FEBRERO 1993
OPERACIÓN OS FORMAS
DLIDARIDAD En los últimos meses hemos recibido de círculos
estudiantiles y universitarios de Africa y Asia innumerables peticiones: estudiantes, profesores, bibliotecarios nos solicitan suscripciones gratuitas a El Correo de la Unesco. Por
Han descubierto
recientemente la revista gracias a una distribución gratuita de números de los años 1989, 1990 y 1991. Y este descubrimiento ha suscitado de manera
espontánea, en diversos países, el mismo interés. Y la misma demanda, con una insistencia inhabitual. Esta reacción nos ha conmovido, e incluso sorprendido. Nos ha cogido en falta, y digámoslo sin ambages, en delito flagrante de ligereza. En efecto, producimos, lo mejor que podemos, una revista que abraza los ideales humanistas y universalistas de la Unesco. Pero no sospechábamos la profundidad de las necesidades a las que esos ideales responden. Nos habíamos habituado por inercia a considerar que en países donde se plantean problemas de supervivencia las únicas prioridades eran alimentarias. Lo que estas peticiones vienen a recordarnos, casi con brutalidad, es que si bien el arroz y el trigo, las vacunas y los antibióticos, son indispensables de inmediato, también es urgente pensar en el porvenir. Que en todas partes los jóvenes no se conforman con sobrevivir sino que anhelan vivir para preparar un futuro diferente. Y que para ello necesitan, a partir de hoy, estar al tanto de lo que sucede no sólo a su alrededor, sino en el mundo entero. Que les hace falta,
sin duda, aprender a pensar en los problemas concretos que enfrentan a diario, permaneciendo fieles a sus propios valores, pero también en los grandes problemas del mundo que les conciernen, teniendo en cuenta culturas distintas de las suyas, y basándose en normas y valores universales. Esos estudiantes, profesores, bibliotecarios de Bangladesh y de la India, de Senegal y de Benin, nos hacen el honor de pensar que El Correo de la Unesco puede ayudarles a percibir mejor la diversidad del mundo, y su unidad. A cambio de ello nos ayudan a comprender que, en todas partes, incluso allí donde la vida es extremadamente difícil, los hombres continúan,
contra viento y marea, soñando, esperando, elevándose por encima de sus condiciones actuales, y considerándose miembros activos y creadores de una sola y misma humanidad.
Hemos
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regalar, y
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