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espectáculos
| Jueves 16 de mayo de 2013
Jorge Marrale: el elegido del teatro, el cine y la televisión un señor actor. Hoy estrena Los elegidos, en La Plaza, donde encarna a un profesor de letras,
protagoniza la película Bomba y se pone en la piel de un psicoanalista, en el unitario Historias de diván Viene de tapa
El personaje de Vicuña sacará a la luz sus escritos y con ellos su realidad. Marrale encontró en el actor chileno un compañero que se entregó activamente al trabajo. “Nunca había trabajado con él, es muy inquieto. En esencia lo veo como una buena persona, un tipo bárbaro, muy afectuoso, de ir para adelante. Nos divertimos mucho. Y qué te podría decir de Vicky Almeida, que para mí es una actriz fantástica, así como Manuela y Lautaro, que para mí es una creación lo que hizo con su personaje”, describe Marrale, que también protagoniza el film Bomba, de Sergio Bizzio, actualmente en cartel. Otra de las novedades en este nuevo trabajo teatral que estrena hoy es que nunca había trabajado con el director Daniel Veronese. “Veníamos amagando desde hace mucho tiempo con él. Hemos leído obras en conjunto, hasta que cayó esta y dijimos: «Bueno querido, llegó la hora de casarnos»”, comenta entre risas. –¿Qué tiene la mirada de Veronese de distintiva? –Daniel tiene una gran virtud: deja hacer y, sobre lo que hacés, te alienta a que sigas haciendo y después, muy después, va diciendo algunas cosas... Yo no soy de los actores que trabajan bien con aquellos que ya tienen todo hecho: que vienen, hacen la puesta y vos sos un elemento más. No puedo trabajar así, no me interesa trabajar así. Me interesa poner lo que yo creo para que después se vaya armando el puzzle. Daniel no abortó ningún accionar interno de nadie. Hay que ser grande para hacer eso. Yo lo agradezco. Es un gran visionario, un habilitador. –¿Qué paralelismos encontrás entre Víctor, el maestro que interpretás y vos como maestro? [Marrale dirige la escuela de teatro Ensayo sobre la mentira, junto con Osvaldo Santoro] –Víctor es muy duro, tiene una estructura psicofísica bastante distinta a la mía. Pero sí te digo que soy un hambriento del talento, eso sí. En ese sentido me parezco a Víctor. Cuando uno ve el talento en el otro, uno se ilumina. Es un foco de atracción muy fuerte.
E
“El arte dramático es una fuente de inspiración para el actor, pero también de reconocimiento” –La psicología es un tema muy transitado en la ficción televisiva, tanto en la Argentina como en otros países. Incluso, el año pasado llegó la versión local de En terapia, un suceso mundial. ¿Qué te estimuló de Historias de diván?, ¿qué lo hace un proyecto distinto? –Te diría que, en programas de televisión, la Argentina fue pionera, porque yo hace ya 14 años, si no me equivoco, hice Vulnerables. Si bien ahora puede aparecer como un fenómeno, ahí empezó algo... En este caso, lo que me atrajo mucho fue, primero, que estaba escrita por un psicoanalista. Lo que me pareció maravilloso fue que en 26 minutos pudiéramos contar la historia de un paciente y que esa historia estuviera muy vinculada a los problemas, cuestiones, traumas con los cuales la gente se identifica. Lo que me planteaba Rolón eran historias verdaderas. Él pidió permi-
El presente de la ficción “Me parece, primero, que hay más trabajo. Creo que los canales han encontrado también vías de poder competir con la ficción de manera muy activa. Los dos canales principales han metido mucha ficción este año, han competido mucho y bien. El canal estatal también hizo y los otros canales con el proyecto del Incaa TV también han producido programas de ficción en una cantidad importante. Eso es bueno”, opina Marrale, desde su doble rol de actor y también como una de las autoridades de Sagai, la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes. Citando el ejemplo de la exis-
tosísima Graduados, el actor asegura que la ficción puede competir con grandes titanes de la pantalla chica y, además, asegura que le brinda al televidente un espacio de reflexión único, una posibilidad de identificarse, un reflejo necesario. “Es un espejo y cuanto más nos espejemos en la ficción, mejor vamos a ayudar a comprender la realidad –observa–. Yo soy de la idea de entretener, pero también de poner en la ficción ese espacio que a veces no lo tiene el periodismo, porque el periodismo tiene otro designio, otro destino... La ficción te permite, viendo cómo se desarrollan las acciones en otros, hacer espejo en vos.”
