplicacián del esfuerzo enfrentar el problema meramente en escala nacioqal y solicitaban asistencia con el propósito de coordinar sus políticas respectivas. Sin embargo: los términos de su demanda fueron de por sí UM indicación de los principios generales sobre los cuales se había logrado un acuerdo.Al presentarlo, el Sr. Amadou Hampaté Ba, filósofo y educador del Mali, dijo :“Los Estados africanos reconocen #@uaimente como una de sus responsabilidades esenciales la necesidad de ofrecer a toda su población, tan pronto comq sea posible, una educación que la capacite para participar pp la vida nacional. Amplios sectores de la población, especialmente aquellos de las regiones alejadas de los centros urbanos, que todavía forman la gran mayoría, permanecerán al margen o serán apenas afectados por este movimiento, en tanto que la educación, comenzando por la tarea de alfabetización,no sea llevada a ellos en su lengua materna. Esta lengua les permite asimilar los elementos de educación fundamental sin estar obligados a hacer al mismo tiempo un mayor esfuerzo, representado POT el aprendizaje de una lengua extranjera con un vocabulario y una estructura gramatical radicalmente diferentes. ”Sin embargo, continúa,la extensión de la utilización de lenguas africanas en la educación fundamental no representa de ninguna manera la negación de la importancia para Africa de las más ampliamente utilizadas lenguas extranjeras ;más bien lo contrario, en verdad. E n realidad la extensión de la educación por los medios más rápidos y seguros facilitará el acceso más simple de los afi-icanos a las lenguas de comunicación internacional.” Pero los sectores en los cuales se hace sentir con urgencia la necesidad de una rápida ayuda son, por un lado, el de la transcripción de las lenguas no escritas y, por otro, el del perfeccionamiento y uniformidad de los sistemas utilizados para escribir otras. El Sr. Hampaté Bâ señaló que algunas de las transcripciones existentes no son lo suficientemente precisas, mientras que otras, elaboradas por especialistas, son eficacesen el trabajo de investigación, pero demasiado complicadas para imprimir libros ordinarios. Sugirió que las futuras transcripciones sean lo suficientemente simples para su utilización práctica, para
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bntenares de idiomas ...
uniformar el lenguaje,y para servir a la unificación de los dialectos y modos locales “como medio de cohesión al nivel nacional e internacionaimente, para ia comunicación entre diferentes países africanos, en los cuales se habla la misma lengua”. Este concepto fue aprobado por la Unesco y se hicieron planes para asistir a los países interesados y planear o revisar las transcripciones para seis grupos de lenguas. U n a de éstas, el fulani, es hablada por los peuhls desde el Senegal hasta el norte del Camerún. Otro, el grupo mandé, incluye lenguas utilizadas en regiones de seis países: Senegal, Guinea, Mali, Sierra Leona, Liberia y Costa del Marfil. Es fácil echar de ver cómo el desarrolla de maneras uniformes de escribir lenguas habladas en un área tan extensa puede hacer más fácil la comunicación entre los países africanos. Los especialistas afirman que se necesitan cinco años por término medio, para elaborar la transcripción de una lengda no escrita. E n lo que se refiere a África, advierten que ninguna de las lenguas indígenas es primitiva o simple; son en general complicadas,tanto en su sistema de sonidos,como en su estructura gramatical. (Un especialista afirma haber identificado 57 diferentes tiempos en el verbo yoruba.) Ahora bien, en la situación actual, muchos gobiernos de .&rica y otras regiones no están dispuestos a esperar cinco años o hás para comenzar un trabajo de alfabetización en lenguas que hasta el presente son exclusivamente orales. Se ha sugerido que, en algunos casos, un año o dos podrían ser suficientes para elaborar una transcripción interina, la cual, hasta tanto fuese revisada a fondo por un especialista del lenguaje, podría ser utilizada provisionalmente. Durante esta primera etapa, la transcripción interina podría ser utilizada para confeccionar un vocabulario y una gramática, sobre los cuales se basarían cartillas y otros materiales simples de lectura.
