Sábado 10 de enero de 2009
12
la contra
Por Diego Morini Enviado especial
M
AR DEL PLATA.– Siempre tiene escondida una sonrisa. Atento, rápido para las respuestas, frontal y hasta con miradas cómplices con sus interlocutores para despertar una carcajada. Ya no usa aquellas vinchas o calzas que lo marcaron en su etapa como jugador, aunque su look, ahora como entrenador, siempre despierta la atención: el cabello teñido, unos lentes bastante grandes sobre su cabeza con pequeños ribetes naranja y una remera sin mangas que le dejan al descubierto dos grandes tatuajes… Esa es la imagen del hombre en cuestión, la del técnico de Colón: Antonio Mohamed, de 38 años, que después del primer turno de entrenamiento en el Balneario 12, aceptó una charla en la que se mostró sincero como siempre. En una de las mesas del hotel Iruña, el búnker elegido por el equipo santafecino, en esta ciudad, el Turco –su identidad futbolera– le ofrece una sonrisa y una broma a cada uno de sus muchachos. Esteban Fuertes y Ariel Garcé se acercan con un hincha y entre los tres bromean con el fanático sabalero. “En la convivencia soy amigo de los jugadores. Compartimos cosas, hablamos mucho... Siempre con el respeto que se merece el conductor de un equipo. Yo apuesto a la amistad y a la confianza. Si un jugador sabe que a las 11 es el horario de descanso y me pide media hora la va a tener, pero si llega tarde o se escapa pierde todo. O si un día está cansado y no quiere entrenarse o quiere irse a la playa, se lo doy. Tenemos una relación de ida y vuelta muy buena”, dice Mohamed, que como entrenador debutó en México con Zacatepec, después pasó por Morelia, Jaguares y Veracruz, y que en la Argentina dirigió a Huracán y desde hace siete meses está en Colón. –Esta relación que tenés con los jugadores, ¿es por cómo fuiste vos como futbolista? –Escucho mucho lo que hablan los muchachos, lo que dicen de otros técnicos. Están los que se asustan por darle una noche libre al jugador y los que confiamos en el futbolista a muerte cuando tienen una noche libre. Cada uno sabe cómo se tiene que cuidar, si no pierde el lugar en el equipo. Estamos en alta competencia y tenemos que hacer un grupo muy unido y trabajar a full porque sino no podemos competir con los demás. Ellos asimilaron cuáles son los momentos para joder y los que son de trabajo. –Cuando jugabas al fútbol nadie pensaba que ibas a ser técnico. ¿Por qué elegiste ser entrenador? –Primero porque el fútbol es mi pasión. A los 30 años elegí ser DT y empecé a anotar todo lo que no me gustaba de lo que hacían los técnicos. Tengo muy claro lo que quiero y no quiero hacerles a los jugadores lo que me hicieron
dixit
“En mi equipo no me habría puesto” Antonio Mohamed se consideró mejor entrenador que futbolista; el DT de Colón sigue desafiando los prejuicios a través de su imagen
Mohamed, tras la práctica de Colón en el Balneario 12
// FOTO BAI RES
a mí: no irles de frente, mentirles, traicionarlos o al que no juega descuidarlo. En referencia a lo táctico, al principio tuve que lidiar con la imagen que tenía y tengo. Hoy en el fútbol se sabe todo, si uno trabaja o no, o si se ríen todo el día o es pura joda. Todo se conoce. Y lo mejor que me queda es que cuando me voy de un club después siguen las puertas abiertas para mí. –Cuando hablás de esa imagen, ¿qué sentís que no pudiste lograr por eso? –Tuve que lidiar con mi imagen, era un tipo rebelde, poco comprometido con un equipo, extravagante. No es el perfil que buscaría un dirigente para tener como técnico, tuve que luchar con eso y quizá tenga que seguir haciéndolo. Me ha pasado en México, que me dijeron que me tenía que sacar el arito o no pintarme el pelo para dirigir y no lo acepté. Si me quieren contratar es por mi capacidad, no por mi imagen. –A pesar de eso, en el fútbol argentino tu nombre siempre aparece cuando un equipo se queda sin técnico. –La posibilidad