soledad aznarez
so a sus pacientes y consiguió que, lógicamente haciendo un trabajo de ficción, se pudieran contar los casos. Eso ya me parecía a mí algo “revelador” y dije: “Esto es importante. No me lo quiero perder”. –¿Vos te analizás? –Sí, sí. Hace muchísimo tiempo, desde mi juventud. Creo mucho en el análisis. Me parece un lugar de introspección guiada, mirada, compartida, donde el otro desmenuza lo que uno cree que es pero, sobre todo, lo que esconde. –¿Se parece a la actuación en esto de que revela muchas veces lo que el propio sujeto no quiere mostrar? –Probablemente sí. Creo que el arte dramático es muy nutritivo para el actor. Es una fuente de inspiración, pero también es una fuente de reconocimiento. Creo que el artista termina siendo una especie de recorredor de caracteres de la humanidad y de alguna ma-
nera te nutrís de esos caracteres. –¿El teatro sigue siendo tu lugar? –Te diría que sí. Es el lugar al que siempre vuelvo, el que más necesito, te diría. Cuando se tridimensiona todo y no solamente porque hay una figura ocupando las tres dimensiones, sino porque vos te religás con el otro que está ahí y a vos te pasa lo que el otro te cuenta, eso es irreemplazable. –¿Por qué la actuación? –La razón más profunda no la sé. Pero sí puedo decirte que yo, con la edad que tengo y el camino que hice, no me veo haciendo otra cosa. Soy técnico mecánico y trabajé de eso, pero no me comunicaba con el mundo de la manera en la que quería comunicarme. No era feliz con eso. Recuerdo mucho lo que me pasaba cuando iba al cine: me volaba, porque uno no iba mucho al teatro de chico. Lo que vivía en el cine era único: representaba lo que veía ahí. Con 12 años tenía que elegir. Mi padre, que era fanático de la electricidad, me dijo: “Mirá, creo que si querés tener trabajo, debés entrar en una carrera técnica”. Dicho y hecho. Salí y trabajé sin ningún problema. Pero cuando entré en la Facultad de Ingeniería, ahí en Paseo Colón, los mármoles se me caían encima. “¿Qué hago acá?” ¡Física, química, matemática! Era una desesperación. Hasta que, a los 21 años, dije basta. Llegué a Buenos Aires de mis vacaciones y llamé a la Casa del Teatro. Fui al final de la carrera para ver cómo empezaba [ríe]. Nunca supe quién, pero alguien me dijo: “¿Por qué no va al conservatorio?” –¿Qué es lo más difícil de ser actor? –La irregularidad del trabajo. Eso es lo más difícil porque cuando a la vocación no la podés colocar en el trabajo, es complicado. En el caso nuestro, que somos seres expresivos y que necesitamos espacio para expresarnos, esa necesidad se te ahoga adentro y cuando pasa, empiezan los problemas, que no son solamente económicos. Por eso, desde Sagai, tratamos, en lo posible, de ocuparnos de que los compañeros que tal vez ya no estén trabajando, estén apoyados, tengan la posibilidad de hacer algunas cosas. Tratamos de encontrar formas porque entendemos en carne propia que cuando uno deja de trabajar es doloroso.ß
Los elegidos Dirigida por Daniel Veronese En el Paseo La Plaza, Corrientes 1660. De miércoles a domingos
Historias de diván Dirigida por Juan José Jusid Sábados, a las 23.45, por Telefé.
