espectáculos | 3
| Sábado 4 de octubre de 2014
Tello y Larquier, actores, músicos y, sobre todo, gente alegre
marcelo gómez
Hermanos de la vida
polirubro. Julián Tello y Julián Larquier, protagonistas de Los
talentos, armaron una banda, Jvlián, y hoy presentan su primer disco Alejandro Cruz LA nACIon
Julián Tello y Julián Larquier Tellarini se conocieron en el Rojas en un curso de iniciación teatral. Uno tenía 14 años; el otro, 13. “Éramos dos bebotes deformes. Uno, con algunos kilos demás; el otro, lleno de acné”, recuerdan. Inventaron un segundo curso fuera del Rojas e hicieron una obra “bastante freaky”. Los vio Federico León y se llevó a Tello para El adolescente. Así fue como Tello viajó por el mundo. El otro Julián acaba de llegar del Festival de San Sebastián, donde fue a la presentación de La princesa de Francia, de Matías Piñeiro, que él protagoniza. Tello está filmando la nueva película de Santiago Mitre. Con él, actuaron ambos en El estudiante. Dice Mitre: “Larquier es agudo, punzante, preciso, puede ser frío y despiadado. Tello es sensible, relajado, inteligente, siempre despreocupado y con muchísimo humor. La sensación que me queda después de haber trabajado con ambos es la alegría. Porque lo que comparten y contagian es eso, una
sensación de alegría, de divertirse siempre, de disfrutar mucho. Y eso, además de su inmenso talento, contagia”. Como si fueran una reproducción de los Esteban (Lamothe y Bigliardi), los Julián también trabajaron de mozos en dos lugares, ambos frecuentados por el músico Axel Krygier. Con el tiempo, los Julián trabajaron con los Esteban tanto en cine como en teatro. Hace
Circuito Música Jvlián. Hoy, a las 0, en The Roxy, Niceto Vega 5542. Teatro Los talentos. Miércoles, a las 20.30. ElKafta, Lambaré 866. Cine Barroco, los domingos, a las 18, a partir del 19, en el Malba, F. Alcorta 3415.
unos cinco años participaron en la performance The divine comedy, una propuesta inclasificable del coreógrafo Luis Garay. Ahí Tello y Larquier bailaban, cantaban, tocaban y actuaban siempre con ese modo de ser y de actuar entre despreocupado, ajeno, natural (que no es lo mismo que naturalismo) y de una alegría que contagia. “The divine comedy me puso en jaque, eran puras sensaciones. Sirvió para correr prejuicios”, recuerda Tello. Larquier recién se sintió actor “de grande”, después de una etapa de bajón (“todo me parece una porquería”, se decía en plan resentido con la vida). El sentirse actor se produjo cuando estrenaron Los talentos, ese mágico trabajo de Agustín Mendilaharzu y Walter Jakob, sobre tres amigos. “De esos amigos que no se dicen nunca «te quiero», pero se requieren”, dice Larquier. En la película Barroco, de Estanislao Buisel (que se verá en el Malba, desde el 19 de este mes), también hacen de amigos. Dice Walter Jacob: “Son una sociedad perfecta y natural. Lo que los une es algún tipo de lazo sagra-
do, invisible para el común de los mortales. Que no sean hermanos es un absurdo que el cruce de sus caminos en esta vida viene a reparar. Basta observar el grado de entendimiento que tienen entre sí, tanto en el acuerdo como en la discordia; la perfecta radiografía emocional que cada uno puede hacer del otro sin siquiera oír sus palabras, para saber que estamos ante alguna mágica alianza. Los talentos hubiese sido imposible sin ellos”. Tienen una banda que llamaron Jvlián. “Un día estábamos recitando poesía antigua en Los talentos y, al otro día, tenía otra vez enfrente a mi compañero de banda rapeando frases modernas”, dice Larquier. Y acota: “Entrecomillá eso de frases modernas”. Y agrega: “Fue como darme cuenta de que estaba con una persona en paralelo mío, casi como un hermano”. no se sabe muy bien cuándo nació Jvlián. Pongamos, 2003. Tello se había comprado un teclado y empezaron a cantar temas de una película de los hermanos Coen. Al rato, estaban cantando temas de Leonardo Favio. “Como nos quedaba remelanco, empezamos a funkear esos temas con algo de Gorillaz y de otras bandas de rap”, cuenta Larquier. De a poco, empezaron a componer temas. Se fue sumando gente, aprendizajes, amigos. En el andar samplearon cumbias colombianas buscando algo propio hasta lograrlo. Por eso está el primer disco que presentan hoy a medianoche, en The Roxy Live. Axel Krieger, aquel que los conoció como mozos en tiempos mozos, dice: “Estos niños lúcidos y alucinados hacen de cada canción una película. Soul con estribillos pegadores, hip-hop con orquestaciones modernistas y un funky espacial que se expande hacia las exóticas tierras del collage sonoro. Autogestionados, bohemios y brillantes, estos chicos convirtieron sus propias ropas en Alta Costura”. La banda la completan Pablo Anglade, Juan Martín Chacon e Ignacio J. Martin. Hay otra banda que armaron: las de los otros amigos con los que arman películas, circulan por festivales, se apoderan de teatros o tocan, en plan amigos, en una vieja casa con muebles de los 60, discos de pasta, una escultura del Gauchito Gil y un sillón de cuatro cuerpos desvencijado en donde inventan, recrean y se apoderan de historias para rapearlas con lujo de detalles.ß