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cultura
| Domingo 28 De Diciembre De 2014
CULTURA
Minirrepo Marco Sanguinetti, diseñador de la música en vinilo
Edición de hoy a cargo de Pablo Gianera www.lanacion.com/cultura | @LNcultura | Facebook.com/lanacion
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Silvina Premat LA NACioN
LN: Usted es músico y diseñador industrial y se ocupa de ambas cosas. ¿Qué relación hay entre la música y el diseño? MS: Mi tesis en el doctorado de diseño que estoy cursando tiene que ver con esto. Estamos rodeados de objetos que en su mayoría producen sonidos. Incluso cuando son silenciosos sus formas producen sensaciones sonoras. La música está en los objetos así como los objetos y las imágenes invocan a la música. LN: De hecho hace música con instrumentos y con objetos. ¿Cómo describe lo que hace? ¿Es jazz? ¿Es ruidismo? MS: Hasta ahora me ha interesado trabajar con sonidos de la calle o producidos por objetos de uso, siempre que sumen al plan compositivo emocional, aportando a la atmósfera de melodías y ritmos accesibles. Claramente, ando en la búsqueda de algo nuevo, auténtico, urbano y argentino, pero no es jazz ni folclore ni tango. LN: ¿Por qué eligió hacer su cuarto disco (8) en vinilo? MS: Esta vez lo edité en vinilo, pero la próxima podría hacerlo en formato digital. Lo fundamental es que exista compromiso y coherencia entre proyecto y formato. 8 fue compuesto para vinilo: tiene dos comienzos y dos finales (lado A y B), los temas están ordenados según un mejor desempeño de la púa y la gráfica de Laura Varsky y Leandro Castelao juega un rol especial.
AnTiCipos | Arte y literAturA
El top 10 de 2015. Un mapa para no extraviarse en el año que empieza Buenos Aires será la tierra de premios Nobel y del artista más cotizado del planeta; no faltarán los homenajes a personajes literarios emblemáticos y los escritores argentinos se harán oír tanto como la música de Barenboim y Argerich
1 2 3 4 5 Quijote y Kafka
Encantos del museo
Dos Nobel de visita
Mujeres al poder
Astros alineados
No podrían imaginarse dos ficciones más alejadas temporalmente entre sí y, a la vez, tan conectadas. Don Quijote y Gregorio Samsa, el protagonista del relato La metamorfosis, de Franz Kafka, son sin duda distintos, salvo por un detalle que es justamente el que los vuelve inolvidables y emblemáticos: su inadecuación al mundo. Ambos celebrarán aniversarios: la segunda parte del Quijote cumple 400 años, y cien La metamorfosis. Sobre el primero, el instituto Cervantes tiene prevista una nutrida cantidad de actividad y su influjo se hará sentir en nuestra cervantina ciudad de Azul.ß
La actividad de los museos se renueva y multiplica. En marzo, la Colección Fortabat expondrá el polémico conjunto de obras exhibidas en el Pabellón Argentino durante la Bienal de Venecia de 2013 de Nicola Costantino, con su versión de Eva Perón titulada por la artista Rapsodia inconclusa. El MNBA dedicará su mayor esfuerzo al arte campesino, popular e indígena. Habrá retrospectivas de Rogelio Polesello, en el Malba; Ana Gallardo y Marina de Caro, en el Mamba; Yente y Del Prete, en el Centro Cultural Recoleta, y Miguel Ángel Vidal, en el Museo Nacional de Arte Decorativo.ß
Malba reservó la sorpresa de que recibirá a dos premios Nobel de literatura: el sudafricano J.M. Coetzee, que traerá un libro inédito de ensayos, y el francés Jean-Marie Gustave Le Clézio. Pero nos eran éstas las únicas visitas destacadas. También estarán John Banville, Arturo Pérez-Reverte, Javier Cercas y Albert Espinosa. Hay también expectativas con la nueva edición del Filba internacional, con su nueva directora, Gabriela Adamo, alejada ya de la Fería del Libro de Buenos Aires. Y a propósito de la Feria, será interesante ver cómo oche Califa, nuevo titular, diseña la programación.ß