teatro
|cine
Verdi, Wagner, Puccini, como dramaturgos
Parodia repetida y sin gracia
Ernesto Schoo
scarY MoVIe 5 (IDeM/2013). ★
—PARA LA NACION—
mala. dirección: Malcom D. Lee. guión:
n la edición del 10 del actual, adnCultura publicó una espléndida nota de Pablo Gianera sobre el bicentenario de los nacimientos de Verdi y de Wagner, y la rivalidad entre ambos por la primacía en el campo de la ópera. Wagner anunció al mundo que había creado un nuevo género: el drama musical. ¿Qué serían, entonces, las óperas de Verdi? De todos los aspectos que ofrece esa histórica rivalidad, me interesa el relativo a los libretos. Con Wagner no hay mayor problema: él es su propio libretista, se toma todo el tiempo del mundo para que sus personajes se expresen con característica puntillosidad germánica (no exenta de pedantería). Palabra y música se integran perfectamente y esa unidad es la acción del drama. La melodía infinita se desenrosca con precisión, envuelta en la no menos infinita sensualidad del compositor. Julien Green definiría la orquestación de la muerte de amor de Isolda como “una serpiente que se muerde la cola”. Verdi, en cambio, discute con sus libretistas, los hostiga, los irrita y termina por convencerlos. O, al menos, se resignan. Su colaborador habitual era Francesco Piave, pero encontró finalmente el libretista que necesitaba en Arrigo Boito, quien le proporcionó las dos obras maestras de su gloriosa ancianidad. La singular audacia musical de Otello y Falstaff
David Zucker y Pat Proft. elenco: Lind-
responde a sendos libretos de altísima calidad literaria, poética. Donde culmina la pasión que siempre tuvo Verdi por el teatro:”I masnadieri” y “Don Carlo”, sobre obras de Schiller; “Rigoletto” y “Hermani”, a partir de dramas de Víctor Hugo, “Macbeth” y los otros títulos ya citados de Shakespeare, lo atestiguan. No se llegó a concretar, lamentablemente, Rey Lear. El campeón de las complejas relaciones con los libretistas es Puccini. Sus favoritos eran Illica y Giacosa, ambos hombres de teatro de probada capacidad, pero simples aprendices frente al instinto dramático del compositor. Quien también se sirve a menudo de triunfos escénicos, como Madama Butterfly y La fanciulla del West (“ el primer spaghetti western de que se tenga memoria”) ambos sobre piezas de David Belasco, y Tosca, sobre el dramón de Victorien Sardou. Fueron famosas en Torre del Lago las sesiones de trabajo de Puccini con sus libretistas: las discusiones, a gritos, se oían a distancia, en la pequeña aldea de entonces. Pero lo más común era que se comunicaran por telégrafo, ya que los libretistas se movían de Milán a Roma y a Turín. Se conservan en el museo que es hoy la casa de Torre del Lago esos testimonios de una compleja pero finalmente fructífera relación. De los que se deriva una certeza: Puccini siempre tuvo razón.ß
say Lohan, Charlie Sheen, Ashley Tisdale, Anna Farris. distribuidora: Energía. duración: 85 minutos. calificación: apta para todo público.
Batallas con guerreros que cabalgan sobre pájaros en El reino secreto
fox
cine
Una épica en miniatura el reIno secreto (epIc, estaDos unIDos/2013). ★★★
buena.