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...y millones de libros
“Permítase suponer entonces ”, continúa el profesor,“que tenemos centenares de lenguas escritas frente a miles de expresión simplemente oral. Cada una de esas lenguas escritas puede ser la primera lengua de alfabetización para, por lo menos, un grupo de personas y, probablemente, para muchas otras que viven en situaciones completamente diferentes. Todos estos millones de personas necesitarán libros, primero para aprender a leer y luego más libros para practicar la lectura. Tal perspectiva puede ser el sueño de un editor. L a realidad constituye entretanto un vertiginoso desafío a los escritores.” Antes de iniciar una campaña de alfabetización entre un grupo cualquiera de personas, grande o pequeño, sus organizadores deben estar seguros de contar, en el momento requerido, con la cantidad suficiente de material de lectura adecuado. Muchas campañas han fracasado debido a la carencia de material de lectura. La primera cuestión es : ,i Qué es un material de lectura adecuado? No es suficiente tener a mano en la lengua que se trata de enseñar una cartilla y una serie de textos gradualmente más adelantados que han sido considerados satisfactorios en otros lugares. Los libros deben adaptarse al medio ambiente en el cual son utilizados; una cartilla que ha dado prueba de sus méritos en clases para niños en Madrid, puede resultar completamente inadecuada para ser utilizada entre campesinos de habla española en el Perú, aun en el caso de que éstos sean capaces de utilizar muy bien un manual preparado para adultos de las zonas rurales de Colombia.
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...y
millones de libros
Deben adaptarse también a la pericia de los maestros : un manual preparado para clases a cargo de profesionales puede dar poco resultado en las manos de voluntarios formados superficialmente. (Tal es el caso, por ejemplo, con las cartillas basadas en el método “global” de enseñanza de la lectura.) C o m o todos los textos elementales, los destinados a principiantes deben ser preparados tan cuidadosamente como sea posible, luego ensayados en clases experimentales y corregidos quizá varias veces, antes de ser puestos definitivamente en circulación. Después que los estudiantes han progresado lo suficiente c o m o para comenzar a leer solos, deben tener acceso a una amplia selección de libros y otro material escrito en un estilo simple y con un vocabulario limitado. E n la mayoría de los casos, esta clase de libros debe ser preparada específicamente para el uso al cual se los destina. N o es tarea fácil escribir e ilustrar estos libros sencillos. Es al mismo tiempo una ciencia y un arte. U n a ciencia porque existe toda una serie de reglas y técnicas que deben ser respetadas si se quiere que estos libros alcancen al público que ha de servirse de ellos. U n arte, porque todo libro es de por sí y en cierta manera, literatura.El autor de un libro semejante, aunque no conste más que de ocho páginas, debe atraer y mantener el interés del lector, informarlo y distraerlo y, en el mejor de los casos, las dos cosas al mismo tiempo. Al igual que con un público más culto, el desapego es lo que espera a quien no sabe entretener. He aquí por qué, al igual que con los libros de texto, estos modestos manuales son usualmente sometidos a prueba con unos pocos lectores locales antes de ser producidos en cantidad. U n manual sobre la preparación de libros para lectores principiantes, editado por la Unesco, exhorta a los autores a no subestimar su público. “ U n estilo simple no es un estilo infantil”,les recuerda. “Si el autor conoce realmente su especialidad y comprende al público a quien se dirige, se sorprenderá al darse cuenta de cuánta información puede trasmitir en un lenguaje claro y simple.” Insinuación que los autores que escriben para un público no tan principiante harían bien en tener en cuenta. ¿ D e qué tratan los libros? Sus temas se encuentran determinados por lo que los autores descubren que se conforma a las preferencias de sus eventuales lectores, pero todavía más por lo que ellos creen que estos lectores tienen necesidad de aprender.
