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Domingo 17 de febrero de 2008
EQUITACION
Entrevista
Dircie, sinónimo de perseverancia Aunque muchas veces se quedó en la tribuna como espectador por no contar con un caballo propio para competir, este jinete de 49 años cumplió su mayor objetivo en diciembre último, cuando ganó el Campeonato Nacional; “siempre hay que ser constante”, reflexiona Ahora sale a la conquista del Viejo Mundo
Por Kim Mandel
A comienzos del mes venidero, Ricardo Dircie saltará por primera vez en su campaña en Europa. Será en Arezzo, Italia, gracias a la insistencia de su hermano, Hugo, que también viajará para participar, al igual que Matías Albarracín. El cuarto argentino que intervendrá en este concurso internacional será José Larrocca (h.), quien reside en Europa.
ucha perserverancia y el fortuito préstamo de un caballo fueron las claves para que Ricardo Dircie volviera a ocupar el lugar más alto del podio y conquistara su primer título de campeón nacional de salto. “Ganar el Campeonato Nacional es concretar un sueño que tengo desde chico”, confesó Dircie al comenzar la entrevista con LA NACION. “Eso sí: tardó, pero llegó”, agregó con una risa este porteño que peina canas aunque su entusiasmo juvenil no delata que el próximo 3 de abril cumplirá 50 años. A diferencia de la mayoría de los jinetes de la máxima categoría, Dircie no es profesional. Monta todos los días de 7 a 9.30 y después se va a su trabajo en la Caja de Ahorro y Seguro, donde se desempeña como gerente. Muchas veces se ha quedado en la tribuna como espectador por la falta de un caballo acorde con las exigencias máximas. Pero cuando lo tuvo, ha sabido conquistar pruebas importantes como el Gran Premio de la República, en dos ocasiones (1997 y 2005); el Derby General San Martín (1991), y la medalla de bronce individual y por equipos en el Campeonato Sudamericano en Chile (1995), por nombrar sólo algunas de sus más destacadas actuaciones. Esta vez, Dircie tampoco contaba con un caballo de alto nivel hasta que su amigo Ezequiel Sack le prestó el Llavaneras Gribouille, porque él no tenía tiempo para montarlo. El triunfo en el Grand Prix Ericsson, en el concurso internacional Haras El Capricho, que le valió un auto cero kilómetro, fue un anticipo del título que Dircie conquistó en diciembre último. Este representó una victoria muy festejada tanto por el público como por sus rivales, ya que el jinete es muy querido por todo el ambiente. –Hoy sos campeón, pero antes de este momento
FICHA PERSONAL ■ FECHA Y LUGAR DE
NACIMIENTO: 3 DE ABRIL DE 1958, EN BUENOS AIRES.
■ ESTADO CIVIL:
CASADO CON GABRIELA VIZENTAL. ■ HIJOS:
JOAQUIN, DE 19 AÑOS, Y BENJAMIN, DE 13. ES HINCHA DE BOCA. “Ganar el Nacional es concretar un sueño que tuve desde chico”, sostiene Dircie // FOTOS D E F. M ASSOB RIO
Para LA NACION
M
tan especial con seguridad hubo mucha historia. ¿Cómo te iniciaste en la equitación? –Empecé a los nueve años porque mi hermano mayor, Marcos, montaba en el Club Alemán de Equitación y me llevaba. Después dejó, pero yo seguí y a la vez llevaba a mi hermano menor, Hugo. Me gustaba el salto, pero por la insistencia de mi padre comencé con el adiestramiento y también integré el primer equipo de volteo de menores junto con Carlos Dodero, jinete internacional que reside en Italia, y con Flavia Veronelli. Después, a los 11 años, empecé a competir en salto con una yegua tordilla chiquita, Petaca, muy ganadora, que me hizo pasar de categoría. A los 15 años ya participaba en la primera categoria. –¿Qué sabor tiene este título para vos? –En lo técnico, me puso muy contento porque le gané a un jinete talentoso como Martín Moschini, y a Martín Dopazo, que es el mayor exponente para mí en este deporte hoy en día. La equitación te permite seguir soñando, pues un jinete no tiene una vida útil tan corta como otros atletas. –¿Cómo ves al hipismo argentino actualmente? –La Argentina es un país joven para todo: en la economía, en la política y también en el deporte. Creo que hay dos actores importantes: los jinetes, que tienen que seguir capacitándose permanentemente, y los criadores, la mayoría de los cuales se preocupa por traer buenas líneas de sangre. Esa sinergia con el tiempo va a beneficiar a la equitación argentina. Tendremos más y mejores caballos, lo que permitirá exportar y también contar con jinetes montados para competir en los mejores escenarios. Al corto plazo, serán esfuerzos individuales para conseguir buenos ejemplares, pero al mediano plazo, crecerá el hipismo nacional. Sería bueno apoyar a los jinetes jóvenes, que muchas veces tienen condiciones, pero no los medios económicos. Se podría facilitarles caballos o ayudarlos para que se entrenen afuera. –¿Qué consejos les darías a los jinetes jóvenes? –Capacitarse con gente de afuera, lo cual no quiere decir que los profesores de aquí no sirvan. Quiero decir que no hay que encerrarse. Además de actualizarse, hay que trabajar mucho, ser constante, no bajar los brazos; entonces, tarde o temprano, el objetivo se cumple. Si hay alguien que sabe sobre perseverar, ése es Ricardo Dircie, que finalmente alcanzó su sueño de ser campeón nacional.
La calidad de Ricardo Dircie a la hora de hacer su trabajo lo llevó a la consideración general