Instrucciones de uso

28 nov. 2009 - diario en los Alpes, Cumpleaños, Varamo pueden conside- rarse sus obras maestras, aunque como hay tanto para ele- gir, cada uno tendrá ...
2MB Größe 12 Downloads 71 vistas
SUMARIO | EDITORIAL "ÛPt/ñNFSP Sábado 28 de noviembre de 2009 Buenos Aires, Argentina POR PABLO GIANERA

9

EL ARTE DE DIRIGIR Mariano Moruja, director del Grupo Vocal de Difusión, cuenta los secretos de su trabajo al frente de uno de los mejores coros del país

14

CRÍTICA DE LIBROS Saramago, Defoe, Dan Brown, Petrignani, LangeMüller, Gian F. Straparola

20

CLAIRE KEEGAN Clima opresivo y pasión por el detalle en “Quemados”, un relato de la autora irlandesa

22

REGIÓN CREATIVA La séptima edición de la Bienal del Mercosur, en Porto Alegre

POR PABLO GIANERA

10 EL MERCURIO / GDA

César Aira Celebrado y criticado, el autor de Varamo habla de sus libros y de su original método creativo Por Pablo Duarte

ELVIRA ORPHÉE La autora de Aire tan dulce, que acaba de reeditarse, recuerda su niñez en Tucumán y su amistad con Italo Calvino y Elsa Morante POR LEOPOLDO BRIZUELA

13

JAZZ EN LA CIUDAD Llega Buenos Aires Jazz.09, seis días variados e intensos programados por Adrián Iaies

POR JAVIER VILLA

25

POR HÉCTOR M. GUYOT

Página 4

TRABAJO DE HORMIGA Avanza a paso firme el programa Argentina Pinta Bien, que recorre el país POR CELINA CHATRUC

26

AGENDA

STAFF Director: Bartolomé Mitre tSubdirector: Fernán Saguier t Secretario general de Redacción: Héctor D’Amico tProsecretarios generales de Redacción: Ana D’Onofrio y Carlos Reymundo Roberts t Director de adncultura: Jorge 'FSO¹OEF[%ÌB[tDirector de Arte: $BSMPT(VZPUtJefe de Redacción: Hugo Beccacece tEditora: Verónica Chiaravalli tSubeditores: Pedro B. Rey, Héctor M. Guyot y Leonardo 5BSJGFÚPtEditora de Artes Visuales: "MJDJBEF"SUFBHBt Editora de arte: Silvana Segú t Editor fotográfico: Rafael $BMWJÚPtRedacción: Raquel Loiza, Pablo Gianera, Natalia Blanc, Celina Chatruc y Martín -PKPtCorresponsales: Luisa Corradini (Francia), Elisabetta Piqué (Italia) y Silvia Pisani &&66 tDiseño gráfico: Sebastián Menéndez y .BSÌB1BVMB1JMJKPTt Corrección: Susana G. Artal Z%BOJFM(JHFOBtGerente comercial: Gervasio Marques 1FÚBtPropietario: S.A. La Nación - Bouchard 557 $"#( $"#"tDerechos: Dirección Nacional del Derecho de Autor: ADNCULTURA registro N° 741.158, 20 de marzo de 2009.

2 | adn | Sábado 28 de noviembre de 2009

NBDBOVEPMJOJFSTCMPHTQPUDPN

Instrucciones de uso D

espués de haber publicado más de medio centenar de libros, César Aira sigue provocando en muchos lectores una de las reacciones propias de las vanguardias: la sospecha del fraude, la sensación de la estafa. Desde principios de los años noventa, los detractores fueron acumulando sobre su nombre una cantidad de presunciones: que no corrige, que nunca vuelve atrás, que arruina sus novelas. En todo esto hay una parte de verdad, pero solamente una parte. El mito de la no corrección debería entenderse del siguiente modo: corregir incesantemente un mismo libro es una estupidez que deriva en la parálisis; un libro sólo puede corregirse con otro, con el siguiente. Quizá por eso Aira escribe tanto. Su interés por el jazz (el único cuento que publicó se llama “Cecil Taylor”, por el pianista de free) no es del todo ajeno a este sistema. Ya otro pianista, Paul Bley, había dicho que no grababa discos que pudiera comprar en una disquería. Aira trató, justamente, de escribir libros que nadie hubiera escrito. “La improvisación, por otro nombre la Belleza, la sacristía estética. Yo sí osaba esperar que […] todos los detalles cayeran en su sitio, se hicieran lugar unos a otros, se iluminaran y justificaran”, dice el narrador de La serpiente. El libro, como el jazz, se explica mientras se hace. Si se cree en sus declaraciones, si se cree en la lista de autores favoritos que incluyó en Diario de la hepatitis (Balzac, Zola, Proust), nada le habría gustado más a Aira que escribir novelas en el sentido decimonónico. Pero entendió que esos relatos se habían vuelto imposibles. Lo prueba su confesión de que termina las novelas de cualquier modo porque se aburre de ellas; le pasa lo mismo que a un simulador fatigado por el esfuerzo de la impostura. No podría asegurarse que al lector Aira le gusten los libros del escritor Aira. Con todo, El tilo, Fragmentos de un diario en los Alpes, Cumpleaños, Varamo pueden considerarse sus obras maestras, aunque como hay tanto para elegir, cada uno tendrá sus preferencias. Cuando se publicó la traducción al inglés de Cómo me hice monja, The New York Times publicó una reseña en la que se leía: “Estos episodios desconcertantes no construyen una historia creíble”. Sin embargo, nada parece más fácil de leer que una novelita de Aira. Basta con entregarse a las tramas y a sus violentos golpes de peripecias. Claro que, a estas alturas, un lector así sólo podría ser un niño o alguien no habituado a los protocolos narrativos del realismo. Pero por otro lado la máxima “si Aira existe, todo está permitido” es insostenible. Veáse lo que el propio escritor dice sobre sus imitadores en la entrevista de las páginas siguientes. En algún momento, va a hacer falta defender a Aira de sus admiradores. Hechos novelescos que en cualquier otro escritor serían intolerables resultan verosímiles en Aira. Él creó su propio verosímil, un verosímil que lleva su nombre propio. Todo, aun lo más inverosímil, se vuelve creíble porque ocurre en una novela de Aira. Tal vez Aira sea una de las mejores refutaciones de la teoría de la muerte del autor.