La batalla de la alfabetización
Sobre “ C ó m o hacerlo”, los libros son numerosos, especialmente en materias como sanidad e higiene, bienestar de la infancia, mejores técnicas agrícolas. Otros explican en términos simples c ó m o funcionan los gobiernos, y especialmente, cómo afectan a cada grupo en particular ciertas leyes. Los jóvenes campesinos hindúes han demostrado gran interés por la reforma agraria ; las mujeres en Uganda han pedido y obtenido manuales que explican sus derechos, especialmente en lo que se refiere a su estado matrimonial (cuestión tanto más importante cuanto que la monogamia no es en aquellas regiones una regla general). Narraciones inspiradas por la historia, la literatura y tradiciones locales son requeridas a menudo como entretenimiento y aunque éste no sea el caso, se hacen frecuentemente esfuerzos para introducirlas,por su valor educativo. E n ciertos lugares hay una demanda deliberada de buen humor, acontecimientos de actualidad, y aún de moderna ficción. E n general los autores asumen una gran responsabilidad en la formación del gusto de sus lectores ; los recién alfabetizados saben mejor lo quequieren en el campo de las realizaciones prácticas que en el de la recreación. Naturalmente todos estos libros han de ser del mismo nivel. Algunos, se los destina a lectores de UM preparación m u y limitada, otros, a personas más avanzadas. Pero en general, deberán servir de puente entre los manuales de lectura elementales y la clase de libros, diarios y periódicos de lectura corriente en una sociedad alfabetizada. E n este tipo de sociedades los periódicos son más leídos que los libros. Por otra parte, para los recién alfabetizados la manera más rápida de adquirir la costumbre de leer es seguir los acontecimientos en los diarios. Muchos intentos se han realizado para suministrar periódicos de sencilla composición en relación con las campañas de alfabetización o los programas de desarrollo comunitarios. Su forma más simple es el tipo de periódico mural, en el cual informaciones sobre la vida cotidiana están redactadas en un lenguaje fácil. Esos periódicos impresos se fijan en carteleras ubicadas en algún lugar público para que todo el mundo pueda leerlo. L a etapa siguiente es la hoja mimeografiada, semanal o mensual, preparada especialmente para recién alfabetizados y
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Cuantas más per3onas sepan leer, mayor será la demanda y la venta de libros
[Foto Unesco/Almasy-Vauthey]
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distribuida gratis o a m u y bajo precio. E n ciertas regiones, en las cuales circulan periódicos comerciales, a veces se han hecho arreglos para la publicación de una sección especial, destinada a los lectores de limitada preparación. Pero en los países en vías de desarrollo, los periódicos se publican generalmente en los grandes centros y su distribución en las regiones alejadas es lenta y poco segura, en todo caso el mercado potencial es limitado por el bajo ingreso de la población rural así como por su bajo promedio de alfabetización. Sin embargo c o m o cada vez más gente aprende a leer, se origina una demanda -y un mercado- para una prensa auténticamente local. Esto es lo que ha sucedido en Liberia, donde unos treinta periódicos fáciles de leer comenzaron su publicación en 1963 y se convirtieron en empresas comerciales de éxito. Estos modestos periódicos deben sus comienzos a un proyecto elaborado por el Liberian Information Service (LIS). El proyecto tenía por objeto estimular los programas de alfabetización, tanto como la circulación de noticias. Desde que el índice de alfabetización llegó en el interior del país al 10% o al 12%, se consideró que el número de alfabetizados era suficiente para leer los periódicos y para leérselos a quienes no eran capaces de hacerlo, alentándose así el interés por la lectura. Es obvio que si los periódicos pudieron alcanzar este éxito sólo fue porque comenzaron de la manera más simple posible. Y así fue, en efecto. Su equipo de base consistía en una máquina de escribir, en un mimeógrafo operado a mano, una máquina para poner grapas, y suministros de tinta, clichés papel, de un receptor de radio para controlar las informaciones de radio nacionales e internacionales y para practicar a máquina el dictado. El personal comprende el redactor -periodistae impresor, a veces un administrador que se dedica a esta tarea durante el tiempo que le dejan otras actividades, y a veces, otra ayuda, especialmente cuando el periódico es publicado - c o m o algunos lo soncinco días por semana. Más de la mitad de los redactores son los maestros de escuela locales. Dos de los periódicos,el Ganta News y el Zorzor Weekly Kelai (Elmensaje) están apoyados por los grupos de formación en la lectura de las misiones religiosas. Todos siguen las instrucciones impartidas a los redactores por el LIS con el objeto de reproducir informaciones y artículos lo suficientemente simples como para
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... y millones de libros
ser comprendidos por la mayor parte de los lectores. A pesar de que libremente obtienen por radio información nacional y del extranjero, la mayor parte de las noticias que publican son de orden local, porque esto es lo que los lectores desean.fLosartículos comprenden historias basadas en el folklore de Liberia y explican los proyectos de servicios públicos, como la campaña de lucha contra la malaria. A los periódicos les resultó fácil obtener ingresos publicitarios y una circulación pagada (a dos o tres céntimos el ejemplar por ejemplo). C o m o sus gastos son extremadamente reducidos no necesitan ningún subsidio. Muchos de ellos constituyen el unico material de lectura impreso en la comunidad para la cual se publican. C o m o lo sugirieron los organizadores en su informe sobre el proyecto de Liberia, la idea es tan buena que merece ser adoptada en otras naciones.