2015 será también el año de las mujeres en el mundo del arte. El Faena hará una versión con participantes extranjeras y locales de Auto Body, que ya se presentó en Art Basel 2014 de Miami. Participaron 33 mujeres con video, performance y nuevos medios para dar la palabra a voces silenciadas y hacer crítica al mercado del arte. La teórica Beatriz Preciado dará una conferencia a propósito de un ciclo que inaugura el Malba para reivindicar a la producción de artistas latinoamericanas. También serán protagonistas Annemarie Heinrich, Teresa Burga y Claudia Andujar.ß
Lo que parecía único empieza a volverse un hábito. Se sabía que Daniel Barenboim volvería en 2015 para continuar con su Festival. Lo que no se sabía era si vendría con él otra vez Martha Argerich. Pero el maestro logró convencerla. El programa será tan inolvidable como el de 2014: la Sonata para dos pianos y percusión de Béla Bartók y el primer Concierto de Tchaikovsky, junto con la West-Eastern Dival orchestra. Barenboim proseguirá con sus jornadas de reflexión que, además de la presencia de Felipe González, incluirán conciertos en una mezquita, una sinagoga y una iglesia.ß
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Al ritmo de Koons
Libros de allá
Libros de acá
Rehacer el pasado
La gran feria del arte de Buenos Aires tendrá presencias internacionales como Hans-Michael Herzog, director artístico de la Daros Latinoamérica Collection y Julieta González, curadora en los museos Tamayo en México DF y Bronx Museum en Nueva York. Continuarán las secciones Special Projects, Cabinet Lan, Dixit Petrobras, los U-Turn Project Rooms, Photobooth Citi, Barrio Joven Chandon, isla De Ediciones y el open Forum. La mirada seguirá puesta en los grandes maestros del arte argentino y estrenará curadores.ß
Muchos serán los artistas y las obras que pisarán la costa rioplatense. En julio, Malba recibe a la artista peruana Teresa Burga, y en octubre al belga Francis Alÿs. El Faena trae al país la obra del belga Carsten Höller. El Malba dará el gran golpe cuando exhiba por primera vez en su explanada una obra del cotizado artista norteamericano Jeff Koons: Bailarina. A Proa llegará la libanesa Mona Hatoum. Se verá el trabajo del francés Bernard Plossu en el Museo Nacional de Bellas Artes y el brasileño Vik Muniz tendrá una retrospectiva en Muntref-Centro de Arte Contemporáneo.ß
Siempre reticentes a mostrar todas las cartas de su año editorial, los dos principales grupos (Planeta y Random House) adelantaron algunas de las novedades que irán llegando a las librerías. Habrá best sellers de George R. R. Martin, de John Green (por tres) y de Wilbur Smith. Aparte, llegarán cuentos de Mario Vargas Llosa, Dos años, ocho meses y veintiún días, de Salman Rushdie, y nuevas novelas de James Ellroy y de ohran Pamuk. Los españoles Arturo Pérez-Reverte, Rosa Montero y Antonio Muñoz Molina mostrarán también en qué trabajaron.ß
Muy intenso parece el año para la literatura argentina. Random publicará El Tango, un volumen que los editores presentan como inédito, lo que puede ser un acontecimiento, y se reditarán además los diálogos entre Juan José Saer y Ricardo Piglia, inhallables desde hace años. Luego, habrá cuentos de Selva Almada y nuevas novelas de Claudia Piñero y Eduardo Belgrano Rawson. También un ensayo de Santiago Kovadloff. Juan Forn, por su lado, reunirá parte de las contratapas que viene publicando en el diario Página/12. Florencia Bonelli y Gloria Casañas seguirán también con sus historias.ß