más cercana que tuve de dirigir es Racing, que no se dio porque tenía contrato con Colón. Pero si no se acercaron concretamente a buscarme otros clubes es porque no hubo consenso y eso quiere decir que todavía lucho contra ese prejuicio. Puede ser que todavía esté aquella imagen mía. Pero si se sientan a hablar conmigo eso se puede cambiar rápidamente. –Estar en el gusto de varios equipos como técnico, ¿qué te genera? –Compromiso, porque sé que me va a llegar la oportunidad. Y quiero estar preparado para eso, porque cuando era jugador y fui a un equipo grande no lo estaba. Cuando fui a Boca, que era pend..., me creía que era el dueño de Buenos Aires y me pegaron un chirlo en el c… Me fui y en Independiente me pasó lo mismo. Así que ahora cuando me toque el momento quiero estar preparado, para después no arrepentirme. –¿Qué cambió, a nivel personal, de aquel Mohamed jugador a este que es entrenador? –La vida me ha curtido bastante en mi corta edad. Con lo que ha pasado con mi hijo (N. de la R.: Faryd falleció a los 9 años, tras un accidente de tránsito en Alemania) y todo eso. En el fútbol viví muchas cosas, pero la pelota es mi cable a tierra, estar en el vestuario con los jugadores, tomar mate, reírme con ellos, es un momento único. Mi manera de ser no ha cambiado, porque si tengo algo para decir lo digo. Sé que muchas veces pongo la cabeza en la guillotina por bocón, pero es mi forma y es muy difícil que la cambie. –¿Fuiste mejor jugador que técnico o sos mejor entrenador que lo que fuiste como futbolista? –Dirijo mucho mejor de lo que jugaba. Es más, yo en mi equipo no me habría puesto. Ni al banco me mandaba, hacía muchas cosas que estaban mal, era muy caprichoso. Después, con el tiempo, me di cuenta.
1
EL METODO. “Hay técnicos que
2
LOS ENTRENAMIENTOS. “En
se guardan todo, yo no tengo nada que guardar. Hay días que trabajo la pelota parada, con la que se puede sacar alguna ventaja en los partidos cerrados, y no quiero que se vea para evitar que descubran cómo vamos a hacer tal o cual movimiento. No cambiamos nuestra manera de trabajar, seguimos siendo alegres como cuando trabajamos a la mañana en la playa o a las cuatro de la tarde cuando está lleno de periodistas. Nos divertimos igual. Hay distintos estilos de directores técnicos, unos prefieren el látigo y yo apuesto por la confianza.”
las pretemporadas, cuando era jugador, me molestaba eso de que había que correr todo el tiempo. Y ahora como entrenador me molesta la sanata de los profes [por los preparadores físicos], eso de los triples turnos, que, por a la mañana, hacen correr en la arena y, después, un rato de gimnasio y, por la tarde, trabajamos con la pelota. Pero también hay que ir a la pileta, comer y les digo que todo eso es chamuyo. Son dos turnos y nada más. No es tan complicado.”
3
LA PREPARACION FISICA.
4
EL FUTURO. “Quiero dirigir un equipo importante, quiero salir campeón. Podría hacerlo con Huracán o con Colón, pero creo que tenés menos posibilidades, muchas menos. Te lo dice la historia, pero como loco que soy no lo descarto. Pero quiero hacer lo que no pude como futbolista, que es llegar a Europa. Ahora lo quiero conseguir como técnico y estoy convencido de que se puede dar. Haciendo los pasos cortos y correctos, creo que se puede lograr.”
5
LA IMAGEN. “Me siento muy querido y muy protegido en el ambiente del fútbol y eso me hace sentir muy bien. Mantengo la misma relación con todos los que me conocen. Con los de San Lorenzo es especial porque ellos saben que soy de Huracán, pero las peleas que hay son las típicas de un clásico de barrio, nada más. De ahí no pasa.”
“Porque los profesores tomaron tantas horas de práctica en la semana el fútbol está como está. No se puede recibir en la mitad de la cancha, todo es muy rápido, se corre más de lo que se juega… Eso hay que cambiarlo, pero hay que hacerlo desde las inferiores, porque eso es de formación.”