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U n a estrategia selectiva
“Excúsenme por utilizar un término militar para describir una operación tan pacífica”, dijo el especialista al volver de su viaje. “Pero no creo poder expresar mejor mi pensamiento que por medio de esa analogía. Nos serviremos en nuestro nuevo ataque contra el analfabetismo de la misma técnica que se utiliza en una guerra relámpago. Esta vez, en lugar de intentar batir al enemigo a lo largo de un frente extenso, tenemos la intención de llevar a cabo una serie de ataques incisivos, de vanguardia, dirigidos contra aquellos puntos en que su reciedumbre sea más débil. Enviaremos contra ellos divisiones reducidas y bien entrenadas, armadas con el material más moderno. Abrirán bolsas profundas en sus líneas de resistencia y, partiendo de esas bolsas,podremos empezar a infiltrarnos en el resto de su territorio. M á s adelante, podremos traer refuerzos para terminar la tarea. Para entonces, dispondremos de más refuerzos de los que ahora lenemos.” El orador pertenecía a uno de los primeros equipos de expertos que la Unesco, a petición de ellos, había enviado a varios de sus Estados Miembros para ayudarlos a redactar los proyectos de la lucha contra el analfabetismo, mediante la utilización de nuevas técnicas. Los rápidos ataques se llevarán a cabo según las condiciones locales, pero todos irán dirigidos contra “puntos débiles” del campo enemigo, cuidadosamente elegidos. Se tratará de zonas en las cuales estudios preliminares hayan mostrado, en primer lugar, que el analfabetismo puede ser liquidado de hecho o considerablemente reducido y, en segundo lugar,
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Una estrategia selectiva
donde las ventajas prácticas de Ia alfabetización se harán sentir de inmediato.
, I
L a nueva estrategia de lucha contra el analfabetismo nació de los estudios que llevó a término la Unesco a petición de las Naciones Unidas y en relación con los proyectos del Decenio para el Desarrollo. L a Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció que el analfabetismo era un obstáculo importante para el progreso social y económico y pidió a la Unesco que intensificara su labor en este terreno, revisando en particular “la cuestión de la liquidación del analfabetismo en el mundo con el fin de elaborar y poner en práctica medidas concretas y eficaces, tanto en el campo nacional, como en el internacional”. L a Unesco, cuya Conferencia General declaró estar dispuesta a promover y a sostener una campaña mundial de alfabetización si podía obtener los recursos necesarios, preparó un informe. Al recibirlo, la Asamblea General de las Naciones Unidas insistió en que la Unesco estudiase más a fondo los métodos que habría que utilizar en dicha campaña. Al mismo tiempo, pidió asistencia técnica y financiera a aquéllos de sus Estados Miembros que se encuentran en posición de prestar su ayuda y sugirió que el Secretario General de las Naciones Unidas, en colaboración con el Director General de la Unesco, con el Director General del Fondo Especial, con el Presidente Ejecutivo de la Junta de Asistencia Técnica y con el Presidente del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento y sus organismos afiliados, estudiase las formas de proporcionar en lo sucesivo dicha asistencia. A medida que la Unesco seguía trabajando en este problema, se ponía cada vez más de manifiesto que resultaría imposible reunir de manera inmediata las condiciones financieras necesarias para llevar a cabo con éxito una campaña mundial. E n países en los que hay un gran porcentaje de adultos analfabetos, los limitados recursos de que se dispone para la realización de los programas de desarrollo nacionales tienen que repartirse entre varios sectores de la estructura económica y social, todos ellos igualmente vitales. Al mismo tiempo, la experiencia adquirida muestra que los programas de alfabetización de adultos rara vez dan resultados duraderos si no están íntimamente ligados a
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La batalla de la alfabetización
