ESCENARIOS | UN ESPACIO MODELO
AL AIRE LIBRE. El anfiteatro del complejo, con capacidad para 3000 personas, en invierno se transforma en una pista de patinaje sobre hielo
FOTOS GENTILEZA FONDAZIONE MUSICA PER ROMA
El nuevo coliseo romano Con capacidad para más de 7500 espectadores, el Auditorium Parco della Musica es un verdadero coloso que, gracias a la calidad de su programación y a sus precios populares, se ha convertido en uno de los complejos culturales más importantes del mundo
POR RICARDO CARPENA ROMA – Enviado Especial
28 I adn I Sábado 22 de diciembre de 2007
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omingo por la mañana. Hace frío, está nublado y ahora, cuando son apenas las 11, la sala Sinopoli no está lejos de llenarse. La gente se despertó temprano para llegar al Auditorium Parco della Musica de esta ciudad. Hoy, aquí, no cantará ninguna diva de la música clásica. No se presentará ninguna estrella de rock ni tampoco una figura rutilante de la TV. Mucha gente se despertó temprano un domingo frío y nublado para concurrir a un concierto de jazz (se repite por si no se cree: un concierto de jazz). La Parco della Musica Jazz Orchestra (PMJO), una big band de 17 músicos de primer nivel, brinda dos conciertos por mes y ha impuesto los domingos por la mañana como su horario tradicional. Y el público la acompaña. Podría tratarse solo de un espejismo de este efervescente y contradictorio mosaico primermundista que es la sociedad italiana. Podría ser, apenas, la confirmación de que una buena propuesta artística puede superar la languidez de una fría mañana dominguera. Pero es muchísimo más que eso. El Auditorium Parco della Musica es un verdadero coloso romano de 94.000 metros cuadrados, tres salas y un anfiteatro, que pueden albergar a 7548 espectadores en total. Tiene 700 empleados y ofrece programación cultural de la mañana a la noche, precios popula-
res, una biblioteca, un bar, un restaurante, una librería y una disquería; allí funciona la Academia Nacional de Santa Cecilia (tradicional institución dedicada a la enseñanza y la promoción de la música clásica) y hay hasta una villa romana, descubierta durante la construcción del lugar, a la que se conservó y se integró a las instalaciones. La idea de construirlo, originariamente, como un complejo en el que se pudiera escuchar música clásica surgió de la comuna de Roma en 1992, pero los acalorados y maratónicos debates sobre su perfil y el lugar donde debía estar ubicado fueron dignos de la Argentina. Conclusión: se inauguró diez años después. Con un moderno y funcional diseño que lleva la firma del arquitecto Renzo Piano, el Auditorium modificó la fisonomía del barrio Parioli, tan distinguido como la Recoleta porteña pero con menos brillo y más austeridad. Y también cambió la costumbre de los romanos: inicialmente se pensaba que no iban a habituarse a trasladarse lejos del centro de la ciudad a un sitio al que llegaban pocos medios de transporte. En los dos primeros años asistieron a sus actividades más de 4 millones de espectadores y hoy las cifras oficiales indican que en el primer semestre de este año más de 300.000 personas (un 50 por ciento más