dirección: Chris Wedge.guión: Tom J. Astle, Matt Ember, James V. Hart, Wi-
lliam Joyce y Daniel Shere. fotografia: Renato Falcão. música: Danny Elfman.edición: Andy Keir.diseño de producción: Greg Couch y William Joyce. distribuidora: Fox.duración: 102 minutos. calificación: apta para todo pú-
blico. producción animada doblada al castellano en versión 2d y 3d
C
hris Wedge, director de la primera entrega de La Era de Hielo y Robots, se mantiene en el universo de la fantasía animada, pero esta vez cambia de registro con la historia de una adolescente de 17 años que –de manera casual– se convertirá en heroína en el marco del enfrentamiento entre fuerzas antagónicas que luchan por el control de un bosque. MK es una muchacha que regresa a la casa de su infancia en plena jungla para intentar un acercamiento con su padre, un científico que vive aislado del mundo (con la única compañía de un perro de tres patas) y no sólo en términos geográficos. Obsesionado por encontrar evidencias de una comunidad de pequeñas criaturas que vive de forma organizada entre los árboles, el Doctor Bomba está bastante más atento a las decenas de cámaras que ha instalado por todo
el bosque que a las necesidades (y reclamos) de su hija. Cuando –frustrada por la creciente locura de su padre– está a punto de marcharse, MK se convierte –magia mediante– en una diminuta joven que será clave para la subsistencia de los bienintencionados Hombres-Hoja en su batalla por preservar la belleza y la biodiversidad de ese entorno natural ante el ataque de los Boggans que lidera el cruel Mandrake, cuyo objetivo es dominar el bosque para convertirlo en un pantano putrefacto y contaminado. Las contradicciones son aquí más que claras y, por lo tanto, no hay lugar para grises o matices. El reino secreto ofrece un claro mensaje ecologista; unos cuantos elementos de fórmula (una princesa que parece sacada de las películas de Barbie, un joven rebelde que se redimirá y se convertirá en el ob-
jeto del deseo romántico de MK, unas babosas que funcionan como bienvenidos aportes cómicos a una trama bastante oscura); y un despliegue de colores, diseños y movimientos dignos de la creatividad y del profesionalismo que el estudio Blue Sky ha demostrado en todas sus producciones (desde La Era de Hielo hasta Río). Sin embargo, MK no alcanza a transformarse en un personaje con el carisma y la empatía de otras heroínas animadas y, así, la película se resiente en su andamiaje dramático. Más allá del virtuosismo de la animación en 3D, las escenas de batallas (los guerreros cabalgan sobre pájaros) se alargan demasiado y el espectador siente que está inmerso en una larga sesión de un simulador de vuelo. De todas maneras, entre hermosas imágenes de esos edenes naturales y con los temas de Snow Patrol y Beyoncé de fondo, El reino secreto termina cumpliendo con lo que promete. No será una de las tantas joyas que la animación estadounidense nos ha regalado en los últimos tiempos, pero sí un digno producto destinado al consumo familiar.ß Diego Batlle
D
esde hace bastante tiempo los productores norteamericanos hallaron un gran filón en la repetición de fórmulas que toman historias humorísticas (casi siempre las mismas) y las convierten en alocados entramados cada vez más carentes de gracia y de ingenio. Esta quinta entrega de Scary Movie es un cabal ejemplo de ello. Aquí una joven y feliz pareja formada por Dan y Jody comienza a percibir una extraña actividad en su hogar tras la llegada de unas sobrinas, que han pasado tres años de soledad en el bosque. Cuando el caos se apodera de la vida profesional de Jody como bailarina clásica y la de Dan como investigador de monos, ambos llegarán a la conclusión de que son acosados por el siniestro fantasma de la mamá de las pequeñas. Con la ayuda de expertos y cámaras, el matrimonio hará todo lo posible para deshacerse de esa presencia demoníaca. Los guionistas –entre los que se halla David Zucker, el mismo que hace medio siglo realizó la saga de La pistola desnuda– intentaron divertir parodiando films de terror como Mamá, Actividad paranormal, El origen o El planeta de los simios. Pero el resultado, pese al esfuerzo del director Malcom D. Lee, es muy pobre, una serie de disparates sin gracia, en escenas de dudoso gusto y en reiteraciones de chistes. El elenco que apela a morisquetas y tics presuntamente cómicos, mientras que los rubros técnicos no escapan a la mediocridad.ß Adolfo c. Martínez