esfuerzos más generales para elevar el nivel educacional del país y aumentar su prosperidad económica. Estas consideraciones llevaron a examinar el problema bajo un nuevo ángulo. ¿ N o sería mejor concentrar primero los esfuerzos en proyectos de alcance limitado y sincronizarlos cuidadosamente con los programas de todas las demás fases del desarrollo, en lugar de emprender campañas extensivas ? Aparte de ofrecer ventajas evidentes en cuanto a flexibilidad y economía, estos proyectos, en caso de éxito, pueden propagar por contagio, si así cabe expresarse, el deseo de alfabetización y, de esta forma, abrir paso a un programa ulterior a mayor escala. También pueden proporcionar un cúmulo de experiencias sucesivas que se podrá utilizar como guía en tareas futuras. L a Conferencia General de la Unesco, celebrada en noviembre de 1964 l, aprobó un programa experimental cuya redacción se basa en este nuevo criterio selectivo. El programa es selectivo en dos sentidos. Primero, prestará especial atención a un número limitado de países -tal vez no pasarán de ocho para empezar-, escogidos entre los que han expresado su deseo de tomar parte en el programa. E n segundo lugar, se concentrará en proyectos experimentales intensivos, cuya realización se llevará a cabo entre grupos de personas que tienen premiosos motivos para desear su alfabetización y a los cuales no les faltará ocasión de utilizar la educación para elevar su nivel de vida y acelerar el desarrollo.
1. Al proyectar el programa, la Secretaría de la Unesco utilizó las
recomendaciones de un Comité Internacional de Expertos sobre Alfabetización convocado para este propósito y los informes de tres conferencias regionales, celebradas bajo el patrocinio de la Unesco : la Conferencia regional sobre planeamiento y organización de programas de alfabetización en Africa (Abidján,8-14de marzo de 1964), la Conferencia de los Ministros de Educación de los países de Africa (Abidján,17-27de marzo de 1964) y la Conferencia regional sobre planeamiento y organización de programas de alfabetización en los Estados árabes (Alejandría, 10-18 de octubre de 1964), así como las reuniones de la Comisión Económica para Africa y de la Comisión Económica para Asia y el Lejano Oriente, y la Novena Conferencia de las Organizaciones internacionales no gubernamentalesreconocidascomo entidadesconsultivas de la Unesco (París, 22-26 de junio de 1964).
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Una estrategia selectiva
A principios de 1965, se enviaron cartas a los gobiernos de los 119 Estados Miembros de la Unesco, preguntándoles si, en relación con los planes de desarrollo económico, sus países respectivos estaban preparados para dar prioridad absoluta a la tarea de la alfabetización y, en caso afirmativo, si deseaban someter a la consideración de la Unesco proyectos con arreglo al nuevo programa. Al cabo de dos meses, treinta y cinco gobiernos habían contestado afirmativamente. E n seguida se enviaron las siete primeras misiones de expertos (educadores y economistas) a otros tantos países, para ayudarlos a preparar sus proyectos. A éstas siguieron otras misiones similares. A finales de mayo, los siete primeros equipos habían cumplido sus misiones y los proyectos detallados que habían ayudado a preparar estaban listos para que la Unesco y otros organismos intergubernamentales que se interesan especialmente por la alfabetización los examinasen. E n ellos estaban incluidos el Programa Ampliado de Asistencia Técnica de las Naciones Unidas y el Fondo Especial de las Naciones Unidas que está de acuerdo, en principio, en estudiar la posibilidad de conceder ayuda financiera a aquellos proyectos que, al mismo tiempo que dan prioridad absoluta a la alfabetización, tengan por objeto contribuir directamente al desarrollo económico. Posteriormente, se recibirá asistencia de expertos de otros organismos especializados de las Naciones Unidas,principalmente de la Organización Internacional del Trabajo, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y de la Organización Mundial de la Salud.