También habrá tiempo para volver a ver –gracias a la estrategia de la remake– lo que nunca se había visto o lo que sólo vieron quienes tuvieron la fortuna de transitar la década de 1960. En El Moderno se hará la recreación de La Menesunda de Marta Minujín, emblemática ambientación realizada junto a Rubén Santantonín en el instituto Di Tella en 1965. En agosto, Chus Martínez curará en Malba una exposición que recrea el huevo del artista Federico Manuel Peralta Ramos, Nosotros afuera (1965), y lo pone en diálogo con artistas contemporáneos.ß
El crítico
Las noches en blanco de una escultura humana Lola Arias Para LA NACION
S
on las once de la mañana en el barrio de Colegiales. El sol del verano me quema las pantorrillas mientras espero que me bajen a abrir. Del otro lado del vidrio de la puerta de entrada, me sorprende el artefacto: un tótem de metal con una pantalla donde el torso de un hombre con auriculares y micrófono, estilo call center, se mueve levemente y pestañea. Pienso: no es un televisor vertical, no es un robot, no es un holograma. Pero ¿qué es? Cuando finalmente me abren la puerta, puedo ver de cerca la cosa: es una suerte de garita en miniatura donde en lugar de un guardia de carne y hueso, hay un guardia filmado. Me desconcierta su pose: no entiendo si está grabado o en vivo. Sus ojos parecen estar en otra parte, como los ojos de los ciegos, no sé si me ve o no. Acerco la cara a la pantalla, y digo: “Buen
día”. El guardia responde con delay: “Buen día”. Su voz suena a metal, como la voz de un autómata. Le pregunto: “¿Dónde estás?”. Me dice: “En la central de la empresa”. “Ah, yo pensaba que estabas adentro de esta cajita”, le digo. Se ríe. Me explican que este nuevo sistema de seguridad es más barato que tener una persona sentada en el hall todo el día. El guardia vigila por un sistema de cámaras decenas de edificios a la vez, y al mismo tiempo él mismo es mirado por una cámara que lo proyecta en cada uno de esos lugares. Me quedo un rato mirando cómo funciona el sistema. Es un juego de espejos basado en una vigilancia recíproca: no sólo el guardia controla todos nuestros movimientos –a qué hora llegamos, a qué hora nos vamos–, sino que, además, él mismo es registrado por una cámara que lo controla y lo vuelve
objeto ante todos los que pasan por ahí. Y así podemos ver cómo el guardia respira, tose, se rasca una oreja, como si estuviéramos parados frente a un screen test de Warhol. Cuanto más lo miro, más me perturba: es definitivamente una obra de arte. Tiene algo de las torres de televisores de Nam June Paik. Pero no, es más que una obra de video arte, es algo que pasa en vivo, es una performance. Pero no es Mariana Abramovic sentada en una sala del Moma esperando a que se siente frente a ella alguno de los americanos que hacen cola para ser hipnotizados por la sacerdotisa del arte contemporáneo. No es un policía a caballo colocado por Tania Brugera en el hall de la Tate para dirigir los movimientos del público. Es una performance espontánea inventada por algún genio capitalista con la idea de reducir personal y abaratar costos.
Por la noche, mientras voy cerrando uno a uno los postigos de mi casa, veo la garita donde mira televisión el guardia que cuida mi cuadra. Alguna vez me contó que antes trabajaba en el campo, en Santiago del Estero, y que cuando vino a Buenos Aires tenía cincuenta años y no conseguía trabajo, y alguien le dijo que se presentara en una empresa de seguridad. Me pregunto si en el futuro los guardias serán reemplazados por un solo vigía que mirará la ciudad proyectado en cientos de tótems al mismo tiempo. Y me respondo que todavía falta para eso, que mientras haya cuerpos disponibles habrá hombres que pasan la noche sin dormir en garitas o halls de edificios, posando para nosotros como esculturas humanas.ß La autora es directora de teatro