C o n arreglo a los términos del nuevo programa selectivo, los proyectos que se sometan a examen deben ser m u y explícitos: deben dar todos los detalles sobre a quienes, cómo y por qué hay que alfabetizar. N o obstante que los proyectos recibidos hasta la fecha presentan bastante variedad entre sí pueden agruparse en un cierto número de tipos generales. En primer lugar, están las solicitudes de ayuda de las zonas en que el desarrollo industrial ya ha empezado, o está a punto de iniciarse,pero cuya fuerza de trabajo es, en gran parte, analfabeta. Ahí, la alfabetización precederá y acompañará la formación
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La batalla de la alfabetización
profesional, con el propósito específico de proporcionar a los trabajadores la preparación adecuada para obtener los empleos que, de hecho, estarán a su alcance en cuanto hayan adquirido el grado de pericia necesario. E n segundo lugar, hay que dar asistencia a las zonas rurales donde se está modernizando la agricultura, por ejemplo, en zonas donde se introducen nuevos cultivos o donde se llevan a cabo tentativas sistemáticas de mejorar los rendimientos con métodos científicos de cultura. H a y que ayudar asimismo a los agricultores de dichas zonas a entender a la vez el por qué y el cómo de los métodos modernos y a aprovechar al máximo las ventajas que les proporcionarán. H a y que enseñarles no sólo a sembrar, a abonar y a cultivar, sino también a conservar la maquinaria agrícola, a llevar una contabilidad, a dirigir cooperativas o a comercializar su producción de la forma más ventajosa -y a proteger su salud y la de su familia mientras están haciendo estas cosas. E n estas zonas, un programa m u y general de desarrollo de la comunidad y las facilidades crediticias necesarias para ayudar a los agricultores a financiar las mejoras que deben llevar a cabo, tienen que prestar su apoyo a la alfabetización, a la formación agrícola y al fomento de la agricultura. También ha habido solicitudes de asistencia para experiencias cuyo objetivo es comprobar la eficacia de las modernas técnicas de información para promover la alfabetización y, a la vez, para difundir ideas y actitudes favorables al desarrollo general. Tal como se ha dicho ya, se ha llevado o se está llevando a cabo cierto número de estas experiencias, principalmente en lo que se refiere a la utilización de la radio y de la televisión. Las posibilidades que ofrecen estos y otros medios de información de masas parecen tan grandes que los gobiernos y los educadores ansían tener a su disposición un considerable conjunto de datos, proporcionados por experiencias controladas, en los cuales puedan basarse, en lo futuro, campañas más extensas. Si bien los resultados obtenidos con este último tipo de experiencia pueden considerarse entre los más asombrosos, todos los proyectos patrocinados por la Unesco con arreglo a su nuevo programa serán seguidos con la misma atención y sus resultados analizados con el mismo cuidado. Sea cual fuere el grupo de personas a quienes concierne, sean cuales fueren los métodos utilizados, cada proyecto piloto proporcionará datos 68
Una estrategia selectiva
valiosos, no sólo para los futuros programas de alfabetización, sino también para los futuros planes de desarrollo. Tanto los sociólogos y los economistas como los educadores estudiarán estos datos y valorarán los resultados obtenidos. ¿Tuvo éxito el programa de alfabetización en sí? Tal es el punto de interrogación. ,i Qué beneficios proporcionó a los individuos implicados en é1 y, a través suyo, a la economía en general? Fueron eficaces los medios utilizados? Si se cometieron errores, ¿de qué manera se pueden evitar en lo futuro? Y, finalmente, ide qué forma se pueden aplicar las lecciones que cada experiencia ha enseñado en otros lugares, en otras zonas del mismo país o en distintos países con problemas similares? Al mismo tiempo que lleva adelante su programa experimental, la Unesco seguirá -y espera poder ampliarlos- sus esfuerzos por ayudar a cuantos están luchando a fondo y en toda la línea contra el analfabetismo, tanto si actúan por mandato de los gobiernos, como si lo hacen por cuenta de organizaciones de voluntarios. Seguirá proporcionando a todos sus Estados Miembros que lo soliciten, cuanta asistencia le sea posible para proyectar y llevar a cabo campañas de alfabetización. Como en el pasado, desde luego, los resultados de las investigaciones y de las experiencias realizadas bajo su patrocinio se pondrán a la disposición de todos cuantos están participando o deseen participar en la lucha, ardua pero necesaria, contra el analfabetismo. Planeando nuevos tipos de proyectos de alfabetización, ensayando los diversos métodos posibles de emprenderlos, estimulando y ayudando a racionalizar los esfuerzos de las naciones y de los grupos de voluntarios, la Unesco espera construir una base realista para la solidaridad internacional, en lo que su Director General ha calificado de “la empresa mas exaltante de nuestra generación”.
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